1.1.

1 Marco teórico acotado

Apego seguro

A. Lazos afectivos

Es fundamental que el adulto a cargo del lactante revise sus propias emociones

mientras esté con él. Es conveniente que haga contacto visual frecuentemente, que le hable

con tono suave, que lo acaricie y que lo haga sentir contenido y seguro al tomarlo en

brazos. A lo largo de la infancia, los niños y niñas toman conciencia de sus propias

emociones y de las causas de las mismas; es decir, establecen relaciones sobre el porqué de

diferentes emociones en ellos y en los demás. Comienzan a reconocer en la expresión facial

diferentes emociones y a establecer acciones en torno a lo que observan en la expresión de

los demás, torno a lo que observan en la expresión de las otras personas. (Izard, 1994,

citados en Henao G y García M, 2009).

B. Figura del apego.

En definitiva los adultos significativos para construir un apego seguro deben dar

respuesta sensible a las necesidades físicas, emocionales y sociales de los lactantes de

manera oportuna, deben ser capaces de ponerse en el lugar de los lactantes, empatizando

con ellos en sus emociones, regulando y equilibrando en consecuencia el organismo de

estos. Esta capacidad de responder de manera oportuna y adecuada a los requerimientos del

lactante, implica también estar presente en las interacciones que sostienen con otros adultos

y pares, tomando conciencia de las jornadas diarias, de los juegos, de las experiencias

educativas que forman parte de la vida de cada uno de ellos y ellas. Con lo mencionado

anteriormente cabe rescatar que se genera además un vínculo afectivo entre el adulto
significativo y el niño o la niña. Es tarea de la educadora de párvulos generar un buen

apego seguro.

“El apego seguro sirve como una base que permite desarrollar la habilidad de

reflexión acerca de los estados mentales personales, así como el de los demás. Estas

habilidades se irán desarrollando y fortaleciendo durante el transcurso de la vida del niño,

en principio se les pretende ofrecer acercamientos a experiencias emocionales propias del

niño y de las personas cercanas de su entorno”. (Meins, 1999, citado por Holmes, 2011)

C. Seguridad Y Confianza

El lactante al estar vinculado de manera insegura le resulta más difícil relajarse,

jugar y explorar. Si el lactante encuentra dificultades, tiene menos claro que exista una base

segura, acogedora y firme, gasta la mayor parte de sus energías vigilando con recelo

aquello que sucede, y no aprendiendo acerca de las cosas y de los demás. Por lo tanto, la

tarea primaria, de carácter primordial en el desarrollo emocional de los lactantes es para sus

padres, la de proporcionar un entorno social que promueva sentimientos de seguridad y

confianza.

Dentro de este contexto, es relevante que los lactantes desarrollen seguridad y

confinza para alcanzar un buen apego seguro

“ Los niños con apego seguro desarrollado serán más confiados y seguros de

emprender la búsqueda de experiencias que le permitan aprender o entender el contexto en

el que viven, tal como sostiene”. (Feeney y Thrush, 2010)

A. Vínculo afectivo

Es importante mencionar que el desarrollo emocional y apego seguro de los niños

ocurre durante los primeros tres años de vida, formándose un vínculo afectivo

específicamente a lo largo del primer año de vida, como resultado de la necesidad de

vinculación afectiva que tienen los niños y las conductas que para satisfacerla pone en

juego y el ofrecimiento de cuidados y atenciones que le ofrecen las personas con quien

interactúa.

Las relaciones desde temprana edad ayudan a regular nuestro sistema emocional,

que es la vinculación afectiva de cada ser humano que en este caso sería con su cuidador

más próximo el cual responderá a las señales emocionales brindadas por el individuo.

(Fonagy 2004)

B. Necesidades de los lactantes.

Es importante asegurar que en los jardines infantiles, el personal educativo, sea lo

suficientemente sensible a las necesidades de los lactantes y a su vez los padres o

cuidadores a cargo de los lactantes puedan aprender a reconocer sus propias emociones ante

las situaciones de estrés en ellos.

“En las salas cuna existen amplias posibilidades de desarrollar relaciones de apego

seguro con los niños, puesto que continuamente en ella se presenta una intensa actividad de

cuidados: los niños permanecen una cantidad de tiempo considerable con las educadoras, se

cuenta con un personal con formación técnica y profesional y, por sobre todo, con personas
sensibles frente a los niños que desarrollan su tarea con gran disposición”. (Bienestar y

Apego en la Sala Cuna, JUNJI, 2007, p.7)

C. Estilos parentales

La vinculación afectiva o apego y su posterior relevancia, dicen que existen dos

aspectos del ámbito familiar que se han relacionado sistemáticamente con la autoestima en

los hijos; una, la importancia del apego con el cuidador principal y dos, los estilos de

socialización parental. Incidencia del apego seguro y los vínculos parentales en el

desarrollo emocional de los hijos. (Musitu y Cava, 2001).

Parker (1996) citado en Pierucci N y Pinzón B (2003), por su parte, define cuatro

estilos parentales, diferenciándolos entre sí por el cuidado y control o protección que

ejercen los padres durante la crianza de sus hijos, trazando así un cuadrante que ubica las

siguientes características parentales: 1) Cuidado óptimo, definido por alto cuidado y baja

sobreprotección; 2) Compulsión afectiva, por una combinación de excesivo cuidado y

excesiva sobreprotección; 3) Control sin afecto, identificado por una sobreprotección y es

caso cuidado, y 4) Negligente o descuidado, que se forma por la combinación de bajo

cuidado y baja sobreprotección.

Los niños son los principales benefactores al generar un buen apego seguro a traves

del desarrllo emociona, ya que le facilitara el proceso de adaptación al ingrasar al nivel de

sala cuna menor.

Desarrollo emocional

A. Emociones de los lactantes.

desde el punto de vista emocional, puesto que en una herramienta para una vida futura,

tomando en cuenta que proporciona un aumento de la exploración, la curiosidad, la

resolución de problemas, el juego y las relaciones con los compañeros”, es decir, que

permite abrirse más al mundo.

Las emociones han dejado de tener una connotación negativa, pasando de ser un

aspecto a reprimir a ser consideradas como experiencias centrales de las personas, que

favorecen su actuación y su pensamiento. (Zaccagnini, 2004)

B. Bienestar de los lactantes

Aquí lo imporante es que las educadoras de párvulos deben estar atentas a las

necesidades emocionales de los lactantes, empatizando con lo que sienten y conteniéndolos

en momentos de angustias y llantos. Muchas veces al estrés que estan expuextos los

lactantes podría incluso generarse a partir de la interacción o no interacción con el adulto

significativo que se encuentra a su cargo. Las educadoras de párvulos no solo deben

preocuparse de atender las necesidades básicas de los lactantes, sino que también deben

promover el bienestar emocional de ellos, originando con esto la construcción de un apego

seguro.

Aprender que el estrés es la forma que tienen los niños para expresar lo que siente,

es como un termómetro que indica que se está experimentando una emoción y que no

puede manejarla por sí solo”. (Lecannelier, 2016, p. 56)

con distintas figuras, siempre que éstas se muestren sensibles y cariñosas. Además, la

existencia de varias figuras de apego puede resultar muy conveniente para el niño,

facilitando la elaboración de los celos, el aprendizaje por imitación y la estimulación rica y

variada.”(López, 1990) (citado en Oliva, 2004, p. 71)

Desarrollo de los lactantes

En esta etapa ( 85 dias a 1 año) Los lactantes se encunetran en una etapa sencible de

desarrollo, presentando problemas para crear vinculos afectivos al momento de la

separacion de su figura materna o paterna.

Todo se fundamenta en base a las neurociencias, las cuales nos señalan la

importancia que es brindar aprendizajes oportunos y condiciones favorables para el

desarrollo de los niños menores de tres años. Estos aprendizajes y condiciones comienzan

desde el momento de la concepción, pues es en este período de tiempo donde el cerebro

posee la mayor plasticidad cerebral, es decir, el cerebro se puede modificar y a la vez

estructurar los aprendizajes, las experiencias y el efecto que produce el ambiente en cada

uno de los niños y niñas, lo que posteriormente impacta de manera decisiva en su desarrollo

y su vida. Estos fundamentos nos afirman que es necesario estar conciente de la

importancia que es brindar aprendizajes y condiciones favorables para los niños y niñas, en

su momento y de manera oportuna, ya que son clave los períodos críticos tanto para su vida

presente como para su futuro. (Fernández, Larraguibel: 2001). (Fernández, Larraguibel:

2001).