CanoA - Consulta6 - Micosis Sistèmicas

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UNIVERSIDAD ESTATAL DEL SUR DE MANABÍ

Creada mediante Ley promulgada en el Registro Oficial No. 261 del 7 de febrero de 2001
FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD
CARRERA LABORATORIO CLÍNICO

Tema:
MICOSIS SISTÉMICAS:
HISTOPLASMOSIS. COCCIDIOIDOMICOSIS. PARACOCCIDIOMICOSIS.
AGENTE ETIOLÓGICO. EPIDEMIOLOGIA. MECANISMO DE INFECCIÓN.
PATOLOGÍA, MANIFESTACIONES CLÍNICAS. TRATAMIENTO.
PREVENCIÓN.

Asignatura:
MICOLOGÍA

Semestre:
SEXTO “B”

Estudiante:
CANO ALVARADO ASHLEY MADELAINE

Docente:
LCDA. ELSA NORALMA LUCAS PARRALES
La histoplasmosis y la paracoccidioidomicosis son conocidas en Colombia y algunos
países de América latina como micosis endémicas debido a su ubicación geográfica y
factores ambientales que favorecen la aparición de están infecciones en población de
riesgo. La identificación del agente causal de las infecciones fúngicas juega un papel
fundamental para el tratamiento y seguimiento del curso de la infección ya que
dependiendo del agente la susceptibilidad a los antimicóticos puede variar dependiendo
de la especie.

Las zonas tropicales y subtropicales por sus condiciones de humedad y temperatura


favorecen la incidencia de infecciones por hongos. Las infecciones fúngicas invasivas
tienen una incidencia mucho más baja que las micosis superficiales, pero el índice de
mortalidad puede legar a superar el 50% de los casos. Con el incremento de pacientes con
factores de riesgo aumenta la presencia de infecciones por hongos filamentosos.

El diagnostico por métodos convencionales no es fácil ya que depende de factores como


el tipo de hospedero, muestra, microorganismo y experticia del personal que realiza las
pruebas de laboratorio. Las condiciones del paciente pueden desfavorecer la obtención de
una muestra representativa y por ello, se han creado métodos de no invasivos como la
detección de antígenos, anticuerpos y pruebas moleculares.

Las muestras de sangre, lavado broncoalveolar, orina y líquido cefalorraquídeo son


fundamentales en el diagnóstico de las infecciones fúngicas invasivas, pulmonares y
meníngeas. Los métodos convencionales siguen siendo la herramienta fundamental para
el diagnóstico en micología por su facilidad y accesibilidad, pero requieren de ciertos
parámetros como la adecuada obtención y procesamiento de la muestra. Las pruebas de
diagnóstico identificando los antígenos, anticuerpos y componentes específicos de los
hongos mejoran el diagnostico oportuno facilitando el inicio de un tratamiento
Existen tres especies de Histoplasma:

1. Histoplasma capsulatum
2. Histoplasma duboisii
3. Histoplasma capsulatum

El primero es un hongo dimorfito, agente causal de la histoplasmosis americana. El


segundo es responsable de la histoplasmosis africana. Histoplasma farsiminosum, agente
causal de la linfangitis epizótica de los equinos (1).

El Histoplasma capsulatum, expresa su fase saprofítica a temperatura ambiente,


produciendo micelio, macroconidias tuberculadas y microconidias (elemento infectante).
Su fase parasitaria se expresa a temperatura de 37 grados, en forma de levadura, que es la
forma en la cual se presenta en los tejidos (1).

La región de mayor endemicidad en el mundo se localiza en el centro-este de los EE. UU.,


donde se calcula que de 80 a 90 % de la población ha sido infectada con H. capsulatum.
Otras zonas endémicas importantes se localizan en Suramérica (con la excepción de
Chile), Centroamérica y las Antillas. También se ha descrito la enfermedad en Asia,
África, Australia y Oceanía. Aunque en Europa los informes de casos autóctonos son
escasos, en los últimos años son cada vez más frecuentes los reportes de histoplasmosis
en viajeros procedentes de América y África (2).
La enfermedad se adquiere al inhalar el hongo en su etapa de espora. Pueden ocurrir
brotes en grupos que están expuestos a excrementos de aves o murciélagos o a suelos
recientemente escarbados y contaminados que se encuentran en gallineros, cuevas, etc.
La histoplasmosis no se contrae por contacto con otra persona (2).

El periodo de incubación se encuentra entre 1 a 3 semanas, casos extremos 1 a 3 días


hasta 1 a 5 meses. Promedio 7 a 10 días (3).

La histoplasmosis se produce por la inhalación de microconidias a través de la vía


respiratoria, con menor frecuencia por inoculación cutánea directa del hongo; de esta
manera alcanza el alveolo pulmonar, siendo ingeridos por los macrófagos tisulares donde
se transforman en levaduras (su fase invasiva) y se multiplican en el interior de los
macrófagos lisando al macrófago, y progresa por contigüidad en los pulmones. Durante
esta fase se produce una respuesta inflamatoria no característica. En individuos
inmunocompetentes, la infección queda controlada; pero si hay excesiva cantidad del
agente infectante e inmunodeficiencia, el hongo se disemina vía hemática o a través del
sistema reticuloendotelial hacia los ganglios regionales (4).

La mayoría de las personas con histoplasmosis no tienen síntomas y no saben que están
infectadas. Pero para algunos, sobre todo los lactantes y las personas con el sistema
inmunitario deprimido, la histoplasmosis puede ser grave. Hay tratamientos disponibles
para las formas más severas de histoplasmosis (5).

Histoplasmosis pulmonar aguda

En su forma benigna es indistinguible de un resfriado común. Los síntomas más


frecuentes son inespecíficos: fiebre, malestar general, cefalea, mialgia, anorexia, tos no
productiva y dolor torácico. El comienzo es súbito; hay engrosamiento hiliar y del
mediastino. Se puede presentar eritema nudoso y multiforme. Los síntomas logran
desaparecer espontáneamente antes de las 3 semanas (5).

Histoplasmosis pulmonar crónica


Se desarrolla en el adulto, varón, entre la tercera y cuarta década de la vida, residente en
áreas endémicas. Constituyen factores predisponentes el hábito de fumar y los defectos
anatómicos preexistentes. Estos pacientes pueden responder de manera favorable al
tratamiento con anfotericina B; sin embargo, si la enfermedad pulmonar de base continúa
su avance, el tratamiento antimicótico resulta ineficiente. Los síntomas iniciales son:
fiebre, tos productiva, posible hemoptisis, disnea y de modo eventual otros signos de
enfermedad respiratoria crónica (pérdida de peso, inanición, disnea, cianosis) (5).

Histoplasmosis progresiva diseminada

En general se presenta como una infección pulmonar aguda de rápida diseminación a


varios órganos y sistemas, con una elevada frecuencia de lesiones cutáneas y
mucocutáneas, que llegan a causar la muerte en la mayoría de los casos debido a fallo
respiratorio, hemorragia digestiva, coagulación intravascular diseminada o sepsis
bacteriana sobreañadida. En algunos casos se afecta un solo órgano o sistema, lo que
puede dar lugar a endocarditis, meningitis. Los signos pulmonares son ligeros y se pueden
presentar infiltrados miliares difusos, infiltrados lobulares y adenopatía hiliar. incluye
fiebre, anorexia, pérdida de peso, hepatomegalia, esplenomegalia y linfadenopatía
generalizada (6).

Examen microscópico directo

Los frotis coloreados con Giemsa o Wright permiten


la observación, en el interior de los macrófagos, de
levaduras pequeñas (1-2 µm de diámetro), redondas
a ovoides, con el núcleo teñido de violeta oscuro y el
citoplasma en azul tenue, casi incoloro, simulando
una cápsula, las cuales corresponden a H.
capsulatum. Los raspados de piel y exudados pueden
ser examinados en preparaciones con KOH 10 % con
tinta Parker o blanco de calcofluor (6).
Cultivo e identificación

El aislamiento en medios de cultivo de H. capsulatum a


partir de muestras clínicas se considera el método gold
standard y es el que da el diagnóstico definitivo de
histoplasmosis. En medios de cultivo enriquecidos, a 37
°C, se observan células levaduriformes esféricas u
ovaladas, de 2-3 x 3-4 µm, de paredes finas que se
reproducen por gemación polar con una base estrecha,
las cuales dan lugar a colonias cremosas de color
grisáceo a beige (6).

Detección de anticuerpos

Las pruebas que detectan anticuerpos han sido de gran valor en el diagnóstico de la
histoplasmosis, no solo por su relativa rapidez en comparación con los métodos de cultivo
e identificación, sino también porque, en muchas ocasiones, son la primera y a veces la
única evidencia de infección. las más empledas han sido la inmunodifusión doble, la
fijación del complemento y la técnica de ELISA indirecta(6)..

Prueba intradérmica de histoplasmina

Se considera una herramienta epidemiológica de gran valor para determinar áreas


endémicas, porque permite conocer el grado de exposición de diferentes grupos de riesgo,
relacionados fundamentalmente con la actividad ocupacional: mineros, agricultores,
recolectores de guano, criadores de aves, espeleólogos, etc(6).

Detección de antígeno

Las pruebas que detectan antígenos se consideran mucho más eficientes para el
diagnóstico de histoplasmosis. H. capsulatum es capaz de liberar un antígeno
polisacarídico, el cual puede ser detectado en el suero, líquido pleural, lavado
bronquioalveolar, LCR y orina. Este método, es específico para el antígeno polisacarídico
de H. capsulatum(6)..
Diagnóstico por métodos moleculares

Debido a las dificultades que se presentan con el diagnóstico convencional de la


histoplasmosis, en particular por la demora y la baja sensibilidad, en especial en algunas
formas clínicas, en la actualidad se centran grandes esperanzas en las posibilidades que
pudieran brindar los métodos moleculares, particularmente la técnica de la reacción en
cadena de la polimerasa(7).

• Itraconazol a dosis de 200 mg


• voriconazol 2 dosis 6 mg/kg
• posaconazol 400 mg cada 12 h VO.
• metilprednisolona 0,5-1 mg/kg/d durante 1-2 semanas(7).

Evitar la inhalación de polvo y de partículas (también durante las visitas a las cuevas
habitadas por los murciélagos). No se ha demostrado el papel protector de las mascarillas.
Considerar la administración de itraconazol (200 mg VO) después de la exposición de la
persona en estado de inmunosupresión (7)

La coccidioidomicosis es una micosis sistémica causada


por los hongos dimorfos:
1. Coccidioides posadasii
2. Coccidioides immitis.

Coccidioides es un género de hongos dimórficos que existen como micelios o como


esférulas. Tanto los micelios como las esférulas son formas asexuales. No se ha
encontrado la forma sexual de la coccidiosis. Las especies de Coccidioides crecen bien
en la mayoría de los medios micológicos o bacteriológicos tras cinco o siete días (8).
La fuente de infección es el suelo de
zonas desérticas con suelos arenosos,
arcillosos y secos, con climas
extremosos y flora y fauna escasa. Se ha
comprobado que Coccidioides
sobrevive a temperaturas mayores de
50ºC, pues puede vivir entre 5-30 cm
por debajo del suelo, se encuentra de
manera más importante en la zona sur de
California, Estados Unidos, y la región
fronteriza con México, mientras que C.
posadasii está en el resto de Estados
Unidos, con focos en México,
Centroamérica y Sudamérica (8).

El mecanismo de infección es la inhalación de artroconidios; excepcionalmente, se habla


de infecciones percutáneas, a través de traumatismos en la piel o por heridas previas. Es
importante señalar que la forma infectante es exclusivamente el artroconidio, que se
encuentra en los suelos; por lo tanto, la coccidioidomicosis no se transmite de humano a
humano(8)..

Los artroconidios inhalados se establecen en la porción baja del árbol respiratorio, en


bronquíolos y alvéolos, y se convierten en esférulas. Una glucoproteína de la pared celular
funciona como adhesina y actúa como un posible factor de virulencia. Se multiplican y el
huésped responde con un proceso inflamatorio; cuando el hongo coloniza el tejido, da
como resultado la formación de abscesos que tienen pH alcalino(8).
Todo lo anterior corresponde a la primoinfección, que clínicamente puede ser
asintomática o sintomática, evoluciona a la recuperación y genera inmunidad específica;
sin embargo, el 10% desarrolla un nódulo residual o una cavidad; en algunos casos, cursa
con datos de resfriado común o gripe y con afección neumónica en sólo unos cuantos
casos(9).
Coccidioidomicosis primaria.
La mayoría de los pacientes con coccidioidomicosis primaria son asintomáticos, pero
pueden aparecer síntomas respiratorios inespecíficos similares a los de la gripe, la
bronquitis aguda o, con menor frecuencia, una neumonía aguda o un derrame pleural.
En orden decreciente de frecuencia, los síntomas de la coccidioidomicosis primaria
incluyen fiebre, tos, dolor torácico, escalofríos, producción de esputo, odinofagia y
hemoptisis(9).

Coccidioidomicosis progresiva
Las manifestaciones cutáneas se deben a erupciones reactivas inducidas
inmunológicamente, diseminación de los microorganismos desde los pulmones o
inoculación directa (infección cutánea primaria). El eritema nudoso es la erupción
reactiva asociada con mayor frecuencia con la coccidioidomicosis. El eritema nudoso se
caracteriza por múltiples nódulos subcutáneos, eritematosos, dolorosos y autolimitados,
generalmente en los miembros inferiores que aparecen de 1 a 3 semanas después de los
síntomas respiratorios iniciales. Puede causar cianosis progresiva, disnea y esputo
mucopurulento o sanguinolento(9).

El diagnóstico se realiza demostrando el agente mediante estudios como el directo en


fresco a partir de esputo, líquidos y secreciones con yodopovidona o hidróxido de potasio;
a la microscopía se identifican esférulas y endosporas. Estas esférulas se observan mejor
teñidas con tinción de PAS o de Gomori-Grocott.
En los cultivos en medio de Sabouraud, se desarrollan colonias planas, membranosas, de
color blanco grisáceo o amarillento; al microscopio se observan hifas delgadas y tabicadas
con artroconidios rectangulares de 2x4 μm y artroclamidosporas (artrosporas de pared
gruesa).
En los estudios histopatológicos de tomas de biopsia o de tejidos obtenidos a partir de la
inoculación en animales de laboratorio, en secreciones y tejidos, se identifican las
esférulas. En cavidades por coccidioidoma, se observa pared fibrosa, necrosis y en
ocasiones esférulas.
Los estudios radiológicos son un complemento importante. En el pulmón es más
frecuente el daño en zonas bajas (10).

Los nódulos pulmonares no suelen requerir tratamiento, mientras que permanezcan


estables y el paciente esté asintomático. Actualmente, el itraconazol oral o el fluconazol
son los antifúngicos preferidos a dosis de 400 mg al día. El posaconazol es muy activo
también. Para la meningitis el fluconazol es el preferido mientras que para las infecciones
de hueso o articulaciones es el itraconazol. Para la meningitis se utiliza el fluconazol a
dosis de 800 mg al día o la anfotericina B intratecal(10).

Las obras de irrigación artificial o el asfalto reducen el peligro de infección en las áreas
endémicas. Los pacientes inmunocomprometidos deben evitar el viaje a las zonas
endémicas, en especial para participar o asistir a juegos de béisbol o realizar excavaciones
arqueológicas. La principal medida de prevención es evitar los lugares donde pueda haber
hongos del género Coccidioides, pero si se visitan, sobre todo en verano, se debe utilizar
mascarilla (11).
El agente causal de la Paracoccidioidomicosis es un hongo térmicamente dimórfico de la
especie Paracoccidioides brasiliensis. A temperatura corporal, el hongo tiene forma
parasitaria de levadura multibrotante (aspecto de timón). Este hongo asexuado es
termodimórfico, es decir, presenta dos formas: la primera es la de micelio, forma
infectante, se observa la presencia de hifas delgadas, enredadas y elongadas. La segunda
forma es de levadura, forma diseminante, se caracteriza por la presencia de células
esféricas u ovaladas, con paredes bien definidas (11).

La Paracoccidioidomicosis tiene una amplia distribución geográfica en América latina.


Afecta unas 15 veces más al hombre que a la mujer La paracoccidioidomicosis es una
enfermedad infecciosa, crónica, sistémica y progresiva. Su agente etiológico, el hongo
dimórfico Paracoccidioides brasiliensis se encuentra geográficamente limitado a
América latina, mostrando mayor prevalencia en países como Brasil, Venezuela,
Colombia y Argentina 1. En Colombia la incidencia fluctúa entre 0.5-2.2/100 000
habitantes, considerándose endémica en nueve departamentos ubicados en la región
andina y en la Sierra Nevada de Santa Marta (11)

La transmisión se produce por la inhalación de los conidios o los fragmentos (hifas)


del hongo presentes en los bioaerosoles procedentes del suelo, que alcanzan los alveolos
donde se inicia la infección. También, en menor medida, se transmite por
inoculación o lesión accidental con objetos o plantas contaminadas (inoculación en la
mucosa oral al limpiarse los dientes con palillos o ramitas contaminadas). Una vez
que los conidios penetran en los tejidos del hospedador se transforman en la forma
parasitaria o levadura. También se ha sugerido la transmisión por
ingesta accidental. La transmisión de humano a humano y de
animales al hombre (zoonosis) se cree que es poco probable (12).
La paracoccidioidomicosis es una micosis progresiva de los pulmones, la piel, las
mucosas, los ganglios linfáticos y los órganos internos causada por el Paracoccidioides
brasiliensis. Los síntomas incluyen úlceras cutáneas, adenitis y dolor debido al
compromiso de los órganos abdominales. os reservorios naturales específicos del
Paracoccidioides brasiliensis todavía no se definieron, pero se cree que habita en el suelo
en forma de moho y que la infección se transmite por la inhalación de conidios (esporas
producidos por la forma de micelio del hongo). Los conidios se convierten en levaduras
invasoras en los pulmones y se pueden diseminar a otros sitios a través de la sangre y los
vasos linfáticos (13).

Forma pulmonar asintomática aguda: La infección pulmonar suele ser asintomática en


95% de los casos.

Forma pulmonar sintomática aguda: fiebre, escalofríos, tos, disnea, Infiltrados


pulmonares

Forma pulmonar crónica: tos con expectoración purulenta y hemorrágica (hemoptisis),


insuficiencia respiratoria, dolor torácico, sudoración, fiebres que pueden ser similares a
las de la tuberculosis pulmonar

Forma diseminada: fiebres, dolor de cabeza, lesiones cutáneas, úlceras bucales y mucosa
faríngea con perforación del paladar

Mucocutáneo: infecciones que comprometen con mayor frecuencia la cara, en especial


la unión mucocutánea de la nariz y la boca.

Visceral: las lesiones localizadas típicas provocan hepatomegalia, esplenomegalia y


adenomegalias abdominales, lo que en ocasiones provoca dolor abdomen (14).
Cultivo, histopatología o ambos

Los hallazgos sugieren el diagnóstico de paracoccidioidomicosis. El cultivo permite


confirmarlo, aunque la observación de levaduras grandes (con frecuencia > 15
micrómetros) con gemación múltiple característica (timón de barco) representa una
evidencia presuntiva que sugiere firmemente la infección. Debido a que el cultivo de P.
brasiliensis puede suponer un riesgo biológico grave para el personal del laboratorio, este
debe ser notificado del diagnóstico sospechado (14).

• Trimetropin-Sulfametoxazol: 800/60 mg/día, vía oral, cada 12 horas, durante 30


días, seguido de 400/80 mg cada 12 horas, hasta un año después de que la
serología se haga negativa.
• Ketoconazol: 400 mg/día, vía oral, durante 45 días, seguido de 200 mg/día hasta
completar 12 meses.
• Fluconazol: 400 mg/día, vía oral, durante un mes, seguido de 200 mg/día, durante
6 meses. Este fármaco es la mejor opción para el tratamiento da
neuroparacoccidioidomicosis,
• Anfotericina B: 1 mg/kg/día, IV, diluido en 50 mlde suero glucosado al 5% más
acetato de la hidrocortisona 50-100 mg (15).

Evitar procesos pulvígenos; si no es posible, cerramiento o aislamiento de dichos


procesos o disponer de un sistema de extracción localizada. Diseño adecuado de los
lugares y equipos de trabajo con superficies lisas de fácil limpieza y desinfección. (15)
ANÁLISIS
La micosis sistémica es endémica de América, producida por los hongos dimorfos de
género Coccidioides, C. immitis y C. posadasii. Estos microorganismos viven en la tierra
de zonas áridas e infectan el hombre y a otras especies de animales por vía inhalatoria
mediante sus artroconidios. La mayor parte de las infecciones son benignas y
autolimitadas debido a la eficiente respuesta de la inmunidad mediada por células.
Cuando ésta falla se pueden originar diversas formas clínicas de coccidioidomicosis
progresiva con un espectro que incluye, desde neumopatías crónicas hasta formas
diseminadas agudas, que colocan es serio riesgo la vida de los pacientes. En las últimas
décadas aumentó la incidencia de casos progresivos graves en pacientes con diversas
afecciones que deterioran la inmunidad mediada por células, como el SIDA, los linfomas,
la diabetes mal controlada, el empleo de corticoesteroides y otras drogas
inmunosupresoras y los trasplantes de órganos. El diagnóstico de esta micosis se realiza
mediante la visualización o el aislamiento de los agentes causales a partir de diversas
muestras clínicas, mediante estudios micológicos o histopatológicos.

CONCLUSIÓN
Las micosis sitèmicos son infección fúngica del hemisferio occidental que es endémica
en el suelo en zonas con precipitaciones limitadas. Las infecciones en humanos y
animales se producen con la inhalación de artroconidias. La mayoría de las veces se trata
de un evento asintomático. Cuando se produce la enfermedad, es principalmente una
presentación neumónica. Una pequeña minoría de las infecciones acaba en enfermedad
diseminada. En general, se presenta como meningitis o enfermedad osteoarticular o
tegumentaria. El tratamiento puede no ser necesario para la enfermedad más leve. Las
infecciones graves pueden requerir anfotericina B.

BIBLIOGRAFÍA

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