Cuestionario de Agresividad (AQ, Buss y Perry)
Cuestionario de Agresividad (AQ, Buss y Perry)
Cuestionario de Agresividad (AQ, Buss y Perry)
12. Parece que siempre son otros los que consiguen las 1 2 3 4 5
oportunidades
Agresividad física
La agresividad física es aquella que se manifiesta a través de golpes,
empujones y otras formas de maltrato físico utilizando su propio cuerpo o un
objeto externo para infligir una lesión o daño (Solberg y Olweus, 2003). Se
produce a partir de un impacto directo de un cuerpo o un instrumento contra un
individuo (Björkqvist ,1994; Fernández y Sánchez, 2007).
Agresividad verbal
La agresividad verbal se manifiesta a través de insultos, amenazas, etc.
Implica sarcasmo, burla, uso de motes o sobrenombres para referirse a otras
personas, extensión de rumores maliciosos, cotilleo, etc. tal y como se plantea en
el Informe del Defensor del Pueblo (2007) y en el estudio de Barrio, Martín,
Almeida y Barrios (2003).
Ira
La ira constituye un sentimiento que aparece como consecuencia de las
actitudes hostiles previas (Eckhardt, Norlander y Deffenbacher, 2004). Otros
autores como Spielberger, Jacobs, Russell y Crane (1983) relacionan la ira con un
sentimiento o un estado de ánimo, definiendo la ira como un estado emocional con
sentimientos que varían en intensidad y que pueden comprender desde el
disgusto o una irritación media hasta la furia intensa.
Las diferentes definiciones no delimitan con plena exactitud la respuesta
emocional de ira, aunque parece que está asumido que se trata de una respuesta
emocional caracterizada por una activación fisiológica y una expresión facial
característica acompañada por sentimientos de enfado o enojo y que aparece
cuan-do no se consigue alguna meta o necesidad o se recibe un daño (Pérez,
Redondo y León, 2008).
Hostilidad
La hostilidad, para Buss (1961), es una actitud que implica el disgusto y la
evaluación cognitiva hacia los demás. Sin embargo, para Smith (1994), la
hostilidad es una variable cognitiva caracterizada por la devaluación de la
importancia y de las motivaciones ajenas, por la percepción de que las otras
personas son una fuente de conflicto y de que uno mismo está en oposición con
los demás, y el deseo de infligir daño o ver a los demás perjudicados.
Por consiguiente, podemos definir la agresividad como un sistema de
procesamiento de informaciones aversivas sobre otros que permiten movilizar
anticipadamente acciones preventivas (Fernández-Abascal, Jiménez Sánchez y
Martín Díaz, 2003). En esta misma dirección, Dodge (1980) plantea que los
sujetos, en una situación social dada, poseen experiencias previas en su almacén
de memoria y unas metas concretas, por lo tanto, los adolescentes agresivos
tienen problemas durante todo el proceso; recogen menos información, la
interpretan sesgadamente, generando menos soluciones alternativas y, finalmente
las evalúan con escasa precisión.