Reservas Ecologic As Mexico
Reservas Ecologic As Mexico
Reservas Ecologic As Mexico
LOCALIZACIÓN GENERAL
ADVERTENCIAS
RESERVAS DE LA BIOSFERA
ALTO GOLFO DE CALIFORNIA Y DELTA DEL RÍO COLORADO
EL PINACATE Y GRAN DESIERTO DE ALTAR
EL VIZCAÍNO
SIERRA LA LAGUNA
ARCHIPIÉLAGO DE REVILLAGIGEDO
LA MICHILÍA
MAPIMÍ
EL CIELO
SIERRA DE MANANTLÁN
CHAMELA-CUIXMALA
SIERRA DEL ABRA TANCHIPA
PANTANOS DE CENTLA
EL TRIUNFO
LACANTÚN
MONTES AZULES
CALAKMUL
SIAN KA'AN
MONUMENTOS NATURALES
CERRO DE LA SILLA
BONAMPAK
YAXCHILÁN
Es un hecho bien reconocido que nuestro país alberga una riqueza biológica singularmente alta en el
planeta, evidente por un complejo conjunto de ecosistemas y por la diversidad de especies de plantas
y animales que aquí habitan. Poseer tal riqueza implica no sólo un privilegio sino también la
responsabilidad de conocerla, protegerla y utilizarla adecuadamente; de ahí que en la política
ambiental de México sea prioritaria la conservación, protección y aprovechamiento sustentable de
nuestros recursos naturales.
La comunidad científica nacional e internacional ha propuesto la creación de áreas naturales
protegidas como una de las herramientas más obvias y directas para conservar la naturaleza.
Dicha herramienta, aunque no es la única ni tampoco es suficiente, sí constituye una base
fundamental para tal fin; de hecho, las áreas naturales protegidas de nuestro país constituyen el más
preciado esfuerzo de muchos mexicanos por preservar el patrimonio natural del país para las futuras
generaciones.
No concebimos las áreas protegidas al margen del proceso de crecimiento, como islas de
conservación en un mar de degradación ecológica; por el contrario, tenemos la convicción de que
éstas constituyen un pilar de un nuevo modelo de desarrollo regional sustentable, en el que los
sistemas naturales se vinculan a las actividades socioeconómicas a través del ordenamiento ecológico
del territorio nacional. Potencialmente, la biodiversidad de México es una ventaja comparativa con el
resto de las naciones; si logramos utilizarla con racionalidad y creatividad, podremos incrementar
nuestro bienestar.
A lo largo de su historia, México ha venido seleccionando sitios de importancia biológica, ecológica,
histórica o escénica que requieren una atención especial. El Gobierno de la República ha expedido
leyes y decretos que brindan el marco jurídico para su conservación, que no será posible lograr sin la
participación activa y comprometida de la sociedad.
Es una realidad que los instrumentos jurídicos para obtener una protección efectiva apenas empiezan
a ser suficientes, y que existe todavía un importante déficit de recursos humanos y económicos para el
estudio, manejo y cuidado de las áreas. Sin embargo, la sobrevivencia de tradiciones más armoniosas
con la naturaleza en muchas comunidades indígenas y campesinas, la participación creciente y
decidida de las asociaciones conservacionistas, de académicos y de ciertos donadores privados, nos
permiten ser optimistas.
Dada la importancia de las áreas protegidas y la necesidad de tener información actualizada sobre su
estado de conservación, el Instituto Nacional de Ecología decidió hacer un diagnóstico y una revisión
metódica de la situación en la que se encuentran. La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso
de la Biodiversidad se suma al esfuerzo al publicar la presente obra.
Con ello esperamos responder a nuestro compromiso y brindar más elementos para una mayor
participación de la sociedad en una lucha que sin duda nos compete a todos.
Julia Carabias Lillo
Secretaria
Diversidad ecológica
y biológica de México
Sin embargo, en el caso de México no sólo estas áreas de contacto tienen interés para la
conservación; la totalidad de su territorio es importante por su biodiversidad. De hecho, México está
considerado entre los principales países de megadiversidad.
El concepto de país de megadiversidad sólo se aplica a un número muy pequeño de países:
aquéllos que contienen un porcentaje extraordinario de la biodiversidad del planeta. Aunque existen
más de 170 países en el mundo, sólo 111 de ellos se encuentran situados parcial o totalmente en los
trópicos; aproximadamente una docena de estos países cuentan con una gran parte –entre 60 o 70%–
de la diversidad biológica del planeta, y de ellos, México es uno de los más importantes. En la tabla 1
se puede observar el número total de especies de algunos grupos de organismos que existen en la
Tierra y el porcentaje de ellas que se presentan en México.
México se encuentra en una categoría especial junto con Brasil, Colombia e Indonesia, países que
generalmente ocupan los primeros lugares en todas las listas de diversidad biológica que se han
elaborado para los diferentes taxa. Por ejemplo, ocupa el primer lugar en el mundo en diversidad de
reptiles, el segundo en mamíferos, el cuarto en anfibios y el cuarto en plantas (tabla 2). En términos
generales, se podría decir que México alberga 10% de la biodiversidad terrestre del planeta.
Tabla 2
Países con mayor número de especies de cuatro grupos
representativos de la biota
Tabla 3
Endemismos de México comparados con los del mundo
En cuanto al número de plantas fanerógamas en la República Mexicana, existen 220 familias que
abarcan 2,410 géneros y cerca de 26,000 especies, lo que sitúa a nuestro país en el cuarto lugar
mundial en diversidad florística (tabla 2). Esto nos lleva a considerar la importancia que tiene el asignar
las más altas prioridades a la conservación. Sin duda, conservar las áreas críticas de bosque tropical
húmedo es de vital importancia, pero es urgente comenzar a prestar más atención a los otros tipos de
ecosistemas, y México, dada su gran diversidad no sólo de especies sino también de ecosistemas,
debe dar prioridad a este aspecto.
Por lo que hace a las formas de vida o biotipos, definidos como los tipos morfológicos que dan la apa-
riencia a las plantas (y que por lo general son la expresión de la respuesta de las plantas a las
condiciones del ambiente), la evaluación de la diversidad de éstas, confirma la situación privilegiada de
la flora de México. La diversidad de biotipos se ha documentado mejor en el caso de las comunidades
de zonas áridas, donde alcanza niveles realmente espectaculares. Es notable que para esta
comunidad se distinguen 43 formas de vida. Los siguientes ejemplos, utilizando nombres tal vez más
familiares, son indicativos de tal diversidad en los desiertos mexicanos: biznagas gigantescas o de
talla pequeña, nopales arborescentes o en miniatura, sahuaros gigantescos, yucas o izotes (“palmas
del desierto”), una enorme gama de plantas en forma de roseta como los agaves, plantas carnosas
globosas semienterradas como el peyote, las chayas, los enormes cardones, varas de cuete, plantas
en forma de cirio (Fouquieria), las llamadas orejas de burro (Echeverria), y numerosos tipos de
arbustos y hasta árboles achaparrados y tortuosos como los pinos piñoneros.
La fama de diversidad de biotipos de zonas áridas está bien justificada, pero la de otras
comunidades, aunque no tan conocida, también es sorprendente. Éstos son ejemplos de las selvas:
árboles de 50 metros, corpulentas lianas, cactos epífitos (que viven sobre otras plantas), orquídeas
terrestres y epífitas, palmas gigantescas con hojas de unos 8 metros de largo, enredaderas herbáceas,
árboles estranguladores hemiepífitos, árboles epífitos estrictos, palmas que son lianas, y las bromelias
de tanque. Muy pocas regiones del planeta combinan en un solo país tal diversidad de formas de vida
en la flora de la Tierra (Dirzo, 1994).
Distribución geográfica
y ecológica de la biodiversidad
Aunque no existe la información necesaria para documentar esto con la precisión que sería deseable,
se puede hacer un ejercicio revelador con base en la información florística disponible. Es evidente que
el sur-sureste del país es la región de mayor riqueza florística. En particular, la zona de mayor
concentración de especies se da en Chiapas y Oaxaca, y de ahí parte hacia el norte a manera de dos
franjas que acusan una disminución gradual de la riqueza florística, una que va hacia el centro de
Veracruz, y otra hacia Sinaloa y Durango (Rzedowski, 1978). Esta tendencia decreciente en la riqueza
a medida que se avanza hacia el norte, se hace evidente también con la península de Yucatán, la cual
en comparación con Chiapas y Oaxaca, muestra un notable empobrecimiento florístico. En términos
muy generales se distingue un patrón de mayor riqueza en las zonas de climas cálido y húmedo
(tendencia tropical) asociados a la parte ubicada hacia el sur del Trópico de Cáncer, que la asociada a
la franja correspondiente al norte de esa latitud.
Otro patrón notable de la distribución de la diversidad florística, tiene que ver con la ecología. En
particular, es evidente que la riqueza varía con el tipo de ecosistema. Esto se puede apreciar
agrupando la flora en cinco grandes conjuntos de ecosistema: matorrales xerófilos y pastizales,
bosque de coníferas y encinos, bosque de niebla o bosque mesófilo, comunidades tropicales de selva
perennifolia y selva caducifolia (Rzedowski, 1992). En función de esto, es evidente que los matorrales
xerófilos y pastizales, así como los bosques de encino y coníferas hacen una contribución proporcional
pobre, mientras que los ecosistemas tropicales, hacen una contribución por arriba de lo esperado. El
caso más notable de riqueza, sin embargo, corresponde al bosque nuboso de montaña (bosques
mesófilos), el cual, aunque apenas cubre 1% del territorio nacional, contribuye con un 10% a la flora
del país.
En suma, es de resaltar la gran riqueza biológica de la vegetación tropical. Finalmente, conviene no
perder de vista que en el caso de los ecosistemas de matorrales-pastizales, así como de los bosques
de coníferas y encinos, aunque con una representación proporcional pobre, en números absolutos,
tienen un contingente florístico envidiable. Así es notable que los bosques de coníferas albergan 55
especies de pinos, probablemente el número más alto que el de ninguna otra región del planeta, y sin
duda son estos ecosistemas de México, el centro de origen y distribución de muchas de las especies
de este grupo que hoy existen en la Tierra.
Como corolario a esta sección, es relevante revisar la distribución geográfico-ecológica de los
endemismos de la flora. En esencia, el mayor grado de endemismo a nivel de familias y géneros se da
en los ecosistemas xerófilos. A nivel de especie, sin embargo, los bosques de coníferas y encino
ocupan el primer lugar, seguidos de los matorrales xerófilos y pastizales y la selva caducifolia. En total
contraste con la diversidad de especies, las selvas perennifolias ocupan el último lugar con tan sólo un
contenido de 5% de endémicas. Además de la prevalencia de la vegetación árida en cuanto a
endemismos, es de destacar también la que ocurre en las siguientes comarcas geográficas: la
península de Baja California en la cual 25% de las especies son endémicas (en parte explicado por su
afinidad árida), algunas islas como Guadalupe (21% de las especies), las Revillagigedo (26%), la
depresión del Balsas y, a nivel más local, los picos de altas montañas y zonas con suelos muy
selectivos como los suelos yesosos o muy salinos (Rzedowski, 1978).
Es evidente que esta descripción de la biodiversidad de México señala a este territorio como área
de prioridad planetaria. Es también importante, al hablar de prioridades, mencionar la que se centra
tanto en el origen como en la diversidad de especies de importancia agrícola; esas especies que
representan un valor económico inmediato para todos. Se deben concentrar esfuerzos para conservar
la diversidad de estas especies, así como la de sus parientes silvestres y de esta manera asegurar el
alimento para ésta y las futuras generaciones. México desempeña un papel clave en este aspecto de
la conservación de la biodiversidad.
Por otra parte, entre las razones principales de conservar la biodiversidad no sólo deben contar las
económicas y las prácticas, sino también las culturales, estéticas y espirituales. La riqueza que ofrece
la biodiversidad que nos rodea constituye el verdadero museo de la naturaleza, su interminable obra
de arte, y los ecosistemas tropicales, como el bosque húmedo y los arrecifes de coral, son la expresión
última de la complejidad y magnificencia de la vida en el planeta, aunque sólo fuera por esta única
razón, vale la pena tratar de salvarlos.
Teóricamente, un sistema nacional de áreas protegidas sería un mecanismo ideal y eficaz para
proteger la diversidad del país. Pero este potencial es limitado, en principio por razones intrínsecas a
la propia biodiversidad del territorio. La investigación reciente sugiere que, en general, existe un
marcado remplazo en las especies (animales o vegetales) de sitios contiguos (la llamada diversidad
beta). Así, por ejemplo, aunque un sitio tenga un número de especies similar al de otro contiguo, la
similitud específica entre ambos tiende a ser baja. Esta situación demandaría, en principio, una gran
cantidad de reservas naturales en el país. Por otra parte, nuestro sistema de áreas protegidas aún
dista de ser balanceado y operativamente óptimo. Sin duda se requiere incorporar nuevas áreas
protegidas, así como también incorporar al sistema de protección, áreas utilizadas en mayor o menor
grado, incluyendo reservas campesinas o de otro tipo de propiedad privada, junto con cañadas,
corredores naturales de conexión, así como crear mosaicos de conservación regional de mayor escala
o biorregiones.
Para tal propósito, nuestro actual sistema nacional de áreas protegidas puede operar como el punto
de partida o columna vertebral a partir del cual podemos aspirar a generar un sistema de áreas
protegidas a la altura de la gran biodiversidad de México. Esto, a su vez, demanda la gran tarea de
actualizar cuidadosamente el potencial de incorporación de nuevas áreas, apreciar y evaluar lo que ya,
a costa de un gran esfuerzo, tenemos protegido. Para tal fin hemos recurrido a la información, a la
experiencia y al espíritu cooperativo de la gran mayoría de expertos del país, sobre estos temas. Un
primer producto de la coordinación de tal contribución nacional se refleja en el presente volumen que
esperamos sea la columna vertebral requerida y, a la vez, permita a la sociedad apreciar y valorar
nuestro sistema actual de áreas protegidas.
1. Debiera ser una institución única del Gobierno federal la que se encargue del establecimiento, la
normatividad, la vigilancia, el financiamiento y el monitoreo de todas las áreas protegidas decretadas
del país. Esta institución deberá apoyarse en los centros de investigación científica y técnica en
conservación biológica, así como en los centros de educación superior con interés y capacidad para
responsabilizarse del estudio, manejo y monitoreo científico de las áreas.
2. Los recursos económicos para la protección de la biodiversidad deben aumentar consi-
derablemente para lograr una efectiva protección del patrimonio biótico de México.
3. La protección de la diversidad ecológica y biológica de México no puede ser exclusiva de las
áreas protegidas. Es necesario que en todos los planes de ordenamiento ecológico del territorio se
incluya esta protección como una norma común.
4. Se recomienda hacer un estudio a nivel nacional para identificar regiones geográficas amplias de
interés biológico y/o ecológico (biorregiones) que podrían integrarse en grandes unidades de manejo
conservacionista a través de planes regionales de ordenamiento ecológico. Estas biorregiones
incluirán una o varias áreas protegidas rodeadas por grandes zonas de influencia que serían
manejadas con criterios ecológicos conservacionistas y con la consulta y participación de los
habitantes locales y los usuarios de la tierra y sus recursos. Por ejemplo, es evidente que de nada
sirve tener una laguna costera como área protegida, si no se protege la cuenca que la alimenta y se
consideran las alternativas para las actividades humanas que las afectan.
5. Una parte importante de la biodiversidad de nuestro país está en las áreas manejadas por
campesinos o grupos indígenas que siguen sistemas tradicionales. Esto es de especial importancia
económica. Dado el hecho de que México es uno de los centros de origen y domesticación de muchas
especies importantes, se debe integrar un grupo que estudie este tema y proponga las mejores
medidas para asegurar que las prácticas continúen y con ello asegurar la sobrevivencia de sus
parientes silvestres. Lo mismo se debe hacer para las razas nativas de plantas cultivadas. El esquema
informal de las llamadas “reservas campesinas” podría utilizarse para dar el apoyo necesario a este
tipo de conservación.
6. El conocimiento de la flora, la fauna y los microorganismos de México es aún muy deficiente. Es
indispensable fomentar el estudio de esta riqueza biótica nacional. En especial se recomienda iniciar
un programa urgente para llevar a cabo una evaluación completa de la diversidad biológica que
tenemos en las principales áreas protegidas del país. Este esfuerzo debe involucrar a los habitantes
locales, los centros de investigación biológica y la CONABIO. No podemos hacer una buena planeación
de las necesidades adicionales de conservación biológica si no sabemos qué es lo que tenemos ya
protegido.
7. La historia nos dice que la gran mayoría de las áreas protegidas se han decretado sin la
participación y opiniones de las comunidades afectadas por los decretos. Es necesario que en el futuro
esta práctica se abandone y se busque la colaboración y el entendimiento de los habitantes de las
zonas afectadas o influidas por las reservas. Sería de gran valor hacer una consulta para todas las
áreas actuales que se consideren prioritarias y que tengan que redefinir su status o sus límites.
8. Es necesario simplificar la clasificación y nomenclatura de los tipos de áreas protegidas y
quedarse sólo con los tipos que mejor cumplan su función.
9. La conservación biológica y ecológica no debe ser sólo por decreto; debe buscarse y estimularse
la participación de pequeños propietarios, grupos privados e individuos que puedan participar en este
esfuerzo nacional.
10. El conjunto de áreas protegidas de México no protege la diversidad biológica y ecológica del
país. Es necesario fomentar la creación de nuevas áreas protegidas en zonas críticas.
11. Las áreas formalmente protegidas mejor manejadas son las que están bajo el cuidado de
centros de investigación y/o de educación superior. Debe promoverse este tipo de arreglo con todas
las áreas prioritarias.
12. Una de las mejores formas de asegurar la conservación de los recursos naturales es a través de
una planeación del uso de la tierra y de sus recursos en la que la dimensión conservacionista sea uno
de los ejes principales de la planeación. Para asegurar que esto se cumpla, se recomienda que en las
explotaciones forestales se deje al menos un 10% de la superficie por aprovechar como un área
protegida. Esto sería el núcleo de una reserva forestal particular. A aquellos empresarios o pequeños
propietarios que lo hagan se les podría dar a cambio estímulos fiscales.
13. La gran mayoría de las áreas protegidas no son terrenos propiedad de la nación. Los decretos
expropiatorios nunca se ejecutaron. Es necesario encontrar formas para que, al menos, las áreas
núcleo críticas de cada reserva pasen a ser propiedad de la nación, en las que se compre y pague
justamente a los dueños de la tierra y los recursos.
14. Es necesario que para todos los aprovechamientos de recursos naturales silvestres (bosques,
selvas, pesquerías, etcétera) se incluyan normas que aseguren un aprovechamiento conservacionista.
15. Se recomienda hacer una evaluación de los terrenos nacionales adyacentes a áreas protegidas
que puedan integrarse a las mismas. Esto sería complementario al diseño de zonas de conservación
integrada, o biorregiones, que incluyan áreas conservadas interconectadas y terrenos adyacentes bajo
diferentes tipos de manejo ecológicamente compatibles.
16. Se debe dar toda clase de estímulos para la creación de áreas privadas de todo tipo, en
especial aquellas propuestas por grupos campesinos o indígenas.
17. Se recomienda realizar un estudio profundo sobre la biota endémica de México. Estos recursos
son únicos del país y por tanto tenemos una gran responsabilidad por su cuidado.
Bibliografía citada
Dirzo, R. 1994. Diversidad de la flora de México, CEMEX y Agrupación Sierra Madre, México.
Gómez-Pompa, A., R. Dirzo y A. Kaus. l994. Los foros regionales de consulta del proyecto de
evaluación de las áreas naturales protegidas de México, SEDESOL, México.
Miranda, F. y E. Hernández-X. 1963. “Los tipos de vegetación de México y su clasificación”. Boletín de
la Sociedad Botánica de México. 28:29-178.
Mittermeier, R.A. y C.G. Mittermieier. 1992. “La importancia de la diversidad biológica de México”. En:
J. Sarukhán y R. Dirzo (comps.). México ante los retos de la biodiversidad. CONABIO, México. pp.
63-73.
Rzedowski, J. 1978. Vegetación de México. Editorial Limusa. México.
––. 1992. “Diversidad y orígenes de la flora fanerogámica de México”. Ciencias 6:47-56
Janis Alcorn
Nunca antes en la historia se había tenido tal nivel de conciencia sobre la necesidad de conservar la
biodiversidad actual. Sin embargo, aunque conocemos la necesidad, sabemos poco de cómo hacerlo.
Ante esta ignorancia, el mundo entero ha aceptado la creación de redes nacionales e internacionales
de áreas protegidas, como una respuesta fácil al problema. Poco se ha evaluado o cuestionado su
eficacia; las únicas reglas aceptadas han sido que más áreas son mejores que menos, y que las
grandes áreas son mejores que las pequeñas.
Sin embargo aún quedan muchas preguntas sin respuesta: ¿cuál es el objetivo central de la
conservación a través de áreas protegidas?; ¿la biodiversidad?; ¿ecosistemas prístinos?; ¿satis-
acción de nuestra biofilia?; ¿nostalgia? Cada pregunta a su vez genera muchas más: ¿qué
biodiversidad queremos conservar?, ¿tienen igual valor todas las especies?, ¿debemos hacer el
mismo esfuerzo para conservar por igual todas las especies de plantas, animales y microorganismos?
Igualmente preocupante es que ya que la mayor parte de las especies de nuestro planeta aún están
por descubrirse, ¿cómo podemos proteger lo que desconocemos?
Es evidente que quizá ante la falta de respuestas para estas preguntas, nuestra única opción ha
sido la de apoyar ciegamente una sola acción: crear más áreas protegidas. Intuimos que hacer esto es
mejor que no hacer nada. México ha seguido y sigue este camino, sin embargo sabemos que no es
suficiente.
México posee una gran diversidad biológica. La riqueza de endemismos de la biota mexicana la
hace una de las más importantes del mundo (véase Sarukhán y Dirzo, 1992) y al mismo tiempo
constituye un reto para lograr su conservación. A continuación presentaremos un análisis sucinto de la
historia de algunas de las categorías de áreas protegidas que nuestro país ha usado para conservar la
naturaleza.
Parques nacionales
Los parques nacionales constituyen la categoría de área protegida más conocida y con mayor arraigo
en el mundo.
La entrada formal de México a la corriente internacional de parques nacionales la llevó a cabo el
presidente Venustiano Carranza al decretar el Desierto de los Leones como el primer parque nacional
de México, el 1° de noviembre de 1917 (Beltrán, 1974).
La categoría de parque nacional no fue utilizada otra vez sino hasta el régimen de Lázaro
Cárdenas. Con él se inicia en grande la política de conservación de la naturaleza mediante la creación
de 41 parques nacionales.
Desafortunadamente la política de creación de parques nacionales no tuvo en cuenta la necesidad
de asegurar la tenencia de la tierra de los sitios por proteger. La mayor parte de los decretos no fueron
seguidos por una expropiación de las áreas para fines de utilidad pública. Lo único que se consiguió
fue la restricción legal del uso de la tierra. En esa época quizá esto no era importante, dada la baja
densidad de población; lo grave ha sido que esta política marcó un precedente que se sigue en la
actualidad.
De esta forma, durante los gobiernos de los presidentes Ávila Camacho, Alemán, Ruiz Cortines y
López Mateos se decretaron nuevos parques con los mismos problemas: tenencia de la tierra no
definida y pocos recursos para su protección.
La motivación principal para declarar un área como parque nacional era su valor histórico, turístico,
estético o incluso político, pero visto desde el ángulo de la sociedad urbana. El aspecto biológico o
ecológico prácticamente no influyó.
Evidentemente los parques nacionales han desempeñado un papel importante en la historia de la
conservación en México; sin embargo, es lamentable el estado de abandono al que han sido
sometidos. Su conservación se deja a la naturaleza y a la existencia del decreto que restringe su uso.
No obstante, a pesar de su triste historia, nuestro proyecto ha identificado parques nacionales que son
dignos de recuperarse y restaurarse, los cuales son mencionados en otro capítulo de este libro.
Reservas forestales
Otra categoría de protección a la naturaleza son las llamadas reservas forestales. Éstas se crearon en
el periodo del general Álvaro Obregón y su principal objetivo fue mantener las áreas así destinadas
como zonas boscosas, restringiendo su conservación a otros usos que no fueran los forestales. Bajo
esta categoría fueron decretadas sólo seis áreas, tres por Álvaro Obregón, dos por Calles y una por
Cárdenas.
Esta categoría desafortunadamente fue abandonada en la política conservacionista de México, a
pesar de que tiene la enorme bondad de mantener bajo condiciones de bosque enormes áreas de
gran importancia biológica (conservación de especies) y ecológica (mantenimiento de procesos y
servicios ambientales).
En la actualidad se está haciendo un gran esfuerzo para lograr el compromiso de las comunidades
que viven en zonas forestales (y que quieren manejar sus recursos), de definir sus áreas de bosque
permanentes. Estas áreas se mantendrían siempre como bosques o selvas naturales. Esta decisión
puede llegar a tener un impacto enorme en la conservación biológica y ecológica. Un bosque en
explotación o en recuperación es biológicamente mucho más diverso y aporta mejores servicios
ambientales que un campo abandonado o un pastizal.
Es importante que esta categoría se revise y utilice en forma amplia.
Reservas de la biosfera
La comunidad conservacionista internacional agrupada en el Programa El Hombre y la Biosfera (MAB)
de la UNESCO en los años setenta, consciente y preocupada por la ineficacia de los sistemas de
protección de la naturaleza prevalecientes en los países en desarrollo, lanzó la idea de un nuevo
concepto de protección que combinaba cuatro elementos fundamentales: la investigación científica, la
necesidad de tener áreas bien protegidas (llamadas zonas núcleo), la participación local y la acep-
ación de que los decretos oficiales de zonas amplias tenían ciertas ventajas que debían aprovecharse
para la creación de un nuevo tipo de área protegida: las reservas de la biosfera (véase discusión en
Halffter, 1985).
La protección “legal” –por un decreto– de amplias zonas circundantes podría incluirse en este
nuevo concepto bajo la frase de “la participación local” en las áreas de amortiguamiento e influencia.
La idea parecía genial y fue adoptada con entusiasmo. La clave de la aceptación fue que no impli-
aba ningún cambio a lo que los países ya estaban haciendo, no había compromisos económicos,
adquisición de tierras o reubicación de gente, ni sanciones de ningún tipo.
El comité mexicano del programa MAB, decidió tomar a su cargo la creación de las reservas de
biosfera en México con lo que se inició este nuevo modelo de área protegida en nuestro país. El
modelo era muy atractivo, y al igual que en otras categorías, no contemplaba expropiar o comprar
tierras. El modelo original ni siquiera pedía que existiera un decreto gubernamental. De hecho las
primeras reservas de México, La Michilía y Mapimí, nacieron sin decreto a través de un acuerdo entre
el comité mexicano del MAB, el CONACYT, la UNESCO y el Gobierno del estado de Durango.
Lo que sí pedía era desarrollar un activo programa de investigación y lograr la participación de los
habitantes de la reserva en las actividades de conservación de ésta.
Reservas campesinas
Otro tipo de iniciativa de conservación sin decreto, pero de gran importancia, son los predios propiedad
de ejidos o comunidades indígenas que se dedican por voluntad de la misma comunidad a la
conservación ecológica. En éstos se incluyen no sólo las zonas forestadas con poca perturbación, sino
también sus diversos agroecosistemas que constituyen el reservorio genético más importante de
plantas cultivadas (Rzedowski, 1992).
Es costumbre antigua de muchas comunidades indígenas mantener porciones de sus bosques y
selvas con un mínimo grado de perturbación. Estos sitios son sus “reservas” para el futuro. En ellos se
encuentran sus plantas medicinales, sus semillas y múltiples productos necesarios. Se han estudiado
estos sitios en La Huasteca, en la zona totonaca y en la maya. Se sabe de su existencia en muchos
otros sitios más pero no se cuenta con descripciones precisas.
En el pasado, la legislación agraria no favorecía estas iniciativas de conservación campesina, ya
que incluso las penalizaba a través de la Ley de las Tierras Ociosas que declaraba enajenables las
tierras no utilizadas. Muchos campesinos se vieron en la necesidad de desmontar terrenos para evitar
que se los quitaran. Afortunadamente, otros muchos no lo hicieron y hoy en día la mayor par-
te de las zonas bien conservadas del país están en manos de comunidades indígenas y campesinas.
Este hecho nos ha permitido ver la enorme posibilidad y el potencial que tienen las iniciativas
campesinas para la conservación efectiva sin decreto. El Programa de Acción Forestal Tropical de
México (PROAFT) ha venido promoviendo este tipo de iniciativas campesinas en las distintas
comunidades con las que colabora (Del Amo y Gómez-Pompa, 1994).
Es indispensable buscar las mejores formas para estimular, compensar y reconocer estas acciones
conservacionistas campesinas. Hasta ahora, el costo de la mucha o poca conservación de la
naturaleza en México ha estado recayendo en los más pobres, ya que son ellos los que de acuerdo
con la ley ya no pueden usar el suelo como quieran, ni explotar sus bosques.
A pesar de esto, muchos campesinos han decidido crear sus propias reservas. Estas reservas
creadas por iniciativa y bajo la responsabilidad de campesinos las hemos llamado “reservas
campesinas”. Éstas pueden o no tener algún documento legal que las acredite (decreto, acuerdo, etc.);
en realidad esto no es lo que importa, lo fundamental es que las reconozcamos, estimulemos y
apoyemos. Esta es una gran oportunidad para lograr una conservación a nivel nacional cuyo foco
primordial sean las comunidades de base.
Un ejemplo notable de reserva campesina es la llamada Reserva Comunal de la Sierra de la
Cojolita, acordada en asamblea de la comunidad lacandona; fue creada por ellos y constituye la única
conexión selvática entre la reserva de Montes Azules y las áreas protegidas de Guatemala. Otra
reserva campesina es la de Mazunte en Oaxaca, creada por acuerdo de la comunidad con la finalidad
de proteger las selvas, que son un atractivo para las actividades ecoturísticas que ellos promueven. La
iniciativa de reserva campesina más importante por su extensión y complejidad es la de Los
Chimalapas, la cual está siendo desarrollada a través de acuerdos con todas las comunidades de la
región.
La reserva de Yum Balam, en el norte de Quintana Roo, es otro ejemplo de área protegida creada
por iniciativa de campesinos. En este caso la zona tiene además un decreto presidencial.
Sin lugar a dudas las zonas denominadas como áreas forestales permanentes caen en este tipo de
reserva campesina. Son áreas bajo aprovechamiento de los bosques y selvas naturales que se
mantendrán como zonas forestales. El estado de Quintana Roo con su Plan Piloto Forestal ha estado
a la vanguardia en esta iniciativa y tiene aproximadamente 500,000 ha de áreas forestales
permanentes.
Conclusiones
Son indudables los esfuerzos que los mexicanos hemos hecho por tratar de proteger el patrimonio
biológico y ecológico del país. El Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) que tenemos
representa la acumulación a través de los años de las distintas visiones, sesgos y vicios
administrativos.
Los gobernantes en turno han descargado su conciencia a través de los decretos, esperando que
un milagro permita que las áreas realmente se conserven; sin embargo a la hora de la verdad los
recursos asignados han sido mínimos.
El resultado de esta errónea decisión es palpable: la gran mayoría de nuestras áreas protegidas
están en un estado lamentable y prácticamente sin infraestructura o con presupuestos mínimos para
su mantenimiento. Su protección ha sido lograda por su aislamiento, su inaccesibilidad, la conciencia
de sus habitantes o por la terquedad de algunos conservacionistas.
Es evidente que la evolución de este sistema de áreas protegidas no se hizo basándose en un plan
integral que buscara la conservación de la diversidad biológica y ecológica de México. La protección
se logró en forma parcial basándose en la intuición, más que en los conocimientos.
El trabajo de evaluar el sistema actual de protección a la naturaleza era una asignatura pendiente
de nuestro país. Como parte de esta tarea hemos creado una gran base de datos textual y geográfica
sobre todas las áreas protegidas del país, con decreto o sin decreto, que incluye datos históricos,
administrativos, ecológicos y biológicos. El material que constituye este libro es un ejemplo de ello.
Esta base de datos es enriquecida por consultas bibliográficas, consultas con expertos y talleres de
trabajo. En forma paralela estamos creando una base de datos de taxa que en opinión de los expertos
requieren algún tipo de protección.
Una importante conclusión ha sido que, además de los ya detectados, existen muchos otros
ecosistemas y taxa que requieren protección urgente.
La información que hasta el momento se ha obtenido revela la necesidad de contar con nuevos
instrumentos conservacionistas. Estos instrumentos deberían incluir varios tipos de acciones para la
conservación in situ y ex situ.
Estamos preparando un plan y una política a largo plazo para la conservación de la naturaleza en
México que esperamos sea realista y refleje la visión de protección del patrimonio biótico de México,
de quienes nos antecedieron y nos permita adelantarnos a las necesidades de los que nos seguirán.
Bibliografía relevante
Alcorn, J.B. 1991. “Ethics, economies and conservation”. En M.L. Oldfield y J.B. Alcorn (comps).
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ADVERTENCIAS
Generales
La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) establece que, el
conjunto de áreas naturales protegidas de interés de la Federación constituye el Sistema Nacional de
Áreas Naturales Protegidas (SINAP).
En esta sección se describen las áreas naturales protegidas comprendidas en las siguientes
categorías del SINAP: reserva de la biosfera, reserva especial de la biosfera, monumento natural,
parque marino nacional y área de protección de flora y fauna.
Las áreas comprendidas en las categorías restantes de interés de la Federación, y que según la
LGEEPA también forman parte del SINAP: parque nacional y área de protección de los recursos
naturales (p.e. las reservas forestales), aparecen enlistadas al final de este volumen en la sección
Otras Áreas Naturales Protegidas, junto con algunas otras áreas de jurisdicción local, consideradas
como prioritarias por los expertos consultados en el trabajo de investigación que dio origen a esta
publicación.
Se decidió incluir la Reserva de la Biosfera El Cielo, única en su categoría establecida por decreto
estatal, ya que es una reserva de biosfera funcional, con una buena administración, reconocida por el
Programa MAB de la UNESCO, y contiene una riqueza biológica importante.
Cuatro áreas de protección de flora y fauna fueron decretadas durante el mes de noviembre de
1994; para estas áreas, que aparecen al final de la presente sección, sólo se incluye su cartografía,
con los respectivos datos básicos. Un parque marino nacional y dos reservas de la biosfera, fueron
decretadas en el mes de junio de este 1995; sus respectivos datos básicos aparecen en la página
anterior de localización general.
Particulares
Con las salvedades arriba mencionadas, se presenta para cada área su cartografía, que define la
ubicación de la misma en el país y un mapa detallado. Por lo general, la fuente consultada para el
trazo de las poligonales de cada área es su decreto correspondiente; en los casos en que la
zonificación del decreto es imprecisa o contiene errores, se trata de una propuesta de zonificación del
INE.
Las descripciones correspondientes fueron desarrolladas a manera de ficha técnica, en un formato
aproximadamente uniforme de campos para todas las áreas, pero que varía en detalle y extensión,
debido fundamentalmente a la variación en el conocimiento e información disponibles.
Los campos que forman cada ficha son, en términos generales, descriptores legales y
socioeconómicos, como decretos, antecedentes históricos o tenencia de la tierra; descriptores físicos
(suelos, climas); y biológicos, con especial énfasis en la vegetación y la fauna; principales amenazas al
área; observaciones; instituciones involucradas; proyectos; algunas personas conocedoras del área; y
finalmente, una bibliografía relevante.
Algunos campos merecen notas aclaratorias:
i) la terminología referente a los tipos de vegetación es variada, por lo que se incluye un cuadro de
equivalencias de las principales clasificaciones usadas en México;
ii) tanto para plantas como animales se incluye, con frecuencia, una subsección de “especies
notables”. Ésta se refiere a especies que, de acuerdo a los expertos consultados, se destacan por
razones diversas, principalmente en lo que se refiere a su grado de amenaza local;
iii) en relación a este último punto, dado que la consideración del carácter notable a nivel local no
necesariamente coincide con la asignación del tipo de amenaza consignada en la Norma Oficial
Mexicana (NOM), las categorías de la NOM se indican a manera de código para cada especie: P=en
peligro de extinción, A=amenazada, R=rara, Pr=sujetas a protección especial, y con *=endémicas;
iv) los nombres comunes consignados son los utilizados a nivel local, lo que explica que éstos no
necesariamente coincidan para una misma especie;
v) la información contenida en los campos “observaciones”, y “amenazas”, refleja el punto de vista de
los coordinadores del proyecto, y está basado tanto en su propia experiencia y sensibilidad, como
en consultas con distintos especialistas;
vi) la bibliografía incluye tanto citas usadas para la elaboración de la descripción, como algunas citas
adicionales que pueden dar al lector conocimiento útil adicional. En las citas se incluyen las de
aquellos especialistas que proporcionaron información novedosa en las encuestas que formaron
parte del proyecto de investigación.
Reserva de la Biosfera
Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado
Estados
Baja California y Sonora
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al noreste de Baja California y noroeste de Sonora.
Municipios de Puerto Peñasco, San Luis Río Colorado, Sonora, y Mexicali, Baja California.
Superficie
934,756 ha
Se estableció una zona núcleo denominada delta del río Colorado, que abarca 164,799 ha.
Vías de comunicación
La reserva está delimitada al este por la vía de ferrocarriles del Pacífico que comunica a Mexicali con
el sur de México y al oeste por la carretera federal núm. 5. Además, la carretera estatal núm. 4
comunica a Golfo de Santa Clara con San Luis Río Colorado, Sonora. Dentro de la reserva hay
caminos de terracería y brechas vecinales que comunican campos pesqueros aislados; en la zona del
delta no se cuenta con caminos debido a que son terrenos inundables por las mareas altas (Morales
Abril, 1993).
Antecedentes legales
El 23 de febrero de 1955 la Dirección de Pesca e Industrias Conexas la decretó “zona de refugio para
todas las especies [las] aguas comprendidas desde la desembocadura del río Colorado [_] hasta la
desembocadura del río Santa Clara en la costa del estado de Sonora”.
El 30 de mayo de 1974 se decretó zona de reserva, cultivo y/o repoblación para todas las especies
de pesca, el área del delta del río Colorado en el Golfo de California.
El 1 de agosto de 1975 la Secretaría de Pesca estableció una veda permanente para la totoaba.
El 13 de febrero de 1992 la Secretaría de Pesca prohibió el uso de redes agalleras de luz de malla
de 10” o mayores, fabricadas con monofilamento de nylon, calibre 0.036 a 0.040”, de las denominadas
totoaberas, utilizadas como arte de pesca para la totoaba y con la cual se captura de forma incidental
a la vaquita.
El 2 de marzo de 1992 se formó el Comité Técnico para la Preservación de la Vaquita y la Totoaba
en el Alto Golfo de California.
El 10 de junio de 1993 el presidente Carlos Salinas de Gortari designó la zona reserva de la
biosfera.
Tenencia de la tierra
La porción terrestre está formada por 33% propiedad federal y terrenos baldíos; 62% terrenos ejidales;
2% terrenos del estado de Sonora; 1% propiedad privada y 2% del que no se dispone de información
(Morales Abril, 1993).
Población
Se localizan siete poblados; Golfo de Santa Clara concentra cerca del 75% de la población. De
acuerdo con el XI censo de población y vivienda el índice de desempleo es del 1%; 77% de la
población se dedica principalmente a actividades pesqueras, agrícolas y en menor grado ganaderas;
las actividades dedicadas a los servicios ocupan 17% de la población económicamente activa (PEA)
destacando el turismo en pequeña escala; las actividades industriales se encuentran íntimamente
ligadas al desarrollo pesquero y ocupan cerca del 3% de la PEA.
Ante el agotamiento de los recursos marinos, los pobladores muestran una actitud abierta hacia el
ordenamiento del área y demandan ser tomados en cuenta en la elaboración de los planes de manejo
(Morales Abril, 1993).
Infraestructura
Entre los asentamientos humanos dentro del polígono de la reserva, Golfo de Santa Clara cuenta con
los mejores servicios.
Vegetación y flora
Se conocen los siguientes tipos de vegetación: Matorral inerme, en la mesa al este del Golfo de Santa
Clara. Agrupaciones de halófitas, principalmente en las zonas de inundación y canales de
entremareas. Vegetación de dunas costeras, a lo largo de la costa. Vegetación de desiertos áridos
arenosos, al oeste de Bahía Adahir y al este de la ciénaga de Santa Clara. La vegetación marina está
constituida principalmente por algas y pastos marinos entre los que destaca Distichlis palmeri, un
pasto endémico del Golfo de California.
Fauna
Avifauna. Están representadas al menos 80 especies que se concentran principalmente en cuerpos
de agua someros como son la ciénaga de Santa Clara y la desembocadura del río Colorado en los
alrededores de Isla Montague y Bahía Adahir. Algunos de los géneros que se presentan son:
Pelecanus, Larus, Sterna, Phalacrocorax, Anas, Fulica y Rallus.
En la reserva hay especies y subespecies de aves que no se encuentran en ningún otra área
protegida de México, como el palmoteador (Rallus longirostris yumanensis), el gorrión sabanero
(Passerculus sandwichensis rostratus), y el rascador desértico (Pipilo crissalis); o solamente en esta
reserva y en El Pinacate, como el cuitlacoche pálido (Toxostoma lecontei) y el cuitlacoche piquicorto
(T. bendirei). Un caso particular es el del palmoteador de Yuma (Rallus longirostris yumanensis), cuyo
núcleo probable de distribución histórica fue el delta del río Colorado y que con la práctica eliminación
del ecosistema, el único hábitat significativo que permanece es la ciénaga de Santa Clara (Abarca et
al., 1993). Podría existir una población potencial estimada de 640 parejas reproductoras, según
Eddleman (1989), cifra que está justo abajo del total de la población reproductora de los Estados
Unidos, de aproximadamente 700 parejas.
Herpetofauna. Este grupo mantiene una alta diversidad respecto de otros desiertos; entre las
especies representativas se pueden encontrar iguanas del desierto (Dipsosaurus dorsalis sonoriensis,
Callisaurus draconoides, Phrynosoma solare); algunas especies de los géneros Sceloporus,
Cnemidophorus, y Crotalus; las lagartijas del género Uma y el monstruo de Gila (Heloderma
suspectum), especie considerada en peligro de extinción para México y Estados Unidos.
Ictiofauna. Está caracterizada por un gran número de especies disyuntas de áreas más norteñas de la
costa del Pacífico así como por endemismos en la zona de profundidad moderada (5-100 m) al
parecer, debido a dos factores ecológicos que restringen la fauna en la región: a) el gran intervalo
anual de temperatura que ocasiona que el Alto Golfo sea más cálido en verano y más frío en invierno
en comparación con áreas más al sur, lo que probablemente limite a las especies de afinidad más
sureña, y b) el amplio rango de las mareas que restringen especies submareales y de áreas rocosas e
intermareales (Walker, 1960). Se han registrado 259 especies de las cuales 22 son endémicas. Una
característica singular es que la ictiofauna se compone de especies que están ausentes en el extremo
sur del Golfo y que son comunes en la costa occidental de la península de Baja California (Walker,
1960).
Entre las especies endémicas e importantes se encuentra la totoaba (Cynoscion macdonaldi), que
desde 1976 es el único pez marino considerado en peligro de extinción; a pesar de esto, aún no se ha
eliminado totalmente la pesca clandestina de adultos durante la época reproductiva y todavía es alta la
incidencia de juveniles en las redes de arrastre de los barcos camaroneros (Polo Ortiz y Barrera
Guevara, 1989; Cisneros y Cisneros y Montemayor, 1988). El conocimiento sobre su biología y
ecología es aún incompleto.
El pez perrito del desierto (Cyprinodon macularis(P*)) se distribuyó ampliamente a través del sur de
Arizona, el sureste de California y el norte de Baja California y Sonora, (Miller, 1943). En México
actualmente se ubica en localidades aisladas y es poco probable que habite continuamente el cuerpo
principal de la ciénaga de Santa Clara debido a la presencia de competidores y especies de peces
exóticos predadores. Si el agua en la ciénaga fuera reducida como un resultado de cambios en la
cantidad y la calidad del agua aportada por el canal Wellton Mohawk en los Estados Unidos, podría
perderse un hábitat considerable del perrito y se le forzaría a emigrar a aguas más profundas donde
dominan los exóticos (Abarca et al., 1993).
Taxa notables
La totoaba (Cynoscion macdonaldi)(P*), la vaquita (Phocoena sinus)(P*), el palmoteador de Yuma
(Rallus longirostris yumanensis)(P), el pez perrito del desierto (Cyprinodon macularis)(P), el monstruo
de Gila, (Heloderma suspectum)(A), el delfín nariz de botella (Tursiops sp.), el delfín común (Delphinus
delphis), la ballena piloto (Globicephala macrorhynchus), el cachalote (Physeter catodon), la ballena de
aleta (Balaenoptera physalus)(Pr), la ballena azul (B. musculus)(Pr), la ballena jorobada (B.
acutorostrata), la ballena gris (Eschrichtius robustus), el lobo marino (Zalophus californianus)(Pr).
Además de otras especies como: Colpichthys hubbsi, Micropogonias megalops, Girella simplicidens,
Paraclinus sini, Malacoctenus gigas, Xenomedade rhopyga, Acanthemblaria crockeri, Emblemaria
hypacanthus, Chaenomopsis alepiota alepiota, Gobiosoma chiquita, Barbulifer pantherinus, Gillichthys
seta, Tomicodon boehlkei, Gobiesox pinniger, Pherallodiscus funebris, Urolophus maculatus,
Orthopristis reddingi, Bairdiella icistia, Umbrina roncador, Anchoa helleri, A. nasus, Petrolisthes
schmittii, Orthotheres ungifalcula, Pinnixia abboti, P. felipensis, P. fusca, P. hufmanni, P. pembertoni,
P. plectophoros y Pelecanus erythrorhynchus.
Amenazas
u Disminución de la calidad y la cantidad de agua aportada por el canal Wellton Mohawk (proveniente
de Yuma, Arizona) lo que puede poner en peligro de subsistencia la ciénaga de Santa Clara.
u El uso indiscriminado de agroquímicos que representan un peligro potencial para la fauna del Alto
Golfo de California.
u Retención de las aguas del río Colorado para uso agrícola y humano que han alterado la vegetación
de los humedales que formaban parte del delta, lo que se pone de manifiesto en los cambios en las
aguas superficiales y el manto acuífero.
u Crecimiento excesivo de la población y aumento de la afluencia turística no controlada.
Observaciones
El delta del río Colorado está considerado como humedal prioritario por el North American Wetlands
Conservation Council.
Sin lugar a dudas la protección de los recursos bióticos del Alto Golfo de California tienen una
altísima prioridad para el país. La información biológica que se tiene de la zona es escasísima. Todos
los especialistas están de acuerdo en que la presencia de las especies endémicas del tamaño de la
vaquita y la totoaba es sólo una muestra de lo que aún queda por descubrir. Si logramos proteger y
restaurar las poblaciones de estas especies seguramente estaremos protegiendo muchas más, aún
desconocidas por la ciencia. Para lograr esta protección se sugiere revisar el límite sur de la reserva
para que cubra el área total conocida de distribución de la vaquita y la eliminación total del uso de
redes agalleras en esta zona (Vidal, 1994).
Estudios y proyectos
Dentro del marco del Comité Técnico para la Preservación de la vaquita y la totoaba, se están
desarrollando muy diversos proyectos de investigación y conservación.
El Centro de Investigación y Educación de Ensenada (CICESE), el Instituto Tecnológico de Monterrey
de Guaymas y la Universidad Autónoma de Baja California, desarrollan otros proyectos de
investigación básica y aplicada en aguas de la reserva.
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Reserva de la Biosfera
El Vizcaíno
Estado
Baja California Sur
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Norte de Baja California Sur
Municipio de Mulegé
Superficie
2’546,790 ha
Se establecieron 16 zonas núcleo cuyas superficies suman 363,438 ha. Sus denominaciones y
superficies respectivas son: Desierto del Vizcaíno 307,433 ha; Guerrero Negro 15,266 ha; Laguna Ojo
de Liebre I 192 ha; Laguna Ojo de Liebre II 97 ha; Laguna Ojo de Liebre III 832 ha; Laguna Ojo de
Liebre IV 595 ha; Laguna Ojo de Liebre V 55 ha; Vertiente de California 30,680 ha; Isla Delgadito 955
ha; Islas Pelícano 555 ha; Islotes Delgadito 616 ha; Isla Malcomb 3,768 ha; Isla San Ignacio 620 ha;
Isla San Roque 440 ha; Isla La Asunción 348 ha; Isla Natividad 985 ha.
Vías de comunicación
A la reserva se llega por la carretera transpeninsular federal núm. 1, que pasa por el centro de la
reserva, conectando la costa del Golfo de California con la del Pacífico, desde Santa Rosalía hasta
Guerrero Negro. De esta carretera se desprenden varios caminos de terracería y brechas. La red de
carreteras pavimentadas es de 256 km aproximadamente. Las comunicaciones telefónicas,
telegráficas y de correos se limitan a los principales poblados. Existe un aeropuerto que da servicio a
una línea nacional, y se cuenta con nueve pistas de terracería (INE, 1993).
Antecedentes legales
En 1972, 1979 y 1980 se declararon refugios de ballenas y ballenatos las lagunas Manuela, Guerrero
Negro, Ojo de Liebre y San Ignacio; estas dos últimas también fueron declaradas refugio para aves
migratorias y fauna silvestre en 1972.
El 30 de noviembre de 1988 se decretó como reserva de la biosfera por el presidente Miguel de la
Madrid Hurtado.
En 1992 se decretó la veda para la cacería del berrendo.
En 1993 ingresó a la red internacional de MAB-UNESCO. La Convención del Patrimonio Mundial
auspiciada por la UNESCO, ha designado a las pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco y al
santuario de las ballenas del Vizcaíno, como Sitios de Patrimonio Mundial.
Antecedentes históricos
Según Clavijero (INE, 1993), la península de la Baja California fue habitada por tres grandes tribus: los
pericúes desde Cabo San Lucas hasta las inmediaciones de Bahía de La Paz; los guaycurás, desde
La Paz hasta los alrededores de Loreto, y los cochimíes, de la región de Loreto hasta la
desembocadura del río Colorado. Estos eran grupos humanos seminómadas que basaban su
economía en la caza, la pesca y la recolección; estos grupos se desplazaban por la planicie costera, la
zona montañosa contigua, las mesetas intermontanas, cañadas, lechos de río y el Desierto del
Vizcaíno, en la búsqueda constante de alimentos, materias primas y agua. Esta intensa movilidad se
refleja en múltiples vestigios de su paso por el área, siendo las pinturas rupestres y petroglifos la
expresión más refinada de su cultura material. El rico patrimonio arqueológico de la sierra de San
Francisco constituye una de las áreas con pinturas rupestres más importantes del mundo.
El ocaso de las sociedades antiguas se inició con la llegada de los españoles. Las primeras
expediciones fueron la de Jiménez en 1534 y Cortés en 1535 (CIB, 1992). Durante los siglos XVI y XVII
hubo múltiples intentos de colonización por el interés en las tierras ricas en oro, plata y otros recursos.
Un personaje destacado de estas épocas fue Sebastián Vizcaíno, quien desempeñó un papel
importante en la expansión y dominio de territorios para la Corona española. Las muestras más
importantes del arte colonial son las numerosas capillas e iglesias construidas por los misioneros
españoles, como la iglesia de San Ignacio de Loyola, fundada en 1728, (INE, 1993).
Tenencia de la tierra
En trámite de regularización 1.37% (34,917 ha); ejidos 72.34% (1,842,563 ha); concesión salinera
4.15% (105,754 ha); gobierno estatal 0.03% (938 ha); propiedad privada 1.64% (41,807 ha); islas
0.99% (25,320 ha); lagunas 2.2% (56,260 ha); terrenos nacionales 17.24% (439,291 ha) (Tejas et al.,
1991).
Población
La población estimada en 1988 fue de aproximadamente 38,000 habitantes, concentrada
principalmente en el sector rural (52%); la parte urbana se ubica fundamentalmente en dos
localidades: Santa Rosalía y Guerrero Negro. El desarrollo se ha basado en el sector primario y en
actividades minero-extractivas. La población económicamente activa se distribuye de la siguiente
manera: 29% en el sector primario; 19% en el sector secundario; 27% en el sector terciario; y 25% en
otras actividades (INE, 1993).
Infraestructura
Actualmente la llamada “Casa de la Fauna”, ubicada en Guerrero Negro, funciona de manera
constante. Existe una estación de aprovechamiento de la fauna silvestre en el ejido Alfredo V. Bonfil
(INE, 1993), además de sitios de observación para los turistas. Estos sitios son: Puerto Viejo, Punta
Mariscal y el Parque Natural de la Ballena Gris, que es el más visitado por los turistas.
Áreas núcleo
Desierto del Vizcaíno. Localizado al centro de la reserva, se delimitó para proteger al berrendo
peninsular y al ecosistema árido.
Guerrero Negro. Incluye las marismas productoras de sal más grandes del mundo, así como islas e
islotes delimitados por el nivel más bajo de mareas.
Ojo de Liebre. Es un complejo lagunar que agrupa cinco zonas núcleo: islas Conchas, Broscas,
Piedras, Zacatosa, La Choya y toda la porción terrestre que la separa de Guerrero Negro.
San Ignacio. Es un complejo lagunar también con cinco zonas núcleo: islas Pelícano, San Ignacio,
Malcomb, Delgadito y el islote Delgadito, delimitados por el nivel más bajo de mareas.
Vegetación y flora
Se han reconocido diez tipos de vegetación, e identificado 447 especies (León de la Luz et al., 1991).
Desierto sarcocaule. Se ubica en la franja costera colindante con el golfo de California, en las
estribaciones de la Sierra de la Reforma. Especies características: Acacia peninsularis, Adelia virgata,
Antigonum leptopus, Asclepias albicans, Cercidium praecox, Jatropha cinerea, Forchameria watsonii,
Lysiloma candida, Viscainoa geniculata y Opuntia bigelovii.
Matorral halófilo. Agrupa especies vegetales con un elevado nivel de tolerancia a la salinidad y
alcalinidad del suelo. Su ubicación es muy amplia y corresponde a superficies que estuvieron bajo la
superficie del mar. Especies características: Ambrosia magdalenae, Atriplex barclayana subespecie
schottii, Agave vizcainoensis, Euphorbia misera, Frankenia grandifolia, Opuntia cholla, Pachycormus
discolor.
Matorral de dunas. La flora que se logra establecer en esta superficie parece tratar de fijar el suelo
inmediatamente pues la estabilidad de las dunas es baja por la acción del viento. Algunas especies
constantes son: Abronia carterae, Asclepias subulata, Chaenactis lacera, Errazurizia megacarpa,
Mesembryanthemum cristallinum, Proboscidea altheaefolia.
Matorral inerme. Comprende la franja limítrofe entre el matorral de dunas y el matorral halófilo, pero
con mayor densidad vegetal y cobertura que ambos. Las especies características son: Asclepias
subulata, Encelia californica, Jatropha cinerea, Larrea tridentata, Rhus microphylla, Euphorbia misera.
Vegetación de dunas costeras. Presenta especies afines a la vegetación halófila incluyendo entre
otras: Abronia gracilis, Atriplex canescens, Dalea maritima, Plantago insularis, Oenothera primiveris
subespecie caulecens, Mesembryanthemum cristallinum.
Eriales. Distribuidos en amplias superficies llanas cercanas a los cuerpos de agua, con escasa
vegetación, formada por especies procedentes de las asociaciones adyacentes, las cuales han tenido
que enfrentar condiciones sumamente adversas. Especies de los géneros Atriplex, Salicornia,
Allenrolfea, Suaeda y Limonium son las que llegan.
Áreas marinas. Flora con influencia directa del mar. El manglar se encuentra pobremente
representado y en poca extensión, siendo su límite septentrional la Laguna San Ignacio. Existen
algunas otras especies que se encuentran bajo la influencia directa de las mareas como: Batis
maritima, Limonium californicum, Salicornia pacifica, Suaeda maquinii, Spartina foliosa, Cuscuta salina.
Taxa notables
Sarcostemma arenarium, Cryptantha patula, Cochemia pondii, Ferocactus chrysacanthus(*), F. fordii
var grandiflorus, Mammillaria goodridgei(R*), M. goodridgei var. goodridgei(R*), M. goodridgei var.
rectispina(R*), M. lewisiana, M. neopalmeri(R*), Opuntia ciribe, Amblyopappus pusillus, Encelia
densifolia, Haplopappus venetus subespecie furfuraceus, Hemizonia streetsii, Perezia palmeri, Senecio
cedrosensis, Viguiera lanata, Cuscuta veatchii, Fouquieria columnaris, Phacelia cedrosensis, P.
ixodes, Monardella thymifolia, Astragalus fastidius, Lotus cedrosensis, Mentzelia adherens, Lavatera
venosa, Sphaeralcea fulva, Xylonagra arborea, X. arborea subespecie wigginsii, Chorizanthe flava,
Chorizanthe pulchella, Eriogonum enceloides, E. elongatum var. areorivum, E. fasciculatum var.
emphereium, E. intricatum, E. molle, E. pondii, E. preclarum, E. repens, E. trichopes, Harfordia
macroptera, Mimulus stellatus, Agave vizcainoensis(R*) y Lophocereus schottii monstrosus(R*).
Fauna
Alberga una comunidad faunística muy rica; se estima que habitan 308 especies de vertebrados
terrestres y marinos (con exclusión de los peces) (Huey, 1964; Hall, 1981; Murphy, 1983; Stebbins,
1985; Wilbur, 1991), de las cuales cuatro son anfibios, 43 son reptiles, 192 aves y 69 mamíferos.
Los sistemas lagunares son ecosistemas muy importantes para las aves acuáticas residentes y
refugio invernal para muchas aves migratorias. Poco más de la mitad de las especies de la región
están ligadas a esos cuerpos de agua. Las lagunas son también de vital importancia para la
perpetuación y el crecimiento de las poblaciones de la ballena gris, ya que es aquí donde se aparean,
paren y alimentan a sus crías y es aquí donde viven los últimos berrendos de Baja California. Todo
esto hace que el Desierto del Vizcaíno y sus aguas costeras sean de máxima prioridad para su
protección (INE, 1993).
Taxa notables
El berrendo (Antilocapra americana peninsularis)(P), la ballena gris (Eschrichtius robustus)(Pr), el
venado bura (Odocoileus hemionus)(A*), el águila real (Aquila chrysaetos)(P), el águila pescadora
(Pandion haliaetus), la tortuga laúd (Dermochelys coriacea)(P), la tortuga verde (Chelonia mydas)(P),
la tortuga carey (Eretmochelys imbricata)(P), la tortuga caguama (Caretta caretta)(P), el borrego
cimarrón (Ovis canadensis)(Pr), la pequeña zorra del desierto (Vulpes macrotis)(A), el puma (Felis
concolor), el gato montes (Lynx rufus), el pelícano blanco (Pelecanus erythrorhynchos), el halcón
peregrino (Falco peregrinus)(P), el quelele (Polyborus plancus), la lechuza de madrigueras (Athene
cunicularia )(P), la rata canguro (Dipodomys peninsularis), la ardilla de tierra (Spermophilus
atricapillus), la foca común de la bahía de California (Phoca vitulina)(Pr), el lobo marino (Zalophus
californianus)(Pr) y el elefante marino (Mirounga angustirostris)(A); estos tres últimos son mamíferos
que han logrado recuperar sus poblaciones, sin embargo su hábitat requiere protección.
Observaciones
La Bahía de San Ignacio está considerada como humedal prioritario por el North American Wetlands
Conservation Council.
Será indispensable responsabilizar del manejo ecológico del área a una institución científica que
tenga a su cargo el monitoreo ambiental y ecológico de la reserva y que sea participante central en el
desarrollo del plan de manejo. Se sugiere explorar la posibilidad de crear un centro de investigación de
alto nivel para la región.
Estudios y proyectos
Existe una serie de planes federales y estatales destinados a impulsar el aprovecha-miento de los
recursos pesqueros, turísticos y mineros de la península. Cada programa debe analizarse en el
contexto de su Manifestación de Impacto Ambiental respectiva con el propósito de contribuir a los
objetivos centrales de conservación de la reserva.
La labor de vigilancia la efectúan dos trabajadores radicados en Guerrero Negro. Durante la
“temporada de ballenas” la PROFEPA implanta, en ocasiones, un dispositivo especial de vigilancia.
Existen acuerdos de colaboración entre la Delegación de SEDESOL y los ejidatarios de Alfredo V. Bonfil,
Benito Juárez y Díaz Ordaz para que los pobladores participen en la inspección y vigilancia de las
actividades turísticas durante la temporada de ballena gris así como de la explotación por parte de la
Exportadora de Sal, S.A., y de los permisionarios durante la temporada pesquera (INE, 1993).
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enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Sierra La Laguna
Estado
Baja California Sur
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al sur del estado
Municipios de La Paz y Los Cabos
Superficie
112,437 ha
Vías de comunicación
La vía más importante es la carretera federal núm. 1, que parte de La Paz hacia Los Cabos costeando
el Mar de Cortés y el Océano Pacífico; por la costa oriental entronca con la carretera que va a
Santiago, en donde a través de caminos de terracería se comunican varios cañones que bajan hasta
las estribaciones de la sierra y por los cuales se puede subir caminando. Por la vertiente occidental,
pasando Todos Santos, existen varios caminos de terracería que comunican a las rancherías locales
(Arriaga y Ortega, 1988).
Antecedentes legales
El 6 de junio de 1994 fue decretada reserva de la biosfera por el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Antecedentes históricos
El grupo étnico predominante fue el de los pericúes, aunque a la llegada de los españoles ya se
encontraban en densidades de población muy bajas (León-Portilla, 1982; Reygadas y Velázquez,
1983). Durante el siglo XVI, los españoles trajeron las misiones jesuitas y el consiguiente incremento
de la población humana; con la colonización se introdujeron las prácticas agropecuarias (Arriaga y
Ortega, 1988).
Tenencia de la tierra
Se encuentran delimitados 35 terrenos de propiedad privada y seis ejidos; también se encuentran
extensas áreas de propiedad estatal y federal, estas últimas localizadas principalmente en las zonas
núcleo y de amortiguamiento.
Población
En las partes bajas se asientan seis ejidos y 35 rancherías con una población no mayor de 200
habitantes cada una. Las principales actividades económicas de los poblados en las partes bajas son
de tipo agropecuario, mientras que en la zona de influencia se explotan algunos recursos mineros
(Arriaga y Ortega, 1988).
Vegetación y flora
La riqueza de especies es muy alta. Se ha determinado un total de 447 especies de plantas
vasculares; 48 son endémicas de la Sierra La Laguna (Arriaga y Ortega, 1988).
Los tipos de vegetación descritos para la región (Morelos Ochoa, 1988; León de la Luz y
Domínguez, 1989) son:
Selva baja caducifolia. Representa la unidad de vegetación de más amplia distribución. Se encuentra
mejor caracterizada entre los 400 y los 800 m s.n.m., en la zona que corresponde a las laderas
serranas bajas. Por arriba de la cota altitudinal superior, estas comunidades se entremezclan con
bosques de encino mientras que en la zona de las mesas aumenta la presencia de elementos del
material xerófilo. Las especies características son: Lysiloma divaricata, L. candida, Erythrina
flabelliformis, Plumeria acutifolia, Bursera microphylla, Cassia emarginata, Albizzia occidentalis,
Haematoxylumn brasiletto, Esenbeckia flava, Pithecellobium mexicanum, Jatropha cinerea, J.
vernicosa, Calliandra brandegeei, Mimosa brandegeei, Cnidoscolus angustidens, Cassia tora, Lantana
scorta, Viguiera spp., Ferocactus spp., y Machaerocereus gummosus.
Bosque de encino. Esta comunidad se desarrolla entre los 1,000 y 1,600 m s.n.m., en la zona de las
laderas altas, constituyendo un piso altitudinal entre los bosques de pino-encino y la selva baja
caducifolia. Las especies características son: Quercus tuberculata, Q. devia, Q. arizonica, Arbutus sp.,
Prunus sp., Bumelia peninsularis, Buddleia crotonoides, Randia megacarpa, Nolina beldingii,
Muhlenbergia spp., Opuntia spp., y Croton sp.
Bosque de pino. Esta comunidad se ubica por arriba de los 1,700 m s.n.m., particularmente alrededor
de los valles intermontanos de la parte alta de la sierra. Las especies características son: Pinus
cembroides var. lagunae, Muhlenbergia spp., Festuca spp., y Bouteloua spp.
Matorral xerófilo. Esta comunidad se desarrolla en la zona de las mesas, en las localidades más
cercanas a ambas costas, pero con mayor frecuencia hacia la franja costera oriental.
Fisonómicamente está emparentado con el “matorral sarcocaule” descrito por Shreve (1951), pero
frecuentemente presenta elementos de selva baja caducifolia. Las especies características son:
Fouquieria diguetti, Bursera microphylla, Cercidium spp., Jatropha cinerea, Olneya tesota, Lysiloma
divaricata, Cnidoscolus angustidens, Calliandra sp., Lippia palmeri, Opuntia spp., Machaerocereus
gummosus y Ferocactus spp.
Comunidades secundarias. Es difícil establecer los límites exactos de estos tipos de comunidades,
pues en la mayoría de los casos se trata de condiciones en las que los elementos dominantes
corresponden a especies que forman parte de la composición florística natural de las comunidades
primarias, pero cuyo desarrollo se ve favorecido por la perturbación.
Taxa notables
Agave promontorii, Nolina beldingii, Arracacia brandegeei, Ilex brandegeana, I. californica, Mammillaria
petrophylla, Morangaya pensilis(R*), Opuntia lagunae, Tinantia modesta, Tradescantia peninsularis,
Bidens nudata, Eupatorium purpusii, Faxonia pusilla, Helianthus similis, Malacothrix carterae, Perezia
pinetorum, Rumfordia connata, Tagetes lacera, Verbesina postulata, Carex lagunensis, Arbutus
peninsularis, Bernardia lagunensis, Euphorbia lagunensis, Croton boregenesis, Quercus devia, Garrya
salicifolia, Ribes brandegeei, Hypericum peninsulare, Monardella lagunensis, Astragalus
francisquitensis, Desmodium prostratum, Lupinus arizonicus, Oenothera breedloveana, Arethusa
rosea, Ranunculus harvevi, Thalictrum peninsularis, Houstonia australis, Populus brandegeei, Justicia
insolita, Cyrtocarpa edulis, Porophyllum ochroleucum, Diospyros californica, Maba intricata, Quercus
brandegeei, Hyptis collina, Stachys tenerrima, Brongniartia trifoliata, Calliandra peninsularis, Cassia
goldmanii, Indigofera fruticosa, Leucaena brandegeei, Asplenium blepharodes, Notholaena
peninsularis, Esenbeckia flava, Houstonia arenaria, Hermania palmeri y Vitis peninsularis.
Fauna
La riqueza y diversidad de especies es muy grande. Se ha determinado un total de 108 de artrópodos,
cuatro de anfibios, 38 de reptiles, 65 de aves y 30 de mamíferos (Arriaga y Ortega, 1988).
Herpetofauna. Hasta la fecha se han identificado 42 especies, de las cuales ocho, y tres subespecies,
son endémicas de la región. La mayoría de las especies que tipifican a la sierra se distribuyen en la
selva baja caducifolia; los patrones de distribución y origen están relacionados con áreas del norte de
la península, sudoeste de los Estados Unidos y oeste de México (Álvarez Cárdenas et al., 1988).
Mastofauna. Presenta una composición taxonómica que consta de cinco órdenes, 13 familias, 25
géneros y 30 especies.
Taxa notables
Herpetofauna. Las siguientes especies tienen su principal sitio de ocurrencia en La Laguna:
Phyllodactylus unctus(R), Sceloporus licki(R*), S. hunsakeri(R*), Cnemidophorus maximus(R*),
Masticophis aurigulus(A*). Otras especies endémicas son: Phyllodactylus xanti(R), Sceloporus
monserratensis, S. zosteromus(R*), Urosaurus nigricaudus(A*), Eumeces lagunensis(A*), Gerrhonotus
paucicarinatus, Bipes biporus(R*), Elaphe rosaliae, Eridiphas slevini(A*), Sonora mosaueri, Crotalus
ruber(Pr) y C. enyo(A*) (Álvarez Cárdenas et al., 1988).
Taxa amenazados
El tecolotito (Glaucidium gnoma)(R), el tejón (Taxidea taxus)(A), Crotalus enyo(A*), Masticophis
aurigulus(A*), Eumeces lagunensis(A*), Eridiphas slevini(A*).
Amenazas
El establecimiento de asentamientos humanos y la construcción de caminos en las partes altas, la
ganadería extensiva (Ortega y Arriaga, 1988) y la explotación irracional de los recursos forestales, lo
que podría causar el deterioro de las cuencas hidrológicas de la región.
Observaciones
Esta importante área protegida deberá incorporarse a una biorregión de manejo conservacionista del
sur de Baja California. Se recomienda que el manejo, el estudio y el monitoreo los tenga bajo su
responsabilidad el CIB de La Paz, Baja California.
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enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Archipiélago de Revillagigedo
Estado
Colima
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
En el Océano Pacífico entre los 720 y 970 km al oeste de Manzanillo y a 386 km al sur de cabo San
Lucas, en la Baja California (Hanna, 1927).
Superficie
636,685 ha
Está integrada de cuatro áreas: Isla Socorro o Santo Tomás con una superficie total de 225,701 ha,
que incluye una zona núcleo de 89,841 ha y su correspondiente zona de amortiguamiento; Isla Clarión
o Santa Rosa con una superficie total de 161,346 ha, con una zona núcleo de 47,501 ha y su
correspondiente zona de amortiguamiento; Isla San Benedicto con una superficie total de 137,002 ha,
incluye una zona núcleo de 39,916 ha y su correspondiente zona de amortiguamiento e islote Roca
Partida con una superficie total de 112,636 ha, con una zona núcleo de 28,236 ha y su
correspondiente zona de amortiguamiento.
Antecedentes legales
En 1861, el presidente Benito Juárez expidió un decreto que otorgó a Colima una concesión para
explotar el archipiélago.
El 6 de junio de 1994, se estableció por decreto esta zona como reserva de la biosfera por el
presidente Carlos Salinas de Gortari.
Antecedentes históricos
El Archipiélago de Revillagigedo es un grupo de cuatro islas que fue descubierto entre 1533 y 1615. La
Isla Socorro o Santo Tomás fue descubierta por el navegante español Hernando de Grijalva en 1533;
Clarión (Santa Rosa) por Joris Spielbergen en 1615; San Benedicto (Anublada o Nublada) por Ruy
López de Villalobos en 1542; el islote llamado Roca Partida también fue descubierto por Ruy López de
Villalobos, en 1569.
En 1793, el capitán James Colnett de la marina británica fue el primero en hacer cartas detalladas
de las islas y denominó al grupo como Revillagigedo en honor del virrey de la Nueva España, don Juan
Vicente de Güemes Pacheco de Padilla, segundo conde de Revillagigedo. El capitán Martín Yáñez de
Armita bautizó a la isla más grande con el nombre de su esposa Socorro, Hernando de Grijalva dio
nombre a la isla de San Benedicto, tercera en tamaño.
A partir de 1800 los balleneros ingleses y norteamericanos extendieron sus actividades a Baja
California y los mares cercanos al archipiélago; en el siglo XIX creció el interés por realizar estudios
geográficos de las islas y los naturalistas se interesaron en su fauna y su flora. El 25 de julio de 1861,
el presidente Juárez expidió un decreto que otorgó una concesión para explotar el archipiélago, el 27
de enero de 1868 el gobierno de Colima tomó posesión de la Isla Socorro.
Las islas que conforman el archipiélago de Revillagigedo son objeto de un interés científico muy
especial en muchos campos de estudio, por lo que durante las tres últimas décadas han sido visitadas
por investigadores nacionales y extranjeros.
El zoólogo B.H. Brattstrom ha reseñado las expediciones realizadas a las islas registrando 43; la
primera fue la de Hernando de Grijalva en 1533, pasando por Errol Flynns en 1946 y varias
expediciones oceanográficas de la Scripps Institution de California en la década de los años cincuenta.
Algunas de las expediciones de este siglo se realizaron para observar la erupción del volcán Bárcena,
que tuvo lugar en 1952 en la Isla San Benedicto y que lo elevó hasta 340 m s.n.m.
Tenencia de la tierra
Las islas son propiedad de la federación
Población
La Secretaría de Marina mantiene un destacamento de, aproximadamente, 150 marinos en la zona.
Infraestructura
En el sur de Isla Socorro, en Cabo Regla, se encuentran las instalaciones del sector naval; que cuenta
con casas habitación, sección sanitaria, comedor, escuela primaria, comandancia, muelle y una
evaporadora que proporciona parte del agua dulce.
Vegetación y flora
Miranda (1960) menciona siete tipos de vegetación para la Isla Socorro, dispuestos en los pisos
altitudinales que se forman alrededor del volcán Evermann. En las porciones más bajas con playas
arenosas, se distribuyen las agrupaciones de halófitos costeros. De los 0 a los 250 m s.n.m. se
encuentra el matorral de Croton masonii. La selva de higuera o amate (Ficus cotinifolia) se distribuye
en los cauces amplios y de escaso declive con suelo favorable, entre los 250 y 500 m s.n.m. La selva
de zapotillo (Bumelia socorrensis) y guayabillo (Psidium galapageium), constituye la vegetación de
mayor altitud en la isla y se le encuentra entre los 600 y 800 m, en lugares donde los suelos son
profundos y oscuros, con mayor acumulación de humus y suave declive. En los lugares menos
favorables se encuentran los matorrales de guayabillo y de Dononaea sp. y la pradera.
En la Isla Socorro existen aproximadamente 117 especies de plantas vasculares de las cuales 33%
son endémicas de la isla. Se conocen 18 especies de hongos, dos de las cuales son endémicas
(Phillachora acalyphae y Leptosphaeria phoradendri).
La Isla Clarión está formada por una meseta cubierta de grandes pastos y vertientes de elevaciones
menores en la que se distribuyen arbustos bajos y esparcidos, y árboles pequeños (Karwinskia
humboldtiana); las cactáceas cubren las pendientes del lado sur y todas las partes bajas de la isla.
Esta isla presenta 43 especies de plantas vasculares, de las cuales 26% son endémicas (Johnston,
1931). En 1984 un incendio destruyó las dos terceras partes de la vegetación de la isla, las cuales han
sido cubiertas por pastos; el resto conserva una densa cubierta vegetal dominada por cactáceas del
género Opuntia que se ven cubiertas por enredaderas del género Ipomoea. Se han encontrado dos
especies de hongos (Phillachora acalyphae y Puccinia strilolata).
En la Isla San Benedicto sólo se han registrado 11 especies de plantas vasculares, de las cuales
seis son endémicas. En 1952 la erupción del volcán El Boquerón provocó la destrucción de su flora y
fauna. En la zona más afectada por la erupción actualmente se encuentran siete de las 11 especies de
la flora de la isla.
En general, la flora de las islas es pobre. En 1988 la lista de plantas citadas para el archipiélago no
sobrepasaba las 200 especies, la mayoría de las cuales se distribuyen en la vertiente pacífica de la
parte continental de México (Rzedowski, 1978); 33 especies son endémicas (Johnston, 1931), aunque
no se conocen géneros endémicos. La vegetación consiste principalmente en selvas bajas y
matorrales (Rzedowski, 1978). En las playas la vegetación predominante es rastrera y arbustiva, cuyos
principales elementos son: Ipomoea pescapre, Jouvea pilosa, Conocarpus erectus y Croton masonii.
Ocampo (1991) menciona la presencia de gasteromycetes: Lycoperdon acuminatum, L. flavotictum,
L. perlatum, L. purpuracens, L. stellare, Geastrum mirabile, G. saccatum y Clathrus ruber var. albus,
todos ellos nuevos registros para la zona insular estudiada y para el estado de Colima. Clathrus ruber
var. albus es nuevo registro para la micobiota mexicana.
Fauna
Los únicos vertebrados residentes de las islas son las aves y los reptiles. No hay anfibios o peces de
agua dulce y no hay reptiles en Roca Partida ni en San Benedicto.
La fauna de la Isla Socorro está constituida por 15 especies de aves terrestres, 10 especies
marinas y tres especies de reptiles terrestres; las aves residentes y los reptiles terrestres son
endémicos (Brattstrom, 1990). El archipiélago es reconocido como zona de alimentación, crecimiento y
anidación de cuatro de las seis especies de tortugas marinas que habitan en las costas de México;
ellas son: la tortuga laúd (Dermochelys coriacea), la golfina (Lepidochelys olivacea), la carey
(Eretmochelys imbricata) y la prieta (Chelonia mydas).
De acuerdo con Everett (1988), la destrucción de la vegetación por el incendio y el deterioro en las
raíces de las plantas por los conejos y cerdos introducidos por el hombre, han reducido el hábitat y las
poblaciones de la fauna endémica como la huilota clarión (Zenaida macroura clarionensis), el tecolote
cavador (Athene cunicularia) y el cuervo (Corvus corax clarionensis). En la Isla San Benedicto habitan
colonias de aves marinas como el pájaro bobo de cara azul (Sula dactylatra californica), la fragata
(Fregata minor palmerstoni) y el cangrejo (Aegecarcinus planatus).
Taxa notables
Algunos elementos sobresalientes de la fauna son la serpiente (Masticophis anthonyi)(A*), el búho
(Athene cunicularia rostrata)(A), el halcón cola roja (Buteo jamaicensis socorroensis)(Pr), el pájaro
bobo (Sula sp.)(A), la fragata (Fregata sp.), el cuervo (Corvus corax) y el delfín (Tursiops truncatus).
En la Isla Socorro se ha mencionado la presencia de las siguientes especies endémicas: cangrejo
terrestre (Aegecarcinus planatus), la lagartija (Urosaurus auriculatus); 10 especies y subespecies de
aves terrestres entre las cuales el cenzontle (Mimodes graysoni)(P*) y el tecolote enano (Micrathene
whitneyi graysoni)(P) están en peligro de extinción (Brattstrom y Howell, 1956). El gavilán de cola roja
(Buteo jamaicensis socorroensis)(Pr) y el perico verde (Aratinga holochlora brevipes)(A*) son especies
amenazadas. En la Isla Clarión se ha reportado una especie de lagartija endémica (Urosaurus
clarionensis), la huilota de clarión (Zenaida macroura clarionensis), la troglodita de clarión (Troglodytes
tanneri)(P*) y una especie de serpiente chirrionera (Masticophis anthonyi)(A*).
Taxa amenazados
Bajo protección especial. El archipiélago es reconocido como zona de alimentación, crecimiento y
anidación de cuatro de las seis especies de tortugas marinas que habitan en las costas de México;
ellas son: la tortuga laúd (Dermochelys coriacea )(P), la golfina (Lepidochelys olivacea)(P), la carey
(Eretmochelys imbricata)(P) y la prieta (Chelonia mydas)(P).
Amenazas
u El impacto de los animales introducidos (borregos, gatos, ratones, conejos y puercos) y el arribo de
aves inmigrantes.
u Destrucción y perturbación de la vegetación nativa.
u Erosión del suelo.
u Reducción de poblaciones de animales, que incluso culmina con la extinción de algunos de ellos,
como la paloma de Socorro (Zenaida graysoni) y el tecolotito enano (Micrathene whitneyi graysoni),
subespecie endémica de Socorro que no ha sido vista desde 1931.
Observaciones
Por su riqueza de endemismos terrestres y marinos, la UICN considera a las Revillagigedo como un
lugar prioritario de conservación; y el Consejo Internacional para la Preservación de las Aves lo
consigna como un área de aves endémicas de importancia primaria. Sin embargo, desde el siglo
pasado el archipiélago ha sufrido perturbaciones considerables tanto en la vegetación nativa, como en
la erosión del suelo; y la reducción de poblaciones ha llegado a casos de extinción de especies. Por lo
tanto, es prioritario instrumentar un plan de manejo eficaz de los recursos naturales del archipiélago.
Estudios y proyectos
Evaluación del estado de conservación de los recursos naturales del archipiélago.
Caracterización zoológica y botánica.
Composición y distribución espacial de especies de aves.
Estudios sobre flora y vegetación.
Impacto de especies introducidas en las áreas.
Bibliografía relevante
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enero de 1996
Reserva de la Biosfera
La Michilía
Estado
Durango
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al sureste del estado, colindando con Zacatecas
Municipios de Suchil y El Mezquital
Superficie
35,000 ha (según decreto).
Extraoficialmente se registra una superficie de aproximadamente 70,000 ha (Halffter, 1978; Maury,
1993). Se estableció una zona núcleo, Cerro Blanco, con 7,000 ha.
Vías de comunicación
Para llegar a la zona se puede tomar la carretera estatal desde la ciudad de Durango a Mezquital,
desde este poblado la terracería a Agua Caliente y de ahí a Cerro Blanco por terracerías o veredas.
Para llegar al área de Sierra de Urica, desde Vicente Guerrero, pasando por San Pedro Alcántara,
hasta San Juan de Michis por terracerías.
Antecedentes legales
El establecimiento de las primeras reservas de la biosfera (Mapimí y Michilía) tiene una historia muy
singular, ya que en un principio no se requirió de ningún decreto oficial. La UNESCO aceptó esta
singularidad como una contribución novedosa al naciente Programa del Hombre y la Biosfera (MAB).
Por tal motivo a continuación se mencionan las etapas que se siguieron para establecer esta reserva.
En 1974 el Comité Mexicano del Programa MAB y el Instituto de Ecología, A.C., propusieron al
gobernador de Durango, Héctor Mayagoitia, establecer una reser-
va de la biosfera en La Michilía. La idea fue apoyada y se desarrolló un proyecto para proponerlo al
CONACYT y a la UNESCO.
Entre 1976-1977 el Comité Mexicano del MAB, con el apoyo del CONACYT y del Gobierno de
Durango, propuso como reserva de la biosfera al área de La Michilía ante la UNESCO, siendo aceptada
por esa organización en 1977.
En 1978 se estableció una asociación civil para apoyar la reserva, en la que participaron los
gobiernos federal y estatal, instituciones de investigación, ganaderos y ejidatarios. El estado de
Durango apoyó mediante un decreto estatal el establecimiento del Cerro Blanco como área de reserva
integral en La Michilía.
El 18 de julio de 1979 es decretada zona de protección forestal y reserva integral de la biosfera, por
el presidente José López Portillo.
Antecedentes históricos
Existe un pequeño poblado cercano a la reserva, San Miguel de La Michilía, del que surgió su nombre.
No se tiene información precisa de la historia de la ocupación humana en la zona. La región está
incluida en la zona del desarrollo de la cultura de los chalchihuites (600-1200 d.C.), que ocupó el
occidente de Zacatecas y el estado de Durango (INE, 1993). Esta misma área fue después ocupada
por un grupo submesoamericano denominado como la cultura Loma San Gabriel (Foster, 1980). Esta
región parece ser una extensión de todo el territorio que abarcaron las culturas del suroeste de
Estados Unidos. Existen sitios arqueológicos en la región, incluyendo lugares en Cerro Blanco, zona
núcleo de la reserva.
Hacia la época de la Colonia la región estaba habitada por diversas tribus, tales como los michis y
tepehuanos que se mantuvieron en constante rebeldía durante el virreinato.
En la actualidad, es zona de influencia del grupo tepehuano.
Tenencia de la tierra
Considerando la zonificación de la reserva, la zona núcleo denominada Cerro Blanco, de 7,000 ha, es
propiedad del Gobierno del estado de Durango en un 100%; en la zona de amortiguamiento, 60% es
propiedad ejidal y 40% propiedad privada; en la zona de influencia el 100% es propiedad privada
(Maury, 1993).
Población
En la zona de amortiguamiento hay alrededor de 400 habitantes. Las condiciones socioeconómicas, el
nivel de vida y los ingresos son bajos en los ejidos; únicamente en el ejido de San Juan de Michis se
cuenta con escuela rural primaria y con telesecundaria y el ejido el Nuevo Alemán tiene escuela rural
primaria. Tanto los ejidatarios como los pequeños propietarios están interesados en recibir los
beneficios de la protección del área y han manifestado su interés porque se lleven a cabo trabajos de
investigación aplicada (Maury, 1993).
Infraestructura
El Instituto de Ecología tiene una estación, Piedra Herrada, para el albergue de inves-tigadores
(Maury, 1993).
Vegetación y flora
Se han encontrado 770 especies de plantas vasculares en la reserva; las comunidades vegetales son
las siguientes (González-Elizondo et al., 1993):
Bosque de Pinus. Entre los manchones puros destacan los de Pinus cooperi, acompañados de
algunos individuos de P. leiophylla y P. teocote que se localizan al noroeste del Rancho las Margaritas
y en la Mesa del Burro. Otras masas puras son las de P. engelmanii al norte del poblado El Alemán. P.
chihuahuana es otra de las especies que puede formar masas casi puras en las cañadas del Taray; es
un bosque muy abierto con una densa cobertura de Arctostaphylos pungens (manzanita).
Asociaciones como las de P. teocote y P. durangensis son frecuentes en las partes altas del Cerro
Blanco. P. cembroides (pino piñonero) por lo general se presenta asociado con encinos,
principalmente Quercus eduardii a mayor altitud y con Q. grisea en áreas más bajas. Otros bosques de
coníferas que se localizan en la región son los de Pseudotsuga menziensii, Cupressus benthamii var.
lindleyi y las comunidades de Juniperus deppeana al sur de la Mesa del Burro.
Bosque de pino-encino. Por otra parte son innumerables las comunidades que se pueden identificar
de pinos con encinos. Constituyen la vegetación de las porciones más altas de la Sierra Urica y del
Cerro Blanco, por arriba de los 2,700 m s.n.m. El bosque de Pinus lumholtzii-Quercus urbanii es la
asociación más fácilmente reconocida por la fisonomía que le confieren las hojas colgantes del pino
triste (P. lumholtzii) y las hojas panduradas del encino roble. Cubre extensas áreas en laderas,
cañadas y collados (puertos intermontanos) con fuerte insolación y exposición a los vientos. Es
frecuente observar afloramientos de roca madre muy intemperizados. Otras especies que lo
acompañan son P. leiophylla, P. chihuahuana, P. teocote, y entre los encinos Q. crassifolia, Q.
hartwegii y Q. rugosa.
Bosque de Quercus. Ocupa extensas áreas en la mitad oriental y sur del área de influencia y con
frecuencia presenta una densa carpeta de gramíneas. La principal masa de estos bosques se localiza
a lo largo de la base de la Sierra Urica en la zona oriental y centro-norte del altiplano de la reserva,
entre los 2,200 y los 2,400 m s.n.m. Son comunidades abiertas y semiabiertas de Q. grisea y de Q.
eduardii, aunque se encuentran otras asociaciones más como la de Q. laeta-Q. eduardii en amplias
extensiones de la vertiente oriental del altiplano de la reserva. Q. rugosa es una de las especies
dominantes que presenta mayor variabilidad; se le puede observar en pequeños bosques como
elementos muy bajos o formando bosques altos y densos.
Pastizal. Se establece en las amplias mesas, lomeríos de suave pendiente y partes bajas con suelo
profundo. Es dominado principalmente por el género Bouteloua, entre ellas B. gracilis, B. hisurta, B.
radicosa y B. filiformis. Destacan algunos arbustos como Juniperus deppeana, Acacia schaffneri y
Arctostaphylos pungens. Otros elementos arbustivos son: Buddleia scordioides (salvilla), Loeselia
mexicana (huachichile) y Salvia microphylla (mirto). Algunos pastizales de la reserva se consideran
introducidos como los de los “llanos” del Temascal y El Tabaco a partir del bosque de pino-encino.
Vegetación ribereña. La vegetación ribereña de las márgenes de los arroyos en las porciones más
cálidas y bajas (como los arroyos el Poleo, el Toboso y la Cieneguita) está integrada por Taxodium
mucronatum (sabino, ahuehuete) y Salix bonplandiana (sauce); también se observan Populus
tremuloides (álamo), Fraxinus velutina y F. udhei (fresnos).
Fauna
La fauna presente en la reserva es predominantemente de origen neártico con afinidades
norteamericanas (Halffter, 1978). Actualmente, el Instituto de Ecología, y otras instituciones se
encuentran colaborando en proyectos sobre aspectos de distribución, ciclos poblacionales, manejo y
preservación de vertebrados (INE, 1993).
Taxa notables
Entre las especies más importantes de vertebrados se pueden citar: el venado cola blanca (Odocoileus
virginianus), el puma (Felis concolor), el coyote (Canis latrans), el guajolote silvestre (Meleagris
gallopavo), la cotorra serrana (Rhynchopsitta pachyrhyncha)(P) y el águila real (Aquila chrysaetos)(P)
(INE, 1993; Maury, 1993). En el área habitaban el carpintero imperial (Campephilus imperialis)(P*), que
ya está extinto (INE, 1993), el lobo mexicano (Canis lupus)(P) y el oso negro (Ursus americanus)(P),
estos dos desaparecidos pero con potencial de ser reintroducidos (Maury, 1993).
Amenazas
Las más notables son los desmontes, la cacería, los incendios, la escasez de sistemas de uso racional
de los recursos naturales de la región, la falta de proyectos de desarrollo y de educación ambiental, las
pocas alternativas de desarrollo en los ejidos, la disminución de la cooperación de las poblaciones
locales en las políticas de conservación y en la consolidación de un plan de manejo, la presión
demográfica y la tendencia a urbanizar una parte de las zonas de amortiguamiento y de influencia
(Maury, 1993).
Se sabe que los ranchos cinegéticos particulares que están en la zona de amortiguamiento tienen
fauna exótica proveniente de África y Estados Unidos que se encuentra en libertad. En particular, el
venado texano (Odocoileus virginianus texanus) se ha cruzado con el venado nativo (Odocoileus
virginianus couesi) trayendo como consecuencia una modificación genética en la población original y
problemas de parto en las hembras nativas (INE, 1993).
Observaciones
La zona núcleo Cerro Blanco está protegida por barreras naturales; es de difícil acceso por los
caminos de terracería y por la geomorfología de la zona. Muy próxima a la zona núcleo se encuentra la
estación de Piedra Herrada que pertenece al Instituto de Ecología, y que tiene una presencia continua
de investigadores.
Es necesario tener un plan de manejo para esta reserva y seguir apoyando al Instituto de Ecología,
en su trabajo en la región. Dada la característica de este tipo de reserva, será necesario promover los
trabajos que apoyen las actividades productivas de los campesinos que viven en ella. Será importante
también asegurar la protección de la zona núcleo. Un tema de gran importancia por investigar es la
introducción de animales exóticos con fines cinegéticos y su posible impacto sobre las poblaciones
naturales.
Estudios y proyectos
De investigación básica:
Inventario florístico y faunístico (vertebrados e insectos). Estudios de reparto de recursos, dinámica de
poblaciones, etiología y análisis de comunidades de vertebrados. Estructura y composición florística.
De desarrollo:
Cuando se inició la reserva se llevaron a cabo trabajos de asesoría en hortalizas y en apicultura pero
no tuvieron continuidad.
De manejo y protección:
Desde 1975 a la fecha se han realizado trabajos sobre la ecología del venado cola blanca. Protección
del lobo mexicano de 1980 hasta 1993. De 1987 a la fecha, protección del guajolote silvestre (Maury,
1993).
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enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Mapimí
Estados
Durango, Chihuahua y Coahuila
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al norte de la altiplanicie central mexicana, en el Bolsón de Mapimí. Al noreste del estado de Durango,
donde colinda con los estados de Chihuahua y Coahuila.
Municipios de Mapimí y Tlahualillo, Durango, Jiménez, Chihuahua y Sierra Mojada, Coahuila.
Superficie
20,000 ha (según decreto)
103,000 ha. Área zona núcleo: 38,000 ha; zona de amortiguamiento: 65,000 ha (MAB-UNESCO).
Vías de comunicación
Se puede llegar siguiendo la carretera federal núm. 49, que va de Gómez Palacio, Durango, a
Jiménez, Chihuahua. A 120 km de Gómez Palacio se encuentra Ceballos, de donde se continúa por la
desviación que lleva a la reserva y al Laboratorio del Desierto (55 km). Ésta es una terracería
transitable todo el año con dificultades en la época de lluvias. También es posible el acceso al área por
varias brechas en mal estado. PEMEX ha tendido una serie de caminos para exploración petrolera,
algunos de los cuales se han convertido en las principales rutas de los habitantes.
Antecedentes legales
El establecimiento de la zona como reserva de biosfera inició bajo la dirección del Instituto de
Ecología, en 1974, con la participación activa del Gobierno del estado de Durango, CONACYT, INIREB,
IPN, SEP, Comités MAB-México y MAB-E.U., École Normale Supérieure de París, Universidad de
Arizona, Musée National d’Histoire Naturelle de París, UNAM, y de otras organizaciones.
El proyecto inició con trabajos de investigación, concertación y difusión a distintos niveles en México
y en el extranjero, incluyendo a los habitantes locales; posteriormente, en 1978, se formó una
asociación civil que integra a los sectores interesados, y que queda a cargo de la gestión de la reserva
(Halffter, 1978).
En 1977 se designó como reserva de la biosfera por el Programa Hombre y Biosfera (MAB) de la
UNESCO, siendo junto con La Michilía, las primeras reservas de biosfera en México y de las primeras
en el mundo. El 19 de junio de 1979 fue decretada como zona de protección forestal, reserva integral
de la biosfera y refugio faunístico por el presidente José López Portillo.
En el contexto nacional e internacional, esta reserva es considerada como ejemplo de la “modalidad
mexicana” de reservas de biosfera (Kaus, 1993c).
Antecedentes históricos
Se sabe muy poco de este aspecto sobre el Bolsón de Mapimí; sin embargo, se han encontrado restos
arqueológicos, tales como morteros, fogatas, puntas de flecha y pinturas rupestres que evidencian el
uso humano desde antes del siglo XVII, cuando fue habitada por indígenas cazadores y recolectores
nómadas (González, 1986, 1988).
Durante los siglos XVI-XIX, se colonizó la región “chichimeca”. Las nuevas poblaciones desplazaron
a los indígenas de las tierras fértiles hacia las marginales del desierto y las sierras, o se les esclavizó
en las haciendas y minas. Sin embargo, a principios del siglo XIX apaches y comanches, también
presionados por la colonización de Texas, comenzaron a presionar a las poblaciones indígenas desde
el norte. Durante el siglo XIX los comanches seguían recorriendo el bolsón para robar el ganado de las
haciendas y esconderse de las tropas militares que los perseguían. Debido a estas incursiones la
región no se colonizó sino hasta fines del siglo XIX. Desde entonces, la ganadería extensiva representa
la actividad principal, al igual que en la mayor parte del desierto de Chihuahua. Las haciendas antiguas
producían para las minas de los alrededores, y los habitantes actuales del bolsón lo hacen para
exportar a Estados Unidos (Ezcurra y Montaña, 1988).
Tenencia de la tierra
En el área núcleo y la zona de amortiguamiento: 91% ejidal y 9% pequeña propiedad. En el área de
influencia (área de transición): 86% ejidal, 14% pequeña propiedad y terreno federal (Kaus, 1993c).
Población
Dentro de la reserva se encuentra una población humana de 100-200 habitantes en el área núcleo y la
zona de amortiguamiento, y de 250-300 en la zona de influencia, quienes a su vez se vinculan con una
población regional de más de 700,000 habitantes. La población económicamente activa depende
principalmente de los ingresos de la ganadería extensiva y del trabajo en unidades de producción
autónomas, normalmente constituidas por una o dos familias (Kaus, 1993c; INEGI, 1991).
Infraestructura
El terreno donde se localiza la estación biológica fue donado por Rosendo Aguilera. En 1978, la
Dirección de Obras del Estado de Durango entregó el llamado Laboratorio del Desierto, ubicado en la
zona núcleo, al Instituto de Ecología. Las instalaciones incluyen: dos laboratorios con mesas de trabajo
y sus conexiones de gas y agua, luz solar, bodega para materiales, recámaras individuales con baño;
dormitorios comunes, oficina y sala de juntas. Otras instalaciones son: una pista de terracería para
avionetas, estación meteorológica, corrales para animales en observación, nidos para tortugas y una
casa para el residente (INE, 1993).
Vegetación y flora
Se reconocen aproximadamente 350 especies de plantas vasculares en el área, siendo las familias
mejor representadas las de gramíneas, compuestas y cactáceas (Instituto de Ecología, 1991).
Se ha clasificado a la vegetación como matorral desértico micrófilo y como matorral xerófilo. En
términos más específicos, el Bolsón de Mapimí se caracteriza por matorrales, pequeñas áreas de
chaparral (mogotes) y pastizales.
Las comunidades vegetales y unidades ecológicas son las siguientes (Breimer, 1985; Martínez y
Morello, 1977; Montaña, 1988).
Bajadas y sierras calcáreas de origen sedimentario con vegetación de matorrales abiertos y
manchones densos de arbustos. Especies dominantes: Fouquieria splendens, Agave lecheguilla,
Hechtia glomerata, Jatropha dioica, Euphorbia antisyphilitica y Opuntia bradtiana.
Zona de transición eólica fluvial con arcos de vegetación y matorral abierto. Hilaria mutica,
Opuntia rastrera, Prosopis glandulosa, Larrea tridentata, Sporolobus spiciformis y Sida leprosa.
Zona de dunas. Dalea scoparia, Yucca elata, Acacia greggii, A. constricta, Lycium berlandieri y Larrea
tridentata.
Playa sur con cobertura vegetal variable de arbustos o matorrales abiertos. Hilaria mutica,
Sporolobus airoides, S. spiciformis, Prosopis glandulosa var. torreyana, Suaeda nigrescens y Atriplex
canescens; en el cauce principal Prosopis glandulosa var. torreyana y Baccharis glutinosa.
Playa norte. Con las mismas especies en los pastizales a la anterior, pero vegetación distinta en las
dunas fósiles, con Haplopappus heterophyllus y Larrea tridentata; en áreas salinas Allenrolfea
occidentalis y Atriplex acanthocarpa.
Mesa de basalto. Con Larrea tridentata, Fouquieria splendens, Opuntia rastrera y Yucca torreyi.
Taxa notables
Opuntia bradtiana, Echinomastus unguispinus(A) y E. durangensis.
Taxa raros
Peyote (Lophophora williamsii)(R) y Peniocereus greggii(R).
Fauna
Se reconocen alrededor de 270 especies de vertebrados, entre ellas cinco anfibios, 36 reptiles, 28
mamíferos y aproximadamente 200 aves (Aguirre y Maury, 1989). Esta área natural protegida preserva
fauna típica de las regiones semiáridas del Altiplano Mexicano, incluyendo especies de aves
amenazadas como el aguililla cola roja (Buteo jamaicensis), el aguililla rojinegra (Parabuteo
unicinctus), el halcón pálido (Falco mexicanus), la lechuza de madriguera (Athene cunicularia) y el
águila real (Aquila chrysaetos).
Taxa notables
La tortuga del bolsón (Gopherus flavomarginatus)(P*), la lagartija de arena (Uma paraphygas)(P), y la
lagartija (U. exsul(R*)).
Taxa endémicos
El aura (Cathartes aura), el cernícalo (Falco sparverius), el carpintero (Dendrocopus scalaris), el águila
real (Aquila chrysaetos)(P), la tortuga del bolsón (Gopherus flavomarginatus)(P*), el coyote (Canis
latrans), las lagartijas de arena (Uma paraphygas(P), U. exsul(R*)), las víboras de cascabel (Crotalus
atrox(Pr), C. scutalatus(Pr), C. lepidus(Pr), C. molossus(Pr), C. viridis(Pr)), el venado bura (Odocoileus
hemionus)(A), el lince (Lynx rufus), la zorra norteña (Vulpes macrotis)(A) y el puma (Felis concolor).
Amenazas
u Turismo descontrolado en la Zona del Silencio que aumentará con la construcción de la nueva
autopista Gómez Palacio-Chihuahua que pasa justamente por la orilla sudoeste de la zona de
influencia de la reserva.
u Expansión de las actividades extractivas por las compañías mineras, los candelilleros o PEMEX.
u Expansión o intensificación de las actividades ganaderas.
u La pérdida de hábitat por el desmonte ligado a la agricultura de temporal y de riego, en asociación
con actividades e incentivos agropecuarios en los pueblos aledaños.
u El agotamiento potencial del acuífero subterráneo por el bombeo excesivo o rápido para el riego de
agricultura o bebederos para el ganado.
u El aumento de la cacería del venado bura.
u El crecimiento de la franja urbana de la Comarca Lagunera.
Observaciones
En esta reserva se desarrollan investigaciones sobre la flora y la fauna de zonas áridas así como
programas de uso de recursos con los habitantes de la región, y estudios para la protección y
conservación de la tortuga del bolsón, que es la de mayor talla en la zona de Norteamérica, y
reconocida como especie en peligro de extinción.
Es importante que siga bajo la responsabilidad del Instituto de Ecología. Se recomienda la
adquisición de predios particulares en la zona núcleo para asegurar la conservación de esa zona.
Falta un programa de difusión de información sobre la reserva a nivel local y regional (Kaus, 1993c).
Se recomienda la posibilidad de estudiar el establecimiento de un corredor conservacionista que
conecte a Mapimí con el Área de Protección de Flora y Fauna Cuatro Ciénegas. Este corredor podría
establecerse como una biorregión a través de un estudio de ordenamiento ecológico conservacionista.
Estudios y proyectos
De investigación básica:
Antropología social, ecofisiología vegetal, ecología de pastizales y formaciones vegetales de uso
forrajero potencial, ecología de vertebrados, ecopastoralismo, edafología, erosión y escurrimiento en
cuencas hidrológicas, geografía histórica, geomorfología y geología, hidrología, inventario florístico,
simulación de lluvias e inventario de mamíferos.
Manejo y protección:
Programa de conservación de la tortuga del bolsón (Gopherus flavomarginatus). Programa de
conservación del águila real (Aquila chrysaetos). Red de las Reservas de la Biosfera del Desierto
Chihuahuense con el Parque Nacional de Big Bend, Texas, y la estación experimental de La Jornada,
Nuevo Mexico, (Kaus, 1993c).
Bibliografía relevante
Durante 20 años, en la Reserva de la Biosfera de Mapimí se han realizado investigaciones sobre muy
diversos aspectos; en consecuencia la bibliografía existente es la más rica de las reservas de la
biosfera de México, y una de las más ricas a nivel internacional. Dos libros recientes sintetizan el
avance de los trabajos de investigación en Mapimí: Montaña (1988) y Delhourne y Maury (1992).
enero de 1996
Reserva de la Biosfera
El Cielo
Estado
Tamaulipas
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al suroeste del estado de Tamaulipas, en las estribaciones de la Sierra Madre Oriental conocidas
como Sierra de Cucharas y Sierra Chiquita.
Municipios de Gómez Farías, Ocampo, Jaumave y Llera de Canales.
Superficie
144,530 ha
En la reserva se establecieron dos zonas núcleo: Zona Núcleo I con una superficie de 28,695 ha, y
Zona Núcleo II con una superficie de 7,844 ha.
Vías de comunicación
Las vías de acceso son: por el lado oeste, la carretera federal núm. 101 que pasa por Tula y Jaumave;
por el este, la carretera federal núm. 85 en el tramo de Ciudad Mante a Llera; por brechas, en la parte
noreste, desde Llera al occidente, al ejido de San Ramón, rancho El Naranjo y finalmente al rancho El
Texanito y de ahí por camino de herradura al rancho Las Adjuntas. Otra brecha parte de Llera hacia el
occidente, hasta llegar a Felipe Ángeles. Desde la carretera Ocampo-Ciudad Mante, en la parte sur de
la reserva, desde El Chamal Viejo, existe una brecha hacia el norte que llega al ejido Coahuila y a Las
Barrancas. De El Chamal Nuevo, hoy Adolfo López Mateos, hay una brecha que llega al ejido
Manantiales pasando por Rancho Nuevo y Lorenzo Vargas. La porción occidental de la reserva, hacia
el sur de Jaumave, se comunica por una brecha que pasa por los ejidos y ranchos San Lorencito,
Padrón y Juárez, hasta llegar a Nicolás Bravo (González-Medrano, 1993).
Antecedentes legales
El 13 de julio de 1985, el gobernador de Tamaulipas, Emilio Martínez Manatou, declaró el área reserva
de la biosfera; entonces se le denominó El Cielo. Ésta fue una declaración significativa, pues era la
primera reserva de la biosfera de México iniciada por un gobierno estatal. Fue también la primera
reserva que se inició como un proyecto privado de una institución educativa que fue retomado por el
Gobierno. En 1986 ingresó a la red internacional de reservas de biosfera del programa MAB de
UNESCO.
Antecedentes históricos
Los hallazgos más sobresalientes en la zona datan de hace 12 mil años. Con la llegada de los
españoles hacia principios del s. XVII, las poblaciones indígenas establecidas, huastecos, janambres,
pizones y pames, fueron desapareciendo del área paulatinamente. Hasta el s. XIX se restablecieron
indígenas huastecos, limitando su actividad agrícola a las tierras bajas, hacia el este.
El trabajo vivencial que reporta el conocimiento histórico más completo de esta zona lo constituyen
los apuntes en que se registra la experiencia de 20 años en la reserva de Larry Lof, administrador del
Rancho del Cielo. Por su importancia, se reproduce a continuación parte de este documento.
A finales del siglo XIX, gran parte de las tierras que componen las altas montañas de la reserva se
consideraban terrenos baldíos hasta que, hacia 1890, Murdock Cameron y Fermín Legorreta
reclamaron los terrenos de lo que actualmente es la reserva.
En los años treinta, con la construcción de la carretera Panamericana (85), se hizo más accesible el
viajar por el bosque de las tierras bajas y se aceleró el desarrollo de esta región.
Al iniciarse la explotación forestal a principios de los cuarenta, los forasteros empezaron a enterarse
de la existencia de este raro y único bosque en las montañas. El ornitólogo George M. Sutton visitó el
Rancho del Cielo en 1941 y a éste siguieron otros científicos. Aaron Sharp y Efraín Hernández
documentaron los primeros datos botánicos de la zona. Siguieron Harrel, Martin y muchos más.
Gracias a la hospitalidad del señor Frank Harrison, propietario del Rancho del Cielo, éste se convirtió
en el centro no oficial de los científicos que visitaban la zona. Un colegio privado de Brownsville,
Texas, el Southmost College, tuvo un papel muy importante en la promoción de las investigaciones de
esta zona.
Con el tiempo, la industria maderera causó grandes estragos. El golpe final llegó con el incendio
forestal que barrió la zona en el invierno y la primavera de 1970 y 1971. Al fin, sólo unas pequeñas
zonas, como las 25 ha protegidas por la brecha en el Rancho del Cielo, quedaban más o menos en su
estado original.
Para 1971 los bosques estaban en peligro de desaparecer, dejando el Rancho del Cielo y otras
pequeñas áreas en una especie de islas bióticas aisladas. Sin embargo, un grupo de personas se
puso a la cabeza de un movimiento para preservar esta zona al borde del desastre. Entre ellos
destacan Andrés Marcelo Sada, Gonzalo Halffter y, especialmente, Laura Alcalá Vargas. No hay duda
de que la protección de esta importante y única región en los últimos años se debe en gran medida a
su esfuerzo.
Tenencia de la tierra
De la superficie decretada, el 56% pertenece al municipio de Jaumave (80,935 ha), el 16% al
municipio de Ocampo (23,124 ha), el 16% al de Gómez Farías (23,124 ha) y el 12% al de Llera
(17,343 ha).
Como pequeña propiedad agrícola y ganadera se identificaron 101 predios con un total de
64,284.42 ha. La superficie media por predio es de 635.5 ha; algunos predios tienen superficies
mayores sobre todo en la parte árida de la reserva en el municipio de Jaumave.
Población
De acuerdo con el INEGI (1980) hay 4,300 habitantes en 26 ejidos y rancherías, incluyendo los ejidos
del área de influencia y las cabeceras municipales. No todos los habitantes viven en la reserva, un
buen número viven y trabajan en las cabeceras municipales, pero sí explotan los recursos de la
reserva.
Según datos del INEGI (1987), el analfabetismo en la población de 10 años o más en los municipios
de Jaumave, Ocampo y Gómez Farías es de entre 15 y 25%.
Infraestructura
Las instalaciones del Rancho del Cielo, y en San José (Calinda), instalaciones del Gobierno del estado
de Tamaulipas.
Vegetación y flora
Considerando los trabajos de Puig (1976), Sosa (1987) y Rzedowski (1978) los tipos de vegetación
presentes en la región se restringen a los siguientes: a) bosque tropical subcaducifolio, b) bosque
mesófilo de montaña, c) bosque de Quercus, d) bosque de coníferas y e) matorral xerófilo. A
continuación se describen brevemente.
Bosque mesófilo de montaña. Se localiza entre los 700 y 1,400 m de altitud; las especies más
frecuentes son: Quercus germana, Q. sartorii, Q. xalapensis, Liquidambar styraciflua, Podocarpus
reichei, Clethra pringlei, Carpinus caroliniana, Ostrya virginiana, Persea sp., Meliosma sp., Sapindus
saponaria, Fagus mexicana, Acer skutchii; Dendropanax arboreus, Cercis canadensis var. mexicana,
Magnolia tamaulipana. El estrato está dominado por árboles de 25 a 30 m de altura. Las lianas y
epífitas abundan, el suelo está cubierto por una densa variedad de plantas no vasculares como
musgos y licopodios. Existe una mezcla fascinante de especies neotropicales y boreales templadas.
Bosque de Quercus. Localmente conocido como encinar, se desarrolla entre 700 a 1,000 m de
altitud, con la presencia de Quercus crisophylla, Q. germana y Q. xalapensis. Varios árboles y arbustos
característicos del bosque mesófilo se desarrollan en este tipo de vegetación, en donde las epífitas y
lianas (Antigonum, Dioscorea, Serjania y Smilax) son abundantes.
Bosque de coníferas. Se ubica por arriba de los 1,400 m s.n.m., y está dominado por los pinos: Pinus
patula, P. teocote, P. pseudostrobus; además de los encinos Quercus crassifolia y Q. affinis. El
Liquidambar styraciflua es frecuente, y los arbustos Eupatorium sp., Gaultheria sp., Myrica, Staphylea
y Vaccinium dominan en el estrato arbustivo. Las lianas y epífitas son escasas.
Matorral xerófilo. Se localiza en las laderas del oeste y noroeste de la reserva a una altitud de 1,600
m. Es un matorral denso de 1 a 8 m de alto, algunas eminencias aisladas (Yucca) alcanzan hasta 10.
Los elementos representativos son especies de los géneros Quercus, Yucca, Cerecarpus, Bauhinia,
Opuntia, Agave, Oodonea, Leguminosas y Gramíneas. Las briofitas, como los hongos, son muy
escasas.
Taxa notables
Abutilon procerum, Acalypha tamaulipensis, Comarostaphylis sharpii, Eupatorium richardsonii,
Gochnatia magna, Louteridium tamaulipense, Macromeria alba, Omphalodes richardsonii, Phyllanthus
barbarae y Verbesina richardsonii. Muchas especies tropicales de plantas tienen en esta región su
límite norte y por tanto sus poblaciones deben considerarse como verdaderos ecotipos-biotipos
adaptados al rigor climático en esta zona límite del clima tropical.
Fauna
Como resultado de la vegetación ricamente diversificada que cubre la región, la fauna refleja también
una gran variedad, consecuencia de la mezcla de especies neárticas y neotropicales (Sosa, 1987).
Se han identificado más de 255 especies de aves residentes, ocasionalmente migratorias, y más de
175 especies de aves migratorias que anualmente llegan a este lugar.
Se han colectado 23 especies de roedores, algunos de los cuales son: Peromyscus ochraventer,
Neotoma angustapalata, Orthogeomys hispidus, Reithrodontomys megalotis y Cryptotis mexicana.
Martin (1958) identificó 60 especies de reptiles y 21 especies de anfibios durante un corto periodo
de colecta.
Taxa notables
En la zona existen poblaciones de grandes felinos, incluyendo al jaguar (Panthera onca)(P), el gato
montés (Lynx rufus), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), el jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi)(A) y
el tigrillo (Leopardus wiedii)(P). El puma (Felis concolor) ha sido visto en la parte occidental de la
región. El coyote (Canis latrans) y la zorra gris (Urocyon cinereoargenteus) están presentes pero no
abundan, al igual que el oso negro (Ursus americanus)(P). Otros mamíferos de menor talla incluyen al
mapache (Procyon lotor), el tlacuache (Didelphis virginiana), el coatí (Nasua nasua), el cacomixtle
(Bassariscus sumichrasti)(A*), la comadreja (Mustela frenata), el cabeza de viejo (Eira barbara)(P) y
tres especies de zorrillos (Mephitis macroura, Spilogale putorius y Conepatus leuconotus).
Entre las aves que se encuentran aquí hay 30 especies de aves migratorias, especies notables
como la guacamaya verde (Ara militaris)(P), el águila elegante (Spizaetus ornatus)(P*) y la cojolita
(Penelope purpurascens)(Pr); así como varias especies endémicas de México, incluyendo al pico
grueso cuellirufo (Rhodothraupis celaeno), que no se encuentra en ninguna otra área natural protegida
y cuya área de distribución es muy pequeña. Entre otras especies, se incluyen el tinamú canelo
(Crypturellus cinamomeus), la codorniz silbadora (Dactylortyx thoracicus)(A), el trogon colicobrizo
(Trogon elegans), el momoto mayor (Momotus momota)(R), el zorzalito coroninegra (Catharus
mexicanus)(R) y una subespecie endémica del tecolotito (Glaucidium minutissimum)(R).
Amenazas
u Explotación agropecuaria y forestal no planificada que se sigue realizando en parte de la reserva.
u Sobreexplotación de los recursos por la ganadería extensiva.
u El incremento de la densidad poblacional, tanto en el área de influencia como en la zona de
amortiguamiento.
u El turismo ecológico mal empleado y la caza furtiva podrían ser riesgos o amenazas para la vida
silvestre en la zona.
u La sobreexplotación de la palma camedor.
Observaciones
Algunas acciones que sería urgente llevar a cabo para la protección adecuada de esta reserva
incluyen: colocar un sistema eficiente de vigilancia, con casetas en las principales vías de acceso,
sobre todo de vehículos; apoyar para su realización proyectos de desarrollo social que involucren el
uso sostenido de los recursos naturales, particularmente la biota; considerar seriamente las
propuestas que sobre la relocalización y extensión de las zonas núcleo se han elaborado para el
gobierno federal; apoyar las investigaciones tendientes a lograr un inventario real de los recursos
bióticos de la reserva, y tratar de evitar la caza furtiva y la explotación de recursos forestales que,
aunque en menor escala, aún se siguen realizando.
Se recomienda llevar a cabo un ordenamiento ecológico conservacionista que incluya toda el área
de influencia de esta reserva y sus posibles conexiones con otras reservas actuales o potenciales para
crear una biorregión de conservación para las montañas del noreste de México.
Bibliografía relevante
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enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Sierra de Manantlán
Estados
Jalisco y Colima
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al suroeste de Jalisco y norte de Colima
Municipios de Autlán, Casimiro Castillo, Cuautitlán, Tolimán y Tuxcacuesco en Jalisco; y Comala y
Minatitlán en Colima.
Superficie
139,577 ha
Se establecen tres zonas núcleo: Manantlán-Las Joyas con una superficie de 34,521 ha; El Tigre,
3,385 ha; y Cerro Grande, 3,993 ha.
Vías de comunicación
Desde el poniente de la reserva, por la carretera núm. 80 Guadalajara-Barra de Navidad, tomando la
desviación hacia Casimiro Castillo. Desde el sureste, por la carretera Colima-Manzanillo, tomando la
desviación hacia Cuautitlán.
La reserva presenta problemas de comunicación debido a la accidentada topografía y a lo disperso
de la población. La carretera que conduce a El Grullo es la mejor alternativa.
Antecedentes legales
La Sierra de Manantlán se dio a conocer internacionalmente cuando en 1977 se publicó el
descubrimiento de Zea diploperennis, maíz silvestre perenne.
El 23 de marzo de 1987 fue decretada como reserva de la biosfera por el presidente Miguel de la
Madrid Hurtado.
Desde 1988 forma parte de la red internacional de reservas de la biosfera del Programa El Hombre
y la Biosfera (MAB) de la UNESCO. Fue seleccionada por
la UICN como área de prioridad para el estudio y conservación de plantas y animales.
Antecedentes históricos
El nombre de esta región puede provenir del náhuatl amanalli, que significa lugar de manantiales o
donde se estanca el agua de lluvia.
La Sierra de Manantlán forma parte de la región cultural conocida como Occidente de México, que
se desarrolló paralelamente a las culturas de Mesoamérica. Se distingue por la calidad de la
manufactura de sus figurillas que representan principalmente actividades cotidianas como mujeres
peinándose, madres con sus hijos, niños jugando con animales, cachorros, así como caciques,
guerreros, chamanes y acróbatas. El Occidente tuvo una cultura sin escritura y sin numeración y con
una escasa producción monumental (Martínez, 1994).
Muchos de los hallazgos de las partes altas representan campamentos de caza y/o recolección de
frutas. Algunos restos incluyen puntas de proyectiles rotas y lascas de piedras de varios tipos.
Existen evidencias de domesticación de vegetales durante el periodo Preclásico, tales como el
chile, el aguacate, el nance y el pochote. En la región se ha registrado la presencia de asentamientos
humanos desde el año 1500 a.C. Son características las tumbas en forma de tiro que sólo se habían
registrado en Colombia.
Antes de la conquista española, la región estuvo dividida en señoríos como los de Autlán, Zihuatlán,
Amula, Colímotl (Colima) y Tepetitango.
Durante la época colonial la región mantuvo algunos centros de población; evidencia de ello se
encuentra en la hacienda e iglesia de Ahuacapán que se construyó en el siglo XVII y hoy día constituye
uno de los monumentos coloniales más importantes de la reserva. En Platanarillos, Colima, se tiene el
registro de la existencia de uno de los más antiguos huertos coloniales que existieron en la zona.
Hasta principios del siglo XX las actividades económicas de las haciendas giraron alrededor de la
agricultura y la ganadería y en forma secundaria la explotación forestal y la minería. A principios del
siglo XX se inició la explotación comercial extranjera de la madera, dada la cercanía de la costa.
La región desempeñó un papel importante durante el conflicto armado conocido como la Cristiada.
La distribución actual de la tenencia de la tierra de la zona es el resultado de dicho conflicto.
Aunque la población indígena no está bien definida, ésta es considerable. A pesar de la erosión
cultural, algunas comunidades, como Ayotitlán, conservan muchas de sus tradiciones.
Tenencia de la tierra
La tenencia de la tierra dentro de la reserva se distribuye de la siguiente manera: 42.5% ejidal, 17.8%
comunal y 39.7% pequeña propiedad.
Población
Se ha calculado la existencia de alrededor de 8,000 a 10,000 habitantes dentro de las ocho
comunidades que quedan dentro de la reserva y aproximadamente 32,000 en las comunidades
agrarias de la sierra.
Uso del suelo en el área protegida
La superficie agrícola dedicada al cultivo de maíz y frijol es la más importante en la Sierra de
Manantlán ya que esta actividad forma la base de la economía local. Los cultivos comerciales se
restringen a frutales y café. La ganadería extensiva ocupa una gran superficie así como la dedicada al
aprovechamiento forestal.
Infraestructura
El Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad (IMECBIO), conserva tres centros
comunitarios en el ejido de Cenzontle, en el de El Terrero y en la comunidad indígena de Cutzalapa; y
una estación científica, Las Joyas.
Vegetación y flora
En la Sierra de Manantlán se presenta un complejo mosaico de vegetación de gran riqueza florística.
Se han reconocido unas 2,070 especies de helechos. Los bosques de coníferas son el tipo de
vegetación predominante de acuerdo con la clasificación de Rzedowski (1978) y siguiendo la
información proporcionada en Jardel (1990) se pueden observar los siguientes tipos de vegetación:
Bosque de Pinus. Este tipo de vegetación es el que ocupa la mayor extensión del área, se establece
sobre todo en las partes altas de la sierra, entre los 1,800 y los 2,400 m s.n.m. Se han registrado ocho
especies del género Pinus que forman manchones puros o mezclados, entre ellos destacan por su
frecuencia P. durangensis, P. herrerai, P. leiophylla, P. maximinoi y P. michoacana. Asimismo, forman
comunidades con varias especies de encinos como Quercus elliptica, Q. laurina y Q. crassipes,
además de Arbutus xalapensis y Clethra mexicana.
Bosque de Abies. Como resultado de la explotación forestal los bosques de oyamel son más bien
pequeños manchones distribuidos en la parte elevada (2,000 a 2,600 m s.n.m.) como en el Guizar. El
árbol dominante, Abies religiosa, se mezcla con otros árboles como Cupressus benthamii var. lindleyi y
con especies de Pinus. En áreas como el Cerro Grande, se mezcla con el bosque mesófilo, en donde
domina Abies religiosa var. emarginata, además de Cupressus benthamii var. lindleyi, Ostrya virginiana
y Pinus pseudostrobus.
Bosque de Quercus. De acuerdo con las características fisonómicas se observan dos tipos de
encinares: los caducifolios que pierden totalmente sus hojas en la época seca del año y los
subcaducifolios, que las pierden sólo parcialmente. Los primeros tienen una altura de 4 a 6 m y son
llamados localmente “robladas”. Éstos se desarrollan entre los 400 y los 1,200 m s.n.m. Entre las
especies constituyentes destacan Quercus castanea, Q. glaucencens, Q. magnoliifolia, Q. obtusata, Q.
resinosa y Acacia pennatula. Los encinares subcaducifolios ocurren en sitios más bien húmedos y
alcanzan una estatura de 20 a 30 m. Entre sus componentes se encuentran Quercus laurina, Q.
candicans, Q. conspersa, Q. crassipes, Q. uroxis y Clethra hartwegii; en estos bosques se observan
abundantes orquídeas y bromelias epífitas.
Bosque mesófilo de montaña. Son manchones que se establecen en los sitios más húmedos y
templados, sobre todo en cañadas protegidas y laderas de pendiente pronunciada. La altura del
estrato arbóreo va de los 12 a los 60 m. Entre las especies dominantes están Magnolia iltisiana, Ilex
brandegeana, Cornus disciflora, Tilia mexicana, Dendropanax arboreus, Ternstroemia dentisepala y T.
lineata.
Bosque tropical caducifolio. Este tipo de comunidad se desarrolla entre los 400 y los 1,200 m s.n.m.,
sobre suelos someros de drenaje rápido. Entre las principales especies se encuentran Lysiloma
acapulcensis, L. microphyllum, Jacartia mexicana, Amphyterigium adstringens, Entada mollis, Ipomea
bracteata, Bursera spp., Pseudosmondingium perniciosum y Cochlospermun vitifolium entre otras.
Otros tipos de vegetación. En la zona hay un matorral subtropical que es un tipo de vegetación muy
heterogéneo dominado por Acacia cochliacantha, Cephalocereus alensis, Stenocereus queretaroensis
y Pachycereus pecten-aboriginum. Además de especies como Ceiba pentandra, Crataeva tapia,
Ziziphus amole, Bursera spp. y Pithecellobium acatlense. Esta comunidad parece ser el resultado de la
perturbación del bosque tropical caducifolio.
Taxa notables
Algunas plantas endémicas del occidente de México presentes en Manantlán son: el agave (Agave
colimana), el madroño (Arbutus occidentalis) y el llorasangre (Croton wilburi); una especie de maíz
primitivo (Zea diploperennis)(A*), conocido localmente como milpilla o chapule, que por sus
características únicas constituye una promesa para la alimentación del futuro. Se encuentran algunos
géneros considerados como pancrónicos, entre ellos: Podocarpus, Zamia, Cyathea, Talauma y
Magnolia.
Taxa amenazados
Se reconocen 214 especies de plantas con status de amenazadas. Entre éstas sobresalen: maple
(Acer skutchii)(P), tilia (Tilia mexicana)(P), cucharo (Symplocus sousae), Mammillaria beneckei, álamo
(Populus guzmanantlensis)(R*), milpilla (Zea diploperennis)(A*) y las orquídeas Epidendrum
parkinsoniaum y Brassavola cucullata.
Raros. Mammillaria beneckei, milpilla (Zea diploperennis)(A*), abeto (Abies religiosa var. emarginata) y
Zea mays ssp. parviglumis.
Taxa endémicos
Se considera que existen aproximadamente 25 especies endémicas del occidente de México.
Fauna
Cuenta con 588 especies de vertebrados, entre ellas una de cada cuatro especies de aves y una de
cada siete especies de mamíferos y reptiles endémicos de México, además de diversas aves
migratorias y otras especies como: el guajolote silvestre (Meleagris gallopavo) y las víboras de
cascabel (Crotalus lannomi), el jaguar (Panthera onca), el tejón (Nasua nasua), el tigrillo (Leopardus
wiedii) y el armadillo (Dasypus novemcinctus).
La reserva protege los hábitats de un gran número de especies de aves. Entre ellas, se encuentra
una de las mayores concentraciones de especies de colibríes de México.
Taxa notables
Algunas especies notables que se encuentran en la reserva son:Thalurania ridgwayi(A*), el azor
(Accipiter gentilis)(A), el búho serrano (Strix occidentalis)(A) y el búho cornado oscuro (Asio
stygius)(A), la cojolita (Penelope purpurascens) y la perdiz de los volcanes (Dendrortyx macroura)(Pr),
esta última endémica del Eje Neovolcánico y muy abundante en la Sierra de Manantlán; el tapacamino
prío (Nyctiphrynus mcleodii)(R*) y el zorzal pinto (Ridgwayia pinicola)(R*), así como el vencejo
(Cypseloides storeri), especie endémica recién descubierta (Navarro et al., 1993) y Vireo
brevipennis(A*) y V. nelsoni(A*). Además de algunos animales endémicos del occidente de México: la
musaraña (Megasorex gigas)(A*), la ardilla (Sciurus colliaei ), el tlacuachin (Marmosa canescens) y la
tuza (Pappogeomys gymnurus).
Taxa amenazados
Entre los elementos de la fauna amenazados destacan el jaguar (Panthera onca)(P), el tigrillo
(Leopardus wiedii)(P), el leoncillo (Herpailurus yagouaroundi)(A), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), el
puma (Felis concolor), Strix occidentalis(A),Vireo atricapillus(A), el águila real (Aquila chrysaetos)(P),
Asio stygius(R), Vireo nelsoni(A*), Amaurospiza concolor(R), el cojolite (Penelope purpurascens)(Pr),
Amazona finschi(A*), Panyptila sanctihieronymi(R) y Vireo brevipennis(A*).
En peligro de extinción. Entre la fauna en peligro de extinción que protege la reserva se encuentran
reptiles como: Iguana iguana(Pr), Boa constrictor(A) y Clelia clelia; mamíferos: el jaguar (Panthera
onca)(P), el tigrillo (Leopardus wiedii)(P), el leoncillo (Herpailurus yagouaroundi)(P), el ocelote (L.
pardalis)(P), el puma (Felis concolor), el gato montés (Lynx rufus) y la nutria (Lutra longicaudis)(A).
Amenazas
A corto plazo:
u Acumulación de residuos de madera muerta derivada de los aprovechamientos forestales y los
incendios anteriores al establecimiento de la reserva. Los residuos combustibles constituyen un riesgo
para la propagación del fuego.
u Avance del desmonte en el área de El Tigre, La Calera y La Petaca.
u Ganadería extensiva y cacería furtiva.
A mediano plazo:
u Presencia de intereses externos a las comunidades locales representados principal-mente por
madereros y ganaderos.
u Conflictos por tenencia de la tierra entre comunidades agrarias o entre éstas y parti-culares por
ampliaciones de dotación de ejidos o creación de nuevos; conflictos internos por los límites de las
parcelas, uso de pastos, aprovechamiento forestal.
Observaciones
Desde su creación, la reserva no se ha logrado consolidar cabalmente como tal. La reserva padece en
general de problemas de cacería furtiva, asentamientos humanos irregulares, explotación forestal
comercial no controlada, ganadería extensiva y desmontes agrícolas no controlados.
La Sierra de Manantlán fue explotada por compañías madereras entre 1940 y 1980, situación que
ha marcado significativamente las condiciones locales, tanto en la modificación de las características
de estructura y composición de los bosques, como en la generación de una conflictiva situación social.
La madera fue extraída sin cuidar la renovación del recurso, buscándose la máxima ganancia en el
menor tiempo. Por otra parte, el aprovechamiento del bosque ha generado riqueza para agentes
externos (las compañías madereras), pero con nulos beneficios para los campesinos, y ha sido la
principal fuente de conflictos sociales y agrarios.
Alrededor de la explotación del bosque y de otros recursos, como los pastos para la ganadería, se
generó, al igual que en muchas otras partes de México, una estructura de cacicazgo respaldada por un
sistema de corrupción bien enraizado en las instituciones, cuya presencia histórica ha estado asociada
en la Sierra a la manipulación del reparto agrario (con problemas de rezago en el 50% de los ejidos y
comunidades), la defensa de intereses particulares e incluso la violación de derechos humanos
(SEDESOL), 1994.
Además en la Sierra de Manantlán la falta de alternativas económicas conduce a la migración
temporal o definitiva de pobladores, lo cual significa tanto la pérdida de recursos humanos como el
deterioro de las organizaciones tradicionales relacionadas con el manejo de los recursos naturales.
Otro resultado es el desarrollo de actividades productivas ilícitas, que van desde la explotación
clandestina de madera hasta el cultivo de estupefacientes.
Es necesario: prevenir y combatir los incendios forestales para disminuir su incidencia en la reserva,
así como para reducir al máximo posible la superficie afectada por el fuego a través de una
intervención oportuna.
Instrumentar un programa de desarrollo comunitario que promueva la realización de planes de
desarrollo integral en forma concentrada en cada comunidad; que reduzca la presión sobre las zonas
núcleo de la reserva a través de acciones concertadas sobre el uso sostenible de los recursos
naturales en las zonas de amortiguamiento, mejorando la calidad y la cantidad de producción, que
inculque una conciencia ambiental en la población local que permita el uso racional de los recursos
naturales como base del desarrollo de sus comunidades.
Concertar acciones de colaboración y cooperación, así como promover el establecimiento de
convenios entre los ejidos y las comunidades, las dependencias gubernamentales, las instituciones
académicas y las organizaciones no gubernamentales, para impulsar el desarrollo social en la reserva
y la definición de mecanismos de participación en la gestión de la misma.
Elaborar un programa de investigación y desarrollo de la reserva.
Promover programas de capacitación, asesoría técnica, organización campesina y educación
ambiental.
Realizar el ordenamiento territorial de la reserva.
Evaluar la factibilidad del desarrollo de actividades productivas agropecuarias y fores-tales en la
zona de amortiguamiento.
Identificar los requerimientos para mejorar, fortalecer o aplicar las medidas apropiadas para el
manejo y protección de las zonas núcleo y las áreas que requieren acciones de restauración ecológica
o rehabilitación.
Estudios y proyectos
De investigación básica: Estudios de seguimiento climatológico. Inventarios florísticos y forestales.
Estudios de ecología vegetal (fenología, regeneración natural). Estudios etnobotánicos. Ecología
forestal: silvicultura, plagas, evaluación de impactos de los aprovechamientos forestales. Ecología del
maíz perenne. Ecología animal (herpetofauna, avifauna, de murciélagos, de venados cola blanca y de
insectos).
De desarrollo: Manejo forestal. Producción agropecuaria. Manejo de agua y suelo.
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enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Chamela-Cuixmala
Estado
Jalisco
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al suroeste del estado
Municipio de La Huerta
Superficie
13,142 ha
Está integrada por cuatro zonas núcleo: Zona Núcleo I con una superficie de 6,364 ha, Zona Núcleo
II 1,002 ha, Zona Núcleo III 203 ha y Zona Núcleo IV 637 ha.
Vías de comunicación
El acceso al área se realiza por la carretera federal 200, Barra de Navidad-Puerto Vallarta. Los
aeropuertos internacionales de Puerto Vallarta y Manzanillo se encuentran a 180 km al noroeste y 125
km al sureste de distancia de la reserva, respectivamente. Hay suficiente transporte público que cubre
la ruta Barra de Navidad-Puerto Vallarta.
La estación biológica Chamela está ubicada en el kilómetro 59 de la carretera Barra de Navidad-
Puerto Vallarta.
Tenencia de la tierra
Propiedad federal, ejidal y privada. Se ha estimado que 250 ha son propiedad federal, 9,000 ha
propiedad privada (Empresa Costa Cuixmala, S.A. de C.V., Playas El Faro, S.A. de C.V., Playa
Careyes, S.A. de C.V., Fraccionamiento Punta Farallón, S.A. de C.V., y Fundación Ecológica de
Cuixmala, A.C.), 3,300 ha son propiedad de la UNAM y el resto es propiedad ejidal.
Población
En el municipio de La Huerta la población presentó una tasa de crecimiento negativa de 1970 a 1980 y
fue clasificado como expulsor, hecho que posiblemente se debió al cierre de varios aserraderos. El
municipio presenta un grado de marginación alto (Censo de 1990).
Infraestructura
Dentro de la estación de biología de la UNAM existen cerca de 4 km de caminos transitables con
vehículo y aproximadamente 6 km de veredas que pueden ser transitadas a pie. Existen dos
laboratorios, un edificio donde se encuentran la biblioteca, el museo y la sala de cómputo, un edificio
con la unidad administrativa y habitaciones para los investigadores. Cuixmala tiene instalaciones de
estancia y acondicionamiento para la investigación y la educación.
Vegetación y flora
La reserva protege ambientes acuáticos y terrestres, en los que se han identificado ocho tipos de
vegetación (Ceballos y Miranda, 1986; Castillo y Gómez-Pompa, 1991; Ceballos, 1991; Ceballos et al.,
1994). En la planicie costera del río Cuitzmala, de aproximadamente 800 ha, se presentan numerosos
tipos de vegetación como manglar, manzanillera, vegetación ribereña, carrizal, vegetación acuática,
vegetación de dunas costeras y pastizales. En los lomeríos domina la selva baja caducifolia, aunque
existen otros tipos de vegetación más localizados, como es la selva mediana subcaducifolia.
La flora de la región es muy diversa y se ha calculado en alrededor de 1,200 especies (Lott et al.,
1987). La región contiene decenas de especies endémicas que incluyen varios árboles
(Sciadodendron excelsum, Jatropha chamelensis, Celanodendron mexicanum), cactos (Penicereus
cuixmalensis y Opuntia excelsa) y otras especies (como Agave coliman).
Selva baja caducifolia. Esta selva es el tipo de vegetación más abundante en la región. Se
caracteriza por la alta densidad de plantas en el sotobosque y dosel, y porque la mayoría (95%) de las
plantas pierde las hojas durante la época de secas (Rzedowski, 1978). La altura promedio de los
árboles es de 15 m. La producción de hojas está determinada por la disponibilidad de agua y se
concentra en junio y julio, al principio de la época de lluvias. Algunas especies dominantes o muy
conspicuas son el iguanero (Caesalpinia eriostachys), cuachalalate (Amphypterigium adstringens),
cascalote (Caesalpinia alata) y nopal (Opuntia excelsa).
En las cañadas o barrancas por los bordes y costados y a lo largo de los ríos y arroyos o corrientes
más o menos permanentes se distribuyen algunas variantes de la selva mediana: el bosque ribereño y
las selvas medianas subcaducifolias. El bosque ribereño es un tipo de vegetación con una fisonomía
muy heterogénea, pues su altura puede variar desde los 5 a los 40 m. Se distribuye desde los 400
hasta los 2,000 m s.n.m.
Selva mediana subperennifolia. Se encuentra restringida a los cauces de los arroyos y su extensión
es muy limitada. Presenta dos estratos arbóreos bien definidos, uno de 15 m de altura y otro de 16-25
m. Las especies arbóreas más importantes son: Brosimum alicastrum, Astronium graveolens,
Couepeia polyandra, Tabebuia donnell-smithii y Ficus sp.
Pastizal inducido. Se establece después de deforestar un sitio. Las especies que comúnmente lo
conforman son: Cathestecum breviflorum, Setariopsis auriculata, Aristida adscencionis, Diectomis
fastigiata, Digitaria ciliaris.
Manglar. El manglar y los humedales son la vegetación dominante en las lagunas, canales y zonas
pantanosas de la planicie costera. Las especies dominantes son dos de mangle (Laguncularia
racemosa y Rhizophora mangle). Estos árboles forman densos bosques, y su altura alcanza los 10 m.
Otras especies conspicuas son el ciruelillo (Phyllanthus elsiae) y la anona (Annona glabra).
Fauna
En la región habita una amplia variedad de comunidades animales. Esta diversidad está relacionada
con la gran heterogeneidad ambiental, ya que se encuentran hábitats acuáticos y terrestres. En la
reserva se han registrado 429 especies de vertebrados terrestres, de las cuales 81 son endémicas de
México y 72 están en riesgo de extinción (Ceballos et al., 1994).
No existen catálogos completos de insectos e invertebrados, pero los estudios realizados indican
que el número de especies presentes es elevado e incluye muchos taxa que son endémicos de la
región y que no han sido descritos científicamente (Noguera, 1993).
Mastofauna. Las 72 especies de mamíferos de la región son de origen tropical. Una de las
características más sobresalientes de estas comunidades, es su elevado grado de endemicidad: por lo
menos 18 especies son endémicas de México; la lista incluye un marsupial, un insectívoro, un
carnívoro, nueve roedores, un lagomorfo y tres murciélagos (Ceballos y Miranda, 1986).
Ictiofauna. Para la región del río Cuixmala-Cerro de Sipil se han reportado 14 especies de peces
pertenecientes a siete familias: Astyanax fasciatus, Gobiesox mexicanus, Poecilia butleri, P.chica,
Poeciliopsis intans, P. luecida, P. viriosa, Pseudophallus starhsi, Agonostomus monticola, Dormitator
maculatus, Eleotris picta, Gobiomorus maculatus, Awaous trasandeanus, Sicydium multipunctatum.
Avifauna. De las 270 especies de aves, el 40% de ellas son migratorias, la mayoría provenientes de
Canadá y Estados Unidos. De las residentes, 36 son endémicas de México, entre las que se
encuentran el perico guayabero (Amazona finchii), el perico de frente amarilla (Amazona orathryx), y la
catarinita (Forpus cyanopygius) (Arizmendi et al., 1991).
Veintiocho están consideradas en peligro de extinción. De especial interés son los hábitats
acuáticos, marinos y dulceacuícolas, ya que en ellos se encuentra una gran diversidad de especies
acuáticas, residentes y visitantes (Arizmendi et al., 1991).
Las aves son animales muy vistosos, por lo cual sus poblaciones han sido sometidas a una
explotación irracional que ha ocasionado que por lo menos 28 especies se encuentren amenazadas o
en peligro de extinción. La reserva de Chamela-Cuixmala ofrece protección a varias de estas especies
como son pericos, cigüeñas, espátulas, águilas pescadoras y las golondrinas de mar (Sterna
antillarum).
Taxa amenazados
Respecto de los mamíferos, por lo menos 22 especies (31%) del total de la zona son frágiles,
amenazadas o en peligro de extinción. El puma (Felis concolor)
ha subsistido en Chamela a pesar de la cacería y la destrucción de su hábitat. El jaguar (Panthera
onca)(P), el ocelote (Leopardus pardalis)(P) y el margay (L. wie-dii)(P) son tres felinos que tienen una
amplia distribución; se pueden encontrar en regiones cálidas, desde espesos bosques lluviosos hasta
bosques tropicales secos, pero la cacería y la destrucción de su medio han reducido sus poblaciones a
grado tal que hoy en día son especies seriamente amenazadas por la extinción. En una situación
comparable se encuentran el murciélago blanco, la rata arborícola (Xenomys nelsoni)(A*),
Musonycteris harrisoni(A*) y el murciélago nectarívoro.
Anfibios y reptiles. Hyla smaragdina(R*), Bufo marmoreu (Bufo marinus), Ctenosaura pectinata(A*),
Sceloporus utiformis, Heloderma horridum(A*), Basilisus vittatus, Oxybelis aeneus, Anolis nebulosus,
Cnemidophorus lineattissimus(R*), Salvadora mexicana(R*), Masticophis mentorarius, Sphenomorphus
assatus, Micrurus distans(R*), Crotalus basiliscus(Pr*), Kinosternon integrum, Iguana iguana. De las
tres especies de cocodrilo que se distribuyen en México, el cocodrilo americano, Crocodylus
acutus(R), que es el que se presenta en la reserva de Chamela-Cuixmala, tiene problemas para su
conservación.
En peligro de extinción. Además de las anteriores, el escorpión (Heloderma horridum)(A*), el
cocodrilo, cuatro especies de tortuga (Lepidochelys olivacea(P), Dermochelys coriacea(P),
Eretmochelys imbricata(P) y Chelonia mydas(P)) y el loro de cabeza amarilla (Amazona oratrix)(P).
Raros. En Chamela se distribuye Dicliduros albus, que es un murciélago blanco bastante raro. Sólo se
reconoce en escasas localidades de México y es probable que se encuentre en peligro de extinción.
Taxa endémicos
Algunos géneros de mamíferos endémicos de México presentes en la zona incluyen Megasorex,
Osgoodomys y Musonycteris; las ratas arborícolas de Chamela (Xenomys nelsoni)(A*) son comunes
de la región, endémicas y están ligadas en forma estrecha a la selva baja y la selva media que
constituyen su único hábitat.
Amenazas
u Introducción casual o intencional de especies exóticas que generalmente desplazan a las nativas.
u Desmonte de extensas áreas para dedicarlas a actividades agropecuarias.
u Alteración del ciclo de nutrientes vía descomposición de materia orgánica y simplificación de las
comunidades tanto de plantas como de animales.
u Desaparición de especies de mamíferos, aves, reptiles y anfibios por cacería, tráfico y explotación
ilegal en general.
Observaciones
La Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala constituye una de las áreas protegidas más extensas en
la que la vegetación predominante es el bosque tropical caducifolio, incluyendo otros tipos de
vegetación afines; dado que se argumenta que las selvas secas son los ecosistemas tropicales más
amenazados a nivel mundial, esta reserva por la extensión de la selva y su estado de conservación
adquiere una importancia primordial. Además, se suma a su importancia el hecho de que es uno de los
ecosistemas mejor estudiados en México. A esto contribuye el hecho de que el manejo y la protección
de la Estación Biológica Chamela, a cargo de la UNAM, mantiene trabajos de investigación y difusión
que contribuyen notablemente a la percepción de la importancia de la conservación de esta zona. Es
de interés que el Centro de Ecología de la UNAM esté llevando a cabo un estudio experimental para
evaluar el impacto de diferentes modos de uso de la tierra, respecto del funcionamiento del ecosistema
y su mejor conservación. Esto podría ser un modelo útil para establecer prácticas de manejo.
Es recomendable mantener la integridad de esta reserva, la cual puede funcionar como punto de
contacto para el establecimiento de un corredor que una a la reserva de Manantlán y forme una
biorregión de gran importancia de la conservación biológica.
Las tareas más urgentes para la consolidación de la reserva son: proteger los ambientes marinos
en el área colindante a la reserva; establecer un programa a largo plazo de monitoreo de grupos clave
tanto de fauna como de flora, y establecer un programa de difusión y extensionismo, que permita
vincular la reserva con la población regional (Ceballos, 1994).
Estudios y proyectos
Ecología de insectos, ecología de vertebrados, ecología vegetal, manejo de cuencas y ciclaje de
nutrientes, ecología evolutiva, micrometeorología, taxonomía y sistemática de insectos, efectos del
fuego.
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Rzedowski, J. 1978. La vegetación de México. Editorial Limusa. México, 432 pp.
enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Sierra del Abra Tanchipa
Estado
San Luis Potosí
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al noreste del estado, colindando con Tamaulipas
Municipios de Ciudad Valles y Tamuín
Superficie
21,464 ha
Una zona núcleo de 16,758 ha
Vías de comunicación
La carretera nacional núm. 70 Ciudad Valles-Tampico y la carretera nacional núm. 85 Ciudad Mante-
Ciudad Valles en los límites de la zona de influencia. Se cuenta con caminos vecinales.
Antecedentes legales
El 6 de junio de 1994 fue decretada reserva de la biosfera por el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Antecedentes históricos
El área se encuentra en la región de La Huasteca, que toma su nombre de los huastecos, grupo étnico
que se desarrolló en lo que ahora son los estados de Veracruz, Hidalgo, Querétaro, Tamaulipas y San
Luis Potosí.
Etimológicamente, el nombre de la sierra proviene del huasteco: Abra, que significa bahía, apertura
o paso entre montañas y Tanchipa que deriva del vocablo Tam-Tzilpa, que significa lugar del guiso
tzilpan.
Cercanos a la reserva se encuentran importantes sitios arqueológicos de la cultura huasteca:
Tamuín y Tantoc; dentro de la reserva hay también numerosos sitios, entre los que destaca La
Hondurada, y otros vestigios como pinturas rupestres.
Durante el periodo Postclásico temprano (900-1,100 d.C.) el sitio de Tamuín fue ocupado también
por grupos del altiplano, ya que se encontraron estructuras redondas y una escultura conocida como el
adolescente huasteco, que simboliza al dios del viento Ehecatl; esta escultura tiene la mitad del cuerpo
tatuado y carga en la espalda a un niño que simboliza el sol naciente (Martínez, 1994).
El sitio de Tantoc se encuentra en un meandro que forma el río Tamuín y se extiende sobre una
superficie de 30 ha; está compuesto por numerosos montículos dominados por dos pirámides de 60 m
de altura. En Tantoc enterraban a algunos de sus muertos en los montículos o en los alrededores,
generalmente en posición decúbito ventral, costumbre ligada a creencias de los pobladores (Martínez,
1994).
Durante la Colonia, la sierra fue vía de acceso y paso hacia otros estados, considerada punto de
descanso y estancia para ganado menor, de establecimiento de potreros, encomiendas y mercedes de
poderosos personajes.
A pesar de que la Huasteca potosina ha sufrido cambios notorios, los huastecos en la actualidad
aún conservan su idioma y algunas costumbres ancestrales, incluyendo usos tradicionales de flora y
fauna. En los municipios donde se encuentra la reserva existe una población considerable de
indígenas huastecos.
Tenencia de la tierra
El 81% es propiedad ejidal y 19% propiedad privada (Sánchez-Ramos et al., 1993).
Población
No hay registros de asentamientos humanos actuales dentro del área protegida; sin embargo en la
zona de influencia se registró un total de 9,577 individuos. Las actividades económicas más
importantes son la ganadería, la agricultura y el trabajo asalariado. Existe participación de la sociedad
civil y de organismos no gubernamentales conservacionistas para la protección del área, así como de
instituciones académicas como la Universidad de Tamaulipas y la de San Luis Potosí (Sánchez-
Ramos et al., 1993).
Infraestructura
Existe una estación biológica de la SEMARNAP-SLP (Sánchez-Ramos et al., 1993).
Vegetación y flora
Se han registrado 231 especies de plantas vasculares pertenecientes a 192 géneros y 70 familias,
distribuidas en las siguientes comunidades vegetales (Mora Olivo et al., 1992).
Selva baja subperennifolia. Corresponde a parte del bosque espinoso descrito por Rzedowski
(1978). Se localiza al este de la Sierra del Abra Tanchipa en terrenos planos que se inundan en época
de lluvias. La comunidad se encuentra fuertemente perturbada por desmontes y pastoreo, de manera
que en grandes áreas ha sido sustituida por pastizales inducidos. Las especies características son:
Crescentia alata, Parmentiera aculeata, Pithecellobium ebano, Acacia farnesiana, Acacia rigidula y
Pithecellobium pallens.
Selva mediana subperennifolia. Descrita por Rzedowski (1978) es equivalente a parte del bosque
tropical perennifolio. No es muy abundante y sólo se localiza en pocas zonas protegidas entre los 650
y 700 m s.n.m. aproximadamente, donde se mezcla con la selva baja caducifolia. Las especies
características son: Brosimum alicastrum, Mirandaceltis monoica, Lysiloma divaricata, Bursera
simaruba, Wimmeria concolor, Clorophora tinctoria, Coccoloba barbadensis, Chamaedorea radicalis,
Exostema mexicanum y Bomarea hirtella.
Encinar tropical. Se localiza en áreas muy restringidas en las partes bajas de la sierra formando
manchones aislados en medio de la selva baja caducifolia. Actualmente se encuentra muy perturbado.
Las especies características son: Quercus oleoides, Guazuma ulmifolia, Sabal mexicana, Acacia
farnesiana, Lantana camara, Setaria geniculata y Croton ciliatoglandulifer.
Palmar. Es un tipo de vegetación secundaria derivada de la selva baja caducifolia; esta comunidad ha
sido inducida por los constantes incendios. Las especies características son: Sabal mexicana,
Karwinskia humboldtiana, Guazuma ulmifolia, Zanthoxylum fagara, Calliandra houstoniana y Pisonia
aculeata.
Vegetación secundaria
Distribuida en todos los tipos de vegetación debido a las perturbaciones provocadas por la actividad
humana.
Los tipos de vegetación reportados para la Sierra del Abra Tanchipa, le confieren una marcada
importancia en diversidad vegetal dentro de los ecosistemas presentes en La Huasteca potosina,
sobre todo si se considera que existe una proyección de estos tipos de vegetación más hacia el norte y
que puede llegar a representar un corredor ecológico entre los estados de San Luis Potosí y
Tamaulipas.
Taxa notables
Soyate (Beaucarnea inermis), palma (Brahea dulcis), palmilla (Chamaedorea radicalis), chamal (Dioon
edule)(A*), orquídeas (Encyclia mariae(A*) Stanhopea tigrina(A*), y E. cochleata), chicharrilla
(Harpalyce arborescens), Lycaste aromatica, Tillandsia ionantha, Zamia fischeri (A), Ceratozamia
kuesteriana(R*), Cupressus benthamii(Pr), Diospyros riojae(P) e Isochilus unilaterale (Sánchez-Ramos
et al., 1993).
Taxa amenazados
Beaucarnea inermis, Brahea dulcis, Ceratozamia kuesteriana(R*), Chamaedorea radicalis, Cupressus
benthamii(Pr), Dioon edule(A*), Diospyros riojae(P), Encyclia mariae(A*) Harpalyce arborescens,
Encyclia cochleata, Isochilus unilaterale, Lycaste aromatica, Stanhopea tigrina(A*), Tillandsia ionantha
y Zamia fischeri(A) (Sánchez-Ramos et al., 1993).
Fauna
Se han registrado 161 especies de vertebrados, de los cuales 30% son mamíferos, 51% aves, 13%
reptiles y 5% anfibios (Treviño-Villarreal, 1993).
Taxa notables
Venado cola blanca (Odocoileus virginianus), jabalí (Tayassu tajacu), conejo (Sylvilagus floridanus),
Cryptotis mexicana(R*), Plecotus mexicanus, Rhogeessa alleni, Cynomys mexicanus(P*), Sciurus
alleni, S. oculatus(R), Dipodomys nelsoni, D. phillipsii(R*), Perognathus lineatus, Neotoma goldmani,
Peromyscus furvus, P. melanophrys y Microtus quasiater(R*) (Treviño et al., 1991).
En esta reserva posiblemente se encuentran la guacamaya verde (Ara militaris)(P) y el loro de
cabeza roja (Amazona viridigenalis)(P*), el cuervito mexicano (Corvus imparatus) y el loro de frente
roja (Amazona autumnalis).
Taxa amenazados
Probablemente se localicen en la región: Leptonycteris curasoae, L. sanborni (A), Choeronycteris
mexicana (A).
En peligro de extinción. Jaguar (Panthera onca)(P), tigrillo (Leopardus wiedii)(P), ocelote (L.
pardalis)(P), leoncillo (Herpailurus yagouaroundi)(P), puma (Felis concolor), víbora de cascabel
(Crotalus molossus)(Pr) (Sánchez et al., 1993; Treviño et al., 1991).
Observaciones
La convivencia de especies con afinidades neárticas y neotropicales en la zona la hace un sitio de
gran valor biológico. Dada la gran deforestación de la vegetación tropical en la región, es
particularmente importante conservar esta sierra.
Se recomienda hacer una evaluación de la diversidad biológica de la zona y de las amenazas
actuales o potenciales para la reserva.
Se está estudiando la posibilidad de establecer un corredor biológico entre la Sierra del Abra
Tanchipa y la Reserva de la Biosfera El Cielo. Este corredor ampliaría el área protegida de las dos
reservas y con ello se protegería en forma más eficiente el hábitat de un alto número de especies
residentes y migratorias y de aquellas que requieren amplio territorio para mantener poblaciones
viables; tal es el caso de los felinos reportados para esta zona. Los detalles de esta propuesta han
sido elaborados por Sánchez-Ramos et al. (1993).
De investigación básica
Evaluación del género Beaucarnea en el noreste de México.
Evaluación de la diversidad florística y endemismos en el corredor ecológico Tanchipa-El Cielo.
Estudios sobre las repercusiones ecológicas del fuego.
Evaluación del hábitat de los félidos.
Determinación de áreas prioritarias basadas en la mastofauna, la herpetofauna y la avifauna del
corredor ecológico Tanchipa-El Cielo.
Caracterización entomológica a través del corredor ecológico Tanchipa-El Cielo. Localización de
refugios de murciélagos, con fines de conservación ecológica.
Proyectos de desarrollo
Alternativas de uso y aprovechamiento de los recursos naturales convencionales y no convencionales
como fuente de sustento en la zona del corredor ecológico.
Educación ambiental
Programa de educación ambiental orientada a tres niveles: niños, jóvenes y adultos.
Manejo y protección
Estructuración del plan de manejo para el corredor ecológico Tanchipa-El Cielo en el noreste de
México.
enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Pantanos de Centla
Estado
Tabasco
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al norte de Tabasco
Municipios de Centla, Jonuta y Macuspana
Superficie
302,706 ha
Se establecieron dos zonas núcleo; la Zona Núcleo I de 57,738 ha y la Zona Núcleo II de 75,857 ha.
Vías de comunicación
Carretera Villahermosa-Frontera-Barra de San Pedro (pavimentada); Carretera Jonuta-Frontera
(terracería) (Chávez y Trejo, 1994).
Antecedentes legales
El 10 de agosto de 1992 fue decretada como reserva de la biosfera por el presidente Carlos Salinas de
Gortari.
Antecedentes históricos
Los primeros colonizadores de las tierras bajas de Tabasco vivían en pequeñas aldeas que surgieron
hacia el año 1500 a.C. En el área de los Pantanos de Centla se encuentran por lo menos 19 sitios
arqueológicos, entre otros: Aguacatl, Astata y Santa Rita. Se piensa que este valle fue uno de los más
densamente poblados en las tierras bajas hasta antes de la Conquista; destaca la fabricación de un
tipo de cerámica anaranjada fina. Los antiguos habitantes ubicaban sus asentamientos a la orilla de
los ríos y lagunas, o en medio de manglares, donde para evitar inundaciones, se elevaba el nivel de
los terrenos por medio de un amontonamiento de barro mezclado con la concha de ostión, que al
secar forma un material muy compacto (Martínez, 1994).
Los habitantes de esta región han desarrollado un vasto conocimiento sobre los recursos vegetales
de que disponen. A la fecha se han identificado 76 especies vegetales susceptibles de utilizarse, de
las cuales el 50% son comestibles, en tanto que las otras son utilizadas como ornamentales, en la
construcción, artesanía, medicina o como combustible. Una situación similar ocurre con la fauna (INE,
1993).
Tenencia de la tierra
La tenencia de la tierra corresponde a terrenos ejidales (70%) y terrenos de propiedad particular (30%)
(Chávez y Trejo, 1994).
La propiedad privada se puede dividir en dos tipos: los propietarios “legales” que poseen una
superficie agrícola de 60 a 80 ha distribuidas en toda una familia, y los propietarios que no poseen
legalmente un predio (Garibay et al., 1988).
Población
Consiste en aproximadamente 15,000 habitantes de grupos de mestizos, chontales y mayas de bajos
ingresos económicos que provienen de la pesca y el jornaleo.
En general los asentamientos humanos se encuentran a lo largo de los bordos de los ríos. Dentro
del área hay un solo poblado con un asentamiento concentrado, Quintín Arauz, que es el poblado más
grande del área con 2,000 habitantes; el chontal es la lengua común, y aún conserva tradiciones
religiosas y festivas propias (Garibay et al., 1988).
La actividad económica principal es la agricultura (58.1%) y el resto se distribuye en el sector
secundario y de servicios (INE, 1993).
Infraestructura
Telefonía rural y luz eléctrica. Recientemente se inauguró la estación central de la reserva, localizada
en el noroeste del área en la zona conocida como Tres Brazos, sobre el kilómetro 12 de la carretera
Frontera-Jonuta, en la ranchería San Juanito. En la laguna El Cometa hay una estación de apoyo en
buenas condiciones. Existen planes para instalar otra estación.
Vegetación y flora
El área presenta una amplia diversidad biótica manifestada por diversas comunidades vegetales en su
mayoría acuáticas o subacuáticas como son:
Manglar. Distribuido a lo largo de 20 km corriente abajo del río San Pedro y San Pablo, en su margen
izquierda; en la ribera del Usumacinta penetra a una distancia de 30 km. Se asocia a varias lagunas
continentales como la del Cometa, Guanal, Los Ídolos y Sargazal. Las tres especies arbóreas
predominantes de los manglares son el mangle rojo (Rhizophora mangle), el mangle negro (Avicennia
germinans) y el mangle blanco (Laguncularia racemosa). En ocasiones se presenta el plátano falso
(Conocarpus erectus) asociado a los ambientes menos salinos (Ramírez, 1985).
Mucalería. Ocupa los terrenos adyacentes a los manglares, en las orillas de los ríos y lagunas y
también en tierra adentro dominada principalmente por Dalbergia browneii “mucal”. Otros arbustos
presentes son la majagua (Hibiscus tiliaceus), el sibil (Malvaviscus sp.), el plátano falso (Conocarpus
erectus), el amarillo (Annona glabra), el musté (Clerodendrum ligustrinum), el julube (Bravaisia
integerrima) y el mangle blanco (Laguncularia racemosa). En esta comunidad se encuentra también
una gran cantidad de trepadoras que envuelven a los arbustos logrando que en algunos lugares el
acceso sea imposible (Ramírez, 1985).
Espadañal o tular. Ocupan más de dos tercios del área, crecen sobre suelos permanentemente
inundados y constituyen la comunidad más extendida dominada por espadaña (Typha latifolia). En la
zona de transición con el manglar se asocia con el helecho Acrostichum aureum y en áreas menos
inundadas y en transición con el tintal es desplazada por el chaparral de Mimosa pigra y por el chintul
(Cyperus articulatus) (López Mendoza, 1980).
Popal. Dominado por el popoay u hojilla (Thalia geniculata) que forma masas puras de 1 a 2 m de
altura. Otros elementos que se asocian al popoay son el tanay (Heliconia latispatha) y el molinillo
(Cyperus giganteus) (Ramírez, 1985).
Vegetación flotante. Crece en los cuerpos de agua donde el popal y el espadañal no pueden crecer
por la profundidad. Las plantas más frecuentes en estas comunidades son el jacinto (Eichhornia
crassipes), la lechuga de pantano (Lemna minor) y otras notables plantas acuáticas de los géneros:
Nymphoides, Salvinia y Cabomba (Ramírez, 1985 y López-Hernández, 1993).
Tintal o selva baja perennifolia. Se distribuye aisladamente dentro de otras comunidades vegetales,
en hondonadas con suelos profundos y arcillosos, generalmente inundables. Algunas especies
presentes, además del tinto (Haematoxylum campechianum) son el pucté (Bucida buceras), el tocoi
(Coccoloba barbadensis), la palma real (Sabal mexicana) y el jaguacté (Bactris baculifera) (Ramírez,
1985). West et al. (1976) sugieren que las alteraciones y la extracción del palo de tinte pudieron haber
causado, en parte, la actual distribución y dominancia de las especies de los pantanos.
Selva mediana subperennifolia. Compuesta por géneros como Terminalia, Cedrela, Swietenia,
Brosimum, Achras y Ceiba, además de orquídeas, bromelias, palmas y helechos (INE, 1993).
Palmar. En la región se encuentran dos tipos de palmares: los dominados por el “tasiste”
(Acoelorraphe wrightii) y el dominado por el “guano” (Sabal mexicana). El primero se presenta en
suelos que se anegan temporalmente y el segundo en suelos no anegables.
La riqueza florística identificada a la fecha está representada por 260 especies pertenecientes a 89
familias, lo que representa aproximadamente el 11.8% de la riqueza estimada para el estado de
Tabasco, calculada en 2,200 especies por Cowan (1983). De esta riqueza 76 especies son utilizadas
de alguna manera por el hombre.
Taxa amenazados
Bravaisia integerrima(A), Laelia anceps(P*).
Fauna
La amplia variedad de comunidades vegetales es refugio de una rica fauna de vertebrados. Se
encuentran representadas 39 especies de peces, 50 de anfibios y reptiles, 60 de mamíferos y 125 de
aves. Predominan los animales acuáticos y semiacuáticos.
Con excepción de tres especies, todos los peces de agua dulce son neotropicales. Según West et
al. (1976) los peces más abundantes son seis géneros de mojarras. Existen aves diversas como
garza, halcón peregrino, águila pescadora, jabirú, gavilán caracolero y tucán; reptiles como el cocodrilo
de pantano o lagarto negro o la tortuga blanca; entre los mamíferos destacan: jaguar, ocelote, mono
aullador, tapir, manatí, tepescuintle, venado, puercoespín y mapache.
Taxa amenazados
El carao (Aramus guarauna)(A), el aura sabanera (Cathartes burrovianus)(A), el milano caracolero
(Rostrhamus sociabilis)(A), Falco femoralis(A), el halcón esmerejón (F. columbarius)(A), el halcón
peregrino (F. peregrinus)(A), el mono aullador (Alouatta palliata)(P*), el mono araña (Ateles
geoffroyi)(P), el manatí (Trichechus manatus)(P), el cocodrilo (Crocodylus moreletti)(R), la tortuga
blanca (Dermatemys mawei)(P), el jaguar (Panthera onca)(P), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), la
nutria de río (Lutra longicaudis)(A), el tapir (Tapirus bairdii)(P), la iguana verde (Iguana iguana)(Pr), el
pato real (Cairina moschata)(P) y el tepescuintle (Agouti paca) (INE, 1993).
Esta área natural protegida contiene un gran número de especies de aves neotropicales, entre ellas
destaca la cigüeña jabirú (Jabiru mycteria)(P), especie en peligro de extinción a nivel nacional. De
acuerdo con los estudios más recientes, sólo existen 20 individuos de esta especie en México, y los
pántanos de Centla, junto con la Laguna de Términos, contienen el mayor número de ellos (Correa,
1993).
Raros. El pato almizclero (Cairina moschata)(P), Aramides cajanea(R), la garza tigre del tular(Botaurus
pinnatus)(R), la eurípiga (Eurypyga gigas)(R) y el aguililla canela (Busarellus nigricollis)(R) (Chávez y
Trejo, 1994).
Amenazas
A corto plazo:
u Quemas periódicas de la vegetación en temporadas de sequía.
u Falta de organización de las dependencias federales en la aplicación de políticas adecuadas para la
reserva.
u Contaminación industrial, agrícola y urbana por la presencia de asentamientos humanos en las áreas
cercanas a la zona núcleo.
A mediano plazo:
u Desarrollo de la explotación petrolera.
A largo plazo:
u Desecación del sistema por la posible construcción de presas como la hidroeléctrica en Boca del
Cerro, Tenosique, o de represas.
u Construcción de caminos, desarrollo desordenado de la agricultura, sobreexplotación de recursos
para la venta ilegal (Chávez y Trejo, 1994).
Observaciones
Los pantanos de Centla están considerados como humedales prioritarios por el North American
Wetlands Conservation Council.
Dada la gran proporción de población indígena en la zona es muy importante, al incorporar a las
poblaciones locales en los planes de conservación y desarrollo, tomar en cuenta el factor cultural;
especialmente, conservar las tradiciones que han mantenido el conocimiento ancestral y el uso
sustentable de sus recursos.
Es necesario hacer una evaluación ecológica de la zona.
Se deberían integrar los Pantanos de Centla, la reserva privada Rancho Sandoval y Laguna de
Términos en una sola biorregión de conservación biológica y ecológica. Para llevar a cabo esto es
importante hacer un ordenamiento ecológico conservacionista para toda la zona.
Es necesario que la SRA delimite y declare los terrenos baldíos al sur del río Usumacinta, que
físicamente corresponden a lagunetas, espadañales y pantanales permanentemente inundados, como
terrenos nacionales y a su vez sean cedidos a la reserva por el Ejecutivo estatal y federal como
patrimonio de la reserva (Garibay et al., 1988).
A través de la participación coordinada de los sectores interesados, hace falta desarrollar un
programa de manejo a largo plazo que (Domínguez et al., 1991): Identifique los problemas ecológicos
y socioeconómicos causados por el rápido desarrollo en la región; determine las propiedades físicas,
químicas, bióticas y funcionales de estos ecosistemas y provea metodologías para su estudio,
evaluación y manejo; determine la relación e interdependencia de los humedales con otras regiones en
un contexto ecológico y socioeconómico; evalúe los cambios provocados por el hombre en la
distribución, flujo y calidad del agua y los efectos de esos cambios en el ambiente, en el clima local y
regional, en la vida silvestre y en la salud humana; provea patrones alternativos de desarrollo regional
basados en un uso cuidadoso de recursos por las comunidades locales, ganaderos, industrias y
agencias gubernamentales; entrene e integre a grupos multidisciplinarios locales para el monitoreo,
manejo y para que provean de soluciones para la conservación a futuro de los humedales; asesore
para cubrir las necesidades de educación ambiental y entrenamiento en la región, así como identifique
instituciones locales e individuales para colaborar en el trabajo.
Estudios y proyectos
Existe un proyecto sobre las estrategias reproductivas de peces dulceacuícolas por el IREBIT; también
un proyecto de Monitoreo del Cambio Climático Global de la UJAT. El Comité de Solidaridad Boca de
Chilapa y el gobierno del estado tienen una granja de cría de pecarí. El gobierno del estado está
preparando un Programa de Manejo (Chávez y Trejo, 1994).
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enero de 1996
Reserva de la Biosfera
El Triunfo
Estado
Chiapas
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al sur del estado
Municipios de Acacoyagua, Ángel Albino Corzo, La Concordia, Mapastepec, Pijijiapan, Siltepec y
Villa Corzo.
Superficie
119,177 ha
Se establecen cinco zonas núcleo: El Triunfo, 11,595 ha; Ovando, 2,143 ha; Custepec, 1,193 ha; El
Venado, 4,056 ha; La Angostura, 6,776 ha.
Vías de comunicación
En la zona de amortiguamiento existen caminos rurales, brechas y caminos de herradura. En la zona
de influencia de la reserva hay carreteras asfaltadas y terracerías, por lo que está muy comunicada
con el resto del estado.
Antecedentes legales
El 24 de mayo de 1972 el gobierno del estado decretó la región como: área natural y típica del estado
de Chiapas biotopo ecológico bosque de niebla.
El 13 de marzo de 1990 fue decretada como reserva de la biosfera por el presidente Carlos Salinas
de Gortari. Pertenece a la red internacional de MAB-UNESCO desde 1993.
Antecedentes históricos
A partir del periodo Clásico temprano se establecen aldeas, centros ceremoniales y políticos menores,
con una producción agrícola escasa. Los pocos objetos decorados encontrados, evidencian un culto
religioso llevado a cabo en los cerros y cuevas que conforman la región; un ejemplo de ello es la cueva
de Yalnicum, que fue acondicionada con altares, braseros y cámaras de piedra. En la actualidad, esta
región está habitada por gente de habla mam (Martínez, 1994).
Es hasta principios de este siglo cuando se inició el cultivo de café en el Declive del Golfo de la
Sierra, surgiendo las primeras fincas cafetaleras. Esto provocó la inmigración de indígenas de Los
Altos de Chiapas y de Guatemala, para ocuparse en las fincas. Los primeros ejidos fueron
establecidos en la década de los cincuenta, alrededor de las fincas (IHN, 1993).
Tenencia de la tierra
27,719 ha, terrenos nacionales (zona núcleo); 93,458 ha, propiedades privadas y ejidales (zona de
amortiguamiento). Existen algunos asentamientos humanos irregulares (IHN, 1991). En la zona de
amortiguamiento hay terrenos comunales.
Población
La población humana dentro de la zona protegida consta de 26 ejidos, 195 asentamientos y 15,000
habitantes aproximadamente. Al sureste de la reserva se localizan asen-tamientos del grupo mame;
adicionalmente, existen muchas comunidades emigrantes de Los Altos de Chiapas (tzotziles y
tzeltales). Los servicios están limitados a energía eléctrica y tiendas rurales sólo en los poblados más
importantes; el transporte rural es escaso.
Infraestructura
Se cuenta con tres campamentos en las zonas núcleo y una oficina regional en la ciudad de Ángel
Albino Corzo (Jaltenango La Paz). En el campamento El Triunfo hay tres cabañas. En el campamento
Palo Gordo hay una cabaña construida por el IHN y dos particulares (IHN, 1991a). Se cuenta con una
red de radiocomunicación entre los campamentos, la oficina regional y las oficinas centrales. Hay siete
guardias y un coordinador.
Vegetación y flora
El Triunfo presenta una gran diversidad de comunidades vegetales. Las características geográficas
permiten la existencia de diferentes ecosistemas propios de los climas tropicales templados y de la
transición entre ambos. De los tipos de vegetación que reporta Breedlove (1981) para Chiapas, 16
existen en el área protegida y en su zona de influencia. Entre éstos destacan los siguientes: cordón
litoral, manglar (en la zona de influencia a unos 30-40 km del área protegida), bosque ribereño tropical,
popal y tular; palmar, sabana arbolada, bosque lluvioso de montaña, bosque tropical de lomerío, selva
baja caducifolia, matorral de niebla, bosque de niebla, selva mediana subperennifolia y subcaducifolia,
bosque de pino, encino y liquidámbar, bosque ribereño templado y vegetación secundaria. Aunque
esto es indicativo de la gran cantidad de hábitats de la reserva, los tipos de vegetación presentes en el
área protegida según la clasificación de algunos autores son: bosque tropical perennifolio, bosque
tropical subcaducifolio, bosque de coníferas y bosque mesófilo de montaña.
Selva alta perennifolia. Esta comunidad se ubica hacia las partes de elevación menor dentro de la
reserva, en las franjas climáticas de mayor precipitación. Se caracteriza por la gran altura de sus
árboles dominantes (de las familias Moraceae, Leguminosae, Lauraceae), por lo cerrado del dosel y su
carácter siempre verde.
Selva mediana subcaducifolia. Esta comunidad se localiza en las zonas bajas, asociada a los climas
de estacionalidad más marcada y precipitación de 1,000 a 2,000 mm. Aunque comparte muchos
elementos con el bosque tropical perennifolio se distingue por la mayor representación de especies
caducifolias o subcaducifolias. Las leguminosas tienen una representación relativa ligeramente mayor
que en el bosque perennifolio.
Bosque de coníferas. Este bosque de distribución irregular y un tanto entremezclado con el bosque
mesófilo, presenta una dominancia de especies de Pinus, junto con algunas latifoliadas tanto de
afinidad templada (por ejemplo Quercus y Liquidambar) como de clara afinidad tropical formando
manchones de gran atractivo por su peculiar combinación de elementos templados y tropicales.
Bosque mesófilo. Sin duda ésta es la comunidad de mayor relevancia y que imprime su valor a la
reserva. Long y Heat (1991), al inventariar la flora en el núcleo de la reserva, mencionan que entre los
1,600 y los 2,200 m s.n.m. se encuentra una comunidad dominada por Quercus-Matudaea-
Hedyosmum-Dendropanax que constituye un bosque siempre verde con crecimiento exuberante en
todos los estratos y con una alta densidad de epífitas; en algunos casos los árboles pueden alcanzar
los 40 m de altura, aunque comúnmente son de 25 a 30 m. Los árboles más comunes del dosel son:
Quercus oocarpa, Q. sapotiflia, Q. crispifolia, Matudaea trinervia, Dendropanax populifolius, Perrottetia
longistylis, Ocotea chiapensis, Trophis cuspidata, Symplococarpon hartwegii, S. flavifolium y Morus sp.
Entre las especies de mediana altura el árbol más representativo es Hedyosmum mexicanum. Los
árboles pequeños y los arbustos están bien representados por las familias Compositae, Piperaceae,
Rubiaceae y Solanaceae. El sotobosque se caracteriza por helechos arborescentes tales como
Alsophila salvinnii, Cyathea fulva y C. valdecrenata, que miden entre 2 y 4 m de altura, aunque
algunos individuos alcanzan 8 m. Otras especies importantes del sotobosque son las palmas
Geonoma celeris y Chamaedorea spp., así como brinzales y plantas juveniles de los árboles del dosel
(Guevara, 1994). En el estrato rasante se encuentran plántulas y gran cobertura de plantas de la
familia Araceae. Es de destacar la abundancia de hongos macromicetos, algunos de ellos muy
conspicuos (Guevara, 1994). Las epífitas son muy abundantes y los árboles contienen grandes
cantidades entre las que se incluyen orquídeas, varias especies de Araceae, bromelias, helechos,
musgos y algunas Gesneriaceae (Dirzo, 1994).
Taxa amenazados
Varias especies de la familia bromeliácea como Tillandsia argentea, T. tricolor(A), T. lampropeda(A), el
ciprés Cupressus benthamii(Pr), las orquídeas Brassia verrucosa, Encyclia baculus, E. vitellina(Pr*),
Lemboglossum cordatum(A), L. rossii(A), Oncidium bicallosum, O. ornithorchinchum, Sobralia
macrantha y la cícada Ceratozamia matudae(A*).
Taxa endémicos
Alfaroa aff. mexicana(R*), Ficus crassicuscula (amate blanco), Anthurium ovandensis, Zamia
soconuscensis(P), Ceratozamia matudai(A*) y Quercus ovandensis.
Fauna
La fauna asociada al bosque mesófilo es uno de los caracteres prominentes de la reserva. En esta
reserva se encuentran numerosas especies de aves cuya distribución mundial está limitada a
50,000 km2 o menos, y que son consideradas endémicas a nivel internacional.
Taxa notables
El pavón (Oreophasis derbianus)(P), el dragoncillo verde (Abronia matuday), la nauyaca verde
(Bothriechus ornatus), la tangara de alas azules (Tangara cabanisi)(A), el tlacuache (Marmosa
mexicana), el murciélago (Balantiopteryx plicata), el oso hormiguero arborícola (Tamandua
mexicana)(A), la matraca chiapaneca (Campylorhynchus chiapensis), el quetzal (Pharomachrus
mocinno)(P), el pajuil (Penelopina nigra)(P), el búho serrano (Strix fulvescens)(R), el loro cabeza azul
(Amazona farinosa)(A), la salamandra (Dendrotriton xolocalcae)(R*) y el paparo callejero (Bucco
macrorhynchus).
Además de las especies mencionadas, otras prácticamente no se encuentran en México fuera de
esta reserva; por ejemplo: el periquito serrano (Bolborhynchus lineola), la chara de niebla (Cyanolyca
pumilo)(A), el rascador barbiamarillo (Atlapetes gutturalis), el rascadorcito patilludo (Melozone
biarcuatum) y el rascadorcito orejiblanco (M. leucotis) (F. González y H. G. Gómez, datos no
publicados).
Taxa amenazados
El jaguar (Panthera onca)(P), el puma (Felis concolor), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), el tapir
(Tapirus bairdii)(P), el grisón (Galictis vittata)(A), el viejo del monte (Eira barbara)(P), el mono araña
(Ateles geoffroyi)(P), la nutria (Lutra longicaudis)(A), el pavón (Oreophasis derbianus)(P), el colibrí
enano sureño (Atthis ellioti)(A), el momoto gorjiazul (Asphata gularis)(A), la tangara aliazul (Tangara
cabanisi)(A), la chachalaca ventriblanca (Ortalis leucogaster) y la matraca chiapaneca
(Campylorhynchus chiapensis)(R*).El zopilote rey (Sarcoramphus papa)(P), el águila elegante
(Spizaetus ornatus)(P), el águila ventriblanca (Spizastur melanoleucus)(P), el quetzal (Pharomachrus
mocinno)(P) y el pajuil (Penelopina nigra)(P), así como el águila tirana (Spizaetus tyrannus)(P), el
hocofaisán (Crax rubra)(P), el loro de cabeza azul (Amazona farinosa)(P), el loro de nuca amarilla
(Amazona auropalliata)(A) y la cojolita (Penelope purpurascens)(Pr).
Amenazas
A corto plazo:
u Incendios forestales.
u Tala inmoderada en el área de amortiguamiento.
u Prácticas agrícolas inadecuadas.
u Cultivo de estupefacientes.
u Asentamientos humanos irregulares.
A mediano plazo:
u Incremento de la población, tanto en el área de la reserva como en la de influencia.
u Planes de desarrollo sin consideración del impacto ambiental.
Observaciones
La Reserva de la Biosfera El Triunfo es, sin duda, un área crucial para la conservación biológica del
país.
Un aspecto notable es la existencia de uno de los fragmentos más grandes de bosque mesófilo de
montaña. Este tipo de vegetación que constituye menos del 1% del territorio nacional y contribuye
desproporcionadamente a la riqueza biológica de México, alcanza aquí una de sus mejores y más
extensas expresiones en el país.
Actualmente, la Reserva de la Biosfera El Triunfo está dentro del programa Parques en Peligro de
la organización conservacionista The Nature Conservancy.
Algunas acciones que sería urgente llevar a cabo para la protección adecuada de esta reserva
incluyen: elaborar un plan de manejo a largo plazo; coordinación interinstitucional en el área de la
reserva; elaborar una propuesta de ampliación en la zona sureste. En el área circundante a las
instalaciones manejadas por el IHN es prioritario dar mantenimiento a las instalaciones, así como llevar
a cabo un programa de señalización de la reserva.
La Reserva de la Biosfera El Triunfo debería convertirse en el punto medular para un plan de
ordenamiento ecológico y el establecimiento de un área de conservación extensa o biorregión.
Estudios y proyectos
Proyectos de investigación:
Regionalización ecológica, regeneración del bosque de niebla, aves migratorias, inventarios de flora y
fauna, autoecología de especies importantes como el quetzal y el pavón, y la herpetofauna de la
reserva, así como ecología de hongos macromicetos.
Proyectos de desarrollo:
Difusión de prácticas agroecológicas, pintura de playeras, cultivo de hongos comestibles en pulpa de
café, control biológico a través de parasitoides de la broca de café, ecoturismo.
Proyectos de educación ambiental:
Programa de difusión y cultura ambiental, elaboración de materiales de difusión y de educación
ambiental comunitarios.
Por otra parte, existe un plan operativo con cinco programas de manejo: a) operación y vigilancia; b)
difusión y cultura ambiental; c) planificación; d) investigación, y e) desarrollo comunitario. Se lleva un
calendario de vuelos de protección y detección de ilícitos; convenios de trabajo con comunidades y
predios.
Entre las actividades de difusión que se han efectuado en la reserva, destaca la celebración de seis
semanas culturales y de la ecología. También cabe destacar que se realizan reuniones, pláticas,
conferencias, exposiciones fotográficas, películas, etc. (INE, 1993).
Bibliografía relevante
Breedlove, D.E. 1981. Introduction to the flora of Chiapas, part 1. California Academy of Sciences. San
Francisco.
Collar, N.J., L.P. Gonzaga, N. Krabbe, A. Madroño Nieto, L.G. Naranjo, T.A. Parker III & D.C. Wege.
1992. Threatened birds of the Americas: the ICBP/IUCN Red Data Book. International Council for the
Preservation of Birds. Cambridge, Reino Unido.
Dirzo, R. 1994. Diversidad de la flora de México. CEMEX y Agrupación Sierra Madre. México.
García, E. 1988. Los climas de México. Proyecto de Ejecución Editorial, S.A. de C.V.
Gómez de Silva, G. H. y F. González García. Avifauna del bosque mesófilo superior de El Triunfo,
Chiapas, México (en prensa).
Guevara, R.E. 1994. Ecología de la interfase hongo-micófago en el bosque mesófilo de montaña de la
Reserva de la Biosfera El Triunfo. Tesis profesional. Universidad Veracruzana, México.
IHN. 1991a. Reserva de la Biosfera El Triunfo, Plan operativo 1991-1992. IHN. Chiapas, México.
––. 1991b. Resumen de datos básicos. Reserva de la Biosfera El Triunfo. Departamento de Áreas
Naturales. IHN. Chiapas, México.
––. 1993. Plan operativo 1993-1994 Reserva de la Biosfera El Triunfo. IHN. Chiapas, México.
INE. 1993a. “El Triunfo, encuesta”. En A. Gómez-Pompa, R. Dirzo et al. (comps.). Proyecto de
evaluación de áreas naturales protegidas de México. SEDESOL, México.
––. 1993b. Programa de manejo de la Reserva de la Biosfera El Triunfo.
INEGI. 1988. Atlas nacional del medio físico. Primera reimpresión, México.
Long, A. y M. Heat. 1991. “Flora of the El Triunfo Biosphere Reserve, Chiapas, Mexico. A preliminary
floristic inventory and the plant communities of polygon I”. An. Inst. Biol. UNAM, Serie Botánica
62:133-172.
Martínez, A. 1994. Coordinación Nacional de Arqueología, INAH. Manuscrito.
SEDUE. 1989. Información básica sobre las áreas naturales protegidas de México. Anexo.
Tamayo, J. L. 1990. Geografía moderna de México. Trillas. México.
enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Lacantún
Estado
Chiapas
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al este del estado
Municipio de Ocosingo
Superficie
61,874 ha
Vías de comunicación
El acceso a la reserva se puede dar a través de caminos de terracería, por aire o por lancha en en río
Usumacinta. El camino de Benemérito de las Américas a Nueva Palestina corre paralelo al límite norte
de la reserva.
Antecedentes legales
El 21 de agosto de 1992, fue decretada reserva de la biosfera por el presidente Carlos Salinas de
Gortari.
Antecedentes históricos
En lo que respecta al periodo prehispánico, Lacam-Tun, al igual que Bonampak y Yaxchilán, se ubica
en la región de las tierras bajas centrales de la cultura maya que floreció durante el periodo Preclásico
medio.
Las excavaciones en Lacantún han sido más bien limitadas, entre otros factores, por la densa
vegetación; sin embargo, las pocas investigaciones indican una ocupación hasta el Clásico tardío
(Ekholm, 1992).
La civilización maya alcanzó su desarrollo en un ambiente natural sumanente hostil, lo que matiza y
magnifica su esplendor, pues los mayas no antagonizaban con la naturaleza, se sabían parte de ella.
En el difícil ambiente selvático, los elementos naturales tenían asegurado un papel primordial en su
cosmogonía. Este respeto de los antiguos pobladores por su entorno, al diversificar el uso de los
recursos naturales, mediante sistemas de riego, policultivos y recolección de especies, permitió
durante siglos la convivencia armoniosa con la naturaleza y la conservación de la selva sin
desequilibrar los diferentes ambientes y microambientes que ahí se desarrollan.
Los actuales pobladores de la región son la llamada comunidad lacandona que incluye a los grupos
étnicos lacandones, choles y tzeltales.
“La Selva Lacandona, parte oriental del estado de Chiapas, deriva su nombre de una comunidad
indígena que vivía en ella desde la época prehispánica: los lacandones. Durante la Colonia, así
llamaban los españoles a los indios de Lacam-Tun. Con este nombre, que quiere decir Peña Grande o
Peñón (de lacam: grande; y tun: piedra), los lacandones designaban la isleta principal del lago
Miramar, en la que tenían edificada la pequeña cabecera de su extenso territorio selvático. Los
españoles cambiaron el topónimo maya Lacam-Tun en Lacandón, y utilizaron este nombre
castellanizado para indicar no sólo a la isla, sino también a la laguna y a la comarca en su derredor. La
historia de la Selva Lacandona, de 1525 a la fecha, es una verdadera tragedia; la selva fue objeto de
dos conquistas sucesivas que la dejaron herida de muerte. La primera, llevada a cabo por las tropas
del gobierno colonial, culminó con la eliminación de los lacandones (que originalmente poblaban el
área), última nación indígena libre de Chiapas. La segunda conquista, realizada por madereros,
campesinos, ganaderos y profesionistas involucrados en un desarrollo mal planificado, está acabando
con los ecosistemas. La exterminación de los lacandones originales en la época colonial, y la tala
despiadada del bosque en tiempos más recientes, son dos párrafos particularmente sombríos en la
larga e interminable historia de La destrucción de las Indias, que Fray Bartolo-
mé de las Casas denunció a partir de 1530 y que, por desgracia nuestra, continúa hasta el día de hoy”
(De Vos, 1992).
Infraestructura
Las instalaciones de investigación existentes más cercanas a la reserva son las de la Estación de
Biología Tropical Chajul, en la Reserva de la Biosfera de Montes Azules.
Amenazas
La cercanía con Benemérito de las Américas y la carretera son las amenazas mayores para esta
importante reserva de Chiapas.
Observaciones
Se recomienda hacer un estudio sobre la posibilidad de unir, a través de un ordenamiento ecológico,
Lacantún, Chan-Kin y Montes Azules como un corredor ecológico que se comunique con las áreas
protegidas de Guatemala.
Bibliografía relevante
Aranda, S. y M. Jaime. 1985. Inventario mastozoológico de la Reserva de la Biosfera Montes Azules.
INIREB. México.
INE.1992. Programa de Manejo para la Reserva Integral de la Biosfera Montes Azules. INE. México, 143
pp.
INEGI. 1980. Carta de uso del suelo y vegetación. Las Margaritas, Chiapas, México. E15-12 D15-3,
escala 1:250,000.
––. 1982. Carta topográfica, INEGI, SP. México, escala 1:250,000. Carta Las Margaritas, Chiapas,
México. E15-12 D15-3.
––. 1991. Chiapas. Resultados definitivos. XI Censo General de Población, 1990, por localidad e
integración territorial.
Lazcano, B.M.A. y A. E. Góngora. 1985. Inventario herpetofaunístico de la Reserva de la Biosfera
Montes Azules. Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos.
López, M.R. 1980. Tipos de vegetación y su distribución en el estado de Tabasco y norte de Chiapas.
UACH, México.
Miranda, F. 1952. La vegetación de Chiapas. Primera parte. Ediciones del Gobierno del Estado. Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas, México. 334 pp.
SAG. 1976. SFF. Proyecto: zona protectora forestal de la cuenca del alto Usumacinta, Chiapas, Méx.
Dirección General de Protección y Repoblación Forestal, Departamento de Parques Nacionales.
SEDESOL. Lacam-Tun. La Selva Lacandona.
SEDUE. 1983. Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas. México. SEDUE, Subsecretaría de
Ecología, Dirección General de Parques, Reservas y Áreas Ecológicas Protegidas, 24 pp.
––. 1992. Oficio 00199. Expediente Selva Lacandona. Dirección General de Conservación Ecológica
de los Recursos Naturales. México, D.F.
Vásquez-Sánchez, M.A., y M.A. Ramos (comps.). 1992. Reserva de la Biosfera Montes Azules, Selva
Lacandona: Investigación para su conservación, Publ. Esp. ECOSFERA, 1:253-265.
enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Montes Azules
Estado
Chiapas
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al este del estado
Municipios de Ocosingo y Las Margaritas
Superficie
331,200 ha
Vías de comunicación
El acceso a la reserva se puede dar a través de caminos de terracería o de revestimiento, por aire o
por vía fluvial. Algunas de las vías más usadas son: desde el norte por la carretera de Palenque a San
Javier, y de ahí a Bonampak, en el límite norte de la reserva. A este sitio se puede llegar por aire,
desde varios puntos, ya que esta zona arqueológica cuenta con pista de aterrizaje para avionetas.
Desde el límite sur, hay acceso a la Estación Chajul, por aire, hasta la pista de Boca de Chajul, o
utilizando la carretera fronteriza de Palenque a Benemérito de las Américas, de ahí a Pico de Oro,
desde donde se puede navegar hasta Chajul. A este y otros puntos también se puede llegar por
caminos pequeños, veredas o ríos.
En el interior de la reserva sólo es posible transitar por brechas en mal estado que intercomunican a
los diversos poblados interiores, principalmente Nueva Galilea, Benito Juárez y Lindavista, entre otros,
a los cuales se puede llegar desde San Quintín.
Antecedentes legales
El 12 de enero de 1978 fue decretada reserva integral de la biosfera. La reserva se estableció en
forma simultánea con la zona de protección forestal de la cuenca alta del río Usumacinta y de la
cuenca del río Tulijah con una extensión de 2’6l2,300 ha, quedando comprendida dentro de la zona de
protección forestal. Pertenece a la red internacional de MAB-UNESCO desde 1979.
Los terrenos de la comunidad lacandona fueron reconocidos y titulados por decreto el 26 de
noviembre de 1971. En 1978 se creó una coordinación ejecutiva, a cargo de la SARH, para coordinar
acciones de conservación; ésta desaparece unos años más tarde. En 1986 se formó una comisión
intersecretarial, que logró concertar acciones a nivel federal y con la población campesina, pero no a
nivel estatal y municipal; desapareció en 1988. El mismo año, el Ejecutivo federal responsabilizó al
gobierno del estado y a los chiapanecos la coordinación del Programa Integral Selva Lacandona. En
1989 se decreta a nivel estatal un acuerdo que restringe los aprovechamientos forestales y faunísticos
en la reserva. El mismo año fueron emitidos los decretos de dotación para 26 ejidos de la subregión de
Las Cañadas, que afectan terrenos de la comunidad lacandona y de la reserva. (INE, 1993).
Antecedentes históricos
La Reserva de Montes Azules se encuentra en la parte oeste de las tierras bajas centrales mayas, la
región donde surgió la civilización maya en el periodo Preclásico medio. Por su terreno accidentado ha
quedado casi desconocida arqueológicamente. La exploración arqueológica en la Selva Lacandona
empezó a finales del siglo pasado con las investigaciones de Alfred P. Maudslay de 1881-1894 y
Teoberto Maler de 1898-1900, en la cuenca del río Usumacinta, al este de la reserva; así como con los
estudios etnográficos sobre los lacandones hechos por Alfred M. Tozzer. Las ruinas mayas de Toniná
y Palenque, al oeste, ya se conocían por las descripciones de John. L. Stephens y los dibujos de su
compañero Frederick Catherwood. Mientras tanto, el interior de la Selva Lacandona se consideraba
territorio salvaje, de difícil y peligrosa penetración.
Los mayas adaptaron ideas y simbolismos de la sociedad olmeca, la cual ejercía una fuerte
influencia por la frontera oeste de la región maya y por la costa del Pacífico y las tierras altas de
Guatemala (Lowe, 1977). La zona de la Selva Lacandona es importante para entender las rutas de la
influencia olmeca del oeste sobre la cultura maya. Se sabe que hubo asentamientos en el río
Tzaconejá y también entradas hacia la región maya por el Usumacinta en Tabasco (Ochoa, 1985).
Comúnmente, en las culturas más tempranas dejaron restos menos impresionantes, con estructuras
pequeñas o perecederas. Es sumamente importante entender la relación entre los olmecas y los
mayas, su interacción y el grado de influencia directa que tuvo esa cultura en el desarrollo maya.
En el periodo Clásico, el área maya se dividió en territorios gobernados por centros primarios y sus
ahauob, como los de Toniná y Palenque en la frontera oeste de la Selva Lacandona, y de Yaxchilán y
Bonampak en la frontera este. Estas regiones se distinguen por las inscripciones jeroglíficas con sus
descripciones de conquista y dominio de un centro por otro. Esto se respalda con la definición de
“esferas cerámicas”, zonas en las cuales los habitantes compartían artefactos estilísticamente
similares. Entre las regiones mencionadas, al este y al oeste de la Selva Lacandona existen grandes
centros ya conocidos y otros que quedan todavía por descubrirse. Dentro de la reserva de Montes
Azules se pueden mencionar: San Vicente, Blom, Laguna Ocotal Grande, San Juan, Landeros,
Campamento de Arreo, Las Ruinas, Healey, Ruinas San Pedro, La Constancia, Tzendales, Lacam-Tun
(El Peñol), Cuevas e Isla Petén K’in.
Un aspecto de gran interés es la sobrevivencia dentro de la Selva Lacandona de la cultura maya
durante el Postclásico hasta la primera incursión española en la tercera década del siglo XVI. Hubo
grandes cambios similares a los de la región maya central, pero por ser zona fronteriza pudo mantener
una población de cierto tamaño después de la decadencia o caída de los grandes centros. La
cerámica funeraria de las cuevas indica una influencia en la cultura general de Los Altos de Chiapas,
lo cual constituye otro punto por investigar en estas regiones (Ekholm, 1992).
Tenencia de la tierra
El INE (1993) señala que las tierras de propiedad ejidal-comunal comprenden un 17% de la reserva; los
terrenos de propiedad indefinida constituyen el 25% y se trata de predios ocupados desde hace tres o
cuatro décadas. Los terrenos de propiedad nacional ocupan un 57% de la reserva y están libres de
toda ocupación. Se señala que al resolverse la situación de los predios de propiedad indefinida, los
terrenos nacionales se incrementarían hasta un 83%. El decreto de creación de la reserva incluyó 86%
de los terrenos comunales propiedad de la comunidad lacandona, 13% de terrenos que desde los
años cincuenta mantienen asentamientos humanos rurales, y 9% de terrenos nacionales.
Población
En la reserva y su zona de influencia existen alrededor de 68 comunidades con un total de 26,220
habitantes. Tan sólo en la reserva hay 9,822 habitantes según el censo de población de 1990; es
decir, hay alrededor de 3.7 habitantes por cada kilómetro cuadrado, aun considerando la constante
inmigración a la que está sujeta esta zona (INEGI, 1990; Vásquez-Sánchez et al., 1992).
La Selva Lacandona se convirtió en una región receptora de población desde la década de los
cincuenta. De 1964 a 1972 se dio un acelerado proceso de colonización que finalizó en 1986, cuando
se establecieron los más recientes poblados en la región.
La población asentada en la reserva y la zona de influencia pertenece a diferentes grupos étnicos
como choles, lacandones y tojolobales, a quienes se han agregado, a partir de 1960, grupos de
migrantes tzeltales y tzoltziles procedentes de Los Altos y del centro de Chiapas y que se han
asentado en la parte sureste de la selva, además de pobladores de otras entidades de la República.
Estos migrantes han constituido siete nuevos centros de población ejidal en las cercanías de la
reserva (INE, 1993).
Infraestructura
Las únicas instalaciones en operación existentes son las de la Estación de Biología Tropical Chajul, el
albergue del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Bonampak y una serie de casetas de
vigilancia distribuidas por toda el área, actualmente en desuso o de uso limitado. La Estación Chajul se
ubica en el extremo sur de la reserva, próxima a la comunidad del mismo nombre. Cuenta con
dormitorios, comedor, bodega, laboratorio, sala de descanso y los servicios básicos de corriente
eléctrica y agua potable. Las instalaciones son ocupadas por el personal de vigilancia e investigadores
y estudiantes que realizan trabajos en el área. La estación es administrada por Conservación
Internacional México y el Centro de Ecología de la UNAM es responsable del programa científico de la
estación. Existe otro campamento en operación parcial a la orilla de la laguna Ocotal.
Vegetación y flora
De acuerdo con Rzedowski (1983), se han registrado más de 500 especies de plantas vasculares. El
estudio florístico más reciente sobre la porción mexicana de la selva lacandona, consigna un total de
3,400 especies de plantas vasculares (Martínez, et al., 1994). De ellas al menos 23 se encuentran bajo
el riesgo de amenaza, endémicas o en peligro de extinción, entre las cuales destaca la Lacandonia
schismatica, especie recientemente descrita, cuyo descubrimiento motivó la creación de una nueva
familia botánica. Los tipos de vegetación presentes en la reserva son:
Selva alta perennifolia. Ésta cubre la mayoría de la reserva; se distribuye de los l00 a los 900 m
s.n.m., en relieves abruptos con suelos someros y drenaje deficiente. Los árboles más altos alcanzan
los 60 m, con dominancia de las especies: Terminalia amazonia (canshán), Lonchocarpus sp. (palo de
aro), Schizolobium parahybum (guanacaxtle), Swietenia macrophylla (caoba), Cedrela odorata (cedro),
Brosimum alicastrum (ramón), Dialium guianense, Manilkara zapota, Guatteria anomala, Vatairea
lundelli, Pseudolmedia oxyphyllaria, Quararibea funebris, Bernoullia flammea, Sterculia apetala,
Cupania sp., Alchornea latifolia y Cymbopetalum penduliflorum. En el sotobosque dominan las palmas
umbrófilas.
Selva mediana perennifolia de canacoite (Bravaisia integerrima). Crece sobre suelos hidromórficos
planos, inundables por largas temporadas; logra alturas de l5 a 25 m. Se compone de cuatro estratos.
En el superior se encuentran: Platymiscium yucatanum, Vatairea lundellii, Diospyros digyna,
Calophyllum brasiliense y Pithecellobium arboreum. En el estrato arbóreo medio se destacan:
Bravaisia integerrima, Pachira aquatica, Scheelea liebmannii, Coccoloba barbadensis, Spondias
mombin y Tabebuia rosea. En el estrato bajo dominan: Andira inermis, Cordia sp., Quararibea funebris,
Guarea spp., Dendropanax arboreus y Sapindus saponaria. En el sotobosque crecen las palmas
umbrófilas: jahuacté de bajo (Bactris spp.) y chichón (Astrocaryum mexicanum).
Bosque de pino-encino. Se ubica hacia la porción noreste de la reserva por arriba de los 850 m
s.n.m., en las laderas de los cerros que rodea la laguna El Ocotal, con Pinus tenuifolia, P. oocarpa y P.
pseudostrobus, mezclados con Myrica mexicana y Clusia flava. En las partes bajas con suelos
profundos crecen Quercus peduncularis y Q. segoviensis.
Bosque mesófilo de montaña. Próximos a los pinares se encuentran manchones de bosque mesófilo
de montaña, con menos de 5% de la superficie total. Se componen de Pinus oocarpa, Quercus sp.,
Zanthoxylum procerum, Saurauia leucocarpa, P. tenuifolia y Astronium graveolens.
Bosque ribereño. Se distribuye en los cauces de los ríos. Se puede encontrar desde los 0 hasta los
2,000 m s.n.m., en una topografía plana de suelos profundos y anegables con un sustrato limoso o
lacustre. Puede presentar uno o dos estratos arbóreos con alturas de 10 a 40 m. Las especies
dominantes que marcan las distintas agrupaciones del bosque son: Ficus glabrata, Salix chilensis, Inga
spp., Lonchocarpus guatemalensis, Pithecellobium arboreum, Licania platypus y Bravaisia integerrima
(INE, 1993), además de Pachira aquatica, Blepharidium mexicanum, Talauma mexicana, Schizolobium
parahybum, Luehea speciosa, Inga spuria, Castilla elastica, Hymenea courbaril, Cecropia obtusifolia,
Pancratium littorale, Gynerium sagittatum, Salix humboldtiana y Muntingia calabura (Castillo-Campos y
Narave, 1992).
Jimbales. Se localizan hacia el sur de la reserva, en la vega del río Lacantún, en barrancas y zonas
casi planas, y en los tulares que crecen en la laguna El Suspiro. En ésta destacan los jimbales,
comunidades dominadas por Bambusa longifolia (jimbal). Las especies asociadas a estas
comunidades son: Schizolobium parahybum, Luehea speciosa, Lonchocarpus guatemalensis, Inga
sapindioides, Talauma mexicana, Castilla elastica, Ceiba pentandra, Pithecellobium arboreum, Bursera
simaruba y Spondias mombin (Castillo-Campos y Narave, 1992).
Sabanas. Se encuentran formando una franja entre el bosque ribereño y la selva. La altura de los
árboles se aproxima a 7 m. La composición arbórea varía según su proximidad al bosque o la selva.
Hacia el bosque son frecuentes Curatella americana, Byrsonima crassifolia, Ateleia pterocarpa,
Crescentia cujete, Acacia pennatula. En su límite con la selva se encuentran: Cochlospermum
vitifolium, Cecropia peltata, Spondias mombin, Ficus cookii, Gliricidia sepium, Luehea candida y Ardisia
spicigera.
Hacia la porción centro-oeste de la reserva existen manchones con vegetación secundaria de la
selva alta perennifolia donde se practica la agricultura nómada, sobre todo de maíz. Esto es más
notable cerca de la laguna de Miramar.
En la parte noroeste de la reserva, se encuentran formaciones topográficas elevadas donde se
mezclan las diferentes comunidades vegetales como la selva mediana subperennifolia, selva baja
caducifolia, pinares, encinares, sabanas y sibales (Miranda, 1952).
Taxa notables
Ceratozamia matudae(A*), C. mexicana(A*), Zamia splendens(A), Yucca lacandonica(A), Lacandonia
schismatica(R*), Encyclia kienasti, Chamaedora glaucifolia y Dioon merolae(P*).
Fauna
La gran diversidad de ecosistemas presentes en la reserva dan albergue a más de 600 especies de
vertebrados. Destacan los mamíferos, con ocho órdenes y 163 especies, entre las cuales se
encuentran las tres de primates registradas para México: Ateles geoffroyi, Alouatta palliata y Alouatta
pigra; siete de las ocho especies de marsupiales, y cinco de los seis felinos registrados en México.
Esta reserva es el área natural protegida con mayor riqueza de especies de aves en México. Se han
registrado más de 300 especies en la reserva y más de 340 en la zona de influencia (González García,
1993). Diez especies de aves se encuentran en México únicamente en esta reserva y zonas aledañas.
Los peces están representados por siete órdenes, 21 familias, 37 géneros y 65 especies. De los
anfibios se tienen dos órdenes (Caudata y Salientia) y seis familias. Los reptiles están representados
por 84 especies (Lazcano y Góngora, 1985).
Los invertebrados han sido poco estudiados; se cuenta con alguna información sobre los
lepidópteros, de los cuales se han registrado 450 especies de Papilonoidea y 350 de Hesperioidea
(800 especies diurnas) y un estimado de 15,000 especies nocturnas. Los datos anteriores provienen
de la porción este de Chiapas (INE, 1993).
Taxa amenazados
El senso (Tayassu pecari), el jaguar (Panthera onca)(P), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), el
jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi)(A), el puma (Felis concolor) y el puercoespín arborícola
(Sphiggurus mexicanus). La reserva alberga numerosas especies de aves en riesgo, tales como el
pato real (Cairina moschata)(P), el zopilote rey (Sarcoramphus papa)(P), el águila arpía (Harpia
harpyja)(P), el águila ventriblanca (Spizatur melanoleucus)(A), el águila elegante (Spizaetus
ornatus)(P*), la guacamaya roja (Ara macao)(P), el búho gorfiblanco (Pulsatrix perspicillata)(P) y los
loros de cabeza azul y blanca (Amazona farinosa y Pionus senilis)(A).
En peligro de extinción. En esta categoría se encuentran los tres primates registrados en México y
los marsupiales: el tlacuachillo acuático (Chironectes minimus)(P), el tlacuache lanudo o dorado
(Caluromys derbianus)(R) y el oso hormiguero (Tamandua mexicana)(A); el tucán real (Ramphastos
sulfuratus)(A), el tapir (Tapirus bairdii)(P), el Cyclopes didactylus(P), el grisón (Galictis vittata)(A) y el
Amazona auropalliata(A).
Bajo protección especial. Dermatemys mawei, los cocodrilos (Crocodylus acutus y Crocodylus
moreletti)(R) y Amazona autumnalis.
Amenazas
Durante la segunda mitad del presente siglo, la inmigración proveniente de otras regiones de Chiapas,
principalmente de Los Altos del norte, y de otros estados de la República, aceleró la incorporación de
la Selva Lacandona a la producción agropecuaria y forestal, con el consecuente cambio de uso del
suelo y la drástica disminución de la superficie arbolada. La apertura de la carretera fronteriza y la
exploración y explotación petrolera han acentuado el fenómeno.
Existen más de 200 asentamientos humanos irregulares, que tienen problemas de tenencia de la
tierra.
Coexisten multitud de etnias distintas, ejidatarios, comuneros, pequeños propietarios y un gran
número de organismos gubernamentales y no gubernamentales que utilizan o influyen en la utilización
de los recursos del área sin contar con un plan in-
tegral conocido y aceptado por todos. La devastación de la selva en los últimos 35 años ha sido
descomunal.
Observaciones
Montes Azules contiene una alta diversidad de ecosistemas y de especies. Contiene el 28.4% de las
especies de mamíferos del país, el 31.8% de las aves, el 11.7% de los reptiles, el 8.8% de los anfibios
y el 14.4% de las especies de peces de agua dulce. Constituye uno de los últimos reductos de selvas
tropicales lluviosas del país y junto con El Petén guatemalteco y las selvas de Belice, Campeche y
Quintana Roo, forma uno de los macizos de selva húmeda tropical más importantes de Mesoamérica
en términos de diversidad biológica y de regulación climática. Esto último se debe en parte al hecho de
que está dentro de la cuenca de mayor captación pluvial del país, la cuenca del Usumacinta.
Además de su gran riqueza de especies y ecosistemas, y de su contribución en la forma de
servicios ecológicos, es de resaltar su potencial como fuente de recursos útiles. Por ejemplo: los
grupos lacandón, zoque, tzotzil, tzeltzal, tojolabal y chol hacen uso de los recursos vegetales de la
reserva y son numerosas las plantas útiles que conocen. Todo esto recalca el verdadero carácter
prioritario de la protección de la Selva Lacandona, y la Reserva de Montes Azules desempeña un
papel fundamental para tal fin.
Por otra parte, dadas las bellezas naturales de la zona, la reserva presenta un notable potencial
turístico incrementado por la presencia de restos arqueológicos en su interior y en sus cercanías.
Bonampak, por ejemplo, se encuentra a menos de 10 km al noreste del límite de la reserva. Dentro de
ésta destacan como sitios de atractivo turístico los cuerpos de agua permanentes conocidos como
Laguna Miramar, la más grande de la reserva, y lagunas El Ocotal, Ojos Azules y El Suspiro. Se sabe
que estos sitios son visitados con fines recreativos, pero no se cuenta con datos de afluencia. Por lo
demás, la reserva tampoco cuenta con la infraestructura ni los servicios para atender la demanda
turística. Las labores de protección de los recursos naturales requieren, para su ejecución, de
infraestructura que permita la estadía del personal, en especial el de vigilancia.
Sólo recientemente se ha emprendido el deslinde del campo y el amojonamiento de la reserva. La
falta de estas acciones ha sido un factor que dificulta el control de actividades compatibles e
incompatibles con los fines del área.
La reserva ha sobrevivido sin un programa rector de desarrollo y protección, ausencia que ha
impedido la aplicación de acciones coherentes y continuas acordes con los objetivos que la crearon.
En consecuencia, con la excepción de la Estación Chajul en los dos últimos años, el área ha carecido
de un cuerpo administrativo y de investigación dedicado específicamente a dirigirla y generar
conocimientos y propuestas de manejo de los recursos naturales y humanos bajo su jurisdicción.
Ante la multitud de conflictos actuales y potenciales de esta zona, es necesario hacer una
evaluación ecológica y social de la reserva, con la participación de todos los grupos que tienen
intereses en ella.
Es urgente llevar a cabo un plan estratégico (incluyendo una ordenación ecológica) para toda la
biorregión de la Selva Lacandona, abarcando la región de Marqués de Comillas, en donde se
considere como parte del plan el futuro de todas las áreas protegidas decretadas de la región.
Este plan estratégico tendrá como objetivo central tanto la conservación de la biodiversidad de la
zona como el bienestar de sus habitantes. Sin un plan de esta magnitud que involucre a toda la selva,
el futuro de la Reserva de Montes Azules y las demás reservas es incierto.
Estudios y proyectos
Inventarios biológicos (plantas, mamíferos, aves, insectos, peces, hongos).
Investigaciones arqueológicas y antropológicas.
Ecología y control de agentes transmisores de paludismo.
Estudio de ecología animal y vegetal.
Ecología de la conservación.
Cambios micro y mesoclimáticos.
Estudios etnobiológicos.
Ecología y manejo de recursos naturales.
Bibliografía relevante
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enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Calakmul
Estado
Campeche
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
Al sureste del estado de Campeche, en el límite con el estado de Quintana Roo al este y con la
República de Guatemala al sur.
Municipios de Champotón y Hopelchén.
Superficie
723,185 ha
La reserva tiene dos zonas núcleo: Zona Núcleo I de 147,915 ha y Zona Núcleo II de 100,345 ha, y
una zona de amortiguamiento de 474,924 ha.
Vías de comunicación
Carretera federal núm. 186 Escárcega-Chetumal, caminos de terracería entre Hopelchén-Xpujil-Once
de Mayo, una red de caminos entre Conhuas y Calakmul y hacia el sur, desde el kilómetro 120,
Esperanza y Concepción, hasta la laguna Chumpich.
Antecedentes legales
El 23 de mayo de 1989 fue decretada reserva de la biosfera por el presidente Carlos Salinas de
Gortari. En 1993 ingresó a la red internacional del programa El Hombre y la Biosfera (MAB) de la
UNESCO.
Antecedentes históricos
Además de la riqueza biológica del área, la reserva contiene numerosos e importantes sitios
arqueológicos de la cultura maya, incluido el sitio que da nombre a la reserva.
Dentro de la geografía prehispánica, Calakmul forma parte de El Petén central, región en la que
también se establecieron las ciudades de Hakum, Tikal y Uaxactún, con las que comparte una historia
común.
En Calakmul se han encontrado 6,250 estructuras arqueológicas entre las que destacan 108
estelas, una muralla de 6 m de altura, dos tumbas reales y un elaborado sistema hidráulico que
abastecía de agua a la ciudad por medio de un adecuado sistema de canales. Su ocupación data
desde el periodo Preclásico medio (700-600 a.C.) hasta el Clásico terminal (800-100 d.C.) (Folan et al.,
1983; Folan, 1985). Calakmul, considerada entre las grandes urbes de la época Clásica, fue la gran
rival de Tikal. Ahí florecieron las ciencias como la astronomía, y las artes como la arquitectura y la
escultura en piedra (Vargas, 1995).
Tenencia de la tierra
El 49.6% es propiedad ejidal; 2% propiedad privada y 48.4% propiedad de la nación (Sánchez
González, 1993).
Población
Los habitantes que viven en la reserva son principalmente colonos provenientes de Tabasco,
Veracruz, Chiapas y Michoacán; los pobladores de origen maya-yucateco corresponden a los ejidos
que poseen ampliaciones forestales dentro de la reserva.
El total de personas en asentamientos dentro y alrededor de la reserva es de 23,740 habitantes; de
éstos, 3,901 habitan dentro de ella; 6,449 viven alrededor de la reserva pero con predios forestales
ubicados dentro de ésta; y 13,390 viven en los alrededores.
Infraestructura
Están por terminarse tres casetas de vigilancia en los siguientes lugares: Conhuas, Nueva Vida y Once
de Mayo; ya existe una cuarta caseta de vigilancia en Xpujil a cargo de la PROFEPA.
Vegetación y flora
En Calakmul se presentan los siguientes tipos de vegetación (Flores et al., 1990):
Selva baja subperennifolia. Ocupa 35% y se encuentra distribuida entre la extensión de la selva
mediana subperennifolia, especialmente en los bajos, a la orilla de las cañadas, en las aguadas o en
los ríos. Se establece en suelos de color blanco grisáceo, profundos pero de escaso drenaje, por lo
que en la época de lluvias se inundan. Presenta asociaciones de: Haematoxylum campechianum-
Bucida bucera-Cameraria latifolia, Haematoxylum campechianum-Bucida bucera-Metopium browneii.
El estrato arbóreo, que no pasa de 15 m, está dominado por: Bucida bucera, Haematoxylum
campechianum, Manilkara achras, Metopium browneii, Diospyros anisandra, Cameraria latifolia. En el
estrato arbustivo los componentes dominantes son: Bravaisia tubiflora, Randia aculeata, Ouratea
lucens, Rhacoma gaumeri, Drypetes lateriflora. Estrato herbáceo: Petiveria alliacea, Rhoeo discolor,
Lasiacis divaricata, Cladium jamaicensis, así como gran cantidad de epífitas (bromeliáceas y
orquidáceas).
Vegetación acuática. Son asociaciones que se dan entre especies flotantes como: Pistia stratiotes-
Eichhornia crassipes y Nymphaea ampla-Salvinia auriculata. Se distribuye en manchones dispersos
entre las selvas altas y medianas subperennifolias.
Vegetación secundaria. Esta vegetación se encuentra en diversas etapas serales, que van de 1 a 20
años y se deriva de los tipos de vegetación descritos.
Existe cierta similitud con áreas geográficas vecinas como El Petén en Guatemala, Belice y el sureste
de México, manifestándose un continuo de vegetación que se comunica con otras regiones de Centro
y Sudamérica.
Taxa notables
Se conocen 18 especies vegetales endémicas de la península: kaahum (Furcraea cahum), kiibal chaak
(Anthurium tetragonum), xpomol che’ (Jatropha gaumeri), puuts’mukuy (Samyda yucatanensis), kabal
piich (Acacia dolichostachya), box kaatsim (A. gaumeri), ch’i’may (Pithecellobium albicans), tsaj iitsa
(Neomillspaughia emarginata), paay luuch (Hintonia octomera), box k’u’ch’eel (Machaonia lindeniana),
chuleb che’ (Randia truncata), chak si’ik’in (Jacquinia flammea), ts’ipil (Beaucarnea ameliae), sak paj
(Byrsonima bucidaefolia), botoncillo (Eugenia winzerlingii), siip che’ (Guettarda gaumeri) y yaax niik
(Vitex gaumeri).
Taxa amenazados
Kabxyaat (Chamaedorea seifrizii), Gaussia maya, Bravaisia intergerrima, kabal piich o subin (Acacia
dolichostachya), Encyclia cochleata, Opsiandra maya, Epidendrum stamfordianum, Maxillaria
tenuifolia, aanis nikte’ (Oncidium sphacelatum), Psygmorchis pusilla, guano k’uum (Cryosophila
argentea)(A), k’oopte ciricote (Cordia dodecandra), boob tunja’ (Campyloneurum phyllitidis), xch’u’
(Tillandsia festucoides)(R), xanab miis (Calasetum maculatum), xyaat (Chamaedorea neurochlamys),
Zamia loddigesii (A).
Avifauna. En total se han registrado 235 especies de aves: 179 residentes y 56 migratorias; 29 tipos
de rapaces que incluyen varias especies raras o amenazadas. Calakmul conserva una gran extensión
de bosque tropical húmedo que está conectado con El Petén de Guatemala, ofreciendo
potencialmente un área grande para las especies de aves que requieren de grandes extensiones de
bosque tropical, tales como el zopilote rey (Sarcoramphus papa), el águila arpía (Harpia harpyja), el
águila ventriblanca (Spizastur melanoleucus), el águila tirana (S. tyrannus), el águila elegante (S.
ornatus) y el halcón pechicanelo(Falco deiroleucus).
La selva es ligeramente más seca que la Selva Lacandona, pero comparte la mayoría de las
especies de aves con la Reserva de la Biosfera de Montes Azules; sin embargo, alberga varias
especies propias de la Península de Yucatán que no se encuentran en dicha región, como el pavo
ocelado (Agriocharis ocellata), la troglodita yucateca (Thryothorus albinucha), la chara yucateca
(Cyanocorax yucatanica) y el mímido negro (Melanoptila glabrirostris). El hocofaisán (Crax rubra),
especie amenazada en México, es más abundante en esta reserva que en otras partes de México (M.
Miranda com. pers., H. Gómez de Silva com. pers.).
Taxa notables
El jaguar (Panthera onca)(P), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), el tigrillo (L. wiedii)(P), el jaguarundi
(Herpailurus yagouaroundi)(A), el mono aullador (Alouatta palliata)(P*), el tapir (Tapirus bairdii)(P), el
temazate (Mazama americana), el oso hormiguero (Tamandua mexicana)(A) y el loro mejillas amarillas
(Amazona autumnalis).
Taxa amenazados
La boa (Boa constrictor)(A), iguana rayada (Ctenosaura similis)(A), el zopilote rey (Sarcoramphus
papa)(P), la anhinga (Anhinga anhinga), el pavo ocelado (Agriocharis ocellata), el loro orejas rojas
(Pionopsitta haematotis)(R), el loro corona blanca (Pionus senilis)(A), el loro yucateco (Amazona
xantholora)(A), el arazarí de collar (Pteroglossus torquatus)(R), el chinito americano (Bombycilla
cedrorum), la cigüeña americana (Mycteria americana)(A), el tucán pico de canoa (Ramphastos
sulfuratus)(A), la calandria zapotera (Icterus cucullatus)(A), la totolaca (Aramus guarauna)(A) y el
tlacuache de cuatro ojos (Philander opossum).
Amenazas
A corto plazo:
u La inadecuada zonificación no permite que se cumplan las funciones para las cuales fue creada la
reserva.
u La cacería deportiva.
u El saqueo de madera.
u El tráfico ilegal de flora y fauna silvestres.
A mediano plazo:
u Colonización.
u La construcción de carreteras.
u La falta de regularización de tierras.
u El crecimiento demográfico del estado, principalmente del recién formado municipio de Escárcega.
A largo plazo:
u La falta de un verdadero programa de reordenamiento de las actividades productivas de la zona
(Sánchez González, 1993).
Observaciones
La reserva se maneja con un director, 10 ejidatarios como promotores ecológicos y 10 personas
externas como jefes de programas, de subprogramas e inspectores ecológicos.
Dada la importancia de Calakmul, valdría la pena establecer un centro de investigación de alto nivel
para el estudio de la biodiversidad de la reserva. Este centro podría integrarse con la colaboración de
las distintas instituciones involucradas e invitando a otras más.
Hace falta un mayor consenso entre las instituciones involucradas en el estudio, el manejo y la
protección de la reserva.
Es necesario realizar estudios de impacto ambiental para evaluar la factibilidad de nuevas vías de
comunicación, tratando de reducir a un mínimo la construcción de caminos dentro de la reserva.
Se debería interrumpir el actual proceso de colonización y regularizar la tenencia de la tierra a los
grupos ya establecidos; además proporcionar nuevas y mejores tierras a los que no están legalmente
establecidos y que deseen relocalizarse.
Habría que contar con un plan de acción agroforestal y una nueva zonificación de la reserva; así
como fomentar proyectos de educación ambiental en la zona con la participación de maestros rurales.
También es necesario establecer mediante un acuerdo o convenio la transferencia de la
coordinación en la reserva a un consejo directivo, que encabece la estructura de un fideicomiso cuyo
capital sea administrado por una institución bancaria (véase Sánchez González, 1993).
Estudios y proyectos
De investigación básica:
Inventario florístico de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, Programa de Etnoflora Yucatanense,
de la UADY.
Estudio del patrón de distribución de la flora útil en la zona arqueológica de Calakmul, Campeche,
por el CIHS de la UAC.
Avifauna de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, por PRONATURA.
Estudio sobre el jaguar en Calakmul (Instituto de Ecología).
Cartografía temática básica de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, ECOSFERA-PRONATURA.
Climatología y paleoclimatología, por la Universidad de Carolina del Norte-CIHS-UAC.
Uso del suelo (Universidad Simon Fraser, Canadá).
Percepción remota: recursos naturales y culturales (Mississippi State University-CIHS-UAC).
Uso y función del núcleo de Calakmul (CIHS-UAC).
Uso prehispánico del suelo (CIHS-UAC).
Inventario de los mamíferos (Instituto de Ecología).
En 1992, pasó a formar parte de los Proyectos Especiales de Arqueología impulsados por la
presidencia de la República.
Manejo y protección:
Rescate arqueológico de Calakmul, a cargo de CIHS-UAC-INI-INAH-INE y Gobierno del estado.
Proyectos productivos: estudios dasonómicos y agroforestales, conservación de la fauna en
semicautiverio, apicultura y agricultura orgánica a cargo del Programa de Solidaridad Forestal de
SEDESOL, PRONATURA, WWF y Pronare.
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Vargas, A. 1995. Donde las estelas hablan. Manuscrito.
enero de 1996
Reserva de la Biosfera
Sian Ka’an
Estado
Quintana Roo
Categoría
Reserva de la Biosfera
Localización
En el litoral central del estado
Municipios de Felipe Carrillo Puerto y Cozumel
Superficie
528,147 ha
Se establecieron tres zonas núcleo: Muyil con una superficie de 33,418 ha; Cayo Culebras con
6,105 ha; y Uaimil con 240,180 ha.
Vías de comunicación
Carreteras federales Cancún-Tulum o Carrillo Puerto-Tulum y caminos de terracería. Canales
prehispánicos que desembocan al mar y que conectan las lagunas de Boca Paila y Muyil.
Antecedentes legales
El proceso de delimitación y establecimiento de la reserva inició en 1982, con un proyecto del Centro
de Investigaciones de Quintana Roo (CIQRO), con el apoyo del CONACYT.
El 20 de enero de 1986 fue decretada reserva de la biosfera por el presidente Miguel de la Madrid
Hurtado. Forma parte de la red internacional del programa MAB de UNESCO desde ese mismo año.
Toda la reserva está designada como Sitio de Patrimonio Mundial, por la Convención del Patrimonio
Mundial, auspiciada por la UNESCO.
Antecedentes históricos
De acuerdo con el Diccionario Maya Cordemex, Sian Ka’an significa hechizo o regalo del cielo. Este
nombre se asocia al que dieron los antiguos pobladores de la región, a la parte sur de Quintana Roo.
La reserva se ubica dentro de lo que fueron los cacicazgos de Cohuah y Uaymil durante los
periodos Clásico y Preclásico maya. Se han inventariado 23 sitios arqueo-lógicos entre los que
destacan las ruinas de Chenchomac, Chunyaxche, Vigía del Lago, Oxamach, Tampak y El Plantal,
además de un canal de 24 km que une Chancah Veracruz con la Bahía de la Ascensión. Se han
descubierto varios entierros humanos, cerámica y materiales de unos 2,300 años de antigüedad.
Durante la Colonia no hubo asentamientos definitivos, quizá, porque se hallaba en la ruta de los
piratas. Más tarde durante la Guerra de Castas, la zona fue explotada por los ingleses que pagaban
con armas a los mayas los permisos de explotación; destaca la caza del manatí en la bahía del
Espíritu Santo.
Durante este siglo, destacan las incursiones de pescadores cubanos hasta los años cincuenta y,
más tarde, la producción de chicle en la zona continental.
Tenencia de la tierra
El 99% de los terrenos son propiedad de la nación y el 1% es privado.
Población
1,800 habitantes aproximadamente.
En el litoral existe la mayor parte de los ranchos. Punta Allen es la única población con servicios de
alcantarillado y agua potable, que se extrae de pozos someros. Los pesca-dores son el único sector
organizado. Hay cinco cooperativas pesqueras que operan en la zona, aunque sólo dos están
asentados en la reserva.
La pesca constituye la actividad económica más importante; las especies más captu-radas son: la
langosta espinosa (Palinurus argus), el tiburón gata, el martillo, la tintorera, el huachinango, la
palometa, el sábalo, el mero, la cherna y el boquinete.
El turismo es aún reducido; por ejemplo, entre 1990 y 1991 acudieron 642 personas (Bezaury,
1991). Los servicios que proporciona la asociación Amigos de Sian Ka’an y algunos lugareños son:
pesca deportiva, transporte, hospedaje, alimentación, mante-nimiento y cuidado de equipo, e
información.
Infraestructura
Se cuenta con cuatro casetas de vigilancia en Pulticub, Santa Teresa, Chumpón, Chunyaxche y Chac
Mool. Existen 12 guardabosques e instalaciones básicas en el lugar (INE, 1993).
Vegetación y flora
De acuerdo con Rzedowski (1983), el área que comprende Sian Ka’an se localiza en la provincia
Península de Yucatán de la región caribe, en el reino neotropical.
En cuanto a la riqueza florística, Durán y Olmsted (1990) registraron un total de 859 especies, de
las 1,970 reportadas para Yucatán.
Selva mediana subperennifolia. Es la más abundante de la reserva. Las especies más importantes
son: Brosimum alicastrum, Manilkara zapota y Talisia olivaeformis como emergentes y Nectandra
coriacea y Drypetes sp. en el dosel más bajo, así como la palma chit (Thrinax radiata).
Selva mediana subcaducifolia. Tiene una extensión aproximadamente de 12,000 ha. En la selva
subcaducifolia se presentan las palmas nakax (Coccothrinax readii) y la palma kuka (Pseudophoenix
sargentii); además dominan chaca (Bursera simaruba), Caesalpinia gaumeri y chechén (Metopium
brownei). En los tipos de vegetación anterior se han encontrado 230 especies de árboles y arbustos de
las cuales 14% son endémicas de la península y sólo el 10% tiene afinidad con las islas del Caribe.
Selva baja inundable. Se establece sobre marga y/o roca calcárea en depresiones, distribuida en
forma de mosaico de parches pequeños dentro de la selva subperennifolia. Para estas comunidades
se citan 110 especies; se distingue por su gran abundancia de epífitas, especialmente orquídeas y
bromelias. Especies importantes: Erythroxylum sp., Randia aculeata, Byrsonyma bucidaefolia,
Malpighia lundellii, Cameraria latifolia, Eugenia buxifolia y Coccoloba floribunda, además de Dalbergia
glabra, Bucida spinosa, Haematoxylum campechianum y Bucida buceras, que son especies que
dominan cada una por separado en distintas comunidades.
Manglar de franja. Este pantano forma una franja a todo lo largo de la costa de Sian Ka’an y alcanza
alturas de hasta 12 m. Los mangles Rhizophora mangle, Avicennia germinans y Laguncularia
racemosa aquí alcanzan mayor tamaño. En áreas más elevadas se encuentra Conocarpus erectus.
Dunas. La vegetación de éstas presenta afinidades con la de las islas antillanas, por lo que son
diferentes a las del resto del país; se registran 15 grupos de comunidades entre las que destacan, en
zonas pioneras, Sesuvium, Ambrosia-Hymenocallis, y en la comunidad de matorral Coccoloba-Thrinax.
Petenes. No se presentan como un tipo estricto de vegetación, sino como formaciones muy
peculiares; los de mayor extensión presentan un cenote en el centro. Existen dos tipos: uno sobre roca
calcárea que casi no se inunda, y otro sobre marga o turba inundable; los primeros presentan
vegetación de selva, y los otros de manglar o una asociación de selva-manglar.
Vegetación secundaria. La práctica del sistema roza-tumba-quema, sumada al efecto de los ciclones,
da lugar a la existencia de diferentes estados serales.
Taxa notables
Acacia dolichostachya, A. gaumeri, Asemnanthe pubescens, Caesalpinia gaumeri, Calliandra
belizensis, Coccothrinax readii(A), Cosmocalyx spectabilis, Diphysa macrophylla, Enriquebeltrania
crenatifolia, Exothea diphylla, Guettarda gaumeri, Harpalyce rupicola, Jacquinia schippii, Jatropha
gaumeri, Lonchocarpus yucatanensis, Machaonia lindeniana, Maytenus guatemalensis, Nopalea
gaumeri, Pithecellobium recordii, P. stevensonii, Randia longiloba, Samyda yucatensis, Sebastiania
adenophora, Thevetia gaumeri, Thouinia canesceras var. paucidentata, Vitex gaumeri y Zizyphus
yucatanensis.
Taxa amenazados
Astronium graveolens(A), las palmas (Chamaedorea seifrizii), chit (Thrinax radiata)(A), nakax
(Coccothrinax readii)(A) y orquídeas como Brassavola sp. y Encyclia cochleata.
Fauna
La reserva protege un buen número de especies animales gracias a los tipos de vegetación presentes
y las condiciones fisiográficas que permiten la existencia de pantanos, lagunas, lagunas costeras y
ambientes marinos.
La alta incidencia de endémicos sugiere que esta porción de la península es un distrito
biogeográfico diferente al de las llanuras mesoamericanas adyacentes, Veracruz-Tabasco y El Petén
guatemalteco.
Avifauna. Se han registrado hasta el momento 326 especies de las que 219 son residentes, 65
migratorias invernantes, 20 migratorias transeúntes y 22 transeúntes. Es además un corredor
migratorio hacia Centro y Sudamérica (López-Ornat, 1990). Las poblaciones de aves zancudas de la
reserva incluyen 21 de las 23 especies de México. Sian Ka’an es el segundo lugar en México de
reproducción de algunas de las especies más amenazadas de este orden como son el jabirú, la
cigüeña americana, el ibis blanco y la garza melenuda, y el primer lugar para el garzón albo. Es la
primera localidad citada en México para el ibis oscuro y también reúne algunos flamencos en el
invierno.
En esta reserva se encuentra una enorme riqueza de especies de aves, contándose entre ellas a la
cigüeña jabirú (Jabiru mycteria) que anida en la reserva, la paloma cabeciblanca (Columba
leucocephala), el hocofaisán (Crax rubra) y el pavo ocelado (Agriocharis ocellata). Alberga especies
únicas de la Península de Yucatán, tales como el mencionado pavo ocelado, la troglodita yucateca
(Thryothorus albinucha), la chara yucateca (Cyanocorax yucatanica) y el mímido negro (Meanoptila
glabrirostris).
Herpetofauna. Sian Ka’an es el área protegida con mayor extensión de hábitat de cocodrilos en el
país. Con más de 300,000 ha de ambientes acuáticos, sustenta una de las poblaciones mejor
conservadas de Crocodylus moreletti, que coexiste con C. acutus (Lazcano-Barrero, 1990).
Mastofauna. Se tiene una lista preliminar de 96 especies de mamíferos entre los que destacan 39
murciélagos, dos delfines y cuatro ballenas (INE, 1993).
Taxa notables
El puma (Felis concolor)(P), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), el tigrillo (L. wiedii)(P), el jaguarundi
(Herpailurus yagouaroundi)(A), el jaguar (Panthera onca)(P), el mono araña (Ateles geoffroyi)(P), el
tapir (Tapirus bairdii)(P), el tepescuintle (Agouti paca), los tlacuaches (Didelphis virginiana, D.
marsupialis), el tucán (Ramphastos sulfuratus)(A), la fragata (Fregata magnificens), el cormorán
(Phalacrocorax olivaceus), el manatí (Trichechus manatus)(P), la tortuga blanca (Chelonia mydas)(P),
la caguama (Caretta caretta)(P) y el cocodrilo de ría (Crocodylus acutus)(R).
Taxa amenazados
El bobo café (Sula leucogaster), el bobo patas rojas (Sula sula)(A), la anhinga americana (Anhinga
anhinga), la garza rojiza (Egretta rufescens)(A), el zopilote cabeza amarilla (Cathartes burrovianus)(A),
el zopilote rey (Sarcoramphus papa)(P), el halcón pescador (Pandion haliaetus), el chinito (Bombycilla
cedrorum), la calandria de agua (Icterus cucullatus)(A), la primavera (Turdus migratorius) y el pavo
ocelado (Agriocharis ocellata).
Raros. El aura sabanera (Cathartes burrovianus)(A), el pavo ocelado (Agriocharis ocellata), la paloma
cabeciblanca (Columba leucocephala)(A), el mímido negro (Melanoptila glabrirostris), el garzón albo
(Ardea herodias)(R), el ralón cuello gris (Aramides cajanea)(R) y el loro yucateco (Amazona
xantholora)(A).
Amenazas
u El turismo que llega al área es todavía escaso, pero el potencial de que aumente es grande y de no
ser adecuadamente controlado, puede constituirse en una fuente de perturbación (INE, 1993).
u En la franja costera se han introducido especies vegetales exóticas como la casuarina.
Observaciones
La reserva contiene Humedales Prioritarios, designados por la North American Wetlands Conservation
Council.
La reserva no ha sido deslindada en el campo ni amojonada; los servicios, materiales, el equipo y la
infraestructura, así como los recursos humanos asignados al área son insuficientes en número y
capacitación (INE, 1993).
Se propone crear nuevas zonas núcleo puesto que la zonificación basada en la porción terrestre de
la reserva coloca casi 98% de la superficie marina dentro de la zona de amortiguamiento. Esta
situación es grave pues protege sólo 7.5% de la parte marina no incluyendo ambientes arrecifales. Las
zonas núcleo propuestas son: a) Xamach; b) Moox Kanab Oggi y c) Tantaman. Estas zonas
propuestas protegen áreas que cubren muestras completas de ecosistemas inalterados que presentan
un alto grado de desarrollo arrecifal y una alta diversidad; además pueden ser sitios críticos para
algunas especies y funcionar como un lugar para investigación y seguimiento en condiciones de bajo
impacto humano directo (INE, 1993). La zona núcleo Cayo Culebras presenta afluencia turística
elevada, tránsito intenso de lanchas, y uso intensivo por parte de los pescadores de langosta.
Para proteger la cuenca alta de la Bahía de Espíritu Santo, en noviembre de 1994 se decretó el
Área de Protección de Flora y Fauna Uaymil, con más de 89,000 ha.
Estudios y proyectos
De investigación aplicada: pesquería, inventario y diagnóstico de manejo de los recursos del arrecife;
extracción de chicle; especies vegetales para artesanías; plantas con potencial ornamental; palmas
útiles; cacería de autoconsumo; especies con potencial comercial y estudios sobre el establecimiento
de criaderos de cocodrilos.
De educación ambiental: La Asociación Civil Amigos de Sian Ka’an se ha dedicado a difundir la
importancia de la reserva, trabajos científicos y acontecimientos importantes en la reserva a través de
sus Cuadernos de Sian Ka’an y del boletín de la asociación. También trabaja con la comunidad
difundiendo tecnologías productivas, fruticultura, horticultura y artesanías, entre otras (INE, 1993).
Bibliografía relevante
Bezaury, J. 1991. “Turismo y conservación”. En: Boletín Amigos de Sian Ka’an (6): 3-4.
CIQRO. 1983. Sian Ka’an. Estudios preliminares de una zona en Quintana Roo propuesta como reserva
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Durán, G. e I. Olmsted. 1990. “Plantas vasculares de Sian Ka’an”. En: D. Navarro y J. G. Robinson
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Lazcano-Barrero, M. A. 1990. “Conservación del cocodrilo en Sian Ka’an”. En: Amigos de Sian Ka’an,
Boletín núm. 5, Quintana Roo, México, pp. 8-10.
López-Ornat, A. 1990. “Avifauna de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an”. En: D. Navarro y J. G.
Robinson (comps.). Diversidad biológica en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, Quintana Roo,
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Quintana Roo, México, pp. 9-10.
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Ramírez, G. P. 1993. Abundancia de especies de fauna silvestre y su aprovechamiento en los
asentamientos humanos cercanos a la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an, Quintana Roo. Amigos
de Sian Ka’an, A. C., México, 37 pp.
Rzedowski, J. 1983. Vegetación de México. Editorial Limusa. México, D.F., 432 pp.
enero de 1996
Reserva Espacial de la Biosfera
Isla de Guadalupe
Estado
Baja California
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
El el Océano Pacífico a 280 km al oeste de la costa de Baja California
Municipio de Ensenada
Superficie
25,000 ha
Antecedentes legales
El 6 de julio de 1928 fue decretada por el titular de la Secretaría de Agricultura y Fomento, durante la
administración del presidente Plutarco Elías Calles, como zona reservada para la caza y pesca de
especies animales y vegetales, incluyendo las aguas territoriales que la circundan.
A principios de la administración del presidente Miguel de la Madrid, el manejo del área pasó a
manos de la SEDUE, donde se le asignó la categoría de reserva especial de la biosfera.
Tenencia de la tierra
Propiedad federal en su totalidad
Población
Hay una población de 99 habitantes permanentes y de 100 pescadores que llegan a la isla en la
temporada de septiembre a junio de cada año. La mayor parte de la población radica en el
campamento de la Secretaría de Marina aunque hay otros campamentos que se ubican en la punta sur
de la isla, cerca de la pista de aterrizaje, en el bosque y en la punta norte. Los pescadores se
establecen en cuatro campos pesqueros temporales, principalmente en el oeste y norte de la isla y en
menor medida en el Campo-Lima y Arroyitos.
En la porción insular la única actividad productiva es la pescal. La Cooperativa de Abuloneros y
Langosteros es la organización de los pescadores de la isla. También existe una compañía de taxis
aéreos que transporta a los visitantes a la isla. No hay escuelas y las viviendas no cuentan con
letrinas. El servicio médico lo proporciona un médico militar (INE, 1993).
Infraestructura
Cuenta con un telégrafo, un centro meteorológico, 15 casas en el campamento Tepeyac, cuatro casas
en el campamento Arroyitos, cuatro casas en el campamento Norte, una casa en el campamento Lima
o Corrales. Las casas están construidas de cemento y techo de madera; hay además ocho
embarcaciones menores con motor fuera de borda, un campamento de marina, una pista de aterrizaje
en la porción central, un camino de terracería de norte-sur que conduce al destacamento de marinos,
además de las casas habitación de la población residente (INE, 1993). La Secretaría de Marina cuenta
con una base de vigilancia y una estación meteorológica.
Vegetación y flora
Los ecosistemas más destacados son el insular y el marino. Los registros de vegetación reportan más
de 146 especies de plantas vasculares, de las cuales 56.6 % son endémicas y el resto son especies
introducidas o comunes a la Baja California (INE, 1993). Se conocen dos géneros endémicos de esta
isla: Baeriopsis y Hesperaloea.
Taxa notables
Pinus radiata var. binata, P. muricata(P), Quercus tomentella (Riemann, 1993), Baeriopsis
guadalupensis, Castilleja guadalupensis, Dudleya virens, Eriogonum zapatoense, Erysimum moranii,
Erythea edulis, Euphorbia pondii, Hemizonia palmeri, Lavatera lindsayi, Lupinus niveus, Mirabilis
heimerlii, Phacelia phyllomanica, Senecio palmeri, Sphaeralcea sulphurea, Stephanomeria
guadalupensis, Talinum guadalupense.
Taxa amenazados
La palma Erythea edullis, en peligro de extinción (INE, 1993)
Fauna
Mastofauna. Esta isla es uno de los principales refugios de mamíferos marinos; las especies que
destacan son: el elefante del mar del norte (Mirounga angustirostris), el lobo fino (Arctocephalus
townsendi), la fo-ca común (Phoca vitulina) y otras (Riemann, 1993).
Además se han introducido cabras de las siguientes razas: Oremburgo, Kirguisia, Pelo Rudo y
Nordska. La cruza de estas razas dio por resultado una nueva raza “endémica” asilvestrada (INE,
1993).
Ictiofauna. En cuanto a peces, abunda la sardina (Sardinops saga), el atún (Thunnus germo), la
salmoneta (Pseudupeneus dentatus), el jurel (Seriola spp.) y el escorpio o lupal. Además abunda el
abulón y la langosta.
Taxa notables
El lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi)(P*) (Gallo Reynoso, 1994), el elefante marino
(Mirounga angustirostris)(A*) y el lobo marino (Zalophus californianus)(Pr) y la nutria de mar (Enhydra
lutris)(P*).
En lo referente a la avifauna, la Isla Guadalupe es un lugar con muchos endemismos a nivel de
especie y de subespecie, desgraciadamente muchos ya extintos o en peligro de extinción. La caracara
endémica (Polyborus lutosus) está ya extinta, y el paiño (Oceanodroma macrodactyla)(P) podría
también estar extinto. El último registro de esta especie fue en 1912. El junco tradicionalmente ha sido
clasificado como una subespecie (Junco hyemalis insularis)(P*). Se encontraron entre 35 o 45
individuos de este endémico en 1988 (Howell y Webb, 1992), pero sólo dos en 1989 (Mellink y
Palacios, 1990). La subespecie endémica del gorrión (Carpodacus mexicanus amplus), está en una
situación similar a la del junco (Howell y Webb, 1992). Las subespecies endémicas del pájaro
carpintero (Colaptes auratus rufipileus) y del reyezuelo (Regulus calendula obscurus)(A*), podrían
estar extintas (Jehl y Everett, 1985), aunque existen posibles registros recientes (Howell y Webb,
1992). El albatros (Diomedea immutabilis)(A), anida en la isla, aunque en números bajos (Howell y
Webb, 1992).
Taxa amenazados
Bajo protección especial. El mosquito (Carpodacus mexicanus), el paro o matraca (Contopus
pertinax), la golondrina (Parus gambeli) y los petreles (Hirundo rustica). De acuerdo con Bourillón et al.
(1988): el elefante marino (Mirounga angustirostris)(A), la foca común (Phoca vitulina)(Pr), el lobo fino
de Guadalupe (Arctocephalus townsendi)(P*), el lobo marino (Zalophus californianus)(Pr) y la nutria de
mar (Enhydra lutris)(P*).
Observaciones
Es urgente desarrollar un programa paralelo de conservación y restauración ecológica. El de
conservación para proteger la fauna y la flora endémica que aún existen. El de restauración para
recuperar hábitats para la biota nativa, a través de la eliminación de los animales exóticos de las zonas
naturales y la restauración de hábitats. Se recomienda de igual manera desarrollar un proyecto para el
manejo de la basura en los asentamientos humanos permanentes y temporales.
Estudios y proyectos
Proyectos en desarrollo: estudio de la biodiversidad, conservación y desarrollo sostenido y educación
ambiental (Riemann, 1993).
Bibliografía relevante
Benítez, G. 1995. Comunicación personal.
Bourillón, L., A. Cantún, F. Eccardi, E. Lira, J. Ramírez, E. Velarde y A. Zavala. 1988. Islas del Golfo de
California. SG-UNAM. 292 pp.
Gallo Reynoso, J. P. 1994. “Factors affecting the population status of Guadalupe fur seal.
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García, E. 1988. Modificaciones al sistema de clasificación climática de Köppen. 4a. ed. Offset Larios.
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Wiggins, I.L. 1980. Flora of Baja California. Stanford University Press.
enero de 1996
Reserva Espacial de la Biosfera
Islas del Golfo de California
Estados
Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
Golfo de California
Superficie
Se considera que la superficie mínima es de 380,000 ha para toda la reserva (INE, 1994), aunque E.
Velarde (com. per.) indica que la cifra correcta es de 418,910 ha.
Vías de comunicación
A todas las islas se puede llegar por la vía marítima en lanchas que parten de diversos puntos del
continente. Pocas islas tienen brechas, veredas y/o caminos de terracería.
Antecedentes legales
El 2 de agosto de 1978 fueron decretadas zona de reserva y refugio de aves migratorias y de la fauna
silvestre, por José López Portillo. A principios de la administración de Miguel de la Madrid, el manejo
de la reserva pasó a manos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, donde se le asignó la
categoría de reserva especial de la biosfera.
En relación con el número de islas que están incluidas en esta área protegida, la Secretaría de
Gobernación estima que existen alrededor de 100 y un número similar de islotes; algunas de las más
notables son: Montagne, Gore, Mejía, Granito, Encantada, Ángel de la Guarda, Smith, Salsipuedes,
San Lorenzo, San Marcos, Santa Inés, Coronados, Del Carmen, San José, Espíritu Santo, Cerralvo,
Turner, San Este-
ban, San Pedro Nolasco, Willard, Danzante, Monserrat, Santa Catalina, Santa Cruz, San Diego, San
Francisco, Rasa y Tiburón (Lindsay, 1983).
La gran cantidad de islas, islotes y la identidad de los mismos ocasiona dificultades en relación con
la superficie, pues el decreto tampoco especifica alguna dimensión; la superficie total resultaría de la
suma del área de todas sus islas. Es posible que la superficie oficial esté subestimada, pues de la
suma de tan sólo 35 islas, con datos de Gastil y colaboradores (1983), se obtiene una superficie
superior a las 300,000 ha. Estas estimaciones no consideran a las islas Rasa y Tiburón que ya están
protegidas por otros decretos.
Antecedentes históricos
Se tienen registros de ocupación humana en la península de Baja California desde hace 10,000 años
por lo menos. Diversos grupos indígenas entre los que sobresalen los pericúes, los guaycuras y los
cochimíes, dieron origen a las culturas prehispánicas que se desarrollaron en la península (la yumana,
la comondú y la de Las Palmas). En la parte continental se establecieron grupos indígenas tales como
los cocopa, pápago, pima, seri, yaqui, mayo, guasave y tahue en lo que actualmente son los estados
de Sonora y Sinaloa. Los seris hicieron incursiones importantes y ocuparon las islas Tiburón y San
Esteban (Bourillón, et al., 1988; Felger y Moser, 1985).
Tenencia de la tierra
La mayoría de las islas son territorio federal. Algunas son de propiedad privada como Altamira, Santa
María o San José. Espíritu Santo es propiedad ejidal.
Población
En casi todas se asientan campamentos durante la temporada de pesca y reciben un flujo constante
de visitantes con fines de investigación, estudios o turísticos. La población humana permanente no es
muy numerosa y está limitada a algunas islas como son: Isla del Carmen, Isla San José, Isla San
Marcos, Islote El Pardito, Isla de Altamura y otras en Sinaloa. Esta situación puede ser un factor
favorable para la integración del área y las labores de conservación.
Infraestructura
En términos generales, algunas de las islas cuentan con un faro, otras cuentan con pistas aéreas,
pozos, casetas de vigilancia, cuarteles para infantes de marina o estaciones de investigación (INE,
1994).
Vegetación y flora
La flora terrestre corresponde a la del desierto de Sonora que predomina en la parte continental.
Según Shreve y Wiggins (1964) (en Cody et al., 1983), las islas contienen 2,700 especies de plantas
aproximadamente, de las 4,100 especies descritas para la provincia florística de California. Hasta 1993
se habían identificado 570 especies vegetales, entre ellas 18 endémicas distribuidas en el
archipiélago. Las cactáceas son las especies dominantes y más notables de la flora insular.
De acuerdo con Rzedowski (1968), las islas del golfo pertenecen a la provincia de Baja California
de la región xerofítica mexicana, reino neotropical. Esta provincia se caracteriza por el matorral xerófilo
que cubre la mayor parte del territorio de la península de Baja California.
Dada la diversidad de islas y de sus condiciones ecológicas, es imposible dar una lista
representativa de los tipos de vegetación y las especies que las caracterizan, sin embargo en términos
generales, los tipos de vegetación predominantes son los siguientes:
Matorral xerófilo. En las islas más norteñas es frecuente encontrar diversos tipos de matorrales
espinosos dominados por leguminosas y cactáceas.
Manglares. Algunas de las islas con esteros o bahías costeras presentan manglares bajos, como en el
sur de Isla San José y en las islas Carmen, Espíritu Santo, Altamura, Talehichilte y otras.
Taxa notables
La lista siguiente incluye especies que se presentan en las islas del golfo, y que Wiggins (1980), las
cita endémicas de Baja California: Atriplex barclayana, Chenopodium flabellifolium, Ditaxis brandegeei
var. intonsa, Euphorbia polycarpa var. carmensis, E. polycarpa var. johnstonii, E. petrina, Abronia
maritima, Eriogonum angelensis, E. intricatum, Cryptantha grayi var. nesiotica, Ambrosia sp.,
Haplopappus arenarius, Hofmeisteria filifolia, Vaseyanthus insularis var. insularis, Salvia platycheila,
Bursera microphylla, Ferocactus diguetii var. diguetii, F. johnstonianus, F. diguetii var. carmenensis, F.
townsendianus var. townsendianus(A), F. wislizenii, Mammillaria estebanensis, M. cerralboa(R*), M.
hutchinsoniana, Opuntia brevispina, Desmanthus fruticosus, Lysiloma candida, Mentzelia adhaerens,
M. hirsutissima var. nesiotes, M. hirsutissima, Sphaeralcea hainesii, Agave dentiens, A. cerulata
dentiens, Chloris sp., Lyrocarpa linearifolia, Euphorbia polycarpa var. carmenensis, Marina catalinae y
Salvia platycheila (véase también Riemann, 1993; Bourillón et al., 1988).
Raros. Fouquieria splendens.
Fauna marina
Invertebrados. Las playas arenosas son el hábitat de gusanos poliquetos, cangrejos topo y fantasma,
pequeños crustáceos anfípodos e isópodos, moluscos, jaibas y galletas de mar.
Mastofauna. Los cetáceos son el grupo más representativo de las aguas del golfo; aquí habitan 82%
de las especies presentes en el Océano Pacífico noreste y 35% de las especies de cetáceos
conocidas a nivel mundial (Velarde y Anderson, 1994). La elevada productividad permite la estancia
permanente del rorcual (Balaenoptera physalus) y de la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae).
Las playas rocosas son sitios favorables para la reproducción del lobo marino (Zalophus californianus)
durante el verano.
Avifauna. De las siete especies de aves marinas que anidan en las islas, cinco pueden ser
consideradas como endémicas. Entre 60 y 100% de la población mundial de algunas de ellas anidan
en áreas insulares (Velarde y Anderson, 1994).
Herpetofauna. Alrededor de casi todas las islas se encuentran poblaciones de tortugas verdes y de
otras tortugas marinas.
Ictiofauna. Más de 800 especies habitan las aguas del Golfo de California (Case y Cody, 1983). De
éstas, se extraía más del 50% de la producción pesquera total del país, incluyendo el 90% de la
sardina capturada.
Fauna terrestre
Invertebrados. En las islas los insectos son el grupo más diverso, sin embargo hay muy pocos
estudios.
Mastofauna. Se han descrito 40 especies de mamíferos de las cuales 16 son endémicas (Velarde y
Anderson, 1994). El grupo mejor representado es el de los roedores y sólo las islas más grandes
mantienen especies como la liebre (Lepus californicus), el cacomixtle (Bassariscus astutus), la zorra
(Urocyon cinereoargenteus), el coyote, el venado bura (Odocoileus hemionus) y el borrego cimarrón
(Ovis canadensis).
Avifauna. Por su clima más árido, las islas del norte del golfo presentan aves más especializadas a
este tipo de ambiente, como el cuervo común (Corvus corax), la paloma huilota (Zenaida macroura) y
los saltaparedes (Salpinctes spp.) (Case y Cody, 1983).
Taxa notables
Peces costeros. Barbulifer pantherinus.
Taxa amenazados
Golondrina marina elegante (Sterna elegans)(A), garza melenuda (Egreta rufescens), gaviota ploma
(Larus heermanni)(A), gaviota de patas amarillas (Larus livens), víbora de cascabel (Crotalus
catalinensis(A*) y Crotalus tortugensis(R*)).
En peligro de extinción. Halcón peregrino (Falco peregrinus)(A), iguana de la Isla Espíritu Santo
(Sauromalus ater)(A*), iguana de la Isla Ángel de la Guarda (S. hispidus)(A*), iguana de la Isla Santa
Catalina (S. klauberi)(P*), iguana de la Isla Montserrat (S. slevini)(A*), iguana de la Isla San Esteban
(S. varius)(A*) y tortuga del desierto (Gopherus agassizi)(A).
Bajo protección especial. Ballena azul (Balaenoptera musculus)(Pr), rorcual (B. physalus)(Pr), lobo
marino (Zalophus californianus)(Pr), jabalina (Caretta caretta)(P), tortuga blanca (Chelonia mydas)(P),
tortuga de carey (Eretmochelys imbricata)(P), tortuga golfina (Lepidochelys olivacea )(P) y totoaba
(Totoaba macdonaldi)(P*).
Amenazas
La introducción de especies exóticas, particularmente ratas y gatos domésticos. Otro ejemplo notable
es la introducción de cabras, lo que ha ocasionado que varias de las especies endémicas estén en
proceso de extinción, como es el caso de Papogyne tenuiflora (INE, 1994).
La extracción de guano se ha considerado como el más importante factor de perturbación ecológica
ya que modifica los sitios de anidación de aves. Un ejemplo importante son las islas San Pedro Mártir
y Patos, donde las poblaciones de aves marinas se han visto disminuidas notablemente. Otra actividad
que daña directamente a las aves es la extracción y destrucción de huevos (INE, 1994).
El lobo marino es una especie que estuvo sujeta a la cacería, principalmente en las islas San Pedro
Mártir, Ángel de la Guarda y San Lorenzo. La disminución en las poblaciones de lobo marino ha
llevado a que la especie sea considerada bajo protección especial (INE, 1994).
Existen peligros latentes de contaminación, principalmente por los desechos de insumos agrícolas
que son arrastrados hacia el golfo desde los Estados Unidos y los estados de Sonora y Sinaloa en
México. Hacia mediados del siglo, estos arrastres ocasionaron la disminución de las poblaciones de
pelícanos en las islas Salsipuedes, Las Ánimas y San Lorenzo. Igualmente se han reportado cambios
en la salinidad del agua en la porción norte del golfo que se atribuyen a la calidad de las aguas del río
Colorado (INE, 1994).
Observaciones
Las Islas del Golfo de California contienen una belleza escénica y una biodiversidad inigualable a nivel
mundial. Esto las convierte en uno de los sitios más atractivos de México con gran demanda en los
mercados turísticos más selectos del mundo.
La reserva tiene una enorme importancia ecológica y biológica para México y el mundo.
Se recomienda desarrollar planes de manejo para grupos de islas que reúnan características
ecológicas similares y también planes para cada isla. Esto permitirá proteger las que están bien
conservadas y restaurar las que lo requieran. Los planes de manejo deberán desarrollarse en
colaboración con los habitantes de la región. Se recomienda apoyar los esfuerzos conservacionistas
de los dueños de las islas que son propiedad privada, para conservarlas y restaurarlas. El inventario
detallado y la evaluación ecológica de las islas son un trabajo que habrá que realizar lo antes posible.
Es muy urgente hacer un ordenamiento ecológico conservacionista del Golfo de California que
permita asegurar que las medidas que se tomen en las islas no sean afectadas por acciones negativas
en el manejo de zonas costeras y en el golfo mismo. El ecosistema del Golfo de California es un
patrimonio valiosísimo de México que se debe cuidar con todos los elementos legales, administrativos
y de educación que disponga la nación. Se sugiere crear un programa multinstitucional de
investigación, conservación y desarrollo sostenible para llevar a cabo los estudios, el monitoreo y el
manejo ecológico de las islas del Golfo de California y establecer mecanismos de divulgación de
resultados de la actividad científica y su aplicación.
Se recomienda revisar y aplicar la legislación en materia pesquera a fin de mejorar las medidas de
regulación en sus aspectos ecológicos. Será necesario mejorar la vigilancia. Se debe estudiar y
evaluar el impacto de la pesca comercial de la sardina y del camarón en la región. Se deberá fomentar
la investigación de artes y métodos de pesca alternativos menos dañinos para la biota acompañante.
Realizar una campaña educativa y de concientización para promover la participación de las
comunidades locales en la vigilancia de la región. Así también, se sugiere iniciar una campaña
nacional sobre la importancia del Golfo de California para México usando temas ecológicos de la
región.
Instituciones gubernamentales, científicas
y/o conservacionistas que trabajan en la zona
La gestión oficial corre a cargo del INE.
Otras instituciones involucradas en el estudio y manejo de esta reserva son: el CICESE, el Gobierno
del Estado de Baja California, el Instituto de Biología y la Facultad de Ciencias de la UNAM, el Instituto
de Investigaciones Oceanológicas de la UABC, SEDEMAR, SG, SEMARNAP, WWF, la Agrupación Sierra
Madre, S.C., el Centro de Investigación y Desarrollo de los Recursos Naturales de Sonora, CI, el ITESM-
Guaymas y el CES, entre otras.
Bibliografía relevante
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enero de 1996
Reserva Espacial de la Biosfera
Isla Rasa
Estado
Baja California
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
La isla se localiza en la mitad septentrional del Mar de Cortés, a 20.3 km de la costa oriental de Baja
California, entre las islas Partida al noroeste y Salsipuedes, al sureste.
Municipio de Mexicali
Coordenadas:
28° 49’ de latitud norte
112° 59’ de longitud oeste
Superficie
59 ha
Vías de comunicación
La única vía de acceso a Isla Rasa es marítima. Normalmente el punto de partida es Bahía de los
Ángeles, a 60 km al noroeste de la isla en la parte peninsular.
Antecedentes legales
El 30 de mayo de 1964 fue decretada por el presidente Adolfo López Mateos como zona de reserva
natural y refugio de aves. El decreto se logró por la intervención del doctor Bernardo Villa del Instituto
de Biología de la UNAM, apoyado por los científicos norteamericanos Louis Wayne Walker y George
Lindsay.
El 2 de agosto de 1978 la isla fue incluida en el decreto que declara a todas las islas del Golfo de
California como refugio de aves migratorias y de la fauna silvestre.
A principios de la administración de Miguel de la Madrid, el manejo de la reserva pasó a manos de
la SEDUE, que le asignó la categoría de reserva especial de la biosfera.
Antecedentes históricos
La isla está deshabitada. La única ocupación conocida ocurrió de 1850 a 1950, cuando la extracción
de guano prosperaba y era habitada esporádicamente por trabajadores. Es posible que en el pasado
la isla haya sido visitada por grupos de seris de Isla Tiburón y cochimíes de Bahía de los Ángeles en
busca de alimento. Se sabe que en los alrededores de la isla se llevan a cabo actividades pesqueras.
Se observan montículos de piedra con forma cónica de medio a un metro de altura dispersos en
toda la isla, construidos para limpiar el terreno y facilitar la extracción del guano. La extracción de
guano se inició en l850 y en los dos primeros años se extrajeron l0,000 ton que se embarcaron hacia
puertos europeos.
En l880 la empresa norteamericana-mexicana Guano Company de San Francisco operaba la
explotación del guano y embarcaba a San Francisco y Europa. Esta explotación concluyó casi por
completo al inicio de este siglo, aunque se reportan explotaciones esporádicas hasta los años
cincuenta (Bourillón et al., 1988).
Una actividad que realizaban con relativa frecuencia los pescadores de la zona era la extracción de
huevos de ave, de los cuales llegaron a extraer 50,000 en una temporada. Según datos de l940, éstos
eran vendidos en los mercados de Hermosillo, Guaymas, San Felipe, Bahía Kino, La Paz, Mulegé y
Santa Rosalía (Bourillón et al., 1988).
Tenencia de la tierra
La totalidad de la isla es propiedad federal.
Población
La isla está deshabitada; sólo la visitan temporalmente algunos turistas, pescadores y, sobre todo,
investigadores (Villa et al., 1980).
Infraestructura
El área no ofrece ningún servicio, los visitantes llegan por su propia cuenta y se trasladan a su criterio,
o bien a través de compañías turísticas privadas principalmente extranjeras. La única construcción es
una casita de tres piezas, con muros de piedra y techo de concreto en estado precario y a punto de
derrumbarse, que sirve como dormitorio a los investigadores.
Vegetación y flora
De acuerdo con la clasificación fitogeográfica propuesta por Rzedowski (1978), Isla Rasa pertenece a
la provincia de Baja California de la región xerofítica mexicana, reino neotropical.
La comunidad dominante es el matorral xerófilo, que cubre la mayor parte de la península de Baja
California con especies como Opuntia spp. y otras cactáceas. Por sus características fisiográficas y su
reducida extensión, la diversidad florística de la isla es muy escasa, apenas se desarrollan 14 especies
vegetales, ninguna de ellas endémica, a saber: Sesuvium verrucosum, Batis maritima, Lophocereus
schottii, Opuntia burrageana (cholla), O. fulgida (cholla), O. cholla (cholla), Pachycereus pringlei
(cardón), Stenocereus gummosus (pitahaya agria), Atriplex barclayana (chamizo, galleta), A. polycarpa
(chamizo), Salicornia subterminalis, Cressa truxillensis, Lycium brevipes (frutillo), Monanthochloe
littoralis (Cody et al., 1983). Además hay Abronia maritima y Frankenia palwensi (F. González-
Medrano, com. pers.).
Fauna
La fauna no es muy diversa; sin embargo, es un sitio importante para las aves. Las rocas cubiertas de
guano constituyen el sitio de anidación de más del 90% de la población mundial de dos especies de
aves marinas, la gaviota ploma (Larus heermanni) y la golondrina marina elegante (Sterna elegans)
(Riemann, 1993). Su importancia como área natural protegida deriva de la presencia en ella de
importantes poblaciones de aves marinas protegidas por el Gobierno mexicano como el águila
pescadora (Pandion haliaetus), y el halcón peregrino (Falco peregrinus), considerado como especie
amenazada (INE, 1993).
Se conoce un reptil endémico de la isla llamado geco (Phyllodactylus tinklei) (INE, 1993).
Isla Rasa también es un sitio de anidación de la golondrina marina grande (Sterna maxima), la
gaviota (Larus livens) y el águila pescadora (Pandion haliaetus), y es zona de invernación del halcón
peregrino (Falco peregrinus) (Harrison, 1983; Velarde, 1993).
Taxa notables
El geco (Phyllodactylus tinklei)(R*) (INE, 1993), la gaviota ploma (Larus heermanni)(A), la golondrina
marina elegante (Sterna elegans)(A), la golondrina marina real (Sterna maxima) (Riemann, 1993), el
águila pescadora (Pandion haliaetus) y el halcón peregrino (Falco peregrinus)(A) (INE, 1993). En el
pasado, el saqueo de huevos y otras actividades humanas han sido perjudiciales para las colonias de
anidación de las aves. Por ejemplo, la alcita bajacaliforniana (Synthliboramphus craveri)(A), que
únicamente anida en islas del Golfo de Cortés y del Pacífico, ha dejado de anidar en Isla Rasa.
Amenazas
Dada la pequeña superficie, existe una constante amenaza a las poblaciones de aves que están
expuestas a cualquier influencia. En especial preocupa la falta de control de los visitantes que
perturban el ambiente. El andar imprudencial de los visitantes ocasiona pánico entre las aves,
obligándolas a abandonar temporalmente sus nidos con huevos o polluelos. Los polluelos pueden
alejarse del nido y si no encuentran el camino de regreso ello significa la muerte segura.
La golondrina marina es particularmente muy sensible a esta perturbación; si el visitante se acerca
a menos de l00 m de ellas, levantan el vuelo. Por su color, los huevos son fácilmente confundidos con
el terreno y llegan a ser pisados. Según Villa y colaboradores (l980): “Existen razones fundamentales
para impedir la dispersión de los visitantes en toda la isla, pues si se considera que una sola persona,
al recorrer los 400 m [de una vereda provisional establecida por esos investigadores para evitar la
dispersión de los visitantes] propicia o destruye l40 vidas en potencia; tomando como base que en
cada metro cuadrado –la anchura de la vereda– se encuentran 3.5 huevos en promedio, la cifra arroja
l,400 huevos inhabitados”. Esta cifra había que multiplicarla por el número de personas. Otro problema
particularmente severo para las aves de la isla son las ratas y ratones domésticos introducidos tal vez
por la actividad humana. Es necesario adoptar medidas para erradicar o controlar las poblaciones de
roedores.
La extracción de huevos de ave para consumo humano fue una actividad frecuente en años
pasados. De la isla se extraían decenas de miles de huevos, con un efecto profundo sobre las
poblaciones de aves. Actualmente se desconoce si esta actividad continúa realizándose, aunque a
juzgar por la recuperación numérica de las poblaciones de aves parece al menos haber disminuido. El
incremento de la vigilancia ayudaría a erradicar este factor perturbador de efectos inmediatos.
Estudios y proyectos
A partir de l964, se llevaron a cabo algunos proyectos de investigación sobre las aves marinas. En la
actualidad, los proyectos de investigación que se realizan en la isla son efectuados por el grupo de
investigación de la doctora Enriqueta Velarde, de la UNAM, y están enfocados a las dinámicas
poblacionales, la dieta y la reproducción de las aves que ahí anidan.
Observaciones
La isla no cuenta con personal de vigilancia. Esta actividad la ha venido desarrollando durante los
últimos años un grupo de biólogos de la UNAM como una labor paralela a sus propias labores de
investigación. Esta vigilancia se reduce a la temporada que pasan en la isla, que generalmente es de
tres meses. La isla no cuenta con señalización que la identifique ni que indique al visitante cuáles son
las actividades compatibles e incompatibles con la conservación.
Isla Rasa es un componente muy importante del sistema insular del Golfo de California. Se
recomienda establecer a la mayor brevedad un plan estratégico para el estudio, la vigilancia, el manejo
y el monitoreo de las islas del Golfo de California. Se requerirá de la participación de varias
instituciones académicas y de conservación en estos trabajos.
No existe un programa de manejo de recursos naturales en Isla Rasa. Los inves-tigadores de la
UNAM que ahí laboran han propuesto un conjunto de recomendaciones para minimizar el impacto sobre
la avifauna en los recorridos de los visitantes, entre las que destacan los puntos de desembarco y los
recorridos por veredas ya establecidas.
Bibliografía relevante
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SEDESOL. México.
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temporada de reproducción de las aves marinas, correspondiente a 1977. Dirección de Extensión
Universitaria de la UABC. CALAFIA 4(2):25-30.
enero de 1996
Reserva Espacial de la Biosfera
Isla Tiburón
Estado
Sonora
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
En el Golfo de California frente a la costa de Sonora
Municipio de Hermosillo
Superficie
120,800 ha
Vías de comunicación
Para llegar a la isla es necesario viajar en lanchas de motor desde Punta Chueca
Antecedentes legales
El 15 de marzo de 1963 es decretada zona de reserva natural y refugio para la fauna silvestre por el
presidente Adolfo López Mateos.
El 11 de febrero de 1975 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto de cesión a los
seris como propiedad comunal.
La isla está incluida dentro del marco de protección de las islas del Golfo de California, decretadas
el 2 de agosto de 1978 como zona de reserva y refugio de aves migratorias y de la fauna silvestre por
el presidente José López Portillo.
A principios de la administración de Miguel de la Madrid, el manejo de la reserva pasó a manos de
la SEDUE, que le asignó la categoría de reserva especial de la biosfera.
Antecedentes históricos
El nombre de la isla se debe a los escualos, que según testimonios de algunos exploradores, se vieron
merodeando sus costas por millares para obtener alimento en los prolíficos bancos de pequeños
peces (McGee, 1971).
Desde la época prehispánica Isla Tiburón fue una importante región del territorio de los grupos seris
(Cun Ca’ac en su lengua) que aún poseen patrimonios culturales como son los geolitos que se
localizan en distintas partes de la isla, fragmentos de alfarería, veredas y antiguos caminos. A
principios de la Colonia los habitantes de la isla comenzaron a tener contacto con la cultura occidental
sin perder su homogeneidad como grupo y lograron mantener su aislamiento debido a las
características propias de la isla.
Alrededor de 1700 se iniciaron las invasiones armadas de los españoles a la isla que en 1749
dieron lugar a la guerra entre los españoles y los seris. A raíz de las persecuciones en el continente, el
grupo seri se fue reduciendo a unas pocas familias que se refugiaron en la isla junto con el último
grupo que ya la habitaba. En 1970 el gobierno le entregó al grupo seri 88,800 ha de una dotación ejidal
de 91,322 ha que les correspondían y el 11 de febrero de 1975 les fue restituida la Isla Tiburón, que
para entonces ya había sido decretada área protegida. En ese mismo decreto se estableció que los
litorales de la isla servirán única y exclusivamente para realizar actividades pesqueras a los miembros
de la tribu seri y las de su Sociedad Cooperativa de la Producción Pesquera (INE, 1993).
Los seris han dejado de vivir en la isla porque se les reubicó en el continente y se han asentado en
la costa del litoral, en las poblaciones de Punta Chueca y Desemboque (INE, 1993).
Tenencia de la tierra
Propiedad comunal del grupo seri en su totalidad (INE, 1993).
Población
La isla está habitada permanentemente por personal de la Secretaría de Marina que suma 18
personas; temporalmente se establecen campamentos pesqueros rústicos, principalmente en el
extremo sur.
Infraestructura
Tres campamentos de la Secretaría de Marina y dos estaciones de investigación de la Secretaría de
Desarrollo Social abandonadas (Almeida, 1993). Hay tres casetas de vigilancia de la Secretaría de
Marina para los infantes, tres pozos y un abrevadero de agua salobre.
Vegetación y flora
La isla pertenece a la provincia florística de la planicie costera del noreste (Rzedowski, 1983), que
abarca las costas de los estados de Sonora, Sinaloa y una fracción de California. La cercanía de Isla
Tiburón al territorio continental de Sonora hace que su flora se vea claramente influida por la presente
en el continente. Shreve (1951) afirma que Tiburón contiene la vegetación típica del desierto
sonorense.
De acuerdo con Rzedowski (1983) los tipos de vegetación en la isla son:
Matorral xerófilo. Representado por dos subtipos, el matorral montañoso en las sierras Kun Kaak y la
Sierra Menor y el matorral xerófilo subinerme. El matorral montañoso está constituido por especies de
tallos carnosos y suculentos como son los torotes y las cactáceas. El matorral xerófilo subinerme se
localiza fundamentalmente en las planicies, los lechos y las riberas de los arroyos; en este tipo de
vegetación las herbáceas inermes dominan el estrato vegetal, constituido principalmente por hierba del
bazo (Encelia farinosa).
Vegetación halófila. Representada por la asociación de Atriplex sp., Frankenia palmeri y Salicornia
sp.
Matorral desértico micrófilo. Representado por una asociación de Larrea tridentata, Cercidium
microphyllum y Olneya tesota (palo fierro).
Manglar. Se presenta solamente en el Canal del Infiernillo; las especies características son mangle
rojo (Rhizophora mangle), mangle negro (Avicennia germinans) y mangle blanco (Laguncularia
racemosa). Como los manglares no se encuentran en las costas más norteñas del golfo, los de este
canal marcan el límite norte de este tipo de vegetación. El manglar reviste importancia por el número
de microhábitats creados por su morfología. Es un sitio ocupado por muchos invertebrados, anfibios,
reptiles, aves y mamíferos y brinda protección a especies como las tortugas marinas (INE, 1993).
Se han registrado 298 especies vegetales de las que 96 no se encuentran en ninguna otra isla del
golfo (Cody et al., 1983).
Los cactos son los más notables en la flora insular y son varios los géneros representados. Algunas
poblaciones de cactáceas son en extremo distintas de las más cercanas contrapartes en tierra firme,
pero el grado de endemismo es menor que en el resto de las islas del golfo.
Taxa notables
Maguey (Agave cerulata), cabeza de viejo (Mammillaria estebanensis), Echinocereus grandis,
Haplopappus arenarius y Lyrocarpa linearifolia; esta última también es posible encontrarla en las islas
Ángel de la Guarda y San Esteban.
Fauna
La Isla Tiburón es una de las más importantes y diversas en cuanto a la fauna debido a la variedad de
ambientes que presenta. Existen 39 especies de reptiles y anfibios de los cuales 10 son endémicos; 52
especies de mamíferos terrestres, cuatro de éstas endémicas. Adicionalmente se distribuyen 10
especies de mamíferos marinos en las aguas adyacentes. Se han reportado 178 especies de aves
incluyendo una gran cantidad de migratorias. La ictiofauna está representada por un total de 209
especies.
Fauna terrestre
Los insectos son el grupo más diverso en la isla, presentándose alrededor de 80 familias (Bourillón et
al., 1988).
Avifauna. En general la avifauna de la Isla Tiburón corresponde en buena medida a la que está
presente en la zona continental, encontrándose especies que no habitan en otras islas del golfo. Entre
ellas se cuenta el carpintero amarillo (Colaptes auratus), la viejita (Pipilo fuscus), la tortolita (Columbina
passerina), el saltaparedes de los cactus (Campylorhynchus brunneicapillus) y el colibrí endémico de
Baja California (Hylocharis xantusii).
Mastofauna. Los roedores son el grupo de mamíferos más diverso entre los que sobresalen la ardilla
de roca (Spermophilus variegatus), la ardilla cola redondeada (S. tereticaudus), el ratón de abazones
(Perognathus baileyi insularis, P. penicillatus seri y P. intermedius, los dos primeros, subespecies
endémicas), la rata canguro (Dipodomys merriami), el ratón del cactus (Peromyscus eremicus) y la rata
nopalera (Neotoma albigula). Entre los medianos y grandes mamíferos destacan el coyote (Canis
latrans), el cacomixtle (Bassariscus sumichrasti), la zorra gris (Urocyon cinereoargenteus) y el venado
bura (Odocoileus hemionus) (Bourillón et al., 1988).
En la isla existe actualmente una población establecida de borrego cimarrón (Ovis canadensis),
constituida a partir de algunos ejemplares introducidos de varias localidades del estado de Sonora (A.
Miranda, com. pers.).
Fauna marina
Invertebrados. Con los cambios estacionales en la temperatura de las aguas también varía la
composición de la fauna marina. A principio de verano el agua tibia atrae a los tiburones, el pez vela, el
marlin y el pez espada. En invierno, otros peces como el mero emigran de las aguas profundas a las
más superficiales.
Respecto de los crustáceos, se han registrado cerca de 64 especies en diferentes hábitats;
destacan los cangrejos del fango (Xanthodius sternberghii, Cataleptodius occidentalis y Eurypanopeus
planus), los cangrejos araña (Herbstia camptacantha, Thoe sulcata y Ala cornuta), los cangrejos
porcelana (Petrolisthes tiburonensis, P. gracilis y P. hirtipes), los cangrejos ermitaños (Paguristes
anahuacus y Clibanarius digueti) y los camarones pistola (Alpheus hyeyongae, A. umbo y A. canalis).
Avifauna. Compuesta, entre otras, por las siguientes especies: gaviota (Larus spp.), golondrina de
mar (Sterna spp.), pardela (Puffinus), fragata común (Fregata magnifiscens), ave del trópico (Phaethon
aethereus), pelícano pardo (Pelecanus occidentalis), bobos café y de patas azules (Sula leucogaster y
S. nebouxii), pato canadiense (Branta canadensis), pato buzo (Gavia artica) y en la costa occidental
anida el pato nocturno de Craveri (Synthliboramphus craveri).
Herpetofauna. Cinco géneros de tortugas habitan en las aguas del Golfo de California: tortuga siete
filos (Dermochelys coriacea), tortuga prieta (Chelonia mydas), tortuga jabalina (Caretta caretta), tortuga
carey (Eretmochelys imbicata) y tortuga golfina (Lepidochelys olivacea).
Mastofauna. Los cetáceos son el grupo más representativo de las aguas del golfo. Aquí habitan 82%
de las especies presentes en el Océano Pacífico noreste y 35% de las especies de cetáceos
conocidos a nivel mundial. La elevada productividad permite la estancia permanente del rorcual común
(Balaenoptera physalus) y de la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), entre otros cetáceos.
Taxa notables
Iguana de San Esteban (Sauromalus varius)(A*), Masticophis bilineatus slevini, Crotalus molossus
estebanensis(Pr), Peromyscus stephani(A*), Neotoma albigula seri(A*), sapo manchado (Bufo
punctatus), tortuga del desierto (Gopherus agassizi)(A), serpiente de cascabel (Crotalus spp.), coralillo
(Microroides euryxanthus)(A).
Taxa amenazados
Tortuga del desierto (Gopherus agassizi)(A), venado bura (Odocoileus hemionus sheldoni)(A) y halcón
peregrino (Falco peregrinus)(A).
Amenazas
A corto plazo:
u Sobreexplotación pesquera a causa de los barcos camaroneros, sardineros y pequeños pescadores.
Sobreexplotación de especies vegetales para la fabricación de carbón vegetal (palo fierro y mezquite)
y la actividad cinegética no regulada.
A mediano plazo:
u El creciente desarrollo turístico desordenado de la región.
A largo plazo:
u Posible crecimiento demográfico en la región.
Observaciones
Es un área representativa de las comunidades biológicas de la zona árida de Sonora, estrechamente
ligada con la vida del grupo étnico seri, que tradicionalmente utiliza la madera del “palo de fierro” en la
manufactura de artesanías.
Se recomienda que el CES elabore e instrumente un plan de manejo en coordinación con el INE y el
grupo seri.
Bibliografía relevante
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enero de 1996
Reserva Espacial de la Biosfera
Cajón del Diablo
Estado
Sonora
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
Al oeste del estado
Municipios de Hermosillo y Guaymas
Superficie
147,000 ha
Vías de comunicación
Una carretera estatal pavimentada atraviesa la zona y la carretera internacional México núm. 15 sirve
de límite este. Además hay una gran cantidad de caminos de terracería (Parra, 1993a).
Antecedentes legales
El 14 de septiembre de 1937 fue decretada por el Jefe del Departamento Forestal y de Caza y Pesca,
Miguel Á. de Quevedo, como reserva de caza. El acuerdo estableció el área como refugio de la fauna
para facilitar su reproducción, y prohibió efectuar la captura de especies de animales ya fuera vivos o
muertos.
Antecedentes históricos
Las primeras evidencias de ocupación pertenecen a comunidades nómadas ubicadas en la costa que
vivían de la caza, la pesca y la recolección. Los restos de sus construcciones y utensilios, localizados
a lo largo de los ríos, muestran cómo se establecieron después en forma sedentaria. A la llegada de
los españoles, esta región se encontraba ocupada por comunidades indígenas de pimas, ópatas,
mayos, pápagos y seris.
Una de las seis principales tribus del grupo seri, que se autodenominaban Xica xnaic Ic coii
(quienes viven hacia el viento del sur) y tambi[en conocidas como “los tastioteños”, ocupó el área de
distribución más sureña de la etnia, desde Guaymas hasta Bahía Kino. A principios de siglo,
desalojaron la región dejando restos arqueológicos como son los conchales en el estero de Tastiota,
restos de puntas de flecha y utensilios de barro que todavía es posible observar.
A principios de los años cincuenta se iniciaron los desmontes para el establecimiento de campos de
cultivo en la zona agrícola del Sahuaral y se perforaron cerca de 90 pozos agrícolas.
En la década de los sesenta, emigrantes de otras partes del estado y del país llegaron a los campos
agrícolas de la costa de Hermosillo en busca de oportunidades de trabajo, y al no poder cubrir sus
expectativas de trabajo, se integraron al sector pesquero fundando los campos pesqueros actuales
(Parra, 1993b).
Tenencia de la tierra
El 13% corresponde a propiedad privada; 45% a zonas federales y lotes baldíos; 41% a ejidos y del
restante no se tiene información (Parra, 1993a).
Población
La población en el área es de aproximadamente 1,050 habitantes que se encuentran distribuidos en 35
poblados. Cuatro de estos poblados son campos pesqueros ubicados a lo largo de la línea de costa y
agrupan 20% de la población; el resto son campos agropecuarios, principalmente agrícolas, donde se
concentra el 80% restante.
La principal actividad económica es la pesca ribereña o artesanal. Los pescadores se encuentran
organizados en dos cooperativas, como permisionarios o pescadores libres. Uno de los problemas
principales es la disminución en la disponibilidad de los recursos pesqueros ocasionada (según
comentarios de los propios pescadores) por la alta mortalidad de juveniles de diferentes especies
marinas, muchas de interés comercial, en las redes de los barcos camaroneros que operan en la zona.
La segunda actividad en importancia relativa es la ganadería extensiva. Aunque en importancia
absoluta es mínima, se encuentran alrededor de 500 cabezas de ganado bovino y unas cuantas
decenas de cabezas de ganado caprino. Esto significa una cabeza de ganado en 211 ha (Parra,
1993b).
La población está a favor de la conservación del área (Parra, 1993a).
Vegetación y flora
De acuerdo con los datos del INEGI, los tipos de vegetación descritos para el área son: matorral
sarcocaule, cubre aproximadamente 60% del área, principalmente en la parte pendiente al centro y
sur. Matorral desértico micrófilo, cubre la porción centronorte y noreste del área. Matorral
sarcocrasicaule; mezquital y vegetación halófila y manglar.
Taxa amenazados
Echinocereus websterianus, Mammillaria multidigitata(R*) y M. tayloriorum(R*).
Taxa notables
El Cajón del Diablo es la localidad tipo de Prosopis articulata, especie de mezquite endémico del
desierto sonorense. Se presentan además: Agave felgeri, A. chrysoglossa, A. colorata, Acacia
willardiana (endémica de Sonora y de distribución restringida), Echinocereus websterianus,
Mammillaria multidigitata(R*) y M. tayloriorum(R*). En la parte de la costa central del golfo,
comprendida entre Guaymas y Puerto Libertad, se ubican algunas especies con distribución altamente
localizada que no pueden ser encontradas en ninguna otra parte del continente, pero que ocurren
ampliamente en la península de Baja California, entre las que sobresalen: el palo blanco (Lysiloma
candida) y el cirio (Fouquieria columnaris), además de las siguientes especies: Pithecellobium confine,
Fouquieria diguetii, Viguiera laciniata, Ambrosia magdalenae, A. camphorata, A. chenopodifolia, A.
divaricata, Bourreria sonorae, Stenocereus gummosus, Cordia brevispicata, Desmanthus fruticosus,
Euphorbia magdalenae, E. tormentulosa, E. xanti, Ruellia peninsularis, Viscainoa geniculata, dos
especies de Brahea, Washingtonia robusta, Sabal uresana, Opuntia reflexispina, Ambrosia spp.,
Euphorbia californica, Simmondsia chinensis, Psilotum nudum, Prosopis articulata, Agave felgeri, A.
chrysoglossa, A. colorata, Echinocereus websterianus, Mammillaria multidigitata(R*), M.
tayloriorum(R*) y Acacia willardiana.
Raros. Psilotum nudum, una planta primitiva que usualmente se encuentra en áreas húmedas y
templadas, es una especie poco común. El Cañón del Nacapule es la única localidad conocida para
una región desértica donde crece (Parra, 1993b).
Fauna
De acuerdo con datos de Parra (1993b), la diversidad animal se distribuye de la siguiente manera:
Se han descrito al menos 799 especies de invertebrados en total, de las cuales nueve son
endémicas en el Golfo de California.
Ictiofauna. En cuanto a peces marinos, se conocen 283 especies de las cuales, 20 son peces
cartilaginosos y 263 peces óseos. Además, 193 especies se encuentran restringidas a arrecifes
rocosos, siendo 14 de ellas endémicas del Golfo de California.
Avifauna. 250 especies en 49 familias. En esta región existe una de las pocas colonias de anidación
en México de la golondrina marina menor (Sterna antillarum) (Tordesillas, 1993). También se
encuentran otras especies amenazadas como los paiños (Oceanodroma microsoma y O. melania), la
alcita californiana (Synthliboramphus craveri), el ganso canadiense (Branta canadensis), el águila real
(Aquila chrysaetos), el aguililla rojinegra (Parabuteo unicinctus), el halcón pálido (Falco mexicanus), el
halcón peregrino (F. peregrinus), la lechuza de madriguera (Athene cunicularia), la golondrina marina
elegante (Sterna elegans) y la gaviota ploma (Larus heermanni). Ésta es quizás la única área natural
protegida en el área de invernación del vireo gris (Vireo vicinior) (especie semiendémica de México), y
en las áreas de distribución del gorrión sonorense (Aimophila carpalis) y el gorrión concorrayas (A.
quinquestriata) (especies casi endémicas de México; Gómez de Silva, 1993).
Taxa notables
Lobo marino (Zalophus californianus)(Pr), chichimoco (Tamias dorsalis sonorensis), murciélago (Myotis
leibii), venado bura (Odocoileus hemionus)(A), venado cola blanca (Odocoileus virginianus), corúa
(Boa constrictor)(A), monstruo de Gila (Heloderma suspectum)(A), tortuga del desierto (Gopherus
agassizi)(A), tortuga blanca (Chelonia mydas)(P), tortuga caguama (Caretta caretta)(P), tortuga laúd
(Dermochelys coriacea)(P), tortuga golfina (Lepidochelys olivacea)(P), Cnemidophorus burti,
Lanthanothus sp., los ratones (Peromyscus pembertoni(P*) y P. boylii), Ajaia ajaja, Ammodramus
savannarum, Branta canadensis, Sterna elegans(A), Pandion haliaetus, Sula leucogaster, Falco
mexicanus(A), halcón peregrino (Falco peregrinus)(A), Callipepla gambelii, Zenaida spp., Columbina
spp. y el águila real (Aquila chrysaetos).
Taxa amenazados
El chichimoco (Tamias dorsalis sonorensis) (Master, 1991).
Bajo proteción especial. Lobo marino (Zalophus californianus)(Pr) (Le Boeuf et al., 1983), tortuga
caguama (Caretta, caretta)(P), tortuga blanca (Chelonia mydas)(P), tortuga laúd (Dermochelys
coriacea)(P) y tortuga golfina (Lepidochelys olivacea)(P).
Raros. El murciélago Myotis leibii, cuya única localidad conocida para el estado de Sonora se
encuentra en las cercanías de Guaymas en el área de reserva. Este murciélago es raro y no se
conocen más datos desde su registro en 1958 (Caire, 1978).
Taxa endémicos
El chichimoco (Tamias dorsalis sonorensis) es una subespecie endémica del área.
Amenazas
A corto plazo:
u Sobreexplotación de recursos pesqueros.
u Ganadería.
A mediano plazo:
u Contaminación por basura (visitantes del área).
u Desarrollos turísticos.
Observaciones
La inaccesibilidad por vía terrestre ha contribuido a la conservación de la zona (Parra, 1993b).
La región costera del Cajón del Diablo comprende desde el estero Tastiota en el norte, hasta Bahía
Los Anegados en el sur, con una superficie aproximada de 80 km2.
Respecto de los límites marcados por el decreto de 1937, al paso del tiempo la nomenclatura de los
predios ha cambiado, y aunado a que la reserva no recibe atención ni manejo por periodos
prolongados de tiempo, los límites se han perdido y resulta difícil ubicarla en forma precisa (Parra,
1993b).
Dada la importancia biológica de la zona se recomienda:
u Que el estudio, el manejo y el monitoreo de la protección del área queden en manos de algún centro
de educación e investigación de la región.
u Construir una estación para estudios científicos y de apoyo a la comunidad pesquera.
u Terminar lo antes posible el programa de manejo de esta reserva que viene realizando el Centro
Ecológico de Sonora. Es urgente controlar las explotaciones en la parte marina de la zona (Parra,
1993a).
u Zonificar el área de tal forma que comprenda dos núcleos, uno que abarque desde Bahía San Pedro
y el predio Los Anegados hacia el Cañón El Nacapul y otro en la Isla de San Pedro Nolasco.
u De igual manera, establecer una zona de recuperación de los recursos naturales en las
inmediaciones del estero de Tastiota con miras a la protección de Opuntia reflexispina (Parra, 1993b).
Estudios y proyectos
Estudios de investigación básica:
Hay diversas investigaciones en desarrollo en el área, enfocadas a taxonomía y ecología de grupos
específicos (algunos géneros de lagartijas, sahuaro, una subespecie de ardilla, etc.). Además, el Dr.
Richard Felger está finalizando un libro acerca de la vegetación y la flora de la región del Cañón El
Nacapul y puntos circunvecinos. CIDESON está actualmente evaluando algunas poblaciones de algas
en la zona.
En cuanto a manejo y protección del área se elaboró una propuesta en abril de 1993. Está en vías
de elaboración el plan de manejo del área, en el Centro Ecológico de Sonora (Parra, 1993a).
Bibliografía relevante
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inédita del Colegio de Graduados de la Universidad de Nuevo México, 613 pp.
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enero de 1996
Reserva Especial de la Biosfera
Mariposa Monarca
Estados
Michoacán y Estado de México
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
Límite de los estados de Michoacán y Estado de México.
Municipios de Ocampo, Angangueo, Zitácuaro y Contepec, Michoacán; Donato Guerra, Villa de
Allende y Temascalcingo, Estado de México.
Superficie
16,110 ha
Se establecen cinco zonas núcleo, con una superficie total de 4,491 ha con sus respectivas zonas
de amortiguamiento, 11,619 ha; éstas son: Sierra Chincua, 1,060 y 1,635 ha; Sierra el Campanario,
900 y 989 ha; Chivatí-Huacal, 940 y 1,074 ha; Cerro Pelón, fracción I 657 ha y fracción II 687 ha, con
una zona de amortiguamiento de 6,787 ha; Cerro Altamirano, 244 y 1,133 ha.
Vías de comunicación
Acceso desde la ciudad de Zitácuaro, Mich., por la carretera federal núm. 15 rumbo a Morelia; se toma
la desviación a Angangueo y al llegar a la población de Ocampo se continúa por la terracería a El
Rosario.
Antecedentes legales
Los primeros intentos de protección del área, obedecieron únicamente a objetivos de conservación por
el interés de los hábitos migratorios de la mariposa monarca. Posteriormente, una mejor percepción de
que la mariposa es el componente crucial de un sistema biológico complejo, estableció que su
protección y conservación requería de la preservación de los ecosistemas en su conjunto.
El 9 de abril de 1980 fue decretada zona de reserva y refugio de la fauna silvestre por el presidente
José López Portillo. A principios de la administración del presidente Miguel de la Madrid, el manejo de
la reserva pasó a manos de la SEDUE, que le asignó la categoría de reserva especial de la biosfera.
El 9 de octubre de 1986 se promulga un decreto por el Ejecutivo Federal, en el que se declaran
“áreas naturales protegidas para los fines de migración, invernación y reproducción de la mariposa
monarca así como la conservación de sus condiciones ambientales_” En este decreto, se precisa la
superficie y la zonificación actual.
Antecedentes históricos
En las laderas bajas del cerro Coatepec, se encuentra la zona arqueológica de San Felipe los Alzati;
este asentamiento pertenece al periodo Postclásico tardío (1200-1500 d.C.) La región fue ocupada por
grupos otomíes y es considerada como la frontera cultural con la poderosa cultura tarasca (Martínez,
1994).
El tramo serrano que toca a los municipios de Angangueo, Ocampo, Tlalpujahua y Zitácuaro, es
una región de persistencia indígena otomí y mazahua. La presencia actual de grupos étnicos está
fuertemente representada en la vertiente mexiquense de la sierra, principalmente en el área de
influencia de San Felipe del Progreso. (Chapala, 1995). Estas comunidades tienen una diversificación
agrícola, lo que podría permitir, mediante una política adecuada de fomento a la producción, disminuir
la presión sobre los recursos naturales (INE, 1994).
Tenencia de la tierra
Ejidal y comunal, y en menor escala propiedad federal, representada por el predio denominado
Chincua (705 ha), y la propiedad estatal del predio Monte Alto de la ex hacienda de Jesús de
Nazareno (70.3 ha). El área de la reserva afecta a 38 ejidos, siete comunidades indígenas y 16
propiedades privadas (Monarca, 1992a).
Población
En 1990 el total de la población era de 271,736 habitantes repartidos en cada uno de los municipios
involucrados en la reserva:
Estado de Michoacán: Angangueo, 9,942 habitantes; Contepec, 24,915; Ocampo, 12,436 y Sengui,
15,436.
Estado de México: Donato Guerra, 212,510; Temascalcingo, 7,327 y Villa de Allende, 2,873.
El crecimiento urbano de Zitácuaro y su área industrial influye sobre los municipios de la región. El
crecimiento de los asentamientos humanos en la superficie de la mayoría de los municipios tiende a
conurbarse apareciendo en su área núcleos rurales, rancherías y caseríos dispersos (INE, 1994).
Vegetación y flora
Según Rzedowski (1983) la reserva ocupa porciones de la provincia florística de serranías
meridionales de la región mesoamericana de montaña. La flora es rica en general y es evidente el
dominio de las especies herbáceas. Algunos géneros como Quercus, Salix, Eupatorium, Senecio,
Stevia y Muhlenbergia, presentan aquí un importante centro de diversificación.
Los principales tipos de vegetación o asociaciones en la reserva son los siguientes:
Bosque de encino. Cubre una superficie importante en Cerro Altamirano y Cerro Pelón, en su
extremo oeste. En el estrato arbustivo se observan individuos de Arctostaphylos longifolia y en el
estrato herbáceo son comunes Commelina coelestis, Coriopsis petrophiloides, Euphorbia biformis,
Hieracium sp., Piqueria trinervia, Trisetum aff. deyeuxioides, Valeriana urticifolia.
Bosque de Cupressus. Se ubica en pequeñas áreas exclusivamente en Cerro Pelón con pendientes
moderadas, y de 2,500 a 3,000 m s.n.m. en cañadas. Se trata de árboles de 15-35 m de altura,
generalmente asociados con pino. Son comunes los bosques mixtos entre los tipos de vegetación
antes descritos. Los bosques de oyamel suelen encontrarse en rodales puros, y de manera menos
frecuente se asocian con Pinus, Quercus y Cupressus.
Comunidad Abies-Pinus (De los 2,900 a los 3,000 m s.n.m.). La especie dominante es Abies
religiosa intercalada con Pinus pseudostrobus. Son bosques con dos estratos arbóreos característicos
en los que el oyamel alcanza una altura de 20-40 m y el pino de 15-25 m. Esta asociación se presenta
en cañadas y laderas, en Sierra Chincua y Cerro Chivatí-Huacal. En el sotobosque existen más de 30
familias, 80 géneros y alrededor de 120 especies, siendo las familias mejor representadas Asteraceae
y Labiatae (Melo y López, 1989). Entre las Asteraceae domina Senecio, con más de 10 especies, y la
familia Labiatae tiene como principal género representante a Salvia, con 12 especies. Ambos grupos
de plantas proliferan ampliamente en los estratos herbáceos y arbustivos y revisten especial
importancia para la sobrevivencia y refugio de la mariposa monarca.
Comunidad Pinus-Abies. Es la más importante mezcla que se encuentra rodeando las áreas de
Abies-Pinus en Cerro Pelón, y de Abies en la Sierra El Campanario, donde el pino ocupa el estrato
arbóreo y las plántulas de oyamel crecen bajo sus coberturas.
Comunidad Quercus-Pinus. Se encuentra en Cerro Altamirano y rodeando una sección Pinus-Abies
en la zona de Cerro Pelón. El estrato arbóreo se compone de Pinus pseudostrobus, al que se le
asocian P. rudis, P. montezumae, P. michoacana, P. tenuifolia y P. leiophylla, intercalándose también
elementos aislados de Quercus rugosa, Q. laurina, Arbutus xalapensis, A. glandulosa, Alnus firmifolia,
Salix spp., Cupressus lindleyi, Buddleia sp. Incluye dos estratos arbóreos, de los cuales el más bajo es
ocupado por el encino. Los niveles inferiores incluyen varias Asteraceae y Poaceae.
Fauna
La fauna de la región cuenta con elementos de afinidades neártica y neotropical, así como especies
endémicas al eje neovolcánico.
Taxa notables
La mariposa monarca (Danaus plexippus)(Pr), el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), el
coyote (Canis latrans), la comadreja (Mustela frenata), la zorra gris (Urocyon cinereoargenteus),
conejos (Sylvilagus spp.), cuervos (Corvus corax), el zopilote de cabeza roja (Cathartes aura), el
tecolote (Bubo virginianus)(A), diversos colibríes, reptiles y anfibios.
Amenazas
Las principales amenazas son:
u Asentamientos humanos: principalmente el conurbamiento de los poblados de Ocampo, Angangueo
y El Paso. Además, la mancha urbana de Zitácuaro se acerca rápidamente a los límites del santuario
Cerro Pelón.
u Explotación forestal: además de los aprovechamientos legales en las zonas de amortiguamiento se
ha indicado que existe tala clandestina que incursiona hasta las zonas núcleo. El santuario más
afectado por esta actividad es Chivatí-Huacal.
u Incendios.
u Plagas forestales: principalmente el muérdago enano y los descortezadores.
u Erosión: generada por el desmonte. Los sitios más afectados son Chivatí-Huacal y Cerro El
Campanario (Melo y López, 1989).
u Cacería furtiva: no existe información específica.
u Actividad turística: el riesgo principal de esta actividad se daría si ocurriese de manera desordenada.
No obstante es una actividad de gran importancia para las comunidades locales e incluso para la
protección de la reserva.
Observaciones
La reserva está ubicada en una zona con una presión demográfica alta. En el manejo de la reserva no
ha habido participación directa y permanente de las comunidades que la constituyen. Aquellas cuyos
terrenos han sido afectados por la reserva no conocen con exactitud los límites de las zonas núcleo y
de amortiguamiento. La información acerca de la ubicación, el tamaño y el comportamiento de las
colonias de las mariposas es insuficiente, lo que limita las acciones para la protección del hábitat, el
aprovechamiento racional del bosque y el desarrollo de las comunidades.
Instituciones gubernamentales, científicas
y/o conservacionistas que trabajan en la zona
SEMARNAP, SAGDR, Universidad de Florida Gainesville, CE-UNAM y Monarca, A. C.
Estudios y proyectos
El desarrollo del programa de manejo del INE (INE, 1994) está conformado por nueve proyectos de
participación comunitaria: Monitoreo de la mariposa monarca, diagnóstico forestal, reforestación y
prevención de incendios, ecoturismo, estufas rurales, estudio de factibilidad para la creación de una
empresa forestal, deslinde y amojonamiento, divulgación y proyectos de educación ambiental.
Algunas personas conocedoras del área
Alfonso Alonso, Lincoln Brower, Rodolfo Ogarrio, Jurgen K. Hoth, Gonzalo Chapela, Rafael Herná-
ndez y Carlos Melo.
Bibliografía relevante
Arellano, G.A. 1988. Depredación por aves a la mariposa monarca (Danaus plexippus L.) en su hábitat
de invernación. Tesis profesional. UNAM. México.
Brower, L. P. 1988. “A Place In The Sun”, en Animal Kingdom, New York Zoological Society, Bronx,
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enero de 1996
Reserva Especial de la Biosfera
Volcán de San Martín
Estado
Veracruz
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
Al noroeste de la laguna de Catemaco
Municipio de San Andrés Tuxtla
Superficie
1,500 ha
Extraoficialmente se señalan 5,730 ha de superficie (Flores Zamora y Zavala Blas, 1993).
Vías de comunicación
El camino que más se acerca al área es la carretera Catemaco-San Andrés, cerca de San Andrés
Tuxtla. A partir de ahí solamente existe un camino de terracería que se acerca hasta aproximadamente
los 900 m s.n.m.
Antecedentes legales
El 20 de marzo de 1979 fue decretado zona protectora forestal y de refugio faunístico por el presidente
José López Portillo, señalándose como límite la curva de nivel de los 1,000 m s.n.m. aunque no se
menciona la superficie.
El 20 de abril de 1982, le adjudican 20,000 ha.
A principios de la administración de Miguel de la Madrid, el manejo de la reserva pasó a manos de
la SEDUE, que le asignó la categoría de reserva especial de la biosfera.
Tenencia de la tierra
Es predominantemente ejidal seguida de propiedad privada.
Población
La población de la sierra de Los Tuxtlas, en general, presenta una densidad considerable, la cual
impacta de manera directa e indirecta la zona del Volcán de San Martín. La densidad de población
total para la sierra se estima en 308,362 habitantes (Paré et al., 1992). Se encuentran los grupos
étnicos zoque-popolucas y nahuas
Infraestructura
No existe ninguna infraestructura disponible dentro del área protegida. Las instalaciones disponibles
más cercanas son la Estación Biológica de la UNAM localizada en la carretera Catemaco-Montepío y
las oficinas de la Universidad Veracruzana en Catemaco.
Vegetación y flora
Se presenta un gradiente de comunidades vegetales que abarca, desde la porción más baja hacia la
más alta: vegetación costera, selva alta perennifolia, selva alta subperennifolia de montaña, bosque de
liquidámbar y selva baja perennifolia. En la reserva que abarca la porción a partir de la cota de los
1,000 m s.n.m. los tipos de vegetación dominantes según este esquema son los siguientes:
Selva baja perennifolia. Es una variante especial de la selva que se ubica a alturas cercanas a los
1,000 m s.n.m. Se caracteriza por su gran humedad relativa y abundancia de plantas epífitas y
helechos, junto con corpulentos árboles como el cedro nogal.
Bosque tropical nuboso. Se ubica por arriba de los 1,200 m s.n.m. y hasta las proximidades del
volcán, está muy entremezclado con el hábitat anterior. Se caracteriza por sus inclinadas cuestas y
quebradas con abundantes helechos y senecios arbores-centes, palmas y arbolillos de Oreopanax
xalapensis. Este hábitat constituye un verda-dero refugio ornitológico de gran atractivo (tucanes,
clarines, faisanes y colibríes). Con la altura, este hábitat se modifica gradualmente, en particular por el
achaparramiento y la abundancia de algunas especies arbóreas como Clusia spp.
Bosque enano. En las partes más altas del volcán, en sitios relativamente expuestos y planos se
presenta este bosque dominado por plantas enanas como Clusia y Oreopanax junto con algunas
palmas. En las partes perturbadas este bosque es muy ralo y contiene algunos pastos en el
sotobosque.
Vegetación en sucesión primaria dentro del cráter. El interior del cráter está ocupado por una
comunidad sucesional colonizadora. Actualmente consiste en una vegetación sabanoide que en
algunas partes ha adquirido mayor talla y desarrollo y que constituye un verdadero laboratorio natural
para el estudio de la sucesión ecológica.
Taxa notables
Destaca la gran diversidad, en particular de especies de las familias Orchidaceae y Asteraceae. Entre
lo más notable de la flora se encuentra la peculiar combinación de elementos típicamente tropicales
con elementos de afinidad boreal, entre los que se incluyen Junglans olachana, Liquidambar
styraciflua y Carpinus carolineana.
Taxa amenazados
Debido a lo reducido de las comunidades presentes en la zona protegida y a las bajas densidades de
muchas de las especies, sobre todo de las de gran talla, es posible especular que numerosos
componentes de la flora del Volcán de San Martín se encuentren amenazados y en riesgo de extinción
local. Algunas especies que pudieran encontrarse en tal situación son Pithecelobium volcanorum e
Inga sp., Talauma mexicana(A), Bletia purpurea y Encyclia baculus (INE, 1993), Chamaedorea
metallica(P*), Mormodes tuxtlensis, Chysis limminghei(A*), C. bractescens(A) (Flores Zamora y Blas
Zavala, 1993).
En peligro de extinción. Dichaea graminoides (INE, 1993)
Taxa endémicos
Alfaroa mexicana(R*) (INE, 1993), Junglans olachana (Flores Zamora y Blas Zavala, 1993).
Fauna
El trabajo faunístico en las partes altas del Volcán de San Martín es muy limitado y la mayoría del
conocimiento se basa en estudios correspondientes a las partes bajas, principalmente en la Estación
Biológica de la UNAM. Es evidente que muchos compo-nentes de la fauna realizan migraciones y por
lo tanto se comparten entre ambos pisos altitudinales. Las aves son tal vez el grupo más prominente,
encontrándose 276 especies (Coates-Estrada, 1991; Coates et al., 1985). Esta región es sumamente
rica en especies dado que abarca un gradiente altitudinal grande y un gran número de tipos de
vegetación y de aves. En el área protegida existen una especie y tres subespecies endémicas de esta
región: el colibrí (Campylopterus excellens), la paloma (Geotrygon lawrencii carrikeri), a veces
considerada como una especie, la tangarita (Chlorospingus ophtalmicus wetmorei) y el rascador
(Atlapetes brunneinucha apertus). La zona de influencia de esta reserva es de suma importancia por la
cantidad de individuos y especies de aves migratorias que la visitan, sea como transitorias o
invernantes. Esto se debe a que en esta región confluyen dos rutas migratorias importantes: la de las
aves que siguen en la costa del Golfo de México y la de las aves que sobrevuelan el Golfo. Tres
especies han sido exterminadas de la región: el zopilote rey (Sarcoramphus papa), el águila arpía
(Harpia harpyja) y la guacamaya roja (Ara macao). De otros grupos de vertebrados, por ejemplo
reptiles, se han identificado 97 especies y 37 de anfibios (Ramírez et al., 1981), así como cerca de 100
especies de mamíferos (Coates y Estrada, 1986).
Taxa notables
Mamíferos: mono araña (Ateles geoffroyi)(P), mono aullador (Alouatta palliata)(P*), ocelote (Leopardus
pardalis)(P), pecarí de labios blancos (Tayassu pecari), jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi)(A),
nutria de agua (Lutra longicaudis)(A), tlacuachillo dorado (Caluromys derbianus)(R), tapir (Tapirus
bairdii)(P). Aves: zopilote rey (Sarcoramphus papa)(P), totolaca (Aramus guarauna)(A), perico real
(Pionopsitta haematotis)(R), calecero (Pteroglossus torcuatus), tucaneta (Aulacorhynchus
prasinus)(Pr), halcón peregrino (Falco peregrinus)(A), cholin cojilote (Penelope purpurascens)(Pr),
tucán grande o pico de canoa (Ramphastos sulfuratus)(A). Reptiles: Boa constrictor(A), Iguana
iguana(Pr) (INE, 1993), coralillo (Micrurus sp.), nauyaca (Agkistrodon bilineatus taylori)(A) (Flores
Zamora y Zavala Blas, 1993).
Taxa amenazados
En peligro de extinción. Mamíferos: nutria de agua (Lutra longicaudis)(A), tlacuachillo dorado
(Caluromys derbianus)(R), mono araña (Ateles geoffroyi)(P), saraguato (Alouatta palliata)(P*), tapir
(Tapirus bairdii)(P). Aves: halcón peregrino (Falco peregrinus)(A), Penelope purpurascens(Pr) y
Ramphastos sulfuratus(A) (INE, 1993).
Raros. Mamíferos: ratón tlacuache (Marmosa mexicana), murciélago blanco (Diclidurus albus). Aves:
(Aramides cajanea)(R) (INE, 1993).
Amenazas
A corto plazo:
u La cubierta vegetal actualmente se está reduciendo a manchones de vegetación natural.
u Existe una tala desmedida que provoca la población humana en los alrededores de la reserva.
u Las tasas de deforestación actuales son del orden de 4.3% por año (Dirzo y García, 1992). Las tasas
de deforestación determinan que el área protegida no tenga ya zonas de amortiguamiento pues los
potreros están ya en contacto directo con los bordes de la reserva.
u La fragmentación del hábitat.
u La extracción ilegal de componentes de la flora y de la fauna.
A mediano plazo:
u Las tasas de deforestación extrapoladas a un mediano plazo sugieren reducciones de la cobertura
vegetal a aproximadamente un 9% del área original para el año 2000 (Dirzo y García, 1992).
u Bajo las tasas de deforestación actuales, es posible especular una reducción de la diversidad de
especies en aproximadamente el 50% de la diversidad original para el año 2000.
A largo plazo:
u Extinción masiva de la flora y la fauna.
u Erradicación de las áreas remanentes.
Observaciones
El Proyecto Sierra de Santa Marta, A.C., ha hecho una serie de propuestas para la conservación de la
biodiversidad en la región de Los Tuxtlas en interacción con las comunidades locales.
La conservación de los relictos de selva es fundamental para atenuar la pérdida de especies como
consecuencia de la destrucción del hábitat y el resultante aislamiento de poblaciones animales y
vegetales. Esta acción es prioritaria para contar con tiempo adicional que permita desarrollar
estrategias de conservación y manejo sostenido de los recursos naturales de la región. Ésta es una
posibilidad factible ya que existen tres zonas protectoras amparadas por decretos, dos predios
pertenecientes uno a la UNAM y otro a la Universidad Veracruzana, además de que el Grupo
Veracruzano de Rescate Ecológico, A.C., adquirió recientemente 300 ha de selva con fines
conservacionistas.
Para una administración más eficiente de las áreas naturales protegidas de carácter federal que
cuentan con decreto, se propone firmar un convenio de coordinación para la administración de tales
áreas con el Gobierno federal, para que pasen a ser responsabilidad del Gobierno del estado o en
corresponsabilidad con el mismo. A su vez el Gobierno del estado podría concesionarlas por periodos
renovables a instituciones educativas y de investigación superior.
Se recomienda:
Elaborar un estudio de ordenamiento ecológico conservacionista para toda la región en el que
participen grupos representativos de las comunidades y pequeños propietarios de la región.
Sumar al decreto protector actual el área de la Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas para
crear el Corredor Ecológico San Martín Tuxtla (Dirzo, 1991).
Delimitar las tierras nacionales, baldíos y demasías para incorporarlas al dominio público o como
parte del patrimonio del Gobierno del estado y universitario.
Se propone que la UNAM sea la responsable del manejo de esta área protegida, junto con otras
instituciones participantes en el Comité Técnico del Programa de Desarrollo Integral de Los Tuxtlas.
Proyectos de desarrollo:
u Reforestación.
Manejo y protección:
u Desarrollo y administración.
u Evaluación actualizada del estado de los recursos naturales.
u Señalización externa e interna.
u Establecimiento de un corredor biológico que abarque el ámbito altitudinal.
Bibliografía relevante
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Coates-Estrada, R. 1991. Lista preliminar de las aves de la Estación de Biología Tropical de Los
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enero de 1996
Reserva Especial de la Biosfera
Sierra de Santa Marta
Estado
Veracruz
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
Al este del estado, en la zona de los Tuxtlas
Municipios de Soteapan y Mecayapan
Superficie
20,000 ha
Vías de comunicación
La principal vía de acceso a la Sierra de Santa Marta es la carretera que comunica de Catemaco a
Coyame. A partir de esta última población sólo existen caminos de terracería; el que va hacia Bastonal
es el que conduce a la Sierra de Santa Marta.
Antecedentes legales
El 28 de abril de 1980 fue decretada zona de protección forestal y refugio de la fauna silvestre por el
presidente José López Portillo.
A principios de la administración de Miguel de la Madrid, el manejo de la reserva pasa a manos de
la SEDUE, donde se le asigna la categoría de reserva especial de la biosfera.
Antecedentes históricos
En la costa del Golfo de Veracruz florecieron culturas tan significativas como la olmeca, la huasteca y
la totonaca. Hace más de tres milenios los olmecas construyeron centros cívicos y tallaron las
gigantescas cabezas de basalto que representaban a sus gobernantes.
Estudios recientes han demostrado que los sitios arqueológicos que se encuentran asentados en la
región de los Tuxtlas durante el periodo Clásico medio, fueron ocupados por especialistas artesanos,
cuya economía se sustentó en la producción de cerámica para su intercambio a largas distancias. La
especialización en este territorio incluyó otros aspectos como la producción de sal, y la transformación
del basalto, la mica y el ámbar líquido.
El transporte por agua, fue uno de los medios más importantes para el comercio.
Los grupos pre y poshispánicos son los popolucas y nahuas. Los españoles llegaron en 1522 y la
gran mezcla entre etnias locales y mestizos inmigrantes a la localidad ocurrió hacia el inicio del
decenio de los cuarenta. Esta historia de asentamientos culmina con una dilución del conocimiento
prehispánico de la naturaleza y de su manejo tradicional por los antiguos pobladores. El habitante
actual es, con excepciones, seriamente descono-cedor de su entorno natural. Por lo tanto, una
propuesta de conservación efectiva debe contemplar el rescate de las tradiciones nativas.
Tenencia de la tierra
Sólo hay dos tipos de tenencia, la ejidal (equivalente al 65%) y la privada (equivalente al 3%) (INE,
1993).
Hay ejidos dotados no ocupados y ejidos dotados provisionalmente.
Población
La Sierra de Santa Marta (o Soteapan) es la zona protegida más extensa de la región de Los Tuxtlas,
pero a la vez la más marginada.
Existen 50,000 habitantes en la zona y 49 núcleos de población (SEDUE, 1985). Una proporción
importante pertenece a los grupos étnicos zoque-popolucas y nahuas.
La zona indígena se encuentra inmersa en una zona más amplia dominada por la dinámica de las
ciudades petroleras e industriales de Coatzacoalcos y Minatitlán, por lo que las inversiones directas
para el fomento agrícola en los últimos veinte años han sido prácticamente nulas. A la vez, la
migración a las ciudades ha contribuido a la pérdida de sistemas tradicionales de cultivo que son más
indicados en zonas tropicales que los promovidos en los últimos años, en los que se da una adopción
técnica a medias con el uso, muchas veces inapropiado, de plaguicidas y agroquímicos.
Hay un desconocimiento por parte de las nuevas generaciones de la cultura ecológica de los
pueblos que ahí se asentaron. El cambio en el manejo de los recursos y tenencia de la tierra de
comunal a individual ha ocasionado una parcelación desigual, donde generalmente los jóvenes
quedan fuera del reparto. Se han perdido el uso variado de la vegetación y las normas religiosas y
sociales que regían el aprovechamiento de los recursos naturales y la tierra misma. Numerosas
comunidades han agotado sus recursos forestales con problemas de abasto de madera para la
construcción, fabricación de muebles artesanales y leña.
Infraestructura
No existe una infraestructura desarrollada dentro de esta área protegida. Algunos apoyos de
infraestructura disponibles corresponden a la oficina de la Universidad Veracruzana ubicada en la
ciudad de Catemaco, algunas instalaciones en Pipiapan y la Estación Biológica de Los Tuxtlas de la
UNAM en la carretera a Montepío.
Descripción del área protegida
El área es de enorme interés ecológico y constituye el fragmento de ecosistemas tropicales más
extenso de la Sierra de Los Tuxtlas. La Sierra de Santa Marta, de origen volcánico, constituye una de
las tres prominencias volcánicas de la región de Los Tuxtlas y conforma la extensión más oriental del
Eje Volcánico Transversal. La deforestación ha afectado grandes extensiones de esta sierra,
particularmente en las partes bajas y planas, y los fragmentos restantes se ubican en las zonas
inaccesibles.
Destaca por la riqueza de sus ecosistemas tropicales, la riqueza mastofaunística y la diversidad
biológica; es una de las últimas reservas de germoplasma en las zonas cálido-húmedas de México
además de una de las pocas porciones de la planicie costera del Golfo destinadas a la conservación,
que abarca un gradiente altitudinal amplio.
Es una de las últimas regiones selváticas del estado, hábitat de especies raras y en peligro de
extinción, y zona que genera acuíferos para la región de Coatzacoalcos-Minatitlán. Los cráteres y la
topografía han actuado como una barrera natural, protegiendo la zona. Una característica importante
de esta reserva es que protege todo el gradiente altitudinal en el que se presenta una sucesión de
tipos de vegetación, desde las dunas costeras hasta la vegetación tropical.
El clima predominante de la región es el cálido-húmedo en las partes bajas o de altura intermedia,
aunque a mayor elevación, pasa a ser semicálido; la precipitación en la zona es muy abundante,
cercana a los 5,000 mm en las partes bajas aunque pudiera ser mayor en los sitios altos. Del régimen
climático destaca la influencia de ciclones tropicales en verano y de los nortes, los cuales generan
periodos lluviosos y de relativamente bajas temperaturas, en el periodo comprendido de noviembre a
febrero.
En general en la sierra hay tres zonas térmicas: la muy cálida con temperatura media anual mayor
de 26°C localizada en el extremo suroeste, la cálida de los 22 a los 26°C que se encuentra hasta los
300 m s.n.m., y la semicálida de 18 a 26°C, localizada entre los 700 y 1,700 m s.n.m. En el área
protegida se presentan dos de los subtipos del clima A: Af muy húmedo con lluvias todo el año en las
laderas que ven hacia el Golfo de México; y Am húmedo con lluvias en verano en la porción occidental
del área.
La topografía es accidentada destacando elevaciones como el Volcán San Martín Pajapan (1,180 m
s.n.m.), la Sierra de Santa Marta propiamente dicha (1,700 m s.n.m.) y otras de importancia secundaria
como La Campana, Bastonal, El Jabalí y Tecuanapa. La sierra está formada por conos volcánicos
activos que datan del Terciario y con dominancia de rocas ígneas extrusivas.
El drenaje característico de las zonas volcánicas es el radial (en la zona protegida), y los cuerpos
de agua que destacan son la Laguna de Sontecomapan y los ríos Soteapan y Huazuntlán.
Los suelos de la sierra, aunque de origen volcánico en general son considerablemente variables.
Por orden de importancia se presentan el acrisol órtico, el feozem háplico y el litosol. La profundidad
es variable, encontrándose suelos relativamente profundos en las partes bajas y de fertilidad
relativamente alta.
Está formada por conos volcánicos que datan del Terciario (Plio-Pleistoceno), donde dominan las
rocas extrusivas básicas (INEGI, 1988).
La mayor parte de selvas y bosques tropicales de la región de Los Tuxtlas se encuentran en la
Sierra de Santa Marta, depositaria de una importante biodiversidad. Por la amplitud de su gradiente
altitudinal, la sierra posee en una superficie relativamente reducida, una variada gama de condiciones
climáticas y de suelos que favorecen la diversificación de la flora y la fauna. Hasta hace 40 años se
extendían diferentes tipos de selvas y bosques desde la costa hasta las cimas de los volcanes, de
manera ininterrumpida, lo que constituía una situación muy rara. Esta conexión directa costa-selva es
de gran importancia ecológica, aun en su actual forma degradada.
Vegetación y flora
La variación altitudinal de la sierra da lugar a formas de relieve variadas que albergan a diferentes
comunidades vegetales que incluyen: manglares, selva alta perennifolia, selva baja perennifolia,
bosque caducifolio, bosque de liquidámbar, pinar, bosque de pino-encino y dunas costeras.
Estas comunidades albergan una gran diversidad florística, que incluye 1,300 especies registradas
de plantas superiores de una flora vascular estimada en cerca de 3,000 especies. Algunos estudios
recientes indican que 748 especies de plantas tienen un uso local como medicinales, maderables,
comestibles, ornamentales y rituales. La vegetación predominante originalmente era la selva alta
perennifolia con árboles de hasta 40 m de alto y con especies tales como Ficus insipida, F. collubrinae,
F. obtusifolia, Nectandra spp. y Dialium guianense. El estrato bajo de esta selva está típicamente
dominado por palmas. La vegetación secundaria incluye especies características como Cecropia
obtusifolia y Heliocarpus appendiculatus.
Salvo las especies recientemente descritas (las cuales podrían resultar endémicas), no se tiene
información sobre taxa endémicos y en lo referente a raros y amenazados, es posible especular que
algunas especies intensamente explotadas (como algunas cicadáceas o palmas), y otras de
densidades poblacionales bajas, se encuentren en riesgo de desaparición local.
Fauna
La fauna silvestre, tan diversa como la flora, está representada por cerca de 400 especies de aves, es
decir el 40% de las especies conocidas en el país; de ellas más de 100 migran temporalmente de
Norteamérica. Se conocen 102 especies de mamíferos, 168 de reptiles y anfibios y 89 de peces. De
las 1,149 especies animales registradas en la región, 21 son endémicas y por lo menos 102 están en
peligro de extinción. Entre éstas se encuentran: grisón (Galictis vittata), jaguar (Panthera onca),
yaguarundi (Herpailurus yagouaroundi), ocelote (Leopardus pardalis), mono araña (Ateles geoffroyi),
mono aullador (Alouatta palliata), nutria (Lutra longicaudis), armadillo (Dasypus novemcinctus), oso
hormiguero (Tamandua mexicana), mapache (Procyon lotor), lechuza (Tyto alba), cotorra (Amazona
sp.), tucán real (Ramphastos sulfuratus ) y muchas especies más.
Esta región es sumamente rica en aves; por lo menos 564 especies de aves han sido registradas
en la zona de influencia de la reserva (Schaldach y Escalante, datos no publicados). En el área
protegida existe una especie y tres subespecies endémicas de esta región, el colibrí (Campylopterus
excellens), la paloma (Geotrygon lawrencii carrikeri) a veces considerada como una especie, la
tangarita (Chlorospingus ophtalmicus wetmorei) y el rascador (Atlapetes brunneinucha apertus). Un
gran número de especies están clasificadas en alguna categoría de riesgo. La zona de influencia de
esta reserva es de suma importancia por la cantidad de individuos y especies migratorias que la
visitan, sea como transitorias o invernantes. Esto se debe a que en la región confluyen dos rutas
migratorias importantes: la de las aves que siguen la costa del Golfo de México y la de las aves que
sobrevuelan el Golfo (W.J. Schaldach, com.pers.).
La procedencia de la fauna de la Sierra de Santa Marta es tanto de la región neártica, como de la
neotropical y es por lo tanto una fauna de transición.
Taxa notables
El grisón (Galictis vittata)(A), el jaguar (Panthera onca)(P), el yaguarundi (Herpailurus
yagouaroundi)(P), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), el mono araña (Ateles geoffroyi)(P), el mono
aullador (Alouatta palliata)(P*), la nutria (Lutra longicaudis)(A), la serpiente mano de metate
(Porthidium olmeca), el oso hormiguero (Cyclopes didactylus)(P) (INE, 1993), el águila elegante
(Spizaetus ornatus)(P*) y el loro de cabeza amarilla (Amazona
(P)
oratrix) .
Taxa amenazados
Entre ellos se encuentran el loro de cabeza amarilla (Amazona oratrix)(P) –considerado en peligro de
extinción a nivel mundial– (Collar et al., 1992), el águila elegante (Spizaetus ornatus)(P*), el águila
ventriblanca (Spizastur melanoleucus), la tórtola oscura (Claravis mondetoura), seguramente una de
las especies menos conocidas en México, el águila tirana (Spizastur tyrannus)(A), el hocofaisán (Crax
rubra)(A), la cotinga (Cotinga amabilis)(A) y otras especies como Campylopterus excellens(A*) y
Geotrygon lawrencii(A). Aunque Amazona oratrix se considera “muy poco común” en la región
(Schaldach y Escalante, datos no publicados), su presencia es importante dado que ésta es una de las
aves de Latinoamérica cuyas poblaciones han disminuido de manera más alarmante en los últimos
años (Collar et al., 1992) y la Sierra de Santa Marta es una de las pocas áreas naturales protegidas
donde se encuentra.
Tres especies han sido exterminadas de la región: el zopilote rey (Sarcoramphus papa)(P), el águila
arpía (Harpia harpyja)(P) y la guacamaya roja (Ara macao)(P).
Amenazas
A corto plazo:
u Expansión de modelos productivos no adecuados: ganadería extensiva y agricultura con bajos
rendimientos.
u Tala desmedida, que conduce a la erosión, la degradación y la pérdida del suelo y al azolvamiento
de cuerpos de agua.
u Contaminación de cuerpos de agua por mal uso de agroquímicos.
u Tráfico ilegal de especies animales y vegetales.
u Cacería furtiva.
A mediano plazo:
u Agotamiento de recursos forestales.
u Pérdida de la biodiversidad por deforestación.
u Extracción no planeada e incendios; erosión de suelos y escasez de agua debido a la disminución en
la captación por infiltración en las cuencas altas y medias ocasionada por la deforestación.
u Tala clandestina.
u Pérdida de la diversidad y adaptabilidad cultural al medio ambiente por la colonización y expansión
de la ganadería.
u Pérdida de la autosuficiencia alimentaria.
u Deterioro de las condiciones de vida de la población, empobrecimiento y pérdida de la cohesión
social.
A largo plazo:
u Desaparición de plantas y animales de la zona.
u Incapacidad de recuperación de la vegetación.
u Marginación social.
u Generación de terrenos improductivos.
u Probablemente modificaciones de tipo micro y mesoclimáticas.
De 1980 a la fecha se han perdido aproximadamente 20,000 ha de selva con tasas de
deforestación que en algunos años superan las 2,000 ha por año. La tasa de deforestación por la
apertura de nuevas tierras a la agricultura no ha sido tan devastadora como las pérdidas ocasionadas
por el establecimiento de pastizales y los incendios asociados a la ganadería.
Observaciones
Es evidente que esta importante reserva ha sido totalmente desatendida a pesar de su importancia
biológica y de los servicios ecológicos que provee y de las amenazas tan marcadas que afronta en la
realidad. Algunas de las acciones urgentes son:
u Llevar a cabo el programa de deslinde, amojonamiento y zonificación.
u Asignación de recursos financieros que permitan establecer un programa sostenido en la reserva.
u Contratación de personal y desarrollo de infraestructura básica.
u Llevar a cabo un programa de inventarios y de evaluación del estado de conservación de los
recursos naturales de la reserva que sirvan como punto de partida para estudios de seguimientos
subsecuentes de los mismos.
u Apoyar las recomendaciones generadas por los estudios socioeconómicos llevados a cabo en la
zona que permitan la participación de los pobladores locales en el uso y conservación de la reserva.
En cuanto al clima social, la gran mayoría de la población muestra desinterés y desconocimiento del
tema.
Estudios y proyectos
De investigación básica:
u Estudios florísticos y faunísticos.
u Estudios etnobotánicos.
u Ecología de comunidades vegetales.
u Ecología y conservación de primates y otros mamíferos.
De desarrollo:
u Producción agropecuaria.
u Gestión y vinculación institucional.
u Regeneración del terreno.
u Análisis socioeconómicos, políticos y de gestión ambiental.
Bibliografía relevante
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Veracruz, México”. Biótica 2:3-54.
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Dirzo, R. 1991. “Rescate y restauración ecológica de la selva de Los Tuxtlas”. Ciencia y Desarrollo 17.
González, C. 1991. Regionalización climática de la Sierra de Santa Marta y el volcán San Martín
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INEGI. 1988. Atlas nacional del medio físico.
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Sousa, M. 1968. “Ecología de las leguminosas de Los Tuxtlas, Veracruz”. An. Inst. Biol. UNAM, 39,
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enero de 1996
Reserva Espacial de la Biosfera
El Ocote
Estado
Chiapas
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
Al noroeste del estado
Municipios de Ocozocuautla de Espinosa y Tecpatán.
Superficie
48,140 ha
Vías de comunicación
Carretera Panamericana (190) que atraviesa el municipio de Ocococuautla; éste cuenta con tres
carreteras de terracería que parten de la cabecera hacia Apic Pac, Alfonso Mogel y Guadalupe
Victoria.
Antecedentes legales
Fue decretada el 24 de mayo de 1972 por el Gobierno del estado como área natural y típica del estado
de Chiapas, tipo ecológico bosque lluvioso alto; posteriormente se ratifica este decreto y el 20 de
octubre de 1982 el presidente José López Portillo la decreta como zona de protección forestal y
fáunica.
A principios de la administración de Miguel de la Madrid, el manejo de la reserva pasó a manos de
la SEDUE que le asignó la categoría de reserva especial de la biosfera.
Antecedentes históricos
En la región se localizan diversos sitios arqueológicos, poco estudiados, en donde existen señales que
sugieren una ocupación continua desde 9,600-8,800 a.C. (IHN, 1993). Algunos sitios quedaron
inundados por la presa Netzahualcóyotl. Al parecer, el grupo olmeca-zoque fue el que dio origen a la
cultura zoque, grupo predominante en la región.
Durante la Colonia la región permaneció aislada. Los españoles y frailes se dedicaron a la cría del
ganado bovino y mular en amplias estancias, y al comercio de cochinilla, algodón y azúcar, dejando a
los indios la práctica de sus actividades tradicionales.
En años recientes, la construcción de carreteras y, especialmente, de la hidroeléctrica
Netzahualcóyotl (Malpaso), transformó los asentamientos humanos y el medio ambiente. El proceso de
transformación de los zoques y del medio se ha acelerado por la llegada
de tzotziles y tzeltales, provocada por la repartición de tierras; causando serios problemas de
adaptación, ya que los nuevos pobladores provienen de regiones templadas con características
diferentes a la región tropical a la que se están incorporando.
Tenencia de la tierra
La distribución de la tenencia es 60% del estado 34% ejidal y 6% privada. El 40.6% de la superficie
original del área está repartida para actividades agropecuarias.
Población
En la reserva hay alrededor de 3,600 habitantes. El 86% en la porción norte y el 14% en el sur. El
promedio es de 21.15 habitantes/ km2. No está considerada en estas cifras la población flotante que
de alguna manera tiene influencia en la zona.
Las comunidades cuentan con escasos servicios; existen pocas escuelas y clínicas rurales. Los
pobladores viven de la agricultura de subsistencia, los frutales, la ganadería, la extracción de madera y
el comercio de fauna. La porción norte cuenta con mejor acceso a servicios como terracería, agua
entubada, energía eléctrica, médicos, radiocomunicación y escuelas. En contraste, el sur carece de
servicios como el agua.
Infraestructura
Existe una estación de guardabosques, tres guardabosques, un director de preservación y un
programa comunitario a largo alcance. Está en construcción una cabaña al noroeste de la reserva.
Vegetación y flora
Conforme al estudio de Martínez et al. (1992) y al del Instituto de Historia Natural (1993), se han
identificado en la región los siguientes tipos principales de vegetación.
Selva alta perennifolia. Su localización está restringida al sur y sureste de la reserva, en áreas con
poca pendiente; presenta tres estratos arbóreos: menos de 15 m, de 15 a 25 m y de 25 a 30 m o más.
En las extensiones de selva alta que existen en la zona, se presentan árboles de más de 30 m que por
su volumen y calidad del fuste son especialmente vulnerables. Entre las especies registradas
destacan: caoba (Swietenia macrophylla), ramón (Brosimum alicastrum), chicozapote (Manilkara
achras), huesito (Zinowiewia sp.), tinco (Vatairea lundelii), alacrán (Zanthoxylum sp.), palo baqueta
(Ulmus mexicana), majagua (Belotia mexicana) y palma (Chamaedora tepejilote).
Selva alta perennifolia de pie de montaña. Este tipo de vegetación se encuentra ampliamente
distribuido; se ubica en los lomeríos y cañadas. El estrato superior es muy regular y el estrato rasante
presenta abundancia de palmas espinosas y bejucos; destacan Dendropanax arboreus, molinillo
(Quararibea funebris), cedrillo (Guarea glabra), chicozapote (Manilkara zapota), jobo (Spondias
mombin), alacrán (Zanthoxylum sp.) y palmas espinosas como tzin-tzun (Astrocaryum mexicanum).
Selva alta y mediana subperennifolia. Se expresa de modo abundante en la reserva, en las laderas
y en las partes altas de los lomeríos y serranías. El estrato inferior presenta gran cantidad de lianas,
plantas epífitas y bejucos. Especies notables: ramón (Brosimum alicastrum), huesito (Zinowiewia
intergerrima), alacrán (Zanthoxylum sp.), palo mulato (Bursera simaruba), ramón colorado (Trophis
racemosa), pimienta gorda (Pimenta dioica).
Selva alta y mediana subcaducifolia. Se encuentra sobre sustratos graníticos a la entrada del río
Negro; entre las especias más importantes podemos mencionar: Albizia plurijuga, Tabebuia rosea,
Ceiba pentandra, Enterolobium cyclocarpum, Salix bonplandiana, Ficus glabrata.
Selva mediana perennifolia ribereña Se encuentra a lo largo de ríos y está formada por las
siguientes especies: Vatairea lundellii, Cedrela odorata, Chlorophora tinctoria, Sideroxylum capiri, Hura
polyandra y Calicophyllum candidisimum.
Vegetación secundaria. Vegetación inducida en su mayor parte por las actividades agropecuarias,
con especies típicas como guarumbo (Cecropia peltata), majagua (Belotia mexicana), quebrancho
(Acacia pennatula) y pastizales.
Se calcula que existen en la reserva cerca de 2,000 especies de plantas y hongos (ECOSFERA-
PRONATURA,1991). Entre algunas de las especies de interés que se presentan en el área protegida
existen 25 especies maderables, de las cuales 12 son consideradas como maderas preciosas
tropicales como la caoba (Swietenia macrophylla) y el cedro tropical (Cedrela mexicana); 22 especies
de valor comestible localmente y 10 especies con valor comercial actual (por ejemplo el barbasco
[Dioscorea composita] y la vainilla [Vanilla planifolia]).
Taxa amenazados
Lycaste aromatica y Maxillaria tenuifolia (ECOSFERA-PRONATURA, 1991).
En peligro de extinción. Las cicadáceas (Ceratozamia sp.). Estas plantas han sido colocadas en una
grave situación por el tráfico ilegal al que han estado sujetas en todo su ámbito de distribución;
Euphorbia pseudofulva, 14 especies de orquídeas, Talauma mexicana y la palma real xiate
(Chamaedorea spp.). Es relevante que en El Ocote se ha verificado la presencia de Valeriana sp. ya
que al menos tres especies de este género se consideran ya extintas en México.
Taxa endémicos
El taxón endémico Encyclia hastata (Orchidaceae) también se considera raro.
Fauna
Se estima conservadoramente que la fauna de la reserva El Ocote sobrepasa las 500 especies de
vertebrados superiores y las 3,000 especies de artrópodos. En general, la riqueza de invertebrados de
la Selva del Ocote puede estar constituida por más de 5,000 especies. Destacan numerosas especies
de mariposas y escarabajos, entre las que se cuenta la mariposa Morpho peleides y Morpho luna, las
mariposas Calligo uvanus y Archoprepona spp., y el escarabajo Strategus jugurtha.
En cuanto a la avifauna, se han registrado 37 familias y se estima que aproxi-madamente la reserva
puede albergar más de 350 especies. Se ha verificado que al menos 38 especies de aves migratorias
de Norteamérica (región neártica) utilizan la reserva de El Ocote en sus rutas migratorias. La mayoría
de estas aves migratorias encuentran en El Ocote un refugio de invernación y permanecen en el sitio
de seis a nueve meses anualmente. Algunas de las especies de aves residentes son el zopilote rey
(Sarcoramphus papa), el hocofaisán (Crax rubra), la pava cojolita (Penelope purpurascens) también en
peligro de extinción; dos de las tres especies de tucanes existentes en México: Ramphastos sulfuratus
y Pteroglossus torquatus; el gavilán nevado (Leucopternis albicollis), el águila de penacho (Spizaetus
tyrannus), el águila pescadora (Pandion heliaetus) y cuatro especies de pericos, incluyendo a una de
las más traficadas en el mercado ilegal de animales tropicales: Aratinga cunicularis. Algunas de estas
aves en México se encuentran en una situación crítica o incluso en peligro de extinción. El Ocote es
actualmente la única área protegida que contiene poblaciones de chingucú (Hylorchirus sumichrasti).
En la Selva El Ocote se presentan aproximadamente 31 especies de anfibios, que corresponden al
34% de las especies de Chiapas.
De las 184 especies de mamíferos con presencia en el estado de Chiapas, un 66% (121) de las
especies se presentan potencialmente en el área de El Ocote. Entre las especies consideradas
amenazadas o en peligro de extinción está el mono aullador o sarahuato (Alouatta palliata), el mono
araña (Ateles geoffroyi) y el tapir (Tapirus bairdii).
Existen en la zona el jaguar (Panthera onca), el ocelote (Leopardus pardalis), el tigrillo (L. wiedii), la
nutria (Lutra longicaudis), y el pecarí de labios blancos (Tayassu pecari).
Taxa notables
Respecto a la herpetofauna presente en la reserva es importante la relativa abundancia de la lagartija
Lepidophyma lipetzi(R*), especie endémica de México y posiblemente restringida a la región de El
Ocote. Una especie relevante es la salamandra Bolitoglossa platydactyla(R*), ya que además de ser
una especie endémica de México, es preci-samente en la zona de El Ocote donde únicamente ha
podido ser registrada en el es
tado de Chiapas, pudiendo ser incluso una subespecie endémica del área.
Taxa amenazados
El cocodrilo de río (Crocodylus acutus)(R). Otra especie importante que se presenta en la reserva es la
serpiente Bothrops schlegelii, siendo el área de El Ocote uno de los últimos sitios donde se ha
registrado recientemente esta especie a nivel nacional.
Esta es una de las pocas regiones de México donde ha habido registros más o menos recientes del
águila arpía (Harpia harpyja)(P). Ésta es la única área natural protegida en la que se encuentra el
saltaparedes selvático cuevero (Hylorchilus sp.)(A*), un género de saltapared endémico de México
(Atkinson et al., 1993).
Raros. Ranas Smilisca cyanosticta, Anotheca spinosa y Agalychnis moreletii, que sólo han sido
registradas en muy pocas localidades del estado.
Amenazas
Los problemas que se presentan en la reserva están íntimamente vinculados con la invasión de
terrenos del área protegida por campesinos de escasos recursos que carecen de tierra. Esta situación
los obliga a realizar un uso poco planeado de los recursos naturales. Se enlistan algunos de los
problemas de la reserva:
u Falta de vigilancia.
u Asentamientos humanos irregulares dentro de la reserva.
u Bajo nivel de vida de la población.
u Desmontes con fines agrícolas y ganaderos.
u Cacería furtiva.
u Extracción de flora y fauna y tráfico con ellas.
u Construcción de caminos.
u Erosión del suelo.
A largo plazo:
u Crecimiento demográfico de la región y actividades relacionadas.
Observaciones
Se recomienda ampliar la superficie de la reserva al suroeste en donde aún quedan áreas de
vegetación primaria en buen estado de conservación; estas áreas constituirían un corredor que uniría
las selvas de El Ocote, Uxpanapa y Chimalapas, formando en conjunto una impresionante área
protegida denominada Selva Zoque, de gran importancia para México.
Se recomienda ampliar el área protegida al sur para incorporar una serie de tipos de vegetación
distintos, muy raros, que están también en buen estado de conservación, entre ellos: selvas bajas
caducifolias, encinares y sabanas.
Se propone zonificar la reserva de manera que las áreas conservadas queden en zonas núcleo y
las deterioradas alrededor de la reserva formen áreas de amortiguamiento (Hernández Yáñez, 1993;
IHN, 1993).
Acciones urgentes: Estudios biológicos básicos (flora y fauna). Vigilancia y protección. Deslinde y
amojonamiento del área. Educación ambiental a los habitantes. Coordinación interinstitucional.
Redelimitación, recategorización y zonificación de la reserva. Proyecto socioeconómico para
incorporar a la población en la protección de la reserva. Un estudio geográfico-económico de la
reserva que evalúe el uso de suelo. Señalización.
Estudios y proyectos
Proyectos de desarrollo:
Preparación de compostas para agricultura orgánica. Proyectos pilotos con palma shate, frijol, abono,
control biológico de broca. Huertos familiares. Pláticas de difusión. Eventos ambientales. Exposiciones
fotográficas en escuelas, trabajo con niños, saneamiento ambiental. Ecología vegetal, ecología animal,
monitoreos de fauna, recorridos aéreos, estudio de uso de suelo y vegetación.
Bibliografía relevante
Atkinson, P.W., M.J. Whittingham, H. Gómez de Silva G., A.M. Kent y R.T. Maier. 1993. “Notes on the
ecology, conservation and taxonomic status of Hylorchilus wrens”. Bird Conservation International 3:
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ECOSFERA-PRONATURA. 1991. Fundamentos técnicos para la modificación del trazo de la carretera
proyectada en la reserva El Ocote, Ocozocuautla, Chiapas-Sayula, Veracruz. ECOSFERA, San
Cristóbal las Casas, Chiapas.
Gómez-Pompa, A. y E. Ezcurra. (comps.). 1992. Evaluación ecológica rápida de los trazos alternativos
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SPP. 1981. Carta Geológica. Dirección General de Geografía del Territorio Nacional. SPP. Hoja
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Tamayo. 1990. Geografía moderna de México. Décima edición. Trillas. México. 400 pp.
Vásquez-Sánchez, M. A. 1988. La Selva El Ocote. Monografía y plan de manejo para su conservación.
INIREB. Xalapa, México.
enero de 1996
Reserva Especial de la Biosfera
Cascada de Agua Azul
Estado
Chiapas
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
Al norte del estado
Municipio de Tumbalá
Superficie
2,580 ha
Vías de comunicación
Acceso por la carretera Palenque-San Cristóbal de las Casas.
Antecedentes legales
El 29 de abril de 1980 fue decretada zona de protección forestal y refugio de la fauna silvestre por el
presidente José López Portillo.
A principios de la administración del presidente Miguel de la Madrid, el manejo de la reserva pasó a
manos de la SEDESOL que le asignó la categoría de reserva especial de la biosfera.
Antecedentes históricos
Cerca de este bellísimo lugar se encuentra el sitio arqueológico de Palenque, que junto con Copan,
Tikal y Calakmul, fue una de las capitales regionales mayas, alrededor del 600 a 800 d.C.
Tenencia de la tierra
Ejidal y propiedad privada, pero no se cuenta con información más explícita (INE, 1993).
Población
El grupo étnico es el de los choles, que habitan los municipios de Tila, Tumbalá, Sabanilla, Salto de
Agua y Palenque. No hay datos disponibles sobre el número de habitantes y sus condiciones
socioeconómicas.
Infraestructura
Existe un centro turístico particular con instalaciones de hospedaje, esparcimiento y administración.
Hay también una caseta de vigilancia, palapas para la venta de artesanías y comida, y señalización
improvisada por los habitantes.
Bosque tropical subcaducifolio. Comparte algunas de las especies con el bosque perennifolio
aunque tiene como especie dominante a Calocarpum mammosum.
Vegetación semiacuática. Típica de orillas de ríos y cuerpos de agua, se caracteriza por el zapote de
agua y algunas leguminosas como Lonchocarpus sp.
Palmar. Comunidades relativamente abiertas, dominadas por palmas y probablemente favorecidas por
la perturbación antropogénica.
Taxa raros
Aquí se incluyen algunas orquídeas como Encyclia sp. y Laelia bella.
Fauna
Los vertebrados de tamaño grande son los típicos de las selvas húmedas, tales como el jaguar
(Panthera onca)(P) y el tapir (Tapirus bairdii)(P), y aves como la guacamaya roja (Ara macao)(P) y el
tucán pico de canoa (Ramphastos sulfuratus)(A).
Aunque no existe información detallada, es probable que algunos de los mamíferos grandes se
encuentren en poblaciones reducidas.
Otros componentes notables de la fauna de mamíferos son el ratón tlacuache (Marmosa mexicana)
y numerosas especies de murciélagos como Artibeus toltecus, Carollia subrufa, Myotis elegans y M.
fortidens.
Esta reserva principalmente alberga especies de aves típicas de los bosques tropicales húmedos
de la vertiente del Golfo de México. Esto incluye especies consideradas en alguna categoría de riesgo,
por ejemplo el troglodita selvático (Henicorhina leucosticta)(R) y el tucán piquiverde (Ramphastos
sulfuratus)(A).
Amenazas
u La carga excesiva de turistas sin un programa de desarrollo bien planeado, sobre todo en las
cascadas y áreas adyacentes.
u Deforestación en las áreas adyacentes a las cascadas.
u Remoción ilegal de fauna.
Observaciones
Existe interés por parte de los habitantes en la conservación de la zona; hay vigilancia por parte de los
ejidatarios en la entrada de la reserva, donde se construyó una caseta de control de acceso vigilada
por personas del lugar.
Instituciones gubernamentales, científicas
y/o conservacionistas que trabajan en la zona
SEMARNAP delegación estatal (Chiapas), INI y la UNAM.
Estudios y proyectos
Catálogos de árboles forestales. Inventarios florísticos. Descripción de la vegetación. Relaciones
clima-vegetación.
Bibliografía relevante
Calzada, I. y E. Valdivia. 1979. “Introducción al estudio de la vegetación de la Selva Lacandona”.
Biótica. México. 4: 149-162.
INE. 1993. “Cascadas de Agua Azul, encuesta”. En A. Gómez-Pompa y R. Dirzo et al. (comps.).
Proyecto de evaluación de áreas naturales protegidas de México, SEDESOL, México.
INEGI. 1988. Integración territorial del estado de Chiapas, México.
Orellana, L. 1978. Relación clima-vegetación en la región lacandona de Chiapas. Tesis de licenciatura,
UNAM, México.
SEDUE. 1989. Información básica sobre las Áreas Naturales Protegidas de México, 21 pp.
SPP. 1983. Carta topográfica, Tumbalá E15-D33, escala 1:50,000, México.
Tamayo, L.J. 1990. Geografía moderna de México. Décima edición, Trillas, México, 400 pp.
enero de 1996
Reserva Especial de la Biosfera
Ría Celestún
Estados
Yucatán y Campeche
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
En la costa noroeste de la península de Yucatán, limita al norte con la reserva estatal El Palmar y al
sur con El Remate, en el estado de Campeche.
Municipios de Celestún y Maxcanú, Yucatán y Calkiní, Campeche.
Superficie
59,130 ha
Vías de comunicación
Carretera de Calkiní a Isla Arena; carretera de Mérida a Celestún.
Antecedentes legales
Decretada el 19 de julio de 1979 zona de refugio faunístico, por el presidente José López Portillo.
A principios de la administración de Miguel de la Madrid, el manejo de la reserva pasó a manos de
la SEDUE, que le asignó la categoría de reserva especial de la biosfera.
Antecedentes históricos
Su nombre en maya significa “espanto de piedra”. El pueblo de Celestún fue fundado en 1718 como un
lugar de abastecimiento de productos marinos, en lo que fue una provincia del grupo maya Ah-canul. A
partir de 1927 se dio una actividad económica importante por
la extracción de sal, que se enviaba a Veracruz y al extranjero; en 1937 el área se vio afectada por un
fuerte temporal que provocó la caída de esta actividad. Alrededor de 1980, cobró relevancia el turismo.
Tenencia de la tierra
El 70% de la superficie de la reserva es propiedad de la nación; 24.6% son ejidales; y 5.97% son
propiedades particulares. Se asignó también un fondo legal de 111.9 ha, en el que la mayor parte es
para uso habitacional y se desconoce cuál es el tipo de tenencia que prevalece.
Población
Aproximadamente 8,100 habitantes en toda la reserva. Se estima, para los poblados de Celestún
4,293 habitantes, Isla Arena 613 habitantes; Xixín, Real de Salinas, San Joaquín y El Remate tienen
menos de 100 habitantes cada una.
La principal actividad económica es la pesca, que en 1990 absorbió 62% de la población
económicamente activa.
Infraestructura
El INE no cuenta con infraestructura propia; las instalaciones, una construcción con dos cuartos, un
baño y un patio pequeño que ocupa el personal, son patrocinadas por PRONATURA-Yucatán.
Actualmente se está construyendo un edificio propio para la reserva, en donde se concentrarán áreas
administrativas y de dormitorios (INE, 1993).
Existe una estación de DUMAC en la reserva y un muelle para las operaciones de las embarcaciones
que prestan el servicio de paseos por la ría para la observación de la fauna (Nava, 1994).
Vegetación y flora
La vegetación es en extremo compleja y diferente a la del litoral del Golfo de México. Existe una
mezcla de especies halófitas, de vegetación subacuática y de bosque tropical caducifolio, con la
influencia de la flora antillana y de la península de Florida. Batllori (s.f.) destaca los siguientes tipos de
vegetación:
Duna costera. Se han registrado 105 de las 226 especies registradas para este tipo de vegetación en
el litoral yucateco. Se han diferenciado dos grandes comunidades de vegetación en esta zona: las
pioneras y las de matorral; las pioneras se establecen en la zona de duna móvil, en la parte más
cercana al mar y contienen especies herbáceas y arbustivas de poca altura, tolerantes a la salinidad,
al movimiento de arena y a las mareas altas. Las de matorral se establecen en la zona de dunas
internas y fijas; contienen especies menos tolerantes y dominan arbustos o árboles muy ramificados
rodeados de claros de vegetación con gramíneas. Las especies más sobresalientes de esta
comunidad en general son: Sesuvium portulacastrum, Suaeda linearis, Echites yucatanensis,
Coccothrinax readii, Matelea yucatanensis, Exostema caribaeum y Spermacoce confusa.
Manglar. En la reserva se han diferenciado varios tipos de manglar: manglares de franja marina y de
franja lagunar; manglar de salitrales, de cuenca alta, de ciénaga baja y manglares de petén. Entre el
80 y 90 % de la reserva está conformada por este tipo de vegetación, con especies como: Avicennia
germinans (mangle negro), Laguncularia racemosa (mangle blanco), Conocarpus erectus (botoncillo),
Rhizophora mangle (mangle rojo), y otras especies que cohabitan con los mangles como: Salicornia
bigelovi, Batis maritima, Sesuvium portulacastrum y Sporolobus virginicus.
Petenes. Al sur de la reserva, los árboles de los petenes alcanzan la altura de una selva mediana y
presentan varios estratos. Las especies más sobresalientes de esta comunidad son: Manilkara zapota,
Bursera simaruba, Malvaviscus arboreus y Ficus tecolutlensis.
Tulares y pastizales. Los tulares son comunidades de agua dulce. La especie dominante es Typha
domingensis, pero existen otras como Eleocharis cellulosa y Cladium jamaicensis.
Selva baja caducifolia. La vegetación es arbórea y densa, con alturas que oscilan entre 8 y 12 m. Las
trepadoras y epífitas son realmente escasas y sólo se presentan en áreas de mucha humedad
atmosférica como son las zonas alrededor de los cenotes. Especies representativas: Thevetia ovata,
Ceiba aesculifolia, Guaiacum sanctum y Lemaireocereus griseus. Éste es el tipo de vegetación más
afectado por las actividades agropecuarias y desafortunadamente es el ecosistema con menor
superficie en la reserva.
Vegetación subacuática. Está constituida principalmente por Chara fibrosa y Bathophora oerstedi en
la porción norte. En la porción centro y sur las especies que sobresalen son Diplantera (Halodule)
wrightii, Syringodium filiforme y el alga Chaetomorpha linum, las cuales se encuentran en las
márgenes de la laguna formando densas alfombras (Herrera-Silveira, 1988). Cerca de la boca y en
aguas litorales el pasto dominante es Thallasia testudinum (Contreras, 1993).
Selvas bajas inundables. Este tipo de vegetación se encuentra en el extremo oriente, en una
estrecha franja entre el manglar, los pantanos y las selvas bajas. Las plantas representativas son el
pucté (Bucida buceras), el nance (Byrsonima crassifolia), el zapote (Achras zapota) y el palo de tinte
(Haematoxylum campechianum).
Taxa notables
Matelea yucatanensis, Exostema caribaeum y Spermacoce confusa. Son especies de duna costera
que se encuentran solamente en Celestún. Palmas: chi’it (Thrinax radiata)(A), palma nakax
(Coccothrinax readii)(A*), Sabal gretheridae(R*) y palma kuka (Pseudophoenix sargentii)(A).
Agaváceas: Beaucarnea pliabilis(A*) (considerada en amenaza a nivel regional). Boraginácea: siricote
(Cordia dodecandra).
Fauna
Se conocen 107 especies de peces, 33 de mamíferos, 77 de aves, cinco de reptiles y 104 de
malacofauna.
Mastofauna. Habitan el área el mono araña (Ateles geoffroyi), el tigrillo (Leopardus wiedii), el ocelote
(L. pardalis) y el jaguar (Panthera onca).
Avifauna. Esta reserva protege una zona de anidación importante del flamenco rosado
(Phoenicopterus ruber roseus) y alberga varias especies endémicas o casi endémicas, tales como la
matraca yucateca (Campylorhynchus yucatanicus) y el colibrí tijereta (Doricha eliza); de distribución
restringida como la codorniz cotuí yucateca (Colinus nigrogularis) y la paloma (Zenaida aurita), la
garza blanca (Casmerodius albus), garza rosada (Nycticorax violaceus), el cormorán (Phalacrocorax
olivaceus), el pelícano café (Pelecanus occidentalis) y la cigüeña americana (Mycteria americana).
Herpetofauna. En la reserva existen sitios de anidación para las siguientes especies de tortugas: la
carey (Eretmochelys imbricata), la caguama (Caretta caretta) y la tortuga blanca (Chelonia mydas);
además de otros reptiles, como: el cocodrilo negro (Crocodylus moreleti), la boa (Boa constrictor),
Pseudemys scripta, Chrysemys picta belli, Kinosternon subrubrus.
Ictiofauna. Entre otras especies: Fundulus grandissimus, Garmanella pulcra, Cyprinodon variegatus
artifrons, Mendia cole, Poecila velifera.
Taxa notables
El mono araña (Ateles geoffroyi)(P), el tigrillo (Leopardus wiedii)(P), el ocelote (L. pardalis)(P), el
jaguar (Panthera onca)(P), el flamenco (Phoenicopterus ruber)(A), la boa (Boa constrictor)(A), el
cocodrilo amarillo (Crocodylus acutus)(R), el cocodrilo negro (C. moreleti)(R), el pavo ocelado
(Agriocharis ocellata), el loro yucateco (Amazona xantholora)(A), la garza rojiza (Egretta rufescens)(A),
el zopilote cabeza amarilla (Cathartes burrovianus)(A), la cigüeña coco o Gaytán (Mycteria
americana)(A) (INE, 1993), el halcón peregrino (Falco peregrinus)(A), el tucán grande (Ramphastos
sulfuratus)(A) (Nava, 1991), la golondrina marina menor (Sterna antillarum)(P), el ralón cuellirufo
(Aramides axillaris)(R), la calandria turpial (Icterus gularis), el loro cariamarillo (Amazona autumnalis) y
el loro frentiblanca (A. albifrons).
También destacan los moluscos terrestres de la Isla de Barrera: Polygyra cereolus carpentereana,
Drymaeus multilineatus, D. cucullus, Limulus polyphemus(P).
Amenazas
u Contaminación de las aguas superficiales y del manto freático, porque muy pocas casas cuentan con
fosa séptica o sumidero.
u Los caminos y diques bloquean el flujo de agua causando la muerte de grandes extensiones de
manglares, eutroficación y azolve del estero.
u Saqueo de huevos de tortuga y plantas, principalmente de palmas para la comercialización (Nava,
1993).
u Pastoreo y cacería furtiva.
u La zona presenta un azolvamiento en la parte norte del estero provocado por el puente que cruza el
río y que no permite un adecuado flujo de las masas de agua; esto afecta a la población de flamenco
rosado, puesto que es un área de alimentación del mismo.
u La zona suroeste el manglar se está secando en forma acelerada por la construcción de caminos
que van desde el límite sur hasta el poblado de Punta Arenas y otro que va desde el mismo límite sur a
un sitio denominado El Remate. Estos caminos encajonaron una amplia zona, impidiendo con ello el
intercambio de agua marina y dulce. Aquí el manglar tampoco recibe los aportes necesarios de agua
para su desarrollo (INE, 1993).
Observaciones
Está considerado como humedal prioritario por el North American Wetlands Conservation Council.
Al definir el polígono de la reserva se encontró que el decreto deja al margen las islas que protegen
el estero de Yaltón; por lo tanto es necesario llevar a cabo un proyecto de deslinde y amojonamiento
para que queden definidos los límites del área tanto analítica como topográficamente.
Estudios y proyectos
Nava (1993) reporta los siguientes estudios de investigación básica:
Evaluación ecológica rápida (Delegación de SEMARNAP en Yucatán y PRONATURA-Península de
Yucatán). Sistema de monitoreo ambiental y banco de datos de biodiversidad para los humedales
costeros en el estado de Yucatán; (CINVESTAV y PRONATURA-Península
de Yucatán). Evaluación del uso del chinchorro (red de arrastre playero) en la pesca de sardina en las
playas de Celestún (Centro Regional de Investigaciones Pesqueras de Yucalpetén, Yuc.).
Proyectos de desarrollo:
Capacitación a los lancheros para el desarrollo del ecoturismo (PRONATURA-Península de Yucatán).
Construcción de un centro de visitantes en el cenote de la zona de El Remate, municipio de Calkiní,
Campeche. Identificación del uso ecológico de los recursos naturales (PRONATURA-Península de
Yucatán) Uso de traspatio para la propagación de flora ornamental de la duna costera para fines
comerciales (PRONATURA-Península de Yucatán).
De educación ambiental:
Alcance comunitario y educación ambiental (PRONATURA-Península de Yucatán). Capacitación de una
asociación civil de la comunidad (Grupo Ecologista de Celestún [GECE] y PRONATURA-Península de
Yucatán). Educación ambiental (GECE). Intercambio de jóvenes ambientalistas entre representantes de
Teen Adventure Program Portland, Celestún y Mérida (TNC, GECE y PRONATURA-Península de
Yucatán).
De manejo y protección:
Programa de Protección de la Tortuga Marina (SEMARNAP Yucatán). Programa operativo anual
(SEMARNAP Yucatán, con apoyo de PRONATURA-Península de Yucatán). Programa de Ordenamiento
Ecológico (SEMARNAP Campeche). Desazolve del canal de El Remate; municipio de Calkiní,
Campeche.
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enero de 1996
Reserva Especial de la Biosfera
Ría Lagartos
Estado
Yucatán
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
En la costa norte de Yucatán
Municipios de San Felipe, Río Lagartos, Tizimín
Superficie
56,999 ha
El decreto menciona que el área de la reserva abarca una superficie de 47,840 ha; sin embargo, el
polígono trazado en el mapa topográfico, basado en las coordenadas geográficas corregidas del
decreto, tiene una superficie de 56,999 ha (INE, 1993).
Vías de comunicación
La reserva se encuentra a 270 km de la ciudad de Mérida y a 50 de Tizimín; el acceso a la zona es por
la carretera federal 176 Mérida-Tizimín; si se viene de Cancún, por la carretera federal 180; estas vías
son transitables todo el año. Además hay carreteras pavimentadas que comunican a San Felipe, Ría
Lagartos y El Cuyo, y caminos de terracería transitables todo el año que entroncan con los poblados
de Las Coloradas y El Cuyo, y también por vía marítima hasta los puertos de San Felipe y Ría
Lagartos, que cuentan con instalaciones básicas para embarcaciones de cabotaje.
Antecedentes legales
El 26 de junio de 1979 fue decretada zona de refugio faunístico por el presidente José López Portillo.
El 29 de agosto de 1986 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el reconocimiento
internacional a Ría Lagartos por parte de la convención de Ramsar según los criterios adoptados en la
reunión de Cagliari en 1980.
A principios de la administración de Miguel de la Madrid, el manejo de la reserva pasó a manos de
la SEDUE que le asignó la categoría de reserva especial de la biosfera.
Antecedentes históricos
El territorio donde se asienta la reserva perteneció al cacicazgo de Ecab durante la época
prehispánica, en lo que fue la provincia del Chikinchel, una de las más pobladas y ricas de la zona
pues tenía el control de las salinas del estero de Ría Lagartos; sugieren lo anterior las ruinas de un
complejo portuario maya en Isla Cerritos (INE, 1993).
Este sitio era un puerto de Chichén Itzá que mantenía el intercambio de mercancías con el centro
de México, Guatemala y otros puntos de Centroamérica. Probablemente su localización estratégica en
la boca del estero le permitió controlar el comercio en esta vía náutica que incluía la sal de la región de
Emal-Las Coloradas, una de las mayores productoras de sal de Mesoamérica (INE, 1993). En el área
de la reserva se han localizado 18 sitios arqueológicos; tres de éstos son concheros establecidos en la
margen sur del estero. Estos concheros, como el resto de los sitios, no han sido estudiados a fondo.
Tenencia de la tierra
Se presentan seis tipos de propiedad: a) propiedad privada 7,510 ha; b) terrenos nacionales 16,837; c)
dotación ejidal 338; d) zona federal marítimo-terrestre 480; e) zona federal concesionada para la
producción de sal 9,070, y f) áreas urbanizadas 105. Hasta la fecha no se ha hecho la solicitud de
expropiación de los terrenos pertenecientes a la reserva (INE, 1994; Valdez-Casillas, 1993).
Población
La población dentro de los límites de la reserva es de 4,616 personas aproximadamente (Valdez-
Casillas, 1993).
La pesca ribereña es la actividad económica más importante, pues proporciona ingresos a 1,000
familias aproximadamente. De acuerdo con el INE (1993), el volumen de captura obtenido en la reserva
en 1984 fue de 3,231 ton, del cual el consumo interno estimado fue del 35%. Actualmente el volumen
de captura alcanza 4,500 ton anuales (INE, 1993). Las especies comerciales objeto de captura son:
mero, pulpo, langosta, huachinango, tiburón, camarón, mojarra, chac-chi, carito, jurel, robalo, corvina y
caracol.
En las comunidades asentadas dentro de la reserva, la distribución de las labores entre la población
económicamente activa es como sigue:
San Felipe está considerada entre las principales poblaciones portuarias del estado; el sector
primario (agropecuario, extractivo y pesquero) ocupa el 67.4% de la población; el sector secundario
(albañilería, panadería y costura) el 3.4%, y el sector terciario (comercio y servicios) el 22.81%.
En Ría Lagartos el 63.8% de la población se ocupa en actividades del sector primario, el 11.1% al
sector secundario (manufactura, producción industrial de sal) y el 20.7% al sector terciario.
Respecto de Las Coloradas, el 64.8% se dedica a la producción industrial de sal y sólo 21.5%
labora en el sector primario, que es básicamente pesquero.
La actividad primordial de El Cuyo es la pesca artesanal; ésta es la comunidad con menor
porcentaje de población económicamente activa: sólo el 23.44% (Valdez-Casillas, 1993).
La explotación de sal en Las Coloradas actualmente ocupa más de 2,000 ha de la reserva (INE,
1993). A fines de los setenta, la salinera ocupó el primer lu-
gar nacional como productora de sal refinada para mesa de alto grado de calidad, con una producción
del 70% del total anual consumido en México. En 1988, el huracán Gilberto causó graves daños a la
infraestructura de la planta; disminuyó su capacidad de producción.
Vegetación y flora
De acuerdo con Rzedowski (1983), la reserva pertenece a la provincia florística península de Yucatán,
región caribeña del reino neotropical; la flora de esta región es de influencia antillana y de la península
de Florida (Rzedowski, 1983; Espejel, 1984).
La fisiografía del área de la reserva permite la existencia de varios tipos de hábitat caracterizados
por su proximidad al mar, a la laguna o a tierra firme; con base en esta característica, la vegetación se
agrupa de la siguiente manera: vegetación sumergida, duna costera, manglar, selva baja caducifolia,
tular-carrizal-pastizal y petenes (INE, 1993; Valdez-Casillas, 1993; INE, 1994).
Dunas costeras. Integradas por plantas xerófitas tropicales, pequeñas palmas y suculentas grandes.
Las especies características son: sisal (Agave sisalana), bab-ki (Agave angustifolia), uva de mar
(Coccoloba uvifera), nakax (Coccothrinax readii), palma chit (Thrinax radiata), kuká (Pseudophoenix
sargentii), nopal (Opuntia dillenii), cactus (Cereus pentagonus) y sikil-ha’xiu (Lantana involucrata).
Manglares. Esta vegetación es abundante y presenta una zonificación específica desde sitios más
húmedos dominados por mangle rojo (Rhizophora mangle) y mangle blanco (Laguncularia racemosa),
hasta menos húmedos con el mangle negro (Avicennia germinans) y el mangle botoncillo (Conocarpus
erectus). La distribución del manglar en el estero está segmentada por agrupaciones de tular-pastizal-
carrizal, de selva baja caducifolia inundable, vegetación de duna costera y petenes. Estas variaciones
promueven el incremento de la diversidad de plantas y animales.
Selva baja caducifolia. Presenta dos tipos de comunidades, la primera dominada por Pseudophoenix
sargentii y la segunda por cactáceas candelabriformes (Cephalocereus gaumeri, Lemaireocereus
griseus, Pterocereus gaumeri y Nopalea gaumeri). La selva baja caducifolia con P. sargentii se
distribuye al occidente de la reserva, desde Puerto Juárez (Quintana Roo) hasta la parte sur de El
Cuyo. Esta asociación sufre diversas presiones por las actividades humanas como los incendios
producto de la tumba, roza y quema. La asociación con cactáceas candelabriformes se desarrolla de
El Cuyo hasta la altura de Sisal, donde también abundan las leguminosas espinosas.
Petenes. Los petenes ocupan las planicies inundables de las marismas y su forma varía de redonda a
oval. En ellos crecen árboles de altura considerable y característicos de la selva mediana
subperennifolia; entre ellos figuran especies de los géneros Metopium, Ficus, Plumeria, Manilkara,
Thrinax y Sabal y hacia los extremos se encuentra Haematoxylon campechianum, además de
Acoelorrhaphae wrigthii y Conocarpus erectus. En general, los petenes se ubican al sureste de la
reserva, desde la parte oriental del estero hasta el manglar de El Caracol en Quintana Roo.
Taxa notables
Las especies Cephalocereus gaumeri, Mammillaria gaumeri(R*), Nopalea gaumeri, Enriquebeltrania
crenatifolia, Eragrostis yucatana, Coccothrinax readii(A*), Pseudophoenix sargentii(A*) y Acacia
gaumeri son definidas por Espejel (1984) como endémicas de la península de Yucatán.
Taxa amenazados
Una orquídea (Rhyncholaelia digbyana), las palmas nakax (Coccothrinax readii)(A*), chit (Thrinax
radiata)(A) y kuká (Pseudophoenix sargentii)(A*).
Fauna
La fauna terrestre se encuentra íntimamente ligada con la vegetación primaria y secundaria. La
cantidad de microambientes conformados permite una enorme diversidad faunística. De las 391
especies de vertebrados de la reserva, 142 son endémicas de Mesoamérica, de las cuales 15 son
endémicas de México y una de Yucatán (INE, 1994).
Mastofauna. Las especies de mamíferos incluyen: el jaguar (Panthera onca), el ocelote (Leopardus
pardalis), el tigrillo (L. wiedii), el jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi) y el tejón (Nasua nasua). El
hábitat de estos animales corresponde a la selva baja y mediana caducifolia, la cual se ha reducido del
24% de su superficie original a un 5% en la actualidad.
Ictiofauna. La ictiofauna reviste importancia por su valor comercial con especies como el bagre (Arius
melanopus), la posta (Archosargus rhomboidalis), la mojarra prieta (Cichlasoma urophtalmus), el
armado (Orthopristis crysoptera), la lisa (Mugil sp.) y el robalo (Centropomus ronchus) (INE, 1994).
Taxa notables
El flamenco rosado (Phoenicopterus ruber)(A), la gran garza blanca (Casmerodius albus), el cormorán
(Phalacrocorax olivaceus), el pelícano café (Pelecanus occidentalis), diversas especies de patos y
gaviotas, el venado cola blanca (Odocoileus virginianus) y el temazate, la garza gris, el chupaflor
(Doricha eliza)(R*), el cocodrilo prieto (Crocodylus moreleti)(R), el cocodrilo amarillo (C. acutus)(R), el
tejón (Nasua nasua), el cardenal (Cardinalis cardinalis), el yuyum (Icterus gularis), el jaguar (Panthera
onca)(P), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), el tigrillo (L. weidii)(P), el jaguarundi (Herpailurus
yagouaroundi )(A), la tijereta, la grullita (Aramus guarauna)(A), el pijijí cantor (Charadrius melodus)(A),
el loro (Amazona xantholora)(A) y peces de los cenotes (p. ej., Ophisternon infernale)(P*) (INE, 1993).
Taxa amenazados
El jaguar (Panthera onca)(P), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), el tigrillo (L. wiedii)(P), el jaguarundi
(Herpailurus yagouaroundi)(A), el chupaflor (Doricha eliza)(R*), el chovac (Anhinga anhinga), el kuká
(Ixobrycus exilis), el flamenco (Phoenicopterus ruber)(A), la grullita (Aramus guarauna)(A), el pijijí
cantor (Charadrius melodus)(A), el loro (Amazona xantholora)(A), el panch’el (Pteroglossus
torquatus)(R), la iguana rayada (Ctenosaura similis)(A), la garza rojiza (Egretta rufescens)(A) (INE,
1993; Valdez-Casillas, 1993), el mono araña (Ateles geoffroyi)(P), el saraguato negro (Alouatta
pigra)(P), el gaytán (Mycteria americana)(A), el jabirú (Jabiru mycteria)(P), el halcón peregrino (Falco
peregrinus)(A) y el tucán real (Ramphastos sulfuratus)(A) (Valdez-Casillas, 1993), el tejón (Nasua
nasua), el cocodrilo prieto (Crocodylus moreleti)(R), el cocodrilo amarillo (C. acutus)(R), la tortuga
carey (Eretmochelys imbricata)(P), la caguama (Caretta caretta)(P), la tortuga verde (Chelonia
mydas)(P), la tortuga laúd (Dermochelys coriacea)(P), el cardenal (Cardinalis cardinalis) y el yuyum
(Icterus gularis) (INE, 1994; Valdez-Casillas, 1993).
Amenazas
A corto plazo:
u Pastoreo de ganado, que se ha ido extendiendo aun después del decreto del área como refugio, y
ocupa una superficie aproximada de 7,000 ha en el sur de la reserva, donde ha sustituido las
comunidades selváticas originales por pastizales.
u Las mayores modificaciones al paisaje de la reserva derivan de la industria salinera. Constantemente
se utilizan arena de las dunas y troncos de palmas; también se talan los manglares para obtener
combustible para calentar las calderas; las bombas que abastecen con líquido a las charcas salineras
no tienen protección y bombean toneladas de materia orgánica a los evaporadores, reduciendo la
productividad del estero. La construcción de evaporadores ha reducido las áreas de crianza de varias
especies de peces y los sitios de anidación de aves, que contribuyen a la fertilización de las aguas y
por lo tanto a la productividad del estero.
u Las mayores perturbaciones al ambiente parecen derivar del sistema de caminos, bordos y diques
construidos sobre las ciénagas que hacen que el agua fluya fuera de los estuarios (INE, 1993). Se
calcula que la actividad salinera ha destruido unas 3,000 ha de manglar (CINVESTAV, 1990).
u Cacería furtiva: se desconoce su intensidad y el total de las especies que afecta (INE, 1993).
u La basura y la ausencia de drenaje en los poblados interiores ocasionan inundaciones en tiempo de
lluvias y problemas de contaminación fecal en el subsuelo y directamente en las lagunas (INE, 1993).
u Envenenamiento del flamenco y posiblemente de otras aves a causa de la ingestión de perdigones
de plomo utilizados en la cacería de patos y la muerte de flamencos por impacto del cableado eléctrico
(Batllori et al., 1990).
u El crecimiento de las manchas urbanas de San Felipe y Ría Lagartos ejercen presión sobre zonas
inundables propiciando el relleno de éstas y la destrucción de zonas de manglar (Valdez-Casillas,
1993).
A mediano plazo:
u Crecimiento de las pozas de evaporación y cristalización, de la industria salinera.
u La inmigración, que afecta en forma significativa el crecimiento poblacional de las comunidades en la
reserva, especialmente Ría Lagartos y San Felipe.
u Modificación de los flujos de agua dentro de la ría.
u Crecimiento desordenado de actividades turísticas.
Observaciones
Los límites geográficos de la reserva no han sido objeto de un deslinde de campo ni del consecuente
amojonamiento.
Se propone establecer una biorregión de conservación biológica y ecológica integrada por esta
reserva junto con las áreas protegidas Corredor de Dzilam, Yum Balam y El Edén. Será necesario
hacer un plan de ordenamiento ecológico conservacionista para esta biorregión. CINVESTAV podría ser
la organización más apropiada junto con la Universidad Autónoma de Yucatán y la Estación de
Investigación La Sabana para llevar a cabo este estudio. Otras acciones necesarias son: poner
señalamientos sobre el cableado eléctrico para que sea visualizado por las aves; darle apoyo al
programa de organización comunitaria para el mejoramiento ambiental; evitar el saqueo de plantas
para ornato o construcción y la caza furtiva; definición de límites en los métodos y crecimiento de la
industria salinera; y fijar los lineamientos para el turismo (INE, 1993).
La Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, Especialmente como Hábitat
de Aves Acuáticas, también conocida como la Convención sobre Humedales o la Convención de
Ramsar (por la ciudad de Irán donde fue adoptada en 1971), es un tratado intergubernamental que
constituye el marco para la cooperación internacional en materia de conservación de los hábitats de
humedal. Entró en vigor en 1975 y México se adhirió a la Convención en 1986, al designar a Ría
Lagartos.
También está considerada como Humedal Prioritario por el North American Wetlands Conservation
Council.
Estudios y proyectos
De investigación básica:
Estudio de la hidrodinámica en la ría (CINVESTAV-Mérida). Deslinde y amojonamiento (SEMARNAP-
Yucatán, CINVESTAV-Mérida y UADY). Inventario y monitoreo de la vegetación (CICY, UADY). Estudios
ornitológicos de la reserva: (UADY, PRONATURA-Península de Yucatán).
Proyectos de desarrollo:
Establecimiento de invernaderos para plantas de ornato (CICY, ISYSA, UADY). Programa de organización
comunitaria para el mejoramiento ambiental (PRONATURA-Península de Yucatán, CINVESTAV-Mérida,
SEMARNAP-Yucatán).
Educación ambiental:
Señalización (SEMARNAP-Yucatán: PRONATURA-Península de Yucatán). Programa de educación
ambiental (SEMARNAP-Yucatán, PRONATURA-Península de Yucatán).
Manejo y protección:
Programa de Manejo de la Reserva Especial de la Biosfera Ría Lagartos (SEMARNAP-Yucatán,
CINVESTAV-Mérida, CICY, UADY, PRONATURA-Península de Yucatán y comunidades locales). Programa
de restauración de vegetación (CICY, CINVESTAV). Programa de monitoreo de erosión de terrenos
agrícolas en uso y abandonados (SEMARNAP-Yucatán, SARH y Unión de Ganaderos).
Bibliografía relevante
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enero de 1996
Reserva Espacial de la Biosfera
Isla Contoy
Estado
Quintana Roo
Categoría
Reserva Especial de la Biosfera
Localización
Se encuentra en el extremo poniente del canal de Yucatán, precisamente en el límite del Golfo de
México y el mar Caribe, constituyendo el elemento más septentrional del sistema insular del Caribe en
México y punto terminal del sistema arrecifal que bordea la costa oriental de la península de Yucatán
(INE, 1994).
Municipio de Isla Mujeres
Superficie
176 ha
Vías de comunicación
Turísticamente se llega a la isla por medio de embarcaciones que parten desde Cancún, Isla Mujeres y
Puerto Juárez, Quintana Roo.
Antecedentes legales
El 8 de febrero de 1961 fue decretada zona de reserva natural y refugio de la fauna por el presidente
Adolfo López Mateos.
A principios de la administración del presidente Miguel de la Madrid, el manejo de la reserva pasó a
manos de la SEDUE que le asignó la categoría de reserva especial de la biosfera.
En 1984 se estableció un reglamento que limita la estancia de los pescadores en la isla al periodo
de la “corrida de la langosta”; sin embargo, el incumplimiento de ese regla-mento llevó a un
enfrentamiento entre las autoridades y los pescadores.
El 29 de octubre de 1986 se decretó la playa de la isla como zona de reserva para la protección de
tortugas marinas.
Antecedentes históricos
Con base en el hallazgo de concheros, conchas y caracoles trabajados y cerámica, se ha calculado
una ocupación anterior a 300-200 a.C., antes de que se consolidara la cultura maya.
Formó parte de la ruta naviera prehispánica, que unía Laguna de Términos con las islas del Caribe
y que llegó a cubrir toda la costa de la Península de Yucatán; y que permitió el florecimiento de puertos
tan importantes como Tulum en el Postclásico maya.
Durante la Colonia, las aguas circundantes de la isla fueron escenario de batallas navales entre
galeones y barcos piratas y de naufragios.
Las primeras noticias que se tienen de la isla provienen de una visita de John L. Stephens en 1892,
quien destacó la presencia de aves marinas; otras fuentes relatan que a mediados del siglo pasado, la
isla estaba habitada temporalmente por campamentos de tortugueros. Dicha actividad se mantuvo por
largo tiempo, e incluso hace poco menos de 20 años todavía representaba una actividad importante.
En la época del general Porfirio Díaz se construyó el faro de Contoy. Desde entonces ya la isla era
llamada La Isla de los Pájaros, y se le reconocía la importancia como un sitio especial de
concentración de aves. En abril de 1901 los naturalistas E.W. Nelson y E.A.Goldman permanecieron
brevemente en la isla haciendo observaciones sobre las aves; en ese entonces los residentes les
informaron sobre la desaparición de un sitio de anidación del bobo cariazul, como consecuencia de la
construcción del faro; desde esa fecha no se tienen registros de que esa especie haya anidado
nuevamente en la isla.
Existen relatos verbales de viejos pescadores de Isla Mujeres sobre el uso de recursos de la isla.
Se sabe que antes de los años setenta cuando Isla Contoy era visitada por pescadores, éstos
aprovechaban la ocasión para la recolección de huevos de fragata, que utilizaban para la elaboración
de pan, o bien se capturaban cormoranes jóvenes como sustituto de gallinas.
Isla Contoy fue objeto de atención de los conservacionistas mexicanos poco tiempo después de
1950.
Tenencia de la tierra
Propiedad federal en su totalidad
Población
La isla no tiene una población estable; sin embargo tiene acceso a ella el personal asignado por las
dependencias del Gobierno federal: dos fareros de la SCT, cuatro vigilantes de SEMARNAP y 10 marinos
de la SEDEMAR. El personal realiza turnos rotatorios de 15 días de estancia por 15 de descanso.
También llegan turistas, prestadores de servicios y los pescadores langosteros, que establecen
campamentos temporales entre diciembre y febrero.
Dado que no existen pobladores establecidos en la isla, las actividades económicas que se realizan
en ella provienen de los habitantes de las localidades circundantes (Isla Mujeres, Cancún y Holbox).
En 1992 la isla tenía una afluencia turística estimada en un promedio de 1,300 visitantes por mes,
siendo agosto el clímax de actividad.
Infraestructura
Cerca de la punta norte existe un pequeño cuartel que utilizan los marinos. Entre las playas de Cocos
y El Faro se encuentran siete chozas para los pescadores, y un pozo de agua dulce; en la Playa de
Cocos están construidas 24 cabañas para pescadores y cuatro pozos de agua salobre. En la Playa de
Tortugas se ubican las instalaciones de la SEMARNAP que comparte con el personal de la SEDEMAR.
Vegetación y flora
La isla presenta pocas alteraciones en su cubierta vegetal aunque ha permanecido abierta para la
pernocta de pescadores y el ecoturismo. La vegetación conserva sus características y las variaciones
del paisaje natural, aunque son perceptibles algunas plantas introducidas como el cocotero (INE,
1994).
Los tipos de vegetación de la isla de acuerdo con Cabrera (INE, 1994) se distribuyen a manera de
bandas de amplitud muy variable que corresponden a los diferentes tipos de sustrato. Las bandas van
de norte a sur. Se han detectado dos tipos de vegetación principales divididos a su vez en doce
comunidades.
Vegetación halófila o de duna costera. Es el tipo dominante y de acuerdo con las variaciones
microtopográficas se establecen distintas combinaciones de especies.
Vegetación pionera. Constituida por especies distribuidas muy cerca de la línea costera, de hábitos
herbáceos y rastreros, y de altura entre 40 y 50 cm. Algunas especies representativas de esta
comunidad son: Ambrosia hispida, Cenchrus sp., Phyla nodiflora, Sesuvium portulacastrum. Algunas
de las áreas representativas de esta comunidad se localizan en la punta sur y en las playas arenosas
del norte de la isla.
Vegetación de halófilas costeras. Esta comunidad se establece en la porción alejada del mar y
cubre la mayor extensión de la costa oriental en suelos arenosos muy profundos. Hacia el norte de la
isla se presenta sobre un lomo costero de entre 2 y 5 m de altura, casi plano. Las especies que
comprenden este tipo de vegetación son: Canavalia rosea, Coccoloba uvifera, Hymenocallis sp.,
Suriana maritima, Conocarpus erectus, Fimbristylis spadicea, Sesuvium portulacastrum, Sporolobus
virginicus, Bumelia americana, Cordia sebestena, Acanthocereus pentagonus y Opuntia stricta.
Palmar con cocotero (Cocos nucifera). Esta comunidad antropógena tiene un área de distribución
restringida. La población “natural” más representativa se encuentra hacia la punta sur de la isla. La
comunidad presenta tres estratos: arbóreo, arbustivo y herbáceo; las especies que destacan son:
Cocos nucifera, Coccoloba uvifera, Conocarpus erectus, Cordia sebestena, Ageratum littorale,
Cenchrus echinatus y Eustachys petraea.
Matorral costero con sustrato rocoso. Se presenta en la línea de costa sobre un cantil costero cuya
altura varía entre 0.5 y 3.5 m, y comprende casi en su totalidad la porción costera occidental de la isla,
con excepción de las lagunas interiores y las playas arenosas del norte y el centro de la isla. Se
establece sobre la roca madre, con gran número de especies tolerantes a condiciones extremas en
cuanto a intensidad luminosa, sustrato y salinidad. Las especies más características son: Borrichia
frutescens, Caesalpinia vesicaria, Coccoloba uvifera, Conocarpus erectus, Cordia sebestena, Thrinax
radiata y Tournefortia sp.
Matorral costero con Gymnopodium floribundum y Opuntia stricta. Esta asociación se presenta
hacia la porción norte de la isla en las inmediaciones del faro, donde la topografía es plana y elevada
hasta los 4-5 m s.n.m. y el sustrato rocoso. Las especies más relevantes son las plantas espinosas
Acanthocereus pentagonus y Opuntia stricta, lo que hace difícil el acceso; las especies acompañantes
son: Cyperus planifolius, Pithecellobium keyense y Agave sisalana (henequén) que ha sido introducida
y ha prosperado bien en la isla.
Matorral costero con Coccoloba uvifera y Cordia sebestena. Esta asociación se encuentra hacia la
porción centro-sur de la isla en donde la topografía ha favorecido el establecimiento de una comunidad
arbustiva dominada por la uva de mar y el siricote de playa. Se establece sobre sustrato arenoso, de
grano fino, profundo, que se eleva hasta alcanzar de 10 a 15 m; presenta cierta protección al impacto
de los fuertes vientos favoreciendo la estabilidad y el establecimiento de las especies.
Matorral costero con elementos de selva baja. Distribuido en la porción oriental de la Laguna de
Puerto Viejo, la comunidad se desarrolla sobre un tipo rocoso-arenoso de grano grueso y con cantidad
regular de materia orgánica acumulada. Las especies características son: Bumelia americana, Opuntia
stricta, Pisonia aculeata y Pithecellobium dulce, además de otras especies características de la selva
baja de las islas cercanas: Capparis incana, Guaiacum sanctum y Trixis inula.
Manglar. Distribuido hacia la porción occidental de la isla. Las asociaciones más representativas son
las siguientes:
Manglar de franja con Rhizophora mangle. Distribuido en una franja sobre zonas permanentemente
inundadas por agua de mar, de 5 a 10 m de ancho.
Manglar con Avicennia germinans y Rhizophora mangle. Este tipo de manglar presenta un área de
distribución muy restringida, concentrándose en los dos mogotes de la entrada de la Laguna de Puerto
Viejo y en el islote que existe dentro de ésta. Se desarrolla sobre sustrato rocoso, bañado por el agua
de mar y donde los individuos alcanzan muy poca talla.
Manglar de Avicennia germinans y Conocarpus erectus. Al igual que la asociación anterior, este tipo
presenta un área de distribución restringida hacia el sur de la isla. Se desarrolla sobre un sustrato
arenoso-fangoso, profundo e inundable durante la época de lluvias; es una comunidad bastante densa
y se aprecian los estratos arbóreo y herbáceo. Las especies importantes son: Avicennia germinans,
Conocarpus erectus, Spartina spartinae.
Manglar mixto. Es una compleja comunidad que combina cuatro tipos de mangle: Avicennia
germinans, Conocarpus erectus, Laguncularia racemosa y Rhizophora mangle. Los suelos son
arenoso-fangosos y permanentemente inundados por agua de mar.
Manglar con Avicennia germinans. Es el principal tipo de manglar distribuido a través de toda la isla,
su mayor extensión se localiza en los alrededores de la Pajarera Central, la Pajarera Norte y la Laguna
Muerta. Se presenta sobre suelos profundos, limosos e inundados periódica o permanentemente.
Por su limitado acceso, los estudios sobre la flora y la vegetación de Isla Contoy son escasos. Existen
dos listados florísticos (véase Souza y Cabrera, 1983). La flora de la isla está constituida
fundamentalmente de angiospermas.
Fauna
Se han observado algunos murciélagos. Respecto a las aves, durante la expedición realizada en 1993
por personal de Amigos de Sian Ka’an se encontró un total de 96 especies y tres subespecies
registradas para la isla. Esta isla es un sitio de anidación de gran relevancia de aves marinas y
palustres, y contiene la colonia más importante de pelícano gris (Pelecanus occidentalis) en la costa
este de México. La isla provee también sitios de anidación para el halcón peregrino (Falco
peregrinus)(A) que ha estado regresando en los últimos años. Durante el verano otras especies visitan
la isla con el propósito de buscar refugio o reproducirse, tales como el bobo vientre blanco (Sula
leucogaster). Además se puede encontrar al cormorán, la fragata magnífica (Fregata
magnificens) y la garza gigante (Ardea herodias)(R) entre otras. Respecto de los reptiles, se han
registrado 14 especies.
Existen otros organismos que son predominantemente acuáticos, pero que acuden a la isla para
reproducirse y alimentarse; entre éstos tenemos a las tortugas marinas y a los cocodrilos, que se
presentan de manera ocasional.
Taxa notables
La tortuga blanca (Chelonia mydas)(P), la tortuga de carey (Eretmochelys imbricata)(P), la tortuga
caguama (Caretta caretta)(P) y la garza (Egretta rufescens)(A), que es la garza más rara de
Norteamérica (Paul, 1991) y altamente vulnerable al desarrollo de sistemas costeros. El lagarto
(Crocodylus acutus)(R) se presenta en densidades de población aparentemente bajas.
Las comunidades marinas de la isla pueden ser atractivas para su investigación por ser un ecotono
entre distintas provincias bióticas. Respecto de éstas, se han registrado un total de 41 especies de
macroalgas, dos de pastos marinos, 17 de corales, 14 de gorgonáceos, 23 de esponjas y 11 de otros
organismos que incluyen equinodermos, anémonas, zoántidos y moluscos.
Amenazas
u La pesquería de langosta con red que causa la muerte de cormoranes por ahogamiento.
u Turismo no controlado, principalmente de gente que proviene de Isla Mujeres y Cancún en
embarcaciones particulares.
u Saqueo de nidos de tortuga.
u Incremento de la basura inorgánica.
u Establecimiento de un campamento temporal de pescadores erigido desde 1989.
u Introducción de fauna exótica, principalmente perros.
Observaciones
Podría integrarse el programa de manejo de esta área con un plan maestro de ordenación para el
norte de Quintana Roo y noreste de Yucatán que incluya la nueva Reserva de Yum Balam, El Edén y
Ría Lagartos.
Sería recomendable hacer observaciones, monitoreo y muestreos de colonias importantes de
reproducción de aves, para evaluar el uso que hacen de la isla las aves migratorias.
Es necesario determinar la importancia de la Laguna Chacmachuc en el continente, como área de
alimentación de la espátula Ajaia ajaja y de algunas especies de garzas, así como determinar las
áreas de alimentación utilizadas tierra adentro.
Dada la importancia pesquera del área, es necesario llevar a cabo un estudio sobre la capacidad de
este recurso en la zona y de su uso responsable y sostenible.
Estudios y proyectos
El plan de manejo que lleva a cabo la SEMARNAP incluye varios puntos como son: promoción de la
investigación; impulso a programas de educación ambiental, inspección y vigilancia, e interpretación,
aprovechando las instalaciones del área de visitantes; garantizar la integridad del área mediante la
división en zonas núcleo, de amortigua-miento, de uso público y de uso limitado, entre otras.
Existe también una propuesta para el autofinanciamiento de la reserva con un patronato que
maneje los recursos a través de servicios turísticos a los visitantes.
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Monumento Natural
Cerro de la Silla
Estado
Nuevo León
Categoría
Monumento Natural
Localización
Al sureste de la ciudad de Monterrey
Municipios de Guadalupe y Monterrey
Superficie
6,045 ha
Vías de comunicación
Existen algunos caminos de terracería que conducen a las faldas del cerro, así como una brecha que
conduce hasta la cima, en donde se encuentran las instalaciones de un canal de televisión.
Antecedentes legales
El 26 de abril de 1991 fue decretado monumento natural por el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Antecedentes históricos
No existen datos de los monumentos histórico-culturales; el tipo de evidencias culturales en el área
consiste principalmente de pinturas rupestres.
Antiguamente había algunos grupos a los cuales se les llamaba “rayados”, quienes se
caracterizaban por traer rayas pintadas o tatuadas como distinción; vestiduras de piel entrelazadas
que se llevaban sobre el hombro; cuando alguien moría tenían por costumbre arrancarse el cabello.
A estos indígenas los españoles les llamaron “chichimecas”; al avanzar hacia el norte de lo que es
el actual estado de Nuevo León, los españoles se fueron encontrando con otros grupos indígenas, a
los cuales tuvieron que darles otros nombres, ya que no era suficiente con “chichimecas”.
Algunos de estos nombres fueron: “pintos”, a los que les pintaban el rostro y el cuerpo con rayas
anchas y separadas; “rayados” a aquellos en que siendo rayas anchas, no lo eran tanto como en los
“pintos”; “borrados” a los que se pintaban o tatuaban el rostro y el cuerpo con rayas menudas;
“aculibrados” los de rayas en zig-zag; “blancos” o “blanquillos” a los que no se pintaban, etc. Estos
grupos tenían sus propias lenguas, como la guachichil, alzapa o quinigua.
Tenencia de la tierra
Propiedad nacional, propiedad privada y terrenos baldíos
Población
Habitan el Cerro de la Silla alrededor de 530 personas
Vegetación y flora
Los tipos de vegetación existentes en el área son:
Matorrales xerófilos. Es el tipo de vegetación que predomina en el área; está constituido por arbustos
que alcanzan de cuatro a seis metros de altura. Las especies características son: chaparro prieto
(Acacia rigidula), anacahuite (Cordia boissieri), huizache (Acacia farnesiana), nopales (Opuntia spp.).
A mayor altitud son más frecuentes las siguientes especies: tenaza (Pithecellobium pallens), tepeguaje
(Leucaena pulverulenta), barreta (Helietta parvifolia), hierba del potro (Caesalpinia mexicana), guajillo
(Leucaena leucocephala). En las partes más altas se encuentran Quercus fusiformis, y Q. canbyi.
Pastizal. Las especies características son: Stipa mucronata, Aristida purpusiana, Bouteloua
bromelioides, B. hirsuta, y B. filiformis.
En las partes altas se presentan algunos pinos como Pinus pseudostrobus y P. teocote.
Fauna
Está integrada por elementos de diferente afinidad biogeográfica. Es posible encontrar ejemplares de
armadillo (Dasypus novemcintus), pájaro carpintero (Melanerpes spp. y Picoides scalaris), cardenal
(Cardinalis cardinalis), conejo (Sylvilagus floridanus), zorra (Urocyon cinereoargenteus), cacomixtle
(Bassariscus sumuchrasti), zorrillo (Spilogale putorius), puma (Felis concolor), tlacuache (Didelphis
virginiana) y coyote (Canis latrans). Es posible que existan ejemplares de oso negro (Ursus
americanus) y jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi).
Esta región posee avifauna típica del matorral xerófilo y encinar del altiplano mexicano, incluyendo
especies amenazadas como el aguililla cola roja (Buteo jamaicensis), el aguililla rojinegra (Parabuteo
unicinctus), el halcón pálido (Falco mexicanus), la lechuza de madriguera (Athene cunicularia), una
especie en peligro de extinción, el águila real (Aquila chrysaetos) y el reyezuelo (Regulus calendula).
Amenazas
A corto plazo:
u La invasión de las faldas del monumento por asentamientos irregulares y contam-inación por basura
y desechos domésticos.
A mediano plazo:
u Agotamiento de los recursos forestales, descenso del nivel freático y escorrentía, deterioro de la
vegetación y fauna por su uso intensivo.
Observaciones
Existe interés en algunos sectores de la sociedad regiomontana por la protección de este monumento
que identifica a la ciudad de Monterrey. Los residentes en el interior del área protegida están
conscientes de la necesidad de proteger los recursos; sin embargo existen fuertes presiones de
fraccionadores y habitantes irregulares por colonizar este sitio.
Organizaciones como el Patronato Pro-conservación Cerro de La Silla, A.C. fueron las que lograron
que se decretara esta zona como área protegida.
Por su cercanía constituye un buen sitio de recreo para los habitantes de la ciudad de Monterrey.
Si se maneja adecuadamente, puede significar una fuente de ingresos para los pobladores de bajos
recursos del área y para financiar su protección.
Se recomienda elaborar un plan de manejo de la zona que contemple tanto fines conservacionistas
como de recreación; modificar las autorizaciones de desarrollo urbano para que no se siga invadiendo
el área del monumento; regularizar los asentamientos humanos; dar vigilancia permanente; construir
instalaciones para uso turístico; zonificar y señalar el área dividiéndola en zonas de uso turístico y de
protección de flora y fauna; hacer una evaluación del estado de los recursos naturales (Contreras,
1993).
Estudios y proyectos
Por parte de la UANL se han desarrollado algunos estudios generales preliminares sobre fauna, flora,
ictiofauna y anfibios en el área protegida. En 1991 el patronato Cerro de La Silla, A.C. presentó un
programa de manejo.
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Monumento Natural
Bonampak
Estado
Chiapas
Categoría
Monumento Natural
Localización
Al este del estado, cerca del río Lacanjá y de la laguna Lacanjá-Chanzayab, muy cerca de la frontera
con Guatemala.
Municipio de Ocosingo
Superficie
4,357 ha
Vías de comunicación
La más importante es por avioneta desde Palenque, Las Margaritas u Ocosingo; o por carretera de
San Javier a Lacanjá y luego a pie.
Antecedentes legales
El 21 de agosto de 1992 fue decretada como monumento natural, por el presidente Carlos Salinas de
Gortari.
Antecedentes históricos
El área de Bonampak es una notable muestra de la antigua cultura maya. La zona arqueológica de
Bonampak fue descubierta, junto con las ruinas de Lacanjá, durante la expedición de Giles Healey y
Carlos Frey en 1946 (Ekholm, 1992).
Durante el periodo Clásico temprano (250-600 d.C.), en el territorio maya, en especial en la parte
central, se inició la elaboración de monumentos esculpidos con textos jeroglíficos. Los monumentos
celebran los linajes y los rangos políticos, las fechas de nacimiento, ascensos al poder, casamientos,
participación en ritos, conquistas, etc., de los reyes de varios territorios; cada uno con un gran centro
regional representado en los textos por un "glifo emblema". Tikal, en El Petén, era la ciudad dominante
desde el 396 a.C.; más tarde, desde 495 d.C., Bonampak y Altar de Sacrificios tenían dinastías que
reinaban en sus áreas políticas al este de Montes Azules; cerca de 100 años después (593 d.C.),
Piedras Negras, Yaxchilán, Lacanjá y Toniná, esta última al oeste de Montes Azules, establecieron sus
dinastías y derechos de territorio (Mathews, 1985). El número de estas entidades políticas con sus
centros primarios crecía con el desarrollo en todas las tierras bajas mayas.
El control territorial de Bonampak y Yaxchilán continuó hasta el periodo conocido como Clásico
tardío (ca. 600-800 d.C.), cuando otros centros mayas, como Tikal (con 500,000 habitantes),
alcanzaban sus mayores dimensiones. Durante este periodo también se asentaron otros centros
cercanos a Bonampak como son Canancax (Blom y Duby, 1957), Laguna Chan (Blom y Duby, 1957),
El Cedro, Dorantes y Moguel (Blom y Duby, 1957), estos últimos con montículos revestidos de piedra
(Ekholm, 1992).
Del periodo Clásico datan sus esculturas y fabulosos murales: las ceremonias de investidura de un
niño heredero al trono, la batalla con un centro cercano para la captura de víctimas sacrificiales, el
autosacrificio de la familia real, además de la relación política del gobernante de Bonampak y su
esposa principal de Yaxchilán (Miller, 1986).
Al finalizar el periodo Clásico (alrededor de 800-1000 d.C. o Clásico terminal), la sociedad maya de
las tierras bajas centrales empezó a desintegrarse por razones aún no entendidas. Una nueva élite de
la zona del Golfo de México se estableció en Altar de Sacrificios y en Seibal. En otras partes, las fallas
por parte de los gobernantes en no responder a problemas sociales internos, como la sobrepoblación,
los desastres naturales y la suspensión del intercambio con otras áreas dada la dominación del
Usumacinta por extranjeros; así como la simple creencia maya de que el ciclo de civilización de esta
región había llegado a un predestinado fin, podrían ser causas contribuyentes del llamado colapso
maya. Grandes centros de la región fueron abandonados; a veces con violencia, y las poblaciones se
hicieron más pequeñas (Ekholm, 1992).
La zona arqueológica se ubica a la vera del río Lacanjá, afluente del Jatate-Lacantún, asentada en
las estribaciones de la sierra. Debe su nombre al arqueólogo Sylvanus Morley, quien impresionado por
las pinturas que allí se conservan lo bautizó como Bonampak que en maya significa muros pintados.
Debido a la inclinación del terreno, los mayas construyeron terrazas y grandes escalinatas de
acceso a los diferentes niveles y llenaron la parte más baja conformando una amplia superficie que
constituye la plaza más importante; alrededor de ella edificaron palacios de estilo arquitectónico
Usumacinta, que es el mismo que predomina en las zonas arqueológicas de Palenque y Yaxchilán.
Aunque sólo el núcleo central ha sido explorado, el centro ceremonial se encuentra conformado por
tres grandes conjuntos arquitectónicos. Hacia el sur, limitado por una loma en la que hay una serie de
terrazas artificiales, donde se levantan ocho edificios, destaca la estructura de las pinturas.
Los templos imitan la forma de una choza maya: están rematados por cresterías y edificados sobre
plataformas y basamentos; los cuartos son de reducidas dimensiones y tienen techos de bóveda falsa.
Tanto interior como exteriormente las paredes están recubiertas de piedra cortada de manera regular,
los frisos adornados con figuras y ornamentos de estuco modelado y los dinteles grabados con bellos
relieves. Asociados a los conjuntos arquitectónicos se encuentran estelas, tableros y altares,
elementos que tienen una gran significación en el contexto cultural maya.
El templo más famoso es el conocido como "de las pinturas"; es un pequeño edificio de tres cuartos
cuyas entradas ostentan dinteles de piedra labrada. Su importancia se debe a que los muros y
bóvedas de las cámaras están completamente cubiertos por pinturas de brillante policromía, cuyas
escenas constituyen verdaderos registros históricos que nos informan sobre costumbres,
indumentaria, características físicas, organización social, política y religiosa del mundo maya. En el
primer cuarto se ve el Halach-uinic, o gran señor, sentado en un rico trono que preside la ceremonia
en la cual se da a conocer al heredero; a su alrededor están personajes de alcurnia, balames y
sacerdotes, todos lujosamente ataviados. Hay servidores que ayudan a sus amos, así como una
banda de músicos con todos sus instrumentos y un grupo de actores disfrazados que ejecutan una
danza. Adorna la bóveda del techo una banda decorada con ocho grandes mascarones de Chaac,
dios de la lluvia.
La segunda cámara ilustra una feroz batalla. En tres de los muros se observa a los guerreros,
armados con yelmos fantásticos, grandes escudos y lanzas emplumadas, en lucha contra un pueblo
enemigo representado por individuos vestidos con sencillez o desnudos; en la cuarta pared aparece la
escena de la victoria final, donde los vencedores alardean sobre las víctimas, cuya actitud de
postración no deja duda sobre su destino. La decoración del friso superior se compone de figuras
humanas y glifos de animales. Estos murales permiten comprobar que, contra lo que muchos
pensaban, los mayas fueron también un pueblo belicoso y muchas de sus conquistas las lograron por
medio de las armas.
El tema del tercer cuarto, es un gran festival en el que un grupo de bailarines ataviados con
enormes tocados de largas plumas ejecutan una danza alrededor de un personaje sacrificado. Al igual
que la primera cámara, el friso del techo está adornado por mascarones del dios Chaac.
Cabe destacar que tanto en el primero como en el tercer cuarto hay representaciones de figuras
femeninas que testimonian el papel preponderante de la mujer en la organización política y religiosa de
los mayas. Una capa de carbonato de calcio cubrió por mucho tiempo las pinturas del templo
conservándolas en buen estado. Gracias a esta protección los bellísimos frescos han podido llegar
hasta nosotros permitiéndonos establecer que la ciudad floreció alrededor del año 800 d.C.
Tenencia de la tierra
en el área protegida y en la zona de influencia
Propiedad ejidal y comunal. La zona arqueológica es propiedad de la nación.
Infraestructura
En la zona arqueológica, el Instituto Nacional de Antropología e Historia construyó un albergue. Los
lacandones tienen instalaciones sencillas para recibir visitantes como parte de un proyecto de
ecoturismo.
Vegetación y flora
Predomina la selva alta perennifolia. Una descripción más amplia de la vegetación de la región se
encuentra en la Reserva de Montes Azules.
Taxa notables
Theobroma cacao subsp. cacao forma lacandonense.
Fauna
Esta área natural protegida comparte la mayoría de sus especies con Montes Azules, y junto con
Lacantún y Chan-Kin, conecta a Montes Azules con la selva tropical húmeda del Petén en Guatemala
y Calakmul en Campeche, ofreciendo potencialmente un área grande para las especies que requieren
de grandes extensiones de bosque tropical, tales como el zopilote rey (Sarcoramphus papa)(P), el
águila arpía (Harpia harpyja)(P), el águila ventriblanca (Spizastur melanoleucus)(P), el águila tirana
(Spizaetustyrannus)(A), el águila elegante (Spizaetus ornatus)(P*), el halcón pechicanelo (Falco
deiroleucus)(A) y la guacamaya roja (Ara macao)(P). Al igual que en el caso de las aves, en general, la
fauna de vertebrados de este monumento es similar a la descrita paraMontes Azules.
Bibliografía relevante
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Blom, F. y G. Duby. 1957. La selva lacandona, II parte: Andanzas arqueológicas. Editorial Cultura,
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enero de 1996
Monumento Natural
Yaxchilán
Estado
Chiapas
Categoría
Monumento Natural
Localización
Al este del estado colindando con Guatemala, en una omega del río Usumacinta.
Municipio de Ocosingo
Superficie
2,621 ha
Vías de comunicación
Al ubicarse a la orilla del río Usumacinta, su acceso natural es la vía fluvial, aunque también se puede
llegar por vía aérea desde Palenque, Las Margaritas u Ocosingo.
Antecedentes legales
El 24 de agosto de 1992 fue decretada monumento natural por el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Antecedentes históricos
Yaxchilán se ubica dentro de las denominadas tierras bajas centrales mayas; en esta región surgió la
civilización maya durante el periodo Preclásico medio. Durante este periodo, el gran centro olmeca de
La Venta, en Tabasco, estaba en su apogeo; fuertes influencias olmecas incidían en la parte oeste de
Chiapas manifestadas artística y simbólicamente. Esta influencia también se sentía por toda el área
maya hasta Costa Rica.
Durante el periodo Clásico, la zona maya se dividió en territorios gobernados por centros primarios
y de sus ahauob uno de los más importantes fue el de Yaxchilán, que junto con Bonampak dominaban
en la frontera este, aunque el primero se consolidó cien años después que Bonampak, y el dominio de
ambos perduró hasta el periodo Clásico tardío.
Al final del periodo Clásico (800-1000 d.C.) la sociedad maya de la región de las tierras bajas
centrales empezó a desintegrarse y muchos de sus asentamientos humanos, entre ellos Yaxchilán,
fueron abandonados (Ekholm, 1992).
La zona arqueológica se ubica en la Selva Lacandona a las orillas de un meandro del río
Usumacinta, que sirve de frontera entre México y Guatemala. Se le conoció con el nombre de Menché
Tinamit, que en maya significa “piedras verdes”. La ciudad se construyó tomando en cuenta los
accidentes del terreno que determinaron la distribución de los edificios. Sus pobladores rellenaron las
terrazas naturales y usaron las colinas cercanas como basamentos piramidales, sobre los cuales
edificaron sus conjuntos arquitectónicos (Martínez, 1994).
Entre los edificios más significativos se encuentran: el templo de los cuatro dinteles esculpidos, el
templo rojo, el palacio de las siete cámaras, el laberinto, la casa de Hachakyum y la escalera
jeroglífica, que presenta escenas asociadas a la ceremonia del juego de pelota. Las exploraciones
arqueológicas indican que la ciudad se construyó entre los años 200 y 900 de nuestra era, y se sabe
que alcanzó su apogeo entre los años 514 y 807, fechas que se han descifrado de los amplios textos
jeroglíficos. Hacia el año 725 la ciudad fue gobernada por el señor Escudo-Jaguar, quien tuvo tres
esposas, y que por medio de alianzas matrimoniales y guerras de conquista emprendió una expansión
territorial que se consolidó entre los años 752 y 770, bajo el mando del siguiente príncipe, llamado
Pájaro-Jaguar. En esta época se construyó la mayoría de los edificios hoy visibles.
Hasta fechas recientes los lacandones solían hacer peregrinaciones religiosas a la ciudad de
Yaxchilán y el culto a los ancestros continúa siendo de gran importancia.
Tenencia de la tierra
La propiedad es ejidal y comunal; la zona arqueológica es propiedad de la Nación.
Infraestructura
Existen las instalaciones del INAH que mantiene un campamento para antropólogos y arqueólogos, un
campamento para los guardias y sus familias y una pista de aterrizaje para avionetas.
Vegetación y flora
Yaxchilán se ubica en la provincia florística de la costa del Golfo de México. Los principales tipos de
vegetación que se identifican en este monumento son: selva alta perennifolia y vegetación ribereña.
Selva alta perennifolia. La selva alta perennifolia se distribuye en las partes más abruptas y de
drenaje deficiente. Las especies características son: Terminalia amazonia (canshán), Lonchocarpus
sp. (palo de aro), Schyzolobium parahybum (guanacaxtle), Swietenia macrophylla (caoba), Cedrela
odorata (cedro), Brosimum alicastrum (ramón), Dialium guianense, Manilkara zapota, Guatteria
anomala, Vatairea lundelli, Pseudolmedia oxyphyllaria, Quararibea funebris, Bernoullia flammea,
Sterculia apetala, Cupania sp., Alchornea latifolia y Cymbopetalum pendulilorum.
Vegetación ribereña. Se distribuye a la orilla del río Usumacinta, en suelos planos y profundos. Las
especies dominantes que marcan las distintas agrupaciones del bosque son: Ficus glabrata, Salix
chilensis, Inga spp., Lonchocarpus spp., Pithecellobium arboreum, Licania platypus y Bravaisia
integerrima.
Fauna
Por ser un área aledaña a Montes Azules comparte su misma riqueza faunística. Dada su cercanía a
Guatemala, muchas especies de mamíferos mexicanos sólo están representadas en el territorio
nacional por sus poblaciones en la zona lacandona.
Amenazas
u Presión demográfica de nuevos asentamientos aledaños a la zona, para apertura al uso
agropecuario.
u Saqueo de piezas arqueológicas.
u Turismo incontrolado.
u Caza y colecta de flora y fauna no regulada.
Observaciones
Es necesario atender una serie de aspectos que permitan la conservación del área, como establecer
un programa activo de vigilancia y protección del monumento.
Dada su ubicación estratégica en la zona arqueológica, se recomienda hacer un estudio muy
detallado de la vegetación, la flora y la fauna que pueda servir para fines educativos y de
conservación.
Estudios y proyectos
Investigaciones arqueológicas.
Bibliografía relevante
Ekholm, S.M. 1992. “Aspectos arqueológicos de la Reserva de la Biosfera Montes Azules”. En:
Vásquez-Sánchez, M.A. y M.A. Ramos (eds.). Reserva de la Biosfera Montes Azules, Selva
Lacandona: Investigación para su conservación. Publ. Esp. ECOSFERA, 1:253-265.
INEGI. 1980. Carta de uso del suelo y vegetación, Las Margaritas, Chiapas. México. E15-12 D15-3,
escala 1:250,000.
––. 1982. Carta topográfica, INEGI, SPP. México, escala 1:250,000. Carta Las Margaritas, Chiapas.
México. E15-12 D15-3.
Garza, T. de González y W. Tommasi de Magrelli. 1987. Arqueología. Atlas Cultural de México. SEP-
INAH-Editorial Planeta. México, 187 pp.
Martínez, A. 1994. Coordinación Nacional de Arqueología, INAH. Manuscrito.
Morley, S. G. 1975. La civilización maya. Fondo de Cultura Económica. México. 518 pp.
Miranda, F. 1952. La vegetación de Chiapas. Primera parte. Ediciones del Gobierno del Estado. Tuxtla
Gutiérrez, Chis. México, 334 pp.
SAG. 1976. SFF, Proyecto: Zona protectora forestal de la cuenca del alto Usumacinta, Chiapas, Méx.
Dirección General de Protección y Repoblación Forestal, Departamento de Parques Nacionales.
SEDUE. 1983. Sistema nacional de áreas naturales protegidas, México. SEDUE, Subsecretaría de
Ecología, Dirección General de Parques, Reservas y Áreas Ecológicas Protegidas, 24 pp.
Sotelo, L. 1992. Yaxchilán. Gobierno del Estado de Chiapas. 190 pp.
Vásquez-Sánchez, M.A. y M. Ramos Olmos (comps.). 1992. Reserva de la Biosfera Montes Azules,
Selva Lacandona: investigación para su conservación. Pub. Esp. ECOSFERA, núm. 1, 436 pp.
enero de 1996
Parque Marino Nacional
Sistema Arrecifal Veracruzano
Estado
Veracruz
Categoría
Parque Marino Nacional
Localización
El Sistema Arrecifal Veracruzano está formado por 17 arrecifes de los cuales 11 se localizan frente a
Antón Lizardo y el resto enfrente del Puerto de Veracruz. Enlaza al noroeste con el Sistema Arrecifal
Veracruzano Norte, situado enfrente de la Laguna de Tamiahua y al este con el Sistema Arrecifal de
Campeche y Yucatán (Gutiérrez et al., 1993).
Municipios de Veracruz, Boca del Río y Alvarado.
Superficie
52,238 ha
Vías de comunicación
El acceso a la zona de influencia del área protegida es viable, ya que la comunicación al Puerto de
Veracruz está bien desarrollada.
Antecedentes legales
Los primeros intentos de protección del Sistema Arrecifal Veracruzano se dieron en 1975, al
considerar al arrecife La Blanquilla como zona de refugio para la protección de flora y fauna marina.
Los arrecifes Anegada de Afuera, Isla de En Medio, Rizo, Punta Antón Lizardo e Isla Verde fueron
propuestos también como zonas de protección por instancias como CONAPAN, SAHOP y particulares.
El 24 de agosto de 1992, por iniciativa de la SEDESOL, SEPESCA, SEDEMAR y SCT, se decretó como
parque marino nacional por el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Antecedentes históricos
Desde la época prehispánica los habitantes de la región de Veracruz utilizaban la Isla de Sacrificios
para efectuar adoraciones y ceremonias. Se han encontrado numerosos vestigios arqueológicos que
incluyen entierros y restos de basamentos piramidales de templos totonacas. En la época colonial la
isla fue conocida por las actividades de reparación de embarcaciones y preparación de ataques.
Durante la Guerra de los Pasteles, en 1836, sirvió de punto de partida de los ataques de la marina
francesa; los oficiales franceses muertos en esta guerra están enterrados en el monumento conocido
como El Polvorín. Fue ocupada por los norteamericanos durante las dos invasiones que emprendieron
sobre territorio nacional.
El Sistema Arrecifal Veracruzano fue citado por primera vez hace un siglo por Heilprin (1891).
Alexander von Humboldt en su ensayo político sobre la Nueva España, describe que los habitantes
porteños de Veracruz utilizaban en la construcción de sus casas la piedra mucar de origen
madrepórico. Joubin (1912, en Emery 1963) publicó un mapa de arrecifes coralinos del Golfo
basándose en Heilprin, pero no fue sino hasta hace unos 30 años cuando se reanudaron las
investigaciones con el trabajo de Emery (1963), quien estudió la geología, la topografía y los
sedimentos del área (Vargas-Hernández et al., 1993).
Población
Aunque obviamente no hay población establecida en el parque mismo, la población de los municipios
de Veracruz, Boca del Río y Alvarado, así como los turistas y otros visitantes que incursionan en la
zona, es la que interactúa directamente con el parque marino. No existe información específica sobre
esta población flotante.
Infraestructura
La infraestructura disponible corresponde a las instalaciones de la Secretaría de Marina en el Puerto
de Veracruz.
Vegetación y flora
Ésta se puede dividir en terrestre, compuesta por diversas especies de pastos, arbustos y unas
cuantas especies arbóreas como la casuarina y las palmas; y la vegetación acuática, compuesta por
pastos marinos como Thalassia testudina y una enorme variedad de especies de algas.
La flora del sistema presenta 28 especies; la mayor severidad ambiental que afecta al Golfo de
México limita la presencia de algunas especies por lo que la diversidad vegetal es relativamente pobre.
En la Isla Verde se conocen 26 especies de plantas (Lot-Helgueras, 1971) incluyendo las especies
estabilizadoras de la arena Pandanus sp. y Randia laetevirens, así como Tournefortia gnaphalodes y
Agave angustifolia; en el borde más extremo se encuentra Euphorbia buxifolia y Sesuvium
portulacastrum. En la superficie del islote La Blanquilla se han identificado Tournefortia gnaphalodes,
Sesuvium portulacastrum, Ipomoea stolonifera e I. litoralis.
La parte superior del arrecife Isla de En Medio tiene una laguna de aguas someras en la que se
presentan Thalassia testudinum, Syringodium filiforme y Halodule wrightii; la vegetación de la isla
incluye Sesuvium portulacastrum y algunas plantas introducidas.
Fauna
Una de las características más importantes de esta área es el desarrollo de varias especies de corales
pétreos los cuales, a su vez, permiten el establecimiento de moluscos como las almejas, caracoles y
babosas; gusanos poliquetos y anélidos, entre otros; equinodermos como estrellas de mar, erizos y
galletas de mar. Además existe un sinnúmero de peces y de crustáceos como camarones y langostas.
Taxa amenazados
Acropora palmata (Pr), A. cervicornis(Pr) y Plexaura homomalla(Pr).
Amenazas
Aunque el sistema arrrecifal es un ambiente en constante cambio por causas naturales, hay claras
evidencias del impacto humano, que combinadas con los fenómenos naturales, reducen la
recuperación de los arrecifes. Muchas de las amenazas provienen de las densas poblaciones
costeras. Es necesario considerar aquellos arrecifes utilizados intensivamente por su importancia
económica local, como lo es para el caso de Veracruz, Boca del Río y Antón Lizardo (véase Gutiérrez
et al., 1993).
Existen causas de deterioro por actividades humanas a partir de la Segunda Guerra Mundial como:
dinamitado ilegal para la pesca, pesca mecanizada intensiva, contaminación de diversos tipos en gran
escala y demanda de conchas y corales para artesanía.
En el estado de Veracruz se han hecho grandes desmontes para la ganadería, provocando una
pérdida de suelos por escurrimientos que finalmente se aportan al mar. Sin embargo, debido al escaso
conocimiento de este sistema hasta fechas recientes, no es posible hacer una comparación de los
cambios del arrecife por el desarrollo de actividades humanas.
El Puerto de Veracruz fue uno de los sitios favoritos para el turismo mexicano en los últimos 30
años, al igual que para las prácticas de buceo autónomo por su cercanía a la Ciudad de México. Sin
embargo, por su accesibilidad sólo aquellas formaciones cercanas a la costa se vieron afectadas por el
turismo como Isla Sacrificios, Isla Verde y La Blanquilla. La segunda fue objeto de fuertes
recolecciones, durante años, por biólogos en prácticas de campo.
Hornos es un arrecife bordeante que corre a lo largo de la línea costera a partir del rompeolas sur
que protege y limita la entrada al puerto, y es una ancha franja de 500 m, entre la zona del rompeolas
sur y Punta Hornos. El continuo dragado ejercido para mantener un canal central por donde transitan
los botes de los pescadores a los muelles ocasiona que la laguna alcance hasta 5 m de profundidad.
El parque afronta además una serie de amenazas serias que Vargas-Hernández et al. (1993) han
analizado y se resumen en seguida.
Desde la época colonial hasta la fecha se ha extraído el sustrato madrepórico como material de
construcción, lo que ha provocado la casi total desaparición de algunos de los arrecifes bordeantes. El
Puerto de Veracruz, uno de los más importantes del país, por las actividades comerciales y de tránsito
que allí se realizan, es al mismo tiempo una ciudad industrial que concentra actividades textiles,
metalúrgicas, tabacaleras y azucareras, cuyos desechos, junto con los de la zona urbana, son vertidos
directamente al mar. La planta de tratamiento de aguas negras ubicada en la playa norte es
insuficiente dada la cantidad y distribución de los vertidos orgánicos al mar. Los ríos que ahí
desembocan probablemente tienen efectos negativos, pero no hay información detallada al respecto.
El crecimiento demográfico ha obligado a la intensa explotación de recursos pesqueros alimenticios
con fines comerciales, ocasionando que algunas especies de crustáceos como la langosta, moluscos
como el pulpo y el caracol y varias especies de peces, se encuentren en aparente grado de
sobreexplotación. Las actividades artesanales que utilizan recursos marinos se realizan sin
normatividad. Las joyas de coral negro que se venden en el puerto, y los corales blandos que se están
extrayendo para elaborarlas, provienen de especies de Plexaura sp. y Pleuxaurella spp., cuyos
jardines son de poca extensión. Lo mismo ocurre con los corales duros, cuya extracción pone en
inminente peligro a las comunidades arrecifales de Acropora palmata, A. cervicornis y Plexaura
homomalla.
Observaciones
Desde el siglo XVI el Sistema Arrecifal Veracruzano se ha visto afectado de manera intensa por
actividades antropogénicas, principalmente la extracción del coral para construcción, sobrepesca y
más recientemente contaminación, artesanías y acuarismo (Vargas-Hernández et al., 1993).
Son urgentes algunas acciones de protección y restauración, entre las que resaltan las siguientes:
Control de aguas negras vertidas al mar. Control de extracción de material para construcción.
Control de extracción de peces, anémonas y crustáceos del arrecife. Control de actividades turísticas.
Control de extracción de material para las artesanías.
Vargas-Hernández et al. (1992) sugirieron una evaluación de los organismos que se utilizan en las
artesanías y una elaboración de normas para determinar las especies ecológicamente más
importantes (y cuyo uso en artesanías debe ser prohibido); asimismo determinar las especies cuyas
características biológicas permitan un uso sostenido, y los lugares de extracción. Como extensión de
esto los autores proponen que se aplique un uso rotativo para permitir la recuperación de las
poblaciones y determinar sanciones por el incumplimiento de las normas; vigilar estrictamente la
extensión y el número de permisos para la explotación de la fauna con fines artesanales; prohibir
definitivamente la extracción de corales duros y blandos y realizar programas de educación ambiental
que ayuden a comprender la importancia de las áreas arrecifales para evitar su acelerada destrucción.
Estudios y proyectos
Inventarios biológicos.
Ecología de corales.
Ecología y taxonomía de peces.
Ecología y taxonomía de plantas acuáticas.
Bibliografía relevante
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SEDUE. 1989. Información básica sobre las áreas naturales protegidas de México. Anexo.
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México. CONABIO-CIQRO. México, pp. 559-575.
enero de 1996
Parque Marino Nacional
Arrecife Alacranes
Estado
Yucatán
Categoría
Parque Marino Nacional
Localización
Se ubica en el Golfo de México, a 130 km de la costa del municipio de Progreso.
El arrecife está constituido por cinco islas conocidas con los siguientes nombres: Pérez, Chica
(Cornezuelos o Blanca), Larga (Pájaros), Desertora (Muertos u Oeste) y Desterrada.
Superficie
333,768 ha
El parque marino está integrado por dos zonas núcleo denominadas: Zona Núcleo Norte y Zona
Núcleo Sur, con una superficie de 19,732 y 11,937 ha, respectivamente.
Vías de comunicación
El acceso es marítimo; entre las islas que forman el arrecife se han establecido algunos canales de
navegación.
Antecedentes legales
El 6 de junio de 1994 fue decretado parque marino nacional por el presidente Carlos Salinas de
Gortari.
Antecedentes históricos
Se cree que el reporte más antiguo de Alacranes corresponde al naufragio del barco en el que
viajaban Gonzalo Guerrero y Jerónimo de Aguilar en 1511, navegantes españoles que comenzaron el
mestizaje y sirvieron de traductores a Cortés para iniciar la Conquista de México. Hasta 1988 se tenía
el registro de 14 naufragios (Wood, 1988).
El gobierno inglés, en siglos pasados, se preocupó por los frecuentes naufragios en el arrecife, por
lo que la reina Victoria decidió donar, a través de la compañía de seguros Lloyd’s a finales del siglo
pasado, un faro accionado por aceite y una casa para mantener al guardafaro en la isla (Canela,
1992).
Hasta principios de este siglo, las islas del arrecife sólo habían sido visitadas por pescadores que
ocupaban campamentos temporales. En 1865 se sabía de tres pescadores de Campeche que
pasaban temporadas hasta de cinco meses en Isla Pérez. También se han encontrado restos de
piedras usadas como lastre, monedas antiguas e incluso balas de cañón esféricas, dejados por
visitantes menos pacíficos.
Tenencia de la tierra
Propiedad federal
Población
Desde 1900 la Isla Pérez ha sido habitada de manera continua al erigirse el faro; las demás islas son
visitadas frecuentemente por grupos de pescadores que ocupan campamentos temporales, a ellos se
les puede atribuir la desaparición de algunas especies arbustivas utilizadas como leña.
De las cinco islas, Isla Pérez es la única habitada; existen tres edificios que albergan a cuatro
familias que constituyen su población permanente (Martínez-Guzmán y Hernández Aguilera, 1993).
La Secretaría de Marina mantiene un destacamento de marinos constituido por siete elementos;
cada mes llega un barco a cambiar el destacamento y a abastecer de víveres y diesel a los fareros.
Durante su estancia se comunican con Yucalpetén cuatro veces al día, mantienen limpias las
instalaciones y llevan un registro de las embarcaciones (Canela, 1992).
Los investigadores llegan en buques oceanográficos como el Justo Sierra de la UNAM o con el
apoyo de la Secretaría de Marina en los dragaminas que abastecen a los faros de la zona.
Permanecen poco tiempo debido a la falta de condiciones para realizar investigaciones de largo plazo
(Canela, 1992).
Infraestructura
En la Isla Pérez se concentra la infraestructura de la reserva que consta de un faro de electricidad,
cuatro balsas para señalar el acceso, cuatro generadores de electricidad, un muelle, dos
radiotransmisores, cinco módulos habitacionales, de los cuales dos no funcionan, cuatro cisternas, dos
canchas de voleibol y una estación meteorológica. El resto de la infraestructura es un faro activado por
fotoceldas en la Isla Desterrada (Canela, 1992).
Vegetación y flora
Según Flores (1984) la vegetación de las islas es la típica de las dunas costeras. El número de
especies descritas está reducido a 24 especies en todo el arrecife sin contar las siete introducidas.
Entre todas las islas de la península de Yucatán, presentan la menor diversidad de especies, junto con
Cayo Arenas y Triángulos.
Para cada isla, las especies vegetales características son (Bonet y Rzedowski, 1962):
Isla Pérez. La vegetación principal la constituye el matorral de Suriana, que ha desplazado totalmente
a la alfombra de Sesuvium y a la pradera de Sporolobus que existía en 1865. Suriana cubre totalmente
la isla excepto en una estrecha franja a lo largo de la costa donde Opuntia dillenii forma tres rodales.
Es importante mencionar la presencia de Coccoloba y Cordia que se sitúan en la porción habitada de
la isla. Otras especies presentes son: Atriplex pentandra, Portulaca oleracea, Cakile edentula var
alacranensis, Chamaesyce buxifolia y Tournefortia gnaphalodes.
Isla Desertora. La isla está cubierta por un matorral abierto y muy bajo constituido por Chamaesyce
buxifolia al que acompañan ejemplares aislados de Cenchrus insularis, C. pauciflorus y matas escasas
de Tribulus alacranensis. Hacia el ángulo oriental existe un manchón de Sporolobus y cerca del ángulo
oriental hay un rodal de Opuntia dillenii que fue introducida desde Isla Pérez. Otras especies presentes
son: Cakile edentula var. alacranensis, Atriplex pentandra y Sesuvium portulacastrum.
Isla Pájaros. La vegetación principal está constituida por una pradera de Sporobolus que cubre buena
parte de la isla; existe también un bosquete de Avicennia nitida, que bordea la laguna salada del
extremo meridional. Otras especies presentes son: Cenchrus insularis, Tribulus alacranensis,
Portulaca oleracea, Atriplex pentandra, Conocarpus erectus y Cyperus planifolius.
Isla Chica. La isla está cubierta uniformemente por un matorral bajo y semiabierto de Chamaesyce
buxifolia de la que quedan pequeños manchones residuales de Sesuvium. La vegetación marginal está
representada por ejemplares de Cakile y Portulaca a lo largo de las playas.
Isla Desterrada. Esta isla está constituida por dos cayos arenosos separados por un estrecho de 250
m; en ambos cayos la vegetación principal sólo ocupa una parte de la porción central y domina
Tournefortia gnaphalodes en formación abierta. Otras especies presentes son: Chamaesyce buxifolia,
Portulaca oleracea, Cenchrus pauciflorus, C. insularis y Tribulus alacranensis.
Fauna
En el Arrecife Alacranes se han reportado 24 especies de corales pétreos que se encuentran en las
tres zonas y se distinguen claramente: la barrera o barlovento, la laguna central y la costa occidental o
sotavento (Martínez, 1990). La barrera está construida por Acropora palmata(Pr) hasta los 10 m de
profundidad, después encontramos asociaciones de Diploria-Monastrera-Porites y por último Agarica-
Monastrera.
La laguna central está formada con esqueletos de Porites porites, Acropora cerviconis y algas
coralinas de Halimeda. Dentro de la laguna crecen cabezos de Monastrera annularis y colonias de P.
porites, Porites asteroides, Diploria y Manicina areolata (Garduño, 1988).
Avifauna. La densidad de población de aves marinas es muy elevada. En Isla Pérez está formada por
dos especies de gaviota: Larus atricilla y Anous stolidus. Hay asimismo una gran cantidad de fragatas
(Fregata magnificens). En las islas Pájaros y Desertora anida una regular población de pato bobo
(Sula dactylatra y S. leucogaster).
Además de las aves marinas ya mencionadas se encuentran principalmente en Isla Chica y en
Desterrada, Thalasseus maximus y Sterna fuscata, además de otras especies visitantes ocasionales
de las playas.
Herpetofauna. Los reptiles están representados por una especie de lagartija (Mabuya mabuya) y las
tortugas marinas verde (Chelonia mydas)(P), laúd (Dermochelys coriacea)(P) y carey (Eretmochelys
imbricata)(P), que llegan a ovopositar en todas las islas (Canela, 1992).
Mastofauna. Hace 35 años era común ver a la foca monje (Monachus tropicalis) reposando en las
playas de las islas. En la actualidad ya han desaparecido por la sobrecacería de que fueron objeto
(Canela, 1992). Se han reportado otros mamíferos como toninas (Tursiops truncatus), estelas
moteadas del Atlántico (Stenella plangidon), caledones o ballenas piloto (Globicephala macrorinchus) y
delfines comunes (Delphinus delphis) en las aguas circundantes de Alacranes (CINVESTAV, 1988).
Amenazas
En general, los arrecifes se encuentran amenazados por las siguientes actividades: explotación
pesquera, turismo y contaminación.
Esta última es causada principalmente por el lavado de los tanques de los buques en mar abierto
donde se utilizan detergentes tóxicos además de la contaminación por petróleo (Salazar-Vallejo,
1993).
Observaciones
Arrecife Alacranes puede ser considerado como el complejo coralino más estudiado de los mares
mexicanos debido a sus extraordinarias características, que lo ubican dentro de las masas coralinas
más extensas e importantes del país (Garduño, 1988). El arrecife fue descrito desde hace más de un
siglo (Smith, 1838), pero hasta finales de los años cincuenta empezó a ser estudiado de manera más o
menos constante, principalmente por extranjeros (Canela, 1992).
Alacranes tiene una amplia historia de naufragios y ha sido un punto de atracción de visitantes
desde la época colonial (Canela, 1992).
El decreto de área natural protegida, establece que se podrán llevar a cabo algunas actividades
como la pesca deportiva y la pesca comercial de las especies ícticas, malacológicas y carcinológicas
en épocas y con los límites, artes, equipos y métodos que se establezcan en el programa de manejo,
los avisos de veda, las normas oficiales mexicanas y demás disposiciones jurídicas aplicables.
Además, se podrá autorizar el establecimiento de granjas marinas para el cultivo de moluscos, peces,
crustáceos, algas y otras especies que se puedan utilizar para la repoblación del área.
El decreto también marca que las áreas y canales de navegación establecidas en el parque marino,
continuarán en uso debiendo delimitarse del área de fondeadero.
Se recomienda promover la investigación sobre los arrecifes coralinos de esta área ya que se tiene
muy poca información de estos ecosistemas que compiten con las selvas en cuanto a su diversidad
biológica y fragilidad ecológica.
Será necesario responsabilizar a algún centro de investigación marina del monitoreo y estudio de
esta zona protegida.
Estudios y proyectos
La elaboración del programa de manejo del parque marino está a cargo de las secretarías de Marina,
de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, de Desarrollo Social y de Comunicaciones y
Transportes, además del CINVESTAV-Unidad Mérida.
Bibliografía relevante
Bonet F. y Rzedowski J. 1962. “La vegetación de las islas del Arrecife Alacranes, Yucatán (México)”.
Anales de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, vol. XI.
Canela, R. J. 1992. “Conocimiento y uso de los recursos del Arrecife Alacranes por pescadores de la
zona maya de la península de Yucatán”. Reporte del proyecto de sostenibilidad maya, núm. 4.
Universidad de California-Riverside y Fundación MacArthur.
Carricat-Ganivet J.P. y G. Horta-Puga. 1993. “Arrecifes de coral en México”. pp. 81-92. En S.I. Salazar-
Vallejo y N.E. González (comps.), Biodiversidad marina y costera de México, CONABIO-CIQRO.
México. 865 pp.
CINVESTAV. 1988. Propuesta preliminar de manejo del Arrecife Alacranes como área estatal protegida.
CINVESTAV-IPN, Unidad Mérida.
Flores, J. S. 1984. “Dinámica de emersión del suelo y sucesión de la vegetación en el Arrecife
Alacranes del canal de Yucatán”. Biótica 9(1): 41-63 pp.
Flores Villela, O y P. Gerez. 1988. Conservación en México: síntesis sobre vertebrados terrestres,
vegetación y uso del suelo. INIREB-CI. México. 301 pp.
Garduño, M. 1988. Distribución de la ictiofauna asociada a los arrecifes del caribe mexicano. Tesis de
maestría en ciencias biológicas marinas. CINVESTAV. Unidad Mérida.
Logan, B. W. 1961. Coral reef and banks: Yucatan shelf, Mexico. Mem. Am. Assoc. Petro. Geol., vol. II:
129-198.
Kornicker, L.S., F. Bonet, R. Cann y C.M. Hoskin. 1959. Alacran reef, Campeche bank, Mexico. Publ.
Inst. Mar. Sci. Univ. Texas 6:1-22.
Martínez-Guzmán L.A. y J.L. Hernández Aguilera. 1993. “Crustáceos estomatópodos y decápodos del
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Biodiversidad marina y costera de México, CONABIO-CIQRO. México. 865 pp.
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Nat. Res. Council. Washington (19):1-160.
Salazar-Vallejo, S. I. 1993. “Zonas arrecifales. Estudio de caso”. En A. Gómez-Pompa y R. Dirzo, et al.
(comps.). Proyecto de Evaluación de Áreas Naturales Protegidas de México. SEDESOL, México.
Smith, T.H. 1838. “Description of Alacran and Cay Arenas in the Gulf of Mexico”. Nautical Magazine
7:804-805.
Wood, P., 1988, Arrecife Alacranes. Editorial Jilguero, Casa de Bolsa Inverlat, 79 pp.
enero de 1996
Área de Protección de Flora y Fauna
Corredor Biológico Chichinautzin
Estados
Morelos, Estado de México y Distrito Federal
Categoría
Área de Protección de Flora y Fauna
Localización
Al norte del estado de Morelos colindando con el D.F. y el Estado de México.
Municipios de Huitzilac, Cuernavaca, Tepoztlán, Jiutepec, Tlalnepantla, Yautepec, Tlayacapan y
Totolapan, Morelos; Ocuilán de Arteaga, Estado de México y delegación política de Milpa Alta, D.F.
Superficie
37,302 ha
Dentro del área de protección se establecen tres zonas núcleo: a) Chalchihuites 783.14 ha, b)
Chichinautzin-Quiahuistepec 2,873.11 ha y c) Las Mariposas 1,740.86 ha.
Antecedentes legales
El 30 de noviembre de 1988 fue decretada área de protección de flora y fauna silvestre por el
presidente Miguel de la Madrid Hurtado, con el fin de establecer un corredor biológico que integrase
los parques nacionales Lagunas de Zempoala y El Tepozteco. Éstos fueron decretados como tales el
19 de mayo de 1947 y el 22 de enero de 1937, respectivamente.
Antecedentes históricos
En el poblado de Tepoztlán se encuentra la zona arqueológica del Tepozteco, en la cima del cerro
Ehecatépetl. El templo principal tiene una plataforma de 9.5 m; la planta superior presenta dos
cámaras, en una de ella en la parte central, se encontró un monolito representando a Tepoztécatl,
principal deidad del pulque (Martínez, 1994).
Tenencia de la tierra
La tenencia de la tierra es ejidal, comunal, de pequeña propiedad y nacional, aunque no se tienen
datos específicos sobre la proporción de cada uno de estos tipos (INE, 1993).
Población
Según el INEGI (1991), dentro de la zona existe una población cercana a los 53,865 habitantes, y no se
consigna la existencia de grupos étnicos. Aunque es evidente que existen adultos bilingües (español-
náhuatl) y algunos probablemente monolingües (náhuatl), particularmente en los municipios de
Huitzilac y Tlayacapan.
Infraestructura
No se cuenta con infraestructura propia del corredor biológico, sólo hay la infraestructura operativa y
recreativa correspondiente en los parques de Zempoala y Tepoztlán (INE, 1993).
Vegetación y flora
La zona alberga una notable gama de tipos de vegetación y asociaciones entre las que destacan las
siguientes:
Bosque de pino. Se asocia a los pisos climáticos templados y se encuentra dominado por varias
especies de Pinus.
Bosque de oyamel. Se entremezcla con el de pino, aunque algunas veces se extiende a pisos
altitudinales mayores. La especie dominante es Abies religiosa.
Asociaciones transicionales de selva baja caducifolia y bosque de coníferas y encino. Hacia las
partes bajas del área protegida, y en los puntos de contacto de la vegetación templada y tropical, se
ubican las asociaciones transicionales en las que destacan el cazahuate (Ipomoea arborea), el
mezquite (Prosopis sp.), el bonete (Jacaratia mexicana) y el cuajiote colorado (Bursera morelensis).
Fauna
La fauna incluye, en concordancia con la vegetación, una gama de elementos típicos de diversos
hábitats, incluyendo especies de comunidades templadas, tropicales y de ambas, junto con algunos
taxa endémicos.
En cuanto a avifauna, en esta zona se encuentran varias especies endémicas de México como la
matraca barrada (Campylorynchus megalopterus), el chipe rojo (Ergaticus ruber), el gorrión serrano
cachetioscuro (Oriturus superciliosus), el carpintero volcanero (Dendrocapos stricklandi) y el trepador
gorjiblanco (Lepidocolaptes leucogaster); así como especies amenazadas, por ejemplo, el gavilán
pechirrufo mayor (Accipiter cooperi) y el gran búho cornado (Bubo virginianus). Una especie endémica
en peligro de extinción, el gorrión serrano zacatero (Xenospiza baileyi), ha sido registrada en el
extremo sur del Distrito Federal a poca distancia de esta área natural protegida, y es posible que
también aquí se encuentre.
Taxa notables
Teporingo (Romerolagus diazi)(P*), colibrí (Amazilia beryllina), vencejo (Streptoprocne semicollaris),
halcón (Falco sparverius), conejo (Sylvilagus spp.), gato montés (Lynx rufus), zorrillo (Mephitis
macroura), Sciurus aureogaster y venado cola blanca (Odocoileus virginianus).
Taxa amenazados
Codorniz arlequín o gallina de monte (Cyrtonix montezumae), venado cola blanca (Odocoileus
virginianus), zacatuche o teporingo (Romerolagus diazi)(P*), puma o león de montaña (Felis concolor).
Taxa endémicos
Ajolote (Rhyacosiredon zempoalensis)(A*), ratón de los volcanes (Neotomodon alstoni), zacatuche o
teporingo (Romerolagus diazi).
Amenazas
u Las actividades agrícolas en 1980 ocupaban el 27% de la extensión del corredor, creando un fuerte
impacto ambiental por la deforestación y la erosión en la parte de los municipios de Totolapan y
Tlayacapan.
u Hay actividad ganadera y tala ilegal.
u Existe un riesgo considerable por la afluencia de turismo, si éste no es manejado cuidadosamente.
u Contaminación en los ríos, arroyos y cuerpos de agua.
Observaciones
El corredor biológico representa un área de contención del acelerado crecimiento urbano de las
ciudades de México y Cuernavaca. Asimismo, representa un área importante para el valle de
Cuernavaca debido a su gran permeabilidad edáfica, en donde se recargan los mantos acuíferos que
surten al valle. Además de esos servicios ecológicos, el corredor representa una reserva potencial de
recursos forestales y tiene una gran riqueza florística y faunística.
Otro de los aspectos notables es que constituye la parte nuclear de un área de conservación extensa,
para una ecorregión de gran importancia.
Sería de gran utilidad efectuar un programa de deslinde, señalización y amojo-namiento, de
reforestación, de contención de la erosión y de regularización de asentamientos. Por otra parte, sería
de interés llevar a cabo proyectos productivos de bajo impacto ambiental, y un programa de educación
ambiental.
Estudios y proyectos
El INE ha realizado estudios referentes a aspectos biológicos, legales y sociales del área, y estudios
sobre botánica y zoología.
Bibliografía relevante
Hoth, J., A. Velázquez, F.J. Romero, L. León, M. Aranda y D.J. Bell. 1987. “The volcano rabbit a
shrinking distribution and a threatened habitat”. Orys-IUCN. Vol. 21, núm. 2: 85-91.
INEGI. 1991. Morelos, resultados definitivos, datos por localidad (integración territorial). XI Censo
General de Población y Vivienda, 1990. INEGI, Aguascalientes, Ags., 58 pp.
Martínez M.A. Coordinación Nacional de Arqueología. INAH. Manuscrito. 1994.
Romero, F.J. y A. Velázquez. 1994. El conejo zacatuche: tan lejos de Dios y tan cerca de la ciudad
de México. INE-CNF.
Secretaría de Gobernación. 1988. Diario Oficial del 30 de noviembre.
SEDUE. 1989. Información básica sobre las áreas naturales protegidas de México, 79 pp.
SEDUE. 1990. Cuentas del patrimonio natural del Corredor Biológico del Chichinautzin, Estado de
Morelos, México. Doc. CH-02, 66 pp.
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, Universidad Autónoma del Estado de
Morelos. 1990. “Programa integral de manejo para el área de protección de flora y fauna silvestre y
acuática Corredor Biológico Chichinautzin, Estado de Morelos, México”, 206 pp.
enero de 1996
Área de Protección de Flora y Fauna Chan-Kin
Estado
Chiapas
Categoría
Área de Protección de Flora y Fauna
Localización
Al este del estado
Municipio de Ocosingo
Superficie
12,184 ha
Vías de comunicación
No existe acceso directo a la reserva; se puede llegar a través de caminos de terracería y seguir
caminos pequeños y veredas.
Antecedentes legales
El 21 de agosto de 1992 fue decretada área de protección de flora y fauna silvestre por el presidente
Carlos Salinas de Gortari.
La reserva de Chan-Kin, al igual que Lacantún, fue decretada en respuesta a la solicitud que hizo la
comunidad científica mexicana sobre la necesidad de ampliar la Reserva de la Biosfera de Montes
Azules.
Antecedentes históricos
Aledaña a la reserva de Montes Azules, comparte características similares; se ubica dentro de la Selva
Lacandona, en la parte oriental del estado de Chiapas. La Selva Lacandona deriva su nombre de una
comunidad indígena que ha vivido en ella desde la época prehispánica: los lacandones. Durante la
Colonia, así llamaban los españoles a los indios de Lacam-Tun. Con este nombre, que quiere decir
Peña Grande o Peñón (de lacam: grande, y tun: piedra), los lacandones designaban la isleta principal
del lago Miramar, en la que tenían edificada la pequeña cabecera de su extenso territorio selvático.
Los españoles cambiaron el topónimo maya Lacam-Tun en lacandón, y utilizaron este nombre
castellanizado para indicar no sólo a la isla, sino también a la laguna y a la comarca en su derredor
(De Vos, 1992).
Tenencia de la tierra
El área de Chan-Kin pertenece a la zona de bienes comunales de la comunidad lacandona.
Infraestructura
Las únicas instalaciones existentes en el área son las mencionadas para Montes Azules: la Estación
de Biología Tropical Chajul, el albergue del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Bonampak
y una serie de casetas de vigilancia distribuidas por toda el área, actualmente en desuso.
Vegetación y flora
No existen estudios específicos de esta área protegida. Por su ubicación se sugiere que los tipos de
vegetación presentes en la reserva son la selva alta perennifolia y la selva mediana subperennifolia,
con características extrapolables a las que describen, para esas selvas, en el caso de Montes Azules.
Fauna
Esta área natural protegida comparte la mayoría de sus especies con Montes Azules, y junto con
Lacantún y Bonampak, conecta a Montes Azules con el bosque tropical húmedo de El Petén en
Guatemala y Calakmul en Campeche, ofreciendo potencialmente una área considerable para las
especies de aves que requieren de grandes extensiones de bosque tropical, tales como el zopilote rey
(Sarcoramphus papa)(P), el águila arpía (Harpia harpyja)(P), el águila ventriblanca (Spizastur
melanoleucus)(P), el águila tirana (Spizaetus tyrannus)(A), el águila elegante (S. ornatus)(P*), el
halcón pechicanelo (Falco deiroleucus)(A) y la guacamaya roja (Ara macao)(A).
Amenazas
Durante la segunda mitad del presente siglo, la inmigración proveniente de otras regiones de Chiapas,
principalmente de Los Altos del norte, y de otros estados de la República, aceleró la incorporación de
la Selva Lacandona a la producción agropecuaria y forestal, con el consecuente cambio de uso del
suelo y la drástica disminución de la superficie arbolada. La apertura de la carretera fronteriza y la
exploración y explotación petrolera han acentuado el fenómeno.
Existen más de 200 asentamientos humanos irregulares, que tienen problemas de tenencia de la
tierra.
Coexisten multitud de etnias distintas, ejidatarios, comuneros, pequeños propietarios y un gran
número de organismos gubernamentales y no gubernamentales que utilizan o influyen en la utilización
de los recursos del área sin contar con un plan in-
tegral conocido y aceptado por todos. La devastación de la selva en los últimos 35 años ha sido
descomunal.
Observaciones
Esta área protegida, al igual que Lacantún, se debe considerar como una ampliación de la Reserva de
la Biosfera de Montes Azules.
Funciona como un puente ecológico que conecta las selvas de Chiapas con las de Guatemala. Es
el área protegida de la Selva Lacandona más cercana a dicho país. Junto con Lacantún y Montes
Azules, contiene una alta diversidad de ecosistemas y de especies y uno de los macizos de selvas
altas más importantes de México. Junto con El Petén guatemalteco y las selvas de Belice, Campeche
y Quintana Roo, forma una región especial biológica y ecológica conocida como El Gran Petén, de
enorme importancia no sólo por su diversidad biológica, sino por su posible influencia en la regulación
climática de esta región.
Es necesario atender una serie de aspectos que permitan su conservación. Entre ellos, destacan
los siguientes: Ordenación del territorio y aplicación de un plan de manejo adecuado que incluya no
sólo el área de la reserva sino todas las áreas protegidas cercanas y sus zonas de influencia.
Establecimiento de un programa activo de vigilancia y protección de la reserva, incluyendo puestos de
control estratégicamente distribuidos.
Estudios y proyectos
Inventarios biológicos (plantas, mamíferos, aves, insectos, peces, hongos).
Investigaciones arqueológicas y antropológicas.
Ecología y control de agentes transmisores de paludismo.
Estudio de ecología animal y vegetal.
Ecología de la conservación.
Cambios micro y mesoclimáticos.
Estudios etnobiológicos.
Ecología y manejo de recursos naturales.
Bibliografía relevante
Aranda, S. y M. Jaime. 1985. Inventario mastozoológico de la Reserva de la Biosfera Montes Azules.
INIREB. México.
De Vos, J. 1992. “Una selva herida de muerte: historia reciente de la Selva Lacandona”. En M.A.
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Lacandona, investigación para su conservación. Publ. Esp. ECOSFERA 1: 267-286.
INE. 1992. Programa de manejo para la Reserva Integral de la Biosfera Montes Azules. SEDESOL.
México.
INEGI. 1980. Carta de uso del suelo y vegetación, Las Margaritas, Chiapas. México. E15-12 D15-3,
escala 1:250,000.
INEGI. 1982. Carta topográfica. INEGI, SPP. México, Esc. 1:250,000, Carta Las Margaritas, Chiapas.
México. E15-12 D15-3.
INEGI. 1991. Chiapas. Resultados definitivos. XI Censo General de Población, 1990. Por localidad e
integración territorial.
Lazcano, B.M.A. y A.E. Góngora. 1985. Inventario herpetofaunístico de la Reserva de la Biosfera
Montes Azules. INIREB.
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Gutiérrez, Chis. México, 334 pp.
SAG. 1976. SFF. Proyecto: Zona Protectora Forestal de la Cuenca del Alto Usumacinta, Chiapas, Méx.
Dirección General de Protección y Repoblación Forestal, Departamento de Parques Nacionales.
SEDUE. 1983. Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas, México. SEDUE, Subsecretaría de
Ecología, Dirección General de Parques, Reservas y Áreas Ecológicas Protegidas, 24 pp.
SEDUE. 1992. Oficio 00199. Expediente Selva Lacandona. Dirección General de Conservación
Ecológica de los Recursos Naturales. México.
ENERO DE 1996
Área de Protección de Flora y Fauna
Laguna de Términos
Estado
Campeche
Categoría
Área de Protección de Flora y Fauna Silvestre
Localización
Al suroeste del estado
Municipios del Carmen, Palizada y Champotón
Superficie
705,016 ha
Vías de comunicación
Carretera federal Villahermosa-Ciudad del Carmen-Campeche (y su conexión con Sabancuy); caminos
de terracería que corren paralelos y perpendiculares al sur de la laguna; comunicación fluvial de
Ciudad del Carmen a la población de Palizada y Sabancuy, y comunicación isla-continente a través de
los puentes de la Unidad (3.22 km) y Zacatal (3.9 km), que es el más largo de Latinoamérica.
Antecedentes legales
El 9 de enero de 1979 se declararon propiedad nacional las aguas de la Laguna de Términos por el
presidente José López Portillo.
El 6 de junio de 1994 fue decretada área de protección de flora y fauna por el presidente Carlos
Salinas de Gortari.
Antecedentes históricos
Al igual que la ciudad de Campeche, la actual isla del Carmen fue llamada por los mayas en la
antigüedad, Tixib (INE, 1994). Siglos después, Xicalango, en la parte occidental de la laguna de
Términos, fue el mayor puerto comercial para los aztecas donde llegaban productos de regiones tan
apartadas como Honduras y las islas del Caribe (Martínez, 1994).
Algunos investigadores afirman que Cuauhtémoc fue ejecutado en Izankanac, zona arqueológica
del lugar (INE, 1994).
Tenencia de la tierra
Si se consideran todos los cuerpos de agua, el 5% son terrenos de propiedad social, el 65% son
terrenos federales y el 30% son de propiedad privada . Si sólo se considera la parte terrestre, la
proporción es de 65% propiedad privada, 30% propiedad social y 5% terrenos federales. Esta
proporción se está revisando en coordinación con la Secretaría de la Reforma Agraria, el Registro
Agrario Nacional y el INEGI (Yáñez-Arancibia y Villalobos Zapata, 1993).
Población
El área involucra tres municipios: el del Carmen con 136,034 habitantes, el de Palizada con 7,162
habitantes y una fracción de Champotón con 71,836 habitantes. En su área de influencia se
encuentran el resto del municipio de Champotón y el municipio de Escárcega (44,496 habitantes). Al
parecer, no existen grupos étnicos.
Respecto de las condiciones socioeconómicas, en el municipio del Carmen la población ocupada es
de 28%. Las actividades se distribuyen, aproximadamente, en: 29% en el sector primario; 33% en el
sector secundario; 28% en el sector terciario y el 10% restante en actividades no especificadas. En el
municipio de Palizada la población ocupada es del 26%. Las actividades se distribuyen
aproximadamente en: 66% en el sector primario; 17% en el sector secundario; 15% en el sector
terciario y el 2% restante en actividades no especificadas.
En el rubro de vivienda, para el municipio del Carmen, se consignan 28,641 casas habitación. Para
el municipio de Palizada la cifra es de 1,459 viviendas.
Infraestructura
La infraestructura disponible corresponde básicamente a la que hay en Ciudad del Carmen donde los
servicios son numerosos por las actividades pretroleras universidad del estado, y estación de
investigación del Instituto de Ciencias del Mar de la UNAM.
Vegetación y flora
La vegetación es característica de las regiones cálidas, y en ella se definen diversas asociaciones con
cualidades disímiles, que dependen del grado de precipitación, de las condiciones del suelo y de la
orientación, entre otros factores. En zonas relativamente pequeñas se encuentran mosaicos continuos
de vegetación (Gómez-Pompa, 1965). Gómez-Pompa (1993) describe las comunidades como sigue:
Bosque espinoso. Se encuentran tintales distribuidos ampliamente, pero ocupando áreas reducidas.
En Plan del Carmen se localizan los árboles de tinto de mayor tamaño.
Vegetación acuática y subacuática. En el sistema palustre, los pantanos ocupan la mayor extensión.
Se aprecian dos tipos de ecosistemas: la comunidad del popal con Thalia geniculata como especie
dominante en sitios donde el estancamiento de agua es mayor; y la comunidad del tular, donde
dominan Thypa latifolia y Cyperus articulatum. Las especies comunes para ambas comunidades son
Pistia stratiotes y Nymphaea sp. Dentro del sistema palustre, este último ecosistema es el que se
encuentra menos perturbado.
Palmar. El palmar presenta una distribución amplia, donde Sabal mexicana es la especie dominante;
presenta agrupaciones numerosas o individuos aislados. Otro tipo de palmar dominante es Acoe-
llorraphe wrightii.
De acuerdo con Novelo y Lot (1988), los pantanos de Tabasco y Campeche constituyen una unidad
ecológica y son la región que contiene mayor diversidad de plantas acuáticas de Mesoamérica. Dentro
de los ecosistemas “críticos” de la región deben señalarse: las áreas de pastos marinos (litoral interno
de la Isla del Carmen, zona oriental de la desembocadura del sistema Candelaria-Panlau, y zona
marina noroeste de la Boca de Puerto Real, o sea la boca este del estuario), la Laguna del Vapor
dentro del sistema fluvio-lagunar Palizada-Del Este y la laguna de Chacahíto.
Taxa amenazados
Se consignan tres especies de flora (Bletia purpurea, Bravaisia integerrima(A) y Bravaisia tubiflora); el
manglar con sus tres especies es considerado de protección especial.
Fauna
Entre las especies de aves que se encuentran en esta área natural protegida destaca la cigüeña jabirú
(Jabiru mycteria). De acuerdo con los estudios más recientes, sólo existen 20 individuos de esta
especie en México, y los Pantanos de Centla junto con la Laguna de Términos contienen el mayor
número de ellos (Correa, 1993). Otras especies clasificadas en alguna categoría de riesgo incluyen el
paro real (Cairina moschata), la cigüeña americana (Mycteria americana), el carao (Aramus guarauna),
el aura sabanera (Cathartes burrovianus), el milano caracolero (Rostrhamus sociabilis), el halcón
fajado (Falco femoralis), el halcón esmerejón (Falco columbarius), el halcón peregrino (Falco
peregrinus), el garzón blanco (Ardea herodias occidentalis), la garza tigre del tular (Botaurus pinnatus),
el aguililla negra (Buteogallus urubitunga) y el aguililla canela (Busarellus nigricollis).
Taxa notables
Incluyendo el área de influencia, se encuentran los siguientes taxa endémicos del país: tres especies
de anfibios (Eleutherodactylus laticeps(R), Rana brownorum(R*) y Bolitoglossa yucatana(R*); 15
especies de reptiles, entre ellas : Anolis ustus, A. cozumelae, A. quercorum, A.bekeri(R*), A. kudderi,
Laemanctus serratus(R), Sceloporus chrysosticus, S. teapensis, S. lundelli y S. serrifer(R*); y 12
especies de mamíferos como: Sciurus aureogaster, Heteromys gaumeri, Peromyscus yucatanicus y
Pitymys quasiater.
Taxa amenazados
Cinco especies de reptiles: Boa constrictor(A), Agkistrodon bilineatus(Pr), Micruroides euryxanthus(A),
Iguana iguana(Pr) y Ctenosaura similis(A); nueve especies de aves: Anhinga anhinga, Cathartes
burruvianus(A), Sarcorhamphus papa(P), Pandion haliaetus, Falco fermoralis(A), Aramus guarauna(A),
Amazona xantholora(A), Pionus senilis(A) e Icterus cucullatus(A); y siete especies de mamíferos:
Sphiggurus mexicanus(A), Panthera onca(P), Leopardus pardalis(P), L. wiedii(P), Herpailurus
yagouaroundi(A), Tayassu pecari y Philander opossum.
Raros. Se reportan siete especies de aves : Tigrisoma mexicanum lineatum, Ardea herodias
santilucae(R), Botaurus pinnatus, Oxyura dominica(A), Laterallus ruber(R), Aramides cajanea(R) y A.
axillaris(R).
Amenazas
A corto plazo:
u El manglar de la región de Puerto Rico (en el complejo lagunar de Pom-Atasta) y San Francisco (en
el sistema fluvio-lagunar Palizada-Del Este), de manera particular se ve amenazado por su explotación
incontrolada de madera para la construcción de asentamientos irregulares y para la producción y venta
de carbón a Ciudad del Carmen; las actividades de exploración de PEMEX también afectan los
manglares.
u Establecimiento irregular de granjas camaroneras sin estudio de viabilidad ecológica que planifique
integralmente la actividad (considerando la capacidad de carga del ecosistema y su interacción con
otras actividades productivas) para fomentar un desarrollo sostenible.
A mediano plazo:
u Problemas de erosión.
u Contaminación acelerada de cuerpos de agua por programas agrícolas intensivos o proyectos
acuícolas que no toman en cuenta las otras actividades productivas que usan los mismos
ecosistemas; alteración de hábitats de fauna acuática y terrestre (programa arrocero de Baja
Candelaria).
u Afectación en la calidad del agua de los cuerpos lagunares al desaparecer áreas importantes de
manglar que contribuyen al tratamiento de las aguas de escorrentía.
u Mayor exposición a fenómenos meteorológicos eventuales de las áreas de cultivo y ganadería de
tierras bajas inmediatas al ecosistema de manglar y área pantanosa.
u La posibilidad de construir carreteras que atraviesen el área pantanosa y el manglar sin ninguna
previsión técnica que mantenga la hidrodinámica natural de la región y que a su vez favorezcan la tala
y la cacería furtiva (carretera inconclusa Palizada-Atasta).
A largo plazo:
u Modificación de la hidrodinámica local, pérdida de la línea de playa, efecto producido por las
inundaciones a los asentamientos humanos irregulares existentes en la región, así como a las áreas
de agricultura de tierras bajas y actividades pecuarias.
u Disminución de las pesquerías asociadas al ecosistema estuarino, al disminuir la superficie de áreas
de manglar que contribuyen al flujo de energía hacia el ecosistema estuarino de la Laguna de
Términos.
u Aumento de la contaminación en las aguas fluviales y de escurrimiento. Alteración de los
microclimas. Posibilidad de retención de sólidos y disminución del aporte de agua dulce al sistema
estuarino ante la construcción de presas en el río Usumacinta (Yáñez-Arancibia y Villalobos Zapata,
1993).
Los asentamientos irregulares y los asentamientos en áreas rellenadas de manglar de la Isla del
Carmen han producido un aumento de la pesca en el litoral interno de la Isla del Carmen y en los
sistemas fluvio-lagunares asociados.
Existe en la península de Atasta una política sectorial de la Subsecretaría de Pesca (desvinculada
de la política estatal de desarrollo), para promover actividades acuícolas y solicitudes de extracción de
arena, cercanas a la zona de los manglares de Atasta.
El Proyecto Bajo Usumacinta incide sobre la Laguna de Términos. Es importante considerar este
proyecto pues implica los siguientes impactos:
Desmontes sistemáticos efectuados con maquinaria pesada con el fin de ampliar la frontera
agrícola con 112,000 ha. Esta actividad afectará las áreas aledañas que son refugio de especies,
además de que la vegetación arbórea sirve como barrera de protección en la época de nortes y
ciclones.
Alteración hidrológica que afecta flora y fauna acuáticas por los cambios en los volúmenes anuales
y estacionales del agua. En caso de que el proyecto se lleve a cabo, se extraerán grandes volúmenes
de los ríos y arroyos y buena parte de estos volúmenes no regresarán a los caudales, lo que
ocasionará cambios drásticos en los ecosistemas naturales.
Uso de insumos agrícolas: los cuerpos receptores del drenaje del proyecto serán la Laguna de
Términos y la plataforma continental. En este sentido lo relevante no es la cantidad de agua de retorno
sino su calidad, ya que en ella se llevarán los residuos de productos agroquímicos, empleados en los
cultivos. Una consecuencia sería la sobrefertilización de las aguas por los productos agroquímicos y el
impacto de los plaguicidas agrícolas sobre muchos organismos.
El incremento de fertilizantes químicos que se vertiría al drenaje favorecerá el crecimiento de
plantas acuáticas como el lirio, que afectan al fito y al zooplancton, y por consecuencia a peces,
crustáceos y animales mayores como el manatí, el cocodrilo y las tortugas, entre otros.
Observaciones
Los efectos directos e indirectos de las actividades petroleras de la Sonda de Campeche, estratégicas
para el país, deben de ser seriamente consideradas.
El clima social en cuanto a la protección del área es favorable. Dentro del área protegida inciden
actividades productivas basadas en el uso de los recursos naturales que en ocasiones se sobreponen
y compiten entre sí: pesca, extracción de maderas, exploración y extracción petrolera y servicios
asociados, desarrollo urbano significativo, agricultura y ganadería, turismo incipiente, así como
actividades potenciales como la camaronicultura. La sociedad piensa que se le va a prohibir todo tipo
de actividades, por lo que ciertos sectores (privado, paraestatal, pescadores independientes, taladores
y carboneros del mangle) contemplan con cierta preocupación y de manera escéptica el
establecimiento de un área protegida. Para contrarrestar este efecto, se propone una clara y amplia
difusión de lo que significa este tipo de área protegida a todos los niveles, para contar con el
entendimiento y el compromiso conjunto de toda la sociedad usuaria de los ecosistemas.
La sociedad de la Isla del Carmen se ha comenzado a organizar en tres diferentes asociaciones
ecologistas que promueven la protección del área y sus recursos bióticos.
Las estrategias y negociaciones para proteger esta región deben considerar a todos los usuarios
del ecosistema con el propósito de generar un proyecto viable, donde se contemple la satisfacción de
intereses de todos los involucrados pero sometidos a un compromiso general de desarrollo sostenible
y mejor calidad de vida a largo plazo.
En las áreas sabanoides que se han aprovechado en el pasado predominan las aves, ya que son
beneficiadas por los drenes y las zanjas que acumulan agua. Otro grupo importante en estas zonas
son algunos mamíferos como mapaches, zorrillos y conejos, que son animales con un alto poder de
adaptación a zonas perturbadas por la tecnología agrícola tradicional (Yáñez- Arancibia y Villalobos
Zapata, 1993).
El Plan de Manejo es coordinado por la Universidad Autónoma del Carmen.
Se sugieren las siguientes alternativas de manejo: en primera instancia, establecer áreas núcleo en
las zonas de Pom-Atasta-El Vapor, San Francisco, Punta Gorda, Boca Ancha e Isla Pájaros-Isla
Arenas-Bajos del Cayo; crear zonas de amortiguamiento de uso restringido en Chacahíto y Panlau.
Para el área de influencia se propone una estrategia de concertaciones interestatales para evitar
que los esfuerzos y las políticas tendientes a proteger el medio ambiente se vean anulados por
actividades antropogénicas que se realicen en las tierras altas de Chiapas tanto a nivel estatal como a
nivel federal (Yáñez-Arancibia y Villalobos Zapata, 1993).
Se recomienda llevar a cabo un estudio de ordenamiento ecológico conservacionista de toda la
región costera que incluya los Pantanos de Centla, la región de los Petenes en Campeche y las
cuencas altas de los ríos y arroyos que suministran el agua a estos ecosistemas. Este ambicioso
proyecto permitirá asegurar el manejo integral de una biorregión estratégica de México: los humedales
de Tabasco y Campeche y la cuenca del río Usumacinta.
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enero de 1996
Área de Protección de Flora y Fauna
Yum-Balam
Estado
Quintana Roo
Categoría
Área de Protección de Flora y Fauna
Localización
El límite sur se localiza aproximadamente a 20 km al noroeste de Kantunil Kin; abarca la franja costera
de la porción continental del municipio de Lázaro Cárdenas, Laguna de Yalahau y la Isla de Holbox; el
límite norte se encuentra en el mar (canal de Yucatán), 18 km aproximadamente al norte de la Isla
Holbox. El límite este concuerda con la división municipal entre los municipios de Lázaro Cárdenas e
Isla Holbox.
Municipio de Lázaro Cárdenas
Superficie
154, 052 ha
Vías de comunicación
Existe un camino de terracería que va desde el poblado Francisco May hasta entroncar con la
carretera Cancún-Mérida. De este camino, que se encuentra en el límite sureste de la reserva, se
desprenden varias brechas hacia el sur de ésta. Existe un camino pavimentado que va desde Chiquilá
hasta entroncar con la carretera Cancún-Mérida, pasando por Kantunil Kin. De este camino se
desprenden varias brechas que llegan al límite oeste de la reserva.
Antecedentes legales
El 6 de junio de 1994 fue decretada área de protección de flora y fauna por el presidente Carlos
Salinas de Gortari.
Tenencia de la tierra
En el municipio de Lázaro Cárdenas 70% ejidal y 30% privado.
Población
Se calcula en más de 10,000 habitantes, la mayoría mayas que se encuentran hacia la parte oeste y
costera de la reserva.
Infraestructura
En la zona existe la estación de investigación La Sabana dentro de la reserva privada El Edén, que
colinda con la Reserva de Yum Balam; está administrada por un grupo de investigadores de la
Universidad de California en Riverside, el Colegio de la Frontera Sur, el PROAFT, y la UADY.
Vegetación y flora
La vegetación de la zona es desconocida; las primeras exploraciones (Reserva Ecológica El Edén,
1994) se han llevado a cabo en la parte sur de la zona, de donde se han descrito los siguiente tipos:
Selva mediana. Es un ecosistema forestal formado por árboles que alcanzan una altura de unos 15 m.
Esta selva ha sido fuertemente perturbada por los frecuentes ciclones provenientes del Caribe que
cruzan el norte de la península de Yucatán, por las quemas que han ocurrido desde épocas muy
antiguas y por las explotaciones forestales que se han hecho desde el siglo pasado. Entre los árboles
notables dominantes se encuentra el árbol del chicle (Manilkara zapota), la chaca (Bursera simaruba),
el cedro (Cedrela mexicana) y el ramón (Brosimum alicastrum) entre otros. En esta selva se encuentra
una diversa fauna entre cuyas especies destacan el pavo ocelado y el mono araña.
Tintales. Son selvas bajas en suelos inundables dominadas por el famoso palo de tinto, llamado
también palo de campeche (Haematoxylum campechianum). En estas selvas se encuentran como
codominantes el chechém (Metopium brownei), el yaxnique (Vitex gaumeri) y Erithroxylon
campechianum entre otros.
Sabanas. Este tipo de vegetación está muy bien representado en la reserva. Es un ecosistema muy
interesante y raro. Las sabanas de esta región son las únicas dentro de algún área natural protegida
en México. Es un tipo de vegetación dominado por árboles dispersos. El suelo es inundable en la
época de lluvia y está cubierto por gramíneas y ciperáceas. Es un ecosistema muy favorecido por los
venados y otros herbívoros. Las especies arbóreas más notables son: el nanche (Byrsonyma
crassifolia), el jícaro (Crescentia cujete) y la palma (Acoelorraphe wrightii), entre muchas otras. Existe
información de que en las sabanas de la región aún habita el tapir.
Humedales. Son zonas que se encuentran inundadas la mayor parte del año. En el sitio se
encuentran diversos tipos que obedecen a un gradiente relacionado con el tiempo de inundación:
desde zonas inundadas todo el año hasta sitios con inundación temporal. Estos distintos tipos de
humedales están reflejados en una diferente composición florística y faunística. La comunidad más
abundante es la dominada por el tule (Typha latifolia).
Además de estos tipos de vegetación, en la zona existen muy diversos cuerpos de agua que son
totalmente desconocidos desde el punto de vista biológico y ecológico. La región está totalmente
dominada por un sustrato de rocas calizas en un proceso avanzado de intemperismo por el agua. Este
proceso se refleja en la existencia de una amplísima red de canales subterráneos conectados con la
superficie por grietas de distintos tamaños: los microcenotes. En ellos se encuentran flora y fauna
únicas, donde los ejemplares acuáticos se refugian en la época de sequía. Durante las lluvias el nivel
de agua sobrepasa el de la superficie formando extensas lagunas donde la biota acuática se
reproduce rápidamente y adonde llega una rica avifauna. Este interesante fenómeno no ha sido
estudiado como tampoco lo han sido la flora y la fauna de estos sitios.
En la parte norte de la reserva se localizan grandes extensiones de manglares y dunas costeras
con su fauna y flora características.
Avifauna. En esta área natural protegida se encuentran algunas especies de aves que no se localizan
en otras partes de México, con excepción de Cozumel y zonas aledañas. Éstas son especies de
afinidad caribeña, tal como el mosquero (Elaenia martinica) o especies migratorias que hacen parada
única o principalmente en esta parte de México, como el chipe galán (Dendroica discolor). También se
encuentran otras especies de distribución limitada en México, como la paloma suelera pechiclara
(Leptotila jamaicensis), la paloma (Zenaida aurita) y el mímido negro (Melanoptila glabrirostris) (López
Ornat et al., 1989). Es un área importante para la migración del halcón peregrino (Falco peregrinus), y
se han registrado la cigüeña jabirú (Jabiru mycteria), el hocofaisán (Crax rubra), el flamenco rosado y
el pavo ocelado (Agriocharis ocellata) (Howell y Johnston, 1993).
Mastofauna. Se verificó la existencia de 22 mamíferos silvestres, entre los que se incluyen tres
especies consideradas como amenazadas o en peligro de extinción.
Taxa notables
El pavo ocelado (Agriocharis ocellata), el jaguar (Panthera onca)(P), el puma (Felis concolor), el
manatí (Trichechus manatus)(P), el mono araña (Ateles geoffroyi)(P), cuatro especies de tortugas
marinas, la cigüeña jabirú (Jabiru mycteria)(P), el halcón peregrino (Falco peregrinus)(A), el
hocofaisán, el cacomixtle (Bassariscus sumichrasti)(A), el ocelote (Leopardus pardalis)(P) y el
flamenco (Phoenicopterus ruber)(A).
Taxa amenazados
El pavo ocelado (Agriocharis ocellata), el jaguar (Panthera onca)(P), el puma (Felis concolor), el mono
araña (Ateles geoffroyi)(P), el tapir; dos especies de cocodrilos (Crocodylus acutus(R) y C.
moreleti(R)), aves como lo son el flamenco (Phoenicopterus ruber)(A), el jabirú (Jabiru mycteria)(P), la
espátula rosada, el zopilote rey (Sarcoramphus papa)(P), el halcón peregrino (Falco peregrinus)(A), el
halcón aplomado, el águila crestada, el pavo de monte, el hocofaisán, el cojolite y la perdiz de
Yucatán; una subespecie de garzón cenizo; algunos mamíferos entre los que se encuentra una
subespecie de tlacuachillo dorado; el mono aullador (Alouatta pigra)(P), el oso hormiguero (Tamandua
mexicana)(A), el cacomixtle (Bassariscus sumichrasti)(A), el jabalí de labios blancos, el temazate
(Mazama americana) y el manatí (Trichechus manatus)(P).
En peligro de extinción. El mono araña (Ateles geoffroyi), el jaguar (Panthera onca)(P), el puma
(Felis concolor), el ocelote (Leopardus pardalis)(P), el manatí (Trichechus manatus)(P), las tortugas
caguama (Caretta caretta)(P), de carey (Eretmochelys imbricata)(P), blanca (Chelonia mydas)(P) y
laúd (Dermochelys coriacea)(P), los cocodrilos de ría (Crocodylus acutus)(R) y de pantano (C.
moreleti)(R), y la cigüeña jabirú (Jabiru mycteria)(P) (Lazcano-Barrero et al., 1992).
Amenazas
Quemas incontroladas en las selvas, cacería furtiva, explotación forestal incontrolada, proyectos
futuros de acuacultura extensiva, ganadería, planes para el desarrollo de megaproyectos de fomento
turístico, pesca incontrolada, presión urbana sobre la parte alta de la región, caminos nuevos que
puedan cruzar el área.
Observaciones
En el mapa de humedales de México –elaborado por Conservación Internacional, noviembre de 1992–
se señala como humedal prioritario.
Dada la cercanía con Cancún esta reserva estaba fuertemente amenazada por un futuro
crecimiento urbano. Afortunadamente se logró su decreto y con ello se asegura un primer paso para
conservarla.
Se recomienda que a la mayor brevedad se elabore un plan de manejo para esta área que pueda
ser instrumentado de inmediato. Se sugiere que dicho plan se lleve a cabo con la colaboración de la
Estación de Investigación La Sabana de la Reserva El Edén, el ejido de Kantunil Kin, Yum Balam,
A.C., las comunidades de San Ángel Chiquila, Holbox y Amigos de Sian Ka’an. Se recomienda que el
monitoreo de la protección del área así como la ejecución del plan de manejo queden bajo la
responsabilidad de la Estación La Sabana y el ejido de Kantunil Kin.
Es importante revisar los límites de la reserva con estudios precisos en el campo para lograr que se
protejan las zonas selváticas adyacentes, ya que por ejemplo, no se incluyeron algunas áreas
importantes del municipio de Isla Mujeres y deben formar parte integral de la zona decretada.
Se recomienda llevar a cabo una ordenación ecológica conservacionista de toda la zona noreste de
la península de Yucatán (la biorregión denominada de Yalahau) que incluya las áreas protegidas de
Ría Lagartos, Contoy, Yum Balam y El Edén; que permita tener una integración de las medidas de uso
conservacionista del humedal más importante de la península de Yucatán.
Estudios y proyectos
Los estudios iniciales en que se basó la decisión de conservar esta área fueron elaborados por
CINVESTAV, ECOSFERA y PRONATURA. En la actualidad las investigaciones biológicas y ecológicas de la
parte sur del área las lleva a cabo la estación de investigación La Sabana localizada en la Reserva El
Edén con el apoyo de la Universidad de California en Riverside, PROAFT, ECOSUR y la UADY. Entre los
estudios en proceso están: vegetación, flora y fauna de la región, inventario de la biodiversidad en seis
ecosistemas de El Edén, estudio de los asentamientos humanos del pasado y su impacto sobre la
vegetación, estudios agroecológicos, regeneración de selvas, desarrollo de infraestructura para el
ecoturismo experimental. Existen además varios proyectos de ecología productiva propuestos por el
ejido de Kantunil Kin, entre ellos la cría de venados.
Bibliografía relevante
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enero de 1996
OTRAS ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS
En México se han decretado hasta la fecha más de 387 áreas protegidas bajo más de una cincuentena
de diferentes tipos de decreto, las cuales pueden agruparse en siete grandes categorías que las
engloban: áreas de protección, estaciones de biología, monumentos naturales, parques (con todas sus
variantes), refugios, reservas (forestales, de biosfera, ecológicas, integrales de biosfera y especiales
de biosfera) y zonas protectoras forestales (de cuencas, de ciudades, de haciendas, de presas, de
sistemas nacionales de riego (SNR), de arroyos, lagunas y ríos, de sierras y bosques, y de
repoblación).
En esta sección se enlistan aquellas áreas naturales protegidas que han sido creadas por
decretos federales. También se incluyen algunas de las áreas creadas por decretos estatales o
iniciativas privadas, que por su importancia biológica fueron consideradas prioritarias para la
conservación en las evaluaciones realizadas por los expertos que colaboraron en este proyecto. Las
áreas identificadas como prioritarias en el proyecto de investigación que dio origen al presente
documento, son las marcadas en negritas.
De acuerdo a la Ley General del Equilibrio Ecológico (1988) se consideran de interés de la
Federación, las áreas comprendidas en las categorías de parques nacionales y, áreas de protección
de recursos naturales; y de interés local, los parques urbanos y las zonas sujetas a conservación
ecológica.
La categoría de manejo, área de protección de recursos naturales, comprende los siguientes
tipos de área:
• reservas forestales
• reservas forestales nacionales
• zonas protectoras forestales
• zonas de restauración y propagación forestal
• zonas de protección de ríos, manantiales, depósitos y en general, fuentes de abastecimiento de
agua para el servicio de las poblaciones.
Cabe señalar que para las áreas establecidas por decreto, se marca solamente la fecha del
primer decreto, y en los casos en donde no se marca la superficie, es porque está compartida con otro
(s) estado (s) y/o que no se conoce con precisión.
Clave de siglas
enero de 1996
OTRAS ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS
Aguascalientes
Ciudad de Aguascalientes 12 julio 1937 48,000 ZPF
Ciudad de Calvillo 12 julio 1937 25,600 ZPF
Estado de Aguascalientes 26 agosto 1940 547,100 ZPF
Presa Presidente Elías Calles 3 agosto 1949 59,500 ZPF
Sierra Fría 30 enero 1994 112,090 ZSCE
SNR No. 1 3 enero 1934 496,000 ZPF
Baja California
Constitución de 1857 27 abril 1962 5,009 PN
Sierra de Hansen 4 octubre 1923 1'249,200 RF
Sierra de Juárez 4 agosto 1951 140,000 RFN
Sierra de San Pedro Mártir 27 julio 1951 74,000 RFN
Sierra de San Pedro Mártir 26 abril 1974 66,000 PN
Valle de los Cirios 2 junio 1980 2'611,000 ZPF
Coahuila
Balneario Los Novillos 18 junio 1940 42 PN
Presa El Centenario 3 agosto 1949 35,000 ZPF
Presa Internacional La Amistad 3 agosto 1949 3'450,000 ZPF
Presa San Miguel 3 agosto 1949 4,000 ZPF
Presa Venustiano Carranza 3 agosto 1949 2'920,000 ZPF
Sierra de Zapaliname 8 enero 1937 8,000 ZPF
SNR No. 4 y 7 3 enero 1934 2'800,000 ZPF
SNR No. 6 8 enero 1937 190,000 ZPF
SNR Río Salinas y San Juan 3 enero 1934 3'170,000 ZPF
Colima
El Jabalí 14 agosto 198 1 5,178 ZPF
Las Huertas 23 junio 1988 167 APRNR
Playas Volantín-Tepalcates y
Chupadero-Boca de Apiza 29 octubre 1986 15 ZRTM
Presa de Amela 3 agosto 1949 10,000 ZPF
Volcán Nevado de colima 5 septiembre 1936 22,200 PN
Chiapas
Cañón del Sumidero 8 diciembre 1980 21,789 PN
Cuenca alta del Río Usumacinta
y cuenca del Río Tulijá 12 enero 1979 2'612,300 ZPF
El Zapotal 27 agosto 1980 192 RE
La Concordia 20 marzo 1979 60,000 ZPF
La Frailescana 60,450 ZRN
Lagunas de Montebello 16 diciembre 1959 6,022 PN
Montes de los predios de
Huizapa Sesecapa 8 octubre 1936 12,944 ZFR
Chihuahua
Bosques de Aldama 21 agosto 1934 696 ZPF
Campo Verde 3 enero 1938 78,792 RFN
Cascadas de Bassaseachic 6 febrero 19816,223 PN
Ciudad de Chihuahua 24 noviembre 1936 148,960 ZPF
Cuenca del Río Florido 20 marzo 1952 1'109,000 ZPF
Cuenca hidrográfica superior
del Río Yaqui 3 enero 1934 ZPF
Durango
Centenario 14 mayo 1945 30,000 RFN
Cuenca del Río Florido 20 marzo 1952 ZPF
Los montes de la Hacienda
de Otinapa 20 julio 1934 182,800 ZPF
Guanajuato
Cuenca de captación
de la Presa de la Esperanza 4 junio 1946 1,684 ZPF
Cuenca hidrográfica superior
del Río Lerma 3 enero 1934 ZPF
Parte del mpio. de León de
los Aldama 30 diciembre 1936 49,147 ZPF
Presa Ignacio Allende 3 agosto 1949 440,000 ZPF
Presa Laguna Yuriria 3 agosto 1949 22,500 ZPF
Presa Peñuelitas 3 agosto 1949 39,500 ZPF
Presa Solís 3 agosto 1949 113,000 ZPF
Guerrero
Alejandro de Humboldt 9 septiembre 1936 1,080 PE
Ciudad de Taxco 24 marzo 1936 23,000 ZPF
El Veladero 17 julio 1980 3,159 PN
General Juan _lvarez 30 mayo 1964 528 PN
Grutas de Cacahuamilpa 23 abril 1936 1,600 PN
Playa de Tierra Colorada 29 octubre 1986 2,700 ZRN
Playa Piedra de Tlacoyunque 29 octubre 1986 1,190 ZRN
Presa José María Morelos 3 agosto 1949 ZPF
Presa La Calera 3 agosto 1949 250,000 ZPF
Presa Laguna de Tuxpan 3 agosto 1949 10,000 ZPF
Presa Valerio Trujano 3 agosto 1949 45,000 ZPF
Presa Vicente Guerrero 3 agosto 1949 80,000 ZPF
Serranía que rodea al
Puerto de Acapulco 7 enero 1937 80,000 ZPF
Terrenos que rodean la ciudad
de Bravos 5 agosto 1938 20,000 ZPF
Hidalgo
El Chico (1898) 6 julio 1982 2,739 PN
Los Mármoles 8 septiembre 1936 23,150 PN
Para la Ciudad de México 24 mayo 1949 ZPF
Presa Endó 3 agosto 1949 50,000 ZPF
Presa La Esperanza 3 agosto 1949 10,000 ZPF
Presa La Peña R. Gómez 3 agosto 1949 35,000 ZPF
Presa Requema 3 agosto 1949 17,000 ZPF
Presa Taxhimay 3 agosto 1949 1,700 ZPF
Presa Vicente Aguirre 3 agosto 1949 15,000 ZPF
SNR No. 3 Río Tepeji 3 enero 1934 125,000 ZPF
SNR No. 8 3 enero 1934 ZPF
Terrenos de Fray Francisco 4 enero 1937 21,500 ZPF
Terrenos forestales que rodean a la
ciudad de Pachuca 11 septiembre 1937 26,000 ZPF
Terrenos forestales que rodean
a la ciudad de Zacualtipán 20 abril 1939 27,100 ZPF
Tula 27 mayo 1981 99 PN
Valle del Mezquital 23 abril 1947 ZPF
Vertientes y planicies de la cuenca
del Valle de México 24 junio 1923 ZPF
Jalisco
Bosque La Primavera 6 marzo 1980 30,500 ZPF
Playa Cuitzmala 29 octubre 1986 ZRTM
Playa El Tecuán 29 octubre 1986 700 ZRTM
Playa Mismaloya 29 octubre 1986 6,900 ZRTM
Playa Teopa 29 octubre 1986 600 ZRTM
Presa Basilio Badillo 3 agosto 1949 166,000 ZPF
Presa Cajititlán 3 agosto 1949 9,700 ZPF
Presa Cajón de Peñas 3 agosto 1949 110,000 ZPF
Presa Coatepec 3 agosto 1949 5,500 ZPF
Presa Cuarenta 3 agosto 1949 74,800 ZPF
Presa El Estribón 3 agosto 1949 6,100 ZPF
Presa El Llano 3 agosto 1949 5,000 ZPF
Presa El Trigo 3 agosto 1949 5,000 ZPF
Presa EL Volantín 3 agosto 1949 4,100 ZPF
Presa Hurtado 3 agosto 1949 34,500 ZPF
Presa La Boquilla 3 agosto 1949 2,200 ZPF
Presa La Chila 3 agosto 1949 2,300 ZPF
Presa La Colonia 3 agosto 1949 8,100 ZPF
Presa La Quemada 3 agosto 1949 1,700 ZPF
Presa Laguna Colorada 3 agosto 1949 4,500 ZPF
Presa Laguna Palo Verde 3 agosto 1949 4,100 ZPF
Presa Lic. Santiago
Camarena Camarena 3 agosto 1949 72,600 ZPF
Presa Los Olivos 3 agosto 1949 35,900 ZPF
Presa San Andrés 3 agosto 1949 6,500 ZPF
Presa Tacotán 3 agosto 1949 73,900 ZPF
Presa Tenasco 3 agosto 1949 11,600 ZPF
Presa Vicente C. Villaseñor 3 agosto 1949 7,900 ZPF
Sierra de Quila 4 agosto 1982 15,192 ZPF
Terrenos nacionales de Izatán 26 mayo 1924 5,313 ZPF
Varios montes situados
en la población de Guadalajara 7 diciembre 1934 654,600 ZPF
Volcán Nevado de Colima 5 septiembre 1936 PN
Michoacán
Barranca de Cupatitzio 2 noviembre 1938 452 PN
Bosencheve 1 agosto 1940 PN
Cerro de Garnica 5 septiembre 1936 968 PN
Ciudad Ario de Rosales 16 junio 1937 13,800 ZPF
Ciudad de Jiquilpan 18 noviembre 1938 7,000 ZPF
Ciudad de Tacámbaro 18 septiembre 1936 36,000 ZPF
Ciudad de Uruapan 17 febrero 1937 13,664 ZPF
Ciudad de Zitácuaro 4 enero 1937 13,680 ZPF
Cuenca hidrófica
del Río Chiquito en Morelia 8 septiembre 1936 5,000 ZPF
Cuenca hidrográfica superior
del Río Lerma 3 enero 1934 ZPF
Insurgente José María Morelos
y Pavón 22 febrero 1939 4,324 PN
Lago de Camécuaro 8 marzo 1941 9 PN
Los Azufres 20 septiembre 1979 16,167 ZPF
Pico de Tancítaro 27 julio 1940 29,316 PN
Playa de Maruata y Colola 29 octubre 1986 1,250 ZRTM
Playa de Mexiquillo 29 octubre 1986 1,250 ZRTM
Presa Agostitlán 3 agosto 1949 5,000 ZPF
Presa Barrajo de Ibarra 3 agosto 1949 200,000 ZPF
Presa Chincua 3 agosto 1949 20,000 ZPF
Presa Cointzio 3 agosto 1949 20,000 ZPF
Presa Copándaro 3 agosto 1949 19,000 ZPF
Presa de Gonzalo 3 agosto 1949 12,600 ZPF
Presa El Pejo 3 agosto 1949 10,000 ZPF
Presa Guaracha 3 agosto 1949 17,900 ZPF
Presa Jaripó 3 agosto 1949 9,600 ZPF
Presa José María Morelos 3 agosto 1949 137,000 ZPF
Presa Laguna del Fresno 3 agosto 1949 4,900 ZPF
Presa Malpaís 3 agosto 1949 15,600 ZPF
Presa Melchor Ocampo 3 agosto 1949 54,200 ZPF
Presa Pucuato 3 agosto 1949 4,900 ZPF
Presa Sabaneta 3 agosto 1949 1,000 ZPF
Presa San Juanico 3 agosto 1949 15,100 ZPF
Presa Tarécuato 3 agosto 1949 5,400 ZPF
Presa Tepuxtepec 3 agosto 1949 16,000 ZPF
Presa Urepetiro 3 agosto 1949 25,800 ZPF
Presa Zicuarán 3 agosto 1949 150,000 ZPF
Rayón 29 agosto 1952 25 PN
Temascal 22 julio 1939 1,304 ZPF
Terrenos que forman la cuenca hidrográfica
del Lago de Pátzcuaro 23 enero 1936 95,300 ZPF
Morelos
Ciudad de Cuernavaca 17 noviembre 1937 9,870 ZPF
Contorno de los manantiales termales
de Agua Hedionda 31 enero 1939 3,800 ZPF
El Tepozteco 22 enero 1937 24,000 PN
Grutas de Cacahuamilpa 23 abril 1936 PN
Iztaccíhuatl-Popocatépetl 8 noviembre 1935 PN
Lagunas de Zempoala 21 noviembre 1936 4,669 PN
Presa El Rodeo 3 agosto 1949 8,500 ZPF
Sierra de Huautla 31 marzo 1993 31,314 ZSCE
Nayarit
Isla Isabel 8 diciembre 1980 194 PN
Nuevo León
SNR Río Salinas y San Juan 3 enero 1934 ZPF
Cumbres de Monterrey 24 noviembre 1939 246,500 PN
El Sabinal 25 agosto 1938 8 PN
Presa Salinillas 3 agosto 1949 2,200 ZPF
Presa Est. R. Caballero 3 agosto 1949 ZPF
Presa Internacional Falcón 3 agosto 1949 ZPF
Presa Marte R. Gómez 3 agosto 1949 ZPF
Presa Vicente Guerrero 3 agosto 1949 ZPF
Oaxaca
Benito Juárez 30 diciembre 1937 2,737 PN
Ciudad de Ixtepec 4 junio 1938 35,200 ZPF
Ciudad de Oaxaca 3 mayo 1937 19,100 ZPF
Lagunas de Chacahua 9 julio 1937 14,187 PN
Playa de Escobilla 29 octubre 1986 1,500 ZRTM
Playa de la Bahía de Chacahua 29 octubre 1986 1,740 ZRTM
Presa Presidente Benito Juárez 3 agosto 1949 970,000 ZPF
Puebla
Ciudad de Puebla 4 mayo 1937 41,000 ZPF
Cuenca del Río Necaxa 20 agosto 1938 46,080 ZPF
Cuenca hidrográfica de los ríos Atoyac,
Zahuapan y Nexapa 7 septiembre 1935 455,253 ZPF
ESTADO Y NOMBRE FECHA SUPERFICIE CATEGORÍA O
DE DECRETO (HA) TIPO DE ÁREA
Cuetzalan, Pahuatlán
y Huehuetla 1943 500 ZPF
Distintas porciones arboladas
de terrenos
en el Estado de México y Puebla 14 abril 1926 RF
Iztaccíhuatl-Popocatépetl 8 noviembre 1935 PN
La Malinche 6 octubre 1938 PN
Pico de Orizaba 4 enero 1937 PN
Presa Manuel _vila Camacho 3 agosto 1949 241,700 ZPF
Varios terrenos en el Estado
de Puebla 22 agosto 1934 25,500 ZPF
Zoquipan y anexas 13 marzo 1937 PN
Querétaro
Cerro de Las Campanas 7 julio 1937 58 PN
Cuenca del Río San Ildefonso 4 noviembre 1941 123,500 ZPF
Cuenca hidrográfica superior
del Río Lerma 3 enero 1934 ZPF
El Cimatario 21 julio 1982 2,447 PN
Presa Constitución de 1917 3 agosto 1949 44,300 ZPF
Presa de San Ildefonso 3 agosto 1949 11,400 ZPF
Quintana Roo
Costa occidental de Isla Mujeres 7 febrero 1973 ZRFFM
Costa occidental de Isla
de Cozumel 11 junio 1980 23,000 ZRFFM
El Edén 1990 1,492 RP
Tulum 30 abril 1981 664 PN
Sinaloa
Cerro del Vigía 16 julio 1931 ZFR
Playa Ceuta 29 octubre 1986 3,500 ZRTM
Playa El Verde Camacho 29 octubre 1986 3,000 ZRTM
Presa Bacurato 3 agosto 1949 254,000 ZPF
Presa El Comedero 3 agosto 1949 51,000 ZPF
Presa Eustaquio Buelna 3 agosto 1949 57,100 ZPF
Presa Josefa Ortiz
de Domínguez 3 agosto 1949 35,000 ZPF
Presa Miguel Hidalgo 3 agosto 1949 365,000 ZPF
Presa Presidente Adolfo
López Mateos 3 agosto 1949 306,000 ZPF
Presa Sanalona 3 agosto 1949 78,000 ZPF
Puerto de Mazatlán 30 noviembre 1936 36,000 ZPF
SNR No. 10 6 julio 1937 ZPF
Sonora
Arroyo de Nogales 15 febrero 1936 8,650 ZPF
Bavispe 9 septiembre 1939 198,160 RFN
Ciudad de Hermosillo 4 junio 1938 12,000 ZPF
Cuenca hidrográfica superior
del Río Yaqui 3 enero 1934 5'171,500 ZPF
Presa Abelardo L. Rodríguez 3 agosto 1949 2'080,000 ZPF
Presa _lvaro Obregón 3 agosto 1949 2'295,000 ZPF
Presa Cuauhtémoc 3 agosto 1949 193,300 ZPF
Presa Josefa Ortiz
de Domínguez 3 agosto 1949 ZPF
Presa La Angostura 3 agosto 1949 1'175,000 ZPF
Presa Miguel Hidalgo 3 agosto 1949 ZPF
Presa Plutarco Elías Calles 3 agosto 1949 1'185,000 ZPF
Presa Presidente Adolfo Ruiz
Cortínez 3 agosto 1949 1'263,000 ZPF
Sierra de los Ajos, Buenos
Aires y La Purica 30 junio 1936 21,494 RFN
Sierra La Mariquita-
Río San Pedro 11 septiembre 1987 33,236 APRH
Tamaulipas
Playa Rancho Nuevo 4 julio 1977 1,760 ZRTM
Presa Est. R. Caballero 3 agosto 1949 1'130,000 ZPF
Presa Internacional Falcón 3 agosto 1949 230,000 ZPF
Presa Marte R. Gómez 3 agosto 1949 60,000 ZPF
Presa Vicente Guerrero 3 agosto 1949 1'249,000 ZPF
SNR No. 2 El Mante 3 enero 1934 100,000 ZPF
Tlaxcala
Cuenca hidrográfica de los Ríos Atoyac,
Zahuapan y Necaxa 7 septiembre 1935 ZPF
La Malinche 6 octubre 1938 45,711 PN
Presa Manuel _vila Camacho 3 agosto 1949 ZPF
Presa San José de Atlanga 3 agosto 1949 20,000 ZPF
Vertientes y planicies de la cuenca
del Valle de México 24 junio 1923 ZPF
Xicoténcatl 17 noviembre 1937 680 PN
Veracruz
Bosques de la región de Tocuila 30 septiembre 1931 1,100 ZPF
Cañón del Río Blanco 22 marzo de 1938 55,960 PN
Ciudad de Orizaba 17 marzo 1938 51,500 ZPF
Cofre de Perote 4 mayo 1937 11,700 PN
Cuenca hidrográfica del
Lago Catemaco 6 enero 1937 28,500 ZPF
Cuenca hidrográfica Río
Carbonera 26 noviembre 1936 22,050 RF
Cuenca hidrográfica superior
del Río Blanco 30 noviembre 1933 167,000 ZPF
El Gavilán, cantón de Minatitlán 3 noviembre 1923 9,682 RF
La Mancha 49 EB
Laguna de Alchichica 5 agosto 1946 52,500 ZPF
Los Tuxtlas 700 EB
Pico de Orizaba 4 enero 1937 19,750 PN
Presa de Chicayán 3 agosto 1949 265,000 ZPF
Puerto y ciudad de Veracruz 20 diciembre 1938 3,200 ZPF
San José de los Molinos 5 octubre 1942 2,995 RFN
Santa Gertrudis 16 agosto 1982 925 ZPF
Yucatán
Dzilam RE
Dzibilchantún 14 abril 1987 539 PN
Playa adyacente a Ría Lagartos 29 octubre 1986 4,200 ZSCE
Zacatecas
Ciudad de Zacatecas 18 noviembre 1937 1,800 ZPF
Presa El Chique 3 agosto 1949 272,200 ZPF
Presa Leobardo Reynoso 3 agosto 1949 144,100 ZPF
Presa Miguel Alemán 3 agosto 1949 74,200 ZPF
Presa Santa Rosa 3 agosto 1949 21,100 ZPF
SNR No. 1 3 enero 1934 ZPF
SNR No. 8 3 enero 1934 ZPF
ACRÓNIMOS UTILIZADOS EN LAS FICHAS TÉCNICAS
AID Agency for International Development (Agencia Internacional para el Desarrollo de los
Estados Unidos)
BIOCENOSIS Biocenocis, A.C.
CE Centro de Ecología-UNAM
CEDO Centro Ecológico de Sonora
CES Centro Ecológico de Sonora
CETENAL Comisión de Estudios del Territorio Nacional, hoy INEGI
CFE Comisión Federal de Electricidad
CI Conservation International
CIB Centro de Investigaciones Biológicas de Baja California Sur, A.C.
CICESE Centro de Investigaciones Científicas y Estudios Superiores de Ensenada
CICTUS Centro de Investigación y Desarrollo de los Recursos Naturales de Sonora
CICY Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán
CIDESON Centro de Investigaciones del Desierto de Sonora
CIES Centro de Investigaciones Ecológicas del Sureste, A.C.
CIHS Centro de Investigaciones Históricas y Sociales-UAC
CILA Centro de Investigaciones de los Límites y Aguas
CINVESTAV Centro de Investigación y Estudios Avanzados-IPN
CIPAMEX Consejo Internacional para la Preservación de las Aves, Capítulo México
CIQRO Centro de Investigaciones de Quintana Roo
CNA Comisión Nacional del Agua
CNRS Conseil National pour la Recherche Scientifique (Consejo Nacional para la
Investigación Científica de Francia)
CONABIO Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
CONACYT Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
COTECOCA Comité Técnico Consultivo para la Determinación de Coeficientes de
Agostadero
CRIP Centro Regional de Investigaciones Pesqueras
CWS Canadian Wildlife Service (Servicio Canadiense de Flora y Fauna Silvestre)
DUMAC Ducks Unlimited de México
ECOSFERA Centro de Estudios para la Conservación de los Recursos Naturales, A.C.
ECOSUR El Colegio de la Frontera Sur
EPOMEX Programa de Ecología, Pesquerías y Oceanografía del Golfo de México
FAO United Nations Food and Agriculture Organization (Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación)
FUNDAMAT Fundación Miguel Álvarez del Toro
FUNDAREB Fundación Mexicana para los Recursos Bióticos, A.C.
GECE Grupo Ecologista de Celestún
GEMA Grupo Ecologista del Mayab
ICML Instituto de Ciencias del Mar y Limnología-UNAM
IE Instituto de Ecología, A.C., Xalapa, Ver.
IEA-UAT Instituto de Ecología y Alimentos-Universidad Autónoma de Tamaulipas
IHN Instituto de Historia Natural, Chiapas
IMECBIO Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad
IMERNAR Instituto Mexicano de Recursos Naturales, A.C.
INAH Instituto Nacional de Antropología e Historia
INE Instituto Nacional de Ecología; antes Subsecretaría de Ecología-SEDUE,
después INE-SEDESOL, ahora INE-SEMARNAP
INEGI Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
INI Instituto Nacional Indigenista
INIFAP Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias
INIREB Instituto de Investigaciones sobre Recursos Bióticos, A. C.
IPN Instituto Politécnico Nacional
IREBIT Instituto de Recursos Bióticos de Tabasco, A.C.
ISYSA Industria Salinera de Yucatán, S.A.
ITESM Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey
MAB Man and Biosphere (Programa El Hombre y la Biosfera)-UNESCO
NOAA National Oceanic and Atmospheric Administration (Administración Nacional para los
Océanos y la Atmósfera, E.U.)
OEA Organización de Estados Americanos
OPNM Organ Pipe National Monument (Monumento Nacional Organ Pipe, E.U.)
ORSTOM Institut Français de Recherche Scientifique pour le Developpement en Cooperation
(Instituto Francés de Investigación Científica para el Desarrollo en Cooperación)
PACONAT Patronato para la Conservación de la Naturaleza, A.C.
PEMEX Petróleos Mexicanos
PMNCS Patronato Monumento Natural Cerro de la Silla, A.C.
PROAFT Programa de Acción Forestal Tropical, A.C.
PROFEPA Procuraduría Federal de Protección al Ambiente
PRONATURA Pronatura, A.C.
PSTC Programa de Estudios para la Conservación de los Trópicos
SAGDR Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural
SAHOP Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas
SARH Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos
SCT Secretaría de Comunicaciones y Transportes
SECTUR Secretaría de Turismo
SEDEMAR Secretaría de Marina
SEDESOL Secretaría de Desarrollo Social
SEDUE Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología
SEMARNAP Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca
SEP Secretaría de Educación Pública
SEPESCA Secretaría de Pesca
SG Secretaría de Gobernación
SHCP Secretaría de Hacienda y Crédito Público
SINAP Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas
SNR Sistema Nacional de Riego
SPP Secretaría de Programación y Presupuesto
SRA Secretaría de la Reforma Agraria
SSC Species Survival Commission (Comisión para la Supervivencia de las
Especies, E.U.)
TNC The Nature Conservancy (Conservación de la Naturaleza)
UABC Universidad Autónoma de Baja California
UAC Universidad Autónoma de Campeche
UADY Universidad Autónoma de Yucatán
UAM-X Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
UANL Universidad Autónoma de Nuevo León
UICN Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN en inglés)
UJAT Universidad Juárez Autónoma de Tabasco
UNAM Universidad Nacional Autónoma de México
UNESCO United Nations Education, Science and Culture Organization (Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura)
USFWS United States Fish and Wildlife Service (Servicio de Pesca, Flora y Fauna Silvestre,
E.U.)
UV Universidad Veracruzana
WWF World Wildlife Fund for Nature (Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza)