Saber Medico Tradicional
Saber Medico Tradicional
Saber Medico Tradicional
RESUMEN
1
1. QUE SIGNIFICA "DROGA"
2. DROGADICCION Y TOXICIDAD
2
La drogadicción es la resultante de la interacción de tres
factores : una sustancia, un consumidor y un contexto. Tomado
aisladamente, ninguno de estos elementos en sí es susceptible de
provocar una patología adictiva. Se necesita de la
potencialización o sinergía de los tres.
Ninguna sustancia psicotrópica, por sí misma produce
adicción. Más aún, la misma sustancia según los contextos puede
ser un medicamento curativo o un tóxico. La cocaína sirve como
anestésico en medicina, como sedante la morfina. Casi todas las
"drogas" conocidas hoy como dañinas fueron durante largo tiempo
medicamentos. La primera cosa que ofrecieron los nativos a los
conquistadores era tabaco porque éste era considerado como "la
carne de los dioses", la principal medicina indígena (BULHER-
OPPENHEIM, 1949).
3
Si el alcohol es potencialmente una droga, nadie puede
confundir el consumo religioso por ejemplo en el cristianismo (la
misa) y las borracheras de barrio el sábado en la noche, ni
tampoco las bacanales en los templos de Dionisio y la embriaguez
ritual en ciertas tradiciones japonesas.
3. LEGALIDAD Y LEGITIMIDAD
La reflexión sobre las drogas lleva muchas veces a una
radicalización en dos grupos extremos : actualmente predomina el
grupo que promueve una prohibición total de cualquier sustancia
psicotrópica (que modifica la sique), sobre el grupo minoritario
que reivindica el levantamiento de toda restricción sobre la
distribución y consumo de psicótropos.
4
ello, lo que supone alcanzar el Sentido Profundo que alimenta el
acto del consumidor y permite distinguir al toxicómano del
curandero o sacerdote asimilando psicotrópicos, al sujeto
dependiente de un auténtico iniciado caminando en las vías del
conocimiento.
5
adictos ya que están en la dependencia, necesitan dosis siempre
crecientes y más frecuentes, y al retirarse o disminuir el
producto manifiestan un síndrome de abstinencia con
recrudecimiento de su patología.
6
los ritmos teta. Esas modificaciones de la conciencia nocturna
además son absolutamente indispensables para poder vivir.
7
amplificación del estímulo sino también en forma privativa. La
música modifica la conciencia tanto como el total silencio, el
movimiento frenético como la perfecta inmovilidad, la saturación
visual como la plena oscuridad. Como ya ha sido demostrado en
estudios de fisiología, el aislamiento sensorial induce a
alteraciones de las nociones de tiempo-espacio. El borramiento de
las referencias habituales conduce al surgimiento de fenómenos
perceptuales alterados. (Ver por ejemplo los efectos de los
tanques de aislamiento de John Lilly).
La vida del ser humano parece inscribirse dentro de un
espectro perceptual normativo. Cada vez que se franquean los
límites de este espectro, por exceso o por carencia, el individuo
experimenta alteraciones de conciencia.
6. ¿Y LOS ANIMALES?
8
sed y la sexualidad.
9
coherente con el mundo invisible.
11
que podría existir entre una persona que consume una sustancia
psicotrópica en un contexto curativo, terapéutico, religioso, que
le hace sentirse mejor, más sano, más equilibrado, y una persona
que la consume en forma lúdica y se va degradando, enflaqueciendo,
desconectando de la sociedad, de su propio cuerpo, que pierde los
vínculos familiares?. ¿Dónde está la diferencia?. ¿Dónde reside el
núcleo del problema?.
13
espontáneamente crear rituales de protección. Tienen sus códigos
verbales, sus lugares consagrados para el consumo, sus gestos
mecánicos que logran inducir el estado modificado de conciencia
antes del consumo mismo de la droga. Esos rituales artificiales
son no solamente inoperantes en términos de protección sino que se
incluyen así al consumo y lo refuerzan.
La sociedad, observadora fría de la degradación provocada por
las drogas, percibe igualmente la terrible potencia de la
adicción. Trata de protegerse mediante otros rituales de
protección, tabúes, prohibiciones que tampoco solucionan el
problema sino que lo refuerza aumentado la atracción de la
juventud hacia este "límite" tan cargado de poder. Tomas SZASZ
describe claramente esta "persecución ritual de la droga y de los
adictos" (SZASZ, 1976).
En efecto, el problema que surge cuando hay franqueo brutal
de las barreras de la racionalidad, de las convenciones sociales,
de los límites perceptuales habituales, de los esquemas mentales,
es la integración de esa nueva experiencia. ¿Cómo integrar esos
elementos que superan de repente la capacidad de uno con su enorme
carga energética, emocional, cómo metabolizar o asimilar esos
datos explosivos para construirse en base a ello?. La falta total
de protección, de preparación, de cautela, de guía no ofrece
ninguna posibilidad concreta de integración.
15
Llama así la atención el hecho que tanto el adicto como el
shaman tengan grandes dificultades a expresar vivencias intensas.
Su conversación es pobre porque no encuentran palabras adecuadas
para expresar lo fuerte, lo maravilloso o lo horroroso de su
vivir. La diferencia reside probablemente en que el adicto se cegó
la vista por ver la luz sin protección mientras que el shamán
aprendió pacientemente a "ver". Ver o contemplar.
19
ideología; ni tampoco la sustitución de drogas ilegales por drogas
legales como ocurre generalmente en los centros médicos
convencionales donde además los tratamientos convencionales de
tipo comportamentalistas repiten el modelo de reestructuración e
origen externo.
A. Nivel físico
B. Nivel síquico
21
auto-exploración de su universo interior. Se nota un aumento de la
producción onírica : sueños más intensos, más frecuentes, más
nítidos. Recuerdos reprimidos, traumas olvidados, memorias
antiguas vuelven a la superficie. El estado de relajamiento, de
aceptación de sí mismo, del terapeuta o de su equipo, del esfuerzo
necesario a la curación... son tantos elementos que van
confortando un trabajo evolutivo y una mayor disposición al
tratamiento.
22
esas pócimas como "purgas", incluyendo en este término sus efectos
físicos y síquicos.
C. Nivel espiritual
BIBLIOGRAFIA
23
ELIADE Mircea, 1960, "El Chamanismo y las técnicas arcaicas del
éxtasis", Fondo de Cultura Económica, México, 484 p.
FURST Peter T., 1972, "Flesh of the Gods : The Ritual Use of
Hallucinogens", Nueva York : Praeger.
25