El Perseguidor 44 - Revista de Limba Spaniola Din Tenerife
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Sábado, 7
de mayo
de 2011
El perseguidor
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EL VUELO DE ÍCARO CRÍTICA
¿Tú poeta y yo "poetisa"? Ojos de calendario, de Sabas
Martín, o miradas en el tiempo
por por
RICARDO CANO GAVIRIA Mª CARMEN ESCÁRATE
UNA
CONVERSACIÓN
CON MARTA
CARRASCO
El escritor Roberto García de Mesa
entrevista a la prestigiosa bailarina
y directora
2, 3 y 4
2 El perseguidor Sábado, 7
de mayo de 2011
Durante este último mes de abril, Marta Carrasco (Barcelona, 1963) ha representado Blanc d’ombra en París, Aiguardent en Nepal y La India, y
Dies Irae. En el Réquiem de Mozart, en Sant Cugat (Barcelona). Esta coreógrafa, bailarina y directora de escena lleva varias décadas sobre los
escenarios y ha recibido un gran número de reconocimientos por su trabajo. Su obra, seguida por un público incondicional de todo el mundo,
se encuentra a caballo entre el teatro y la danza y ha ganado por méritos propios un espacio imprescindible dentro de las artes escénicas
contemporáneas. En esta conversación, que mantuvimos el día 11 de abril, Marta Carrasco nos confiesa, entre otras cosas, algunas
impresiones muy interesantes sobre la alquimia de sus creaciones, su forma de pensar y sentir la escena, así como algunas reflexiones acerca
de la libertad de expresión, la condición de la mujer actual y su legítima denuncia contra el maltrato psíquico y físico que ha recibido a lo
largo de su historia, por parte de la Iglesia Católica, tema que toca en su última producción Dies Irae. En el Réquiem de Mozart.
ROBERTO GARCÍA DE MESA que es distinto. Pero mal genio, no. ¿Y qué es lo mismo. Aquí tampoco. Mi texto es
tenemos en común ella y yo? Somos tozu- con objetos a veces. ¿No?
-¿Qué ha supuesto para usted despertar de das, somos mujeres... Pero, en realidad, - Sí... Y en la imagen de las sombras, la
nuevo a Camille Claudel, en París? no nos podemos comparar. Ella es un escultura y la danza tienen en común un gran
- Esta obra, junto con Aiguardent, son genio, y yo, no. Y yo lo he tenido mil veces número de cosas. ¿Le dio muchas posibilida-
mis dos solos. Y ésta es la que más me ha más fácil que ella. Pero me ha dado liber- des el hecho de que Camille fuera escultora?
costado hacer de todas. Incluso más que el tad, amor, un motivo de lucha, a la vez que - Sí. Las sombras vinieron como idea
Dies Irae. Porque está basada en la historia me ha apoyado como si estuviera al lado después de comprar el plástico. Las som-
de alguien que vivió y yo tenía que estar a mío..., me ha dado fuerza. bras siempre tienen algo muy onírico, muy
la altura de ella y de la verdad para ofre- - Al menos, dos elementos de esta obra bello. Y yo intenté que fueran algo mons-
cerle mis mayores respetos. Tuve que han pasado a la historia de las artes escéni- truosas, que se deformaran, que se alarga-
investigar mucho. No quería hacer cual- cas contemporáneas: las célebres escenas ran, porque ella tiene una obra a medio
quier cosa porque yo la admiraba profun- de los plásticos y las sombras. Me gustaría hacer de unas caras y de una cosa que me
damente. Desde que vi su biografía lo traté
Las sombras vinieron que me explicara cómo surgió la primera de lo sugerían. Pero tiene piezas bellísimas y
de leer todo acerca de ella en francés, en
castellano. Me enamoré y me hice muy
como idea después de ellas.
- Yo trabajaba veinticuatro horas en este
entonces intentaba combinarlo.
- Ha comentado que había experimentado
amiga suya. Tardé 9 meses exactos en
hacer el espectáculo. Un embarazo. (Se
comprar el plástico. espectáculo. Y una vez iba por la calle y
me fijé en que estaban pintando una
con muchas cosas. En el proceso de crea-
ción de Blanc d’ombra, ¿qué imágenes des-
ríe). Lo estrené en la temporada 1998-99. Las sombras siempre tienda. Habían puesto un plástico para cartó en su momento o ha incorporado a sus
Hacía mucho tiempo que no lo volvía a que no se ensuciara nada y debajo de él otros montajes?
poner en escena. Pero, en esta ocasión, tienen algo muy habían colocado luces. Me quedé aluci- - Muchas. No sabría decirte. Porque yo
me pidieron que lo representara otra vez nada. Y pensé: tiene que ser un plástico. Y trabajo con la intuición, con la música que
en el Espace Michel Simon, en París, por- onírico, muy bello. Y pensé: su madre que le repetía constante- escojo, en este caso. Y con la base de la his-
que los internos del manicomio Ville- mente que no tenía que haber nacido... La toria de ella sin querer contarla literal-
Evrard habían hecho una exposición de yo intenté que fueran sociedad que la ahogaba porque ella que- mente... Con la base de un hilo conductor
pintura y Camille Claudel fue ingresada ría ser escultora... Que se ahogaba ella... mucho más fino... Emoción. No me puede
también allí. Ella estuvo 30 años en varios algo monstruosas, que Fui a la ferretería a comprar un plástico, lo faltar. Si no hay emoción no hago teatro...
manicomios. Y, entonces, que se hiciera puse en vertical, lo chupé y me ahogué. Y No salgo de casa si no hay emoción. (Son-
Blanc d’ombra cerca de donde alguna se deformaran, que se claro, a partir de esto, tu imaginación, las ríe).
manera estuvo encerrada era algo muy luces, todo. Era la placenta de la que
especial. Y, claro, algunos de los especta-
alargaran, porque ella nunca debía de haber nacido. Era la socie-
- ¿Y por qué, casi al final de la obra, usted
le regala un vestido rojo a su Camille Clau-
dores de la obra la conocieron en vida.
Para ellos fue muy emocionante.
tiene una obra a dad que la ahogaba con ese plástico o con
cualquier cosa. Y para mí, que me gusta
del?
- Porque ella siempre había soñado con
-¿Qué es lo que más le fascinó de Camille medio hacer de unas trabajar con objetos que siempre estén jus- tener un vestido rojo y nadie se lo regaló.
y qué hay de ella en usted? tificados, insisto mucho en esto, lo del Pero yo sí lo hago, y además con un som-
- Lo que más me fascina es la valentía y caras y de una cosa plástico y el ahogo eran la respuesta. Es brero haciendo juego. (Sonríe).
el mal genio, francamente, más que el como el texto. En el texto no vas a decir - El proceso y la entrega personal en sus
talento, incluso. Y yo soy muy impaciente, que me lo sugerían cualquier cosa o algo banal. Pues para mí obras son muy intensos...
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CRÍTICA
OJOS DE CALENDARIO,
DE SABAS MARTÍN, O
MIRADAS EN EL TIEMPO
Mª CARMEN ESCÁRATE Román Hernández, son algunos de los o incitaciones exteriores. Es la consta-
los nombres cuyas creaciones moti- tación y el testimonio lírico de la mirada
L
a obra literaria de Sabas Martín van el transcurrir poético donde pala- del poeta en el tiempo. Como ha señalado
(Santa Cruz de Tenerife, 1954) bra e imágenes dialogan en un el poeta y crítico Jorge de Arco, director
es un ejemplo continuado de un fecundo encuentro. Asimismo, home- de la revista jerezana “Piedra de Molino”,
escritor capaz de múltiples regis- najes plurales –a Manuel Padorno, a (“Notas de lectura”, Andalucía Informa-
tros, que se inventa y se renueva José Hierro-, o recuentos poéticos de ción, 14-19 abril, 2011): “estas páginas
a sí mismo en cada entrega, sea del género viajes y geografías dispares –Madrid, pretéritas se vencen del lado de la mirada
que sea. Así, sus libros se presentan siem- Tierra del Fuego-, se dan cita en el del autor, y son, a su vez, una manera de
pre como una sucesión de propuestas dife- volumen que se cierra con “Fuego recuperar con nostalgia y emoción un
rentes regidas tanto por el rigor y la cohe- blanco”, un relato de fuerte impreg- tiempo ido, pero cercano y llameante”. Así
rencia conceptual como por la intensidad nación lírica, y con un “Apéndice” es como el poeta se convierte en testigo de
expresiva derivada de la potencia del len- donde se da cuenta de las circunstan- su propio acontecer, atento y empeñado
guaje. El riesgo formal, la innovación esté- cias y las fechas que están en el origen en devolver a su retina escenarios y situa-
tica, la meticulosa y profunda elaboración de los textos. ciones que llenaron instantes de su ocurrir
de la palabra, la indagación en los elemen- Libro heterogéneo y de impulsos en el tiempo. Y esta unidad última, esta
tos constitutivos de su imaginario insular, varios, pues, este Ojos de calendario coherencia que subyace en el acopio de
entre otras, son notas descollantes de una puede percibirse como una amalgama matices que marcan las páginas de Ojos
escritura plural y poliédrica que surge de de registros disímiles que es, a la vez, de calendario, no solo es un valor añadido,
la necesidad de “decirse por entero” en muestra eficaz y destacada de esa sino que dan fe de la verdad de la escri-
cada uno de los géneros literarios que capacidad del autor para pulsar y tura, de la necesidad íntima con que el
aborda el autor tinerfeño. Dejando al mar- sumirse en las potencias ocultas y poeta la afronta y la asume.
gen su producción narrativa, teatral, ensa- variables que encierra la palabra para Esta entrega poética de Sabas Martín
yística y periodística, en el campo de la transformarse en materia y sustrato concluye, como ha quedado dicho, con el
poesía –que es lo que ahora nos ocupa- poéticos. De esta forma, todo el libro relato “Fuego blanco”, publicado original-
hallamos buena muestra de ello. Frente a es un itinerario cambiante de estéticas y mente en alemán, en abril de 2009, en tra-
poetas que ahondan en un único registro y de pulsiones de lenguaje. De la evocación ducción de Gerta Neuroth, pero inédito
que escriben el mismo libro profundi- esencializada de los hai-kús de trasfondo hasta el momento en español. Las propias
zando en los límites de un universo reco- insular, a las reverberaciones erótico-sim- características del relato justifican su
nocible, Sabas Martín opta por la plurali- bólicas donde el mar actúa como el cuerpo inclusión en un volumen de poesía, y es
dad y la exploración de horizontes inédi- de la amada. Del despojamiento verbal, a exponente, además, de esa facultad del
tos, multiplicándose a sí mismo para con- la exhuberancia metafórica. De la inter- autor para transgredir los límites y las
vertirse en un poeta que encierra en su textualidad cómplice, a la concentración fronteras entre géneros literarios de la que
interior a otros múltiples poetas. Pero, aforística. De la contención expresiva, al encontramos ejemplos notables a lo largo
como subrayó el profesor de la Universi-
dad del País Vasco Juan José Lanz en su
El fotógrafo desbordamiento de acentos narrativos-
descriptivos como tan bien se ejemplifica
de toda su amplia dedicación literaria.
Ciertamente, en “Fuego blanco” nos halla-
estudio introductorio a la antología vallisoletano Eduardo en los largos y espléndidos poemas mos ante un texto de decidido aliento
Prueba concreta (Ediciones Idea, Cana- “Madrid rompeolas de repente” y “El lírico, pero más allá de la musicalidad y la
rias, 2006) y según explicó el propio poeta Margareto, y los viaje”, resuelto este último -luego de la eficacia evocadora del lenguaje, en él se
en el “Epílogo del autor”, la pluralidad de sugestiva y creciente acumulación de esce- recrea un mundo originario, primigenio,
voces que configura su discurso poético se artistas canarios Luis narios evocados- como la revelación final en íntima comunión con la naturaleza y la
establece a partir de unas constantes iden- del ser cumpliéndose en el destino amato- memoria legendaria aborigen. Un mundo
tificables. Desde ellas, la poesía de Sabas Alberto Hernández, rio. En resumen: todo un variado mues- que es contemplado desde el íntimo y
Martín abre sendas, inaugura mundos, trario de motivos temáticos y de versatili- secreto temblor de lo que se mira en su
explora territorios por alcanzar, al tiempo Andrés Delgado y dad lírica -diríase que a manera antoló- principio. Sabas Martín nos traslada a ese
que afirma su ser en la fe ciega y absoluta gica o panorama de estilos de escritura-, momento inicial, inaugurador, lleno de
de la necesidad de la palabra. Román Hernández, de un poeta que moldea las palabras con asombro e incertidumbres de un guanche
Sirva lo hasta aquí dicho a la sabiduría, la tenacidad y el empeño de que, por primera vez, se asoma a un pai-
manera de preámbulo para comentar la
son algunos de los un orfebre para ofrecernos una obra que saje de blancuras desconocidas y descubre
aparición de Ojos de calendario, el reciente
poemario de Sabas Martín (Ediciones
nombres cuyas sorprende y cautiva, tanto por su riqueza
expresiva como por su radical originali-
su propia huella sobre la tierra nevada.
Mirada y tiempo –la mirada desde la isla,
Idea, Canarias, 2011). Junto a poemas creaciones motivan el dad, tan alejada de propuestas verbales el tiempo convertido en historia o mito- de
inéditos, en el libro se recopilan otros que rutinarias y acomodaticias. nuevo aquí confluyen. Tal vez ahora como
fueron escritos “para ilustrar, acompañar, transcurrir poético Sin embargo, pese a esa disparidad imagen última de ese empeño tan pare-
complementar o subrayar imágenes con- manifiesta que lo caracteriza, en una lec- cido a la poesía como es el afán de dejar el
cretas vinculadas a las artes plásticas, donde palabra e tura que transciende la apariencia y la rastro de nuestros pasos sobre la frágil
hayan sido cuadros, esculturas o fotogra- inmediatez, Ojos de calendario, en suma, fugacidad de la nieve. Un empeño, un afán
fías”. El fotógrafo vallisoletano Eduardo imágenes dialogan en se configura como una suerte de mapa que Sabas Martín, según ha constatado el
Margareto, y los artistas canarios Luis personal de la memoria, como un diario profesor Lanz, cumple con una escritura
Alberto Hernández, Andrés Delgado y un fecundo encuentro de imágenes y versos surgidos de estímu- de apasionada y rigurosa intensidad.
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SEVERO SERVANDO
E
s una excusa como otra cual-
quiera, qué quiere que le diga,
pero aprovechando la muy
reciente interpretación por
parte de la Orquesta Sinfónica
de Tenerife de El buey sobre el tejado (Le
boeuf sur le toit) del autor francés Darius
Milhaud (1892-1974), he pensado que
seguramente ha llegado el momento de
explicar el origen del misterioso nombre
de esta sección, teniendo en cuenta ade-
más que el coordinador de la misma me
ha pedido que lo haga tras reiterar, con su
habitual actitud narcisista, que muchas
personas le preguntan sobre el por qué de
tan extraña denominación al cruzarse con
él durante sus pálidos vagabundeos calle-
jeros. Tal vez sea necesario aclarar en pri- La cercanía personal de algunos de hecho, como las de otras canciones brasi- combinaba aspectos meramente lúdicos,
mer lugar que la página que usted está estos jóvenes –en concreto de Georges leñas, citada en la partitura-. El buey sobre por cierto nada desdeñables, con el inter-
leyendo no se llama así, estrictamente, en Auric (1899-1983) y Francis Poulenc el tejado es un ballet brillante, imagina- cambio de ideas y el debate intelectual y
homenaje a la obra musical aludida al (1899-1963)- con el escritor, cineasta, tivo y lleno de guiños a la cultura urbana estético, debates a veces oscilantes entre
principio sino a un local parisino que lo dibujante y fotógrafo Jean Cocteau del momento que presenta un argumento la extrema lucidez y el delirio debido a la
tomó de la misma, pero para explicar (1889-1963) y su círculo, provocó que, a de corte surrealista, con personajes como presencia del alcohol y otras sustancias.
todos los detalles debemos ir por partes. raíz de una publicación de piezas para un maquetador de libros, una mujer tra- La chanson y el Jazz tenían una destacada
Darius Milhaud nació en Marsella en el piano y de algunas acciones musicales vestida de hombre, un policía decapitado, presencia en sus veladas y todavía entre
seno de una acomodada familia judía y conjuntas, se acuñara por el crítico Henry un enano o un boxeador y fue estrenado los músicos franceses se utiliza con fre-
desde su infancia mostró una marcada Collet el término Los Seis (Les Six) para un en febrero de 1920 en el Teatro de los cuencia la expresión Faire un boeuf
inclinación hacia la música. Mientras cur- grupo que incluía a los ya mencionados Campos Elíseos de París. La dirección (Hacer un buey) para referirse a una
saba estudios en el Conservatorio de París Milhaud, Poulenc y Auric junto a Arthur escénica corrió a cargo de Jean Cocteau, sesión de improvisación conjunta, nor-
entró en contacto con otros jóvenes orien- Honegger (1892-1955), Louis Durey mientras que la escenografía fue obra del malmente de carácter jazzístico pero tam-
tados, como él, hacia el mundo de la com- (1888-1972) y Germaine Tailleferre pintor fauvista Raoul Dufy (1877-1953). bién en el ámbito del rock, en lugar de la
posición musical, cierto, pero también (1892-1983). En 1916 Milhaud viajó a La parte de danza y pantomima fue inter- conocida expresión anglosajona Jam ses-
interesados en la nuevas corrientes de la Brasil como agregado cultural de la emba- pretada por Los Fratellini, famoso con- sion, que es la usada habitualmente en
pintura, el cine, las modernas tecnologías jada francesa y secretario del embajador, junto que entonces triunfaba en la capital otros lugares. Me parece un botón de
(destacable el “amor” que declaraban sen- quien no era otro que el poeta Paul Clau- francesa actuando en el Circo Medrano. muestra significativo del impacto de este
tir hacia las locomotoras veloces o hacia del (1868-1955), permaneciendo en el En 1921 se inauguró, a los pies de la lugar en determinados ambientes parisi-
las máquinas agrícolas, descritas por Mil- país americano durante dos años. La colina de Montmartre, un cabaret con el nos. Con el tiempo debutarían entre sus
haud como “nuevas criaturas mitológicas, estancia le sirvió para familiarizarse con nombre del ballet de Milhaud, propiedad paredes chansonniers como Léo Ferré,
gigantes insectos de metal multicolores”) la música popular brasileña, cuyos ritmos de un amigo de Cocteau. Estaba ubicado Charles Trénet o Marcel Mouloudji. Allí
y la cultura popular urbana. El Dadaísmo, y singularidades armónicas dejaron una en una casa del siglo XVIII, muy cerca de cantó y tocó la trompeta Boris Vian y apa-
el Surrealismo, el Cubismo, el Fauvismo, patente huella en su estilo compositivo, la que había sido la residencia del compo- reció en repetidas ocasiones Juliette
la estética y las músicas del cabaret y del añadiendo cierto matiz de “exotismo” a sitor italofrancés Jean-Baptiste Lully Grecó, vestida de negro y descalza, hipno-
circo, el Jazz, las composiciones de Igor las influencias de la música popular (1632-1687), y pronto se convirtió en tizando con su voz grave a un público
Stravinsky (1882-1971), Maurice Ravel urbana ya mencionadas líneas atrás. El lugar de reunión habitual del círculo de entre el que se encontraba a menudo un
(1875-1937) y, dato esencial a nivel de buey sobre el tejado era el título de un Cocteau y Los Seis, pero también de silencioso y observador Albert Camus.
actitud ante el mundo académico, Erik tango-choro (siendo el choro un género Picasso, Stravinsky y otros artistas y sus Lugares como El buey sobre el tejado,
Satie (1866-1925), todo ello constituía de la música callejera de Río de Janeiro) respectivos entornos, siendo durante rebosantes de diversión y sensualismo,
parte del bagaje de estos artistas adscritos que Milhaud recordaría muy bien a su unos años el cabaret por antonomasia de con su espíritu libertario, su pertinencia
al Neoclasicismo musical en su rechazo vuelta a París. Habiéndose frustrado el gran parte de la intelligentsia residente en como espacio de desordenados debates
del tardoromanticismo wagneriano, por proyecto de colaborar con Charles Cha- la ciudad. espontáneos, reflejos de las novedades
considerarlo pretenciosa y lastrado de plin (1889-1977) componiendo la música Durante las dos décadas siguientes intelectuales y artísticas de su tiempo,
sentimentalidad, y del Impresionismo, de una de sus películas –música para ser cambiaría varias veces de dirección, aun- refugios de belleza y transgresión,
por su tendencia hacia un preciosismo un interpretada en vivo durante las proyec- que siempre sin alejarse demasiado de su poseen, si se quiere, un cierto aire de nos-
tanto kitsch. Parece claro, también, que la ciones, naturalmente, se trataba de cine ubicación original. En la actualidad existe talgia en la memoria colectiva, no voy a
máxima épater le bourgeois (epatar al bur- mudo-, Milhaud transformó esa partitura aún un local que lleva su nombre, si bien negarlo, pero también la capacidad de
gués) anidaba con fuerza, de manera originalmente concebida para violín y se trata de una brasserie o café-restau- servir de marco imaginario a un cierto
seguramente consciente, en su concep- piano en una pieza orquestal en forma de rante, con un ambiente lógicamente muy tipo de actitud vital cuya impronta es la
ción de cómo proyectar una imagen ballet-pantomima titulado como el tango- diferente al de sus orígenes. causa de que la página que usted tiene
pública. choro aludido -su melodía aparece de La atmósfera de los cabarets “artísticos” entre sus manos se llame justamente así.
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MARCELINE DESBORDES-VALMORE.
RICARDO CANO GAVIRIA obra de la poeta lo espontáneo e irrefle- caso, la sensatez denominativa que reina
xivo -las virtudes maternales y femeninas-, en otros géneros literarios, como en la
D
esde que Flaubert escribió categorías que el mismo Baudelaire reco- novela y el ensayo, en los que "novelista" y
Madame Bovary o, mejor aún, noce como ajenas a lo artificial. "ensayista" están por encima de las distin-
desde que se le atribuye la Pues bien, en el retrato que Baudelaire ciones de sexos, se nos antoja aquí digna
frase: "Madame Bovary soy hace de la "poeta" decimonónica, hay una de atención. Con simétrico criterio, podrí-
yo" (según relata una amiga, alusión final a la histeria, que se nos antoja amos preguntarnos si, de considerar legí-
porque el hecho es que la tan traída decla- lo más significativo del mismo. La histeria timo el uso de poetisa, no deberíamos
ración brilla por su ausencia en sus cartas) a que se refiere el poeta mediante la expre- inaugurar el masculino "poetiso" en el caso
flota en el aire una idea: la de que en la sión hysterical tears, de uso corriente en su de los poetas que incurren en excesos de
modernidad literaria inaugurada por Flau- época, no es una categoría médica en el sensibilidad, en cursilerías al estilo de
bert lo masculino y lo femenino son instan- sentido vulgar, casi peyorativo, que se des- "Teresa en cuya frente el cielo empieza"
cias más bien poco identificables con el prende de una adjetivación negativa. Es (del colombiano Eduardo Carranza), y
sexo de un autor, capaz de extraer de su más bien una categoría psicológica posiblemente descubriríamos que buena
"alma" resonancias que pertenecen a uno y impregnada ya, precursoramente, de una parte de la poesía que ha lastrado el des-
otro sexo. Algo equivalente ocurre en la nueva visión del alma humana que, en vís- arrollo del lenguaje poético en muchos
obra de Baudelaire (en la que se hablaría peras de Charcot y de Freud, se anuncia en lugares tiene que ver con la poesía escrita
de "alma" en un sentido psicológico, con- Flaubert y Baudelaire, hermanados en su por las "poetisas" y los "poetisos" que, sumi-
viene aclarar, frente a los que se empeñan talento por la sensibilidad de la época. Es dos en sus provincianos arrobos, permane-
en atribuir a Las flores del mal un conte- más: hysterical tears, aunque denote en un cieron ajenos a la histeria poética de la
nido metafísico y hasta religioso), un anti- primer nivel las lágrimas que las mujeres modernidad, cuyo barco, cargado de
feminista programático que, en El Arte derraman sin causa aparente -como bien mirada crítica y de moderno pensamiento
Romántico, nos brinda un excelente estí- se encarga de recordar Pichois-, no es una poético, se vio pasar a lo lejos como un
mulo para esta divagación. En efecto, en la categoría masculina ni femenina, sino que buque fantasma por las costas colombia-
sección "Sobre mis contemporáneos" alude a la histeria del creador, aquella a la nas.
encontramos un retrato de Marceline Des- que en apariencia, si su obra se entiende Finalmente, y en un nivel más amplio,
bordes-Valmore, única mujer en un grupo definitivamente como la de un moderno tendría razón quien recuerda, como con
de hombres, para la que el autor no desem- psicólogo de los sentimientos (religiosos, frecuencia se ha hecho, lo ocurrido con tér-
polva el término de "poétesse" (aunque un estéticos, eróticos, etc.) genera ese nuevo minos más neutros, que han sufrido en cas-
siglo después Claude Pichois, el editor de órgano de los sentidos que es su cerebro. tellano una evolución similar: se suelen
la obra de Baudelaire, se empeñe en Finalmente, hysterical tears es precisa- citar palabras como "cualquiera", "profe-
hacerlo). Una lectura vulgar, como las que mente la categoría que invoca Baudelaire sional" o "fulano", cuyo femenino asume
desde cierta óptica feminista se suele hacer en un pasaje crucial de su reseña de un significado muy diferente y, en ese sen-
de textos tildados de machistas -lecturas Podría decirse, en Madame Bovary, cuando, al referirse al tido, revelador. Las “poetisas” no han
que por lo general solo delatan lo mal que temperamento de la heroína de su amigo estado bajo sospecha como las fulanas,
las feministas defienden su causa, al igno-
suma, que una nueva novelista, encuentra que tiene las mismas pero han sido confinadas a la sensibilidad
rar la importancia que para la misma debe-
ría tener la producción teórica, la creación
visión casi fisiológica aptitudes del "poeta histérico"... "¡La histe-
ria! ¿Por qué este misterio fisiológico no
mujeril de las "précieuses ridicules" o a la
rancia sensibilidad de nuevas sacerdotisas,
de un espacio propio de reflexión alejado
de los tópicos-, pasaría de largo no solo por
del alma como órgano podría ser el fondo y el humus primordial
de una obra literaria, ese misterio que la
sumamente decorativas en plena sociedad
burguesa: así y todo, solo aplicado a algu-
su obra poética, sino también por su obra de los sentidos es lo Academia de Medicina todavía no ha nos casos extremos, como el de Santa
reflexiva y crítica, sin advertir que está resuelto, y que, expresándose en las muje- Teresa, a pesar de la sensibilidad femenina
atravesada por sentimientos encontrados, vendría a caracterizar res mediante la sensación de una bola que respiran los versos de la poeta de Ávila,
incluso contradictorios. Destaca, en este ascendente y asfixiante (tan solo hablo del el término revelaría en su doméstica estre-
caso, que Baudelaire aplique a Marceline a las poetas que síntoma principal), en los hombres nervio- chez que no está a la altura de las circuns-
Desbordes-Valmore, igual que a los demás sos se traduce en todas las impotencias y tancias. Porque, ¿podría dormir alguien
invitados de su galería, el tratamiento de toman distancia de también en la aptitud hacia todos los exce- tranquilo después de tildar a Santa Teresa
poeta, deslindando por cierto su quehacer sos)?" de "poetisa"?
del de las poetisas : "Si el grito, si el suspiro las poetisas; en ellas Podría decirse, en suma, que una nueva Poseída por la histeria de la poesía, Santa
natural de un alma selecta, su desesperada visión casi fisiológica del alma como Teresa, mística y carnal, en la que todo era
ambición de corazón, si las facultades la nueva sensibilidad órgano de los sentidos es lo vendría a gratuito y venía de Dios, para decirlo con
espontáneas, irreflexivas, si todo lo que es caracterizar a las poetas que toman distan- las mismas palabras de Baudelaire, es posi-
gratuito y viene de Dios, bastan para hacer
está por encima de la cia de las poetisas; en ellas la nueva sensi- blemente el más señalado faro de la poesía
al gran poeta, Marceline Desbordes-Val-
more es y será siempre una gran poeta”,
diferencia sexual, que bilidad está por encima de la diferencia
sexual, que es lo que cuenta a la hora de
femenina en español, y su tan moderna
histeria queda en alto como un referente
para aludir más adelante a varias especies es lo que cuenta a la consagrar la validez de la denominación. que permite distinguir entre el estado de
de poetisas, la “poetisa republicana”, la ¿Podría encontrarse una base más sólida histeria divino y la simple culequera a que
“poetisa del futuro”, la “poetisa de la impie- hora de consagrar la para respaldar el argumento de que ambos hace alusión "poetisa", un término que,
dad”... Pero si ello es así, también es cierto términos significan en realidad cosas dife- antes que al futuro, parece destinado al
que elogia en ella precisamente los aspec- validez de la rentes, y por lo tanto debería resultar más museo de los usos y abusos a que, a lo largo
tos que establecen un desacuerdo al menos adecuado el uso de uno en detrimento del de los siglos, se ha visto sometida la condi-
aparente con su estética, al resaltar en la denominación otro? Resulta poco probable: en cualquier ción femenina.
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A PROPÓSITO DE
por cerrar muy bien.
La edad de Cristo, de Pablo Martín Car-
bajal es más que un cuento un diverti-
mento que no termina de cuajar como
NOVELISTAS CANARIOS
quiere narrar.
Nicolás Melini es el décimo escritor de
esta antología, que incluye Una supervi-
viente, tal vez eso lo explica todo publicado
en su libro Pulsión del amigo. Melini es, a
L
a aparición de la antología Gene- bien en estas lagunas. Isabel y los visionau- aprecia, de todas formas y en su fondo, a mí modesto entender, uno de los mejores
ración 21: nuevos novelistas cana- tas es un relato de aventuras disfrazado de un autor que si cuidara más el esqueleto cuentistas del panorama literario nacional
rios es oportuna para que el lec- fantasía donde su autor crea –como creó de lo que quiere contar, daría carne y grasa y el relato que incluye en Generación 21:
tor se aproxime a las distintas Anthony Burgess en La naranja mecánica– a sus propuestas literarias. El escritor San- nuevos novelistas canarios pone de mani-
realidades narrativas que propo- una especie de dialecto que deja buen tiago Gil participa en Generación 21 con El fiesto que sigo pensando lo mismo.
nen los doce autores seleccionados. Con sabor de boca porque está descrito con iro- encargo, para quien les escribe uno de los Con el título de Otra vida (que ya fue
independencia de la calidad de algunos nía. Es un cuento desenfadado y por lo mejores cuentos de esta antología. Y digo publicado en Ceremonias de interior), Ale-
de sus textos, se trata de un volumen que tanto divertido no solo para especialistas que se trata de uno de los mejores porque xis Ravelo juega con uno de los temas para
lleva camino de convertirse en referencia en el género de la ciencia ficción y la fan- es el que más me ha sabido a auténtico. A mi más atractivos de la literatura. Y no se
no solo en la literatura que se escribe a tasía. sincero. También a canalla. Se trata, como trata del doble, precisamente. El cuento
este lado del Atlántico sino también fuera El humor es también la herramienta que muchos otros cuentos de este libro, de un empieza muy bien, cuando su protago-
de sus fronteras. emplea José Luis Correa para su Vida, largo monólogo donde un personaje a la nista se percata que gente a la que conoce
En la mayoría de estos cuentos planea pasión y muerte de Felipe Marqués, una his- contra toma la decisión de su vida. El no existe… O sí. Desgraciadamente, el
casi como una obsesión lo erótico. Lo eró- toria que suscita lecturas varias aunque el mismo Gil se confunde con quien narra escritor desaprovecha las posibilidades de
tico desde una perspectiva irónica y el oca- relato no termina por estar lo bien cons- este cuento que concluye con un inevita- la historia con un final que si bien quiere
siones desastrosa. También la sombra de truido que, como lector, desearía. ble ajuste de cuentas de lo que se conoce dar una vuelta de tuerca a lo anterior-
la traición y la muerte. La muerte como Aún así, no deja de leerse con cierto como complejo de Edipo. mente narrado no termina de cuajar por-
liberación. asombro ya que a su manera se trata tam- Las seis caras del azar, de Cristo Hernán- que resulta forzado.
Generación 21: nuevos novelistas cana- bién de una aventura. La aventura de un dez, es un relato loco. Y cuando digo loco Cierra esta antología El perro, de Anelio
rios, una iniciativa de Ánghel Morales de tipo que parece que no supo superar su me refiero a loco divertido. Se desarrolla Rodríguez Concepción, cuento que junto
ediciones Aguere, y se inicia con el relato adolescencia. Tiene momentos hermosos, en la ciudad de Nueva York y mientras lo a El encargo de Gil, me parece uno de los
Vino con el azúcar, de Víctor Álamo de la en especial cuando el escritor recrea la lees no se te va la cabeza que algo va a mejores de esta antología. No merece la
Rosa, y trabajo por el que su autor obtuvo infancia del protagonista describiendo pasar. Con o sin dados. Lo de los dados lo pena deshuesarlo sino invitar a que lo
el premio Taramela 2008. una excursión del colegio a ver la nieve escribo porque son claves para entender lean. Solo apuntaré que su autor maneja
Álamo de la Rosa ambienta su historia que manchan las cumbres de Gran Cana- esta curiosa fantasía animada de ayer y con sabiduría literaria un aparente cos-
en Isla Menor, geografía en la que se des- ria y aprovechar para contarnos su primer hoy. Más cerca del espíritu de Mike Spi- tumbrismo que se hace añicos y deja
arrolla casi toda su producción narrativa, amor. llane está Los ojos de Henry Fonda, que tarumba al lector.
y si bien captura por su descripción de El cuarto cuento está firmado por David firma Javier Hernández Velázquez. Her- A modo de conclusión, Generación 21:
ambientes no termina de convencer por la Galloway y es una adaptación del relato nández Velázquez rinde en su relato nuevos novelistas canarios es una antolo-
rusticidad de su final. Sin cara ni cruz publicado en el libro El homenaje a Fonda mientras nos cuenta gía necesaria. Es verdad que faltan otras
Isabel y los visionautas es el segundo perfil de las esquinas. una historia --más que policíaca, negra-- tantas voces pero como adelanto de lo que
cuento de esta antología y lo firma Víctor Galloway más que un narrador es un donde lo que más le importa es la atmós- hay sí que merece la pena como libro.
Conde (pseudónimo de Alfredo Moreno creador de atmósferas y en este sentido fera y menos la historia. Libro que se tiene que leer como lo que es,
Santana). pienso que las primeras y últimas páginas Huellas en el barro, de Álvaro Marcos ventanas que dan voz a un grupo de escri-
Conde se ha especializado en fantasía y de su relato son las mejores de esta histo- Arvelo, es un curioso relato fantástico que tores que sin renunciar a su pasado ya ocu-
ciencia ficción y se nota que se mueve muy ria de traiciones en nombre del amor. Se comienza muy bien pero que no termina pan nuestro presente.