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1.

MONICIÓN ANTES DE LA ENTRADA DEL SACERDOTE


Nosotros hemos recibido una tradición que viene desde los Apóstoles, hace dos mil años, según la cual el Señor
Jesús, antes de dar su vida por nosotros, reunido con ellos para celebrar la Pascua, tomó pan, dio gracias a
Dios, Padre suyo y Padre nuestro, lo bendijo y se lo dio diciendo: «Tomen y coman todos de Él, porque esto es
mi cuerpo». Acabada la cena, tomó el cáliz lleno de vino, dando de nuevo gracias a Dios, lo bendijo y lo dio a
sus discípulos diciendo: «Tomen y beban todos de él, éste es el cáliz de mi sangre, que será derramada por
ustedes y por todos para el perdón de los pecados». Y les dijo después: «Hagan esto en memoria mía».
Esta tarde, siguiendo la invitación del Señor, vamos a cumplir su mandato. Vamos a celebrar la Eucaristía en la
que los niños y niñas de nuestra Comunidad, por primera vez, recibirán a Cristo en el sacramento de su Cuerpo
y de su Sangre.

Canto de entrada

2. SALUDO DEL SACERDOTE

3. ACTO PENITENCIAL
Sacerdote: Pidamos ahora perdón a Dios Padre por nuestros pecados y por los pecados del mundo entero.
En nuestra vida hay muchas cosas que no son como deberían ser. A menudo nos preocupamos sólo de nosotros
mismos y no vivimos con el amor que Jesús nos enseñó. Ahora lo reconocemos delante de Él, para que nos dé
su fuerza y su gracia. Decimos todos…
Yo confieso ante Dios todopoderoso… 

Dios todopoderoso tenga misericordia…


SEÑOR, TEN PIEDAD
4. GLORIA

5. ORACIÓN COLECTA
Señor, Tú que recibiste con especial cariño a los niños y niñas que se acercaban a Ti, recibe con bondad la
sencillez de estos hijos tuyos que vienen por primera vez a recibir Tu cuerpo y Tu Sangre. Defiéndelos de todos
los peligros del cuerpo y alma, y guárdalos siempre en Tu Amor. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad
del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.

6. MONICIÓN ANTES DE LA PRIMERA LECTURA


Cuando sentimos hambre y no tenemos nada para comer, nos irritamos, estamos de mal humor, nos
quejamos. Los israelitas, en el desierto del Sinaí, pasaron hambre y protestaron. Dios escuchó su queja y puso
al alcance del pueblo un alimento desconocido para ellos, pero capaz de saciar su hambre. Moisés al verlo
exclamo: «Éste es el pan que el Señor les da de comer»

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo (16, 2-4a. 12a. 12c. 13b-15)
En aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: «¡Ojalá
hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos
pan hasta hartarnos! Nos han sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad».
El Señor dijo a Moisés: «Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día. He
oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: “Por la mañana se saciarán de pan; para que sepan que yo soy
el Señor, su Dios”».
Por la mañana, había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío,
apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas se dijeron:
«¿Qué es esto?» Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: «Es el pan que el Señor les da de comer».
Palabra de
Dios. 

Salmo responsorial (Sal 144, 10-11. 15-16. 17-18)


R. Danos, Señor, el pan de la vida.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
Que te bendigan todos tus fieles;
Que proclamen la gloria de tu reino,
Que den a conocer tus maravillas.
R. Danos, Señor, el pan de la vida.
Los ojos de todos Te están aguardando,
Tú les das la comida a su tiempo;
Abres tu mano generosa,
Y sacias de favores a todo viviente.
R. Danos, Señor, el pan de la vida.
El Señor es justo en todos sus caminos,
Es bondadoso en todas sus acciones;
Cerca está el Señor de los que lo buscan,
De los que lo invocan sinceramente.
R. Danos, Señor, el pan de la vida.

8. MONICIÓN ANTES DE LA SEGUNDA LECTURA


Cuando participamos de una misma mesa y de un mismo pan, nos sentimos más unidos. San Pablo nos lo dice
en este pasaje que vamos a escuchar. Cuantos comemos del mismo pan, que es Jesús, quedamos tan unidos
con Él que formemos un solo cuerpo.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10, 16-17)
Hermanos: El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que
partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del
mismo pan.
Palabra de Dios.

9. MONICIÓN ANTES DEL EVANGELIO


Cuando partimos nuestro pan con los demás, les damos algo de lo nuestro que nos hace vivir. Este gesto o
signo hizo Jesús en la última Cena para decir a sus discípulos que entregaba su vida por nosotros. Cada vez que
celebramos la Misa, el sacerdote recuerda el gesto de Jesús, parte el pan que es Jesús y nos lo entrega. Cuando
lo comemos, Jesús nos une a Él, nos da su vida y podemos vivir compartiendo nuestra vida y nuestras cosas con
los demás.

ALELUYA
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo -dice el Señor- el que coma de este pan vivirá para siempre. (Jn 6, 51)
ALELUYA

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas (22, 14-16. 19-20)
Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: «He deseado enormemente comer esta comida
pascual con ustedes, antes de padecer, porque les digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el
reino de Dios».
Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que se
entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía».
Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: «Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre,
que se derrama por ustedes».
Palabra del Señor.
10. HOMILÍA

11. MONICIÓN ANTES DE ENCENDER LA VELA


Sacerdote: Queridos niños y niñas, este Cirio Pascual que hoy encuentra encendido delante del Altar,
representa a Jesús resucitado.
En el día de su bautismo, Jesús empezó a iluminar sus corazones. Por eso el sacerdote entregó a sus papás y
padrinos una vela que significa la luz de Cristo. A lo largo de estos años ustedes han ido conociendo en qué
consiste ser cristianos y amigos de Jesús.
Ahora ustedes mismos van a recibir esa Luz, para decirles a todos que Cristo es la Luz que ilumina nuestra vida
y nos enseña el camino para llegar al cielo.
Monitor: En este momento sus catequistas pasaran el fugo del cirio pascual para que enciendan las velas del
Cirio Pascual y pasarán la luz a todos los niños y niñas.

12. RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO


Sacerdote: Queridos niños y niñas, cuando eran pequeños, sus papás y padrinos prometieron en su nombre
que   ustedes renunciaban al mal, al egoísmo y a la mentira y que iban a seguir a Jesús y sus enseñanzas. Hoy
que ya son más grandes y se encuentran aquí porque quieren recibirlo por primera vez en la Comunión, los
invito a que todos juntos renovemos las promesas de nuestro bautismo y hagamos personalmente la profesión
de nuestra fe católica.
Sacerdote: ¿Están ustedes dispuestos a luchar contra el pecado, que se manifiesta entre otras cosas en el
egoísmo, la envidia, la venganza y la mentira?
Todos: Sí, estoy dispuesto.
Sacerdote: ¿Están ustedes dispuestos a perdonar a quienes los ofendan, a amar incluso a quienes no los
quieren bien, a ayudar a quienes los necesitan aunque no sean sus amigos?
Todos: Sí, estoy dispuesto.
Sacerdote: ¿Creen ustedes en Dios, Padre Todopoderoso, creador del Cielo y de la Tierra?
Todos: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creen ustedes en Jesucristo, su Único Hijo, Nuestro Señor, que nació de Santa María, Virgen,
murió, fue sepultado, resucitado de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Todos: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creen en el Espíritu Santo. Señor y Dador de Vida?
Todos: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creen ustedes en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los Santos, en el perdón de los
pecados, en la resurrección de los muertos y en la Vida Eterna?
Todos: Sí, creo.
Todos: Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar en Jesucristo Nuestro Señor.

13. ORACIÓN UNIVERSAL


Oremos hermanos, al Padre, por estos niños y niñas que hoy por primera vez participan plenamente del
Banquete del Señor, y por todo el pueblo de Dios.
A cada petición diremos: ¡Te lo pedimos Señor!
Que la Iglesia sea una casa de puertas abiertas, donde todos puedan experimentar el amor del Padre.
OREMOS
Que los pueblos que viven la ceguera de la guerra, del odio y del rencor encuentren la paz y la alegría del
perdón. OREMOS
Que los nosotros que hoy recibimos la Primera Comunión, valoremos siempre el encuentro con Jesús Eucaristía.
OREMOS
Que nuestros padres y padrinos nos ayuden, con el ejemplo de su vida, a seguir fielmente a Cristo. OREMOS
Que nuestros catequistas que nos ayudaron a crecer en la fe, sigan realizando su misión con fidelidad y amor.
OREMOS
Que nosotros seamos un ejemplo de servicio a los demás y sepamos poner esperanza a nuestro alrededor.
OREMOS

14. OFERTORIO
VINAJERA (madrina): Señor te ofrecemos el agua como emblema de nuestra unidad; y el vino como símbolo de
fraternidad que debe reinar en nuestras vidas; para que se conviertan en la Sangre de Jesús.
COPÓN (padrino): Te presentamos señor el copón que contiene las hostias, fruto del trigo que va a convertirse
en el Cuerpo de Jesús que por primera vez y con mucha ansia van a recibir nuestros hijos para alimentar su
alma y fortalecer su fe.
INCIENSO: Traemos a tu altar el incienso como signo de adoración.
PAN: Te ofrecemos, Señor, este pan que significa nuestro esfuerzo diario para construir un mundo más
humano, lleno de paz, justicia y amor como Tú lo quieres
VINO: Y esté queriendo mostrar con él, cómo se puede seguirte y quererte en medio de nuestros momentos de
alegrías y juegos, a fin de qué nos hagas fuertes en la entrega por el bien de los demás.
CIRIOS: Señor, estos cirios son la señal de la fe que recibimos en el bautismo, y que ahora taremos ante ti como
símbolo de que trataremos de ser siempre luz en el mundo.
FLORES: Presentamos junto al pan y al vino estas flores que embellecen el altar como símbolo de nuestras
vidas para que sean adorno de nuestra comunidad y belleza de nuestra vida.
BIBLIA: Ofrecemos la Palabra de Dios que ilumina nuestro camino de vida como lámpara encendida, símbolo
de la luz de Dios que nos arranca de las tinieblas del error
CATECISMO: Traemos a tu altar estos es el libros que nos ha ayudado a descubrirte, es el símbolo de nuestros
esfuerzos por conocerte y descubrir tu amistad. Para que nuestros futuros compañeros de la Escuela de la fe
puedan aprender de ti tanto como nosotros.
CANASTAS: También te ofrecemos estos pequeños dones en agradecimiento de recibirnos en tu Mesa

Canto del Ofertorio


15. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe  Señor las ofrendas que Te presentamos. Son pruebas de nuestra gratitud por el más precioso don que
podemos recibir: Tu Hijo Jesucristo. Te rogamos que este mismo pan y vino que Te ofrecemos se conviertan
para nosotros hoy en el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

16. PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA LAS MISAS CON NIÑOS I


17. SANTO
18. PADRE NUESTRO
19. CORDERO DE DIOS

20. MONICIÓN ANTES DE LA COMUNIÓN


Sacerdote:
Ha llegado el gran momento; vamos a celebrar ese momento privilegiado y maravilloso con Jesús, comiendo su
Cuerpo y bebiendo su Sangre. Que el Cuerpo y la Sangre de Jesús nos unan siempre en el amor con Él y con
todos los hombres y mujeres, y nos guarden seguros para la vida eterna.
Monitor:
En este momento, los niños y niñas, atendiendo a las indicaciones de las catequistas, se irán acercando de
manera ordenada y tras responder «Amén» al sacerdote, comulgarán reverentemente el Cuerpo y la Sangre de
Cristo.
Seguido de ellos la Sagrada Comunión los demás asistentes a la celebración podremos ser partícipes de la cena
del señor.

Cantos de Comunión

23. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, que la Hostia que hemos recibido en Comunión, nos permita permanecer unidos a Ti y dar frutos que
siempre permanezcan, por Jesucristo nuestro Señor.

25. MONICIÓN ANTES DE LA BENDICIÓN FINAL


Queridos niños y niñas, esta celebración -que está por terminar- es para Ustedes un punto de partida: es la
Primera de muchas Comuniones.
Como discípulos de Jesús -pequeños y grandes- seguiremos siendo convocados a celebrar la Eucaristía en el Día
del Señor. Para crecer como cristianos. Y para que a ninguna de nuestras familias le falte una luz, que es Jesús
en la Palabra y en la Comunión: nuestro amigo y hermano, fuente de la alegría y del amor que necesitamos día
tras día.
Ahora, con un corazón agradecido por el regalo de este Día, dispongámonos a recibir la Bendición del
sacerdote.

25. BENDICIÓN FINAL

Canto de salida

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