Monografía-Marihuana - Casi Último FALTA ARREGLAR EL RESUMEN

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Universidad Nacional Federico Villarreal

Facultad de Psicología

La marihuana

Monografía

Acosta, C., Artica, A., Castro, A., Chambi, S. y Pinto, A.

Lima - Perú

2019
Resumen

Este es un estudio de investigación sobre la adicción a la marihuana y la


explicación de los efectos producidos biológico, psicológico, social, cultural y
económicamente en el transcurso del tiempo, tomado en cuenta diversa
revisión de la literatura.

Cambios estructurales en la sociedad, algunos en beneficio y otros en perjuicio,


el efecto producido por la adicción y los cambios físicos, fases de consumo, la
existencia de investigaciones que promocionan su beneficio, tipos de
tratamiento, técnicas de intervención e historia de la legalización de la
marihuana en el Perú.
Introducción

La marihuana o cannabis sativa es una planta con propiedades


psicoactivas y la droga ilegal más consumida en el mundo. Globalmente,
existen entre 119 y 124 millones de consumidores según ONU (National
Institute on Drug Abuse, 1999). En el Perú se calcula que 1189 mil Perú ha
probado esta droga y se calcula que hay más de 1000000 adictos además un
nuevo estudio de cetro rebela un incremento sostenido, pues paso de 5.6% de
consumidores en 2010 a 8.1% en 2017 (El comercio, 2017).

Debido a que la marihuana es una droga de inicio al consumo de otros


más potentes y a nuevos tipos de consumo los cuales incrementan su nivel de
toxicidad, existe una mayor tendencia a la adicción entre los jóvenes
consumidores. Sumado al incremento de la oferta, la relativa facilidad de
acceso y la insuficiencia de las políticas de estado, el panorama resulta poco
alentador (Grotenhermen 2003).

Así mismo las diversas investigaciones han demostrado que el uso


prolongado de la marihuana puede causar un mayor riesgo de ataques
cardiacos en adultos, irritación en los pulmones y daños en las funciones
ejecutivas como problemas de atención, déficit de la memoria, dificultad para
generar nuevos recuerdos y en dosis altas psicosis toxica; por lo que se
evidencia la emergencia de tomar acciones frente a este problema.

Debido a lo anteriormente mencionado es necesario el desarrollo de


trabajos que profundicen en el conocimiento de esta sustancia y sus
consecuencias a fin de poder establecer programas de intervención,
prevención y promoción de factores de hábitos saludables e incrementar
factores protectores; de ahí, el interés de un trabajo como éste, que ha sido
realizado por alumnos de la facultad de Psicología de la Universidad Nacional
Federico Villarreal con el fin de informar y aportar en la concientización de este
problema en el ámbito de las adicciones.
Índice

Capítulo I

1.1 Reseña histórica


1.2 Reseña histórica
1.2.1. Historia de la marihuana
1.2.2. La marihuana en el Perú
1.2.3. Legalización de la marihuana en el Perú
1.3. Formas de consumo
1.3.1. Por inhalación
1.3.2. Vía oral
1.3.2.1 Infusión.
1.3.2.2. Comidas
1.3.2.3. Maceración de alcohol
1.3.3. Por trasmisión transdérmica
1.4. Elaboración y procesamiento de la marihuana
1.4.1. Secado y manicurado de marihuana
1.4.2. Manicurado de los cogollos de marihuana
1.4.3. Secado de las plantas de marihuana
1.4.4. Curado de la marihuana
1.5. Forma de comercialización y consumo
1.6. Criterio diagnóstico

Capítulo II

2.1 Farmacocinética de la marihuana


2.2 Efectos fisiológicos del consumo de la marihuana
2.3 Efectos psicológicos del consumo de la marihuana
2.4 Estudios epidemiológicos

Capítulo III

3.1 Tratamiento farmacológico

3.1.1 Benzodiacepinas
3.1.2 Carbamazepina

3.1.3 Lamotrigina

3.1.4 Naltrexona

3.1.5 Topiramato

3.2 Tratamiento psicológico

. 3.2.1 Entrevista y terapia motivacional

3.2.2 Terapias centradas en la familia

3.2.2.1 Terapia Familiar Multidimensional (MDFT,


Multidimensional Family Therapy)

3.2.2.2Terapia Familiar Breve Estratégica (BSFT, Brief


Strategic Family Therapy)

3.2.3 Terapias cognitivo-conductuales

3.2.3.1 Entrenamiento en habilidades de afrontamiento

3.2.3.2 Prevención de recaídas:

3.2.3.3 Manejo de contingencias

Capítulo IV

Investigaciones nacionales e internacionales: descriptivos, explicativos,


correlacionales y experimentales sobre factores explicativos, técnicas y
programas de intervención.

Referencias
Capítulo I

La marihuana

1.1. Concepto

La marihuana una mezcla de hojas secas, flores, tallos y semillas del cáñamo,
Cannabis sativa (Molina, 2008).

Según el Índice internacional de nombres de plantas (IPNI) Las plantas


pertenecientes a la familia Cannabáceas; se compone de tres especies y varias
subespecies, pero otra corriente sostiene que el Cannabis solo contiene una
sola especie con amplias características según su entorno y esos rasgos llevan
a los conceptos de sativa, indica y ruderalis.

Es importante así mismo diferenciar entre estas subespecies conocidas de la


planta de cannabis. Cannabis sativa, la cual es conocida como marihuana, la
cual tiene propiedades psicoactivas, la Cannabis indica que es conocida como
cáñamo; es una forma no psicoactiva del cannabis, y se utiliza en la fabricación
de productos tales como aceite, tela y combustible y el cannabis ruderalis que
similar al cannabis indica (Gazmuri, 2014)

El cáñamo índico cuyo nombre científico es cannabis sativa, es una planta que
alcanza varios metros de altura. El que esta variedad de cáñamo sea narcótica,
parece que se debe a simples condiciones climatológicas, puesto que sólo en
regiones de África y Asia, de clima parecido, se da libremente. (Molina,2008).

1.2. Reseña histórica

1.2.1. Historia de la marihuana

El cannabis sativa que es el nombre científico de la Marihuana empezó a


usarse hace aproximadamente 6000 años ac, su origen se encuentra en Asia y
su uso para producir fibras y confeccionar diversos productos textiles, data del
4000 a.C. mientras que su registro de uso en la medicina tradicional data de
2700 a.C Molina (2008). De acuerdo con el conocimiento popular, se le han
atribuido propiedades analgésicas, relajantes musculares, antidepresivas,
hipnóticas, inmunosupresoras, antiinflamatorias, ansiolíticas, broncodilatadoras,
entre otras.

Años después, se extendió a la India y a otros países del sudeste asiático:

En la India, fue utilizada tanto en los ritos religiosos como en el ámbito


medicinal, ambos se entremezclaban, ya que para ellos estaban relacionados
Su uso combinado comenzó alrededor de 1000 años AC. Medicina y religión
estaban ligadas, por lo que los efectos de la planta se atribuían a los dioses
(Rodríguez, 2012). Se atribuyeron numerosas funciones: analgésico,
antiepiléptico, ansiolítico, antiinflamatorio, antibiótico, antiparasitario, diurético y
para incrementar el apetito, entre otros (Leal, Betancourt, González y Romo ,
2018).

En América, se introdujo el cannabis en Sudamérica por los españoles y


portugueses y en Estados Unidos y Canadá, como antes se ha mencionado,
por los ingleses y los franceses. Se extendió de América Central a las zonas
sureñas de Norteamérica de forma recreativa. Para usos terapéuticos, en
Estados Unidos se aceptaba en farmacología y se vendía en las farmacias de
forma libre.

El uso médico del cannabis en la medicina occidental tuvo su mayor


apogeo durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Varios
laboratorios de distintos países (Alemania, Inglaterra, EEUU) lo
comercializaban como indicación para alguno de estos tres grupos reflejados
en el libro Cyclopedia analítica de medicina práctica de Sajous Medicine de
1924: sedativo e hipnótico, analgésico, y otros usos (anorexia, diarrea,
diabetes mellitus, vértigo, etc.) Charles, Sajous y Louis (1924). Sin embargo, el
cannabis fue retirado de la farmacología británica en 1932 y de la americana en
1941. Las razones fueron la ambigüedad para calcular las dosis y la aparición
de nuevos fármacos durante el siglo XX, como la aspirina y los opiáceos,
altamente eficaces y más fiables.

1.2.2. La marihuana en el Perú

En el Perú el cultivo de marihuana es ilegal, de acuerdo al Artículo 296-A del


Código Penal del 2003 establece lo siguiente:
El que promueve, favorece, financia, facilita o ejecuta actos de siembra o
cultivo de marihuana de la especie cannabis sativa será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de ocho años ni mayor de quince años y con
ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa e inhabilitación
conforme al artículo 36°, incisos 1, 2 y 4.

El que comercializa o transfiere semillas de las especies a que alude el párrafo


anterior será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni
mayor de diez años y con ciento veinte a ciento ochenta días-multa.

La pena será privativa de libertad no menor de dos ni mayor de seis años y de


noventa a ciento veinte días-multa cuando:

1. La cantidad de plantas sembradas o cultivadas no exceda de cien.

2. La cantidad de semillas no exceda de la requerida para sembrar el número


de plantas que señala el inciso precedente.

La persona será reprimida con pena privativa de libertad no menor de


veinticinco ni mayor de treinta y cinco años el que, mediante amenaza o
violencia, obliga a otro a la siembra o cultivo o al procesamiento ilícito de
plantas de coca, amapola de la especie papaver somníferum o marihuana de la
especie cannabis sativa.

Sobre el consumo personal, el Artículo 299 del Código Penal establece:

No es punible la posesión de droga para el propio e inmediato consumo, en


cantidad que no exceda de ocho gramos de marihuana o dos gramos de sus
derivados.

1.2.2.1. Legalización de la marihuana en el Perú

El febrero del 2017, fue encontrado un laboratorio clandestino en el distrito de


San Miguel. Durante aquella intervención, miembros de la Asociación
"Buscando esperanza" se manifestaron argumentando que más de 60
pacientes en Lima se benefician del aceite medicinal de cannabis producido en
el laboratorio (El comercio). Este evento visibilizó y dinamizo a nivel nacional el
debate sobre la legalización del cannabis medicinal en Perú. (Gabancho, 2017)
El 26 de septiembre también en Arequipa se reportó la presencia de otros 50
pacientes que hacen uso de la marihuana medicinal.

El 18 de septiembre de 2017, la Comisión de Defensa Nacional, Orden Interno,


Desarrollo Alternativo y Lucha contra las Drogas del Congreso de la República
aprobó el proyecto de ley N° 982/2016-PE sobre uso de la marihuana con fines
medicinales. Poco después se realizó una marcha con cientos de personas en
el centro de Lima a favor del uso de la marihuana medicinal. Gabancho (2017).

El 11 de octubre de 2017 la Comisión de Salud del Congreso aprobó el


proyecto de ley N° 982/2016-PE sobre uso de la marihuana con fines
medicinales.151617

El 20 de octubre de 2017 los miembros del Congreso aprobaron el uso


medicinal de la marihuana con 64 votos a favor, 3 abstenciones y 4 votos en
contra.1819 Dentro de la norma se considera la importación, producción e
investigación en el país sobre el uso medicinal de la marihuana.202122.

Finalmente, el 16 de noviembre de 2017, el presidente de la República Pedro


Pablo Kuczynski publicó oficialmente la ley N° 30681 que regula el uso
medicinal y terapéutico del cannabis y sus derivados.232425 Quedó pendiente
la reglamentación de la ley que será desarrollada por especialistas y
representantes de las asociaciones de pacientes.26

El 6 de febrero de 2019 se inició el proceso de aprobación de la reglamentación


de la ley a partir de la firma del mismo por parte de la Ministra de Salud Zulema
Tomás González y otros ministros del gabinete presidencial.27

El 23 de febrero de 2019 se publicó el reglamento de la Ley N° 30681.1 (El


correo, 2019) Este proceso se llevó cabo en medio de una expectativa por
parte de los gremios farmacéuticos nacionales, las corporaciones
transnacionales y los pacientes respecto a la producción, importación y
exportación del cannabis y sus derivados.28293031 El reglamento del uso
medicinal y terapéutico contempla los siguientes puntos:

• Autoridades de control y fiscalización

• Licencias para la investigación científica, para la importación y/o


comercialización, y para la producción
• Prescripción y tratamiento médico

• Adquisición, producción, almacenamiento, custodia, dispensación y


control de los derivados de cannabis para uso medicinal

• Registros sanitarios, de pacientes, de importación y/o comercialización,


de investigación y de producción

• Una de las principales críticas al reglamento fue la ausencia de


legislación respecto al autocultivo.

1.3. Formas de consumo

Existen distintas formas de consumir marihuana y sus derivados Alchimia en el


2010 publico un artículo en el considero 4 formas de consumo de marihuana.

1.3.1. Por inhalación

Se puede dar de dos tipos inhalando a través de la combustión o a través de la


vaporización.

Se sabe que a través de la combustión que se da en cigarros, pipas y entre


otros Además, que gran parte de la cantidad del THC es consumida por la
propia combustión consumiendo solamente un 40% del total de THC.

Mientras que por medio de la vaporización está considerado como uno de los
mejores métodos de consumo. Dado que La vaporización utiliza unas
temperaturas mucho más bajas, por lo que los compuestos de la marihuana se
"hierven" sin que se produzca combustión, lo que significa que no hay humo ni
subproductos nocivos.

1.3.2. Vía oral

Se puede dar de tres formas:

1.3.2.1. Infusión

Debido a que el THC es liposoluble pero no es hidrosoluble, se puede disuelve


en grasas, por lo que es disuelto en leche para que se adhiera el THC a los
lípidos que contiene la leche.
1.3.2.2. Comidas

Puede ser incluido en comidas como brownies, galletas, crepes o pizzas. Este
método suele tardar 1-2 horas en hacer efecto y el efecto dura 8 horas
aproximadamente según factores personales como el metabolismo, estado
anímico entre otros.

1.3.2.3. Maceración de alcohol

Este tipo de forma de consumo es una de las más peligrosas debido a ser una
concentración liquida de cannabinoide activada en alcohol induce los efectos
de forma rápida.

1.3.3. Por trasmisión transdérmica

Se da por productos vienen en forma de aceites o lociones y se utiliza por lo


general para combatir afecciones cutáneas, el dolor localizado y la salud de la
piel en general. Pero a diferencia de la inhalación, este método no provoca
efectos alucinógenos debido a que el cuerpo metaboliza los cannabinoides con
más rapidez.

1.4. Elaboración y procesamiento de la marihuana

El cannabis es una planta anual, es decir, un vegetal que germina crece,


florece y muere en el curso de un año. Normalmente se germina la semilla en
primavera y crece durante el verano. Termina de florecer en otoño produciendo
flores (Gabrielová, SF).

Luego del cortado de las hojas de Marihuana se da un proceso llamado


popularmente como “Secado y manicurado de marihuana” Alquimia (2010)

1.4.1. Secado y manicurado de marihuana

Después de cortar la planta de marihuana empieza el proceso de su secado. El


secado de la marihuana juntamente con el curado es uno de los pasos más
importantes para conseguir marihuana de primera calidad.

1.4.1.1. Manicurado de los cogollos de marihuana


Consiste en cortar las hojas de las plantas, dejando sólo las pequeñas hojas
resinosas de alrededor de los cogollos. Se hace cuando se acaba de cortar la
planta, también se puede cortarlas cuando la planta está aún viva,
concretamente en sus últimos días de vida.

1.4.1.2. Secado de las plantas de marihuana

Se realiza en un lugar seco, fresco y oscuro y con cierta ventilación. Se tienden


las ramas ya manicuradas en hilos o en tendederos o se utiliza los modernos
secadores especializadas. Este proceso dura entre dos o tres semanas según
las condiciones climáticas del lugar. Cuanto más lento sea este proceso, mejor
será el secado.

1.4.1.3. Curado de la marihuana

Cuando el cannabis que está en el proceso de secado está lo suficientemente


crujiente se procede al proceso de curado. Que consiste Colocar las flores
secas en las cajas tapadas, teniendo la precaución de abrir la caja cada día y
voltear un poco el cannabis. Este proceso de curado dura entre dos y tres
semanas y se da por concluido una vez la marihuana vuelva a estar crujiente.

1.5. Forma de comercialización

La legalización de los usos medicinales de la marihuana se dio en el año 2000


y desde entonces empezó a surgir un amplio mercado, que, con la inclusión de
los usos y productos recreativos a partir de la nueva ley aprobada en el 2012,
este mercado ha presentado un crecimiento año tras año. En este sentido, es
importante revisar cuál es la demanda, el segmento de clientes, los canales de
distribución y finalmente las cifras de este mercado, con el fin de determinar su
tamaño y potencialidades, así como dar los insumos para identificar más
adelante las variables clave del modelo de negocio.
La venta de marihuana, independiente del fin de consumo, se hace siempre de
manera directa y la demanda se suple a través de varios canales, como son:

• Dispensarios con licencia: existen tres tipos de dispensarios,


aquellos que venden solo productos con fines medicinales, los que
venden marihuana y derivados para consumo recreativo y por último los
que tienen ambas licencias. Es importante aclarar que, para cualquier
tipo de venta, el dispensario debe cumplir con las normas existentes
para obtener la licencia y someterse a los controles estatales para
garantizar su funcionamiento continuo.

• Cuidadores de pacientes con licencia para consumo de


marihuana medicinal y prescripción médica: los cuidadores con
personas naturales que están registrados como tal y tienen a su cargo
el cuidado de pacientes con alguna enfermedad que se puede tratar con
marihuana bajo las normas del Estado. Estas personas pueden tener a
su cuidado hasta cinco pacientes y pueden cultivar un máximo de seis
plantas por cada uno, esta es la máxima regulación a la que se ven
enfrentados, pues las flores que cultiven, así como los productos que
puedan producir en casa de manera artesanal, no son en ningún caso
registrados o pasan por algún control de calidad.

• Vendedores sin licencia, pertenecientes al mercado negro: estos


productores y vendedores son ilegales en el Estado y existen porque
hay una demanda insatisfecha: los menores de edad y demás que
acuden a este servicio con fines recreativos.

1.6. Criterio diagnóstico

Los trastornos por consumo de cannabis son un espectro de afecciones


clínicamente importantes, y se definen conforme a criterios psicológicos,
sociales y fisiológicos para documentar las consecuencias adversas, la pérdida
de control del consumo y los síntomas de abstinencia. Los trastornos por
consumo del cannabis se definen en el Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales (DSM-V; APA, 2013) y en la Clasificación Estadística
Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE-
10; OMS, 1992). La CIE-10 distingue entre el consumo nocivo de cannabis y el
consumo de cannabis con dependencia, mientras que en el DSM-V los
trastornos por consumo de cannabis se clasifican, según la gravedad de la
afectación de la salud, como trastornos leves, moderados y graves. Ambas
clasificaciones también describen un síndrome específico de abstinencia del
cannabis que puede tener lugar en un plazo de 24 horas desde el consumo.
Para diagnosticar un síndrome de abstinencia del cannabis, la persona
afectada debe referir al menos dos síntomas mentales (por ejemplo,
irritabilidad, inquietud, ansiedad, depresión, agresividad, pérdida de apetito,
trastornos del sueño) y al menos un síntoma físico (por ejemplo, dolor,
temblores, sudación, temperatura corporal elevada, escalofríos). Estos
síntomas son más intensos en la primera semana de abstinencia, pero pueden
persistir hasta un mes (Hoch et al., 2015)

Definición de la CIE-10 (OMS, 1993).

F12.0 Intoxicación aguda debida al uso de cannabinoides.

A. Deben cumplirse los criterios generales de intoxicación aguda (F1x.0).

B. Deben existir conductas disfuncionales o anormalidades perceptivas,


incluidas algunas de las siguientes:

1. euforia y desinhibición;

2. ansiedad o agitación;

3. suspicacia o ideación paranoide;

4. sensación de enlentecimiento temporal (sensación de que el tiempo pasa


muy lentamente o la persona tiene

un flujo rápido de ideas);

5. juicio alterado;

6. deterioro de la atención;

7. deterioro del tiempo de reacción;


8. ilusiones auditivas, visuales o táctiles;

9. alucinaciones, con la orientación conservada;

10. despersonalización;

11. desrealización;

12. interferencia en el funcionamiento personal.

C. Debe estar presente al menos uno de los siguientes signos:

1. aumento del apetito;

2. boca seca;

3. inyección conjuntival;

4. taquicardia.

Definición del DSM-V (APA, 2013)

La intoxicación por cannabis, un trastorno relacionado con el cannabis


codificado como 292.89, se define así en

el DSM-V:

• Consumo reciente de cannabis.

• Cambios conductuales o psicológicos problemáticos clínicamente


significativos (por ejemplo, deterioro de la

coordinación motora, euforia, ansiedad, sensación de que el tiempo transcurre


lentamente, deterioro de la

capacidad de juicio, retraimiento social) que aparecen durante el consumo de


cannabis o poco después.

Al menos dos de los siguientes signos, que aparecen dos horas después de
consumir cannabis:

• Inyección conjuntival.
• Aumento del apetito.

• Sequedad de boca.

• Taquicardia.

Los síntomas no son debidos a ninguna afección médica general ni se explican


mejor por la presencia de otro

trastorno mental.

Capítulo II
En el presente capítulo trataremos dos temas importantes en el estudio
sobre una sustancia psicoactiva o droga, la farmacocinética y los estudios
epidemiológicos.

2.1. Farmacocinética de la marihuana

Según el Diccionario conciso de Psicología (2010) farmacocinética se


entiende como: “estudio del procesamiento de los agentes farmacológicos
dentro de un sistema biológico, en vivo o in vitro, lo que comprende factores
que influyen en la absorción, distribución, metabolización y eliminación de la
sustancia o sus productos metabólicos”. Así basándonos en la definición, la
vamos a exponer en sus fases correspondientes:

 Absorción

La vía de absorción más usual es la pulmonar, a través del uso de


cigarrillos, el cual como muchas otras drogas tiene una alta efectividad.
Durante la combustión el 30 % de tetrahidrocannabinol contenido se destruye,
la biodisponibilidad (fracción sobre la efectividad de llegada a los tejidos diana)
a través de esta vía es de entre el 10 y el 35 %. El grado de exposición de la
sustancia es resultado del número de fumadas, la duración, el intervalo entre
una y otra, el tiempo que se sostiene el humo, el volumen y profundidad de la
inhalación, la potencia, la cantidad de THC no destruida por la combustión y el
ritmo respiratorio. El THC es detectado inmediatamente después de iniciado el
consumo, 1 a 2minutos siendo detectado el máximo entre los tres y diez
minutos (Grotenhermen, 2003; Perez-Reyes, 1990).

La otra vía también estudiada es la ingesta u oral, menos rápida y


errática, los efectos aparecen entre los 30 y 120 minutos pudiendo resistir los
efectos hasta 6 horas, la biodisponibilidad es menor en comparación a la vía
respiratoria, se entiende que es por la acción hepática (Huestis, 2005; Iversen,
2003).

 Distribución

Una vez alcanzado el torrente sanguíneo, el THC es rápidamente


distribuido hacia diferentes órganos como el riñón, corazón, el bazo, hígado,
etc. Por su propiedad lipofílica ingresa fácilmente por la barrera
hematoencefálica así alcanzando el sistema nervioso central. Se suele hallarse
unido a lipoproteínas lo cual facilita su distribución (Grotenhermen, 2003).

En las mujeres embarazadas, el cannabis atraviesa fácilmente la


barrera placentaria, generando efectos sobre el feto, también se han reportado
casos donde se ha encontrado THC en la leche materna.

 Metabolización

El delta-9-THC se convierte rápidamente en 11-hidroxi-THC (11-OH-


THC) en el hígado a través de hidroxilación microsomal, principalmente por las
isoenzimas CYP2C9, CYP2C19 y CYP2D6. El metabolismo se divide en dos
fases: la primera, de oxidación y de hidroxilación (interviene el citocromo P450).
En esta fase se obtiene el 11-nor-9-carboxi-THC (THC-COOH, metabolito
inactivo). En la segunda fase tiene lugar la conjugación con el ácido
glucurónico, formándose el conjugado THC-COOH. El CBD se metaboliza por
monohidroxilación a 7-OHCBD, siendo además inhibidor de los citocromos
CYP3A4 y CYP2C9 y, por tanto, del metabolismo del THC. Se han identificado
alrededor de 100 metabolitos del THC. (Kelly & Jones, 1992; Maykut, 1985;
Abood y Martin, 1992).

 Eliminación
Un 80% se elimina a través de las heces. Se encuentran principalmente
metabolitos no conjugados, ácidos y neutros del THC. Un 20% se elimina a
través de la orina como THCCOOH y metabolitos en forma conjugada y
polares. Este metabolito es el marcador biológico que se utiliza para detectar
consumo previo de cannabis. Una única dosis de THC puede ser detectable en
orina a través de sus metabolitos hasta 12 días. La vida media de excreción
urinaria se sitúa alrededor de las 30 horas. La vida media del THC es
aproximadamente de una semana, pudiendo llegar a requerirse en casos
extremos un mes para su completa eliminación. La lenta eliminación del THC
se explicaría por la elevada lipofilidad, la circulación enterohepática, la elevada
unión a proteínas y, sobre todo, por la lenta redifusión del THC desde los
tejidos al plasma (Iversen, 2003).

2.2. Efectos fisiológicos del consumo de la marihuana

Los metabolitos y el THC de la marihuana dentro de nuestro organismo


genera efectos sobre él a saber (Hollister, 1998; Grotenhermen, 2003; Hart et
al., 2002)) :

 Los efectos sobre el aparato cardiovascular dependen de la dosis.


Consisten básicamente en una vasodilatación, incremento del gasto
cardiaco y de la demanda de oxígeno y disminución de la tolerancia al
ejercicio. Inmediatamente después de fumar se produce un aumento de
la frecuencia cardiaca del 20 al 50%. El aumento máximo tiene lugar
durante los primeros 25 minutos y puede continuar hasta 1 hora después.
La presión arterial puede aumentar cuando el sujeto se encuentra en
decúbito, mientras que disminuye de forma brusca al incorporarse,
provocando una hipotensión ortostática, principalmente cuando se
utilizan dosis elevadas.

 En el aparato ocular produce hiperemia conjuntival (ojos rojos) como


consecuencia de la vasodilatación periférica, reducción de la producción
de lágrimas, ptosis palpebral, dificultad en la acomodación y disminución
del reflejo pupilar a la luz.
 En el sistema respiratorio produce disminución en la resistencia y
aumento en la conductancia de las vías aéreas, ocasionando de este
modo bronco dilatación en personas sanas.

 En el sistema digestivo produce hiposalivación, sequedad de boca,


reducción del peristaltismo intestinal y enlentecimiento del vaciado
gástrico. El cannabis produce relajación muscular y posee propiedades
anticonvulsivantes.

2.3. Efectos psicológicos del consumo de la marihuana

El cannabis generalmente produce un efecto bifásico, con un período


inicial de estimulación (euforia, bienestar, aumento de la percepción, ansiedad),
seguido de un período de sedación (relajación, somnolencia, ensoñaciones).
Se produce una agudización de las percepciones visuales, auditivas y táctiles,
así como una ligera distorsión del espacio y tiempo. Paralelamente, se altera la
memoria reciente y existe dificultad en la concentración, disminución de la
atención e incoordinación motora (Ashton, 2001).

En algunos sujetos, particularmente inexpertos en el consumo, o tras la


administración de dosis elevadas, puede aparecer ansiedad, disforia y
paranoia. Estos efectos usualmente desaparecen en algunas horas y en la
mayoría de los casos no necesitan tratamiento. La intoxicación aguda por
cannabis puede producir un episodio psicótico agudo caracterizado por con
fusión, amnesia, ideas delirantes, alucinaciones, ansiedad y agitación. El
cuadro es raro, se asocia a dosis altas o sujetos sin experiencia en el consumo
y responde al disminuir la cantidad de THC en el organismo (Abood & Martin,
1992).

2.4. Estudios epidemiológicos


Para el presente estudio se tomará en cuenta a nivel internacional el estudio
de la OEA (2019) y a nivel nacional el estudio realizado por Cedro (2017) los
cuales detallaremos a continuación:

Figura 1. Porcentaje de percepción de gran riesgo por el consumo


ocasional de marihuana entre los estudiantes de enseñanza secundaria, según
el sexo y total, por país, ordenado por subregión

En la figura 2, podemos apreciar que nuestro país en américa latina es


quien tiene uno de los porcentajes más bajos, para la consulta de percepción
de gran riesgo el consumo ocasional de marihuana, contraste con los países de
Centroamérica y México. En comparación a cuando se les hace la pregunta de
percepción de gran riesgo al consumo frecuente (Figura 2), los estudiantes
incrementan sus porcentajes, menos Chile.

Figura 2. Porcentaje de percepción de gran riesgo por el consumo frecuente de


marihuana entre los estudiantes de enseñanza secundaria, según el sexo y
total, por país, ordenado por subregión

Dentro del informe de CEDRO, realizado en una encuesta masiva con


una muestra total de 8352, en la figura 3 podemos observar un cuadro resumen
con los resultados expresados en porcentaje según edad región que nos
informa el porcentaje de encuestados que afirman haber consumido una vez en
su vida, según sexo, rango de edad, estrato socioeconómico, nivel educativo,
región. Se observa más altos porcentajes en población varón con el 15.5 %, a
su vez el grupo de 19 a 24 con un 10.6 %, la educación superior con un 9.2 % ,
la región sierra destaca con un 10.4%, según nivel socioeconómico
observamos que estos son directamente proporcionales a su prevalencia de
vida, con un 9.4% para el nivel alto.
Figura 3. prevalencia de vida de la marihuana en el Perú (2017)
Capítulo III
Estrategias de intervención en adictos a la marihuana

En 1999, el Nacional Institute on Drug Abuse (NIDA) publicó un total de


trece principios, derivados de la investigación empírica realizada en los treinta
años anteriores, considerados relevantes para el tratamiento efectivo de las
drogodependencias. Estos principios para el tratamiento efectivo de las
drogodependencias se sitúan, sin lugar a dudas, dentro de unas coordenadas
que reclaman una concepción psicológica del fenómeno adictivo y de su
tratamiento.

Dicha concepción es también la que subyace en el modelo


biopsicosocial o bioconductual de Pomerleau y Pomerleau (1987) que hoy
constituye el marco predominante para el análisis y tratamiento de la conducta
adictiva, basado en la evidencia. Si bien podría decirse que la contrafigura
posible a la perspectiva psicológica sería un modelo predominantemente
biológico de la adicción. Tal modelo debería inspirar tratamientos con evidencia
empírica, en el que los componentes psicológicos estuvieran al servicio de las
intervenciones biológicas, que irían dirigidas a remediar o subsanar déficits o
alteraciones biológicas subyacentes. No existe ningún tratamiento efectivo
actual que tenga estas características. Por el contrario, las intervenciones
farmacológicas adquieren su significado en el contexto de los tratamientos
psicológicos, tal y como se apunta en el principio séptimo, que se puede
apreciar en la tabla. Es esta constatación un argumento que confirma la
característica central de los modelos y los tratamientos psicológicos en las
adicciones (Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el
Alcoholismo y otras Toxicomanías, 2007).

Es por ello que se repasará brevemente el modelo biológico o biomédico


mediante el repaso breve de algunos fármacos que han demostrado cierto nivel
de efectividad en el tratamiento, haciendo énfasis en que ninguno de ellos por
sí solo es suficiente como intervención o terapia en el consumo de drogas, sino
más bien pueden actuar como complementos que previamente han sido
recetados por personal médico calificado.
3.1 Tratamiento farmacológico

Según Bobes, Casas y Gutiérrez (2003), en su Manual de evaluación y


tratamiento de drogodependencias existen una amplia lista de fármacos que se
han usado en experimentos clínicos de abuso de drogas. Entre los principales
se encuentran:

3.1.1 Benzodiacepinas

Dado el amplio número de principios activos dentro de esta categoría se


considerarán en conjunto, reseñando los aspectos más relevantes del grupo.
Los benzodiacepinas son ampliamente utilizados en el campo de las
adicciones, pero, dado su potencial de abuso, su manejo ha de ser más
cuidadoso que en otros trastornos mentales. Es recomendable limitar al
máximo su tiempo de utilización y las situaciones en que se usan. Su principal
indicación es la desintoxicación de las diversas drogas, fundamentalmente
alcohol, administradas durante 1-2 semanas. También pueden utilizarse con
precaución en presencia de síntomas de ansiedad o insomnio en adictos,
aunque hay otras alternativas farmacológicas para estos síntomas. En los
adictos se recomienda utilizar los benzodiacepinas con menor potencial
adictivo: son aquellas de menor potencia, de vida media más prolongada, de
absorción más lenta y con menos mercado ilegal de la sustancia. En adictos a
drogas puede observarse la presencia concomitante de una dependencia de
sedantes que puede requerir una desintoxicación con benzodiacepinas de vida
media larga en pauta progresivamente descendente o con alguno de los
anticonvulsivantes comercializados.

3.1.2 Carbamazepina

La carbamazepina es un antiepiléptico y como la mayoría de estos, tiene un


amplio uso en psiquiatría, tanto como estabilizante del ánimo para pacientes
con trastorno bipolar como para el control de la impulsividad, además de ser un
grupo de fármacos ampliamente utilizado en el campo de las adicciones. Sin
embargo, existen escasas indicaciones aprobadas de los antiepilépticos para la
desintoxicación o deshabituación de drogas.

3.1.3 Lamotrigina

La lamotrigina es otro agente anticonvulsivante, utilizado como estabilizador de


ánimo, mostrándose más eficaz para prevenir las recaídas de las fases
depresivas y usado igualmente para controlar la impulsividad y el consumo de
drogas

3.1.4 Naltrexona

La naltrexona es un antagonista de los receptores opioides de vida media


larga, utilizado para la deshabituación de opiáceos (al producir el bloqueo de
los receptores opioides impide los efectos subjetivos de la heroína y, por tanto,
lleva a la extinción de la conducta de búsqueda de opiáceos por falta de
refuerzo positivo) y para la deshabituación de alcohol (impide el refuerzo
positivo asociado al consumo de alcohol que en parte está mediado por el
sistema opioide).

3.1.5 Topiramato

El topiramato es el antiepiléptico que dispone de más cantidad de estudios y de


mayor calidad metodológica en el campo de las adicciones, de ahí su creciente
uso en ese terreno. Sin embargo, hay que ser cautelosos con su uso por el
riesgo de efectos adversos de tipo cognitivo, principalmente si se instaura la
dosis terapéutica de forma rápida.

3.2 Tratamiento psicológico

Cuando se hace mención al modelo que subyace a los tratamientos


psicológicos, no se está afirmando que exista una única forma de entender los
procesos y determinantes de la conducta adictiva desde la psicología. Lo que
se quiere decir es que los tratamientos psicológicos se apoyan en un modelo
psicológico, cuya naturaleza esencial consiste en comprender la conducta por
su relación con el contexto, sea éste de carácter biográfico o social.

La propia descripción de los trastornos por abuso de sustancias de los


sistemas de clasificación diagnóstica (en particular, el DSM –Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales-), ya asume la centralidad
del modelo psicológico, si tenemos en cuenta que, de los siete criterios para el
diagnóstico de la dependencia, solo los dos primeros tienen que ver con
aspectos fisiológicos (tolerancia y abstinencia). Los criterios 3, 4 y 5 se refieren
al patrón conductual compulsivo inherente a la adicción a las drogas,
caracterizado por dos fenómenos, el craving o experiencia subjetiva de desear
o necesitar consumir drogas y la falta de control (la incapacidad para resistir el
craving), es decir, la tendencia a elegir una recompensa menor, pero inmediata,
frente a una recompensa de mayor magnitud, pero más demorada. Finalmente,
los criterios 6 y 7 se centran en los efectos ad versos (la pérdida de
reforzadores) provocados por el consumo de drogas.

3.2.1 Entrevista y terapia motivacional

Miller y Rollnick (1991) desarrollaron la Entrevista Motivacional (EM), para


personas con problemas con el consumo de alcohol, tras investigar los
elementos terapéuticos que mejoraban los resultados de la intervención.
Posteriormente, generalizaron su aplicación incluyendo a consumidores de
otras sustancias, al cambio de hábitos (dietas, uso de preservativos, etc.), a las
enfermedades crónicas (hipercolesterolemia, diabetes) y al fomento de nuevos
estilos de vida.

Este enfoque terapéutico integra aspectos de la “terapia centrada en el cliente”


propuesta por Rogers (1951) con estrategias cognitivo-conductuales dirigidas a
los diferentes estadios de cambio (Prochaska, DiClemente y Norsross, 1992).
Concretamente, la Entrevista Motivacional se basa en el respeto al paciente, a
sus creencias y escala de valores, intentando estimular su motivación y
favorecer su posicionamiento hacia hábitos sanos, enfatizando su propio punto
de vista y su libertad de escoger. Su principio fundamental es que todo proceso
de cambio supone costes y que es preciso que la persona esté motivada para
afrontar esos costes iniciales para alcanzar metas finales. No es posible
motivar a nadie a sacrificarse si no ve muy claro su posible beneficio. Tampoco
se empieza un cambio si no se tiene claro que se podrá con él, siendo muy
subjetiva la percepción de la magnitud de esta tarea.

Hay dos principios básicos que centran este planteamiento:

1. Evitar la confrontación con el paciente, situación frecuente cuando se


persigue in- Guías Clínicas SOCIDROGALCOHOL basadas en la EVIDENCIA
CIENTÍFICA 30 formar a alguien que no está seguro de querer cambiar.

2. Facilitar que el paciente verbalice motivos de preocupación por su conducta


(Lizárraga y Ayarra, 2001).

El aporte principal de este modelo reside en el hecho de que ha sido capaz de


mostrar que ningún proceso de tratamiento de las conductas adictivas tendrá
éxito si no se tiene en cuenta al paciente, sus motivaciones, sus opiniones, sus
soluciones, sus limitaciones y sus características personales.

3.2.2 Terapias centradas en la familia

Con el tiempo las intervenciones psicoterapéuticas que han contado con los
familiares del adicto han ido diversificando su metodología, despegándose de
la ortodoxia sistémica e incorporando estrategias cognitivo-conductuales o de
otras procedencias, conduciendo a un cambio terminológico, que ha permitido
que en el momento actual se hable de “Tratamientos Basados en la Familia”.
De hecho, este cambio de denominación está justificado por la generalización
de métodos cognitivo conductuales aplicados en un contexto familiar, lo que en
realidad supone una renuncia a los principios sistémicos de la terapia familiar,
al menos en lo relativo a la aplicación práctica, aunque persistan como guía
general del modelo de intervención (Liddle y Dakof, 1995).

Asimismo, observan que la incorporación de los tratamientos basados en la


familia es mucho más reciente que otras modalidades terapéuticas y mucho
menos estudiada en el ámbito de las adicciones que en otros de la salud
mental. Encuentran que los estudios controlados precedentes suelen presentar,
como norma general, diversos problemas metodológicos: muestras pequeñas y
seleccionadas, poca representación de minorías, mínima severidad de
síntomas, focalización en familias de clase media, tratamientos insu-
ficientemente definidos, poca atención a las características de los terapeutas y
su entrenamiento, variables de medida ambiguas, análisis estadísticos
defectuosos o incompletos. Sin embargo, también mencionan algunos estudios
con pocas o ninguna limitación metodológica de los que se concluye que los
tratamientos basados en la familia son e caces en el abordaje de adolescentes
con consumos problemáticos de drogas

Hay que destacar que los modelos de tratamiento que expondremos a


continuación se centran en el tratamiento de adolescentes y jóvenes con abuso
de sustancias y conductas asociadas La razón de ello es la importancia que los
investigadores han otorgado a la familia en estos momentos evolutivos. Cabe
considerar que la familia sigue siendo el escenario en el que se representan las
adicciones también en otras etapas de la vida, y que no sólo es la familia de
origen, sino también las modalidades familiares que se conforman en la fase
adulta, las que soportan, mantienen o padecen los problemas asociados a la
adicción.

3.2.2.1 Terapia Familiar Multidimensional (MDFT, Multidimensional


Family Therapy)

La Terapia Familiar Multidimensional para adolescentes es un tratamiento para


el abuso de drogas ambulatorio centrado en la familia. La MDFT examina el
uso de drogas de los adolescentes en términos de una red de influencias (es
decir, del propio individuo, de la familia, de compañeros, de la comunidad) y
sugiere que la reducción del comportamiento no deseado y el aumento del
comportamiento deseado ocurren en múltiples maneras en ambientes
diferentes. Desde esta perspectiva la conducta individual se considera
contextualizada dentro de una red de interconexiones de sistemas sociales,
incluyendo el propio individuo, la familia, la escuela, el vecindario, los pares, la
comunidad y el ámbito cultural. Todos estos sistemas sociales de referencia
pueden, potencialmente, tener impacto sobre el uso de drogas de los
adolescentes y también sobre otras conductas problemáticas relacionadas, y
por tanto, bien guiados, también pueden convertirse en factores protectores. El
tratamiento incluye sesiones individuales y de toda la familia que tienen lugar
en la clínica, en la casa, en la escuela u otros lugares comunitarios.

Durante las sesiones individuales, el terapeuta y el adolescente trabajan en


tareas importantes de aprendizaje, como saber tomar decisiones, negociar, y
desarrollar habilidades para resolver problemas. Los jóvenes adquieren
capacidad para comunicar sus pensamientos y sentimientos para poder
manejar mejor las presiones de la vida y obtienen destrezas vocacionales. Se
realizan sesiones paralelas con miembros de la familia. Los padres examinan
su estilo particular de educar a sus hijos, y aprenden a distinguir la diferencia
entre influenciar y controlar, así como a tener una influencia positiva y
apropiada con sus hijos (Diamond y Liddle, 1996; Schmidt, Liddle y Dakof,
1996).

3.2.2.2Terapia Familiar Breve Estratégica (BSFT, Brief Strategic


Family Therapy)

En el ámbito de las adicciones, el principal campo de aplicación de este modelo


ha sido la población adolescente. La importancia del contexto familiar en esta
etapa del desarrollo ha favorecido la aplicación de programas basados en el
entorno familiar como elemento generador y regenerador de la problemática
adictiva. Es una intervención breve que se utiliza con adolescentes que
consumen drogas y que presentan otros problemas de conducta. La terapia se
centra en la función que tiene el uso de drogas que se interpreta como señal
del malestar del funcionamiento familiar. El tratamiento dura 8-24 sesiones,
dependiendo de la severidad del problema.

La BSFT se ha utilizado con pacientes ambulatorios y con pacientes en


unidades de día y comunidades terapéuticas. El NIDA la describe como una
terapia utilizada en diversos contextos asistenciales: centros de salud mental,
programas de tratamiento para abuso de drogas y otros servicios sociales
(Szapocznik, Hervis y Schwartz, 2003). Además de incidir sobre el consumo y
las conductas problema en casa y en la escuela, la BSFT aborda la conducta
agresiva, el comportamiento violento, la percepción de riesgo y el riesgo real en
aspectos relacionados con la sexualidad, el acercamiento a pares antisociales
y la delincuencia.

Los principios generales que desarrolla este enfoque terapéutico son


(Szapocznik, Hervis y Schwartz, 2003; Szapocznik y Williams, 2000):

1. La familia es un sistema y por lo tanto lo que afecta a un miembro de la


familia afecta a todos los miembros del sistema familiar. Según el enfoque
sistémico, el consumo de drogas y otras conductas problema que realiza el
adolescente son síntomas que nos señalan que el sistema familiar funciona
inadecuadamente.

2. Los patrones de interacción familiar influyen en el comportamiento de cada


miembro de la familia. Dichos patrones son conductas de interacción habituales
que se repiten en el tiempo.

3. La intervención se centra en la planificación de los objetivos que


proporcionen los medios prácticos para eliminar dichos patrones interactivos
que están directamente vinculados a las conductas que muestra el adolescente
(abuso de drogas u otras conductas problema).

3.2.3 Terapias cognitivo-conductuales

Las terapias cognitivo-conductuales representan la integración de los principios


derivados de la teoría del comportamiento, la teoría del aprendizaje social y la
terapia cognitiva (Finney, Wilbourne y Moos, 2007). Suponen el enfoque más
comprensivo para tratar los problemas derivados del uso de sustancias y
consisten básicamente en el desarrollo de estrategias destinadas a aumentar el
control personal que la persona tiene sobre sí misma. La filosofía de la
intervención está basada en la consideración del paciente como un científico,
en el sentido de que se le anima a recurrir al método científico para contrastar
empíricamente sus ideas o creencias. Entre las características generales de las
terapias cognitivo-conductuales se incluyen:

a. centrarse en el abordaje de los problemas actuales,

b. establecer metas realistas y consensuadas con el paciente,


c. buscar resultados rápidos para los problemas más urgentes, d. utilizar
técnicas empíricamente contrastadas para incrementar la capacidad de los
pacientes para manejar sus propios problemas.

Son múltiples las ventajas de los enfoques basados en las teorías del
comportamiento. Destacar, por ejemplo:

a. su flexibilidad para adaptarse a las necesidades de los pacientes.

b. la facilidad con la que son aceptados por los pacientes debido a su alto nivel
de implicación en la selección de objetivos y en la planificación del tratamiento.

c. el permitir a los pacientes hacer su propio cambio de comportamiento.

d. su conexión con la teoría psicológica establecida.

e. su derivación del conocimiento científico y aplicación a la práctica clínica.

f. su estructuración, lo que permite la evaluación de resultados.

g. su efectividad basada en la evidencia científica.

Entre las técnicas cognitivo conductuales aplicadas a los problemas asociados


al abuso de sustancia se incluyen (Quirke, 2001):

- Entrenamiento en habilidades de afrontamiento

- Prevención de recaídas

- Entrenamiento en manejo del estrés

- Entrenamiento en relajación

- Entrenamiento en habilidades sociales

- Entrenamiento en habilidades de comunicación

- Entrenamiento en habilidades para la vida

- Ejercicio aeróbico

- Biofeedback

- Entrenamiento en asertividad

- Entrenamiento en manejo de la ira


3.2.3.1 Entrenamiento en habilidades de afrontamiento

Los procedimientos de entrenamiento en habilidades sociales y en estrategias


de afrontamiento están basados en el entrenamiento de determinadas
habilidades consideradas como deficitarias en los sujetos con adicción, porque
no son capaces de ponerlas en práctica debido a los mecanismos inhibitorios
relacionados con la elevada activación de sus niveles de ansiedad ante
situaciones de posible consumo (Chaney, O’Leary y Marlatt, 1978; Marlatt,
1978; Sobell y Sobell, 1978; Miller y Hester, 1980). Este grupo de técnicas,
basadas en la teoría del aprendizaje social, tienen por objetivo aumentar y
reforzar las habilidades del paciente para enfrentar situaciones de alto riesgo
-ambientales e individuales- que inician y mantienen las conductas de
consumo. Las más extendidas en la práctica clínica son: entrenamiento en
prevención de recaídas, entrenamiento en habilidades sociales, entrenamiento
en manejo del craving y entrenamiento en manejo de los estados de ánimo.
Pueden desarrollarse en contexto individual o grupal y ser utilizadas por
separado o, lo que es más común, en combinación dentro de un mismo
tratamiento.

Se parte de la existencia de determinantes que aumentan la vulnerabilidad del


sujeto a las recaídas, provocando limitaciones en el automanejo y gestión
adecuada del estrés, emociones, ambiente, expectativas sobre los efectos de
las sustancias y autoeficacia. Por lo común, se continuará con el trabajo de
habilidades sociales que ayuden a mejorar las relaciones familiares y
profesionales del sujeto, disminuyendo así el malestar asociado y aumentando
el soporte social y la percepción de eficacia personal (Monti, Colby, Barnett,
Spirito, Rohsenow y Myers, 1999). Se ha incluido en muchos de estos
programas el entrenamiento en conductas incompatibles, sobre todo en los
programas para dependientes a alcohol. Entre los componentes de la mayoría
de estos programas se incluye el entrenamiento en habilidades de
comunicación, asertividad y rechazo de consumo.

Dentro de este grupo de técnicas las que han sido más utilizadas a nivel clínico
son: entrenamiento en habilidades sociales y de afrontamiento (acuñado en
literatura anglosajona como Coping/Social Skills Training CSST), Prevención
de Recaídas (PR), Aproximación de Refuerzo Comunitario (CRA), Terapia
Cognitivo-Conductual de habilidades de afrontamiento (CBT basada en los
programas de PR), entrenamiento en manejo de estados de ánimo y en manejo
del craving, Terapia de Exposición a Señales (Cue Exposure Treatment, CET),
terapia conductual familiar y de pareja y entrenamiento en solución de
problemas.

Los programas que utilizan las técnicas de entrenamiento en habilidades y


estrategias de afrontamiento, parten generalmente del análisis funcional de la
conducta y más concretamente de la vulnerabilidad de cada sujeto y del
análisis de otras variables relacionadas con el cambio (diagnóstico
psicopatológico, factores intra e interpersonales, historia de vida y condiciones
de vida) con el objetivo de aprender y desarrollar recursos específicos para el
manejo adecuado de la gestión de su vida para alcanzar y mantener la
abstinencia o la reducción de consumo de drogas.

En personas dependientes al alcohol (Monti, Abrams, Kadden y Cooney, 1989;


Monti, Rohsenow, Colby y Abrams, 1995) describen que en el entrenamiento
en habilidades (CSST) y en trabajos realizados en formato grupal, es
conveniente trabajar los siguientes módulos: rechazo de bebida, ofrecer
respuestas positivas, realizar críticas, recibir críticas acerca del uso de alcohol,
habilidades de escucha y de conversación, apoyos a la abstinencia, resolución
de problemas, comunicación no verbal, expresión de sentimientos, asertividad,
rechazo de peticiones y manejo de críticas en general. Bottlender, Kohler y
Soyka (2006) sugieren que un amplio espectro de pacientes podría retrasar
significativamente el primer episodio de recaída post-tratamiento y doblar el
número de días que permanecen abstinentes respecto al grupo control, aunque
no parecen conseguir la abstinencia total ni reducir la intensidad de la recaída.

3.2.3.2 Prevención de recaídas

Un caso especial de entrenamiento en habilidades de afrontamiento, que por


su especificidad en las conductas adictivas requiere un espacio propio, lo
constituye el modelo teórico de prevención de recaídas propuesto por Marlatt
(Marlatt, 1993; Marlatt y Donovan, 2005; Marlatt y Gordon, 1985). La recaída se
produce cuando el sujeto se expone a una situación de riesgo y no es capaz de
responder con las estrategias de afrontamiento adecuadas para garantizar el
mantenimiento de su abstinencia. Si ante una situación de riesgo el sujeto
puede emitir una respuesta de afrontamiento adecuada, la probabilidad de
recaída disminuirá significativamente, ya que el afrontamiento satisfactorio a la
situación de riesgo se percibe por el sujeto como una sensación de control que
incrementa la autoeficacia percibida. A medida que aumente la duración de la
abstinencia y el individuo pueda afrontar eficazmente cada vez más situaciones
de riesgo, la percepción de control se incrementará de forma acumulativa y la
probabilidad de recaída disminuirá. Pero, si, por el contrario, el sujeto no es
capaz de afrontar con éxito una situación de alto riesgo, la probabilidad de
recaer en posteriores situaciones aumentará, por una parte, porque disminuirá
su percepción de autoeficacia y, por otra, porque le será mucho más sencillo,
por su experiencia previa y por su patrón de conducta habitual, anticipar la
expectativa positiva derivada del consumo de la sustancia que el anticipar las
consecuencias negativas derivadas de la conducta de consumo.

A partir de este planteamiento teórico, que ofrece un referente para que


cualquier persona pueda comprender y analizar su conducta de consumo, se
identifican algunas claves importantes a tener en cuenta en la intervención:

1. Aprender a identificar qué situaciones, pensamientos y/o estados


emocionales pueden acercar al consumo y cómo afrontarlos adecuadamente
utilizando determinadas técnicas.

2. Aprender a identificar las claves y señales que anuncian la posibilidad de


una recaída.

3. Aprender a enfrentarse a una recaída antes y después de que se produzca


un consumo.

En líneas generales en la PR se combina:

1. El entrenamiento en habilidades de afrontamiento (cognitivas y


conductuales)

2. La reestructuración cognitiva

3. El reequilibrio del estilo de vida


3.2.3.3 Manejo de contingencias

Los tratamientos de Manejo de Contingencias (MC) se fundamentan en un


cuerpo extenso de datos de la investigación en laboratorio y clínica que
demuestran que el uso de drogas es una conducta operante que es mantenida
y puede ser modificada por sus consecuencias.

El MC se basa en la aplicación sistemática de reforzadores o castigos


contingentes a la ocurrencia de la conducta objetivo o a la ausencia de la
misma, que compiten con los efectos reforzantes de las drogas. Este tipo de
intervenciones requieren, por tanto, seleccionar y monitorizar frecuentemente y
de forma muy precisa, la conducta objetivo. Los programas de MC han sido
empleados sobre todo para reforzar la abstinencia, pero también, otros
objetivos terapéuticos, como, por ejemplo, la retención y la asistencia a las
sesiones de tratamiento o el incremento de la adherencia a la medicación.

Entre los reforzadores más utilizados destacan los privilegios clínicos, el


acceso a empleo o alojamiento, el dinero en metálico o los vales y los
descuentos canjeables por bienes o servicios en la comunidad, contingentes a
la abstinencia a sustancias durante el tratamiento (Petry, 2000).

La intervención mediante la cual los pacientes ganan incentivos en forma de


vouchers (vales) canjeables por bienes o servicios, contingentes a la ausencia
de consumo de drogas (normalmente evaluada mediante pruebas bioquímicas)
es la que ha recibido mayor atención de los investigadores. Este método fue
inicialmente desarrollado para el tratamiento de adictos a la cocaína en
contextos ambulatorios (Higgins et al., 1991). Desde entonces se han publicado
varias decenas de artículos en donde se emplean los vouchers como estrategia
de reforzamiento, informando la mayoría de estos estudios (en torno al 85%) de
mejoras significativas en el uso de drogas y en otras conductas asociadas
(Higgins, Heil y Plebani, 2004).

Una ventaja del reforzamiento mediante incentivos es que permite a los


pacientes elegir en función de sus preferencias. Además, ya que nunca se les
proporciona dinero en efectivo, la probabilidad de que usen el reforzador para
comprar drogas es muy reducida. No obstante, este método ha sido criticado
por los costes, asociados al propio valor de los incentivos y al manejo de este
tipo de protocolos. Quizás este es uno de los motivos por el que la mayoría de
los programas que utilizan vouchers se hayan realizado en contextos
experimentales, siendo muy pocas las investigaciones llevadas a cabo en
contextos naturales (Petry y Simcic, 2002). Sólo recientemente se ha
conseguido evidenciar la factibilidad de estos protocolos en contextos naturales
fuera de Estados Unidos (Secades, García, Higgins, Fernández y Carballo,
2008).

Capitulo IV

Investigaciones sobre la marihuana

A lo largo del tiempo hemos sido testigos, de innumerables


investigaciones que con el tiempo han ido informando y despejando dudas,
estos estudios también, proporcionan verdad en cuanto a sus resultados, y es
un hecho a decir que, la marihuana trae beneficios para aquellas personas que
enfrentan una condición de vida manifestada por cualquier enfermedad
degenerativa, que impida a la persona ser plena en autonomía, y a su vez, trae
también consecuencias para aquellas personas que desarrollan una
dependencia a esta sustancia cuyo consumo es desmedido. Así, no son sólo
aspectos positivos y negativos que trae consigo la marihuana, sino que en
provecho de lo beneficioso que puede ser esta planta, resaltamos trabajos de
otros investigadores, quienes ilustran lo factible que puede ser mejorar la
calidad de vida en pacientes con diagnósticos poco alentadores, teniendo una
mejora en la sintomatología de su actual enfermedad, estudiadas gracias a
dichas investigaciones y siendo motivo de replicabilidad, a continuación, se
menciona algunas:

En los años 50, la primera investigación formal del cannabis a la


medicina occidental. Lo consiguió el médico, Brooke, fue registrar desde la
perspectiva científica el potencial médico del cannabis, registrando
observaciones sobre cómo se usaba socialmente El médico describió y
empezó a experimentar con el cannabis para tratar todo tipo de males. Brooke,
W. (1839).

Lo interesante de William Brook fue su aplicación del cannabis en los


tratamientos que realizaba en el Colegio Médico de Calcuta. Y, lo mejor,
publicó sus investigaciones en el Journal of the Asiatic Society of Bengal en
1839. En sus investigaciones destacó las propiedades anticonvulsivas y
analgésicas del cannabis. Gracias a él empezó a utilizarse el cannabis como
planta medicinal en Occidente durante un siglo, hasta el cambio en la política
internacional hacia el cannabis iniciado en la década de 1930. Muchos se
afanaron por intentar descubrir y aislar el ingrediente activo del cannabis, pero
eso no ocurriría hasta mediados de la década de 1960, aproximadamente un
siglo después.

A mediados del XIX los químicos empezaron a producir remedios,


algunos basados en las recetas del médico irlandés, en forma de soluciones de
cannabis y extractos de la planta, que se fueron haciendo populares hasta
alcanzar su punto más álgido a finales de siglo. De hecho, en Estados Unidos
se utilizó como una medicina reconocida farmacológicamente desde 1850, pero
su uso médico en occidente empezó a decaer durante las primeras décadas
del nuevo siglo, en parte debido a las dificultades para producir resultados
estables a partir de distintos lotes de plantas, dado que la potencia del
cannabis variaba mucho de unas muestras a otras.

La serotonina está involucrada en muchos de los mismos procesos


afectados por los cannabinoides; por lo tanto, investigamos los efectos in vitro e
in vivo de estos medicamentos sobre la función del transportador de
serotonina. El efecto de Δ 9 -tetrahidrocannabinol (Δ 9 -THC),
endocannabinoide anandamida y cannabinoide sintético receptor agonista WIN
55.212-2 en plaquetas serotonina absorción y la membrana microviscosidad se
examinó en 19 fumadores de marihuana y 20 controles. (1) la absorción de
serotonina se inhibió en dosis más altas de Δ 9 -THC (IC 50 = 139 Mol / l), la
anandamida (IC 50 = 201 Mol / l) o WIN 55.212-2 (IC 50 = 17.4 µmol / l); la
inhibición se encontró no competitiva. Δ 9‐THC, anandamida y WIN 55,212‐2
produjeron diferentes efectos sobre la microviscosidad de la membrana. (2) La
velocidad máxima de la captación de serotonina plaquetaria se incrementó
significativamente en un grupo de fumadores de marihuana crónicos que sufren
un deterioro de las funciones cognitivas en comparación con los controles. El
efecto opuesto del consumo de marihuana en la eficacia de la absorción de
serotonina se observó en los hombres junto a las mujeres. En resumen, este
estudio proporciona evidencia de que (1) la actividad del transportador de
serotonina se ve gravemente afectada por los cannabinoides a concentraciones
de fármaco relativamente altas; Este efecto es indirecto y puede explicarse
parcialmente por los cambios en la microviscosidad de la membrana. (2) El
aumento de la velocidad máxima de la absorción de serotonina podría
entenderse como un cambio de adaptación en el sistema serotoninérgico
inducido por el consumo crónico de cannabis. Zdeněk, F. (2007).

Díaz, B y García, R. (2008) realizaron una investigación con el objetivo


de identificar factores psicosociales de riesgo de consumo de sustancias ilícitas
en estudiantes mexicanos y ofrecer elementos para el diseño de programas de
prevención. Utilizaron un estudio transversal no experimental con una muestra
de 516 estudiantes de secundaria y bachillerato de seis de las principales
ciudades de México. Entre abril y junio del 2005 se aplicó una adaptación de la
versión abreviada del Inventario de Tamizaje sobre el Consumo de Drogas
(DUSI-R). El análisis comprendió ocho factores: abuso en el consumo de
bebidas alcohólicas o drogas, malestar afectivo, bajo control conductual, baja
adherencia escolar, baja competencia social, relaciones familiares
disfuncionales, aislamiento social y pertenencia a redes sociales desviantes
(cuyos integrantes consumen drogas y adoptan actitudes antisociales). Se
identificaron factores de predicción del consumo de drogas ilícitas mediante
regresión logística y se elaboró un modelo de ecuaciones estructurales para
determinar las relaciones entre los factores. Los factores de predicción del
consumo de sustancias ilícitas fueron presentar un bajo control conductual con
tendencia a actuar impulsivamente y con agresividad, estar vinculado con
pares desviantes y estar expuesto con frecuencia a situaciones familiares de
conflicto y violencia y al consumo de sustancias ilícitas y alcohol en el hogar. El
modelo de ecuaciones estructurales indicó que el consumo de estas sustancias
forma parte de un grupo de trastornos de ajuste conductual, determinado
directamente por la vinculación con pares desviantes y por una mayor
prevalencia de trastornos socioafectivos, e indirectamente por las relaciones
familiares disfuncionales. Se confirmaron algunas implicaciones de los modelos
teóricos propuestos para explicar el consumo de drogas. Estos elementos
empíricamente sustentados pueden contribuir al diseño de programas
preventivos, principalmente de tipos selectivo he indicado.

Villatoro, J. (2016) realizó una investigación con el objetivo de conocer


las prevalencias del uso de drogas, alcohol y tabaco en estudiantes de primaria
(5° y 6°) y secundaria-bachillerato de México y sus estados. La muestra fue de
52 171 alumnos en primaria y 114 364 en secundaria-bachillerato. La
información se obtuvo mediante un cuestionario estandarizado y validado en
encuestas anteriores, cuyos resultados dieron una noción de haber confirmado
su prevalencia de 17.2%. Las drogas de preferencia son la marihuana (10.6%),
seguida de inhalables (5.8%) y cocaína (3.3%).
Entre los adolescentes, el cannabis es una de las drogas ilícitas más
utilizadas. En la adolescencia, el desarrollo cerebral continúa, caracterizado por
la maduración neuronal y la plasticidad sináptica. El sistema endocannabinoide
juega un papel importante durante el desarrollo del cerebro al modular la
función neuronal y la neurogénesis. Cambios en la señalización
endocannabinoide por Δ 9‐Tetrahidrocannabinol (THC), el componente
psicoactivo del cannabis, por lo tanto, puede conducir a cambios
neurobiológicos que influyen en la función y el comportamiento del cerebro.
Stanslowsky, N.; Jahn, K.; Venneri, A.; Naujock, M.; Haase, A.; Helge, M. y
Wegner, F. (2016) investigaron la maduración funcional y la especificación
dopaminérgica de células madre precursoras neurales de pequeñas moléculas
derivadas de células madre pluripotentes derivadas de sangre del cordón
umbilical humano después del cultivo con la anandamida cannabinoide
endógena (AEA) y el THC exógeno, ambos agonistas potentes en el receptor
cannabinoide 1 (CB 1R) Dosis más altas de AEA o THC de 10 μM
disminuyeron significativamente la funcionalidad de las neuronas, indicada por
corrientes iónicas reducidas y actividad sináptica. Una concentración menor de
THC 1 μM no tuvo un efecto marcado en la maduración neuronal y
dopaminérgica, mientras que la AEA 1 μM mejoró significativamente la
frecuencia de la actividad sináptica. Como no hubo efectos significativos sobre
la metilación del ADN en regiones promotoras de genes importantes para la
función neuronal, estas acciones cannabinoides parecen estar mediadas por
otro mecanismo que no sea este mecanismo epigenético. Nuestros datos
sugieren que hay acciones dependientes de la concentración de los
cannabinoides sobre la función neuronal in vitro, lo que indica efectos
neurotóxicos y disfuncionales de AEA y THC 10 μM durante la neurogénesis
humana.

Vinasco, J. (2018) hizo un estudio llamado We Can(nabis) in Tijuana, es


una tesis de investigación doctoral que analiza cómo la reorganización legal de
la venta y el consumo de cannabis del año 2009 en San Diego ha incidido en
las prácticas de consumo transfronterizo de los residentes en Tijuana. Por
prácticas de consumo transfronterizo (PCT) se entienden a los procesos de
consumo de cannabis, materiales y simbólicos, complejos y multisituados (en
Tijuana y en San Diego), que se llevan a cabo por residentes en Tijuana.
Metodológicamente lo anterior representó que el principal criterio de selección
de los sujetos de estudio fuera que compraran la sustancia en los dispensarios
de cannabis de San Diego, pero la importaran y consumieran en Tijuana. En
ese sentido el presente trabajo es un proyecto de carácter cualitativo
interpretativo, y se basa principalmente en el método etnográfico y de forma
complementaria en el biográfico. La combinación de ambos métodos estuvo
dada porque analizar la incidencia de un cambio normativo específico (en este
caso el del año 2009) sobre una práctica de consumo que se desarrolla a lo
largo del tiempo implica estudiar el fenómeno tanto antes como después del
evento. Por ello mientras la entrevista con perspectiva biográfica facilitó a
través de la oralidad de los sujetos la reconstrucción de las prácticas de
consumo previas al año 2009, la etnografía permitió conocer a través de la
observación directa, matizada y contrastada las actuales dinámicas o prácticas
de consumo. Los resultados de esta investigación comprueban la hipótesis de
trabajo: “la reorganización legal de la venta y el consumo de cannabis en San
Diego incide en que las prácticas de consumo transfronterizo de los residentes
en Tijuana, por un lado, sean limpias y menos lesivas porque las sustancias
que llegan a los consumidores son higiénicas y poseen calidad, y por otro lado,
estén garantizadas y se desempeñen con menos riesgos porque los
consumidores adquieren la sustancia en los dispensarios y no en el mercado
negro o a través del narcotráfico”.

El cannabis es la sustancia ilícita más utilizada en el mundo. A medida


que muchos países avanzan hacia la despenalización, es crucial determinar si
el consumo de cannabis afecta el comportamiento y el cerebro humano y cómo
lo hace. El papel del cerebelo en la cognición, la emoción, el aprendizaje y la
adicción es cada vez más reconocido. Debido a su alta densidad en los
receptores CB1, se espera que se vea muy afectado por el consumo de
cannabis. El objetivo de esta revisión sistemática es investigar cómo el
consumo de cannabis afecta la estructura y función cerebelosas, así como las
tareas conductuales dependientes del cerebelo. Se realizaron búsquedas en
tres bases de datos de literatura revisada por pares publicada hasta marzo de
2018. Se incluyeron estudios que se centraron en los efectos del cannabis en la
estructura, función o tareas conductuales cerebelosas dependientes del
cerebelo. Se seleccionaron un total de 348 registros únicos, y 40 estudios
fueron incluidos en la síntesis cualitativa. Los hallazgos más consistentes
incluyen (1) aumentos en el volumen de materia gris cerebelosa después del
uso crónico de cannabis, (2) alteración de la actividad del estado de reposo
cerebeloso después del uso agudo o crónico, y (3) déficits en la memoria, la
toma de decisiones y el aprendizaje asociativo. La edad de inicio y una mayor
exposición al consumo de cannabis se asociaron con frecuencia con un
aumento de las alteraciones inducidas por el cannabis. El consumo crónico de
cannabis se asocia con alteraciones en la estructura y función cerebelosas, así
como con déficits en los paradigmas conductuales que involucran al cerebelo
(p. Ej., Acondicionamiento de los ojos, memoria y toma de decisiones). Los
estudios futuros deberían considerar el tabaco como factor de confusión y
utilizar métodos estandarizados para evaluar el consumo de cannabis.
Blithikioti, C, et al. (2019).

Estas investigaciones presentadas a nivel internacional representan


base científica para futuros mayores descubrimientos de esta planta, por otro
lado, también a nivel nacional se destaca importantes estudios relacionados
con la marihuana y su impacto como la de Solano (2018), caso psicológico de
intervención cognitivo conductual de adicción a marihuana en un adolescente
infractor de 17 años, se realizó una revisión teórica de las adicciones y de los
programas de intervención basados en evidencia para una población con
consumo de drogas. Se elaboró una historia clínica cognitivo conductual y se
aplicaron instrumentos como la Prueba de detección de consumo de alcohol,
tabaco y sustancias (ASSIST), la Escala de Evaluación del Cambio de la
Universidad de Rhode Island-URICA, el Cuestionario de Riesgo de Recaída
AWARE 3.0, el Registro de Opiniones de Albert Ellis (ROAE), el Inventario
Clínico para Adolescentes de Millon (MACI) y se utilizaron registros cognitivo
conductuales, además se realizó una evaluación psicológica considerando los
criterios diagnósticos en adicciones. Se diseñó un programa de tratamiento que
incluían técnicas como Reestructuración Cognitiva, Terapia Racional Emotiva,
Programación de Actividades, Técnicas de Autocontrol y Prevención de
Recaídas. Se aplicó el diseño experimental de caso único ABA que confirma la
eficiencia del tratamiento en la modificación del comportamiento adictivo y
demostró el logro de los objetivos terapéuticos. Se describe el procedimiento y
las dificultades encontradas.

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