Cuerpo y Alma Bert Hellinger
Cuerpo y Alma Bert Hellinger
Cuerpo y Alma Bert Hellinger
Bert Hellinger
Familia y enfermedad
A continuación, presentaré algunos ejemplos para ilustrar el desarrollo de
implicaciones familiares enfermizas y amenazantes para la vida, y para señalar
las posibilidades de evitarlas o de librarnos de ellas.
Cuando la familia pierde a uno de sus miembros, por ejemplo muriendo el padre o
la madre tempranamente, frecuentemente uno de los hijos le dice interiormente:
"Yo te sigo."
Cuando un famoso corredor motonáutico durante una carrera volcó con su lancha y
murió, también su hija comenzó a participar en carreras motonáuticas. También
ella tuvo un accidente grave durante una carrera, pero sobrevivió. Cuando, más
tarde, le preguntaron qué había pensado en ese momento, respondió: "Sólo una
cosa: ‘¡Papá, ya voy!’"
Detrás de la frase “Yo te sigo” se halla el amor profundo con el que el alma
vincula al niño con su familia, actuando durante toda la vida de una persona.
Este amor es más fuerte que la muerte y es ciego. Cree que a través de la muerte
podría superarse la separación y que, por el propio sufrimiento y la propia
muerte, otros en la familia podrían ser redimidos. Una constelación familiar nos
brinda la oportunidad de sacar a la luz la inutilidad y la ceguera de este amor.
A través de los comentarios y sentimientos expresados por los representantes, el
hijo se da cuenta de que los muertos aman a los vivos con el mismo amor que los
vivos sienten por ellos; que el deseo de los vivos de seguirles les duele en vez
de alegrarles; que no quieren que su muerte también traiga la muerte a otros;
que se sienten aliviados cuando los vivos se encuentran bien, y que bendicen a
los vivos para que aún se queden.
Vivos y muertos
Cuando una persona se siente irresistiblemente atraída por los muertos, se puede
hacer un ejercicio muy simple con él. Se le pide que cierre los ojos, que
lentamente se centre en su interior y que después vaya más allá de ese centro,
volviendo lejos, a los muertos que le atraen. Una vez llegado allí, se echa a su
lado, esperando que algo le llegue de ellos, sea lo que sea. Él lo recibe en su
interior hasta sentirse colmado. Después, nuevamente se pone en camino para
volver de los muertos a los vivos, hasta llegar a su centro, y aún más hacia
arriba y abre sus ojos.
Muchos vivos quieren ir con los muertos. Pero cuando los vivos respetan a los
muertos, éstos vienen a ellos y se muestran afables. Vienen y, a alguna
distancia, están presentes con amabilidad.
Algunos piensan que los muertos son desdichados. Pero también podríamos decir:
“Han llegado y están en paz.” Sólo los vivos aún sufren vicisitudes; los muertos
están en paz.
Una imagen muy difundida es que los muertos han desaparecido: están enterrados y,
por tanto, han desaparecido. Después, aún se les pone una lápida para que no
vuelvan a salir. Este era el significado original de la lápida, ya que,
anteriormente, ésta se colocaba echada. Pero que los muertos hayan desaparecido
es una imagen extraña.