Carga Probatoria en La Acción Pauliana y Simulación Del Acto Jurídico

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Jiménez Santa Cruz, Carmen de los Angeles.

Instituto de Capacitación Jurídica

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Carga Probatoria en la Acción Pauliana y Simulación del Acto Jurídico

Sumario.: El acto jurídico; el fraude; clasificación del fraude; el fraude a los acreedores; clasificación del
fraude a los acreedores

El acto jurídico

La institución del acto jurídico refleja el todo de la actividad humana con relevancia jurídica
capaz de generar relaciones jurídicas que regulen, modifiquen, alteren, creen o extingan derechos y/u
obligaciones; en ese sentido, como lo ha definido el artículo 140 del Código Civil y la literatura jurídica,
es aquella manifestación humana, consciente o capaz, voluntaria, físicamente posible y lícita que
permita el desarrollo de las actividades ya mencionadas en virtud de alcanzar los intereses privados
facultados y amparados por el ordenamiento nacional, sin embargo y tal como nos expone Gladys R.1,
para constituir un acto jurídico no será suficiente la participación de particulares dotados de capacidad
y buena fe, será también necesario un vínculo jurídico que una sus voluntades materializando la
relación jurídica propiamente dicha y no solo una alta posibilidad de constituirla, es ahí que se forma el
acto jurídico.

Ahora bien, debemos recordar que esta institución dista de los conceptos que rodean al hecho
y negocio jurídico pues como se ha advertido en universales exposiciones académicas, todo hecho o
negocio jurídico es un acto jurídico, pero no todo acto jurídico deberá ser un hecho o negocio jurídico
debido a que, para constituirse como tal, es necesario el cumplimiento de los requisitos de validez
según corresponda; es así que habiéndose constituido en acto jurídico, este experimenta la fragilidad
de la alteración de su validez e incluso la nula existencia de si mismo.

El fraude

Al respecto, la palabra fraude, constructo íntimamente relacionado en contra de un acto


jurídico válido, no tiene un significado único y general, según Torres, A.2 el concepto más frecuente
puede resumirse en cualquier acción contraria a la verdad y rectitud que se cometa con engaño y
astucia con el único fin del perjuicio, sin embargo, en casos de acto fraudulento el perjuicio referido se

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+Magistrados+-+Luz+Gladys+Roque+Montesillo.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=3a7dd48046cbc83f8ab68b4
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sitúa en contra de la Ley o terceros, precisamente de un acreedor, de ahí se debe su clasificación:
fraude contra la ley y fraude contra los acreedores

Clasificación del fraude

Por un lado, Torres A. (2015) indicó que “por el fraude contra la ley se evade la aplicación de
una ley (ley defraudada) amparándose en otra ley (ley de cobertura) que solo de modo aparente
protege el acto realizado”(p.7973), concretamente se hace alusión a la aplicación de normas
alternativas que cubriesen el resultado prohibido; por otro lado, respecto del fraude a los acreedores,
mal llamado fraude al acto jurídico, el mismo autor los considera “actos celebrados por el deudor con
los cuales renuncie a derechos o disminuya u patrimonio conocido, provocando o agravando su estado
de insolvencia en perjuicio de sus acreedores” (p.801).

El fraude a los acreedores

Respecto a esta última figura queda claro que el perjuicio será únicamente en el contexto de
una relación acreedor-deudor, pretendiendo objetivamente la evasión del crédito debido del deudor al
acreedor, cosa distinta al fraude al acto jurídico que se entendería por la irregularidad de cualquier
actividad con relevancia jurídica independientemente de la participación de sujetos, pues toda relación
acreedor deudor es un acto jurídico peor no todo acto jurídico es una relación acreedor deudor que
pueda resultar engañosa o simulada.

Clasificación del fraude a los acreedores

A su vez, el fraude a los acreedores se fragmenta en dos tipos de actos; primero, para actos
genuinos, la acción pauliana o revocatoria es aquella que pretende, de conformidad con el artículo 195
del Código Civil, “(…) que se declare ineficaces respecto de él los actos gratuitos del deudor por los que
renuncie a derechos o con los que disminuya su patrimonio conocido y perjudiquen el cobro del
crédito”; segundo, para actos ficticios, la simulación del acto jurídico la cual refiere a todas aquellas
actividades y verbos de trasferencia fingidos creando una apariencia de transferencia real.

La Acción Pauliana y la Simulación como protección del crédito

En este punto, tanto la Acción Pauliana como la Simulación buscan proteger el derecho de
crédito de los acreedores sin embargo lo hacen de manera particular; en ese sentido es necesario
evidenciar la eficacia de ambas figuras para lograr el fin de recuperación de crédito a favor de los
acreedores ya que cada figura ostenta requisitos distintos y son seguidos por procesos diferentes, pues
mientras que por la Acción Pauliana se declara la ineficacia relativa, la Simulación genera la nulabilidad
o anulabilidad del acto.

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Acción Pauliana onerosa y gratuita

Para la interposición de la acción pauliana en caso de actos onerosos, se necesita “que el


tercero haya tenido conocimiento del perjuicio a los derechos del acreedor o que, según las
circunstancias, haya estado en razonable situación de conocer o de no ignorarlos y el perjuicio eventual
de los mismos.” o en el marco de que el crédito sea otorgado a futuro “Se presume la intención del
tercero cuando conocía o estaba en aptitud de conocer el futuro crédito y que el deudor carece de otros
bienes registrados”, es decir se necesitará probar fehacientemente que además de que el tercero
adquiérete conocía con exactitud todos los detalles de la deuda y también conocía el perjuicio de hacia
el acreedor producto de dicha transferencia onerosa.

Por otro, también es posible interponer Acción Pauliana en casos de actos gratuitos como
donaciones, sin embargo, en este escenario no es requisito indispensable la acreditación de la mala fe
del adquiriente, sino únicamente demostrar que el bien patrimonial visible o ejecutable ha sido
reducido en importante medida.

Patrimonio y patrimonio ejecutable

Al respecto, Ford (2020) nos dice que “(…)está lejos de ser preciso decir que la acción
pauliana procede cuando el deudor es insolvente o se queda sin patrimonio”, pues de conformidad con
el artículo 195, citado anteriormente, el patrimonio que debe disminuir para la aplicación de dicha
figura debe ser del tipo “conocido”, es decir el bien patrimonial, visible o ejecutable.

En este orden de ideas Ford nos advierte la existencia de dos clases de patrimonio en marco de
lo aplicable a la Acción Pauliana; el patrimonio de fácil ejecución o ejecutable que es el alusivo a ser
vulnerable a efectos de honrarse el crédito del deudor y el patrimonio neto, aquel que existe y da
solvencia al deudor sin ser visible o registrada, por tanto, resulta ser de difícil o nula ejecución al no
identificar su ubicación.

Tal es así que el artículo 195 del código civil hace alusión al “patrimonio conocido”; pues solo
el patrimonio conocido, visible y registrado podrá ser pasible obligatoria exigencia frente al
incumplimiento crediticio y en caso de su eventual disminución a causa de actos onerosos o gratuitos,
disminuye con él, la posibilidad de ser exigido dejando en desamparo del derecho de crédito del
deudor; sin embargo este debe advertir que aquel patrimonio visible que garantizaba el cumplimiento
del pago fuera suficiente para el mismo.

La simulación absoluta y relativa


De conformidad con los artículos 2194 y 2215 del Código Civil, la simulación absoluta y la
relativa genera la nulidad o anulabilidad del acto respectivamente; por su parte, Windscheid6 (1925)
expresa que “la simulación es la declaración de un contenido volutivo no querido”, es decir, se hace
alusión al ánimo de ocultar la intención verdadera del acto; en ese sentido se trata no de ejecutar, pero
si de celebrar un acto ficticio.

Al respecto, anunciada figura será absoluta según Torres A. (2015) cuando “(…) No hay venta
ni ningún otro acto, (…) no produce efecto alguno entre las partes ni el expresado en él. Los simulantes
quieren solamente la declaración” a diferencia de la simulación relativa que resulta ser mas compleja
en su estructura pues según Aníbal torres “(…) Las partes establecen dos regulaciones de intereses:
una, simulada, privada de efectos; y otra, disimulada, que modifica la situación preexistente que las
partes entienden efectivamente realizar.”; en virtud de lo citado, la diferencia se establece en la
voluntad de los involucrados y de las verdaderas intenciones que quieren lograr, una mas grave que la
otra pues respecto de una simulación relativa, el fin termina siendo ilícito por cuanto busca el perjuicio
de los acreedores de manera engañosa y vil.

La carga de la prueba

El factor determinante es el onus probandi o carga de la prueba en la simulación

en los actos de fraude contra el Derecho de crédito, mientras que con la Acción Pauliana se busca
retornar los efectos de transferencia de un acto real y voluntario

Ahora bien, habiendo establecido que la nulidad por simulación del acto jurídico y la Acción
Pauliana, son mecanismos de recuperación del crédito, es aquí donde la carga de la prueba u onus
probandi juega un fundamental papel para determinar qué proceso ostenta mayor eficacia ante un
fuero judicial para lograr la protección crediticia en favor del deudor.

En ese sentido analicemos que en casos de actos jurídicos gratuitos la Acción Pauliana termina
siendo eficaz en mayor medida para el cumplimiento de su objetivo, esto a razón que el proceso por el

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“Artículo 219.- Causales de nulidad:
(…)
4. Cuando su fin sea ilícito.
5. Cuando adolezca de simulación absoluta.
6. Cuando no revista la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
7. Cuando la ley lo declara nulo.
(…)”
5
“Artículo 221.- Causales de anulabilidad
El acto jurídico es anulable:
(…)
3. Por simulación, cuando el acto real que lo contiene perjudica el derecho de tercero.
4. Cuando la ley lo declara anulable.
(…)”
6
que se deberá seguir su interposición será el sumarísimo y además solo se necesitara acreditar la
disminución del único patrimonio visible o de fácil ejecución, mientras que en el proceso de nulidad
por simulación de un acto gratuito será por medio de un proceso de conocimiento que requerirá la
acreditación fehaciente de que el acto fue fingido y existió la mala fe del tercero adquiriente en
perjuicio del acreedor, cuestión que no resulta hacedera de demostrar y en el supuesto negado que así
sea, la decisión será meramente declarativa y no de recuperación solo de nulidad.

Entonces, resulta viable asumir, indiferentemente de la verdad histórica, que la verdad legal
resulta sobre que cualquier acto es real y ha sido celebrado con voluntades reales, por tanto no será
necesaria la demostración de la buena o mala fe, únicamente deberá demostrarse que aquel bien
transferido resulta, en el contexto de una deuda preexistente, que solo podría ser cubierta con aquel
bien, evidenciando la inexistencia de cualquier otro patrimonio fácilmente ejecutable; por ello, la
Acción Pauliana prosperará en actos onerosos; cuando se acredite aquel traslado a cambio de
patrimonio monetario, o en actos gratuitos, al demostrarse la deuda preexistente y la única posibilidad
de ser cubierta por aquel bien transferido; la buena fe termina siendo uno de los criterios menos
valorados en el juicio.

Finalmente, es prescindible poder establecer la diferencia entre ambas figuras, no solo para
llegar al objetivo de recuperación crediticia, si no para que esta sea lo menos dilatada posible en unn
proceso judicial real; la nulidad por simulación requiere de carga probatoria fortísima que acredite
voluntades maliciosas difíciles de determinar , mientras que la acción pauliana requiere únicamente
que cualquiera que sea el acto ejecutado este haya perjudicado el honrar un deuda preexistente; a
pesar que ambas figuras conforman la recuperación crediticia, estas tienen diferencias abismales en
supuestos, objetivos y tiempos.

Conclusiones

● La Acción Pauliana como la Simulación buscan proteger el derecho de crédito de los acreedores
sin embargo lo hacen de manera particular.
● El artículo 195 del código civil hace alusión al “patrimonio conocido”; pues solo el patrimonio
conocido, visible y registrado podrá ser pasible obligatoria exigencia frente al incumplimiento
crediticio y en caso de su eventual disminución a causa de actos onerosos o gratuitos.
● Analicemos que en casos de actos jurídicos gratuitos la Acción Pauliana termina siendo eficaz en
mayor medida para el cumplimiento de su objetivo, esto a razón que el proceso por el que se
deberá seguir su interposición será el sumarísimo y además solo se necesitará acreditar la
disminución del único patrimonio visible o de fácil ejecución.
● La nulidad por simulación requiere de carga probatoria fortísima que acredite voluntades
maliciosas difíciles de determinar.

Bibliografía
Ford (Julio de 2020) Clase gratuita LP | Acción pauliana y simulación | Fort Ninamancco, recuperado
de: https://www.youtube.com/watch?v=f3Unq_g6ye4&t=984s

WINDSCHEID, Bernhard. Diritto delle pandette. Nuova ristampa stereotipa. Torino: Torinese, 1925

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