Manual Endocrino 2 Ed
Manual Endocrino 2 Ed
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EDITORES
DIRECTOR
Jesús Argente Oliver
Catedrático y Director del Departamento de Pediatría,
Universidad Autónoma de Madrid.
Jefe de Servicio de Pediatría y Endocrinología.
Director, Laboratorio de Investigación
Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.
Madrid.
CODIRECTOR
Leandro Soriano Guillén
Profesor Asociado Acreditado a Titular de Pediatría,
Universidad Autónoma de Madrid.
Jefe Asociado de Pediatría.
Fundación Jiménez Díaz.
Madrid.
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación
de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción
prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos,
www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
© 2014 Ergon
C/ Arboleda, 1. 28221 Majadahonda (Madrid)
ISBN: 978-84-15950-73-8
Depósito Legal: M-12465-2014
Autores
This Handbook covers all the most relevant diseases in the fascinating
field of endocrine disorders in children and adolescents. The first two
chapters are dedicated to common anomalies of growth and growth factors.
Particular attention is also given to obesity and the metabolic syndrome,
a very relevant problem in children of Western or Westernised societies.
Abnormalities of pubertal development, disorders of sex differentiation,
thyroid and adrenal diseases are also given relevance and have been properly
shown throughout the book. Chapters on diabetes mellitus and hypoglycemia,
diabetes insipidus, disorders of calcium/phosphorus metabolism, and
endocrine disorders during adolescence are also clearly written. The book
also has very useful chapters on drugs commonly used in paediatric endocrine
disorders, as well as on normal hormonal values and Spanish growth charts.
I have enjoyed very much reading this book, because of its nice format,
very clear statements, and overall very useful algorithms at the end of
each chapter. Essential updated references are also provided.
Franco Chiarelli
Professor of Paediatrics and Paediatric
Endocrinology
Secretary General of the European Society
for Paediatric Endocrinology (ESPE)
Prólogo a la segunda edición
Esta segunda edición nace con el mismo objetivo, pero con la expe-
riencia de saber, porque así se nos ha indicado y solicitado, que también
va dirigida a todos los expertos en las diferentes subespecialidades pediá-
tricas no relacionadas exclusivamente con el ámbito de la endocrinolo-
gía, el metabolismo y la nutrición. Gracias a todos los que nos han solici-
tado activamente una segunda edición, pues, sin duda alguna, el interés
generado por la primera ha sido sustancialmente superior al que hubié-
ramos creido en primera instancia.
Los dos editores, conjuntamente con los diez autores de edades jóve-
nes e intermedias que han participado en la realización del Manual (Doc-
tores Raquel Corripio Collado, Julio Guerrero Fernández, José Ignacio Labar-
ta Aizpún, Alfonso Lechuga Sancho, Abel López Bermejo, Gabriel Ángel
Martos Moreno, Sofía Quinteiro González, María José Rodríguez Jiménez,
Óscar Rubio Cabezas y Diego Yeste Fernández), han analizado y valorado
no solamente los temas en los que estaban directamente implicados, sino
también, leído, comentado y criticado el contenido global que ahora se
ofrece al lector.
Capítulo 1
Hipocrecimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Capítulo 2
Hipercrecimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Capítulo 3
Obesidad y síndrome metabólico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Capítulo 4
Pubertad normal y sus variantes de la normalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Capítulo 5
Pubertad precoz y pubertad retrasada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Capítulo 6
Alteraciones menstruales de la adolescente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Capítulo 7
Criptorquidia, micropene, ginecomastia, macroorquidismo . . . . . . . . . 85
Capítulo 8
Trastornos de la diferenciación sexual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
Capítulo 9
Patología de la glándula tiroides: hipotiroidismo,
hipertiroidismo, nódulo de tiroides y cáncer de tiroides . . . . . . . . . . . . 129
Capítulo 10
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia,
hipercalcemia, hipofosforemia, hiperfosforemia,
raquitismo, osteoporosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Capítulo 11
Diabetes insípida y síndrome de antidiuresis inapropiada . . . . . . . . . 207
Capítulo 12
Hipoglucemia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
Capítulo 13
Hiperglucemia y diabetes mellitus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
Capítulo 14
Patología suprarrenal I: insuficiencia suprarrenal aguda . . . . . . . . . . . 249
Capítulo 15
Patología suprarrenal II: hipercortisolismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259
Capítulo 16
Hiperandrogenismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269
Capítulo 17
Síndrome de Turner y anomalías del gen SHOX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283
Capítulo 18
Neoplasia endocrina múltiple . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297
Capítulo 19
Dislipemias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
Capítulo 20
Hipocrecimiento asociado a síndromes dismórficos . . . . . . . . . . . . . . . . 325
Capítulo 21
Fármacos en endocrinología pediátrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337
Capítulo 22
Valores hormonales de normalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353
Capítulo 23
Curvas de crecimiento españolas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371
capítulo 1
Hipocrecimiento
1. BASES CONCEPTUALES
El hipocrecimiento es, junto con el exceso de peso, el motivo de con-
sulta más frecuente en Endocrinología Pediátrica. En la práctica clínica,
se suelen utilizar como criterios de hipocrecimiento:
• Las tallas por debajo de -2 SDS para la edad y sexo del sujeto.
• Las tallas que, aun estando entre ±2 SDS para la población general,
se sitúan más de 2 SDS por debajo del carril de crecimiento corres-
pondiente a su talla diana ±5 cm [talla diana (TD): talla media de los
padres +6,5 cm en el caso de los varones y -6,5 cm en el caso de las
mujeres].
• Una predicción de talla adulta más de 2 SDS por debajo de la TD.
• Una velocidad de crecimiento (VC) que, independientemente de la
talla, se mantiene más de 2 años por debajo de -1 SDS para su edad
y sexo.
Es esencial diferenciar si el hipocrecimiento es de inicio prenatal o post-
natal y si es armónico (se conservan las proporciones normales entre las
distintas partes del cuerpo) o disarmónico. El hipocrecimiento disarmó-
nico es habitualmente secundario a osteocondrodisplasias o iatrogénico
y la desproporción corporal puede afectar preferentemente al tronco
(frecuente en la radiación espinal) o a los miembros, ya sea en su segmen-
to proximal (rizomélico), medio (mesomélico) o distal (acromélico). La exis-
tencia de un hipocrecimiento disarmónico es siempre patológica; mien-
tras que, el hipocrecimiento armónico puede ser normal o patológico.
2. CLÍNICA
El crecimiento es un proceso complejo, influenciado por múltiples fac-
tores y en el que participa la práctica totalidad de los sistemas del orga-
nismo; por ello, puede verse afectado por cualquier condición, tanto pre-
natal como postnatal, que afecte a la salud del niño, acompañándose de
los síntomas y signos propios de cada una de esas entidades (Tabla 1).
Existen, además, hipocrecimientos causados por trastornos específi-
cos del eje hormonal somatotropo, principal responsable de la promoción
1
2 Manual de endocrinología pediátrica
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
3.1. Anamnesis
Antecedentes familiares
• Etnia y país de origen.
• Existencia de consanguinidad.
• Enfermedades endocrinológicas, autoinmunes, displasias esqueléti-
cas, hipocrecimientos armónicos.
• Fórmula gestacional materna [gestaciones, abortos (causas), hijos
vivos].
• Nivel socioeconómico.
• Edad, talla, tempo de maduración e hitos del desarrollo puberal de
padres y hermanos (edad de telarquia y menarquia en mujeres y de
Hipocrecimiento 3
Antecedentes personales
• Embarazo, parto y periodo neonatal (test de Apgar, reanimación, icte-
ricia, hipoglucemia).
• Edad gestacional, peso, longitud y perímetro cefálico del recién naci-
do, que se estandarizarán (SDS) respecto a las referencias para edad
gestacional y sexo.
• Momento de identificación del hipocrecimiento y evolución posterior
del mismo. Es esencial diferenciar si el hipocrecimiento se inició en el
periodo prenatal o bien en la vida extrauterina. En el primer caso, hay
que identificar si ha existido una acentuación postnatal del mismo o,
por el contrario, un crecimiento recuperador (completo o parcial). Es
deseable disponer de los registros previos de peso y talla, pareados,
de sus revisiones en salud realizadas en Atención Primaria.
• Pauta de alimentación e inmunización. Alergias o intolerancias ali-
mentarias (especialmente, enfermedad celíaca).
• Desarrollo psicomotor y rendimiento escolar.
• Enfermedades y tratamientos médicos previos o actuales.
• Antecedentes de traumatismo craneal o lesión cerebral graves.
• Edad de inicio y pauta de progresión de la dentición y la pubertad (si
procede), con especial atención a esta última, pues la valoración de la
talla y de la velocidad de crecimiento del paciente deben realizarse,
siempre, en relación con el estadio de desarrollo puberal del mismo.
yendo, según los casos, una serie ósea corporal total y/o radiografías
de los segmentos afectos como, por ejemplo, el antebrazo (deformi-
dad de Madelung) en la discondrosteosis de Léri-Weill.
• Cariotipo: niñas con talla por debajo de -2 SDS de etiología no aclara-
da o rasgos dismórficos y en varones con alteraciones genitales o
estigmas dismórficos.
• Menos habitual es la determinación de los niveles circulantes de la
proteína transportadora de GH de alta afinidad (GHBP). Esta provie-
ne del desprendimiento de la porción extracelular del receptor de la
GH. Se encuentra disminuida en aquellas alteraciones del receptor de
GH (GHR) que implican al dominio extracelular.
• Cuando se constata la existencia de niveles reducidos de IGF-I, IGFBP-
3 y/o SAL (subunidad ácido lábil), la orientación diagnóstica se diri-
ge hacia la existencia de deficiencia en la secreción de GH, resisten-
cia o insensibilidad a la misma (por defectos en su receptor o en las
vías de señalización de éste), deficiencia primaria de IGF-I o de SAL,
sin haberse comunicado hasta el momento casos de hipocrecimien-
tos debidos a la deficiencia aislada de IGFBP-3 (Tabla 2).
• El diagnóstico de una deficiencia de GH, debido a las características
pulsátiles de su secreción, requiere del empleo de estímulos fisioló-
gicos o farmacológicos. Pese a las limitaciones en cuanto a su espe-
cificidad y reproductibilidad, actualmente continúan siendo la herra-
mienta diagnóstica más empleada internacionalmente requiriéndo-
se, por consenso, la realización de dos pruebas diferentes para alcan-
zar el diagnóstico:
– Como norma general, todo paciente que vaya a ser sometido a
una de estas pruebas debe mantener un periodo de ayuno pre-
vio suficiente (>8 horas). Los protocolos de estudio más utiliza-
dos se recogen en la tabla 4. El paciente debe permanecer en decú-
bito supino (salvo en el test de ejercicio) y familiarizarse con el
entorno antes de la realización de la prueba (para evitar el efec-
to del estrés).
– Es preciso tener, además, en cuenta las características de cada
paciente. Así, por ejemplo, el test de hipoglucemia insulínica, que
puede ocasionar como efecto secundario hipoglucemia grave, está
contraindicado si existen antecedentes de: epilepsia, convulsiones,
crisis de hipoglucemia o diabetes mellitus, y no se recomienda tam-
poco en niños menores de 2 años, por su mayor sensibilidad a la
insulina (si se hiciese, la dosis de insulina debería ser 10 veces
menor), ni en aquellos casos en que se sospeche una deficiencia
combinada de hormonas hipofisarias y/o una insuficiencia supra-
rrenal. Por el contrario, el test de glucagón es especialmente útil
en el recién nacido y en lactantes que puedan presentar hipoglu-
cemias graves.
8 Manual de endocrinología pediátrica
Prueba de
estimulación Protocolo de realización Extracciones para GH
Sueño Ingreso hospitalario Basal y tras 1 y 2 horas
del inicio del sueño
Ejercicio Subir y bajar escaleras (10-20 Basal y tras 20-30
minutos) minutos del inicio
Cicloergómetro 2 W/kg (10
minutos)
Levodopa L-3,4-dihidroxifenilalanina v.o. - 30, basal, 30, 60, 90
Peso <15 kg: 125 mg y 120 minutos
15-35 kg: 250 mg
>35 kg: 500 mg
Clonidina 0,15 mg/m2 de superficie - 30, basal, 30, 60, 90,
corporal v.o. 120 y 150 minutos
Guanfacina 1 mg/m2 de superficie corporal - 30, basal, 30, 60, 90,
v.o. 120 y 150 minutos
Insulina Insulina regular i.v. -30, basal, 15, 30, 45,
- 0,1 UI/kg 60, 90 y 120 minutos
- 0,05 UI/kg (si se sospecha
deficiencia de ACTH)
Arginina Clorhidrato de arginina i.v. al 5-10% - 30, basal, 30, 60, 90 y
- 0,5 g/kg (máximo 30 g) diluido en 120 minutos
suero fisiológico a pasar a ritmo
constante en 30 minutos
Glucagón 0,1 mg/kg (máximo 1 mg) s.c. o - 30, basal, 30, 60, 90 y
i.m. 120 minutos
Ornitina Clorhidrato de ornitina i.v. al 6,25% - 30, basal, 15, 30, 45,
- 12 g/m2 de superficie corporal 60, 90 y 120
diluido en suero fisiológico a pasar minutos
a ritmo constante en 30 minutos
4. TRATAMIENTO
El tratamiento del hipocrecimiento debe comenzar por asegurar una
ingesta adecuada, en cantidad y composición, de macronutrientes y oli-
goelementos. Asimismo, en aquellos casos en los que el hipocrecimiento
es la consecuencia de alguna patología subyacente, su corrección pasa
necesariamente por el tratamiento de la misma.
El tratamiento de aquellos casos en los que existe una deficiencia en
la secreción endógena de GH es con GH humana recombinante (GHr), que
se administra diariamente por vía subcutánea, preferentemente por la
noche. Debido a su disponibilidad y a los estudios que han demostrado
cierta eficacia en otras formas de hipocrecimiento sin deficiencia de
GH, su utilización se ha extendido a las mismas (Tabla 6). No obstante, las
indicaciones aceptadas para la utilización de la GHr varían de unos paí-
ses a otros. Así, por ejemplo, su utilización en la talla baja idiopática y en
Hipocrecimiento 11
Talla >-2 SDS Talla -2 a -2,5 SDS Talla < -2,5 SDS
VC > 0 SDS VC -1 a 0 SDS Vc < -1 SDS
EO normal o ligero retraso EO normal o ligero retraso EO muy retrasada
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capítulo 2
Hipercrecimiento
1. BASES CONCEPTUALES
Un amplio número de cuadros clínicos y entidades sindrómicas cur-
san con hipercrecimiento, definido por una talla > +2 SDS o velocidad de
crecimiento > +2SDS, ya prenatal, ya postnatalmente.
Una clasificación etiológica de los cuadros clínicos que cursan con
hipercrecimiento se refleja en la tabla 1, de acuerdo con nuestro cono-
cimiento de los factores básicos que regulan el crecimiento (genéticos,
nutricionales y hormonales). La mayoría de las enfermedades son prima-
rias.
El reconocimiento y diagnóstico de los diferentes cuadros clínicos que
cursan con hipercrecimiento es imprescindible para: tratamiento médi-
co, consejo genético y vigilancia sobre el desarrollo de procesos tumora-
les.
2. CLÍNICA
Existen muchas entidades clínicas que cursan con talla alta, funda-
mentalmente síndromes, que se manifiestan en el periodo neonatal (Tabla
2). Otras veces, la talla alta se manifiesta pasado el periodo neonatal y será
prioritaria la búsqueda de otros síntomas asociados que orienten al diag-
nóstico: rasgos acromegálicos, signos de pubertad precoz, retraso psico-
motor, fenotipo dismórfico.
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
• Historia previa: es fundamental recoger los datos de velocidad de cre-
cimiento del último año y la aparición de otros síntomas asocia-
dos.
• Antecedentes familiares: talla de progenitores, antecedentes familia-
res de talla alta, antecedentes de retraso psicomotor, enfermedad car-
diovascular.
• Antecedentes personales: embarazo, parto eutócico/distócico, datos
antropométricos al nacimiento, hipoglucemia neonatal, anomalías
15
16 Manual de endocrinología pediátrica
I. Hipercrecimiento postnatal
A. Variantes normales
– Talla alta familiar (genética)
– Maduración rápida familiar (genética)
B. Nutricional
– Sobrenutrición (obesidad)
C. Hormonal
– ↑↑ Hormona del crecimiento (GH):
- Gigantismo hipofisario:
Adenoma hipofisario
Síndrome de McCune-Albright
Adenomatosis endocrina múltiple (MEN-1)
- Adenomas ectópicos (cavidad nasal-esfenoidea)
- ↑↑ GHRH:
Gangliocitomas intracraneales
Tumores extracraneales (carcinoide, pancreático, adenomas
bronquiales, etc.)
– Acromegaloidismo
– Receptores de factores del crecimiento:
- Trisomía IGF1R
- Anomalías del FGFR3
– Hipertiroidismo
– Hiperinsulinismo:
- Neonatos y lactantes
- Lipodistrofia
– ↑↑ Prepuberal de hormonas sexuales:
- Pubertad precoz isosexual
- Andrógenos o estrógenos suprarrenales
- Andrógenos o estrógenos gonadales
– Deficiencia o insensibilidad de hormonas sexuales:
- Eunucoidismo:
Varón hipogonadotrófico
Mujer hipogonadotrófica
- Resistencia estrogénica y deficiencia de aromatasa
- Resistencia androgénica
- Disgenesia gonadal XY (síndrome de Swayer)
- Deficiencia de 17-hidroxilasa XY
– Deficiencia glucocorticoidea familiar (mutaciones en el gen del receptor
de ACTH)
D. Genética
1. Cromosomopatías:
– Trisomía X (mujeres 47, XXX)
– Síndrome de Klinefelter XXY, XXYY
– Varones XYY
– Síndrome del cromosoma X frágil
– Deleción 22q13.3
.../...
Hipercrecimiento 17
2. Síndromes y otros:
– Síndrome de Marfan
– Síndrome de Beals
– Fibrilinopatías
– Homocistinuria
– Síndrome de Beckwith-Wiedemann
– Hipercrecimiento somático (metilación H19)
– Síndrome de Simpson-Golabi-Behmel
– Síndrome del hamartoma PTEN
– Síndrome de Partington
– Síndrome de Sotos
– Síndrome de Weaver
– Neurofibromatosis tipo I
– Síndrome de Nevo
– Síndrome de Elejalde
Examen físico
• Peso, talla, IMC y velocidad de crecimiento.
• Tensión arterial y frecuencia cardiaca.
• Valorar posible aspecto sindrómico.
• Estado nutricional.
• Manchas en piel.
• Auscultación cardiopulmonar (descartar cardiopatía).
• Palpación abdominal (visceromegalias).
• Hemihipertrofia corporal.
• Describir estadio puberal de Tanner.
• Examen neurológico.
• Valoración oftalmológica.
TABLA 2. Bases moleculares y etiopatogenia del hipercrecimiento (establecidas o sugeridas).
18
Bases moleculares
Genes de crecimiento extra
– Síndrome de Klinefelter (47,XXY) Gen SHOX extra X extra
– Trisomía X (47,XXX) Gen SHOX extra X extra
– Varones 47,XYY GenY specific growth control extra Y extra
Excesiva secreción de GH (tumores hipofisarios)
– Esporádica:
- Gigantismo/acromegalia Mutaciones en el gen de la proteína Gsα 20q12-q13.2
LOH (pérdida alélica) (sin mutaciones del gen MEN1) 11q13
Sobreexpresión de PTTG
- Síndrome de McCune-Albright Mutaciones en el gen de la proteína Gsα 20q12-q13.2
– Familiar:
- MEN-1 Mutaciones en el gen MEN1 11q13
y LOH de 11q.13
- Acromegalia/gigantismo LOH (pérdida alélica) (sin mutaciones del gen MEN1) 11q13
Factores de crecimiento extra
– IGF-II:
- Síndrome de Beckwith-Wiedemann Sobreexposición de IGF II 11p15.5
- Sileciación de H19 Sobreexposición de IGF II
- Síndrome de Simpson-Golabi-Behmel 1 Deficiencia de glypicano 3 - GPC3 Xq26
- Síndrome de Simpson-Golabi-Behmel 2 Mutación en el gen CXORF5 Xp22
– IGF-I-insulina:
- Obesidad Hiperinsulinismo - IGF-I libre Varios
- Lipodistrofia Hiperinsulinismo Varios
- Hijo de madre diabética Hiperinsulinismo
- Lactantes gigantes con hipoglucemia neonatal Hiperinsulinismo Varios
Manual de endocrinología pediátrica
TABLA 2. (Continuación) Bases moleculares y etiopatogenia del hipercrecimiento (establecidas o sugeridas).
Bases moleculares
Factores de crecimiento - receptores
– Trisomía del IGFIR IGFIR Extra Duplicación 15q
Hipercrecimiento
Aparencia normal Obesidad Cambios puberales precoces Ausencia o marcado Elementos dismórficos
retraso puberal
Hipogonadismo -Disgenesia
(varón o mujer): gonadal XY
Talla Varones Gigantismo -XXX Mujeres XY -Primario -Deficiencia de 17- -BWS -Marfan -Sotos
padres ↓↓↓ EO hipofisario -XXY -Secundario hidroxilasa en XY -SGBS -Beals -Weaver
-XYY -Homocistinuria -PTEN
Resistencia -↓ FGFR3 -Partington
androgénica -X frágil
Talla -Aromatasa ↓
normal -Resistencia estrógenos
EO: edad ósea; GH: hormona de crecimiento; IGF-I : factor de crecimiento similar a la insulina tipo I; IGFPB-3: proteína transportadora tipo 3 del factor de crecimiento similar a la insulina; T4: tiroxina; TSH: hormona estimulante
tiroidea; GnRH: hormona liberadora de gonadotropinas; LH: hormona luteinizante; FSH: hormona foliculoestimulante; BWS: síndrome de Beckwith-Wiedemann; SGBS: síndrome de Simpson-Golabi-Behmel; FGFR3: receptor
tipo 3 del factor de crecimiento fibroblástico; PTEN: homólogo tensin fosfatasa en cromosoma 10 ; ↓: disminuido, deficiente o retrasado; ↑: aumentado; ↓↓↓: muy retrasado.
Pruebas complementarias
La historia clínica y examen físico orientarán el diagnóstico (Fig. 1).
4. TRATAMIENTO
Es multidisciplinario, por lo que puede requerir de diferentes especia-
listas para abordar distintas situaciones anómalas (endocrinólogo, car-
diólogo, oftalmólogo, traumatólogo, rehabilitador, logopeda, oncólogo y
neurocirujano, entre otros).
• Crecimiento: cada vez es más habitual la consulta de pacientes con
talla alta familiar que desean conocer su talla adulta y, en consecuen-
cia, la posibilidad de emplear algún fármaco para reducir en algún cm
dicha talla. En el caso de las niñas pueden emplearse estrógenos a
dosis elevadas (3 a 10 veces las empleadas como dosis sustitutivas en
casos de deficiencia). La edad ósea se acelera a un promedio de 1,8
años por año de tratamiento y, la reducción de talla prevista oscila
entre 3,5 a 7,3 cm. Se ha descrito un menor índice de fertilidad entre
estas pacientes tratadas con dosis altas de estrógenos en la vida adul-
ta. En el caso de los varones, pueden emplearse ésteres de testoste-
rona de forma intramuscular, cada 2-3 semanas, a la dosis aproxima-
da de 500 mg/m2 de superficie corporal por mes. La experiencia es
limitada, si bien con ella se ha logrado reducir la talla adulta prevista
Hipercrecimiento 25
BIBLIOGRAFÍA
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me of excessively rapid growth and acromegalic features and a nonprogressive neu-
ral disorder. N Engl J Med. 1964; 271: 109-16.
capítulo 3
1. BASES CONCEPTUALES
La obesidad es el motivo de consulta más frecuente en Endocrinolo-
gía Pediátrica, con una incidencia en continuo aumento y una prevalen-
cia estimada conjunta de sobrepeso y obesidad infanto-juvenil superior
al 25% de la población española. Consiste en la acumulación excesiva de
tejido adiposo que ocasiona la coexistencia de patologías asociadas, o un
incremento del riesgo de padecer las mismas y del riesgo de mortalidad
precoz.
La definición clínica de la obesidad se realiza por medio de una esti-
mación indirecta del contenido graso corporal, empleando para ello el
índice de masa corporal [IMC, peso (kg) / talla (ml)2] y estableciéndose
unos límites máximos para establecer las categorías diagnósticas de sobre-
peso y obesidad. Debido al crecimiento longitudinal, propio de la infancia
y adolescencia, en este rango de edad el IMC se debe contrastar con los
valores poblacionales [percentiles o Z-score (desviaciones estándar por
encima de la media para edad y sexo según población de referencia)], sin
existir consenso internacional respecto a la definición de estos “puntos
de corte” (en el adulto 25 y 30 kg/m2, respectivamente) o a los estudios
poblacionales de referencia idóneos, especialmente en los niños meno-
res de 2 años de edad. En la actualidad, un criterio adecuado para definir
la obesidad sería la presencia de un Z-score (SDS) de IMC superior a 2 para
la edad y sexo de la población de referencia.
En la actualidad, para establecer el diagnóstico de SM, se evalúan
la presencia de obesidad (Z-score de IMC > + 2 o perímetro abdominal
por encima del percentil 90, según autores), alteraciones del metabo-
lismo de hidratos de carbono [alteración de la glucemia en ayunas (glu-
cosa ≥100 y <126 mg/dl), intolerancia a hidratos de carbono (glucosa
≥140 y <200 mg/dl tras sobrecarga oral de glucosa), diabetes mellitus
(2 determinaciones en ayunas de glucemia superiores a 126 mg/dl o glu-
cemia ≥200 mg/dl tras sobrecarga oral de glucosa)], dislipemia (dis-
minución de HDL-colesterol, elevación de triglicéridos, con variabilidad
en el punto de corte según distintas definiciones) e hipertensión arte-
27
28 Manual de endocrinología pediátrica
rial sistólica y/o diastólica (TAS y/o TAD >p95 para la edad y sexo). Así,
es necesaria la presencia de 3 de estos criterios para alcanzar el diag-
nóstico de SM, considerándose la presencia de obesidad abdominal, con-
dición sine qua non en algunas definiciones propuestas. Sin embargo,
la Federación Internacional para el estudio de la Diabetes (IDF) reco-
mienda que el diagnóstico de SM no se establezca en niños menores de
10 años de edad.
2. CLÍNICA
El gran incremento de la prevalencia de obesidad es mayoritaria aun-
que no exclusivamente, debido al efecto de un aporte energético incre-
mentado y de un descenso del consumo de esta energía derivado de la
actividad física sobre una base molecular poligénica aun deficientemen-
te conocida en la que cobran especial importancia el gen FTO (Fat Mass
and Obesity Associated) y algunas microdeleciones o microduplicacio-
nes (CNVs, common normal variants) detectadas en estudios de microen-
sayos (microarrays) o hibridación genómica comparativa (CGH).
No obstante, la presencia de obesidad es, también, aunque con mucha
menor frecuencia, característica en determinados síndromes polimalfor-
mativos (Tabla 1), o bien una consecuencia secundaria de mutaciones
monogénicas en la vía de señalización leptina-melanocortina [principal-
mente del receptor de melanocortina número 4 (MC4R)] o en los genes
implicados en el desarrollo hipotalámico, enfermedades endocrinológi-
cas o tratamientos médicos o quirúrgicos (Tabla 2).
A su vez, la obesidad puede originar la aparición de un gran número
de patologías y acompañarse de los síntomas propios de éstas (Tabla 3).
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
Debido al gran componente estigmatizante de la obesidad, la entre-
vista con el niño o adolescente afecto de obesidad y con sus padres debe
hacerse en un tono neutro, que no infiera noción de culpabilidad, objeti-
vando y haciendo evidentes los aspectos comportamentales y de hábitos
a mejorar, al tiempo que ensalzando las iniciativas positivas ya empren-
didas por el paciente o la familia. Los aspectos esenciales a incluir en la
anamnesis están contemplados en la tabla 4.
Exploración física
Debe realizarse una exploración pediátrica general, pero específica-
mente dirigida a la detección de cualquier signo que pueda orientar hacia
la causa de la obesidad o a la existencia de comorbilidades asociadas.
• Aspecto y actitud general [distribución de tejido adiposo, acumula-
ción en tronco (obesidad abdominal y giba de búfalo en hipercortiso-
lismo)], tono muscular, signos de retraso psicomotor).
Obesidad y síndrome metabólico 29
DM2: diabetes mellitus tipo 2; GH: hormona de crecimiento; HC: hidratos de carbono;
HTA: hipertensión arterial; PEG: pequeño para su edad gestacional; SAOS: síndrome de
apnea obstructiva del sueño; SOP: síndrome de ovario poliquístico.
Referencias
Sobrepeso Obesidad poblacionales
IOTF IMC = p91 a p98 IMC ≥ p99 Cole et al. 2000
CDC IMC = p85 a p94 IMC ≥ p95 CDC 2000
GPC-SNS IMC = p85 a p96 IMC ≥ p97 Hernández et al. 1988
CDC: Center for Disease Control, USA; IMC: índice de masa corporal; IOTF: International
Obesity Task Force; p: percentil; GPC-SNS: Guía de Práctica Clínica para la Prevención y
el tratamiento de la Obesidad Infanto-Juvenil del Sistema Nacional de Salud (2009,
actualizada 2013).
Exámenes complementarios
Escalón inicial
• Edad ósea (permite valorar la magnitud de la influencia del exceso de
peso sobre el crecimiento y el desarrollo puberal del paciente). En la
obesidad es frecuente una EO acelerada respecto a la EC (pero ade-
cuada a la talla del niño y a su proyección respecto a su talla genéti-
camente determinada).
• Hemograma y ferritina (prevalencia elevada de ferropenia por aumen-
to de hepcidina).
• Bioquímica: urea, creatinina, ácido úrico (función renal) y transami-
nasas (aumento inconstante en esteatohepatitis).
× glucosa (mg/dl)/405).
• Lipidograma: triglicéridos, colesterol total y sus fracciones [lipoproteínas
de alta, baja y muy baja densidad (HDL, LDL, VLDL, respectivamente)].
36
Edad de
presentación
MODO de instauración
Sobrealimentación
Mutaciones monogénicas
Sds. polimarformativos BRUSCO Progresivo
Secreción hormonal
tumoral TALLA BAJA TALLA NORMAL/ALTA
VC. LENTA VC. NORMAL/ALTA
Resonancia magnética
IGF-I, IGFBP-3
Cortisol libre urinario 24 h (x3) Etiología hormonal
T4 libre y TSH improbable
Calcio, fósforo y PTHi
Exploraciones específicas
• Apolipoproteínas A y B: si existe dislipidemia conocida. Lipoproteína
a: si existen antecedentes familiares de cardiopatía coronaria precoz.
• Niveles de hemoglobina glicosilada (HbA1c) y test de tolerancia oral
a la glucosa [TTOG (1,75 gramos de glucosa anhidra por kg de peso
corporal con un máximo de 75 gramos)], en aquellos casos en los que
el paciente pertenezca a un grupo étnico de riesgo (hispano, afroa-
mericano) y/o existan alteraciones de la glucemia (>100 mg/dl) o
insulinemia basal (>15 µU/ml), dislipidemia, HTA, antecedentes fami-
liares de DM2, o condiciones asociadas a la resistencia periférica a la
acción de la insulina, tales como acantosis nigricans o síntomas del
SOP.
• Microalbuminuria (sospecha de nefropatía).
• Ecografía abdominal en situaciones de resistencia a insulina combi-
nada con dislipemia, o ante situaciones de hipertransaminasemia,
para evaluar la afectación hepática (esteatohepatitis, fibrosis, cirro-
sis).
• Ecografía pélvica: en adolescentes afectas de hirsutismo y/u oligome-
norrea. Se determinarán también los niveles de andrógenos circulan-
tes basales (testosterona, androstendiona y sulfato de dehidroepian-
drosterona).
• IGF-I e IGFBP-3: si coexisten obesidad y talla baja.
• Calcio, fósforo y hormona paratiroidea (PTH): talla baja y fenotipo
sugerente de osteodistrofia de Albright.
• Estudio oftalmológico para descartar retinitis pigmentaria: rasgos
dismórficos y retraso mental.
• Resonancia magnética craneal: cuando exista sospecha clínico-bio-
lógica de patología intracraneal.
• Calorimetría indirecta: sospecha de estado hipometabólico.
• Estudio genético dirigido a las etiologías monogénicas con base mole-
cular conocida en función de los hallazgos exploratorios, con especial
atención a la obesidad de aparición precoz (antes de los 5 años) y a
aquella asociada a retraso psicomotor y/o rasgos dismórficos.
• La utilidad clínica del estudio de los niveles circulantes de sustancias
proinflamatorias (proteína C reactiva de alta sensibilidad o interleu-
38 Manual de endocrinología pediátrica
Edad 6 a 10 años
El SM no puede ser diagnosticado, pero hay que prestar atención indi-
vidualizada a las comorbilidades presentes y a la historia familiar, reco-
mendándose la reducción ponderal cuando el perímetro de cintura alcan-
za o supera el percentil 90 de las referencias por grupo étnico.
Edad 10 a 16 años
• Cintura ≥p90 por grupo étnico (o límite de adulto, si es menor).
• Junto a 2 ó más de los siguientes:
– Triglicéridos ≥150 mg/dl.
– HDL-C <40 mg/dl.
– TA sistólica (TAS) ≥130 mm Hg o diastólica (TAD) ≥85 mmHg.
– Glucemia en ayunas ≥100 mg/dl o DM2 diagnosticada.
4. TRATAMIENTO
El tratamiento de las comorbilidades metabólicas de la obesidad infan-
to-juvenil se abordará en los correspondientes capítulos del manual.
El tratamiento propiamente dicho de la obesidad en el niño y el ado-
lescente requiere, necesariamente, la implicación del núcleo familiar y del
entorno cercano del niño, elementos esenciales para el éxito de las indi-
Obesidad y síndrome metabólico 39
BIBLIOGRAFÍA
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– Baur LA, Hazelton B, Shrewsbury VA. Assessment and management of obesity in
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– Grupo de trabajo de la guía sobre la prevención y el tratamiento de la obesidad
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clínica sobre la prevención y el tratamiento de la obesidad infantojuvenil. Madrid:
Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Polí-
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práctica clínica: AATRM N.º 2007/25 (actualizada en 2013).
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obesity: present and future prospects. Int J Obes (Lond). 2013; 37: 1-15.
capítulo 4
PUBERTAD NORMAL
Es el periodo de la vida en el que se obtiene la maduración sexual com-
pleta, se desarrollan los caracteres sexuales secundarios y se alcanza la
talla adulta. Este fenómeno es debido a complejos cambios biológicos
hipotalámicos (predominio de factores estimuladores neuronales y glia-
les sobre factores inhibitorios) que concurren en el aumento de la secre-
ción de hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) y, secundariamen-
te, de hormonas foliculoestimulantes (FSH) y luteinizantes (LH). Finalmen-
te, este aumento de gonadotropinas produce un incremento de esteroi-
des sexuales (estradiol y testosterona), conduciendo a la aparición pro-
gresiva de los caracteres sexuales secundarios (Tabla I).
La definición de pubertad normal obedece a criterios estadísticos; es
decir, si la aparición de los caracteres sexuales se encuentra dentro del
intervalo aproximado -2,5 SDS/+2,5 SDS para el sexo. Así, se considera una
pubertad normal la que acontece entre 9 y 14 años en niños, y entre 8 y 13
años en niñas. Si nos encontramos fuera de ese rango, hablaremos de
pubertad precoz o retrasada.
En muchas ocasiones podemos encontrarnos formas clínicas suge-
rentes de patología puberal, que en realidad son variantes de la norma-
lidad pero que exigen un diagnóstico diferencial adecuado: telarquia pre-
matura, adrenarquia prematura, menarquia prematura aislada, pubertad
adelantada.
ADRENARQUIA PREMATURA
1. BASES CONCEPTUALES
Aparición de vello púbico y/o axilar y/o aumento del olor corporal (olor
apocrino) antes de los 8 años en niñas y de los 9 años en niños, con un cla-
ro predominio femenino (relación 9:1). Es un fenómeno independiente de
la pubertad, en el que se produce una maduración temprana de la zona
reticularis de la glándula suprarrenal que conlleva un aumento de sulfa-
to de hidroepiandrostendiona.
43
44
TABLA 1. Estadios puberales de Tanner.
Niña Niño
Estadio I Corresponde al estadio infantil, no existiendo ningún grado Corresponde al estadio infantil. El volumen testicular es siempre
de desarrollo mamario. No existe vello pubiano inferior a 4 cc, pudiendo ser a lo largo de la vida prepuberal de
1, 2 o 3 cc. No existe vello pubiano
Estadio II Se inicia la telarquia, existiendo un “botón” mamario, El volumen testicular es de al menos 4 cc, la piel escrotal se hace
palpándose un pequeño nódulo. La areola aumenta más rugosa, aumenta de tamaño y adquiere un color más oscuro.
discretamente de diámetro. Comienza a aparecer un escaso En relación al vello pubiano, aparecen los primeros pelos en la
pelo lacio, con predominio en labios mayores base del pene
Estadio III Se caracteriza porque en él la mama y el pezón crecen más, Se caracteriza, preferentemente, por el aumento del tamaño del
mostrando un contorno redondeado en el perfil lateral. Se pene, afectando de forma más notable a su longitud. Asimismo,
incrementa la cantidad de vello pubiano, siendo éste más el volumen testicular continúa aumentando, situándose entre
oscuro, grueso y rizado 6-12 cc. El vello pubiano está conformado por pelos más largos y
abundantes, de aspecto rizado, extendiéndose en la zona pubiana
Estadio IV La areola y el pezón han crecido más, formándose una El tamaño del pene continúa aumentando, tanto en su longitud
pequeña elevación que sobresale del resto de la glándula. como en su circunferencia. Junto a ello, el glande aumenta de
El vello pubiano es similar al de la mujer adulta, ocupando tamaño. El volumen testicular se sitúa entre 12-15 cc. El vello
una superficie menor que en ésta pubiano está conformado por pelos más gruesos, rizados y
negros, cubriendo la mayor parte del área pubiana
Estadio V Corresponde al estadio de la mama adulta, desapareciendo Corresponde al estadio del adulto. El volumen testicular es
el segundo montículo descrito en el estadio IV. El vello superior a 15 cc. En relación al vello pubiano, también se asiste al
pubiano presenta una morfología de triángulo invertido, estadio del adulto: el vello se extiende a la cara superior e interna
pudiendo extenderse a la parte superior de los muslos de los muslos y a la línea alba
Manual de endocrinología pediátrica
Pubertad normal y variantes de la normalidad... 45
2. CLÍNICA
Aparición de vello púbico, axilar, aumento del olor corporal, incremen-
to de grasa corporal (sobre todo, pelo graso) antes de los 8 años en niñas
y de los 9 años en niños, sin acompañarse de desarrollo mamario en las
niñas ni aumento del volumen testicular o del pene en los niños. No sue-
le observarse una aceleración brusca del crecimiento, pero la talla suele
estar por encima de la talla diana. Por otra parte, es frecuente que la edad
ósea esté ligeramente adelantada.
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
La adrenarquia prematura es un diagnóstico de exclusión, existiendo
dos entidades con semiología clínica parecida que debemos descartar
(Fig. 1): a) hiperplasia suprarrenal congénita (HSR) de presentación tardía;
y b) tumor suprarrenal.
Anamnesis
Antecedentes familiares
• Adrenarquia prematura.
• Hirsutismo, irregularidades menstruales, ovario poliquístico, inferti-
lidad.
• Padre con desarrollo puberal temprano, con aumento de vello.
• Raza.
Antecedentes personales
• Prematuridad/retraso de crecimiento intrauterino/bajo peso para la
edad gestacional.
• Interrogar sobre la aparición de los síntomas, tiempo de evolución,
progresión.
• Curvas de crecimiento.
46
DHEA-S ⇑ , ACTH Test ACTH anormal DHEA-S ⇑⇑⇑ (>700 µg/dl), ⇑⇑ T, ACTH y DHEA
normal, T normal, ACTH normal normales
ecografía normal
Ecografía abdominal
Adrenarquia prematura
idiopática: control
clínico cada 3-6 meses
Normal: considerar nueva Masa suprarrenal: posible ß-hCG normal ⇑ß-hCG y masa
evaluación con TAC tumor suprarrenal abdominal
(confirmar con TAC y/o RM)
Examen físico
• Peso, talla, IMC.
• Tensión arterial.
• Signos de virilización (acné, acantosis nigricans, hirsutismo, clitoro-
megalia).
• Estadio puberal de Tanner:
– Niña: describir vello púbico, axilar, tamaño de clítoris, existencia de
botón mamario.
– Niño: describir vello púbico, axilar, volumen testicular.
Pruebas complementarias
Algunos autores consideran que si no existe aceleración de la veloci-
dad de crecimiento y la edad ósea coincide con la edad cronológica, no es
necesario solicitar estudios adicionales. De esta manera, pueden quedar-
se sin diagnosticar tumores suprarrenales incipientes o formas tardías de
hiperplasia suprarrenal congénita paucisintomáticas (no hay aceleración
del crecimiento ni de la edad ósea). Por tanto, consideramos que deben rea-
lizarse las siguientes pruebas complementarias:
Estudio hormonal
• DHEA-S, Androstendiona, testosterona basales: para descartar tumo-
res suprarrenales (a veces un tumor testicular productor únicamen-
te de testosterona puede presentar misma semiología). En la adre-
narquia prematura hay valores elevados de DHEA-S para estadio pube-
ral Tanner I, que son normales si los comparamos con los valores de
Tanner II. Todo valor de DHEA-S superior a 700 µg/dl es sugerente
de patología tumoral.
• Test de estimulación de hormona adrenocorticotropa (ACTH)*:
– Es de utilidad para el diagnóstico diferencial entre adrenarquia pre-
matura e hiperplasia suprarrenal congénita de presentación tardía.
– Se debe realizar a primera hora de la mañana (entre las 8:00-9:00),
extrayendo en el momento 0, cortisol y 17-hidroxiprogesterona (17-
OHP) para, posteriormente, administrar ACTH por vía intravenosa
a la dosis de 250 µg. Seguidamente, se extraerá sangre para deter-
minar cortisol y 17-OHP a los 30 y 60 minutos. Para considerar la
prueba como útil, debe existir un pico de cortisol superior a 20 µg/dl.
– Existe controversia en cuanto a la cifra de 17-OHP a partir de la cual
consideramos HSR. Así, el criterio internacional más extendido es con-
siderar un pico de 17-OH-P superior a 15 ng/ml. Valores entre 10-15,
son intermedios, recomendando estudio genético para confirmar.
Pruebas de imagen
• Edad ósea: si está muy adelantada sugiere exceso de secreción andro-
génica.
48 Manual de endocrinología pediátrica
4. TRATAMIENTO
No requieren tratamiento, aunque es recomendable realizar segui-
mientos periódicos ya que, en la adolescencia, hay mayor incidencia de
sobrepeso, irregularidades menstruales e hirsutismo, que pueden preci-
sar un tratamiento específico (antiandrógenos).
TELARQUIA PREMATURA
1. BASES CONCEPTUALES
Desarrollo mamario uni o bilateral antes de los 8 años sin evidencia
de otros signos de pubertad precoz (aceleración del crecimiento, edad ósea
incrementada, aparición de vello púbico y/o axilar).
Es una entidad relativamente frecuente, con una incidencia aproxima-
da de hasta 21,2 casos por 100.000/año. En la mayoría de ocasiones (hasta
un 60%) aparece antes de los 2 años y, tiende a la regresión espontánea.
El otro pico de presentación es entre los 5 y 7 años y es en estas situaciones
donde se han visualizado telarquias exageradas (hasta el conocimiento de
nuevos datos epidemiológicos) y donde se ha descrito mayor probabili-
dad de evolucionar a un cuadro de pubertad precoz central (hasta un 14%).
La etiología es desconocida, considerándose diferentes teorías:
a) Activación transitoria parcial del eje hipotálamo-hipofisario-gonadal
con aumento de FSH.
b) Fallo de la involución folicular con o sin formación ovárica quística.
c) Sensibilidad excesiva del tejido mamario a la misma cantidad de estró-
genos.
d) Contaminantes ambientales (disruptores endocrinos) con actividad
estrogénica.
e) Formas incompletas de síndrome de McCune-Albright en telarquias
prematuras exageradas.
2. CLÍNICA
Aparición de un botón mamario, inicialmente unilateral, posterior-
mente bilateral, fluctuante, no muy llamativo, que no se acompaña ni
de vello púbico ni axilar, ni se objetiva aceleración de la velocidad de cre-
Pubertad normal y variantes de la normalidad... 49
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Proceso autolimitado que tiende a la regresión espontánea y que, en
general, no precisa de estudios complementarios. No obstante, tendremos
especial precaución en el seguimiento de niñas en las que aparece botón
mamario por encima de los 2 años (más concretamente, por encima de los
5 años), ya que es en este grupo donde se ha documentado mayor proba-
bilidad de evolución hacia una activación central de la pubertad (Fig. 2).
Anamnesis
Antecedentes familiares
• Edad de la menarquia.
• Antecedente de telarquia del lactante en familiares de primer grado.
• Raza.
• Fecundación in vitro.
Antecedentes personales
• Interrogar sobre la aparición de los síntomas, tiempo de evolución,
progresión.
• Curvas de crecimiento.
Examen físico
• Peso, talla, IMC, velocidad de crecimiento.
• Presencia de manchas café con leche.
• Estadio puberal de Tanner:
– Describir vello púbico, axilar, tamaño de clítoris, tamaño de botón
mamario, consistencia del mismo.
Pruebas complementarias
En general, no será necesaria la realización de pruebas complemen-
tarias, especialmente en niñas <2 años, salvo signos de alarma (Fig. 2).
En niñas en las que haya aparecido el botón mamario por encima de los
2 años, si éste es progresivo, no fluctuante, con cambios de la pigmentación
en la areola y de duración superior a un mes +/- adelanto de la edad ósea +/-
aceleración del crecimiento, es recomendable solicitar un test de LHRH y una
ecografía pélvica para descartar una pubertad precoz incipiente (Fig. 2).
4. TRATAMIENTO
No es preciso tratar a estos pacientes, aunque es recomendable rea-
lizar seguimientos periódicos hasta la desaparición del botón mamario.
50
Telarquia prematura
Edad de aparición
1. BASES CONCEPTUALES
Proceso de sangrado vaginal periódico en niñas de edades compren-
didas entre 1 y 9 años, sin acompañarse de otros signos de desarrollo sexual
secundario. De etiología desconocida, aunque se especula con las mismas
teorías que en el caso de la telarquia prematura.
Generalmente es un proceso autolimitado que desaparece con el tiem-
po. La mayoría de las niñas tienen la pubertad a una edad normal.
2. CLÍNICA
Salvo el sangrado vaginal cíclico, no existe ningún otro signo clínico
relevante.
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Al igual que los procesos anteriormente citados, la menarquia pre-
matura aislada es un diagnóstico de exclusión. Por tanto, debe efectuar-
se diagnóstico diferencial con otras entidades nosológicas que cursan con
sangrado periódico: síndrome de McCune-Albright, procesos tumorales
vaginales o uterinos, enfermedad inflamatoria pélvica, cuerpo extraño en
vagina, exposición a estrógenos exógenos.
Anamnesis
Antecedentes familiares
• Edad de la menarquia.
• Irregularidades menstruales.
• Raza.
• Tumores ginecológicos.
Antecedentes personales
• Interrogar sobre la aparición de los síntomas, tiempo de evolución,
progresión.
• Ingesta de fármacos.
Examen físico
• Peso, talla, IMC, velocidad de crecimiento.
• Presencia de manchas café con leche.
• Estadio puberal de Tanner:
– Describir vello púbico, axilar, tamaño de clítoris, tamaño de botón
mamario, consistencia del mismo.
– Examen ginecológico adecuado: tumoraciones vaginales, cuerpo extraño.
52 Manual de endocrinología pediátrica
Pruebas complementarias
Es útil realizar ecografía pélvica para descartar los procesos anterior-
mente citados. Ante la sospecha de cuerpo extraño no visible por ecogra-
fía, será necesaria la realización de una exploración ginecológica comple-
ta bajo anestesia general.
4. TRATAMIENTO
Efectuado el diagnóstico de menarquia prematura aislada, no debe
plantearse ningún tratamiento específico. Únicamente se recomiendan
controles periódicos.
PUBERTAD ADELANTADA
1. BASES CONCEPTUALES
Variante de la normalidad en la que el desarrollo puberal se inicia
antes de los 9 años en las niñas y de los 10 años en los niños. Esta situa-
ción está fundamentalmente influida por factores genéticos, aunque en
los últimos años se aprecia un aumento de incidencia en nuestro país
paralelo al aumento de inmigración y de la prevalencia de obesidad.
2. CLÍNICA
Aparición de caracteres sexuales a una edad cronológica límite, de
acuerdo con unos criterios estadísticos.
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Se debe plantear el diagnóstico diferencial con una pubertad precoz
aunque, como hemos comentando anteriormente, existe un criterio esta-
dístico claro que define pubertad precoz y pubertad adelantada. En este
sentido, existe un grupo de pacientes con pubertad adelantada rápida-
mente progresiva, en el que el pronóstico de talla puede estar empeora-
do. Sólo en estos casos nos plantearemos la realización de una edad ósea
con el objeto de conocer el pronóstico de talla.
4. TRATAMIENTO
La utilización de análogos de hormona liberadora de gonadotropinas
(GnRH) es muy controvertida, ya que no existe una eficacia clara en mejo-
rar el pronóstico de talla final y esta terapia no está exenta de efectos
secundarios. Por tanto, su uso debe estar restringido a investigación.
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Pubertad normal y variantes de la normalidad... 53
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capítulo 5
PUBERTAD PRECOZ
1. BASES CONCEPTUALES
Aparición progresiva de los caracteres sexuales secundarios antes de
los 8 años en niñas y de los 9 años en niños (aproximadamente, 2,5 des-
viaciones estándar por debajo de de la media de aparición de caracteres
sexuales para la edad y el sexo de la población de referencia).
Esta patología es secundaria al aumento en la secreción de los este-
roides sexuales, ya sea por aumento en la secreción de gonadotropinas o,
por el contrario, sin el aumento de hormona luteininzante (LH) ni folicu-
loestimulante (FSH). De esta manera, clasificaremos la pubertad precoz
de la siguiente manera (Tabla 1):
• Pubertad precoz central (PPC): dependiente de gonadotropinas.
• Pubertad precoz periférica (PPP): independiente de gonadotropinas,
dependiente de la secreción autónoma de esteroides sexuales por
parte de la gónada.
• Pubertad precoz mixta: entidad muy rara pero que se observa en algu-
nos casos de PPP inadecuadamente diagnosticados o tratados, que
por estímulo continuo de los esteroides sexuales a nivel hipofisario,
se produce un fenómeno de up-regulation y, secundariamente, acti-
vación central de la pubertad.
La prevalencia estimada de PPC se sitúa en torno a 19 casos por 100.000
(37 en niñas y 0,46 en niños) con una tasa de incidencia de 5,66 casos por
millón de personas a riesgo año (11,23 en niñas y 0,96 en niños). El riesgo rela-
tivo de PPC entre las niñas con respecto a los niños es de 11,3. Por otra parte,
el riesgo relativo de PPC entre niñas adoptadas en relación a niñas autócto-
nas del país de acogida se sitúa en 25. No se dispone de datos epidemiológi-
cos sobre la PPP, aunque su frecuencia es claramente inferior a la de la PPC.
2. CLÍNICA
En las niñas: se manifiesta por aparición de telarquia (inicialmente
unilateral y, posteriormente, bilateral) progresiva, con cambios de pigmen-
55
56 Manual de endocrinología pediátrica
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
Inicialmente debemos interrogar acerca de la cronicidad en la apa-
rición de los diferentes caracteres sexuales. Asimismo, ayuda al diagnós-
tico observar la existencia o no de aceleración del crecimiento en las grá-
ficas de talla para edad y sexo. Por otro lado, habrá que preguntar sobre
la existencia de síntomas de hipertensión intracraneal (cefalea, vómitos,
disminución de la agudeza visual), así como la posibilidad de haber inge-
rido fármacos que contengan esteroides sexuales.
Pubertad precoz y pubertad retrasada 57
Examen físico
• Peso, talla, velocidad de crecimiento.
• Tensión arterial, frecuencia cardiaca.
• Acné, vello corporal, estrías.
• Presencia de bocio.
• Manchas café con leche.
• Palpación abdominal (tumor suparrenal, hepático).
• Estadio puberal de Tanner. Palpar testículos para descartar asimetría
testicular.
• Fondo de ojo.
Pruebas complementarias
Ante un paciente con sospecha de pubertad precoz, solicitaremos las
siguentes pruebas:
• Testosterona: los niveles de testosterona son de utilidad para el diag-
nóstico de pubertad precoz en el niño. Así, valores por encima de 0,5
ng/ml se consideran en rango puberal.
• 17-β-estradiol: hormona de escasa sensibilidad, ya que valores nor-
males, no descartan una pubertad precoz; sin embargo, se encuentra
muy elevada en tumores ováricos y suprarrenales productores de
estrógenos, así como, en quistes ováricos asociados a síndrome de
McCune-Albright.
• DHEA-S, Androstendiona (Δ4) y 17-OH-progesterona: útiles en el niño
con sospecha de pubertad precoz. Valores anormalmente elevados
sugieren patología suprarrenal. Si encontramos cifras de DHEA-S por
encima de 700 mcg/dl en un niño/a en edad prepuberal, es altamen-
te sugerente de tumor suprarrenal. Por otro lado, estas hormonas tam-
bién se determinarán en aquellas niñas en las que la aparición de vello
púbico y/o axilar haya sido muy anterior a la del botón mamario, jun-
to con aceleración del crecimiento y de la edad ósea (pudiendo ser
una hiperplasia suprarrenal no tratada que, secundariamente, ha pro-
ducido una activación central de la pubertad).
• β-HCG (gonadotropina coriónica): de utilidad como marcador tumo-
ral en casos de pubertad precoz periférica con tamaño testicular menor
de 4 ml en el que no se encuentra ni alteración testicular ni suprarre-
nal (cuando se trata de tumores germinales extragonadales: hígado,
mediastino, cerebro). Los tumores germinales testiculares produc-
58 Manual de endocrinología pediátrica
CPP idiopática
Considerar estudio
genético:
KISS1/KISS1R/MKRN3 Tumor ovárico Quiste ovárico
Telarquia prematura
aislada después de
descartar fuente
Considerar McCune-Albright: exógena
evaluar presencia de manchas café Reevaluar a los
con leche y displasia fibrosa 3 meses
Pico LH >7 UI/L Pico <7 UI/L ⇑ DHEA-S, 17-OHP normal o ⇑ , ∆4 normal o ⇑ ∆T
4. TRATAMIENTO
Los dos objetivos prioritarios del tratamiento de la PP son: evitar un
impacto psicológico derivado de la aparición precoz de los caracteres
sexuales y mejorar el pronóstico de talla final.
McCune-Albright
Los objetivos del tratamiento en este tipo de pacientes serán evitar
trastornos psicológicos derivados de un adelanto puberal, frenar los san-
grados cíclicos y conseguir un buen pronóstico de talla final. Para el tra-
tamiento de esta entidad, clásicamente, se han utilizado dos grupos tera-
péuticos: inhibidores de la aromatasa (desde la primera a la tercera gene-
ración) e inhibidores del receptor de estrógenos. No obstante, a día de hoy,
los estudios realizados con estos fármacos presentan unas limitaciones
importantes: a) inexistencia de ensayos clínicos aleatorizados; b) estudios
piloto, sin grupo control, con un número muy reducido de pacientes; c)
ausencia de datos de talla adulta; y d) en muchas ocasiones, es necesario
asociar análogos de GnRH al presentar, secundariamente, una activación
central de la pubertad (PP mixta).
Aspiración de quiste ovárico por cirugía laparoscópica: en situaciones
de sangrado menstrual intenso que no cede al tratamiento habitual, es
62 Manual de endocrinología pediátrica
Testotoxicosis
Los objetivos del tratamiento son similares a los del grupo anterior y,
al igual que en el SMA, carecemos de ensayos clínicos aleatorizados que
hayan evaluado la eficacia real de las distintas opciones terapéuticas uti-
lizadas. Además, disponemos de pocos datos a talla adulta y, en muchas
ocasiones, ha sido necesaria la asociación de análogos de GnRH. En esta
situación, debemos actuar sobre el exceso de andrógenos existente, inhi-
biendo su síntesis o bloqueando su acción. De esta forma, tradicionalmen-
te se han planteado dos opciones terapéuticas: a) inhibir la síntesis de tes-
tosterona mediante la utilización de ketoconazol; y b) bloquear el recep-
tor de andrógenos (inhibidores del receptor de andrógenos con distinta
potencia) e inhibir la síntesis de estrógenos (distintas generaciones de
inhibidores de aromatasa), que son los esteroides sexuales que actúan
directamente sobre las epífisis y producen un cierre prematuro de las mis-
mas.
PUBERTAD RETRASADA
1. BASES CONCEPTUALES
Ausencia de aparición de caracteres sexuales secundarios a los 13 años
en niñas y 14 años en niños (aproximadamente, 2,5 desviaciones estándar
por encima de la media de aparición de caracteres sexuales para la edad
y el sexo de la población de referencia). Aún se ignora la incidencia y la
prevalencia de pubertad retrasada en nuestro país. Ésta, puede ser una
variante de la normalidad (retraso constitucional del crecimiento y desa-
rrollo: 60-65% de casos de retraso puberal en niños, 35% de casos de retra-
so puberal en niñas) o tratarse de cuadros patológicos de hipogonadis-
mo (Tabla 2):
• Hipergonadotropo: fallo gonadal que conlleva una alteración de la
síntesis de esteroides sexuales. Aproximadamente constituye el 5-
10% de los casos de retraso puberal en niños frente al 25% en niñas.
• Hipogonadotropo: por alteración en la síntesis de gonadotropinas.
A su vez, puede ser permanente (10% casos retraso puberal en niños,
20% casos retraso puberal en niñas) o funcional/transitorio (20%
casos retraso puberal en niños, 20% casos retraso puberal en niñas).
Se entiende por “pubertad detenida” aquella que no se ha completa-
do tras haberse iniciado aproximadamente 3,5-4 años antes (la niña no
ha presentado la menarquia y el niño no ha completado su desarrollo
sexual). Por otra parte, cuando no se ha presentado menarquia alcanza-
dos los 16 años de edad, hablamos de amenorrea primaria.
TABLA 2. Clasificación etiológica de la pubertad retrasada.
2. CLÍNICA
La pubertad retrasada se sospecha cuando una niña carece de telar-
quia a partir de los 13 de años de edad, acompañado o no de atriquia (ausen-
cia de vello púbico y/o axilar). En los niños, se considera pubertad retrasa-
da cuando, una vez alcanzados los 14 años de edad, el volumen testicular
es inferior a 4 ml.
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
Antecedentes familiares
• Retraso constitucional del crecimiento y desarrollo (RCCD).
• Infertilidad.
• Patología autoinmune.
• Patología endocrinológica.
• Antecedente de muerte súbita en la familia.
• Talla diana/edad menarquia madre/pubertad del padre.
• Anosmia/hiposmia.
Antecedentes personales
• Datos de embarazo y parto.
• Trastornos de diferenciación gonadal al nacimiento.
• Micropene y/o criptroquidia.
• Cirugía de criptorquidia/torsión testicular.
• Hernia/s inguinales.
• Insuficiencia suprarrenal.
• Desarrollo psicomotor.
• Quimioterapia y/o radioterapia.
• Infecciones: parotiditis.
• Traumatismo abdómino-pélvico.
• Trastorno de la conducta alimentaria/distorsión de la imagen corporal.
• Grado de deporte.
• Enfermedades crónicas.
• Curva ponderoestatural.
• Hipertensión arterial.
• Ingesta de fármacos (fundamentalmente, psicotropos).
Examen físico
• Peso, talla e IMC.
• Tensión arterial.
• Segmentos corporales.
• Impresión nutricional.
• Fenotipo: anomalías línea media, anomalías dentarias, anomalías digi-
tales.
• Bocio.
Pubertad precoz y pubertad retrasada 65
• Ginecomastia.
• Genitales externos: cirugía previa reparadora (hernia, criptorquidia,
trastornos de diferenciación gonadal, tamaño del pene, presencia de
testículos en bolsas/criptorquidia, coloración bolsa escrotal, tamaño
del clítoris/aspecto de labios mayores y menores, presencia de himen
imperforado.
• Explorar el sentido del olfato (test olfación validado).
• Examen neurológico completo: presencia de sincinesias.
• Hipoacusia.
Pruebas complementarias
Tras realizar una anamnesis completa y un riguroso examen físico,
inicialmente se descartarán enfermedades que pudieran causar retraso
puberal: enfermedades crónicas, trastorno de la conducta alimentaria,
deporte de competición, antecedente neonatal de trastornos de dife-
renciación gonadal, fenotipo sindrómico, proceso oncológico (cirugía, qui-
mioterapia, radioterapia), enfermedad autoinmune conocida. Para com-
plementar la anamnesis, disponemos de pruebas complementarias que
orientan el diagnóstico diferencial de pubertad retrasada (Figs. 3-6).
Primer escalón
• Hemograma, urea, creatinina, transaminasas, reactantes de fase agu-
da (proteína C reactiva, velocidad de sedimentación glomerular), anti-
cuerpos de la enfermedad celíaca: ayudan al despistaje de enferme-
dades crónicas.
• T4 libre y TSH: hipotiroidismo primario franco suele asociar a veces
retraso puberal. A ello puede contribuir una elevación de prolactina.
• Prolactina: la hiperprolactinemia produce retraso puberal y ameno-
rrea (puede ser endógena o secundaria a ingesta de fármacos psico-
tropos).
• Si existe obesidad y curva de crecimiento enlentecida: dosificar cor-
tisol libre urinario para descartar Cushing.
• Test de LHRH (test de hormona liberadora de hormona luteinizante):
– Este test es de utilidad para el diagnóstico diferencial entre hipo-
gonadismo hipogonadotropo e hipergonadotropo.
– Un pico de LH inferior a 5 UI/L es sugerente de hipogonadismo hipo-
gonadotropo. Por el contrario, valores de FSH y LH anormalmente
elevados, tanto en el momento basal, como tras estímulo, nos hacen
sospechar hipogonadismo hipergonadotropo. Asimismo, permite
descartar déficit aislados de FSH y LH (entidades muy raras).
• Testosterona: de utilidad en los niños, para comprobar si existe una
secreción adecuada para la edad.
• 17-β-estradiol: muy poca sensibilidad ya que, aunque los niveles sean
muy bajos, no quiere decir que haya escasa producción.
66
Pubertad retrasada:
hipogonadismo hipergonadotropo
Cariotipo
Alterado Normal
Pruebas de imagen
• Cálculo de la edad ósea mediante radiografía de mano-muñeca izquier-
das (Atlas de Greulich y Pyle): la edad ósea retrasada suele observa-
se en el RCCD.
• Ecografía pélvica: debe realizarse en todos los casos de pubertad retra-
sada. Ayudará a descartar anomalías anatómicas. Además, se valora-
rán signos de impregnación estrogénica (tamaño uterino, línea endo-
metrial, tamaño uterino).
Segundo escalón
Elevación de gonadotropinas (hipogonadismo hipergonadotropo)
• Cariotipo:
– Con ello descartaremos síndrome de Klinelfelter en el niño y sín-
drome de Turner en la niña.
– En el caso de cariotipo 46 XY con fenotipo completamente feme-
nino, hay que descartar mutación en el receptor de andrógenos
(testosterona normal-alta, LH elevada), hiperplasia lipoidea congé-
68 Manual de endocrinología pediátrica
Si estudio anterior
negativo, valorar: CHD7, Estudio negativo
NELF, WDR11, HS6ST1,
SEMA3A
4. TRATAMIENTO
Los objetivos prioritarios del tratamiento de la pubertad retrasada
son: adquisición progresiva de caracteres sexuales secundarios, ganancia
de densidad mineral ósea adecuada, alcanzar talla adulta acorde con talla
diana, junto con una maduración psicosocial normal.
A. Pubertad retrasada
Objetivos:
1. Inducir y mantener los caracteres sexuales secundarios.
2. Inducir el estirón puberal.
3. Prevenir problemas psicológicos.
Tratamiento:
• Niños: ≥14 años de edad cronológica y ≥12 años de edad ósea.
– Testosterona a la dosis de 50-100 mg i.m./mes (Testex® prolonga-
tum –viales de 100 y 250 mg– Testex® viales de 25 mg).
– Se recomienda realizar ciclos de 3-6 meses, alternando con perio-
dos similares de observación (vigilar la progresión espontánea de
la pubertad).
• Niñas: ≥13 años de edad cronológica y ≥11-12 años de edad ósea.
Puede emplearse:
a) Etinil-estradiol (medicación extranjera) a la dosis de 2,5 µg/día, por
vía oral, durante 3-6 meses.
b) 17-β-estradiol, vía oral, a la dosis de 5 µg/kg/día por vía oral duran-
te 3-6 meses.
c) 17-β-estradiol, vía transdérmica: dosis 0,1 µg/kg de estradiol duran-
te 3-4 meses. Aplicar porción de parche acostarse y retirarlo al levan-
tarse (nocturno).
Se recomienda realizar ciclos de 3-6 meses, alternando con periodos
similares de observación (vigilar la progresión espontánea de la puber-
tad).
Pubertad precoz y pubertad retrasada 71
B. Hipogonadismo
Niños
≥14 años de edad cronológica y ≥12 años de edad ósea.
• Inducción:
– Testosterona de acción prolongada (enantato o cipionato), a la dosis
de 50 mg i.m./mes (Testex® prolongatum –viales de 100 y 250 mg),
durante 6 meses.
– Posteriormente, se incrementará en 50 mg cada 6-12 meses, para,
a lo largo de un periodo de 3-4 años alcanzar la dosis de sustitución
de adulto.
• Mantenimiento:
– Testosterona (Testex® prolongatum –viales de 100 y 250 mg): 200
mg cada dos-tres semanas.
– Undecanoato de testosterona: 1.000 mg cada 10-14 semanas (Rean-
drón 1.000 mg®).
– Parches transdérmicos (1,2; 1,8; y 2,4 mg, que liberan 15, 22,5 y 30 mg
de testosterona) (Androderm®, Testopatch®).
– Geles (5 g, que liberan 50 mg de testosterona) (Testogel® y Testim®).
En hipogonadismos hipogonadotropos, cuando se desee incremen-
tar el tamaño testicular, otra pauta de tratamiento sería:
• Gonadotropina coriónica humana (HCG, 1.000 a 5.000 IU), que favorece
la producción testosterona, y gonadotropina menopaúsica humana (HMG,
75 IU), que incrementa el tamaño testicular (administración días alter-
nos), hasta completar la adquisición de caracteres sexuales (mínimo
dos años), con una respuesta muy variable respecto al tamaño testicular.
• La administración pulsátil, mediante bomba, de bolos de GnRH, por
vía subcutánea, es otra alternativa.
Monitorizar:
• Niveles de testosterona cada 4-6 meses, y en el caso de parches trans-
dérmicos cada 2-3 semanas, para regular la dosis.
• Examen físico.
Niñas
• Inducción: ≥11 años de edad ósea.
– Etinil-estradiol (medicación extranjera): dosis de 5 µg/día por vía
oral durante 6 meses.
– 17-β-estradiol, vía oral, a la dosis de 5 µg/kg/día por vía oral duran-
te 6 meses (Meriestra® 1 mg, Progynova® 1 mg).
– 17-β-estradiol vía transdérmica: dosis 0,1 µg/kg de estradiol duran-
te 3-4 meses. Aplicar porción de parche acostarse y retirarlo al levan-
tarse (nocturno), para posteriormente incrementar a 0,2 µg/kg 6
meses (Evopad® 25 µg, Estraderm Matrix® 25 µg).
– Equivalencias de estrógenos:
100 µg TDE=2 mg estradiol v.o.=20 µg etinil estradiol=1,25 mg EEC
72 Manual de endocrinología pediátrica
• Mantenimiento:
– Etinil-estradiol: incremento de dosis de 5 µg cada 6 meses hasta
alcanzar dosis de adulto de 20 µg día.
– 17-β-estradiol, incremento semestral de 5 µg/kg hasta alcanzar la
dosis de adulto que es de aproximadamente de 1-2 mg/día.
– 17-β-estradiol, vía transdérmica: incrementos graduales de forma
semestral: 12,5 µg/día, 25 µg/día, 37,5 µg/día hasta llegar a una dosis
de 50 µg /día.
– Una vez alcanzado el desarrollo mamario y uterino deseados (telar-
quia grado IV y tamaño uterino por ecografía pélvica de >40 mm,
con línea endometrial visible) o bien si existe sangrado vaginal reci-
divante, mantener la pauta del estrógeno que hayamos seleccio-
nado a la dosis de adulto (parche 50 µg, etinilestradiol 20 µg, 17-β-
estradiol oral 2 mg) del día 1 al 23 y un progestágeno natural del día
10 al 23 del ciclo (progesterona micronizada, 200 mg/día; Utro-
gestán® o Progecfik®), al menos, un año más.
– Posteriormente, pasaremos a una pauta de un anticonceptivo oral
con bajas dosis de estrógenos, ya sea en forma oral (20 µg etini-
lestradiol; Suavuret® o Meliane®), ya en forma transdérmica (6
mg de norelgestromina y 600 microgramos de etinilestradiol;
Evra®).
Efectos secundarios asociados al tratamiento con estrógenos por vía
oral: náuseas, vómitos, retención hidrosalina, tensión mamaria, cefalea,
ganancia ponderal, disfunción hepática, litiasis biliar, pancreatitis, hiper-
coagulabilidad. Tratamientos prolongados aumentan el riesgo de cán-
cer de útero, riesgo que disminuye asociando progestágenos.
BIBLIOGRAFÍA
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etiológicos y diagnóstico-terapéuticos. An Ped. 2011; 74: 336.e1-13.
Pubertad precoz y pubertad retrasada 73
1. BASES CONCEPTUALES
Los trastornos menstruales engloban una serie de anomalías relacio-
nadas con el ciclo menstrual normal, ya sea por alteración en el sangra-
do o por dolor en la aparición del mismo. Dichos problemas afectan has-
ta a un 75% de las adolescentes y se relacionan con la elevada prevalen-
cia de ciclos anovulatorios (55-82%) en los dos primeros años tras la menar-
quia.
La importancia de las alteraciones del ciclo por exceso de sangrado
radica en que, por su intensidad o por su persistencia en el tiempo, pue-
den ocasionar anemia. Por otro lado, las alteraciones por defecto son cau-
sadas por diferentes entidades nosológicas, con diferente repercusión clí-
nica. Finalmente, la dismenorrea puede ser un proceso invalidante en el
que se plantea el diagnóstico diferencial entre causa funcional u orgá-
nica (Tabla 1).
2. CLÍNICA
Un ciclo menstrual normal es aquel en el que la cantidad de sangra-
do oscila entre 60-80 ml/ciclo, dura entre 3-4 días, y se presenta cíclica-
mente cada 21-35 días.
Un sangrado menstrual anormal es aquel que presenta:
• Una duración de >7 días o <2 días.
• Un flujo de >80 ml/ciclo o menor de 5 ml/ciclo.
• Intervalo menstrual menor de 21 días o mayor de 45 días.
• Un sangrado irregular (“spotting”) intermenstrual.
Las alteraciones menstruales pueden ser por exceso, por defecto o por
dolor en la aparición del ciclo menstrual (Tabla 1).
• Las alteraciones por exceso comprenden:
– Polimenorrea o ciclos acortados: intervalo menstrual inferior a 21
días.
– Hipermenorrea: cantidad de fluido menstrual >80 ml/ciclo.
– Menorragia: asociación de hipermenorrea y polimenorrea.
– Metrorragia: sangrado irregular.
75
TABLA 1. Principales alteraciones menstruales de la adolescente.
76
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
Antecedentes familiares
• Edad de menarquia y ciclos menstruales de la madre.
• Trastornos de coagulación (hipo/hipercoagulabilidad).
• Hirsutismo. Obesidad.
• Dismenorrea/irregularidades menstruales.
• Historia familiar de endometriosis.
Antecedentes personales
• Inicio de los caracteres sexuales secundarios (botón mamario, pubar-
quia).
• Edad de la menarquia.
• Patología crónica.
• Trastorno de la coagulación/episodios de sangrado recidivante (epis-
taxis).
• Trastorno de la conducta alimentaria.
• Grado de ejercicio físico.
• Relaciones sexuales/medidas anticonceptivas utilizadas.
• Aborto.
78 Manual de endocrinología pediátrica
Examen físico
• Peso, talla, IMC.
• Estadio puberal de Tanner.
• Tensión arterial.
• Piel: acné, acantosis nigricans, hematomas, petequias.
• Hirsutismo (escala de Ferriman-Gallwey).
• Palpación abdominal (masas tumorales).
• Palpación mamaria (galactorrea).
• Examen ginecológico: la exploración ginecológica mediante tacto
vaginal es preceptiva si la joven ha tenido relaciones sexuales, pero
en niñas más pequeñas puede sustituirse por la inspección de geni-
tales externos, vulva y vagina mediante valvas y espéculo, descartan-
do tumoraciones o presencia de cuerpos extraños.
Estudios complementarios
• Alteraciones menstruales por exceso: hasta en el 74% de casos se tra-
ta de una HUD, pero éste es un diagnóstico de exclusión. Por tanto, se
plantean las siguientes pruebas complementarias:
– Hemograma y coagulación: valora la repercusión hemodinámica
del sangrado, y descarta una discrasia sanguínea (hasta 10-20% de
las causas).
– T4 libre y TSH (van a predominar, generalmente, otros síntomas de
hiper/hipotiroidismo).
– Test de embarazo: el embarazo ectópico puede ser causante de
hemorragia uterina irregular, junto con dolor abdominal intenso.
Causa rara, pero que no hay que olvidar, dado el incremento de
los embarazos no deseados en adolescentes.
– Ante la presencia de signos de hiperandrogenismo: determinación
de DHEA-S, 17-hidroxiprogesterona, Δ4-androstendiona, testoste-
rona libre en fase folicular (3er-8º día del ciclo) o tras más de dos
meses de amenorrea.
– Ecografía pélvica: para descartar polipos/fibromas uterinos, enfer-
medad inflamatoria pélvica, ovario poliquístico, embarazo.
• Alteraciones menstruales por defecto. Amenorrea (tras haber descar-
tado embarazo):
– Hemograma, bioquímica general, reactantes de fase aguda: con la
finalidad de descartar enfermedad crónica.
Alteraciones menstruales de la adolescente 79
Tratamiento Valorar
específico repercusión hemodinámica
Determinación de Hb y Hto
Tto. hierro,
HUD moderada Gestágenos 2ª fase o
anticonceptivos orales
Anemia Ingreso/reposición
severa de volemia,
hemotrasfusión si
precisa, hemostasi a
con estrógenos a
altas dosis
4. TRATAMIENTO
Alteraciones menstruales por exceso (Fig. 1)
• Si se trata de una hemorragia uterina secundaria a patología orgáni-
ca, alteración hematológica o patología endocrinológica, lo primero
será resolver la causa.
• Las hemorragias uterinas de la adolescente no siempre necesitan tra-
tamiento médico, y lo importante es valorar la repercusión que pue-
dan producir y vigilar la evolución del cuadro clínico.
• En el caso de que las alteraciones menstruales no tengan repercusión
hemodinámica, tranquilizar a la paciente, aconsejar medidas higié-
nico-dietéticas, como reposo los días de mayor sangrado o alimentos
ricos en hierro, y controlar cada 3 meses la evolución de los ciclos mens-
truales.
• Si existe anemia con cifra de hemoglobina por encima de 10 g/dl debe
realizarse:
– Suplemento con hierro oral.
– Recomendar calendario menstrual.
– Informar a la familia.
– Administrar:
- Gestágenos en la segunda mitad del ciclo (progesterona micro-
nizada 200 mg/día o acetato de medroxiprogesterona 5 mg/día,
los días 15 al 25 del ciclo).
- Anticonceptivos orales con dosis bajas de estrógenos (20-30 µg,
Ovoplex®, Microgynon®, Suavuret®, Meliane®) si se sospecha que
mantiene relaciones sexuales o si se desea que el sangrado sea
mínimo (se tomarán del día 1 al 21 del ciclo), o parches transdér-
micos (6 mg de norelgestromina y 600 microgramos de etiniles-
tradiol, Evra®). Se mantendrá el tratamiento de 3 a 6 meses y se
valorará la evolución de los ciclos tras suspensión del mismo.
• Si la cifra de hemoglobina está por debajo de 10 g/dl y/o en el caso
de sangrado activo profuso:
– Se recomienda ingreso hospitalario para monitorización adecua-
da.
– Si la cifra de hemoglobina es inferior a 7 g/dl, se recomienda trans-
fusión con concentrado de hematíes.
Anamnesis y exploración
TSH, T4L, PRL, FSH, LH estradiol
Test progesterona
tiroidismo
Estudio
hiperandrogenismo Amenorrea Fallo
Tratamiento con origen central ovárico
gestágenos
o anovulatorios
Tratamiento Cariotipo
sustitutivo Tratamiento Figura 2.
sustitutivo Algoritmo diagnóstico de
amenorreas.
81
82 Manual de endocrinología pediátrica
Dismenorrea primaria
• Inicialmente, se utilizarán antiinflamatorios no esteroides que dismi-
nuyan la síntesis de prostaglandinas: ibuprofeno, naproxeno y ácido
Alteraciones menstruales de la adolescente 83
BIBLIOGRAFÍA
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capítulo 7
Criptorquidia, micropene,
ginecomastia, macroorquidismo
CRIPTORQUIDIA
1. BASES CONCEPTUALES
La ausencia de testículo/s en el escroto plantea cinco posibilidades:
testículo en ascensor, testículo retráctil, criptorquidia, testículo ectópico
y anorquia.
En la tabla 1 se especifican las características definitorias de cada
entidad. El mecanismo que regula el descenso testicular es multifacto-
rial y están implicados factores genéticos, hormonales y mecánicos. Así,
se han descrito dos fases del mismo: a) fase abdominal: parece que está
regulada por la hormona similar a la insulina tipo 3 (INSL-3) y su recep-
tor RXFP2 a través de su influencia sobre el gubernaculum testis; y b) fase
inguinoescrotal: andrógeno-dependiente. La hormona luteinizante, a
través de su acción en la célula de Leydig, favorece la síntesis de testos-
terona e INSL-3.
El panhipopituitarismo con defecto gonadotropo cursa con criptor-
quidia y los recién nacidos prematuros que presentan inmadurez hipo-
fisaria tienen mayor prevalencia de criptorquidia; sin embargo, la crip-
torquidia aislada rara vez se asocia a anomalías de los genes implica-
dos en el hipogonadismo hipogonadotropo aislado (véase capítulo de
patología puberal), así como a la insensibilidad parcial a los andróge-
nos (gen AR).
Se trata de un motivo frecuente de consulta, con una prevalencia de
entre 2-8% (hasta un 30% en los prematuros). Su importancia radica en
las complicaciones que pueden aparecer en el futuro si no existe un ade-
cuado descenso testicular: torsión, infertilidad, hipogonadismo y cáncer.
2. CLÍNICA
La criptorquidia generalmente es unilateral (90% de los casos), con
predominio del lado derecho. Un gran número de pacientes con maldes-
censo testicular unilateral presentan resolución espontánea en el primer
año de vida (se estima que la prevalencia desciende a un 1%).
85
86 Manual de endocrinología pediátrica
Exploración física
El niño debe estar relajado y explorarse con las manos calientes en
decúbito supino y en cuclillas, palpando la región inguinal desde el anillo
inguinal interno hasta la raíz del escroto. Debe evaluarse:
• Volumen, consistencia y localización del testículo maldescendido,
comparándolo con el sano.
• Morfología externa del escroto (hipoplásico en las criptorquidias ver-
daderas).
• Grado de descenso manual del teste (teste en ascensor vs teste retrác-
til vs criptorquidia) (Tabla 1).
• Malformaciones asociadas (hipospadias, micropene, hernia inguinal).
Estudios hormonales
• Gonadotropinas basales (FSH y LH): de utilidad en el diagnóstico dife-
rencial entre hipogonadismo hipogonadotropo e hipergonadotropo.
MALDESCENSO TESTICULAR Si asocia trastorno de
diferenciación sexual,
véase algoritmo correspondiente
Anamnesis: antecedentes obstétricos y familiares (1)
Exploración física: tamaño testicular, consistencia
y localización, morfología del escroto, etc. (2)
Palpable/s NO palpable/s
No descendible Cariotipo
Seguimiento (criptorquidia/retráctil) Cirugía Bilateral* Unilateral
En neonato* y menores de 6 meses:
anual + FSH, LH, testosterona
+ Hormona anti-mülleriana e inhibina B
+ 17-OH-progesterona (neonato)
Si reascenso Unilateral Bilateral*
En mayores de 6 meses:
+ Hormona anti-mülleriana e inhibina B
Criptorquidia, micropene, ginecomastia, macroorquidismo
Cirugía** Laparoscopia/cirugía**
(Si anorquia, prótesis
* Estudio inmediato si neonato con criptorquidia bilateral para descartar hiperplasia suprarrenal congénita y panhipopituitarismo. La testicular y tratamiento
hormona anti-mülleriana/inhibina B indetectables indican anorquia o disgenesia gonadal. **Alternativa a la cirugía en criptorquidias hormonal sustitutivo en
inguinales o pre-escrotales (teste retráctil): Test largo de beta-hCG (tabla 2). Tras terapia médica o quirúrgica se requiere observación pubertad) Figura 1.
anual, seminograma a los 18 años de edad y autoexploración de por vida. Criptorquidia.
87
88 Manual de endocrinología pediátrica
Pruebas de imagen
Ecografía abdominal: para tratar de visualizar testes en el abdomen
o en el trayecto inguino-escrotal. Asimismo, sirve para descartar otras mal-
formaciones, principalmente del aparato génito-urinario (en casos dudo-
sos, puede ser de utilidad la RM abdominal, teniendo el inconveniente de
la sedación del niño).
4. TRATAMIENTO
El tratamiento óptimo de la criptorquidia y el testículo retráctil ha
sido objeto de debate durante décadas. La terapia hormonal (β-hCG o aná-
logo de GnRH) tiene pocos adeptos en los últimos años habida cuenta de
su baja tasa de eficacia (20%), la posibilidad de reascenso (25%) y el recien-
temente descrito fenómeno apoptótico e inflamatorio inducido sobre el
tejido testicular, que podría alterar su función a largo plazo. Por este moti-
vo la opción quirúrgica (orquidopexia) es la más común. Respecto a la edad,
el descenso debe hacerse entre los 6 meses y el año, considerándose
que éste no debe superar los 2 años de edad.
Complicaciones del tratamiento: la intervención quirúrgica entraña
riesgos significativos, aunque infrecuentes, tales como atrofia testicular,
por lesión vascular o tensión excesiva, lesión del conducto deferente y
laceraciones del epidídimo.
La terapia hormonal, por su parte, suele provocar, de forma leve y tran-
sitoria, engrosamiento del pene, erecciones prolongadas o frecuentes, y
Criptorquidia, micropene, ginecomastia, macroorquidismo 89
dolor en el área genital. Más importante sería el posible efecto que sobre
las células germinales (fenómeno apoptótico) y el resto del tejido testi-
cular (fenómeno inflamatorio) puede provocar.
MICROPENE
1. BASES CONCEPTUALES
Falo de configuración normal pero de longitud inferior a -2,5 SDS
para la edad y etnia correspondientes (Tabla 4). Se excluyen, por tanto,
las anomalías del desarrollo peneano, como los trastornos de diferen-
ciación sexual, y las entidades incluidas bajo el término “pene poco apa-
rente”.
Además de las formas idiopáticas, que supone la mayor parte de los
casos, el micropene puede ser el resultado de un déficit en la síntesis (hipo-
gonadismo primario o secundario) o de la acción periférica de los andró-
genos (déficit de 5α-reductasa o anomalías del receptor). También puede
relacionarse con un déficit congénito de GH.
2. CLÍNICA (Tabla 3)
Antecedentes
• Ingesta/contacto durante el embarazo de antiandrógenos o antie-
pilépticos.
• Antecedentes de esterilidad y trastornos de diferenciación sexual.
90 Manual de endocrinología pediátrica
Exploración física
• Peso, talla y velocidad de crecimiento.
• Detección de malformaciones asociadas: aspecto sindrómico, ano-
malías de la línea media, anomalías oculares, como hipoplasia del ner-
vio óptico.
• Medición del falo: debe hacerse con el pene estirado (entre el pulgar y
el índice) y por su cara dorsal, desde el pubis (deprimiendo la grasa pubia-
MICROPENE
RM craneal y estudio
genético Sospecha Micropene Alteración de la síntesis Sospecha déficit Sospecha
hipogonadismo idiopático de testosterona: 5-α-reductasa mutación en el
hipogonadotropo: alteración enzimática, receptor de
RM craneal y estudio disgenesia gonadal, andrógenos
genético anomalía del receptor
de LH
Longitud (cm)
Edad Media ± DE -2,5 SDS
30 semanas 2,5 ± 0,4 1,5
34 semanas 3 ± 0,4 2
RN a término 3,5 ± 0,4 2,4
0-5 meses 3,9 ± 0,8 1,9
6-12 meses 4,3 ± 0,8 2,3
1-2 años 4,7 ± 0,8 2,6
2-3 años 5,1 ± 0,9 2,9
3-4 años 5,5 ± 0,9 3,3
4-5 años 5,7 ± 0,9 3,5
5-6 años 6 ± 0,9 3,8
6-7 años 6,1 ± 0,9 3,9
7-8 años 6,2 ± 0,9 3,7
8-9 años 6,3 ± 1 3,8
9-10 años 6,3 ± 1 3,8
10-11 años 6,4 ± 1,1 3,7
Adulto 13,3 ± 1,6 9,3
na) hasta el glande con una regla dura. El tamaño se comparará con las
medidas normales según edad y etnia, catalogándose de verdadero
micropene si la longitud medida es menor de -2,5 SDS (Tabla 4).
• Describir aspecto de genitales externos, palpar gónadas, determi-
nar el tamaño de las mismas.
• Diagnóstico diferencial con el pseudomicropene (“pene poco aparen-
te”):
– Pene atrapado: enterrado en grasa (obesos) o secundario a fimosis
importante.
– Pene caído: por alteración del ligamento suspensorio.
– Pene palmeado: adherencias o repliegues que lo fijan al escroto.
– Pene malformativo: asociado a otras anomalías genitales (epis-
padias, hipospadias, etc.).
Pruebas complementarias
En todos los casos es necesaria la realización de determinaciones hor-
monales y cariotipo (Fig. 2). Al igual que en el caso de la criptorquidia, es
menester realizar el estudio en los 6 primeros meses de vida o en la épo-
ca puberal ya que, ente los 6 meses y la etapa puberal, existe una mínima
secreción de gonadotropinas y testosterona que dificulta su interpreta-
ción.
Criptorquidia, micropene, ginecomastia, macroorquidismo 93
4. TRATAMIENTO
Es esencialmente médico, aunque sus resultados son parciales y depen-
dientes de la causa. En función de ésta, varían las alternativas terapéuticas:
• Déficit congénito de GH: el tratamiento sustitutivo con GH resulta
eficaz en un alto porcentaje de los casos. La terapia coadyuvante con
testosterona puede ser necesaria en los casos no respondedores o con
panhipopituitarismo asociado.
• Déficit de 5-alfa-reductasa: aunque puede haber respuesta con altas
dosis de testosterona, el tratamiento lógico debe ser con dehidro-
testosterona. Actualmente se dispone, aún no en nuestro país, de gel
de dehidrotestosterona de 2,5%, 3 veces al día durante 5 semanas en
región periescrotal.
• La mayoría del resto de las formas de micropene debe tratarse con
testosterona:
– Primera elección: enantato de testosterona intramuscular a dosis
de 25 mg cada 3 semanas durante 4-6 meses en el periodo de lac-
tante. Posteriormente, la eficacia parece menor y la dosis requeri-
da debe elevarse a 50 mg. También es de utilidad diagnóstica, ya
que una escasa respuesta orienta hacia alteración del receptor de
andrógenos.
– Alternativa: β-hCG a 3.000 UI/m2 intramuscular dos veces a la sema-
na durante 5 semanas en los casos con testículos funcionantes.
– El tratamiento tópico con testosterona al 5%, diariamente durante
30 días, tiene una eficacia variable debido a su absorción irregular.
Experiencia limitada en la infancia.
94 Manual de endocrinología pediátrica
GINECOMASTIA
1. BASES CONCEPTUALES
Crecimiento benigno de la glándula mamaria en el varón. Es el resul-
tado de un aumento concéntrico del tejido ductal y del estroma mama-
rio. Es una patología frecuente, con una prevalencia estimada entre el 4-
70%, en función del tamaño de ginecomastia considerado.
Actualmente se establece como causa fisiopatológica fundamen-
tal “el desequilibrio a favor de la acción estrogénica sobre la andro-
génica”. Esta explicación incluiría todas las situaciones posibles: exce-
so real de estrógenos plasmáticos, exceso relativo de estrógenos plas-
máticos (niveles normales de los mismos con descenso de andró-
genos-hipogonadismo), o alteración de la acción periférica (aumen-
to de la sensibilidad estrogénica o disminución de la androgénica)
(Tabla 5).
2. CLÍNICA
Existe discrepancia sobre el tamaño a partir del cual debe hablarse
de ginecomastia de modo que, mientras algunos autores admiten su exis-
tencia ante cualquier aumento del volumen del botón mamario, otros
establecen que el diámetro definitorio debe superar los 0,5 cm. Lo habi-
tual es considerarla clínicamente relevante a partir de 2 cm. El término
macromastia deberá utilizarse ante tamaños superiores a 5 cm, e indica
irreversibilidad del proceso.
En general, todo tejido mamario en el varón debe considerarse
anormal excepto en tres situaciones donde fisiológicamente puede
haber crecimiento: periodo neonatal, periodo puberal y senilidad
(Tabla 6).
Criptorquidia, micropene, ginecomastia, macroorquidismo 95
Aumento de Descenso de
estrógenos andrógenos Iatrógena
Tumores secretores de estrógenos Hipogonadismo Administración
Tumores secretores de HCG hipogonadotropo exógena de
Aumento de la actividad aromatasa Hipogonadismo estrógenos
Hipertiroidismo hipergonadotropo Fármacos que
Hiperplasia suprarrenal congénita Insensibilidad a inducen
(conversión periférica) los andrógenos ginecomastia
Tumor suprarrenal (conversión Insuficiencia renal
periférica) crónica
Alteración hepática
Antecedentes personales
• Enfermedad crónica (fundamentalmente, hepatopatía o insuficien-
cia renal).
• Uso de fármacos (tópicos o sistémicos, tabla 7).
• Antecedente de micropene/criptorquidia/genitales ambiguos.
• Interrogar por el sentido del olfato para descartar anosmia.
• Antecedentes familiares de ginecomastia.
Exploración física
• Diferenciar ginecomastia real de pseudoginecomastia (adipomastia,
neoplasia).
• Datos antropométricos (peso, talla, IMC). Evaluar malnutrición aso-
ciada a enfermedad crónica (hepatopatía, patología renal).
• Tensión arterial, frecuencia cardiaca.
• Presencia de bocio.
• Valorar signos de hiperandrogenismo concomitante (tumor suparre-
nal, testicular).
• Palpación abdominal (tumor suparrenal).
• Establecer estadio puberal para diferenciar ginecomastia puberal
de patológica (Tablas 6 y 9), haciendo constar tamaño peneano y de
testes. También, en caso de ginecomastia unilateral, explorar la posi-
ble existencia de adenopatías. Muy importante palpar adecuadamen-
te testículos (consistencia, tamaño y simetría).
La sospecha de neoplasia mamaria, excepcional en la infancia y ado-
lescencia debe considerarse ante la existencia de un bultoma unilateral
96 Manual de endocrinología pediátrica
Ginecomastia fisiológica
1. Ginecomastia neonatal:
– Puede verse hasta en el 60% o más de los recién nacidos varones y se
considera transitoria aunque puede durar meses
– En algunos casos puede haber secreción mamaria
2. Ginecomastia puberal:
– Suele iniciarse en varones con testes mayores de 8 cc (Tanner III-IV) y con
pubarquia ya iniciada, esto es, en torno a los 13-14 años de edad. Rara vez
aparece después de los 16 años
– El incremento del tamaño es unilateral, progresivo y autolimitado, menor de
4 cm (similar a Tanner II en la mujer). El botón es subareolar, móvil e
indoloro o levemente doloroso a la presión superficial. Se hace bilateral en
el 75% de los casos
– Regresa en 1 o 2 años. Si no desaparece antes de este periodo o supera los 5
cm (macroginecomastia) es excepcional que involucione
Ginecomastia patológica
Suele progresar rápidamente y ser dolorosa. En este grupo deben incluirse
todas las de comienzo prepuberal, con excepción de la neonatal.
Particularidades clínicas:
– El grado de ginecomastia en los hipogonadismos es mayor en los primarios
(S. Klinefelter) que en los secundarios
– Hasta un 30% de los casos con enfermedad de Graves presentan, e incluso
debutan, con ginecomastia. El hipotiroidismo no produce ginecomastia
salvo en los casos graves con hiperprolactinemia secundaria
– Los tumores testiculares pueden producir ginecomastia antes de que sean
palpables. Ante un síndrome de Peutz-Jeghers (pigmentación mucocutánea,
pólipos gastrointestinales y diversos tipos de neoplasias), la presencia de
ginecomastia debe hacer pensar en un tumor de células de Sertoli
– Aunque multitud de patologías sistémicas pueden ser causa de
ginecomastia, la asociación de diversos signos o síntomas puede ser
expresión de un complejo sindrómico, como el POEMS (polineuropatía,
organomegalia, endocrinopatía, proteína M y alteraciones de la piel)
Pruebas complementarias
Habitualmente no son necesarias salvo que se sospeche ginecomas-
tia patológica (Tablas 9 y 10), su tamaño sea mayor de 4 cm o persista más
de 4 años.
Pruebas analíticas
• Hemograma, VSG, bioquímica con función hepática y renal (para des-
cartar enfermedad crónica).
AUMENTO DEL TAMAÑO MAMARIO EN EL VARÓN
Figura 3. Ginecomastia.
97
98 Manual de endocrinología pediátrica
– Enfermedad sistémica
– Neoplasias (Hodking y LLA)
– Hepatopatía crónica (cirrosis)
– Insuficiencia renal crónica
– Desnutrición
– Obesidad
– Lesión de nervios intercostales
– Enfermedades del sistema nervioso: distrofia miotónica de Steinert, lesión
medular, atrofia muscular espinal
– Estrés
– Enfermedades inmunitarias
– Hipertensión arterial (descartar que sea la medicación antihipertensiva la
responsable de la ginecomastia)
– Anomalía de Poland
Pruebas de imagen
• Ante la sospecha de neoplasia mamaria: ecografía. En caso de duda,
la PAAF puede resultar útil pero los frecuentes falsos negativos acon-
sejan la biopsia quirúrgica de entrada.
• Ante todo paciente con ginecomastia patológica, es obligado realizar
una ecografía testicular y abdominal, al objeto de descartar patología
tumoral (tumores virilizantes, productores de estrógenos o mixtos).
Criptorquidia, micropene, ginecomastia, macroorquidismo 101
4. TRATAMIENTO
Las formas secundarias suelen responder al tratamiento de la causa
desencadenante:
• En la ginecomastia farmacológica, la supresión o disminución del fár-
maco responsable resuelve completa, o casi completamente, el pro-
ceso en aproximadamente 1 mes, de modo que, en ausencia de res-
puesta, deberán descartarse otras causas.
• La ginecomastia patológica y de enfermedad crónica pueden respon-
der al tratamiento etiológico. No es infrecuente un empeoramiento
de la misma en los casos de síndrome de Klinefelter tratados con tes-
tosterona.
• La ginecomastia por exceso de actividad de la aromatasa podría bene-
ficiarse de un tratamiento farmacológico específico (inhibidores de
la enzima) aunque no existen suficientes estudios que confirmen esta
eficacia.
Las formas idiopática y puberal representan las dos causas más fre-
cuentes de ginecomastia. En ambas, el empleo de fármacos no se reco-
mienda ya que no existe suficiente evidencia científica y no están apro-
bados.
El tratamiento quirúrgico representa la alternativa a la terapia farma-
cológica cuando está contraindicada, y debe llevarse a cabo una vez fina-
lizada la pubertad (mamoplastia periareolar o transareolar, con o sin lipec-
tomía por succión).
MACROORQUIDISMO
1. BASES CONCEPTUALES
El macroorquidismo se define como un volumen testicular mayor que
el correspondiente al percentil 95 para la edad.
Los conocimientos actuales sobre los determinantes fisiológicos del
tamaño testicular son escasos, si bien, algunos estudios demuestran una
correlación positiva entre el volumen testicular y la talla, el peso, el índi-
ce de masa corporal y la superficie corporal. De este modo, el volumen tes-
ticular en el adulto sano puede variar entre 15 y 25 ml. En él, un tamaño
inferior a 15 ml se considera un indicador fiable de patología. Poco se cono-
ce, sin embargo, de la fisiopatología y el significado clínico de los testícu-
los cuyo volumen supera el límite de 25 ml. Por tanto, se trata de una enti-
dad infrecuente en niños y adolescentes que generalmente se encuentra
asociada a retraso mental, más concretamente al síndrome de X frágil.
2. CLÍNICA
La clínica del macroorquidismo es, generalmente, inespecífica y sue-
le pasar desapercibida. El aumento del tamaño testicular puede ser dolo-
roso o no, y uni o bilateral. Las formas benignas y las asociadas a retraso
102 Manual de endocrinología pediátrica
mental suelen ser bilaterales e indoloras, mientras que las que se deben
a una tumoración son unilaterales y, frecuentemente, dolorosas.
El síndrome de X frágil es una de las causas más frecuentes de macro-
orquidismo. Existen otros retrasos mentales ligados al cromosoma X que
cursan con macroorquidismo, como el síndrome PPM-X (psicosis-pira-
midalismo y macroorquidismo ligado al X) y el síndrome de Atkin-Flaitz
(macroorquidismo, retraso mental, dismorfia facial, macrocefalia, obesi-
dad, talla baja).
Exploración física
• Establecer estadio puberal (es muy importante destacar si se trata de
un macroorquidismo aislado o está acompañado de aparición precoz
de caracteres sexuales secundarios).
• Estimar tamaño de ambos testículos usando un orquidómetro de
Prader. En tamaños superiores a 25 ml o si el tamaño fue determinado
mediante ecografía, debe utilizarse la fórmula de Cantú: π/6 x longitud
x (anchura). Comparar tamaño testicular con los estándares según la
edad (1-3 cc en época prepuberal y 15-25 cc al finalizar la adolescencia).
• Descartar presencia de manchas café con leche y pigmentación perio-
ral.
• Examen neurológico para descartar retraso psicomotor.
Pruebas complementarias
En función de la forma de presentación clínica (véase Algoritmo), será
de utilidad la determinación de FSH, LH, prolactina, testosterona, estra-
diol y 17OH-progesterona (útil en el diagnóstico de HSR). En la mayoría de
los macroorquidismos idiopáticos no se han encontrado alteraciones hor-
monales relevantes.
• Inhibina B y hormona antimulleriana: marcadores de célula de Serto-
li. Estarán elevadas en tumores de célula de Sertoli (síndrome de Peutz-
Jeghers, complejo Carney). Asimismo, pueden elevarse en el síndro-
me de McCune-Albright donde se han descrito casos de macroorqui-
dismo por exceso de funcionalidad de la célula de Sertoli.
MACROORQUIDISMO
*Descartar síndrome McCune Albright. **Todos los estudios deben ser normales, incluido X-frágil.
Figura 4. Macroorquidismo.
103
104 Manual de endocrinología pediátrica
4. TRATAMIENTO
No existe una terapéutica específica salvo para los casos secundarios
como el hipotiroidismo primario, el origen tumoral o los restos suprarre-
nales de una hiperplasia suprarrenal congénita incorrectamente tratada.
Para el macroorquismo secundario a síndrome de X frágil tampoco exis-
te una terapia eficaz aunque se han ensayado, sin éxito, inhibidores de la
FSH, altas dosis de ácido fólico o, más recientemente, inhibidores de la
GSK3 (cinasa de glicogenosintasa-3).
El pronóstico funcional de los testículos macroorquídicos es bueno
en todos los casos salvo en los que se precisa, obviamente, de una extir-
pación (tumores malignos o funcionantes).
Criptorquidia, micropene, ginecomastia, macroorquidismo 105
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capítulo 8
1. BASES CONCEPTUALES
Los trastornos de la diferenciación sexual (TDS) son alteraciones con-
génitas en las que el desarrollo del sexo cromosómico, gonadal o anató-
mico es atípico. Son poco frecuentes, ya que sólo en 1:5.000 recién naci-
dos se produce una verdadera ambigüedad genital (imposible discernir
si se trata de un varón o una mujer).
La diferenciación sexual es el proceso a través del cual un embrión
sexualmente indiferente adquiere las características masculinas o feme-
ninas en las gónadas y en los genitales internos y externos. Este proceso
supone una serie de etapas secuenciales (Fig. 1):
1. Establecimiento del sexo genético o cromosómico: se produce en el
momento de la fertilización con la adquisición de la dotación cromo-
sómica. A lo largo de las primeras 5 semanas de gestación (SG), se for-
man, independientemente del sexo genético y de factores hormona-
les, una serie de estructuras indiferenciadas, comunes a ambos sexos:
a) primordios gonadales; b) conductos mesonéfricos de Wolff, origen
de los genitales internos masculinos; y c) conductos paramesonéfri-
cos de Müller, origen de los genitales internos femeninos.
2. Diferenciación gonadal: a partir de la 7ª SG, la dotación cromosómi-
ca conduce al primordio gonadal a diferenciarse a testículo u ovario.
La diferenciación testicular precisa de la presencia del gen SRY (Yp11.3),
y de la activación del gen SOX9; por el contrario, para el desarrollo y
viabilidad del ovario es necesaria la ausencia de SRY, la inhibición de
la expresión de SOX9 y la participación activa de otros genes, como:
WNT4, DAX1, RSPO1 y FOXL2.
3. Diferenciación de los genitales internos: se inicia a partir de la 8ª
SG cuando, en presencia de testículos, la AMH induce la regresión
de los conductos de Müller y la secreción de testosterona, estimu-
lada por la HCG (gonadotropina coriónica), induce la diferenciación
de los conductos de Wolff, dando lugar a los genitales internos mas-
culinos. La falta de testosterona provoca la regresión de los conduc-
tos de Wolff y la ausencia de AMH permite la diferenciación de los
107
108
Figura 1.
Diferenciación sexual Diferenciación sexual Representación esquemática
masculina femenina del proceso normal de la dife-
renciación sexual.
Manual de endocrinología pediátrica
Trastornos de la diferenciación sexual 109
2. CLÍNICA
No todos los TDS condicionan una ambigüedad genital, pues en
muchos casos la apariencia de los genitales es normal o prácticamente
normal y las manifestaciones clínicas aparecerán más tardíamente, en
forma de: pubertad retrasada o incompleta, amenorrea primaria, viriliza-
ción tardía, ausencia de vello o ginecomastia.
Los recién nacidos con sospecha de TDS deben ser evaluados de for-
ma urgente. La aproximación inicial irá encaminada a:
a) Valorar la presencia de anomalías genitales complejas frente a alte-
raciones menores.
b) Valorar la presencia de hallazgos generales: a) deshidratación, som-
nolencia, hipotonía o hipotensión, hiperpigmentación de genitales y
areolas (sospecha de síndrome pierde sal); b) otras anomalías congé-
nitas y/o rasgos dismórficos (sospecha de cuadros sindrómicos); y c)
ictericia e hipoglucemia junto a micropene y/o criptorquidia (sospe-
cha de panhipopituitarismo).
c) Examen minucioso de los genitales externos (Fig. 3):
– Intentar palpar gónadas: desde abdomen, siguiendo por el trayecto
inguinal hasta periné (localización, tamaño, forma y consistencia).
La presencia de gónadas fuera del abdomen indica que se trata de
tejido testicular (habitualmente testículos y, rara vez, ovotestes).
– Estructura fálica: tamaño del pene/clítoris (forma, anchura y longi-
tud, medir por la parte dorsal).
– Tratar de identificar la desembocadura de uretra y ano: número de
orificios y situación en el periné. Presencia de seno urogenital común
(ausencia de la separación de la apertura vaginal y uretral). Presen-
cia de hipospadias (glandular, subcoronal, peneano, escrotal o peri-
neal).
– Grado de pigmentación, rugosidad y fusión posterior de los pliegues
labioescrotales (aumento de la distancia anogenital).
– Presencia de asimetría en los genitales externos (típica de disgene-
sia gonadal mixta y del TDS ovotesticular).
110
Surco Cuerpo
uretral del pene
Pliegues
uretrales
Tubérculo DHT
genital
Falo
Escroto Rafe
Ano escrotal
Membrana
urogenital Labio Clítoris
menor
Membrana
anal
Membrana
cloacal
D. 46,XX/46,XY – TDS 46,XY ovotesticular – Origen fetal: hiperplasia suprarrenal congénita (HSC),
(quimerismo, TDS B. TDS 46,XY por defectos en la síntesis de colesterol tumores fetales productores de andrógenos
ovotesticular) – Síndrome de Smith-Lemli-Opitz – Origen fetoplacentario: deficiencia de aromatasa
E. Otros (anomalías estructurales C. TDS 46,XY por defectos en la síntesis de testosterona placentaria, deficiencia de P450 oxidorreductasa
cromosoma Y y otros – Alteración de la diferenciación de las células de Leydig – Origen materno: tumores maternos virilizantes
mosaicismos gonosómicos) - Alteración del receptor de LH/HCG (formas completas (luteomas, corticosuprarrenalomas), HSC materna
y parciales) mal tratada, fármacos androgénicos
– Defectos enzimáticos en la síntesis de testosterona: C. TDS 46, XX por anomalías en el desarrollo de los
Defectos que alteran la esteroidogénesis adrenal y testicular ductos müllerianos (síndrome de Mayer-Rokitansky-
- Déficit de StAR y de P450scc (colesterol-desmolasa) Küster-Hauser, síndrome de MURCS)
- Déficit de 3-β-hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo II
- Déficit de 17α-hidroxilasa y 17,20 liasa
- Déficit de P450 oxidorreductasa
Defectos en la esteroidogénesis testicular
- Déficit aislado de 17, 20-liasa
- Déficit de 17β-hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo III …/…
111
TABLA 1. (Continuación) Clasificación etiopatogénica de los trastornos de la diferenciación sexual (TDS)*.
112
*Hughes IA, Houk C, Ahmed SF, Lee PA, and LWPES/ESPE Consensus Group. Consensus statement on management of intersex disorders. Arch Dis Child. 2006; 91: 554.
Manual de endocrinología pediátrica
Trastornos de la diferenciación sexual 113
Palpación de gónadas
Estructura fálica
3. DIAGNÓSTICO
Anamnesis
• Existencia de consanguinidad y etnia familiar.
• Antecedente de otros hijos o parientes próximos con: TDS, virilización,
muerte súbita (crisis adrenal), trastornos puberales o infertilidad.
• Historia obstétrica de la madre: ingesta de fármacos durante el emba-
razo (esteroides, progestágenos), técnicas de reproducción asistida,
virilización progresiva durante el embarazo (déficit de aromatasa pla-
centaria o tumores secretores de andrógenos).
• Historia de prematuridad y/o retraso de crecimiento intrauterino:
estas condiciones, en ocasiones, producen diversos grados de inade-
cuada virilización.
Pruebas diagnósticas
Debe estudiarse a todo paciente con:
• Genitales claramente anómalos al nacimiento.
Trastornos de la diferenciación sexual 115
11-β-Hidroxilasa 11-β-Hidroxilasa
TDS 46, XX
17-hidroxiprogesterona
Normal Aumentada
TDS 46, XY
Para el diagnóstico diferencial de estos pacientes pueden ser de uti-
lidad:
• Test de HCG: es la prueba más importante en estas situaciones. Valo-
ra fundamentalmente la respuesta de testosterona a la HCG (equi-
valente a la LH) y, por consiguiente, la presencia de células de Leydig
funcionantes. También es útil para valorar un bloqueo en la síntesis
de testosterona a partir de su precursor, la androstendiona, o la con-
versión de testosterona en DHT. La mayoría de los autores adminis-
tran HCG entre 1.000-1.500 UI/día por vía intramuscular, 3 días. Se
extrae testosterona, androstendiona y DHT antes y a las 24-72 h de la
última dosis de HCG. Interpretación:
– Respuesta normal: niveles de testosterona aumentan 3-5 veces y
alcanzan o superan 1 ng/ml. Se valora también el aumento del tama-
ño del pene y un posible descenso testicular.
• Niveles plasmáticos de AMH: es un gran marcador de la presencia de
tejido testicular. Además, muestra una fina regulación de su secre-
ción por la testosterona (Tabla 3).
• Niveles basales de gonadotropinas: su elevación es sugerente de fallo
gonadal primario o hipoplasia de células de Leydig.
• Niveles basales de ACTH plasmática y test de ACTH: en caso de défi-
cit de la producción de testosterona, niveles anormalmente elevados
120 Manual de endocrinología pediátrica
Test de HCG
⇓ Testosterona ⇑ Testosterona
AMH normal o ⇑
⇓
AMH ACTH ⇑ AMH normal o ⇑ AMH ⇑ AMH normal
ACTH normal ACTH normal LH ⇑ T/DihidroT ⇑
Posibilidad de encontrar
restos müllerianos Cociente testosterona/Δ4 Presencia
Trastornos de la diferenciación sexual
4. TRATAMIENTO
El tratamiento de los recién nacidos con TDS debe ser multidiscipli-
nar (endocrinólogo Infantil, cirujano pediátrico, psicólogo, genetista) y rea-
lizarse en hospitales terciarios con dilatada experiencia.
Asignación de sexo
Independientemente de que se haya podido o no llegar a un diagnós-
tico de la causa del TDS, es necesario asignar un sexo al paciente, prefe-
riblemente en las 3-4 primeras semanas de vida. La decisión será tomada
siempre de acuerdo con los padres, una vez estos hayan recibido una ade-
cuada y completa información. Los siguientes factores son cruciales a la
hora de asignar el sexo: diagnóstico, gónadas, apariencia de genitales
externos, opciones quirúrgicas, necesidad de suplementación hormonal
126 Manual de endocrinología pediátrica
Tratamiento quirúrgico
Tiene que ser llevado a cabo por cirujanos infantiles con experiencia
y formación específica en la cirugía de los TDS. Incluye dos aspectos:
• Reconstrucción genital de acuerdo con el sexo asignado: en el caso
de asignación femenina, es importante preservar la función eréctil y
la inervación del clítoris. En el caso de asignación masculina, informar
a los padres de las expectativas reales de la reconstrucción del pene.
No es necesario retirar profilácticamente los restos müllerianos.
• Gonadectomía: en general, todos los TDS tienen un riesgo potencial
de desarrollar tumores derivados de las células germinales (gonado-
blastomas y germinomas), pero el riesgo es especialmente elevado
Trastornos de la diferenciación sexual 127
BIBLIOGRAFÍA
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ce on the initial evaluation of an infant or an adolescent with a suspected disorder
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envolved in gonadal differentation. Discov Med. 2012; 14: 301-9.
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– Romao RL, Salle JL, Wherrett DK. Update on the management of disorders of sex
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capítulo 9
HIPOTIROIDISMO
1. BASES CONCEPTUALES
El hipotiroidismo consiste en una disminución tisular de la actividad bio-
lógica de las hormonas tiroideas, ya por una deficiente producción, ya por una
resistencia periférica a su acción, alteración de su transporte o de su meta-
bolismo.
El hipotiroidismo puede ser congénito o adquirido; el primero pue-
de ser, a su vez, hereditario o esporádico y, desde un punto de vista evolu-
tivo, permanente o transitorio. Por otro lado, en función del nivel de afec-
tación el hipotiroidismo se clasifica en primario o de origen tiroideo, secun-
dario o de origen hipofisario, terciario o de origen hipotalámico y, perifé-
rico o por menor acción de las hormonas tiroideas (HT).
El hipotiroidismo congénito (HC) primario es la causa más frecuente
de las alteraciones endocrinas del RN y tiene una incidencia de 1 / 3.000-
3.500 RN, siendo el 90% formas permanentes y el resto transitorias. Menos
frecuente es el hipotiroidismo adquirido, cuya causa más prevalente, exclui-
da la deficiencia de yodo, es la tiroiditis linfocitaria crónica. Finalmente, el
HC central tiene una prevalencia estimada de 1 caso por cada 20.000 RN
(Tablas 1 y 2).
2. CLÍNICA
Las manifestaciones clínicas del hipotiroidismo dependen de la edad
de presentación, de la duración y de la intensidad del mismo. Así, en el
periodo neonatal, las manifestaciones clínicas pueden pasar desaperci-
bidas y, afortunadamente, son diagnosticados gracias al cribado neona-
tal. Para los RN se puede calcular el índice clínico de Letarte (Tabla 3),
que se considera sugestivo de hipotiroidismo cuando alcanza una pun-
tuación superior a 4. Fuera del periodo neonatal, las manifestaciones
clínicas dependerán de la severidad del hipotiroidismo (Tabla 3). En el hipo-
tiroidismo central, la sintomatología suele ser más moderada y puede aso-
ciar las manifestaciones propias de otros déficit hormonales. Por otro lado,
en el síndrome de resistencia generalizada a las hormonas tiroideas, las
129
130 Manual de endocrinología pediátrica
1. Hipotiroidismo primario
Disgenesias tiroideas – Agenesias o atireosis, ectopia, hipoplasia
– Asociada a mutaciones: NKX2.1, NKX2.5, FOXE1, PAX-8 (2%)
– Esporádica
Dishormonogénesis – Insensibilidad a la acción de la TSH (RTSH, GNAS1)
– Defectos de captación y transporte de yodo (gen NIS/SLC5A5)
– Defectos en la organificación del yodo (TPO, DUOX2,
DUOXA2)
– Defectos en la síntesis de tiroglobulina (gen Tg)
– Síndrome de Pendred (gen PDS/SLC26A4)
– Defectos en la desyodación (gen DEHAL1)
2. Hipotiroidismo hipotálamo-hipofisario
– Deficiencia aislada de TSH (gen β TSH)
– Deficiencia de TRH (aislada, síndrome de sección de tallo hipofisario, lesiones
hipotalámicas)
– Resistencia a TRH (receptor de TRH)
– Deficiencia de factores de transcripción: LHX3, LHX4, HESX1, PROP1, POU1F1
3. Periférico
– Síndrome de resistencia a hormonas tiroideas (gen receptor β hormonas
tiroideas)
– Alteraciones en el transportador de membrana (MCT8), específico de
hormonas tiroideas (síndrome de Allan-Herndon-Dudley)
– Defecto en el metabolismo de las hormonas tiroideas (gen SECISBP2)
4. Transitorio
– Iatrogénico - Exceso de yodo
- Fármacos antitiroideos
– Deficiencia de yodo
– Inmunológico (paso transplacentario de autoanticuerpos tiroideos
maternos)
– Genético: gen DUOXA2
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
• Familiar: antecedentes de patología tiroidea, autoinmunidad.
• Personal: embarazo, parto, periodo neonatal, pruebas metabóli-
cas, curva ponderoestatural, desarrollo psicomotor, enfermedades
crónicas autoinmunes, lugar de procedencia (zonas carentes de
yodo).
Patología de la glándula tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo... 131
Examen físico
• Peso, talla, IMC.
• TA, FC.
• Presencia de bocio.
• Macroglosia.
• Hernia umbilical.
• Fontanela anterior y posterior.
• Piel seca.
• Examen neurológico riguroso.
Pruebas complementarias
Pruebas que determinan el estado de hipofunción tiroidea
• TSH: piedra angular en la evaluación del estado funcional tiroideo ya
que es más sensible a las variaciones del estado tiroideo que la pro-
pia T4. Un aumento de la concentración sérica de TSH es un indica-
dor precoz y sensible de reserva tiroidea disminuida.
132 Manual de endocrinología pediátrica
Infancia y adolescencia
Trastornos del crecimiento y desarrollo físico
– Velocidad de crecimiento baja
– Talla baja
– Segmento superior/inferior aumentado (si es de larga evolución)
– Retraso variable de la edad ósea (marca la antigüedad del hipotiroidismo)
– Dentición retardada
Trastornos del desarrollo puberal
– Pubertad retrasada
– Pubertad adelantada
– Trastornos menstruales
Alteraciones neuropsíquicas
– Retraso mental (sólo en el hipotiroidismo congénito no tratado precozmente)
– Bajo rendimiento escolar
– Somnolencia
– Depresión
– Hipotonía, hiporreflexia, pseudohipertrofia muscular
Alteraciones cutáneas y del pelo
– Piel seca, fría, pálida, engrosada, carotinémica
– Edema de manos, cara, párpados y región pretibial
– Enrojecimiento malar
– Cutis marmorata
– Pelo ralo, quebradizo
– Alopecia de cejas o cuero cabelludo
Alteraciones digestivas y nutricionales
– Anorexia
– Oclusión intestinal
– Estreñimiento
– Sobrepeso
– Hipercolesterolemia
– Ascitis
.../...
Patología de la glándula tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo... 133
Alteraciones cardiorrespiratorias
– Bradipnea, bradicardia
– Reducción de la capacidad de ventilación
– Derrames pleurales, derrames pericárdicos
– Alteraciones del electrocardiograma
– Hipotensión arterial
– Cardiomegalia
Otros síntomas
– Aumento del tamaño de la hipófisis (hipotiroidismo primario de larga
evolución)
– Intolerancia al frío
– Anemia
– Galactorrea
– Bocio en:
- Hipotirodismo por dishormonogénesis
- Síndrome de resistencia a las hormonas tiroideas
- Hipotirodismo congénito primario transitorio
- Hipotirodismo adquirido por déficit de yodo, exceso de yodo
- Tiroiditis
Protocolo
• T0=canalizar vía y extracción basal de TSH. Posteriormente, adminis-
tración intravenosa de TRH a la dosis de 5 µg/kg (máximo 200 µg) a
pasar en 90 segundos diluidos al medio con suero fisiológico.
• T1=a los 20 minutos, extracción venosa de TSH.
• T2=a los 60 minutos, extracción venosa de TSH.
• Contraindicada en pacientes hipertensos o con patología cardiovascu-
lar
• Durante la realización de la prueba pueden observarse los siguientes
efectos secundarios: rubefacción, urgencia miccional, dolor de cabe-
za, náuseas, sabor metálico.
HIPOTIROIDISMO: T4L, T4 total + TBG, TSH
T4L baja, T4 baja con TBG normal, T4L alta, T4 alta con TBG normal,
TSH basal TSH normal o elevada
– – +
Dishormonogénesis Iatrógeno Tiroiditis
Déficit de yodo Figura 1.
Otros
Algoritmo diagnóstico del
hipotiroidismo.
135
136 Manual de endocrinología pediátrica
Por otro lado, el test de TRH permite conocer la reserva funcional del
tiroides ya que, según los valores de las HT, el nivel de TSH y la respuesta
al test de TRH se habla de tres situaciones diferentes: a) eutiroidismo; b)
eutiroidismo con reserva funcional reducida: los niveles de T4 libre son
normales, la TSH basal es normal pero la respuesta de TSH al test de
TRH es elevada; c) hipotiroidismo subclínico: los niveles de T4 libre son
normales, la TSH basal está elevada y la respuesta al test de TRH es, igual-
mente, elevada.
Dishormonogénesis tiroidea
Son errores congénitos que producen un bloqueo total o parcial de
cualquiera de los procesos bioquímicos implicados en la síntesis y la secre-
ción de hormonas tiroideas. Constituyen el 20% de los hipotiroidismos
congénitos. Su expresión clínica es variable y, en la mayoría de los casos,
pero no siempre, el hipotiroidismo es ya detectable al nacimiento.
Dishormonogénesis
+ – –
Otras etiologías
Tiroiditis
• La presencia de hipotiroidismo primario, bocio y anticuerpos antiti-
roideos positivos debe hacer pensar en la tiroiditis linfocitaria cróni-
ca autoinmune, aunque, en algunas ocasiones, puede presentarse ini-
cialmente con un hipertiroidismo leve causado por liberación de hor-
monas tiroideas preformadas. La gammagrafía mostrará un patrón
de captación irregular, la ecografía demuestra habitualmente ausen-
cia de nódulos y ecogenicidad heterogénea.
• Las tiroiditis inflamatorias se acompañan de signos locales y sistémi-
cos de inflamación. Cursan con bocio difuso, función tiroidea varia-
ble (fases de hipertiroidismo e hipotiroidismo) con captación baja de
yodo marcado en la gammagrafía tiroidea.
• La tiroiditis aguda bacteriana es una infección aguda bacteriana del
tiroides que cursa con dolor local, enrojecimiento, disfagia, fiebre y
linfadenopatías locorregionales. Es excepcional en pediatría y, cuan-
do se presente, debemos descartar malformaciones congénitas aso-
ciadas (sinus piriforme comunicante, quistes braquiales, conducto
tirogloso).
Déficit de yodo
El déficit de yodo puede causar un amplio espectro de trastornos, algu-
nos de ellos subclínicos, que pueden afectar, sobre todo, a mujeres emba-
razadas, fetos y neonatos. El mecanismo fundamental de adaptación es el
aumento en la captación de yodo por la glándula; ello es consecuencia
de la hipersecreción de TSH que, a su vez, determinará la aparición de bocio.
El patrón periférico es de niveles normales o bajos de T4 libre, elevados de
142 Manual de endocrinología pediátrica
Edad µg/día
Prematuros 30 µg/kg/día
0-6 años 90
6-12 años 120
>12 años y adultos 150
Embarazadas 200-290
Madres lactantes 200-290
Iatrógeno
Bociógenas son aquellas sustancias capaces de producir experimen-
talmente bocio, ya que interfieren en una determinada fase de la síntesis
de hormonas tiroideas. Generalmente, por sí solas son incapaces de pro-
ducir bocio, pero desempeñan un papel importante como cofactores cuan-
do se suman a otros trastornos (déficit parcial de la biosíntesis hormonal,
deficitaria ingesta de yodo u otras enfermedades tiroideas). Así, el exceso
de yodo puede ocasionar un bocio esporádico al originar una inhibición
aguda de la organificación intratiroidea del yodo y un bloqueo de la libe-
ración de las hormonas tiroideas cuando falla el fenómeno de "escape".
Generalmente, ello ocurre en pacientes con una enfermedad de base tiroi-
dea. Una alta concentración de yodo suele encontrarse en medicamentos
del tipo de la amiodarona, espectorantes, mucolíticos, antisépticos loca-
les tipo povidona yodada y en contrastes radiológicos yodados. La radio-
terapia craneal y la ablación tiroidea, quirúrgica o por yodo radioactivo,
completan las causas de hipotiroidismo iatrógeno.
4. TRATAMIENTO
El hipotiroidismo se trata con L-tiroxina (LT4) sódica sintética por vía
oral, con dosis única diaria, en ayunas, unos 30 minutos antes de la toma
de alimento para no interferir con su absorción. Las formas de presenta-
ción por vía oral son comprimidos y, para uso hospitalario, en forma de
gotas (1 gota = 5 µg). La absorción puede reducirse en diversas circuns-
tancias: ingesta de fórmulas infantiles que contienen soja o semilla de
algodón, nueces, procesos digestivos en los cuales se reduce la superficie
de absorción (intestino corto, cirrosis hepática) y uso de fármacos con-
comitantes (carbón activado, hidróxido de aluminio, colestiramina, sulfa-
to y gluconato ferroso, propranolol).
receptor β de las HT; SLC16A2: solute carrier family 16 (monocarboxylic acid transporters 8) member 2; SECISBP2: selenocysteine insertion sequence-binding protein 2.
Patología de la glándula tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo... 145
Inicio tratamiento
L-T4
Hipotiroidismo central
Requiere dosis menores que el hipotiroidismo primario. Se ha de admi-
nistrar la dosis necesaria para mantener los niveles séricos de T4 libre
en el rango de la normalidad de referencia.
146 Manual de endocrinología pediátrica
HIPERTIROIDISMO
1. BASES CONCEPTUALES
Hipertiroidismo y tirotoxicosis son dos términos que tienen signifi-
cados diferentes: el primero hace referencia al aumento de síntesis de HT
por el tiroides y, el segundo, al conjunto de signos y síntomas clínicos que
se derivan de la presencia en sangre de cantidades excesivas de HT.
Se estima una incidencia anual de hipertiroidismo de alrededor de
1/100.000 en niños menores de 6 años y de 3/100.000 en niños menores
de 14 años. Es 20 veces menos frecuente en niños y adolescentes que en
adultos.
El 95% de los hipertiroidismos en pediatría son debidos a la enferme-
dad de Graves-Basedow (EGB), que tiene un pico de máxima incidencia
entre los 11 y los 15 años, siendo 3-5 más frecuente en la mujer y en fami-
lias con historia de enfermedades autoinmunes. Por orden de frecuencia,
las causas más frecuentes de hipertiroidismo en la infancia son EGB, fase
hipertiroidea de una tiroiditis autoinmune, adenoma hipersecretor hipo-
fisario y nódulo tiroideo hiperfuncionante. Finalmente, el hipertiroidismo
neonatal es relativamente infrecuente, representando menos del 1% de
los casos de hipertiroidismo infantil (apareciendo en menos del 2% de
hijos de madre con EGB durante el embarazo). En la tabla 7 se muestra
una clasificación etiológica del hipertiroidismo en función de la edad.
2. CLÍNICA
El hipertiroidismo en la infancia tiene un inicio clínico insidioso y se
manifiesta en un periodo de semanas o meses. En la tabla 8 se presentan
las manifestaciones clínicas por edades.
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
• Familiar: antecedentes de patología tiroidea, autoinmunidad.
• Personal: embarazo, parto, periodo neonatal, pruebas metabólicas,
curva ponderoestatural, desarrollo psicomotor, enfermedades cróni-
Patología de la glándula tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo... 147
Examen físico
• Peso, talla, IMC.
• TA, FC.
• Presencia de bocio.
• Exoftalmos (poco intenso y generalmente asimétrico).
• Examen neurológico riguroso (presencia de temblor en reposo).
Pruebas complementarias
Diagnóstico de exceso de hormonas tiroideas
• El hipertiroidismo primario cursa con T4 libre y/o T3 libre elevadas y
TSH baja. Una TSH indectectable es patognomónica de exceso de hor-
monas tiroideas y los nuevos ensayos ultrasensibles de TSH (sensibi-
lidad <0,05 mUI/ml) hacen casi innecesaria la realización de un test
de TRH (respuesta frenada de la TSH) que únicamente se realizará en
casos dudosos.
• Las alteraciones en las proteínas transportadoras de hormonas tiroide-
as (thyroxine binding globulin) pueden producir elevación de los niveles
de T4 total pero sin hipertiroidismo y con T4 libre normal. Entre las con-
diciones que aumentan los niveles de TBG se encuentran las siguientes:
embarazo, neonato, ingesta de estrógenos, anticonceptivos orales o de
opiáceos, porfiria aguda intermitente y hepatitis crónica activa. Entre
los fármacos que interfieren con las proteínas transportadoras inhibien-
do su unión a las hormonas tiroideas (T4 total baja con T4 libre elevada
y TSH normal o baja) se incluyen heparina, fenitoína, diazepam, antiin-
flamatorios no esteroideos, furosemida, carbamazepina y salicilatos.
• La hipertiroxinemia familiar disalbuminémica es una condición gené-
tica que asocia niveles elevados de albúmina con una elevada afini-
dad por la T4 por lo que los niveles de T4 total están elevados pero con
T4 libre y TSH normales.
Orientación etiológica
Enfermedad de Graves-Basedow (EGB)
• Es una afección de mecanismo autoinmune, que conlleva la produc-
ción de autoanticuerpos contra el receptor de TSH (TSH-R o TSH-RAb).
La susceptibilidad a la enfermedad depende tanto de factores gené-
ticos como ambientales (estrés psíquico, tabaquismo, estrógenos e
infecciones). El 60% de los pacientes tienen antecedentes familia-
res de enfermedad tiroidea autoinmune.
148 Manual de endocrinología pediátrica
Hipertiroidismo en el neonato
Autoinmunitario
– Hijo de madre con enfermedad de Graves-Basedow
No autoinmunitario
– Mutación activadora del TSHR germinal (o somático) de carácter no familiar
– Mutación activadora del TSHR germinal de carácter familiar
– Mutación somática activadora de la subunidad Gsα: síndrome de McCune-Albright
– Síndrome de resistencia a las hormonas tiroideas de presentación precoz
Hipertiroidismo fetal
– Taquicardia >160 lpm en el 3er trimestre
– Aumento de los movimiento fetales
– Oligoamnios
– Escaso crecimiento fetal
– Tiromegalia y/o bocio
– Insuficiencia cardiaca
– Hydrops foetalis, muerte intrauterina
Hipertiroidismo neonatal
– Prematuridad, bajo peso
– Aspecto vivaz
– Tiromegalia y/o bocio
– Exoftalmus y afectación ocular
– Irritabilidad, hipersensibilidad, hiperactividad
– Craneosinostosis, microcefalia
– Temblor, sudoración, rubor, vasodilatación cutánea
– Disfunción gastrointestinal (vómitos, diarrea, pérdida de peso, apetito voraz)
– Cardiovascular (hipertensión, taquicardia, arritmias, insuficiencia cardiaca)
– Trombopenia
– Ictericia
– Hepatoesplenomegalia
– Linfadenopatía
– Síndrome de hiperviscosidad, excepcional
– Manifestaciones oculares:
- Exoftalmus, proptosis
- Retraso del movimiento del párpado, retracción del párpado
- Mirada fija, movimientos oculares limitados
- Quemosis, inyección conjuntival
- Edema periorbitario, molestias oculares, diplopia
- Excepcionalmente aparece una oftalmopatía grave
– Dermopatía (mixedema pretibial) es muy poco frecuente
– Excepcionalmente, convulsiones, psicosis, coma
Adenoma tóxico
• Es raro en pediatría. La severidad del hipertiroidismo se asocia con
el tamaño del adenoma y es frecuente que se manifieste con una ele-
vación aislada de la T3 libre. En la ecografía tiroidea se visualiza un
nódulo hiperecogénico y, en la gammagrafía se aprecia una captación
nodular, con supresión del resto de tiroides.
• Excepcionalmente, un carcinoma tiroideo diferenciado folicular pue-
de cursar con hipertiroidismo y nódulo tiroideo.
• El bocio tóxico multinodular es propio de la edad adulta y represen-
ta la fase final de una enfermedad tiroidea previa. En la ecografía se
observarán múltiples nódulos que, en la gammagrafía, serán hiper-
captantes.
4. TRATAMIENTO
Enfermedad de Graves-Basedow
El tratamiento de la EGB presenta tres opciones terapéuticas: antiti-
roideos orales (ATD), yodo radioactivo y cirugía. No existe unanimidad en
cuanto a qué tratamiento elegir ya que cada una de las opciones tiene
ventajas e inconvenientes.
Enfermedad Hashitoxicosis
de Graves Bocio Nódulos No bocio
Yodo radioactivo
• Es un tratamiento simple, barato y con pocos efectos secundarios, que
asocia un alto nivel de curación (>90%).
• Consiste en la administración por vía oral de yodo radioactivo, gene-
ralmente I131 que, tras ser captado por el tiroides, produce la destruc-
ción de las células foliculares.
• Las principales indicaciones para la administración de radioyodo son:
la ineficacia de los fármacos antitiroideos para inducir la remisión per-
manente de la enfermedad, la necesidad de utilización de dosis altas
de antitiroideos de manera crónica, las reacciones de hipersensibili-
dad moderadas-severas de los fármacos y, el olvido de la medicación.
• Si el paciente estaba tomando ATD debe suspenderse su administra-
ción 3-5 días antes. La eficacia del tratamiento se produce a lo largo
de 6 a 18 semanas y en este tiempo puede ser necesario tratar los sín-
156 Manual de endocrinología pediátrica
Efectos secundarios
• El hipotiroidismo es el efecto adverso más frecuente, ocurriendo en
el 20-40% de los niños después de un año de tratamiento y su inci-
dencia se incrementa del 2 al 3% por año, de manera que la mayoría
de los niños terminan siendo hipotiroideos.
• Tiroiditis inducida por la radiación: se produce en al menos el 1% de
los pacientes y suele desarrollarse en las primeras semanas des-
pués del tratamiento. Se manifiesta por dolor importante en la zona
tiroidea durante 2-3 semanas y puede acompañarse de exacerbación
del hipertiroidismo.
• Recurrencia del hipertiroidismo: suele ser secundario al crecimiento
del tiroides remanente en pacientes que permanecen eutiroideos por
el estímulo continuado de los anticuerpos estimulantes del tiroides.
• Alteración de la función paratiroidea: puede ser secundaria a la expo-
sición de las glándulas paratiroides a dosis significativas de radiación.
El hipoparatiroidismo es muy poco frecuente tras la administración
de I131 y suele ser transitorio.
• Incremento de riesgo de adenomas benignos del tiroides en adoles-
centes tratados con radioyodo, pero no de cáncer de tiroides. Este ries-
go es mayor en pacientes que reciben dosis menores de I131.
• La experiencia internacional acumulada hasta la actualidad no ha
demostrado un mayor riesgo de aparición de neoplasias (carcinoma
tiroideo o leucosis) ni un mayor riesgo de malformaciones congéni-
tas para la descendencia o de abortos espontáneos. Estos hallazgos
justifican que se utilicen dosis altas de I131 para el tratamiento de la
EG infantil.
Patología de la glándula tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo... 157
Cirugía
• Consiste en la tiroidectomía total o casi total.
• Sus indicaciones serían la presencia de bocio grande con síntomas
locales, falta de respuesta a los ATD y renuncia a la administración de
I131, pacientes de corta edad (<5 años) que no responden a los ATD,
mujeres embarazadas con hipertiroidismo severo que no revierte con
ATD y, en casos de tirotoxicosis muy severas, con oftalmopatía impor-
tante.
• Antes de la cirugía, los pacientes son preparados con ATD durante 10-
15 días y β-bloqueantes. Opcionalmente, se puede administrar duran-
te 1-2 semanas yodo inorgánico para conseguir una mayor disminu-
ción de síntesis hormonal, disminuir la vascularidad glandular y faci-
litar la involución tiroidea (yoduro potásico o solución de Lugol).
• Los efectos secundarios pueden ser importantes (hipoparatiroidismo
transitorio o permanente, lesión del nervio recurrente, hipotiroidis-
mo, queloides), aunque, disminuyen significativamente en los cen-
tros con experiencia.
• La tasa de curación es mayor al 95%.
En resumen, inicialmente el tratamiento de la EG se realiza con fár-
macos antitiroideos durante un periodo prolongado (mínimo de 2 años),
con lo que se obtiene remisión en aproximadamente el 40% de los pacien-
tes. En caso de no remisión, se indicaría la cirugía si el bocio es grande o
hay oftalmopatía severa y, en los demás casos, realizaremos tratamiento
definitivo con I131, siendo el objetivo del tratamiento desde el principio la
ablación de la glándula tiroidea, y conseguir el hipotiroidismo, en gene-
ral, superior al 90%.
Tormenta tiroidea
• La crisis tirotóxica o tormenta tiroidea es muy rara en la infancia y
suele estar precipitada por cirugía, infecciones, retirada brusca de ATD,
mal cumplimiento del tratamiento médico o tras el uso de yodo radioac-
tivo (2-8 días) por liberación de hormona tiroidea preformada tras la
degeneración folicular tiroidea.
• Se presenta como un cuadro agudo de hipertiroidismo con fiebre,
sudoración profusa, diarrea profusa, hipertensión, taquicardia extre-
ma, agitación que puede llegar a convulsiones y coma.
• El tratamiento debe iniciarse en una Unidad de Cuidados Intensivos
ya que tiene una alta morbimortalidad. Además de las medidas gene-
rales (fluidoterapia, monitorización, antitérmicos, sedación, ventila-
ción si es necesario, y tratamiento del factor desencadenante), el tra-
tamiento se basa en la administración de ATD a dosis altas. Se prefie-
re el uso de PTU ya que, además de inhibir la síntesis de hormonas
tiroideas, bloquea la conversión de T4 en T3, a una dosis de 15-20
mg/kg/día, cada 6 horas, por vía oral o por SNG, con una dosis máxi-
158 Manual de endocrinología pediátrica
Hipertiroidismo no autoinmune
El tratamiento de estos hipertiroidismos depende del trastorno cau-
sal. Es quirúrgico en los adenomas tiroideos tóxicos autónomos y en los
adenomas hipofisarios. El hipertiroidismo no autoinmune familiar por
mutación del R-TSH es subsidiario de ablación con radioyodo o de tiroi-
dectomía.
Hipertiroidismo neonatal
• El tratamiento del hipertiroidismo fetal consiste en la administración
a la madre de fármacos antitiroideos, preferentemente PTU (150-300
mg/día en tres dosis), buscando la dosis mínimamente eficaz para
mantener la frecuencia fetal por debajo de 160 lpm.
Patología de la glándula tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo... 159
1. BASES CONCEPTUALES
Los nódulos tiroideos (NT) son masas, generalmente de consistencia
firme, localizadas y diferenciadas del resto de la glándula tiroides. La inci-
dencia de NT en la infancia se sitúa entre el 1 y 1,5%. Su frecuencia aumen-
ta con la edad, sexo femenino, antecedente familiar de patología tiroidea,
enfermedad tiroidea previa, exposición previa a radiaciones y carencia de
yodo. Una clasificación etiológica de los NT se presentan en la tabla 9.
El hallazgo de un NT constituye un problema respecto a la actitud
terapéutica a seguir, porque puede ser la manifestación inicial de un cán-
cer de tiroides. Así, el riesgo de desarrollar un carcinoma tiroideo es 4 veces
mayor en el niño que en el adulto.
La incidencia de CT en los NT en niños es del 19,7-31% en función de
las series. La anamnesis y la exploración clínica ofrecen unos datos que
orientan, pero no aseguran, la malignidad de un NT (Tabla 10). Actualmen-
te se sabe que los NT, tradicionalmente considerados de bajo riesgo, pue-
den ser malignos, tal es el caso de los NT no palpables, lesiones quísti-
cas o de los NT en el contexto de bocio endémico o multinodular o con
hipertiroidismo.
El carcinoma diferenciado de tiroides (CT):
• Es la tercera neoplasia sólida más frecuente en la infancia y adoles-
cencia, con una incidencia anual de 1,75/100.000 y constituye el 0,5-
3% de todas las neoplasias en la infancia. A su vez, la glándula tiroi-
dea es una localización frecuente de segundo tumor en pacientes con
antecedentes personales de cáncer previo.
• La incidencia del CT por sexos es semejante por debajo de los 11 años
pero, en adolescentes, es más frecuente en la mujer.
160 Manual de endocrinología pediátrica
Malignos
Tumores de origen epitelial Carcinoma papilar (75-80%)
Carcinoma folicular (10-15%)
Carcinoma anaplásico o indiferenciado (3-5%)
Carcinoma medular de tiroides
Otros Linfoma, sarcoma, histiocitoma, metástasis
Benignos
De origen tiroideo Quistes (coloide o hemorrágico)
Adenomas (papilares, foliculares)
Bocio multinodular
Tiroiditis (de Hashimoto o subaguda)
Hemiagenesia de tiroides
Absceso tiroideo
De origen no tiroideo Quistes branquiales
Quiste del conducto tirogloso
Nódulos linfáticos
Hemangiomas
Neurofribromas
Teratoma
Lipoma
2. CLÍNICA
Con diferencia, la forma más frecuente de presentación del cáncer de
tiroides es la de un nódulo tiroideo. Otros signo de alarma pueden ser la
aparición de adenopatías próximas al tiroides o en zonas poco frecuen-
tes (zona supraclavicular, axilar).
En pacientes con patología tiroidea autoinmune es obligado realizar
ecografías seriadas y, ante la más mínima lesión sospechosa, realizar estu-
dio anatomopatológico.
A veces, podemos encontrar como hallazgo casual una metástasis
pulmonar de un cáncer de tiroides.
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
• Familiar: antecedentes de patología tiroidea, autoinmunidad, neopla-
sias.
• Personal: patología tiroidea, cáncer, quimioterapia, radioterapia, expo-
sición a radiación, zona deficitaria de yodo, síndrome constitucional,
aparición de nódulo tiroideo (¿desde cuándo?), adenopatías no filia-
das, metástasis pulmonares.
162 Manual de endocrinología pediátrica
Examen físico
• Peso, talla, IMC.
• TA, FC.
• Palpación de tiroides: características del nódulo (tamaño, cuantía,
localización, consistencia, presencia de signos inflamatorios, vascula-
rización en la zona afecta y adherencia a planos profundos).
• Palpación de ganglios de cuello, axila y supraclaviculares.
• Palpación abdominal (otros tumores).
Pruebas complementarias
Función tiroidea y marcadores tumorales
• El CT cursa habitualmente con función tiroidea normal y hasta un
25% pueden tener anticuerpos antitiroideos positivos.
• La existencia de hipotiroidismo o hipertiroidismo en un bocio nodular
reduce considerablemente, aunque no elimina, la posibilidad de malig-
nidad.
• La TG puede estar elevada en el carcinoma papilar y folicular y tam-
bién en procesos benignos, como tiroiditis, EGB o bocio simple; por
ello, no tiene utilidad como diagnóstico, pero sí para el seguimiento
del CT tratado.
• Niveles elevados de calcitonina, en condiciones basales o tras estímu-
lo con pentagastrina son propios del CMT y su diagnóstico exige un
estudio genético molecular (gen RET, 10q11.2).
Ultrasonografía
• La ecografía en un paciente con NT tiene varias utilidades:
– Detectar la existencia de NT clínicamente inaparentes (nódulos
inferiores a 1 centímetro de diámetro).
– Conocer el tamaño y la posible afectación local de ganglios, vasos
y tráquea.
– Estudiar si ese nódulo asienta sobre una glándula sana o no, y si es
solitario o múltiple.
– Diferenciar si el nódulo es sólido, quístico, con contenido líquido que
produce una ecogenicidad homogénea, o mixto.
• Las lesiones quísticas o predominantemente quísticas, por lo gene-
ral, orientan hacia benignidad pero entre el 1 y el 7% son malignas.
Una lesión sólida tiene un riesgo mayor de malignidad, así como un
nódulo complejo parcialmente sólido. Existen una serie de datos
ecográficos que permiten establecer un mayor riesgo de maligni-
dad, pero no una certeza absoluta (Tabla 11). Así, el riesgo de CT no
es significativamente mayor en los nódulos solitarios que en el bocio
multinodular, ya sean palpables o no, y los criterios para decidir qué
NT puncionar deben ser ecográficos y no de tamaño o de dominan-
cia.
Patología de la glándula tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo... 163
Gammagrafía tiroidea
• La administración de una dosis rastreadora I123 o de Tc99 permite cono-
cer la funcionalidad y autonomía de los nódulos y clasificarlos en tres
categorías:
– NT caliente o funcionante: cuando el nódulo atrapa el isótopo con
ausencia o disminución de la captación en el tejido paranodular.
Tiene una mínima incidencia de carcinoma.
– NT frío o hipofuncionante: cuando no capta el isótopo. Tiene un
riesgo de malignidad de hasta un 30%, especialmente si asienta en
una glándula normal. Hay que tener en cuenta que quistes, adeno-
mas, tiroiditis y bocios nodulares no tóxicos pueden aparecer tam-
bién como nódulos fríos.
– NT templado o indeterminado: cuando no se puede determinar la
funcionalidad. Tiene un riesgo de malignidad inferior a un 5%.
• Una limitación de la gammagrafía es que no puede detectar nódu-
los inferiores a 1 cm de diámetro. Igualmente, los nódulos que se loca-
lizan en la periferia, bien en la región anterior o posterior, pueden apa-
164 Manual de endocrinología pediátrica
Otras pruebas
• Es obligado realizar una radiografía de tórax inicial ya que hasta un
5-20% de los CT pueden tener metástasis pulmonares.
• La TAC, RMN o el PET son útiles para detectar metástasis a distancia.
En resumen, en la figura 5 se expone el esquema diagnóstico y tera-
péutico del nódulo tiroideo en la infancia y adolescencia.
Patología de la glándula tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo... 165
4. TRATAMIENTO
Nódulo tiroideo
El tratamiento del NT depende de la etiología. No obstante, en térmi-
nos generales, el tratamiento de elección del NT en la infancia es la resec-
ción quirúrgica, ya que, en relación a los adultos, el riesgo de malignidad
es más alto en niños, los resultados de la PAAF están menos contrastados,
la recurrencia de la enfermedad es más frecuente y no se conoce la evo-
lución natural del NT ni la seguridad del tratamiento no quirúrgico del NT
a largo plazo. Si se trata de un NT benigno, antes que una actitud expec-
tante, se prefiere realizar una nodulectomía o, en algunos casos, hemiti-
roidectomía. Cuando se trata de un quiste simple, la PAAF puede ser cura-
tiva, pero siempre requiere seguimiento.
PAAF
Diagnóstica No diagnóstica
Repunción
Figura 5.
Cirugía Esquema diagnóstico-tera-
péutico del nódulo tiroideo.
Manual de endocrinología pediátrica
Patología de la glándula tiroides: hipotiroidismo, hipertiroidismo... 167
cacia del tratamiento posterior con dosis ablativas de I131 (“stunning” tiroi-
deo) y por ello se prefiere realizar el RCT con I123.
L-tiroxina
A continuación, se administrará una dosis sustitutiva de L-tiroxina
para frenar eficazmente la TSH, recomendándose mantener los niveles de
TSH por debajo de 0,1 mU/ml para los pacientes de alto riesgo (metásta-
sis o enfermedad residual) y niveles de TSH dentro de los límites norma-
les-bajos (0,3-2 mU/L) para los de bajo riesgo. Dosis supresoras de L-T4 a
largo plazo podrían producir osteoporosis y enfermedad cardiovascular
(hipertrofia ventricular izquierda).
Seguimiento
• Los controles posteriores se realizarán a los 6-12 meses, determinan-
do TSH, tiroglobulina, anticuerpos antitiroglobulina, Rx de tórax y
una ecografía de alta resolución del cuello. El objetivo del tratamien-
to es no presentar signos clínicos de enfermedad, estudios de ima-
gen negativos y unos niveles no detectables de tiroglobulina (basa-
les y tras estímulo). Además, debe realizarse una densitometría cada
2 años, y mantener unos niveles adecuados de calcio y vitamina D.
• La tiroglobulina es un marcador tumoral altamente sensible para
detectar la recurrencia local y las metástasis. Es imprescindible la
determinación de tiroglobulina y anticuerpos antitiroglobulina, ya
168 Manual de endocrinología pediátrica
dos, y lo mismo ocurre con los del CEA. Se han identificado mutaciones en
el gen RET en aproximadamente el 25% de los CM esporádicos.
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capítulo 10
HIPOCALCEMIA
1. BASES CONCEPTUALES
El calcio es el catión más abundante en el organismo y, aunque prác-
ticamente la totalidad del calcio corporal total (98%) se encuentra depo-
sitado en el tejido óseo, la fracción libre presente en los líquidos corpo-
rales desempeña un papel biológico relevante como cofactor enzimá-
tico en un gran número de procesos biológicos y actividades hormona-
les imprescindibles para mantener la integridad del organismo. La cal-
cemia está regulada con enorme precisión por la actividad de la hormo-
na paratiroidea (PTH) y de la vitamina D. Cuando disminuye el calcio
ionizado, las acciones concertadas de PTH y vitamina D incrementan la
absorción intestinal de calcio, la liberación de calcio del esqueleto y la
conservación renal del mineral. Las concentraciones normales de calcio
sérico en el recién nacido oscilan entre 7,6 mg/dl y 10,5 mg/dl (2,1-2,6
mmol/L) y en el lactante y niño mayor entre 9,0 y 10,5 mg/dl. Las con-
centraciones normales de calcio iónico entre 4,4 y 5,2 mg/dl (1,1 a 1,3
mmol/L).
2. CLÍNICA
Las manifestaciones clínicas de la hipocalcemia varían según la
edad del paciente, la causa y el tiempo de evolución de la misma. El cua-
dro clínico general determina fundamentalmente alteraciones neuro-
musculares, oculares, cardiacas y cutáneas (Tabla 1). Su intensidad es
variable y los síntomas pueden ser intermitentes. Habitualmente, los
síntomas suelen aparecer cuando el calcio iónico disminuye por deba-
jo de 2,5 mg/dl (0,63 mmol/L), equivalente a una calcemia inferior a 7,5
mg/dl.
La etiología de la hipocalcemia es amplia y se debe diferenciar entre
aquellas que se presentan en el periodo neonatal (Tabla 2) de las que se
manifiestan en el lactante y niño mayor (Tabla 3).
171
172 Manual de endocrinología pediátrica
Hipocalcemia aguda
1. Síntomas neuromusculares: temblores, hiperreflexia, parestesias, calambres,
contracturas musculares (espasmos carpopedales), crisis de tetania,
convulsiones focales o generalizadas, parada cardiorrespiratoria por espasmo
de la musculatura laríngea. En la tetania latente se pueden poner de
manifiesto la presencia del signo de Chvostek (al golpear suavemente el facial
por delante del conducto auditivo externo se produce la contracción de la
musculatura facial) y el signo de Trousseau (se produce el espasmo del carpo
después de producir isquemia del antebrazo, comprimiendo la circulación con
el manguito del esfingomanómetro durante tres minutos o menos)
Hipocalcemia crónica
1. Oculares: catarata subcapsular, edema de papila
2. Cutáneos: piel seca. Depilación de cejas. Fragilidad ungueal
3. Dentales: retraso aparición de la dentición. Hipoplasia de los dientes.
Dentina irregular. Alteraciones del esmalte. Caries
4. Circulatorios: intervalo QT alargado en el ECG. Insuficiencia cardiaca
5. Neurológicos: pseudotumor cerebral. Pérdida de memoria. Síndromes
regresivos. Signos psicóticos
6. Abdominal: abdominalgias, diarreas
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
• Historia actual: ¿desde cuándo presenta la clínica?, ¿ha presentado
pérdida de conciencia?, ¿cómo es la ingesta alimentaria?
• Antecedentes familiares: trastornos hereditarios del metabolismo fos-
fo-cálcico, raquitismo/osteomalacia.
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 173
Hipoparatirodismo
Síntesis o liberación disminuida de PTH
– Genéticos
- H. autosómica dominante, recesiva o ligada a X
- Síndrome HDR o Barakat (asociado a sordera y displasia renal, mutación
del gen GATA3)
- Síndrome de DiGeorge (aplasia o hipoplasia paratiroidea asociada a
defectos cardiacos, dismorfia facial, hipoplasia tímica, fisura palatina).
Deleción en el cromosoma 22q11.2
- Síndrome HRD o Sanjad-Sakati (asociado a retraso mental, facies
dismórfica y retardo severo de crecimiento). Mutación del gen TBCE
- Síndrome de Kenny-Caffey (fenotipo menos agresivo que HRD). Mutación
del gen TBCE
- Enfermedades mitocondriales:
1. S. Kearns-Sayre (oftalmoplejía, retinosis pigmentaria, ataxia y
cardiomiopatía)
2. S. MELAS (encefalopatía mitocondrial, acidosis láctica y accidentes
vasculares)
3. Síndrome de déficit de proteína mitocondrial trifuncional (defecto de
oxidación de ácidos grasos, neuropatía periférica y retinopatía
pigmentaria)
– Autoinmunes
- Síndrome autoinmune poliglandular tipo 1 (APECED). Mutaciones gen
AIRE. Asociado a insuficiencia suprarrenal y candidiasis crónica recurrente
– Adquiridos
- Cirugía tiroidea o paratiroidea
- Talasemia mayor (depósito férrico)
- Enfermedad de Wilson (depósito cúprico)
- Sepsis gramnegativos, síndrome de shock tóxico, Sida)
Mutaciones del receptor-sensor del calcio (CaSR)
– Hipoparatiroidismo autosómico dominante: aunque algunos pacientes
inician la sintomatología clínica en el periodo neonatal, no es infrecuente
que permanezcan asintomáticos con grados moderados de hipocalcemia, y
que, en situaciones de estrés, como en los procesos febriles, manifiesten
convulsiones y crisis de tetania, y que sean falsamente etiquetados de estar
afectos de convulsiones febriles
Resistencia a la acción de la PTH (pseudohipoparatiroidismo)
– Tipo I: determinado por mutaciones del gen GNAS que codifica la subunidad
alfa de la proteína G acoplada al receptor de la PTH. En esta forma, la
síntesis de AMPc en respuesta a la PTH está disminuida
- Tipo Ia: herencia autosómica dominante. Está determinada por la
incapacidad de activar la actividad adenilciclasa tras la unión de la PTH a
su receptor. Presentan fenotipo característico de osteodistrofia
hereditaria de Albright (OHA) caracterizado por facies redondeada, cuello
corto, talla baja, obesidad, 4º y 5º metacarpianos cortos, calcificaciones
subcutáneas y retraso psicomotor. Puede estar presente resistencia a
otras hormonas acopladas a proteínas G (TSH, LH, FSH, LHRH)
.../...
174 Manual de endocrinología pediátrica
Hipovitaminosis D
– Estados carenciales: ingesta o absorción escasa de vitamina D o síntesis
disminuida por exposición solar insuficiente (véase más adelante
Raquitismo)
– Incremento catabolismo hepático de la vitamina D o de sus metabolitos
(anticonvulsivantes)
– Errores congénitos de la síntesis de los metabolitos de la vitamina D
- Raquitismo vitamino-D dependiente o tipo I. Determinado por
mutaciones del gen 1-hidroxilasa CYP27B1 que cataliza la síntesis de
calcitriol, el metabolito activo de la vitamina D
- Resistencia hereditaria a la vitamina D o tipo II. Mutaciones del gen
codificador del receptor de la vitamina
Hipomagnesemia
Hiperfosforemia
Miscelánea
Pancreatitis, administración i.v. de líquidos que contienen citratos, diuréticos,
enemas de fosfato e insuficiencia renal
Examen físico
• Peso, talla, velocidad de crecimiento, IMC.
• Describir fenotipo.
• Buscar calcificaciones subcutáneas.
• Palpar área tiroidea.
• Tensión arterial.
• Provocar signo de Trousseau/Chvostek.
• Desarrollo psicomotor.
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 175
Pruebas complementarias
Calcemia
En el plasma, el calcio está presente en tres formas (libre o ionizado,
unido a proteínas plasmáticas o formando complejos de unión con el citra-
to y fosfato) que mantienen el equilibrio dinámico. El calcio ionizado que,
aproximadamente, representa el 40-50% de la calcemia total, es la frac-
ción biológicamente activa y su determinación debe acompañar siempre
a la de la calcemia total. Dado que prácticamente el 45% del calcio san-
guíneo circula unido a proteínas plasmáticas, principalmente a la albú-
mina (80%); las variaciones en la concentración de la albúmina determi-
nan variaciones notables en la concentración del calcio sérico total sin
que por este motivo se produzcan cambios significativos en la concentra-
ción del calcio ionizado plasmático. En general, por la disminución de cada
gramo/dl de albúmina, la fracción de calcio unida a proteínas se reduce
en 0,8 mg/dl. Asimismo, la calcemia está influenciada por el pH sanguí-
neo; los estados de acidosis la incrementan, mientras que la alcalosis la
disminuye.
El descenso de las concentraciones de calcio iónico determina la
sintomatología clínica.
Fosforemia
Los niveles de fósforo sérico están sujetos a una regulación fisioló-
gica más laxa que los niveles de calcio. En contraposición al calcio, el fós-
foro presenta variaciones en relación al aporte y contenido del fósforo de
la dieta y presenta un ritmo circadiano. El fósforo circula, prácticamente
libre, en la sangre (85%) y está escasamente influenciado, por tanto, por
la concentración sérica de las proteínas plasmáticas. Las concentraciones
sanguíneas de fósforo son significativamente más altas en los primeros
años de la vida y disminuyen progresivamente con la edad. Los valores
medios normales en plasma en recién nacidos prematuros son de 7,9
mg/dl (2,6 mmol/L), en recién nacidos a término 6,1 mg/dl (2,0 mmol/L),
en niños y adolescentes, 4,6 mg/dl (1,5 mmol/L) y, en adultos, 3,5 mg/dl (1,1
mmol/L).
Magnesemia
Las concentraciones de magnesio en la infancia no difieren excesiva-
mente de los valores de los adultos, aunque, durante los dos primeros años
de la vid,a pueden estar ligeramente más elevadas. Los niveles normales
de magnesio en el suero oscilan entre 1,6 y 2,4 mg/dl (0,7-1,0 mmol/L).
calcemia. En los recién nacidos y durante el primer año de vida, los valo-
res medios de este índice pueden llegar a superar el valor de 0,6. Después
del primer año de vida, se estima que un cociente superior a 0,2 incremen-
ta el riesgo de depósito de sales cálcicas en el tracto urinario o en el parén-
quima renal (nefrocalcinosis). Se aconseja efectuar esta determinación
en la primera micción de la mañana después del descanso nocturno y en
ayunas.
Hormonas calciotropas
Determinación de PTH plasmática
El principal problema metodológico de la determinación de PTH en
el suero humano es la heterogeneidad de formas circulantes y fragmen-
tos de la hormona que varían en relación a su actividad biológica e inmu-
norreactividad (PTH intacta o nativa, fragmentos aminoterminales, frag-
mentos carboxiterminales). La técnica más empleada para su dosifica-
ción es la PTH nativa o intacta, utilizando un método inmunorradiomé-
trico con doble anticuerpo. Los valores normales de niños y adolescentes
de edades comprendidas entre 2 y 18 años son de 15-60 pg/ml.
Pruebas funcionales
El test de Ellsworth-Howard, que evalúa la respuesta obtenida en la
síntesis de AMPc en sangre y orina y la fosfaturia a la inyección de un
extracto de PTH, permite diferenciar el hipoparatiroidismo del pseudohi-
poparatiroidismo y los diferentes tipos de pseudohipoparatirodismo. Este
estudio está actualmente en desuso por el avance de la biología molecu-
lar en esta patología. El lector interesado en la metodología de este test
puede dirigirse a la edición previa de este manual.
PTH
Hipomagnesemia Hipoparatiroidismo
Creatinina Creatinina 25(OH)D 25(OH)D
normal alta bajo normal
Raquitismo Raquitismo
Vit D sensible Vit D sensible
tipo I tipo II Figura 1.
Mutación Mutación
1α-hidroxilasa receptor Vit D Algoritmo diagnóstico de la
hipocalcemia.
Manual de endocrinología pediátrica
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 179
Infusión
Resistencia Hetero- PTH
Fenotipo otras displasia ósea (respuesta Actividad Anomalía
Tipo Albright hormonas progresiva AMPc) Gsα molecular
PHP Ia Sí Múltiple Sí ↓ ↓ Mutación
heterocigosis
materna
gen GNAS
PHP Ib No TSH No ↓ Normal Pérdida de
o↓ metilación
materna del
exón A/B
gen GNAS
PHP Ic Sí Múltiple Sí ↓ Normal Mutación
heterocigosis
materna
gen GNAS
PHP II No No No ↑ ↓ ¿?
Pseudo- Sí No Sí Normal Normal Mutación
HipoP heterocigosis
paterna
gen GNAS
4. TRATAMIENTO
En el tratamiento de la hipocalcemia hay que considerar dos situa-
ciones claramente diferenciadas: la hipocalcemia aguda grave y la hipo-
calcemia crónica.
Hipocalcemia aguda
Sintomática (convulsiones, tremulación constante, hallazgos electro-
cardiográficos): bolo intravenoso de gluconato cálcico al 10% diluido al
medio con suero glucosado al 5%, preferentemente por vía venosa cen-
tral, a una dosis de 1-2 ml/kg de peso (1 ml = 8,5 mg de calcio elemento),
máximo 20 ml/bolo, o cloruro cálcico al 10% (1 ml = 27 mg calcio ele-
mento) a una dosis de 0,2 ml/kg, máximo 10 ml/bolo, a pasar lentamen-
te en 10 minutos con monitorización cardiaca. Puede repetirse este bolo
hasta que cese la clínica.
Una vez estabilizado el paciente, se recomienda una perfusión conti-
nua de gluconato cálcico al 10% en suero glucosado al 5% (en neonatos
180 Manual de endocrinología pediátrica
Hipocalcemia crónica
• Hipocalcemia leve: es suficiente la administración de suplementos
orales de calcio (dosis: 30-75 mg/kg/día de calcio elemento). El calcio
puede ser aportado en forma de carbonato cálcico, gluconato cálcico
o lactato cálcico, en dosis fraccionadas, administradas con las comi-
das para mejorar la absorción.
• Hipocalcemia moderada: además de suplementos orales de calcio, se
pautará tratamiento con calcitriol a la dosis de 0,02-0,04 µg/kg/día
repartidas en dos dosis o con alfacalcidiol a 0,05 µg/kg/día en una
dosis única diaria.
HIPERCALCEMIA
1. BASES CONCEPTUALES
La hipercalcemia se define como la elevación mantenida de las de
concentraciones de calcemia por encima de 10,5-11,0 mg/dl o del calcio
iónico libre superiores a 1,35 mmol/L. El incremento de las concentracio-
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 181
2. CLÍNICA
Los síntomas de hipercalcemia se describen en la tabla 5.
El diagnóstico de la hipercalcemia es, en general, difícil ya que la
sintomatología que determina es vaga y poco específica, siendo habitual
que se identifique de forma casual en una analítica sanguínea.
Las causas de hipercalcemia son muy numerosas y difieren amplia-
mente con relación a la edad de presentación, por lo que es aconsejable
diferenciar las causas que se manifiestan en el periodo neonatal (20%) de
las que se presentan en el niño mayor y adolescente (80%). En la tabla 6
se resumen las causas más frecuentes de hipercalcemia del recién naci-
do y del niño mayor y adolescente.
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
• Historia previa: clínica asociada a hipercalcemia (asintomático, sínto-
mas leves, litiasis renal).
• Antecedentes familiares: patología de paratiroides, litiasis renal, MEN,
hipercalcemia idiopática.
• Antecedentes personales: patología crónica, fármacos.
182 Manual de endocrinología pediátrica
Recién nacido
1. Hipocalcemia materna
2. Disfunción paratiroidea
– Hiperparatiroidismo:
a. Hiperparatiroidismo neonatal severo (mutaciones inactivadoras en
homocigosis del receptor-sensor del calcio)
b. Hiperparatiroidismo secundario
– Hipercalcemia hipocalciúrica familiar (forma más benigna por mutación
del receptor-sensor del calcio en heterocigosis)
– Condrodisplasia metafisaria de Jansen (mutaciones receptor PTH)
3. Trastornos relacionados con la vitamina D
– Hipercalcemia neonatal idiopática
– Intoxicación vitamina D
– Necrosis grasa subcutánea
4. Miscelánea
– Iatrogenia
– Síndrome de Williams
– Hipofosfatasia
– Hipofosforemia
– Síndrome pañal azul (malabsorción triptófano)
Lactante-niño mayor
1. Hiperparatiroidismo primario (PTH elevada)
– No familiar
- Adenoma único
- Adenomas múltiples
- Hiperplasia paratiroidea esporádica
- Carcinoma
- Síndromes paraneoplásicos (tumores no paratirodeos secretores de PTH)
– Familiar
- Adenomatosis paratiroidea familiar quística
- Neoplasias endocrinas múltiples (MEN) (autosómica dominante)
a) Tipo I (síndrome de Wermer)
b) Tipo IIA (síndrome de Sipple)
- Mutaciones gen del receptor-sensor del calcio: hipercalcemia
hipocalciúrica familiar (mutación heterocigota)
2. Hipercalcemia con PTH normal-baja
– Intoxicación vitamina D
– Hipercalcemia tumoral
– Necrosis grasa subcutánea
– Enfermedades granulomatosas (tuberculosis, sarcoidosis)
Examen físico
• Peso.
• Talla.
• Velocidad de crecimiento.
• Palpación área del cuello.
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 183
Pruebas complementarias
Metabolismo fosfocálcico
Para el diagnóstico de la hipercalcemia, será de utilidad solicitar cal-
cio total, calcio iónico, fósforo, fosfatasa alcalina y PTH intacta. Así, el diag-
nóstico del hiperparatiroidismo primario se establece detectando un nivel
de PTH elevado. El fosfato sérico suele ser bajo, pero puede tener un valor
normal, especialmente si existe insuficiencia renal. Es frecuente una aci-
dosis metabólica hiperclorémica.
En los pacientes en los que se sospeche la posibilidad de hipercalce-
mia de origen tumoral, se debe determinar la proteína relacionada con la
PTH (PTHrP).
En los pacientes portadores de mutaciones en el gen que codifica el
receptor-sensor del calcio, las concentraciones plasmáticas de PTH son
inapropiadamente elevadas para las concentraciones de calcemia, dato
que nos permite diferenciar esta forma de hiperparatiroidismo de otras
etiologías de hipercalcemia.
Radiología
En la hipercalcemia secundaria a hiperparatirodismo, los signos radio-
lógicos más habituales son la presencia de erosiones subperiósticas en las
falanges, quistes solitarios o múltiples en la osteítis fibrosa y reabsorción
de la lámina dura de los alvéolos dentarios. En la bóveda craneal son fre-
cuentes los focos de rarefacción con aspecto granulado (cráneo en “sal y
pimienta”). Cuando la enfermedad está avanzada, puede observarse des-
mineralización ósea generalizada, fracturas patológicas y deformidades
esqueléticas.
4. TRATAMIENTO
Tratamiento médico
La decisión de iniciar una actuación terapéutica activa va a estar estre-
chamente relacionada con la intensidad de la hipercalcemia, de las mani-
festaciones clínicas (cardiaca, gastrointestinal o del SNC) y de la causa
subyacente. Cuando la hipercalcemia es moderada y el paciente se encuen-
tra asintomático, es aconsejable diferir el tratamiento hasta que se haya
identificado su causa. Las concentraciones plasmáticas de calcio superio-
res a 14 mg/dl son una seria amenaza para la vida del paciente, por lo que
el tratamiento médico debe iniciarse sin demora, aun en ausencia de diag-
nóstico definitivo.
Primer escalón
Puesto que los pacientes con hipercalcemia presentan de forma inva-
riable depleción del volumen extracelular debido a la anorexia y la poliu-
ria mantenida, la primera medida a adoptar debe estar dirigida a conse-
guir la rehidratación del paciente, preferentemente con suero salino iso-
tónico al 0,9%, con un volumen de aporte que prácticamente doble las
necesidades basales de líquidos del paciente (3.000 ml/m2) durante las
primeras 24-48 horas. Esta medida inicial tiene como objeto restaurar el
volumen vascular, incrementar la filtración glomerular renal y conseguir
la dilución del calcio plasmático. Conseguida la expansión inicial del volu-
men vascular, es preciso iniciar la administración de diuréticos de asa,
como la furosemida a dosis de 1-2 mg/kg/dosis cada 4-6 horas, con obje-
to de, no sólo promover la eliminación urinaria de sodio y de calcio, sino
de prevenir la sobrecarga hídrica. Debe prestarse especial atención a la
posibilidad de que se produzcan desequilibrios electrolíticos, por lo que
Hipercalcemia
Calcio orina
Calcio orina baj o Calcio orina alto
PTH
Hipercalcemia
hipocalciúrica
familiar
Baja Alta
Segundo escalón
Hay que considerar la administración de agentes con capacidad para
bloquear de forma efectiva la reabsorción del calcio depositado en el teji-
do óseo, como la calcitonina a dosis de 4-8 UI/kg cada 6-12 horas por vía
subcutánea o intramuscular, o los corticoides (metilprednisolona i.v. a 2
mg/kg/día) o mediante una combinación de ambos. El efecto hipocalcé-
mico de la calcitonina puede ser transitorio por el desarrollo de taquifila-
xia y desaparece al cabo de unos días, aunque sus efectos se pueden pro-
longar si se administra simultáneamente con corticoides. Entre los efec-
tos secundarios que se derivan del uso de la calcitonina se citan las náu-
seas, sensación de malestar y las erupciones cutáneas. Cobra especial inte-
rés el empleo de corticoides ante hipercalcemia secundaria al incre-
mento de la síntesis de vitamina D por activación de macrófagos como
ocurre en la sarcoidosis y en la necrosis del tejido celular subcutáneo.
Tercer escalón
Aunque en términos generales, estas medidas suelen ser eficaces y
suficientes para controlar la hipercalcemia, cuando se estime que la res-
puesta no ha sido la adecuada, se puede plantear la administración de
bifosfonatos, como el pamidronato (dosis única i.v. de 0,5 a 1 mg/kg en
infusión continua de 4-6 horas) o el etidronato (7,5 mg/kg/día). Existen
otras posibilidades terapéuticas en las que se tiene menor experiencia:
sales de fosfato por vía i.v. a dosis de 5-10 mg/kg cada 6 horas, de mitra-
micina (25 µg/kg i.v.) o finalmente de ketoconazol (disminuye las concen-
traciones plasmáticas de calcitriol) a dosis de 3-9 mg/kg/día en 3 dosis.
Cuarto escalón
En situaciones de especial gravedad, con insuficiencia renal o cardia-
ca o en caso de que el tratamiento no reduzca la calcemia por debajo de
14 mg/dl, se puede recurrir a la hemodiálisis o diálisis peritoneal con
dializados exentos de calcio. Esta maniobra puede determinar inestabili-
dad hemodinámica y cardiovascular, por lo que se debe efectuar bajo moni-
torización continua en un área de cuidados intensivos.
Tratamiento quirúrgico
En el hiperparatiroidismo primario está indicada la práctica de una
paratiroidectomía subtotal o total con autotrasplante heterotópico. Debe
tenerse en cuenta que pueden existir glándulas paratiroideas en situa-
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 187
HIPOFOSFOREMIA
1. BASES CONCEPTUALES
La mayor parte del fósforo del organismo se encuentra depositado en
el hueso, en los cristales de hidroxiapatita. El fósforo extraóseo, el que se
localiza en el espacio extracelular, se encuentra en forma de fosfatos inor-
gánicos, mientras que el intracelular lo hace en forma de fosfatos orgáni-
cos y está contenido fundamentalmente en los ácidos nucleicos y en los
fosfolípidos. Sólo el 10% del fósforo sérico está unido a proteínas, por lo
que el 90% es ultrafiltrable.
La concentración plasmática de fósforo está determinada primaria-
mente por la capacidad del riñón para excretar el fósforo aportado por la
dieta. La excreción renal es tan eficiente en los sujetos normales que se
producen mínimas oscilaciones en sus concentraciones plasmáticas a pesar
de que se produzcan aportes importantes de fósforo (hasta 4.000 mg/día).
Esta respuesta está mediada en parte por la propia capacidad inhibidora
que ejerce la hiperfosforemia sobre la expresión y la síntesis de proteínas
cotransportadoras sodio-fosfato (NPT2a) en las células tubulares proxima-
les del riñón y, al incremento de la secreción de PTH, en respuesta a la dis-
minución de la concentración de calcio iónico secundaria a la formación
de complejos solubles de fosfato con el calcio en el plasma.
Los estados deficitarios de fósforo determinan el incremento de la
expresión génica y la síntesis de nuevas proteínas cotransportadoras en
las células tubulares proximales del túbulo renal, reduciendo a la mínima
expresión la excreción y la pérdida renal de fosfatos.
Los valores de normalidad de la fosforemia varían con la edad del niño
y disminuyen de forma progresiva desde el periodo neonatal (7-8 mg/dl)
188 Manual de endocrinología pediátrica
2. CLÍNICA
La hipofosforemia, por sí misma, sin depleción de fosfato y, sobre todo,
si es de corta duración, no tiene efectos nocivos. La hipofosforemia cróni-
ca y que se acompaña de déficit de fosfato puede originar tres cuadros
clínicos: osteopenia, miopatía proximal (sin alteración enzimática) y litia-
sis renal cálcica. En procesos de larga evolución y con estados muy defici-
tarios de fósforo pueden producirse alteraciones hematológicas (hemó-
lisis, plaquetopenia y disfunción leucocitaria) y rabdomiolisis.
En la tabla 7 se muestran las causas más frecuentes de hipofosfore-
mia.
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
El diagnóstico etiológico de la hipofosforemia suele establecerse sin
dificultades mediante una historia clínica bien estructurada y dirigida,
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 189
4. TRATAMIENTO
La hipofosforemia, en términos generales, no traduce sintomatolo-
gía clínica aparente, a no ser que sus concentraciones plasmáticas sean
extremadamente bajas (inferiores a 2 mg/dl). La rabdomiolisis puede
manifestarse sólo cuando las concentraciones de fósforo son inferiores
a 1 mg/dl.
La suplementación con fosfatos debe plantearse en los pacientes con
síntomas o que presenten un defecto tubular renal que sea causa de pér-
dida renal de fosfatos crónica. La administración de fosfato por vía i.v. es
potencialmente peligrosa, ya que puede determinar la precipitación del cal-
cio y ocasionar hipocalcemia, insuficiencia renal y arritmias cardiacas. Las
dosis recomendadas son de 0,15 a 0,33 mmol/kg (5-10 mg/kg) cada 6 horas
(en caso de utilizar vía oral para evitar riesgos, la dosis será de 2 a 3
mmol/kg/día repartida cada 6 horas). El paciente debe seguir suplementa-
ción por vía oral cuando la fosforemia se haya incrementado por encima de
2-2,5 mg/dl.
HIPERFOSFOREMIA
1. BASES CONCEPTUALES
La hiperfosforemia, por sí misma, no tiene repercusión clínica alguna.
Sin embargo, cuando es intensa, y más si su instauración es brusca, pro-
voca la formación de sales de fosfato cálcico, con su precipitación en los teji-
dos blandos y consumo de calcio. El resultado es la aparición de manifes-
taciones derivadas de la calcificación de partes blandas y de la hipocalce-
mia. Se considera que la precipitación se produce cuando el producto fos-
focálcico supera la cifra de 70 mg/dl. En la infancia se acepta que existe
hiperfosforemia cuando su concentración plasmática es superior a 8 mg/dl.
Debe tenerse en cuenta siempre la posibilidad de falsas hiperfosfore-
mias, como la debida a la hemólisis de la muestra de sangre, hiperlipemia
o hiperbilirrubinemia.
2. CLÍNICA
La calcificación ectópica puede ocurrir prácticamente en cualquier
lugar del organismo: pulmón, piel, ojos (“ojos rojos”), alrededor de las arti-
culaciones, vasos, corazón, músculo, cerebro y, desde luego, en el riñón.
190 Manual de endocrinología pediátrica
Redistribución
A. Destrucción tisular:
- Síndrome de lisis tumoral (quimioterapia de linfomas y leucemias)
- Rabdomiolisis
B. Cetoacidosis diabética
C. Acidosis láctica
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
La historia clínica y el examen físico orientan a establecer el origen
de la hiperfosforemia. Las determinaciones bioquímicas y hormonales
deben ir dirigidas a determinar la causa subyacente de la hiperfosfore-
mia.
4. TRATAMIENTO
Depende de su causa (aguda o crónica) y de que se asocie a insufi-
ciencia renal o no. En los procesos agudos, y si la función renal es normal,
debe forzarse la fosfaturia mediante la administración de suero salino,
aunque debe tenerse en cuenta que puede disminuir la calcemia por dilu-
ción. La excreción de fósforo puede incrementarse con la administación
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 191
RAQUITISMO
1. BASES CONCEPTUALES
El raquitismo es una enfermedad del esqueleto del niño en crecimien-
to. Es el resultado de una mineralización defectuosa del tejido óseo con
presencia excesiva de matriz ósea o tejido osteoide no mineralizado cuya
causa primaria es el déficit de vitamina D. Aunque el defecto de la mine-
ralización ósea afecta a todas las zonas de crecimiento óseo, las principa-
les manifestaciones clínicas guardan relación directa con el grado de afec-
tación y participación de los huesos largos del esqueleto.
La osificación del molde cartilaginoso preóseo precisa de la existencia
de unas concentraciones adecuadas y suficientes de calcio y fósforo para
constituir los cristales de hidroxiapatita, la fase mineral del tejido óseo. Por
tanto, todas aquellas situaciones que contribuyen a la carencia de uno u
otro elemento producen raquitismo, ya sea por falta de aporte, por defi-
ciente absorción digestiva, por pérdida renal excesiva o, finalmente, por
defectos en la síntesis o en la actividad de sus agentes hormonales regu-
ladores (Tabla 9). La alimentación aporta cantidades suficientes de calcio
y fósforo, siendo el raquitismo por carencia de estos elementos excepcio-
nal y, prácticamente, limitado a los recién nacidos prematuros, a los enfer-
mos sometidos a nutrición parenteral exclusiva y prolongada y en aque-
llas poblaciones sujetas a profundos desequilibrios alimentarios.
En el transcurso de los últimos años se ha observado un incremento
significativo de los casos de raquitismo carencial en niños y lactantes inmi-
grantes de piel oscura o de raza negra procedentes del norte de África o
del África subsahariana que siguen lactancia materna exclusiva y con
escasa exposición solar.
2. CLÍNICA
La afectación del esqueleto en el raquitismo es el origen de nume-
rosos signos clínicos comunes al conjunto de los raquitismos, que son la
traducción directa de los trastornos de la mineralización ósea. Junto a
éstos puede presentarse otro conjunto de manifestaciones clínicas que
son reveladoras de las profundas alteraciones del metabolismo fosfo-
cálcico con relación al músculo y el desarrollo de la dentición (Tabla 10).
El algoritmo del diagnóstico diferencial del raquitismo se muestra en
la figura 3.
192 Manual de endocrinología pediátrica
Raquitismo calciopénico
A. Raquitismo carencial: fundamentalmente por falta de exposición solar +/-
insuficiente aporte oral
B. Defectos de la absorción de vitamina D:
- Malabsorción de vitamina D secundaria a enfermedades
gastrointestinales: enfermedad celíaca, insuficiencia pancreática,
enfermedad inflamatoria intestinal, resecciones extensas del intestino
delgado
C. Alteración de la hidroxilación hepática:
- Insuficiencia hepática crónica
- Enfermedad ósea inducida por anticonvulsivantes
D. Déficit nutricional de calcio
Mixtos
A. Raquitismo de las tubulopatías
- Acidosis renales primitivas
- Síndrome de De Toni-Debré-Fanconi
B. Insuficiencia renal crónica: osteodistrofia renal
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Metabolismo fosfocálcico
En el raquitismo carencial, los hallazgos bioquímicos incluyen niveles
séricos de calcio disminuido o normal, hipofosfatemia, y un incremento
notable de la actividad de la fosfatasa alcalina. La elevación de esta enzi-
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 193
Signos clínicos
– Signos óseos y dentales: nodulaciones epifiseales, rosario raquítico costal,
craneotabes (antes de los 6 meses de edad), deformidades óseas (tórax,
miembros inferiores), retardo erupción dentaria, defectos esmalte dental
– Signos respiratorios: bronconeumonías recurrentes, laringoespasmo
– Signos neuromusculares: hipotonía muscular, síndrome convulsivo
– Signos cardiacos: arritmias, miocardiopatías
Signos radiológicos
– Aspecto general: osteopenia, adelgazamiento de corticales, estrías de Looser-
Milkman
– Metáfisis: alargamiento en cúpula, aspecto roído y desflecado
– Epífisis: retraso en aparición de núcleos de osificación, núcleos epifisarios
pequeños y de límites irregulares
– Presencia de deformidades óseas: cráneo, tórax, miembros inferiores (coxa
vara, genu varo y valgo), tibias en sable
Signos biológicos
– Sangre:
- Aumento fosfatasas alcalinas
- Calcemia normal o disminuida
- Fosforemia normal o disminuida
- Niveles de 25(OH)D disminuidos (<10 ng/ml)
– Orina:
- Hipocalciuria
- Incremento hidroxiprolina
Radiología
La presencia de anomalías esqueléticas radiológicas traduce una
importante afectación del proceso de mineralización del tejido óseo y
habitualmente preceden a los signos clínicos. Las radiografías de la
epífisis distal del radio, del cúbito y de las rodillas son de gran utilidad
194 Manual de endocrinología pediátrica
Estadios I II III
Calcemia ↓ Normal ↓
Fosforemia Normal o ↓ ↓ ↓
Fosfatasas alcalinas ↑ ↑ ↑
Calciuria ↓ ↓ ↓
PTH ↑ ↑ ↑
25(OH)D ↓ ↓ ↓
1,25(OH)2D Normal o ↓ Normal o↓ ↓
para identificar los cambios más precoces. Las anomalías más caracte-
rísticas se localizan en las epífisis y metáfisis de los huesos largos. Se
aprecia un aumento en la distancia entre el extremo distal de cúbito y
radio y el carpo. El excesivo crecimiento del tejido óseo osteoide y la pro-
liferación e hipertrofia de la zona de maduración de los cartílagos de cre-
cimiento da lugar a una imagen en «copa de champán» o de «cúpula»
en las epífisis. Las bases metafisarias están ensanchadas con pérdida de
nitidez y con aspecto roído y desflecado. Los núcleos de osificación epi-
fisaria son irregulares e imprecisos y su aparición suele ser tardía. Los
defectos diafisarios sólo aparecen en las formas más evolucionadas de
la enfermedad apreciándose una disminución de la densidad ósea, con
adelgazamiento de las corticales. Asimismo, permiten valorar la impor-
tancia de las deformidades óseas: presencia de incurvaciones en las extre-
midades inferiores (genu valgo, genu varo o coxa vara) y la presencia de
fracturas óseas.
El algoritmo diagnóstico del raquitismo se muestra en la figura 3.
En la tabla 12 se muestra una aproximación bioquímica al diagnóstico
diferencial de los principales trastornos de la vitamina D y de la PTH.
4. TRATAMIENTO
Aporte de vitamina D
El tratamiento básico del raquitismo carencial es la vitamina D, pudien-
do utilizarse indistintamente la vitamina D2 o D3. Actualmente, se prefie-
re la administración de D3 (colecalciferol) por vía oral con dosis fracciona-
das. Se estima que, para restablecer los depósitos de vitamina D del orga-
nismo en los pacientes con raquitismo carencial, es precisa la administra-
ción de 100.000 UI a los recién nacidos y de 500.000 UI a los niños de más
de un año de edad. Para los recién nacidos se recomienda la administración
de 1.000 UI/día, para los lactantes de edad inferior a un año, 3.000 UI/día
y, para los niños de más de 1 año, 5.000 UI/día durante 3 meses. El trata-
Raquitismo
Radiología sugestiva
Aumento fosfatasas alcalinas
PTH
Alta Normal
Ca++↓ o N; P– ↓ o N Ca++ N; P– ↓
Aporte de calcio
En las formas con desmineralización importante e hipocalcemia mode-
rada, es aconsejable asociar al tratamiento vitamínico un suplemento de
calcio de 500 a 1.000 mg de calcio elemento y día, fraccionado en cuatro
tomas durante la fase inicial del tratamiento (1-2 semanas) o hasta la nor-
malización de la calcemia y de la actividad de las fosfatasas alcalinas. Tras
esta fase debe asegurarse una dieta equilibrada con un aporte de calcio
de 500 a 700 mg/día a través de productos lácteos. Sin este suplemento
puede producirse un descenso de la calcemia por la fijación rápida del cal-
cio al hueso por el efecto de la vitamina D suministrada. En caso de hipo-
calcemia severa, la suplementación de calcio debe ser de obligado cum-
plimiento y administrada de forma continua por vía endovenosa con glu-
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 197
OSTEOPOROSIS
1. BASES CONCEPTUALES
El crecimiento y la mineralización del esqueleto óseo es un proceso que
se inicia durante el desarrollo fetal y continúa a ritmos diferentes, durante
la infancia y adolescencia, hasta la tercera década de la vida, 20-25 años de
edad, momento en el que se alcanza el pico máximo de masa ósea.
Factores genéticos, nutricionales, hormonales y estilos de vida desem-
peñan un papel determinante en la mineralización del esqueleto. En con-
secuencia, las patologías crónicas que afecten a estos factores durante la
infancia y adolescencia pueden ser condicionantes de una deficiente o
insuficiente mineralización ósea y, ser responsables de estados de osteo-
penia que incrementen el riesgo de desarrollar patología osteoporótica
en edades tempranas o tardías de la vida.
La osteoporosis ha sido definida por la OMS como una enfermedad
esquelética sistémica caracterizada por una disminución de la masa ósea
y un deterioro de la arquitectura microscópica del tejido óseo que incre-
menta la fragilidad ósea y la susceptibilidad a padecer fracturas óseas. En
poblaciones adultas, la osteoporosis se define, desde un punto de vista
clínico, con relación al valor de la densidad ósea (DMO) obtenida median-
te densitometría radiológica de doble energía (DEXA), ya que esta meto-
dología ha demostrado una gran fiabilidad para predecir el riesgo de frac-
tura. En este sentido, se define la osteoporosis cuando los valores de DMO
obtenidos son inferiores a -2,5 SDS (Z-score) con relación al valor medio de
la DMO máxima alcanzada por un adulto joven (pico de masa ósea), y la
osteopenia cuando estos valores están comprendidos entre -1 y -2,5 SDS.
Debido a que en las poblaciones pediátricas no se ha llegado a estable-
cer esta relación causal directa, algunos autores opinan que sería más
apropiado hablar de estados de masa ósea disminuida durante la infan-
cia y la adolescencia. En la tabla 13 se muestra la clasificación de la osteo-
porosis en la edad pediátrica.
2. CLÍNICA
En los pacientes con osteoporosis, además de los signos y síntomas
específicos de la afectación ósea, deben buscarse estigmas de enferme-
dad crónica (Tabla 14).
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Evaluación radiológica del esqueleto
La radiología convencional detecta cambios de la masa ósea sólo des-
pués de modificaciones notables (pérdida de un 30-40% de la masa ósea).
198 Manual de endocrinología pediátrica
Osteoporosis primaria
– Osteogénesis imperfecta
- Tipo I – Dominante con escleróticas azules
- Tipo II – Letal perinatal
- Tipo III – Neonatal no letal
- Tipo IV – Dominante con escleróticas blancas y presentación tardía
– Osteoporosis juvenil idiopática (frecuencia:1/100.000), se presenta
característicamente al inicio de la pubertad con dorsalgia, trastornos de la
marcha y fracturas vertebrales por compresión. Existe un defecto en la
actividad de la formación ósea. Se ha descrito la existencia de mutaciones
heterocigotas en el gen que codifica la proteína relacionada con el receptor
de LDL (LRP5, low-density lipoprotein receptor-related protein)
– Síndrome de pseudoglioma y osteoporosis: asocia osteoporosis, usualmente
con fracturas vertebrales por compresión, cambios inflamatorios en el humor
vítreo que simulan un glioma retiniano, anomalías vitrorretinales, cataratas,
ceguera, hipotonía muscular y microcefalia. Está determinada por mutaciones
en homocigosis con pérdida de función del gen del receptor LRP5
– Síndrome de Bruck: herencia autosómica recesiva. Asocia fenotipo de
osteogénesis imperfecta y presencia de contracturas múltiples de las
articulaciones de codos y rodillas, pterigium y pies equinovaros
– Hipofosfatasia
– Enfermedad de Paget juvenil (hiperfosfatasia idiopática). Herencia
autosómica recesiva
– Síndrome de Cole-Carpenter: osteoporosis, talla baja, craniosinostosis,
hidrocefalia y proptosis
Osteoporosis secundaria
– Trastornos nutricionales
- Síndromes de malabsorción intestinal (fibrosis quística, enfermedad
celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal, déficit de lactasa intestinal)
- Dietas carenciales para el tratamiento de la obesidad
- Anorexia nerviosa
- Bulimia nerviosa
– Alteraciones de vitamina D
- Deprivación nutricional
- Hepatopatías crónicas
- Fármacos anticonvulsivantes
- Defectos congénitos de la síntesis y del receptor de la vitamina D
- Insuficiencia renal crónica
– Secundaria a trastornos endocrinológicos
- Hipogonadismo hipogonadotropo e hipergonadotropo
- Déficit de hormona de crecimiento
- Diabetes mellitus
- Hipertiroidismo
- Hiperparatiroidismo
- Síndrome de Cushing
.../...
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 199
– Dolores óseos
– Deformidades esqueléticas (cifoescoliosis)
– Retraso del crecimiento
– Laxitud de piel y ligamentos
– Diátesis hemorrágica cutánea a mínimos traumatismos
– Fracturas óseas ante traumatismo mínimo (especialmente de extremidades
inferiores)
– Fracturas y compresiones vertebrales
– Trastornos de dentinogénesis y escleras azuladas en la osteogénesis
imperfecta
– Trastornos auditivos. Sordera
Metabolismo fosfocálcico
En la mayoría de pacientes con osteoporosis no suelen encontrarse
alteraciones bioquímicas de los parámetros habituales del metabolismo
fosfocálcico (calcio, fósforo, fosfatasa alcalina, PTH y vitamina D).
Biopsia ósea
El examen directo del tejido óseo mediante biopsia ósea se efectúa
excepcionalmente en los pacientes con osteoporosis, aunque puede ser
de gran utilidad diagnóstica en pacientes con lesiones esqueléticas poco
frecuentes o con fracturas osteoporóticas sin evidencia de una causa
secundaria. Se obtienen generalmente de cresta ilíaca bajo anestesia gene-
ral.
Estudio genético
El análisis mutacional de los genes COL1A1 y COL1A2 que codifican para
el colágeno tipo 1 permite poner de manifiesto la existencia de muta-
ciones en cerca del 90% de los pacientes con osteogénesis imperfecta.
Dado que su coste económico es muy elevado, su estudio debería restrin-
girse a pacientes en los que la causa de la osteoporosis es desconocida y
el diagnóstico de osteogénesis imperfecta no pueda establecerse de for-
ma precisa con criterios clínicos. De forma alternativa, el cultivo de fibro-
Alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico: hipocalcemia... 201
TABLA 15. Valores de CMO, DMO y DMOv en columna lumbar en lactantes y niños
de sexo masculino de edades comprendidas entre los 0 y 4 años y con crecimiento
normal.
TABLA 16. Valores de CMO, DMO y DMOv en columna lumbar en niños y adolescentes
de sexo masculino y con crecimiento normal.
TABLA 17. Valores de DMO, CMO y DMOv en columna lumbar en niños y adolescentes
de sexo femenino de edades comprendidas entre los 0 y 4 años y con crecimiento
normal.
TABLA 18. Valores de CMO, DMO y DMOv en columna lumbar en niños y adolescentes
de sexo femenino de 4 a 21 años y con crecimiento normal.
TABLA 19. Cambios puberales de DMO (g/cm2) a nivel lumbar (L2-L4) en niños y
niñas de acuerdo con los estadios de Tanner.
4. TRATAMIENTO
Las siguientes medidas pueden ser de ayuda en el tratamiento de la
osteoporosis pediátrica:
1. Analgesia adecuada para las fracturas óseas.
2. Fisioterapia, intervenciones ortopédicas y terapia ocupacional cuan-
do sea necesario.
3. Aporte óptimo de calcio y vitamina D de origen nutricional. Valorar la
administración de suplementos farmacológicos cuando se estimen
precisos.
4. Tratamiento efectivo de la enfermedad de base.
204 Manual de endocrinología pediátrica
BIBLIOGRAFÍA
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capítulo 11
DIABETES INSÍPIDA
1. BASES CONCEPTUALES
Se denomina diabetes insípida (DI) a una entidad clínica caracteriza-
da por la presencia de poliuria (diuresis >2 L/m2 de superficie corpo-
ral/24 horas) hipostenúrica (osmolaridad urinaria <300 mOsm/kg H2O)
derivada de la incapacidad, total o parcial, de un individuo para conseguir
una adecuada concentración de la orina.
2. CLÍNICA
La DI en la infancia se presenta como un síndrome de poliuria/poli-
dipsia, que acompaña habitualmente a la nicturia, incremento de la osmo-
laridad plasmática y polidipsia secundaria, pudiendo ocasionar deshidra-
tación e hipernatremia. Ésta puede ser grave en ausencia de un aporte
hídrico compensador y ocasionar complicaciones agudas, como convul-
siones e, incluso, la muerte. En recién nacidos y lactantes, la clínica puede
no ser tan clara, pudiendo cursar con llanto, irritabilidad, fiebre y, a largo
plazo, retraso pondero-estatural y del desarrollo psicomotor (sobre todo
en aquellos casos en que se combina con otras deficiencias hormonales
hipofisarias).
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
Tras descartar la existencia de una diabetes mellitus y confirmar una
diuresis superior a 2 L/m2/24 horas (o aproximadamente >150 ml/kg/día
Diabetes insípida y síndrome de antidiuresis inapropiada 209
Antecedentes familiares
• Presencia de antecedentes familiares de DIC o DIN. Esto obligará a
descartar causas genéticas de DI, particularmente en los casos de ini-
cio en el periodo neonatal.
Antecedentes personales
• Antecedentes neonatales de ictericia, hipoglucemia, micropene y/o ano-
malías de la línea media o de cualquier posible lesión cerebral previa.
• Traumatismo.
• Tumor cerebral.
• Cirugía y/o radioterapia craneal.
• Infección del sistema nervioso central.
• Procesos infiltrativos (sarcoidosis, histiocitosis, tuberculosis, hipofisi-
tis linfocitaria).
• Aparición en el contexto de patología renal crónica o la ingesta de fár-
macos causantes de DIN.
Examen físico
• Peso, talla, índice de masa corporal (IMC) y velocidad de crecimiento
(en la DI suele existir desaceleración del crecimiento mientras que en
la dipsomanía suele ser normal).
• Búsqueda de síntomas de otros déficit hormonales (principalmente
TSH y GH).
• Evaluación de la intensidad de la depleción hídrica: registro de tem-
peratura (fiebre), hipotensión arterial y signos de deshidratación.
• Explorar signos de hipertensión intracraneal o a cualquier anomalía
del desarrollo anatómico de la línea media (paladar hendido, incisivo
central único, onfalocele, etc.). Estudio del fondo de ojo.
Exploraciones complementarias
El diagnóstico diferencial de DI se basa en el estudio de la capacidad
del riñón para concentrar orina ante un estímulo osmótico generado por
una restricción hídrica. Sin embargo, la interpretación de estas pruebas
se puede ver dificultada porque la polidipsia primaria de larga evolución
210 Manual de endocrinología pediátrica
Primer nivel
Determinación de glucosa, urea, creatinina, sodio, cloro, potasio y
osmolaridad sanguínea junto con sedimento, densidad, pH y osmolari-
dad urinaria. Pudiendo acontecer:
• Osmolaridad sanguínea >300 mOsm/kg, natremia >150 mEq/L, osmo-
laridad urinaria <300 mOsm/kg. Sospecha de DI (diagnóstico diferen-
cial entre DIC y DIN). Administración de vasopresina.
• Osmolaridad sanguínea < 290 mOsm/kg, natremia normal, osmola-
ridad urinaria >600 mOsm/kg. Probable polidipsia primaria.
• Osmolaridad sanguínea entre 290-300 mOsm/kg, natremia normal,
osmolaridad urinaria entre 300-600 mOsm/kg. Considerar test de
restricción hídrica.
Segundo nivel
Test de restricción hídrica (Tabla 2). En niños <2-3 años incontinen-
tes, es aconsejable realizar ingreso hospitalario y sondaje urinario para
realizar una prueba de restricción hídrica de al menos 6 (lactantes) a 12
horas.
Criterios para suspender la prueba: temperatura corporal >38°C, ten-
sión arterial sistólica y/o diastólica < percentil 5 para la edad y sexo, pér-
dida de peso superior al 5%, natremia superior a 150 mEq/L, osmolari-
dad sanguínea superior a 300 mOsm/kg o duración de 17 horas de restric-
ción hídrica (12 horas en lactantes).
Durante la realización de la prueba podemos encontrar (Fig. 1):
• Natremia >150 mEq/L y/u osmolaridad sanguínea >300 mOsm/kg con
osmolaridad urinaria <600 mOsm/kg. Sospecha diabetes insípida.
Se realiza test de respuesta a la administración de pitresina acuosa
intramuscular/subcutánea (0,1 UI/kg de peso) o lisina de vasopresina intra-
venosa (1 UI/m2), determinando la osmolaridad urinaria en las siguientes
4 horas: si el incremento de osmolaridad urinaria es superior al 50%, posi-
ble DIC; si es inferior al 20%, probable DIN; si el incremento es entre el
20 y el50%, posible afectación parcial (DIC/DIN).
• Natremia normal, osmolaridad sanguínea <300 mOsm/kg y osmola-
ridad urinaria <600 mOsm/kg. Continuar con la prueba.
• Natremia normal, osmolaridad sanguínea <300 mOsm/kg y osmola-
ridad urinaria >600 mOsm/kg (en dos determinaciones seguidas o
sólo una si >1.000). Suspender la prueba, se descarta DI.
TABLA 2. Protocolo para la realización del test de restricción hídrica.
Medicación previa:
Edad del paciente:
Tiempo en ayunas y de restricción hídrica:
Peso:
Intervalo Natremia Osms Osmu Tensión arterial Peso Tª Diuresis Natriuresis
0’ + + + + + + + +
60’ + + + + + + + +
120’ + + + + + + + +
180’ + + + + + + + +
240’ + + + + + + + +
300’ + + + + + + + +
360’ + + + + + + + +
420’ + + + + + + + +
480’ + + + + + + + +
En cualquier momento durante la realización del test:
Diabetes insípida y síndrome de antidiuresis inapropiada
Si osmolaridad sanguínea <300, natremia <150 mEq/L y osmolaridad urinaria <600: continuar con la prueba
Si osmolaridad urinaria >1.000 o >600 en dos determinaciones seguidas, parar la prueba: estudio normal
Si osmolaridad sanguínea >300 y/o natremia >150 mEq/L junto con osmolaridad urinaria <600: diabetes insípida. Administrar ADH i.v./s.c. y determinar:
0’ + +
30’ + +
60’ + +
120’ + +
180’ + +
211
212
4. TRATAMIENTO
Diabetes insípida central
Fase aguda (postoperatorio de cirugía cerebral)
• Fluidoterapia i.v.: algunos autores consideran oportuno tratar la
DIC postquirúrgica únicamente con líquidos durante las primeras 24-
48 horas, especialmente en lactantes, dado que la administración
de hormona antidiurética i.v. puede acarrear una intoxicación hídri-
214 Manual de endocrinología pediátrica
Fase crónica
• El tratamiento más extendido es la vasopresina desamino D-argini-
na (dDAVP: acetato de desmopresina) vía oral o intranasal. En la actua-
lidad, se dispone de formulaciones de administración sublingual que
mejoran en un 60% la biodisponibilidad del fármaco, no necesitan
agua y se disuelven instantáneamente en la boca. La dosis es muy
variable para cada paciente y, además, cambia en función de la vía de
administración empleada.
1. BASES CONCEPTUALES
El síndrome de antidiuresis inapropiada [previamente denominado
síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (ADH)] es
una alteración del balance hidroelectrolítico caracterizada por una alte-
ración de la capacidad de dilución urinaria que ocasiona hiponatremia y
hemodilución (disminución de la osmolaridad plasmática), en ausencia
de afectación renal o de cualquier estímulo no osmótico capaz de indu-
cir la secreción de ADH. Dejando al margen la administración exógena de
desmopresina y las formas idiopáticas, el SIAD denominado “endógeno”
puede ser debido a:
1. Aumento de la producción hipotalámica de ADH (eutópica):
a) Tumores cerebrales/cirugía.
b) Infecciones (meningitis, encefalitis, abscesos).
c) Alteraciones vasculares (trombosis/hemorragia).
d) Farmacológico (quimioterápicos, antipsicóticos, antidepresivos).
e) Neuropsiquiátrico.
f) Patologías pulmonares (tuberculosis, fibrosis quística, ventilación
con presión positiva).
2. Producción ectópica de ADH (carcinomas secretores, principalmente
pulmonares).
3. Potenciación del efecto de niveles circulantes normales de ADH (car-
bamazepina, clorpropamida, ciclofosfamida, tolbutamida).
4. Síndrome nefrogénico de diuresis inapropiada (NSIAD).
La mayor parte de los casos pediátricos, aunque no todos, son debi-
dos a una secreción eutópica inadecuadamente elevada de ADH (SIADH),
fundamentalmente en el contexto del periodo postoperatorio de proce-
dimientos quirúrgicos que afecten al área hipotálamo-hipofisaria. Por ser
el resto de las etiologías excepcionales en la edad pediátrica, en este capí-
tulo nos centraremos fundamentalmente en el SIADH.
2. CLÍNICA
La clínica del SIADH consiste, fundamentalmente en la disminución
de la diuresis (oliguria) acompañada del desarrollo de hiponatremia, deri-
vando los síntomas clínicos de la intensidad de ésta, de la velocidad de
instauración y del gradiente osmolar intra/extracelular. La entrada de agua
Diabetes insípida y síndrome de antidiuresis inapropiada 217
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
El SIAD debe sospecharse en pacientes con hiponatremia eu/hiper-
volémica; es decir, con normo/hipertensión arterial y constituye un diag-
nóstico de exclusión, debiendo diferenciarse de otras causas de hipona-
tremia. Los criterios diagnósticos sugeridos para el SIAD son:
Criterios esenciales
• Euvolemia clínica con disminución de la osmolaridad plasmática (<275
mOsm/kg).
• Osmolaridad urinaria inapropiadamente elevada teniendo en cuen-
ta la plasmática (>1.000 mOsm/kg).
• Hipernatriuria (>20 mmol/L).
• Función tiroidea y adrenal normales.
• Ausencia de empleo de fármacos diuréticos.
Criterios secundarios
• Disminución del ácido úrico (<4 mg/dl) y del nitrógeno ureico (<10
mg/dl) plasmáticos.
• Excreción fraccional de sodio >1%.
• Ausencia de corrección de hiponatremia tras infusión de suero sali-
no.
• Corrección de la hiponatremia tras restricción hídrica.
Examen físico
• Peso, temperatura, tensión arterial, grado de hidratación, nivel de con-
ciencia.
Exploraciones complementarias
• Estudio bioquímico sanguíneo que incluya sodio, urea, creatinina y
osmolaridad.
• Estudio bioquímico urinario que estudie natriuresis y osmolaridad.
218 Manual de endocrinología pediátrica
Diagnóstico diferencial
El SIAD plantea, en ocasiones, dificultades diagnósticas con otros cua-
dros clínicos, entre los que destaca (por compartir la etiología del daño
cerebral) el síndrome pierde sal de origen central. El esquema de diagnós-
tico diferencial entre las entidades que pueden ocasionar un SIAD se refle-
ja en la tabla 3.
4. TRATAMIENTO
Fase aguda
• Tratamiento etiológico, si es factible.
• Hiponatremia grave (<125 mEq/L) con alteración del nivel de concien-
cia y/o convulsiones: administrar ClNa 3% 1-2 ml/kg a infundir en 30
minutos. El objetivo es yugular la crisis y restablecer nivel de concien-
cia. Se puede repetir una segunda dosis si no se ha conseguido elevar
natremia y persisten síntomas.
• Hiponatremia grave (<125 mEq/L) sin alteración del nivel de con-
ciencia ni crisis: remontar la natremia más lentamente, en 3-4 horas,
Fase crónica
• Restricción de líquidos: problemas de cumplimiento y, en muchas oca-
siones, puede condicionar escaso aporte calórico y, por ende, retraso
del crecimiento.
• Furosemida oral con adecuado aporte de sodio en la ingesta: esta
opción plantea problemas de cumplimiento y efectos secundarios
derivados de la administración crónica de furosemida (alcalosis, nefro-
calcinosis, hipokaliemia).
• Urea oral (solución al 30%): 0,1-2 gramos/kg/día en 4 dosis. Dis-
minuye la natriuresis y, a dosis más elevadas, favorece diuresis
osmótica. Este tratamiento a largo plazo ha mostrado ausencia
de efectos secundarios importantes y evita la restricción hídrica
estricta, elevando significativamente los niveles de sodio sanguí-
neos.
• En la actualidad, los antagonistas del receptor V2 están en fase de
investigación en adultos, con resultados esperanzadores. No existen
datos en la población infantil.
TABLA 3. Diagnóstico diferencial de hiponatremia.
en el empleo de diuréticos.
219
220 Manual de endocrinología pediátrica
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capítulo 12
Hipoglucemia
1. BASES CONCEPTUALES
Es una manifestación bioquímica común a numerosas situaciones clí-
nicas, por lo que es importante realizar un adecuado diagnóstico diferen-
cial. Se define como una glucemia venosa <45 mg/dl (a cualquier edad a
partir de las primeras 24 horas de vida), aunque la glucemia es una varia-
ble continua que siempre debe ser valorada en el contexto clínico indivi-
dual de cada paciente. La hipoglucemia debe ser reconocida y tratada pre-
cozmente para evitar el desarrollo de lesiones neurológicas permanentes.
La hipoglucemia neonatal es muy frecuente, pero suele ser transito-
ria y se asocia a determinados factores de riesgo (Tabla 1), por lo que el
estudio endocrino-metabólico tiene indicaciones muy concretas (Tabla
2). En cambio, exceptuando a los pacientes diabéticos, la hipoglucemia es
relativamente infrecuente más allá del periodo neonatal (Tabla 3), por lo
que se recomienda estudiar con detalle todos los casos que aparecen des-
pués de este periodo.
2. CLÍNICA
Los síntomas y signos de la hipoglucemia son muy inespecíficos, espe-
cialmente en los recién nacidos (Tabla 4).
• Debe descartarse hipoglucemia en todos los neonatos que presen-
ten cualquier tipo de síntoma, así como en aquellos que presentan
algún factor de alto riesgo, aunque permanezcan asintomáticos (un
buen momento para el screening es inmediatamente antes de la segun-
da toma).
• Después del periodo neonatal, la disminución brusca de la glucemia
produce una activación del sistema nervioso vegetativo (síntomas
típicos de hipoglucemia postprandial). Si la hipoglucemia persiste o
se instaura de forma lentamente progresiva, aparecen los síntomas
neuroglucopénicos (característicos de las hipoglucemias de ayuno).
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
La historia clínica y la exploración física detalladas permiten orientar
el diagnóstico etiológico en más del 90% de las hipoglucemias (Fig. 1).
221
222 Manual de endocrinología pediátrica
Anamnesis
• Edad de presentación.
• Tiempo de ayuno en el que aparece la hipoglucemia (Tabla 5).
• Relación con la ingesta de determinados alimentos (fruta, alimentos
proteicos).
Antecedentes familiares
• Consanguinidad o aislamiento socio-cultural.
• Síndrome de muerte súbita en hermanos o primos.
• Trastornos enzimáticos (glucogenosis, neoglucogénesis, β-oxidación,
etc.).
Antecedentes personales
• Embarazo: diabetes gestacional, medicación durante el embarazo.
• Parto: edad gestacional (pretérmino/a término), sufrimiento fetal agu-
do.
• Peso de recién nacido (retraso del crecimiento intrauterino).
• Sufrimiento fetal agudo/sepsis neonatal.
• Anomalías de la línea media.
• Desarrollo psicomotor y visión.
Hipoglucemia 223
Sí No ¿Enfermedad No ¿Cetosis? No
Sospecha clínica ¿Hipoglucemia ¿Diabetes mellitus
comprobada? en tratamiento? sistémica grave? (>2,5 mmol/L)
No Sí Sí Sí
Exploración física
• Peso y talla.
• Aspecto dismórfico, macroglosia.
• Anomalías de la línea media o del desarrollo sexual.
• Hiperpigmentación cutánea.
• Abdomen: hepatomegalia, hernias.
• Examen neurológico.
Pruebas complementarias
• Ante la sospecha clínica de hipoglucemia, debe determinarse la glu-
cemia capilar, especialmente en pacientes con sintomatología neu-
rológica no explicada. Todo resultado <60 mg/dl debe ser confirma-
do en el laboratorio (glucemia plasmática venosa).
• El diagnóstico diferencial se basa en la realización de un estudio
analítico extenso coincidente con la hipoglucemia (Tabla 6). Se
recomienda congelar una muestra de suero y otra de orina por si
fuese necesario realizar estudios más específicos con posteriori-
dad (aminoácidos en plasma, ácidos orgánicos o sulfonilureas en
orina).
• Excepcionalmente, en pacientes con síntomas muy sugestivos de hipo-
glucemia (generalmente, con encefalopatía epiléptica) pero con glu-
cemia normal, debe sospecharse una deficiencia del transportador
GLUT1, cuyo diagnóstico requiere la presencia de hipoglucorraquia
(cociente glucorraquia/glucemia <0,35).
• En caso de que las muestras críticas no puedan ser recogidas en el
momento de la hipoglucemia inicial o durante una hipoglucemia
espontánea posterior, debe considerarse la conveniencia de inducir
226 Manual de endocrinología pediátrica
Sí No
¿Péptido C suprimido?
Hiperinsulinismo Hiperinsulinismo
exógeno endógeno
4. TRATAMIENTO
El objetivo general es mantener la glucemia por encima de 70 mg/dl.
Tratamiento agudo
Se basa en aportar la glucosa necesaria para normalizar la gluce-
mia (y, por tanto, las funciones neurológicas), evitando la sobrecorrec-
ción.
• La hipoglucemia sintomática moderada puede tratarse con hidra-
tos de carbono de absorción rápida v.o. (azúcar, zumo de frutas, miel
en niños >1 año).
• En caso de hipoglucemia grave (alteración del nivel de conciencia con
compromiso de la deglución) debe administrarse glucosa i.v.: 2,5 ml/kg
de glucosa al 10% (250 mg/kg) administrados lentamente en 5-10
minutos. Tras el bolo inicial, hay que mantener una perfusión conti-
nua de glucosa a un ritmo de 6-8 mg/kg/min en lactantes y 3-5
mg/kg/min en el niño mayor (con NaCl para evitar el desarrollo de
hiponatremia), con ajuste del ritmo en función de la evolución de la
glucemia. Los requerimientos superiores a 10 mg/kg/min sugieren
hiperinsulinismo. Nunca debe interrumpirse bruscamente la admi-
nistración de glucosa (riesgo de hipoglucemia de rebote; no confun-
dirla con un verdadero hiperinsulinismo). El ritmo de la infusión se
descenderá progresivamente a medida que el niño tolere la alimen-
tación oral o responda al tratamiento farmacológico administrado
(véase abajo).
• Si el niño es diabético o se sospecha hiperinsulinismo y no se dispo-
ne de acceso vascular, la hipoglucemia grave se puede tratar con glu-
cagón s.c., i.m. o i.v. (0,03 mg/kg; dosis máxima: 1 mg).
Tratamiento específico
Depende de la causa de la hipoglucemia.
• Dieta:
– En general, deben evitarse ayunos prolongados realizando tomas
más o menos frecuentes con una dieta personalizada en función
de la enfermedad de base.
– Se recomiendan preferentemente carbohidratos de absorción len-
ta (los de absorción rápida pueden producir un aumento brusco de
la insulinemia con hipoglucemia reactiva).
– Algunos pacientes pueden beneficiarse de la administración con-
tinua nocturna mediante una sonda nasogástrica o gastrostomía
de polímero de glucosa o maltodextrina (almidón de maíz crudo
en niños mayores y adultos).
– La dieta de los pacientes con alteraciones de la β-oxidación o de
la cetogénesis debe ser pobre en grasas aunque, en caso de altera-
ción comprobada de la β-oxidación de ácidos grasos de cadena lar-
230 Manual de endocrinología pediátrica
BIBLIOGRAFÍA
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capítulo 13
1. BASES CONCEPTUALES
El diagnóstico de hiperglucemia depende del momento del día en el
que se haga la determinación: ≥100 mg/dl en ayunas (≥8 horas) y ≥150
mg/dl en cualquier otro momento. La definición de diabetes mellitus (DM)
tiene unos criterios más estrictos (Tabla 1). En algunas situaciones, existe
hiperglucemia sin que se pueda diagnosticar DM (p. ej., hiperglucemia de
estrés en pacientes con enfermedades graves).
La diabetes mellitus es una de las enfermedades crónicas más fre-
cuentes en la infancia. La DM tipo 1 (autoinmune) es responsable de más
del 95% de los casos, pero existen otras causas con peculiaridades clíni-
cas y/o terapéuticas importantes. Su incidencia está aumentando en todo
el mundo (2-5% al año), especialmente entre los niños más pequeños (<5
años). En España, se diagnostican anualmente 15-20 casos nuevos por cada
100.000 habitantes menores de 15 años.
2. CLÍNICA
La mayoría de los pacientes con DM tipo 1 presentan una historia
clínica sugestiva de varias semanas de evolución (Tabla 2). Sin embargo,
la hiperglucemia no produce síntomas hasta que no sobrepasa los 180-
200 mg/dl, por lo que en ocasiones es un hallazgo casual (MODY, DM tipo
2, fase preclínica de la DM tipo 1, entre otros).
En los pacientes con diabetes secundaria, la sintomatología de la enfer-
medad de base suele preceder a la aparición de la DM. En otros casos (“DM
sindrómica” o “DM plus”), se pueden encontrar síntomas derivados de la
afectación de distintos órganos extrapancreáticos (alteraciones oculares,
hipoacusia, manifestaciones neuromusculares, etc.).
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Una vez diagnosticada la hiperglucemia, debe valorarse la repercu-
sión metabólica de la misma y su gravedad (Tabla 3). La cetoacidosis
diabética (CAD) se caracteriza por la presencia de hiperglucemia, cetosis
y acidosis (pH <7,3 y/o bicarbonato <15 mEq/L) y se encuentra en un tercio
233
234 Manual de endocrinología pediátrica
1. HbA1C ≥6,5%.
Determinada por un método estandarizado frente al ensayo del estudio DCCT* o
2. Glucemia en ayunas ≥126 mg/dl.
Al menos 8 horas desde la última ingesta calórica* o
3. Glucemia a las 2 horas durante una SOG ≥200 mg/dl.
Utilizando el equivalente a 1,75 g/kg (hasta un máximo de 75 g) de glucosa
anhidra disuelta en agua* o
4. Glucemia ≥200 mg/dl en cualquier momento del día.
En pacientes con síntomas clásicos de hiperglucemia o complicación aguda
hiperglucémica
*En ausencia de hiperglucemia franca, los criterios 1 a 3 deben ser confirmados antes de
establecer el diagnóstico definitivamente; SOG: sobrecarga oral de glucosa.
Análisis – Glucemia
de sangre – Hemograma
La leucocitosis es frecuente, aunque no haya infección
– Gasometría venosa
No hay correlación entre el grado de hiperglucemia y la
acidosis. Puede existir cetoacidosis diabética con
hiperglucemia leve (“cetoacidosis euglucémica”)
– Osmolalidad plasmática
La osmolalidad efectiva >320 mOsm/kg se asocia con
disminución del nivel de conciencia
– Función renal (urea, creatinina)
Según el método utilizado, la presencia de cuerpos cetónicos
puede interferir la determinación de creatinina (elevación
facticia)
– Ionograma: sodio, potasio, cloro, calcio, fósforo
En presencia de hiperglucemia, la natremia se debe corregir
con la siguiente fórmula:
Na+ corregido (mEq/L)= Na+ medido (mEq/L) + 1,6 ×
glucemia (mg/dl) - 100
100
Tipo de Manifestaciones
Gen Locus herencia clínicas asociadas
Desarrollo pancreático alterado
PLAGL1 6q24 Variable DNT ± macroglosia ±
(imprinting) hernia umbilical
ZFP57 6p22.1 Recesiva DNT (síndrome de
hipometilación múltiple) ±
macroglosia ± retraso
psicomotor ± hernia umbilical
± cardiopatía congénita
PDX1 13q12.1 Recesiva DNP + agenesia pancreática
(esteatorrea)
PTF1A 10p12.3 Recesiva DNP + agenesia pancreática
(esteatorrea) + hipoplasia
cerebelosa + disfunción
respiratoria central
HNF1B 17cen-q21.3 Espontánea o DNT + hipoplasia pancreática
dominante y quistes renales
RFX6 6q22.1 Recesiva DNP + atresia intestinal +
agenesia de vesicular biliar
GATA6 18q11.1-q11.2 Espontánea o DNP + cardiopatía congénita +
dominante alteraciones de la vía biliar
GLIS3 9p24.3-p23 Recesiva DNP + hipotiroidismo
congénito + glaucoma +
fibrosis hepática + quistes
renales
NEUROG3 10q21.3 Recesiva DNP + anendocrinosis entérica
(diarrea congénita malabsortiva)
NEUROD1 2q32 Recesiva DNP + hipoplasia cerebelosa +
alteraciones visuales + sordera
PAX6 11p13 Recesiva DNP + microoftalmía +
malformaciones cerebrales
…/…
238 Manual de endocrinología pediátrica
Tipo de Manifestaciones
Gen Locus herencia clínicas asociadas
Función anormal de las células β
KCNJ11 11p15.1 Espontánea o DNP/DNT ± síndrome DEND
dominante
ABCC8 11p15.1 Espontánea, DNT/DNP ± síndrome DEND
dominante o
recesiva
INS 11p15.1 Recesiva DNP aislada (raramente DNT)
GCK 7p15-p13 Recesiva DNP aislada
SLC2A2 (GLUT2) 3q26.1-q26.3 Recesiva Síndrome de Fanconi-Bickel:
DNP + hipergalactosemia,
disfunción hepática
SLC19A2 1q23.3 Recesiva Síndrome de Roger: DNP +
anemia megaloblástica
sensible a tiamina, sordera
Destrucción precoz de células β
INS 11p15.1 Espontánea o DNP aislada
dominante
EIF2AK3 2p12 Recesiva Síndrome de Wolcott-Rallison:
DNP + displasia esquelética +
fallo hepático recurrente
IER3IP1 18q12 Recesiva DNP + microcefalia +
lisencefalia + encefalopatía
epiléptica
FOXP3 Xp11.23-p13.3 Recesiva Síndrome IPEX (enteropatía,
ligada a X eczema, hipotiroidismo, IgE
elevada)*
WFS1 4p16.1 Recesiva DNP + atrofia óptica ±
diabetes insípida ± sordera
DNT: diabetes neonatal transitoria; DNP: diabetes neonatal permanente; DEND:
“Developmental delay, Epilepsy, Neonatal Diabetes”. *Este síndrome puede asociarse a
la presencia de autoinmunidad pancreática.
4. TRATAMIENTO
El objetivo es prevenir el desarrollo de complicaciones agudas y cró-
nicas de la DM, manteniendo un crecimiento y desarrollo normales, lo que
hace necesario un equipo terapéutico multidisciplinar. El tratamiento far-
macológico fundamental de la DM tipo 1 consiste en la administración de
insulina (Tabla 8), cuyo efecto adverso más importante es la hipogluce-
mia (Tabla 9).
Tratamiento agudo
La presencia de cetosis (con o sin acidosis) es una indicación absolu-
ta de tratamiento con insulina (regular o análogos de acción rápida), inde-
pendientemente del tipo de DM. Las dosis indicadas son orientativas y
deben ajustarse de forma individual en cada paciente. La insulina se admi-
nistra por vía i.v. en caso de cetoacidosis diabética. El tratamiento de la
misma (Fig. 2) pretende restaurar el equilibrio hidroelectrolítico, corregir
la acidosis y evitar el desarrollo de complicaciones secundarias, como la
hipopotasemia o el edema cerebral (Tabla 10).
Hiperglucemia y diabetes mellitus 241
Definición
Glucemia <70 mg/dl, independientemente de la presencia de síntomas
Tratamiento
Paciente consciente:
– Reposo físico
– Administrar 1-2 raciones de carbohidratos de absorción rápida
– Tras la normalización de la glucemia (10-15 minutos), administrar 1-2
raciones de carbohidratos de absorción lenta
Paciente con disminución del nivel de conciencia:
– Glucagón i.m. o i.v., dosis: 0,03 mg/kg (<15 kg: 1/2 ampolla; >15 kg: 1 ampolla)
– En caso de que el paciente tenga una vía venosa canalizada, se puede
administrar en su lugar un bolo de 2,5 ml/kg de suero glucosado al 10% en
5-10 minutos seguido de una perfusión continua de suero glucosado al 10%
(ritmo de 1,5 veces las necesidades basales) hasta que pueda ingerir
alimentos
– Una vez normalizado el nivel de conciencia, administrar 1-2 raciones de
carbohidratos de absorción lenta
Tratamiento intravenoso:
• Corregir el déficit estimado de
líquidos (5-10%) en 48 horas
• Suero salino al 0,9% (añadir ClK
según niveles de K+)
• Insulina regular (0,1 U/kg/hora)
Diagnóstico
Criterios diagnósticos
– Respuesta motora o verbal al dolor anormal
– Postura de decorticación o descerebración
– Parálisis de pares craneales (especialmente, oculomotores)
– Patrón respiratorio anormal (excepto respiración de Kussmaul)
Criterios mayores
– Nivel de conciencia alterado o fluctuante
– Disminución mantenida de la frecuencia cardiaca (>20 latidos/minuto) no
atribuible a repleción de volumen intravascular o sueño
– Incontinencia (inadecuada a la edad)
Criterios menores
– Vómitos
– Cefalea
– Letargo o dificultad para despertar
– Presión arterial diastólica >90 mmHg
– Edad <5 años
Un criterio diagnóstico, dos criterios mayores o un criterio mayor y dos
menores tienen una sensibilidad del 92% y una especificidad del 96% para el
diagnóstico de edema cerebral
Tratamiento
– Excluir la presencia de hipoglucemia
– Posición semiincorporada (a 30°)
– Reducir el aporte de líquidos a dos tercios de las necesidades calculadas
– Administrar manitol i.v. (0,5-1 g/kg, a pasar en 20 minutos). Si no hay
respuesta en 1/2-2 horas, repetir la dosis o administrar suero salino
hipertónico (ClNa al 3%, 5-10 ml/kg)
– Tras iniciar el tratamiento y estabilizar al paciente, realizar una TC craneal
para valorar la presencia de edema cerebral o diagnosticar otras causas
potenciales de deterioro neurológico (trombosis o hemorragia)
Anualmente
– Exploración física:
- Tensión arterial (a partir de los 12 años)
- Fondo de ojo (a partir de los 12 años y/o 5 años después del debut diabético)
- Exploración de los pies (principalmente con fines educativos)
– Análisis de sangre:
- Función tiroidea y anticuerpos antitiroideos (tras el diagnóstico y después
anualmente)
- Cribado de enfermedad celíaca (tras el diagnóstico y después cada 2-3
años)
- Lipidograma (a partir de los 12 años)
– Análisis de orina:
- Microalbuminuria (cociente albúmina/creatinina en una orina de una
micción o velocidad de excreción del albúmina en orina de 12 o 24 horas) (a
partir de los 12 años y/o 5 años después del debut diabético)
Glucemia (mg/dl)
Cetonemia*
Cetonuria (mmol/L) <200 200-400 >400
Negativa/indicios <1 – 0-5% DDT 5-10% DDT
Una + 1-1,4 0-5% DDT 5-10% DDT 10-15%
Dos/tres + >1,5 5-10% DDT 10-15% 15-20%
Antes de la intervención
– Dieta absoluta
– Evaluación metabólica completa (determinar, al menos: glucemia,
cetonemia/cetonuria, gasometría venosa, ionograma)
– Estabilización inicial del paciente, si es necesaria (cirugía urgente)
– Siempre que el estado clínico del paciente y la gravedad de la situación lo
permitan, cualquier descompensación metabólica debe ser tratada antes de
la intervención quirúrgica
Durante la intervención
– Sueroterapia i.v.
- Tipo de suero: suero salino al 0,45% con glucosa al 5% (añadir 38 mEq de
ClNa a 500 ml de suero glucosado al 5%)
- Si el paciente va a permanecer más de 12 horas a dieta absoluta, 10-15 mEq
de ClK a cada 500 ml de suero
- Ritmo: necesidades basales
– Insulina i.v.
- El ritmo inicial de la perfusión de insulina depende de la glucemia
(normalmente, entre 0,025 y 0,05 U/kg/hora) y se ajusta continuamente
para mantener la glucemia entre 100 y 180 mg/dl (determinación, al
menos, cada hora)
Hiperglucemia y diabetes mellitus 247
BIBLIOGRAFÍA
– Allgrove J, Swift PGF, Greene S (Eds.). Evidence-based paediatric and adolescent dia-
betes. Oxford: Blackwell Publishing; 2007.
– ISPAD Clinical Practice Consensus Guidelines. Pediatric Diabetes. 2009; 8: 1-210.
– Rubio Cabezas O, Argente J. Diabetes mellitus: formas de presentación clínica y diag-
nóstico diferencial de la hiperglucemia en la infancia y adolescencia. An Pediatr.
2012; 77: 344.e1-344.e16.
capítulo 14
Patología suprarrenal I:
insuficiencia suprarrenal aguda
1. BASES CONCEPTUALES
La insuficiencia suprarrenal (IS) es un trastorno poco frecuente en la
edad pediátrica (prevalencia estimada de 1,4/10.000) pero potencialmen-
te letal. Se caracteriza por la alteración en la síntesis y/o secreción de una
o varias hormonas adrenocorticales, siendo su etiología más frecuente la
hiperplasia suprarrenal congénita (HAC) (1 por cada 10.000-18.000 recién
nacidos vivos). El 75% de los casos de IS primaria se deben a HSC (97% por
mutaciones en el gen de la 21-hidroxilasa). La supresión del eje suprarre-
nal por corticoterapia crónica (iatrógena) es la causa más frecuente fue-
ra del periodo neonatal.
Desde el punto de vista fisiopatológico, la IS se clasifica en primaria,
debida a alteración en la glándula suprarrenal, y central, cuando existe
alteración de la producción y/o acción de la corticotropina (ACTH; Adre-
nal Corticotropin Hormone) bien de origen hipofisario (secundaria) o del
CRH hipotalámico (Corticotropyn Releasing Hormone) (terciaria). Mucho
menos frecuentes son las entidades clínicas caracterizadas por resisten-
cia del órgano diana a las hormonas corticoideas, con manifestaciones
similares a la deficiencia hormonal (Tabla 1).
En cuanto a la forma de presentación clínica, se habla de IS aguda o
crónica, pudiendo ocurrir ambas en el mismo paciente evolutivamente.
2. CLÍNICA
Las manifestaciones clínicas de la IS son variables y dependen del tipo
hormonal afecto (glucocorticoides, mineralocorticoides o andrógenos),
así como de la severidad de la deficiencia hormonal. En general, la for-
ma crónica se manifiesta con síntomas inespecíficos, como astenia y debi-
lidad muscular, junto con hiperpigmentación mucocutánea y clínica deri-
vada de la deficiencia hormonal específica (Tabla 2). La forma aguda o cri-
sis adrenal, caracterizada por hipoglucemia, hiponatremia y fracaso cir-
culatorio, es la forma clínica más grave, pudiendo llegar a constituir un
riesgo vital.
249
250 Manual de endocrinología pediátrica
Selectiva
Déficit de glucocorticoides
– Deficiencia aislada de glucocorticoides de tipo familiar (resistencia a la
acción de la ACTH
– Síndrome triple A (asociada a acalasia y alacrimia)
– Iatrógena
Déficit de mineralocorticoides
– Primaria: déficit de 18-hidroxilasa (CMO-I) o 18-metil-oxidasa (CMO-II)
– Periférico: falta de respuesta del órgano efector
– Secundario o hiporreninémico
Déficit de andrógenos
– Déficit aislado de 17,20 liasa
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
• Antecedentes familiares: muerte súbita, genitales ambiguos, patolo-
gía neurológica, enfermedades autoinmunes.
• Antecedentes personales: embarazo, parto, periodo neonatal, pre-
sencia de genitales ambiguos, desarrollo psicomotor, patología autoin-
mune, enfermedad crónica, medicación (corticoterapia crónica), ciru-
gía previa, radioterapia.
• Historia actual: duración de la sintomatología clínica. Existencia de
proceso intercurrente (infecciones, cirugía).
Examen físico
• Peso, talla, índice de masa corporal (IMC).
• Tensión arterial y frecuencia cardiaca.
• Fenotipo.
• Coloración de piel y mucosas (buscar hiperpigmentación, candidia-
sis).
• Palpación abdominal.
• Inspección de genitales: hiperpigmentación, aspecto ambiguo.
• Examen neurológico detallado.
Pruebas complementarias
El diagnóstico de IS, dada la clínica inespecífica y su escasa inciden-
cia en la infancia, exige un alto índice de sospecha, sobre todo en la for-
ma de presentación crónica.
La existencia de IS crónica se confirmará mediante los niveles de cor-
tisol y ACTH plasmático a las 8:00 h a.m; la asociación de cortisol muy
bajo (<4,0 µg/dl), ACTH elevada (>200 pg/ml) y ARP elevada señala la exis-
tencia de IS primaria global.
• El test de estímulo con ACTH se utiliza para evaluar la capacidad secre-
tora suprarrenal en aquellos casos con cortisolemia baja o indetermi-
nada. Tradicionalmente se había utilizado la dosis de 250 µg de Synac-
then i.v., pero estudios recientes recomiendan utilizar 1 µg (0,5 µg/1,73
m2 superficie corporal) para el diagnóstico de insuficiencia supra-
rrenal, sin existir consenso al respecto. Con esta prueba se alcanza
una sensibilidad cercana al test de hipoglucemia insulínica, sin pre-
sentar los efectos indeseables del mismo. Por tanto, es la prueba ini-
252 Manual de endocrinología pediátrica
Deficiencia de glucocorticoides
– Síntomas gastrointestinales inespecíficos (náuseas, vómitos…)
– Fatiga, debilidad
– Enlentecimiento del crecimiento
– Cefalea matutina
– Hipoglucemia de ayuno
– Aumento de sensibilidad a la insulina
– Disminución de acidez gástrica
– Disminución de eliminación de agua libre
Deficiencia de mineralocorticoides
– Hipotensión, mareo
– Debilidad muscular
– Fatiga
– Síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos, anorexia)
– Pérdida de sal
– Pérdida de peso
– Deshidratación
– Hiponatremia, hiperkaliemia, acidosis metabólica e hipoglucemia
Deficiencia suprarrenal de andrógenos en mujeres
– Disminución de vello púbico y axilar en pacientes en pubertad
– Disminución de la libido (en pacientes mayores)
Aumento de la melanocortina por productos POMC
– Hiperpigmentación de piel, mucosas, líneas palmares, axilas y encías
⇑⇑
46 XX 46 XY 46 XY 17-hidroxiprogesterona Déficit 21-hidroxilasa Hemorragia suprarrenal
46 XX del recién nacido
Normal (RM abdominal)
RM abdominal: ausencia o
Síndrome IMAGe (XY) hipoplasia suprarrenal
(IS, genitales ambiguos, retraso Síndrome de Zellweger
(facies dismórfica,
Patología suprarrenal I: insuficiencia suprarrenal aguda
de crecimiento intrauterino,
displasia ósea metafisaria) sordera, hipotonía)
Hipoplasia suprarrenal congénita (gen DAX)
Deshidratación, hiponatremia, Neonato con hipoglucemia y/o • Malformación SNC Tratamiento previo con dosis
hiperkaliemia anomalía cerebral • T umor cerebral farmacológicas de
• Displasia septo-óptica glucocorticoides (≥ 1 mes)
• Defectos de línea media
4. TRATAMIENTO
El tratamiento de la IS es fundamentalmente sustitutivo con la admi-
nistración de glucocorticoides junto con mineralocorticoides en casos
necesarios. En la edad pediátrica, generalmente se recomienda la hidro-
cortisona (HC) debido a su menor duración de acción y potencia, permi-
tiendo un ajuste más preciso, en función del crecimiento y la respuesta
256 Manual de endocrinología pediátrica
Terapia sustitutiva
– Hemisuccinato de hidroaltesona (Actocortina©): 50 a 75 mg/m2 s.c. i.v. como
bolo inicial, seguido de 75 a 100 mg/m2s.c./día, i.v. (cada 6-8 h)
• Valorar añadir 9-α-fluorhidrocortisona (Astonin©): 50-100 µg/día (si
existe buena tolerancia oral)
Cte* 0,65 en lactantes y niños mayores y 0,75 en RN.
BIBLIOGRAFÍA
– Betterle C and Morlin L. Autoinmune Addison´s disease. Endocr Dev. 2011; 20: 161-
72.
– Donohoue PA. Adrenal disorders. In: Pediatric Practice Endocrinology, Kappy MS,
Allen DB, Geffner ME, eds. McGraw Hill Medical, New York 2010.p.132-190.
– Hsieh S, White PC. Presentation of primary adrenal insufficiency in childhood. J Clin
Endocrinol Metab. 2011;96: E925-E928.
– Neary N, Nieman L. Adrenal insufficiency-etiology, diagnosis and treatment. Curr
Opin Endocrinol Diabet Obes. 2010; 17(3): 217-23.
– Shulman DI, Palmert MR, Kemp SF. Adrenal insufficiency: still a cause of morbidity
and death in childhood. Pediatrics. 2007; 484-94.
capítulo 15
1. BASES CONCEPTUALES
El síndrome de Cushing (SC) o hipercortisolismo (HC) es una enti-
dad clínica secundaria a un exceso de glucocorticoides circulantes, cuyo
origen puede ser endógeno u exógeno. Es extremadamente rara en la
edad pediátrica, y supone sólo un 10-15% de la incidencia global (0,7-5
casos/106 habitantes/año).
En general, la corticoterapia crónica es su etiología más frecuen-
te, seguida por la hipersecreción de ACTH hipofisaria o enfermedad
de Cushing (EC), sobre todo a partir de los 5 años (75-80% de los casos)
(Fig. 1).
En el SC pediátrico se aprecian algunas características específicas
como son: 1) predominio en la afectación de varones en el periodo prepu-
beral; 2) asociación del SC en la infancia temprana (<4 años) al síndrome
de McCune Albright (edad media de presentación 1-2 años); 3) extrema
rareza del SC secundario a producción ectópica de ACTH; 4) predominio
de la producción hormonal mixta (andrógenos y cortisol) de los tumo-
res adrenocorticales en la infancia; 5) ausencia frecuente de hallazgos
radiológicos en los casos de adenomas hipofisarios productores de ACTH
y 6) aparente mayor frecuencia de lateralización en la secreción de ACTH
así como una mejor respuesta a la radioterapia.
2. CLÍNICA
Los síntomas son muy variados y la afección suele desarrollarse de
forma insidiosa, con un diagnóstico habitual tras meses, o incluso años,
de evolución, con un tiempo medio de latencia de 2,5-3 años.
No hay ningún síntoma patognomónico, aunque los dos más cons-
tantes, y que deben hacer pensar en esta enfermedad, especialmente
cuando se presentan asociados, son la disminución de la velocidad de cre-
cimiento y la obesidad. La disminución de la velocidad de crecimiento es
un síntoma frecuente, clave y específico de la edad pediátrica, pero sue-
le precisar un tiempo de latencia para su expresión clínica. La obesidad es
prácticamente constante y de distribución central, predominando inicial-
259
260
Hipotálamo
–
–
CRH ACTH-INDEPENDIENTE
+ Administración exógena
Hipófisis de corticoides
–
ACTH-DEPENDIENTE
–
Adenoma productor de ACTH
(Enfermedad de Cushing)
ACTH
Secreción ectópica de ACTH Tumor adrenal
+
• Adenoma
• Carcinoma
Cortisol
Hiperplasia adrenal nodular
Suprarrenal • PPNAD, Complejo Carney
• Síndrome de McCune-Albright
• Hiperplasia adrenal macronodular
Esteroides sexuales Mineralocorticoides
(andrógenos, estrógenos)
Figura 1.
ACTH: Adrenal Corticotropin Hormone; CRH: hormona liberadora de corticotropina; PPNAD: displasia adrenocortical micronodu-
Etiología del hipercortisolis-
lar primaria pigmentada.
mo (síndrome de Cushing).
Manual de endocrinología pediátrica
Patología suprarrenal II: hipercortisolismo 261
+ • Ganancia de peso/sobrepeso-obesidad
- Distribución central
- Facies “cushingoide” con cara de luna llena, plétora facial
- Acúmulo de grasa retrocervical (“cuello de búfalo”)
• Hipertensión arterial (50-70%)
• Fallo de crecimiento
• Cefalea
• Acné y estrías, hematomas espontáneos
• Hirsutismo
• Hiperpigmentación
• Virilización
• Labilidad emocional, alteraciones del sueño, depresión.
- • Lentiginosis, pecas (complejo Carney)
• Alteraciones analítica inespecíficas: hemograma (poliglobulia y
neutrofilia), hiperglucemia, hipercolesterolemia, disminución de los
niveles de TSH)
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
• Historia actual: incremento de peso, presencia de cefalea, vómitos,
astenia, alteración de la agudeza visual, incremento del vello corpo-
ral, valoración de la velocidad de crecimiento, alteraciones menstrua-
les y cambio de carácter, entre otros.
• Antecedentes familiares: patología suprarrenal y adenomas hipofisa-
rios.
• Antecedentes personales: tratamiento crónico con corticoides, desa-
rrollo puberal.
Examen físico
• Peso, talla, IMC, velocidad de crecimiento.
• Tensión arterial, frecuencia cardiaca.
• Distribución de la grasa corporal.
• Acantosis, acné, hirsutismo (escala Ferriman-Gallwey), estrías rojo-
vinosas.
• Palpación abdominal.
• Grado de desarrollo puberal.
262 Manual de endocrinología pediátrica
Pruebas complementarias
Enfocadas a determinar los siguientes puntos:
1. Demostrar la existencia de hipercortisolismo.
2. Filiar si este es ACTH dependiente o independiente (tumores supra-
rrenales).
3. Identificar si el hipercortisolismo ACTH-dependiente es de origen hipo-
fisario (enfermedad de Cushing) o extrahipofisario (producción ectó-
pica).
4. Efectuar pruebas de imagen para identificar el proceso causal (Fig. 2).
• Cortisoluria <193-275 nmol/día (70-100 µg/día) • Cortisoluria >193-275 nmol/día (70-100 µg/día)
• Cortisolemia nocturna (24 h) <50 nmol/L (<1,8 µg/dl) • Cortisolemia nocturna (24 h) >50 nmol/L (>1,8 µg/dl)
• Cortisolemia (08:00) tras supresión nocturna (Dx) >139 nmol/L (>5 µg/dl)
• ACTH plasmática
• Test de CRH
BIPSS
• Síndrome de McCune-Albright
• Tumor adrenocortical
• Hiperplasia nodular bilateral Figura 2.
– PPNAD/Complejo de Carney
– AIMNAH Algoritmo diagnóstico del
HC ACTH-dependiente HC ACTH-independiente
hipercortisolismo (síndrome
de Cushing).
263
264 Manual de endocrinología pediátrica
4. TRATAMIENTO
Enfermedad de Cushing: el tratamiento de elección es la adenomec-
tomia vía transesfenoidal. Tumores menores de 10 mm de diámetro (micro-
adenomas) tienen resultados excelentes (remisión en el 90-98% de los
casos, consiguiéndose una rápida corrección del hipercortisolismo). El por-
centaje de curación en distinta series, según asocien o no cateterización
de senos petrosos preoperatoriamente, oscila entre un 45-78%. No obs-
tante, el índice de recurrencia en la edad pediátrica es significativamen-
te mayor que en adultos, alcanzando hasta un 50% y con un tiempo de
latencia amplio de hasta 7 años (15-17,29). La radioterapia estereotáxica
(45-50 Gy) se reserva para los casos de recurrencia o recidiva, en centros
con experiencia pediátrica.
Finalmente, si con los tratamientos anteriores no se ha conseguido
remisión completa, habría que valorar una suprarrenalectomia bilateral.
Adenoma suprarrenal: adrenalectomía unilateral (cirugía abierta o lapa-
roscópica). La insuficiencia suprarrenal postquirúrgica temporal requiere
tratamiento con glucocorticoides durante al menos 2 años. Buen pronósti-
co.
Carcinoma suprarrenal: exéresis quirúrgica. En caso de metástasis o
tumor irresecable, está indicado el uso de adrenolíticos, como el mitota-
ne y la radioterapia. Mal pronóstico.
Secreción ectópica de ACTH: situación extremadamente rara en pedia-
tría. Si es factible, se debe extirpar el tumor responsable.
Patología suprarrenal II: hipercortisolismo 267
BIBLIOGRAFÍA
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tric Cushing´s syndrome. Curr Opin Endocrinol Diabetes Obes. 2008; 15: 346-51.
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– Stratakis CA. Cushing syndrome in Pedaitrics. Endocrinol Metab Clin North Am. 2012;
41(4): 793-803.
capítulo 16
Hiperandrogenismo
1. BASES CONCEPTUALES
La síntesis de andrógenos en la mujer tiene lugar en las glándulas
suprarrenales, ovarios y, en menor medida, en determinados tejidos peri-
féricos, como piel, músculo y grasa. El exceso de producción de andróge-
nos constituye el hiperandrogenismo, existiendo diversos mecanismos
implicados en este trastorno (Tabla 1): a) aumento de la secreción glan-
dular; b) incremento de las síntesis extraglandular por aumento de la con-
versión periférica de los precursores esteroideos; y c) aumento de la sen-
sibilidad de los tejidos diana a la acción de los andrógenos y/o mayor acti-
vidad de la 5α-reductasa cutánea.
Este trastorno afecta a un 5-10% de las mujeres en edad fértil. De
las causas de hiperandrogenismo, el síndrome de ovario poliquístico (SOP)
constituye el 80% de todos los casos, conformando una patología de
primer orden ya que es un problema estético importante, es la causa más
frecuente de trastornos menstruales normoestrogénicos y asocia mayor
grado de obesidad e insulinorresistencia.
2. CLÍNICA
La tabla 2 refleja los síntomas asociados a hiperandrogenismo. De
ellos, el hirsutismo o presencia excesiva de pelo terminal de distribución
típicamente masculina en la mujer es el síntoma más frecuente. Esta for-
ma de presentación clínica se valora de manera semicuantitativa con la
escala de Ferriman y Gallwey modificada (Fig. 1), considerando una pun-
tuación patológica cuando supera los 6 puntos (8 puntos para algunos
autores).
Es muy importante diferenciar el hirsutismo de una variante de la nor-
malidad, como la hipertricosis, en la que existe un aumento del pelo
corporal en zonas típicamente femeninas (fundamentalmente, en ante-
brazos y piernas) y que es debida sobre todo a factores raciales y, en menor
medida, al uso de algunos fármacos.
La adrenarquia precoz es la forma de presentación del hiperandroge-
nismo en el prepúber y, se define como la aparición de vello púbico y/o
269
270 Manual de endocrinología pediátrica
– Adrenarquia prematura
– Hirsutismo
– Acné moderado-grave
– Alopecia
– Trastornos menstruales:
- Oligomenorrea (<10/año)
- Amenorrea
- Hemorragia uterina disfuncional
– Virilización
- Clitoromegalia
- Hábito corporal masculino
- Atrofia mamaria
- Cambios de la voz
axilar, acné y aumento del olor corporal apocrino adulto en niñas meno-
res de 8 años o niños menores de 9 años. Dependiendo de las series ana-
lizadas, hasta el 6-8% de casos son debidos a una hiperplasia suprarrenal
congénita (HSC) de presentación tardía.
Es muy importante constatar la rapidez de aparición de síntomas,
ya que los tumores virilizantes (ováricos, suprarrenales) suelen presentar-
se como aparición brusca de exceso de vello corporal y síntomas de virili-
zación (clitoromegalia, atrofia mamaria, cambios en la voz).
Hiperandrogenismo 271
1 2 3 4
1 2 3 4
1 2 3 4
1 2 3 4
1 2 3 4
1 2 3 4
1 2 3 4
1 2 3 4
1 2 3 4
Figura 1. Escala reducida de Ferriman y Gallwey para el hirsutismo. Se valoran las 9 áreas
corporales más sensibles a andrógenos de 0 (no pelo) a 4 (francamente viril) y se suman.
Se considera patológico si la suma es >6.
272 Manual de endocrinología pediátrica
Antecedentes familiares
• Hirsutismo.
• Irregularidades menstruales.
• Síndrome de ovario poliquístico.
• Obesidad/insulinorresistencia/diabetes tipo 2/síndrome metabólico.
Historia actual
• Edad de aparición de los síntomas.
• Tiempo de evolución de los síntomas: forma progresiva o rápida.
• Síntomas predominantes.
Examen físico
• Peso, talla, IMC.
• Índice cintura/cadera.
• Tensión arterial.
• Diagnóstico diferencial entre hirsutismo e hipertricosis (seguir esca-
la de Ferriman-Gallwey)
• Piel: acné, acantosis nigricans, estrías rojo-vinosas.
• Estigmas de Cushing: facies de luna llena, jiba dorsal.
• Palpación abdominal para descartar masas tumorales.
• Palpación mamaria para descartar galactorrea.
• Inspección de genitales externos: evaluar posible clitoromega-
lia.
Pruebas complementarias
Estudios hormonales basales
Indicadas en el estudio inicial del hiperandrogenismo. Es preciso obte-
ner la muestra durante la mañana (antes de las 10 a.m.) para evitar falsos
negativos debidos al descenso circadiano de los esteroides adrenales, prin-
cipalmente la 17-OHP. En el caso de adolescentes, se realizará en fase foli-
cular (3º-8º días del ciclo menstrual) o tras al menos 2 meses de ameno-
rrea.
Testosterona total
Hormona circulante de gran utilidad en el diagnóstico de hiperandro-
genismo de origen ovárico, en presencia de DHEA-S normal. Valores supe-
Hiperandrogenismo 273
No supresión
DHEA-S
Producida íntegramente en la glándula suprarrenal, por tanto, es un
gran marcador de hiperandrogenismo suprarrenal. Sospecharemos pato-
logía tumoral ante valores superiores a 700 µg/dl. En la adrenarquia pre-
matura aislada se aprecian niveles elevados para estadio puberal Tanner
I, pero normales para estadio puberal Tanner II.
17-hidroxiprogesterona (17-OHP)
Hormona producida principalmente en glándula suprarrenal aunque,
en menor medida, también en ovario. Es de utilidad si se realiza su extracción
a primera hora del día (evitar ritmo circadiano) y en la fase folicular del
ciclo, para el diagnóstico de HSC. Valores >1 ng/ml en prepúber o >2 ng/ml en
púber indican la necesidad de realizar un test de ACTH para descartar HSC.
Progesterona
Su determinación el día 20-24 de ciclo permite detectar la anovula-
ción (valores <4 ng/ml) en pacientes con hirsutismo eumenorreicas.
Δ4-Androstendiona
Hormona producida aproximadamente al 50% por ovario y por glán-
dula suprarrenal. De escasa utilidad en el diagnóstico inicial de hiperan-
drogenismo; sin embargo, es muy útil para el seguimiento de pacientes
afectos de HSC que están en tratamiento con corticoterapia oral.
274
Normal Elevado
Mixto
Hiperandrogenemia
Supresión androgénica
Insuficiente Normal
Testosterona libre
Dada la enorme heterogenicidad existente para su determinación
entre los diferentes laboratorios (escasa sensibilidad), se determinará indi-
rectamente con la medición de la proteína transportadora de hormonas
sexuales (SHBG) en situaciones de hiperandrogenismo clínico evidente
en los que el valor de testosterona es normal. El índice de andrógenos
libres (IAL) se calcula con la siguiente fórmula: testosterona (ng/ml) x 3,467
x 100/SHBG. Se considera normal si es menor de 5. El factor 3,467 permi-
te la conversión de ng/ml a nmol/L.
3-α-glucurónido de androstendiol
Metabolito activo de la dihidrotestosterona. Útil en el diagnóstico de
hirsutismo idiopático (hirsutismo con niveles de andrógenos dentro de la
normalidad).
T4 libre y TSH
El hipotiroidismo favorece el aumento de la fracción libre de testos-
terona al disminuir la hormona transportadora de hormonas sexuales
(SHBG). Además, el hipotirodismo primario puede favorecer la hiperpro-
lactinemia y, secundariamente, el aumento de la síntesis de andróge-
nos.
Prolactina
La hiperprolactinemia favorece la síntesis suprarrenal de andrógenos
y disminuye la SHBG.
276 Manual de endocrinología pediátrica
Test de ACTH
• Indicación: diagnóstico diferencial de adrenarquia prematura en niños
y niñas y evaluación del hiperandrogenismo femenino.
• Preparación: se administran 250 µg/m2 de tetracosactrin (Synacthen®)
en bolo endovenoso (máximo: 250 µg). Debe realizarse por la maña-
na y en fase folicular precoz si existe menstruación. No requiere ayu-
no. Recogida de muestra para 17-hidroxiprogesterona y cortisol a los
0 y 60 minutos.
• Interpretación: valores de 17-OH-progesterona >10-12 ng/ml a los 60’
son diagnósticos de HSC tardía. Valores entre 5-12 ng/ml sugieren
mutaciones en heterocigosis en CYP21A2.
• Contraindicaciones: embarazo, hipersensibilidad conocida al Synac-
then®.
• Presentación farmacológica: Synacthen® (tetracosactrin) 1 vial de 1
ml = 250 µg.
Pruebas de imagen
• Edad ósea: útil en el diagnóstico de hiperandrogenismo en edades
prepuberales, ya que la elevación de andrógenos suele ir pareja a la
aceleración de la edad ósea (normalmente, no más de 2 años).
• Ecografía abdómino-pélvica: útil en el cribado de tumores ováricos y
suprarrenales. En caso de dudas, en la región suprarrenal se deberá
practicar una TAC o RM abdominal. Por otro lado, la ecografía pélvi-
ca y, aún mejor, la transvaginal (con la limitación que supone su rea-
lización en la adolescente sexualmente inactiva), es útil si se sospe-
cha un SOP.
4. TRATAMIENTO
Debe orientarse, por un lado, al tratamiento causal y, por otro, a mejo-
rar el aspecto estético producido por el hirsutismo. En este sentido, habrá
que individualizar a cada paciente, ya que el tratamiento farmacológico
no está exento de efectos secundarios.
• Tratamiento etiológico: exéresis o tratamiento pertinente del tumor,
corrección del hipotiroidismo, tratamiento de la producción excesiva
de prolactina.
• Tratamiento sintomático: dependerá de la clínica de la paciente.
• Tratamiento cosmético: es el pilar del tratamiento del hirsutismo. El
afeitado y la decoloración se usan frecuentemente.
– Depilación: la cera y los agentes químicos suelen producir irritación
cutánea. La electrolisis y el láser proporcionan un intervalo mayor
libre de pelo, pero requieren de un personal entrenado; es caro, dolo-
roso y no está exento de efectos secundarios (depigmentación, que-
maduras y cicatrices).
– Inhibidor del ciclo celular: hidrocloro de elfornitina 11,5% (Vaniqa®),
aprobado para el hirsutismo facial. Tiene el máximo efecto a las 8-
24 semanas, con marcada mejoría en el 32% de pacientes.
• Supresión o bloqueo de la acción androgénica: el máximo efecto
requiere 9-12 meses, debido al largo ciclo del crecimiento del pelo. Los
fármacos con resultados aceptables en el hirsutismo a menudo son
agentes no aprobados por la FDA para esta indicación (Tabla 3).
– Anticonceptivos orales (ACO): usados para suprimir la función ová-
rica, restauran la regularidad en el ciclo menstrual y normalizan los
niveles androgénicos. Constituyen la primera línea de tratamiento
en mujeres que no desean gestación al proteger el endometrio del
riesgo de hiperplasia. Los ACO con progesterona no androgénica
son preferibles por su potencial efecto favorable en el perfil lipídi-
co y acné. En este sentido, la cuarta generación de ACO
etinilestradiol/drospirenona (Yasmin®) tiene el componente antian-
drogénico derivado de la progesterona similar a la espironolacto-
Hiperandrogenismo 279
Mecanismo Efectos
Tipo de fármaco Agente activo Ejemplo de acción Indicación Contraindicaciones Dosis adversos
Inhibidor del Hidrocloro eflornitina Vaniqa Inhibidor Hirsutismo Embarazo, lactancia 2 veces/d Rash, toxicidad
ciclo celular 11,5% irreversible focal tópico sistémica
ornitina potencial
decarboxilasa
ACO Etinilestradiol Suprime Hirsutismo Cáncer mama 1 comprimido Trombosis venosa
30 µg+drospirenona Yasmin función generalizado Fumadora al día Sangrado vaginal
35 µg+norgestimato Edelsin ovárica (absoluta si irregular
>35 años),
enfermedad
cardiovascular,
hipertensión
incontrolada,
tromboembolismo,
alteración coagulación,
enfermedad
cerebrovascular,
tumores hepáticos,
embarazo
Parches Estrógeno/ Suprime Hirsutismo 1 parche/sem
progestágeno función generalizado 3 semanas
ovárica seguidas de
una semana
sin parche
.../...
Manual de endocrinología pediátrica
TABLA 3. (Continuación) Fármacos utilizados en el hirsutismo.
Mecanismo Efectos
Tipo de fármaco Agente activo Ejemplo de acción Indicación Contraindicac. Dosis adversos
Antiandrógenos Espironolactona Inhibidor Hirsutismo Fallo renal o 50-100 mg/día Pseudohermafroditismo
competitivo moderado hepático, falta 2 veces al día feto varón, irregularidad
Hiperandrogenismo
BIBLIOGRAFÍA
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capítulo 17
1. BASES CONCEPTUALES
El síndrome de Turner (ST) afecta aproximadamente a una de cada
2.500 niñas nacidas vivas. Es una enfermedad genética caracterizada por
la pérdida total o parcial de un cromosoma X, siendo sus dos caracterís-
ticas clínicas más importantes la talla baja y la disgenesia gonadal. Apro-
ximadamente, un 50% presentan cariotipo 45, X, un 20-30% mosaicismos
(45, X junto a otra línea celular) y el resto son debidas a alteraciones estruc-
turales (cromosoma X en anillo e isocromosoma). La pérdida de mate-
rial genético del cromosoma X condiciona la distinta expresividad clínica
de esta entidad (haploinsuficiencia de genes relacionados con talla, desa-
rrollo del sistema linfático y con la funcionalidad ovárica), aunque no exis-
te una clara relación genotipo-fenotipo.
El gen SHOX (Short Stature Homeobox-containing gene) se localiza en
la región pseudoautosómica PAR1, del brazo corto de los cromosomas X e
Y. Este gen codifica para una proteína nuclear que actúa como activador
transcripcional y que se expresa en los condrocitos hipertróficos de la pla-
ca de crecimiento. Por tanto, la deficiencia de este gen causa talla baja. De
esta forma, las mutaciones en heterocigosis de este gen (80% deleciones)
se detectan en 2-15% de sujetos con talla baja idiopática, en 50-90% de
pacientes con discondrosteosis de Léri Weill (DLW – OMIM# 127300) y casi
en el 100% de pacientes con ST. Las mutaciones en homocigosis son res-
ponsables de la displasia mesomélica de Langer (DML – OMIM 249700).
La penetrancia de la deficiencia del gen SHOX es elevada pero su expresi-
vidad clínica es muy variable.
2. CLÍNICA
El ST presenta un amplio espectro de anomalías asociadas (Tabla 1, Figs.
1 y 2), siendo las dos manifestaciones clínicas más frecuentes la talla baja
y el retraso puberal. No todas son evidentes al nacimiento y algunas van
apareciendo con el desarrollo, por lo que estas pacientes necesitan una
estrecha vigilancia. Especial mención para el diagnóstico de patología car-
diaca y aórtica concomitante al ST en la que será preciso realizar ecogra-
283
284 Manual de endocrinología pediátrica
TABLA 1. Resumen del espectro clínico del ST y DLW. Entre paréntesis se incluye el
porcentaje de pacientes con ST en que se encuentra el síntoma.
ST DLW
Crecimiento Talla baja: <-2 SDS (95%) Talla baja: <-2 SDS
Otras Insuficiencia gonadal (>90%) Deformidad de
- Pubertad retrasada/detenida Madelung
Malformaciones cardiacas (50%) Hipertrofia muscular
- Coartación aorta (11%) antebrazos
- Válvula Ao bicúspide (16%) Encurvamiento de
Alteración sistema linfático tibias
- Pterigium colli (25%) Micrognatia
- Linfedema manos y pies (22%) Paladar ojival
Tracto urinario (25-70%)
- Malformación sistema colector
- Riñón en herradura
Ojos
- Epicantus
- Estrabismo
- Ambliopía
Oídos
- Otitis media de repetición
(descritas hasta en 73%)
- Hipoacusia de conducción
- Hipoacusia neurosensorial
Boca
- Alteraciones del desarrollo dental
- Maloclusión (abierta/cruzada)
- Paladar ojival
Sistema inmune
- Enfermedad celíaca (4-6%)
- Tiroiditis autoinmune (30%)
Esqueleto
- Cuello corto (40%)
- Cubitus valgus (47%)
- Acortamiento 4º metacarpiano (37%)
- Escoliosis/cifosis (12,5%)
- Deformidad de Madelung (7,5%)
Digestivo
- Hipertransaminasemia (20%)
- Esteatosis hepática
- Mayor riesgo cirrosis
- Telangiectasias: sangrado intestinal
Alteración metabolismo hidrocarbonado
(40%)
Cáncer: mayor riesgo que la población
normal
Retraso intelectual: cromosoma X en
anillo
Trastornos psicosociales
Síndrome de Turner y anomalías del gen SHOX 285
Linfedema
Anomalías dentarias
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Síndrome de Turner (Fig. 3)
• El diagnóstico de ST requiere confirmación genética: debe realizarse
cariotipo en linfocitos de sangre periférica y, estudiar, al menos, 40
células.
Síndrome de Turner y anomalías del gen SHOX 287
Cariotipo
4. TRATAMIENTO
Síndrome de Turner
El ST es susceptible de tratamiento promotor del crecimiento y, por
otro lado, de inducción y mantenimiento de la pubertad. Asimismo, es
de suma importancia un apoyo psicológico periódico, y el despistaje perió-
dico de otras patologías que se asocian frecuentemente (Tabla 3), por
lo que el tratamiento debe ser multidisciplinar, incluyendo pediatras,
endocrinólogos, otorrinolaringólogos, cardiólogos, ginecólogos y psicó-
logos.
TABLA 3. Detección precoz y seguimiento de diferentes trastornos asociados al síndrome de Turner. Las edades reflejadas son siempre orientativas.
290
.../...
Manual de endocrinología pediátrica
TABLA 3. (Continuación) Detección precoz y seguimiento de diferentes trastornos asociados al síndrome de Turner.
Metabolismo A partir de los 10 años: glucosa basal y Control anual (cada 6 meses si recibe tratamiento con GH)
hidrocarbonado hemoglobina glicosilada (habrá que
individualizar la realización de sobrecarga
oral de glucosa)
Lipidograma A partir de los 10 años: colesterol total, Control anual
triglicéridos, HDL-C, LDL-C
Función renal A partir de los 10 años: creatinina Control anual
Densidad mineral ósea Cuando se haya completado el desarrollo Según patología de base
puberal
291
292 Manual de endocrinología pediátrica
Talla baja
Oxandrolona
A la dosis de 0,05 mg/kg/día vía oral. Indicada únicamente en pacien-
tes mayores de 9 años al diagnóstico y con talla extremadamente baja.
Deben monitorizarse estrechamente los niveles de enzimas hepáticas y
vigilar la aparición de signos de virilización y aceleración de la edad ósea.
Apoyo psicológico
El tratamiento de las pacientes con ST debe ser multidisciplinar, inclu-
yendo visitas periódicas a una unidad de psicología con experiencia en la
materia. Estas niñas presentan una comorbilidad psiquiátrica impor-
tante (secundaria a sus grandes problemas de salud) y, por ello, es muy
importante el seguimiento periódico para detectar precozmente cual-
quier conducta de riesgo.
Hipertensión arterial
Tan pronto sea diagnosticada y, especialmente, en pacientes con pato-
logía cardiaca congénita, debe tratarse de forma enérgica con recomen-
daciones higiénico-dietéticas, deportivas y con fármacos antihipertensi-
vos. Atendiendo a la experiencia en niños y adolescentes, es recomenda-
ble el uso de enalapril (inhibidor de enzima conversora de angiotensina)
como primera línea farmacológica. Si a pesar de estas medidas no es posi-
ble controlar la tensión arterial, pasaremos a una segunda línea terapéu-
tica: β-bloqueantes (especialmente si existe taquicardia basal) o inhibi-
dores de los receptores de angiotensina.
Patología de la aorta
Hablamos de dilatación de la aorta, paso previo a la disección. Pato-
logía infrecuente en la infancia y adolescencia. No obstante, si esta se pre-
senta:
• ASI >2 cm/m2: no deben realizarse deportes extremos. Monitorización
estrecha de tensión arterial. Aunque no existe evidencia comparable
a la existente en el síndrome de Marfan con β-bloqueantes e inhibi-
dores del receptor de angiotensina II para evitar la progresión de la
dilatación de aorta, parece razonable plantear el uso de estos fárma-
cos, sobre todo si existe hipertensión arterial y/o válvula aórtica bicús-
pide concomitante.
• ASI >2,5 cm/m2: no existe un criterio unánimemente aceptado a par-
tir del cual plantear cirugía de la aorta. No obstante, pacientes con ST
con ASI por encima del percentil 99 sin respuesta al tratamiento médi-
co deben ser evaluadas por un servicio de cirugía cardiaca con expe-
riencia.
Aquellas pacientes con riesgo de disección de aorta (válvula aórtica
bicúspide o coartación de aorta y/o hipertensión arterial + dilatación de
aorta) deben ser adecuadamente entrenadas para detectar de forma pre-
Síndrome de Turner y anomalías del gen SHOX 295
BIBLIOGRAFÍA
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capítulo 18
Figura 1.
297
298 Manual de endocrinología pediátrica
1. BASES CONCEPTUALES
El MEN 1 está constituido por tumores endocrinos (de paratiroides,
hipófisis anterior y corteza suprarrenal), de tejidos entero-pancreáticos
(gastrinoma, adenoma pancreático no funcionante, insulinoma y tumo-
res carcinoide de páncreas, duodeno, bronquiales o timo) y otros (lipomas,
colagenomas y angiofibromas faciales, entre otros).
Se estima una prevalencia en la actualidad de 2-20:100.000 habitan-
tes. La edad de presentación es fundamentalmente adulta, con un pico
entre los 20 y 40 años de edad (rango entre los 5 y los 60 años).
2. CLÍNICA
La penetrancia de la enfermedad aumenta con la edad, considerán-
dose que un 7% a los 10 años tiene, al menos, una manifestación; un 50%
a los 30 años, un 90% a los 40 y, casi el 100% a los 60. Esta edad de comien-
zo se adelanta dos décadas cuando el MEN 1 es de presentación esporá-
dica (10% de los casos). De igual forma, existe una penetrancia determi-
nada para cada una de las manifestaciones (Tabla 1).
Características y penetrancia
Patología estimadaa
A. Hiperparatiroidismo primario Debido a hiperplasia/adenoma.
Es la primera manifestación en
más del 50% de los casos.
Presente en el 60% a los 20 años
y en el 90% a los 40
B. Tumores entero-pancreáticos:
b.1) Gastrinoma (S. de Zollinger-Ellison)b … 40%
b.2) Adenoma pancreático no funcionanteb … 20-50%
b.3) Insulinoma … 10%
b.4) Otros (VIPoma, glucagonoma, … 2%
somatostatinoma)b
C. Tumores de hipófisis anterior
(habitualmente microadenomas):
c.1) Prolactinoma … 20%
c.2) Otros: GH + PRL, GH, no funcionante … 5% (cada uno)
c.3) Otros menos frecuentes: ACTH, TSH … 2% o menos
D. Adenomas córtico-suprarrenales … 25%
E. Carcinoides: Habitualmente no funcionantes
e.1) Gástrico … 10%
e.2) Tímicob … 2%
e.3) Bronquialb … 2%
e.4) Otros: duodenales, etc. … Raros
F. Manifestaciones cutáneas:
f.1) Angiofibromas cutáneos múltiples … 85%
(faciales)
f.2) Colagenomas … 70%
f.3) Lipomas … 30%
G. Otros tumores más raros:
g.1) Feocromocitoma … <1%
g.2) Ependimoma … 1%
a: penetrancia estimada a los 40 años, salvo que se indique otra edad; b: importante
potencial de malignización (25% de los casos).
Sospecha de MEN 1
[1]
¿Antecedentes familiares de
MEN1 confirmado o
sospechado? [1c]
No Sí
+ – – +
1. BASES CONCEPTUALES
El MEN 2 está constituido clásicamente por tumores endocrinos (car-
cinoma medular de tiroides, feocromocitoma suprarrenal e hiperplasia/ade-
noma de paratiroides) asociados a manifestaciones no endocrinológi-
cas (hábito pseudomarfanoide, ganglioneuromatosis mucosa, enferme-
dad de Hirschsprung, etc.).
La subdivisión entre MEN 2A y 2B está bien definida (Tabla 3) y ambas
responden a mutaciones del gen RET que siguen un patrón de herencia
autosómico dominante y una buena correlación genotipo-fenotipo.
A diferencia del MEN 1, suele debutar en la infancia y se estima una
prevalencia en la actualidad de 1:30.000 habitantes.
2. CLÍNICA (Tabla 3)
Clínica
Tipo Frecuencia CMT FEO HPT Otros Historia natural
MEN 2A 75% +++ ++ + Rara asociación con: El CMT suele aparecer en la primera
(100%) (50%) (20-30%) – Enfermedad de Hirschsprung década de la vida seguido del FEO
– Mononeuropatía sensitiva benigna que (uni- o, más frecuentemente,
cursa con prurito en la parte superior de la bilateral)
espalda (dermatomas D2-D6), acompañada
de manchas pigmentadas y lesiones de
amiloidosis por fricción
MEN 2B 5% +++ ++ +/- – Neuromas mucosos (labios, lengua, Las anomalías músculoesqueléticas
párpados, mucosa intestinal) y los neuromas mucosos pueden
– Hábito marfanoide (no hay ectopia lentis estar presentes al nacimiento o poco
ni anomalías ópticas) y otras anomalías después. El CMT suele acontecer
músculoesqueléticas próximo al año de vida. El FEO es
tardío (2ª o 3ª década)
CMTF 10% +++ - - Excepcional asociación con enfermedad
de Hirschsprung
MEN: neoplasia endocrina múltiple; CMT: carcinoma medular de tiroides; CMTF: carcinoma medular de tiroides familiar; FEO: feocromocitoma; HPT:
hiperparatiroidismo primario.
Manual de endocrinología pediátrica
Guía de diagnóstico y tratamiento de MEN tipo 2
– –
Estudio genético RET
a la familia
[3a-ii] [3a-i]
No requiere seguimiento Tratamiento y seguimiento Figura 3.
(Tablas 5 y 6) Guía de diagnóstico y trata-
miento del MEN tipo 2.
305
306 Manual de endocrinología pediátrica
– MEN 2A: el 98% de los casos son debidos a mutación missense de los exones
10 y 11. El 85% de éstas afectan al codón 634, de las cuales un 54% son
Cys634Arg y un 26%, Cys634Tyr. Otros codones descritos son el 609, 611, 618
(exón 10), 630, 635, 636, 637, 638, 639, 648 (exón 11), 768, 790, 791 (exón 13), 804
(exón 14) y 891 (exón 15). Su asociación con la enfermedad de Hirschsprung
responde a las mutaciones inactivadoras de los codones 609, 618 y 620
– MEN 2B: el 95% de los casos son debidos a mutaciones del codón 918
(Met918Thr) localizado en el exón 16 (dominio intracelular). Otros codones
descritos son el 883 (exón 15) y el 922 (exón 16)
– CMTF: el 85% de los casos son mutaciones que afectan a codones de los
exones 10 y 11: 33% son Cys618Ser, 30% Cys634Tyr. Otros codones descritos
son 532, 533, 534 (exón 8), 609, 611, 620 (exón 10), 630, 636, 636, 637, 638
(exón 12), 768, 790, 791 (exón 13), 804 (exón 14) y 891 (exón 15). Es importante
saber que comparte mutaciones (609, 611, 620, 768 y 804) con el MEN2A
lar de tiroides familiar (CMTF); sin embargo, las mutaciones somáticas son
causantes del CMT esporádico no hereditario. Por otra parte, las mutacio-
nes inactivantes se han relacionado con algunos casos de enfermedad de
Hirschsprung.
La tabla 4 establece la correlación genotipo-fenotipo de cada una
de las mutaciones descritas hasta el momento y, como se ha dicho, de
ellas depende el tratamiento de cada caso.
1. Sospecha clínica: la inclusión en este protocolo requiere la sospecha
clínica de MEN 2, situación que se confirma si el niño cumple algu-
no de los siguientes criterios:
a) Paciente con diagnóstico de CMT.
b) Paciente con diagnóstico de FEO.
c) Paciente con enfermedad de Hirschsprung.
d) Paciente aparentemente sano con antecedentes familiares de pri-
mer grado con alguno de los diagnósticos anteriores o que presen-
tan mutación del gen RET (MEN 2). Se exige realizar un árbol genealó-
gico exhaustivo que será de utilidad en la toma final de decisiones.
Se entiende por caso índice aquel, paciente o familiar, que ha sido
diagnosticado en algún momento de su vida de CMT y/o FEO y/o
Hirschsprung o dispone ya del diagnóstico de MEN 2 confirmado
por estudio molecular del gen RET.
2. Confirmación diagnóstica: la búsqueda de mutaciones germinales
del gen RET debe realizarse en leucocitos de sangre periférica. En los
casos índices el procedimiento aconsejado es el siguiente:
a) Caso índice con CMT(*): es necesario un análisis molecular rutina-
rio del gen RET en sus exones 10, 11, 13, 14, 15 y 16(**). Si no se detec-
tan mutaciones en ninguno de ellos se procederá a la búsqueda en
los 15 exones restantes.
Neoplasia endocrina múltiple 307
TABLA 5. Manejo quirúrgico del CMT-MEN 2 según nivel de riesgo (Modificado de ref 2).
b) Caso índice con FEO: exige un análisis molecular rutinario del gen
RET en sus exones 10, 11, 13, 14, 15 y 16(**). Al mismo tiempo, se rea-
lizará el estudio genético de los genes VHL (3p26-p25, von Hippel
Lindau tipo 2) y NF1 (17q11.2, neurofibromatosis tipo 1) que descar-
ten otras causas de feocromocitoma. Si no se detectan mutaciones
en ninguno de ellos, se procederá a la búsqueda en los 15 exones
restantes del gen RET.
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capítulo 19
Dislipemias
1. BASES CONCEPTUALES
El desarrollo de la aterosclerosis es un proceso que se inicia en la infan-
cia y que progresa con una velocidad que depende de la presencia o ausen-
cia de determinados factores de riesgo cardiovascular (FRCV), como han
demostrado diferentes estudios.
El objetivo principal de diagnosticar una hipercolesterolemia en la infan-
cia es el inicio de un tratamiento eficaz, especialmente la instauración de hábi-
tos de vida saludables lo antes posible, para prevenir el desarrollo de enfer-
medades cardiovasculares (ECV) que se manifiestan en la edad adulta.
Se considera dislipemia los valores por encima del percentil 95 para la
edad y sexo de CT (colesterol total), C-LDL (lipoproteínas de baja densidad),
triglicéridos (TG) y los valores de C-HDL (lipoproteínas de alta densidad) por
debajo del percentil 10. El NCEP (National Cholesterol Education Program)
pediátrico propone unos valores deseables, en el límite y de riesgo (Tabla 1).
Historia familiar
• Enfermedad cardiovascular (ECV) prematura en padres, abuelos o tíos
(varones <55 años o mujeres <65 años).
• Padres con dislipemia conocida o CT mayor o igual a 240 mg/dl.
311
312 Manual de endocrinología pediátrica
Niños y adolescentes
Categoría Aceptable Límite Alto
(mg/dl) (mg/dl) (mg/dl)
CT <170 170-199 ≥200
C-LDL <110 110-129 ≥130
Apo B <90 90-109 ≥110
TG
0-9 años <75 75-99 ≥100
10-19 años <90 90-129 ≥130
Aceptable Límite Bajo
(mg/dl) (mg/dl) (mg/dl)
C-HDL >45 40-45 <40
ApoA-1 >120 115-120 <115
Los puntos de corte para los valores límite y altos para CT, C-LDL y ApoB, corresponden
al percentil 75-94 y al percentil 95, respectivamente. El punto de corte para los valores
bajos de C-HDL y Apo A-1 corresponde al percentil 10. CT: colesterol total; C-LDL: lipoproteínas
de baja densidad; C-HDL: lipoproteínas de alta densidad; TG: triglicéridos. NCEP Expert
Panel on Cholesterol.
2. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
El estudio analítico debe efectuarse en las siguientes condiciones: 1)
ayuno de 12 horas; 2) sin modificaciones de la dieta habitual; 3) libre de
enfermedad desde varias semanas antes; y 4) teniendo en cuenta la toma
de ciertos fármacos que pueden modificar los lípidos. En caso de valores
lipídicos alterados, se repetirá el estudio analítico tres o cuatro semanas
después para confirmar la alteración de la analítica.
Debe realizarse una historia familiar (antecedentes de ECV prematu-
ra en padres o abuelos, antecedentes en padre o madre con hiperlipide-
mia genética). Asimismo, es preceptivo conocer los antecedentes perso-
nales: hábitos alimentarios, estilos de vida, toma de fármacos y hábito
tabáquico, además de descartar posibles causas de dislipemia secunda-
ria.
En la exploración física se anotarán las medidas antropométricas
(peso, talla, IMC), se tendrá en cuenta el estadio puberal, se tomará la ten-
sión arterial y se descartará la presencia de xantomas y xantelasmas.
En el estudio analítico inicial se solicitará:
• Hemograma, bioquímica (perfil hepático y renal), y hormonas tiroi-
deas.
• Perfil lipídico en ayunas: CT, TG y lipoproteínas (LDL-c, HDL-c y VLDL-c).
• Según sospecha etiológica: Apolipoproteína A, B, y Lp(a).
Historia personal
1. Antecedentes de enfermedad coronaria precoz Sí No 2
2. Antecedente de enfermedad vascular periférica o Sí No 1
cerebral precoz
Examen físico
1. Xantomas tendinosos Sí No 6
2. Arco corneal antes de los 45 años Sí No 4
3. TRATAMIENTO (Fig. 1)
Recomendaciones dietéticas
• Durante toda la infancia y la adolescencia, es esencial un aporte ade-
cuado de energía y nutrientes para un crecimiento normal. Las modi-
ficaciones en la dieta deben introducirse de forma progresiva, lo cual
será beneficioso para el niño y su familia. El objetivo primordial del
tratamiento dietético de las hipercolesterolemias será lograr que
los niveles de C-LDL disminuyan, consiguiendo un descenso de un
10 a un 15%, aunque existen grandes variaciones individuales. Las
características de esta dieta aparecen expuestas en la tabla 4.
• Si después de 3 meses no se logran los objetivos terapéuticos con la
dieta inicial, se introducirán otras modificaciones (dieta 2, ver figura
2): ingesta total de grasa 25-30% de las calorías diarias, de grasa satu-
rada <7% de las calorías, de grasa monoinsaturada 10% y de coleste-
rol <200 mg al día, orientada a reducir el C-LDL o los TG, siempre bajo
la supervisión de un dietista. Las características de esta dieta se expo-
nen en la figura 2. Si a pesar de su cumplimiento no se alcanzan los
objetivos marcados, se deberá considerar el tratamiento farmacoló-
gico.
• La disminución del aporte de grasas y colesterol que sufren con fre-
cuencia los niños que presentan una dislipemia puede tener reper-
316
Niño-adolescente con HF
Figura 1.
(*) FRCV: ECV muy prematura o prematura en padre afecto o abuelos; tabaquismo; C-HDL bajo (<40 mg/dl); Lp(a) elevada (>50 mg/dl); Algoritmo de tratamiento en
C-LDL >250 mg/dl.
niños y adolescentes con
hipercolesterolemia familiar
(HF).
Manual de endocrinología pediátrica
Dislipemias 317
2-21 años
Expert Panel on Integrated Guidelines for Cardiovascular Health and Risk Reduction
in Children and Adolescents.
Actividad física
• Los niños y los adolescentes deben dedicar un número establecido de
horas al día al ejercicio físico en los colegios, promover la participa-
ción en actividades deportivas según la edad, e ingerir dieta cardio-
saludable en los menús escolares.
318 Manual de endocrinología pediátrica
Suplementos dietéticos
• El aumento de la ingesta de fibras puede ser útil en la disminución
de los niveles de C-LDL, en torno al 5-10%. La dosis adecuada (AAP) se
calcula como la edad del niño + 5 g/día, hasta una dosis de 20 g/día
a los 15 años de edad.
• Los estanoles y esteroles de plantas se añaden a las margarinas, zumos
de naranja, yogur líquido, barras de cereales y suplementos dietéti-
cos. Son compuestos naturales cuya estructura química es similar al
colesterol, actúan disminuyendo la absorción intestinal de colesterol
exógeno de origen alimentario así como del colesterol endógeno de
origen biliar, demostrándose en adultos una disminución del C-LDL
de un 10-20%, con mínimos efectos adversos.
• Las proteínas de soja disminuyen los niveles de triglicéridos y C-VLDL
e incrementan los niveles de C-HDL. Los suplementos de una dieta
baja en grasa enriquecida en ácidos grasos omega 3, con altas con-
centraciones de ácido eicosapentanoico y ácido docosahexanoico,
han demostrado que incrementan significativamente las LDL gran-
des (menos aterogénicas) y disminuyen las LDL pequeñas (más ate-
rogénicas). Es bien tolerado, con escasos efectos secundarios (gas-
trointestinales, hiperglucemia y elevaciones de las enzimas hepáti-
cas).
Tratamiento farmacológico
1. Estatinas
Deben ser incluidas entre los potenciales fármacos de primera línea
por la experiencia adquirida en los últimos años y por su capacidad de dis-
minuir los niveles de C-LDL en torno a 18-45%, y sin afectación del creci-
miento ni del desarrollo puberal.
Edad de inicio: no existe un consenso acerca de a qué edad comen-
zar el tratamiento con estatinas. Diferentes guías recomiendan empezar-
lo en niños ≥10 años (preferiblemente estadio II Tanner o superior en niños
y a partir de la menarquia en niñas), tras 6-12 meses de dieta baja en gra-
sas y colesterol, si:
• C-LDL ≥190 mg/dl.
Dislipemias 319
• C-LDL oscila entre 160 mg/dl y 189 mg/dl con historia de ECV pre-
matura en familiares de primer grado, o existen otros FRCV [tabaco,
C-HDL bajo, Lp(a) elevada, entre otros].
• En la hipercolesterolemia familiar homocigota el tratamiento debe
ser iniciado en el momento del diagnóstico.
La pravastatina está aprobada por la FDA y la EMA en hipercolestero-
lemias primarias a partir de los 8 años. La dosis recomendada es de 10 a
20 mg/día en niños de 8 a 13 años y de 10 a 40 mg/día desde los 14 a los
18 años. Otras estatinas aprobadas por la FDA son: lovastatina, simvasta-
tina, atorvastatina, fluvastatina y rosuvastatina.
Dosificación y seguimiento
• Empezar con la dosis más baja una vez al día, generalmente al acos-
tarse. Medir niveles basales de CPK, ALT y AST.
• La meta es conseguir niveles de LDL <130 mg/dl.
• Tras 4 semanas de tratamiento, determinar: perfil de lipoproteínas en
ayunas, CPK, ALT, AST. Repetir control analítico a las 8 semanas y a
los 3 meses.
• Si hay anomalías de laboratorio o aparecen síntomas, suspender tem-
poralmente el fármaco y repetir analítica en 2 semanas. Cuando los
valores retornen a la normalidad, el fármaco puede reiniciarse con
monitorización estrecha.
• Valorar el ritmo de crecimiento y el desarrollo puberal (peso, talla, índi-
ce de masa corporal, estadio de Tanner).
• Monitorizar el perfil de lipoproteínas en ayunas, CPK, ALT y AST cada
3-6 meses.
• Insistir al paciente sobre medidas dietéticas e informar sobre otros
factores de riesgo tales como sobrepeso, sedentarismo, tabaquis-
mo, entre otros.
Eficacia y seguridad
• Se han publicado revisiones sobre su utilización en la infancia, con-
cluyendo que, a la vez que seguras, son muy eficaces.
• En cuanto a los efectos adversos, no se han publicado casos de miositis,
miopatía o rabdomiolisis. Se han encontrado algunos casos de elevacio-
nes asintomáticas de la CPK y enzimas hepáticas, que han revertido con
un descenso de las dosis de la medicación sin necesidad de suspender el
tratamiento. Tampoco se han encontrado alteraciones del ritmo de cre-
cimiento, ni del desarrollo puberal ni del metabolismo de las vitaminas.
• Las estatinas están contraindicadas en el embarazo, por lo que debe
advertirse a las adolescentes y enviarlas, en caso necesario, a conse-
jo ginecológico.
En la figura 3 está representado el algoritmo terapéutico de las dis-
lipemias, teniendo en cuenta los niveles de C-LDL.
320 Manual de endocrinología pediátrica
3. Ezetimibe
• Actúa inhibiendo selectivamente la absorción intestinal de coleste-
rol (tanto dietético como de origen biliar) en el borde en cepillo de los
enterocitos. En estudios preclínicos no se ha observado que altere la
absorción de triglicéridos, ácidos grasos, ácidos biliares, progestero-
na, etinilestradiol o vitaminas liposolubles A y D.
• Los principales efectos adversos descritos han sido gastrointestina-
les (diarrea y dolor abdominal) y cefalea. Reducen los niveles de CT y
C-LDL, del 23% y 30%, respectivamente, a dosis de 10 mg/día.
• Su uso esta autorizado por la FDA y la EMA, a partir de los 10 años
de edad. Sin embargo, no existen datos de seguridad a largo plazo en
población pediátrica.
4. Otros fármacos
Fibratos:
• Reducen los niveles de TG y elevan los niveles de C-HDL. Los principa-
les efectos secundarios son mialgias, debilidad muscular e incremen-
to de CPK, ALT y AST.
• Si los niveles de TG están entre 200 y 499 mg/dl, realizar tratamien-
to dietético (Fig. 2), cambio de estilo de vida y aumento de ingesta de
pescado [salmón, caballa, arenque (rango de 1,5-3 g/100 g de pesca-
do)]. Valorar tratamiento con suplementos de aceite de pescado.
• En hipertrigliceridemia primaria y TG ≥500 mg/dl valorar tratamien-
to con suplementos de aceite de pescado o fibratos (bezafibrato, gem-
fibrozilo, fenofibrato), tras 6-12 meses de tratamiento dietético (Fig.
2) y cambio de estilo de vida. En la figura 4 está representada el algo-
ritmo terapéutico de las hipertrigliceridemias.
Ácido nicotínico: es el único fármaco que reduce los niveles de lipo-
proteína (a). Sin embargo, no puede ser recomendado en niños por su
pobre tolerancia, la elevada frecuencia de efectos adversos (rubefacción,
Dislipemias
C-LDL 130-189 mg/dl C-LDL- 130-159 mg/dl C-LDL 160-189 mg/dl C-LDL ≥190 mg/dl
Sin historia familiar, ni factores Con historia familiar, 2 factores Con historia familiar, 1 factor de Iniciar estatinas
de riesgo de alto riesgo o 1 factor de alto alto riesgo o 2 factores de riesgo
Continuar DIETA 2 riesgo+2 riesgo moderado o moderado
Valorar resinas ECV Iniciar estatinas
Iniciar estatinas
Guidelines for Cardiovascular Health and Risk Reduction in Children and Adolescents. 2011. Figura 4.
Algoritmo de hipertrigliceri-
demias.
Manual de endocrinología pediátrica
Dislipemias 323
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capítulo 20
1. BASES CONCEPTUALES
Los síndromes dismórficos son entidades que se caracterizan por com-
partir un conjunto de malformaciones o dismorfias mayores y menores
de una causa presumiblemente común, en la mayoría de situaciones, de
causa genética. Un 3% de los recién nacidos (RN) presentan alteraciones
congénitas mayores, entre un 5-7% de los RN presentan anomalías meno-
res significativas y un 1% de los RN presentan malformaciones múltiples.
Los problemas endocrinológicos más frecuentemente asociados a los
síndromes malformativos son las alteraciones del crecimiento (hipocre-
cimiento e hipercrecimiento) y los hipogonadismos. Aproximadamente
un 44% de los patrones malformativos incluidos en la base POSSUM mani-
fiestan hipocrecimiento postnatal y un 12,5% hipocrecimiento prenatal
(CIR) y bastantes entidades incluyen ambos tipos de hipocrecimientos.
Por otra parte, aproximadamente un 6% de las tallas menores de -3 SDS
son debidas a patología sindrómica y un 5% a patología cromosómica
(Oxford Desk Reference).
2. CLÍNICA
La mayoría de los síndromes no se expresan en fluidos biológicos (san-
gre, orina, LCR), por lo que el diagnóstico se sustentará en los datos encon-
trados en la exploración y tras la realización de pruebas de imagen y, poste-
riormente, se confirmará con estudios genéticos. Dentro de los hipocreci-
mientos asociados a síndromes podemos distinguir cuatro grandes grupos:
1. Síndromes asociados a alteraciones de la hormona de crecimiento.
2. Síndromes con retraso de crecimiento postnatal.
3. Síndromes relacionados con defectos de crecimiento prenatal (CIR).
4. Síndromes asociados a retrasos de crecimiento disarmónicos: oste-
ocondrodisplasias.
Hipocrecimiento prenatal
Un grupo significativo de hipocrecimientos en la población sindrómica
está conformado por pacientes con retraso de crecimiento intrauterino:
• Asimétrico: generalmente de causa materno-placentaria. Suelen tener
crecimiento recuperador tras el nacimiento.
• Simétrico: habitualmente de causa fetal. Se caracterizan por igual
afectación de los tres parámetros antropométricos (peso, longitud y
PC), no suelen tener crecimiento recuperador y deben incluirse como
equivalente malformativo. Se deben considerar tres grandes gru-
pos:
– Cromosómicos.
– Procesos disruptivos: tóxicos, fármacos e infecciones.
– Síndromes genéticos.
Hipocrecimiento disarmónico
En este grupo se incluyen las displasias esqueléticas, que se carac-
terizan por la presencia de talla baja, habitualmente desproporcionada
y/o con deformidades esqueléticas de columna y/o miembros o con frac-
turas patológicas.
En el enfoque diagnóstico de estos pacientes valoraremos los siguien-
tes criterios:
• Afectación esquelética (Fig. 1):
– Troncular (displasia espondilar).
– Craneal (craneosinostosis asociada).
– Afectación de miembros: comprobar segmentos afectados. Rizo-
melia (segmento proximal), mesomelio (segmento medio) y acro-
melio (segmento distal).
328 Manual de endocrinología pediátrica
Rizomelia
Mesomelia
Figura 1. Hipocrecimiento sindrómico con afectación rizomélica, troncular, mesomélica y
acromélica.
Hipocrecimiento asociado a síndromes dismórficos 329
3. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
• Antecedentes familiares: indagar en 3 generaciones sobre la presen-
cia de tallas muy bajas, crecimiento intrauterino retardado o datos
que orienten a displasia ósea (osteoartritis precoz, prótesis de cade-
ra, escoliosis grave), presencia de otras malformaciones mayores (car-
diacas, oculares…), retrasos en el desarrollo psicomotor. Preguntar si
hay consanguinidad y/o la presencia de abortos o mortinatos. Reco-
ger tallas y ritmo de maduración en familiares de primer grado.
• Embarazo: amenaza de aborto y parto prematuro, infecciones y/o sín-
dromes febriles. Hábitos tóxicos maternos. Medicación teratógena.
Enfermedades maternas. Datos ecográficos prenatales (crecimiento,
detección de malformaciones).
• Periodo neonatal: recoger datos del parto (tipo de parto, edad gesta-
cional) y la somatometría de recién nacido (peso, longitud, perímetro
craneal) y problemas médicos durante el periodo neonatal.
• Registrar datos del crecimiento postnatal, signos puberales, desa-
rrollo psicomotor y tratamiento y complicaciones de las distintas mal-
formaciones. Investigar sobre la presencia de fracturas patológicas
y/o dolor articular.
Exploración
• Peso, talla/longitud y perímetro craneal (cm, percentil, Z-score).
• Exploración y medición de segmentos corporales: braza, segmento
superior y segmento inferior. Si constatamos la presencia de miem-
bros cortos se evaluará si la cortedad es rizomélica, mesomélica o acro-
mélica.
• Valoración cuidadosa de las manos y dedos (braquidactilia, clinodac-
tilia, camptodactilia).
• Examen de la marcha.
• Evaluación de incurvaciones de huesos largos, deformidad de Made-
lung, pies equino-varos, asimetrías corporales, contracturas, hiperla-
xitud articular.
TABLA 3. Clasificación de las displasias óseas (traducida de Warman ML et al. Am J Med Genet. 2011; 155: 943-68).
330
intraflagelar 122
16. Displasias acromesomélicas AR AR 9p13-12 NPR2 Receptor péptido Displasia acro-mesomélica de 5
20q11.2 GDF5 natriurético 2 Factor 5 Maroteaux. Displasia Grebe/hipoplasia
crecimiento y diferencia fibular y Braquidactil
17. Displasias mesomélicas y Pseudo- Xpter-p22.3 SHOX Gen homeobox-talla corta Displasia de Leri-Weil (AD )/displasia 7
rizomesomélicas AD/AR 9q22 Receptor huérfano similar Langer(AR)
AR ROR2 a Tirosina-Kinasa like Síndrome de Robinow
18. Displasia de huesos curvados AD 17q24.3-25. SOX9 SRY-box 9 Displasia campomélica/ 3
displasia cifomélica
.../...
331
TABLA 3. (Continuación) Clasificación de las displasias óseas (traducida de Warman ML et al. Am J Med Genet. 2011; 155: 943-68).
332
*1 TRPV4: receptores transitorios potenciales de canal de cationes subfamilia V, miembro 4; *2 Fosfatasa ácida resistente a Tartrato; *3 Displasia espondilometafisaria.
Manual de endocrinología pediátrica
Hipocrecimiento asociado a síndromes dismórficos 335
Pruebas complementarias
Se solicitarán pruebas complementarias en virtud a la sospecha sin-
drómica:
• Pruebas de imagen: ecografía cerebral/RM/TAC cerebral para descar-
tar malformaciones cerebrales. Ecografía abdominal: fundamental-
mente para descartar malformaciones renales.
• Ecocardiograma: descartar cardiopatía congénita.
• Valoración ORL y oftalmología (evaluar patología concomitante).
• Serie ósea completa en centro con experiencia.
Tras la recogida de datos, debemos buscar la malformación guía
que nos permita realizar diagnóstico diferencial de los distintos patrones
o síndromes malformativos. Si hay una sospecha clara y se conocen las
bases moleculares del cuadro en el que estamos pensando, solicitaremos
el oportuno test genético.
Respecto a las displasias óseas: el diagnóstico ha de basarse en datos
clínicos y radiológicos que deberán confirmarse con estudio genético si
está disponible. Así, las displasias podrán clasificarse según la zona de
hueso que se afecte en:
1. Epifisaria, metafisaria, diafisaria, craneal, espondilar.
2. Rizomélica (segmento proximal de miembros), mesomélica (medio)
y acromélica (distal).
Entre estas entidades será preciso descartar enfermedades de depó-
sito (facies tosca +/- alteración del desarrollo psicomotor +/- viscerome-
galias).
4. TRATAMIENTO
El tratamiento de los síndromes polimalformativos abarca diferentes
aspectos:
• En los síndromes asociados a retraso psicomotor, la estimulación pre-
coz, fisioterapia, logopedia y las distintas modalidades educativas pre-
cisas (integración, educación especial) deberán instaurarse lo más
tempranamente posible.
• Corrección de las malformaciones mayores y el seguimiento y correc-
ción de las complicaciones derivadas de ellas.
• Valoración y tratamiento nutricional en sus distintas modalidades ya
que muchos cuadros sindrómicos presentan situaciones de desnutri-
ción moderada/grave.
336 Manual de endocrinología pediátrica
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– OMIM® is authored and edited at the McKusick-Nathans Institute of Genetic Medi-
cine, Johns Hopkins University School of Medicine, under the direction of Dr. Ada
Hamosh http://www.ncbi.nlm.nih.gov/omim/
– ORPHANET (base de datos de enfermedades raras) www.orpha.net
– Warman ML, Cormier-Daire V, Hall C, Krakow D, Lachman R, LeMerrer M, et al. Noso-
logy and classification of genetic skeletal disorders: 2010 revision. Am J Med Genet.
2011; 155: 943-68.
capítulo 21
.../...
Manual de endocrinología pediátrica
Principio activo Compañía farmacéutica Nombre comercial Presentaciones
Antidiabéticos orales- Novo Nordisk NovonNorm® Comp 0,5 mg, 1 mg y 2 mg (env 90)
meglitinidas (repaglidina) Genérico Repaglidina EFG® Comp 0,5 mg, 1 mg y 2 mg (env 90)
Antidiabéticos orales- Sanofi Aventis Daonil® Comp 5 mg (env 30 y 100)
sulfonilureas Roche Euglucon® Comp 5 mg (env 100)
(glibenclamida) Generfarma Glucolon® Comp 5 mg (env 30 y 100)
Rottapharm Norglicem 5® Comp 5 mg (env 100)
Antihipertensivos: antagonistas Genérico Losartán EFG® Comp 12,5 mg (env 7), comp 25 mg (env 28),
del receptor de angiotensina II comp 50 mg (env 28) y comp 100 mg (env 28)
Fármacos en endocrinología pediátrica
Antihipertensivos: inhibidores Genérico Enalapril EFG® Comp 2,5 mg (env 10), comp 5 mg (env 60),
de la enzima conversora comp 10 mg (env 60) y comp 20 mg (env 28)
de angiotensina
β-bloqueante cardioselectivo: Genérico Atenolol EFG® Comp 50 y 100 mg (env 30 y 60)
atenolol Astra Zeneca Tenormin® Amp 5 mg/10 ml (env 5)
Comp 50 mg (env 30 y 60) comp 100 mg (env 60)
Sumial® Amp 5 mg/5 ml
propranolol Comp 10 y 40 mg (env 50)
β-bloqueante no cardioselectivo: Icaro
.../...
341
342
Principio activo Compañía farmacéutica Nombre comercial Presentaciones
Calcio, gluconato (i.v.) Braun Med Suplecal® Amp 10% 10 ml (9,2 mg C/ml)
Calcio, carbonato (oral) Ern Caosina® Sobres 2,5 gramos (eq 1 g Ca, 24 sobres)
Sobres 2,5 gramos (eq 1 g Ca, 60 sobres)
Farmasierra Carbocal® 1,5 gramos, 60 comprimidos masticables (eq 600 mg C)
Nycomed Pharma Mastical® 1,25 gramos, 60 y 90 comprimidos masticables
(eq 500 mg Ca)
Italfarmaco Natecal® 1,5 gramos, 20 y 60 comprimidos masticables
(eq 600 mg Ca)
Calcio, carbonato+ Novartis Cons Calcium Sandoz Forte® 500 mg, 30 y comprimidos efervescentes
lactoglutonato (oral) (eq 500 mg Ca)
Calcitonina Almirall Calcitotina Almirall® Amp 100 UI/1 ml (env 10)
Meda Calcitonina Hubber® Amp 100 UI/ 1ml (env 10)
Merck Ospor® Nasal 200 UI/nebul (env 14, env 28 dosis)
Sanofi Aventis Calsynar® Vial 50 UI (env 10)
Vial 100 UI (env 1, env 10)
Novartis Farm Miacalcic® Amp 100 UI/1 ml (env 10)
Nasal spray 200 UI/nebul 2 ml (env 2 x 28 dosis)
Calcitriol (1-25-(0H)2-D3) Teva Calcitriol Teva EFG® Amp 1 µg/1 ml (env 25)
Roche Rocaltrol® 0,25 µg, 20 cápsulas
0,50 µg, 20 cápsulas
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Manual de endocrinología pediátrica
Principio activo Compañía farmacéutica Nombre comercial Presentaciones
Carbimazol Ferrer Intern Neo Tomizol® Comp 5 mg (env 50)
Carnitina Sigma Tau Carnicor® Sol 1,5 g/5 ml (fras 40 ml)
Vial 1 g/5 ml (env 10)
Vial beb 1 g/10 ml (env 10)
Normon Secabiol® Gotas 300 mg/ml (fras 40 ml)
Colecalciferol (Vitamina D3) Kern Pharma Vitamina D3 Kern Pharma® Sol oleosa 2.000 UI/ml (envase 10 ml)
Pharma Internacional Vitamina D3 BON® Amp 200.000 UI/ml (envase 1 ml)
(medicación extranjera)
Desmopresina Ferring Minurin® Amp 4 mcg/1 ml (env 10)
Gotas nasales sol 100 mcg/ml (fras 2,5 ml)
Fármacos en endocrinología pediátrica
.../...
343
344
Principio activo Compañía farmacéutica Nombre comercial Presentaciones
Estradiol vía transdérmica Novartis Farm Estraderm Matrix® “25 µg/24 horas” parche transdérmico (env 8)
“50 µg/24 horas” parche transdérmico (env 8)
“100 µg/24 horas” parche transdérmico (env 8)
Novartis Farm Estradot® “25 µg/24 horas” parche transdérmico (env 8)
“37,5 µg /24 horas” parche transdérmico (env 8)
“50 µg /24 horas” parche transdérmico (env 8)
“75 µg /24 horas” parche transdérmico (env 8)
Jansen-Cilag Evopad® “25 µg/24 horas” parche transdérmico (env 8)
“50 µg/24 horas” parche transdérmico (env 8)
“75 µg/24 horas” parche transdérmico (env 8)
“100 µg/24 horas” parche transdérmico (env 8)
Seid Oestrocalcin® Gel 0,06% (tubo 80 gramos)
Ezetimiba Rovi Absorcol® Comp 10 mg (env 28)
MS&D Ezetrol® Comp 10 mg (env 28)
Fibratos Genérico Fenofibrato EFG® Caps 200 mg (env 30)
Comp recub 160 mg (env 30)
Bezafibrato EFG® Comp recub 200 mg (env 60)
Fludrocortisona Merck Astonin Merck® Comp 0,1 mg (env 40)
(9-α-fluorhidrocortisona)
.../...
Manual de endocrinología pediátrica
Principio activo Compañía farmacéutica Nombre comercial Presentaciones
Fósforo intravenoso Fórmula magistral Fosfato potásico 1 M Amp 10 ml (1 ml = 1 mEq), 10 ml = 309 mg
fósforo y 10 mmol de fósforo
Fósforo oral Pharma LTD Fosfato Sandoz Forte® 500 mg de fósforo elemento, 20 comprimidos
Glucagón Novo Nordisk Glucagen Hypokit® Vial 1 mg + jer 1 ml (env 1 + 1)
Gonadotrofina coriónica Medicación extranjera (Serono) HCG-Gonasi HP® Viales 1.000, 2.500 UI
humana (HCG)
Gonadotrofina menopaúsica Angelini HMG-Lepori® Vial + amp 75/75 UI (env 1 + 1)
humana (HMG) Vial + amp 75/75 UI (env 10 + 10)
Ferring Menopur® Amp 75 UI (env 5, env 10)
Fármacos en endocrinología pediátrica
.../...
345
Principio activo Compañía farmacéutica Nombre comercial Presentaciones
346
.../...
Manual de endocrinología pediátrica
Principio activo Compañía farmacéutica Nombre comercial Presentaciones
Ferring Zomacton® 4 mg (env 5 + 5)
10 mg (env 1 + 1)
Insulina de acción rápida Novo Nordisk Actrapid® Vial 100 UI/ml (env 1)
(regular) Actrapid Innolet® Plum prec 100 UI/ml 3 ml (env 5)
Lilly Humulina Regular® Vial 100 UI/ml 10 ml (env 1)
Insulina de acción ultrarrápida Novo Nordisk NovoRapid Flexpen® Plum prec 100 UI/ml 3 ml (env 5)
(aspart, lispro, glusulina) Lilly Humalog® Vial 100 UI/ml 10 ml (env 1)
Humalog KwikPen® Plum prec 100 UI/ml 3 ml (env 5)
Sanofi Aventis Apidra SoloStar® Cartuchos 100 UI/ml 3 ml (env 5)
Fármacos en endocrinología pediátrica
Insulina de acción intermedia Lilly Humulina NPH® Vial 100 UI/ml 10 ml (env 1)
(NPH: insulina protamina) Humulina NPH KwikPen® Plum prec 100 UI/ml 3 ml (env 6)
Novo Nordisk Insulatard® Vial 100 UI/ml 10 ml (env 1)
Insulatard Flexpen® Plum prec 100 UI/ml 3 ml (env 5)
Insulina de acción lenta Novo Nordisk Levemir® Plum prec 100 UI/ml 3 ml Flexpen (env 5)
(detemir, glargina) Plum prec 100 UI/ml 3 ml Innolet (env 5)
Sanofi Aventis Lantus® Cart 100 UI/ml 3 ml (env 5)
Plum prec 100 UI/ml 2 ml Solostar (env 5)
Vial 100 UI/ml 10 ml
Iodo inorgánico Fórmula magistral Solución de lugol Sol (5 g I/10 g KI)/100 ml (formula magistral)
Recordati Esp Yoduk® Comp 100 µg (env 50)
Comp 200 µg (env 50)
Fórmula magistral Yoduro potásico Got 625 mg/ml (fras 30 ml)
.../...
347
Principio activo Compañía farmacéutica Nombre comercial Presentaciones
348
INTRODUCCIÓN
El objetivo fundamental de este capítulo consiste en describir los
valores de normalidad de las hormonas, proteínas, iones y anticuerpos
de uso habitual en Endocrinología Pediátrica. Nótese que en la parte infe-
rior de cada parámetro figura el método por el que se determina, elegi-
do por presentar la determinación de los controles externos más habi-
tuales, los valores adecuados (media o mediana) y por ser uno de los más
utilizados y/o referenciados. El volumen de muestra oscila entre 5-20 µl
en los parámetros con niveles séricos altos o métodos de quimiolumi-
niscencia hasta 100-200 µl con técnicas de determinación clásicas. La
realización de este capítulo ha requerido un enorme esfuerzo de sínte-
sis que debe ser tenido en consideración, pues, en ocasiones, unos labo-
ratorios emplean otra metodología y, en otras, los métodos requieren ser
validados. Por consiguiente, los datos aquí reflejados son válidos con las
consideraciones efectuadas.
EJE SOMATOTROPO
IGF-I (ng/ml)
353
354 Manual de endocrinología pediátrica
IGFBP-3 (ng/ml)
ALS (µg/ml)
GHBP (pmol/L)
GH post-estímulo
GH (ng/ml)
Respuesta normal ≥10
Deficiencia parcial 5-9,9
Deficiencia completa <5
Tipo de muestra: suero, plasma con EDTA
Método: quimioluminiscencia
Valores hormonales de normalidad 355
EJE SUPRARRENAL
ACTH
ACTH (pg/ml)
Tanner I
– Sangre de cordón (28,0)-326,8
– A los 3 días 9,4-158,4
– 4-30 días 15,7-96,9
– 1-6 meses (8,0)-121,2
– 6 meses-4 años 2,5-54,3
– 4-7 años (11,1)-70,8
– 7-10 años (10,5)-59,8
– 10-14 años (12,5)-54,4
Tanner II (9,2)-68,7
Tanner III 5,8-76,8
Tanner IV-V 6,1-54,7
Tipo de muestra: plasma con EDTA
Método: IRMA
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5. (Los valores entre
paréntesis reflejan el valor mínimo observado, ya que percentil 2,5 es negativo)
Cortisol
Cortisol (µg/dl)
Post-estímulo
Basal 250 (µg ACTH)
Varones Mujeres Varones Mujeres
<1 año 3-21 4-23 32-40 32-60
1-5 años 6-25 7-19 22-37 24-40
6-12 años (Tanner I) 6-15 3-12 22-27 17-28
Tanner II-III 4-13 4-16 15-45 16-32
Tanner IV-V 5-15 5-15 18-27 18-35
Tipo de muestra: suero, plasma con EDTA
Método: RIA
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
17-hidroxiprogesterona
17-hidroxiprogesterona (ng/dl)
Post-estímulo
Basal 250 (µg ACTH)
Varones Mujeres Varones Mujeres
<1 año 11-173 13-106 108-467 85-207
1-5 años 4-114 5-90 65-269 50-353
6-12 años (Tanner I) 14-69 7-56 115-197 75-218
Tanner II-III 12-131 18-220 69-313 88-423
Tanner IV-V 51-190 36-197 105-230 80-226
Tipo de muestra: suero, plasma con EDTA
Método: RIA
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
Dehidroepiandrosterona sulfato
DHEA-S (ng/ml)
Post-estímulo
Basal 250 (µg ACTH)
Varones Mujeres Varones Mujeres
<1 año 15-298 34-870 50-369 39-870
1-5 años 8-141 17-157 8-165 14-180
6-12 años (Tanner I) 8-180 55-486 8-235 63-455
Tanner II-III 102-933 78-1.067 78-918 110-1.356
Tanner IV-V 329-2.140 188-1.873 345-1.976 220-1.795
Tipo de muestra: suero, plasma con EDTA
Método: RIA
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
Δ4-androstendiona
Δ4-androstendiona (ng/dl)
Post-estímulo
Basal 250 (µg ACTH)
Varones Mujeres Varones Mujeres
<1 año 6-54 12-78 21-139 26-105
1-5 años 5-51 5-15 12-68 16-39
6-12 años (Tanner I) 7-24 17-68 12-46 26-98
Tanner II-III 17-82 43-176 29-88 58-230
Tanner IV-V 57-151 73-221 78-215 91-319
Tipo de muestra: suero, plasma con EDTA
Método: RIA
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
Valores hormonales de normalidad 357
EJE TIROTROPO
T4 libre
T4 libre (ng/dl)
Tanner I
– Sangre de cordón 0,77-1,83
– A los 3 días 1,69-4,09
– 4-30 días 1,16-2,50
– 1-6 meses 0,62-2,46
– 6 meses-4 años 0,89-1,87
– 4-7 años 0,96-1,86
– 7-10 años 0,82-1,76
– 10-14 años 0,75-1,85
Tanner II 0,76-1,7
Tanner III 0,66-1,60
Tanner IV-V 0,79-1,49
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
T4 total
T4 libre (µg/dl)
Tanner I
– Sangre de cordón 0,44-1,18
– A los 3 días 1-1,98
– 4-30 días 0,74-1,44
– 1-6 meses 0,49-1,47
– 6 meses-4 años 0,48-1,02
– 4-7 años 0,52-1,06
– 7-10 años 0,47-0,97
– 10-14 años 0,46-0,96
Tanner II 0,45-0,95
Tanner III 0,39-0,89
Tanner IV-V 0,46-0,82
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
358 Manual de endocrinología pediátrica
T3 total
T3 total (ng/dl)
Tanner I
– Sangre de cordón 0,42-0,92
– A los 3 días 0,60-1,94
– 4-30 días 0,82-2,12
– 1-6 meses 1,12-2,34
– 6 meses-4 años 0,75-2,05
– 4-7 años 1-1,78
– 7-10 años 0,84-1,82
– 10-14 años 0,90-1,76
Tanner II 0,85-2,07
Tanner III 0,81-1,83
Tanner IV-V 0,89-1,71
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
T3 libre
T3 libre (pg/ml)
– 4-7 días 1,3-6,1
– 1-4 semanas 2,2-8
– 1-12 meses 2,5-7
– 1-5 años 2,8-5,2
– 6-10 años 2,8-5,2
– 11-15 años 2,9-5,6
– 16-20 años 2,4-5
– 21-50 años 2,1-4,4
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
Valores hormonales de normalidad 359
TSH
TSH (µUI/ml)
Tanner I
– Sangre de cordón 0,21-17,19
– A los 3 días 1,68-11,40
– 4-30 días 0,01-3,48
– 1-6 meses 0,01-8,80
– 6 meses-4 años 0,01-5,50
– 4-7 años 0,57-4,13
– 7-10 años 0,41-3,67
– 10-14 años 0-4,51
Tanner II 0,14-4,10
Tanner III 0,35-3,53
Tanner IV-V 0,35-4,47
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
Tiroglobulina
Tiroglobulina (ng/ml)
Tanner I
– Sangre de cordón 0-108
– A los 3 días 17,8-223
– 4-30 días 0-112
– 1-6 meses 0-95
– 6 meses-4 años 0-48
– 4-7 años 4-35
– 7-10 años 0-32
– 10-14 años 0-26
Tanner II 0-26
Tanner III 0-25
Tanner IV-V 0-22
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
360 Manual de endocrinología pediátrica
EJE GONADOTROPO
Inhibina B (varones)
Inhibina B (pg/ml)
– <15 días 75-540
– 15-30 días 110-575
– 1 a 3 meses 125-570
– 4 a 8 meses 70-350
– 9 a 36 meses 30-220
– 3 a 7 años 6-98
– 8 a 10 años 17-240
– 11 a 14 años 64-300
– 15 a 25 años 133-330
Tipo de muestra: suero
Método: ELISA
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
AMH (ng/ml)
– <15 días 10-53
– 15-30 días 25-154
– 1 a 3 meses 36-162
– 4 a 8 meses 37-168
– 9 a 36 meses 39-168
– 3 a 7 años 16-165
– 8 a 10 años 13-135
– 11 a 14 años 9-82
– 15 a 25 años 1,5-50
Tipo de muestra: suero
Método: ELISA
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
Valores hormonales de normalidad 361
Testosterona
Testosterona (ng/ml)
Varones Mujeres
Sangre de cordón 0,17-0,61 0,16-0,44
1 a 30 días 0,10-2,91 ≤0,24
1 a 3 meses 0,7-2,4 ≤0,17
3-5 meses 0,2-2 ≤0,12
5-7 meses ≤0,59 ≤0,13
7-12 meses ≤0,16 ≤0,11
Tanner I 0,02-0,23 0,02-0,1
Tanner II 0,05-0,7 0,05-0,3
Tanner III 0,15-2,8 0,15-0,4
Tanner IV 1-5,4 0,15-0,4
Tanner V 2,6-8 0,1-0,4
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95 (en ocasiones sólo aparece
< percentil 95)
17-β-estradiol
17-β-estradiol (pg/ml)
Niños Niñas
Tanner I 3-15 5-10
Tanner II 3-10 5-115
Tanner III 5-15 5-180
Tanner IV 3-40 25-345
Tanner V 15-45 25-410
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
Hormona luteinizante
LH (IU/L)
Niños Niñas
2 semanas 4,85-10,02 0,29-7,91
1-18 meses 0,04-3,01 0,02-1,77
Tanner I 0,02-0,42 0,01-0,21
Tanner II 0,26-4,84 0,27-4,12
Tanner III 0,64-3,74 0,17-4,12
Tanner IV 0,55-7,15 0,72-15,01
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
362 Manual de endocrinología pediátrica
Hormona folículoestimulante
FSH (IU/L)
Niños Niñas
2 semanas 1,22-5,19 2,09-30,45
1-18 meses 0,19-2,97 1,14-14,35
Tanner I 0,22-1,92 0,50-2,41
Tanner II 0,72-4,60 1,73-4,68
Tanner III 1,24-10,37 2,53-7,04
Tanner IV 1,70-10,35 1,26-7,37
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
Dihidrotestosterona (varones)
DHT (ng/ml)
Tanner I <5 ng/dl
Tanner II 3-33 ng/dl
Tanner III-IV 22-75 ng/dl
Tipo de muestra: suero
Método: RIA
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
Prolactina (ng/ml)
<20
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil <95
Adiponectina (µg/ml)
Varones Mujeres
Tanner I 10,62-21,78 11,46-19,76
Tanner II 12,02-21,94 9,54-23,94
Tanner III + IV 6,57-20,21 11,74-24,22
Tanner V 7,18-16,98 13,15-23,53
Tipo de muestra: suero/plasma
Método: inmunoensayo múltiple en suspensión
Valores expresados como percentil 15 y percentil 85
Fármacos en endocrinología pediátrica 363
Glucosa (mmol/L)
4,5-5,9
Tipo de muestra: suero
Método: Abbott AxSYM
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
Insulina (µU/ml)
4-11
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
Índice HOMA
<3,5 en prepuberales
<4,5 en puberales
Valores expresados como percentil <95
Leptina
Leptina (ng/ml)
Varones Mujeres
Tanner I 1,18-6,66 1,21-8,43
Tanner II 1,35-6,93 3,05-8,45
Tanner III + IV 3,63-9,11 7,25-15,59
Tanner V 3,06-9,30 7,85-16,45
Tipo de muestra: suero/plasma
Método: inmunoensayo múltiple en suspensión
Valores expresados como percentil 15 y percentil 85
364 Manual de endocrinología pediátrica
METABOLISMO FOSFO-CÁLCICO
Paratohormona (pg/ml)
9-60
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
25-OH-vitamina D (ng/ml)
20-50
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
1,25-OH-vitamina D (pg/ml)
21-71
Tipo de muestra: suero
Método: HPLC
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
Fósforo (mg/dl)
4-7
Tipo de muestra: suero/plasma con heparina de litio
Método: método cinético a tiempo fijo
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
Magnesio (mg/dl)
1,7-2,6
Tipo de muestra: suero/plasma con heparina de litio
Método: método cinético de punto final a tiempo fijo
Valores expresados como percentil 5 y percentil 95
INMUNIDAD
Tipo de muestra: suero/plasma con heparina.
MISCELÁNEA
Alfa-fetoproteína (ng/ml)
<10
Tipo de muestra: suero/plasma con heparina
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil <95
Valores hormonales de normalidad 367
Amonio (µmol/L)
Recién nacidos: <100
>1 mes: <60
Tipo de muestra: plasma con heparina
Método: cinético de punto final a tiempo fijo
Valores expresados como percentil <95
β-HCG (IU/L)
<5
Tipo de muestra: suero
Método: quimioluminiscencia
Valores expresados como percentil <5
β-hidroxibutirato (mg/dl)
0,25-3,05
Tipo de muestra: sangre total con EDTA
Método:espectrofotometría en tira reactiva (Optium Xceed- Abott)
Valores expresados en: percentil 5 y percentil 95
HDL
HDL (mmol/L)
Varones Mujeres
0,93-2,08 0,93-1,86
Tipo de muestra: suero
Método: Colorimétrico directo
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
368 Manual de endocrinología pediátrica
Hierro
Hierro (µmol/ml)
Edad
0,5-11 5,0-28
12-18 5,0-34
Tipo de muestra: suero
Método: colorimétrico directo
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
LDL
LDL (mmol/L)
Varones Mujeres
1,36-4,00 1,40-3,90
Tipo de muestra: suero
Método: Friedewald
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
Proteína total
Proteína total (mg/ml)
66-80
Tipo de muestra: suero
Método: colorimétrico directo
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
Transferrina
Transferrina (mg/ml)
Edad Varones Mujeres
0,5-11 2,1-3,5 2,1-3,5
12-18 2,4-3,8 2,4-4,3
Tipo de muestra: suero
Método: inmunoturbidimétrico
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
Triglicéridos
Triglicéridos (mmol/L)
Varones Mujeres
0,4-1,9 0,5-2,1
Tipo de muestra: suero
Método: enzimático
Valores expresados como percentil 2,5 y percentil 97,5
Valores hormonales de normalidad 369
BIBLIOGRAFÍA
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capítulo 23
371
372 Manual de endocrinología pediátrica
en una muestra de 6.443 sujetos (3.496 niñas y 2.947 niños), de edades com-
prendidas entre 0 y 18 años.
En 2008 se ha publicado el denominado Estudio Transversal Espa-
ñol de Crecimiento 2008 resultante de la fusión de los estudios transver-
sales realizados en Andalucía, Barcelona, Bilbao y Zaragoza. De la fusión
de estos estudios transversales, se ha dado origen a dos estudios comple-
mentarios. En efecto, el primero incluye el crecimiento fetal, valorando
la longitud y el peso de 9.362 (4.884 niños y 4.478 niñas) recién nacidos
de origen caucásico y de gestación única de 26 a 42 semanas de gesta-
ción, nacidos en los hospitales Miguel Servet de Zaragoza y Vall d’Hebron
de Barcelona entre los años 1999-2002, confirmando el dimorfismo sexual
para el peso y la longitud y la aceleración secular, cuantitativamente mayor
en pretérminos. El segundo, constituye el crecimiento postnatal, desde el
nacimiento hasta la talla adulta, incluyendo 32.064 sujetos (16.607 varo-
nes y 15.457 mujeres) sanos, de raza caucásica, de padres de origen espa-
ñol, que fueron valorados entre los años 2000 y 2004. Los autores expre-
san la confirmación de la aceleración secular del crecimiento en ambos
sexos, comparados con estudios previos efectuados en nuestro medio.
Estos datos indican que la talla media adulta, en ambos sexos, es simi-
lar a la establecida en estudios longitudinales y transversales anteriores
en nuestro medio, así como a la de otros estudios internacionales (P50 en
torno a 177 cm en varones y a 163,8 cm en mujeres); sin embargo, mues-
tran un incremento del peso en relación a la talla para los valores del índi-
ce de masa corporal (IMC), correspondientes a los percentiles superiores
al 75, siendo aún más marcado para el percentil 97.
Más recientemente, se ha publicado el Estudio Transversal Español de
Crecimiento 2010, en el que definitivamente se incluye población de Madrid.
En él se incluye un seguimiento desde el nacimiento hasta los 22 años de
edad (n=38.461: 19.975 varones y 18.486 mujeres).
Por consiguiente, puede afirmarse que desde la década de los 80 has-
ta el año 2008, nuestro país ha sido fructífero en la generación de curvas
de crecimiento mediante estudios longitudinales y transversales.
En opinión de estos autores, las consideraciones más relevantes res-
pecto a las curvas de crecimiento en España, son las que siguen:
1. Los estudios auxológicos más importantes efectuados en sujetos
de raza caucásica en España han sido los dirigidos por el Prof. Hernán-
dez Rodríguez, el Prof. Carrascosa Lezcano y el Dr. Ángel Ferrández Lon-
gás.
2. Las tablas del estudio longitudinal dirigido por el Prof. Hernández, con
la participación muy activa de las Dras. Sobradillo y Sánchez, siguen
siendo las más relevantes para el seguimiento del crecimiento de
un niño de raza caucásica, de padres de origen español, en particular
en lo que a la longitud y talla postnatales se refiere, disponiendo de
curvas de velocidad de crecimiento adecuadas. El estudio transversal
desarrollado por la Dra. Sobradillo sobre el anterior modelo longitu-
dinal en la provincia de Vizcaya, complementa el estudio longitudinal
anterior para dicha población de referencia en el año 2002.
Curvas de crecimiento españolas 373
BIBLIOGRAFÍA
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374 Manual de endocrinología pediátrica
Fecha
Recién Nacimiento:
1er Apellido:
Nombre:
26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42
55 55
97
54 54
90
53 53
75
52 Longitud (cm) 52
50
51 51
25
50 50
49 10 49
48 3 48
47 47
46 4.700
4.600
45 4.500
97 4.400
44 4.300
4.200
90
43 4.100
4.000 4.000
42 75 3.900
3.800
41 3.700
50 3.600
40 3.500 3.500
3.400
25
39 3.300
3.200
38 10 3.100
3.000 3.000
37 3 2.900
2.800
36 2.700
2.600
35 2.500 2.500
2.400
34 2.300
2.200
33 2.100
2.000 2.000
32 1.900
1.800
31 1.700
1.600
1.500 1.500
1.400 1.400
1.300 1.300
1.200 1.200
1.100 1.100
1.000
900
Peso (g) 1.000
900
800 800
700 700
600 600
500 500
26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42
Carrascosa A., Ferrández A., Yuste D., García-Dihinx J., Romo A., Copil A., Almar J., Salcedo S., Gussinyé M., Baguer L.
An Pediatr (Barc) 2008; 68: 544-51.
Curvas de crecimiento españolas 375
Fecha
Recién Nacimiento:
1er Apellido:
Nombre:
26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42
55 55
54 54
97 53
53
90
52 Longitud (cm) 52
75
51 51
50
50 50
25
49 49
10
48 48
3
47 47
46 4.700
4.600
45 4.500
4.400
44 4.300
97 4.200
43 4.100
4.000 4.000
42 90 3.900
3.800
41 75 3.700
3.600
40 3.500 3.500
50 3.400
39 3.300
25 3.200
38 3.100
3.000 10 3.000
37 2.900
3 2.800
36 2.700
2.600
35 2.500 2.500
2.400
34 2.300
2.200
33 2.100
2.000 2.000
32 1.900
1.800
31 1.700
1.600
1.500 1.500
1.400 1.400
1.300 1.300
1.200 1.200
1.100 1.100
1.000
900
Peso (g) 1.000
900
800 800
700 700
600 600
500 500
26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42
Carrascosa A., Ferrández A., Yuste D., García-Dihinx J., Romo A., Copil A., Almar J., Salcedo S., Gussinyé M., Baguer L.
An Pediatr (Barc) 2008; 68: 544-51.
376 Manual de endocrinología pediátrica
NIÑOS: 0 a 2 años
LONGITUD
PESO
3 6 9 12 15 18 21 24
cm cm
LONGITUD 97
90 90
90
75
85 50 85
25
10
80 3 80
75
70
kg
65 18
17
60
16
55 97 15
90 14
50
75 13
45 50
12
25
40 11
10
kg 3 10
9 9
8 8
7 7
6 6
PESO
5 5
4 4
3 EDAD MESES 3
2 2
0 3 6 9 12 15 18 21 24
NIÑAS: 0 a 2 años
LONGITUD
PESO
3 6 9 12 15 18 21 24
cm cm
LONGITUD
90 97 90
90
85 75
85
50
25
80 10 80
3
75
70
kg
18
65
17
60
16
55 15
97
14
50 90
13
75
45 12
50
25 11
40
10
kg 10
3
9 9
8 8
7 7
6 6
PESO
5 5
4 4
3 EDAD (meses) 3
2 2
0 3 6 9 12 15 18 21 24
NIÑOS: 2 a 18 años
TALLA-PESO
cm 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 cm
190 190
TALLA 97
90
180 75
180
50
25
170 170
10
3
160 160
150 150
140 140
kg
130 90
97
85
120
90 80
110
75
75
100 70
50
65
90
25 60
80
10 55
kg
3 50
50
45 45
40 40
35 35
30 30
25 25
PESO
20 20
15 15
EDAD (a os)
10 10
2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
NIÑOS: 0 a 18 años
INCREMENTO DE PESO
INCREMENTO DE TALLA
0 1 2 3 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
30 13 13
Δ TALLA
97
29 12 12
28
Δ PESO
90
11 11
27
26 10 10
75
25 9 9
24 50
VELOCIDAD (kg/a o)
8 8
23
7 7
22 25
21 6 6
20 5 10
5
19
4 4
18
17 3 3
16 2 2
15
1 3 1
14
0 EDAD (a os) 0
13
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
12 12
11 11
10 10
9 9
8 8
VELOCIDAD (cm/a o)
7 7
6 6
5 5
4 4
97
3 90 3
75
2 50 2
25
1 10
1
EDAD (a os)
3
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
NIÑAS: 2 a 18 años
TALLA-PESO
cm 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 cm
190 190
TALLA
180 180
97
170 90
170
75
160 50 160
25
10
150 3 150
140 140
kg
130 90
85
120
80
110
75
100 70
97
65
90 90
60
80 75
55
kg 50
50 25 50
45 10 45
3
40 40
35 35
30 30
25 25
PESO
20 20
15 15
EDAD (a os)
10 10
2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
NIÑAS: 0 a 18 años
INCREMENTO DE PESO
INCREMENTO DE TALLA
0 1 2 3 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
30 13 13
Δ TALLA
29 12 12
28
11 Δ PESO 11
27
26 10 10
25 9 9
24
VELOCIDAD (kg/a o)
8 8
23 97
7 7
22
90
21 6 6
20 5 75 5
19
4 4
18 50
17 3 3
25
16 2
2
15 10
1 1
14
0 EDAD (a os) 3 0
13
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
12 12
11 11
10 10
9 9
8 8
VELOCIDAD (cm/a o)
7 7
6 6
5 97 5
90 4
4
75
3 3
50
2 2
25
1 10 1
EDAD (a os)
3
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
Carrascosa A, Fernández JM, Fernández M, López-Siguero JP, López D, Sánchez E, y Grupo Colaborador.
Estudios españoles de crecimiento 2010 [consultado 27/9/2010].
Disponible en: http://www.aeped.es/noticias/estudios-espanolescrecimiento- 2010.
Curvas de crecimiento españolas 383
Carrascosa A, Fernández JM, Fernández M, López-Siguero JP, López D, Sánchez E, y Grupo Colaborador.
Estudios españoles de crecimiento 2010 [consultado 27/9/2010].
Disponible en: http://www.aeped.es/noticias/estudios-espanolescrecimiento- 2010.
384 Manual de endocrinología pediátrica
Carrascosa A, Fernández JM, Fernández M, López-Siguero JP, López D, Sánchez E, y Grupo Colaborador.
Estudios españoles de crecimiento 2010 [consultado 27/9/2010].
Disponible en: http://www.aeped.es/noticias/estudios-espanolescrecimiento- 2010.
Curvas de crecimiento españolas 385
Carrascosa A, Fernández JM, Fernández M, López-Siguero JP, López D, Sánchez E, y Grupo Colaborador.
Estudios españoles de crecimiento 2010 [consultado 27/9/2010].
Disponible en: http://www.aeped.es/noticias/estudios-espanolescrecimiento- 2010.
386 Manual de endocrinología pediátrica
NIÑOS: 0 a 18 años
ÍNDICE DE MASA
CORPORAL (kg/m2)
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
kg/m2 kg/m2
29 29
28 28
97
ŒNDICE DE MASA CORPORAL (kg/m2)
27 27
26 90 26
25 25
24 75 24
23 23
22 22
50
21 21
20 20
25
19 19
18 18
10
17 17
16 16
3
15 15
14 14
13 13
12 12
11 11
10 10
EDAD (a os)
9 9
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
NIÑAS: 0 a 18 años
ÍNDICE DE MASA
CORPORAL (kg/m2)
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 kg/m2
kg/m2
26 26
97
25 25
ŒNDICE DE MASA CORPORAL (kg/m2)
24 24
90
23 23
75
22 22
21 50 21
20 20
25
19 19
18 10 18
17 17
3
16 16
15 15
14 14
13 13
12 12
11 11
10 10
EDAD (a os)
9 9
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
NIÑOS: 0 a 2 años
PERÍMETRO CRANEAL
cm 3 6 9 12 15 18 21 24 cm
55 55
PERŒMETRO EDAD (meses)
CRANEAL 97
95
75
55 50
50
25
10
3
45 45
40 20
35
30
NIÑAS: 0 a 2 años
PERÍMETRO CRANEAL
cm 3 6 9 12 15 18 21 24 cm
55 55
PERŒMETRO EDAD (meses)
CRANEAL
97
55 95
50
75
50
25
10
45 3 45
40 20
35
30