Agua y Territorio Un Sistema Interactivo Marcel Achkar
Agua y Territorio Un Sistema Interactivo Marcel Achkar
Agua y Territorio Un Sistema Interactivo Marcel Achkar
El agua es un bien natural fundamental para el desarrollo de la vida en todas sus expresiones.
Constituye un factor potencial y limitante a la vez, cumpliendo con servicios fundamentales en la
Biosfera, principalmente regular el funcionamiento de los diversos ecosistemas y el balance global de
la energía en el planeta.
Las aguas continentales son producidas y reproducidas a través de un delicado proceso, que forma
parte del ciclo hidrológico de la tierra. El agua precipitada sobre la superficie de los continentes es
captada por los componentes vivos de los ecosistemas terrestres, los que, al mismo tiempo que la
utilizan para su desarrollo, constituyen factores fundamentales para la permanencia y circulación del
agua sobre los territorios y para asegurar su calidad y disponibilidad para las sociedades humanas.
La salud de los ecosistemas naturales es por tanto fundamental para la existencia misma de agua
utilizable por las comunidades humanas. La relación del agua con los componentes abióticos de los
ecosistemas terrestres: la disolución de minerales, el transporte de materiales, la reorganización de la
materia, etc. son factores que intervienen en la calidad del agua. La interferencia de las actividades
humanas con los componentes bióticos y abióticos de los ecosistemas naturales, la intervención en
los territorios constituyen los factores más importantes en el análisis del ciclo hidrológico y por tanto
los elementos iniciales que se deben considerar en los planes de gestión.
A escala mundial, existen diversas regiones del planeta que tienen insuficiente cantidad de agua
como para satisfacer las demandas hídricas sociales. Es decir, que se presentan aspectos
cuantitativos vinculados a la relación entre la oferta y la demanda hídrica, lo que incide en el uso y la
gestión que las colectividades realicen del agua. Por otra parte, existen procesos de degradación de
los recursos hídricos por contaminación biológica y química, como consecuencia de que se superaron
los umbrales de auto- depuración o capacidad de resiliencia (capacidad de los sistemas naturales de
restablecer nuevas formas de equilibrio en el transcurso del tiempo) que poseen los sistemas
naturales para absorber los elementos contaminantes, lo que se relaciona a aspectos cualitativos.
Esta doble situación de problemas cualitativos y cuantitativos, afecta el desempeño de las sociedades
incidiendo en sus grados de libertad a futuro.
La degradación del agua dulce acompaña la degradación de los territorios que la producen,
almacenan y distribuyen hacia los ecosistemas en los continentes: Las cuencas hídricas, las áreas de
recarga de los acuíferos, los humedales.
La existencia del agua en los continentes y por lo tanto su disponibilidad para el uso humano, tanto en
calidad como en cantidad, depende esencialmente del manejo sustentable de los ecosistemas.
La degradación de los ecosistemas hídricos no solo se relaciona con el consumo de agua sino con la
forma como mediante distintas practicas económicas y productivas se impactan los ecosistemas
terrestres: la minería, la disposición de residuos, el desarrollo urbano, los monocultivos, la producción
de energía, las actividades industriales, etc.
Algunas de los temas actuales vinculados a la gestión del agua pasan por las relaciones entre las
poblaciones locales y las instituciones, entre los Estados, entre los organismos supranacionales y las
empresas transnacionales con los Estados. La geopolítica del agua, se ha rediseñado en los últimos
años. Y ante esta situación, se puede prever, que de continuar las condiciones de inequidad y de
poder sobre la gestión de un recurso estratégico, se ensanchará la brecha entre quienes pueden
acceder al agua y aquellos que no logran hacerlo.
La degradación del territorio y por tanto la destrucción del agua es consecuencia directa del sistema
económico global vigente dominado por las corporaciones.
La degradación del territorio a su vez está producida por el sistema económico y los esquemas de
poder vigentes en casi todo el planeta. Este sistema, para continuar su avance sobre los territorios,
utiliza los llamados mega proyectos de desarrollo, como las hidrovías industriales, los gigantescos
proyectos hidroeléctricos, las carreteras para la integración comercial, el avance de la frontera
agrícola empresarial, entre otros.
Estos mega proyectos, en gran parte costeados por las Instituciones Financieras Internacionales,
muchas veces en contra de lo establecido en sus propias políticas y estrategias, han tenido impactos
devastadores en los territorios, las comunidades, y en consecuencia, sobre las aguas continentales,
particularmente sobre la calidad y disponibilidad de agua dulce para mantener los ecosistemas y los
medios de vida de las comunidades afectadas por ellos. Algunas de estas Instituciones Financieras
Internacionales más activas en la promoción de estos mega proyectos de desarrollo son el Banco
Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), El Banco Europeo de Inversión (BEI), el
Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social del Brasil (BNDES) y la Corporación Andina de
Fomento (CAF), entre otras. Las corporaciones son parte estructural del sistema económico, muchas
veces apoyadas por las IFI’s en su esquema de explotación, destrucción y concentración.
El régimen económico global dominante ha llevado al planeta a una situación de crisis nunca antes
imaginada, creando una compleja urdimbre de gravísimos problemas cuyas causas y efectos
interactúan y se refuerzan mutuamente. Para tratar de sintetizar esta situación, tenemos:
• Concentración extrema del poder económico, del control sobre los territorios, los bienes
naturales, su uso y el goce de los beneficios que estos producen.
• Alienación de la mayoría de las comunidades de este control, este uso y este goce, que resulta
en lo que llamamos exclusión social y ambiental.
• Creciente inequidad en la distribución de los beneficios y los perjuicios de este proceso. Una
minoría cada vez más pequeña acumula los beneficios, y una creciente mayoría sufre y paga el
costo de las consecuencias negativas.
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Los discursos oficiales necesariamente integran estas contradicciones: asumir los efectos del proceso
pero asegurar su continuidad. El año 2003 fue denominado Año Internacional del Agua Dulce por la
Organización de las Naciones Unidas, debido a la situación que sufren millones de personas que
peligran el acceso a un bien esencial para el desarrollo de la vida, como lo es el agua. En la II
Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en el año 2002 en Johannesburgo, se
consideró prioritario el tema del agua y se fijó como uno de los objetivos del milenio: reducir a la mitad
el número de personas que no tienen acceso al agua potable en el 2015.
La situación de destrucción de territorios ha generado numerosas regiones del planeta que enfrentan
problemas de abastecimiento de agua considerada segura. El control del agua, el petróleo y la
diversidad biológica son y serán fundamentales para el desempeño de la sociedad mundial, y es por
ello que constituyen tres recursos naturales que son considerados estratégicos. La territorialidad de
estos tres recursos se presenta ante todo en los países del Tercer Mundo, y en caso de que no sean
las comunidades organizadas que controlen su gestión, serán algunos grupos de poder los que lo
harán.
La coyuntura actual indica que ante cualquier situación en la que un Estado declare su voluntad de
permanecer con el control de los recursos que posee, los centros de poder responderán con medidas
de fuerza (léase imposición de medidas económicas, acuerdos multilaterales, negación o retraimiento
de préstamos o donaciones o intervenciones militares).
Las corporaciones por un lado destruyen los territorios bajo la logica de la explotación y por otro
intentan la apropiación de las fuentes de agua y los sistemas de distribución de agua potable.
Internalizando su propia contradicción, destruir las fuentes de agua dulce del planeta pero asegurar
su control de acceso y gestión.
En la práctica estos procesos se manifiestas a través de que en la medida que van haciendo cada
vez más escasas las fuentes de agua limpia y sana, las corporaciones transnacionales, también
apoyadas en muchos casos desde las Instituciones Financieras Internacionales, están en una intensa
campaña de apropiación de estas fuentes y de los sistemas de distribución de agua a las
comunidades. El proceso de privatización de la década de 1990 que se vivió en América del Sur y
que hoy, frente a los fracasos obtenidos, se intenta maquillar bajo nuevas formas, por ejemplo: “la
nueva cultura del agua”.
• en su misma existencia, por el manejo y uso insustentable de las cuencas y las áreas de recarga
de acuíferos, que están siendo destruidas por la transformación de todo tipo de ecosistemas
productores de agua, para el uso agrícola y ganadero de gran escala, la urbanización y el
desarrollo industrial descontrolados.
• en su disponibilidad, por los procesos de apropiación de las cada vez mas escasas fuentes de
agua limpia, por parte de las corporaciones con apoyo de algunos gobiernos y de las IFIs.
Paralelamente a este sistema de relacionamiento interestatal, operan las organizaciones sociales que
no solamente apelan a una mejor gestión de los recursos, sino a la necesidad que se administren
bajo las esferas que puedan dar lugar a disminuir los lazos de dependencia históricamente
establecidos. Tratan de lograr salvaguardar los bienes naturales existentes para el desempeño socio-
económico y político futuro.
Las sociedades humanas siguen enfrentando un gran desafío. O se sigue apoyando y fortaleciendo
este modelo de desarrollo socialmente inequitativo, económicamente injusto, ambientalmente
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En el caso del agua, este manejo está estrechamente ligado al manejo sustentable del territorio y de
los ecosistemas. Es importante tener en cuenta la complejidad de los procesos que deben encararse,
por tanto es necesario que se desarrolle la capacidad de las comunidades y de todos los actores
sociales en procesos de construcción de espacios públicos de acción. Espacios públicos para
comprender por un lado las implicancias y consecuencias que tienen las interferencias con los ciclos
naturales y por otro, las complejas relaciones de los juegos políticos y de poder en cada territorio,
región y en el planeta y los medios que tienen las comunidades para influir efectivamente en un
sistema democrático.
En síntesis, es de suma importancia que las comunidades, los pueblos y las naciones continúe su
construcción de alternativas y oposición a las políticas insustentables de manejo de agua, así como a
la financiación y ejecución de los mega proyectos que la destruyen y degradan. Políticas que
destruyen y degradan los territorios que la producen y las culturas que la han cultivado.
Como reacción directa a las consecuencias e impactos negativos de los modelos de manejo vigentes,
diversos miembros de la sociedad civil han tomado iniciativas para desarrollar estrategias de manejo
que sí son sustentables, en el marco de la construcción y defensa de la soberanía de los pueblos.
Estas iniciativas constituyen las bases para las propuestas de la sociedad organizada, ya que tienden
hacia los objetivos generales de mejoramiento de la calidad de vida y promueven la equidad y la
justicia social. Frente a los procesos destructivos, se han venido desarrollando multiplicidad de
movimientos sociales que tienen tres grandes orientaciones de acción y trabajo:
La integración efectiva de estas iniciativas de la sociedad civil y sus comunidades en marcha, para el
desarrollo de políticas públicas locales, nacionales, regionales y globales es clave para la seguridad
del agua en cada rincón de la tierra.
LAS HERRAMIENTAS:
Se define como Hidrosfera al total de las aguas existentes en el planeta, que tienen una ocurrencia en
distintos estados físicos y una presencia cuantitativa y cualitativa diferencial en los distintos
contenedores o almacenajes temporales en la naturaleza.
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Son tres los sub- sistemas que integran la Hidrosfera: la troposfera (parte inferior de la atmósfera), la
litosfera superficial y el conjunto de los océanos y mares, cuya interacción permanente está
determinada por la continua transferencia de materia, energía e información que se produce entre los
componentes principales a través del Ciclo Hidrológico.
El ciclo hidrológico
Constituye una sucesión continua de flujos de desplazamiento del agua que se producen en la
biosfera y que interrelacionan en forma dinámica y permanente la troposfera, la superficie de tierras
emergidas de la litosfera y los océanos, reciclando el agua de los distintos reservorios naturales,
cumpliendo con una serie de funciones ambientales que hacen posible el desarrollo y mantenimiento
de la vida en el planeta.
La EVAPORACIÓN es el proceso mediante el cual, el agua cambia del estado líquido o sólido al
estado gaseoso, fundamentalmente a través de la transferencia de energía calórica del sol.
La TRANSPIRACIÓN es la pérdida de agua desde la biosfera (conjunto de seres vivos del planeta),
principalmente desde la cobertura vegetal.
La CONDENSACIÓN ocurre cuando el aire se eleva y se enfría hasta saturarse de humedad, las
partículas higroscópicas que se encuentran en la atmósfera actúan como núcleos de condensación,
generando las nubes.
La dinámica del sistema fluvial y las interacciones entre sus componentes, conlleva a que los
principales recursos hídricos superficiales y profundos que son los que están a disponibilidad de la
sociedad, se encuentren cualitativamente limitados para el consumo. Por lo tanto se presentan en la
actualidad como bienes escasos y entonces es necesario su planificación y gestión. Las cuencas
hidrográficas son consideradas las unidades territoriales que permiten estos niveles de gestión.
El ciclo hidrológico a escala global y desde el punto de vista cuantitativo, se comporta mecánicamente
como un sistema cerrado de flujos en función de los distintos trayectos, almacenajes y recambios de
agua que se producen en los reservorios de los sub- sistemas integrantes de la hidrosfera. Sin
embargo, existen diferencias geográficas destacadas en el comportamiento entre los distintos
componentes del sistema. Algunos registros en los balances hídricos – ecuación entre el volumen de
precipitaciones ingresadas al sistema y la sumatoria de las salidas de agua producto de la
evapotranspiración y escorrentía- indican áreas con superávit de humedad y otras con déficit, siendo
los distintos flujos de agua integrantes del ciclo hidrológico los responsables naturales de
transferencia y regulación hídrica a una escala global.
Las funciones ambientales que cumple el Ciclo Hidrológico dentro de la biosfera son:
• La provisión en forma permanente del bien natural agua para el abastecimiento de las
necesidades de los ecosistemas y comunidades humanas.
• Depuración de los efluentes hídricos devueltos a la naturaleza luego de haber sido utilizados
en diferentes actividades antrópicas, tanto urbanas como rurales.
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La otra función ambiental más evidente producto del ciclo hidrológico es la depuración de los
efluentes hídricos. Si bien existen mecanismos de absorción de los impactos ambientales que alteran
la calidad del agua fresca, la capacidad de resiliencia o auto regulación inherente al ciclo hidrológico
tiene límites. Una vez superados los umbrales naturales de depuración del agua fresca, los impactos
ambientales negativos son acumulativos, por lo que la disponibilidad de agua dulce se restringe y
este bien natural deja de ser un recurso natural renovable, para transformarse en un bien escaso.
Otras funciones ambientales de gran importancia vinculados al ciclo hidrológico son el mantenimiento
y estabilización de los ecosistemas y la regulación climática. Las interacciones océanos/ atmósfera/
litosfera mantenidas por el ciclo hidrológico, permiten la transferencia de unas regiones geográficas
hacia otras del vapor de agua y energía calorífica a través de las masas de aire y las corrientes
oceánicas, dos de los factores influyentes en los distintos tipos de climas y el desarrollo de la
diversidad ecosistémica en el planeta.
También como funciones ambientales del ciclo hidrológico en su conjunto, se deben asociar aquellos
con fines estéticos, culturales y recreativos.
La cuenca hidrográfica es una unidad espacial compuesta de una gran diversidad de componentes
bióticos y abióticos que interactúan entre sí. Se define como el territorio que ocupa el río principal y
sus afluentes, cuyos límites son definidos por la topografía del terreno, a partir de las divisorias de
aguas. La energía solar y las precipitaciones constituyen los principales "ingresos" de energía,
materia e información desencadenando procesos e interrelaciones entre los componentes de la
cuenca hidrográfica, a partir de lo que se generan respuestas de "salidas" de acuerdo a la estructura
y dinámica interna. La cuenca hidrográfica actúa entonces como un "operador sistémico" por lo cual,
cualquier alteración cualitativa y/ o cuantitativa producida en los ingresos, incidirá tanto en el
funcionamiento global, como en el de sus subsistemas componentes. Las principales características
de las cuencas como operadores ecosistémicos son:
- Es un sistema natural, con límites espaciales precisos, definidos por las divisorias de aguas.
- Es un sistema abierto, lo que implica que realizará intercambios de materia, energía e información
con su entorno y/ o con otros sistemas. De esta forma, toda perturbación ejercerá su influencia
directamente en el sistema en que ocurra e indirectamente sobre los sistemas conexos.
El enfoque sistémico constituye una herramienta metodológica para el abordaje de las cuencas
hidrográficas, que permite identificar los componentes o subsistemas que las integran, describir los
atributos de cada uno de ellos y analizar en forma interdisciplinaria los procesos e interacciones que
se producen al interior de las cuencas hídricas producto del balance cualitativo y cuantitativo entre los
ingresos de materia, energía e información al sistema y los egresos desde el mismo.
Los recursos naturales son bienes contenidos en los ecosistemas que son valorizados socialmente
pues constituyen el soporte de actividades económicas y productivas. Son además integrantes de
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complejos ecosistemas donde componentes bióticos y abióticos interactúan entre sí, reciben entradas
de energía, materia e información y en el marco espacial de las unidades sistémicas definidas por las
cuencas hidrográficas, se producen ciclos biogeoquímicos, transformaciones y salidas de la energía,
materia e información ingresadas a modo de respuestas de este operador sistémico de la naturaleza.
Teniendo presente que la cuenca hidrográfica es una unidad sistémica, se puede entender que todo
proceso que esté afectando la estructura y la funcionalidad de esa unidad, estará teniendo
consecuencias positivas o negativas sobre ese operador sistémico. Este marco conceptual permite
valorar la importancia de los recursos naturales en el marco de las cuencas hidrográficas.
Los grados de intervención antrópica sobre los bienes naturales, se producen a diversas escalas:
mundiales, regionales y locales, teniendo consecuencias diferenciales sobre los distintos recursos
naturales presentes en una cuenca hidrográfica. Así por ejemplo las consecuencias del llamado
Cambio Global, repercutirán sobre el recurso natural clima, pero como éste no es integrante aislado
del sistema hidrográfico como un todo, inducirá cambios sobre la dinámica e interacciones con los
restantes recursos naturales presentes en las cuencas hidrográficas, alterando los procesos de
génesis y evolución de los suelos, las aguas, los materiales geológicos y los aspectos
geomorfológicos, los componentes vegetales y animales, así como sobre las propias comunidades
humanas involucradas.
Cada componente de la cuenca hidrográfica es un elemento que está interactuando con los demás
integrantes del sistema, por lo tanto, toda vez que se induzcan cambios cualitativos o cuantitativos
sobre alguno de esos componentes, se producirán también cambios positivos o negativos sobre el
conjunto del sistema.
Se trata de una forma especifica de gestión del territorio, que sin abandonar los principios rectores de
la conservación de ecosistemas y aguas, pretende lograr que la sociedad organizada sea
protagonista de esa nueva forma de gestión de los bienes naturales y culturales existentes en la
unidad sistémica denominada cuenca hidrográfica.
Esta forma de gestión del territorio combina en forma sinérgica los saberes científicos y técnicos con
los saberes de las comunidades locales, fomentando una real participación de los actores
directamente involucrados con el manejo de los ecosistemas. Esta modalidad de gestión territorial, se
fundamenta en los criterios de sustentabilidad, justicia ambiental y conservación de la naturaleza.
Para alcanzar la meta de una gestión integrada de las cuencas hidrográficas es necesario cumplir
previamente un conjunto de requisitos:
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Las relaciones que se establecen entre los usuarios del agua, es una de las más importantes cuando
se trata de implementar una gestión integrada de los recursos hídricos presentes en las cuencas
hídricas. El tipo de conocimiento que se genere, los mecanismos utilizados para la difusión de los
resultados de las investigaciones, así como las estrategias de intervención en la cuenca como
territorio constituyen los factores relevantes para lograr la gestión sustentable de la cuenca.
Para que este objetivo no sea solamente una declaración de principios, es que se postulan líneas
operativas que permitan cumplir con este desafío:
1) Defender la conservación y por lo tanto la disponibilidad del agua, para ello se establece la
necesidad de Política Publicas de Aguas que permitan la conservación y la gestión sustentable de
las fuentes.
2) Defender la propiedad pública y social del agua, como parte integral del patrimonio natural de las
poblaciones locales.
3) Determinar que el abastecimiento de agua potable y saneamiento deben ser gestionado por
instituciones estatales o comunitarias con directa participación de la sociedad organizada.
5) La sustentabilidad del agua dulce y por tanto la disponibilidad para todas las personas en cada
región del planeta depende del control democrático, la soberanía y la gestión por las
comunidades de las fuentes de agua y los territorios que las producen.
* Integrante del equipo de investigación del Programa Uruguay Sustentable, REDES Amigos de la
Tierra URUGUAY. www.redes.org.uy