EZQUERRO 2019 Lectura Rapida

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LECTURA RÁPIDA

Métodos sencillos para


aumentar la velocidad de lectura
y desarrollar la memoria

Susana Ezquerro

RBA – INTEGRAL
Aprender a leer más y mejor, disfrutar de cada lectura y sacarle
el máximo partido son, sin duda, aspiraciones de la gran
mayoría de personas.

Este manual ofrece las herramientas necesarias para


conseguirlo. Siguiendo atentamente sus consejos y practicando
las técnicas que propone, en poco tiempo se obtienen los
primeros resultados:
 Aumenta la velocidad de lectura
 Mejora el grado de concentración y atención
 Aumenta la capacidad de comprensión
 Desarrolla la memoria y amplia el vocabulario
 Mejora la efectividad en los estudios y en el trabajo
Realizar los ejercicios que se proponen de forma continuada
permite mantenerse al día y aprovechar al máximo el tiempo
dedicado a la lectura.

SUSANA EZQUERRO es periodista con amplia experiencia en


temas lingüísticos. Es colaboradora habitual de publicaciones
periódicas, entre ellas la revista Integral.

Lectura rápida
Autora: Susana Ezquerro Diseño de cubierta: Josep Sola
Fotografía de cubierta: Lluís Carbonell
Compaginación: Pacmer, S.A. (Barcelona)
©noviembre 1998, RBA Ediciones de Librerías, S.A.
Reservados todos los derechos.
ISBN: B-84-7901-392-3
Dep.legal: B-42.041-98
Índice

1 Introducción .....................................................................................6
2 Erradicar las malas costumbres ..................................................... 8
2.1 Cómo leemos ......................................................................... 8
2.2 Errores más frecuentes ......................................................... 8
2.3 Test de lectura 1 .....................................................................9
Test de comprensión de lectura 1 .................................................. 12
3 Como leer más rapido .................................................................... 13
3.1 Reconocer las palabras de un vistazo .................................. 13
Ejercicio para comprobar si vemos o leemos las palabras ........... 14
Ejercicio para entrenar la vista y reconocer la forma de las
palabras .......................................................................................... 16
3.2 Ampliar el ángulo de visión y reducir las fijaciones ........... 16
Ejercido para comprobar el número de fijaciones necesarias ..... 17
3.3 Seguir un ritmo regular ....................................................... 18
Ejercicio para comprobar la mayor rapidez de lectura de las
columnas estrechas ........................................................................ 19
Ejercicio para adquirir el ritmo de dos puntos de fijación ...........22
Ejercicio para ejercitar el ritmo con tres puntos de fijación ........23
3.4 Evitar la regresión ............................................................... 24
Ejercicio para controlar los impulsos de regresión ...................... 25
3.5 Eliminar la subvocalización................................................ 26
Ejercicio para comprobar la existencia de subvocalización ......... 27
3.6 Establecer los objetivos ...................................................... 28
3.7 Realizar un examen previo ................................................. 28
3.8 Practicar el movimiento en S.............................................. 29
3.9 Buscar palabras clave.......................................................... 30
Ejercicio para localizar palabras clave .......................................... 31
3.10 Cambiar de velocidad .......................................................... 31
3.11 Acelerar progresivamente....................................................32
3.12 Utilizar el dedo como guía ...................................................33
4 La tecnica de la lectura selectiva ................................................... 35
4.1 Ampliar el ángulo de visión vertical .................................... 35
Ejercicio para entrenar la vista en sentido vertical ......................36
4.2 Encontrar la idea principal .................................................. 37
4.3 Leer con especial atención las frases clave ......................... 37
4.4 Evitar las particularidades .................................................. 38
Ejercicio para evitar la redundancia .............................................39
5 Mejorar la concentración............................................................... 41
Ejercicio para medir la concentración .......................................... 41
5.1 La vista ................................................................................ 42
5.2 La actitud..............................................................................43
5.3 La fatiga mental ...................................................................43
6 Mejorar la comprensión ............................................................... 44
6.1 Los signos de puntuación ................................................... 44
6.2 Ampliar vocabulario ........................................................... 48
6.3 Conocer el estilo del autor .................................................. 48
6.4 Realizar fichas de lectura .................................................... 50
6.5 Hacer un examen preliminar ............................................. 50
6.6 La lectura de estudio ............................................................ 51
Utilizar el lápiz ............................................................................... 51
Anotar al margen ........................................................................... 52
7 Mejorar la memoria ....................................................................... 53
7.1 Ideas erróneas ...................................................................... 53
7.2 Fases de la memoria ............................................................54
7.3 La memoria a corto plazo .................................................... 55
7.4 La memoria a largo plazo y la importancia de la revisión .. 57
7.5 El papel de la imaginación.................................................. 58
7.6 El método de la asociación ..................................................59
7.7 El método del encadenado de imágenes ............................ 60
Memorizar textos ........................................................................... 61
7.8 El método de la estructuración .......................................... 62
Estructuras clasificadoras por afinidades .................................... 62
Estructuras clasificadoras secuenciales, por imágenes asociadas o
por otros criterios aleatorios ........................................................ 62
7.9 El método de las abreviaturas .............................................63
8 La lectura en los profesionales ..................................................... 64
8.1 Leer textos jurídicos y administrativos .............................. 64
8.2 Leer cartas de negocios ........................................................65
8.3 Leer propaganda comercial ................................................ 66
8.4 Leer informes ....................................................................... 67
8.5 Leer obras técnicas .............................................................. 67
8.6 Test de lectura 2 .................................................................. 68
9 Conclusión ...................................................................................... 73
10 Bibliografía ............................................................................... 75
1 Introducción
Para mantenerse al día en su profesión, aprobar con holgura los
exámenes, informarse o simplemente disfrutar con la lectura,
usted debería dedicar una parte considerable de su tiempo a
leer, pero lamentablemente no dispone de él.

La montaña de papel se va haciendo cada vez más grande sobre


su mesa, en un proceso paralelo a su propia pereza. Piensa que
no podrá leer este trimestre los seis libros que se ha de
aprender de cara a sus exámenes o que esta semana no dará
abasto con la correspondencia, el correo comercial, las revistas
afines a su profesión, el último libro del crack de su ramo y el
periódico de la mañana. Pues se equivoca. Usted puede hacerlo.
Sólo tiene que proponérselo, leer este manual y poner en
práctica todas sus técnicas y consejos.

El método comienza con una prueba de lectura que le permitirá


conocer su destreza, luego podrá comparar sus progresos
cuando realice el test de lectura que aparece al final del libro.
En este primer apartado también le explicaremos las causas de
su escasa velocidad de lectura.

A continuación, entrará en materia con una serie de técnicas y


ejercicios que le irán haciendo perder los viejos hábitos de
lectura, asimilando poco a poco los nuevos. Este proceso no
siempre es fácil, requiere paciencia, práctica y constancia. Lleva
muchos años leyendo de manera convencional y le costará
desprenderse de las viejas costumbres.

La técnica de la lectura selectiva, que consiste en leer sólo


algunas partes del texto, es una de las más eficaces; si la pone
en práctica será el primer sorprendido al percatarse de que es
capaz de «leer» una obra técnica o informativa en un tiempo
récord.
6
Pero todas estas técnicas de lectura rápida no sólo le harán leer
a mayor velocidad, sino que le llevarán a una mejor
comprensión. Para ello, le será de gran ayuda una correcta
concentración y una buena me- moria capaz de reproducir lo
esencial de su lectura.

Al final del libro, se incluye un apartado para las lecturas


específicas de los profesionales, pues son las personas con
mayor responsabilidad las que más necesitan estar informadas.

Le advertimos, ya de antemano, que no es fácil convertirse en


un lector rápido de la noche a la mañana. Aunque, si utiliza este
manual correctamente, le sorprenderán los resultados. Los
montones de material para leer habrán desaparecido y su
lectura obligatoria estará al día; incluso tendrá tiempo para
disfrutar de una buena novela o una revista especialmente
interesante.

7
2 Erradicar las malas costumbres
2.1 Cómo leemos
Para medir nuestra velocidad actual proponemos al final del
capítulo un texto de 558 palabras. Sin embargo, usted puede
contabilizar su velocidad de varias formas. Por ejemplo, elija
dos páginas de un libro o una revista que no haya leído aún. Lea
primero una de las páginas en silencio y luego la otra en voz
alta. Cronometre las dos pruebas y compárelas. Como mínimo
tendría que tardar la mitad de tiempo en leer sin vocalizar que
en hacerlo en voz alta. Si no es así, tendrá que mejorar su
tiempo.

Si quiere averiguar cuántas palabras lee por minuto


actualmente, escoja un texto cualquiera, ni muy difícil ni
demasiado sencillo, y léalo durante 5 minutos. Luego cuente el
número de palabras que hay en una línea, haga una media con
4 líneas escogidas al azar, y multiplíquelo por el número de
líneas que ha leído. Divida el resultado por cinco y sabrá cuál es
el número aproximado de palabras que lee en un minuto.
2.2 Errores más frecuentes
Lo más probable es que los resultados de su test no hayan sido
tan buenos como usted quisiera.

La falta de rapidez de lectura hay que buscarla en la época


escolar. Nos enseñaron a leer, a conocer las letras, a unirlas en
sílabas, a reconocer palabras y a poder leer frases en voz alta.
Una vez que los maestros comprobaron que sabíamos leer en
voz alta, empezaron a enseñarnos otras materias. Sin embargo,
en la enseñanza de la escritura fueron mucho más allá:
aprendimos a analizar frases, a componer poemas, ensayos o
relatos y a adaptar el lenguaje a cada tipo de texto. Pero en el

8
aprendizaje de la lectura nos quedamos en lo básico, y no
hemos progresado desde entonces.

Veamos los errores más frecuentes de un lector lento:

 Articula las palabras, subvocaliza, aunque sólo sea


moviendo imperceptiblemente las cuerdas vocales o la
lengua.

 Sólo retiene mentalmente una o dos palabras cada vez


que sus ojos se detienen, por lo que tiene que hacerlo
en más ocasiones que un lector rápido que retiene de 5
a 10 –o más- palabras en una sola fijación.

 Sus ojos siguen un movimiento irregular, con


retrocesos de relectura y con un ritmo inestable,
cuando debería seguir un ritmo de izquierda a derecha
saltando a la línea inmediatamente inferior sin
retroceder ni titubear.

 Lee íntegramente todo lo que tiene delante y al mismo


ritmo, letra por letra y palabra por palabra, sin
distinguir si es importante o no.

 Tiene poca capacidad de concentración y se distrae


fácilmente.

 No recuerda bien lo que ha leído porque lee despacio y


fragmenta el texto, sin tener una visión de conjunto que
le dé una idea clara de lo que está leyendo.
2.3 Test de lectura 1
Lea el siguiente texto y cronometre el tiempo que tarda en
hacerlo:

9
Ava antes de Ava

Para todos, Ava nació a mediados de la década de los cuarenta,


cuando apareció por primera vez en una película como
protagonista, concretamente en Forajidos de Robert Siodmak,
en 1946. Pero cuando le llegó esta oportunidad, Ava, a sus
veinticuatro años, llevaba ya seis en la Meca del cine intentando
abrirse camino.

Los estudios de Hollywood, la Metro Goldwyn Mayer en


concreto, eran expertos en inventarse vidas falsas para sus
estrellas. Con Ava Gardner lo intentaron, pero no tardó mucho
en saberse la verdadera versión. Ava no era hija de un famoso
cultivador de algodón, ni se llamaba Lucie Johnson. Su
verdadero nombre era el sonoro Ava Lavinia Gardner, y 'Su
padre, un católico irlandés, era un granjero de Carolina del
Norte que se dedicaba al cultivo de tabaco. Ava fue la séptima
hija de la familia. Su madre, escocesa baptista, la educó en una
moral rígida y estricta, exagerada por las dificultades
económicas que tuvo que superar la familia, que fueron
absolutamente reales, no inventadas por un departamento de
publicidad de la Metro.

Ava Gardner nació el 24 de diciembre de 1922. Desde entonces


celebra la Navidad con dos pasteles, uno para ella y otro para la
fiesta colectiva. Ava vivió al aire libre en todos los sentidos
hasta que llegó la Gran Depresión de 1929. Su hermana la
recuerda como un golfillo, siempre descalza, trepando a los
árboles y llena de vitalidad. Su fuerte acento sureño le hacía
tener una voz distinta que le granjeaba las burlas de sus
compañeros de clase hasta que su espléndida figura se fue
imponiendo a su acento. La vida plácida y tranquila en
Grebetown terminó repentinamente cuando la depresión obligó
a su padre a vender la granja. El proceso de deterioro
económico se fue apoderando de la familia y acabó con la
separación de sus padres. Ava y una de sus hermanas se fueron
10
a vivir a Newport con su madre. La pobreza hizo su aparición.
Ava recordaba estos años con cierta tensión. Sobre todo la
sensación de la pobreza que se evidenciaba, según ella ha
contado, en no tener más que dos suéteres «Uno para usar y
otro lavándose». Estábamos en 1934. Cuatro años más tarde,
cuando tenía dieciséis, su padre murió. A partir de ese
momento su madre se volvió aún más rígida en su moral.

Estudiante más bien anodina, Ava fue a Nueva York un verano


durante las vacaciones escolares a ver a su hermana Baffie,
casada con un fotógrafo profesional llamado Larry Tarr.
Decidida a convertirse en una perfecta secretaria, Ava no podía
imaginar que ese viaje cambiaría su vida por completo.

Los estudios de la Metro no tuvieron que inventarse muchas


cosas, ya que la realidad superaba con mucho lo que hubieran
podido idear en la historia de esta nueva Cenicienta del cine.
Una serie de coincidencias se encadenaron una a otra para
llevar a la guapa adolescente del sur a la cima de la fama. La
primera de todas fue el hecho de que su hermana se hubiera
casado con un fotógrafo. La segunda fue que este fotógrafo,
impresionado por la belleza juvenil de su cuñada, le hiciera una
serie de fotografías. La tercera es que una de estas fotografías
estuviera expuesta en el escaparate de un estudio en la quinta
avenida, cuando pasaba por allí un empleado de la Metro
Goldwyn Mayer.

Ava Gardner, Nuria Vidal,


Fotogramas Libros, 1988.

Este texto tiene 558 palabras. Divídalas por los minutos que ha
tardado en leerlo y hallará cuántas palabras lee usted por
minuto.

A continuación, conteste a las preguntas formuladas para


comprobar su grado de comprensión.
11
Test de comprensión de lectura 1
Escriba en el espacio reservado bajo la pregunta o, si lo prefiere,
en un papel aparte. Luego compruebe las soluciones que
aparecen invertidas al final de la página
1º ¿Cuál fue su primera película como protagonista?
2º ¿Qué cultivaba su padre?
3º ¿Qué peculiaridad tenía su voz?
4º ¿Qué profesión tenía su cuñado?
5º ¿De qué estudio era el empleado que vio su foto en el
escaparate?

Soluciones:
1º Forajidos.
2º Cultivaba tabaco.
3º Tenía un fuerte acento sureño.
4º Era fotógrafo.
5º De la Metro Goldwyn Mayer.

12
3 Como leer más rapido
A continuación, veremos paso por paso cómo podemos ir
eliminando los viejos hábitos de lectura, tan poco eficaces,
sustituyéndolos por otros nuevos que le irán ayudando en su
proceso de lectura rápida.
3.1 Reconocer las palabras de un vistazo
Antiguamente, las palabras se presentaban en forma de dibujos
e ideogramas, que representaban un determinado objeto o
concepto. La escritura egipcia es un buen ejemplo. Hoy, aunque
la nuestra es una escritura fonética, formada por símbolos que
representan sonidos, también han llegado a convertirse en una
especie de ideografía. Nuestro cerebro forma inmediatamente
la imagen de una palabra que es «vista» por nuestros ojos, no
«leída». Así, si vemos la palabra «uva», de forma automática
nuestra mente proyecta un racimo de uvas.

Se trataría, pues, de aprovechar esta capacidad de nuestra


mente de «ver» las palabras sin necesidad de leerlas letra por
letra. Realice la prueba que aparece al final de este apartado
para saber si «ve» las palabras o las lee.

Otra forma muy eficaz de entrenar la vista y de reconocer las


palabras sin leerlas, es acostumbrarse a leer solamente la mitad
del texto de forma que sólo sea visible la parte superior de la
frase o la mitad inferior, ocultando una de las dos partes de
nuestra vista. Puede entender perfectamente la frase, debido a
que reconoce visualmente la silueta de las palabras. Al final del
apartado, proponemos unos ejercicios para identificar las
palabras por su silueta. Estos ejercicios son también muy
eficaces para aquellas personas que, por un problema disléxico,
confunden a menudo las palabras.

13
Le proponemos, además un sencillo ejercicio para agilizar su
ritmo ocular. Se trata de elegir un texto cualquiera y obligar a
los ojos a leer sólo la primera palabra de cada frase, sin pararse
a pensar en su significado. Hágalo durante unos minutos.
Luego repita la operación con la última palabra de cada frase.
Alterne la lectura de la primera y la última palabra de cada frase
de forma que sus ojos salten constante y rítmicamente del
principio al final de cada frase y de línea en línea. Este.ejercicio
proporciona una agilidad sorprendente al ritmo de lectura.
Practíquelo asiduamente durante unos pocos minutos, sin
agotarse.
Ejercicio para comprobar si vemos o leemos las
palabras
Cronometre el tiempo que tarda en leer la siguiente lista de
palabras:
pan
día
mota
pelo
cubo
rosa
tan
poco
rizo
suyo
con
lazo
zas
loco
pío
luna
col
tiza
pelo
can
14
Haga lo mismo con esta otra lista:

caramelitos
psicología
diccionario
angiospermas
estilográfica
campanadas
contabilidad
guardameta
mermelada
paragüero
palmeritas
lugarteniente
comunicación
ilustradísimo
particularmente
impresionadas
comprensión
archiconocido
localización
guardarropía

¿El tiempo ha sido el mismo en ambos casos? Si ha sido así,


enhorabuena. Usted percibe las palabras de un vistazo, sin
necesidad de leerlas, ya que ha invertido el mismo tiempo en
leer la columna de palabras cortas que la de largas. Sin
embargo, si usted ha tardado más tiempo con la segunda
columna, tendrá que seguir practicando para acostumbrar la
vista a captar la forma de la palabra en su totalidad sin
necesidad de leerla sílaba a sílaba.

15
Ejercicio para entrenar la vista y reconocer la forma
de las palabras
Usted debe practicar con textos largos tapando la mitad inferior
de las frases. En primer lugar, acostúmbrese a la forma de las
palabras. ¿Las lee con dificultad? Si es así, practique estos
ejercicios asiduamente, primero con palabras, y después con
frases.

(Encuentro) (Perdidos) (Andalucía) (Cantante) (Bisutería)


(Cartulina) (Colgante) (Alcachofas) (Fotografía) (Transeúnte)
(Burro) (Papelera) (Mesilla) (Antropófago) (Cuclillas)
(Mastodonte) (Jugarreta) (Pitar) (Coletilla) (Soportable)
(Antiguo) (Artístico) (Educativo) (Kilo) (Estropajo) (Nostalgia)
(Condenado) (Terrorífico) (Absurdo) (Gatuno) (Contento)

En cuanto lo vi supe que había perdido la partida y lo sentí por


el.
Cantando, cantando llegaron a un claro del bosque.
Si lo hubiera sabido una semana antes habría comprado más
botellas.
La universidad estaba repleta de estudiantes remolones y
ociosos.
Cuando tenga un momento te envío los informes por fax.
3.2 Ampliar el ángulo de visión y reducir las
fijaciones
Si observamos detenidamente los movimientos de un ojo que
lee a lo largo de una línea, comprobaremos que realmente
nuestra vista no es lineal, no repasa las palabras una por una y
una detrás de la otra; sino que va a saltos, deteniéndose cada x
número de palabras. Cada vez que se detiene y efectúa una
fijación, ve una, dos, tres o más palabras según la amplitud de
su ámbito de visión.

16
Un lector rápido tiene un ángulo de visión muy amplio y abarca
muchas palabras en una sola fijación. Ése será nuestro objetivo.
Para ello, le proponemos una lista de palabras, al principio más
cortas y cada vez más largas para acostumbrarse a leer las
palabras de un vistazo. Le recomendamos la ayuda de un amigo
o compañero que vigile el movimiento de sus ojos. Coloque el
papel sobre una superficie vertical. Su cara debe quedar bien
iluminada para que su compañero pueda contar las veces que
sus ojos separan, es decir, cuántas fijaciones necesita para leer
una palabra. Las primeras palabras son tan cortas que nadie
realiza más de una parada, pero poco a poco necesitará
detenerse más de una vez. Tenga en cuenta que un lector muy
rápido las leería todas con la misma facilidad, inclusive las
frases del final.

Si lo hace usted solo, coloque el libro sobre una mesa y utilice


una cartulina para ir tapando las pa- labras inferiores.
Descubra una, léala, descubra otra, léala, y así sucesivamente.

Un lector corriente es capaz de leer de 15 a 20 caracteres con


una sola fijación, lo que viene a ser unas cuatro o cinco
palabras. Compruebe si es usted capaz de alcanzar la media o
de superarla.
Ejercido para comprobar el número de fijaciones
necesarias
de
cal
dos
loco
vino
casa
cinco
goloso
cometa
cordura
17
dominico
papelera
paragüero
correveidile
guardacostas
fisioterapeutas
Confeccionadores
Otorrinolaringólogo
Pseudoinvestigación
Esternocleidomastoideo
Si tuviera tiempo lo haría
Cada mochuelo a su olivo
Contra la ley de la gravedad
Encuentro fortuito en el teatro
Si estás sentado no podrás ver
Apilando los volúmenes antiguos
Tres eran tres y ninguna era buena
Conjuga los verbos sin remordimiento
3.3 Seguir un ritmo regular
Tener un ángulo de visión amplio no es suficiente para ser un
lector rápido. Muchos lectores superponen sus campos de
visión, y leen dos y tres veces las mismas palabras.

Campo de visión durante una fijación deficiente:

El espacio observado durante cada fijación se superpone


(campo de visión redundante), cayendo dos y tres veces sobre
las mismas palabras.

18
Campo de visión durante una fijación correcta:

El campo de visión sólo se superpone con los demás en los


extremos.

Debido a los recientes estudios sobre el comportamiento del


ojo, hay muchas publicaciones que han modificado la típica
estructura de una sola columna por página por varias columnas
estrechas. Incluso, algunos editores, publican sus libros en
columnas tan estrechas que sólo se necesita un punto de
fijación para cada línea, y la lectura se hace mucho más sencilla
y ágil. Se trata simplemente de ir bajando la vista a lo largo de
la página. Proponemos, a continuación, un ejercicio para
comprobar este fenómeno. Cronometre ambas lecturas.
Ejercicio para comprobar la mayor rapidez de lectura
de las columnas estrechas
Un día, ya en el último año de la carrera, antes de las
Navidades, al volver Andrés del hospital, le dijo a Margarita que
Luisito escupía sangre. Al oírlo, Andrés quedó frío, como
muerto. Fue a ver al niño; apenas tenía fiebre, no le dolía el
costado, respiraba con facilidad; sólo un ligero tinte de rosa
coloreaba una mejilla, mientras la otra estaba pálida.

No se trataba de una enfermedad aguda. La idea de que el niño


estuviera tuberculoso le hizo temblar a Andrés. Luisito, con la
inconsciencia de la infancia, se dejaba reconocer y sonreía.
Andrés recogió un pañuelo manchado con sangre y lo llevó a
que lo analizasen al laboratorio. Pidió al médico de su sala que
recomendara el análisis.

19
Durante aquellos días vivió en una zozobra constante; el
dictamen del laboratorio fue tranquilizador: no se había podido
encontrar el bacilo de Koch en la sangre del niño; sin embargo,
esto no le dejó a Hurtado completamente satisfecho.

El médico de la sala, a instancias de Andrés, fue a casa a


reconocer al enfermito. Encontró a la percusión cierta opacidad
en el vértice del pulmón derecho. Aquello podía no ser nada;
pero, unido a la ligera hemoptisis, indicaba con muchas
probabilidades una tuberculosis incipiente.

Apunte el tiempo invertido.

Un día, ya en el último año de


la carrera, antes de las
Navidades, al volver Andrés
del hospital, le dijo a
Margarita que Luisito
escupía sangre. Al oírlo,
Andrés quedó frío, como
muerto. Fue a ver al niño;
apenas tenía fiebre, no le
dolía el costado, respiraba
con facilidad; sólo un ligero
tinte de rosa coloreaba una
mejilla, mientras la otra
estaba pálida.

No se trataba de una
enfermedad aguda. La idea
de que el niño estuviera
tuberculoso le hizo temblar a
Andrés. Luisito, con la
inconsciencia de la infancia,
se dejaba reconocer y
sonreía.
20
Andrés recogió un pañuelo
manchado con sangre y lo
llevó a que lo analizasen al
laboratorio. Pidió al médico
de su sala que recomendara
el análisis.

Durante aquellos días vivió


en una zozobra constante; el
dictamen del laboratorio fue
tranquilizador: no se había
podido encontrar el bacilo de
Koch en la sangre del niño;
sin embargo, esto no le dejó a
Hurtado completamente
satisfecho.

El médico de la sala, a
instancias de Andrés, fue a
casa a reconocer al
enfermito. Encontró a la
percusión cierta opacidad en
el vértice del pulmón
derecho. Aquello podía no
ser nada; pero, unido a la
ligera hemoptisis, indicaba
con muchas probabilidades
una tuberculosis incipiente.

El árbol de la ciencia, Pío Baraja

Apunte el tiempo invertido.

Compare los tiempos. ¿El tiempo invertido ha sido mayor en la


primera lectura? Es normal.
21
El número de fijaciones del lector medio –para una línea de
ocho a diez palabras- es de tres o cuatro. Un lector lento puede
llegar a realizar siete fijaciones por línea. En una columna de
periódico con dos o tres bastarán. Sin embargo, el número de
fijaciones necesarias será mayor cuanto más difícil sea la
lectura. Un libro técnico de estudio puede necesitar ocho o
nueve fijaciones por línea, pues requiere de una mayor atención
para asimilar los conceptos difíciles.

Si es usted lento, habrá necesitado más fijaciones por línea. Un


lector rápido no hubiera notado prácticamente diferencia, pues
sus fijaciones habrían sido escasas, realizadas con un ritmo
constante.

El ritmo es una de las habilidades más fáciles de conseguir con


la práctica. Lo comprobará con el ejercicio que le proponemos a
continuación. Se trata de acostumbrar el ojo al vaivén de los
puntos de fijación. En primer lugar, acostumbrará su vista a dos
puntos, que se unirán para seguir con el mismo ritmo. Después,
lo hará con tres puntos de fijación, para líneas más anchas.
Ejercicio para adquirir el ritmo de dos puntos de
fijación
Tomé asiento cerca del fuego
y me distraje removiendo
leños con aquellas tenazas
de bronce antiguo y prolija labor
Las dos niñas habíanse dormido:
la mayor con la cabeza apoyada
en el hombro de su madre,
la pequeña en brazos de
mi prima Isabel. Fuera se oía la lluvia
azotando los cristales, y el viento que pasaba
en ráfagas sobre el jardín
misterioso y oscuro
22
En el fondo de la chimenea
brillaban los rubíes de la brasa,
y de tiempo en tiempo
una llama alegre y ligera
pasaba corriendo sobre ellos.
Concha e Isabel, para no despertar a
las niñas, continuaban hablando en voz baja.
Al verse después de tanto
tiempo, las dos volvían los ojos al
pasado y recordaban cosas lejanas.
Era un largo y susurrador comento
acerca de la olvidada y luenga parentela.
Hablaban de las tías devotas, viejas
y achacosas, de aquella pobre Condesa de
Cela, enamorada locamente de un estudiante.

Sonata de otoño, Ramón del Valle-lnclán


Ejercicio para ejercitar el ritmo con tres puntos de
fijación
Emprendí mi viaje, a Rusia, partiendo de mi casa en mitad
del invierno puesto que deduje, de manera absolutamente
cierta, que las heladas y las nieves habrían de
arreglar los caminos por las regiones nórdicas de
Alemania, Polina, Curlandia y Livonia; las cuales,
según las descripciones de todos los viajeros, son casi más
miserables que los caminos hacia el Templo de la
Virtud; y, finalmente, porque estas mejoras serían hechas sin
gastos extraordinarios por parte de ilustrísimos y magnánimos
gobiernos regionales. Viajé a caballo, lo cual, siempre que
existan buenas relaciones entre jamelgo y jinete, es la
manera más cómoda de viajar; pues ni se corre entonces
el riesgo de tener un affaire d'honneur con el primer
amable administrador de postas alemán ni de ser llevado de
tasca en tasca por el sedimento postillón de turno. Iba tan
sólo ligeramente ataviado, cosa que encontré
23
bastante desagradable cuanto más avanzaba el nordeste.
Fácil es de imaginar cómo habría de sentirse, con un tiempo tan
duro y bajo el más crudo de los climas, un pobre hombre, ya
viejo, que se hallaba perdido en una desértica campiña polaca,
azotada por los vientos del nordeste, desamparado y tiritante, y
que apenas tenía algo con que cubrir sus desnudas vergüenzas.
El pobre diablo me partía el corazón. Le arrojé mi abrigo de viaje,
pese a que inmediatamente se me heló la sangre en las venas. Y,
de repente, retumbó una voz en los cielos, que, haciendo especial
hincapié en tal obra de caridad, me gritó: «¡Que todos los diablos
me lleven, hijo mío, si tu acción quedara sin recompensa!»

Las aventuras del barón de Münchhausen, Gottfried A. Bürger


3.4 Evitar la regresión
Muchos lectores lentos tienen una costumbre muy perjudicial
que impide agilizar la lectura: constantemente vuelven atrás, a
repasar lo que ya han leído.

Muchas veces, la causa de esa vuelta atrás es la complejidad del


texto, sobre todo en libros técnicos o especializados. En estos
casos es aceptable, incluso recomendada, con el fin de aclarar
los conceptos confusos o equívocos que nos hacen perder la
comprensión general. Sin embargo, a veces es mejor seguir
adelante para ver si con el contexto nos quedan más claros. Si
no es así, debemos retroceder.

Al lector lento hay que añadir el lector excesivamente cauteloso,


que por miedo a perder algún detalle importante, relee una y
otra vez las frases, volviendo atrás constantemente. Lea el
siguiente texto y marque con una cruz donde sienta deseos de
releer, ya sea por una palabra difícil, por un error de
interpretación o por el simple impulso de retroceder. Luego,
cuente las cruces y repita la operación cada dos o tres días –con
otros textos de aproximadamente la misma extensión-,
intentando que cada vez haya menos cruces al margen.
24
Ejercicio para controlar los impulsos de regresión
La facilidad para los idiomas

Cualquier niño aprende correctamente, de pequeño, cuantos


idiomas hablan familiares o amigos a su alrededor; y los
aprende con el acento exacto con que los ha oído.

También los mayores pueden aprender varios idiomas, si se lo


proponen y les dedican el tiempo suficiente. Y quienes se
dedican especialmente a aprender lenguas, llegan a conocer una
decena sin demasiada alharaca. Ahí está, por ejemplo, L.
Zamenhof, el inventor de la lengua auxiliar «Esperanto», que
conocía veintitrés. Pero los mayores somos incapaces de
aprender a reproducir los acentos que oímos. Estoy seguro de
que cuando Zamenhof hablaba español, con sólo oírle decir
«¡Ah!» se sabía que era polaco de nacimiento.

La capacidad de aprender idiomas, por lo tanto, se mantiene a


lo largo de toda la vida, y la educación sirve para aumentarla; lo
único que se pierde es la posibilidad de pronunciarlos como los
nativos.

No es difícil comprender por qué la técnica de pronunciar bien


un idioma extraño no está a nuestro alcance: porque es,
precisamente, una técnica. No tiene nada de misterioso en sí
misma: hay que poner los músculos de la boca de cierta manera
y repetir lo que se oye. No podemos hacerlo, por la misma razón
que no podemos patinar sobre hielo ni hacer danzas rusas con
gracia natural, si nuestros músculos no aprendieron de
pequeños. [...]

En cambio, la capacidad de aprender algo que solamente


requiere razonamiento, memoria o voluntad, se mantiene toda
la vida –a poco que uno se ocupe de mantenerla en
funcionamiento- y, por el mismo hecho de ejercitarla, resulta
cada vez más fácil. Siempre que se trate de aumentar
25
conocimientos que ya se poseen. Cuando Zamenhof sabía cinco
lenguas, ya había encontrado entre ellas muchas cosas básicas
que les eran comunes. Y sobre esa base se puso a estudiar
nuevas lenguas, relacionadas con las que ya sabía; el esfuerzo
de asimilación era incomparablemente menor que empezando
de cero.

Cualquier persona que haya adquirido de joven una buena base


–digamos en matemáticas o física- puede seguir estudiando y
aprendiendo todas las matemáticas o física que le dé la gana,
pues sólo se tratará de ir atando cabos que quedaban sueltos.
Pero en cuanto meta la nariz en temas que requieren una base
distinta –como bioquímica o geología- se encontrará con muros
difíciles de escalar.

La imaginación razonada, Fidel A. Alsina


3.5 Eliminar la subvocalización
La subvocalización consiste en pronunciar las palabras
silenciosamente mientras se lee. Normalmente es un acto
inconsciente y tiene su origen en el aprendizaje de la lectura
durante la infancia. Nos enseñaron a leer en voz alta, y se
olvidaron de enseñarnos a hacerlo en silencio. Basta una
pequeña vibración de la garganta o unos involuntarios
movimientos de la lengua para demostrar que se subvocaliza; a
veces basta con vocalizar mentalmente.

Este pequeño defecto reduce sobremanera la agilidad de la


lectura, no sólo por el tiempo perdido pronunciando las
palabras, sino porque los ojos se adaptan a la velocidad de la
vocalización y se mueven cuatro veces más lentos que si leyeran
en silencio.

Ya hemos visto que no es necesario deletrear las palabras para


entenderlas, puesto que la palabra es un símbolo que equivale a
un concepto, y nuestra mente piensa en el concepto en cuanto
26
ve ese conjunto de letras. Sólo hay que mirar la palabra y «ver»
el concepto con la imaginación. Tampoco es necesario imaginar
el concepto de cada palabra por separado, sino que se deben ver
los grupos de palabras como un todo que significa algo: lo que
el autor pretende decirnos.

Cuando usted va conduciendo por una carretera y ve una señal


de tráfico con un triángulo rojo y blanco invertido, no se dice a
sí mismo: «Atención, peligro, tengo que ceder el paso a quien
esté cruzando».No, usted no necesita expresarlo con palabras,
sabe exactamente lo que significa, conoce el concepto sin
pronunciar una sola palabra. Eso es lo que debe hacer en la
lectura. Capte la esencia de la frase sin leer letra por letra y
palabra por palabra.

La forma más eficaz para saber si subvocaliza es colocarse el


dedo índice y el pulgar en la garganta mientras lee.
Compruébelo con las siguientes frases.
Ejercicio para comprobar la existencia de
subvocalización
Volando volando, el bello velo voló por el violento viento; vuela,
vuela, bello velo, vuela veloz que la abuela vela por ti.

Qué barbaridad de barbas tenía el verdadero barbero de


Barbastro.

Tres tristes tigres comían trigo en un trigal, un tigre trigo, otro


un trago y otro de tergal.

Qué gozada de zarzas de zarzamora hay en Zaragoza y en


Zarauz.

Francamente, es el triunfo de la trufa frente a la fruta.

27
3.6 Establecer los objetivos
Se trata de responder a las preguntas: ¿qué necesito leer?, ¿por
qué voy a leer este texto?, ¿qué espero de él?, ¿qué haré con la
información que me ofrezca?, ¿me va a ser realmente útil esa
información?, ¿me resultará sencillo leerlo o será una lectura
complicada? Los objetivos debe establecerlos usted, según sus
necesidades.

Una vez ha realizado el examen previo, crearse expectativas con


respecto a la información que va a empezar a leer es
sumamente importante. Si medita sobre lo que espera
encontrar o conseguir de esa lectura y luego compara sus
previsiones con la realidad, la experiencia adquirida le servirá
de gran ayuda a la hora de volver a enfrentarse a un texto
desconocido. De esa manera, no perderá tiempo en lecturas
inútiles que no le habrán servido para nada.
3.7 Realizar un examen previo
Cuando el texto es complejo o sólo le sirve como herramienta
de estudio para preparar un examen o trabajo concreto, no
debe abrir la primera página y ponerse a leer, sino que ha de
realizar una inspección previa del contenido. Para ello, siga los
siguientes pasos:

 Lea el título y los subtítulos, que le darán una información


muy general sobre el contenido. Normalmente, el título
coincide con el tema del libro y le dará una idea de la
posición del autor frente a ese tema. Por ejemplo, «Adolf, el
gran dictador» es diferente de «Adolf, el salvador de
Europa».

 Recuerde todo lo que sepa sobre el autor, si ha leído alguna


obra anterior o a qué movimiento ideológico o artístico
pertenece. Le ayudará a conocer su punto de vista antes de
abrir el libro.
28
 Lea la contraportada y la información de las solapas.

 Eche un vistazo a los esquemas, dibujos y gráficos.

 Lea por encima también la introducción y la conclusión.

 Examine el índice.

 Hojee la bibliografía. Pero no pierda mucho tiempo en ello.

Después de estas operaciones ya tendrá una idea bastante


aproximada del contenido del libro, de su forma de expresión y
de si contiene algo que le interesa realmente.

Marque en el índice lo que le interesa y lea solamente lo que


despierte su interés. Es una forma excelente de seleccionar la
lectura que necesita, aunque le recomendamos que si debe leer
un capítulo hojee el anterior y el posterior para tener una
mayor visión de conjunto. Así tendrá una idea de lo que puede
tardar en leerlo y de su grado de difi- cultad.

En este caso, le conviene realizar un examen previo de ese


capítulo, de manera que leyendo sólo el primero y el último
párrafo y hojeando las páginas con el movimiento en S de la
mano (que le vamos a enseñar a continuación) pueda saber de
qué está hablando y prepararse para la lectura.
3.8 Practicar el movimiento en S
Este gesto, como el del dedo subrayando las frases, puede
parecer poco eficaz, pero es una manera muy útil de realizar el
examen previo de un texto.

Se trata de deslizar el dedo índice de forma serpenteante a


través de la hoja, comenzando por la última palabra de la
primera línea (a la derecha de la página) y siguiendo con un
29
movimiento en S continuo, más amplio o más estrecho y más
rápido o más lento, según el tipo de lectura previa que esté
haciendo. No consiste en leer –sería muy difícil cuando el
movimiento va en sentido contrario de la lectura-, sino en mirar
las frases por encima para que ciertas palabras o expresiones
queden grabadas en la memoria.

El hecho de empezar el movimiento a la derecha de la hoja es


fundamental para evitar la tendencia irresistible que se tiene en
las primeras prácticas a leer la primera línea. Haciéndolo al
revés, se evita leer y se tiende a «ver» la página.

Si desea sólo «echar un vistazo al material», realice un


movimiento ancho y abierto, con dos eses rápidas por página.
Si, por el contrario, quiere observar un poco más atentamente
el texto, sus eses deben ser más numerosas y rápidas, todas las
que necesite para una página.

Una vez haya realizado esta pseudolectura, escriba en un papel


las palabras, números o nombres que recuerde para
contabilizar su nivel de comprensión. A medida que ejercite
estas prácticas, su lista de palabras irá creciendo.
3.9 Buscar palabras clave
Localizar una palabra en un texto de consulta resulta muy útil.
No necesita leer todo el capítulo para encontrar información
sobre un tema concreto. Su vista sabe, como si se tratara de un
instinto, qué palabras son importantes.

Deslice su vista sobre una página, sin leer, sólo mirando las
palabras, y le llegarán al cerebro términos que responden a su
demanda de información, palabras que le darán las pistas
inequívocas del contenido del texto. Su cerebro,
inconscientemente, las está buscando y las reconoce en cuanto
las ve, como un rostro conocido entre la multitud.

30
Ejercicio para localizar palabras clave
Este ejercicio debe hacerlo muy rápidamente, casi sin pensar.
Cuente números mentalmente, mientras encuentra el término
clave, en mayúsculas, en la lista de palabras que le proponemos
en cada caso. No lea las palabras, procure encontrar la que
busca de un solo golpe de vista.

PRESENCIA: favorito, atañe, maduro, indias, antropomórfico,


transforma, sensación, universales, separación, presencia,
ávida, opuestos, vejiga, someter, incrédulo, sofisticado,
morboso, enjuiciado, presente.

DENTADURA: semana, grafismo, bueno, vegetariano,


micrófono, sobremesa, acentuación, guardabarrera,
consultorio, dentadura, federación, logrado, profesor,
motivado.

ESTUDIANTE: sensatez, amor, orador, bueno, expresión,


auditorio, médico, juventud, abrelatas, estudiado, fueguino,
proyecto, mansión, piscina, amargo, pero, frecuencia,
estudiante.

LLOVIZNA: final, permanencia, grata, origen, lamento, lluvia,


grafismo, temperatura, llovizna, generacional, depresión,
optimismo, fijaciones, montaña, blanco, lectura, intensidad,
oposición.

VIGILIA: incómodo, estornudo, pañuelo, proyectista,


frecuencia, básico, corporación, industrial, vigilante, color,
gustativo, existe, emociones, argumento, retina, vigilia,
intensamente, buen.
3.10 Cambiar de velocidad
No hay que leer todo el texto a la misma velocidad. Conviene
leer los párrafos sencillos con rapidez, obviando los detalles y

31
las redundancias, mientras que los contenidos complejos y
confusos requieren un ritmo más lento porque nuestro cerebro
necesita más tiempo para procesar la información.

Le proponemos hacer el siguiente ejercicio: puede realizarlo


con cualquier texto, aunque será más efectivo un tema
informativo que uno literario. Necesitará la ayuda de un
compañero o amigo. Siéntese ante el libro y encargue a su
amigo que realice una señal acústica cada 5 segundos. Usted
deberá hacer una ligera marca, con un lápiz, cada vez que
escuche la señal. Luego repase el texto, observando
detenidamente los tramos y número de palabras que ha leído
cada S segundos.

Si todos los tramos son aproximadamente iguales, lo está


haciendo mal. Ha leído todo el texto a la misma velocidad, tanto
los detalles como las frases importantes. Pero se trata
precisamente de evitar esta costumbre, adaptando su velocidad
a la importancia de lo que se está leyendo en cada ocasión.

Si sus tramos de texto leído varían, de forma que los conceptos


interesantes contienen muchas marcas y los sencillos o
accesorios pocas, está usted leyendo correctamente.
3.11 Acelerar progresivamente
Aun sin tener en cuenta la complejidad de un texto, la velocidad
a la que hemos de leerlo se puede comparar a la conducción de
un coche. Cuando un conductor pone en marcha su vehículo,
utiliza en primer lugar una marcha corta y a medida que acelera
va utilizando marchas más largas; durante el trayecto frena o
acelera según le indiquen las señales y el trazado, y cuando se
aproxima al final reduce gradualmente la velocidad hasta parar
del todo.

El ritmo de lectura ha de ser análogo al comportamiento del


conductor. Comience el texto tranquilamente y empiece a
32
acelerar progresivamente hasta que encuentre una señal que le
indique que ese punto es importante. De hecho, muchos
autores lo señalan con negritas, cursivas o entrecomillado, o
bien con expresiones como «resumiendo», «en conclusión»,
«lo importante es», etc. Entonces desacelere y vuelva a coger
velocidad en los tramos sencillos o llenos de detalles.

A medida que vaya avanzando en el texto se irá familiarizando


con las ideas y la forma de expresarse del autor, por lo que sus
paradas y desaceleraciones se irán haciendo más escasas. Sin
embargo, al final del texto debe frenar de nuevo, pues la
conclusión es importante y ha de comprenderla bien.
3.12 Utilizar el dedo como guía
Podría parecer que usar el dedo como indicador es infantil,
pero no lo es en absoluto.

Los ojos, en la barrida de retorno que efectúan para pasar a la


siguiente línea, tienden a despistarse y a perderse por la página.
Hasta que no tenga la vista entrenada, es absolutamente
recomendable que siga las líneas con el dedo índice,
subrayándolas con una línea imaginaria de izquierda a derecha.
Sólo un dato que le hará comprender la importancia de hacer
los cambíos de línea señalando con el índice: un lector normal
pierde el 20 % de su tiempo de lectura en barridas de retorno
para pasar a la siguiente línea. Es decir, de cada 5 minutos que
dedica a leer, uno lo pierde en el regreso al principio de cada
línea.

Para evitarlo, utilice el dedo índice para pasar rápidamente del


final de un renglón al principio del siguiente con soltura y
rapidez, obligando a sus ojos a dirigirse al lugar correcto, sin
divagaciones que le hagan perder el tiempo.

Y si, además, mueve el dedo índice con mayor rapidez de lo que


lo harían sus ojos sin tener ese apoyo, podrá ir incluso más
33
deprisa, obligando a su vista a seguir la guía al ritmo que ésta le
marque. Es una ayuda inestimable, que podrá ir abandonando
poco a poco a medida que su vista esté entrenada para efectuar
una lectura rápida.

34
4 La tecnica de la lectura selectiva
Leer linealmente un texto de principio a fin es la forma de
lectura que nos han enseñado desde la infancia, pero hay otras
técnicas de lectura que pueden resultar mucho más prácticas.

En ocasiones, es necesario leer íntegramente todas las páginas


de un texto. Puede tratarse de un texto profesional, de estudio o
de ficción, en los que debe conocer todos los detalles,
importantes o no, para luego redactar un informe, hacer un
trabajo de clase o simplemente disfrutar de la lectura de una
buena novela.

En estas ocasiones, no tiene otro remedio que leer de forma


convencional, de la primera a la última página. Por supuesto, le
servirán todos los conocimientos que ha adquirido para leer
rápidamente, pero no podrá utilizar la técnica que le
proponemos a continuación, y que se basa en leer el menor
número de palabras comprendiendo perfectamente el texto.
4.1 Ampliar el ángulo de visión vertical
Ya hemos hablado del abanico de visión en el capítulo anterior,
pero la vista puede entrenarse también para ampliar ese ángulo
hacia arriba y hacia abajo, en vertical.

Si efectuamos una lectura completa, ya sea para disfrutar de la


literatura o por la dificultad del texto, nuestros ojos sólo leerán
en horizontal. Pero si realizamos una lectura selectiva, nuestra
vista se desplazará también en sentido vertical.

A continuación, le proponemos unos ejercicios para que se


acostumbre a leer las palabras en sentido vertical de un solo
golpe de vista. Para realizarlos deberá concentrar su vista en la
línea central, cerrar los ojos, esperar unos segundos y volverlos
a abrir con la misma fijación, sin moverlos, intentando captar,
de un solo vistazo, primero las letras y luego las palabras
35
superior e inferior. Lo ideal es que cuente con un compañero
que vigile sus ojos mientras hace los ejercicios, así podrá
comprobar si sus ojos se mueven o no.
Ejercicio para entrenar la vista en sentido vertical
Fije su vista en las letras centrales, cierre los ojos y ábralos
volviendo a la misma letra, pero procurando ver también las
letras de encima y de debajo.

p c t n
e o i a
-r- -s- -m- -d-
r a ó i
o s n e

Si su vista ya está entrenada para este ejercicio, pase al


siguiente, esta vez con palabras. Cuando abra los ojos intente
englobar de un vistazo las palabras adyacentes.

Voz mus ten


-veloz- -melón- -tizón-
Voy mío tos

la ra ce
lío río cae
libre rincón cocido
-libertad- -reconocer- -confundir-
liebre roncar calcado
luz ras con
le re co

pe co pa
pis car pío
perro carro pesos
pútrido correr pendón
podridos corrientes pendencia
36
-putrefacción- -contracorriente-.-pendenciero-
parquedad contrarios perversos
parque contras pilastra
parco caldo pilón
par con pin
pa ce pe
4.2 Encontrar la idea principal
Es obvio que si encontramos la idea principal de un texto
rápidamente, nuestro tiempo de lectura se verá reducido,
porque no será necesario entretenerse con detalles y
comentarios que no dicen nada concluyente. No es necesario
«leer» las palabras, basta con mirarlas, buscando la frase que
posea la pista clave que nos llevará a la idea principal.

Puede practicar las siguientes técnicas:

 Lectura en S, de la que ya hemos hablado.

 Leyendo el principio de cada línea, o bien el final; sólo unas


palabras.

 Lectura en diagonal, empezando arriba a la izquierda y


terminando abajo a la derecha.

 Leer el principio de cada párrafo y abandonarlo si no es


importante.

Conocer el estilo del autor también es una ayuda inestimable


para leer con agilidad un texto nuevo. Más adelante volveremos
sobre ello.
4.3 Leer con especial atención las frases clave
La lectura selectiva se basa en encontrar las frases clave de un
texto. Cuando dé con una de estas frases cargadas de sentido,

37
tómeselo con calma, léala tranquilamente, compréndala bien,
sin prisa pero sin pausa. En estos casos, incluso se puede
permitir volver sobre ella.

Esto le será muy fácil si la lectura le interesa especialmente. Sin


embargo, cuando ha de leer sobre un tema que no le resulta
especialmente interesante, ese ejercicio es mucho más difícil.
Debe esforzarse en seleccionar el texto como si se tratara de un
tema fascinante para usted. Se trata precisamente de que actúe
como un aficionado a ese tema concreto, desechando los
párrafos que no le aporten nada nuevo y leyendo atentamente
los que tengan una carga de significado atrayente para su
objetivo.
4.4 Evitar las particularidades
El autor de un texto va intercalando ideas importantes entre
una nube de frases ligeras, que ha- cen más accesible y fácil la
lectura. En ocasiones son enlaces entre ideas importantes y
otras veces comentarios, más o menos relacionados con el tema
central. También existen locuciones que simplemente adornan
el texto para hacerlo más ameno y llevadero. Estas frases hacen
que la mente del lector se tome un respiro y no trabaje siempre
tratando de comprender conceptos fundamentales, a veces
complejos. Sin embargo, esa relajación es peligrosa ya que, en
ocasiones, el pensamiento se evade del texto por falta de
atención o concentración y resulta difícil hacerlo volver.

Pero no piense que por realizar esta técnica de la lectura


selectiva estamos perdiendo comprensión. Al contrario, muchas
veces los datos accesorios nos hacen perder la perspectiva. Ya
tendrá tiempo de volver sobre ellos en otro momento, si
realmente le interesan. Practique y establezca su propio criterio
en cuanto a la mayor o menor importancia de los detalles. Al fin
y al cabo, lo que es valioso para usted, puede no serlo para otro,
y viceversa.

38
Sin embargo, también se puede dar el caso de que el texto sea
tan denso y esté tan concentrado, que las distracciones sean
prácticamente inexistentes. Suele ocurrir en textos periodísticos
escuetos o manuales prácticos que van al grano en todos sus
párrafos. Los identificará inmediatamente y, en este caso, su
lectura debe ser íntegra para poder asimilar todos los
conceptos.

Proponemos a continuación un texto muy apropiado para


eliminar mentalmente las palabras superfluas y leer sólo las que
tienen una carga real de contenido. Al principio aparecen
subrayadas las palabras importantes, luego será usted quien
deberá hacerlo.
Ejercicio para evitar la redundancia
El arte y la obra de arte
Las breves definiciones de arte que figuran en los diccionarios
al uso como «la actividad manual creadora del hombre», «el
trabajo realizado según ciertas normas», «el conjunto de reglas
para hacer una cosa» o la más escolástica de «todo empleo de la
actividad humana en vista de algún determinado fin y usando
los medios a éste conducentes» resultan muy poco explicativas
para conocer la materia que nos ocupa.

En un sentido amplio, el arte es la actividad de nuestro ser


mediante la cual se da forma material a lo concebido por el
espíritu, así como también el conjunto de medios de que nos
valemos para lograrlo. El arte se extiende, pues, tanto a la
reutilización material que se halla ligada a la utilidad para
satisfacer las necesidades físicas, como también a las que se
dirigen en particular a la satisfacción del espíritu. A la primera
modalidad se le suele dar el nombre de técnicas o, mejor, de
artes mecánicas u oficios: a la segunda, el de Arte con
mayúscula, el de Bellas Artes. Los que practican las primeras
son los artesanos; los que lo hacen con las segundas son los
artistas.
39
Se alcanza así la acepción más restringida del arte como
limitado a la creación de formas, objetos o estructuras dotados
de belleza o de contenido expresivo de significación estética.
Llegamos, pues, a las Bellas Artes y entramos en la órbita de la
Estética.

Tradicionalmente, han sido aceptadas como tales Bellas Artes la


Arquitectura, la Escultura, la Pintura, la Música y la Poesía;
luego se les agregó la Danza y, más recientemente, el Cine. Pero
nuestro campo de estudio es mucho más reducido, ya que
hemos de dejar a un lado las manifestaciones no visuales –la
Poesía, arte de la palabra- y las basadas en el ritmo y en el
movimiento –la Danza-, para limitarnos a las artes visuales y
sonoras, es decir, aquellas cuyo medio de expresión son las
formas, los colores o los sonidos como elementos perceptibles
por la vista, el tacto o el oído.

Historia del Arte, Francisco Portela

40
5 Mejorar la concentración
Un ambiente adecuado y la concentración suficiente pueden
hacernos multiplicar por dos nuestro ritmo de lectura. Sin
embargo, un ambiente distraído y una mente voluble
producirán el efecto contrario.

Nuestro cerebro se distrae con facilidad y por eso debemos


evitar estímulos que nos impidan una buena concentración,
tanto físicos –a través de los sentidos- como intelectuales –a
través de la atención.

Si practica todas las técnicas de lectura rápida, conseguirá una


profunda concentración. Estos métodos son muy activos,
requieren de la plena atención del lector, que se implica en el
hecho de leer y no se distrae tan fácilmente. Además, si va
cambiando de técnica, y por tanto, de ritmo –primero, examen
preliminar, luego lectura selectiva, lectura rápida integral,
lectura lenta ...-, su concentración será aún más intensa porque
su mente no se fatigará al no repetir constantemente el mismo
método.

Para comprobar si su concentración es la adecuada, le


proponemos un ejercicio práctico.
Ejercicio para medir la concentración
Rápida y rítmicamente, tache todas las letras «o», las letras «a»
y las letras «r» del siguiente texto. Al final, contabilice el
número de letras correctamente tachadas, las que ha eliminado
incorrectamente y las que ha olvidado marcar. Si estas últimas
son muy numerosas, usted necesíta una concentración más
intensa, se distrae con facilídad.

La inauguración
El sol estaba a punto de desaparecer tras las colinas que limitan
la vista hacia el oeste. El tiempo era magnífico. En la parte
41
opuesta, por encima del mar donde el noroeste y el este
confundíanse con el cielo, unas nubecillas refletában los
últimos rayos del sol poniente, que no tardarían ya en
desaparecer entre las sombras del crepúsculo, bastante
duradero en el grado cincuenta y cinco del hemisferio austral.

Cuando ya sólo se divisaba un pequeño arco del disco solar,


oyóse un cañonazo a bordo del navío «Santa Fe», mientras la
bandera de la República Argentina, tremolando bajo la brisa,
era izada en la botavara.

En aquel mismo instante resplandeció una luz vivísima en lo


alto del faro, construido a tiro de fusil en la parte posterior de la
bahía de Elgor, donde había fondeado el «Santa Fe». Dos de los
tres torreros, los obreros reunidos en la playa y la tripulación
concentrada en la proa del buque saludaron con grandes
aclamaciones la primera luz que se encendía en aquella lejana
costa.

Retumbaron otros dos cañonazos, disparados desde la costa,


despertando los ruidosos ecos vecinos. Se abrió el pabellón
como ordena el reglamento de los buques de guerra e hízose de
nuevo el silencio en aquella isla, llamada de los Estados, situada
en la confluencia del Atlántico y el Pacífico.

El faro del fin del mundo, Julio Verne


5.1 La vista
Si nota que sus ojos se fatigan enseguida o le duele la cabeza
cuando lee, consulte con un oftalmólogo, quizá tenga un
pequeño defecto visual y no lo haya detectado hasta ahora.

Si, a pesar de ello, su vista se cansa en el proceso de lectura, un


gesto tan sencillo como eficaz le ayudará a descansar los ojos.
Cuando note picor o fatiga tápese ambos ojos con las palmas de
las manos y manténgalas así unos segundos. Al principio verá
42
una serie de destellos, pero luego se tornará todo negro.
Después de ese tiempo, vuelva a la página y comprobará cómo
sus ojos están mucho más frescos.

En caso de que el agotamiento ocular sea muy intenso, deje de


leer y descanse; no es bueno forzar la vista.
5.2 La actitud
Una actitud negativa ante el objeto de la lectura menoscabaría
intensamente su concentración y el aprovechamiento práctico
de su trabajo. Puede ocurrir que el tema no le interese en
absoluto o que no le apetezca enfrentarse a él, pero se han de
dejar a un lado estos pensamientos y mentalizarse de que ese
trabajo debe hacerse y que nadie excepto usted puede hacerlo.

Quizá hablar con una persona que esté realmente interesada en


el tema, como un compañero o un amigo, le ayude a
entusiasmarse un poco más por la materia. El interés se
contagia.

Leer en un lugar adecuado, donde se sienta relajado, le ayudará


también a que su actitud sea más positiva.
5.3 La fatiga mental
Si su mente se cansa fácilmente, pruebe a ir cambiando de
materia cada cierto tiempo. Los cambios de ritmo también son
muy beneficiosos, así como realizar pequeños descansos
periódicos. Lo más recomendable es leer concentrado durante
50 minutos y descansar los 10 siguientes. Esos 50 minutos
serán tiempo suficiente para mantener la concentración y los
restantes 10 bastarán para relajar la mente, pero sin
desconectar del todo con el tema.

43
6 Mejorar la comprensión
La velocidad no está en absoluto reñida con la comprensión.
Muchas veces, como ya hemos mencionado, se comprende
mejor un texto si se lee rápidamente o se hace lectura selectiva,
puesto que se tiene una mejor visión de conjunto y la memoria
no se malgasta en detalles insignificantes.

Sin embargo, ciertos hábitos o carencias hacen de la lectura un


acto mecánico, en el que se retiene muy poco de lo leído. La
falta de concentración, como acabamos de ver, es una de las
causas que impiden una buena percepción de los conceptos.

Solventado este problema, se plantean otros no menos


importantes: saber leer correctamente los signos de
puntuación, comprender todas las palabras que conforman el
texto; familiarizarse con el estilo del autor o hacer un examen
preliminar del texto.
6.1 Los signos de puntuación
Una lectura comprensiva debe empezar por una lectura
correcta. Los signos de puntuación son las señales de tráfico
que le muestran dónde debe detenerse, dónde aparcar o dónde
estar alerta. Si no obedece correctamente esas señales, será
muy difícil realizar una buena conducción.

En el texto ocurre lo mismo. Los signos de puntuación le


indican la duración de las pausas, quién habla, si es una
pregunta o una exclamación, o si pasamos a un tema diferente.
Son marcas indicativas concretas que, si son mal entendidas,
pueden llevarnos a comprender el texto o a entenderlo de
manera equivocada.

Repasemos en este apartado el significado de cada signo con un


ejemplo respectivo para cada uno de ellos:

44
 El punto: hay tres tipos, el punto y seguido, que sirve para
separar las frases de contenido relacionado dentro del
mismo párrafo; el punto y aparte, que separa párrafos e
indica un cambio de tema o de enfoque y el punto final.

El caballo relinchó. Ya estaba agotado. Y nos fuimos a


la cama.
Al día siguiente, Marta se encontraba mucho mejor.
Y del lobo feroz, nunca más se supo.

 La coma: indica una pausa breve dentro de la frase, separa


los términos de una enumeración, oraciones subordinadas,
incisos explicativos, complementos oracionales, etc.

Cogió la maza, se agachó y empezó a golpear la chapa.


Éramos cuatro: José Julio, Siscu y yo.
Ella, que no era muy lista, no supo qué decir. Dime,
cariño, ¿te ha molestado?

 Punto y coma: tiene un valor intermedio entre los dos


anteriores, muy parecido al del punto y seguido.

Están encantados; o, al menos, eso es lo que dicen.

 Dos puntos: indican que lo que sigue es una enumeración,


una cita o una conclusión.

La granja tenía: gallinas, patos, conejos y burros.


Y, al llegar, dijo: «Ya estoy aquí».
En efecto: si pinzamos el cable, la corriente no pasa.

 Puntos suspensivos: indican que un enunciado no está


completo, equivale a etcétera y en los diálogos expresa
vacilación.

A caballo regalado...
45
En la convención había afroamericanos, orientales,
sudamericanos...
Yo... Estoy confuso, no sé cómo reaccionar.

 Interrogación: se utiliza para expresar una pregunta o


una duda

¿Cuántos tienes?
¿No será por mí?

 Admiración: se utiliza en oraciones exclamativas, a veces


con sentido irónico, y en interjecciones.

¡Cuántos peces!
¡Claro, como es tan listo...!
¡Ostras!

 Paréntesis: sirven para separar del resto de la frase una


aclaración, un dato o una observación.

Aquel sitio (no era la primera vez que iba) era un


antro ruidoso y oscuro.
La Guerra Civil (1936-1939)
Todos ellos (eran trece) vestían de negro.

 Corchetes: sirven para introducir un nuevo paréntesis


dentro del primero, una aclaración dentro de una cita
textual y para indicar en una cita que se ha suprimido parte
del texto.

[(3 + 9)- 7] = 5
«Érase una vez [todos los cuentos empiezan así], en un
país lejano...»
«En un lugar [...] de cuyo nombre no quiero
acordarme...»

46
 Comillas: sirven para enmarcar una cita textual, un
sobrenombre, llamar la atención de una palabra, etc.

«Nunca he dicho tal cosa», aseguró el general.


Diego Armando Maradona, el «Pelusa».
«Tu madre» y no la mía es la que ha dicho que no
fuéramos.

 Guión largo: sirve para delimitar incisos, aclaraciones en


los diálogos e intervenciones de los personajes en las
novelas.

Busca el lado positivo –decía siempre mi padre.


 Me niego.
 No puedes negarte.

 Guión corto: sirve para dividir una palabra al final de un


renglón y separar palabras compuestas y enumeraciones
correlativas o fechas.

Si alguna vez has deseado estar en otra parte, pue-


des comprender lo que siento.
Coyuntura económico-social.
Cervantes (1547-1616).

Como ejemplo ilustrativo, ya clásico, de la importancia de estos


signos, sirva esta frase sin puntuación y, a continuación, dos
formas diferentes de colocarla, con lo que el significado es
totalmente distinto.

A la derecha no a la izquierda
A la derecha, no a la izquierda.
A la derecha no, a la izquierda.

47
6.2 Ampliar vocabulario
Las palabras son los componentes principales de un texto, por
lo tanto, si se desconocen varios de esos componentes la
comprensión global del texto es realmente compleja.

En caso de textos con términos especialmente difíciles, lo más


eficaz es apuntarlos en un papel aparte para buscarlos luego en
el diccionario. También en este caso utilizar tarjetas es muy útil.
Escriba en uno de sus lados la palabra que no conoce y en el
otro apunte el significado.
6.3 Conocer el estilo del autor
La mayoría de los autores modernos siguen el mismo esquema
de disertación. En cada capítulo, el primer párrafo lo dedican a
exponer la idea principal y en el último realizan un resumen o
conclusión. En este caso, bastará con leer ambos párrafos.

Sin embargo, en muchos textos, sobre todo antiguos, sucede lo


contrario. Incluso, en el siglo XVIII, era de mal gusto exponer la
idea más importante enseguida, por lo que los escritos
divagaban en torno a la idea hasta bien entrado el texto.

Por ello podemos decir que los autores utilizan varios métodos
para expresar su pensamiento:

 El inductivo, que empieza en lo particular y termina


exponiendo la idea general.

 El deductivo, que comienza ofreciendo la idea general para


realizar un análisis previo y después pasa a pormenorizada.

 El combinado, que mezcla el inductivo y el deductivo, es


decir, expone la idea, la demuestra y vuelve de nuevo a ella
al final.

48
En la mayoría de los textos, generalmente, el autor nos da
muchas pistas de qué es lo fundamental.

Un autor será más dado a señalar las palabras o frases


importantes en cursiva o negrita, mientras que otro lo hará
mediante recuadros o pies de foto.

Una ayuda imprescindible consiste en observar cómo el autor


comienza una frase o un párrafo:

 Si empieza diciendo «En primer lugar» y encontramos más


adelante «a continuación», sabremos dónde hay dos ideas
importantes.

 Si empieza diciendo «En primer lugar», dice más adelante


«en segundo lugar» y acaba con un «y por último»,
tendremos tres ideas clave sin buscar excesivamente.

 Si al empezar un párrafo leemos «Por ejemplo», ya


podemos obviarlo, a no ser que nos interesen
especialmente los ejemplos.

 Si el autor abre el párrafo con un «Sin embargo», «Por el


contrario», o «En contraposición», le ofrece la certeza de
que ese párrafo es importante. Contendrá una idea que se
opone a la principal y debemos conocerla.

Por otra parte, cada autor tiene un estilo propio a la hora de


repartir la información en los párrafos. Muchas veces los
párrafos largos contienen ideas importantes, pero a menudo
están rodeadas de excesivos comentarios; en cambio, los
párrafos cortos suelen ofrecernos las ideas concisas, sin
elementos innecesarios.

Por todo ello, es importante prestar atención a cómo el autor


reparte sus pensamientos por el texto. Si sigue un orden lógico
49
o cronológico, si se pierde en detalles o va al grano, si utiliza los
párrafos largos para los ejemplos y los detalles, o para
desarrollar y oponer las ideas clave o, por el contrario, sus
principales conclusiones se hallan en frases cortas y escuetas al
principio, en el centro o al final de los apartados.

Todo ello es sumamente importante, pero también es


fundamental encontrar el objetivo del autor. El autor nos quiere
decir algo y no sólo es imprescindible saber qué nos dice sino
cómo quiere contárnoslo.
6.4 Realizar fichas de lectura
Las fichas de lectura son herramientas muy valiosas a la hora
de estudiar un texto ya leído. Al escribir se han de poner en
orden las ideas. Además, es un excelente instrumento
recordatorio, puesto que permite repasar lo más importante de
cada texto sin necesidad de volver a leerlo.

En una ficha de lectura deben apuntarse, además de los datos


de la obra: la idea principal, los conceptos secundarios de
interés particular, un breve apunte del estilo y un escueto
resumen del texto, así como cualquier referencia que le pueda
ser útil posteriormente.
6.5 Hacer un examen preliminar
Como ya hemos mencionado anteriormente, realizar un
examen previo del texto es fundamental para una buena
comprensión. De hecho, es imprescindible, pues nos ofrecerá la
información general necesaria para un estudio eficaz.

Para hacerlo tenemos que examinar la información a partir de


los títulos y subtítulos de los capítulos, los resaltes, los gráficos
y las fotografías con sus pies informativos, y si parece
interesante, hojear también el contenido de los capítulos
mediante la técnica de la lectura selectiva.

50
Pruebe a realizar el examen preliminar mediante la técnica de
lectura en S que ya conoce, con lo que su velocidad de lectura
será de tres a cinco veces superior a la normal. Si el texto es
complicado o confuso, puede intentar leer el primer y el último
párrafo de cada capítulo y, si la información es demasiado
densa, lea la primera frase y la última de cada párrafo y hojee el
resto con el procedimiento de la S.

El examen preliminar es una excelente base de trabajo para


ponerse a leer o estudiar un texto. Le prepara mentalmente
para la información que va a encontrar y le permite conocer las
partes que le interesan y las que descarta de entrada, por no
ajustarse a sus objetivos o demandas.
6.6 La lectura de estudio
Tras el examen preliminar, usted ya está preparado para hacer
una lectura de estudio, que consiste en valorar minuciosamente
todos los datos que se le ofrecen en el texto conforme a lo que
usted espera encontrar en él.
Utilizar el lápiz
Para comprender y recordar todo lo leído en cada momento, la
fórmula ideal es anotar la información. Las fichas de lectura son
un buen comienzo, pero la lectura de estudio requiere una
mayor precisión. Apunte todo lo que le parezca importante o
digno de ser recordado.

Una de las formas más eficaces de hacerlo es el sistema de


preguntas y respuestas. Anote en una hoja de papel la serie de
preguntas que le habrán surgido al realizar el examen
preliminar, y, mientras estudia el texto, vaya contestando por
escrito a esas preguntas. Es una buena técnica porque responde
a sus demandas concretas de información.

Otra forma de anotar los conceptos más interesantes es el


sistema jerárquico. Apunte en el lado izquierdo de una hoja de
51
papel las ideas principales; a la derecha con llaves o corchetes,
si se prefierelas secundarias; finalmente escriba los detalles y
ejemplos, de forma que el esquema vaya perdiendo importancia
de izquierda a derecha.
Anotar al margen
No es aconsejable subrayar o remarcar sobre el texto original
las frases que nos parezcan más interesantes en una primera
lectura. Sin embargo, es un acierto anotar al margen, con un
lápiz, los símbolos que hayamos inventado para señalar si es un
pasaje importante, si son ejemplos ilustrativos, ideas
secundarias, detalles interesantes, etc.

Un ejemplo podría ser:

***: apartado, idea o pasaje muy importante.


**: apartado, idea o pasaje a destacar en segundo lugar.
*: apartado, idea o pasaje interesante en menor grado.
R: resumen o conclusión.
?: dudas.
X: estoy en contra de esa hipótesis.
Ej.: ejemplo interesante.

Puede elegir los símbolos más significativos para usted, así le


será más fácil reconocerlos.

Es recomendable volver a repasar todo el texto para comprobar


que los símbolos adjudicados son correctos y para sintetizar
toda la información con una lectura más rápida de lo habitual.

52
7 Mejorar la memoria
Es evidente que si dedica varias horas a leer un texto y luego no
recuerda nada, habrá perdido usted el tiempo. Por eso es tan
importante ejercitar la memoria.

Comprender y recordar son facultades diferentes y separadas.


Es posible que usted comprenda un texto cuando lo está
leyendo pero, al día siguiente, no recuerde nada en absoluto. Lo
ideal es desarrollar ambas aptitudes al unísono.

A continuación, y a modo de introducción, dejaremos claras


algunas ideas, no siempre bien entendidas o, incluso,
tergiversadas por muchas personas. Analizaremos después,
brevemente, las fases de la memoria para pasar a ofrecerle unos
consejos realmente útiles sobre cómo potenciar el recuerdo de
lo leído a corto y a largo plazo.
7.1 Ideas erróneas
 La memoria se posee o no se posee: falso; la mala memoria
no es una enfermedad congénita. Desarrollándola y
practicando ejercicios memorísticos se puede mejorar.

 Hay fórmulas sencillas para conseguir una buena


memoria: falso; no existen métodos fáciles para
conseguirla. Es un proceso complejo, aunque no imposible.

 La gente inteligente tiene buena memoria: falso; muchas


veces es así porque las personas inteligentes entrenan
mejor su cerebro. Si una persona con menor nivel
intelectual se somete a ejercicios nemotécnicos es probable
que consiga igual o mayor rendimiento que una persona
más inteligente.

53
 Los que tienen buena memoria es porque tienen memoria
fotográfica: falso; la memoria fotográfica es un mito, la
memoria visual es, en general, fruto de la práctica y no de
un don natural.

 A partir de cierta edad, ya no se puede mejorar la


memoria: falso; la memoria puede potenciarse a cualquier
edad, no tiene nada que ver con los años.

 Es nocivo para el cerebro intentar recordar demasiadas


cosas: falso; hacer esfuerzos por recordar no perjudica
nuestro cerebro, al contrario, aumenta su capacidad de
memorización.

 El ser humano utiliza toda su capacidad cerebral para


recordar: falso; utilizamos aproximadamente un 10 % de
nuestra capacidad. Debemos esforzarnos para desarrollar
esa capacidad y sacarle el máximo rendimiento.

 Lo que recordamos es verdad: falso; muchas veces lo que


podemos recordar no es cierto. En ocasiones nos vienen a la
memoria hechos o palabras de forma tergiversada, tal como
queremos recordar y no como sucedió en realidad.
7.2 Fases de la memoria
 Adquisición: es la etapa inicial, donde se adquieren los
conocimientos mediante la lectura, la toma de notas, la
reflexión, etc.

 Retención: es la etapa intermedia, en la que el aprendizaje


se interioriza y queda almacenado en la memoria.

 Recuerdo: es el proceso por el cual rescatamos la


información de nuestro archivo personal y la hacemos salir
a la luz. Podemos hablar de dos tipos: la evocación, que
54
consiste en recordar sin estímulos externos, sólo con la
propia voluntad de hacerlo –sin que el objeto se halle
presente-; y el reconocimiento, que consiste en recordar
mediante estímulos externos, como puede ser consultar
notas después de una conferencia o reconocer a alguien
entre el público.
7.3 La memoria a corto plazo
La memoria a corto plazo es la que conserva la información
durante las 24 horas siguientes al registro, mientras que la
memoria a largo plazo es la que retiene la información más de
24 horas. Otros autores llaman memoria a corto plazo a la
memoria instantánea, es decir, la que retiene los datos sólo
unos segundos, como cuando le dicen un número de teléfono y
seguidamente lo marca. Pero aquí hablaremos de la memoria a
corto plazo como la que dura aproximadamente un día.

Muchas personas no le dan importancia a la memoria a corto


plazo. Piensan que lo que se «Olvida» en unas horas ya no se
vuelve a recordar, por eso estudian cuando quedan pocos días
para el examen. Pero es un error. La información que, en teoría,
se «olvida» en 24 horas es mucho más fácil de recordar en el
futuro si se asimila bien y se repasa el texto posteriormente.

La memoria a corto plazo tiene dos características peculiares.


Una es que se comienza a recordar unos minutos después del
aprendizaje –porque el cerebro necesita un tiempo para
asimilar y procesar la información- y la otra, que
aproximadamente el 80 % de la información se va perdiendo en
unas 24 horas, a no ser que hagamos algo para fijar esos datos
en la memoria.

Le sugerimos algunos consejos para recordar lo que leemos:

 Lea de forma correcta la información porque si la percibe


erróneamente, confundiendo palabras o tergiversando su
55
significado, no entenderá nada y se sentirá frustrado. En
ocasiones, podría deberse a una ligera dislexia –que
debería tratarse con un especialista- pero, en general, se
debe al poco interés o a la desorganización del lector, e
incluso del autor. A veces, el problema reside en una lectura
excesivamente lenta que hace difícil una percepción global
del texto.

 Lea con un objetivo. No debe memorizar todo lo que lee,


debe hacer el mayor esfuerzo en la información que a usted,
y sólo a usted, le resulte más útil para sus fines.

 Motívese. Si usted no está motivado para recordar, no lo


hará nunca. Debe ser consciente de sus prioridades y de lo
que desea alcanzar: aprobar un examen, quedar bien en
una conferencia, dar una clase con maestría o estar
correctamente informado de lo que se cuece en su sector
profesional. La motivación es fundamental, sin ella la
lectura habrá sido una tremenda pérdida de tiempo.

 Capte bien la estructura global del texto, para lo que debe


usar las técnicas de examen preliminar y lectura selectiva
que ha aprendido en este manual. Si logra visionar la
estructura completa, con sus ideas principales y
secundarias, le será muy fácil recordarla porque tendrá un
esquema ordenado y organizado de forma lógica.

 Asocie la información que acaba de leer en una sesión de


lectura con los datos que tiene almacenados en su memoria
sobre ese mismo tema y reflexione sobre lo que ya conoce
de la materia y sobre lo que dicha lectura le ha aportado de
nuevo.

 Traduzca a sus propias palabras la información que acaba


de recibir, así la recordará más fácilmente. Lo puede hacer
mediante fichas o notas de estudio.
56
 Personalice sus recuerdos, según la manera en que olvida lo
aprendido. Es decir, si usted sabe que suele olvidar en
primer lugar las líneas centrales del texto, haga hincapié
sobre ellas, para recordarlas posteriormente. El final,
normalmente, es lo último en olvidarse. El principio,
generalmente, es lo segundo. Sin embargo, cada persona
tiene un grado propio de olvido. Averigüe cuál es el suyo y
actúe en consecuencia.

 Realice alguna actividad dinámica una vez acabada la


lectura, como, por ejemplo, pensar en ello, hablar con
alguien sobre el tema o, la más eficaz, hacer un resumen o
anotar las ideas más importantes. Esta última es la mejor
forma de memorizar el contenido de la lectura. Y si sus
notas son, extensas y están escritas con sus propias
palabras le serán aún más útiles para repasar la
información en posteriores ocasiones, pues será cien veces
mejor que el texto original porque contendrá sólo lo que le
interesa y estará explicado con sus propias palabras.

 Fraccione ampliamente los datos que debe memorizar,


realizando una pequeña pausa (un minuto
aproximadamente) entre un párrafo y otro, o entre un
apartado y otro; de esta forma, su retención mejorará
notablemente. Tenga en cuenta que el cerebro necesita
unos segundos para asimilar la información.
7.4 La memoria a largo plazo y la importancia
de la revisión
El tiempo lo cura todo, y también lo borra. Un 80 % de lo que
hemos leído en un momento determinado puede haberse
evaporado de nuestra memoria al cabo de unos días. Sin duda,
es una notable pérdida de tiempo, así que debe luchar para que
no ocurra.

57
Una forma de hacerlo, como ya hemos dicho, es asegurándonos
de que lo que acabamos de leer quede bien grabado en la
memoria a corto plazo. Está claro que cuanto más tiempo pase
entre la entrada y la salida de datos, menos datos quedarán
para salir a la superficie. Por eso conviene revisar la
información periódicamente.

La revisión no consiste en repetir constantemente lo mismo,


sino en pensar dinámicamente en la información. Revisar y
corregir sus notas, leerlas en un orden distinto al que están
escritas, comparar la información que adquirió en su día con la
nueva que ha ido asimilando durante ese tiempo, etc.

Las revisiones deben realizarse en cuatro etapas, teniendo


siempre presente que puede corregir sus notas siempre que lo
crea necesario:

 La primera debe hacerla unos diez minutos después de


acabar el estudio y debe durar otros diez minutos.

 La segunda debe realizarla un día después, con una


duración de tres o cuatro minutos.

 La tercera se efectuará al cabo de una semana y debe durar


otros tres o cuatro minutos.

 La cuarta tendría que efectuarla un mes después, durante


dos o tres minutos. Tras esta etapa, usted debería recordar
la información siempre que la necesite.
7.5 El papel de la imaginación
La imaginación es una herramienta primordial para la
memoria. El cerebro necesita una imagen mental para recordar.
Una imagen mental es la representación mental de un objeto o
un concepto y debe cumplir ciertos requisitos:

58
 Debe ser clara, es decir, si se imagina un disco, debe
imaginarse su forma y tamaño, su título, la música que
contiene, etc.

 Debe ser rica, para lo que usted ha de utilizar todos los


sentidos: la vista, el oído, el tacto, el olfato, incluso el gusto.

 Ha de depender de sus propias experiencias, si quiere


hacerla servir para recordar mejor unos determinados
hechos, datos o conceptos.

Estos requisitos son sencillos para las palabras concretas, pero


los conceptos abstractos son un poco más complicados.
Podemos utilizar dos técnicas para formar imágenes mentales
que nos ayuden a recordar lo leído o estudiado:

 Técnica de elaboración propia de imágenes: consiste en


utilizar nuestras propias experiencias, conocimientos y
recuerdos para crear una imagen mental concreta de un
concepto abstracto. Por ejemplo, podría hacerse la
representación mental de un barrio por el que pasa cada
día, muy degradado y con múltiples desperfectos, para
memorizar el concepto «deterioro».

 Técnica de sustitución: se trata de transformar lo abstracto


en concreto, ya sea reemplazando la palabra abstracta por
una concreta que se le parezca fonéticamente o que tenga
una forma parecida, aunque no signifiquen lo mismo. Por
ejemplo, la palabra «metacarpo», puede representarse
como una «carpa» llegando a la «meta». Esta técnica
debería usarla sólo cuando le sea muy difícil utilizar la
anterior.
7.6 El método de la asociación
Las imágenes que ha creado son muy útiles pero, una vez
imaginadas, debe asociarlas para sacarle todo su partido. La
59
asociación de imágenes mentales se define como la conexión
mental que se establece entre dos o más de ellas, cumpliendo
las condiciones que hemos mencionado anteriormente de
claridad, riqueza y relación con sus propias vivencias.

Existen varias formas de asociar estas imágenes mentales:

 Asociación espacio-temporal: es la más utilizada, por ser la


más fácil de poner en práctica. Se trata de vincular dos
imágenes o más según su situación en el espacio o en el
tiempo. Una asociación espacial, por ejemplo, entre una
espada y un juez se haría imaginando la espada sobre la
cabeza del juez, en su mano o bajo su pie. Una asociación
temporal sería: la espada es más vieja que el juez o el juez
nació antes de que se fraguara la espada.

 Asociación por similitud: consiste en relacionar varias


imágenes por la semejanza o afinidad existente entre ellas.
Siguiendo con el ejemplo del juez y la espada, puede verlos
a ambos altos y delgados, con la piel brillante y la mirada
fría y cortante, o bien puede pensar en el poder que ambos
tienen sobre los demás.

 Asociación por contraste: se trata de relacionar las


imágenes por sus diferencias esenciales. En el caso del juez
y la espada, podría imaginarse al juez con la toga negra
frente a la espada blanca y brillante, o al juez haciendo
concesiones, mientras que la espada se mantiene rígida e
inflexible.
7.7 El método del encadenado de imágenes
Una vez obtenidas y relacionadas las imágenes mentales, nos
será muy útil encadenarlas con las demás para construir una
unidad que nos facilite memorizar una larga lista de palabras o
de hechos.

60
Veamos los pasos a seguir para memorizar palabras:

1º Imagine la primera palabra de la lista y relaciónela con la


segunda, pero al relacionar la segun- da con la tercera, no
incluya en la asociación a la primera. Hágalo
consecutivamente hasta relacionar las dos últimas de la
lista.

2º Debe asociar la primera y la última palabra consigo mismo


para que le sean más difíciles de olvidar.

3º No elabore historias con las relaciones; una narración es


más fácil de olvidar que una asociación simple.
Memorizar textos
El método de la cadena se puede aplicar tambiénmpara
memorizar textos palabra por palabra, como en el caso de las
poesías y las definiciones, que se pueden aprender mediante
dos tipos de encadenamiento:

 Encadenamiento ingenuo: Es el método que ha utilizado


con la lista de palabras. Cada palabra se asocia a la
siguiente, relacionando todas, absolutamente todas las
palabras.

 Encadenamiento sutil: Se trata de memorizar y asociar


únicamente las palabras clave del texto, sin necesidad de
incluir elementos innecesarios como los artículos, las
preposiciones y las conjunciones.

Con estos métodos no queremos decir que el estudio deba


consistir en la memorización de las pálabras. Al contrario, el
estudio debe comenzar con la adquisición del conocimiento a
través de la lectura preliminar, la lectura íntegra o selectiva –
según el caso-, la revisión, la repetición activa y por fin, y sólo si
es necesario, la memorización. Para ello, primero se ha de
61
comprender, luego ordenar racionalmente y al final memorizar.
Debe recurrir a estos métodos asociativos sólo en los casos en
los que tenga la necesidad de retener una serie de datos en un
orden determinado.
7.8 El método de la estructuración
Estructuras clasificadoras por afinidades
Si por cualquier motivo debe recordar listas de palabras, una
buena forma de conseguirlo fácilmente es creando estructuras
que las clasifiquen por afinidades.

Por ejemplo, tiene esta lista de palabras: Windows 95, MACOS,


pantalla, ratón, teclado, Lotus 123, Excel, Word Perfect,
impresora, scanner, Word y CD Rom. Puede estructurarlas de
la siguiente forma:

 Software:
 Sistemas operativos: Windows, MACOS.
 Hojas de cálculo: Lotus 123, Excel.
 Procesadores de texto: Word Perfect, Word.

 Hardware:
 Imprescindibles: teclado, ratón, pantalla.
 Periféricos: impresora, scanner, CD Rom.

Siempre es más sencillo recordar palabras e imágenes si están


organizadas en estructuras, como si fueran archivadores bien
ordenados.
Estructuras clasificadoras secuenciales, por
imágenes asociadas o por otros criterios aleatorios
Por ejemplo, observe esta lista de palabras: bebé, sonajero,
bate, joven, bastón, anciano.

Podemos construir tres estructuras diferentes:


62
 Una estructura secuencial a partír de la edad: bebé, joven,
anciano.

 Una estructura de palabras que relacionan imágenes con


tales palabras: sonajero, bate, bastón.

 Una estructura con la relación objeto-dueño habitual:


bebé/sonajero, joven/bate, anciano/bastón.
7.9 El método de las abreviaturas
El uso de abreviaturas para memorizar listas de palabras está
muy extendido entre los estudiantes. Consiste en usar la
primera letra de una serie de palabras para formar una nueva
palabra que tenga sentido para usted. Así, los componentes de
la materia viva (carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno) son
más fáciles de recordar si se memoriza CHON. También se
puede utilizar el sistema contrario: por ejemplo, puede
memorizar las letras de una matrícula de Madrid con las letras
PR detrás de la numeración, si las transforma en «Marte, el
Planeta Rojo».

Intente crear sus propias abreviaturas para las listas que tenga
que memorizar, como los reyes de un siglo, los elementos
químicos o las palabras clave de un texto. De esta manera, no
sólo tendrá una pista de la primera letra, sino que sabrá
también en qué orden se encuentran todos los componentes de
la relación.

63
8 La lectura en los profesionales
La mayoría de los profesionales de cualquier sector necesitan
leer grandes cantidades de información en poco tiempo: obras
técnicas, informes, textos legales, cartas, documentos
administrativos, manuales o boletines comerciales.

Por lo general, las personas con mayores responsabilidades son


las que deben estar mejor informadas, pero precisamente
debido a esa responsabilidad el tiempo del profesional vale más
que el oro. Sucede frecuentemente que las lecturas se acumulan
sobre las mesas de los despachos hasta formar una buena pila
de papeles y de libros sin leer. Llega un momento en que la
pereza de enfrentarse a semejante columna es más fuerte que la
necesidad de estar informados de las últimas novedades o a la
de leer las cartas atrasadas.

A la habitual acumulación de lecturas se añade en muchas


ocasiones la complejidad de los documentos que se tienen que
leer, como los textos jurídicos, farragosos y confusos, o
determinados temas técnicos, quizá demasiado científicos para
sus conocimientos. Este tipo de textos requieren la aplicación
de una serie de técnicas para conseguir una mayor comprensión
y para no perder horas delante de tres kilos de papel impreso.
8.1 Leer textos jurídicos y administrativos
Son textos que tienen una complejidad mayor que el resto de
los documentos que solemos leer, debido a su lenguaje
anacrónico y confuso: frases larguísimas, complementos en
lugares inverosímiles, tiempos verbales imposibles y palabras
incomprensibles.

Sin embargo, existen algunas técnicas que le resultarán muy


útiles.

64
 Vamos a proponerle, como excepción a lo aconsejado antes
y con el único fin de extraer lo realmente significativo de la
complicada jerga jurídica, que subraye los principales datos
del texto.

 Procure extraer el sujeto, el verbo y las conclusiones que le


den sentido a lo que está leyendo. Hágalo con cada frase.

 Averigüe el significado de las palabras que no conozca,


buscándolas en el diccionario y apuntando la definición o
un sinónimo conocido por usted al margen, a la altura de la
palabra desconocida.

 Si lo cree necesario, escriba también al margen el


significado general del texto, traducido a lenguaje
convencional.
8.2 Leer cartas de negocios
Al margen de la correspondencia personal, las cartas de pedido,
las cartas comerciales, los informes, etc., tienen un peso básico
en la lectura diaria del profesional. Y no se pueden relegar al
montón de «lectura para cuando tenga tiempo»; debe estar
siempre al día.

Hasta hace unos años, el lenguaje de este tipo de cartas e


informes era redundante y formulista en exceso. En cambio, de
un tiempo a esta parte se ha ido transformando en un lenguaje
más directo que va derecho al asunto, mucho más rápido y fácil
de leer.

Los pasos más adecuados a la hora de leer una carta profesional


son:

 Averiguar, de un vistazo, quién la envía, mirando la razón


social o la firma.

65
 Fijar la mirada directamente en el cuerpo central de la carta
donde, normalmente, está el núcleo de la información.

 Señalar la parte que se ha de responder, para una fácil


localización a la hora de contestarla.

 Escribir al margen una primera respuesta: «de acuerdo»,


«imposible», »si, pero con más tiempo», «Comprobarlo
primero», etc.

 Colocar en bandejas diferentes las cartas que se pueden


responder inmediatamente y las que necesitan una
comprobación previa, así ahorrará mucho tiempo y no
tendrá que volver a leerlas. Tenga en cuenta que el propio
remite le puede dar una pista de la bandeja donde debe
colocar la carta. Si está escrita a mano puede ser
correspondencia personal o la carta de una persona que no
está acostumbrada a escribir, lo que se suma a la dificultad
de leer un texto manuscrito.
8.3 Leer propaganda comercial
Muchos profesionales tiran directamente la propaganda a la
papelera porque no tienen tiempo de atender estas propuestas.
Sin embargo, en ocasiones, la publicidad puede series de gran
utilidad porque les informa de las últimas novedades
relacionadas con su profesión o les presenta ofertas que quizá
sean realmente ventajosas para su empresa.

La mejor forma de leer un texto publicitario es:

 Echar un vistazo a las fotografías.

 Buscar cuál es la oferta que se presenta, normalmente en


grandes titulares,

66
 Encontrar rápidamente el precio de la oferta (no siempre a
la vista).

 Decidir en unos segundos si nos parece ventajosa. En caso


afirmativo, la guardamos para estudiarla con mayor
detenimiento. En caso negativo, a la papelera de reciclaje.
8.4 Leer informes
Muchas veces los informes están escritos por personas que no
están preparadas profesionalmente para escribir, por lo que
este tipo de correspondencia puede resultar más difícil de leer.
En esos casos, las técnicas que ha aprendido en este libro le
serán de gran ayuda.

En la lectura selectiva podemos encontrar la solución. Si leemos


el principio y el final del informe –subrayando lo esencial en
este caso, para ahorrar tiempo en el futuro-, lo más probable es
que captemos lo esencial, aunque el cuerpo central del texto sea
confuso. Sin embargo, hojee esas frases, por si hubiera una idea
que aporte alguna información adicional de interés.
8.5 Leer obras técnicas
Realizar una lectura íntegra de las obras técnicas que debe
conocer un buen profesional es prácticamente imposible,
además de poco recomendable, porque no retendría ni la mitad
de lo leído.

Las obras técnicas deben considerarse como herramientas de


consulta y no libros de literatura. No es necesario leerlas de
cabo a rabo: consulte lo que desee y vuélvalo a dejar en la
estantería. Practique la lectura selectiva como norma en obras
técnicas y lea íntegramente sólo aquello que tenga verdadero
interés para usted. Lo ideal sería que pudiera consultar varias
obras de diferentes autores sobre el mismo tema para comparar
posturas y formarse una idea más global de la materia.

67
8.6 Test de lectura 2
A continuación, incluimos el último test de lectura. Una vez
realizado, puede comparar los resultados con el primero que
hizo, en las primeras páginas del manual. Observe y valore sus
progresos.

Este texto tiene 944 palabras. Divídalas por los minutos que ha
tardado en leerlo y hallará cuántas palabras lee usted por
minuto.

Si desea realizar la comparación con el primer test de lectura,


vuelva a leer el primer texto, pero tenga en cuenta que las
preguntas de comprensión ya le resultarán familiares y los
resultados en esa prueba no serán del todo equiparables.

¿Qué es la agricultura ecológica?

Sabemos que la agricultura es el cultivo de la tierra para


obtener alimentos. Si se le llama ecológica, es para indicar que
se trata de una agricultura que tiene en cuenta consecuencias
que puede tener toda actividad humana en la Naturaleza.
Ecológica porque respeta el entorno, incluida la salud del suelo,
del agua, de las plantas y animales que se alimentan de ellas y,
por lo mismo, la salud de las personas.

El agricultor ecológico sabe que trabaja con elementos vivos, de


los que extrae alimentos y a los que debe cuidar. Por eso las
hojas y pequeñas ramas que caen de los árboles, las plantas que
crecen en ese lugar y que retira para cultivar, los restos de
verduras y estiércol de los animales de la granja, todo debe
volver al suelo, pero ya fermentado y preparado sabiamente
para que la tierra siga llena de vida, con pequeños animales que
no vemos a simple vista pero que son los responsables de la
fertilidad, de que el suelo siga vivo, de que no se produzcan
plagas ni enfermedades en las plantas.

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El agricultor ecológico cuida también del agua porque no la
contamina con vertidos ni con restos animales ni productos
químicos. Respeta los árboles y setos para que la lluvia no
arrastre la tierra fértil y para que tengan refugio pájaros y otros
animales que serán sus ayudantes porque se alimentan de
insectos, pulgones, etc., manteniendo el equilibrio natural.

¿Es más sana?

En la alimentación está la base de nuestra salud, por eso unos


alimentos no contaminados, ricos en vitaminas, minerales y
otros elementos nos ayudarán a mantenernos sanos, fuertes,
con toda vitalidad.

Consumir productos sin abonos químicos, herbicidas ni


plaguicidas nos da también la tranquilidad de estar
conservando la Naturaleza para las generaciones venideras.

El agricultor ecológico es también un profesional que sabe


cómo conseguir que sus alimentos tengan el sabor, aroma y
aspecto apetitoso que siempre han tenido las frutas y verduras,
para que podamos disfrutar con la comida.

¿Es más cara?

No, es de más calidad. De unos años a esta parte, todos los


avances técnicos aplicados a la producción de alimentos
buscaban producir más. Lo importante era la producción, la
cantidad, y se olvidaron de la calidad, el sabor, de los aportes en
vitaminas y minerales que todos necesitamos. Se olvidaron
también de que los animales, y también la tierra, son seres
vivos, son organismos vivos y sensibles que tienen su propio
equilibrio y que cuando enferman porque se les explota, porque
no se les cuida, vienen lo que llamamos plagas, que son un
desequilibrio, un síntoma de que algo va mal.
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La agricultura ecológica es, en principio, más económica
porque no tiene que utilizar productos químicos y porque no
agota la tierra, ni las aguas que son patrimonio de todos. Pero
se invierte más en abonos naturales (estiércol, compost...), en
mano de obra, en mantener una variedad de cultivos, en
obtener y preservar semillas autóctonas.

El consumidor puede valorar esta diferencia y contribuir a


organizar una distribución lógica de alimentos, con una venta lo
más directa posible, para que los alimentos los consumamos
más frescos, apoyemos a aquel productor más próximo que lo
haga bien, y así equilibrar los precios porque ya no hará falta
importar estos productos de otros países o provincias lejanas,
motivo por el que hasta ahora estos productos eran más caros.

¿También la ganadería es ecológica?

Los animales domésticos nos han dado carne, leche, huevos y


nos han acompañado en nuestra evolución. Conducidos por el
hombre han generado paisaje y condicionado las relaciones
humanas de muchos pueblos, pero nuestro afán de consumo de
carne y huevos en muchos casos ha ido en contra de una dieta
equilibrada. Este abuso nos ha llevado a una cría
industrializada y forzada del ganado y a enfermarnos nosotros
mismos por exceso de grasa, proteínas, etc.

La ganadería ecológica es la que emplea un sistema de cría de


ganado donde se respeta la tradicional relación entre el animal,
la planta y el suelo. Las normas de producción ecológica
incluyen un respeto por las necesidades del rebaño, sus
relaciones, alojamiento y espacio vital. No permite que estén en
establos permanentemente ni tampoco el amarre continuo.
Cuida la alimentación con forrajes y granos de cultivo
ecológico, también con un manejo adecuado, evitando el
destete precoz, la utilización de hormonas y finalizadores, las
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manipulaciones innecesarias de descornado, descolado y
castración. Por supuesto se evitan los alimentos degenerados,
como dar proteínas animales al ganado, algo que ha ocasionado
una degeneración llamada enfermedad de las vacas locas, de la
que todavía se desconocen las consecuencias, porque se están
ocultando las causas, que no son otras que la avaricia
desmesurada, el criterio erróneo, al menos desde el punto de
vista ecológico, de producir más y más para consumir más y
más sin pensar a costa de qué.

¿Cómo sabemos que un producto es de verdad ecológico?

En nuestro país, todos los productores ecológicos están


inscritos en un organismo oficial, el Consejo Regulador de
Agricultura Ecológica. Una etiqueta debe figurar en todos los
envases, cuando se trata de alimentos elaborados o en conserva,
y en un precinto si son productos frescos. El Consejo se ocupa
de que un profesional tome periódicamente muestras de la
tierra de cultivo y de los productos para analizarlos y poder
garantizar que no tienen residuos de productos químicos. Una
buena garantía es también conocer directamente al productor,
saber dónde y cómo cultiva. Una vez que se consumen estos
productos es más fácil saber si hay engaño y, sobre todo, es
tomar conciencia de la importancia de hacer bien las cosas,
para el bien de la Naturaleza y de la salud de todos.

Rosa Barasoain, La Farola

Test de comprensión de lectura 2


1) Qué medidas usa el agricultor ecológico para no
contaminar el agua?
2) ¿Por qué és más sana?
3) ¿Es más cara?
4) Nombra cuatro cosas que hay que evitar en la ganadería
ecológica.
5) ¿Cómo sabemos que un producto es de verdad ecológico?
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Soluciones:
1) No echar al agua vertidos, restos de animales ni productos
químicos.
2) Porque los alimentos no están contaminados y son muy
ricos en vitaminas, proteínas y minerales.
3) No, es de mayor calidad.
4) Tener a los animales atados y encerrados
permanentemente, no alimentarlos con forraje y grano
ecológico, el destete precoz, el uso de hormonas y
finalizadores, darles proteínas animales y descornado,
descolado o castración innecesaria.
5) Por la etiqueta o el precinto del Consejo Regulador de
Agricultura Ecológica.

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9 Conclusión
Usted, probablemente, comenzó este libro con el objetivo de
aumentar su velocidad de lectura para poder estar al día con
sus lecturas, obligatorias o no, siempre atrasadas por falta de
tiempo.

Ya en el primer capítulo habrá comprendido por qué hasta


ahora leía con poca soltura. Sencillamente, su proceso de
formación en la infancia se vio interrumpido ya que sólo le
enseñaron a unir las letras y las palabras en frases, sin
profundizar en un verdadero aprendizaje.

Posteriormente, habrá aprendido a sacarle provecho a su


ángulo de visión, para ser capaz de leer más palabras en cada
fijación, seguir un ritmo estable y rítmico, evitar las
regresiones, la redundancia y la subvocalización y adecuar su
velocidad de lectura a la importancia y el tipo de texto, técnicas
que habrán acelerado su lectura considerablemente.

Otros métodos, como la lectura rápida y selectiva, le habrán


sido de una eficacia absoluta. Le habrán enseñado a leer sólo lo
que le interesa, evitando los detalles innecesarios y la
información que no sea útil para satisfacer sus objetivos. Por
otra parte, con los métodos de concentración y memoria, su
nivel de atención y recuerdo habrá mejorado consi-
derablemente.

La comprensión es fundamental, porque sin ella la lectura no


tiene ningún sentido. Por eso es importante conocer todas las
palabras que aparecen en el texto, interpretar correctamente los
signos de puntuación, conocer el estilo del autor, etc. En la
lectura de estudio es aún más importante, puesto que si no
entiende perfectamente lo que está leyendo, difícilmente podrá
recordarlo.

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En el último apartado, hemos hecho especial hincapié en las
técnicas de lectura dirigidas específicamente a profesionales,
uno de los colectivos –junto con los estudiantes- que más
lectura suele acumular sobre la mesa.

En definitiva, si ha leído atentamente este manual y realiza


correctamente los ejercicios, estará usted preparado para
enfrentarse a cualquier texto contra reloj, por muy largo que
sea. A partir de ahora, y a medida que vaya poniendo en
práctica los consejos que le hemos dado, notará cómo su
velocidad va aumentando cada vez más. Llegará un momento
en que ya no tendrá que pensar en las técnicas, sino que le
surgirán espontáneamente. Sus nuevos hábitos se habrán
consolidado.

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10 Bibliografía
 GEOFFREY A. DUDLEY, Rapid Reading, Ed. Thorsons.
 ANDRE CONQUET, Cómo leer mejor y más deprisa, Ed.
Ibérico Europea.
 JORGE RUFFINELLI, Comprensión de la lectura, Ed.
Trillas.
 FRANÇOIS RICHAUDEAU, Método de lectura rápida, Ed.
Mensajero.
 VARIOS, Técnicas de lectura rápida, Ed. Deusto.
 VARIOS, Curso de lectura rápida, Instituto Ilvem.
 VARIOS, Método de estudio, memoria, audiencia y
concentración, Instituto Ilvem.
 FRANÇOISE GAUQUELIN, Saber comunicarse, Ed.
Mensajero.

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