MEDIACIÓN

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INTRODUCCIÓN A LA MEDIACIÓN

En toda Hispanoamérica e incluso en los Estados Unidos existe cierta ambigüedad


cuando se trata de distinguir entre los diversos procedimientos de Resolución
Alternativa de Disputas RAD o Medios Alternativos de Resolución de Conflictos MARCs.
No obstante, hay una tendencia a clarificar conceptualmente el punto de acuerdo con
características definitorias, para así evitar que con nombres distintos se confundan
procedimientos o que con el mismo nombre se mencionen técnicas parecidas,
distintas o híbridas que en realidad no son lo que dicen ser y pueden generar
determinada confusión.

La Negociación es quizás la representación más sencilla, ya que se refiere a un método


de abordaje que las partes llevan a cabo sin intervención de terceros. Si bien existen
diferentes escuelas de negociación, la que resulta sumamente útil a los fines de la
resolución de conflictos es la llamada Negociación Colaborativa que sistematizó la
Escuela de Harvard.

Otra técnica es la Mediación. Se suele definir a la mediación como una negociación


asistida por un tercero neutral. Este tercero, el mediador, no tiene poder de decisión,
no aconseja, no da opinión, solo conduce el procedimiento y realiza una delicada tarea
con la finalidad de que las partes restablezcan la comunicación y, a partir de allí, estén
en condiciones de negociar.

El mediador identifica el verdadero conflicto y las cuestiones que lo generan, hace que
las partes descubran sus intereses y necesidades y ayuda a generar opciones para la
resolución de la disputa en forma satisfactoria para todos los participantes. Es un
procedimiento no adversarial, cooperativo, confidencial, de autocomposición del
conflicto: las partes conservan el poder de decisión y participan activamente en la
búsqueda de una solución. Es informal, aunque tiene una estructura.

Hablar de negociación, mediación o conciliación hablamos de figuras que son parte de


los denominados medios (métodos, mecanismos, medidas) alternativos (alternos,
adecuados, apropiados) de resolución (solución) de conflictos (disputas) o MARCs. Por
ejemplo, en la mediación y la conciliación se caracterizan por contar con un tercero
denominado mediador y conciliador que conduce el proceso para que dos o más
partes en conflicto busquen una solución de común acuerdo.

La diferencia entre conciliación y mediación ha generado mucha discusión entre


especialistas. Mientras la mayoría sostiene que en la mediación el mediador no puede
dar fórmulas o hacer propuestas de solución, el conciliador sí puede hacerlas. Sin
embargo, esa diferenciación no es universal, solo en el Perú es hasta contradictoria. El
conciliador en la parte civil y familiar, por ejemplo, calza dentro de esta definición más
el conciliador laboral se sujeta a la descripción que le correspondería al mediador
civil/familiar; es decir, sí propone soluciones.
En Latinoamérica, por otro lado, hay países que han fortalecido a la conciliación
extrajudicial (Colombia, Honduras, Perú y Bolivia) y otros a la mediación extrajudicial
(Argentina, Ecuador, Chile, México).

Por estas razones muchas veces al consultar fuentes teóricas universales podemos
encontrar procedimientos de la mediación y la conciliación como sinónimos y
esperamos que esto no lleve a mayor discusión ya que en un Congreso
Latinoamericano de medios alternativos de resolución de conflictos celebrado en San
José de Costa Rica en 1997, el acuerdo fue mejor no entrar en estas comparaciones ya
que seguramente el único acuerdo sería que no estaríamos de acuerdo.

En el Perú tenemos la Ley de Conciliación (Extrajudicial) 26872 de 1997 que ha sido


modificada en junio del 2008 por el Decreto Legislativo 1070 y que actualmente cuenta
con nuevo reglamento. Como verá el lector el Perú se han cumplido 11 años de
conciliación extrajudicial en el país y esta figura tiene un nuevo marco legal además de
un cúmulo de experiencias.
.
LA MEDIACIÓN
La mediación se presenta como una nueva oportunidad, que se les otorga y se otorgan
las partes protagonistas de un conflicto, para intentar resolver los problemas que
provocan la falta de un acuerdo. Algunos autores manifiestan la conveniencia del
asesoramiento y los servicios de los profesionales de la mediación incluso durante el
proceso de negociación intentado optimizarlo y de esta manera poder evitar el
conflicto. La incursión en el proceso de mediación implica el acceso a un cambio de
cultura en el estilo marcado por la tradición negociadora de nuestro contexto socio-
económico.

Como en todos los cambios de cultura se necesita un tiempo para que todas las
estructuras que se encuentran implicadas en el proceso asimilen y acepten los nuevos
valores que implica la perspectiva de la incorporación de la mediación en las
diferencias de todo nivel (laboral, organizacional, empresarial) Hasta conseguir que los
auténticos protagonistas de los conflictos y de su resolución (las partes en litigio),
asimilen el nuevo proceso, pasará indudablemente un tiempo de transición, marcado
por la desorientación hacia los nuevos métodos y una continua tentativa de abandono
del proceso en el que probablemente no se encontrarán cómodos al principio.

Será uno de los principales cometidos de los mediadores, educar, socializar y ayudar a
las partes en el proceso de mediación, para que estas lo incorporen a sus esquemas de
actividades negociadoras, pudiendo sacar el máximo partido de la mediación. La
incorporación de la mediación a la resolución de conflictos, supone un cambio de
cultura cuya base esencial se asienta en:

1. La voluntariedad de las partes de incorporarse a una nueva dinámica negociadora,


después de no haber llegado a un acuerdo en la negociación, en los que ellos una vez
más serán los protagonistas, esta vez con la concurrencia de una tercera parte neutral.

2. El abandono de las soluciones impuestas por terceros (vías judiciales, etc.) y con ello
de la creencia de que las partes no son capaces de resolver los conflictos que su
relación provoca y en los que se encuentran totalmente inmersos, aunque las
soluciones pudieran venir desde fuera.

Previsiblemente este cambio de cultura no sólo tardará en ser asimilado por las partes
en litigio, a las que fundamentalmente va dirigido, sino que también será difícil de
asimilar por otros actores o sectores intervinientes implicados clásicamente en la
resolución de conflictos (por ejemplo en materia laboral podemos destacar a los
ámbitos de la administración pública para las relaciones laborales, los entes judiciales a
los que competen los conflictos laborales, los representantes de sindicatos y
organizaciones patronales y los propios mediadores que intervendrán en los procesos).

Es por tanto previsible que los primeros compases que se desarrollen entorno a la
mediación cursen con ciertas turbulencias y algo de desorientación en todos los
actores y responsables del proceso, pero estas previsiones solo deben animar a ser
más pacientes, esforzados y precisos en la asimilación de esa nueva cultura de
resolución de conflictos que supone la mediación.

La solución de controversias por medios pacíficos tiene como primer medio a la


negociación, ya sea bilateral o multilateral. Mediante ésta, las partes directamente
involucradas en el conflicto llegan a un acuerdo que soluciona su controversia. Sin
embargo, dicha modalidad, que es la más frecuente, no siempre conduce a las partes a
un arreglo. Ante la dificultad o imposibilidad de solucionar la controversia mediante la
negociación, se acude a otros medios pacíficos de solución de conflictos, hablamos de
la medicación.
Estos otros medios, entre los que se encuentra la mediación, tienen en común la
participación de un tercero, a través de modalidades muy diversas, que van desde los
medios de mediación interpersonales hasta niveles diplomáticos. Entre estos dos
extremos, se presentan diversos sistemas con la participación de terceros ajenos al
conflicto que, en mayor o menor grado, colaboran para que éste se resuelva.
Definición
La mediación es considerada como una negociación asistida, en la que un tercero
imparcial denominado mediador, ayuda para que dos o más partes encuentren una
solución final a un conflicto o controversia.
“La mediación es un procedimiento de solución de conflictos por el cual las partes,
asistidas por un tercero neutral llamado mediador, procuran un acuerdo voluntario que
ponga fin al conflicto”.

En un proceso de mediación se debe planificar el método y la estrategia por parte del


mediador quien es el que ayuda a las partes a negociar en base a un estilo propio, que asegure
el éxito de la negociación, intervención manejada y asistida de manera común. El mediador es
el tercero imparcial, sello característico que debe expresarse de manera externa con claridad,
que al igual que la mujer del César, no solo tiene que serlo, sino parecerlo, para ambas partes.

Los intervinientes, llamados las partes, son los que tienen la plena capacidad y el poder para
resolver su problema o conflicto con el aporte de cada una de ellas. Y luego, el acuerdo
voluntario, que es el resultado de la unión de dos conciencias y voluntades para poner fin a un
conflicto con todas las implicaciones que conllevan los compromisos alcanzados.

Un aspecto muy importante de la mediación, es la confidencialidad; esto quiere decir, que ni el


mediador ni las partes pueden difundir lo que en la audiencia se exprese, puesto que debe
imperar, el respeto y confianza entre el mediador y las partes en disputa durante todo el
proceso y los que participen en la mediación, deberán mantener absoluta discreción de lo que
en el proceso se diga; información que no puede ser utilizada ni trascender en ningún lugar.

Las características de la mediación son las siguientes:

• Proceso Voluntario. - Acuden espontáneamente y se pueden retirar en cualquier momento.

• Imparcialidad. - Actitud del mediador, que significa no tomar preferencia a favor de alguna
de las partes. Para ello los mediadores tienen el gran reto de equiparar a las partes, pues, pese
a que acudan a una mediación el jefe y el subalterno, se debe hacer comprender a las partes,
que están entre iguales, y la jerarquía queda fuera de aquel espacio de diálogo y negociación.

• Confidencialidad. - Expresar con franqueza su verdad, y lo que se diga en audiencia, ni el


mediador, ni las partes pueden difundirlo.

• Acuerdo Satisfactorio. - Que el arreglo alcanzado beneficie los intereses de las partes.

• Buena fe. - Se entiende que las partes en la mediación, no actúan con dolo, sino de buena fe.
Este principio jurídico se ve reflejado en varias legislaciones, y muchas veces los legisladores se
ven obligados a aludirla para la correcta aplicación de la norma; y se manifiesta en la actuación
honrada y sin malicia de las personas, viéndose reflejado en la conducta dentro de la
comunidad dentro del cual se desempeña.

• Viable – Posible. - Que el acuerdo alcanzado pueda ejecutarse en todas sus partes.

• Legal. - Que no exista vicios en el consentimiento, en la capacidad ni en los puntos del


acuerdo logrado.

• Extra-judicial. - Que es en lugar fuera de un proceso judicial.

• Informal. - Que no se guía a etapas rigurosas, pruebas, términos o plazos.

• No adversaria. - Es colaboradora, las partes buscan mutuamente una solución satisfactoria y


conveniente a sus intereses.

• Flexible. - No se ajusta a precedentes legales. Se puede lograr acuerdos que van más allá de
la disputa inicial.

• Rápida. - El proceso de la mediación en comparación con los procesos judiciales ordinarios es


mucho más ágil y por ende eficiente.

• Económica. - La mediación no necesita de fuertes inversiones como generalmente se


necesita en el impulso de los procesos judiciales tradicionales.

• Relaciones inter-personales. - La mediación busca que se solucione el conflicto entre las


partes, procurando que la relación que exista entre las personas no se vea afectada por el
problema del cual versa la negociación.

• Definitiva. - Que pone fin al conflicto.

• Visión al futuro. - No remarca los hechos anteriores ni culpables; pues aquí radica el
conflicto, esta busca soluciones para resolver el problema al futuro.

La mediación como método de resolución de conflictos

Como ha quedado apuntado, la mediación es solo uno de los métodos que pueden utilizarse
para resolver los conflictos. La naturaleza de los conflictos que se pueden resolver a través de
este método es muy variada debido al carácter universal del conflicto.

Hemos mencionado ya otros métodos de resolución de conflictos que, dependiendo de la


naturaleza del conflicto pueden ser más o menos efectivos para la resolución de los conflictos,
la verdad es que todos los métodos de resolución de conflictos tienen sus ventajas y
desventajas y el mediador debe estar abierto a pensar que en algunos casos es necesario
aplicar métodos distintos al de la mediación para resolver eficientemente los conflictos. Para
que un mediador actúe con eficiencia, es preciso que alcance una comprensión madura del
conflicto.

Naturaleza de la mediación.

Al decir de Jay Folberg y Alison Taylor, en su libro "mediación, resolución de conflictos sin
litigio" "Es posible definirla (la mediación) como el proceso mediante el cual los participantes,
junto con la asistencia de una persona o personas neutrales, aíslan sistemáticamente los
problemas en disputa con el objeto de encontrar opciones, considerar alternativas, y llegar a
un acuerdo mutuo que se ajuste a sus necesidades.

La mediación es un proceso que hace hincapié en la propia responsabilidad de los


participantes de tomar decisiones que influyen en sus vidas. Por lo tanto, constituye un
proceso que confiere autoridad sobre sí misma a cada una de las partes."

Paulino Fajardo Matros, en su libro "estrategia y mediación" considera que la mediación es


una "negociación estructurada y dirigida" y agrega "Se trata de hacer referencia a una nota
muy distintiva como es la pro actividad no decisoria del Mediador"

Este autor considera que a la mediación la forman los siguientes principios:

Principio de Igualdad. En el desarrollo del mecanismo de mediación ambas partes deberán


tener igualdad de oportunidades de alegación y de prueba.

Principio de confidencialidad. En contraposición con el litigio cuya característica de publicidad


es esencial la mediación es confidencial, principio que comparte con el Arbitraje.

Estructura informal y flexible. En contraposición a la estructura rígida del procedimiento en el


litigio y el arbitraje en la mediación no se aplica esta estructura.

La Doctora en Psicología Española: María del Carmen Moreno Rodríguez en su trabajo: "La
mediación en la resolución de conflictos" señala los siguientes principios de la mediación:

 Se trata de un acto cooperativo no competitivo;

 Está más orientado hacia el futuro que hacia el pasado, ya que su fin es mejorar las
relaciones;

 No se da el “yo gano / tú pierdes” sino que hay dos posibles ganadores;

 Exige honestidad y franqueza;

 Es un proceso voluntario, requiere que ambas partes estén motivadas;

 Se preocupa por las necesidades e intereses en vez de las posiciones;

 Intenta homogeneizar el poder;

 No es amenazante, no es punitivo;

 Es un proceso totalmente confidencial;

 Es creativo, requiere la aportación de nuevas ideas y nuevos enfoques para la


transformación del conflicto y la mejora de las relaciones.
El Doctor Daniel Martínez Zampa en su interesante artículo "¿De qué hablamos cuando
hablamos de mediación?" nos dice que: “El término mediación tiene diferentes acepciones
que remiten a dispositivos diversos que contienen algunos elementos comunes – como la
intervención de un tercero para facilitar el camino de la búsqueda de consensos - pero
también refieren a espacios y características diferentes. Entre esas características que
diferencian un espacio de otro encontramos la posición en la que se encuentra ese tercero –
esto es, si el tercero posee poder solo sobre el procedimiento o también posee poder sobre las
partes.

En la mediación propiamente dicha el mediador desde un lugar neutral posee “poder y


control” sobre el procedimiento, es responsable de la creación del espacio que pueda ser
facilitador para que las partes logren poner en palabras el conflicto y evaluar si podrán
transitar juntas el camino hacia la búsqueda de consenso.

Sin embargo, en la participación, el protagonismo de las partes, la no delegación de poder en


terceros ajenos al marco del conflicto y la toma de decisiones autónomas son los pilares sobre
los que se asienta la mediación."

EL PROCESO DE MEDIACIÓN

Se puede afirmar que existen dos tendencias (TIPOS) para la mediación:

La Mediación Formal: Que es aquella en que el Mediador se sujeta a un procedimiento


preestablecido más o menos estructurado y dirigido.

La Mediación Informal: Que es aquella en que no se siguen reglas o procedimientos precisos


quedando a criterio del mediador el procedimiento a seguir dependiendo, en cada caso, de las
circunstancias del mismo.

La rigidez del procedimiento en la Mediación Formal puede dar como resultado que no se
logre llegar al objeto de la mediación (la solución del conflicto) o que aparentemente se logre,
pero el fondo del mismo queda subyacente y resurge posteriormente ya que solo se resolvió
alguno o algunos de los elementos que conforman el conflicto.

Como se ha dicho reiteradamente los conflictos a resolverse son entre humanos o entre
organizaciones de seres humanos y por tanto no es fácil descifrar cuales son las causas
subyacentes de los conflictos. Incluso, en algunas ocasiones se encuentran casos en que las
partes no conocen la razón del conflicto o creen que es una distinta.

Por ejemplo, en conflictos por tenencia de la tierra es frecuente que el campesino crea que la
necesidad a satisfacer por su parte es la tenencia de la tierra, pero no es tal ya que cuando
logra tenerla su situación no cambia. Su necesidad es el desarrollo en todo sentido y no solo la
tenencia de la tierra. Este ejemplo es un conflicto a nivel estructural donde muchas veces el
Mediador no tiene la oportunidad de entrar a conocer las verdaderas interioridades del
conflicto y por tanto no se puede lograr o avanzar mucho en la solución.

La Mediación Informal se caracteriza porque el Mediador tiene más libertad para determinar
las fases del proceso de Mediación para llegar a la solución del conflicto y por tanto tiene más
posibilidad de desarrollar la "pro actividad no decisoria del mediador " es a lo que se refiere
Paulino Fajardo Matros en su obra antes citada (estrategia y mediación) . “El conflicto rara vez
es simple. La mayoría de las veces se encuentra una serie de factores o facetas, algunas
evidentes, otras ocultas que el mediador tiene que tener la habilidad para distinguir, para
aislar y para identificar los distintos problemas (conflictos) existentes”.

En la mediación informal se corre el riesgo de que el mediador, por muy profesional que sea,
cometa errores que tergiversen o violen los derechos procesales básicos de las partes lo cual
puede ser muy perjudicial para la solución del conflicto, es por esto que, a pesar de ser
informal, el mediador debe seguir por lo menos ciertas reglas que garanticen a las partes la
vigencia de sus derechos básicos.

Especialmente me refiero al derecho de igualdad entre las partes y a la moralidad en las


actuaciones que son vitales para el proceso.

En resumen: La mediación formal requiere ciertas condiciones y fases estructuradas.


En la mediación informal las técnicas utilizadas son las propias de la comunicación
eficaz (la escucha activa, los mensajes en primera persona, ayudar a reformular,
ayudar a buscar soluciones) y el mediador puede ser cualquier persona que actúa de
modo intuitivo y espontáneo en cualquier situación de conflicto.

Entonces, nos interesa, especialmente, la distinción entre ambas, por ejemplo, en el


ámbito educativo. Entendemos que dicha distinción o diferencia entre lo formal e
informal gira en torno a dos elementos básicos: a la formación de la persona
mediadora y al hecho de seguir o no en el desarrollo de la mediación una serie de
formalidades (lugar en que se realiza, estructuración del proceso en diversas fases,
adopción por escrito de los acuerdos, etc.).

Dicho esto, la falta de cualquiera de estos dos elementos indica que nos encontramos
ante una mediación informal, por consecuencia, se requiere la concurrencia de ambos
elementos para calificar una mediación como formal.

Así, es informal, tanto la mediación realizada por una persona sin formación específica
y, por lo tanto, realizada sin las necesarias formalidades (faltan los dos elementos,
formación y aspectos formales), como la realizada por una persona con formación
específica pero realizada sin formalidades contextuales y procesuales.

Poniendo un ejemplo en el ámbito educativo, un espacio más recurrente en estos


últimos tiempos para la mediación, un ejemplo de mediación informal del primer tipo
mencionado, es decir, la realizada por personas sin formación específica (y, por lo
tanto, sin las formalidades procesuales), sería la realizada por los profesores tutores ya
que tienen atribuida por norma la función de “mediar en los conflictos que puedan
producirse en el aula” pero, entendemos, que no todos los tutores han recibido
formación en mediación. Y un ejemplo de mediación informal del segundo tipo
mencionado, es decir, realizada por una persona formada en mediación, pero sin
respetar las formalidades procesuales, puede ser las mediaciones espontáneas
llevadas a cabo por los mediadores del centro por ejemplo durante la hora del recreo
al presenciar un conflicto entre dos alumnos.
ETAPAS DE LA MEDIACIÓN:

El señalar etapas para la mediación es una buena práctica para que el proceso de la mediación
no sea desordenado, sin embargo, es necesario que las mismas sean amplias y flexibles. Las
fases o etapas de la mediación podrían ser las siguientes:

1. Etapa de Conocimiento. Esta fase debe llevarla el mediador preferentemente por separado
con cada uno de las partes en el conflicto. Debe iniciarse una "Catarsis", en la cual cada una de
las partes expone sus razones y sus "sentimientos" en relación al o los asuntos en conflicto. El
mediador debe dar confianza a las partes para que se expresen libremente.

En esta fase el mediador debe hacer un esfuerzo por identificar dos aspectos muy importantes:
1. Identificar los intereses de las posiciones por ejemplo en casos interpersonales. 2. En
situaciones más complejas, identificar a) Quien (es) es (son) el (los) Verdadero (s) Líder (es)
cuando una o las dos partes son multipersonales. (Comunidades, sociedades, asociaciones,
etc.) y b) Cuales son las necesidades insatisfechas subyacentes, ocultas.

Nos dice Gregorio Billikopf Encina “El Propósito de la reunión previa es escucharle a la persona
afectada y ayudarla a utilizar herramientas de negociación que le ayuden a aumentar la
comunicación y por lo tanto a llegar a una solución sustentable.” El mismo autor nos dice más
adelante: “... A veces la reunión previa puede ser tan eficaz que los individuos resuelven su
problema sólo entre ellos, sin llegar al segundo paso, el de la reunión conjunta con la ayuda de
un mediador.”

2. Etapa de identificación de los conflictos o problemas. A juicio del Mediador esta fase debe
llevarse ya en un encuentro o “audiencia” común en la que estén presentes las partes en
conflicto o continuar trabajando con las partes por separado. Esto dependerá del grado de
"violencia" que detecte en una o las dos partes.

3. Puesta en Común. En una "Audiencia" convocada por el Mediador específicamente con el


objetivo que las partes se escuchen mutuamente. Para el efecto el Mediador deberá señalarles
normas básicas del debate a efecto de que no se interrumpan y que tengan igualdad de
oportunidad para expresarse.

4. Búsqueda de Soluciones. El Mediador con la información o insumos que a estas alturas ha


logrado recabar, deberá estar ya en capacidad para guiar a las partes para que ellas mismas
busquen las posibles soluciones alternas al o los conflictos. Es importante que las partes
entiendan perfectamente la posición de su contra parte y para esto se pueden usar diversas
dinámicas que le permitan a las partes entender las posiciones de la otra parte.

5. Etapa de Negociación. El Mediador deberá orientar una negociación ordenada que permita
llegar a soluciones creativas que permitan que las partes encuentren el "perfecto término
medio" velando por que, en todo momento se sigan las normas protocolarias de debate.

6. Planteamiento de Soluciones. En esta fase el Mediador debe encontrar las posibles formas
de acuerdo que existan en la negociación y los puntos en que todavía no se ha logrado como
acuerdo. Al aislar los puntos en que ya hay acuerdo y dejarlos como "asunto concluido" es más
fácil tratar de solucionar los puntos en los que todavía no hay acuerdo. El mediador debe
entonces ser pro activo para ayudar a las partes a encontrar acuerdos en cuanto a los puntos
en que aún no se ha llegado a consensos.
7. Etapa de Concesiones Recíprocas. Es importante hacerles ver a las partes que para llegar a
una solución del conflicto que satisfaga a las partes es necesario que cada una de ellas
sacrifique una parte de su posición inicial. Las partes deberán entonces plantear de común
acuerdo la o las soluciones del problema estableciendo al mismo tiempo plazos,
procedimientos y condiciones para el cumplimiento de los acuerdos.

8. Documentación. En esta fase el mediador debe encontrar la forma de poner, por escrito los
acuerdos a que se ha llegado y, para darles efectos ejecutivos es necesaria la participación
Notarial o de alguna autoridad que, conforme a la legislación local le dé certeza y legalidad a la
documentación del convenio. En el desarrollo de estas fases se pueden dar incidencias de
distintos tipos.

Por ejemplo, la necesidad de la participación de un tercero en calidad de testigo o de experto.


En estos casos el mediador debe ser creativo a efecto de que dichas intervenciones no sean
dañinas para el proceso de mediación y que se respete el principio de igualdad entre las partes
y la moralidad en el proceso.

Otro factor importante en el proceso de mediación es el tiempo. No es conveniente forzar a


que la mediación se lleve en un tiempo determinado, pero tampoco es bueno que la misma se
prolongue indefinidamente. Este factor lo debe manejar con mucha habilidad el mediador para
evitar caer en cualquiera de los dos extremos. Es necesario recordar que cada conflicto es
diferente y por tanto el tiempo que tome resolverlo debe ser también diferente.

Tipos de Mediación: (FOLBERG JAY y TAYLOR ALISON., 2011).

Mediación pura. Procedimiento pacífico de resolución de conflictos basado en el acuerdo


alcanzado por las partes que sacrifican equitativamente sus pretensiones iniciales para llegar a
un punto que recoge el interés común de las mismas, con la ayuda de una persona que facilita
la consecución del mismo. Es una mediación que lleva a cabo un único mediador y que se
divide en fases que son conducidas por este mediador.

El mediador puede ser una persona con formación jurídica o psicológica. Normalmente suele
realizarla un abogado o un psicólogo especialista en esta materia (FOLBERG J. TAYLOR A.,
2011)

Mediación estructurada. Proceso en el cual se marcan perfectamente todas y cada una de las
fases en las que consiste un proceso de mediación completo. Es decir, se delimitan
perfectamente las siete fases del proceso de mediación (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Co-mediación o mediación en equipo. Aquella que se realiza por varios mediadores o un


equipo de mediadores. Normalmente se realizan por profesionales de diversos campos, desde
el jurídico al psicológico o a otros campos de la actividad social como, por ejemplo, trabajo
social, pedagogía o educación social. Se suelen utilizar para problemas “poliédricos”, que
presentan diversas aristas litigiosas y que deben afrontarse de manera completa desde una
perspectiva multidisciplinar. Un ejemplo claro es el conflicto de familia que tiene componentes
jurídicos, pasionales, afectivos, entre otros. Por ello, sería imposible intentar resolver un
conflicto familiar sin contar con un equipo de mediadores (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación con negociadores interpuestos. Es aquella que se emplea cuando el conflicto es


muy intenso, por ejemplo, en el ámbito laboral. Las partes no negocian directamente sino con
la ayuda de representantes, que son los que están en contacto directo con el mediador.
También se utiliza esta clase de mediación en los conflictos familiares, ya que su por
componente afectivo-psicológico, en muchas ocasiones las partes en conflicto no se soportan,
no se entienden y la mera presencia física de en un mismo espacio hace que sea imposible
conseguir el clima necesario para iniciar el proceso de mediación, en una palabra, no es que se
tenga un problema con la otra parte, sino que justamente el problema es la otra parte. El uso
de mediadores interpuestos permite desbloquear el proceso de negociación asistida (FOLBERG
J. TAYLOR A., 2011).

Mediación asesorada. Es aquella en la que el mediador, al objeto de favorecer la aproximación


de las posiciones de las partes, realiza asesoramiento técnico, de forma imparcial, para
permitir a las partes comprender exactamente las cuestiones técnicas que emergen del
conflicto. El asesoramiento puede tener diversos contenidos, puede ser un asesoramiento
económico, psicológico, pero, principalmente suele tratarse de un asesoramiento jurídico que
es llevado a cabo por un abogado (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación familiar. Es aquella cuyo objeto litigioso lo constituye alguna cuestión de tipo
familiar. Desde los problemas que se derivan de un proceso de separación o divorcio, hasta los
que pueden plantarse en el ámbito de la empresa familiar, hasta los derivados de los repartos
hereditarios. La forma más usual de mediación familiar es la que tiene lugar como
consecuencia de la ruptura de la pareja, ya sea un matrimonio o una pareja de hecho. No
obstante, no se agota con este tipo de conflictos la mediación familiar, lo cual dota de una
especial intensidad al conflicto. El uso de la mediación familiar en los conflictos de pareja
permite desactivar y evitar situaciones que, desde luego, por no atacarse a tiempo, se
convierten en situaciones de violencia de género (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

En este campo, la mediación se antoja como una excelente medida preventiva para que no
estallen conflictos que ya son inevitables. Hemos de evitar que la pareja masculina se llene de
odio y evitar que sea firme el propósito de matar a su pareja ya que siendo esto así, ni con una
escolta personal, podremos evitar el fatídico desenlace. Por lo tanto, evitar este escenario se
antoja fundamental. Debemos desactivar el deseo de venganza que puede haber surgido por
sentirse tratado injustamente en el proceso de separación o divorcio. La mediación es un
procedimiento preventivo para las potenciales víctimas de género (FOLBERG J. TAYLOR A.,
2011).

Mediación en el ámbito docente. Es aquella cuyo objeto lo constituyen los problemas que se
plantean en el ámbito escolar, académico y universitario. Desde los que surgen entre los
alumnos entre sí, como los profesores entre sí, los alumnos entre los profesores o hasta los
planteados por los profesores contra los padres de los alumnos. La mediación docente es cada
vez más usual en los países del entorno europeo y poco a poco se viene ampliando su práctica
en nuestro medio. (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011)

Mediación comunitaria o vecinal. Es aquella cuyo objeto lo constituyen las cuestiones


derivadas de vivir en una comunidad de propietarios. Cuando surge un problema entre
propietarios, el mediador comunitario intenta una solución amistosa que formaría parte de la
comunidad como lo forma parte el presidente o el secretario. Este tipo de mediador permite
que la comunidad se auto gestione en cuanto a la solución de conflictos que ella misma genera
como consecuencia inevitable de la convivencia. El tracto sucesivo es uno de los problemas
más frecuentes. El tracto sucesivo son conflictos que duran y se prolongan ya que no es
habitual cambiar de vecinos con mucha frecuencia. Si no se solucionan pequeños problemas
vecinales, estos acaban agrandándose y se convierten en grandes conflictos. Si se consigue que
los conflictos vecinales se solucionen mediante mediación, negociación o cualquier otra
técnica, se permite un correcto funcionamiento de la comunidad y garantizar su salud y
coexistencia pacífica. (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011)

Mediación Internacional. Es aquella propia del ámbito internacional, al objeto de solucionar


conflictos entre estados o grupos de estados.

En estos conflictos entre estados deben tener normalmente una solución pactada entre las
partes más que una solución impuesta. Se desarrollan procesos de mediación entre estados o
entre etnias del mismo estado con el fin de evitar conflictos armados en un mismo estado
(FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación intercultural. Es aquella que se desarrolla en el ámbito de las relaciones


interculturales, entre personas de culturas diferentes, de religiones diferentes. Es realmente
útil para evitar que el fenómeno migratorio pueda ser el germen de actitudes xenófobas.

Mediación Extrajudicial. Es la desarrollada fuera del ámbito judicial, utilizado como vía
alternativa de resolución de conflictos. Se acude a esta forma de mediación sin que exista
procedimiento judicial alguno (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación Intrajudicial. Es la desarrollada dentro del ámbito judicial y se lleva a cabo dentro
del proceso, normalmente mediante la derivación que realiza el juez, con o sin suspensión del
proceso judicial, dependiendo del tipo de proceso de que se trate. En este caso no nos
encontramos ante un procedimiento alternativo sino con un procedimiento complementario
ya que puede acoplarse para prestar una óptima tutela judicial efectiva como propugna el
artículo 24 de la Constitución Española (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación en los Juzgados de Paz. Es aquella desarrollada en el seno de los juzgados de paz.
En la actualidad, se realizan actos de conciliación, pero no se hace mediación ya que existe
desconocimiento de las técnicas y habilidades para el ejercicio de la mediación. Es posible que
los juzgados de paz sea en un futuro no muy lejano un centro de mediación por esta razón se
debería formar a los jueces de paz y demás funcionarios en las técnicas mediadoras (FOLBERG
J. TAYLOR A., 2011).

Mediación policial. Es la realizada por cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. Se trata de
una mediación llevada a cabo por miembros de las fuerzas de seguridad que tengan formación
específica en materia de mediación, que conozcan bien sus técnicas y aplicaciones. No vale con
poner buena voluntad o cierta habilidad para favorecer el entendimiento o la negociación. Las
materias en las que podrá entrar la mediación será el ámbito vecinal o penal. En la vertiente
penal, solo podrá ser en un tipo de delitos tales como las faltas de amenazas, coacciones,
insultos o vejaciones por poner un ejemplo. Principalmente, serían las propuestas en el
artículo 620 del Código Penal (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación comercial o mercantil. Es aquella utilizada por las empresas u otras personas
jurídicas que operan en el marco mercantil. Aunque parezca raro, este tipo de mediación es
más habitual de lo que parece. Se da principalmente en conflictos de gran importancia
económica tanto a nivel nacional como en ámbito de empresas multinacionales. Para ilustrar,
sería conveniente poner un ejemplo que enfrentó al gobierno estadounidense contra
Microsoft. Ya con el asunto en los tribunales, ambas partes decidieron derivar el conflicto a un
conocido juez conocedor de las técnicas de la mediación. El conflicto se resolvió con un
acuerdo conseguido por esta vía (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).
Mediación laboral. Es aquella que se produce en el ámbito del mercado de trabajo, al objeto
de solucionar o gestionar conflictos que surgen en dicho ámbito. Es empleada en conflictos
tanto de carácter individual como de conflictos colectivos. El conflicto es bastante intenso ya
que dicha relación es la base del sustento de trabajadores y empresarios. La labor mediadora
suele ser desempeñada por la Administración Laboral, más concretamente la Dirección
General de Trabajo (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación deportiva. Es la utilizada para solucionar conflictos producidos en el campo del


deporte profesional o de élite. Es aproximada a la laboral, pero goza de algunas
particularidades que la justifican como concepción específica por razón de la materia
(FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación Administrativa. Es aquella en la que alguna de las partes en conflicto es una


administración pública, ya sea territorial (estatal, autonómica o local) o no territorial
(corporativa o institucional). En el origen se pensaba que la administración pública al estar en
un plano superior al del ciudadano, no podía someterse a mediación para resolver los
conflictos que surgiesen entre ésta y los administrados, es más, se prohibían los actos de
conciliación si una de las partes era la administración. Esto ha cambiado y aunque sea real que
la administración está situada por encima de los ciudadanos (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Esto cambia ya que los administrados pueden impugnar las resoluciones administrativas y por
tanto, ambas están en igualdad. Es por esto que sí que cabe la mediación en este ámbito, ya
que en este caso sí que hay la igualdad necesaria. Este tipo de mediación ha sido realizada
durante muchos años en un juzgado contencioso-administrativo alemán. Muchas de sus
causas versan sobre temas tributarios y urbanísticos por la mediación Intrajudicial (FOLBERG J.
TAYLOR A., 2011).

Mediación Penal. Es aquella desarrollada en el ámbito del proceso penal como forma de
reparación del daño a la víctima y como mecanismo de rehabilitación social del infractor.35 La
mediación penal puede relacionarse claramente con el instituto de la “conformidad”, si bien
no toda conformidad deriva de una mediación, aunque es posible que esto fuera lo deseable
en determinados delitos. La conformidad es un instrumento procesal que permite el uso de la
mediación dentro del proceso penal siempre que haya una víctima a la que proteger y reparar
el daño. No tiene sentido la mediación el empleo de la mediación en delitos formales o sin
víctima ya que entonces carece de sentido. La mediación penal permite proteger bien el daño
que se ha producido la víctima y permite rehabilitar al delincuente (FOLBERG J. TAYLOR A.,
2011).

Mediación penal indígena. Es aquella desarrollada en el ámbito de las comunidades indígenas


de Latinoamérica, más concretamente en Ecuador, Bolivia, Guatemala o Perú por poner un par
de ejemplos.

En estos países hay instituciones que no llegan a todas las zonas del país y las constituciones
de cada uno de estos Estados reconoce la autoridad legal de los denominados “consejos de
sabios” de las mismas, que son la única autoridad de la zona y que practican la mediación. Se
parte de la idea de la reparación del daño a la víctima.

Es frecuente en homicidios ya que se sustituye la pena de prisión por trabajos en beneficio de


los familiares de la víctima ya que en muchos lugares se considera que la muerte del cabeza de
familia trae la ruina a la familia (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).
Mediación penitenciaria. Es aquella que se desarrolla en el marco de la relación penitenciaria
una vez el delincuente ya se encuentra cumpliendo condena. Con esta mediación, se pretende
la rehabilitación del reo y el resarcimiento a las víctimas, en aplicación de los artículos 24 y 25
de nuestra carta magna. Esta mediación puede ser un ejemplo a seguir por parte de los presos
de ETA ahora que ya se ha abierto una nueva era en el terrorismo etarra (FOLBERG J. TAYLOR
A., 2011).

Mediación penal juvenil. Es aquella que tiene lugar en el ámbito penal referido al menor, para
la exigencia de responsabilidad penal al mismo.

Su principal misión es salvaguardar el interés del menor, es decir, aquel que vela por proteger
al menor que aun siendo delincuente, para intentar corregirlo en el futuro y convertirlo en un
ciudadano respetuoso con lo demás. Además de la mediación, el código penal para menores
recoge la reparación del daño a la víctima (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011)

Mediación civil. Es aquella que se desarrolla en el ámbito de la jurisdicción civil, más en


concreto en el campo de los arrendamientos, además de ser particularmente útil en la
reclamación es por vicios de la construcción contra promotores, constructores, arquitectos,
aparejadores, y demás intervinientes en el proceso constructivo. Igualmente se usa con
frecuencia en el ámbito de las reclamaciones económicas contra compañías aseguradoras por
accidentes de tráfico. Se emplea además en reclamaciones en materia sanitaria (FOLBERG J.
TAYLOR A., 2011).

Mediación terapéutica. Es aquella que produce efectos terapéuticos y que exige una
capacitación no solo en mediación sino también en terapia por parte de los que actúan como
mediadores (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011)

Mediación pedagógica. Es la empleada por los ciudadanos para resolver sus conflictos por sus
propios medios y de forma pacífica aplicando el diálogo, la negociación, y la palabra. En
mediación, más importante que la que la consecución de un determinado resultado, es el
empleo de las técnicas de mediación, de las habilidades sociales que son necesarias para el
empleo de la mediación. Debemos tener en cuenta que lo importante es el camino y no el
destino en sí mismo (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación jurídica. Es la realizada por juristas y que versa sobre un conflicto de contenido
eminentemente jurídico y por tanto se antoja imprescindible que el mediador sea un técnico
en el mundo del Derecho (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación en equidad. Es la desarrollada teniendo como principal elemento del proceso de la


mediación es la equidad. Esto no significa que no haya que atenerse a lo dispuesto en las leyes,
sino que es la equidad el elemento central sobre el que pivotará todo el proceso de la
mediación (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).

Mediación psicológica. Es la realizada por psicólogos al bascular el conflicto sobre materias


relacionadas con la psicología del comportamiento humano (FOLBERG J. TAYLOR A., 2011).
Características de La Mediación

Como particularidades y exclusividades de la mediación podemos señalar que existen las


siguientes:

Cooperación, característica del proceso de mediación que describe el compromiso que


asumen las partes para intentar lograr un acuerdo, a lo que contribuye el carácter voluntario
del proceso. Se deberá entender como la intención de colaborar que las partes demuestran
fijándose objetivos comunes e intentando cumplirlos (ORTEMBERG, Oswaldo D., 2009).

Auto composición, Término mediante el que se define que, en la mediación, no es un tercero


sino las propias partes quienes logran su propia solución al conflicto. Nadie – ningún tercero -
impone la decisión. Como máximo se recurre a un tercero que oficia como facilitador de la
comunicación, pero sin imponer ninguna decisión (DE TOMASO, Antonio Horacio, 2007).

Cláusula de confidencialidad, estipulación que consienten las partes conste en el acuerdo al


que se ha llegado, el mediador, sus abogados, los asesores y cualquier otro participante del
acto antes de iniciar el proceso. Esta limitación protege tanto al mediador como a las partes y
explicita que ni las partes, ni el mediador revelarán a terceros lo sucedido en las reuniones de
mediación (APARICI MARTIN Irene, 2010).

El mediador también se compromete a no revelar a una parte lo que le haya sido confiado por
la otra en una reunión confidencial, a menos que expresamente se lo haya relevado de ese
compromiso. El mediador tampoco puede ser llamado como testigo en un juicio posterior
entre las partes sobre cuestiones tratadas en la mediación.

Acento en el futuro, pues se procura mantener las buenas relaciones futuras de las partes.

Economía de tiempo, dinero y energías,

Informal, pero con estructura y normas de imparcialidad a seguir bien definidas y claras,

Puede ser solicitada (supuesto menos frecuente cuando alguna o ambas partes en una
controversia requieren a un tercero que medie entre ellas para lograr zanjar la disputa) y, de
equidad,

Ofrecida, cuando la iniciativa de mediar surge del tercero que pretende coadyuvar a que la
cuestión suscitada entre dos o más personas sea solucionada pacíficamente; también puede
ser ofrecida por un tribunal. Las personas pueden llegar a una mediación por contacto de una
parte con un mediador o con un centro de mediación que, a su vez, contacta a las restantes
partes,

 ·Por derivación judicial,

 ·Por propuesta de un mediador, o,

 ·Por obligación legal de mediar (Ortemberg, Oswaldo d., 2009).

Ahora bien, es evidente que ante un conflicto jurídico entre dos o más personas es obligado
tratar de resolverlo para que la paz social se mantenga y la vida en sociedad sea posible. Son
así necesarios, por tanto, los medios de resolución de conflictos.
RESPONSABILIDADES DE LA MEDIACIÓN

¿Cuáles son esas responsabilidades que trae consigo la mediación?

La mediación como costumbre

La formación de una cultura de solución de controversias, hace que en la práctica se coloque


en cada uno la responsabilidad de solucionar los conflictos, haciendo al sujeto un protagonista
de una convivencia pacífica, con gran ventaja para su calidad de vida y la de sus semejantes
(CONSTANTINO, Cathy A., 2011).

Una cultura de solución de controversias evitará llevar los problemas a extremos, algo que no
siempre se logra en una relación, pero si se llegara a dar este paso importante, la relación, por
ejemplo, entre empleado con sus directivos será de colaboración, de empatía o al menos de
respeto y confraternidad.

La mediación como método

La mediación como método es un procedimiento sistemático, ordenado, constante de


intervención que reúne un conjunto de técnicas, para viabilizar la consecución de lo propuesto
en la mediación (CARNELUTTI, Francisco, 2009).

Así, nace el conflicto de intereses cuando la relación existente entre una persona y un bien es
incompatible con otra relación del mismo tipo. A modo de ejemplo, si dos personas tienen
necesidad de alimentarse y no hay alimento más que para uno solo, nos encontramos ante un
conflicto de intereses entre ambas.

La mediación como negociación colaborativa facilitada

Como negociación colaborativa la mediación se basa en los intereses reales de las partes,
facilitada con la ayuda de un tercero, que como método de resolución alternativa de disputas
procura, en general, el mayor grado de satisfacción de los intereses y necesidades de las partes
involucradas en un conflicto (MONTERO AROCA, J., 2011).

Los medios que satisfacen las necesidades humanas son bienes que, por su naturaleza, son
limitados y sin proporción en relación a todas aquellas necesidades.

La mediación como sistema

El sistema es el proceso que posee una serie de componentes y una dinámica propia de
funcionamiento. El orden y la estructura del proceso son las herramientas principales con las
que cuenta el mediador para conducir, organizar y mantener el equilibrio durante todo el
desarrollo de la mediación. En un sentido positivo, el proceso se desarrolla con la intervención
de un tercero imparcial que permite a las partes, el logro de un acuerdo a su conflicto. En un
sentido negativo, este proceso puede no ser desarrollado por un juez, ni por un árbitro, ni por
un investigador, ni por un asesor jurídico o social, ni por un terapeuta, generando desconfianza
además en desmedro de la institución misma, pues corre el peligro de desprestigiarse
(ALCALA, ZAMORA & CASTILLO, 2010).

Es evidente que ante un conflicto jurídico entre dos o más personas es obligado tratar de
resolverlo para que la paz social se mantenga y la vida en sociedad sea posible. Son así
necesarios, por tanto, los medios de resolución de conflictos.
ÉXITO DE LA MEDIACIÓN

La mediación puede considerarse exitosa aun cuando no se logre un acuerdo, si las partes han
conseguido mejor comunicación y ha existido intercambio de información en un ambiente de
mutuo respeto, en este caso el procedimiento puede considerarse fructífero, si bien no
definitivamente conciliatorio (VIDELA DEL MAZO, José María, 2009).

Sin embargo, la mediación debe ser entendida como un intento de privatización de la justicia
estatal, tampoco como un recurso que tiende a buscar la desaparición del poder judicial -
recurso esencial de todo estado democrático-; menos aún en procura de crear un campo
propicio para la formación de una sociedad sin ley y sin justicia.

FINALIDAD DE LA MEDIACIÓN

Permitir que las personas encaren mejor sus problemas, aprendiendo a resolverlos de un
modo creativo y pacífico. No solo cambia a la situación particular de las personas sino a las
personas mismas. La meta última de la mediación es lograr un mundo mejor (LOPEZ DEL
SOLAR ELIO, Rodolfo, 2011).

La mediación no es una panacea universal frente a la justicia tradicional, su ámbito de acción


se circunscribe al hecho de que es un medio alternativo de solución de controversias dentro
los casos previstos en la Ley y que no estén expresamente prohibidos, siendo ese el límite de
su accionar.

EL MEDIADOR.
Está claro que el elemento esencial de la mediación es el mediador. En principio es importante
decir que el mediador debe ser aceptado por las partes, ya sea porque ha sido propuesto por
ellas de común acuerdo o, determinado de alguna manera por un centro de mediación o de
cualquier otra forma que el mediador sea una persona no conocida de las partes y que tenga
las cualidades necesarias para serlo.

FOLBERG J. TAYLOR A nos dicen “existe gran preocupación en cuanto a la instrucción y el


adiestramiento en la mediación. Hay quien cree que la mediación es una nueva profesión que
exige un currículo de graduados con aprobación y pre requisitos académicos para ingresar.
Otros piensan que se trata de una competencia en la práctica, o una serie de habilidades que
deben agregarse a través de la continua instrucción a una base profesional existente, como
leyes, consultoría, o administración y otros en que la mediación puede estar a cargo de una
persona de buena voluntad profesión o no) que tenga las cualidades básicas del
mediador.
Deutsch (1973) recoge las funciones básicas de un/a mediador/a de la siguiente
manera:

- Ayudar a identificar y cotejar los temas en conflicto.


- Colaborar en remover bloqueos y distorsiones en los procesos de comunicación
para facilitar el mutuo entendimiento.
- Fomentar normas de interacción racional, el respeto mutuo, la comunicación
abierta o el uso de la persuasión en vez de la coacción.
- Promocionar adecuadas circunstancias y condiciones para confrontar los temas.
- Impulsar la negociación y la construcción de un acuerdo viable y aceptable para
las partes.

A su vez Vinyamata (2003) destaca las funciones de:

- Reducir la tensión por los enfrentamientos previos.


- Facilitar la comunicación de los/as implicados/as.
- Propiciar y ayudar en la formulación de propuestas positivas y acuerdos.
- Escuchar y así promover la reflexión acerca del conflicto.
- Generar confianza en las soluciones propuestas por las partes.
- Derivar los casos hacia otros/as profesionales cuando la mediación no resulte
eficaz.

Cualidades del mediador

Imparcialidad: Esta es una cualidad vital para que la mediación funcione. A veces
resulta complicado encontrar un mediador que llene esta cualidad especialmente en
pueblos y sitios poco poblados, o cuando el motivo de la mediación es muy
especializado.

El conciliador actúa como un tercero neutral y por tal es imparcial y así debe actuar,
incluso su imparcialidad no debe comprometerse ni siquiera cuando propone
formulas. Folberg y Taylor nos dicen en su libro ya citado, "Un mediador no tiene sólo
un «cliente», dado que todos los participantes deben recibir la asistencia del
mediador, no como abogado o terapeuta, sino como propiciador.

Aquéllos involucrados en la mediación no son simplemente receptores de un servicio;


están involucrados de manera activa en el proceso como participantes."

Ética. Es también una condición "sine cua non" (sin la cual, no) del mediador. La
probidad en sus actuaciones es vital para que la labor del mediador sea efectiva y
sobre todo para que la resolución del conflicto sea justa. "

A medida que la mediación lucha avanzar y ganar espacio social y poder convertirse en
una profesión, se incrementa la importancia de desarrollar normas para establecer
prácticas aceptables mínimas, y formular límites éticos referentes a la conducta
inadecuada de un mediador. La aceptación pública y profesional del papel de la
mediación será mayor, una vez que las normas de la práctica de la mediación se
desarrollen y se den a conocer."

Confianza. El mediador debe inspirar confianza a las partes involucradas en el


conflicto. Para esto el mediador debe ser franco y debe establecer desde el principio
las "reglas del juego" y los límites de la mediación.

Conocedor de la naturaleza humana. La labor del mediador es buscar alternativas a la


solución de conflictos humanos. No puede ser medidor alguien que no conozca la
naturaleza humana. Esto no quiere decir que, necesariamente, sea un psicólogo o
profesional en este sentido.

Profesionalismo. No está referido a que deba ser un abogado, sicólogo, ingeniero,


docente, trabajador social, etc. Se trata de que la "actitud" del mediador debe ser
profesional y además deberá tener un entrenamiento adecuado a su función. El
mediador debe entender la forma en que surgen los conflictos, y estar familiarizados
con otros procesos de resolución de conflictos. "Entendimiento del conflicto. La
mediación constituye un enfoque holístico a la resolución de conflictos. Con el objeto
de resolver conflictos sin la imposición de una autoridad externa, es importante que el
mediador entienda la naturaleza del conflicto, cuál fue su origen, su dinámica, la forma
en que se manifiesta en desavenencias particulares, y cómo puede manejarse y
resolverse. Aunque un medidor sin conocimiento sobre la naturaleza del conflicto
puede ser capaz de contribuir a resolver algunas desavenencias, las oportunidades
para resolver de manera congruente y permanente se incrementan en forma notable
si se tiene la posibilidad de colocar el conjunto en perspectiva."

Personalidad. El mediador debe tener una personalidad y carácter que le permita


generar y mantener el proceso de la mediación en orden, pero al mismo tiempo ser un
buen oyente y tener la capacidad de "no juzgar". El mediador no va a imponer una
solución al conflicto, solo será un facilitador para que las partes en conflicto
encuentren una solución al mismo.

Paciencia. Es importante para el mediador tener la paciencia necesaria para escuchar a


las partes. Tiene que ser un buen oyente y tratar de entender la posición de las partes
sin desesperarse.

Confidencialidad. Es muy importante que el mediador tome muy en serio la


confidencialidad. No solo en relación a la no publicidad del conflicto sino en cuanto a lo
que las partes le comuniquen con reserva de confidencialidad dentro del proceso. Solo
las partes puede revelar a los otros involucrados en el proceso de mediación aquellos
aspectos que ellos consideran confidenciales. Por supuesto que estas cualidades de un
mediador no son exhaustivas, más bien resultan siendo básicas para que la mediación
sea un éxito.

Es importante recordar que los conflictos humanos son de muy diversa naturaleza por tanto la
capacidad y calidad que debe tener un mediador es muy diferente en cada caso. Por ejemplo,
si la mediación es entre entidades o personas que no hablan un mismo idioma o, por lo menos,
no lo dominan, se requerirá que el mediador sea bilingüe.

En este sentido FOLBERG J. TAYLOR en su obra citada nos dicen: "El nivel y la mezcla de
habilidades de quienes se están convirtiendo en mediadores, necesariamente va a variar, al
igual que la pericia de los mediadores experimentados. La fuerza en una habilidad puede
compensar la debilidad en otras, y no existe mediador que domine de manera uniforme todas
las posibles herramientas de la mediación”.

Mencionemos por ejemplo un profesional en salud mental que entra a la mediación puede
contar con técnicas bien desarrolladas para abordar aspectos de ira, así como habilidades para
escuchar, clínicamente perfeccionadas. Un abogado que entra a la práctica de la mediación
puede no haber desarrollado estas habilidades, pero debe tener una capacidad igualmente
importante para aislar los problemas, poner a prueba la realidad, evaluar las necesidades, y
orientar las negociaciones. Los educadores deben tener habilidades adecuadas para compartir
información y generar motivaciones; los trabajadores sociales tienen habilidades empáticas,
manejo de técnicas, conocimientos de las distintas realidades y contextos; los administradores
tienen práctica para esclarecer, planear, y delinear presupuestos. Cada serie de experiencias y
aptitudes trae consigo habilidades útiles para la mediación, junto con facultades no
desarrolladas que también pueden ser útiles."

Problemas que pueda enfrentar el mediador

Este es uno de los posibles conflictos de intereses que se le pueden plantear al mediador. El
mediador no debe representar a ninguna de las partes en ningún asunto legal, durante o
después del proceso de mediación, si representó a alguna de las partes con anterioridad, de
ser el caso el mediador no debería participar como facilitador. Esta concepción prohíbe a los
mediadores continuar con la tarea encomendada (GALINDO, C. Álvaro, 2013)

Estas son algunas dificultades que se dan cuando aparecen maniobras en contra del adecuado
desarrollo del proceso, pudiendo incluso llegar a frustrarlo (TAPIA, Castillo Silvio, 2009).

Las más frecuentes son:

 Agresividad,

 Desinterés,

 Desbalances de poder,

 Ocultamiento,

 Datos falsos,

 Dilaciones,

 Desconfianza, y,

 Desinformación.

Si el mediador prestó asesoramiento previo a alguna de las partes su tarea no debe proseguir,
a menos que se haya aclarado esta relación previa, se haya formulado una clara diferenciación
entre el rol del mediador y la relación previa o los participantes hayan tenido la posibilidad de
elegir libremente la continuación del proceso.

Conflictos que pueden resolverse a través de la mediación

La mediación es efectiva para resolver una amplia gama de conflictos, entre los que se pueden
destacarse los siguientes

 Empresarial (mediación comercial, conflictos en el seno de la organización y entre distintas


empresas, franchising, conflictos entre consumidores y empresas, patentes, marcas, dominios
web)

 Inmuebles (división de condominio, límites)

 Trabajo (conflictos entre trabajadores y empleadores)

 Familiar (procesos de separación, conflictos generacionales, procesos sucesorios, alimentos,


tenencia de hijos, régimen de visitas)
 Comunitaria (barrial, ruidos molestos, animales domésticos, uso de espacios comunes,
conflictos en comunidades)

 Escolar (conflictos institucionales, entre estudi

antes, normas de convivencia)

 Conflictos públicos (medioambientales, urbanísticos, asistencia social, crisis institucionales,


planificación tributaria, conflictos en organismos municipales, conflictos con los vecinos)”
(RIPOL-MILLET, Aleix, 2010)

El mediador ayuda a las partes a negociar desde sus propios intereses y necesidades, de cara al
futuro, porque las posiciones se adoptan, generalmente, dentro de un clima emocional y la
negociación desde ellas suele terminar equilibrada. Una vez que aquellas han transitado de las
posiciones a los intereses, las partes están en mejor disposición para seleccionar las opciones
que, según su criterio, proporcionan más beneficios al menor costo para cada uno de ellos.

MEDIACIÓN Y TRABAJO SOCIAL

En la actualidad no es de extrañar que nos empapemos de noticias de carácter violento


o que recogen un conflicto. Es más, hay una gran cantidad de conflictos que se dan a
diario a nuestro alrededor. Generalmente estos suelen ser de dimensiones pequeñas,
pero no siempre es el caso.

Pero ¿por qué suceden y dónde aparecen estos conflictos?

Hay que ser conscientes que, lamentablemente, en la sociedad en la que vivimos los
conflictos y la violencia se da en muchos ámbitos: familiar, intrafamiliar, laboral,
escolar… podemos ir por la calle y que una persona que no conocemos de la nada y sin
motivo aparente nos confronte. Estos hechos afectan al bienestar colectivo de la
sociedad. Ante esta situación, que se da desde hace siglos y muchas veces con falta de
respuesta para afrontarla es que ha surgido la mediación.

Dentro de este campo, como trabajadores sociales nos compete más el derecho a la
familia y a la persona. Diferentes aspectos como el emocional, las relaciones paterno
filiales, los recursos económicos y la repercusión social son esenciales en la vida de
cualquier persona, y, por tanto, crean impacto sobre éstas. Hay que ser consciente de
que los problemas pueden generar trauma y efectos negativos que no solo afectan a la
persona o personas que lo están viviendo sino también a su entorno.

¿Avanzando hasta aquí, qué podemos entender por conflicto y qué es mediación?

“Situaciones en las que dos o más personas entran


Muchos definen el conflicto como las
en oposición o desacuerdo porque sus posiciones, intereses, necesidades, deseos o
valores son incompatibles, o son percibidos como incompatibles, donde juegan un
papel muy importante las emociones y sentimientos y donde la relación entre las
partes en conflicto puede salir robustecida o deteriorada en función de cómo sea el
proceso de resolución del conflicto”.

La mediación es aquel proceso que parte de la pérdida de la capacidad de negociar de


las personas implicadas. Se suele decir que esas personas se encuentran atascadas, y
es a través de la intervención de una tercera persona neutral, donde puede empezar a
fluir la comunicación.

“El papel de los agentes de mediación se centra en impulsar procesos de cambio en las
personas y los grupos facilitando la redistribución del poder y el establecimiento de
nuevas formas de comunicación y diálogo” (Caballo y Gradaílle, 2008, p. 49).

Podemos definir la mediación a través de los ojos de Moore (1995) como “la interven-
ción en una disciplina, de un tercero aceptable, imparcial y neutral que carece de
poder autorizado de decisión para ayudar a las partes en disputa a alcanzar
voluntariamente su propio arreglo mutuamente aceptable”.

Marques (2013, p. 93) define la mediación como “un método de resolución de con-
flictos en que un profesional, el mediador, percibiendo los objetivos de las partes y los
obstáculos y recursos disponibles, emplea técnicas e instrumentos para fomentar el
diálogo entre los sujetos en disputa, en orden a que construyan alternativas de solu-
ción, debiendo escoger la que mejor responda a los intereses de ambos”.

¿Por qué debemos mediar….por qué elegir la mediación?

“La mediación abre los ojos a una realidad compleja; a entender que las cosas no son
nítidas ni iguales para todos; a pensar que se pueden cambiar las percepciones sin
dejar de ser uno mismo y rehacer las expectativas iniciales e individuales por expecta-
tivas conjuntas; a ver que para la comprensión ajena se necesita la auto comprensión y
el autoconocimiento; a saber que el conflicto es propio de todos y, por tanto, tiene
aspectos positivos y negativos; a creer que las cosas pueden mejorar con la colabora-
ción y a confiar en que esta tenga un potencial de cambio social” (Munné y Mac-Cragh,
2006, p. 83).

Está centrada en que son las partes las que más saben sobre lo que pasa y, por lo
tanto, también de sus posibles soluciones. Es una técnica participativa donde se asiste
para la búsqueda de una solución satisfactoria para ambas partes. También puede ser
considerada como un proceso de aprendizaje personal.

Aunque se estima que la mediación ha existido desde los inicios de los tiempos, se
considera que esta técnica alternativa para la resolución de conflictos lleva poco tiem-
po en la cultura occidental. Surge como una manera alternativa a esos métodos tradi-
cionales que no funcionan.

La mediación como proceso conlleva para su buen uso y alcance una serie de condi-
ciones recogidas a continuación:

- Imparcialidad: el mediador no es una parte más del conflicto sino un/a


profesional.
- Neutralidad: el mediador no debe posicionarse a favor de ninguna de las
partes.
- Confidencialidad: Lo que se trata en la mediación queda en la mediación.
Regirse por unas normas y códigos.
- Buena fe: colaboración de las partes para conseguir una resolución.
- Protagonismo y autonomía: las partes son las que deben estar comprometidas
con el proceso para así alcanzar un acuerdo mutuo.
- Carácter personal de la intervención: son las partes implicadas las que deben
acudir al proceso. No pueden hacerlo terceras partes.

¿Y hay relación de la mediación con el trabajo social?


La disciplina del Trabajo Social cubre muchos ámbitos profesionales y cada uno de ellos
se encuentra relacionado por el contacto directo, intervención con las personas,
familias, grupos y/o comunidades. Sabemos que persigue un cambio social, la supera-
ción de conflictos, así como la resolución de problemas de diferente índole.

Siguiendo estas líneas se puede decir que la función mediadora forma parte de la
intervención social.

Es decir, la mediación se ve “como una forma específica de intervención profesional


que no trata ningún otro problema de los sistemas con los que actúa, distinto de aquel
conflicto que presentan las partes y en cuya intervención entra, exclusivamente, la
atención profesional” (García-Longoria, 2006, p. 4).

No es nuevo decir que los/as trabajadores/as sociales nos enfrentamos a situaciones


de conflicto de manera habitual en la práctica de la profesión. Por lo tanto, a lo largo
de la historia, la mediación aparece como un método válido dentro del Trabajo Social.
Apareciendo varios vínculos como el fomento en la resolución de conflictos e incluso el
cambio destinado hacia una mejora en las relaciones humanas.

Así pues, en relación con la profesión, es un método considerado bastante efectivo


que además contribuye de una forma significativa a la práctica social. De tal manera
que puede considerarse “dos acepciones en el concepto de mediación: en función del
contexto donde se aplica, 1. la mediación como técnica integrada en la intervención
social; y 2. la mediación como acción profesional específica. En el primer caso, la
mediación como parte de la intervención social pretende una forma de intervención
vinculada con otra serie de actuaciones para la resolución de problemas” (García-
Longoria y Sánchez, 2004, p. 262).

El propio artículo 40 del Código Deontológico del Trabajo Social indica “El/la profesional
del trabajo social dispondrá de autonomía para elegir y aplicar en la elección y aplicación de las
técnicas idóneas, medios y condiciones que favorezcan sus relaciones e intervenciones
profesionales. Así mismo, tiene derecho a solicitar de la organización donde preste sus
servicios la oportunidad de formarse y actualizarse en todas aquellas materias que repercutan
en un mejor desempeño de su acción profesional”.

Por ejemplo, uno de los espacios de intervención del trabajador social, aplicando
principios de la mediación es justamente en la mediación familiar donde como
trabajador social y mediador reconocemos la eficacia de este método para el de-
sarrollo de ciertas tareas y como una mejor comunicación entre los miembros de la
familia, reduciendo los conflictos entre las partes, acuerdos amistosos, garantizar una
continuidad de las relaciones personales entre padres/madres e hijos/as, aminorar
costes económicos y sociales y disminuir el tiempo necesario para la solución de los
conflictos.

Así pues, este proceso de mediación aporta al Trabajo Social un ámbito relativamente
reciente donde ejercer y además contribuir con los conocimientos propios del
trabajador/a social como mediador/a.

Como ya hemos venido viendo hay ocasiones donde en algunos conflictos es esencial
la aparición de una tercera persona neutral para que medie en el acuerdo. Por estas
razones, el/la trabajador/a social es un/a profesional que se adapta al perfil idóneo de
un/a mediador/a.

Dentro del Trabajo Social la mediación familiar cobra una gran importancia. Y antes de
seguir hablando de este aspecto, es fundamental intentar explicar qué es lo que se
entiende por mediación familiar.

Cuando tratamos de definir la mediación nos encontramos con varias definiciones.


Esto ocurre también con el término de mediación familiar.

No obstante, una de ellas, proveniente del Consejo Consultivo de la Mediación Familiar


de Francia creado en 2002, indica que es el proceso de construcción y de re-
construcción del vínculo familiar sobre los ejes de la autonomía y de la responsabilidad
de las partes afectadas por un conflicto en cuyo proceso interviene un tercero impar-
cial, independiente, cualificado y sin ningún poder de decisión que es el/la mediador/a
familiar, para facilitar a través de la realización de entrevistas confidenciales, la reanu-
dación de la comunicación entre las partes y la autogestión del conflicto dentro del
ámbito privado familiar, teniendo en consideración la peculiaridad de las situaciones,
su diversidad y la evolución de las relaciones familiares.

A su vez, Rondón y Munuera (2009) nos indican que el fin de la mediación familiar es la
de reducir aquellas consecuencias derivadas de situaciones como la separación y el
divorcio para todos los miembros siempre a través del diálogo y con una mención es-
pecial en la protección en el interés superior del menor. Se encamina como una vía al-
ternativa y voluntaria a litigios familiares a través de la intervención de un/a
mediador/a imparcial y neutral.

El fin último de la mediación familiar es el de reanudar una comunicación sana en la


pareja. Tal y como comenta García (2008) se encuentra enfocada a conseguir
restablecer una comunicación en la que se escuchen, respeten y puedan expresarse de
manera adecuada.

También podemos hablar de otros objetivos presentes en la mediación familiar depen-


diendo de si hacen referencia a relaciones, acuerdos, sentimientos y necesidades o
conflicto.

En el primer caso, se basa en la comunicación en la relación de la pareja y con sus


hijos/as durante el proceso. El segundo tiene como fin la búsqueda de acuerdos con-
sensuados a través de las propias partes implicadas. El tercero hace referencia al clima
emocional y las exigencias de cada uno/a. Mientras que el último busca la solución del
conflicto según las partes y la información que éstas poseen sobre el mismo.

Por lo tanto, dejando atrás los objetivos, la mediación familiar se centra en responder
dos circunstancias claves:

1. En referencia a la separación o divorcio de una pareja con los efectos que conlleva.
2. Conflictos familiares ya sean relacionados o no con el primer punto.

La mediación familiar es considerada como aquel que acontece a: “padres e hijos,


abuelos con nietos, entre hijos o los que surjan entre los adoptados o acogidos y sus
familias biológicas, adoptivas o de acogida; preferentemente los relativos al ejercicio
de la patria potestad, guarda y custodia, régimen de visitas, pensiones, uso del
domicilio familiar, disolución de bienes gananciales o en copropiedad, cargas y ajuar
familiar, así como, en general, aquellos otros que se deriven o sean consecuencia de
las relaciones paterno-filiales y familiares”
Uno de los autores que defiende la mediación voluntaria antes de un proceso judicial
es Romero (2002). Este expone que debe ser considerada prioritariamente antes del
comienzo de un proceso judicial, aunque se pueda disponer de ella en cualquier
momento de este. Desde el desacuerdo de la pareja en las medidas, la comunicación
de la situación a los/as hijos/as, ante la solicitud del juez para prevenir conflictos
graves que afecten al menor, para retomar o reelaborar un acuerdo y en situaciones
conflictivas producidas debido a dificultades que impiden acuerdos entre los miembros
de la familia.
Como se ha comentado, la mediación familiar puede ser un proceso de gran ayuda en
determinadas situaciones. Algunas ventajas de usarla frente a rupturas matrimoniales
o de convivencia serían las siguientes:
- Proporciona un restablecimiento de la comunicación entre las partes ya que
existe un espacio neutral.
- Impulsa actitudes de colaboración para llegar a un acuerdo de interés común.
- Aporta una oportunidad de que ambas partes expresen sus opiniones y tomen
decisiones en base a un acuerdo conjunto.
- Permite la posibilidad de aprender cómo resolver los problemas de manera
resolutiva.

Con lo mencionado se concluye que existen factores comunes que indican la relación
existente entre la mediación y el Trabajo Social. Se puede apreciar cómo ambos
persiguen alcanzar una mejora de la comunicación, las relaciones interpersonales y los
comportamientos. Así pues, podemos observar cómo esta práctica ha estado presente
en la disciplina del Trabajo Social desde hace tiempo siendo una acción históricamente
utilizada, aunque no reconocida como en nuestros días.

De esta manera, el Trabajo Social y la mediación, tienen un mismo objetivo el cual


trata de alcanzar el bienestar de las personas mediante la ayuda del profesional. Es por
ello, que el/la trabajador/a social se convierte en el/la profesional idónea para la
búsqueda del consenso y reconciliación entre las diferentes personas, grupos y
comunidades mediante la base de unos derechos e ideales.
Mediación en Trabajo Social

Para Rodón (2013), la aportación fundamental del Trabajo Social a la Mediación aplicada,
consiste en incorporar la variable social al análisis del conflicto, es decir, trabajar con las
circunstancias sociales que impiden el bienestar social de las personas y grupos sociales.

Rodríguez (2013), analiza cuáles son los factores que comparten el Trabajo Social y la
Mediación, estos son:

- El objeto de trabajo: abordar el conflicto con la óptica de la oportunidad para el


cambio.

- El objetivo de lograr el bienestar de las personas mediante apoyo profesionalizado de


la gestión del conflicto.
- Los principios básicos de la actuación profesional, en especial el protagonismo de las
partes y respeto a sus decisiones.

- La intervención centrada en las potencialidades de las personas para resolver


conflictividad.

- Los escenarios y ámbitos de la intervención.

- La coherencia de construir un futuro para la construcción de la Cultura de la Paz.

Competencias Generales en Mediación para el Trabajo Social

Rodón (2013), realiza una clasificación sobre las diferentes competencias específicas que tiene
el Trabajo Social dentro de la Mediación. Estas son:

- Conoce y comprende la naturaleza del conflicto y las características de los sistemas de


resolución del mismo.

- Es capaz de reconocer los principios que rigen la institución mediadora.

- Conoce y comprende las posibilidades de intervención en el medio comunitario en los


diferentes contextos sociales.

- Sabe valorar la mediación como un importante recurso para la intervención


comunitaria.

- Es capaz de aplicar las estrategias y técnicas de resolución de conflictos.

- Promueve la mediación y la igualdad de género.

- Es capaz de valorar la participación de los sujetos del conflicto.

- Analiza los conflictos sociales desde una perspectiva interdisciplinar.

A las competencias mencionadas anteriormente, Alemán (2005), añaden algunas generales y


específicas, estas son:

Competencias generales:

- Mediación como estrategia de intervención destinada a la resolución alternativa de


conflictos.

- Mediación como estrategia de intervención destinada a la resolución complementaria


de conflictos en diversos ámbitos.

- Trata y resuelve las diferencias que surgen entre individuos y/o grupos en toda
organización.

Competencias específicas:

- Sabe valorar la importancia que la mediación tiene para el Trabajo Social.

- Es capaz de identificar los recursos para la resolución de los conflictos.


- Valora de forma constructiva los conflictos interpersonales intra e intergrupales.

- Utiliza los conocimientos conforme a los códigos de ética de la disciplina.

- Conoce los fundamentos básicos de la mediación.

- Conoce y comprende el marco jurídico de las relaciones personales y familiares.

- Es capaz de participar dentro de equipos interdisciplinares.

- Comprende el significado de la mediación como mecanismo de resolución extrajudicial


de los conflictos.

- Utiliza claves verbales y no verbales para guiar la interpretación.

- Gestiona conflictos, dilemas y problemas éticos complejos.

- Sabe interactuar eficazmente con las personas.

- Tiene adquiridas habilidades sociales para las relaciones interpersonales.

Conclusión
El/la profesional del trabajo social por su trayectoria histórica, por su experiencia profesional y
por su formación reúne el perfil idóneo para ejercer la mediación como acción profesional
específica aportando la variable social en el análisis del conflicto, y su experiencia en la
creación de redes informales, en el fomento de la comunicación, en la promoción del
aprendizaje social muto y, dominio de técnicas como la escucha activa, la empatía y la
reformulación o parafreseo.

El/la trabajador/a social durante el ejercicio de la mediación comparte mucho de los


presupuestos éticos, valores y principios de actuación que regulan la acción social del trabajo
social, búsqueda del consenso, entendimiento entre las partes, respeto a los Derechos
Humanos, a los ideales de Igualdad y Justicia Social, etc.

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