Biblioteca de Alejandria
Biblioteca de Alejandria
Biblioteca de Alejandria
No se sabe con exactitud cuántas obras componían su fondo, pero se estima que albergaba
entre 30000 y 700000 volúmenes literarios, académicos y religiosos.
La biblioteca de Alejandría fue más que un repositorio de obras, y durante siglos constituyó un
destacado centro de actividad intelectual. Su influencia se hizo sentir en el mundo helénico, no
solo a través de la puesta en valor del conocimiento escrito, que condujo a la creación de otras
bibliotecas y a la proliferación de manuscritos, sino también a través de la labor de sus
eruditos en numerosas áreas del conocimiento. Las teorías y modelos desarrollados por la
Comunidad de la biblioteca continuaron influyendo en la ciencia, la literatura y la filosofía
hasta por lo menos el renacimiento. Su legado ha tenido efectos que llegan hasta nuestros días
y puede considerarse un arquetipo de la biblioteca universal, del ideal de la conservación del
conocimiento y de la fragilidad de ese conocimiento. La biblioteca y el Museiou han
contribuido a demostrar que la investigación académica puede contribuir a resolver los
problemas prácticos y las necesidades materiales de la sociedad y los gobiernos.
Para ordenar todos los pergaminos se creó un sistema, precursor de nuestros modernos
catálogos. Se ordenaron por género y nombre del autor, pero no para encontrarlo sino para
tenerlos registrados. Aquí fue donde se dibujaron los primeros mapas del mundo. Allí se
debatían los principios médicos y científicos, así como cuestiones de filosofía, literatura y
administración política. La biblioteca era parte de una institución mayor conocida como
Museiou coma el templo de las musas coma donde proviene la palabra museo.
El museo se debe imaginar como algo más cercano a una institución de investigación que a una
Universidad. En él no existía una enseñanza organizada, sino más bien una transmisión y
avance del saber a través del enrolamiento de jóvenes capaces en la labor de investigación de
los más expertos. Según parece el museo estaba dotado de instrumentos astronómicos, de un
laboratorio para efectuar disecciones anatómicas y diversos experimentos filosóficos, de un
Jardín Botánico y zoológico.
Es muy interesante la valoración global qué G. Santón hace del papel del museo en el
desarrollo de la ciencia. “Su influencia sobre el progreso de la ciencia fue considerable “.
Los miembros del museo eran libres para emprender y continuar sus investigaciones con total
libertad. Por lo que se sabe es aquí donde por primera vez aparece la investigación colectiva
organizada y sin directrices políticas o religiosas, sin otro objetivo que la búsqueda de la
verdad.
El trabajo investigador estuvo orientado hacia la acumulación clasificación de datos, fue una
erudición profunda, pero que no se proyectó más allá de las dependencias donde se realizaban
los estudios.
Los descubrimientos no fueron más que curiosidades y juegos de ruiditos. Habrá que esperar
hasta los siglos 19 y 20 para que se conviertan en una técnica capaz de transformar la
sociedad.
El museo fue tan famoso coma que la mayoría de los sabios de la época vinieron o pasaron una
temporada en sus dependencias.
Asístarco de Samp. Cuya explicación heliocéntrica del mundo se anticipó unos 1800
antes al sabio Copérnico
Hiparco. Estableció un catálogo de estrellas y una lista de los eclipses del Sol y de la
luna.
Eratóstenes de Cirene. Creó la geografía científica y midió el arco del meridiano de
Siena para establecer la longitud de la circunferencia terrestre coma lo que consiguió
solo con un error de 385 km.
En la biblioteca anexa al museo se dieron cita las Ciencias humanísticas. los gramáticos
y lologos encontraban un valioso instrumento de trabajo en los numerosos volúmenes
que la biblioteca custodiaba.
Se realizó un estudio gramatical, semántico y literario de los textos por filólogos como
Zenotodo de Efeso, Aristófanes de Bizancio y Aristarco de Samotracia. Aquí nació la
Filología y la crítica literaria.
Los poetas, por regla general fueron los primeros eruditos: Apolonio, Calímaco, Hermesianax,
filetas de los, Arato, Licrofan, Leónidas, entre otros.
LA ALEJANDRÍA ACTUAL
Una vez que Egipto reclamó su verdadera independencia en 1922, con la subida al trono del
rey Fuad, el país intentó modernizarse y ponerse al nivel de otras naciones occidentales. No
fue fácil ya que tenían como vecinos, al otro lado del Mar Rojo, países ambiciosos y guerreros.
Hosni Mubarak, que accedió a la presidencia de la República en 1981, ha conseguido una
estabilidad política, democratizando el país y llevándolo a una prosperidad progresiva.
También llevó a cabo una buena política exterior. Mubarak no olvidó la antigua Biblioteca
Alexandrina, que ahora llevaba una vida lánguida, en una ciudad no menos lánguida. En la
época de los años 20 del siglo XX, Alejandría fue una ciudad de veraneo afrancesada y refinada.
Posteriormente ha sufrido un gran olvido. Aún hace pocos años, estaba muy sucia y
abandonada. Los antiguos cafés de la Cornisa se encontraban vacíos y la gente mendigaba por
las calles. Hosni Mubarak comprendió que si quería hacer resurgir la Biblioteca Alexandrina,
debía empezar por limpiar, adecentar y modernizar la ciudad de Alejandría. Hoy aún queda
mucho por hacer, pues Alejandría es una ciudad grande, larga y estrecha, donde los barrios
antiguos apenas se comunican con los nuevos. Pero ha vuelto a ser una ciudad de veraneo,
limpia y agradable. Se han construido muy modernos hoteles y la ciudad nueva aumenta
constantemente. No se ha olvidado el aspecto científico y cultural, pues se ha potenciado su
Universidad, convirtiéndola en un centro moderno y tecnológico. Además del placentero clima,
cuenta con el atractivo de poseer las ruinas romanas, los museos y otras antigüedades. Es un
lugar donde se puede hacer resurgir la antigua Biblioteca Alexandrina. LA NUEVA BIBLIOTHECA
ALEXANDRINA Mubarak concibió la Biblioteca bajo cuatro principios: que sea la ventana de
Egipto al mundo, que sea la ventana del mundo a Egipto, que sea la Biblioteca de la nueva era
digital, que sea un centro de educación, tolerancia, diálogo y entendimiento. Ha querido
convertirla en un punto de encuentro entre oriente y occidente, donde coexistan ambas
bibliotecas con pasado y con futuro 24 MiBiblioteca N.º 3 · Octubre 2005 culturas, y también
en la Biblioteca de lo escrito. En 1986 surgió la primera idea, que se consolidó cuando se firmó
un tratado con la UNESCO, siendo entonces el español Federico Mayor Zaragoza su director
general. En junio de 1988 se puso la primera piedra. Los fondos económicos vinieron de la
UNESCO, las Asociaciones de Amigos de la Biblioteca de Alejandría, del propio gobierno egipcio
y de donaciones privadas. El concurso convocado para presentar proyectos y planos, fue
ganado por el noruego Thorsen, quien en 1995 comenzó su obra a base de mármol, aluminio,
hierro y cristal. Por fuera, su aspecto depende del ángulo desde donde se mire. Se ha
construido en la Cornisa, un paseo marítimo amplio, separado del mar por la playa y la calzada
de la calle más importante. El edificio principal de la Biblioteca Alexandrina simula un gran
globo que sobresale de la tierra, un tanto inclinado, lo que le permite ofrecer a la vista ciertos
reflejos según incida la luz del sol. Delante del edificio hay un paseo de acceso con jardines y
estanques, donde se ha colocado una imponente estatua dedicada a Ptolomeo II Soter, el
iniciador de la antigua Biblioteca. Al otro lado del paseo se halla el planetario y un edificio con
salas de conferencias y exposiciones. Por la parte de atrás, un pasillo une la Biblioteca con la
Universidad. Todo el frente de la fachada lo compone un imponente muro de mármol,
decorado con las letras de todos los alfabetos conocidos. El edificio principal consta de 11
pisos, 7 sobre el nivel de la calle y 4 subterráneos. Esos 7 pisos están construidos en escalera
de forma que cada uno es más corto que el inferior. Se ha hecho así para aprovechar la luz del
día. El techo está compuesto por cristalitos blancos y verdes montados sobre aluminio,
colocados de tal forma que puedan evitar los reflejos del sol en el interior del edificio. La sala
de lectura general está situada en el piso bajo, donde también se ubica una cafetería y una
tienda especializada. Cada uno de los pisos se dedica a una materia o especialidad científica o
artística. Además, la Biblioteca cuenta con un Museo romano-egipcio, un laboratorio de
restauración, una biblioteca de libros antiguos y raros, una biblioteca para invidentes, una sala
para minusválidos, salas de conferencia, salas de informatización y bibliotecas con pasado y
con futuro MiBiblioteca 25 despachos para oficinas. La Biblioteca está totalmente
informatizada. Nutre sus fondos de donaciones y compras. El número de volúmenes aumenta
constantemente, por lo que es arriesgado adelantar cifras. Sí se debe remarcar que, igual que
en la antigua Biblioteca Alexandrina, se acepta y conserva absolutamente todo lo escrito, sea
un manuscrito del siglo X, un anuncio de una peluquería o un programa de cine. La actual
Biblioteca Alexandrina es también un gran centro cultural donde se celebran conferencias,
congresos, actos de diversa índole… Es, en verdad, un foro de cultura que une Oriente y
Occidente.
1. Todo el conocimiento
2. El conocimiento no es de nadie
Con la misma ferocidad con la que Google intenta escanear todos los libros del mundo, hace
más de dos mil años se intentó acaparar cada fragmento de información útil que se hallara por
el mundo. No importaba quién lo había escrito. Lo importante era conservarlo y conectarlo al
resto de información. Así que, tal y como explica Simón Garfield en su libro En el mapa:
Se confiscaron bibliotecas privadas por el bien común: los manuscritos que llegaban a la ciudad
por mar se transcribían o traducían, y no siempre se devolvían: con frecuencia, los barcos se
hacían a la mar con copias, en vez con los originales.
3. Papiro
Y de repente la oferta de papiro para la exportación se agotó. Algunos afirmaban que todo el
papiro se empleaba para abastecer a la Gran Biblioteca, mientras que otros detectaron una
trama destinada a impedir el desarrollo de colecciones rivales: elitismo, pasión y búsqueda que
reconocerán todos los coleccionistas obsesivos de libros y mapas.
4. La primera universidad
Aquí también fue donde se dibujaron los primeros mapas del mundo.
5. Alejandro
La creación de la Biblioteca se debe en gran parte a Alejandro Magno, que había estudiado con
Aristóteles moral, poesía, biología, drama, lógica y estética. Tras sus conquistas, aspiró que su
legado no fuera un símbolo de destrucción, sino de cultura. Un lugar donde la concepción
helenística del mundo se difundiera por todo el imperio y más allá.
Webgrafía
Historiaybiografías.com/Alejandría1
Dialnet-LaNuevaBibliotecaDeAlejandria