Poco Ortodoxa - El Derecho A Tener Tu Propia Voz

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"Poco ortodoxa": el derecho a tener tu propia voz

La producción de Netflix cuenta con cuatro capítulos, es hablada en Idish y basada en


hechos reales que afirman la lucha por la independencia dentro de una comunidad jasídica.

Por Aylén Pszonka

La nueva serie éxito de la plataforma on-demand.

En la miniserie la protagonista es Esther Shapiro, una joven de 19 años que vive en Nueva
York donde es casada por arregló. Al recibir constantes presiones por parte de su familia
para quedar embarazada, ya cansada del maltrato y de la monotonía de su vida, decide
escapar y volar a Berlín en busca de su madre, quien supuestamente la había abandonado.
Tal cual la serie lo documenta, la vida de Deborah Feldman, está marcada por el maltrato
intrafamiliar, como les sucede a muchas jóvenes judías.

La historia fue creada por Anna Winger y Alexa Karolinsk inspirándose en el libro
“Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots”, las memorias de una mujer
judía perteneciente a la congregación Satmar de Williamsburg, Brooklyn.

Las esposas de la colectividad son obligadas a raparse la cabeza y reemplazar su cabello


con pelucas, tampoco se les permite leer libros ni ver la televisión sin el permiso del esposo.

“Es más fácil para los varones encontrar los medios para independizarse y escapar de las
sociedades jasídicas. Las mujeres dependemos financiera y emocionalmente de los
hombres y rara vez se enfrentan a la oportunidad de explorar el mundo exterior”, declaró la
escritora Feldman sobre la complicada situación de las mujeres dentro de las comunidades
religiosas opresivas. Más allá de las dificultades con el apoyo de amigos y profesores,
Deborah dejó a su esposo cuando cumplió 23 años “vendí mis joyas, alquilé un automóvil y
me fui. Cambié de número de teléfono, de dirección, no le dije a nadie adónde había ido”.

El filósofo Emmanuel Taub, doctor en Ciencias Sociales, investigador del Conicet y


especialista en pensamiento judío, analizó la exitosa producción de Netflix.

“Se casan muy jóvenes y se preparan para tener relaciones sexuales por primera vez.
Además nunca tuvieron contacto, en teoría, con otra persona ni del mismo sexo ni de otro
sexo” dijo Taub. Todas estas comunidades suelen tener cursos, donde el hombre va con un
rabino y la mujer con una profesora que les explican como debe ser el sexo, esto se ve muy
bien con la profesora de Esty. De ella se espera lo mismo que de toda mujer, que tenga
hijos. Además “las camas separadas no es sólo una característica de la comunidad la que
vive Esty, toda la ortodoxia duerme en camas separadas” comentó el filósofo.

El peso de los muertos del Holocausto (donde el grupo Satmer fue casi totalmente
aniquilado durante la Segunda Guerra Mundial) se filtra en el mandato. “El divorcio está
permitido en el judaísmo, justamente la insatisfacción sexual es una causal de separación,
al no sentir satisfacción en el caso de Esty la perjudica para reproducirse” contó Emmanuel.
“No estaba lista para tener relaciones sexuales, ni para ser forzada a hacerlo por la gente o
por mi propia familia. Fue traumático”, confió Feldman en una entrevista.

Dentro de la ortodoxia hay algo que se llama “las leyes de recato”, al cumplir más
regulaciones, más ortodoxo sos. “El canto es sinónimo de erotismo y cuando una mujer se
casa, solamente la puede oír el marido. Tanto la peluca como el pañuelo, la ropa y no
mostrar casi nada del cuerpo, son parte de estas leyes” finalizó Emmanuel Taub . Para ellos
la estética es fundamental.

La serie está llena de elogios por las redes, pero como siempre hay alguna voz crítica que
va en contra de la temprana aceptación por un grupo multicultural de bellos y exitosos
jóvenes. Lo que traspasa las opiniones negativas son las excelentes actuaciones de sus
protagonistas, especialmente el personaje de Esty.

Shira Haas es una actriz israelí de 24 años que inicialmente se hizo conocida en su país por
papeles principales en películas dramáticas y programas de televisión, antes de haber sido
alabada por su actuación en la miniserie de Netflix. Ella despliega una enorme cantidad de
recursos con total naturalidad que la hace perfecta para el personaje, transitando la
dualidad -de la vulnerabilidad al empoderamiento-.

Al ser llevadas al extremo las condiciones de la opresión, el espectador siente más en su


propia carne el coraje, el miedo y la urgencia de la liberación. Aunque la fe no esté en
primer plano, suma el hecho de que la serie sea una ventana al poco conocido universo de
la comunidad de Williamsburg, a la que ilustra en detalle, con asesoramiento de un equipo
artístico integrado en gran parte por sus propios miembros.

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