Descargue como DOCX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4
TEMA 1.
EDAD MEDIA 1.1. Contenidos fundamentales 1.1.1 Fases períodos 1.1.2 Caracterización de la época 1.1.3 Edad Media y recepción 1.1.4 La estética medieval
1.1.1. Fases o períodos
Aunque este periodo tan extenso de nuestra literatura española mantiene una uniformidad que justifica el uso de la etiqueta, existen en él diferentes fases. La propuesta generalizada entre los historiadores es la siguiente: 1. Alta Edad Media: monarquía visigótica (ss. VI-VIII); época románica, con el nacimiento y la consolidación de los reinos hispánicos y la aparición de la literatura romance (ss. IX- XII); y periodo gótico (s. XIII), con la transición hacia nuevas formas de sociedad y cultura. 2. Baja Edad Media (s. XIV-XV), donde el s. XV, sin dejar de ser medieval, contiene elementos propios del Prerrenacimiento. Otros historiadores hablan de una etapa temprana (desde la caída del Imperio Romano hasta la del imperio carolingio en el s. IX); una alta (ss. IX-XII); y otra baja (s. XIII-XV). Pasemos a examinar las propuestas de los historiadores de la literatura. Aunque Bousoño caracteriza toda la EM por la visión del mundo teocéntrica-señorial, distingue en ella un periodo prefeudal y feudal (hasta el s. XI); y un periodo comercial- industrial (desde mediados del s. XI hasta entrado el s. XV). Por su parte, Amorós habla de tres fases: 1. El s. XIII (representado por Berceo). 2. El s. XIV (marcado por la prosa narrativa y por Juan Ruiz). 3. El s. XV (definido por la influencia italiana y el Prerrenacimiento). También Alborg identifica tres etapas: la época anónima (s. XIII); la época de las primeras personalidades literarias (p. ej., D. Juan Manuel), cuando se descompone el mundo medieval y se anticipa el espíritu renacentista, con las incipientes influencias clásicas e italianas (s. XIV); y el prerrenacimiento español, dados los primeros intentos de adaptación de aquellas influencias (los dos primeros tercios del s. XV). Gutiérrez Carbajo, en cambio, propone la siguiente división en cuatro etapas: 1. ss. X-XII. Primeras manifestaciones de la lírica y la épica. 2. s. XVIII. Auge de la prosa y del mester de clerecía. 3. s. XIV. Continuación y consolidación del mester de clerecía y de la prosa. 4. s. XV. Convivencia de la poesía trovadoresca, italianista y popular; y del teatro prehumanista. Consciente de que la realidad es harto más compleja, para completar su visión de conjunto enumera las grandes corrientes literarias medievales que polarizan la producción: las jarchas; los cantares de gesta; el mester de juglaría y el de clerecía; la narrativa caballeresca; los cuentos, apólogos y exemplos; las obras históricas; las cortes y escuelas poéticas de los ss. XI-XV; las manifestaciones prehumanistas del s. XV; el nacimiento y difusión del romancero viejo; la novela sentimental, y el teatro prehumanista que culmina en La Celestina y las primeras muestras del humanismo. Eco, se inventó en el Renacimiento para alojar a una decena de siglos que nadie conseguía colocar, a medio camino entre dos épocas excelentes, una de la que ya nos enorgullecíamos mucho, y otra de la que nos habíamos vuelto nostálgicos. Siglos muy diferentes entre sí: de la caída del Imperio Romano a la restauración carolingia, la más terrible crisis política, religiosa, demográfica, agrícola, urbana, lingüística… de la historia europea, los siglos posteriores al año 1000, nacen las lenguas y las naciones modernas, la democracia municipal, la banca, revolución industrial sustemas de tracción, transporte terrestre y marítimo, técnicas agrícolas, procedimientos artesanales, polvora e imprenta. U. Eco: caída IROccidente hasta el año 1000 (crisis, decadencia, asentacmientos de pueblos por la violencia y choque de culturas); y desde el año 1000, humanismo. La propia Edad Media: latín como lengua franca, texto bíblioco como texto fundamental, tradición patrística como único testimonio de la cultura clásica, comentando comentarios, con el aire de no decir nada nuevo. Falso: espíritu de innovación, lo esconde bajo el disfraz de la repetición. Materiales, naturaleza histórica, tradición de su estudio, conocimientos más específicos y técnicos, bibliografía difícil de manejar hasta llegar al texto literario. 1.2. Caracterización de la época Para Bousoño, la cultura de la EM se caracteriza por una visión del mundo señorial- teocéntrica. Y, según Deyermond, esta surge de una mezcla de ciencia griega y de teología judeo-cristiana que se concreta en tres principios esenciales: la armonía, la jerarquía y las concordancias entre todos los órdenes de la existencia, desde la fisiología y la psicología humana, hasta el universo, pasando por la teoría y la práctica social, basada en el sistema feudal y los 3 estamentos. A ello añade Vàrvaro que, durante el Medievo, la vida humana queda enmarcada en una trayectoria que va del Pecado Original al Juicio Final, de modo que los acontecimientos no tienen sentido ni valor por sí mismos hasta que no lo hallan dentro de esa perspectiva providencial y eterna. Por su parte, Rico recalca la importancia del ideal de principio y continuidad, de autoridad y tradición, derivado de la creencia en la progresiva revelación de Dios (Creación, Ley de Moisés, Redención, Iglesia) gracias a la infalible doctrina que los Padres, el magisterio ordinario y la potestad sacerdotal han acumulado a lo largo de los siglos interpretando las Escrituras; análogamente, las fuentes del poder político-económico residen en la sangre y la herencia, al tiempo que la literatura culta liga las obras nuevas a las antiguas mediante la imitatio de los auctores. Al abordar la particularidad de la Edad Media española, Rico plantea que la dimensión religiosa de la Reconquista reforzó la conciencia de que la historia de la P. Ibérica tenía un papel especial en la historia sagrada, en la realización universal de los planes de Dios; de hecho, Américo Castro niega incluso que pueda hablarse de una Edad Media española, pues España siempre permaneció al margen de la cuestión de la armonía entre religión y razón, entre realismo y nominalismo. Una visión interesante, complementaria e innovadora sobre la cultura medieval es la de Bajtín. El autor estudia cómo la cultura cómica popular, entreverada a lo largo de la Antigüedad con la cultura oficial, se constituye durante la EM en ámbito autónomo que niega y parodia, desde planteamientos simétricos y antagónicos, todos los aspectos y las manifestaciones de la fe, la ideología, las costumbres, el saber y los mitos de la sociedad feudal. Manteniendo su unidad de estilo, esta corriente se concreta en las numerosas y variadas fiestas populares cómicas celebradas en la plaza pública (carnaval, actuaciones de bufones, bobos, gigantes, enanos y monstruos, ritos y cultos cómicos, etc.), las cuales entronizan lo opuesto de lo establecido. 1.3. Edad Media y recepción Como es bien sabido, en la Edad Media eran pocos los que sabían leer, de modo que la difusión escrita de la cultura se reducía a un público muy limitado, principalmente de clérigos y, si aspiraban a un público más amplio, las obras se difundían oralmente (p. ej., se celebraban representaciones teatrales en las iglesias, la corte, la plaza pública, etc.). Más allá de estas generalidades, el carácter oral de la literatura medieval resulta imposible de reconstruir plena y satisfactoriamente. Pese a ello, Jauss ha recogido, para una estética de la recepción de la literatura medieval, una escala de modalidades de la experiencia estética que distingue el proceso receptor según los (sub)géneros literarios, revelando la relación con la situación comunicativa y con la tradición, y el modus recipiendi para cada uno de ellos, desde el drama litúrgico a la lírica cortesana, pasando por los subgéneros del discurso ejemplar (p. ej., proverbio, parábola, alegoría, etc.). 1.4. La estética medieval A menudo se ha concluido precipitadamente que la Edad Media carece de sensibilidad estética. Sin embargo, Menéndez Pelayo revisó no pocos estudios medievales dedicados a la estética (p. ej., la visión de Mainónides sobre lo bello y lo feo, la defensa del arte reflexivo frente a las doctrinas neoplatónicas e iluministas, los comentarios de Averroes a la Poética aristotélica, etc). En esta misma línea, U. Eco señala que la estética medieval madura a partir de una recepción indirecta y acrítica de las ideas clásicas, se organiza con rigor sistemático en las obras maestras del s. XIII y, finalmente, entre los ss. XVI y XV, alcanza la plena difusión de aquellas ideas clásicas gracias al movimiento humanista. Para el propio U. Eco, e igualmente para estudiosos como Colombo, Alberni, Sacco o Vacca, la reflexión en torno a la estética medieval admite incluso plantear hipótesis prospectivas de un retroceso de la civilización hacia una Nueva Edad Media. A su parecer, la degradación de los sistemas de la era tecnológica; el derrumbe del poder y de la Pax porque en la frontera presionan los bárbaros intentando apropiarse de una riqueza que se les había negado o infiltrarse en el cuerpo sociocultural haciendo circular nuevas fes; y la amenaza de un escenario apocalíptico muy convincente en el futuro; todo ello, en fin, crea paralelos entre algunos momentos de nuestra civilización planetaria y momentos distintos del proceso histórico medieval; en cualquier caso, como reconoce Eco, este razonamiento es un juego, solo tiene sentido si se es consciente de que se está elaborando una hipótesis de la Edad Media.