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INTRODUCCION.

 El estudio de la sinapsis es uno de los campos más apasionantes en la investigación actual de la
Neurobiología.

Este trabajo presenta los contenidos de la sinapsis, siendo el punto de contacto entre las neuronas y la función
de los neurotransmisores, es decir, en el cerebro son muchos los tipos de transmisores que han sido
identificados y estos tienen enormes implicancias para las funciones cerebrales. Esto ha abierto un enorme
campo de investigación que ha permitido ir conociendo como se sintetizan los neurotransmisores, como se
liberan y como ellos activan a los receptores de la membrana postsinaptica.

Por otro lado hay factores que no permiten el correcto funcionamiento de la sinapsis.

El hombre ha usado en su historia, las drogas, sin embargo, su empleo cumple ciertas características,
especialmente con relación a alucinógenos y estimulantes del sistema nervioso.

BREVE EXPLICACION DE LA SINAPSIS

El Acción de potencial no puede saltar de una célula a otra. Al final del axon, la comunicación entre las
neuronas debe realizarse mediante transmisores químicos, que son liberados en contactos

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especiales llamados sinapsis, es decir, las señales nerviosas viajan de una neurona a otra a través de uniones
especializadas. En la mayoría de las sinapsis del sistema nervioso las neuronas nunca se tocan por la llamada
hendidura sináptica, la cual separa la célula que transmite la información (célula presinaptica), de la célula
que recibe la información (célula postsinaptica).

La información cruza la hendidura sináptica mediante moléculas especializadas de carácter hormonal


llamadas neurotransmisores. A diferencia del impulso nervioso, que se propaga por el axon, las señales que se
transmiten por la sinapsis son de intensidad variable y pueden tener efectos opuestos, es decir, algunos excitan
y otras inhiben la célula postsinaptica.

Los neurotransmisores se sintetizan en cada neurona, se almacenan en pequeñas vesículas y se concentran en


las terminaciones del axon. La liberación de los neurotransmisores se produce por la llegada del potencial de
acción en las terminaciones del axon, además la terminación nerviosa, altera el voltaje, abre los canales de
Ca+ y permite el flujo de iones desde él liquido intersticial hacia el axon, pero esta entrada de iones de Ca+,
provoca que las vesículas sinápticas se fusionen con la membrana plástica, depositándose las moléculas de
neurotransmisores dentro de la hendidura sináptica. Estas se difunden de la célula presinaptica por la
hendidura, es decir una vez liberado el neurotransmisor se une a un receptor postsinaptico, esta unión origina
una serie de cambios o reacciones que puede o no iniciar un impulso nervioso en la célula postsinaptica.
Después de ser liberados los neurotransmisores se eliminan rápidamente o son destruidos; deteniéndose sus
efectos.
 

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TRANSMISION SINAPTICA.

 Los Neurotransmisores:

En el cerebro son muchos los diferentes tipos de transmisores que han sido identificados y su variabilidad tiene
enormes implicancias para las funciones cerebrales.

Una gran variedad de compuestos químicos funciona de neurotransmisores. Como por ejemplo: en el sistema
nervioso periférico los principales neurotransmisores son la Acetilcolina y la Noradrenalina.

La Acetilcolina se encuentra también en el encéfalo, aunque relativamente en pocas sinapsis.

La Noradrenalina importante para algunas sinapsis del hipotálamo y de otras zonas concretas.

En el Sistema Nervioso Central se ha encontrado muchos tipos de neurotransmisores como:

La Dopamina.

La Serotonina

Molécula llamada GABA.

Dopamina:

Transmisor de un grupo de neuronas pequeño, que desempeña una función relacionada con la actividad
motora. Ej. La enfermedad de Parkinson se asocia con un descenso del numero de neuronas

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sintetizadoras de Dopamina en ciertas arreas del encéfalo.

Serotonina:

Se encuentra en regiones del encéfalo. Aumento de Serotonina se asocia con el sueño.

Gaba:

Importante transmisor inhibidor del Sistema Nervioso Central. La perdida de la sinapsis con GABA es un rasgo
característico de la corea de Huntington.

b) Los Neuromoduladores:

Se pueden mover directamente por la fosa sináptica, se pueden difundir a grandes distancias al igual que los
neurotransmisores; se unen a determinados receptores de membrana o preparan el camino de otros seguidos
mensajeros. Su efecto suele ser el de modular la respuesta de la célula al neurotransmisor general.
Compuestos que muestran la función de neuromoduladores. Ej.

Endorfinas

Interleucinas

Hormonas pancreáticas (insulina)

Hormonas digestivas (gastrina)

 Las dendritas y el soma de una neurona pueden recibir las señales mediante las moléculas de los
Neurotransmisores y de los Neuromoduladores, de ciertos o millares de sinapsis.

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Los cambios de polaridad inducidos por los Neurotransmisores y Neuromoduladores se propagan desde la
sinapsis por la célula postsinaptica, hacia la zona llamada soma axonico.

EFECTOS DE LA DROGA SOBRE EL ORGANISMO

Casi todas las drogas actúan sobre el cerebro y alteran el comportamiento o estado de ánimo, estimulando o
inhibiendo la actividad de sistemas de neurotransmisión.

 ANTIDEPRESORES: La mayor parte bloquean la recaptación de aminas biógenas (en especial la


Noradrenalina), incrementando su concentración en la sinapsis. Bloquean la recaptación de
Serotonina. Mejoran el ánimo, alivian la depresión y también se emplean para tratar el comportamiento
obsesivo - compulsivo.

 ANSIOLITICOS: Benzodiacepinas, ejemplo: valium, librium: se unen al complejo receptor de Gaba en


la neurona postsináptica ; con ello se abren los conductos de cloruro, causando hiperpolarización ;
inducen la relajación de músculos esqueléticos. Producen sedación e inducen sueño.

 ANTIPSICOTICOS: Fenotiazinas, por ejemplo: clorpromazina: bloquean receptores de Dopamina.


Alivian síntomas de

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 esquizofrenia; reducen el comportamiento impulsivo y agresivo. Puede inducir a la enfermedad de


párkinson.

 ANALGESICOS NARCOTICOS: Opiáceos, por ejemplo: morfina, codeína, heroína. Imitan las acciones
de Endorfinas; se unen a receptores de opiáceos. Causan euforia; sedación; alivian el dolor. En sus
efectos negativos está la coordinación, dependencia psicológica, adición, convulsiones y muerte por
sobredoras.

 COCAINA : Inhibe la recitación de noradrenalina, Dopamina y Serotonina. Estimulación del sistema


nervios central seguida de depresión; estimulación autónoma; dilatación de pupilas. Causa euforia y
excitación seguida de depresión.

 MARIHUANA: Afecta la coordinación, trastorna la percepción de la profundidad y el sentido del


tiempo; altera la memoria de corto plazo (probablemente reduciendo la concentración de Acetilcolina
en el hipocampo); inflama los ojos; causa vasodilatación periférica. Produce euforia dilataciones
sensoriales y alucinaciones.

 ANFETAMINAS: Estimulan la liberación de Dopamina y Noradrenalina; estimulan el flujo de impulso


en el RAS; incrementan la frecuencia cardíaca; elevan la presión arterial; dilatan las pupilas, causa
euforia estimulación e hiperactividad. Entre sus efectos colaterales se encuentran una posible
dependencia física, alucinaciones y episodios psicóticos.

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 LSD (dietilamida del ácido lisérgico): Altera las concentraciones de transmisores del encéfalo; potente
estimulador del sistema nervioso central, dilata las pupilas, incrementa la frecuencia cardiaca,
distorciones sensoriales y alucinaciones.

 METACUALONA: deprime el sistema nervioso central y algunos reflejos espinales. Causa un efecto
hipnótico y si se abusa de ella puede provocar convulsiones y la muerte.

 CAFEINA: Actúa sobre la corteza cerebral, relaja el músculo liso, estimula el músculo cardiaco y el
esquelético, incrementan el volumen urinario, eleva el estado de alerta mental, reduce fatiga y
somnolencia, pero si se aplica en grandes cantidades estimula centros en el bulbo raquídeo pudiendo
desacalorar la frecuencia cardiaca y causar convulsiones.

 NICOTINA: Estimula el sistema nervioso simpático y la síntesis de lípidos en las paredes arteriales,
pero reduce la tensión psicológica. El problema es cuando se abusa de ella y produce tolerancia,
dependencia física.

 ALCOHOL ETILICO (etano): Deprime el sistema nervioso central, afecta la visión, coordinación,
juicio e incrementa el tiempo de reacción. También causa euforia, relajación y liberación de
inhibiciones. Lo malo es cuando se presenta el caso de dependencia

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 física, lesiones del páncreas, cirrosis hepática.

CONCLUSION

Al poder finalizar este trabajo, pude deducir la complejidad de la función cerebral, es decir, logre por
conclusión que el cerebro no es un órgano mágico, muy por el contrario, hay todo un contenido de moléculas
que manejadas tanto por nuestros genes, como también por nuestras experiencias, llegan a constituir nuestra
consciencia y todos los atributos propios de nuestra personalidad. También puedo afirmar con lo poco que
conozco de su funcionamiento que el cerebro constituye la estructura más compleja que podamos conocer del
universo.

Por ahora sabemos de cómo las neuronas se comunican entre sí y como se organizan en zonas con tareas
especificas, pero no podemos menos que maravillarnos de cómo se llega a ello.

Además la presencia de las drogas en nuestro cerebro; a diario estamos informándonos de la ocurrencia cada
vez más frecuente de la existencia de jóvenes desorientados que buscan equivocadamente, una solución a sus
problemas en el consumo de drogas, sin embargo la sociedad moderna y el avance de la ciencia medica,
ocupan las drogas como medios medicinales, pero algunas drogas sin ser suministradas ocasionan daños a la
salud.
Los efectos de las drogas sobre el cerebro

Cocaína, éxtasis, tabaco, alcohol, heroína, psicofármacos... Todas las drogas que pueden provocar dependencia
tienen una característica común: aumentan la cantidad de dopamina disponible en una determinada zona
del cerebro: el llamado sistema de recompensa.

Una droga cuya estructura molecular se parezca a una sustancia producida de forma natural por el organismo,
puede ocupar su lugar en los receptores específicos que el cerebro tiene para tal sustancia.

SINAPSIS
Para pasar de una neurona a otra, la transmisión nerviosa se transforma en mensajes químicos que toman
la forma de una sustancia segregada por la neurona: el neurotransmisor. Existen distintos tipos de
neurotransmisores: la dopamina, la serotonina, la acetilcolina... que se unen en el cerebro a receptores
específicos. El neurotransmisor atraviesa el espacio situado entre dos neuronas, llamado sinapsis. En estos
procesos es dónde actúan las sustancias psicoactivas, provocando interferencias de diversa naturaleza.

CONEXIÓN ENTRE DOS NEURONAS

En el interior del cerebro la información circula en forma de actividad eléctrica, llamada transmisión
nerviosa; ésta circula desde las dendritas al cuerpo celular, donde son tratadas, antes de pasar al axón.

Existen tres modos de actuación sobre los neurotransmisores, según la naturaleza de las sustancias:

1 Algunas drogas imitan a los neurotransmisores naturales y, por lo tanto, los sustituyen en los receptores: la
morfina, por ejemplo, se instala en los receptores de endorfina, y la nicotina, en los receptores de acelticolina;

2 Otras aumentan la secreción de un neurotransmisor natural: la cocaína, por ejemplo, aumenta la presencia de
dopamina en la sinapsis, y el éxtasis la de serotonina y dopamina;

3 Otras, en fin, bloquean un neurotransmisor natural: por ejemplo, el alcohol bloquea los receptores
denominados NMDA.

El cerebro humano, las regiones cerebrales y los circuitos neuronales

SISTEMA DE RECOMPENSA

Pertenece también al sistema límbico; abarca el área tegmental ventral, es decir el mesencéfalo, que contiene
neuronas de dopamina, y el núcleo caudado, donde se
proyectan.

SISTEMA LÍMBICO

El sistema límbico, o cerebro de las emociones, es el lugar donde nacen nuestras reacciones cerebrales más
primarias, al igual que la mayoría de nuestros deseos y necesidades vitales, tales como alimentarse, reaccionar
ante una agresión o reproducirse. Por ello, existen en el cerebro circuitos cuya función es premiar estas
funciones vitales mediante una sensación agradable o de placer. Este sistema se compone, entre otros
elementos, del hipotálamo, del hipocampo y de la amígdala.
Casi todas las drogas actúan sobre el cerebro y alteran el comportamiento o estado de ánimo, estimulando o inhibiendo
la actividad de sistemas de neurotransmisión.

ANTIDEPRESORES: La mayor parte bloquean la recaptación de aminas biógenas (en especial la Noradrenalina),
incrementando su concentración en la sinapsis. Bloquean la recaptación de Serotonina. Mejoran el ánimo, alivian la
depresión y también se emplean para tratar el comportamiento obsesivo - compulsivo.

ANSIOLITICOS: Benzodiacepinas, ejemplo: valium, librium: se unen al complejo receptor de Gaba en la neurona
postsináptica ; con ello se abren los conductos de cloruro, causando hiperpolarización ; inducen la relajación de
músculos esqueléticos. Producen sedación e inducen sueño.

ANTIPSICOTICOS: Fenotiazinas, por ejemplo: clorpromazina: bloquean receptores de Dopamina. Alivian síntomas de

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esquizofrenia; reducen el comportamiento impulsivo y agresivo. Puede inducir a la enfermedad de párkinson.

ANALGESICOS NARCOTICOS: Opiáceos, por ejemplo: morfina, codeína, heroína. Imitan las acciones de Endorfinas; se
unen a receptores de opiáceos. Causan euforia; sedación; alivian el dolor. En sus efectos negativos está la coordinación,
dependencia psicológica, adición, convulsiones y muerte por sobredoras.

COCAINA : Inhibe la recitación de noradrenalina, Dopamina y Serotonina. Estimulación del sistema nervios central
seguida de depresión; estimulación autónoma; dilatación de pupilas. Causa euforia y excitación seguida de depresión.

MARIHUANA: Afecta la coordinación, trastorna la percepción de la profundidad y el sentido del tiempo; altera la
memoria de corto plazo (probablemente reduciendo la concentración de Acetilcolina en el hipocampo); inflama los ojos;
causa vasodilatación periférica. Produce euforia dilataciones sensoriales y alucinaciones.

ANFETAMINAS: Estimulan la liberación de Dopamina y Noradrenalina; estimulan el flujo de impulso en el RAS;


incrementan la frecuencia cardíaca; elevan la presión arterial; dilatan las pupilas, causa euforia estimulación e
hiperactividad. Entre sus efectos colaterales se encuentran una posible dependencia física, alucinaciones y episodios
psicóticos.

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LSD (dietilamida del ácido lisérgico): Altera las concentraciones de transmisores del encéfalo; potente estimulador del
sistema nervioso central, dilata las pupilas, incrementa la frecuencia cardiaca, distorciones sensoriales y alucinaciones.

METACUALONA: deprime el sistema nervioso central y algunos reflejos espinales. Causa un efecto hipnótico y si se abusa
de ella puede provocar convulsiones y la muerte.

CAFEINA: Actúa sobre la corteza cerebral, relaja el músculo liso, estimula el músculo cardiaco y el esquelético,
incrementan el volumen urinario, eleva el estado de alerta mental, reduce fatiga y somnolencia, pero si se aplica en
grandes cantidades estimula centros en el bulbo raquídeo pudiendo desacalorar la frecuencia cardiaca y causar
convulsiones.
NICOTINA: Estimula el sistema nervioso simpático y la síntesis de lípidos en las paredes arteriales, pero reduce la tensión
psicológica. El problema es cuando se abusa de ella y produce tolerancia, dependencia física.

ALCOHOL ETILICO (etano): Deprime el sistema nervioso central, afecta la visión, coordinación, juicio e incrementa el
tiempo de reacción. También causa euforia, relajación y liberación de inhibiciones. Lo malo es cuando se presenta el
caso de dependencia

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física, lesiones del páncreas, cirrosis hepática.

CONCLUSION

Al poder finalizar este trabajo, pude deducir la complejidad de la función cerebral, es decir, logre por conclusión que el
cerebro no es un órgano mágico, muy por el contrario, hay todo un contenido de moléculas que manejadas tanto por
nuestros genes, como también por nuestras experiencias, llegan a constituir nuestra consciencia y todos los atributos
propios de nuestra personalidad. También puedo afirmar con lo poco que conozco de su funcionamiento que el cerebro
constituye la estructura más compleja que podamos conocer del universo.

Por ahora sabemos de cómo las neuronas se comunican entre sí y como se organizan en zonas con tareas especificas,
pero no podemos menos que maravillarnos de cómo se llega a ello.

Además la presencia de las drogas en nuestro cerebro; a diario estamos informándonos de la ocurrencia cada vez más
frecuente de la existencia de jóvenes desorientados que buscan equivocadamente, una solución a sus problemas en el
consumo de drogas, sin embargo la sociedad moderna y el avance de la ciencia medica, ocupan las drogas como medios
medicinales, pero algunas drogas sin ser suministradas ocasionan daños a la salud.

Los efectos de las diferentes sustancias sobre el cerebro

El alcohol se une a numerosos receptores biológicos como los receptores de glutamato, GABA, serotonina,
nicotínico. El alcohol está implicado en el aumento de la liberación de dopamina en el sistema
mesocorticolímbico.

La nicotina, como todas las demás sustancias psicoactivas que generan dependencia, aumenta la liberación de
dopamina por parte de ciertas neuronas. La nicotina imita la acción de un neurotransmisor natural, la
acetilcolina. Se une a los receptores nicotínicos del cerebro. La nicotina facilita además la liberalización de
endorfinas, lo que explicaría en parte su efecto analgésico (contra el dolor).

El cannabis produce una leve liberación de dopamina, según un mecanismo todavía en estudio. Los receptores
cannabinoides están presentes en gran densidad en el sistema límbico (en el núcleo caudado, en el cerebelo,
hipocampo y en el córtex).

Las anfetaminas y sus derivados provocan incrementos importantes e inmediatos de serotonina en la sinapsis,
así como de dopamina, seguidos de un agotamiento de las reservas de estos neurotransmisores.

El éxtasis aumenta la presencia de serotonina en la sinapsis, bloqueando su recaptación. En menor medida,


aumenta también la presencia de dopamina.
La cocaína actúa impidiendo la recaptación de dopamina en las sinapsis. De este modo, aumenta la presencia y,
por lo tanto, el efecto de la dopamina en la sinapsis del cerebro emocional (sistema límbico).

La heroína, al llegar al cerebro, se transforma en morfina. Esta se une a los receptores naturales de opio
(receptores de endorfinas). Estimula así mismo al sistema de dopamina, pero indirectamente, disminuyendo el
control de las neuronas GABA sobre las neuronas de dopamina.

Un gran número de antidepresivos actúan directa o indirectamente sobre la liberación de dopamina.

Las sustancias psicoactivas que entrañan un riesgo de dependencia, actúan sobre un circuito del cerebro
cuya función es favorecer las funciones vitales (sistema de recompensa).
Este sistema está implicado en la recompensa (placer cerebral) de los comportamientos relacionados con la
alimentación y la reproducción de la especie. Las drogas activan anormalmente este circuito natural, generando
a largo plazo la posibilidad de su desequilibrio permanente.

La toxicidad potencial de las sustancias psicoactivas, como la de todo medicamento, está relacionada con
la cantidad consumida, y es variable de un producto a otro.
Por lo tanto, cuanto más se consuma un producto a dosis tóxicas, más se sufren sus consecuencias. Por el
contrario, cuanto menos se consuma un producto, o en la medida en que se consuma en dosis no tóxicas,
menores serán las consecuencias.

DE LAS DROGAS A LAS SUSTANCIAS PSICOACTIVAS

El uso de buena parte de las sustancias que llamamos drogas no es reciente. En Asia, las hojas de cannabis se
utilizan con fines terapéuticos desde hace miles de años. El alcohol aparece en la Antigüedad. La medicina
griega de la Antigüedad utilizaba el opio y ya advertía de sus peligros. En los siglos XVI y XVII, se usaba el
tabaco para curar heridas. En el siglo XIX, los cirujanos empleaban cocaína.

Utilizados para cuidar y curar, estos productos (cuyo uso varía según las tradiciones y las culturas) también se
utilizaban en ceremonias sagradas, en fiestas, con la intención de modificar el estado de conciencia y de
intensificar las relaciones entre las personas. En otros tiempos, la palabra droga hacía referencia a un
“medicamento”, un preparado del boticario (el farmacéutico de entonces) utilizado para aliviar al enfermo de
diversas dolencias. Después, ha sido utilizada para denominar las sustancias psicoactivas, sobre todo las
ilegales.

Hoy en día, para nombrar al conjunto de estos productos que actúan sobre el cerebro, modificando su
funcionamiento habitual, sea su uso legal o ilícito, se emplea el término “droga” o “sustancia psicoactiva”.

Drogas psicodélicas, término utilizado durante la década de 1960 para referirse a las sustancias que producían
cambios en la percepción o en el humor. Véase también Barbitúricos; Cornezuelo del centeno; Alucinación;
Dietilamida del ácido lisérgico; Marihuana; Peyote; Psicofármacos; Estimulantes.

Barbitúrico, familia de fármacos derivados del ácido barbitúrico (C4H4N2O3) (combinación de urea y ácido
malónico) que producen depresión cerebral. Dependiendo de su dosis y formulación presentan un efecto sedante
(tranquilizante), hipnótico (inductor del sueño), anticonvulsivo, o anestésico. Los barbitúricos de acción
ultracorta, como el tiopental, se utilizan por vía intravenosa para inducir la anestesia quirúrgica. Los de acción
larga, como el fenobarbital, se emplean para prevenir las crisis epilépticas. Otros barbitúricos como el
secobarbital se utilizaron como ansiolíticos, fármacos que evitan los estados de ansiedad, hasta el desarrollo de
los tranquilizantes (benzodiacepinas). Todavía se usan para el tratamiento del insomnio, aunque las
benzodiacepinas son más aconsejables. A veces se utilizan como drogas de abuso, pues tanto por vía
intravenosa como por vía oral producen síntomas similares al alcohol (borrachera barbitúrica): desinhibición,
comportamiento rudo y violento, pérdida de coordinación muscular, depresión y sedación. Además, producen
dependencia física y adicción. La sobredosis puede causar shock, depresión respiratoria, coma o la muerte.

Alucinación, percepción falsa en alguna de las cinco modalidades sensoriales sin estímulos externos que la
provoquen, en la que se perciben objetos y/o seres inexistentes. Las alucinaciones son posibles en el estado
intermedio entre vigilia y sueño (alucinaciones hipnagógicas, que son absolutamente normales), o en el
transcurso de un delirio psicótico, delirium tremens, por una fatiga extrema, o bajo los efectos de la hipnosis. En
el delirio psicótico, las alucinaciones auditivas son las más frecuentes, mientras que las hipnagógicas, o las
propias del delirium tremens, suelen ser visuales. Las alucinaciones persistentes son características de la
esquizofrenia, en cuyos casos más típicos los pacientes oyen voces acusadoras o de mando a las que reaccionan
con pánico, con una obediencia servil, o con intentos inútiles de autoprotección e incluso de suicidio. La
alucinación es diferente de la ilusión, percepción falsa a partir de un estímulo existente, que se puede provocar
con la ingestión de drogas como la mescalina, la marihuana en grandes dosis, o la dietilamida del ácido lisérgico
(LSD). Tanto las ilusiones como las alucinaciones pueden ser producto de la administración de alguna de las
llamadas drogas psicotrópicas.[1]

Dietilamida del ácido lisérgico (LSD), fármaco alucinógeno potente, también llamado compuesto psicodélico
o psicofármaco, sintetizado por primera vez en Suiza en 1938 a partir del ácido lisérgico. El ácido lisérgico es
un componente del moho del cornezuelo del centeno, un hongo que crece sobre el grano del centeno. Este
fármaco produce cambios oníricos en el humor y el pensamiento, y altera la percepción del tiempo y del
espacio.

El LSD induce alteraciones transitorias del pensamiento, del tipo de una sensación de omnipotencia o un estado
de paranoia agudo. También se han descrito reacciones a largo plazo como psicosis persistente, depresión
prolongada, o alteración del juicio, aunque no se ha podido establecer si éstas son resultado directo de su
consumo. Respecto a sus efectos físicos, el LSD puede producir lesiones cromosómicas de las células de la serie
blanca de la sangre; sin embargo no existe una evidencia firme de que origine defectos genéticos en los hijos de
los consumidores.

El LSD no produce dependencia física. En la década de 1960 su empleo se extendió entre quienes buscaban
alterar e intensificar sus sentidos, alcanzar la integración con el universo, la naturaleza y ellos mismos, e
intensificar los lazos emocionales con los demás.

Este fármaco ha sido probado en el tratamiento del autismo infantil, el alcoholismo, y para acelerar la
psicoterapia, pero no se ha establecido ninguna indicación médica. Su empleo fuera de la medicina es ilegal en
la mayoría de los países del hemisferio occidental.[2]

Marihuana, mezcla de hojas, tallos y flores de la planta del cáñamo, Cannabis sativa. Esta droga se fuma o se
mastica. El ingrediente psicoactivo de la marihuana, el tetrahidrocannabinol (THC), se concentra en el centro de
las flores. El hachís, un extracto de la resina de la planta, tiene una concentración de THC ocho veces superior a
la marihuana. Ésta crece en las regiones templadas, obteniéndose las mejores variedades en las zonas secas,
altas y calientes. El cultivo de la marihuana es ilegal en la mayoría de los países.[3]

Peyote, nombre común de una cactácea inerme con forma de nabo nativa de México y el suroeste de Estados
Unidos. La parte aérea, parecida a un hongo y de color grisáceo, contiene nueve alcaloides, entre ellos la
mescalina, que es el más activo. Para usar el cacto como droga, la parte aérea se consume seca, en infusión o
pulverizada y envasada en cápsulas. La mescalina de estos preparados altera la percepción y produce
alucinaciones caracterizadas por colores vivos, alteración del sentido del tiempo y, a veces, sensación de
ansiedad. Por lo que se sabe, no crea hábito, aunque el consumo de la droga impura o en grandes dosis puede
provocar efectos tóxicos, como náuseas y depresión respiratoria. Los indígenas del norte de México utilizan el
peyote en los ritos religiosos desde la época precolombina. La mescalina se ha utilizado en investigaciones
sobre la esquizofrenia y otras psicosis.
El peyote y la mescalina han sido objeto de abuso en años recientes. Véase Toxicomanía.

Las aréolas de este cactus acumulan mescalina; cuando se consumen desecadas, en infusión o pulverizadas en
cápsulas, la mescalina que contienen actúa como alucinógeno. Los indígenas americanos utilizan el peyote
desde la época prehispánica como parte de sus ritos religiosos, y atribuyen relevancia espiritual a las
alucinaciones que provoca.

Psicofármacos, sustancias químicas que alteran el comportamiento, el humor, la percepción o las funciones
mentales. Las diferentes culturas a lo largo de la historia han utilizado diversas sustancias con el objetivo de
cambiar el estado de consciencia. En la práctica médica actual, las sustancias psicoactivas conocidas como
psicofármacos se han desarrollado para tratar a los pacientes con trastornos mentales. Los psicofármacos
ejercen su acción modificando ciertos procesos bioquímicos o fisiológicos cerebrales. Los mensajes entre las
distintas células nerviosas (neuronas) se transmiten a través de estímulos eléctricos o químicos. Las neuronas no
entran en contacto directo entre sí; en las sinápsis (espacio entre las neuronas) el mensaje se transmite por
sustancias químicas denominadas neuroreguladores o neurotransmisores. La mayoría de los psicofármacos
actúan alterando el proceso de neurotransmisión. Otros, como las sales de litio, actúan modificando la
permeabilidad de la membrana neuronal. Existen seis categorías principales de psicofármacos dependiendo de
sus efectos psicológicos o sobre el comportamiento: hipnoticosedantes, analgésicos narcóticos, estimulantes
euforizantes, alucinógenos, alcohol y agentes psicotrópicos. El alcohol ha sido la sustancia psicoactiva más
utilizada. En la mayor parte de los países se trata de la única sustancia psicoactiva legalmente permitida sin
receta. Los consumidores buscan relajación y bienestar, pero la intoxicación etílica altera las funciones mentales
y motoras. La ingesta crónica de alcohol puede lesionar el hígado y las células cerebrales y produce adicción
(dando lugar al alcoholismo); su retirada brusca produce graves cuadros (síndromes) de abstinencia. Los
agentes hipnoticosedantes como los barbitúricos o el diazepam incluyen los depresores cerebrales como los
somníferos (pastillas para dormir), o los ansiolíticos (que producen relajación sin inducir sueño). La utilización
de los agentes hipnoticosedantes como relajantes, tranquilizantes o euforizantes fuera de la prescripción médica
es ilegal. La sobredosis puede conducir a la muerte. La mayoría producen adicción, y algunos pueden producir
un grave síndrome de abstinencia al interrumpir su ingesta. Los analgésicos narcóticos (opiáceos como el opio,
morfina o heroína) se utilizan como analgésicos. Debido a que el alivio del dolor es uno de los objetivos
principales de la práctica médica, los opiáceos han supuesto una gran ayuda en el tratamiento de muchas
situaciones. Los opiáceos producen dependencia física y adicción y su retirada produce un síndrome de
abstinencia. Los agentes estimulantes euforizantes como las anfetaminas pueden emplearse para suprimir el
apetito o en el tratamiento de los niños con síndrome de hiperactividad. En estos niños, las anfetaminas tienen
un efecto relajante paradójico y pueden mejorar la falta de concentración que se asocia a la hiperactividad. En
medicina, se emplea un derivado de la cocaína como anestésico local. El uso ilegal de las anfetaminas y la
cocaína incluye su utilización como euforizantes, como estimulantes, para mejorar el rendimiento físico o
mental en situaciones como las competiciones atléticas o los exámenes universitarios, o para prevenir el mareo.
Los alucinógenos (fármacos psicodélicos) como el LSD —dietilamida del ácido lisérgico—, la mescalina, el
PCP —fenciclidina— no tienen hoy ningún uso médico. Su utilización ilegal tiene por objetivo conseguir
estados alterados de la conciencia. La marihuana es un alucinógeno débil de cierta utilidad médica para eliminar
las náuseas producidas por los tratamientos contra el cáncer; también reduce la presión ocular en algunos casos
graves de glaucoma. Los fármacos psicotrópicos se vienen empleando desde comienzos de la década de 1950.
Consiguen mejorar los síntomas de los pacientes esquizofrénicos, permitiendo en muchos casos su
reincorporación a la sociedad y la disminución del número de pacientes esquizofrénicos ingresados en
hospitales psiquiátricos. Los fármacos antidepresivos se dividen en dos grupos principales: antidepresivos
tricíclicos e inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO). Los dos mejoran, a veces de forma espectacular, los
síntomas de la depresión. Las sales de litio se emplean en el tratamiento de la psicosis maníaco-depresiva y
permiten reducir los episodios de euforia o depresión que sufren estos enfermos.
Estimulante, cualquiera de las sustancias que producen excitación del sistema nervioso central, aumentan el
estado alerta y disminuyen la sensación de fatiga. La cafeína, la sustancia más aceptada y quizá la más utilizada,
es el estimulante más importante. La cocaína y las anfetaminas producen sensaciones de euforia más intensas.
Las anfetaminas, conocidas como píldoras adelgazantes, también disminuyen el apetito.

La cafeína se encuentra en la misma proporción en el café y el té (entre 100 y 150 mg por taza) y en el cacao y
bebidas de cola (unos 50 mg por taza). Aunque se trata de un estimulante muy suave, una sobredosis de cafeína
puede producir estimulación excesiva, palpitaciones e insomnio.

La cocaína, un polvo blanco derivado de las hojas de coca es inhalada o, fumada como crack, una forma más
concentrada, se utiliza como euforizante. Aunque no produce dependencia física, sí da lugar a dependencia
psicológica y produce adicción. Las anfetaminas son estimulantes sintéticos que tienen un efecto similar a la
adrenalina sobre el sistema nervioso central. Desde 1960 se ha producido un abuso de éstas, como drogas de
dispensación libre para suprimir el apetito. La fenilpropanolamina, un supresor del apetito, ha sido retirado del
mercado porque produce crisis de hipertensión.

Tráfico de drogas, delito consistente en facilitar o promocionar el consumo ilícito ajeno de determinadas
sustancias estupefacientes y adictivas que atentan contra la salud pública con fines lucrativos, aunque esta
definición puede variar según las distintas legislaciones penales de cada Estado.

Con el nombre de droga se designa en sentido genérico a toda sustancia mineral, vegetal o animal que se utiliza
en la industria o en la medicina y que posee efectos estimulantes, depresores o narcóticos o, como establece la
Organización Mundial de la Salud (OMS), a cualquier sustancia que, introducida en un organismo vivo, puede
modificar una o varias de sus funciones. A efectos penales, el concepto de droga (a pesar de las diferentes
formas de actuación en el organismo) engloba también las sustancias estupefacientes y psicotrópicas, naturales
o sintéticas, cuyo consumo reiterado provoca la dependencia física u orgánica, así como el deseo irrefrenable de
seguir consumiéndolas en mayores dosis a fin de evitar el síndrome de abstinencia. La OMS menciona entre los
estupefacientes el Cannabis y sus resinas, las hojas de coca y cocaína, heroína, metadona, morfina, opio y
codeína; y como psicotrópicos, los barbitúricos, las anfetaminas y los ampliadores de la conciencia, como el
ácido lisérgico, la mescalina o la psilocibina.

Por tráfico de drogas se entiende no sólo cualquier acto aislado de transmisión del producto estupefaciente, sino
también el transporte e incluso toda tenencia que, aun no implicando transmisión, suponga una cantidad que
exceda de forma considerable las necesidades del propio consumo, ya que entonces se entiende que la tenencia
tiene como finalidad promover, favorecer o facilitar el consumo ilícito (entendiéndose como ilícito todo
consumo ajeno). En algunas legislaciones se considera delito solamente el tráfico, pero no la tenencia de drogas
en cantidades reducidas a las necesidades personales del consumidor, mientras que otras tipifican como
conductas delictivas tanto el tráfico como la tenencia. Unas y otras legislaciones han de integrarse en los
convenios internacionales y, en concreto, en la Convención de las Naciones Unidas sobre el tráfico ilícito de
estupefacientes y sustancias psicotrópicas, suscrito el 20 de diciembre de 1988 en Viena.

Droga, sustancia con efectos sobre el sistema nervioso central (psicotropa) que crea adicción, taquifilaxia y
cuadros de abstinencia (véase Toxicomanía).

El término ha perdido sus antiguos significados de sustancia química (droguería), de fármaco (sustancia
química con actividad terapéutica) y de psicotropo (sustancia con actividad farmacológica en el sistema
nervioso central).

Los efectos psicotropos de las drogas son complejos y multiformes, variables según los estímulos ambientales.
Pueden clasificarse en euforizantes y excitantes (cocaína, anfetaminas, alcohol en su primera fase, nicotina en
su segunda fase), relajantes, sedantes y depresores (opiáceos —heroína, morfina—, benzodiacepinas —
ansiolíticos, relajantes musculares e hipnóticos—, alcohol en su segunda fase, nicotina en su primera fase,
barbitúricos, Cannabis —marihuana—, inhalantes), y alucinógenos (LSD, peyote, fenciclidina).

Adicción es la necesidad imperiosa de consumir droga regularmente (no ser capaz de moderar el consumo o
suprimirlo). Viene determinada por fenómenos psíquicos y físicos.

Taquifilaxia es la necesidad de consumir dosis cada vez mayores para conseguir los mismos efectos. La
presentan muchos fármacos porque el organismo potencia sus mecanismos de degradación de la sustancia, pero
a las drogas se añade un fenómeno de `tolerancia' psicológica.

Los cuadros de abstinencia siempre son psicológicos y, en el caso de algunas drogas, son además síndromes
físicos que pueden resultar mortales (véase Alcoholismo). Pueden controlarse con medidas terapéuticas
sintomáticas o substitutivas (sustancias menos nocivas, de efectos parecidos, que se retiran progresivamente).

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