Peta Cosmeticos
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experimentos/cosmeticos/
Si la etiqueta de un producto de una compañía dice que éste no está probado en animales, y no puedes
encontrar la compañía en ninguna de las listas de PETA, por favor comparte con nosotros la información
de contacto de la compañía para que podamos averiguar acerca de la política de experimentación animal
de la compañía. Asimismo, si te comunicas con una compañía que dice ser libre de crueldad, por favor
solicita una declaración por escrito y proporciona una copia a PETA. Nosotros determinaremos si la
compañía cumple con nuestros criterios. Entretanto, PETA recomienda que compres únicamente
productos hechos por compañías que están en nuestra lista “no probado” (“don’t test” en inglés).
COSMETICOS
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En una gran victoria para los animales, a partir de marzo de 2013 la Unión Europea ha prohibido la
venta de todos los cosméticos o ingredientes cosméticos que hayan sido probados sobre animales. Esta
prohibición comercial significa que las compañías de todo el mundo deberán abandonar las pruebas
sobre animales en cosméticos que quieran vender en la UE. Esta decisión sigue a la vigorosa campaña de
PETA y de sus filiales internacionales, que incluyeron protestas públicas, llamadas telefónicas y más de
20.000 correos electrónicos.
Además, con la ayuda del financiamiento de PETA y de su experiencia científica, China está realizando
avances para dejar las pruebas en animales y está lista para aprobar su primera prueba sin animales en
cosméticos. Israel ha prohibido las pruebas de animales en cosméticos, y gracias a meses de reuniones y
discusiones que hemos tenido con funcionarios de gobierno y otros, de India, el control general de
drogas de India ha suspendido todas las pruebas en animales en cosméticos hasta que métodos sin
animales sean aceptados, y el gobierno está considerando una prohibición permanente.
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Desafortunadamente, las cosas son diferentes en los Estados Unidos. Es difícil de entender, pero los
experimentos sobre animales de cosméticos continúan, mismo cuando existen pruebas sin animales
ampliamente disponibles. En vez de medir cuánto tiempo lleva que un producto químico queme la
córnea del ojo de un conejo, los fabricantes pueden ahora dejar caer una gota de ese químico en
estructuras de tejido de córnea 3-D producidas desde células humanas. Del mismo modo, los cultivos de
piel humana pueden cultivarse y comprarse para pruebas de irritación de piel. Éstas, y decenas de otras
pruebas en uso actualmente, son más rápidas y más exactas para predecir reacciones humanas a un
producto, que las viejas pruebas sobre animales alguna vez lo fueron. Sin embargo, enormes fabricantes
multiproducto como Johnson & Johnson – motivados por temor a juicios (por más que las pruebas sobre
animales no han resultado efectivas en la defensa de una compañía cuando un consumidor le hace una
demanda judicial), e inexplicablemente, paralizados por la inercia – continúan envenenando, quemando
y encegueciendo a animales en pruebas de laboratorio.
La reticencia de las compañías para cambiar, a pesar de la demanda del consumidor y de métodos de
pruebas sin animales superiores, es difícil de entender, pero un CEO de una compañía le dijo a PETA
una vez que las compañías que continúan encegueciendo y envenenando a animales lo hacen
simplemente porque lo han siempre hecho y no tienen la visión de probar una forma nueva y mejor.
Más incomprensible aún, es la continua demanda de ciertas organizaciones ambientalistas de los Estados
Unidos de más y más pruebas sobre animales de productos cosméticos mismo cuando el resto del mundo
se distanció de estos crudos y crueles métodos, cambiando a modernos y más efectivos métodos sin
animales. Recientemente, un científico del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC),
mientras admitía que “existen pruebas sin animales que son realmente valiosas, informativas, más
baratas y más rápidas” que las pruebas sobre animales, se manifestó públicamente en contra de la
prohibición de la UE de probar cosméticos sobre animales, declarando: “necesitamos probar estos
productos en cosas vivientes”, en vez de usar las ampliamente aceptadas y validadas alternativas sin
animales para probar cosméticos.
Parecería que los científicos actuales del NRDC no se han molestado nunca en leer el informe Pruebas
de toxicidad en el siglo XXI (Toxicity Testing in the 21st Century), de la Academia Nacional de
Ciencias de Estados Unidos, y están ignorando el mar de cambios que ocurrieron en el último cuarto de
siglo en relación con nuestro conocimiento de cómo los procesos biológicos funcionan. Estos avances,
según nuestro conocimiento, han llevado al desarrollo de métodos de pruebas que pueden ver
directamente sobre mecanismos celulares más que sobre los resultados de la cruda “caja negra” que
proviene de usar animales. Si fuera por el NRDC sin embargo, que no cree que podamos “vivir en un
mundo sin pruebas sobre animales”, y considera a los animales sufriendo en experimentos de laboratorio
meras “cosas”, millones de animales continuarían muriendo en pruebas de cosméticos, mismo aún
cuando otros países y continentes están tomando pasos concretos en la prohibición de animales en estas
pruebas.
La mejor forma de frenar el uso de animales en las pruebas de cosméticos es negarse a comprar
productos de compañías que continúan probando sus productos en animales, y escribirles y decirles por
qué no estarás poniéndote su sombra de ojos, limpiando tu ropa con su jabón, o lavándole la cabeza a tu
hijo con su champú.
La buena noticia es que hoy existe una gran cantidad de cosméticos y productos para el hogar sin
crueldad, que no son probados sobre animales. Con compañías como Urban Decay, listas para satisfacer
tus necesidades en cosmética, y Method, para satisfacer todas tus necesidades en productos para el hogar
(por apenas nombrar dos), puedes encontrar productos libres de crueldad casi en cualquier parte. Fíjate
en la base de datos de PETA de las compañías que no hacen pruebas sobre animales y solicita una copia
gratuita de la Guía de compras internacional sin crueldad de PETA, para encontrar versiones sin
crueldad de todos los productos que podrías necesitar.
Más de 100 millones de ratones y ratas son matados en los laboratorios de los
Estados Unidos cada año. Son abusadas por todo, desde pruebas de toxicología
(en las cuales son lentamente envenenados hasta morir), pasando por dolorosos
experimentos de quemaduras, hasta experimentos psicológicos que provocan
terror, ansiedad, depresión e impotencia.
Los ratones y las ratas son mamíferos con sistemas nerviosos similares a los
nuestros. No es ningún secreto que sienten dolor, miedo, soledad y alegría al igual
que nosotros. Estos animales son altamente sociales y se comunican entre ellos
usando sonidos de alta frecuencia, inaudibles para el oído humano. Sienten apego
emocional entre ellos, aman a sus familias y establecen fácilmente vínculos con
los guardianes humanos. Los ratones macho enamoran a sus compañeras con
agudas canciones de amor. Las ratas bebé se ríen nerviosamente cuando se les
hacen cosquillas. No solo las ratas expresan empatía cuando otra rata o humano
que conocen está angustiado, sino que también demuestran altruismo,
poniéndose a sí mismas en problemas, antes que dejar a otro ser vivo sufrir.
A pesar de que estos animales sienten dolor y sufren tanto como perros, gatos y
conejos, son excluidos de las exiguas disposiciones de la Ley de Bienestar Animal
federal, que extiende al menos algo de protección a estas otras especies. Debido
a que los ratones y las ratas no están protegidos por la ley, los experimentadores
no tienen ni siquiera que brindarles analgésicos. Mientras que los
experimentadores que usan conejillos de Indias deben brindarles analgésicos y
deben al menos demostrar que han buscado alternativas modernas al uso de
animales, los experimentadores no tienen ni siquiera que contar los ratones y las
ratas que matan. Una encuesta de 2009 de investigadores de la Universidad de
Newcastle encontró que a los ratones y a las ratas que fueron sometidos a
procedimientos dolorosos e invasivos como cirugías de cráneo, experimentos de
quemaduras y cirugías espinales, se les dieron analgésicos después de los
procedimientos solo un 20 por ciento de las veces.
Algunas estimaciones indican que tanto como 800 laboratorios en los Estados
Unidos no están sujetos a las leyes federales ni a las inspecciones, porque
experimentan exclusivamente con ratones, ratas y otros animales cuyo uso no
está regulado.
PRIMATES EN LABORATORIOS
Cada año en los Estados Unidos más de 125,000 primates son confinados en
laboratorios donde sufren de maltrato para después ser asesinados en
experimentos invasivos, dolorosos y aterradores. Es bien sabido que los primates
son seres sensibles e inteligentes que comparten muchas características
importantes tanto biológicas como psicológicas con los humanos, son estos
mismos atributos, desafortunadamente, los que los convierten en blancos
perfectos para los científicos que los tratan como si fueran piezas desechables de
equipo de laboratorio. Los Estados Unidos tienen la deshonrosa distinción de ser
el único país en el mundo, además de Gabón, que continúa realizando
experimentos invasivos en chimpancés.
Los bebés que nacen en laboratorios son arrebatados de sus madres por la fuerza
y permanentemente separados de ellas en medio de alaridos de dolor, a menudo
tan solo después de tres días de nacidos. Muchas investigaciones han revelado
que para poder capturar primates en su ambiente natural, es común que los
cazadores disparen a las madres cuando estas están en los árboles, estos utilizan
rifles de dardos para aturdirlas y luego capturan a los bebés, quienes se aferran
aterrorizados a los cuerpos de sus madres. Algunos traficantes de fauna silvestre
capturan a familias enteras de primates en trampas con carnada. Los animales
son hacinados dentro de minúsculas jaulas con poca o nula comida o agua y son
llevados a lugares sucios, para más tarde ser apiñados en los compartimentos de
carga de aviones de pasajeros para realizar largos y aterrorizantes viajes. Su
destino: laboratorios o criaderos en Europa, Israel o en los Estados Unidos.
Privación
Después de sufrir la traumática separación de sus familias y de sus hogares, los
primates en los laboratorios son generalmente confinados a vivir en jaulas
inhóspitas de acero, estas jaulas no tienen punto de comparación con los
frondosos bosques y sabanas donde solían vivir. En sus hábitats naturales, los
primates pueden recorrer grandes distancias, buscar distintas variedades de
comida, socializar con sus familias y con sus amigos, subir cuestas, saltar de una
liana a otra, nadar en ríos, correr a lo largo de los campos y retozar con sus
compañeros.
En los laboratorios, estos animales apenas tienen lugar suficiente para sentarse,
pararse, acostarse o darse vuelta. Aquellos días ricos en estimulación sensorial
que deberían estar disfrutando son reemplazados por días desprovistos de color,
de olor y de casi cualquier otro tipo de enriquecimiento que tenían en su medio
ambiente natural. Cuando mucho, a los primates en laboratorios se les dan
juguetes baratos de plástico, espejos rayados y ocasionalmente una rebanada de
manzana o de banana.
Dolor y miseria
Además de ser ignoradas sus necesidades y sus deseos más fundamentales, los
primates confinados en los laboratorios son sometidos a procedimientos dolorosos
y traumáticos, incluyendo los siguientes: