Historia de Mariquita

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Historia de Mariquita

¨El misterio es el elemento clave en toda obra de arte¨

Luis Buñuel

Guillén González Yamil

Lara Cruz Ximena Ivonne

Aurora Elena Segura Romero

Guadalupe Dueñas forma parte de la literatura clásica mexicana, no olvidemos


sus cuentos como "Historia de Mariquita", "Las ratas", "Al roce de la sombra",
"Girándula", "La dama gorda", "Las vacaciones de las señorita Montiel" y
"Antes del silencio", entre otros. En 1964 fue nombrada como "La mejor
cuentista mexicana" por Elena Garro, algunos de sus trabajos literarios fueron
traducidos al alemán, inglés, francés e italiano.

Ella estudió en el Colegio Teresiano de la cuidador de México y en el de


Morelia, tomó cursos en la Facultad de Filosofía y Letras, se dedicó a escribir
cuentos y hacer guiones de telenovelas. Sus primeros cuentos fueron
publicados en la revista Ábside, en 1954, y ese mismo año se publicó "Las
ratas y otros cuentos" en una plaquette. Fue una mujer con misterio, sus
cuentos no eran comunes como los demás, convirtiendo sus cuentos en
suspenso.

Guadalupe fue la primogénita, su hermana mayor, Mariquita


(protagonista del cuento con el mismo nombre) murió́ al nacer, tuvo 8
hermanos contando a Mariquita.

La escritora Guadalupe Dueñas crítica a la sociedad de su tiempo, se


encuentra en vías de modernización. Uno de los elementos de los trabajos de
Dueñas para dejarnos ver la herencia sociocultural de sus personajes, es la
relación que estos guardan con objetos de la vida cotidiana (zapatos, frascos,
cartas) o bien, con animales desagradables que están insertos en esa misma
cotidianidad (sapos, ratas, piojos).

Tras la pérdida de Mariquita (hija mayor), el padre no soportó el pesar de


perder a su niña, su pena hizo que no pudiera aceptar el hecho de haber
perdido a su pequeña, lo cual lo orilló a hacer algo realmente extraño y en parte
siniestro, la metió en un frasco, dándole un poco más de tiempo en la tierra,
llevándola a todas partes y llevando el pasado con ellos, siempre que se
mudaban de casa, se llevaban la pequeña parte que queda de ella, la emoción
de su padre al verla y cambiarle el líquido para que pudiera seguir viendo el
mundo era algo que se podría describir como una persona ¨enferma¨ y poco
cuerda, algo bastante incoherente al seguir con la farsa de tener a su
primogénita en su vida sabiendo que ya no está.

Por el proceso cronológico, el padre muere y le deja el pasado a sus


hijas, teniendo que seguir mudando de casa, hacían lo posible para seguir
adelante, poniendo algo tan insignificante como un cuadro o un palo delgado
para poder ocupar las grietas y los huecos, no sabían qué hacer con su
hermana, nadie le quería dar el entierro, pero la descuidaron, dejaron de
cambiarle el agua y de ponerle la atención que su padre le brindaba, ellas no
querían cargar con el pesar de ¨matarla¨ después de tantos esfuerzos que su
padre hizo, pero llegaron a un límite, cómo cualquiera lo hubiera hecho, así que
la única solución que se les ocurrió y su única forma de escapar fue enterrarla
en el jardín, claro, dejaron atrás su pasado, más no sus recuerdos ni sus
sentimientos.

Este texto además de ser siniestro y causar cierta sensación de terror,


refleja algo de lo que nuestra escritora ha vivido, considero que es una manera
de transmitir sus vivencias y experiencias, lo transcurrido a lo largo de su vida
aunque también incluye asuntos irreales para unas personas, pero reales para
otras, cómo lo es la parte en la que se menciona que el alma de la niña ronda
por las casas en las que llegan a vivir.
Dueñas, G. (1958). La historia de Mariquita. Tiene la noche un árbol. (pp. 62-64). México

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