Examen Ignaciano
Examen Ignaciano
Examen Ignaciano
San Ignacio daba mucho valor al examen como modo de rezar. Dicen que
él aconsejaba, cuando el jesuita en alguna circunstancia no podía hacer sus
oraciones diarias, que no dejara de hacer el examen. Y él lo practicaba
todas las horas, cuando escuchaba el son de la campana, elevaba un
momento su mente a Dios para agradecer y examinar lo que había vivido.
A veces la vida se nos pasa sin saber qué nos pasa y dejándonos una
sensación de vacío, de sin sentido. Pero cuando tomamos conciencia de
cuánto ocurre en nuestro interior y en nuestro alrededor, nos admiramos de
cuántas cosas importantes ocurrieron, que pasarían inadvertidas,
saboreamos el sentido profundo de cada vivencia con la gratitud de “tanto
bien recibido”. Descubrimos que aún las contradicciones son usadas por
Dios para nuestro bien.
ORACIÓN.
Toma, Señor
Toma, Señor y recibe
toda mi libertad
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad
Todo mi haber y mi poseer
tu me lo diste
a ti Señor lo torno.
Todo es tuyo
dispone a toda tu voluntad
Dame tu amor y gracia
que ésta me basta.
(Ignacio de Loyola)