EPISIOTOMIA
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EPISIOTOMIA
Episiotomía-Episiorrafia 2
EPISIOTOMIA.
PERINEO.
La región pudenda o Perineo, es la localizada entre el monte de Venus por arriba, los pliegues inguino-
crurales a los lados y el borde inferior de los glúteos por abajo. Externamente, vista la paciente en
posición ginecológica, contiene a las siguientes estructuras: la Vulva, el periné, el ano y el surco
intergluteo. Hacia adentro, sus límites son: sínfisis del pubis, las ramas isquiopubianas, las
tuberosidades isquiáticas, los ligamentos sacrociáticos mayores, el sacro y el coxis; el músculo elevador
del ano sería su techo y la piel y los tegumentos, el suelo. El área limitada por estas estructuras forma
un rombo cuyos dos triángulos en su base estarían unidos por una línea imaginaria que uniendo las
dos tuberosidades isquiáticas, la dividiría en un triángulo anterior o urogenital y otro posterior o
anococcígeo.
El suelo del perineo está compuesto por la piel y dos capas de fascia superficial: la primera que es el
tejido celular graso, que se continua hacia arriba con la grasa superficial del abdomen, o fascia de
Campell, y, hacia abajo con la grasa de la fosa isquiorrectal; la segunda, es la capa membranosa de la
fascia perineal superficial, o fascia de Colles, que recubre solo el triángulo anterior, se inserta
lateralmente en la arcada púbica; por dentro a la base del diafragma urogenital confundiéndose con
los haces musculares del transverso superficial, y anteriormente se continúa con la fascia abdominal
superficial, o fascia de Scarpa.
El diafragma urogenital, es una barrera musculomembranosa, solo atravesada por la uretra y la vagina,
que ocupa el triángulo anterior del perineo; los músculos y las estructuras vasculares y nerviosas están
fijadas por una fascia superior e inferior que las recubren; las dos hojas de esta fascia se unen pasando
por delante de la uretra y por detrás de la vagina, y desde aquí se proyecta internamente recubriendo
la superficie externa de todas las vísceras pélvicas, recibiendo entonces el nombre de fascia
endopélvica.
Los limites del triángulo posterior son: por delante, los músculos transversos superficiales del periné, a
los lados, los ligamentos sacrociáticos y los bordes del músculo glúteo mayor, y por detrás por el
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cóccix. Contiene las siguientes estructuras: el conducto anal y sus esfínteres, el tendón anococcígeo y
las fosas isquiorrectales.
importante al elevador del ano, que se extiende desde el borde inferior y posterior del pubis hasta la
espina ciática.
1. Elevador del ano: Músculo par, simétrico, que se extiende de la pared anterolateral de la pelvis
menor hacia abajo describiendo un arco de concavidad anterior hacia la región del ano. Desde el
punto de vista anatómico y funcional es el componente más importante del diafragma pélvico. Está
constituido por dos porciones, una mediana y anterior, la de mayor tamaño, que es el pubococcígeo; y
otra, más posterior y lateral, el iliococcígeo.
El pubococcígeo se origina en el borde superior de la cara posterior del pubis sin que participe la
sínfisis; desde donde se dirigen hacia abajo y hacia atrás siguiendo las paredes laterales de la vagina
hasta insertarse en el coxis siguiendo el rafe ano coccígeo, no sin antes dar unas fibras que se fijan en
el rafe central y con el esfínter externo y con las fibras musculares longitudinales del recto.
El iliococcígeo procede de las espinas ciáticas y del arco tendinoso de donde se dirige hacia abajo en
dirección medial hasta llegar a insertarse en el cóccix en don se fija, no sin antes dar fibras que se
entremezclan con el esfínter externo y el transverso profundo.
Su función fundamentalmente es la de brindar sostén al recto, a la vagina y a la uretra, interviniendo
importantemente en la defecación, en la micción y en la contracción vaginal; es definitivo en
mantener la estática normal de las vísceras pélvicas.
En la mujer, durante el trabajo de parto desempeña un papel importante cual es la de obligar al feto a
que flexione y rote; recordemos que este músculo es potente y firme y se opone al descenso fetal el
cual solo puede sortearlo al nivel de la hendidura anteroposterior del elevador, que tiene forma de V,
cuyo eje mayor de sentido anteroposterior, obliga a la cabeza fetal a acomodar su diámetro
anteroposterior mas largo al de la hendidura pubococcígea y el diámetro biparietal mas corto en
sentido transversal. Entre contracción y contracción la presentación distiende lenta y progresivamente
al elevador hasta franquearlo, llegado al triángulo posterior del perineo donde se enfrenta con el
rafe anococcígeo inextensible y al cóccix, estructuras que ceden gracias al reblandecimiento que por
las hormonas del embarazo sufren las articulaciones pelvianas haciendo que el cóccix se dirija hacia
atrás enfrentando a la presentación con los músculos y fascias del periné mas elásticas y flexibles, lo
que se reconoce externamente por el abobamiento del mismo; igualmente la retropulsión del coxis
tira como “un pedal” al esfínter externo del ano y a su vez al tendón conjunto permitiendo la apertura
longitudinal del recto, con adelgazamiento y aumento de la longitud del periné.
En este punto el eje de descenso o umbilico-coccígeo forma con el eje de desprendimiento un ángulo
de 110º, por lo cual se le conoce como codo o rodilla del parto, obligando que la presentación se dirija
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al triángulo anterior del perineo, hacia arriba y hacia delante distendiendo el introito vulvar que en
este momento prácticamente “mira hacia arriba” y de esta forma es franqueado por el feto.
La irrigación del elevador está dada por la rama pudenda interna y la vesical inferior.
La inervación por el nervio pudendo interno en su porción interna, y por ramas del III y IV ramas del
sacro.
2. Coccígeos: músculo par, de forma triangular que constituye la porción posterior del diafragma
pélvico. Se origina en la espina ciática, donde se inserta su vértice; de allí se dirige oblicuamente hacia
atrás para insertarse su base en la cara inferior y posterior del sacro y del cóccix. Su acción es de
sostén. Su contracción lleva hacia atrás y hacia abajo la punta del cóccix. Está inervado por el IV sacro,
y recibe sus arterias de la sacra lateral, rama parietal de la división posterior de la hipogástrica.
Irrigación sanguínea del perineo: En la mujer como en el hombre, la arteria del perineo es la pudenda
interna, siendo de menor calibre en la primera que en él ultimo. La pudenda interna es rama parietal
de la rama anterior de la hipogástrica que abandonando la pelvis menor a nivel del orificio ciático
mayor, llega al perineo lateralmente a la fosa isquiorrectal a través del orificio ciático menor. En este
punto se ramifica, originando los siguientes vasos: la hemorroidal inferior, la perineal y la arteria del
clítoris.
La hemorroidal inferior se dirige hacia abajo, a la región glútea a través del tejido adiposo isquiorrectal
vascularizando al conducto anal, el ano y el área perianal.
La arteria perineal atravesando la base del triángulo urogenital, irriga los músculos bulbocavernoso,
isquiocavernoso y transverso superficial. Existe una rama que siguiendo el trayecto del transverso
superficial irriga la zona central del periné. También origina las labiales posteriores que atravesando la
fascia de Colles irrigan los labios.
La arteria del clítoris penetra al plano profundo del diafragma urogenital y siguiendo paralela a la rama
ósea del pubis, se divide en los vasos que irrigan el tejido eréctil de los genitales externos. La arteria
del bulbo, que irriga el bulvo vestibular y la glándula de Bartholino; La arteria uretral que se dirige
medianamente hacia la uretra anastomosándose con ramas de la arteria del bulvo. La arteria profunda
del clítoris y la arteria dorsal del clítoris que irrigan el cuerpo cavernoso y el glande del clítoris.
Inervación del perineo: Los músculos y demás estructuras del perineo son inervados por el nervio
pudendo interno, el cual se origina de las ramas anteriores de los nervios sacros II, III y IV. Sigue el
mismo trayecto que la arteria pudenda y a nivel de la tuberosidad isquiática origina tres ramas: el
hemorroidal inferior, el perineal y el nervio dorsal del clítoris.
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El hemorroidal inferior que inerva el esfínter externo del ano y la piel del perineo.
El perineal que origina dos ramas, una superficial y otra profunda. La superficial que inerva los labios
con sus tres ramas, el nervio labial posterior, el medio y el lateral. La rama profunda inerva el músculo
elevador del ano y contribuye también en la inervación del esfínter externo; y atravesando la base del
diafragma urogenital inerva a los músculos transversos superficial y profundo, bulbocavernoso,
isquiocavernoso y el esfínter externo de la uretra membranosa.
El nervio dorsal del clítoris inerva el glande del mismo.
La piel del perineo está inervada por los siguientes nervios: Las ramas labiales anteriores del nervio
ilioinguinal, que se origina de las ramas del LI, e inervan el monte de Venus y la porción superior de los
labios mayores.
La rama espermática externa del genitofemoral, que se origina de las raíces LI, LII que alcanza a los
genitales por el ligamento redondo dando sus ramas a los labios.
Las ramas perineales del nervio femorocutáneo posterior, de las raíces SI, II y II que dirigiéndose hacia
delante por la línea media por delante de las tuberosidades alcanzando el borde lateral del perineo y
los labios mayores.
Las ramas cutáneas perforantes de los nervios sacros II y III perforando el ligamento sacrociático mayor
se dirige luego hacia atrás siguiendo el borde inferior del glúteo mayor para inervar las nalgas y el
perineo contiguo.
Los nervios anococcígeos, que se originan de las raíces SIV, V y el nervio coccígeo que inervan la zona
anococcígea.
NORMAS GENERALES DE PROTECCIÓN DEL PISO PÉLVICO DURANTE EL TRABAJO DE PARTO Y PARTO.
Las consideraciones que se mencionan seguidamente contribuyen generalmente a impedir o disminuir
la agresión que sufren las estructuras musculoaponeúroticas y fasciales durante el trabajo de parto y
parto por el paso del feto a través del canal blando del conducto del parto; sin embargo, en algunas
ocasiones esto no siempre es posible, como por ejemplo, al dar parto vaginal a un feto macrosómico
se causa una marcada sobredistensión del piso pélvico que inevitablemente conlleva al desgarro del
mismo; En el feto en presentación podálica, se impone la extracción rápida de la cabeza fetal sin
tener en cuenta prácticamente al suelo pélvico so riesgo de asfixia fetal, causando entonces una rápida
y forzada distensión del periné. Igualmente debe tenerse en cuenta que hay pacientes que
constitucionalmente presentan unos genitales poco elásticos, rígidos y muy pobre “imbibición
gravídica”, lo que los hace extraordinariamente frágiles. Un arco subpúbico estrecho que obliga a la
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presentación a irse muy abajo al perineo alejandola del pubis, también favorece a la aparición de
estas lesiones. A pesar de ello, una buena episiotomía correctamente seleccionada y oportunamente
ejecutada logra muchas veces disminuir el grado del daño.
1. Durante el primer período: Debe reconocerse y tratar oportunamente las hiperdinamias, evitando
el parto precipitado; y de la misma manera se manejaran las hipodinamias; al máximo se conservaran
en lo posible, la integridad de las membranas. Se evitara que la parturienta puje antes de completar la
dilatación total (pujos prematuros), procurando siempre un progreso normal del descenso que
permita a los músculos pélvicos una lenta distensión que gracias a su elasticidad se acomoda poco a
poco al paso del ovoide fetal.
EPISIOTOMÍA Y EPISIORRAFIA.
Episio. Sinónimo: Pudendo femenino. Viene de las raíces griegas Epision y Episeion que hacen referencia al
pubis.1 Sinónimos: Perineotomía. Pudendotomía.
DEFINICION: Es la incisión quirúrgica del periné que se realiza al final del segundo período del parto. Su
reparación se denomina EPISIORRAFIA.
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OBJETIVO: El propósito fundamental de la episiotomía es impedir los desgarros del piso pélvico y vulvo-vagino-
perineales. Secundariamente, se consigue abreviar la duración del período expulsivo, y, disminuir la compresión
de la cabeza del feto pretérmino durante el expulsivo.
REQUISITOS: Al igual que en todo procedimiento quirúrgico, deberán llenarse unos requisitos básicos:
1. Operador cómodo.
2. Asepsia y Antisepsia.
3. Instrumental adecuado.
4. Anestesia.
5. Conocimiento de la técnica quirúrgica.
6. Sutura adecuada.
7. Hemostasia.
8. Cierre por planos.
INDICACIONES: Son muy precisas. Se clasifican en Maternas y Fetales:
MATERNAS:
1. Inminencia de desgarro Vulvo-Vagino-Perineal.
Nótese que a propósito no se hace referencia estricta a la paridad de la paciente, pues sí es cierto que
existen nulíparas que no la ameritarían y, por el contrario, en algunas multíparas es preciso realizarla. Un
arco subpúbico alto y estrecho casi siempre obliga a su realización. No aconsejamos su realización
rutinaria sino selectiva.
2. Abreviar el expulsivo y la intensidad de los esfuerzos de pujo, (Maniobra de Valsalva forzada),
importante en las siguientes patologías maternas:
2.1- Pre-Eclampsia-Eclampsia.
2.2- Hipertensión Arterial.
2.3- Hipertensión Endocraneana y Patologías Vasculares del S.N.C.
2.4- Hipertensión Ocular.
2.5- Cardiopatías.
2.6- Neumopatías.
3. Parto Vaginal Instrumentado. Utilización de fórceps o espátulas.
FETALES:
1. Macrosomía.
2. Prematurez.
3. Feto con Retardo del crecimiento intrauterino.
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realizar el corte un poco antes de la contracción siguiente de manera que las manos estén libres para ejecutar las
otras maniobras destinadas a proteger el periné y el desprendimiento de la presentación fetal; además si la
incisión es realizada en el momento de la contracción, llegaría a ser prolongada por la presión de la presentación
al distender la cuña perineal.
Para realizar el corte, puede usarse el bisturí, pero, se aconseja el uso de tijeras especialmente diseñadas, que se
reconocen fácilmente, primero porque su hoja anterior o interna termina en un borde transversalmente romo,
que al no ser punzante, evita penetrar y lesionar inadvertidamente la luz rectal; y segundo, por la angulación
pronunciada que sus hojas tienen con relación al mango, permitiendo la realización del corte cómodo del cuerpo
perineal abarcado entre ellas.
Recomendamos la Anestesia local infiltrativa, con lidocaína simple al 1%, un volumen casi nunca superior a los 10
cc, que se aplican breves segundos antes de la realización de la incisión, teniendo el cuidado de infiltrar todo el
trayecto del futuro corte a ambos lados del mismo y en su porción vaginal.
El momento de realizar la Episiorrafia es posterior al alumbramiento; primero porque el obstetra se obliga a estar
pendiente de la evolución de este período crítico del parto y retirar la placenta inmediatamente se realice el
descenso de la misma evitando un sangrado retroplacentario excesivo; segundo no se obliga a interrumpir el
procedimiento para retirar y revisar la placenta y sus anexos; y tercero, en el caso de tener que realizar
extracción manual no existe riesgo de lesionar la rafia.
MEDIOLATERAL VERSUS MEDIANA: La única y verdadera razón de no hacer una episiotomía mediana es el riesgo
inminente de que llegue a prolongarse y lesionar el esfínter externo y el ano, y se le tema a esta complicación, o
no sentirse bien adiestrado para corregirla.
En la Episiotomía mediana se produce un corte limpio y totalmente perpendicular a la cuña perineal con
sangrado escaso, por ello su reparación es más fácil y más anatómica, se utiliza menor cantidad de sutura
consiguiéndose mejores resultados estéticos-funcionales y menor fibrosis con mucho menos dolor postquirúrgico
y postcoital.
En la Episiotomía medio lateral, en cambio, hay mayor pérdida de sangre y el corte es oblicuo a las fibras
musculares de la cuña perineal, es más difícil de reparar y amerita mayor cantidad de sutura; el dolor
postoperatorio es más intenso y más frecuente; ocurre mayor fibrosis, los resultados anatómicos son
desfavorables en más o menos un 10% de los casos (aún en "buenas manos"). A veces es seguida de dispareunia.
En la ESE Clínica Maternidad Rafael Calvo, cuando la Episiotomía está indicada, recomendamos la mediana en los
siguientes casos:
1. Feto, con peso estimado como promedio.
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En todos los demás casos donde se indique la episiotomía y no se den las condiciones anteriores, recomendamos
realizar la medio lateral.
Si se revisan bien las indicaciones anteriores se caerá en cuenta que ellas existen en la gran mayoría de los
partos, lo cual hace presumir que en realidad es el temor a la prolongación de la episiotomía mediana al esfínter
o al ano la verdadera razón por la cual ésta no es la más frecuente que se práctica en las instituciones de
enseñanza. Por lo tanto, durante el aprendizaje, los estudiantes deben adquirir la habilidad para que tal
circunstancia no se presente.
no siempre o muy pocas veces se cumplen los requisitos de asepsia y antisepsia propios a estos
procedimientos; aclarando sin embargo, que las complicaciones infecciosas de la misma, están muy
por debajo de lo que podría esperarse.
Para el caso de desgarro grado IV, se aconseja que el cirujano se calce dos guantes en la mano cuyo
dedo índice va a colocarse en la luz rectal, sirviendo de referencia para evitar que la puntada penetre
al recto, al tiempo que mostrará a trasluz si queda un trayecto sin suturar o incorrectamente
afrontado; Una vez culminado este paso, se retira y desecha el guante contaminado sin
incomodidades ni pérdida de tiempo para el obstetra.
La mucosa rectal se sutura en dos planos, el primero mucosa-mucosa, iniciándose al menos 0.5 cm por
detrás del vértice y dejando reparado su extremo; Sin penetrar a la luz rectal, utilizando sutura
continua sin cruzar (para evitar necrosis), según la técnica de sutura intestinal de Lembert, en la que
cada puntada se hace en cada extremo mucoso para que al traccionarse la sutura, éstos se enfrenten
en aposición de sus extremos evitándose los espacios "muertos" tras el cierre. Hay que tener especial
cuidado que en este primer plano no quede incluida la fascia perirectal ni las fibras del esfínter externo
al aproximarse al borde mucocutaneo del ano, el cual sí debe incluirse en este tiempo; desde este
punto se devuelve para realizar el segundo plano, donde se aproxima medialmente sobre la sutura
anterior la fascia perirectal, anudándose para concluir en el extremo reparado. Se comprueba que no
hayan quedado "ventanas" pasando el dedo índice repetidamente por la luz rectal y observando el
cierre a través de la sutura.
Seguidamente se aproximan los extremos del esfínter externo del ano utilizando pinzas de allis que se
introducen a través de las depresiones laterales que se observan en este plano de la cuña perineal y
que característicamente identifican la fascia de este músculo. Las pinzas introducidas se abren y
atrapan las fibras musculares retraídas dentro de la fascia y se traen medialmente; así reparadas se
sutura este músculo con dos o tres puntos individuales o con una sutura que iniciándose en el extremo
superior izquierdo abarque el espesor de la fascia y el músculo en ese extremo, y se repara, se toma
otra puntada parecida al extremo inferior derecho, de aquí se tira otra tercera puntada que tome el
extremo inferior izquierdo y finalmente una última que tome el espesor de la masa muscular en el
extremo superior derecho; se tracciona fuertemente y se anuda con el reparo inicial de la sutura; Es la
puntada en "ocho", haciendo referencia a la orientación general que se le da a esta sutura en forma de
"reloj de arena".
Siempre se debe revisar si existe prolongación en el extremo vaginal, que de existir compromete al
elevador del ano; En estos casos recomendamos su cierre con puntadas individuales en número de dos
o tres, reparando las masas musculares con pinzas de allis, que en forma característica siempre
terminan cruzadas al soltarlas. Solo de esta forma se asegura un cierre anatómico, sin temor a dejar
espacios "muertos". El resto del cierre se realiza según la técnica anterior.
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1.2.-SANGRADO: Se presenta en caso de medio laterales que se practican precozmente y/o que se prolongan;
debe considerarse la posibilidad de pinzar y ligar directamente los vasos grandes que sangran cuando el
nacimiento de la cabeza se demora, o de iniciar su reparación parcial aún antes del alumbramiento.
1.3.-HEMATOMAS: Asociados casi siempre a las medio laterales con prolongación. Su aparición es temprana y la
sintomatología que la acompaña es característica: dolor perineal intenso y masa subyacente de crecimiento
rápido. Todo hematoma que compromete la episiotomía debe drenarse de inmediato y su reparación ulterior
seguirá las mismas pautas que la de los hematomas vulvoperineales por desgarros.
1-4.-DOLOR: Cuando no está asociado a hematomas, casi siempre es de intensidad moderada a leve. Cede con
analgésicos suaves y a baños de asientos con soluciones astringentes preferiblemente frías.
Comité Técnico -
Dr. Guillermo Vergara Sagbini Dr. Willis Simancas Mendoza
Científico.
BIBLIOFRAFÍA.