Plaquetas Investigacion
Plaquetas Investigacion
Plaquetas Investigacion
Las plaquetas son pequeña células anucleadas, con origen en los megacariocitos. En condiciones
fisiológicas normales, no activadas, tienen la forma de disco biconvexo, con un diámetro
aproximado de 3 µm. Se encuentran en circulación en una concentración entre 150.000 y 450.000
plaquetas/µl y tienen una vida media de 7 a 10 días, siendo renovadas a una velocidad de
35.000/µl/día6.
Las plaquetas son fragmentos de células muy grandes de la médula ósea que se llaman
megacariocitos. Ayudan a producir coágulos sanguíneos para hacer más lento el sangrado o
frenarlo y para facilitar la cicatrización de las heridas.
Estructura
La membrana plasmática de la plaqueta, como ocurre con otras células, media en las interacciones
con el medio externo, ocupando, por eso, un papel central en su fisiología. Es una típica unidad de
membrana con un contenido particular en determinados fosfolípidos, glicolípidos y glicoproteínas.
Los fosfolípidos son particularmente ricos en ácido araquidónico, el ácido graso precursor de la
síntesis de eicosanoides, sustancias implicadas en la transmisión de las señales recibidas en la
membrana. Los fosfolípidos se distribuyen asimétricamente en la bicapa y los que poseen carga
negativa, tales como el fosfatidilinositol, fosfatidilserina y fosfatidiletanolamina se localizan
preferentemente en la capa interna5. Esta distribución tiene, también, un significado funcional, ya
que sirven como sustratos para enzimas intracelulares (fosfolipasas) durante la activación
plaquetaria. Algunos fosfolípidos y sus derivados tienen propiedades agregantes, sobre todo el
factor activador de plaquetas (PAF), o actividad procoagulante, como es el caso del factor
plaquetario 3 (PF3), y se tornan accesibles cuando la plaqueta es activada, debido a una
reorganización de los componentes de la membrana6. La membrana plaquetaria contiene un gran
número de glicoproteínas con una o más cadenas ramificadas de polisacáridos, que forman una
cubierta exterior o "glicocálix", que confiere una carga negativa a la superficie de la plaqueta7.
Son heterodímeros constituidos por dos subunidades, α y ß, y para la mayoría de estos receptores
el lugar de reconocimiento en el ligando es el tripéptido Arg-Gly-Asp (RGD). Este grupo incluye
cinco receptores de la membrana plaquetaria: GP IIb/IIIa, GP Ia/IIa, GP Ic/IIa, GP Ic'/IIa y el
receptor de la vitronectina14,15,16.
a) GPIIb/IIIa:
A la familia de las glicoproteínas ricas en leucina pertenecen proteínas con funciones muy diversas,
que tienen en común la presencia de un número variado de copias de un segmento, con una
secuencia de 24 residuos de aminoácidos rica en leucina (LRG). En este grupo está incluido el
complejo GP Ib/IX/V de la membrana plaquetaria27,30,31.
a) GPIb/IX/V:
El sistema canalicular abierto (SCA) se presenta como una red de vesículas y canales,
interconectados, que se ramifican a través de todo el citoplasma y comunican con la superficie.
Tienen una localización preferencial bajo la membrana celular y están aparentemente
desprovistos de contenido.
Al microscopio electrónico (ME) el sistema tubular denso (STD) se presenta como un conjunto de
tubos apretados y cortos, que se distinguen del SCA por su opacidad, similar al del citoplasma que
los circunda. Estos tubos forman una red continua por todo el citoplasma, siendo más apretada en
la periferia que en el centro de la célula. El STD puede estar en asociación íntima, tanto con los
microtúbulos, como con el sistema canalicular abierto. Sus membranas derivan del retículo
endoplasmático de los megacariocitos6.
El STD constituye el principal lugar de almacenamiento del calcio intraplaquetario, siendo por eso
comparable al retículo sarcoplásmico de las células del músculo estriado, y el SCA puede
considerase equivalente a los túbulos transversos de las referidas fibras musculares.
El STD acumula Ca2+ debido a la presencia de un transportador Ca2+ ATPasa del tipo SERCA, en
sus membranas, que regula la concentración de Ca2+ citoplasmático libre43. Similarmente a lo
que ocurre en otras células, innumerables fenómenos de la fisiología plaquetaria dependen de la
concentración citoplasmática de este ion (Tabla 2)44,45. La actividad de este transportador es
esencial, por ejemplo, para mantener los microtúbulos en la forma polimerizada y,
consecuentemente, la forma discoide de la plaqueta, que requiere una baja concentración
citoplasmática de Ca2+.
Las membranas del STD son particularmente ricas en los fosfolípidos, que funcionan como
sustratos para la síntesis de endoperóxidos de prostaglandinas y tromboxano A2, y en él también
se alojan las enzimas respectivas6.
1.1.4 Citoesqueleto
El citoesqueleto consiste en una red de estructuras filamentosas que mantienen la estructura de la
plaqueta, estando la reorganización de estas estructuras implicada en las respuestas de la
plaqueta a la activación. Contiene las proteínas contráctiles actina y miosina, las proteínas
implicadas en la formación de los microtúbulos, principalmente la tubulina, y otras asociadas a
éstas5,35.
La actina se encuentra, en las plaquetas no activadas, tanto en la forma polimerizada, actina-F (40-
50%), como en la forma monomérica, actina-G. Los monómeros poseen un peso molecular de
44.000 y pueden ser del tipo α o γ. La polimerización es impedida, esencialmente, por la profilina,
que forma un complejo con la G-actina, y por la gelsolina, que protege la extremidad de los
polímeros ya formados35.
Gránulos
La plaqueta contiene, distribuidos por su citoplasma, un gran número de gránulos, delimitados por
una membrana unitaria, que se pueden distinguir por sus contenidos específicos. Normalmente
son reconocidos cuatro tipos: los gránulos a, los gránulos densos, los lisosomas y los
microperoxisomas. En la plaqueta activada, estos gránulos son centralizados, a lo que sigue la
secreción de sus contenidos.
Los gránulos α constituyen la gran mayoría de estas estructuras (cerca del 85%). Poseen en su
interior una gran diversidad de proteínas, algunas de las cuales son específicas de la plaqueta,
otras, son homólogas a proteínas plasmáticas y tisulares (Tabla 3). En la fase de secreción estos
factores son liberados en las proximidades de la plaqueta y participan, sobre todo, en la
hemostasia, produciendo un efecto pro-coagulante, estimulando la adhesión y la agregación, y
favoreciendo procesos de reparación de los vasos lesionados.
Las proteínas de la matriz de los gránulos a tienen dos orígenes distintos: algunas son sintetizadas
por los megacariocitos y empaquetadas en los gránulos por el complejo de Golgi, como por
ejemplo el vWF, factor V y la trombospondina. Otras proteínas, tales como el fibrinógeno, que
también se encuentra en circulación, son endocitadas a partir del medio externo e incorporadas al
interior de los gránulos α. Este fenómeno puede ser mediado por receptores de membrana, como
es el caso de la incorporación del fibrinógeno en que está implicado el complejo GP IIb/IIIa47.
Hay tres proteínas que se consideran exclusivas de las plaquetas: el factor plaquetario 4 (PF4), la ß-
tromboglobulina (ß-TG) y el factor de crecimiento derivado de la plaqueta (PDGF).
El PF4 es una glicoproteína monomérica, muy parecida estructuralmente a la ß-TG con la que
presenta diversas secuencias de aminoácidos homólogas. Ambas proteínas pueden combinarse
con la heparina neutralizando su efecto anticoagulante, pero la ß-TG tiene una afinidad más baja
para este polisacárido48.
El PDGF es una proteína catiónica constituida por dos cadenas polipeptídicas unidas por puentes
disulfuro. Posee actividad mitogénica para diferentes líneas celulares, incluyendo células del
músculo liso, endoteliales y de la glía. Este factor está implicado en la reparación de la pared del
vaso lesionado, produciéndose su liberación después de la adhesión de la plaqueta al
subendotelio5.
Los gránulos densos presentan una gran opacidad al microscopio electrónico en la zona central,
atribuida a la presencia de Ca2+. Además de Ca2+, contienen serotonina, ADP, ATP y pirofosfato y
pueden captar dopamina a partir del exterior.
Dentro de la médula ósea, todas las células sanguíneas (glóbulos sanguíneos) se originan a partir
de un mismo tipo de célula no especializada denominada célula madre (o célula progenitora).
Cuando la célula progenitora o célula madre se divide, inicialmente da origen a glóbulos rojos
inmaduros, a glóbulos blancos inmaduros o a células productoras de plaquetas. Las células
inmaduras se dividen, continúan madurando y se convierten finalmente en glóbulos rojos
(eritrocitos), glóbulos blancos (leucocitos) o plaquetas (trombocitos) maduros.
La velocidad con que se producen las células sanguíneas se controla en función de las necesidades
del organismo. Las células sanguíneas normales duran un tiempo limitado (que puede ir desde
unas pocas horas hasta unos pocos días para los glóbulos blancos, hasta 10 días para las plaquetas
y hasta 120 días para los glóbulos rojos) y deben ser reemplazadas constantemente. Ciertos
trastornos pueden desencadenar una producción adicional de células sanguíneas. Cuando el
contenido de oxígeno en los tejidos del organismo es bajo o cuando el número de glóbulos rojos
(eritrocitos) disminuye, los riñones producen y liberan eritropoyetina, una hormona que estimula
a la médula ósea para producir más glóbulos rojos. En respuesta a las infecciones, la médula ósea
produce y libera más glóbulos blancos (leucocitos). También tiene la capacidad de producir y
liberar más plaquetas como respuesta a un sangrado