Jesús conversa con una mujer samaritana junto al pozo de Jacob. Le habla sobre el agua viva que él puede ofrecer y sobre su verdadera identidad como el Mesías. La mujer se convence y le cuenta a los aldeanos sobre Jesús, quienes luego van a conocerlo y muchos creen en él tras escuchar sus palabras.
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Jesús conversa con una mujer samaritana junto al pozo de Jacob. Le habla sobre el agua viva que él puede ofrecer y sobre su verdadera identidad como el Mesías. La mujer se convence y le cuenta a los aldeanos sobre Jesús, quienes luego van a conocerlo y muchos creen en él tras escuchar sus palabras.
Jesús conversa con una mujer samaritana junto al pozo de Jacob. Le habla sobre el agua viva que él puede ofrecer y sobre su verdadera identidad como el Mesías. La mujer se convence y le cuenta a los aldeanos sobre Jesús, quienes luego van a conocerlo y muchos creen en él tras escuchar sus palabras.
Jesús conversa con una mujer samaritana junto al pozo de Jacob. Le habla sobre el agua viva que él puede ofrecer y sobre su verdadera identidad como el Mesías. La mujer se convence y le cuenta a los aldeanos sobre Jesús, quienes luego van a conocerlo y muchos creen en él tras escuchar sus palabras.
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Guion- Jesús y la samaritana (Jn 4, 5-42)
1. Relator. Jesús llegó a un pueblo de Samaría llamado Sicar, mientras sus
discípulos se fueron a comprar comida; allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, que estaba cansado de tanto andar, se había sentado junto al pozo. Llegó entonces una mujer de Samaría a sacar agua y Jesús le dijo. 2. Jesús. Mujer dame de beber 3. Samaritana. ¿cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer de Samaría? 4. Jesús. Si conocieras el don de Dios y supieras quien es el que te dice “dame de beber”, tú se lo habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva 5. Samaritana. Señor, el pozo es hondo y no tienes con qué sacar agua; ¿cómo es que tienes agua viva, qué tipo de agua es? ¿Te crees más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, del que bebieron él, sus hijos y sus ganados? 6. Jesús. Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed, porque el agua que yo le dé se convertirá en él fuente de agua viva que brota para vida eterna. 7. Samaritana. Señor, dame de esa agua, para no volver a tener sed y no tener que venir aquí a sacarla. 8. Jesús. Vete llama a tu marido y vuelve acá 9. Samaritana. No tengo esposo 10. Jesús. Bien has dicho que no tienes marido, porque has tenido cinco, y el que ahora tienes no es tu esposo. En eso has dicho la verdad. 11. Samaritana. Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, pero ustedes dicen que el lugar donde se debe adorar es Jerusalén 12. Jesús. Créeme, mujer, que llega la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 13. Samaritana. Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo cuando venga nos lo devolverá todo 14. Jesús. Yo soy el “Mesías” el que está hablando contigo 15. Relator. La mujer, dejando su cántaro, corrió al pueblo y dijo a la gente 16. Samaritana. Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho, y me conoce ¿no será el Mesías? 17. Relator. Salieron del pueblo y se encaminaron hacia donde estaba Jesús 18. Discípulos. Rabbí, come 19. Jesús. Yo tengo para comer un alimento que ustedes no saben. “Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre el que me ha enviado y lleva a cabo su obra” 20. Relator. Cuando llegaron a él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y Jesús se quedó allí dos días. Fueron muchos más los que creyeron por sus palabras, y decían a la mujer 21. Samaritanos. “Ya no creemos por tus palabras, pues nosotros mismos hemos oídos y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo”