Generalidades - Juicio - de - Amparo (2) - 2-17
Generalidades - Juicio - de - Amparo (2) - 2-17
Generalidades - Juicio - de - Amparo (2) - 2-17
1. ASPECTOS FUNDAMENTALES.
1.1.2 Fundamentación del Amparo. El amparo, como toda institución jurídica debe
tener una fundamentación en nuestro máximo ordenamiento, atendiendo al principio de
Supremacía Constitucional, así como contar con la ley reglamentaria correspondiente de los
preceptos constitucionales, así como los demás ordenamientos que se requieran para
normar de manera adecuada lo relativo a este Medio de Control Constitucional.
1.1.2.2 FUNDAMENTACIÓN LEGAL DEL AMPARO. La Ley Reglamentaria del Amparo y por
tanto de los artículos 103 y 107 de la Constitución, es la Ley de Amparo o Ley Federal de
Amparo, asimismo encontramos disposiciones reglamentarias del Amparo en la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
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GARANTÍAS. Entre otros ordenamientos que se hace necesario conocer para aplicarlas al
juicio de Amparo tenemos:
1.2.1 CONCEPTO GENERAL DE ACCIÓN. Para Hugo Rocco “El derecho de cada
ciudadano, como tal, de pretender del Estado el ejercicio de una actividad para la
satisfacción de los intereses amparados por el derecho, se llama derecho de acción”.
a). Es un derecho subjetivo público, toda vez que es correlativo de una obligación
impuesta a los órganos del Estado encargados de la función jurisdiccional, consistiendo su
actividad en la aplicación de las normas generales al caso concreto, para la satisfacción y
tutela de los intereses que las mismas protegen.
b). Es relativo, toda vez que este derecho de acción se corresponde a la obligación
especial de las mencionadas autoridades del Estado de actuar, ante la excitativa del titular
de la acción.
c). Es abstracto, ya que puede ser ejercitado por cualquier persona, aun cuanto no
tenga un derecho material que hacer valer, no se trata de un derecho frente a un adversario,
sino de una facultad correlativa de una obligación estatal, que consiste en impartir justicia.
(García Maynes. Introducción al Estudio del Derecho. Pág. 237).
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LOS SUJETOS. Como sujetos dentro de la Acción de Amparo tenemos: el activo, que lo
es el gobernado y el pasivo que en todo caso será una autoridad o bien un particular en
ejercicio de funciones de autoridad que le son delegadas por la misma.
LAS CAUSAS. Las causas de la acción son: la remota y la próxima. La causa remota
consiste en la relación que guarda el gobernado con los derechos humanos que le son
reconocidos, así como con las garantías que le son tuteladas en su favor por la Constitución,
derecho objetivo, de donde resulta que puede acudir a los Tribunales de la Federación,
cuando sus derechos y garantías le son vulnerados. La causa próxima está constituida por la
transgresión de los derechos humanos y las garantías del gobernado por el acto de
autoridad.
LA TEMPORALIDAD. El derecho que nace para el gobernado de acudir ante los órganos
competentes en ejercicio de la acción de amparo cuando considera que le ha sido violado un
derecho humano y la correspondiente garantía, es de carácter temporal, toda vez que el
agraviado por el acto de autoridad cuenta con un término señalado por la ley para que
válidamente pueda ejercitar dicha acción y la consecuencia de no hacerla valer en tiempo
será la de no darle trámite a su petición.
Para que el Amparo o Juicio de Garantías proceda resulta necesario cubrir ciertos
requisitos establecidos tanto por la propia Constitución, obviamente conforme a lo
establecido por los artículos 103 y 107 de la Constitución, así como por la ley reglamentaria
de los mismos y de los criterios emitidos por los órganos del Poder Judicial de la Federación,
y por qué no señalarlo, del contenido de la doctrina elaborada por los diversos tratadistas en
la materia.
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Entre los requisitos esenciales que deben de tomarse en consideración para que
proceda el Amparo, a través del ejercicio de la acción correspondiente tenemos:
1. Que exista una violación a los derechos humanos y garantías del Gobernado.
2. Que la violación a los derechos y garantías provenga de un acto de autoridad en
sentido lato.
3. Que el afectado en su esfera de derechos, sea un particular o gobernado.
III. Por normas generales o actos de las autoridades de los Estados o del
Distrito Federal que invadan la esfera de competencia de la autoridad
federal.
Artículo 1º. El juicio de amparo tiene por objeto resolver toda controversia que se
suscite:
I. Por normas generales, actos u omisiones de autoridad que violen los derechos
humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte;
II. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad federal que vulneren o
restrinjan la soberanía de los Estados o la esfera de competencias del Distrito
Federal, siempre y cuando se violen los derechos humanos reconocidos y las
garantías otorgadas para su protección por la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; y
III. Por normas generales, actos u omisiones de las autoridades de los Estados o
del Distrito Federal, que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal,
siempre y cuando se violen los derechos humanos reconocidos y las garantías
otorgadas por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Los principios rectores del Juicio de Amparo se desprenden en forma eminente del
contenido del artículo 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
siendo la Ley de Amparo la que, como ley reglamentaria de los artículos 103 y 107
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Este principio tiene íntima relación con el interés jurídico o legítimo del quejoso o
agraviado, toda vez que éste debe acreditar que el acto que reclama le perjudica en su
esfera de intereses, ya que de no acreditar este extremo, el amparo deberá sobreseerse. Por
agravio debe entenderse todo menoscabo, pérdida, detrimento o afectación que sufre un
gobernado en su patrimonio o en su persona, debiendo afectar por otra parte en forma
directa al quejoso o agraviado, esto es que sea el titular del derecho afectado (interés
jurídico), o bien que el acto de autoridad le afecta de manera indirecta en virtud de su
especial situación frente al orden jurídico (interés legítimo), por lo que, quien promueve un
juicio de garantías debe acreditar tanto la existencia del acto reclamado, como el daño o
perjuicio que en forma directa o indirecta, le causa dicho acto.
fracción XVIII primer párrafo, XIX y XX del artículo 61 de la nueva Ley de Amparo. El propio
artículo 107 Constitucional, en su fracción III, incisos a) y b) contempla este principio,
señalando el primero de estos incisos, en el párrafo tercero y en relación al amparo directo,
que:
En relación a este principio se han formado múltiples debates entre aquellos que se
pronuncian porque se mantenga dicha fórmula o principio y aquellos que consideran que
debe de suprimirse y que las sentencias que se dicten, en forma principal en el amparo
contra leyes, tengan efectos generales, esto es efectos erga omnes. El debate no solo se
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centra en los efectos que tendría para el amparo, sino en relación al equilibrio de poderes,
toda vez que los que pugnan porque se mantenga dicho principio, sostienen que si las
sentencias tuvieran efectos generales, ocasionaría que el poder legislativo quedara sometido
a las decisiones del poder judicial, al derogar o abrogar de hecho, las leyes emitidas por el
primero, afectando la división de poderes que es una decisión política fundamental del
Estado Mexicano.
Por su parte el párrafo primero del artículo 73 de la nueva Ley de Amparo establece:
ARTÍCULO 73. Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se
ocuparán de los individuos particulares o de las personas morales, privadas u
oficiales que lo hubieren solicitado, limitándose a ampararlos y protegerlos, si
procediere, en el caso especial sobre el que verse la demanda.
Nos sigue diciendo este último tratadista, que las partes que intervienen en el amparo
tienen diversos intereses, ya que el del quejoso o agraviado es que se declare la
inconstitucionalidad del acto de autoridad que reclama; el interés de la autoridad responsable
y del tercero perjudicado es la subsistencia del acto que se reclama en el amparo, es decir
que se declare su constitucionalidad; en tanto que el interés del Ministerio Público Federal es
que se tramite y resuelva el Juicio de Amparo conforme a lo que señala la Constitución y la
ley reglamentaria del mismo, y que se dicte una sentencia justa, esto es, esto es que si el
quejoso tiene la razón porque el acto reclamado es inconstitucional, el representante social
estará a favor de que se le otorgue el amparo y si no le asiste la razón, se le niegue la
protección federal y si el juicio es improcedente puede formular pedimento para que se
sobresea el juicio.
De lo anterior, así como del contenido del artículo 5º de la nueva Ley de Amparo,
tenemos que son partes en este juicio constitucional:
1. El quejoso.
2. La autoridad responsable.
3. El tercero interesado.
4. El Ministerio Público Federal.
Esta parte es el gobernado que resiente los efectos del acto de autoridad en su esfera
de derechos humanos y garantías, en tal virtud es el titular de la acción de amparo, mediante
la cual acude ante los Tribunales Federales para que a través del procedimiento respectivo,
se declare la nulidad o inconstitucionalidad del acto de autoridad y se le restituya en el goce
de sus derechos y garantías violados.
Al hablar de gobernado debe entenderse que es todo ente que puede ser agraviado
en sus derechos por un acto de autoridad, pudiendo tener este carácter:
reuniendo sus actos los requisitos característicos del acto autoritario, esto es, cuando los
mimos son unilaterales, imperativos y coercitivos.
Al hablar de tercero perjudicado se decía que era la parte que había resultado
beneficiada con la emisión del acto de autoridad contra el cual el quejoso interponía el juicio
de garantías y en el supuesto de que el amparo le fuera concedido al impetrante del amparo,
la sentencia dictada le causaba perjuicios a ese tercero, toda vez que el acto que le favorecía
era dejado sin efectos.