Dictadura de Uruguay
Dictadura de Uruguay
Dictadura de Uruguay
Los dictadores de Uruguay fueron juan María Bordaberry y Alberto Demicheli, Bordaberry fue el
que más impacto en Uruguay ya que realizo golpe de estado y estuvo por un largo periodo de 12
años.
Por otra parte, una investigación histórica sobre la dictadura y el terrorismo de Estado en el
Uruguay entre 1973 y 1985 llevada a cabo por la Universidad de la República, dio cuenta de 172
"detenidos - desaparecidos«
En el año de 1984 tuvo lugar el Pacto del Club Naval acordado en Agosto y se llegó al acuerdo de
realizar elecciones, era tanto el descontento popular que obligó a esta dictadura ir a unas
elecciones en la cual el Partido Colorado empezó a gobernar el país el 12 de Febrero de 1985
y dio por terminada esta dictadura, restableciéndose la democracia en Uruguay.
Finalmente, Motta destacó que Bordaberry tenía las potestades para "determinar que se cesara en
tales acciones al tiempo de conocerlas, disponer se esclareciera los ilícitos que se hubieren
perpetrado o formular denuncia ante los órganos competentes de Justicia de los hechos con
apariencia delictiva. En lugar de realizar las acciones antes señaladas, su actuación se dirigió a
ampararlas".
Desde tiempo atrás venían arrastrándose en el país algunos problemas que hemos venido
estudiando. Ese conjunto de factores han sido analizados por diversos historiadores como posibles
causas del desenlace dictatorial, aunque no existe consenso en el tema por lo complejo del
mismo.
La crisis económica, social y política que se vivió en las décadas anteriores al año 1973, que
mostraba el deterioro en la situación general del país. A esto se suma el clima internacional que se
vivía, con la lucha ideológica Democracia-Comunismo
La Constitución de 1967 que le daba mucho poder al presidente, lo que favorecía el abuso de
potestades del primer mandatario
La falta de “voluntad política” para enfrentar los problemas económicos que vivía el país.
Los desórdenes sociales y la llamada “subversión” producida por grupos guerrilleros que actuaban
con la idea de que la revolución era el medio para solucionar la corrupción política. Esta idea se
afirmó a partir del triunfo de la Revolución Cubana cuyos ideales se difundieron por América
Latina, provocando estas guerrillas.
La utilización de Medidas Prontas de Seguridad cada vez con más frecuencia, para reprimir
movimientos obreros y manifestaciones populares de rechazo al gobierno. Estas medidas eran una
herramienta que se había creado en 1959 para dar solución a problemas sociales (en ese caso las
grandes inundaciones ocurridas en ese año), y en estos años se tomaron como medidas
represivas. Las divisiones entre los políticos sobre la posible intervención militar, unos a favor y
otros en contra. El protagonismo que fueron tomando los militares, interviniendo en las decisiones
políticas.
Podría decirse que la suma de estos factores llevó a que el 27 de Junio de 1973 se produjera el
golpe de Estado, apoyado por el presidente Juan María Bordaberry. Fue el comienzo del gobierno
autoritario en Uruguay. La dictadura se prolongaría hasta 1985.
DICTADURA DE PARAGUAY
El dictador de paraguay fue Alfredo Stroessner Matiauda el 11 de julio de 1954, fue elegido
presidente sin oposición y, el 15 de agosto, asumió la presidencia del Paraguay. Fue reelecto en
ocho legislaturas, en las que también participaron candidatos del Partido Liberal, Partido Liberal
Radical y el Partido Revolucionario Febrerista.
Dictadura (1954-1989)
Ya en el poder, con el propósito de poner fín a 50 años de anarquía, Stroessner suprimió
inmediatamente las garantías constitucionales, mantuvo bajo control las actividades de los
partidos políticos y ejerció una dura represión. Gobernó con el apoyo del Ejército y del Partido
Colorado. En este último llevó a cabo una serie de purgas que le facilitaron su control, con el
objetivo de mantenerse en el poder. El partido gubernamental se convirtió igualmente en un
entramado dedicado al reparto de favores. La corrupción se extendió de esta manera en lo que se
recuerda como «la trilogía»: Gobierno-partido-fuerzas armadas.
Su régimen fue anticomunista y favoreció los intereses estadounidenses; sin embargo, las fuerzas
del Ejército Revolucionario del Pueblo argentinas se infiltraron en el país y Stroessner a través de
duras intervenciones eliminó todo intento de subversión. Sin embargo el asesinato del exdictador
nicaragüense Anastasio Somoza Debayle, a quien Stroessner dio refugio, hizo tambalear la frágil
seguridad en la que vivía el Paraguay, al demostrarse que el hombre fuerte de Iberoamérica en
realidad no era tal. Para justificar la acción de los mediocres equipos de seguridad, se acusó
falsamente a un periodista chileno de haber asesinado al exdictador nicaragüense; este periodista
chileno pasó varios años en la cárcel injustamente y solo fue liberado por la presión del gobierno
chileno de la época, el cual colaboró luego de este incidente en la profesionalización de las tareas
de inteligencia y seguridad. Su amistad con los Estados Unidos continuó durante muchos años,
hasta que el gobierno de Ronald Reagan comenzó a boicotear al régimen y al país, debido al fin de
la Guerra Fría, época en que la política estadounidense sostenía dictaduras militares
anticomunistas en Iberoamérica; sin embargo, Paraguay siguió recibiendo dinero de ese país, lo
que aumentó la ya abultada deuda externa.
En los años sesenta y setenta en América del Sur, Alfredo Stroessner en conjunto con
inversionistas realizó diversas obras de infraestructuras, como la construcción de la Represa de
Itaipú, aunque con capital casi íntegramente brasileño (fue entonces la mayor del mundo), con la
cual pudo paliar la economía paraguaya. Asimismo, se construyeron obras de infraestructura, que
mejoraron el sistema de carreteras, como la Transchaco. Stroessner apoyó un plan de entrega de
20 hectáreas de tierras arables a un precio normal para cada soldado que concluyera el servicio
militar, a fin de que las usasen para beneficios agrícolas, con un total de cerca de 10.000 soldados
favorecidos. También destacan otras obras públicas, como carreteras, escuelas, universidades,
edificios, puentes, hospitales, aldeas, pueblos y ciudades, como Puerto Flor de Lis (en 1957),
después llamada Puerto Presidente Stroessner, y renombrada Ciudad del Este en 1989. Cuando
realizaba las campañas electorales para ser reelegido, usaba el eslogan «Paz, trabajo, y bienestar
con Stroessner» y cada obra que realizaba llevaba su nombre.
Derrocamiento, exilio y muerte
Durante los años ochenta, Brasil y Argentina regresaron a la democracia y el pueblo paraguayo
aprovechó ese clima político para salir a las calles a manifestarse. Tales manifestaciones fueron
lideradas por el Acuerdo Nacional (PLRA, Febrerista) y los sindicatos, pero fueron reprimidas
violentamente, a pesar de ser pacíficas. Por ello, Stroessner fue abandonado por sus antiguos
aliados, como Estados Unidos, y la economía empeoró. En 1987, se realizó la Convención del
Partido Colorado y la facción stronista de su partido pensaba escoger como candidato a su hijo
mayor, Gustavo Stroessner, debido a los rumores de que el ya anciano dictador padecía una
enfermedad, pero lo escogieron a él. En las elecciones fraudulentas de 1988 obtuvo el 88,8 % de
los votos. Ese mismo año recibió en Paraguay al papa Juan Pablo II.
Debido a lo brutal de su dictadura, la facción más tradicionalista de su partido, los militares y en
especial la Iglesia católica, empezaron a demostrar su malestar hacia el régimen: en la madrugada
del 3 de febrero de 1989, su consuegro y hasta entonces mano derecha, el general Andrés
Rodríguez Pedotti, con el respaldo de Estados Unidos, encabezó un golpe de Estado.