Definiciones
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1. La Salud Familiar puede considerarse como la salud del conjunto de los miembros de la
familia, en término de su funcionamiento efectivo, en la dinámica interaccional, en la
capacidad de enfrentar los cambios del medio social y del propio grupo, en el
cumplimiento de las funciones para el desarrollo de sus integrantes
3.
La salud Familiar y se ocupa del mantenimiento y la resolución de los problemas
de salud frecuentes en las personas, familias y comunidades, independientemente de la
edad, sexo, órgano o sistema afectado, desde una visión biopsicosocial.
El siglo XIX en América y Europa es la era del médico general: profesional clave
para personas, familias y comunidad.
En los primeros 50 años del siglo XX, asistimos al declive de la medicina general en
favor de las especialidades médicas y su salida de las escuelas de medicina.
Las facultades de medicina disuadían del interés por la medicina general y la
inexistencia de formación posgraduada creó una imagen intelectualmente
inferior.
La Medicina Familiar tuvo tres grandes influencias: la medicina social y humanista,
la medicina científica y académica, y la formulación de la Atención Primaria.
La comunidad médica internacional tomó conciencia de que el médico recién
egresado no estaba preparado para atender los problemas de la población.
En muchos países se crearon los colegios y academias de medicina general,
dedicados al desarrollo académico de la disciplina.
A partir de 1970, la Medicina Familiar se extiende en los cinco continentes.
La WONCA (Organización Mundial de Médicos Generales/Médicos de Familia) se
constituye en 1972.
La Unión de Médicos Generalistas (UEMO) defiende, desde 1967, los intereses de
los MG/MF ante el Parlamento Europeo y participa en las directivas comunitarias
europeas sobre formación específica obligatoria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) (Alma Ata, 1978) define la Atención
Primaria, que se determina como el ámbito de trabajo preferencial de los MF en
equipo y para una comunidad concreta.
La evolución de la investigación y la difusión de la producción científica fueron
claves en la construcción de la especialidad
«10 líderes» claves de la Medicina Familiar actual: Hipócrates, W. Osler, I.
McWhinney, G. Engel, I. Heath, J. Tudor Hart, H. San Martin, A.L. Cochrane, H.T.
Mahler y B. Starfield.
El siglo xx, para los estudiosos de la historia de la medicina, es considerado como la era de la
especialización4,7. Flexner8, en 1910, presentó un informe que supuso el inicio del declive de la
medicina general en favor de las especialidades médicas y su salida de las escuelas de medicina. Ya
él mismo avisaba que se debía ser cuidadoso porque se podía perder la visión global del paciente,
y que médicos generales como Osler, Janeway, Haslted 8-10 no deberían ser perdidos de vista.
En los primeros años de este siglo, comenzaron a emerger las especialidades que Ian
McWhinney11 denominó las «especialidades mayores»: medicina interna, cirugía, pediatría,
obstetricia y psiquiatría. La entrada a estas especialidades se hacía a través del entrenamiento de
posgrado y los médicos generales fueron definidos por su falta de entrenamiento adicional. Se
asumía que cualquier graduado médico podía ser un médico general y que la práctica general no
era una disciplina clínica por derecho propio. La explosión tecnológica y los descubrimientos
científicos, acelerados por dos guerras mundiales, fomentaron esta especialización y
superespecialización, y empezaron a aumentar el número de especialistas. En Europa, durante el
siglo xix, la proporción de médicos generales/especialistas era de 80/20, pero se convirtió en una
relación de 20/80 durante los primeros 50 años del siglo xx. Las universidades cambiaron y sus
contenidos se reorganizaron con contenidos especializados y superespecializados, y se dividió el
conocimiento en órganos, aparatos y sistemas. La inexistencia de formación posgraduada en
medicina general o de cátedras y departamentos contribuía a crear una imagen intelectualmente
inferior a la de sus colegas hospitalarios.
Ya Osler (figura 2)9 había advertido que «El buen médico trata la enfermedad; el gran médico trata
al paciente que tiene la enfermedad» 7. William Osler9,10, como padre de la medicina hipocrática
moderna, trasladó los cimientos de la educación médica del siglo xix de las clases a la cabecera de
los pacientes, trajo consigo el estudio y la humanidad en la relación médico-paciente.
Se pueden ya identificar en esta época tres grandes influencias para la medicina general, que son
la medicina social y humanista, la medicina científica y académica y la Atención Primaria como
ámbito propio de actuación. Y las tres influyeron en la creación de la Medicina Familiar.
La medicina social aportó un sentido holístico a la medicina que sintonizó con el discurso
reformador de los médicos generales. En 1920 se publicó el informe Dawson 12 en Gran Bretaña
que definió los centros de salud. En su momento no tuvo relevancia por la contestación médica,
pero tuvo mucha influencia en la argumentación fundacional de la Atención Primaria que
preconizó la OMS en Alma Ata y sobre la medicina social. Influyó también el modelo de los centros
de salud vecinales13 de Estados Unidos, y el modelo Karkiano en Pholela (Sudáfrica) 14 en la década
de 1940, que generó la Atención Primaria Orientada a la Comunidad (APOC) en muchos países,
entre ellos, España.
Por otra parte, se vivía la necesidad de la consolidación académica de la medicina general como
disciplina y como especialidad. Los primeros intentos de organización de los médicos generales
para prestigiar su práctica surgieron en Estados Unidos en la década de 1940 15. En 1946, se
organizó la sección de General Practice de la American Medical Association (AMA), que supuso la
primera organización profesional de médicos generales con alcance nacional. Enfatizaron la
necesidad de destacar el acercamiento holístico a la persona y su familia. En 1947, se fundó la
American Academy of General Practice, primera sociedad científica de médicos de familia.
En Gran Bretaña, la organización de los médicos generales estuvo muy vinculada al National
Health Service, en 1948, pero la presión asistencial amenazó gravemente los tiempos de consulta y
la calidad de la atención. Para cubrir las demandas de médicos generales, degradaron su práctica 16.
J.S. Collings17 publicó, en 1950, en The Lancet una demoledora descripción de la medicina general
británica. Analizó los medios rural, industrial y residencial, y describió la notable diferencia en el
patrón. El British Medical Journal reaccionó violentamente, pero designó un comité para investigar
las condiciones en la práctica general. Este artículo actúo como auténtico revulsivo para los
médicos generales británicos, conocidos como general practitioners (GP).
Lo ya expuesto y la seducción que experimentaban los médicos jóvenes por las especialidades
disminuyeron drásticamente la proporción de médicos que elegían la medicina general, vista por
los recién licenciados como un trabajo más arduo y menos prestigiado 18.
Sin embargo, los avances científico-tecnológicos no estaban exentos de efectos secundarios:
pérdida de prestigio y aislamiento de los médicos generales, atención fragmentada, el abordaje no
se hacía a personas, sino a órganos, aparatos y sistemas. Esto entrañó despersonalización,
encarecimiento del sistema y aparición de bolsas de ineficiencia y techos de atención. La misma
población empezó a cuestionarse que la mayoría de los problemas fueran atendidos por médicos
especialistas verticales, que desconocían elementos esenciales para el abordaje integral de los
problemas de salud de los individuos. Los altísimos costes de esta atención de salud y su relativa
efectividad hicieron reflexionar a múltiples profesionales, a planificadores y a organizaciones de
pacientes en Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, países nórdicos, etc., con extensión posterior
a la mayoría de los países.
A partir de 1950, la comunidad médica internacional tomó conciencia de que el médico que
egresaba de las facultades no estaba preparado para atender los problemas de la población. Se
precisaba un profesional que manejara la mayor parte de las necesidades de la población y que
atendiera a la persona en su complejidad. La práctica de la medicina general comenzó a ser vista
no simplemente como el grueso indiferenciado de la profesión, sino como una disciplina clínica
con un cuerpo de conocimientos propio. La Medicina Familiar como especialidad nació en la
década de 1960 y se extendió en la década de 1970 a diferentes países 15.
Los esfuerzos se centraron en dos polos: la mejora de la profesión y de sus condiciones laborales y
la mejora de la formación para la construcción de una identidad propia con cuerpo doctrinal
definido. En esta época y en muchos países se formaron los colegios y academias de medicina
general, dedicados al desarrollo académico de la disciplina y se inició un diálogo entre los médicos
generales y los gobiernos a través de sus representantes.
Estados Unidos
Como respuesta a los mismos condicionantes: declive del acceso a la asistencia sanitaria por un
número insuficiente de médicos, tendencia a la especialización, formación como generalista
insuficiente y fragmentación de la medicina norteamericana, la población estadounidense y los
planificadores de la asistencia sanitaria exigieron que se creara un «médico especializado en la
asistencia sanitaria personal»22,23. El informe de la Comisión Millis, en 1966, titulado «La educación
graduada de los médicos»23, considerado precursor inmediato de la formación especializada,
recomendó el entrenamiento específico de posgrado para todos los médicos de Atención Primaria,
crear un cuerpo teórico sobre el cuidado holístico de la salud, destacar la formación
extrahospitalaria, establecer mecanismos de certificación en igualdad de condiciones con otras
especialidades y potenciar la formación quirúrgica. En los años siguientes, se formaron los
departamentos de medicina general o medicina familiar en las escuelas de medicina, se
desarrollaron programas de entrenamiento. La medicina familiar se convirtió en una especialidad
certificada por un consejo ad hoc. En 1968, se organizó la American Board of Family Practice como
organismo oficial para la certificación de la nueva especialidad, constituida formalmente en 1969.
En ese mismo año, se autorizaron los primeros quince programas de residencia en Estados Unidos,
y se estableció un modelo de formación posgraduada. Los primeros especialistas egresaron en
1971.
La creación de programas de residencia fue a la par que la creación de las cátedras universitarias,
pues el mismo departamento universitario impartía la formación pregraduada y posgraduada. En
1979, 103 de las 131 facultades de medicina de Estados Unidos enseñaban Medicina Familiar con
una organización similar a la de cualquier otra especialidad clínica. En 1990, la AMA adoptó el
principio de que todas las facultades de medicina de Estados Unidos debían tener un
departamento de Medicina Familiar.
Canadá
En Canadá, como en Gran Bretaña, una minoría beligerante de médicos generales tomó la
iniciativa de fundar el colegio de general practice (posteriormente, family physicians) en 1954.
Proporcionaba formación posgraduada a los médicos generales y enseñaba la práctica general a
los estudiantes de medicina. El primer examen para certificación del Colegio de Médicos de
Familia se realizó en 1969.
Europa
En Europa se fueron extendiendo estos principios en todos los países europeos, hasta el momento
actual, en que la totalidad de las facultades de medicina tienen departamento de medicina de
familia: Alemania, Bélgica, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, Finlandia, Holanda, Irlanda, Malta,
Noruega, Polonia, Portugal, Reino Unido y Suecia. Entre un 20 y un 75% de facultades tienen
departamento en Grecia, Francia, Austria y Hungría, y del 0% Italia y España.
En cuanto a la formación especializada en Europa, depende de las universidades en el 36% y de los
estados en el 64%. Es obligatoria para todos los países de la UE. En el 93,3% de los países adscritos
a la European Academy of Teachers in General Practice (EURACT) se considera especialidad. Los
tiempos de formación oscilan entre 2 y 6 años y el 60% la denominan Medicina de Familia y el 40%
Medicina General4.
En Europa, además, se encuentra la Unión de Médicos Generalistas (UEMO), relacionada con la
Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS) que desempaña un papel más político y defiende,
desde 1967, los intereses de los médicos generales/médicos de familia ante el Parlamento
Europeo. En 1977, el Comité de Ministros del Consejo de Europa emitió una resolución por la que
estableció que la Medicina Familiar debe ser la piedra angular de los sistemas de salud.