232.tratamientospsicologicos Infancia Adolescencia
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net/publication/352384379
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Resumen Abstract
Antecedentes: la evidencia empírica acumulada en los últimos años sobre Empirically Supported Psychological Treatments for Children
la eficacia, efectividad y eficiencia de los tratamientos psicológicos en la and Adolescents: State of the Art. Background: The empirical
infancia y adolescencia reclama una actualización. El principal objetivo evidence accumulated on the efficacy, effectiveness, and efficiency of
de este artículo es el de llevar a cabo una revisión de los tratamientos psychotherapeutic treatments in children and adolescents calls for an
psicológicos empíricamente apoyados para una diversidad de problemas update. The main goal of this paper objective was to carry out a selective
psicológicos habituales en la infancia y la adolescencia. Método: review of empirically supported psychological treatments for a variety
se revisan los tratamientos psicológicos para diferentes trastornos of common psychological disorders and problems in childhood and
psicológicos y problemas en el ajuste socioemocional o conductual en adolescence. Method: A review was carried out of the psychological
población infanto-juvenil en función de los niveles de evidencia y grados treatments for different psychological disorders and problems in social-
de recomendación del Sistema Nacional de Salud de España (Guías de emotional or behavioral adjustment in the child-adolescent population
Práctica Clínica). Resultados: los hallazgos sugieren que los tratamientos according to the Spanish National Health System (Clinical Practice
psicológicos específicamente dirigidos a niños, niñas y adolescentes Guidelines) levels of evidence and degrees of recommendation. Results:
disponen de apoyo empírico para el abordaje de un amplio elenco de The findings suggest that psychological treatments have empirical
problemas psicológicos. Este grado de apoyo empírico oscila de bajo a support for addressing a wide range of psychological problems in these
alto en función del problema analizado. La revisión muestra un avance developmental stages. The degree of empirical support ranges from low
desigual en los diferentes campos de intervención. Conclusiones: a partir to high depending on the phenomenon analyzed. The review suggests
de esta actualización, los profesionales de la psicología podrán tomar unequal progress in the different fields of intervention. Conclusions:
decisiones informadas a la hora de implementar aquellas intervenciones From this update, psychologists will be able to make informed decisions
psicológicas con apoyo empírico para el abordaje de los problemas en la when implementing those empirically supported treatments to address the
infancia y la adolescencia. problems that occur in childhood and adolescence.
Palabras clave: tratamientos psicológicos; revisión; evidencia empírica; Keywords: Psychological treatments; review; empirical support; childhood
infancia y adolescencia. and adolescence.
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Tratamientos Psicológicos Empíricamente Apoyados Para la Infancia y Adolescencia: Estado de la Cuestión
beneficioso, de magnitud moderada, y relativamente duradero en notable la falta de trabajos de actualización y revisión en español
el tiempo (p. ej., Australian Psychological Society [APS], 2018; sobre cuáles son las intervenciones con mayor soporte empírico
Chorpita et al., 2011; Gálvez-Lara et al., 2018; Weisz et al., 2017, que, a su vez, consideren las características de las personas que
2019). En muchos casos son, además, el tratamiento de elección. demandan ayuda. A esto se suma la enorme controversia actual,
Las intervenciones psicológicas también han mostrado su eficacia que se inició hace ya casi veinte años con un editorial de la presti-
y utilidad clínica en una gran variedad de ámbitos de aplicación, giosa revista The Lancet (2004), acerca del uso de psicofármacos
que no se circunscriben únicamente ni a contextos sanitarios ni en menores de edad. Agencias internacionales como la FDA (Food
a los trastornos mentales clínicamente diagnosticados según los and Drug Administration), la EMA (European Medicines Agency)
sistemas clasificatorios internacionales al uso. La promoción de la o la MHRA (Medicines & Healthcare products Regulatory Agen-
salud mental y la prevención de dificultades en el ajuste psicológi- cy) han puesto de manifiesto en numerosas ocasiones la falta de
co en contextos educativos o sociales son dos excelentes ejemplos evidencias concluyentes que justifiquen los beneficios de su uso
(p. ej., Acosta-Rodríguez et al., 2020; Díez-Gómez et al., 2020; en la infancia y adolescencia (véase, por ejemplo, Bachmann et al.,
Fenwick-Smith et al., 2018; Lucas-Molina y Giménez-Dasí, 2019; 2016; Hengartner, 2020).
Taylor et al., 2017). Dentro de este contexto profesional y de investigación, el ob-
Disponer de tratamientos psicológicos empíricamente apoya- jetivo de este trabajo fue realizar una revisión de los principales
dos (TPEA) tiene consecuencias en múltiples niveles como, por tratamientos psicológicos empíricamente apoyados para el abor-
ejemplo, la mejora de la calidad y accesibilidad de la atención daje de diferentes trastornos psico(pato)lógicos y problemas de
psicológica brindada a la sociedad. También tiene implicaciones ajuste socioemocional en población infanto-juvenil. Para ello,
para el propio desarrollo de la Psicología como ciencia y profe- como sistema de análisis de los niveles de evidencia y grados de
sión (Fonseca-Pedrero, 2021a). Todo profesional de la psicología recomendación, se ha utilizado el propuesto por el Sistema Nacio-
debería saber qué tratamiento psicológico, fundamentado en una nal de Salud (SNS) de España (Guías de Práctica Clínica, GCP)
sólida base científica, hay que aplicar a una persona con un pro- (véase Tabla 1). Asimismo, se ha utilizado como eje vertebrador
blema específico bajo unas determinadas características, y cómo el modelo de Clasificación Internacional de las Enfermedades-11
hacerlo para maximizar sus potenciales efectos beneficiosos y (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018),
reducir los posibles riesgos (Botella, 2017; Fonseca-Pedrero et en particular el capítulo “Trastornos mentales, del comportamien-
al., 2021; Pérez-Álvarez et al., 2003). A este respecto, el Código to y del neurodesarrollo”. La selección de este modelo de clasi-
Deontológico del Psicólogo, en su artículo 17 (Consejo General ficación se fundamenta, entre otros aspectos, en que: a) la OMS
de Colegios Oficiales de Psicólogos, 2015), establece que los pro- es una organización sin ánimo de lucro en la que participan la
fesionales de la psicología deben hacer un “esfuerzo continuado gran mayoría de los países a nivel mundial (estados miembros),
de actualización de su competencia profesional”. Igualmente, el incluida España; b) el modelo CIE-11 de la OMS es un sistema
artículo 18 establece que “sin perjuicio de la legítima diversidad de diagnóstico internacional que se utiliza en el ámbito de la sa-
de teorías, escuelas y métodos, el/la psicólogo/a no utilizará me- lud (no solo salud mental) y es de acceso libre en internet, sin
dios o procedimientos que no se hallen suficientemente contrasta- costo alguno, y está disponible en 43 idiomas; y c) es el modelo
dos, dentro de los límites del conocimiento científico vigente”. Es, de clasificación diagnóstica utilizado en la práctica clínica por el
por lo tanto, una responsabilidad del profesional de la psicología sistema nacional salud español. Igualmente, se revisaron aquellos
ofrecer a las personas aquellos tratamientos psicológicos que dis- tratamientos psicológicos empíricamente apoyados para proble-
pongan de respaldo científico. Esta responsabilidad es incluso más mas psico(pato)lógicos que no se circunscriben exclusivamente
necesaria si las personas objeto de la intervención son menores de al ámbito clínico y que son radicalmente psicológicos (p. ej.,
edad, cuyo abordaje clínico presentaría algunas particularidades acoso escolar, duelo, conducta suicida). Asimismo, se incluyeron
que cabe mencionar a continuación: a) está limitado por la con- diferentes problemas que, si bien no disponen de una categoría
dición jurídica del o de la menor, su nivel de dependencia y auto- diagnóstica al uso para la población infanto-juvenil, son relevan-
nomía, por lo que serán los padres, madres o responsables legales tes desde un punto de vista clínico y sociosanitario, además de
quienes autoricen y en la mayoría de los casos los que decidan o habituales en estas etapas del ciclo vital (p. ej., depresión, tras-
propicien que el niño, niña o adolescente acuda a un profesional; tornos de ansiedad).
b) se caracteriza por una aproximación multimodal (enfoque mul- Nótese que en esta revisión no se han abordado ni todos los
tidimensional, multimétodo y multiinformante), ante diferentes trastornos psicológicos ni todas las posibles problemáticas de
personas (imprescindible la “presencia” de la familia), en áreas ajuste socioemocional que pueden ocurrir durante la infancia y la
diversas de funcionamiento (personal, social, escolar, etc.), evolu- adolescencia. A este respecto se pueden consultar las diferentes
tiva y contextualizada; y c) tiene como nota distintiva que el papel páginas web de la Asociación Americana de Psicología (Ameri-
del psicólogo es más activo y plural (Espada et al., 2020). Así, la can Psychological Association, División 12 y 53), del Instituto
infancia y la adolescencia son etapas cruciales en el desarrollo Nacional de Salud y Excelencia Clínica del Reino Unido (Natio-
humano, pues durante estos periodos se asientan las bases de la nal Institute for Health and Care Excellence, NICE), o de la Red
posterior vida adulta. Escocesa Intercolegial de Guías de Práctica Clínica (Scottish In-
En los últimos años el conocimiento empírico acumulado res- tercollegiate Guidelines Network, SIGN). También remitimos al
pecto a los beneficios de los tratamientos psicológicos para la in- lector a trabajos previos (APS, 2018; APA División 12, 2021; APA
fancia y la adolescencia, cualquiera que sea su formato de aplica- División 53, 2021; Fonseca-Pedrero, 2021a, 2021b; Moriana et al.,
ción, ha crecido de forma exponencial tanto en calidad como en 2017; Norcross y Lambert, 2019; Norcross y Wampold, 2019; Pé-
cantidad (p. ej., Weisz et al., 2019), aspecto que reclama una ac- rez-Álvarez, 2019, 2020; Wampold e Imel, 2015), en particular, a
tualización. Más aún, dada la importancia fundamental de disponer los diferentes capítulos del “Manual de tratamientos psicológicos.
de TPEA para abordar los trastornos psicológicos, no deja de ser Infancia y adolescencia” de Fonseca-Pedrero (2021b).
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Eduardo Fonseca-Pedrero et al.
Tabla 1
Niveles de evidencia y grados de recomendación de las Guías de práctica clínica del Sistema Nacional de Salud de España
Niveles de evidencia
1++ Metaanálisis, revisiones sistemáticas de ensayos clínicos o ensayos clínicos de alta calidad con muy poco riesgo de sesgo.
1+ Metaanálisis, revisiones sistemáticas de ensayos clínicos o ensayos clínicos bien realizados con poco riesgo de sesgo.
1- Metaanálisis, revisiones sistemáticas de ensayos clínicos o ensayos clínicos con alto riesgo de sesgo.
Revisiones sistemáticas de estudios de cohortes o de casos y controles o estudios de pruebas diagnósticas de alta calidad, estudios de cohortes o de casos y controles de pruebas
2++
diagnósticas de alta calidad con riesgo muy bajo de sesgo y con alta probabilidad de establecer una relación causal.
Estudios de cohortes o de casos y controles o estudios de pruebas diagnósticas bien realizadas con bajo riesgo de sesgo y con una moderada probabilidad de establecer una
2+
relación causal.
2- Estudios de cohortes o de casos y controles con alto riesgo de sesgo.
3 Estudios no analíticos, como informes de casos y series de casos.
4 Opinión de expertos.
Grados de recomendación
Al menos un metaanálisis, revisión sistemática de ECA*, o ECA de nivel 1++, directamente aplicables a la población diana, o evidencia suficiente derivada de estudios de nivel
A
1+, directamente aplicable a la población diana y que demuestren consistencia global en los resultados.
Evidencia suficiente derivada de estudios de nivel 2++, directamente aplicable a la población diana y que demuestren consistencia global en los resultados. Evidencia extrapolada
B
de estudios de nivel 1++ o 1+.
Evidencia suficiente derivada de estudios de nivel 2+, directamente aplicable a la población diana y que demuestren consistencia global en los resultados. Evidencia extrapolada
C
de estudios de nivel 2++.
D Evidencia de nivel 3 o 4. Evidencia extrapolada de estudios de nivel 2+.
Tratamientos psicológicos empíricamente apoyados para la Trastorno del espectro autista. Los tratamientos que muestran
infancia y adolescencia a revisión un mayor apoyo empírico (grado de recomendación A) son la inter-
vención conductual de desarrollo y naturalista (naturalistic deve-
Se revisan, a continuación, los niveles de evidencia y grados de lopmental behavioral interventions) y la intervención en atención
recomendación de los tratamientos psicológicos disponibles para conjunta. Los formatos de intervención que han mostrado un grado
trastornos mentales, según la CIE-11 (OMS, 2018), así como para de recomendación B son la intervención conductual intensiva tem-
diferentes problemas psicológicos que acontecen en la infancia y prana, el entrenamiento en habilidades sociales, la musicoterapia,
adolescencia. Los resultados se presentan en la Tabla 2 y Tabla 3, la intervención en actividad física y las diferentes formas de inter-
respectivamente. vención temprana (basada en las familias, en lenguaje hablado, en
Trastornos del desarrollo intelectual. La mayor parte de las in- comunicación social y en el modelo Denver).
tervenciones psicológicas con personas con discapacidad intelectual Trastorno por déficit de atención con hiperactividad. El tra-
son métodos de prevención terciaria centrados en tratar condiciones tamiento conductual a nivel familiar, escolar y social es el único
asociadas, como los problemas de conducta o los problemas de salud formato de intervención que tiene un grado de recomendación A.
mental. No se analiza aquí el tratamiento psicológico de la discapaci- Dentro de este conjunto de tratamientos destacan el behavioral pa-
dad intelectual ni los tratamientos para la mejora del funcionamiento rent training, el behavioral classroom management y el behavioral
general. Las evidencias sobre la eficacia de los tratamientos psicoló- peer interventions.
gicos en personas con discapacidad intelectual son extremadamente Trastornos relacionados con el movimiento y el desarrollo mo-
limitadas, mucho más durante las etapas de la infancia y la adolescen- tor. Para el tratamiento de tics destacan la terapia de inversión del
cia. En cualquier etapa de su ciclo vital destacan para el abordaje de hábito (grado de recomendación A) y la intervención comprensi-
los problemas de conducta el análisis aplicado de la conducta (grado va conductual (grado de recomendación B). Para el tratamiento
de recomendación A) y el apoyo conductual positivo (grado de reco- de los movimientos estereotipados ninguna intervención alcanza
mendación B). La terapia cognitivo-conductual (TCC) presenta un el grado de recomendación A o B. Las intervenciones con mayor
grado de recomendación C para el abordaje de la ira y la agresión. respaldo empírico en el trastorno del desarrollo de la coordinación
Trastornos del desarrollo del lenguaje. Las intervenciones que son principalmente una combinación de tratamientos, no exclusi-
han mostrado un grado de recomendación A son el recast (técnica vamente psicológicos sino rehabilitadores y motores como, por
donde la persona adulta repite todo o parte de la verbalización del ejemplo, las tareas orientadas a la actividad y deporte (grado de
niño, niña o adolescente para proporcionar un modelo ampliado o recomendación A).
corregirla) y la intervención con apoyo en la familia. En el ámbito Trastorno del desarrollo del aprendizaje. En relación con las
educativo la intervención más eficaz parece ser la enseñanza de la dificultades en la lectura, las intervenciones que cuentan con ma-
lectura de textos expositivos con entrenamiento explícito y apoyos yor apoyo empírico son: el entrenamiento de la conciencia fono-
visuales. lógica y del principio alfabético, la lectura repetida, la instrucción
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Tratamientos Psicológicos Empíricamente Apoyados Para la Infancia y Adolescencia: Estado de la Cuestión
Tabla 2
Niveles de evidencia y grados de recomendación de las intervenciones psicológicas para los problemas psicológicos en la infancia y la adolescencia (modificado de Fonseca-
Pedrero, 2021b)
Nivel de Grado de
Trastorno/problema Intervención
evidencia recomendación
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Eduardo Fonseca-Pedrero et al.
Tabla 2 (continuación)
Niveles de evidencia y grados de recomendación de las intervenciones psicológicas para los problemas psicológicos en la infancia y la adolescencia (modificado de Fonseca-
Pedrero, 2021b)
Nivel de Grado de
Trastorno/problema Intervención
evidencia recomendación
Trastornos de eliminación
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Tratamientos Psicológicos Empíricamente Apoyados Para la Infancia y Adolescencia: Estado de la Cuestión
Tabla 2 (continuación)
Niveles de evidencia y grados de recomendación de las intervenciones psicológicas para los problemas psicológicos en la infancia y la adolescencia (modificado de Fonseca-
Pedrero, 2021b)
Nivel de Grado de
Trastorno/problema Intervención
evidencia recomendación
TCC 1++ A
Técnicas de extinción 1++ A
Psicoeducación parental 1++ A
Reestructuración cognitiva (principalmente para el tratamiento del insomnio en 1++ A
adolescentes)
Trastornos de ansiedad
Trastornos depresivos
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Eduardo Fonseca-Pedrero et al.
Tabla 2 (continuación)
Niveles de evidencia y grados de recomendación de las intervenciones psicológicas para los problemas psicológicos en la infancia y la adolescencia (modificado de Fonseca-
Pedrero, 2021b)
Nivel de Grado de
Trastorno/problema Intervención
evidencia recomendación
Trastornos emocionales
EMOTION 1++ A
Terapia de aceptación y compromiso 1++ A
Modular Approach to Therapy for Children with Anxiety, Depression, Trauma, or 1++ A
Conduct Problems
Mindfulness 1++ A
Terapia de activación conductual en grupo 1+ B
Super Skills for Life 1+ B
Protocolo unificado aplicado en adolescentes 1- B
Protocolo unificado aplicado a niños 1- B
Conductas adictivas
* Grado de recomendación B para el Treatment and Education of Autistic Related Communication Handicapped Children (TEACCH); No aplicable grado de recomendación para el programa
Picture Exchange Communication System (PECS). Nota: TCC: terapia cognitivo-conductual
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Tratamientos Psicológicos Empíricamente Apoyados Para la Infancia y Adolescencia: Estado de la Cuestión
Tabla 3
Niveles de evidencia y grados de recomendación de las intervenciones psicológicas para problemas o dificultades psicológicas (no clasificados como tal en la CIE-11) en la
infancia y la adolescencia (modificado de Fonseca-Pedrero, 2021b)
Nivel de Grado de
Trastorno/problema Intervención
evidencia recomendación
Conducta suicida
Duelo
Síntomas psicóticos
Nota: TCC= Tratamiento cognitivo-conductual. *En función de la naturaleza de los estudios es difícil determinar el nivel de evidencia para el acoso y ciberacoso escolar. Este tipo de trabajos no
se ajustan a los requerimientos de las GPC del SNS español; ** Descenso niveles victimización, pero no acoso; *** Su efectividad no se ha mostrado aún en ningún metaanálisis
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Eduardo Fonseca-Pedrero et al.
fonémica, la planificación de metas de lectura, las intervenciones Trastornos de ansiedad. La TCC (individual, grupal, coping
multiestratégicas y la enseñanza recíproca. En el caso de las difi- cat) y la terapia basada en la exposición son tratamientos con apo-
cultades de la escritura, las intervenciones empíricamente apoyadas yo empírico para el tratamiento de los trastornos de ansiedad en
para mejorar los procesos de escritura en general, entre otras, son: niños, niñas y adolescentes (grado de recomendación A), en par-
la transcripción (escritura a mano, mecanografía y ortografía), uso ticular para el trastorno de ansiedad generalizada y fobia específi-
de herramientas digitales de transcripción, las actividades de pre- ca. Cierto es que, como norma general, la TCC tiene un grado de
escritura, el establecimiento de objetivos y, sobre todo, la instruc- recomendación A, si bien el nivel de evidencia para los diferentes
ción estratégica y autorregulada. En los trastornos del aprendizaje trastornos es heterogéneo, por ejemplo, grado de recomendación
de las matemáticas las intervenciones con grado de recomendación B para el trastorno de pánico y grado de recomendación D para el
A son la instrucción basada en la identificación y elaboración del mutismo selectivo. Para el abordaje del trastorno de ansiedad por
esquema que subyace al problema (schema-based instruction), separación destaca la TCC (coping cat) con un grado de recomen-
la instrucción basada en estrategias cognitivas y metacognitivas dación B. El coping cat (formato grupal), el protocolo unificado
(cognitive strategy intruction), la instrucción directa y explícita y para el tratamiento transdiagnóstico de los trastornos emocionales
la enseñanza heurística que incluya verbalizaciones de las estrate- en infancia y adolescencia o el take ACTION son también opciones
gias y procedimientos seguidos, uso de representaciones gráficas, recomendables para trabajar con menores que presentan trastornos
ejercicios con pasos estructurados y uso de ejemplos, entre otros. de ansiedad.
Trastornos de comportamiento disruptivo (perturbador y diso- Trastornos depresivos. Para el tratamiento psicológico de la
cial). Para el tratamiento de este conjunto de trastornos destacan depresión infantil la TCC general y la TCC grupal han mostrado
las intervenciones parentales basadas en los principios del apren- ser intervenciones probablemente eficaces (grado de recomenda-
dizaje social y la modificación de conducta. Dentro de la terapia de ción C). Para el abordaje de la depresión en adolescentes destacan
conducta grupal para padres, con un grado de recomendación A, como tratamientos bien establecidos (grado de recomendación A)
se encuentran los siguientes programas de intervención: incredible la TCC y la psicoterapia interpersonal.
years basic, parent management training Oregon y communication Trastornos emocionales. En los últimos años, se han desarrolla-
method program. Respecto a la terapia de conducta individual para do y popularizado un número creciente de protocolos de tratamien-
padres con participación infantil destacan el behavioral parent tra- to transdiagnóstico para el abordaje de los trastornos emocionales
ining, el parent management training Oregon, el Oregon social (que básicamente incluyen los trastornos de ansiedad y depresivos)
learning center program o el abbreviated parent-child interaction en población infanto-juvenil. Desde esta perspectiva transdiagnós-
therapy. En adolescentes, destacan los programas multimodales tica las intervenciones que tienen un grado de recomendación A
(terapia conductual combinada + TCC + terapia familiar, así como son: el EMOTION, la terapia de aceptación y compromiso, el mo-
el tratamiento de cuidado de crianza de Oregón (treatment foster dular approach to therapy for children with anxiety, depression,
care Oregon). Los programas de prevención universales también trauma, or conduct problems y el mindfulness.
han mostrado un grado de recomendación A (p. ej., promoting al- Trastorno obsesivo compulsivo. El tratamiento psicológico que
ternative thinking strategies). cuenta con una mayor evidencia empírica es la TCC. Asimismo,
Trastornos de la eliminación. En el caso de la enuresis la in- las diferentes formas de TCC (familiar, intensiva, teleaplicada)
tervención psicológica con mayor soporte empírico es el método presentan un grado de recomendación B para el abordaje del tras-
de alarma en monoterapia incluyendo sobreaprendizaje (grado de torno obsesivo compulsivo infanto-juvenil.
recomendación A). El entrenamiento en cama seca es una alterna- Trastornos específicamente asociados con el estrés y de las
tiva al método de alarma con evidencia empírica suficiente, aunque emociones mixtas. No se dispone de tratamientos psicológicos con
existe un mayor apoyo cuando se incluye la alarma dentro de los un nivel A para el abordaje de este conjunto de trastornos. La TCC
elementos del tratamiento (grado de recomendación B). Para el (adolescentes víctimas de abusos sexuales) y la retroalimentación
abordaje de la encopresis se recomienda la terapia conductual más por vídeo muestran un grado de recomendación B. La TCC cen-
el uso de laxantes. trada en el trauma cuenta con cierto aval científico (grado de reco-
Trastornos del comportamiento alimentario. La terapia basada mendación C).
en la familia es el tratamiento que presenta mayor soporte empí- Trastornos debidos al consumo de sustancias. La TCC ha mos-
rico para el abordaje de la anorexia (grado de recomendación A) trado ser la intervención más eficaz en el tratamiento de la mayoría
y la bulimia (grado de recomendación B). La TCC también se ha de las sustancias analizadas, con grados de recomendación A y B
mostrado como un tratamiento psicológico empíricamente apoya- en función de las técnicas aplicadas. Especial mención merecen las
do (grado de recomendación B). Para el trastorno por atracón se intervenciones basadas en el manejo de contingencias, además de
recomienda como tratamiento de primera línea la TCC con for- otras como las siguientes: la aproximación al reforzamiento comu-
mato de autoayuda guiada, y en segundo lugar la TCC en formato nitario en adolescentes, la terapia familiar multidimensional, la en-
grupal (grado de recomendación C). Para el trastorno evitativo o trevista motivacional, la terapia funcional familiar y las diferentes
restrictivo de la ingesta alimentaria tanto la TCC como la terapia combinaciones (p. ej., la TCC + entrevista motivacional o la TCC
familiar tienen un grado de recomendación D. + manejo de contingencias).
Trastornos del sueño. Los tratamientos psicológicos que han Trastornos debidos a comportamientos adictivos. En función
recibido un mayor respaldo empírico (grado de recomendación del tipo de adicción, algunos de los tratamientos cuentan con ma-
A) para el abordaje del insomnio y las parasomnias en población yor apoyo empírico que otros. La mayoría de los programas de
infantil y adolescente son los siguientes: la TCC, las técnicas de intervención se han centrado en la adicción a Internet y en el tras-
extinción, la psicoeducación parental y la reestructuración cogni- torno por juego en Internet con una mayor evidencia para la TCC
tiva (principalmente para el tratamiento del insomnio en adoles- y la terapia familiar (grado de recomendación B). La entrevista
centes). motivacional destaca para el abordaje de los comportamientos de
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Tratamientos Psicológicos Empíricamente Apoyados Para la Infancia y Adolescencia: Estado de la Cuestión
riesgo (grado de recomendación A). En cuanto a los programas de cas habituales en la infancia y la adolescencia (p. ej., Fonagy et al.,
prevención, destacan las intervenciones multicomponentes. 2015; Weisz y Kazdin, 2017). Los hallazgos también muestran que
Conducta suicida. En el abordaje de la conducta suicida, la te- dicho apoyo empírico oscila en función del problema psicológico
rapia dialéctico-conductual para adolescentes destaca como el úni- analizado, siendo el gold standard la TCC (en sus diferentes ver-
co tratamiento psicológico bien establecido y con un grado de re- siones y adaptaciones). Al igual que ocurre en población adulta,
comendación A. Con un grado de recomendación B se encuentran existen numerosos y diversos tratamientos psicológicos eficaces
la psicoterapia interpersonal para adolescentes, la TCC integrada, y efectivos, sin serlo todos (Fonseca-Pedrero, 2021a; Fonseca-
la terapia basada en la mentalización para adolescentes, el pro- Pedrero et al., 2021); por ello no se debería excluir aquí el reco-
grama para padres y adolescentes (resourceful adolescent parent nocimiento de variantes de los tratamientos expuestos en esta re-
program), la intervención familiar integrada (safe alternatives for visión y de otros diferentes no abordados (p. ej., psicodinámicos).
teens & youths), la psicoeducación (youth-nominated support), las Igualmente, en consonancia con trabajos previos, los beneficios
intervenciones breves (p. ej., teens options for change; as safe as derivados de utilizar la psicoterapia en la infancia y adolescen-
possible), y la intervención familiar para la prevención de suicidio cia a corto, medio y largo plazo son evidentes (p. ej., APS, 2018;
(family intervention for suicide prevention). Chorpita et al., 2011; Gálvez-Lara et al., 2018; Weisz et al., 2017,
Acoso escolar y ciberbullying. En el abordaje del acoso escolar 2019). Por ejemplo, permiten no solo la reducción de la sintoma-
los programas que cuentan con mayor apoyo empírico (grado de tología y el sufrimiento (personal, familiar, etc.), sino que también
recomendación A), en el momento actual, son el programa KiVa y permiten mejorar la calidad de vida, el bienestar emocional, los
el Olweus bullying prevention program (tanto para la prevención procesos de aprendizaje y el funcionamiento (personal, escolar,
del acoso presencial como del cibernético). Para la prevención del social, etc.) de los y las menores, entre otros aspectos. Más aún,
ciberbullying no existe ninguna intervención con un grado de reco- las diferentes formas de psicoterapia en este sector de la población
mendación A. Los programas Media Heroes y el NoTrap! Program parecen ser costo-efectivas. Parece ser, pues, que la psicoterapia
presentan un grado de recomendación B. es el tratamiento de elección para el abordaje de gran parte de los
Duelo. Para el tratamiento del duelo las intervenciones que problemas y dificultades psicológicas que acontecen en la infancia
muestran mayor apoyo empírico son las relacionadas con enfoques y la adolescencia.
cognitivo-conductuales y familiares, en particular, la TCC focaliza- Sin querer decir que sean los únicos eficaces, de los tratamien-
da en el trauma (grado de recomendación B), el programa de duelo tos psicológicos aquí revisados se puede decir realmente que tie-
familiar (grado de recomendación C) y la terapia componencial de nen probada eficacia para los problemas específicos identificados
trauma y duelo para adolescentes (grado de recomendación D). de acuerdo con los criterios utilizados. Con todo, no se cree ni se
Síntomas psicóticos. Los tratamientos que cuentan con un gra- pretende que sea la última palabra. Los problemas de la infancia y
do de recomendación A para el abordaje de los síntomas psicóticos adolescencia son particularmente sensibles a los vaivenes del mun-
en adolescentes o de los síntomas psicóticos atenuados (también do como para quedarse como fotos fijas. Las propias concepciones
denominado estado mental de alto riesgo de psicosis) son la TCC clínicas están también ellas mismas a expensas del espíritu de los
y la intervención familiar. También destaca la terapia psicológica tiempos, a la sazón, un espíritu biomédico, en detrimento de un
integrada (TCC individual, entrenamiento de habilidades, rehabi- enfoque más focalizado en la persona y en el contexto (ser-en-
litación cognitiva y psicoeducación familiar grupal) como un tra- el-mundo) como sería más apropiado (Pérez-Álvarez y Fonseca-
tamiento psicológico empíricamente apoyado (grado de recomen- Pedrero, 2021). Es necesario repensar los problemas de la infancia
dación A). y adolescencia más allá de la concepción biomédica imperante e
implícita, en términos radicalmente contextuales, planteando dón-
Discusión de radican los problemas. Los problemas psicológicos de los y las
menores se deben resolver en el contexto social del aprendizaje y
El objetivo de este trabajo ha sido analizar, mediante una revi- del desarrollo psicológico, así como en el ecosistema natural don-
sión, cuáles son los tratamientos psicológicos empíricamente apo- de ocurren, lejos de la medicalización (la “carrera psiquiátrica”) y
yados para el abordaje de trastornos psicológicos y problemas de la psicopatologización de la vida (Pérez-Álvarez et al., 2003). Las
índole psicológica que pueden ocurrir durante las etapas de la in- raíces de estos “problemas de la vida”, más que enfermedades ce-
fancia y la adolescencia. Considerando el corpus de conocimiento rebrales, se sitúan en la articulación de los contextos interpersonal,
científico vigente, se ha mostrado qué intervenciones psicológicas evolutivo, social y cultural, así como la experiencia subjetiva de
funcionan para un problema particular referido por un menor de esta interacción. Sería interesante reivindicar un enfoque contex-
edad. Es esencial, para la sociedad y el propio gremio profesional, tual distinto del modelo biomédico institucionalizado, que no es
separar así el grano de la paja, y conocer los tratamientos psicoló- insólito ni en psiquiatría (Timimi, 2009) ni, por supuesto, en psico-
gicos con respaldo empírico para el abordaje terapéutico de proble- logía. Es por ello que un modelo contextual sea más genuino de la
mas en el ajuste socioemocional o conductual, así como de aque- psicología y acorde con la naturaleza de los problemas psicológi-
llos que hayan recibido un diagnóstico de trastorno psicológico cos. Los tratamientos psicológicos ya suponen una ventaja respec-
en la infancia y adolescencia. La Psicología, como ciencia que se to de la medicación que, ni decir tendría, no responde a la natura-
ocupa del estudio del sujeto y del comportamiento (Pérez-Álvarez, leza psicológica—evolutiva, interpersonal, social, contextual—de
2018), necesita cimentarse en la evidencia científica disponible los problemas para los que a menudo se prescribe, amén de los
con la finalidad de tomar decisiones informadas (Fonseca-Pedrero efectos tóxicos de su uso continuado. Antes bien, es su modo de
et al., 2021; Muñiz y Fonseca-Pedrero, 2019). ser más característico entendiendo los problemas como resultado
En general, los resultados parecen indicar que hay varios tra- de las formas de vida, desarrollo (experiencias, aprendizaje) y cir-
tamientos psicológicos que disponen de un sólido apoyo empírico cunstancias actuales. Nótese que siendo la psicología una ciencia
para el abordaje de un amplio elenco de problemáticas psicológi- humana siempre en el límite de las ciencias naturales que tienden
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a naturalizar los problemas psicológicos y descontextualizarlos del ticomponente de tratamiento y otros aglutinan los resultados según
mundo de la vida, importa una vigilancia epistemológica frente a el modelo teórico del tratamiento (p. ej., TCC o terapia sistémi-
reduccionismos y fáciles recaídas en el modelo biomédico según ca). Esta variabilidad complica sobremanera saber con claridad,
es el modo de pensar al uso (Pérez-Álvarez, 2021; Pérez-Álvarez y sobre todo en el caso de los programas multicomponente y de los
Fonseca-Pedrero, 2021). modelos de tratamiento, qué es exactamente lo que convierte a un
De acuerdo con Pérez-Álvarez y Fonseca-Pedrero (2021) el de- tratamiento en más o menos efectivo para un problema concreto y
sarrollo en el campo de los tratamientos psicológicos en población bajo qué condiciones (las variables predictoras y moderadoras del
infanto-juvenil en los últimos 20 años ha sido asombroso, si bien cambio). En segundo lugar, se debe advertir al lector que “eviden-
aún hay espacio para la mejora. De hecho, los resultados de esta cia” es una mala traducción del inglés “evidence”, y aunque aquí se
revisión ponen de manifiesto la existencia de ciertas limitaciones y ha utilizado de la mano de las GPC del SNS (niveles de evidencia
dificultades en algunas áreas y la necesidad de seguir investigando. y grados de recomendación), tal vez sería más correcto hablar de
Además, y como se ha comentado, todavía se arrastra una atención “prueba”, “pruebas científicas” o “apoyo empírico”. Además, evi-
en salud mental (infanto-juvenil) basada en el modelo biomédico, dencia (en su sentido amplio) no es sinónimo de ensayos controla-
fuertemente influenciada por la opinión de que los problemas psi- dos aleatorizados (ECA) o metaanálisis. En el campo de los trata-
cológicos se presentan como trastornos diagnosticables discretos, mientos psicológicos se debe considerar tanto la práctica-basada-
causados por una supuesta variable latente o constructo (mal de- en-la-evidencia como la evidencia-basada-en-la-práctica donde se
nominada “enfermedad mental”), que pueden ser tratados por pro- pueden incluir multitud de factores como la experiencia profesio-
fesionales especialistas que aplican pautas de práctica basada en nal, el juicio clínico, la frónesis, la prudencia, etc. Cierto es que
la evidencia para la reducción de síntomas a nivel grupal (van Os los ECA no son la panacea, ni una práctica psicoterapéutica debe
et al., 2019). No obstante, parece igualmente cierto que se respira construirse solo a partir de ésta, pero tampoco debe minimizarse su
una atmósfera de cambio. Este modelo basado en la reducción de peso y su utilidad. Cualquier modelo o práctica que quiera ser res-
síntomas está siendo claramente cuestionado, pues está desconecta- petada por la comunidad científica debe diseñar modos de someter
do de aquello que las personas necesitan, ignora la evidencia de la su práctica a la medición científica, y ninguna práctica clínica debe
naturaleza transdiagnóstica de las dificultades psicológicas, sobre- vivir a espaldas de ésta. En tercer lugar, se trata de una revisión
estima la contribución de los aspectos técnicos del tratamiento (en donde los tratamientos psicológicos disponibles para el abordaje
comparación con los componentes relacionales de la terapia) y no de cada trastorno o problema psicológico han sido revisados por un
considera la naturaleza dinámica, contextual, holística, interactiva grupo específico de profesionales. Aunque se siguieron las direc-
y funcional de los problemas psicológicos. Por estas y otras cues- trices SNS y de forma general las recomendaciones de diferentes
tiones, se reclama rotar e implementar una verdadera integración en asociaciones internacionales (NICE, APA, APS, etc.), así como di-
la psicoterapia dentro de un enfoque personalizado, colaborativo, ferentes manuales y metaanálisis publicados tanto generales como
basado en procesos y mecanismos de cambio (Hayes et al., 2019; para cada trastorno o problemática específica, la revisión no deja
Hofmann y Hayes, 2019) y contextual, más allá de escuelas y mar- de estar mediada por el material que cada grupo ha revisado y por
cas de psicoterapia (Gimeno-Peón, 2021; Pérez-Álvarez, 2021). la decisión que cada uno ha tomado para elegir el nivel de eviden-
En particular, en el campo de la infancia y la adolescencia, las cias y grado de recomendación. En cuarto lugar, no se han revisado
intervenciones psicológicas deben dejar de focalizarse únicamente todas las problemáticas psicológicas que pudieran ser habituales en
en la mera reducción de síntomas psicopatológicos en contextos la infancia y la adolescencia. Sería interesante que futuros trabajos
clínico-asistenciales y fundamentarse en la promoción de habili- analizaran otras áreas de interés relevantes tanto referidas a sínto-
dades específicas y competencias socio-emocionales, dentro de un mas psicológicos (p. ej., rasgos desadaptativos de la personalidad,
modelo de desarrollo positivo basado en las capacidades y forta- autolesiones) como a preocupaciones para los y las menores y las
lezas. Los centros educativos son el contexto por excelencia para familias derivadas de determinadas situaciones (p. ej., cambio de
realizar este tipo de actuaciones, tanto por ser el entorno natural centro educativo, divorcio, desastres naturales, y terrorismo).
donde pasan la mayor parte del tiempo los y las menores como por En suma, existe una amplia gama de tratamientos psicológicos
su obligatoriedad (hasta los 16 años). En este sentido, valorando la empíricamente apoyados para el abordaje de los trastornos psico-
importancia de los entornos naturales, los centros educativos se han lógicos y problemas de ajuste socioemocional o conductual de la
transformado en uno de los contextos más importantes para la pro- infancia y la adolescencia. A partir de esta revisión selectiva, los
moción de la salud y de las intervenciones preventivas. Igualmente profesionales de la psicología y de la salud mental, así como los
se debe recordar que la niñez y la adolescencia son «ventanas» o gestores de políticas sociosanitarias, disponen de información ri-
periodos del desarrollo ontogenético sensibles donde se asientan gurosa y actualizada que les permita tomar decisiones informadas
las raíces del posterior desarrollo adulto y donde suelen comenzar a la hora de implementar aquellos procedimientos psicoterapéuti-
algunas problemáticas psicológicas. Por todo ello, se debe realizar cos empíricamente fundamentados en función de las característi-
una verdadera inversión de recursos de cara a implementar actua- cas de los y las menores y las familias que demandan ayuda. Dada
ciones tanto de promoción de la salud y el bienestar emocional la relevancia de la infancia y adolescencia -periodos sensibles del
como de prevención de posibles problemáticas psicológicas. Los y desarrollo humano-, es nuclear poner a su disposición tratamientos
las menores son nuestro principal capital, presente y futuro. psicológicos accesibles, inclusivos y empíricamente apoyados, sin
Esta revisión sobre tratamientos psicológicos con apoyo expe- olvidar que la efectividad de los mismos depende de que se den
rimental para la infancia y adolescencia no está exenta de limita- las condiciones adecuadas para su correcta implementación en la
ciones. En primer lugar, se debe considerar la limitación relativa a práctica diaria de los profesionales del SNS y de otros servicios sa-
la gran heterogeneidad en las unidades de análisis de los estudios. nitarios. Ello obliga, necesariamente, a contar con políticas que fa-
Mientras unos estudios ponen a prueba técnicas concretas para vorezcan y apoyen una adecuada organización de los servicios de
trastornos específicos, otros examinan los efectos de paquetes mul- salud mental, la presencia de suficientes profesionales cualificados
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Tratamientos Psicológicos Empíricamente Apoyados Para la Infancia y Adolescencia: Estado de la Cuestión
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