Tema 4 La Hidrografía de España

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TEMA 4: LA HIDROGRAFÍA DE ESPAÑA

CRITERIO DE EVALUACIÓN
4. Localizar, analizar e interpretar la diversidad hídrica de la Península Ibérica y de Canarias a partir
de la observación directa del paisaje o mediante imágenes y otras fuentes que le permitan describir y
comentar las características de las cuencas fluviales y de los diversos regímenes hídricos existentes en
el territorio español, con la finalidad de valorar y debatir su importancia ecológica y el
aprovechamiento que se realiza de los recursos hídricos en nuestro país, analizando las peculiaridades
asociadas a las zonas húmedas, los efectos de la distribución desigual del agua, la localización
geográfica de los grandes embalses o las repercusiones de los períodos de sequía y de lluvia torrencial.

ESTÁNDARES DE APRENDIZAJE
1. Identifica la diversidad hídrica en España.
2. Localiza en un mapa de España las principales cuencas fluviales.
3. Relaciona los regímenes hídricos de los cursos fluviales con las posibilidades de
aprovechamiento hídrico en España.
4. Localiza en un mapa las zonas húmedas españolas. Debate un aspecto de actualidad sobre
este tema.
5. Sitúa en un mapa de la red hidrográfica española los grandes embalses. Deduce
consecuencias analizando también las características climáticas
6. Analiza y comenta gráficas y estadísticas que reflejan las épocas de sequía en relación con
un mapa de tipos de regímenes fluviales de los ríos de la península. Saca conclusiones
7. Selecciona imágenes y noticias periodísticas que reflejen la desigualdad hídrica en el país y su
interacción con las actividades humanas.

ÍNDICE

1. Introducción: Concepto de hidrografía.


2. Factores de la red hidrográfica.
3. El régimen fluvial: concepto, elementos y tipos.
4. La red fluvial de la Península Ibérica:
4.1 La vertiente cantábrica
4.2 La vertiente atlántica
4.2 La vertiente mediterránea.
5. La red fluvial insular, Ceuta y Melilla.
6. Lagos, humedales, aguas subterráneas y elementos hídricos antrópicos.
1. INTRODUCCIÓN: CONCEPTO DE HIDROGRAFÍA

La Hidrografía es la rama de la Geografía Física que estudia las aguas de la superficie


terrestre, tanto las marinas como las continentales. En dicha superficie, el 97% es agua salada de los
mares y los océanos, mientras que el resto, solamente un 3% es agua dulce, que se reparte entre los
polos y los glaciares, las aguas subterráneas, las aguas superficiales con ríos, arroyos, lagos y
acuíferos, el vapor de agua de la atmósfera, y por úlltimo el agua que forma parte de los seres vivos.

2. FACTORES DE LA RED HIDROGRÁFICA.


En la Peninsula Ibérica, la red hidrográfica viene determinada por cinco grandes factores,
como son el clima, el relieve, los suelos, la vegetación y la acción antrópica.

En cuanto al clima, el caudal y régimen de la mayoría de los ríos depende de la cantidad y la


distribución de las precipitaciones a lo largo del año, por lo que será diferente si nos encontramos en
una zona de clima oceánico que en cualquiera de los subtipos de clima mediterráneo que se dan la
Península. También influyen las temperaturas y la humedad, pues ayudan a favorecer el caudal de
los ríos si son bajas, frente al calor de las altas temperaturas, que favorecen la aridez y la sequía.

El relieve también condiciona de forma muy clara la red hidrográfica española, así el basculamiento
de la Meseta hacia el Oeste, hace que todos los grandes ríos excepto el Ebro vayan hacia el
Atlántico, recorriendo grandes llanuras, frente a los ríos mediterráneos o cantábricos, con un
recorrido mucho más corto y pendiente por la cercanía de los sistemas montañosos al mar. Esta
pendiente provoca además que la erosión provocada por los ríos sea mayor, unido a la erosión
rápida que pueden provocar las inundaciones como las provocadas por la gota fría en la zona
levantina.

Los suelos también influyen, pues los


ríos, lagos y acuíferos serán diferentes en
función de la permeabilidad del suelo y
de la composición de las rocas, si
favorecen la erosión u ofrecen mayor
resistencia. Así la roca caliza es
permeable y favorece las aguas
subterráneas, la zona silícea es poco
permeable y favorece las corrientes de
agua en la superficie o las zonas
arcillosas, que también son poco
permeables y favorecen una escorrentía
superficial cuando hay grandes
precipitaciones.

La vegetación retiene el agua de las precipitaciones, favorece la humedad del suelo y además
dificulta la erosión y la evaporación del agua, generan acuíferos y cursos permanentes de agua, por
lo que genera una mayor disponibilidad y riqueza hídrica en las zonas donde más densa y continua
es la vegetación.

Por último, el ser humano cambia las características de la red fluvial con la construcción de
infraestructuras de regulación, como los embalses, que sirven para paliar las etapas de aridez o
sequía en las regiones más secas, como el centro, este y sur peninsular, o también se construyen
canales, para realizar trasvases que cambian el recorrido o el caudal de los ríos.
3. EL RÉGIMEN FLUVIAL: CONCEPTO, ELEMENTOS Y TIPOS.
El régimen fluvial es la evolución y los cambios del caudal de un río o curso de agua a lo
largo de un año. Para analizarlo utilizamos diferentes elementos, como son el caular, la irregularidad
y las variaciones estaciones del caudal, y las crecidas y estiajes.

3.1 Elementos del régimen fluvial.

- El caudal: El caudal es el volumen de agua que lleva un río por segundo en un lugar determinado,
y que se expresa en metros cúbico por segundo. Es un dato absoluto pero se suelen usar valores
promedio como el caudal medio diario, mensual o anual. Además también se usa el caudal
específico o relativo, que relaciona el caudal con la superficie de la cuenca, así los ríos más
caudalosos serían en España el Duero, el Ebro y el Tajo, pero por caudal relativo serían los
pirenaicos o los cantábricos.

- La irregularidad: son las variaciones en el caudal de un río a lo largo de un año o entre diferentes
años, que lógicamente se relaciona con las precipitaciones.

- Las crecidas y estiajes: se denomina así al momento de máximo caudal y suele ser un aumento en
un plazo corto de tiempo, provocado por importantes precipitaciones y que puede provocar el
desbordamiento e inundaciones. Sin embargo, el estiaje es el momento de caudal mínimo, suele ser
en el periodo de menos precipitaciones y aumento de la temperatura y aridez. Estos cambios se
reflejan sobre todo en los ríos mediterráneos, donde se ocupa durante las crecidas el curso amplio
del río, incluso aparecen ríos denominados ramblas, que están secos en verano pero en periodo de
máximas precipitaciones pueden llevar agua e incluso desbordarse.

3,2 Tipos de régimen fluvial.


Según de donde reciban el aporte hídrico los ríos, podemos hablar de tres grandes tipos de
regímenes fluviales: pluvial, nivel y mixto (pluvio-nival y nivo-pluvial)

- Régimen pluvial: Se produce cuando el río recibe su caudal a partir de las precipitaciones en forma
de lluvia, por lo que se pueden dar periodos de mayor o menor caudal en función de las lluvias y su
distribución a lo largo del año. Es el régimen que predomina en la mayoría de los ríos de la
Península Ibérica.

- Régimen nival: Se produce cuando el río recibe su aporte hídrico de las precipitaciones en forma
de nieve. Sus mínimos son en otoño e invierno, cuando cae la nieve pero permanece congelada,
mientras que el máximo es en primavera y principios del verano, con el deshielo. En la Península
apenas hay ríos con un régimen nival, algunos afluentes en las zonas de alta montaña por encima de
los 2500 m.

- Régimen mixto: Se produce cuando el río recibe su aporte hídrico tanto de las precipitaciones en
forma de lluvia como las que se producen en forma de nieve, nombrando primero el tipo de
precipitaciones que aporta mayor cantidad de agua, apareciendo así el régimen mixto pluvio-nival o
el régimen mixto nivo-pluvial.

A partir de estos tres tipos de régimenes fluviales, la realidad en las grandes cuencas de los ríos
españoles es más compleja, pues ríos como el Ebro, el Duero, el Tajo o el Guadalquivir van
cambiando sus regímenes, que pueden ser mixtos en unas zonas o pluviales en otras, en función del
relieve y de la altitud.
4. LA RED

FLUVIAL DE LA PENÍNSULA IBÉRICA


La red fluvial de la Península Ibérica se encuentra dividida en tres grandes vertientes, la
Cantábrica, la Atlántica y la Mediterránea. Son tres vertientes con grandes diferencias, tanto por su
extensión como por las características de sus ríos debido al clima, el relieve, los suelos o la acción
antrópica.

4.1 LA VERTIENTE CANTÁBRICA.


Dentro de esta vertiente están los ríos que desembocan en el Mar Cantábrico, en el norte
peninsular. Son ríos cortos porque nacen a apenas 100 kilómetros de la costa, en la Cordillera
Cantábrica, lo que hace también que tengan que superar rápidamente un desnivel que en algunos
casos es de más de 2000 metros de altitud, lo que hace que sean ríos con mucha pendiente y con
mucha fuerza erosiva, que disminuye por la presencia de importante vegetación. Además son ríos
con un caudal importante, de régimen pluvial o pluvio-nival, y que a pesar de tener descenso en
verano, es importante durante todo el año por las constantes precipitaciones en el clima oceánico.
Dentro de la vertiente cantábrica encontramos ríos vascos como el Bidasoa, Deva y el Nervión, los
ríos cántabros y asturianos, muy pendientes y con gran poder erosivo (Pas, Sella, Nalón, Narcea,
Navia) o el río Eo ya en la zona gallega.

4.2 VERTIENTE ATLÁNTICA.


Son los ríos que desembocan en el Océano Atlántico directamente, son grandes ríos con
grandes cuencas, lo que hace que tengan un elevado caudal absoluto pero un menor caudal relativo,
además, la mayoría transita por el clima mediterráneo interior, por lo que su régimen fluvial es
pluvial o pluvio-nival e irregular, con un acusado estiaje en verano. Dentro de esta vertiente se
encuentran los ríos gallegos que van al Atlántico y los grandes ríos peninsulares excepto el Ebro.

- Los ríos gallegos atlánticos: presentan unas características similares a los ríos cantábricos pues
están afectados por el clima oceánico, aunque su pendiente es menor pues nacen en el Macizo
Galaico, más lejos de la costa y con menor altitud. Destacan ríos como el Tambre, el Ulla y el Miño,
con su importante afluente el Sil.
- Duero: es la mayor cuenca de la Península Ibérica, recogiendo aguas de la Cordillera Cantábrica,
el Sistema Ibérico y el Sistema Central, con un régimen fluvial pluvio-nival, con máximos en marzo
y abril y un fuerte estiaje en verano. Nace en los Picos de Urbión y recorre toda la Submeseta Norte
y ya se adentra en Portugal salvando importantes desniveles de forma sinuosa, lo que impide que
sea navegable, hasta que desemboca en Oporto.

- Tajo: es el río más largo de la Península Ibérica y su cuenca ocupa parte de la Submeseta Sur entre
el Sistema Central, el Sistema Ibérico y los Montes de Toledo. Nace en la Sierra de Albarracín, tiene
un régimen pluvio-nival y desemboca en Lisboa. También tiene importantes saltos, que se
aprovechan para producir energía hidroeléctrica pero impide la navegación.

- Guadiana: También tiene su cuenca en la Submeseta Sur entre los Montes de Toledo, Sierra
Morena y los Sistemas Béticos. Nace en las Lagunas del Ruidera y desemboca en Ayamonte
(Huelva), de los grandes ríos es el menos caudaloso y su régimen fluvial es pluvial, con fuerte
estiaje y se caracteriza porque en algunos tramos de su recorrido lo hace de forma subterránea.

- Gualdalquivir: recorre toda la depresión del Guadalquivir y su cuenca se encuentra entre Sierra
Morena y las Cordilleras Subbéticas. Nace en la Sierra de Cazorla y desde Sevilla hasta su
desembocadura en Sanlúcar de Barrameda es navegable. Su régimen fluvial es pluvial, pero su
principal afluente, el Genil, tiene un régimen pluvio-nival al nacer en Sierra Nevada.

4.3 LA

VERTIENTE MEDITERRÁNEA.
La vertiente mediterránea está formada por los ríos que desembocan en el Mar
Mediterráneo, desde Girona hasta Gibraltar, sin embargo, de norte a sur presentan diferencias en sus
características en función del clima, el relieve, los suelos, etc. De norte a sur, se pueden diferenciar
los ríos catalanes, el Ebro, los levantinos y los andaluces.
- Rios catalanes: nacen en la zona pirenaica, por lo que son cortos y tienen un gran desnivel hasta
llegar al Mediterráneo, su régimen fluvial es pluvio-nival por la nieve de los Pirineos y además su
caudal es más continuo con un estiaje mejor por las mayores precipitaciones en el clima
mediterráneo catalán. Descatan el Fluviá, el Ter y el Llobregat.

- Ebro: Es el río más importante de la vertiente mediterránea y presenta otras características, es más
largo, naciendo en la Cordillera Cantábrica y avanzando por toda la Depresión del Ebro, pasando
una zona muy seca en el centro de Aragón y ya sortea las Cordillera Costero Catalanas y desemboca
formando un delta. Su régimen en pluvio-nival, destacando sobre todo los afluentes pirenaicos
como el Aragón, Gallego o Segre, que le aportan gran parte de su caudal, y haciendo que su estiaje
sea mucho menor y también menor su irregularidad en comparación con otros ríos mediterráneos.

- Ríos levantinos: son ríos con cuencas pequeñas o medianas, con un régimen pluvio-nival y un
caudal pobre y muy irregular, con periodos largos de estiaje y crecidas violentas sobre todo con la
gota fría. Los más importantes serían el Mijares, Palancia, Turia, Júcar o el Segura.

- Rios andaluces: son ríos muy cortos e irregulares, con fuerte estiaje y crecidas violentas. Destacan
el Almanzora o el Guadalhorce).

5. LA RED FLUVIAL INSULAR, CEUTA Y MELILLA.


Tanto en Canarias como en Baleares no existen cursos permanentes de agua. En Baleares
aparecen ramblas como en la zona mediterránea, que solo llevan caudal durante las fuertes lluvias
otoñales, mientras que permanecen secos en resto del año, aunque sí aparecen acuíferos
subterráneos.
En Canarias, por la aridez y la composición volcánica del suelo, tampoco aparecen cursos
permanentes, solo existe una circulación interminente en los barrancos de tipo volcánico cuando se
producen las precipitaciones o por la abundante vegetación en barrancos de barlovento o las islas
más occidentales como La Palma. Lo que sí aparecen son importantes acuíferos subterráneos, pero
que están sobreexplotados por la excesiva población y las actividades agropecuarias.
Ceuta y Melilla carecen de ríos y solo aaprece una red de arroyos de escasa longitud y que solo
ciruclan en momentos muy determinados por las lluvias, de manera estacional y muchas veces
torrencial.

6. LAGOS, HUMEDALES, AGUAS SUBTERRÁNEAS Y ELEMENTOS HÍDRICOS


ANTRÓPICOS.
Las características climáticas, del relieve y litológicas de la Península Ibérica no favorecen
la presencia de lagos y humedales, aunque eso no quiere decir que no tengan un gran valor
ecológico y biológico.
Los medios lacustres están formados por lagos y lagunas que se forman por la acumulación de
agua en depresiones cuyo suelo no es permeable. Según su origen, aparecen lagos y lagunas de
origen endógeno, como los que se crean en terrenos volcánicos, que son escasos en España,
destacando algunos en el Campo de Calatrava. Son más comunes los lagos creados por causas
exógenas, como los lagos surgidos por los glaciares de la Era Cuaternaria, como los de Sanabria, o
los causados por los suelos cársticos, como las Lagunas de Ruidera en La Mancha.
Los medios palustres son los formados por humedales, que son zonas húmedas de escasa
profundidad y que pueden tener periodos de sequía o de máxima expansión dependiendo de las
precipitaciones y el curso de los ríos. Destacan el parque Nacional de las Tablas de Daimiel.
Además, en las zonas litorales aparecen zonas aisladas con gran valor ecológico, formando
marismas y albuferas, que aparecen por la costa mediterránea como la de Valencia o el Mar Menor.
Las aguas subterráneas se forman cuando parte del agua de las precipitaciones se filtra por poros y
grietas hasta que llega a una parte del suelo impermeable, acumulándose el agua y formando
acuíderos. Este agua vuelve muchas veces de forma natural a la superficie por medio de
manantiales, ríos o al mar, pero otras es aprovechada por el ser humano a través de pozos y galerías,
aunque muchas veces de manera excesiva, provocando su desaparición o merma.
Por último, en la Península aparecen masas de agua por la acción antrópica, pues se crean presas y
embalses con obras humanas que facilitan la aparición de zonas lacustres. Son obras muy
importantes porque el agua es un bien escaso en nuestro país por las condiciones climáticas, pero
que muchas veces provocan cambios en el medio, destacando embalses como en la zona de
Extremadura o trasvases entre diferentes cuencas, algunos que han provocado conflictos políticos y
sociales entre diferentes zonas del país.

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