Cristologia Iv

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CRISTOLOGIA IV

V. La Resurrección de Cristo

A. La importancia de la resurrección.

En la Biblia tenemos algunos relatos de personas que fueron traídas de vuelta a la vida.
Estas personas, de todos modos, no fueron resucitadas, sino mas bien restauradas,
porque ellos llegaron a morir otra vez. Pero nuestro Señor resucitó; habiendo muerto
una vez por todas y habiendo sido resucitado de los muertos, El ahora vive y permanece
para siempre.

Su muerte fue necesaria, porque El fue hecho pecado por nosotros.

1. Su lugar en la Escritura. Hay como 13 o 14 referencias en el Nuevo Testamento


concernientes a la ordenanza del bautismo, y unas pocas referentes a la Cena del Señor.
Sin embargo, el hecho de Su resurrección es mencionado más de 100 veces.

2. Su parte en el testimonio Apostólico. “Y con gran poder los apóstoles daban


testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.”
(Hechos 4:33). Ver también Hechos 2:32; 17:18; 23:6.

3. Su prominencia en el Evangelio. Si Cristo no resucitó no hay Evangelio. “Además os


declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el
cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he
predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo
que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; ” (I Cor.
15:1-4).

4. Su Prominencia en la Salvación (I Cor. 15:12-20).


a. Primera Proposición. “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo
dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?” (versículo 12).
b. Segunda Proposición. “Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo
resucitó.” (versículo 13).
c. Tercera Proposición. “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación,
vana es también vuestra fe.” (Versículo 14). Si Cristo no ha resucitado, el Cristianismo
es un engaño.
d. Cuarta Proposición. “Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos
testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos
no resucitan.” (versículo 15). Si Cristo no ha resucitado, cada predicador del Evangelio
es un fraude.
e. Quinta Proposición. “Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si
Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.” (16 y 17). Si
Cristo no ha resucitado, aun esta muerto, y por lo tanto no puede redimirnos. La Pena
judicial pagada por cualquier crimen no es un caso cerrado hasta que aquel por quien ha
sido pagada quede libre. Mientras Cristo estaba en la tumba, era como que la pena de
nuestros pecados no había sido paga; pero su resurrección muestra que esa Pena ha sido
pagada. Y, recuerde, esta Escritura fue escrita a aquellos que no estaban en sus pecados.
f. Sexta Proposición. “Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.”
(versículo 18). En otras palabras, no habría esperanza para los que murieron creyendo
en esto, si Cristo no hubiese resucitado de los muertos.
g. Séptima Proposición. “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más
dignos de conmiseración de todos los hombres.” (versículo 19). Si toda nuestra
esperanza depende de la resurrección de Cristo, y si El no ha resucitado, nosotros
seríamos entre los hombres los mas dignos de lastima. No podemos hacer nada más para
asegurar la salvación, y si nuestro Salvador no ha resucitado, no tenemos Salvador.
Mejor deberíamos mirar otra religión.
h. Octava Proposición. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los
que durmieron es hecho.” (versículo 20). Alabado sea el Señor, El ha resucitado! El
vive! Somos salvos por un Redentor viviente. Nosotros, de entre todos los hombres,
somos los únicos pecadores que somos salvos.

B. El significado de la Resurrección.

Por Resurrección queremos decir resurrección corporal, no meramente una resurrección


en espíritu.

1. Provisión de la Tumba. Guardias fueron colocados para asegurar que nadie se robase
o tocase el cuerpo. “Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y
poniendo la guardia.” (Mat. 27:66).

2. Reconocimiento de los Discípulos. “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira
mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino
creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:27,
28).

3. El testimonio de los Apóstoles. “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros
somos testigos.” (Hechos 2:32).

4. Un testimonio del Señor mismo. “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al


Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales
sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.” (Marcos
8:31).

5. El anuncio de nuestra Transformación. “Y comenzó a enseñarles que le era necesario


al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los
principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.”
(Fil. 3:20,21).

C. Las teorías no escriturales concernientes a la Resurrección.

1. La teoría del cuerpo no sepultado. Algunos incrédulos sostienen que el cuerpo nunca
fue sepultado en la tumba, que los cuerpos de los 2 ladrones, y Cristo, fueron arrojados
a un montón de basura. De todas maneras, esto contradice las propias leyes judías: “Si
alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo
colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin
falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no
contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.” (Deut. 21:22, 23).

2. La teoría de la tumba no vacía. Aquellos que sostienen esto dicen que su cuerpo aun
esta allá en aquella tumba. Seguramente el sentido de lógica refutaría este argumento,
porque si Cristo no hubiese resucitado, el diablo habría descubierto y dado a conocer su
cuerpo durante tantos años.

3. La teoría del cuerpo trasladado. Esta es la teoría que propone que José de Arimatea
movió o trasladó el cuerpo fuera de la tumba. Ante este argumento preguntamos, “Si
movió el cuerpo, ¿por qué no movió también sus envestiduras?” Todos admitimos que
si José removió el cuerpo, lo debería haber hecho en secreto. Si lo hizo en secreto, ¿por
qué no hizo rodar la roca de nuevo sobre la entrada?

4. La teoría de que las mujeres se equivocaron. Esta teoría sostiene que las mujeres
malinterpretaron lo que los hombres en el sepulcro habían dicho. Refutamos esto
diciendo que la Palabra no declara eso, y la Palabra es la única autoridad y testimonio
que tenemos.

5. La teoría del error deliberado. Esta teoría sostiene la idea de que Cristo no murió por
completo, sino más bien que agonizó en la cruz y fue reanimado por el aire fresco de la
tumba. Si ese fue el caso, ¿adonde fue? Seguramente, como El era objeto de interés
popular, hubiera sido reconocido y abiertamente aceptado o rechazado.

6. La teoría del fraude. Esta teoría establece que los Apóstoles deliberadamente
mintieron y engañaron a aquellos que le escucharon. No obstante, todos los Apóstoles,
excepto Juan, murieron martirizados. ¿Por qué? A causa de su devoción a Cristo y Su
resurrección. ¿Habría cada uno de ellos sacrificado sus vidas por una mentira tan
grande? ¡Por supuesto que no!

7. La teoría del autoengaño. Esta especulación declara que los apóstoles tuvieron una
ilusión; eso es que ellos pensaron que El resucitó de entre los muertos, se convencieron
de eso, hasta llegar a creerlo. Sabemos, de la experiencia humana, que las ilusiones
pronto se esfuman, y que despertamos a la realidad. Los Apóstoles no podrían haberse
engañado a si mismos por mucho tiempo.

8. La teoría de la Alucinación. Esta idea supone que ellos pensaron que habían visto al
Salvador resucitado, cuando meramente era una alucinación causada por sus nervios y
aquellas fuertes emociones. ¿Puede usted imaginarse a Pedro con delirios, y a Tomas
histérico?

9. La teoría de la recolección. Este punto de vista ve a los Apóstoles como histéricos


huyendo a Samaria, y dice que mientras estuvieron solos en aquel lugar, ellos
comenzaron a pensar que Jesús todavía estaba con ellos, y de allí viene la idea de que El
resucito de entre los muertos. Las Escrituras, sin embargo, declaran que ellos
permanecieron en Jerusalén a puertas cerradas hasta que El se reveló a ellos.

10. La teoría del malentendido. Este razonamiento admite que el salvador murió, pero
dice que los Apóstoles predicaron la resurrección de su espíritu, y no la de su cuerpo;
pero que de todas maneras, la gente lo tomó equivocadamente. La palabra
“resurrección” nunca se conecta a un espíritu, sino mas bien con el cuerpo, porque el
espíritu nunca muere.
11. La teoría de la visión espiritual. Esta suposición sostiene que los apóstoles vieron
algo. Pero lo que vieron fue una visión mentirosa, no el Señor. El diablo los debe haber
engañado. Pero, en realidad, si había algo que el diablo no quería que ellos creyeran, era
precisamente la resurrección de Cristo, e incluso, una visión mentirosa de esa verdad.
Cristo mismo disipó este argumento al declarar, después de Su resurrección, que “un
espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.”

12. La teoría de los gemelos. Aquellos que ofrecen esta sugerencia dicen que Cristo
tenia un hermano gemelo, y que 3 días después de haber sido crucificado y sepultado,
Su hermano gemelo se mostró, declarando que el era Cristo resucitado de los muertos.
Ante eso preguntamos, “¿donde estuvo escondido este gemelo durante 33 años?”

D. Las pruebas de la Resurrección.

1. La Tumba vacía. Los Evangelios declaran que la gente tenía 2 puntos de vista
concernientes a su resurrección. Un grupo, dijeron que alguien había robado su cuerpo;
el otro grupo decía que había sido resucitado por el poder divino. La tumba vacía prueba
el segundo. Una guardia romana, compuesta de 60 hombres en 4 grupos de 15, fueron
establecidos para vigilar la tumba. Cada grupo guardaba la tumba durante un periodo de
6 horas. La guardia fue ordenada para custodiar la tumba ante el probable robo del
cuerpo de Cristo. Ahora, los enemigos no deseaban robar el cuerpo. Sabemos que los
Apóstoles no lo robaron, ellos estaban atemorizados. Aun en su crucifixión ellos
huyeron. Los soldados fueron pagados por los incrédulos para dar falso testimonio. No
es acaso llamativo que los sacerdotes judíos no procesaran a los soldados, si el cuerpo
verdaderamente había sido robado? Si los discípulos hubieran robado el cuerpo, ¿acaso
los sacerdotes no les hubieran presionado hasta que ellos admitieran tal hecho? ¿Por qué
ellos ni siquiera hicieron algo? Simplemente porque ellos no creían la historia de que lo
habían robado.

Era una tumba nueva, ningún cuerpo había estado antes en ella, y sin dudas y no hubo
dudas de quién había resucitado de entre los muertos cuando la tumba quedó vacía.
Estaba cavada en roca, sólida roca abajo, arriba, y a todos los costados. No había otra
entrada.

2. Su envestidura mortal. En oriente los cuerpos de los muertos eran envueltos en


sábanas con especias y ungüentos, desde la nuca hasta los pies, en manera similar a las
usadas para las momias egipcias. La cabeza era envuelta por separado con sudario.
Cuando todo el proceso se terminaba, el cuerpo quedaba firmemente envuelto. Cuando
Pedro entró para examinar la tumba por dentro, el vio que ese envoltorio no había sido
alterado, el cuerpo de Cristo había salido de la tumba sin desacomodar ni un simple
lienzo. Pedro vio que la envestidura estaba sin desacomodar; las sábanas aparentaban
estar como habían sido envueltas alrededor del cuerpo, pero no había cuerpo.
Y respecto a la tumba, la roca no fue corrida para dejar salir a Cristo, ¡El ya estaba
afuera! Al tiempo de salir de sus envestiduras mortales El también salió de la tumba. Si,
El ya estaba afuera de la tumba momentos antes de que la piedra fuera corrida. Por un
momento los guardias habían estado haciendo vigilancia sobre una tumba sellada, pero
vacía.

3. Las apariciones de Cristo. En I Corintios 15:1-11 tenemos registrado el número de


testigos que vio al Señor, al Salvador resucitado. Aparentemente este número no incluye
a mujeres. El número de testigos registrados en la Palabra del Señor es mas de
quinientos. Ciertamente, acorde a la jurisprudencia aceptable, hay suficiente evidencia
de que El resucito de entre los muertos.

4. El carácter de Cristo. No hay mayor prueba en la contienda por su resurrección que


Su carácter. Pensar que tan vergonzoso final vino sobre El, que era el Perfecto!
Ciertamente, Dios en Su Justicia no dejaría al único hombre sin pecado permanecer en
la tumba.

5. El Nuevo Testamento. Los 27 libros que componen el Nuevo Testamento son el


efecto; la causa el Cristo resucitado. Sin la resurrección de Cristo, no hubiera habido
ningún Nuevo Testamento. La muerte de Cristo había deprimido a los discípulos. La fe
de ellos estaba destruida. Si Cristo no les hubiese aparecido de nuevo, ellos nunca
hubieran escrito nada de El. La historia de su vida creció desde su resurrección.

6. La iglesia de los Apóstoles. Los Apóstoles comenzaron a predicar en Jerusalén solo


unas 7 semanas después de su crucifixión. Justo allá en Jerusalén, donde Jesucristo
había sido crucificado y sepultado, los Apóstoles declararon que Cristo había resucitado
de entre los muertos. Si Cristo no había resucitado, los enemigos podrían haber
presentado el cuerpo, porque ellos le habían crucificado y guardado. El silencio de los
judíos fue una prueba de su resurrección tal y como los escritos de los discípulos.

7. Los discípulos transformados. La resurrección trajo una transformación sobre los


discípulos. Antes, ellos habían visto a Cristo morir, y entonces su fe se había
desmoronado. Dos de ellos dijeron, “Pero nosotros esperábamos que él era el que había
de redimir a Israel” (Lucas 24:21) Palabras tristes, sin esperanza. Su fe entonces había
muerto. Ellos se habían reunido juntos a puertas cerradas, atemorizados, temiendo por
sus vidas, cuando el Señor les apareció. No fue fácil convencerlos de Su resurrección,
aun pese a que estaba delante de ellos. Pero cuando ellos fueron convencidos, nada pudo
alguna vez cambiarlos.

¿Y qué de aquel dubitativo Tomas? El no estaba presente en la primera aparición de


Cristo ante sus discípulos, y, por lo tanto, el dudó. Y yo estoy contento de que Tomas
haya dudado. Su incredulidad desapareció en la segunda aparición del Salvador;
consecuentemente, todas nuestras dudas concernientes a la resurrección pueden ser
removidas.

8. La conversión de Saulo. La iglesia nunca había tenido un enemigo más grande que
Saulo de Tarso. El era un individuo muy bien conocido en el judaismo, perteneciente a
la secta de los fariseos, que creía en la futura resurrección de los muertos, pero
ciertamente no en la resurrección de Jesús. ¿Qué hizo cambiar a este terrible
perseguidor de la iglesia en un grandioso predicador de Cristo? ¡La resurrección de
Cristo! Desde aquel día camino a Damasco, el nunca más dudó de la resurrección. El
sufrió a manos de sus propios compatriotas y en las cortes judiciales de extraños a causa
de su fe en la resurrección de Cristo.

9. La experiencia cristiana. Desde que hemos nacido de nuevo, esperanza ha sido puesta
en nuestros corazones de que nuestros pecados han sido quitados y nuestra futura
resurrección nos ha sido asegurada. Esta esperanza solo podría ser garantizada por un
Salvador resucitado. No somos salvos de nuestros pecados por una madre viviente, ni
por un judío muerto, sino por un Señor resucitado.

10. El registro de los Evangelios. Los Evangelios fueron escritos o dictados por testigos
de aquellos hechos: “testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que
comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.” (Hechos 10:41b). En
una lectura de los Evangelios, notamos pequeños detalles, palabras y frases, que nos
prueban cuan naturales y verdaderos fueron aquellos acontecimientos de la vida.

E. Los resultados de la Resurrección.

1. En relación a Cristo mismo.


a. Fue el sello de la aceptación del Padre. En otras palabras, el sacrificio de Cristo fue
suficiente y aceptado por Dios. “Es el «Amén» de Dios al «consumado es» de su Hijo.
b. Fue la marca del divino Hijo. Cristo fue “declarado Hijo de Dios con poder, según el
Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, ” (Rom. 1:4). Al ser
clavado en la cruz, El fue desamparado por Dios. Dios no habría de dejar desamparado
a su Hijo; por lo tanto Dios lo resucitó de entre los muertos.
c. Fue la demostración de su victoria.
(1) Sobre el diablo. Si el Diablo hubiera podido mantenerlo en la tumba, habría sido una
victoria completa para Satanás. De todos modos, Cristo se levantó de entre los muertos,
garantizando salvación para cada alma creyente. Ahora manda a cada creyente ponerse
toda la armadura de Dios en función de resistir los embates del Diablo. Una pieza de esa
armadura es el yelmo de la salvación.
(2) Sobre la muerte. “Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me
veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que
yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.” (Juan 14:19, 20). Ver
también II Timoteo 1:10.
d. Fue la ilustración de la incorruptibilidad. El propósito y la gracia de Dios “ahora ha
sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte
y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, ” (II Tim. 1:10).

2. En relación al creyente.
a. Prueba su Justificación. “sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser
contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor
nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra
justificación. ” (Rom. 4:24, 25).
b. Ilustra su Poder. Pablo oró para que Dios pudiese darle a los efesios “espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro
entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las
riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de
su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los
lugares celestiales, ” (Ef. 1:17, 18,19, 20).
c. Provee un Sumo Sacerdote. “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los
que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. ” (Heb. 7:25).
Ver también Romanos 8:34; Hebreos 3:1; 7:22.
d. Nos hizo renacer a una esperanza viva. “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva,
por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible,
incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, ” (I Pedro 1:3,4).
e. Garantiza nuestra resurrección. “sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a
nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. ”
(II Cor. 4:14). Ver también I Corintios 15:22; I Tesalonicenses 4:14.

3. En relación al mundo.
a. Da evidencia de su Verdad. Todo lo que dijo es sustentado por su resurrección,
porque Dios no levantaría un mentiroso de entre los muertos, y además le declara ser Su
Hijo. Su acto prueba Su favor.
b. Da evidencia de la resurrección universal. “Porque así como en Adán todos mueren,
también en Cristo todos serán vivificados. ” (I Cor. 15:22).
c. Da evidencia de su Juicio al mundo. “Por cuanto ha establecido un día en el cual
juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con
haberle levantado de los muertos.” (Hechos 17:31).

VI. La ascensión y el entronamiento de Jesucristo.

Su ascensión es un hecho histórico. Si se niega su resurrección, entonces su ascensión


también debería negarse. Es difícil para algunas personas aceptar que un cuerpo
glorificado está en la gloria celestial; pero, sin embargo, El está allá.

A. El significado de la ascensión y el entronamiento del Señor.

1. De Su Ascensión. Es ese evento, después de su resurrección, en el cual El partió


visiblemente desde la tierra al cielo. “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue
alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos
puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos
varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por
qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo,
así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:9-11).

2. De su entronamiento o exaltación. Este fue el acto de Dios por el cual le dio al


resucitado y ascendido Señor, todo poder y gloria, sentándolo a la diestra del trono de
Dios. “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que,
exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu
Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. ” (Hechos 2:32, 33). “Al que venciere,
le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con
mi Padre en su trono. ” (Ap. 3:21). Cristo no está ahora sentado en su propio trono, sino
en el trono de su Padre.

B. El mensaje de la Ascensión y el Entronamiento.

1. En Profecía.
a. Testimonio del Salmista. “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu
santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de
gozo; Delicias a tu diestra para siempre.” (Sal.16:10, 11). Ver también Salmo 68:18;
110:4, 5.
b. Testimonio del Salvador. “¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde
estaba primero?” (Juan 6:62). Ver también Juan 16:28.
c. Testimonio de Lucas. “Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido
arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.” (Lucas 9:51).

2. En la Historia.
a. Testimonio de Marcos. “Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el
cielo, y se sentó a la diestra de Dios.” (Marcos 16:19).
b. Testimonio de Lucas. “Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue
llevado arriba al cielo.” (Lucas 24:51). Ver también Hechos 1:9-11.
c. Testimonio de Esteban. “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el
cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo
los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.” (Hechos 7:55,
56).
d. Testimonio de Pedro. “quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él
están sujetos ángeles, autoridades y potestades.” (I Pedro 3:22). Ver también Hechos
3:15, 20, 21; 5:30, 31.
e. Testimonio de Pablo. “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun,
el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también
intercede por nosotros.” (Rom. 8:34). Ver también Efesios 1:20, 21; 4:8-10; Colosenses
3:1; I Timoteo 3:16.
f. Testimonio de Juan. Todo el capitulo uno de Apocalipsis declara el testimonio de
Juan respecto al ascendido y entronado Señor Jesucristo.

C. La naturaleza de la Ascensión y el Entronamiento de Jesucristo.


1. El ascendió corporalmente y visiblemente. Lucas escribió: “En el primer tratado, oh
Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el
día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu
Santo a los apóstoles que había escogido; ” (Hechos 1:1, 2). Ver también Hechos 1:9-
11.

2. El traspasó los cielos. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los
cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.” (Heb. 4:14).

3. El fue hecho más sublime que los cielos. Esto significa que El fue hecho más alto que
todos los seres creados en los cielos. “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo,
inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos.”
(Heb. 7:26).

4. Se sentó a la diestra de Dios. “Ahora bien, el punto principal de lo que venimos


diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la
Majestad en los cielos, ” (Heb. 8:1). Ver también Efesios 1:20; Colosenses 3:1.

D. La necesidad de la Ascensión y el Entronamiento de Cristo.

1. Para demostrar que su obra estaba completa. “A éste, Dios ha exaltado con su diestra
por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. (Hehos
5:31). El dijo, “He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero,
para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del
cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” (Heb. 10: 9, 10). En el tabernáculo
aquí en la tierra no había sillas, y eso significaba que ese sistema nunca completaría la
obra aquí en la tierra. El entró en el cielo y se sentó, y eso declara que la obra de la
redención fue un hecho terminado.

2. Para facilitar la adoración humana. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el
Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Juan 4:23, 24).

3. Para el envío del Espíritu Santo. “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me
vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo
enviaré.” (Juan 16:7).
4. Para constituirse como Cabeza de la iglesia. “y sometió todas las cosas bajo sus pies,
y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de
Aquel que todo lo llena en todo. ” (Ef. 1:22, 23).

E. El propósito de la Ascensión y el Entronamiento.

1. El entró en el cielo como nuestro Precursor. “donde Jesús entró por nosotros como
precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.” (Heb.
6:20). Otra idea para la palabra es la de un príncipe líder, alguien a quien siguen los
demás. El Señor Jesús nos precedió; le seguiremos para estar con El.

2. El entró al cielo como un repartidor de despojos de batalla. “Por lo cual dice:


Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. . . Y él
mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros,
pastores y maestros, ” (Ef. 4:8, 11).

3. El fue al cielo para preparar lugar. “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si
así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me
fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:2, 3).

F. Los resultados de la Ascensión y el Entronamiento.

1. Nos da un Intercesor ante Dios. “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de


mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros
ante Dios; ” (Heb. 9:24). Ver tambien Hebreos 7:25.

2. Nos da acceso a Dios. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los
cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado
en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente
al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro.” (Heb. 4:14-16).

3. Nos da habilidad para el servicio. “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las
obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.”
(Juan 14:12). “Mayores obras” no significa sanidades, milagros o lenguas, sino el
esparcir el Evangelio de salvación. Por ejemplo, Pedro habló, y 3000 se convirtieron; y
habló otra vez, y 5000 se convirtieron.
4. Nos da confianza en la Providencia de Dios. “Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados.” (Rom. 8:28).

5. Nos da una posición celestial. «y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo
sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, ” (Ef. 2:6).

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