Royas de Los Forestales

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Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales

Curso: Protección Forestal


Tema: Royas forestales*

Las royas son enfermedades producidas por parásitos obligados, muy


especializados y es por esto que atacan sólo a ciertos géneros hospedantes.
El micelio que caracteriza a estas enfermedades es tabicado,
binucleado, con núcleos de signos opuestos (es decir, dicariótico,
heterocariótico) en la mayor parte de su ciclo de vida – sólo es uninucleado y
haploide el proveniente de la germinación de las basidiosporas -; se
caracteriza también por ser intercelular y por estar provisto de haustorios que
se introducen en las células mediante la invaginación de la membrana y se
sitúan en las proximidades del núcleo. Este micelio además puede ser
localizado, semi-localizado - próximo a la zona de penetración - o sistémico. El
micelio sistémico por lo general es perenne y se extiende por todo el sistema
vegetativo de la planta provocando deformaciones diversas.
Los agentes causales de roya pueden presentar 5 estructuras fructíferas
y, en consecuencia, 5 tipos de esporas - fases esporídicas - diferentes que se
desarrollan de acuerdo a una determinada secuencia: espermacios en
espermogonios - estado 0 -; eciosporas en ecios - estado I -; uredosporas en
uredos - estado II -; teliosporas en telios - estado III -; basidiosporas en basidios -
estado IV -. En cuanto a este último tipo de espora, en las especies que
infectan a los forestales es característica su diferenciación sobre basidios
septados, originados a partir de la germinación de las teliosporas.
Todas las especies responsables de roya producen teliosporas (III) y
basidiosporas (IV). Aquellas que sólo producen los tipos mencionados (estados
III y IV) son denominadas royas o especies microcíclicas o de ciclo de vida
corto; aquellas que además de telio y basidiosporas producen espermacios,
eciosporas y uredosporas (estados 0, I y II, respectivamente) son denominadas
especies o royas macrocíclicas o de ciclo de vida largo. Asimismo puede
ocurrir que alguno de estos últimos tipos pueda faltar; Lindquist (1982)
considera a estas royas como hemiciclicas. En una roya perfecta la fase
teliosporica nunca puede faltar; en caso de que dicha fase no se conozca, la
roya es considerada imperfecta y se la ubica en las formas genéricas
Aecidium, Uredo, Peridermiun, etc.; encontrada la fase teliosporica, ésta se
ubica en el género correspondiente en base a sus características
morfológicas.

Ciclo de vida de una roya macrociclica, heteroica y heterotálica: una


basidiospora plus (+) alcanza un hospedante y germina; sobre su superficie
foliar emite un tubo germinativo que perfora la cutícula - penetración directa,
activa - y origina un micelio intercelular, uninucleado y haploide. Transcurrido
un tiempo, este micelio diferencia espermogonios con espermacios e hifas
flexuosas – tricogines - de igual polaridad que la basidiospora; de igual modo,
luego de la germinación de una basidiospora minus (-) se diferencian
espermogonios con espermacios y tricogines minus (-).

Lic. Murace Mónica


Ing. Agr. Aprea Alberto
Protección Forestal 2012
Los espermacios producidos en estas fructificaciones emergen
aglomerados en una sustancia viscosa, aromática y dulce que atrae a los
insectos relacionados con su dispersión y con la fecundación cruzada. De
acuerdo con esto, un espermacio (+) es transportado hacia una hifa flexuosa (-
) a través de la cual alcanza a una célula uninucleada - futuro protoecio -.
Este proceso sexual denominado espermatización da lugar a la formación de
una célula binucleada, con núcleos de signos opuestos, denominada célula
madre de las eciosporas o protoecio que por divisiones sucesivas da origen a
las eciosporas.
Las eciosporas maduras alcanzan al hospedante principal en el cual
germinan, penetran vía estomática - en forma pasiva, indirecta - y desarrollan
un micelio intercelular, dicariótico, heterocariótico, productor de uredosporas.
Estas esporas son consideradas esporas de repetición debido a que pueden
producirse varias generaciones de ellas durante la fase vegetativa del
hospedante. Asimismo, cada nueva generación de uredosporas está
asociada a nuevos procesos de infección que resultan en la formación de
nuevos uredosoros. Otra particularidad de este tipo de esporas es que
germinan sin necesidad de un período de latencia, emitiendo uno o varios
tubos germinativos a través de sus poros germinativos. Además, ante
situaciones de inviernos no muy rigurosos como los que se presentan en
Argentina, Chile, Uruguay y sur de Brasil, éstas pueden invernar sin perder su
poder germinativo y, de este modo, constituir una forma de perpetuación o
resistencia.
Al finalizar el periodo primavera – otoño o bien cuando las reservas del
hospedante se van agotando, se originan las teliosporas. Estas esporas de
resistencia o perpetuación pueden ser uni, bi o multicelulares, sésiles o bien
pediceladas y poseen 2 núcleos pareados por célula que las constituyen.
Dichos núcleos se fusionan - cariogamia - y luego de un tiempo de latencia las
teliosporas germinan, emiten el basidio por el poro germinativo, al tiempo que
ocurre la meiosis y consecuente formación de 4 núcleos haploides (2 + y 2 - ).
Estos núcleos migran hacia el basidio disponiéndose a lo largo del mismo,
separados por un septo. En los basidios, la presencia de dichos septos
determina la diferenciación de 4 células. Cada célula proyecta 1 esterigma
hacia el que se dirige el núcleo correspondiente constituyendo de este modo
las basidiosporas. Cada una de estas esporas se halla acompañada por una
gútula de agua y es arrojada con fuerza al medio ambiente donde, en el caso
de hallar un hospedante apropiado, inicia el ciclo de la enfermedad. Las
teliosporas son las que se toman en consideración para la clasificación de los
agentes causales.
Algunas royas macrocíclicas, completan su ciclo de vida en un solo
hospedante (o grupo de hospedantes muy próximos, emparentados) y se las
denomina autoicas. Otras, requieren de dos hospederos distintos (de diferente
grupo botánico), alternos, para completar todo su ciclo de vida y se les
denomina heteroicas.
Si bien las royas atacan principalmente las hojas y los tallos, pueden
infectar flores y frutos. Las infecciones producidas por estos patógenos
comúnmente se manifiestan mediante numerosas manchas rojizas,
anaranjadas o amarillas – síntomas - y posterior ruptura de la epidermis
producto de la proliferación de las estructuras fructíferas mencionadas - signo
de la enfermedad -. La formación de hinchamientos, agallas y escobas de
bruja - síntomas - también ponen de manifiesto el proceso de infección.
Roya de las Salicáceas

La Roya de las Salicáceas es una de las enfermedades foliares más


graves que afectan a los sauces y álamos cultivados en la Argentina. Esta
enfermedad es producida por el género Melampsora cuyas especies atacan
a ejemplares de estaqueros y de plantaciones comerciales produciendo
daños tales como defoliaciones estivales, aumento de la susceptibilidad a las
bajas temperaturas invernales, a las condiciones de estrés ambiental y al
ataque de otros parásitos, retraso en la brotación del año siguiente,
reducciones en el desarrollo radical, reducción del crecimiento y perdida de la
calidad de la madera.

Patógenos
Distintas especies de Melampsora (Basidiomycota, Pucciniales,
Melampsoraceae) están relacionadas con la roya de las Salicáceas: M. alli-
populina Kleb., M. larici-populina Kleb, M. rostrupii Wagner ex Kleb; M.
albertensis Arthur. (= M. medusae), M. populnea citadas sobre álamos y M.
salici-populina, M. amigdalina, M. alli-salicis-albae Kleb., M. coleosporioides
Dietel., M. epitea Thum. y M. abieti - capraearum Tub. sobre distintas especies
de sauces.
Melampsora es una roya macrocíclica y heteroica a excepción de M.
amigdalina que es autoica.
Por su heteroicismo, las especies de Melampsora desarrollan las fases
uredo y teliospórica en Salicáceas y sus ecidios sobre diversas coníferas
pertenecientes al género Larix, (M. larici-populina), sobre Allium, (M. allí
populina) y sobre euforbiáceas del género Mercurialis (M. rostrupii).
En la Argentina, no fueron detectados los estados espermogonial y
ecico de estas especies.

Signo
En nuestro país, el signo lo constituyen los soros de uredosporas –
uredosoros, pústulas naranjas–amarillas - que representan la fase de
diseminación de la enfermedad, como así también los soros de teliosporas -
teliosoros -, esporas de perpetuación. El signo además puede estar
representado por el micelio invernante que también permite la perpetuación
de la enfermedad.
Las uredosporas constituyen elementos de importancia para la
identificación de Melampsora spp; su ornamentación y tamaño permiten
identificar especies. En todos los casos, las uredosporas son unicelulares,
pediceladas, con episporio espinulescente, amarillas y acompañadas siempre
de paráfisis mas o menos clavuladas y hialinas que las sobrepasan en altura. En
cuanto a las teliosporas, están ubicadas preferentemente en el haz del tejido
foliar, son subepidérmica o subcuticulares, no errumpentes, forman costras,
están dispuestas en empalizada, adheridas lateralmente, son unicelulares,
sésiles, prismáticas, con paredes espesadas, de color negro brillante.

Síntomas
Los síntomas se visualizan sobre las hojas. Estos consisten en manchas
pequeñas o puntos cloróticos - amarillentos, manchas de hipersensibilidad - en
el haz y, en correspondencia con éstas, en el envés de las hojas, se presentan
los uredosoros, dispersos o agrupados; cuando declina la vegetación se
forman sobre las lesiones del haz los teliosoros.
Las uredosporas pueden ser de aparición temprana o tardía. Los
ataques de roya tempranos son los más graves. Estos comienzan a principios
de la temporada estival y producen defoliaciones anticipadas que pueden ser
totales en los ejemplares muy afectados. En caso de que dichas desfoliaciones
totales o bien, intensas, sean sucesivas, determinan un retraso en el
crecimiento - las sustancias generadas deben utilizarse para una nueva
foliación -, como también retraso en la brotación del año siguiente,
lignificación deficiente y menor desarrollo radical. Los daños se evidencian a
través de parámetros tales como peso seco y volumen de madera obtenido.
Los ataques tardíos se inician a fines del verano y las defoliaciones que
producen coinciden con la caída natural de las hojas.

Biología
En una roya de ciclo completo, éste se inicia con la penetración directa
de las basidiosporas en el hospedante alternativo. Ocurrida la infección, en
dicho hospedante se producen espermogonios y ecios; éstos últimos
diferencian eciosporas que son dispersadas por el viento a los álamos o sauces
- hospedantes principales -. En las Salicáceas se forman las uredosporas
responsables de la epidemia durante los meses de verano. Culminado el
periodo vegetativo del hospedante, en las hojas atacadas se forman las
teliosporas. Estas esporas pasan el invierno en dichas hojas muertas, presentes
en el suelo y, al comienzo de la estación de crecimiento, originan basidios con
basidiosporas que reinician el ciclo de la enfermedad.
En nuestro país, en el caso de que se diferencien las telio y
basidiosporas, estas últimas mueren ante la falta del hospedante alternativo.
En este caso la enfermedad se reinicia sobre el hospedante principal a partir
del micelio uredosporico invernante; el patógeno pasa las condiciones
desfavorables en yemas y troncos en forma de micelio. Dicho micelio, al inicio
de la estación de crecimiento, diferencia uredosoros con uredosporas que
penetran vía estomática. Asimismo, ante situaciones de inviernos no muy
rigurosos estas pueden invernar en hojas presentes en el suelo sin perder su
poder germinativo y, de este modo, constituir formas de perpetuación y de
posterior infección.

Manejo

 Selección de clones resistentes.


 El uso de funguicidas sistémicos y de contacto, de acción erradicante,
protectores o residuales y curativos. El control químico, por el costo de
los tratamientos, sólo es recomendable en estaqueros con fines
comerciales y en ataques intensos que produzcan desfoliaciones
anticipadas - meses de verano -.

Roya de los álamos – Populus spp.


En la República Argentina, la roya de los álamos se manifestó con su
implantación en la Región del Delta del Paraná a fines del siglo XIX.
En dicha región, el primer clon plantado comercialmente fue el álamo
carolino (Populus deltoides subesp. angulata cv carolinensis) en el año 1886.
Éste, en el año 1905 y subsiguientes, fue afectado por la roya y en
consecuencia se produjo el abandono de sus plantaciones.
En reemplazo del álamo carolino se comenzó a utilizar el álamo italiano
(P. nigra cv italica) procedente del centro de Asia y resistente a este parásito.
En los años 1935-36 esta enfermedad eclosionó diezmando a todas las
plantaciones de álamo italiano existentes en el Delta.
En el año 1937 este clon fue suplantado por un álamo de origen italiano
denominado Arnaldo Mussolini (AM) (P. x canadensis I-154) con marcada
resistencia a esta enfermedad. Años más tarde éste se manifestó susceptible a
cancrosis y en consecuencia fue reemplazado por el P x euroamericana cv I
214 y por el “Conti 12” resistentes a la roya de la región, pero que con el
tiempo también demostraron susceptibilidad a la cancrosis. Posteriormente la
roya en el Delta dejó de ser un problema debido a que sus ataques se
producían tardíamente, sobre el final del periodo de crecimiento, hasta que
en los 90 se revirtió la situación.
De acuerdo con esto, en la década de los 90 los ataques producidos
por Melampsora comenzaron a anticiparse y se volvieron cada vez más
intensos. Las defoliaciones se presentaban muy severas en los meses de enero
y febrero con la consecuente perdida de los rendimientos en estaqueros
(“Catfish 2”, “151-68”, “Stoneville 71”, I 72-51 “Onda”, altamente susceptibles) y
plantaciones comerciales (Cortizo & Romero, 2000); hacia el año 2005, los mas
destacados, recomendados y ampliamente cultivados fueron “Stoneville 67”,
R-22 (568-1), “Australiano 106/60”, “A. 129/60”.
En cuanto a la Región de Cuyo, otra importante zona de cultivo del
género Populus, la roya es una de las pocas enfermedades foliares que
afectan al álamo. Cuando se presenta, sus ataques son principalmente tardíos
no revistiendo, en consecuencia, daños de gravedad. En oposición, en años
con lluvias frecuentes durante el ciclo vegetativo, pueden presentarse ataques
severos a mediados del verano provocando graves defoliaciones que
debilitan a las plantas. En esta zona él álamo común (italiano, criollo) es muy
susceptible; los ejemplares enfermos llegan a perder todo su follaje en forma
prematura (Lucero, 2006).

Roya de los Sauces – Salix spp.


En base a los antecedentes registrados, hacia la década de los
ochenta, si bien la enfermedad no se consolida en el delta fueron detectados
ataques tempranos e intensos en Salix x argentinensis cv “Mestizo Pereyra”
cuyo responsable fue M. alli fragilis o M. alli salicis y en clones de S. nigra
afectados por M. epitea. Hoy día, la incidencia de la enfermedad en los
sauces es mucho menor a la de los álamos, observándose con mayor
frecuencia en algunos veranos con condiciones de acentuado estrés o de
alternancia de períodos secos y húmedos. En Mendoza, departamento de
Tupungato y Tunuyán, la Roya de los sauces adquiere cierta importancia
debido a la abundancia de las precipitaciones; en años favorables las
defoliaciones llegan a ser intensas; el sauce eléctrico (S. erithroflexuosa) es muy
susceptible a M. abieti caprearum.
Roya de las leguminosas arbóreas

La roya de las leguminosas arbóreas es producida por el genero


Ravenelia (Basidiomycota, Pucciniales, Raveneliaceae). Este género posee
aproximadamente 200 especies que parasitan miembros de la familia
Fabaceae – leguminosas - pertenecientes a todas las subfamilias que la
constituyen - Caesalpinoideae, Faboideae y Mimosoideae - y, en menor
extensión, Euforbiáceas y Tiliáceas. Las distintas especies de Ravenelia ocurren
en regiones templadas y tropicales donde las leguminosas son abundantes:
Neotrópicos, Asia y África; no hay registros para Europa y Australia.
Todas las especies de Ravenelia son autoicas y algunas de ellas
microciclicas. La característica más notable de este género es la producción
de teliosporas multicelulares, formadas por numerosas células probasidiales
pigmentadas. Otros caracteres a remarcar son: presencia de pedicelo
constituido por 2 a unas pocas hifas - son pediceladas -, diferenciación de
cistidios hialinos e higroscópicos sobre la superficie abaxial, presencia de
células estériles intercaladas entre las células probasidiales y cistidios,
diferenciación de poro o rajadura germinativa sobre cada célula probasidial y
estrato teliospórico externo liso o bien tuberculado. Las características
mencionadas para este tipo de espora determinan que sean consideradas
entre las más grandes y complejas del Reino Fungi. El tamaño y la complejidad
de las teliosporas varían entre taxas y poseen valor al momento de diferenciar
especies.
Los caracteres morfológicos de los anamorfos también son útiles en la
taxonomía de las especies de Ravenelia. Los ecios son subcuticulares o
subepidérmicos con el tiempo errumpentes, diferencian eciosporas muchas
veces sésiles y catenuladas - en cadenas -. Los uredos también son
subcuticulares o subepidérmicos y posteriormente errumpentes, a menudo
poseen paráfisis, originan uredosporas en forma solitaria, sobre pedicelos y
presentan pared equinulada con poros germinativos que varían en número y
posición. En adición a estos estados, son producidas 4 basidiosporas - esporas
sexuales - redondeadas a ovoides que reinfectan al hospedante y
eventualmente son producidos espermogonios subepidérmico o
subcuticulares, solitarios o bien asociados a los ecios o teliosoros, esto último es
menos frecuente.

Signo
El signo de la enfermedad esta representado por aquellas estructuras
relacionadas con las distintas fases de su ciclo de vida: espermogonios, ecio,
uredo, telio.

Síntomas
Los síntomas que producen las distintas especies de Ravenelia son
principalmente de tipo hiperplástico.
El síntoma hiperplástico consiste en el aumento del tamaño de los
órganos afectados dando lugar a la formación de agallas - tumores -.
Las agallas poseen tejido formado por células hipertrofiadas por
aumento de su tamaño como también en dicho tejido se evidencia la
multiplicación excesiva de las células que lo constituyen - hiperplasia -.
Los tumores se presentan en ramas, hojas, flores y frutos. Éstos al principio
son carnosos y posteriormente se tornan corchosos por lignificación. Los
tumores pueden ser anuales o perennes.
Otro tipo de síntoma relacionado con las royas es la proliferación de
ramas - escobas de brujas - sobre las plantas enfermas. Este síntoma implica la
producción de una hipertrofia en la que se forman yemas adventicias,
dispuestas sin ningún orden, de las que nacen ramas encorvadas. La presencia
de las escobas de bruja determina que los árboles desmejoren notablemente
desde el punto de vista estético.
En la República Argentina, la Roya de las leguminosas arbóreas fue
determinada en ceibo, distintas especies de acacias y algarrobos, en mimosas
y otras leguminosas nativas como Piptadenia macrocarpa, Indigofera
suffruticosa, Lonchocarpus nitidus y Arthrosamanea polyantha
Las especies citadas para nuestro país son: Ravenelia platensis, R.
papillosa, R. spegazziniana, R. sarmientoi, R. cohniana, R. hieronymii, R.
chacoensis, R. prosopidiicola, R. australis, R. argentinica, R. monosticha, R.
oligotheles, R. mimosae-sensitiva, R. cebil, R. indigofera, R. lonchocarpiicola, R.
echinata, R. macrocarpa.

Algunos ejemplos

Ceibo, seibo

Erythrina crista-galli

Patógeno
Ravenelia platensis Speg.
Es una especie muy difundida y se halla en toda región donde se
encuentre el seibo. Fue citada para Argentina, Brasil y Uruguay. De esta
especie se conocen el estado espermogonial, ecico, uredo y teliospórico (roya
macrocíclica). Estas fases pueden presentarse en las láminas foliares, pecíolos
y tallos de los ejemplares enfermos.

Síntomas
Los síntomas de esta enfermedad se presentan en la lámina foliar, los
pecíolos, las flores, los frutos y en las ramas jóvenes a modo de agallas mas o
menos globosas en las que se pueden diferenciar espermogonios, ecios, telios
y uredosoros. Estos últimos se presentan a modo de una masa pulverulenta de
color castaño. Las agallas jóvenes poseen consistencia carnosa; los tumores
viejos son leñosos. Las agallas producidas por este patógeno son anuales.

Visco

Acacia visco

Patógeno
Ravenelia papillosa Speg.
Los estados espermogonial y écico de esta especie no se conocen. Los
uredosoros se presentan en hojas sobre áreas con crecimiento anormal y en
ramas sobre conspicuas agallas y escobas de brujas. Los teliosoros se
desarrollan aislados o bien siguiendo a las uredosporas.

Síntomas
Los ataques se observan en la copa de los árboles en cuyas ramas se
desarrollan tumores leñosos y escobas de bruja. Por esto en nuestro país es
considerada como una de las especies más perjudiciales. El patógeno invade
la corteza y el cilindro central del hospedante y produce la hipertrofia de los
tejidos colonizados.

Algarrobos

Prosopis alba (algarrobo blanco), P. alpataco (alpataco), P. caldenia (caldén)


y P. flexuosa (algarrobo dulce, algarroba), P. algarrobilla (= P. affinis;
algarrobillo, espinillo, ñandubay), P. chilensis, P. nigra (algarrobo negro, dulce,
morado, amarillo).

Patógeno
Ravenelia prosopidiicola Lindq.
Esta especie ocasiona grandes tumores sobre los tallos de los algarrobos
afectados. Los espermogonios se diferencian sobre las legumbres deformadas
a causa de la infección y sobre las agallas de los tallos lignificados; en cuanto
a los ecios sólo fueron encontrados sobre legumbres jóvenes asociados a los
espermogonios; los telios pueden encontrase sobre las agallas de los tallos. Las
uredinosporas no se conocen.

Algarrobo negro

Prosipis nigra

Patógeno
Ravenelia chacoensis Lindq.
Para esta especie, las fases espermogonial, ecica y uredospórica no se
conocen (roya microcíclica). Los teliosoros se encontraron en hojas.
Roya de los eucaliptos

El agente causal de la roya de los eucaliptos es Puccinia psidii


(Basidiomycota, Pucciniales, Pucciniaceae), patógeno especifico de la familia
Mirtáceae, responsable también de esta enfermedad en otros géneros y
especies pertenecientes a esta familia.
P. psidii es nativa de América del Sur, Central y del Caribe. La roya del
eucalipto fue registrada, con dispersión diferencial, en Argentina, Uruguay,
Paraguay, Brasil, Venezuela, Ecuador, Colombia, Cuba, Republica
Dominicana, Jamaica, Puerto Rico, Trinidad como también en el sur de Florida,
Hawai, Australia, Sud África, Japón, China, California.
Para algunos autores, P. psidii es una roya autoica - la esporulación
sexual y asexual ocurren sobre el mismo hospedante - y macrocíclica - si bien
hasta el presente el estado 0 no ha sido encontrado -. En cuanto a las
teliosporas y a las basidiosporas, éstas raramente son encontradas sobre
eucaliptos naturalmente infectados; a la fecha, las eciosporas no se han
observado sobre este hospedante; en referencia a las basidiosporas, se
comprobó que sólo pueden infectar a ejemplares de Syzyngium jambos. Otros
consideran que es heteroica con hospedante intermediario desconocido.

Signo - síntomas
El signo de la enfermedad principalmente está representado por
uredosoros color amarillo desarrollados sobre las hojas de las plantas
hospedantes. Estas pústulas uredospóricas se diferencian sobre puntos
cloróticos - punto de penetración del patógeno - rodeados por un halo rojizo.
Con el tiempo, estas pústulas o soros pueden contener teliosporas pediceldas
bi-celulares, asociadas con la formación de basidios y basidiosporas. Esta fase
teliospórica también puede ser producida en forma independiente, en
teliosoros.
Los síntomas de la enfermedad se presentan en los brotes, hojas y ramas
juveniles. En los brotes pueden diferenciarse cancros que con el tiempo
determinan la distorsión de tallos, reducción de crecimiento y tallos múltiples.
Asimismo, ataques sucesivos a los brotes que surgen con posterioridad a las
operaciones de tala rasa pueden conducir a la muerte de los tocones. Las
hojas afectadas se deforman, necrosan y mueren. Infecciones severas pueden
causar gran desfoliación y consecuentemente crecimiento reducido,
particularmente cuando se suceden a lo largo de la estación de crecimiento.
El hongo también puede atacar las flores y los frutos de las especies
susceptibles. Las infecciones recurrentes sobre ejemplares muy susceptibles
pueden conducir a su muerte. La enfermedad es mas grave en vivero y
plantaciones de hasta 2 años de edad, es menos frecuente entre los 2 y 4 años
y raramente encontrada entre los 4 años y la edad de aprovechamiento. En
individuos añejos, sólo los brotes son susceptibles a la infección.
La dispersión de la enfermedad ocurre mediante el arrastre de las
uredosporas por el viento, agua de lluvia e insectos. La presencia de esporas
en plantines, estacas, semillas, polen, en madera aserrada y sus productos, en
el calzado, vestimenta y equipamiento expuestos a plantaciones afectadas
por roya también contribuyen con la dispersión.
Depositadas las uredosporas sobre la superficie foliar, éstas germinan en
presencia de agua libre, oscuridad, con temperaturas de entre 15 y 25 °C y
90% o más de humedad relativa. La luz inhibe la germinación de las
uredosporas y la infección pero estimula la esporulación uredinial como
teliosporica; las temperaturas bajas (20 °C) favorecen la producción de
uredosporas y las más altas (25 °C) la de teliosporas.

Manejo
A nivel mundial, P. psidii es considerada como una gran amenaza para
el genero Eucalyptus, por esto son necesarias estrictas medidas cuarentenarias
para evitar la entrada de este patógeno en aquellos países donde no se
presenta, particularmente en Australia, donde los eucaliptos son nativos.
En la práctica, el control de la enfermedad en especies que se
multiplican por estaca ha sido ejecutado mediante la selección y
enraizamiento de genotipos resistentes. En Brasil resultó exitosa la búsqueda de
resistencia en ejemplares puros de E. grandis como también dentro de los
híbridos E. grandis x E. urophylla. Asimismo los antecedentes registrados (Fitop.
Bras., 1991) en torno a la resistencia diferencial a la roya que presentan las
distintas especies del genero Eucalyptus citan como resistentes: E.
camaldulensis, E. pellita, E. urophylla, E. torelliana, E. citridora; entre las
susceptibles son mencionadas: E. cloeziana, E. grandis, E. phaeotricha.
Telechea et al. (2003) menciona la susceptibilidad del E. globulus. Old et al.
(2003) determinaron una escala de susceptibilidad a partir de inoculaciones
artificiales de plántulas de eucaliptos resultando entre los mas susceptibles E.
grandis, E. camaldulensis var. obtusa y E. cloeziana; por su parte E. alba, E.
paniculata, E. pellita, E. tereticornis, E. resinifera, E. brassiana, como resistentes.
En vivero el control de la enfermedad puede ser obtenido mediante el
uso de funguicidas tales como: triadimenol, diniconazole, mancozeb. Las
aplicaciones de funguicidas son apropiadas en vivero y estaquero, pero no lo
son en plantación definitiva.
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