Historia Del Magnetismo

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Magnetismo.

Historia del magnetismo.


El ser humano conoce el magnetismo desde épocas tempranas. Sus efectos fueron descritos
en la antigüedad griega por Tales de Mileto (625-545 a.C.) y otros filósofos parecidos,
quienes notaron que ciertas piedras provenientes de la ciudad de Magnesia del Meandro
(Asia menor) atraían el hierro. De allí proviene el nombre magnetismo.
De algún modo el ser humano logró desde temprano comprender el magnetismo terrestre,
usándolo en la fabricación de brújulas hacia el siglo XII, antes del surgimiento como tal de
las ciencias que luego se avocarían al estudio de este fenómeno.
El primer tratado propiamente formal del magnetismo fue escrito en el siglo XIII por el
francés Peter Peregrinus de Maricourt, preludio a los de futuros estudios científicos de
William Gilbert (1600) y sobre todo Hans Christian Orsted (1820), quien descubrió que el
magnetismo no se limitaba únicamente a los imanes, sino que tenía un vínculo estrecho con
la corriente eléctrica.
Esto abrió la puerta para que André-Marie Ampère, Carl Friedrich Gauss, Michael Faraday
y otros inauguraran el campo del electromagnetismo, y luego James Clerk Maxwell lo
determinara a través de su célebre conjunto de ecuaciones
Imán.
El imán es un cuerpo o dispositivo con un magnetismo significativo, de forma que atrae a
otros imanes o metales ferromagnéticos (por ejemplo, hierro, cobalto, níquel y aleaciones
de estos). Puede ser natural o artificial y también los materiales pueden ser paramagnéticos,
que son atraídos débilmente, como el magnesio, el platino, el aluminio, entre otros, o
diamagnéticos, los que no se atraen, como el grafito de carbono, oro, plata, plomo y
bismuto.
Los imanes solo funcionan con algunos metales, como el hierro y el acero. Por eso se dice
que los imanes tienen un campo Magnético. Los imanes tienen dos polos. El polo sur y el
polo norte. Los polos iguales se repelen, pero los polos opuestos se atraen.

Tipos de imanes.
Los imanes pueden ser naturales o artificiales, o bien, permanentes o temporales. Un imán
natural es un mineral con propiedades magnéticas (magnetita). Un imán artificial es un
cuerpo de material ferromagnético al que se le ha inducido un campo electromagnético. Un
imán permanente está fabricado en acero imantado. Un imán temporal, pierde sus
propiedades una vez que cesa la causa que provoca el magnetismo. Un electroimán es una
bobina (en el caso mínimo, una espiral) por la cual circula corriente eléctrica.
Magnetismo.

Imanes naturales: la magnetita es un potente imán natural, tiene la propiedad de atraer todas
las sustancias magnéticas. Su característica de atraer trozos de hierro es natural. Está
compuesta por óxido de hierro. Las sustancias magnéticas son aquellas que son atraídas por
la magnetita.
Imanes artificiales permanentes: las sustancias magnéticas que, al frotarlas con la
magnetita, se convierten en imanes, y conservan durante mucho tiempo su propiedad de
atracción.
Imanes artificiales temporales: aquellos que producen un campo magnético solo cuando
circula por ellos una corriente eléctrica. Un ejemplo es el electroimán.
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