3/9/21 19:36 Carl Rogers

CARL ROGERS
1902 - 1987

Dr. C. George Boeree

En francés - traducido por Kate Bondareva

en macedonio - traducido por Katerina Nestiv
en hindi - traducido por Nicol
en croata - traducido por Milica Novak
En italiano - traducido por Maxwell Edward
En holandés - traducido por anónimo
en húngaro - traducido por Zoltan Baffy
en finlandés - traducido por Elsa Jansson

Biografía

Carl Rogers nació el 8 de enero de 1902 en Oak Park, Illinois, un suburbio de Chicago, el cuarto de seis
hijos. Su padre era un exitoso ingeniero civil y su madre era ama de casa y devota cristiana. Su educación
comenzó en segundo grado, porque ya sabía leer antes del jardín de infancia.

Cuando Carl tenía 12 años, su familia se mudó a una granja a unas 30 millas al oeste de Chicago, y fue aquí
donde pasaría su adolescencia. Con una educación estricta y muchas tareas, Carl se volvería bastante aislado,
independiente y autodisciplinado.

Pasó a la Universidad de Wisconsin para especializarse en agricultura. Más tarde, se cambió a la religión
para  estudiar para el ministerio. Durante este tiempo, fue seleccionado como uno
de los diez estudiantes para ir a Beijing para la "Conferencia de la Federación
Cristiana de Estudiantes del Mundo" durante seis meses. Nos dice que sus nuevas
experiencias ampliaron tanto su pensamiento que comenzó a dudar de algunos de
sus puntos de vista religiosos básicos.

Después de graduarse, se casó con Helen Elliot (en contra de los deseos de sus
padres), se mudó a la ciudad de Nueva York y comenzó a asistir al Union
Theological Seminary, una famosa institución religiosa liberal. Mientras estaba allí,
tomó un seminario organizado por estudiantes llamado "¿Por qué estoy ingresando al ministerio?" También
podría decirte que, a menos que quieras cambiar tu carrera, ¡nunca tomes una clase con ese título! Nos dice
que la mayoría de los participantes "pensaron en salir del trabajo religioso".

La pérdida de la religión fue, por supuesto, la ganancia de la psicología: Rogers pasó al programa de
psicología clínica de la Universidad de Columbia y recibió su doctorado. en 1931. Ya había comenzado su
trabajo clínico en la Sociedad de Rochester para la Prevención de la Crueldad contra los Niños. En esta
clínica, aprendió sobre la teoría y las técnicas de terapia de Otto Rank, lo que lo inició en el camino hacia el
desarrollo de su propio enfoque.

Se le ofreció una cátedra completa en el estado de Ohio en 1940. En 1942, escribió su primer libro,
Consejería y psicoterapia. Luego, en 1945, fue invitado a establecer un centro de asesoramiento en la
Universidad de Chicago. Fue mientras trabajaba allí que en 1951 publicó su obra principal, Terapia centrada
en el cliente, en la que describe su teoría básica.

En 1957, regresó para enseñar en su alma mater, la Universidad de Wisconsin. Desafortunadamente, fue una
época de conflicto dentro de su departamento de psicología, y Rogers se desilusionó mucho con la educación

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superior. En 1964, estuvo feliz de aceptar un puesto de investigador en La Jolla, California. Brindó terapia,
dio discursos y escribió, hasta su muerte en 1987.

Teoría

La teoría de Roger es clínica, basada en años de experiencia en el trato con sus clientes. Tiene esto en común
con Freud, por ejemplo. También en común con Freud es que la suya es una teoría particularmente rica y
madura, bien pensada y lógicamente ajustada, con una amplia aplicación.

Sin embargo, no es en común con Freud el hecho de que Rogers ve a las personas como básicamente buenas
o saludables, o al menos, no malas o enfermas. En otras palabras, ve la salud mental como la progresión
normal de la vida, y ve las enfermedades mentales, la criminalidad y otros problemas humanos como
distorsiones de esa tendencia natural. Tampoco es común con Freud el hecho de que la teoría de Rogers sea
relativamente simple.

Tampoco es común con Freud que la teoría de Rogers sea particularmente simple, ¡incluso elegante! Toda la
teoría se basa en una única "fuerza de vida" que él llama tendencia actualizante . Puede definirse como la
motivación incorporada presente en cada forma de vida para desarrollar sus potenciales en la mayor medida
posible. No solo estamos hablando de supervivencia: Rogers cree que todas las criaturas se esfuerzan por
hacer lo mejor de su existencia. Si no lo hacen, no es por falta de deseo.

Rogers capta con esta única gran necesidad o motivo todos los demás motivos de los que hablan otros
teóricos. Nos pregunta, ¿por qué queremos aire, agua y comida? ¿Por qué buscamos seguridad, amor y un
sentido de competencia? ¿Por qué, de hecho, buscamos descubrir nuevos medicamentos, inventar nuevas
fuentes de energía o crear nuevas obras de arte? Porque, responde, ¡está en nuestra naturaleza como seres
vivos hacer lo mejor que podamos!

Tenga en cuenta que, a diferencia del uso que hace Maslow del término, Rogers lo aplica a todas las criaturas
vivientes. ¡Algunos de sus primeros ejemplos, de hecho, incluyen algas y hongos! Piénselo: ¿no le sorprende
a veces la forma en que las malas hierbas crecen en la acera, los árboles jóvenes rompen las rocas o los
animales sobreviven a las condiciones del desierto o al norte helado?

También aplicó la idea a los ecosistemas, diciendo que un ecosistema como un bosque, con toda su
complejidad, tiene un potencial de actualización mucho mayor que un ecosistema simple como un campo de
maíz. Si un insecto se extinguiera en un bosque, es probable que haya otras criaturas que se adapten para
llenar el vacío; Por otro lado, un ataque de "tizón del maíz" o algún desastre similar, y tienes un cuenco de
polvo. Lo mismo para nosotros como individuos: si vivimos como deberíamos, nos volveremos cada vez más
complejos, como el bosque, y por lo tanto permaneceremos flexibles ante los pequeños - y grandes -
desastres de la vida.

Sin embargo, las personas, en el curso de la actualización de sus potenciales, crearon sociedad y cultura. En
sí mismo, eso no es un problema: somos una criatura social, es nuestra naturaleza. Pero cuando creamos la
cultura, desarrolló una vida propia. En lugar de permanecer cerca de otros aspectos de nuestra naturaleza, la
cultura puede convertirse en una fuerza por derecho propio. E incluso si, a la larga, una cultura que interfiere
con nuestra actualización se extingue, nosotros, con toda probabilidad, moriremos con ella.

No lo malinterpretes: ¡la cultura y la sociedad no son intrínsecamente malas! Es más parecido a las aves del
paraíso que se encuentran en Papúa-Nueva Guinea. El plumaje colorido y dramático de los machos
aparentemente distrae a los depredadores de las hembras y los jóvenes. La selección natural ha llevado a
estas aves hacia plumas de la cola cada vez más elaboradas, hasta que en algunas especies el macho ya no
puede levantarse del suelo. En ese punto, ser colorido no le hace mucho bien al macho, ni a la especie. De la
misma manera, nuestras sociedades elaboradas, culturas complejas, tecnologías increíbles, por todo lo que
nos han ayudado a sobrevivir y prosperar, pueden al mismo tiempo servir para dañarnos, y posiblemente
incluso destruirnos.

Detalles

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Rogers nos dice que los organismos saben lo que les conviene. La evolución nos ha proporcionado los
sentidos, los gustos, las discriminaciones que necesitamos: cuando tenemos hambre, encontramos comida, no
cualquier comida, sino comida que sabe bien. Es probable que los alimentos que saben mal estén en mal
estado, podridos y no sean saludables. Que lo bueno y lo malo son los gustos, ¡nuestras lecciones evolutivas
lo dejaron en claro! A esto se le llama valoración organísmica .

Entre las muchas cosas que valoramos instintivamente está la consideración positiva , término genérico de
Rogers para cosas como amor, afecto, atención, cariño, etc. Está claro que los bebés necesitan amor y
atención. De hecho, es muy posible que mueran sin él. Ciertamente no prosperan, es decir, se convierten en
todo lo que pueden ser.

Otra cosa, quizás peculiarmente humana, que valoramos es la autoestima positiva , es decir, la autoestima,
la autoestima, una autoimagen positiva. Logramos esta autoestima positiva al experimentar la consideración
positiva que los demás nos muestran a lo largo de nuestros años de crecimiento. Sin esta autoestima, nos
sentimos pequeños e indefensos, ¡y nuevamente fallamos en convertirnos en todo lo que podemos ser!

Al igual que Maslow, Rogers cree que, si se los deja a su suerte, los animales tenderán a comer y beber cosas
que son buenas para ellos y a consumirlas en proporciones equilibradas. Los bebés también parecen querer y
gustarles lo que necesitan. En algún punto de la línea, sin embargo, hemos creado un entorno para nosotros
que es significativamente diferente de aquel en el que evolucionamos. En este nuevo entorno hay cosas como
azúcar refinada, harina, mantequilla, chocolate, etc., que nuestros antepasados ​en África nunca conocieron.
Estas cosas tienen sabores que atraen a nuestra valoración orgánica, pero no sirven bien para nuestra
actualización. Durante millones de años, podemos evolucionar para encontrar el brócoli más satisfactorio que
el pastel de queso, pero para entonces,

Nuestra sociedad también nos lleva por mal camino con condiciones de valor . A medida que crecemos,
nuestros padres, maestros, compañeros, los medios de comunicación y otros, solo nos dan lo que necesitamos
cuando demostramos que somos "dignos", en lugar de solo porque lo necesitamos. Tomamos un trago
cuando terminamos nuestra clase, obtenemos algo dulce cuando terminamos nuestras verduras, y lo más
importante, obtenemos amor y afecto si y solo si "nos portamos bien".

Obtener una consideración positiva en "a condición" Rogers llama consideración positiva condicional .
Debido a que de hecho necesitamos una consideración positiva, estas condiciones son muy poderosas, y nos
doblamos en una forma determinada, no por nuestra valoración organísmica o nuestra tendencia de
actualización, sino por una sociedad que puede o no tener realmente nuestros mejores intereses en el
corazón. ¡Un "niño o niña buenos" puede que no sea un niño o una niña saludable o feliz!

Con el tiempo, este "condicionamiento" nos lleva a tener una autoestima positiva condicional también.
Comenzamos a gustarnos a nosotros mismos solo si cumplimos con los estándares que otros nos han
aplicado, en lugar de si realmente estamos actualizando nuestro potencial. Y dado que estos estándares se
crearon sin tener en cuenta a cada individuo, la mayoría de las veces nos encontramos incapaces de
cumplirlos y, por lo tanto, no podemos mantener ningún sentido de autoestima.

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Incongruidad

El aspecto de tu ser que se basa en la tendencia de actualización, sigue la valoración organísmica, necesita y
recibe consideración positiva y autoestima, Rogers llama el yo real . Es el "tú" en el que, si todo va bien, te
convertirás.

Por otro lado, en la medida en que nuestra sociedad no esté sincronizada con la tendencia actualizante, y nos
veamos obligados a vivir con condiciones de valor que estén fuera de sintonía con la valoración organísmica,
y recibamos solo una consideración positiva y una autoestima condicional, en cambio, desarrollamos un yo
ideal . Por ideal, Rogers sugiere algo que no es real, algo que siempre está fuera de nuestro alcance, el
estándar que no podemos cumplir.

Esta brecha entre el yo real y el yo ideal, el "yo soy" y el "debería" se llama incongruencia . Cuanto mayor
sea la brecha, más incongruencia. Cuanta más incongruencia, más sufrimiento. De hecho, la incongruencia es
esencialmente lo que Rogers quiere decir con neurosis : no estar sincronizado con uno mismo. Si todo esto
te suena familiar, ¡es precisamente lo mismo que Karen Horney!

Defensas

Cuando te encuentras en una situación en la que existe una incongruencia entre tu imagen de ti mismo y tu
experiencia inmediata de ti mismo (es decir, entre el yo ideal y el yo real), estás en una situación
amenazadora . Por ejemplo, si te han enseñado a sentirte indigno si no sacas A en todas tus pruebas y, sin

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embargo, no eres un gran estudiante, entonces situaciones como las pruebas sacarán a la luz esa
incongruencia. Las pruebas serán muy amenazantes.

Cuando espere una situación amenazante, sentirá ansiedad . La ansiedad es una señal que indica que hay
problemas por delante, ¡que debes evitar la situación! Una forma de evitar la situación, por supuesto, es
levantarse y correr hacia las colinas. Dado que esa no suele ser una opción en la vida, en lugar de correr
físicamente, corremos psicológicamente, usando defensas .

La idea de Rogers de las defensas es muy similar a la de Freud, excepto que Rogers considera todo desde un
punto de vista perceptivo, de modo que incluso los recuerdos y los impulsos se consideran percepciones.
Afortunadamente para nosotros, solo tiene dos defensas: la negación y la distorsión perceptiva.

La negación significa mucho lo que hace en el sistema de Freud: bloquea la situación amenazante por
completo. Un ejemplo podría ser la persona que nunca toma su examen o pregunta sobre los resultados del
examen, por lo que no tiene que enfrentar malas calificaciones (¡al menos por ahora!). La negación para
Rogers también incluye lo que Freud llamó represión: si mantiene un recuerdo o un impulso fuera de su
conciencia, rehúse percibirlo, es posible que pueda evitar (¡nuevamente, por ahora!) Una situación
amenazante.

La distorsión de la percepción es cuestión de reinterpretar la situación para que parezca menos amenazante.
Es muy similar a la racionalización de Freud. Un estudiante que se ve amenazado por las pruebas y las
calificaciones puede, por ejemplo, culpar al profesor por una mala enseñanza, preguntas engañosas, mala
actitud o lo que sea. El hecho de que a veces los profesores sean malos profesores, escriban preguntas
capciosas y tengan malas actitudes solo hace que la distorsión funcione mejor: si pudiera ser cierto, ¡entonces
tal vez realmente fuera cierto! También puede ser mucho más obviamente perceptual, como cuando la
persona malinterpreta su calificación como mejor de lo que es.

Desafortunadamente para el pobre neurótico (y, de hecho, para la mayoría de nosotros), cada vez que usa una
defensa, pone una mayor distancia entre lo real y lo ideal. Se vuelven cada vez más incongruentes, se
encuentran en situaciones cada vez más amenazantes, desarrollan niveles de ansiedad cada vez mayores y
utilizan cada vez más defensas ... Se convierte en un círculo vicioso del que la persona finalmente no puede
salir. al menos por su cuenta.

Rogers también tiene una explicación parcial para la psicosis : la psicosis ocurre cuando la defensa de una
persona se ve abrumada y su sentido de sí mismo se "rompe" en pequeños pedazos desconectados.
Asimismo, su comportamiento tiene poca coherencia. Lo vemos como teniendo "brotes psicóticos",
episodios de comportamiento extraño. Sus palabras pueden tener poco sentido. Sus emociones pueden ser
inapropiadas. Puede perder la capacidad de diferenciarse entre sí y no y volverse desorientado y pasivo.

La persona en pleno funcionamiento

Rogers, como Maslow, está igualmente interesado en describir a la persona sana. Su término es "
plenamente funcional " e incluye las siguientes cualidades:

1.  Apertura a la experiencia . Esto es lo opuesto a estar a la defensiva. Es la percepción precisa de las
propias experiencias en el mundo, incluidos los propios sentimientos. También significa ser capaz de aceptar
la realidad, incluyendo nuevamente los propios sentimientos. Los sentimientos son una parte tan importante
de la apertura porque transmiten valoración organísmica. Si no puede estar abierto a sus sentimientos, no
puede estar abierto a la actualización. La parte difícil, por supuesto, es distinguir los sentimientos reales de
las ansiedades provocadas por las condiciones de valor.

2.  Vida existencial . Esto es vivir en el aquí y ahora. Rogers, como parte de ponerse en contacto con la
realidad, insiste en que no vivamos en el pasado ni en el futuro: el uno se ha ido y el otro todavía no es nada.
El presente es la única realidad que tenemos. Eso sí, eso no significa que no debamos recordar y aprender de
nuestro pasado. Tampoco significa que no debamos planificar o incluso soñar despiertos sobre el futuro.
Simplemente reconozca estas cosas por lo que son: recuerdos y sueños, que estamos experimentando aquí en
el presente.

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3.  Confianza organísmica. Debemos dejarnos guiar por el proceso de valoración de los organismos.
Debemos confiar en nosotros mismos, hacer lo que se sienta bien, lo que sea natural. Esto, como estoy
seguro de que se dará cuenta, se ha convertido en un importante punto de fricción en la teoría de Rogers. La
gente dice, claro, haz lo que es natural: si eres un sádico, lastima a la gente; si eres masoquista, hazte daño; si
las drogas o el alcohol te hacen feliz, hazlo; Si está deprimido, mátese ... Este ciertamente no parece un gran
consejo. De hecho, muchos de los excesos de los sesenta y setenta fueron atribuidos a esta actitud. Pero tenga
en cuenta que Rogers se refería a confiar en su verdadero yo, ¡y solo puedes saber lo que tu yo real tiene que
decir si estás abierto a experimentar y vivir existencialmente! En otras palabras, la confianza organísmica
asume que estás en contacto con la tendencia acutalizante.

4.  Libertad experiencial . Rogers sintió que era irrelevante si las personas realmente tenían libre albedrío o
no. Sentimos mucho como si lo hiciéramos. Esto no quiere decir, por supuesto, que seamos libres de hacer
cualquier cosa: estamos rodeados por un universo determinista, de modo que, agite mis brazos tanto como
quiera, no volaré como Superman. Significa que nos sentimos libres cuando tenemos opciones disponibles.
Rogers dice que la persona que funciona plenamente reconoce ese sentimiento de libertad y asume la
responsabilidad de sus elecciones.

5.  Creatividad . Si se siente libre y responsable, actuará en consecuencia y participará en el mundo. Una
persona en pleno funcionamiento, en contacto con la adaptación, se sentirá obligada por su naturaleza a
contribuir a la actualización de los demás, incluso de la vida misma. Esto puede ser a través de la creatividad
en las artes o las ciencias, a través de la preocupación social y el amor de los padres, o simplemente haciendo
lo mejor en su trabajo. La creatividad, tal como la usa Rogers, está muy cerca de la generatividad de Erikson.

Terapia

 Carl Rogers es mejor conocido por sus contribuciones a la terapia. Su terapia ha pasado por un par de
cambios de nombre a lo largo del camino: originalmente la llamó no directiva , porque sentía que el
terapeuta no debería guiar al cliente, sino estar allí para el cliente mientras el cliente dirige el progreso de la
terapia. . A medida que adquirió más experiencia, se dio cuenta de que, a pesar de lo "no directivo" que era,
todavía influía en su cliente por su propia "no directiva". En otras palabras, los clientes buscan orientación en
los terapeutas y la encontrarán incluso cuando el terapeuta esté tratando de no guiarlos.

Así que cambió el nombre a centrado en el cliente . Seguía sintiendo que el cliente era quien debía decir lo
que estaba mal, encontrar formas de mejorar y determinar la conclusión de la terapia; su terapia seguía
estando muy "centrada en el cliente" incluso aunque reconocía el impacto del terapeuta.
Desafortunadamente, otros terapeutas sintieron que este nombre para su terapia era una bofetada para ellos:
¿No son la mayoría de las terapias "centradas en el cliente"?

Hoy en día, aunque todavía se usan los términos no directivo y centrado en el cliente, la mayoría de la gente
simplemente lo llama terapia rogeriana . Una de las frases que Rogers usó para describir su terapia es "de
apoyo, no reconstructiva", y usa la analogía de aprender a andar en bicicleta para explicar: cuando ayudas a
un niño a aprender a andar en bicicleta, no puedes simplemente dígales cómo. Tienen que probarlo por sí
mismos. Y tampoco puedes retenerlos todo el tiempo. Llega un momento en el que tienes que dejarlos ir. Si
caen, caen, pero si aguantas, nunca aprenden.

Lo mismo ocurre en la terapia. Si la independencia (autonomía, libertad con responsabilidad) es lo que está
ayudando a lograr a un cliente, entonces no lo logrará si sigue dependiendo de usted, el terapeuta. ¡Necesitan
probar sus ideas por sí mismos, en la vida real más allá de la oficina del terapeuta! Un enfoque autoritario de
la terapia puede parecer que funciona maravillosamente al principio, pero al final solo crea una persona
dependiente.

Solo hay una técnica por la que los rogerianos son conocidos: la  reflexión . La reflexión es el reflejo de la
comunicación emocional: si el cliente dice "¡Me siento como una mierda!" el terapeuta puede reflejar esto al
cliente diciendo algo como "Entonces, la vida te está deprimiendo, ¿eh?" Al hacer esto, el terapeuta le está
comunicando al cliente que realmente está escuchando y se preocupa lo suficiente como para comprender.

El terapeuta también le está haciendo saber al cliente qué es lo que está comunicando. A menudo, las
personas en peligro dicen cosas que no quieren decir porque se siente bien al decirlas. Por ejemplo, una
mujer se me acercó una vez y me dijo: "¡Odio a los hombres!" Reflexioné diciendo "¿Odias a todos los
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hombres?" Bueno, dijo, tal vez no todos; no odiaba a su padre ni a su hermano ni, en realidad, a mí. Incluso
con esos hombres a los que "odiaba", descubrió que la gran mayoría de ellos no los sentía con tanta fuerza
como la palabra odio implica. De hecho, finalmente, se dio cuenta de que no confiaba en muchos hombres y
que tenía
miedo de ser lastimada. por ellos la forma en que ella había sido por un hombre en particular.

Sin embargo, la reflexión debe usarse con cuidado. Muchos terapeutas principiantes lo usan sin pensar (o
sentir), y simplemente repiten todas las frases que salen de la boca del cliente. ¡Suenan como loros con
títulos en psicología! Entonces piensan que el cliente no se da cuenta, cuando en realidad se ha convertido en
un estereotipo de la terapia rogeriana de la misma manera que el sexo y la madre se han convertido en
estereotipos de la terapia freudiana. La reflexión debe provenir del corazón, debe ser genuina, congruente.

Lo que nos lleva a los famosos requisitos del terapeuta de Rogers. Rogers sintió que un terapeuta, para ser
efectivo, debe tener tres cualidades muy especiales:

1.  Congruencia : sinceridad, honestidad con el cliente.

2.  Empatía : la capacidad de sentir lo que siente el cliente.

3.  Respeto : aceptación, consideración positiva incondicional hacia el cliente.

Dice que estas cualidades son " necesarias y suficientes ": si el terapeuta muestra estas tres cualidades, el
cliente mejorará, incluso si no se utilizan otras "técnicas" especiales. Si el terapeuta no muestra estas tres
cualidades, la mejora del cliente será mínima, sin importar cuántas "técnicas" se utilicen. ¡Esto es mucho
pedirle a un terapeuta! Son simplemente humanos y, a menudo, un poco más "humanos" (digamos inusuales)
que la mayoría. Rogers cede un poco y agrega que el terapeuta debe mostrar estas cosas en la relación de
terapia. En otras palabras, cuando el terapeuta deja la oficina, puede ser tan "humano" como cualquiera.

Estoy de acuerdo con Rogers, aunque estas cualidades son bastante exigentes. Algunas de las investigaciones
sugieren que las técnicas no importan tanto como la personalidad del terapeuta y que, al menos hasta cierto
punto, los terapeutas "nacen", no "se hacen".

Referencias

Rogers fue un gran escritor, un verdadero placer leerlo. La declaración más completa de su teoría se
encuentra en Terapia centrada en el cliente (1951). Dos colecciones de ensayos son muy interesantes: 
Sobre convertirse en persona (1961) y Una forma de ser (1980). Finalmente, hay una buena colección de
su trabajo en The Carl Rogers Reader , editada por Kirschenbaum y Henderson (1989).

Copyright 1998, 2006 por C. George Boeree

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