Catedra Bolivariana 2do Corte

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA.

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA

DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA.

NÚCLEO ZULIA

CATEDRA BOLIVARIANA
2do Corte

Realizado por:

Oscar Rafael Arrieta Barreto

C.I.27558675

Sergio Alexander Orozco Gil

27197371

06S-1626-D1

ING. Telecomunicaciones
INDICE
-Camino a la Inmortalidad:
Viaje a Santa Marta, Ultima Proclama, Testamento y Muerte del
Libertador.

-Valores Éticos de Bolívar:


Libertad, Igualdad y Justicia

-Ideas de Bolívar:
Educativas, Administrativas y Sociales
Camino a la inmortalidad

La enfermedad que tuvo el Libertador a lo largo de su vida y las


muchas crisis que presentó en los últimos años de ella sin duda
tuvieron que influir en alguna forma en el desarrollo de las guerras de
la independencia, el nacimiento de la república y tal vez mucho más,
en la evolución de los hechos que llevaron a la desintegración de su
obra política.

Viaje a Santa Marta

El 7 de Mayo Bolívar sale de Bogotá. No puede regresar a Venezuela,


incluso teme por el Gobierno de Páez le incauté las minas de Aroa,
hacienda de sus padres. Por ahora su destino es la costa. Quiere
descansar un poco para reponer su quebrantada salud. Si mejora y le
conceden el sueldo el ex - Presidente se residencia en Europa. En
Cartagena recibe una noticia que le acelera el corazón. El Mariscal
Sucre ha sido asesinado traidoramente. Bolívar no encuentra palabras
ni lagrimas para tanto dolor. Llora como un niño y se ve en este crimen
una cruel venganza de sus enemigos. Los asesinos sabían muy bien
que Sucre era el sucesor legítimo de Bolívar, el único que todavía
podía restaurar la unidad Gran Colombiano. Mientras tanto el gobierno
del Presidente Mosquera se hunde. Cada soldado se hace General y
todos se creen con derecho a sublevarse. A los 3 meses le sucede el
Vice - Presidente Caicedo. Apenas toma el mando le sustituye una
insurrección militar. Urdaneta se alza con el poder pero decide que
vuelva Bolívar. Es el único que aún puede unir y evitar la Guerra. El
Libertador escucha a los emisarios. Le duele el caos total. Tengo la
obligación de salvar a la patria como cualquier soldado. Ofrezco por
los sacrificios de que soy capaz. Pero no veo todavía que mi regreso
aplaque a los revoltosos. No puedo aceptar otra vez la Presidencia sin
el consentimiento de unas elecciones.

La última proclama.

El 10 de diciembre de 1830 es el día de la última proclama del


Libertador, dictada desde su lecho de moribundo. Firmó el testamento
y recibió los Santos Sacramentos de manos del humilde cura de la
aldea de Mamatoco, quien llegó en la noche con sus acólitos y varios
indígenas.
Luego, rodeado de sus más íntimos amigos, como José Laurencio
Silva, Mariano Montilla, Joaquín de Mier, Ujueta, Fernando Bolívar,
etc., el notario Catalino Noguera empezó a leer el histórico documento,
pero apenas llegó a la mitad, porque la emoción y el dolor le ahogaron
la voz. Continuó la lectura Manuel Recuero. La última Proclama dice
así:
A los pueblos de Colombia:

Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde


reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi
fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me
persuadí que desconfiábais de mi desprendimiento. Mis enemigos
abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado,
mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis
perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo
los perdono.

Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo


hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria
que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien
inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno
para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo
sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en
defender las garantías sociales.

¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi


muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión,
yo bajaré tranquilo al sepulcro.

Testamento de Bolívar.

El testamento de su excelencia El Libertador de Colombia General


Simón Bolívar es el documento mediante el cual el Libertador Simón
Bolívar declaró su última voluntad antes de fallecer el 17 de diciembre
de 1830. Fue dictado en Santa Marta, Colombia, el 10 de diciembre, el
mismo día en que dictó su última proclama y recibió los sacramentos
por parte del Obispo de Santa Marta José María Esteves,1 y fue
firmado por Bolívar y el escribano José Catalino Noguera al día
siguiente.2 El original consta de 4 páginas manuscritas por ambas
caras y estuvo archivado en una notaría de Santa Marta hasta que fue
robado por desconocidos quienes lo vendieron al gobierno
venezolano. El presidente Marcos Pérez Jiménez lo restituyó a
Colombia donde fue depositado en un banco por la Sociedad
Bolivariana hasta que dicha institución lo donó al Museo Nacional de
Colombia el 24 de junio de 1960.3

El documento está constituido por catorce cláusulas en las que Bolívar


declara u ordena elementos de diversa índole, incluyendo su creencia
en Dios y la Iglesia Católica, sus bienes y su destino (las tierras y
Minas de Aroa...y unas alhajas), que se paguen sus deudas y la
donación de dos libros que fueron propiedad de Napoleón a la
Universidad de Caracas. También ordena una remuneración para su
mayordomo José Palacios, que se quemen algunos documentos,
nombra sus albaceas, y divide lo que queda de sus bienes en tres
partes: una para cada hermana María Antonia y Juana. La tercera
para sus sobrinos: Juan, Felicia y Fernando Bolívar, para que lo
"disfruten con la bendición de Dios.

Santa Marta, 10 de diciembre de 1830


En nombre de Dios todo Poderoso. Amén. Yo, Simón Bolívar,
Libertador de la República de Colombia, natural de la ciudad de
Caracas en el Departamento de Venezuela, hijo legitimo de los
señores Juan Vicente Bolívar y María Concepción Palacios, difuntos,
vecinos que fueron de dicha ciudad, hallándome gravemente enfermo,
pero en mi entero y cabal juicio, memoria y entendimiento natural,
creyendo y confesando como firmemente creo y confieso el alto y
soberano misterio de la Beatísima y Santísima Trinidad, Padre Hijo y
Espíritu Santo tres personas distintas y un solo Dios verdadero, y en
todos los demás misterios que cree, predica y enseña nuestra Santa
Madre Iglesia Católica Apostólica Romana, bajo cuya fe y creencia he
vivido y protesto vivir hasta la muerte, como Católico fiel Cristiano,
para estar prevenido cuando la mía me llegue con disposición
testamental, bajo la invocación divina, hago, otorgo y ordeno mi
Testamento en la forma siguiente:

Primeramente encomiendo mi Alma a Dios nuestro Señor que de la


nada la crió, y el cuerpo a la tierra de que fue formado, dejando a
disposición de mis Albaceas el funeral y entierro, y el pago de las
mandas que sean necesarias para obras pías, y estén prevenidas por
el gobierno
Declaro: fui casado legalmente con la Sra. Teresa Toro, difunta, en
cuyo matrimonio no tuvimos hijo alguno.
Declaro: que cuando contrajimos matrimonio, mi referida esposa, no
introdujo a el ninguna dote, ni otros bienes, y yo introduje todo cuanto
heredé de mis padres.
Declaro: que no poseo otros bienes más que las tierras y minas de
Aroa, situadas en la Provincia de Carabobo, y unas alhajas que
constan en el inventario que debe hallarse entre mis papeles, las
cuales existen en poder del Sr. Juan de Francisco Martín vecino de
Cartagena.
Declaro: que solamente soy deudor de cantidad de pesos a los
señores Juan de Francisco Martín y Poules y Compañía, y prevengo a
mis Albaceas que estén y pasen por las cuentas que dichos Señores
presenten y las satisfagan de mis bienes.
Es mi voluntad: que la medalla que me presentó el Congreso de
Bolivia a nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se lo ofrecí, en
prueba del verdadero afecto, que aún en mis últimos momentos
conservo a aquella República.
Es mi voluntad: que las dos obras que me regalo mi amigo el Sr. Gral.
Wilson, y que pertenecieron antes a la biblioteca de Napoleón tituladas
"El Contrato Social" de Rousseau y "El Arte Militar" de Montecuculi, se
entreguen a la Universidad de Caracas.
Es mi voluntad: que de mis bienes se le den a mi fiel mayordomo José
Palacios la cantidad de ocho mil pesos, en remuneración a sus
constantes servicios.
Ordeno: que los papeles que se hallan en poder del Sr. Pavageau, se
quemen.
Es mi voluntad: que después de mi fallecimiento, mis restos sean
depositados en la ciudad de Caracas, mi país natal.
Mando a mis Albaceas que la espada que me regaló el Gran Mariscal
de Ayacucho, se devuelva a su viuda para que la conserve, como una
prueba del amor que siempre he profesado al expresado Gran
Mariscal.
Mando a mis Albaceas se den las gracias al Sr. Gral. Roberto Wilson
por el buen comportamiento de su hijo el Coronel Belford Wilson, que
tan fielmente me ha acompañado hasta los últimos momentos de mi
vida.
Para cumplir y pagar este mi testamento y lo en el contenido, nombro
por mis Albaceas testamentarios, fideicomisarios, tenedores de bienes
a los Sres. Gral. Pedro Briceño Méndes, Juan de Francisco Martín, Dr.
José Vargas, y el Gral. Laurencio Silva, para que de mancomún et
insolidum entre en ellos, los beneficien y vendan en almoneda o fuera
de ella, aunque sea pasado el año fatal de Albaceazgo pues yo les
prorrogo el demás tiempo que necesiten, con libre franca, y general
administración.
Y cumplido y pagado este mi testamento y lo en el contenido instituyo
y nombro por mis únicos y universales herederos en el remanente de
todos mis bienes, deudas, derechos y acciones, futuras sucesiones en
el que haya sucedido y suceder pudiere, a mis hermanas María
Antonia y Juana Bolívar y a los hijos de mi finado hermano Juan
Vicente Bolívar, a saber, Juan, Felicia y Fernando Bolívar, con
prevención de que mis bienes deberán dividirse en tres partes, las dos
para mis dichas hermanas, y la otra parte para los referidos hijos de mi
indicado hermano Juan Vicente, para que lo hayan, y disfruten con la
bendición de Dios. Y revoco, anulo, y doy por de ningún valor ni efecto
otros testamentos, codicilos, poderes y memorias que antes de este
haya otorgado por escrito, de palabra o en otra forma para que no
prueben ni hagan fe en juicio, ni fuera del, salvo el que presente que
ahora otorgo como mi última y deliberada voluntad, o en aquella vía y
forma que mas allá lugar en derecho. En cuyo testimonio así lo otorgo
en esta hacienda San Pedro Alejandrino de la comprensión de la
ciudad de Santa Marta a diez de diciembre de 1830.

Y su excelencia el otorgante a quien yo, infrascrito, Escribano Publico


del Número certifico que conozco, y de que al parecer está en su
entero y cabal juicio, memoria y entendimiento natural, así lo dijo,
otorgó y firmó por ante mí en la casa de su habitación, y en éste mi
Registro Corriente de Contratos Públicos siendo testigos los S.S.:
Gral. Mariano Montilla, Gral. José María Carreño, Coronel Belford
Hinton Wilson, Coronel José de la Cruz Paredes, Coronel Joaquín de
Mier, Primer Comandante Juan Glenn y el Dr. Manuel Pérez Recuero,
presentes.
Muerte de Bolívar.

El 17 de diciembre de 1830, en la Quinta «San Pedro Alejandrino»,


cerca de Santa Marta (Colombia), dejó de existir el Genio de la
Libertad, el más Grande Hombre de América. A la 1 en punto de la
tarde, «murió el sol de Colombia», Simón Bolívar. Había recibido de
manos del Cura de la aldea de Mamatoco los Santos Sacramentos.
Después de haber dado libertad a tantos millones de suramericanos,
Bolívar se halla en su último instante muy solo. Apenas le rodean
Mariano Montilla, Fernando Bolívar, José Laurencio Silva,
Portocarrero, el edecán Wilson, Ibarra, Cruz Paredes, José María
Carreño...

El médico de cabecera Alejandro Próspero Reverend, viendo que


llegaba el momento supremo los llamó y les dijo: «Señores, si queréis
presenciar los últimos momentos y postrer aliento del Libertador, ya es
tiempo». Pero, indudablemente, Bolívar continúa vivo en el corazón de
los pueblos, en las ideas que parecen escritas para nuestros días, en
las acciones que son permanente ejemplo para todos aquellos que
sienten de verdad lo que es una patria redimida. El Sol de Colombia
sigue brillando.

Bolívar lo vivió. Destituido de todos sus cargos por la oligarquía gran


colombiana asesinado, antes, su noble amigo el mariscal Sucre que
ganara en los Andes, en 1824, la última batalla de la Independencia y
es necesario decir que nunca se supo quién le preparó la emboscada
de la muerte, fue abandonado, Bolívar, a su suerte. Camino de su
destierro a Venezuela, sublevada ya ante su posible llegada porque
iba precedido de la apelación de dictador, Bolívar no tuvo a su lado
nada más que un grupo de amigos: contados con los dedos.

Enfermo, le curaba el médico francés Alejandro Prospero Reverend.


Arribado a la ciudad costeña de Santa Marta, el Libertador no encontró
techo de recepción nada más que en la casa de un español: Joaquín
de Mier. Ya próximo a la muerte se refugió en la Quinta de San Pedro
Alejandrino. Esta mansión pertenecía, también, al mismo español. En
San Pedro Alejandrino pronunció aquella invocación a la ironía:
"Jesucristo, Don Quijote y yo hemos sido los más insignes majaderos
de este mundo".
Valores éticos de Bolívar

-Libertad: La Libertad para bolívar es la libertad no solo política(los


derechos políticos, la participación, la república para elegir nuestros
gobernantes),sino que la libertad es también la libertad social, que es
la abolición de la esclavitud, la abolición de todos los privilegios que
existían durante la colonia; también es la libertad económica, que es la
posibilidad de cada ciudadano de tener la oportunidad de mejorar
económicamente su vida, ,de mejorar sus condiciones para él y para
sus hijos también. El cambio que señala bolívar con su pensamiento
libertario es pasar de un imperio a una confederación de repúblicas
libres que mantengan las garantías políticas y sociales para todos los
ciudadanos de América Latina, de América española. La
independencia es una declaración de libertad para toda la vida, es la
lucha por la libertad de un pueblo y por las libertades de los pueblos.
-Igualdad: La justicia social. La república y la libertad no pueden
existir en una sociedad con injusticia social. Es un deber republicano
corregir las desigualdades sociales, equilibrar los poderes, los saberes
y las virtudes de sus habitantes: oigamos sus palabras: La naturaleza
hace a los hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerza y
caracteres. Las leyes corrigen esta diferencia porque colocan al
individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes,
los servicios, las virtudes, le den igualdad ficticia propiamente llamada
política y social. Bolívar  afirma que cuando hay desigualdades
sociales se pone en peligro la república.
-Justicia: El Libertador marcó pauta como estratega en la dura faena
militar, igualmente brilló en el difícil cometido de estructura
políticamente los estados surgidos de las antiguas áreas geográficas
coloniales Bolívar siempre tuvo vigente su preocupación por la
administración de la justicia; en Caracas en 1.813 y hasta el Congreso
Admirable de 1.830, insistió en una u otra forma, en destacar la
importancia de la administración de justicia como una actividad
funcional del estado y en su proyecto constitucional en Angostura. El
carácter social de la lucha obligó al libertador a establecer la justicia
para tratar de dar seguridad al pueblo.
 Ideas Educativas de Bolívar
 El libertador, a lo largo de su carrera como gobernante y estadista,
manifestó preocupación e interés por la educación de los ciudadanos.
Para Bolívar "El primer deber del gobierno es dar educación al
pueblo". Refiriéndose a la importancia de la educación, el libertador
señalaba: Cuando el pueblo, por medio de la instrucción, sepa lo que
son sus deberes y derechos, habremos consolidado la Republica. En
Venezuela, Manifestó varias veces su preocupación por mejorar el
sistema educativo, y dictó medidas como estas: - Creación de
escuelas primarias, basadas en el sistema de enseñanza de José
Lancaster, a quien Bolívar conoció en Londres e invitó a Venezuela. -
Reforma de los estatutos de la Real y Pontificia Universidad de
Caracas para adaptarla a la nueva realidad del país y actualizar su
funcionamiento tanto académico como administrativo. En los
diferentes países Bolivarianos, el libertador dejó su huella como
reformador y promotor de la educación. En Colombia, decretó en 1829
la obligatoriedad de la educación primaria e implanto numerosos
colegios y centros de enseñanzas. En el Perú, creó la universidad de
Cuzco, así como los colegios para varones y hembras. Su interés por
mejorar la calidad de la educación en su época, le hizo pensar en la
necesidad de enviar varones becados al exterior para perfeccionar sus
conocimientos y traer al país nuevas técnicas y aprendizaje.

Ideas Administrativas de Bolívar


 El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que  produce mayor
suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor
suma de estabilidad política. La disipación de las rentas públicas en
objetos frívolos, y perjudiciales, y particularmente en sueldos de
infinidad de oficinistas, secretarios, jueces, magistrados, legisladores
provinciales y federales, dio un golpe mortal a la República, porque le
obligó a recurrir al peligroso expediente de establecer el papel moneda
sin otra garantía, que la fuerza y las rentas imaginarias de la
Confederación. Es el deber de todo ciudadano  vigilar sobre la legítima
inversión de las rentas públicas en beneficio de la sociedad. Todo
funcionario público a quien se le conviniere en juicio sumario, por
haber malversado o tomado para sí los fondos, queda sujeto a la pena
capital. Los jueces, a quienes según la ley compete este juicio, que en
su caso no procediesen conforme a este decreto, serán condenados a
la misma pena. Todo individuo puede acusar a los funcionarios
públicos del delito que incurra. Hombres virtuosos y hombres honrados
son de los que me valdré para darle vigor a todos los ramos de la
administración pública. Es deber de todo ciudadano vigilar sobre la
legítima inversión de las rentas públicas en beneficio de la sociedad.
Que se acuse a cuantos cometen faltas y todo se corregirá... Yo seré
el primero.

Ideas Sociales de Bolívar


El fin de la esclavitud en Venezuela. No sólo la nueva Junta de
Gobierno había prohibido la trata de negros, sino que el Generalísimo
Francisco de Miranda llamó a los esclavos a formar filas en el ejército
patriota ofreciéndoles la libertad. Por su parte, Simón Bolívar, aunque
mantuano y propietario de haciendas y de esclavos, fue el primero en
liberarlos, dando ejemplo de magnanimidad. Protección al indio y al
campesino. Las posiciones de Bolívar frente a la población indígena y
esclava: Prohibición de la explotación de los indios. Distribución de
tierras entre los indios. Eliminación del tributo indígena.

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