Estructura de Un Sistema Electrico

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Estructura de un sistema eléctrico Un sistema eléctrico se define como el conjunto de

instalaciones, conductores y equipos necesarios para la generación, el transporte y la distribución


de la energía eléctrica. Desde finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX, el crecimiento de los
sistemas eléctricos ha ido a la par del avance tecnológico de la sociedad, hasta el punto de
considerar el consumo de energía eléctrica como uno de los indicadores más claros del grado de
desarrollo de un país. ✐ ✐ “te1” — 2006/6/15 — 20:56 — page 3 — #3 ✐ ✐ ✐ ✐ ✐ ✐ El
sistema eléctrico 3 Figura 1.1. Estructura de un sistema eléctrico. Los primeros sistemas eléctricos
estaban aislados unos de otros; el crecimiento de la demanda de electricidad, y de la consiguiente
capacidad de generación y de transporte, supuso un rápido proceso de concentración empresarial
y de interconexión de esos pequeños sistemas dando lugar a otros mucho más grandes, tanto en
potencia como en extensión geográfica, que son los que existen actualmente. La Figura 1.1
muestra un esquema de la estructura de un sistema eléctrico actual de generación, transporte y
distribución de energía eléctrica. La generación de energía eléctrica tiene lugar en las centrales
eléctricas. La mayor parte de las centrales son hidráulicas y térmicas, tanto convencionales (de
carbón, de fuelóleo, de gas, de ciclo combinado y de cogeneración) como nucleares. Actualmente
se está ampliando el tipo de centrales y así, aunque aun con una potencia instalada mucho menor
que las anteriores, existen centrales basadas en energías renovables (eólicas, fotovoltaicas, de
biogás obtenido a partir de la biomasa o de residuos sólidos urbanos, etc.). Los alternadores de las
centrales producen la energía eléctrica en media tensión, de 6 a 30 kV, tensión que se eleva
mediante los ✐ ✐ “te1” — 2006/6/15 — 20:56 — page 4 — #4 ✐ ✐ ✐ ✐ ✐ ✐ 4 Tecnología
eléctrica transformadores de salida de la central, para ser inyectada en la red de transporte. La
frecuencia del sistema de corriente alterna que se genera es fija y está normalizada: 50 Hz en
Europa y 60 Hz en gran parte de América. La red de transporte y distribución está formada por las
líneas que llevan esa energía hasta los consumidores. El transporte se hace en alta tensión (400,
220 y 132-110 kV) para disminuir las pérdidas. La red de alta tensión es una red geográficamente
extensa, va más allá de las fronteras de los países, y es mallada. En los nudos de esa malla, donde
las líneas se interconectan (es decir, a donde llegan y de donde salen), se encuentran las
subestaciones en las que están los transformadores, para cambiar a los niveles de tensión de las
líneas, los elementos de mando y de protección, que sirven para manipular y proteger la red
(interruptores, seccionadores, fusibles, pararrayos, etc.), y los elementos de medida, que permiten
conocer en todo momento la situación del sistema y los valores de las variables más importantes.
De algunas de esas subestaciones salen líneas a menor tensión que forman las redes de
distribución en media tensión (de 66 a 1 kV), mucho menos malladas y de menor tamaño, en las se
encuentran los centros de transformación en los que la tensión se va reduciendo hasta que
finalmente, y conforme el sistema llega hasta los últimos consumidores, se transforman en otras
redes de baja tensión (400 y 230 V). Por último están los consumidores de esa energía eléctrica
que se genera en las centrales. Esos consumidores, también llamados cargas, se conectan a la red
en alta tensión (grandes industrias y, sobre todo, las redes de distribución de media tensión), en
media tensión (industrias, distribución a las ciudades y redes de distribución en baja tensión) y en
baja tensión (la mayoría de los consumidores como, por ejemplo, pequeñas industrias y los
consumidores domésticos finales). 1.3. El Sistema Eléctrico Español En el primer tercio del siglo XX
en España, como en el resto del mundo, el desarrollo del sistema eléctrico se caracterizaba por un
gran número de pequeñas empresas y sistemas locales, creados para el suministro de electricidad
a las ciudades y zonas industriales. El constante crecimiento de la demanda y la necesidad de
inversiones de capital cada vez mayores dieron lugar a una paulatina concentración empresarial.
La Guerra Civil en España y la Segunda Guerra Mundial en Europa, supusieron un importante
estancamiento de ese crecimiento que se prolongó en los años siguientes debido a la destrucción
de las principales instalaciones. Para unir esfuerzos y con el propósito de salir de esa situación, las
principales empresas eléctricas españolas fundaron en 1944 UNESA (Unidad Eléctrica S.A.),
sociedad cuyos principales objetivos eran procurar una explotación coordinada de los recursos
eléctricos de los que disponían esas empresas eléctricas y promover el desarrollo del sistema
eléctrico nacional con la interconexión de todas las redes que había. Esos objetivos dieron sus
frutos y el sistema eléctrico español fue creciendo basándose en la construcción de grandes
centrales hidroeléctricas, primero, y luego térmicas y al constante desarrollo de la red eléctrica.
Hasta la primera mitad de la década de los 80, el sector eléctrico español estaba formado por un
reducido conjunto de grandes empresas eléctricas privadas con una estructura vertical (es decir,
cada una integraba los negocios de generación, transporte, distribución y comercialización de la
energía eléctrica) y una empresa pública, Endesa, que tan solo tenía generación (centrales
térmicas que consumían carbón nacional). El funcionamiento del sistema se realizaba más o
menos de forma independiente por cada empresa, de tal forma que cada una gestionaba su
sistema ✐ ✐ “te1” — 2006/6/15 — 20:56 — page 5 — #5 ✐ ✐ ✐ ✐ ✐ ✐ El sistema eléctrico 5
buscando su óptimo económico, estableciendo o no, según le conviniese, acuerdos bilaterales de
compra y venta de energía con las empresas vecinas. En el año 1984 esta situación cambia con la
entrada en vigor del Marco Legal Estable. Esta ley garantizaba la viabilidad de las empresas
eléctricas como un monopolio a cambio de una fuerte intervención en su gestión, al entender el
sector eléctrico como un servicio público. Así, se crea Red Eléctrica de España S. A. (REE), que pasa
a ser la propietaria de la red de transporte en alta tensión, que se nacionaliza, y la generación se
centraliza, tanto en la planificación (a través del PEN, Plan Energético Nacional) como en su
funcionamiento, según el denominado funcionamiento en pool: todo el sistema se gestiona como
una única empresa mediante un despacho centralizado (que realiza REE) con una distribución
posterior de los costes y de los beneficios entre las empresas. En el año 1996, con la Directiva
Europea del Mercado Interno de Electricidad se pretende liberalizar el mercado de la energía
eléctrica en la Unión Europea rompiendo los monopolios que, en distintas formas, existían en cada
país. En España esa directiva dio lugar, en el año 1997, a la Ley del Sector Eléctrico que supuso un
cambio radical del sector al introducir la liberalización de las actividades reguladas (se prohibe la
tradicional integración vertical de negocio de las empresas eléctricas) y al suprimir el concepto de
servicio público, los monopolios y la planificación centralizada. Así, actualmente en España el
mercado eléctrico está desregulado y funciona como una especie de bolsa donde se compra y
vende energía eléctrica mediante un sistema de casación entre las ofertas de venta de energía,
presentadas por los productores que tienen la generación, y las ofertas de compra realizadas por
los comercializadores. Para supervisar este mercado de compraventa, la Ley del Sector Eléctrico
establece la creación de dos entidades independientes: el Operador del Mercado y el Operador del
Sistema. El primero, encomendado a OMEL (compañía Operador del Mercado Español de
Electricidad S.A.), es el garante de la operación económica del sistema mediante la gestión de ese
mercado de ofertas de compra y de venta de energía eléctrica y la liquidación final resultante. El
segundo, encomendado a REE (Red Eléctrica de España S.A.), es el que garantiza el funcionamiento
del sistema desde el punto de vista técnico, para asegurar la continuidad, calidad, seguridad y
coordinación de las operaciones de generación y transporte. De esta forma España ha sido uno de
los primeros países en crear y en poner en marcha su mercado eléctrico desregulado, modelo que
ha servido de ejemplo para otros países. Para finalizar este apartado, en la Tabla 1.1 se ofrece una
visión general resumida del Sistema Eléctrico Nacional mediante sus cifras más significativas
correspondientes al cierre del año 2004. 1.4. Centrales eléctricas Las centrales eléctricas son las
instalaciones en la que se produce la energía eléctrica. Aunque se pueden encontrar diferentes
formas de clasificar las centrales, la más aceptada lo hace en cuatro grandes grupos: Centrales
hidroeléctricas. Centrales térmicas convencionales. Centrales nucleares. Centrales con energías
renovables. ✐ ✐ “te1” — 2006/6/15 — 20:56 — page 6 — #6 ✐ ✐ ✐ ✐ ✐ ✐ 6 Tecnología
eléctrica Tabla 1.1. Datos estadísticos del Sistema Eléctrico Español en 2004 (fuentes [4] y [9]).
POTENCIA INSTALADA MW Hidráulica 16.657 Térmica convencional (1) 33.185 Nuclear 7.876
Renovables (incluida minihidráulica) 10.707 TOTAL 68.425 BALANCE ENERGÉTICO GWh Producción
neta 263.068 Intercambios internacionales. Exportación 11.150 Intercambios internacionales.
Importación 8.112 Pérdidas en transporte y distribución 20.207 CONSUMO NETO 239.823 RED DE
TRANSPORTE Y DISTRIBUCIÓN km Líneas de 400 kV 16.831 Líneas de 200 kV 16.417 Líneas de 132-
110 kV 21.092 TOTAL 54.340 (1) Incluida las no renovables en Regimen Especial (cogeneración y
residuos).

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