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Drenaje Quirurgico de Abscesos Superficiales Subrayado

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¿Cómo se hace?

Tratamiento quirúrgico de los


abscesos
Se describe la técnica para tratar un absceso cutáneo.

Fitch MT, Manthey DE, McGinnis HD.


Comentario y resumen objetivo: Dr. Ricardo Ferreira.
NEJM 2007;357:e20.
 
Indicaciones

Las infecciones de la piel y de los tejidos blandos, incluyendo


los abscesos cutáneos, son una patología frecuente entre los
pacientes que acuden a los centros de salud y
departamentos de urgencia. Los abscesos cutáneos se
pueden localizar en cualquier parte del cuerpo, pero
habitualmente se encuentran en la axila, las nalgas y las
extremidades. La incisión y el drenaje constituyen el
tratamiento principal, mientras que el tratamiento exclusivo
con antibióticos es inadecuado por tratase de colecciones
multiloculadas.
La incisión y drenaje de un absceso es generalmente un
procedimiento ambulatorio y la mayoría de los abscesos sin
componente de celulitis se pueden tratar sin antibióticos. Las
infecciones cutáneas que requieren tratamiento con
antibióticos están fuera de la consideración de este artículo.

El primer paso para un tratamiento exitoso es el diagnóstico


del absceso. La mayoría de estas lesiones son dolorosas,
fluctuantes o eritematosas con induración. El examen físico
de la zona afectada permite el diagnóstico sobre la base
hinchazón, dolor, enrojecimiento y fluctuación. Cuando el
examen físico no es categórico se puede punzar el absceso
y observar si viene contenido purulento.

La ecografía es una herramienta útil para identificar áreas


localizadas de líquido bajo la piel que pueden representar
zonas aisladas de infección. También sirve para establecer
las dimensiones del absceso.
Una vez realizado el diagnóstico es preciso determinar si
debe ser evacuado o no. La mayoría de los abscesos
cutáneos tienen indicación de incisión y drenaje cuando
superan un diámetro de 5 mm y son accesibles.

Contraindicaciones

Los abscesos extremadamente grandes o profundos en


zonas difíciles para la anestesia conviene tratarlos en un
quirófano. La celulitis sin absceso no tiene indicación
quirúrgica.
La bacteriemia transitoria asociada con la incisión y el
drenaje puede necesitar tratamiento preoperatorio con
antibióticos y se reconsiderará el momento del procedimiento
en pacientes con riesgo de endocarditis bacteriana, como
puede ocurrir en individuos que tienen alteraciones
anatómicas de las válvulas cardíacas o injertos valvulares.

En los casos donde la zona de localización del absceso


puede tener implicancias cosméticas, como el rostro o la
mama, es conveniente consultar con el especialista.
Asimismo, los abscesos en la palma de la mano, la planta
del pie, o los pliegues nasolabiales, pueden generar
complicaciones y conviene consultar con el especialista
apropiado.

Equipamiento

Es necesario evitar el contacto con los fluidos corporales, por


lo tanto el cirujano y participantes deberán utilizar guantes y
barbijo. Si bien no es imprescindible una asepsia estricta en
una herida infectada, debido a la era de resistencia
bacteriana a los antibióticos, es necesario utilizar
instrumental estéril.
El material quirúrgico es similar al que se emplea para la
reparación de heridas cortantes. El siguiente, es el
instrumental necesario:

· Bisturí con hoja 11 o 15.


· Pinza curva de hemostasia.
· Solución salina normal en recipiente estéril.
· Una jeringa grande con un catéter calibre 18 para
irrigación.
· Hisopo para obtener material para cultivo.
· Gasas y compresas.
· Tijera.
· Cinta adhesiva.

Para la preparación y la anestesia, se debe hacer antisepsia


del campo quirúrgico con un agente adecuado y con gasa
estéril. La anestesia se realiza por infiltración local con una
jeringa de 5-10 cc y una aguja de calibre 25-30. La lidocaína
al 1% es un anestésico adecuado. La combinación de
lidocaína con epinefrina tiene la ventaja de reducir la
hemorragia y aumentar el tiempo del efecto anestésico. Esta
asociación está contraindicada en territorios irrigados por
una sola arteria. La bupivacaína es otra opción que ofrece un
tiempo de anestesia más prolongado.

Preparación
En primer término se debe obtener el consentimiento escrito
del paciente y discutir con él los riesgos y beneficios del
procedimiento. No omitir la posibilidad de dolor, hemorragia y
formación de cicatrices antiestéticas. El operador se
asegurará que está tratando al paciente correcto, que
identificó el lugar preciso del absceso, que cuenta con la
autorización del paciente y con todo el equipo necesario.
Las manos se lavan con un jabón bactericida y se utilizan
guantes y barbijo. Conviene disponer de anteojos
protectores especialmente en los abscesos donde el
contenido está bajo presión. Colocar el equipamiento al
borde de la cama y al paciente en una posición cómoda de
manera tal que la zona del absceso sea de fácil acceso y
con iluminación adecuada.

Realizar la asepsia del campo quirúrgico preferentemente


con povidona yodada, comenzando en la cúpula del absceso
y hacia la periferia en forma circular. Disponer de un extenso
campo quirúrgico. Introducir la aguja para la anestesia
calibre 25-30 inmediatamente debajo y paralela a la piel. El
anestésico se introducirá en la dermis de la parte superior
del absceso.

Procedimiento quirúrgico

Incidir el absceso en su centro orientando la incisión en el


eje mayor de la colección líquida. Al ingresar al absceso
comenzará a salir líquido purulento. No incidir el piso del
absceso para evitar hemorragias.
Para lograr una cicatriz cosmética conviene hacer la incisión
en forma paralela a las líneas de tensión de la piel. La
incisión será de una extensión suficiente para que: a) se
puedan romper los tabicamientos haciendo movimientos
circulares con una pinza curva, b) lograr el drenaje total del
absceso y c) poder introducir material para empaquetar la
cavidad.

Si se considera necesario, se obtendrá material de cultivo


utilizando un hisopo o jeringa. El cultivo es útil en los casos
en que el absceso se complica ya que permite tratar al
germen con el antibiótico adecuado.
Irrigar suavemente la cavidad con solución salina hasta
obtener un líquido claro. Introducir una tira de gasa con o sin
yodoformo hasta empaquetar parcialmente la cavidad para
que la herida continúe drenando y cicatrice por segunda
intención.

Cuidado posoperatorio
En general, si se logró evacuar satisfactoriamente el
absceso se puede prescindir de antibióticos. Los pacientes
que tienen una celulitis extensa más allá de la zona del
absceso y presentan condiciones mórbidas asociadas
pueden requerir antibióticos. En estos casos, conviene
ajustarse a los resultados del cultivo y del antibiograma.

Se ha observado un aumento de la tasa de abscesos


cutáneos donde el agente causal es el Staphylococcus
aureus resistente a la meticilina.
Cubrir la herida con gasas estériles. El empleo de
antibióticos locales es de beneficio discutible. Asegurar que
el paciente está debidamente vacunado contra el tétano.
Instruir al paciente para que concurra antes de la fecha que
se le indicó en caso de que empeoren los signos locales
(enrojecimiento, edema) o se instale un cuadro febril.

Complicaciones

El ambiente local ácido de la zona infectada reduce la


eficacia de la anestesia y generalmente se deben hacer
administraciones adicionales. El progreso hacia una celulitis
periférica o linfangitis, fiebre u otros signos de
empeoramiento sugieren que se debe repetir la incisión y el
drenaje y descartar factores de riesgo subyacentes como
colonización por estafilococos o trastornos inmunológicos,
anatómicos o infecciosos.

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