Coenzima Q10 y N y Hongos

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Coenzima Q10 y N-acetil cisteína).

Síntomas de sufrir candidiasis


El hongo cándida suelta toxinas en el torrente sanguíneo y tiene un efecto
devastador en el sistema nervioso y el sistema inmune; afecta al bienestar físico,
mental y emocional. Cuando la cándida se apodera de nuestro cuerpo, nos pide de
manera ansiosa hidratos de carbono y dulces, lo que aún la alimenta más y consigue
proliferar de tal manera que agota el sistema inmunológico.

La candidiasis se origina en primer lugar en los intestinos, y luego puede ir a cualquier


otro órgano y parte de nuestro cuerpo.

Algunos de los síntomas que podemos tener si sufrimos de candidiasis son:


depresión; ansiedad; baja autoestima; cansancio incluso a pesar de haber dormido 8
horas; dificultad para tomar decisiones; confusión mental; ansiedad por dulces y
carbohidratos; dolor de cabeza; malestar general; lengua blanca; exceso de histamina;
permeabilidad intestinal; gases y flatulencias; fatiga injustificada; manos y/o pies fríos;
diarreas y/o estreñimiento; distensión abdominal; ardor estomacal; reflujos ácidos;
sensación de embotamiento; formación de gases después de las comidas; sensación de
hinchazón al comer o poco después; mareos; retención de líquidos.

Se pueden diferenciar dos tipos de personas con candidiasis:

 Personas con evidencias claras de candidiasis en la vagina o la boca, con


enfermedades del sistema inmune, embarazadas, diabéticos o pacientes con
cáncer que están en tratamiento de quimioterapia.
 Personas que sufren candidiasis crónica con una sintomatología menos “clara”
pero que tienen algunos de los síntomas que describo a continuación: Insomnio,
infecciones crónicas, alergias, picores vaginales y/o anales, afonía, congestión
nasal, falta de equilibrio, vértigo, síndrome premenstrual, desequilibrio hormonal,
erupciones frecuentes, aftas bucales, acné, uñas quebradizas, hongos en las uñas
de las manos o de los pies, lengua blanca y seca y/o pastosa, anemia, debilidad al
saltarse una comida, sueño después de comer, sudor nocturno, infecciones
frecuentes de los senos nasales o los oídos, conjuntivitis, infecciones del tracto
urinario (cistitis), problemas renales, dolores articulares y musculares.

Cómo diagnosticar la candidiasis


Las personas que sufren candidiasis en silencio, sin saberlo, a menudo se sienten débiles,
son tachados de hipocondríacos que se quejan sin motivo, y sienten que algo no va bien
pero no saben qué les pasa porque notan que no tienen la energía de antes, que les
cuesta hacer cosas que antes disfrutaban, que pierden la memoria o cualquiera de los
síntomas descritos anteriormente.
Buscando la solución y respuestas a diferentes sintomatologías y desajustes van de
médico en médico: acuden a psicólogos por los estados depresivos, a neurólogos por la
migraña o la falta de memoria, son medicadas por la ansiedad, tratadas por la
fibromialgia o la histamina, acuden al endocrino y son diagnosticadas con colon irritable,
etcétera. Y en realidad lo que pasa es que el sistema inmune está débil y hay candidiasis.

Hay varias maneras de diagnosticar la candidiasis


1. Por análisis de sangre. Si los niveles de eosinófilos tienden a estar en el extremo
máximo y a la vez los niveles de basófilos bajos es una señal de que hay alguna
alteración bacteriana y sobre crecimiento de levaduras.
2. Test de la arabinosa en orina. Es un tipo de azúcar que en presencia de
candidiasis no se metaboliza adecuadamente por la orina y da resultados de test
elevados.
3. Cultivos microbiológicos -para analizar la presencia de levaduras-, ya sean
vaginales, de la mucosa bucal, oftalmológico, nasal o de heces.
4. Por aparatos de Biorresonancia.
5. Pruebas de resistencias a los distintos anti-fúngicos.
6. Por kinesiología. Con esta técnica, además, se puede precisar con mucho detalle
qué alimentos excluir de la dieta.
7. Por sintomatología. Si al leer la sintomatología se padecen varios síntomas.
8. Test del vaso y la saliva, según Andreas Moritz en su libro “Los Secretos Eternos
de la Salud”.  Al levantarse por la mañana, hay que enjuagarse la boca y luego
llenar un vaso de agua fresca. Se junta un poco de saliva y se escupe en el vaso.
Hay que observar qué sucede con la saliva durante los siguientes 30 ó 40 minutos,
en especial durante los primeros minutos. Si se tiene una infección por cándida
aparecerá al menos uno de estos indicios:
1. Hebras que se forman a partir de la saliva y descienden hacia el fondo del
vaso.
2. Presencia de saliva de aspecto extraño en el fondo del vaso.
3. Pequeñas motas turbias suspendidas en el agua.

Cuanto más rápido se formen las hebras y las pequeñas motas turbias, más extendida
estará la infección. Si los indicios señalados suceden de inmediato, significa que la
infección se ha extendido a otras partes del cuerpo. Por otro lado, si la saliva queda
flotando en la superficie y el agua se mantiene perfectamente clara, lo más probable es
que no se tenga ninguna infección. Cuando existe un desarrollo excesivo de bacterias, la
prueba mostrará los resultados a cualquier hora del día.

En el próximo post continuaremos con las normas dietéticas para tratar a combatir la


candidiasis: la alimentación es fundamental para limitar el crecimiento de las cándidas en
nuestro organismo.

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