La Herida Del Abandono

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la herida del abandono.

Es unas de las 5 heridas de la infancia, que son experiencias muy dolorosas que
hemos vivido de niños que van dejando una huella invisible en nosotros. Causan
muchísimo sufrimiento y tienen una gran influencia en quien somos hoy en día. Se
ve cuando somos adultos en nuestra forma de gestionar nuestras emociones,
como afrontamos las de los demás, cómo nos hablamos a nosotros mismos,
buscando constantemente la aprobación externa, sentimiento profundo de
soledad, … Es algo que se ha grabado en nuestro inconsciente y que se ve
reflejado en nuestra conducta con comportamientos y pensamientos
desadaptativos y disfuncionales.

Si quieres saber si tienes o no está herida no te pierdas este artículo.

¿Cómo se produce la herida del abandono?


Esta herida se genera en los primeros años de vida, en nuestra infancia, a causa
de un abandono por nuestros progenitores. Puede que sea por un abandono
físico:

 Cuando los padres dejan a su hijo en adopción.


 O a los dejan al cargo de un familiar.
 Por fallecimiento.
 Al otro bebé en la familia, que acapara toda la atención.
 Cuando se ha sentido la ausencia de alguno de los padres por que
trabajaban mucho.
 O también por enfermedad, como una depresión u otra enfermedad grave
que impidiera al progenitor hacerse cargo de su hijo.

O también se puede sentir un abandono emocional cuando sentimos que


nuestros padres eran muy distantes, fríos o inaccesibles emocionalmente.

En la herida del abandono normalmente suele ser con el progenitor del sexo
opuesto, cuando se ha vivido esa frialdad, ese abandono o falta de interés
sintiendo que no es querido ni aceptado. La emoción de tristeza es la emoción
principal de las personas que tienen herida del abandono.

¿Cómo se suele manifestar?


Todas las heridas generan una máscara, que la persona utiliza como método de
protección de forma inconsciente y automática. La máscara de las personas que
tienen la herida del abandono es la máscara del dependiente emocional. Cuando
más grande es la herida más grande es la máscara.
La dependencia emocional es cuando una persona tiene unas carencias
afectivas importantes que intenta llenar con otras personas de una forma
desadaptativa, desproporcionada y patológica, causando mucha ansiedad,
desasosiego y dolor en las relaciones. Son vínculos que se generan a partir de
la necesidad, como si sin esa persona no fuéramos funcionales, como si no
pudiéramos estar bien sin esa persona o necesitáramos la aprobación externa u
opinión de los demás para poder tomar decisiones en nuestra vida. Nuestra
máscara piensa que si somos seres necesitados los demás no se irán, no nos
abandonarán, que es el miedo más enraizado en esta herida. La dependencia
emocional puede ser tanto de la pareja como de padres o incluso hacia amigos, lo
que nos dificulta en nuestra relaciones sociales.
Tratamos de reparar ese trauma de la infancia desde el presente, por
eso repetimos esos patrones donde podemos estar expuestos al abandono
para poder corregirlo. Justamente nuestra intención de evitar el abandono,
provoca que nos quedemos más expuestos todavía.

En el amor se ve más claramente, cuando la persona tiene la peor de sus


pesadillas como el abandono de su pareja, lo que les lleva a impedir soltar
relaciones que no son satisfactorias, que les hacen sufrir o que no van a ningún
lado.

Las personas con herida del abandono pueden tener estas características. No es
necesario tener todas, pero cuantas más haya, más profunda será la herida:

 Tendencia a la victimización, y al rol de salvador.


 Necesidad muy apremiante de apoyo y reforzamiento.
 Sentimiento constante de que el otro no te quiere lo suficiente o como
si nunca recibieran todo el amor que necesitan.
 Buscan constantemente atención, con muchos altibajos emocionales.
 Viven con una ansiedad brutal la idea de ser abandonado por la pareja, que
se ve reflejado en pensamientos obsesivos y conductas inapropiadas para calmar
ese temor a volver a ser abandonados.

El miedo más profundo en la herida del abandono es a la soledad.

¿Se puede curar?


¡Por supuesto! Sanar las heridas de la infancia es posible. Solo cuando
conozcamos nuestro pasado, viéndolo de frente, entenderemos nuestro presente y
así podremos cambiar nuestro futuro. Es un proceso doloroso el de sanación de
las heridas. Hay que tocar en la herida y esto va a traer dolor lógicamente. Pero es
la única forma de poder dejar atrás las máscaras y redirigir nuestra vida hacia
donde nosotros queremos y no a donde nos lleva la herida.
Cómo hemos visto tratamos de solucionar nuestro trauma desde el presente, pero
lo hacemos con conductas totalmente equivocadas que nos generan más dolor.
No tenemos las herramientas necesarias para poder solucionarlo, y también lo
estamos haciendo desde el lugar equivocado. Por eso os recomiendo que
hagáis terapia psicológica con un profesional especializado para que os
proporcione las herramientas necesarias para poder resolver tanto la herida de la
infancia así como para actuar en el día a día sin esa dependencia hacia los
demás. Si no repetiremos nuestra historia una y otra vez, repitiendo patrones y
relacionándonos desde el miedo.
https://psicologamartacastelos.com/herida-del-abandono-como-sanarla/

Seguro que también te interesa el artículo “Apego ansioso”, que es el propio de la


dependencia emocional. https://psicologamartacastelos.com/apego-ansioso/

Apego ansioso, características y mecanismos

Hoy estamos con la segunda parte de los post sobre los apego. Hoy en lo
concreto vamos a profundizar un poco más en sobre el apego ansioso. Uno de
los apegos inseguros, que tanto daño nos crean tanto a nivel personal como de
pareja. Por eso es tan importante saber cuál es nuestro estilo de apego, para
entendernos más, saber de donde viene y ponerle remedio.

¿En qué se caracteriza el estilo de apego ansioso?


Como vimos en el post anterior, las personas que tienen un estilo de apego
ansioso se caracterizan por tener una necesidad imperiosa de intimidad,
acceso al otro y seguridad. Sienten una preocupación constante sobre sus
relaciones, y en seguida ven signos de rechazo hacia ellos sí el comportamiento
de sus parejas no es tan estrecho como a ellos les gustaría.  Aquí es donde entra
el sufrimiento y la insatisfacción en la pareja. Este es el estilo de apego
característico de las personas que sufren de dependencia emocional.
Los apegos como ya os comentaba en el primer post, se comienzan a
formar cuando somos pequeños, en nuestro primer vínculo más
importante: en la relación con nuestros padres. Si ese vínculo fue sano,
nos sentimos queridos, valorados y seguros, lo más habitual que es de
adultos tengamos un apego seguro. En cambio si ese primer vínculo no
fue lo suficientemente bueno, y nos sentimos desprotegidos, rechazados
y poco valorados de mayores tendremos un apego inseguro que puede
ir desde el apego ansioso al evitativo. El apego también está influenciado
por nuestras relaciones de pareja cuando somos adultos, que pueden
acrecentar o aumentar la intensidad de la necesidad de tenemos de
estrechar o alejar vínculos. También tienen que ver las creencias que
tenemos acerca del amor, de las expectativas que tenemos acerca de
cómo deberían ser las relaciones.

¿Cuáles son los mecanismos del apego ansioso?


 
Hay un gran desgaste emocional para las personas que tienen este estilo de
apego. Dedican muchas energías a la relación, en muchas ocasiones tratando de
ser la pareja perfecta para que el otro no les abandone y analizando el
comportamiento del otro para calmar sus ansias de seguridad y afecto continuo.
Cuando no lo sentimos así, el sistema de apego se activa y se comienzan a
tener una serie de pensamientos obsesivos para restablecer contacto con la
pareja. Este sistema no se desactiva hasta que no volvemos a sentir que nuestra
pareja está disponible y accesible para nosotros.

Para conseguirlo se despliegan una serie de mecanismos que son:

 Pensar constamente en tu pareja. Se convierte en tu prioridad y nada


más parece existir. No puedes pensar en otra cosa que no sea en tu pareja
y en cómo recuperarla, y no puedes concentrarte en nada más.
 Recordar solo lo bueno y olvidar sus defectos. Ponemos a nuestra
pareja en un pedestal, mientras que a ti te criticas y juzgas duramente,
llegando a pensar que sin esa persona no eres nadie.
 Sentir una ansiedad muy fuerte, que solo desaparecerá si consigues
recuperar el acceso a tu pareja.
 Creer que no te enamorarás de nadie más. Que es tu única opción y que
sin él o ella, no podrás volver a tener una relación con sin otra persona.
 Miedo a la soledad. Pensar que es mejor seguir en esa relación por muy
infeliz que te haga, con tal de no estar solo/a.
 Crear conductas de acercamiento. Llamar constantemente o enviar
muchos mensajes, pasar por donde trabaja o estudia, o directamente exigir
atención.
 Conductas de protesta. Tienen la intención de llamar la atención del otro.
Dependiendo de la persona lo puede manifestar de varias formas: no hablar
como forma de castigo para que el otro se acerque, hacer como si no
existiera, conductas hostiles como dejar a alguien con la palabra en la boca
e irnos, dar la espalda, colgar el teléfono, amenazas, provocar celos…
 Creencias erróneas e irracionales como “no encontraré a nadie como él”,
“todas las parejas tienen problemas”, “Todo el mundo puede cambiar”, “si le
dejo encontrará a otra persona con la que será lo que no es conmigo”.

Como veis están involucrado tanto conductas, como pensamientos como


emociones. Esto nos lleva a soportar unos niveles de ansiedad brutales, solo con
tal de no soltar nuestra relación por muy infeliz que nos haga. Solo hay pequeños
momentos de paz tras recuperar la disponibilidad del otro, pero que no compensan
para nada todo el malestar sufrido. Dependemos constantemente del
comportamiento de la otra persona para estar bien. Si nos llama, nos escribe o
nos expresa el amor como nosotros lo consideramos entonces estamos bien. En
el momento en el que no sea así se recae una y otra vez en los mecanismos que
hemos visto, hasta la extenuación.
 

Los Ansiosos y los Evitativos


Si tienes un estilo de apego ansioso y estás en una relación con una persona de
estilo evitativo, esto crea una bomba de relojería. Ya que las estrategias de
activación del ansioso con las contrarias a los del estilo de apego evitativo:  lo que
uno busca desesperadamente, el otro huye. En este vídeo os cuento más en
detenimiento el porqué se juntan estos dos estilos de apego.

Este estilo de apego, así como el evitativo, no es saludable. No se puede


tener una relación sana mientras desplegamos toda esta serie de
estrategias, donde vemos peligros en todas las esquinas y nos vemos
amenazados constantemente por que el otro no nos da lo que nosotros
consideramos necesario. Desatendemos otras áreas de nuestra vida y a
nosotros mismos, porque todas nuestras energías están puestas en el
otro. Además de que creamos mucho daño en nosotros mismos, también
lo creamos en la otra persona que tiene que estar apagando fuegos
constantemente.  Es imposible construir una relación sana con los demás
y con nosotros mismos desde el miedo.

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