BIOPTRÓN
BIOPTRÓN
BIOPTRÓN
Que el sol es fuente de vida y salud es una verdad tan irrefutable como lo es que
tomado en exceso y sin protección puede acarrearnos desagradables consecuencias. De
ahí que desde hace siglos muchos científicos se hayan dedicado a tratar de conseguir
dispositivos que permitan obtener los beneficios de la luz natural pero suprimiendo sus
radiaciones nocivas. Pues bien, el honor de ser el primero le correspondió al físico
danés Niels Ryberg Finsen al que se considera por ello fundador de la Fototerapia
moderna y que en 1903 ganó el Premio Nobel de Medicina por desarrollar un aparato
que sintetizaba rayos de sol y permitía controlar los parámetros de intensidad y el
espectro de la luz emitida y, además, aplicarlos con fines terapéuticos. Casi ochenta
años después, en 1981, un equipo de físicos y médicos de la Universidad Semmelweis
de Budapest (Hungría) recogería las aportaciones del danés pero enfocando sus
pesquisas en un nuevo parámetro de estudio: la polarización de la luz, principio físico
por el que las ondas electromagnéticas lumínicas se mueven en planos paralelos. El
fruto de sus investigaciones sería una lámpara halógena de 20 watios basada
originariamente en la terapia láser pero que combina luz visible con radiaciones
infrarrojas. A dicho dispositivo se le llamó Bioptron y en 1988 empezó a
comercializarse en todo el mundo como aparato de uso médico. Desde entonces
numerosas universidades han comprobado que la luz polarizada que emite tiene efectos
bioestimulantes cuando se aplica a entre 5 y 15 centímetros de la superficie de la piel
-no es necesario el contacto- y que estimula las estructuras celulares sensibles a la luz.
Así, esta energía lumínica desencadena una serie de reacciones que no se limitan al
área donde incide la luz sino que extienden sus efectos beneficiosos a todo el
organismo.
Y precisamente son tales sus efectos, tan numerosas sus indicaciones y tan sencilla su
aplicación que miles de médicos, fisioterapeutas, naturópatas, esteticistas, etc., de más
de cincuenta países lo utilizan con frecuencia en sus consultas. Además el hecho de
que no tenga contraindicaciones, de que carezca de efectos secundarios y de que se
haya comprobado que es un método seguro y natural decidió a la empresa suiza que lo
fabrica –Zepter- a lanzar al mercado distintos modelos de la misma tecnología si bien
todos ellos están diseñados para usarse indistintamente en hospitales, centros
terapéuticos e, incluso, en casa de tal forma que en este último caso las personas que lo
necesiten puedan beneficiarse cómodamente en sus hogares de las ventajas terapéuticas
de la luz polarizada. Por tanto, es probable que actualmente se cuente por millones el
número de personas que en todo el mundo se benefician de esta técnica.
FOTOTERAPIA Y BIOESTIMULACIÓN
¿Y cuáles son esos efectos terapéuticos? Pues muchos y muy variados según se puede
leer en las conclusiones de los numerosos estudios que se han llevado a cabo en todo el
mundo (mencionamos todos los efectos contrastados en el recuadro adjunto). Entre los
que cabe destacar las investigaciones sobre cambios celulares e inmunes inducidos por
la lámpara Bioptron dirigidas por los doctores Gasparo, Tarasenko, Janssens,
Mujovik, Jocic y Freeman en el Laboratorio Internacional de Investigación
Inmunobiológica de Carolina del Sur (Estados Unidos), el estudio sobre los efectos de
la luz polarizada sobre las células macrófagas de los doctores Bolton, Dyson y Young
en el Hospital Infantil y el Hospital Santo Tomás -ambos en Londres (Reino Unido)- o
los trabajos sobre los efectos biológicos de este tipo de luz realizados en el Instituto
Nacional de Investigación ‘Frederic Curie’ para la Radiología y la Radiohigiene de
Budapest (Hungría). O los que estudiaban la utilidad de esta tecnología para tratar la
gangrena diabética y en general las heridas mal curadas que dirigió el doctor Stacker,
director médico del Hospital San Josef de Bremerhaven (Alemania). O los estudios
realizados por el doctor Klitzma -del Centro Médico de la Universidad Duke (Carolina
del Norte, EEUU)- gracias a los cuales se estableció el nivel de penetración de esta luz
a través de la piel. Y así un largo etcétera.
Pues bien, en lo que parecen coincidir todos los expertos es en que esta tecnología
suiza desencadena y regula procesos biológicos que ayudan al cuerpo a poner en
marcha sus propios mecanismos de autocuración, a regenerarse, a reequilibrarse y, en
muchos casos, a curarse de las dolencias que puedan aquejarle. La clave de su eficacia
parece radicar en la capacidad de la luz del Bioptron para estimular el funcionamiento
de la membrana celular, una auténtica “aduana” para la entrada de nutrientes y oxígeno
a la célula así como para la salida de desechos. Lo que hace concretamente la luz
polarizada es equilibrar físicamente los polos eléctricos de dicha membrana –es decir,
la repolariza- eliminando el trastorno eléctrico que podría estar afectando o incluso
bloqueando el adecuado funcionamiento de las enzimas y sus receptores, responsables
del suministro de energía y alimentos a las células. Cuando mediante la repolarización
de la membrana se estimula el adecuado intercambio iónico y metabólico en la célula
su mitocondria –responsable de la respiración celular y de la generación de energía-
empieza a producir ATP (trifosfato de adenosina) en cantidades suficientes para
alimentar los procesos químicos de la célula y para elevar su potencial energético al
nivel del de una célula sana. De esa forma el cuerpo reinicia su propio proceso de
regeneración. De hecho la optimización y agilización de las funciones de la membrana
conlleva una mejora del metabolismo de la célula y hace que aumente la velocidad de
mitosis (división celular) de 2 a 6 veces (esto explica porqué con esta terapia son tan
rápidos los resultados que se obtienen en la regeneración de tejidos y la cicatrización
de heridas, quemaduras, etc.). Si nos paramos un segundo a pensar que el cuerpo
humano está compuesto por trillones de células y que cualquier trastorno, ya sea grave
o leve, se refleja en ellas podremos darnos cuenta de la envergadura de la utilidad
terapéutica de esta tecnología lumínica.
Además, gracias a su acción percutánea alcanza los 4 centímetros de penetración
beneficiando así a dermis, epidermis, músculos, huesos y sangre (glóbulos rojos,
blancos, plaquetas, etc.) De hecho, como consecuencia de la estimulación de las
células sanguíneas también se activa el sistema inmune por lo que el efecto terapéutico
va más allá de la zona tratada y alcanza en realidad a todo el organismo. Esto explica
porqué la luz polarizada tiene tal cantidad de indicaciones terapéuticas y en tan
diversas disciplinas médicas (vea recuadros adjuntos). Y es que este sistema
terapéutico puede emplearse para tratar casi cualquier trastorno porque lo que hace es,
simplemente, ayudar al cuerpo a lanzar su propio potencial curativo.
EN LA CONSULTA O EN CASA
L. J.
Y todo ello...
Indicaciones terapéuticas
Las que siguen son algunos de los trastornos de salud en los que se ha comprobado la
eficacia terapéutica de la lámpara Bioptron:
-Acné.
-Alergias.
-Arrugas.
-Artritis.
-Artrosis.
-Asma.
-Cicatrices.
-Codo de tensita.
-Contusiones.
-Cortes.
-Desgarros y dolencias musculares.
-Dislocaciones.
-Dolencias de la piel.
-Dolor (somático, referido, neurogénico, radicular, etc.).
-Eccemas.
-Epidondilitis lateral.
-Erupciones.
-Esquinces.
-Fibromialgia.
-Gangrena diabética.
-Hematomas.
-Heridas postquirúrgicas.
-Infecciones dérmicas.
-Inflamaciones.
-Lesiones de ligamentos.
-Luxaciones.
-Pie diabético.
-Problemas articulares.
-Problemas para dormir.
-Quemaduras.
-Resfriados.
-Rozaduras.
-Síndrome del músculo piriforme.
-Tendinitis.
-Úlceras dérmicas.
Aplicaciones
En la actualidad la luz polarizada se emplea en más de 50 países para tratar con ella
lesiones y dolencias de distintas disciplinas médicas como:
-Cirugía.
-Curaciones menores.
-Dermatología.
-Estética.
-Fisioterapia.
-Geriatría.
-Medicina deportiva.
-Odontología.
-Podología.
-Reumatología.
-Terapia complementaria en casa.
-Terapia física y rehabilitación.
-Traumatología.