6 - La Solidaridad

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Temas para la Catequesis de Confirmación de jóvenes

Tema 6 - La Solidaridad, camino para vivir el mensaje de


Jesús
 Introducción:
La solidaridad, vivir la clave del mandamiento del Amor

La Biblia no menciona la palabra solidaridad, pero habla de la justicia y el amor. El


Antiguo Testamento nos transmite el mensaje de un Dios que sale al encuentro de su pueblo,
para liberarlo, conducirlo a una vida digna, y velar porque se cumpla su proyecto de justicia y
dignidad para todos. El Dios del Antiguo Testamento quiere la justicia, la paz y la libertad para
sus hijos, para su pueblo. El Nuevo Testamento nos transmite la propuesta de Jesús, Dios de la
Vida, que llega a nosotros para enseñarnos el camino hacia el Reino. Retomando la tradición
profética de las enseñanzas del Antiguo Testamento, Jesús nos revela que el Reino es proyecto
de justicia y vida para todos los hombres. Esta es la voluntad de Dios y esta es su propuesta.
Para servir al Reino y colaborar en su construcción, Jesús nos invita a vivir el
mandamiento del amor. Este amor se concreta en la vida de todos los días en actitudes
compasivas y solidarias hacia los demás, en especial hacia los que sufren o están marginados de
la sociedad. Muchos textos bíblicos del Nuevo Testamento nos explican en qué consiste vivir el
amor, desde la mirada de Jesús:
"Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Como yo os he
amado. En esto reconocerán todos que son mis discípulos". Jn. 13, 34-35
"Si uno dice: «Yo amo a Dios», y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su
hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.
Pues este es el mandamiento que recibimos de él: el que ama a Dios, ame también a su
hermano." 1 Jn. 4, 20-21
En la sociedad del tiempo de Jesús existían muchos grupos sociales, religiosos,
políticos… Era común la ayuda mutua entre los miembros del grupo, pero la relación entre los
grupos no era tan sencilla ni abierta. Existían grupos considerados impuros, con los cuales no se
entraba en contacto. La solidaridad, como relación fraterna, de interés, cuidado y ayuda mutua
entre los integrantes del grupo, era muy fuerte. Pero también existía un egoísmo de grupo muy
acentuado, que llevaba a despreciar, muchas veces, a quienes no pertenecían al grupo de uno.
"Jesús contradice este valor social. Él salió fuera de su propio grupo religioso, social y
cultural, para abrazar a toda la raza humana como a sus hermanos y hermanas, como a sus
parientes y vecinos. El mandamiento del Antiguo Testamento de amar al prójimo había sido
interpretado siempre en el sentido de vivir en solidaridad con aquellos que estaban próximos, los
miembros del grupo social (ver Lev. 19, 16-18). Esto eventualmente llevó a la frase que no está
en la Biblia: «Ama a tu vecino y odia a tu enemigo». Jesús contradice esto con su buen conocido
mandamiento: «Ama a tus enemigos». Prójimo es cualquier otro ser humano, inclusive los de
fuera del grupo, los que son tus enemigos, que te odian, los que te ofenden (Lc. 6, 27-35). En
otras palabras, el valor para Jesús no es la solidaridad de grupo, sino la solidaridad humana.
Es esta lealtad básica con la raza humana la que hace de mí un cristiano, un seguidor de
Jesucristo, que se identificó con todos los seres humanos. «Todo lo que hiciere con el menor de
mis hermanos a mí lo haréis». Descubrir a Cristo o a Dios en otro ser humano es trascender todas
las otras cosas que yo puedo tener en común con aquella persona y experimentar muy simple y
profundamente la humanidad que tenemos en común. Esto es amor cristiano, compasión divina,
eso es lo que llevó al buen samaritano a hacer lo que hizo con un judío socialmente despreciado.
Todos somos hermanos y hermanas y Dios es nuestro Padre."
Para Jesús, el amor concreto pasa por la solidaridad con los que tenemos cerca, partiendo
de los que sufren y son excluidos de la sociedad. La prueba de nuestro amor a Dios y la adhesión
a su proyecto se verifica por la capacidad de ser solidario con los demás: compadecerse de su
situación y actuar para cambiarla.
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La parábola del buen samaritano nos enseña que el amor al prójimo parte de hacerse
próximo del que sufre. Dios quiere que seamos capaces de generar vida para todos.

 Desarrollo del encuentro:

1. Análisis de nuestra sociedad:

Repartir en el grupo diarios de las dos últimas semanas (es importante tener una buena
cantidad de diarios).
En parejas buscar situaciones que hablen de solidaridad. Recortar las noticias, titulares o
fotos y armar una pequeña cartelera por cada pareja (tiempo estimado: 15-20 minutos)
Compartir las carteleras.
Preguntar al grupo ¿qué experiencias solidarias conoces en tu colegio, barrio, ciudad?
Compartirlas muy brevemente.

2. La Palabra ilumina la vida:

La parábola del buen samaritano nos muestra el camino que propone Jesús para vivir el amor
concreto como solidaridad con los demás.

Se trabaja en grupos de 4 - 6 personas.

 Guía de trabajo grupal:

Lectura del texto: Lc. 10, 25-37

Después de la lectura se reconstruye, en forma oral, el texto entre todos los participantes.

¿Qué dice el texto?


¿Qué grupos sociales del tiempo de Jesús aparecen en este relato?
¿Qué sabemos de esos grupos sociales del tiempo de Jesús?
¿Quiénes eran los maestros de la ley, fariseos, sacerdotes, levitas, samaritanos?
¿Cuál es la pregunta original del maestro de la Ley?
¿Cómo es la respuesta de Jesús?
¿Cuál es la actitud de las distintas personas que se cruzan con la persona que ha sido despojada?
Observar los pasos y actitudes del samaritano. Hacer una lista de las acciones que realiza.

¿Qué significa ser prójimo para Jesús? ¿Por qué?


En nuestra sociedad, ¿quiénes podrían ser los personajes de la parábola?
¿En qué situaciones de hoy se plantean cosas parecidas a este relato?
Revisar los pasos y actitudes del samaritano y aplicarlas a las situaciones que hayamos señalado
en la pregunta anterior.
¿Qué nos enseña el texto sobre la solidaridad?

3. Oración y compromiso:

Compartimos la oración para poner en común todo lo que la reflexión sobre el texto bíblico ha
despertado en nosotros.

Cada integrante del grupo formula un compromiso en voz alta para vivir el mensaje que
encontramos en el texto.

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