La Terapia EMDR Con Niños en Tiempos Del COVID

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“La terapia EMDR con niños en tiempos del COVID-19”

https://www.anagomez.org/psychotherapy/

Antes de ofreceros los apuntes que tomé de la videoconferencia, os recuerdo que compartáis y difundáis el videocuento
creado por el niño Iván Delgado y la ilustradora Chus Santos, titulado: "El Dr. Chin-Chate contra el virus" Este niño ha
tenido la ingeniosa idea de hacer hablar al coronavirus, enfatizar el trabajo de los sanitarios y de los científicos para apoyar
la campaña "Quédate en casa" Es una ocasión privilegiada para poner en valor a la infancia y recordar los derechos
recogidos en la Convención de los Derechos del Niño.

También podéis descargaros AQUÍ el cuento en archivo pdf para que podáis leerlo e incluso colorearlo a vuestro gusto.

Ahora sí, a continuación, los apuntes.

Apuntes de la Introducción de Glenda

En primer lugar, intervino Glenda para darnos unas pinceladas sobre la terapia con niños por videoconferencia,
especialmente sobre cómo crear el espacio terapéutico, tener en cuenta las dificultades que pueden surgir con la conexión
por fallos en las redes de comunicación, estructura de la sesión y algunas otras cuestiones que hacen de la terapia on line
una modalidad diferente que también puede tener ventajas.

Cuando hacemos terapia on line (videoconferencia, teléfono…)

-Es posible que se congele la imagen o haya problemas con el sonido. Podemos perder la conexión tecnológicamente, pero
podemos explicar al niño que no por eso perdemos la conexión emocional, estamos ahí presentes. Glenda animó, durante
la videoconferencia, a que jugáramos a que nos congelamos, e incluso cortó deliberadamente el sonido (dejando un
intervalo de breve silencio para volver a restaurar la comunicación verbal) para que lo experimentáramos y a nuestra vez
jugáramos nosotros con el niño a lo mismo, cuando hagamos terapia por videoconferencia.

-Representar el espacio terapéutico: Es necesario animar al niño a elegir una sala, donde pueda hablar con comodidad y
privacidad. Personalizar el espacio, hacerlo propio, creando un área limitada, a veces con cosas sencillas como una mantita
que se trae y se usa para la creación del espacio y luego al terminar se guarda para cada sesión.

-Es muy importante la privacidad del niño, así como el consentimiento informado de los padres para la realización de la
terapia con este, como procedemos también en la terapia en consulta física, respetando y cumpliendo lo que contemple el
Código Deontológico de la profesión, así como la Ley de Protección de Datos.

-Es necesario prever rituales de inicio y fin de sesión, ayudan a la predecir y dan seguridad al niño.

-La mochila terapéutica, un kit que tanto Glenda como Ana María animan a los niños a que puedan disponer del mismo.
Son los materiales con los que podemos contar para una sesión y le pedimos al niño que recopile: manta, pinturas, papel,
muñequitos. La aplicación de videoconferencia Zoom cuenta con una pizarra.

Glenda a continuación abordó otros aspectos que son esenciales en las sesiones de terapia on line:
-El juego es vital para los niños. Nos ayuda a regularnos. Puede actuar subiendo o bajando los niveles de activación
psicofisiológica. Glenda habló de juegos que podemos hacer con los niños, adaptados al formato de videoconferencia, que
impliquen distintos niveles de movimiento, siempre que podamos. Indicó uno al alcance de todos los terapeutas, muy
divertido, al que denominó “entregar y recibir”: el terapeuta golpea la mesa y el niño responde. El niño dice una palabra o
un soniquete, el terapeuta le contesta. Esto ayuda a jugar y crea conexión entre el terapeuta y el menor de edad.

-Normalizar la terapia on line: Para ello necesitamos hablar con el niño sobre cuánto tiempo nos vamos a ver por este
medio, así podemos hacer de esta modalidad algo habitual durante este periodo de tiempo en la vida del niño. 

-Nuestro paciente: Tener en cuenta si es un niño al que ya veíamos y tratábamos con anterioridad o es un niño al que
atendemos por primera vez y le conocemos a él y a sus padres o cuidadores por videoconferencia. Esto es relevante porque
hemos de valorar cuánto tiempo de estabilización emocional y sintomática necesita antes de pasar a la fase de
procesamiento y tratamiento de los contenidos traumáticos.

-El apego es un marco teórico con el que siempre trabajamos en trauma, pues los niños están apegados a sus padres y la
función de este es encontrar la seguridad y la conexión emocional en estos. En tiempos de amenaza como lo son los del
COVID-19, el sistema de apego de los niños se activa y cuando más necesitamos a las figuras de apego es precisamente en
periodos de estrés, como los que estamos viviendo.

-A continuación, Glenda quiso remarcar que hemos de centrarnos en el estado emocional de los padres o cuidadores.
¿Cómo están los padres o cuidadores? Sobre todo, en aspectos que podemos dar por hecho están cubiertos -puede que no
sea así- y que son fundamentales para poder hacer una terapia con seguridad: ¿Tienen cubierta la alimentación? ¿Tienen
acceso a necesidades básicas como la higiene, la luz, el agua…?

-La terapia no puede centrarse -porque el formato de videoconferencia en principio no sería el más idóneo para trabajar a
un nivel profundo- en acceder a las memorias del trauma de cada niño que se asocien con el COVId-19, sino en
disparadores del presente relacionados con el virus. Pero tanto Glenda -como después Ana María Gómez- insistieron en
que como todo hay que estudiar cada caso y ser flexibles.

-Finalmente, entre las recomendaciones de Glenda para entregar a todas las personas es que hagamos ejercicio físico cada
hora, unos tres minutos.

Apuntes de la Conferencia de Ana María Gómez: “La terapia EMDR con niños como un arte en tiempos de crisis”

Ana Gómez comenzó su conferencia enfatizando que hacer terapia no es utilizar técnicas, según le convenga al terapeuta.
Tampoco es protocolizarlo todo, usar sólo los protocolos que existen en terapia EMDR.

Para Ana Gómez el niño es como un instrumento. Puso una fotografía de diversos instrumentos y comentó que no sabemos
qué instrumento elegirá el niño ni qué melodía interpretará con cada uno de ellos. Tenemos que estar muy atentos a ese
sentir del niño y a este estado emocional en el que nos lo encontraremos, su nivel de regulación. Para ello, es
imprescindible mirar todo el paisaje clínico del niño, y eso conlleva hacer toda la conceptualización de caso. Y, además,
valorar dónde se ha quedado cada niño (si trabajábamos antes con él en la consulta física) en el trabajo terapéutico. O si es
un niño con el que empezamos o estamos recién comenzados, ¿cómo está ese niño y qué melodía empieza a tocar? Para
ello hemos de preguntarnos como terapeutas: ¿Vamos a estabilizar a ese niño? ¿Vamos a continuar el re-procesamiento?
Esto último es relevante teniendo en cuenta el medio en el que estamos y las posibilidades que nos da, pero los límites que
también nos impone. Hemos de recordar, dijo Ana, que los niños saben mucho de internet.
El niño como un instrumento musical.
¿Qué melodia toca hoy?

Prosiguió Ana Gómez poniendo otra metáfora: qué ingredientes tengo y qué voy a cocinar. ¿Cuáles son los ingredientes en
el caso del niño? Los estados cognitivos, emocionales, conductuales y somáticos. 

Antes de entrar a abordar la preparación de una sesión on line, Ana Gómez quiso subrayar una palabra con la que quiso
que nos quedáramos: INTENCIÓN. ¿Qué de intencionales somos? La crisis nos lleva a no estar completamente presentes
por el estrés que genera en todos. Es necesario que estemos presentes momento a momento, hacerle sentir esto al niño.
¿Cómo? Sabiendo que la terapia involucra la mente del niño y del terapeuta. Los seres humanos podemos usar la
mentalización, la capacidad de observar la mente del niño y la nuestra propia y tratar de comprenderla en términos de
estados internos que subyacen a la conducta, pudiendo inferir los mismos. Es totalmente necesario que tengamos la mente
del niño en la nuestra. “Quédense con eso”, remarcó Ana Gómez: SER INTENCIONALES.

Preparación de la sesión

En este momento de la conferencia, Ana María repasó también todos los aspectos -que ya había abordado antes Glenda-
referidos al espacio, el medio, los materiales, posibilidades de movilidad del niño, los padres…

-Mapa físico: ¿Dónde tendrá lugar la sesión? ¿En qué espacio de la casa se llevará a cabo? ¿Es un lugar al que pueden
acceder otras personas, pueden entrar otros? ¿Tiene privacidad el niño? ¿Es un lugar apropiado? 

-Usará computadora, tableta o teléfono. 

-¿Cuánta movilidad tiene el niño para las actividades que se puedan planificar?

-Si los padres participan, preparar antes con ellos la sesión y aclarar cuál es el objetivo de la misma y de su participación.
Aclarar su rol en la sesión.

-Preparemos nuestro espacio como terapeutas: Nuestra propia casa (habilitar un lugar o una habitación desde la que nos
conectaremos e investirla como sala de terapia) Valorar nuestra propia movilidad. ¿Tenemos espacio para hacerlo?

-¿A qué materiales tiene acceso el niño? ¿Cuenta con Play-Doh, marcadores, papel, muñecos de peluche…?
-Hagamos un inventario con el niño: ¿Con qué cuenta? Hay hogares y niños que cuentan con pocos medios. El niño puede
decir que cuenta solo con una piedrita. Otros dirán que tienen un vaso, un cojín u otros objetos. Cosas simples. Lo que el
niño tenga, con eso hemos de trabajar. 

-La terapia virtual tiene retos, pero también tiene elementos positivos. Hay niños para los que su casa y su cuarto no es un
lugar seguro. Hemos de cerciorarnos mucho de la seguridad con la que cuenta un niño, tanto si vive con los padres como
con los cuidadores de un centro de menores. Y trabajar para lograr esta seguridad, imprescindible para poder hacer
terapia. 

¿Con qué contenido trabajamos a nivel terapéutico?

Disparador…………………………………………..> Eventos del presente que gatillan respuestas          emocionales, conductuales,


somáticas….

Experiencias recientes adversas/traumáticas ……………..> Acontecimientos sucedidos ahora o hace poco tiempo en relación
al COVID-19 que sean adversos o supongan trauma para el niño.

Eventos adversos/traumáticos del pasado……………….> No en pandemia 

Memorias de vínculos y del apego……………………………> No en pandemia

Aunque Ana María Gómez subrayó que no se debe ser rígido en cuanto a no trabajar a nivel más profundo con los eventos
traumáticos y las memorias del apego. Valorar cada caso, cada niño y cada familia.

Trabajando experiencias recientes relacionadas con el COVID-19

Portada del libro de Ana María Gómez,


muy útil aunque seas un profesional
que no trabajes con EMDR.

Una de las cuestiones relevantes es que las experiencias recientes pueden ser, como sabemos, una vía de entrada a
contenidos almacenados en la memoria. Así, una decisión es determinar si entramos en la memoria entera o en fragmentos
de memoria sólo. Para ello contamos con:

El protocolo de eventos recientes (cuya autora es Shapiro)

El protocolo grupal de Jarero.

Cuando entramos en la memoria entera, Ana María Gómez comentó que debemos decidir: (1) Si entramos en un
PROCESAMIENTO RESTRINGIDO, es decir aplicamos sólo EMD o EMDr. Cuando aplicamos EMD las tandas de estimulación
bilateral son más cortas y se regresa al target o blanco de una manera más seguida. No se trabaja demasiado con las redes
asociativas y no se llega a un SUD (Nivel de perturbación) de 0 (cero). También podemos usar un EMDr donde no hacemos
un gran EMDR, uno completo, sino mucho más reducido. O, (2) por el contrario, entramos en un PROCESAMIENTO
irrestricto donde aplicamos EMDR clásico.

La intención

Nuevamente Ana María Gómez volvió a incidir en la intención, en este caso para hacernos conscientes de cómo usamos la
terapia EMDR. ¿Vamos a usar con todos los mismos protocolos? La psicóloga experta en trauma y autora de  “La terapia
EMDR y abordajes complementarios” enfatizó que no se trata de eso, de usar sólo esos protocolos de procesamiento.
Estamos trabajando con niños que dependen de los cuidadores y del contexto en el que se desenvuelven, se relacionan y
conviven y por lo tanto, Ana María Gómez dijo que hemos de considerar estos aspectos, que son condiciones
imprescindibles de valorar en el trabajo terapéutico con niños:

SEGURIDAD: ¿Cuán seguro se siente el niño en su medio? Sin seguridad no se puede procesar ningún evento o experiencia
reciente en relación al COVID-19

TOLERANCIA AL AFECTO: La capacidad del niño de tolerar afecto positivo y negativo.

PROCESAMIENTO: ¿Está preparado para poder entrar en procesamiento o necesita una fase de estabilización más larga?

TRABAJO CON PADRES O CUIDADORES: Fundamental, hizo mención a los niños que conviven en los centros de menores,
pues hay que buscar el modo de crear la seguridad y de contar con los cuidadores.

La seguridad nos la da sentirnos conectados a otros. Ana María mencionó a Gabor Maté y su frase:  “La conexión es la
esencia de la seguridad” Es necesario que el niño reciba algo de conexión ahora, como capa protectora. Puso como
ejemplo la metáfora del accidente: si sufrimos un accidente con una moto pequeña, es probable que no tengamos capa
que nos proteja y suframos más daño. Si tenemos el accidente con un camión grande, tendremos más capa protectora al
ser más robusto y fuerte. 

Pues bien -continuó Ana María-, cuando el niño tiene esa capa protectora, este tiene más posibilidades de trabajar el
trauma. Hay que ayudarles a crearla. Y es en este momento de la ponencia cuando Ana María mencionó e incidió en que el
trabajo ha de ser SISTÉMICO, implicando a los padres o cuidadores. Hay que abordar los propios traumas de los padres o
cuidadores para que puedan segurizarse ellos y dar seguridad a sus hijos. 

Porque los niños -Ana María usó un esquema para explicar cómo funcionan los MIT (Modelos Internos de Trabajo)- tienen
una historia de interacción con los cuidadores que forman sistemas de memoria. Lo que ocurre en nuestras vidas ocurre
fisiológicamente en nosotros pues los componentes emocionales, conductuales y somáticos de las experiencias se
almacenan físicamente en las redes de memoria, en las neuronas y sus sinápsis, que son las que contienen la información.
Estos sistemas de memoria, los MIT son reguladores fisiológicos y como tal actúan e influyen en la  neurocepción del niño,
esto es, en qué medida un niño valora de manera automática cuanta seguridad le merece un lugar, persona, situación o
cuidador. 

Si es un niño con neurocepción de peligro, es un niño que va a entrar en la pandemia con estados desregulados de
hipoactivación e hiperactivación, alternantes, además. 

La conexión ha de ser con los padres o cuidadores. Por lo que, seguidamente, se detuvo en hablar de los mismos, dado su
rol insustituible para regular al niño. 

Trabajo con los padres o cuidadores del menor de edad

Los padres en esta crisis provocada por el COVID-19 soportan gran estrés. Sobre ellos recaen:

(1)   Las restricciones financieras (muchos pueden sufrir una importante crisis económica) y el desempleo.

(2)   El aislamiento social impuesto por el coronavirus, que activará redes de memoria y vínculo.

(3)  Los padres deben de desempeñar múltiples roles (cuidadores, maestros, enfermeros…)

(4)   Trabajar desde casa, lo cual los mantiene también con las preocupaciones o asuntos de su trabajo.

(5)   Salirse fuera del umbral de intimidad. Son personas, algunos padres, que no pueden soportar la intimidad. De la noche
a la mañana pasaron a convivir las 24 horas del día con su mujer y niños. Esto influirá en su ventana de tolerancia a las
emociones y se pueden desregular.

Ana Gómez sostiene que esto va a influir o incluso colapsar negativamente el sistema de cuidados de los padres. Si este no
funciona, el niño no se siente seguro. No habrá conexión emocional porque tendremos a los cuidadores completamente
estresados. Cuando estamos estresados, las redes de memoria que contienen información maladaptativa se activan.
Entonces se puede reactivar el trauma que no esté sanado en los cuidadores. Porque, recordó, no hay nadie que no tenga
ningún trauma. Los padres pueden presentar traumas más leves como más profundos que implican las memorias del
apego, los recuerdos que están codificados en las estructuras cerebrales responsables de la memoria que contienen la
información de cómo fuimos tratados por nuestros propios padres o cuidadores. 
Así podemos asistir a lo que ella denominó distintas “coreografías disfuncionales” Padres que utilizarán el grito o padres
que utilizarán el distanciamiento. Todo esto se va a exacerbar con la aparición del estrés asociado al COVID-19 y la
pandemia. Por eso hay un incremento significativo de violencia doméstica con abuso infantil. Todas las redes que contienen
información traumática de ahora y del presente se activan, especialmente como decimos, en los padres que presenten un
trauma más complejo.

Ana María Gómez distinguió diferentes perfiles de padres/madres:

Los PREOCUPADOS, categoría que se extrae de la AAI (Adult Attachment Interview – Entrevista de Apego Adulto, de
George y Main) Son cuidadores impredecibles y poco confiables. Son cuidadores intrusivos en el modo de relacionarse con
sus hijos. Cuidados que prodigan desde la ansiedad y desde la dificultad de diferenciar sus estados emocionales de los de
sus hijos. Son cuidadores intermitentes que a veces llenarán las necesidades de los niños, pero de un modo no contingente
a estos, sin preguntarse si eso es lo que necesitan (lo hacen desde su estado de mente) y otras no las satisfarán. Hay una
dificultad en ser predecible, mayor probabilidad de ser intrusivo. Hemos de trabajar con ellos para que sean más
predecibles y que tengan más contigencia en sus respuestas al niño.

Los DISTANCIANTES, categoría también contemplada en la AAI. Estos cuidadores -como los anteriores, por sus heridas
tempranas- son distantes emocionalmente. Ahora son forzados a estar en un apartamento pequeño con su pareja y los
niños cuando ellos mismos no pueden tolerar esa conexión ni la intimidad. 

Por eso la INTENCIONALIDAD -volvió a corroborar Ana María Gómez la importancia de esto- es tan importante. Este
cuidador necesita ayuda, el último para tolerar más conexión y el anterior para ser más predecible y alinearse con los
estados emocionales del niño. 

¿Qué ocurre cuando el sistema de cuidados de los padres es DESORGANIZADO? Hay una desorientación, confusión y
miedo en los niños. Hay una ruptura en la co-regulación. Los comportamientos de los padres también están desorganizados
y promueven el miedo o el terror. Los niños viven como en refugios, desconectados porque no pueden ni huir ni luchar
frente a esto. 

Cuando sobreviene el COVID-19 la familia que más será golpeada por su efecto es esta última, pues se ve seriamente
afectada con cualquier tipo de estrés. Aquí hay un sumatorio (el COVID-19 golpea donde ya había trauma y adversidad y un
sistema de cuidados desorganizado). Hay una desregulación severa previa a la pandemia, que va a verse muy afectada,
mucho más, con la presencia de esta.

El niño que convive en cada uno de estos sistemas de cuidado (preocupado, distanciante, desorganizado o seguro) posee
un MIT (Modelo Interno de Trabajo), concepto propuesto por Bowlby (1989), un esquema mental que contiene la
información almacenada en la memoria de los recuerdos en relación al tipo de apego desarrollado con cada cuidador
(preocupado, distanciante, desorganizado o seguro) Cuando hay estrés, como ahora con el COVID-19, afirmó Ana María
Gómez, cada niño tiene, cuenta, con una información previa sobre qué hacer en momentos de estrés y amenaza. Si hubo
un diálogo de seguridad entre ese niño y sus padres, en los momentos actuales ese niño va a ser más resiliente y va a
utilizar esos reguladores psicofisológicos que ya existen en su memoria por su historia de apego suficientemente segura
con sus padres o cuidadores. 

Cuando no hay reguladores fisiológicos (pues esta información está físicamente almacenada en las redes de memoria,
recordó Ana María Gómez) habrá una gran desregulación emocional y conductual en el niño, e incluso puede existir
tendencia alternante: momentos de hiperactivación con etapas de hipoactivación. En estas últimas es cuando se puede
llegar a la disociación porque se produce un colapsamiento y se activa la rama dorsal del nervio vago. 

Seguridad interna – externa – relacional – emocional

Por ello es tan importante la seguridad en el trabajo con estos niños. Seguridad, recordó, no es la ausencia de peligro. Es
necesario que exista conexión emocional con los padres o cuidadores. El niño puede tener una neurocepción de peligro,
aunque esté en ambiente seguro. 

Debemos de preguntarnos: "¿Qué tan seguro está el niño en su mundo externo?" "¿Qué tan seguro se siente él
internamente?" Y aquí propuso una actividad para ayudar al niño a expresar cuán seguro se siente. Le ofrecemos un
muñequito y le pedimos que coloree dicho muñequito. La cantidad que haga es la que indica la cantidad de seguridad
percibida: poca, media o mucha.

Seguridad relacional quiere decir ¿cómo es la relación del niño con sus cuidadores? Cuidadores estresados tienen redes de
memoria que contienen información de adversidad, trauma. No importa las buenas intenciones que estos padres o
cuidadores puedan tener, porque si entran en modo de supervivencia y de preservación no pueden responder a las
necesidades del niño de modo contingente. 

Y, finalmente, la seguridad emocional. ¿Tiene un medio, un canal para poder expresar las emociones y estas son validadas
por los padres o cuidadores?

Cómo funciona el sistema nervioso autónomo de los niños

El trauma impacta en el sistema nervioso autónomo. Aquí Ana María Gómez recordó las aportaciones de la teoría polivagal
aplicadas a los niños, de Porges (2011) Si existe mucho trauma, el Sistema Nervioso Autónomo puede desestabilizarse.

Así tenemos el Sistema Nervioso Autónomo SIMPÁTICO, que a los niños se lo explicamos con la imagen del TIGRE.

Tenemos el Sistema Nervioso Autónomo PARASIMÁTICO, que a los niños se lo explicamos como un RATONCITO. Nos puede
llevar al colapso.

Tenemos la rama VENTRAL DEL SISTEMA NERVIOSO PARASIMPÁTICO, que es la responsable de que podamos conectar con
los otros cuando se activa.

Ana María Gómez comentó que pueden existir “perfiles neurobiológicos”, pues los sistemas nerviosos de algunas personas
han podido ser moldeados por las experiencias traumáticas vividas, por la acumulación de las mismas, de tal forma que se
activa de una manera reactiva y automática. Hay que entender estos perfiles y saberlos explicar a los niños. 
Puso una imagen con tres cuadrados, uno de color azul, otro rojo y otro de color verde.

En el cuadrado AZUL, escribimos: CAMINO FRÍO: Representa la inmovilización y el derribo,


La desconexión y en casos más severos, la disociación.

En el cuadrado ROJO, escribimos: CAMINO CANDENTE: Representa la movilización, la agitación, sentirse abrumado e


inseguro.

En el camino VERDE, escribimos: CAMINO VERDE: Representa el compromiso, la conexión y el sentirse a salvo.

Junto con el niño (también para los padres) pensemos: "¿Qué te lleva al camino verde, al rojo y al azul?"

Aquí pueden surgir lo que en terapia EMDR llamamos target o blancos a procesar. 

En este punto, Ana María Gómez quiso recordar que los padres pueden necesitar a su propio terapeuta.

Tenemos que empezar por lo que nos lleva al camino verde.

Diádicamente vamos a tomar la ruta verde

Podemos mirar el color verde y juntos respirar. 

Podemos mirar el color verde y juntos tararear una canción.

Podemos mirar el color verde y juntos crear afirmaciones.

Técnicas

Tras esta mirada sistémica, necesaria, Ana María Gómez pasó a desarrollar las técnicas que pueden usarse con el niño para
ayudarle en la regulación. 
Cambio de estado

Los estados emocionales son propios, pero a los niños les cuesta por su edad poder regularlos, su ventana de tolerancia a
las emociones es más estrecha. Por ello, sabiendo además que la sanación se produce cuando el niño aprende afrontar lo
que le duele, es importante usar técnicas que le permitan no tener que contactar con todo el malestar siempre. Sólo
durante un tiempo. Hemos de decirles que las emociones son como mensajeros que nos comunican cosas importantes. Le
pedimos que se imagine que tiene una cucharilla y que sólo “coge” un poquito de su tristeza y está con ella un poco de
tiempo solamente. El mensaje es que puede visitar su tristeza, sobre todo si está con alguien al lado que me acompaña. 

Fisicalizar

Es una palabra inventada por Ana Gómez. Para ella es crear algo que existe dentro de su mundo físico. Esta es mi tristeza:
qué objeto la representaría, o cosa. Tamaño, forma, color que tiene… Si existe físicamente la puedo tocar, puedo hablar
con ella…

Grande y pequeño

Deja que el sentimiento se haga grande o se haga pequeño. Le decimos al niño:  “Busquemos algo en tu habitación que sea
grande como ese sentimiento que tienes. Vamos a buscar algo… ¿Lo tienes? Bien. Luego podemos buscar algo que
represente cómo ese sentimiento se hace pequeño.  Vamos a sentarnos con él y podemos establecer una conversación
preguntando sobre el mismo".

Compasión hacia nuestras propias emociones

La sanación no se da a través de golpearnos. Es importante enseñar al niño a restaurar la compasión. ¿Cómo le podemos
hablar de compasión? Le pedimos que con plastilina coja un trozo que sea AMARILLO, este es el AMOROSO. Y otro trozo
que sea VERDE, este es LA AMABILIDAD. Pues ya tenemos la compasión, le decimos al niño. Ser amables y amorosos con
nosotros, incluso con lo que no nos gusta de nosotros u odiamos. Muchos niños han estado solos y no han tenido a nadie
que les de compasión, que les enseñe a amarse y ser amables. No ha habido nadie en sus vidas. Y lo más duro de todo no
es tanto el trauma sino la soledad con el mismo. Experimentar el sufrimiento acompañado es una capa protectora. Estoy
contigo, aquí estoy. 

Para hacerlo aún más curioso, Ana María Gómez en sus sesiones lo hace de un modo entretenido y divertido. Varias veces
imita el sonido de una corneta ("¡Tatariiiiiiii!") y dice: “Momento de compasión” E invita al niño a darse amabilidad y amor.

Mis necesidades

Es una técnica para centrarse en cómo se satisfacen las necesidades del niño. Hemos de tener presente -y trabajarlo con los
padres también- que debajo de los comportamientos y emociones difíciles de manejar hay necesidades no
satisfechas. “Necesito que alguien me diga que soy amado”, por ejemplo. 

Lo que propuso es que los terapeutas planteen a los papás o cuidadores que creen rituales en el que todas las mañanas nos
reunamos y pongamos un rinconcito donde el niño escriba o ponga de alguna manera qué necesita. Es un modo de poder
darle un lugar a las necesidades del niño y lanzar el mensaje de que las vamos a atender. Una variante puede ser el muro
de las necesidades, donde estas se escriben o dibujan. Y otra técnica similar es el boletín de mis necesidades, como un
tablón de anuncios. E incluso crear un arbolito con ramas donde el niño coloque tarjetas que expresan o comunican estas
necesidades. Ana María Gómez mencionó a la psicóloga argentina Paula Moreno como una referencia en el uso de esta
técnica.

Respiración de color

Técnica que Ana María Gómez viene usando desde el año 2008. Se le propone al niño con una caja de pinturas abierta, que
juegue con cada color y practique respirando aire de cada color. Invitamos al niño a notar la diferencia.  "¿Cómo le hace
saber el cuerpo con qué color se siente mejor?" Le pedimos que elija el color que le traiga los sentimientos más cómodos.
Entonces le solicitamos que juegue a llenar el cuerpo de este color. Si elige el rosa, a medida que, por ejemplo, respira, le
pedimos que respire más y más hasta que el niño esté bien lleno de aire de color rosadito. Luego, le pedimos que elija un
color que le haga sentir mal o incómodo. Por ejemplo, el gris. Entonces, puede expirar y sacar el gris, hasta vaciar todo su
cuerpo de este malestar. Y a la vez, lo llena respirando, por ejemplo, el rosadito, que le hace sentir bien.

Cajita de ayudantes para el coronavirus

La psicóloga y experta en EMDR niños y adolescentes nos invitó a que animemos al niño a crear su cajita de ayudantes para
el coronavirus, para poder afrontarlo. Puede contener:

Lugar feliz o seguro.

Canción o tarareo.

Un baile

Estación del año favorita

Color favorito

Respiración de colores

Si tiene mascota, un animal que le acompaña

La canción del corazón


Ana María Gómez concluyó el taller proponiendo a todos los terapeutas que en la tarde-noche del domingo 12 de abril de
2020 hiciésemos al unísono el ejercicio "la canción del corazón". Espero recordarlo bien porque me metí tanto en ello que
oía la voz de Ana María, pero la mente ya me llevaba a la conexión con la persona que perdí y a la que echo de menos. Se
propone cuando alguien ha muerto, un ser querido para el niño. Sabemos que en esta pandemia de coronavirus está
muriendo mucha gente y que además muchas pueden hacerlo solas. Para el niño saber que alguien murió solo es doloroso.
El objetivo de la técnica es ayudar a que el niño sienta la conexión con ese ser querido. Es una visualización. Le pedimos
que dirija su mente hacia su corazón y desde ahí que imagine que hace un viaje. Sale por la habitación… la calle… circula
por las aceras conocidas… su barrio… en un momento determinado sube por el cielo…sube más y más y llega hasta el
espacio donde están las estrellas… y se siente en conexión con la persona que extraña porque los corazones de ambos se
unen… Y puede, durante el tiempo que él desee, verse, tocarse, sentirse… sentirse unidos afectivamente. 

Lo importante es que el niño sienta que estamos siempre conectados con las personas que extrañamos.

Agradezco en nombre de todos/as y en especial de la RED APEGA DE PROFESIONALES, PUES ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE
DICHA RED, la formación que generosamente Ana María Gómez impartió el 12 de abril de 2020 vía videoconferencia
donde -y esto es opinión personal- ella presentó EMDR como una terapia a integrar dentro de un modelo sistémico, con
una mirada mucho más amplia, algo imprescindible en terapia infantil. Sus propuestas las veo compatibles con nuestro
modelo de traumaterapia infanto-juvenil sistémica. También le agradezco su generosidad al darme permiso para publicar
en el blog mis apuntes sobre su conferencia.

NOTA importante: La terapia EMDR sólo puede ser aplicada por profesionales psicólogos o psiquiatras formados en la
misma.

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