Clanbook Tzimisce

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Clanbook

TZIMISCE
Famosos por su maldad. Entre sus miembros más
notables está Vlad Tepes, que se separó del clan y la secta.
Celebre por su crueldad, ese rasgo es el más habitual del clan.

Durante siglos se extendieron por las regiones bálticas


estableciendo una gran base de poder, hasta que los Tremere,
por entonces, un grupo de magos, llegaron a lo que hoy es
Bulgaria. Al final, algunos Tremere capturaron a algunos
Tzimisce y pudieron extraerles la esencia de su inmortalidad.
Algunos Tzimisce dicen que ese fue el comienzo de los
Tremere como clan vampírico.

Otro grupo de magos, conocido como Casa Tytalus, trató


de destruir a los Tremere. Los Tytalus fueron derrotados y los
primeros esfuerzos de la Inquisición limitaron sus actividades
más aún. Los Tzimisce también habían sufrido a manos de los
Tremere cuando estalló la guerra entre los magos. Entonces,
deseando vengarse, ofrecieron su apoyo a los Tytalus a
cambio de que ningún mago volviese a invadir el territorio
del clan. Esta alianza inestable duró muchos años, incluso
después de que pasase la necesidad de conjurarse. Esa alianza
nunca llamó la atención y duró mucho. De hecho aún hay
contactos con magos, que los Tzimisce mantienen en secreto.

Los anarcas del clan se esforzaron mucho en acabar con


sus antiguos, pero renunciaron a seguir tratando de destruir a
los pocos que quedaron. Estos viven como Inconnu en
Bulgaria, Rumania, Austria y Hungría, sentados en sus
mansiones. Han acumulado tanto poder mágico que no temen
a su clan y menos a la Camarilla.
Tienen muchos aprecio por el aprendizaje y son muy
educados. Tratan de comprender la magia tanto como la
ciencia, pero no han alcanzado el nivel de los Tremere. Si
bien son inhumanos, no lo exteriorizan tanto como los
Toreador antitribu. La mayoría son ásperos y serios,
conocidos por su falta de sentido del humor (o por su sentido
del humor retorcido, en el mejor caso). También son
conocidos por lo mucho que valoran su intimidad. Es el
segundo clan más poderoso y numeroso del Sabbat, los
Lasombra les ganan en las dos categorías. Pero el clan es una
fuerza impulsora que está detrás de la ideologías, metas y
planificación de la secta. Parecen alegrarse de que los
Lasombra tomen la delantera a la hora de ejecutar los planes
del Sabbat.

Apodo: Demonios.

Apariencia: Tienden a vestirse de forma anticuada. La


mayoría, jóvenes y viejos, se visten con ropas populares hace
100 años. Les gustan las ropas de color negro liso, con
algunos detalles en blanco. Tienden a parecerse a los
vampiros tradicionales de las leyendas.

Refugio: Mantienen mansiones lujosas, lejos de ojos


mortales. Puede que se queden en refugios comunales breves
periodos, pero no les gustan. Ser invitado al refugio de un
Tzimisce es un gran honor, que sólo se concede a los
camaradas más íntimos. Si alguien entra sin ser invitado,
incurrirá en la ira del vampiro. Si se es invitado, el Tzimisce
asumirá la responsabilidad de mantenerle y protegerle.

Trasfondo: Escogen a reclutas inteligentes y bien


educados, de edades entre 30 y 40 años. La mayoría proviene
de campos como la medicina, ciencia, universidad y teología,
sin embargo algunos son escogidos entre los lunáticos. En
tiempos de paz intiman con ellos para asegurarse que serán
compañeros interesantes durante siglos. Es importante porque
los Sires mantienen una estrecha relación con sus neonatos.
Durante la Yihad, suelen escoger estudiantes universitarios y
a profesionales como médicos o abogados.

Creación: La mayoría tienen conceptos diletantes o


profesionales. Mentales y Conocimientos. Naturaleza y
Conducta similares, pero no iguales. Trasfondos habituales
son Contactos, Mentor, Posición en el Sabbat y Recursos.

Disciplinas: Animalismo, Auspex, Vicisitud.

Debilidad: Debido a la Vicisitud, están en un estado de


cambio físico por ello su corazón ansía estabilidad y cada vez
que duermen deben hacerlo rodeados de, al menos, dos
puñados de tierra procedente de una región que fuera
importante para ellos cuando era mortal (su tierra natal o el
cementerio donde pasaron sus Ritos normalmente). Si no lo
hacen no podrán descansar y cada 24 horas perderán la mitad
de todas sus Reservas hasta que descansen. Muchos tienen
varios refugios con la tierra necesaria.

Sendas preferidas: La mayoría siguen la de la Muerte y


el Alma o la de Caín. Se sabe que otros siguen la del Acuerdo
Honorable.

Organización: Están muy unidos pero sobre todo son


leales al Sabbat. Celebran reuniones anuales. A diferencia de
muchos clanes de la secta, respetan mucho a sus antiguos. Sin
embargo, los que se muestren inadecuados serán eliminados
por el bien de la secta. El líder ostenta el título de Vaivoda y
puede promulgar decretos que siguen todos los Tzimisce.
Sólo los Vaivodas insensatos abusan de este poder, ya que el
clan podría eliminar a cualquier líder que ponga en peligro al
Sabbat o comprometa el poder del clan.

Obtención de Prestigio: El protocolo para obtenerlo es


extremadamente complejo. Se consigue manteniendo la buena
reputación del clan, demostrando controlar a los demás y
apoyando el papel conservador y de liderazgo que desempeña
el clan en los asuntos de la secta. También debe tenerse en
cuanta que esta secta nunca concede Prestigio a los
insensatos, rebeldes o desagradables. La sutileza tiene mucha
importancia en este clan.

Cita: Los que poseen el verdadero poder rara vez


necesitan usarlo. Hay muchos de nosotros que no conoces y
nunca conocerás.

DEMONIOS ENTRE NOSOTROS.


Soy viejo, y la masa apergaminada que está a mis pies
era más vieja aún. Mi corazón muerto late en crescendo, por
el botín de la venganza. Ahora entiendo porqué los vampiros
antiguos llamaban a este momento el Amaranto, como la roja
flor que florece dentro de mi. Tengo que concentrarme para
poder recordar, porque la esencia de mi Sire vencido aúlla y
golpea en mis venas. El cisma de la secta, siglos de odio, todo
ello largamente olvidado. Yo soy ella, ella es yo. Somos
Tzimisce, y todo lo que voy a escribir ahora es sobre mi clan,
mientras panoramas de siglos muertos y lugares largamente
olvidados y seres que son polvo revolotean como polillas en
mi cráneo. Así lo dicta el camino de Caín.

Mi más íntimo ser ronronea de contento mientras miro


desde estas alturas los bosques amenazadores, riscos
prominentes y arroyos hoscos de mi ancestral línea. Aunque
hemos ido lejos, plantando raíces aquí y allá, es en estas
tierras, llamadas por los humanos Cárpatos, donde las
antiguas semillas de nuestra línea brotaron. Los humanos
habían iniciado sus civilizaciones en el sur castigado por el
sol, en el Valle del Rift, entre el Tigris y el Eúfrates y entre el
lodo del Nilo. Pero no somos humanos y nuestra civilización
tampoco. Aparecimos en el norte, entre estos valle brumosos
cubiertos de pinos y aquí fue Abrazado nuestro progenitor.

El Antediluviano Tzimisce fue el más grande de todos


los vampiros, más que Caín, porque fue el único que tuvo un
don especial: lo que Tytalus llamó un avatar Despertado. Fue
esta mezcla lo que hizo que fomentara nuestra Metamorfosis:
no sólo Ascender, sino Trascender, no sólo imitar a Caín, sino
sobrepasarle. No vivió en las ciudades de Caín, volvió a las
tierras al lado de su amado Danubio, donde estableció su
Dominio. Los otros crecieron envidiando su don. Viendo su
unión con la tierra, pensaron que eso era lo que le daba a él y
su progenie la magia, codiciándola y empezaron, celosos, a
hablar de sucios pactos y cosas llamadas Comealmas. Pero
estas cosas son simples mitos y mentiras de la peor calaña.
Incluso el Anciano es un mito lejano, incluso en los recuerdos
más tempranos de mi Sire, aunque yo le vi morir... pero ya
hablaremos de ellos después.

Vivimos, cazamos y lanzamos nuestros conjuros sobre


los Ilirios, Tracios y otros habitantes de los Balcanes, el
Báltico y Rusia. La tribu llamada Eslavos comenzaron a
llamarnos, con temor koldun (magos). Es verdad que
aparecíamos como magos y deidades para las primeras tribus,
ayudándoles a cambio de tributos y sacrificios, y castigando
con desfiguraciones a aquellos que considerábamos intrusos,
molestos o insolentes. Pero no vivimos entre ellos, ni nos
congregamos nosotros. Vivíamos aparte, cada uno en su
dominio salvaje. Los límites de nuestras tierras eran marcados
con los cráneos, huesos y tendones de nuestras víctimas,
como señal de muerte para el que los traspasara sin invitación.

Pero no éramos los únicos cazadores de la oscuridad.


Entramos en conflicto con un poderoso ser llamada Baba
Yaga, posiblemente un vampiro, una maga caníbal u otra
cosa. También estaban los negros hombres lobo,
autoproclamados Señores de las Sombras.

Unos pocos antiguos pródigos renunciaron al camino de


la Metamorfosis, viéndolo como una maldición. Estos pocos
llamados "Puro Clan" o "Viejo Clan", también lucharon
contra nosotros. Pero nuestros peores enemigos fueron los
vampiros de otras líneas. No supieron mantenerse en sus
extensiones y desearon la nuestras, desde tiempo inmemorial.
Pero conocíamos secretos mágicos y éramos poderosos en la
guerra. Creamos szlachta de todas formas y tamaños y los
enviamos por Europa para hostigar a nuestros enemigos y los
humanos hablaron de ogros y goblins. Hicimos grandes vozhd
en las llanuras Tracias y los enviamos contra nuestros
enemigos vampíricos, y con razón hablaron los Helenos que
sus dioses habían sido agredidos por gigantes de cien brazos.
No pudiendo resistirnos, volvieron a sus penínsulas con el
rabo entre las piernas.

Amargo fue su rencor, duradero su recuerdo. Como no


les permitimos en nuestras tierras, las codiciaron más, sólo
como un vampiro lo puede hacer. Y como estábamos a gusto
aquí, fallamos en vigilarles cuando sus ciudades-estado se
convirtieron en repúblicas e imperios. Las legiones de Trajano
hicieron brecha en nuestro territorio y desde entonces una
parte de nuestro reino recibió el odioso nombre de Rumania.
Con los ejércitos vinieron sus secretos, nocturnos generales,
Ventrue, Malkavian, Lasombra.

El Lasombra parecía en particular una de las muchas


encarnaciones de Chernobog, un codicioso dios de la
oscuridad que intentaba devorarnos a todos. El progenitor
Lasombra en sí mismo, era temerario y le gustaba la guerra,
acompañando a sus armadas y trayendo gran destrucción
sobre nuestros rebaños. En nuestra rabia, le maldecimos, y
eso le dio un fruto amargo en noches posteriores.

Lanzamos otras magias contra Roma y sus vampiros.


Conjuros de discordia y dolor que enfrentaron a unos Cainitas
con otros. Los Ventrue lucharon contra los Malkavian, los
Toreador contra los Lasombra. Habían pasado siglos, pero
éramos pacientes y no olvidábamos. Cuando el imperio se
debilitó llegamos con los bárbaros del norte, Godos,
Vándalos, Hunos. Los bárbaros rugieron por las calles de
Roma, y el Tíber bajó rojo con la sangre de la vitae de los una
vez orgullosos invasores. Así se vengó nuestro clan.
Los años que siguieron fueron conocidos como la Edad
Oscura, y lo fue, pero ¿no somos los vampiros criaturas de la
oscuridad?. La orgullosa hegemonía de Roma se convirtió en
un mosaico de chozas y empalizadas. Caminamos como
quisimos entrando a placer en las casuchas de los campesinos
y Besándoles o llevándolos para beber después. Incluso los
llamados invasores, Hunos, Magiares, Búlgaros, pasaron por
nuestras tierras como el placton por los dientes de una
ballena. Nuestras necesidades estaban saciadas así que nos
centramos en nuestro destino.

Mientras para los Recipientes y los que dependían de


ellos fue una época de caos e ignorancia, para nosotros fue
una dorada era de progreso e investigación. Algunos de los
nuestros vieron las cúpulas bizantinas brotar como hongos en
el podrido cadáver romano como una amenaza y fueron al sur
a combatirlas, encontrándose con el Inconnu. Nuestros
hermanos del norte vieron la amenaza en Carlomagno y sus
garrapatas Ventrue. Decidimos crear nuestros propios
vasallos. Tomando los séptimos hijos más prometedores de
los linajes humanos, creamos nuestra primera familia ghoul.
Se mostraron como grandes útiles, y nos permitieron extender
la sombra sobre los humanos hasta el mediodía.

Nuestra lucha en el Este finalizó con un gran triunfo


cuando enredamos a los Lupinos para luchar contra Baba
Yaga. Acabaron con la bruja y sus secuaces pero ellos
mismos fueron diezmados. El año siguiente, 983 en el
calendario del Dios Clavado de los recipientes, instigamos la
revolución de los Eslavos contra los invasores teutones y la
invasión que los Ventrue habían preparado. En venganza,
avanzamos nuestras fronteras y los habitantes de Bavaria y
Brocken aprendieron a temer a la oscuridad. ¿Y después?
¿Has visto las películas? Los Ventrue y Lasombra
fanfarroneaban de su poder, pero ¿quiénes tenían un legado
de siglos de terror?

Mientras ellos vivían en cuevas y cazaban lecheras y


cabreros, nosotros vivíamos en castillos. Los estados estaban
gobernados por nuestros Senescales ghoul, aunque la plebe
sabía bien a quien servían. Dormíamos en nuestro sepulcros y
por la noche cazábamos en los cruces de caminos. Nuestro
paso era silencioso, mientras los humanos temblaban hasta la
médula, se amontonaban en sus jergones, se colgaban sus
ridículos ajos y comenzaban a hacer sus gestos y rezos
inútiles esperando que el vampyr no viniera a por ellos esa
noche. Los otros comenzaron a llamarnos demonios. Los
humanos temerosos, nos enviaban a sus doncellas, y así
nuestra línea se complació. Sentados en sus salones, saciados
y sin tener que moverse, empezaron a pensar en los desaires y
victorias del pasado, pero muchas habían sido olvidadas.

Tan aletargados se volvieron que la mínima tarea de


gobernar se les hacía onerosa. Empezaron a dejar sus
responsabilidades en manos de sus ghouls y empezaron a
procrear en demasía. Pronto, las progenies empezaron a
luchar por las villas. Inevitablemente, los Dominios fueron
violados. Los enfurecidos Antiguos enviaban a sus hijos a la
lucha. Los feudos cayeron y los vampiros fueron hechos
ceniza. Los Antiguos sabían que tenían atados a sus jóvenes
con cadenas más fuertes que el hierro. Lo se bien, porque soy
de aquella generación infeliz. Pero la disensión tuvo más
costes.

Como gotas, los invasores fueron entrando en nuestra


tierra. Entre los indeseados inmigrantes llegó un grupo que se
convirtió en nuestros peores enemigos. Cuando descubrimos
un puñado de magos, llamados Tremere, que robaban la
esencia de nuestra tierra nos enfadamos. Cuando supimos que
habían secuestrado a uno de nuestro antiguos nos
enfurecimos. Cuando descubrimos que su propósito era ser
como nosotros, nuestra furia no conoció límites. Comenzó
una gran guerra que sólo acabará cuando el último esos brujos
sea dolorosamente aplastado por nosotros.

Aunque nuestro antiguos podían haberlos aplastado, no


lo hicieron porque habían olvidado mucho de su antigua
magia. Los Tremere, con el vis robado, eran fuertes.
Combatieron nuestros hechizos con conjuros y nuestras
formas zulo con unas creaciones monstruosas: Gárgolas.
Mientras los Tremere crecían, nuestros ancianos se
refugiaron. Aunque luchamos valientemente, nuestras
desunidas filas fueron destruidas y nuestro clan fue
declinando. Nuestros ancianos se guardaron,
abandonándonos. Sólo era el presagio de la tragedia que se
avecinaba. Fuimos aplastados por las Gárgolas e invadidos.

Enrabietados por los Ventrue, los germanos cruzaron


nuestra frontera occidental. Del este vinieron los Mongoles y
sus seguidores Gangrel y el gran Kiev fue reducido a una
ciudad fantasma con las calles cubiertas de cráneos. Lo peor
de todo fue que del norte descendieron los Teutones que
aplastaban el paganismo con el peso de su cruz. Tribu tras
tribu renunciaron a Kupala, Svarog y Byelobog, suplicando a
los invasores que les libraran de los demonios. Mansión tras
mansión fue derruida, Tzimisce tras Tzimisce desenterrado y
quemado. Fuimos a nuestros antiguos a pedirles ayuda, pero
no lo hicieron. Nuestros poderosos Sires se escondieron en
sus refugios mientras sus rebaños e hijos morían en la noche.
Seguros de nuestros Vínculos nos enviaron a defender sus
posesiones. Y así morimos bajo garras, hechizos, estacas,
fuego y cruz. Y poco a poco, la serpiente que nuestros Sires
habían envuelto sobre nuestros corazones se fue
desenrrollando.

Fue en la Noche de Kupala, la noche de la inmemorial


santidad, cuando se hizo la proeza. La invitación recorrió las
tierras: Velya, Lugoj y los demás convocaron a los jóvenes
del clan a una gran festividad. Nuestro sires, quitándole
importancia nos lo permitieron. Fui con el resto a un profundo
lugar de los Cárpatos. Allí de espalda a una hoguera y con
tres altares de sacrificios permanecía Lugoj. Estaba en forma
zulo y algo rojo reluciente descansaba sobre sus extendidas
garras. Y aunque temía al fuego, me vi impulsado a
acercarme. "Esto -gruñó- es la sagrada flor de Kupala. La he
buscado durante largo tiempo a través de muchos peligros. Al
fin lo encontré en un lugar sagrado de los Lupinos. ¿Alguien
recuerda lo que dice la leyenda?"

Una voz temblorosa- ¿Ruthven? - habló desde el fondo


de la reunión: "Dice que tiene el poder de atar demonios..."
"O, esta noche, ¡liberarlos! -finalizó Lugoj- Velya y yo hemos
estudiado largamente el Vínculo. Con la ayuda de Kupala
podremos romper las cadenas de nuestros Antiguos,
permaneced con nosotros o id hacia las piras del Dios
Crucificado".

Hubo silencio, pero poco a poco una voz tras otra


asintieron. Ninguno se sometería a las cadenas de los
ancianos. Lugoj se rió y la flor brilló como las estrellas que
explotan en la noche. "Primero -gritó- debemos purgarnos del
miedo." Se bañó en la sangre de los humanos y saltó el fuego.
Todos le seguimos. Esa noche se promulgó el primer Autoris
Ritae y nació el Sabbat. Esa noche nuestros corazones
retornaron a nosotros. Se acercó el amanecer, pero no
volvimos a las criptas de los antiguos, dormimos en
cementerios y cuevas, en el seno de la húmeda madre tierra.

Nuestros sires pronto tuvieron noticias de nuestra


ausencia y la guerra comenzó pronto. Tomaron mil formas
para asustarnos e invocaron mil maldiciones para
acobardarnos, pero habíamos saltado el fuego y no teníamos
miedo. Acabamos con sus szlachta. Algunos se sometieron y
les permitimos unírsenos, pero para que no nos traicionaran
les dimos una mezcla de nuestra sangre.

En otros sitios, otros vampiros siguieron nuestro


ejemplo. Los Brujah, siempre dispuestos a la furia se
levantaron en el oeste, llamándose Anarcas. Del Este los
Assamitas barrieron las filas de los Antiguos europeos. Y en
el sur, la maldición surtió efecto: los glotones Lasombra
conocieron la Muerte Final a manos de su progenie.

Finalmente, una noche sin luna, con estrellas formando


extraños signos y los cometas trazando cifras de mal agüero,
acabamos con nuestro progenitor. Sus defensores eran fuertes,
pero les vencimos gracias a la sangre que habíamos tomado.
Cuando acabamos, estábamos cubiertos hasta los tobillos de
carne, sangre y hueso. El poderoso Lugoj desenterró a nuestro
Progenitor del Letargo. El Anciano, estaba débil como un
niño. Le llevó toda una hora vaciarlo.

El legado del clan fue así reclamado, y el mismo Lugoj


entró en Letargo prometiéndonos volver en la Ultima Noche.
Cuando hablé la última vez de esto con el viejo Ruthven en
NY, se mostró reticente y ansioso, siempre fue un canalla
débil.

Los otros Antediluvianos reaccionaron con rapidez a la


destrucción de dos de los suyos. Desplegaron a sus peones y
siete de los grandes clanes se unieron en la siete veces maldita
Camarilla. Imagina. Vampiros, señores de la tierra, formando
un fuero con leyes como una compañía mercantil. Pero esta
nunca vista alianza se mostró terriblemente efectiva. Muchos
Anarcas fueron metidos en cintura y los Assamitas fueron
devueltos al desierto con el rabo entre las piernas.

Para nosotros y los Lasombra, rendirse no era una


opción. Habíamos cometido en último crimen y además no
teníamos estómago para rendirnos a los Tremere. Nos unimos
con ellos y los anarcas Malkavian seguidores de Vasantasena.
Los lacayos de los ancianos tenían su secta, nosotros
tendríamos la nuestra.

Atándonos a través de la Vaulderie, juramos aceptar la


Muerte Definitiva antes de entrar mansamente en su redil.
Nos refugiamos en los bosques y para despistar a las tropas de
la Camarilla arrasamos villas enteras y creamos vampiros. La
mayoría murieron, pero los más fuertes se unieron a nuestras
filas. Nos desfiguramos y a nuestros esclavos, para fortalecer
nuestro coraje nos obligamos a cruzar el fuego una y otra vez.
Los aterrorizados campesinos, viendo nuestros Ritae nos
llamaron Sabbat, porque creían que éramos un grupo de
brujas y demonios divirtiéndose ruidosamente sobre la tierra.
La verdad no era muy distinta.

Luchamos duramente, pero en el Renacimiento dejaron


de luchar honorablemente llamando a los humanos a la guerra
por sus "naciones-estado". No temíamos a los humanos, pero
sí a sus armas. El que llamó a las armas de fuego "el gran
igualador" dijo una gran verdad. Nuestros szlachta cayeron
bajo los disparos, yo mismo recuerdo mi primera experiencia
con un trabuco.

Ni en nuestra tierra conocimos la paz, porque otra plaga


la había contaminado, los Turcos. Los otomanos encontraron
más llevadera la luna que la cruz. Entre ellos venían los
ghouls Assamitas. No es necesario añadir que en esta época
apareció el azote de nuestro clan: el Dragón, autoproclamado
Príncipe de la Oscuridad. Vlad Drácula. ¡Que mil demonios
asen su negra alma! Y mientras nosotros nos habíamos
concentrado en nuestra apoteosis, la Camarilla trabajo con
seguridad entre el mundo de los mortales.

Si su Edad Oscura nos trajo nuestro apogeo, su Era de la


Iluminación nos trajo la oscuridad. La rastrera lameculos
Camarilla potenció su Mascarada, el mejor modo de atraer a
nosotros la ira de los rebaños. Los pocos Cainitas que se
atrevieron a mostrar con orgullo su linaje, fueron cazados
como animales. En el siglo 19 éramos considerados simples
mitos supersticiosos. Pero aún controlábamos a nuestros
ghouls y a través de ellos a las casas nobles. En nuestras
tierras los humanos aún eran nuestros siervos, como era su
deber, hasta el año 1850.

Nuestras batallas se hicieron más defensivas porque


teníamos que luchar contra la Camarilla y con los pocos
antiguos de nuestro clan que no habíamos acertado a destruir.
Finalmente, los últimos de nuestro clan se rindieron dejando
los Balcanes a su destino, cruzando el Atlántico entre hordas
de inmigrantes eslavos. Yo mismo actué de enlace entre el
Viejo Mundo y el Nuevo.

Nos fue mejor de lo que nos imaginamos. ¿Qué mejor


lugar para nuestra Metamorfosis que una gran colmena? En
esos edificios sucios por el humo, habitaban multitudes y no
se tenían noticias de la llegada de un inmigrante solitario, o la
consecuente desaparición de otros. Después la sangre de los
niños medio muertos por trabajar 14 horas nos inducía un
cierto letargo agradable y si uno no tenía cuidado, las
máquinas siempre podían deshacerse de evidencias
indeseables.

En nuestro orgullo desmesurado hicimos un último


intento de recuperar nuestras tierras. El Archiduque cayó y
también innumerables más en las Ardenas y Verdun (recuerdo
los festines en las trincheras llenas de gas). La represalia fue
rápida: las últimas marionetas Tzimisce de Rusia fueron
destruidas en una revolución inspirada por los Brujah.

En la siguientes décadas la Camarilla volvió a la guerra


de guerrillas. En América muchos inocentes fueron colgados
acusados de ser anarquistas bolcheviques. Una nueva raza de
cazadores de brujas apareció usando la ciencia contra
nosotros. Y después el mundo se deleitó con un hombrecito
divertido con un divertido mostachito. ¿Quién o qué fue
responsable de Der Führer? Nosotros no y olvida las
acusaciones Brujah de que fueron los Ventrue. A falta de
otras evidencias creo que fue un siervo de su propia locura o
bien una broma Malkavian que se les escapó de las manos.

Irónicamente, entre todo aquello, aunque fuimos


expulsados de nuestros refugios se encontró la Pax
Vampírica. Me refiero a los campos de concentración. Estos
Xanadus en la tierra eran una mezcla de refugio y oasis. Las
diferencias de clan o secta eran olvidadas. Como un león bebe
en el estanque junto al antílope y al ñu, así lo hicimos Ventrue
y Tzimisce, Ravnos y Gangrel, Brujah y Nosferatu y el
Inconnu, aunque ahora lo nieguen. Yo mismo me cebé en
Auschwitz. Que extraño que unas criaturas tan maltratadas
tengan aún tanta sangre en su cuerpo. Que irónico que los
hornos crematorios sirvieran para ocultar las evidencias de
mis comidas con una prestancia y eficiencia igual que
cualquier Mascarada. ¡Y que tipos! Mengele, el cerdo
pomposo. Separaba a los deformes para manipularlos
genéticamente. Yo también manipulé a algunos tras
hipnotizarles para que no chillaran. Grandes avances se
alcanzaron.

Mi único pesar fue no poder pagar a los nazis con la


misma moneda. Ellos que ensuciaron mi tierra con sus botas,
mis rebaños con su alambre de espinos y mis oídos con su
ignorancia. Personalmente encontré la sangre SS igual de
dulce que la de sus prisioneros, y chillaban igual de alto...
Pero todo lo bueno se acaba y el Tercer Reich se cayó, las
marionetas de los Idealistas Brujah arrollaron mi tierra natal
con sus tanques y me vi obligado a buscar climas más
apacibles. La tristeza de ver mi tierra violada se alivió en
parte al ver que los antiguos de mi clan y los Señores de las
Sombras tuvieron que huir ante el avance soviético.

La postguerra fue, para mi mente, un tiempo de


consolidación y estancamiento. Pocos Antiguos Tzimisce
sobrevivieron a la 2GM y sus consecuencias. Tengo
entendido que se han unido en algo que llaman la Liga de
Oradea. Bien, tras esta noche la liga tiene un miembro menos.
Nuestra secta ha ganado mucho en la era moderna. La ciencia
nos ha ayudado y hemos vuelto las armas de la Camarilla
contra sus amos. Hemos combinado las viejas artes con la
ciencia moderna para producir las armas más virulentas que el
mundo ha visto. Ahora somos capaces de crear ghouls
especializados a nivel de virus o bacterias. Nuestra
Inquisición busca una moratoria en esta investigación,
mientras que la Mano Negra está a favor. Yo ayudo a mis
hermanos de este modo. La Gehena se acerca rápidamente y
debemos asegurarnos que la Pestilencia se cobre su deuda el
día del Apocalipsis.

¿SIDA? ¿Estreptococos come carnes? ¡Simples


prototipos!, como dicen mis camaradas americanos: Aún no
has visto nada. Estoy cansado de escribir. Se acerca el
amanecer. Estoy soñoliento. Al atardecer me levantaré y
bajaré desde estas alturas y caminaré entre los caminos de los
bosques de mi tierra ancestral. Mañana un humano morirá
gritando para el placer de su amo. Mañana un vampyr
caminará entre su rebaño.

EL ABRAZO TZIMISCE.
Dado que el clan por completo desprecian la Tradición
de la Progenie, son muy selectivos sobre a quien Abrazan.
Los Tzimisce no son humanos, no lo desean y buscan Abrazar
a alguien que se desvíe de la raza humana: social, mental o
emocionalmente.

Los Tzimisce priman la inteligencia y la perspicacia,


pero la inteligencia debe ser más una habilidad de percibir las
cosas de otro modo que la lógica o resolver problemas. Se
parece un poco a lo que buscan los Malkavian, pero los
Tzimisce no respetan la locura. Un vegetal catatónico o un
psicópata es una manifestación de fragilidad humana, no un
principio de proto-vampiro. Un Tzimisce debe modelar su
locura antes que esta le modifique a él. Ni siquiera la
necesidad o conveniencia excusa un Abrazo.

Los Tzimisce, durante los Ritos de Creación, suelen


dejar que los Brujah y los Pander animen la carne de cañón.
Un Demonio que necesite músculo prefiere construir una
docena de ghouls antes que transmitir la preciosa vitae
Tzimisce a un ser indigno. Los Sires Tzimisce mantienen una
gran cantidad de influencia sobre sus Chiquillos, más de lo
que hacen los Sabbat. Aunque no es tan exagerada como la
que mantienen los Sires de la Camarilla, los Tzimisce
mantienen relación con neonatos, aunque estén en otras
manadas. Aunque nunca se hacen responsables de las
acciones de sus Chiquillos, un Tzimisce que tiene un neonato
que hace algo malo suele perder respeto ante sus compañeros
de clan.

MAGIA TZIMISCE.
Muchos Tzimisce son reputados magos, aunque el clan
carece de la maestría de los Tremere en las artes mágicas. Los
que practican la magia son conocidos como koldun e inspiran
respeto en sus camaradas. Las Sendas que comúnmente
practican son las de El Encanto de las Llamas, Taumaturgia
Espiritual, Senda de Conjuración y Dominio Elemental.
Extrañamente pocos practican la Senda de la Corrupción,
prefieren conseguir los mismos objetivos con alquimia o
Vínculos.

Las prácticas mágicas Tzimisces difieren de las de sus


rivales Tremere. Enfatizan lo espiritual y reverencial como
oposición al oculto pragmatismo Tremere. Cantos, letanías y
pompa acompañan a todos los rituales Tzimisce. Algunos
grupos, incluidos magos, Tremere, Lasombra y la Inquisición
del Sabbat estarían muy interesados en obtener información
sobre la magia específica Tzimisce.

JERARQUÍA DEL CLAN.


A primera vista, los Tzimisce parecen un clan quebrado,
individualista, reflejando la secta anárquica que fundaron.
Esto es erróneo. A pesar de la falta de una estructura formal,
están estrechamente unidos. El respeto por la secta y su
herencia impregna al clan, los caprichos de la Vicisitud
mantienen un grado de autoexpresión individual dentro de la
estructura común. Además, muchos de sus miembros están
unidos por Vinculums. La pequeña jerarquía que existe entre
los Tzimisce del Sabbat está basado sólidamente en el poder.

Los que han despertado su forma zulo, tienen, al menos,


un nivel de Taumaturgia y han demostrado sabiduría y lealtad
a la secta y al clan son llamados zhupans. Son respetados por
sus conocimientos y poder y suelen "sugerir" métodos de
acción a los Tzimisce menores. Estos no están obligados a
atender a esa "sugerencia", pero ignorarla es considerado
grosero y conlleva, como mínimo, una reprimenda por parte
del zhupan.

El cabecilla del clan es llamado Vaivoda. Aunque el


título no tiene peso específico en el Sabbat, en la práctica
tiene el mismo estatus que un cardenal. Es más un título
religioso. El Vaivoda es el que decreta los Autorictas y
Ignoblis Ritae del clan y supervisa las sagradas noches del
clan. El Vaivoda es siempre un maestro en Vicisitud y
Taumaturgia, maestro en su Senda de Iluminación y
extremadamente sabio. El único símbolo que le representa es
una capa hecha con la piel de al menos 3 Tremere que el
mismo mató en combate personal. Las luchas por la posición
nunca ocurren; si lo hicieran, los luchadores toman la forma
zulo y entran en una Monomancia física y mágica cuyo único
fin es la muerte o la sumisión.

El Viejo Clan.
La mayoría de los antiguos del clan murieron cuando el
clan se unió al Sabbat, pero unos pocos escaparon. A salvo en
sus refugios de los ataques del Sabbat, llevan existiendo
siglos. Algunos se refieren a ellos como el "Viejo Clan",
aunque es un nombre falso.

Estos blanquecinos vampiros tienen poco uso para la


secta o el clan, ellos recuerdan las antiguas noches cuando un
vampiro era dueño de sí mismo y otro vampiro era un
enemigo potencial. La sociedad del Viejo Clan está
estructurada en nidadas de un Sire y uno, o más, Chiquillos
vinculados. Esos chiquillos cumplen el rol de amantes,
amigos, familia, guardaespaldas y sirvientes.

La maestría de los Tzimisce en el Vínculo permite que


los Sires afinen las emociones de sus Chiquillos a su gusto
haciendo que un amante quiera cumplir todos los deseos del
Sire, que el guardia sea Vinculado para la lealtad... o
cualquier cosa que quiera "programarles". Los del Viejo Clan
raramente se reúnen.

Los otros Tzimisce son, si cabe, menos dignos de


confianza que otros vampiros. En verdad, muchos del Viejo
Clan gastan su tiempo recordando los siglos pasados y el
desprecio de sus hijos en vez de preocuparse de la muy real
amenaza del Sabbat. Esto no quiere decir que hayan olvidado
a su progenie traidora. De hecho algunos repudian a los
jóvenes por completo, diciendo que no son vampiros sino los
nidos de carne de unos parásitos llamados "Comealmas". Esta
distinción se basa en la posesión de la Vicisitud, aunque se ha
comprobado que algunos antiguos Tzimisces que no son del
Sabbat tienen Vicisitud desde hace siglos.

Algunos Sabbat murmuran que unos pocos Chiquillos de


los del Viejo Clan han sido hechos inmunes al Vinculum por
sus Sires y han sido enviados para infiltrarse en la secta y
echarla abajo. El clan se mofa públicamente de estos rumores,
pero algunos Sabbat de alto rango han expresado en privado
hallarse inquietos ante tal posibilidad.

Los Tzimisces de la Madre Patria.


El clan tiene un rico legado. Ahora se encuentra en
EEUU en su mayoría, pero proviene de la Europa Oriental.
Pocos permanecen allí, pero son extremadamente ancianos, y
tienen gran poder, mortal y no-muerto. Sólo temen al cambio.
Son claramente ricos e, incluso con la guerra y otras
perturbaciones en el mundo mortal, los asuntos mortales rara
vez les afectan.

La mayoría tienen por lo menos uno o dos sirvientes


humanos que se ocupan de sus asuntos, pero algunos tienen
docenas. La mayoría habita en los mismos castillos que han
habitado durante siglos, además de ser los propietarios de los
terrenos colindantes. Rara vez Abrazan. Temen a casi todos
los vampiros jóvenes debido a la traición que sufrieron de sus
propios jóvenes hace siglos.

Un pequeño grupo de ellos han formado una alianza


llamada Sociedad de Oradea. Si uno de los 12 miembros es
atacado por otros vampiros, los demás de la sociedad están
obligados a acudir en su ayuda. Esto ha sido suficiente para
ahuyentar a los enemigos más sabios del clan Tzimisce. Otros
del “Viejo Clan”, como llaman los Sabbat a los Tzimisce que
no se pasaron al Sabbat, son del Inconnu. Se sabe que algunos
han viajado al extranjero, pero es poco frecuente. El “Viejo
Clan” no tiene ningún tipo de plan de desatar la guerra contra
los jóvenes de su clan, ya que se jugarían demasiado. Sin
embargo, rara vez dejan pasar la ocasión de dar muerte a un
Tzimisce del Sabbat en tanto que el peligro no sea demasiado
grande. Saben muy poco del Sabbat, aparte del hecho de que
es una secta de vampiros fundada por los traidores de su
propio clan.

Generación X.
Aunque los Tzimisce escogen a sus neonatos con
cuidado, algunos se escapan a los estándares del clan. Una
selección experimental puede producir una progenie
indeseada; los soldados carne de cañón creados durante un
asedio pueden sobrevivir; un supuestamente perfecto
candidato puede mostrarse defectuoso durante los Ritos de
Creación.

Los Tzimisce hacen pocos Caitiff, admitir un error es


amargo. Algunos "indeseables" son inducidos en el clan, de
muy mala gana. El resto los tratan como ciudadanos de
segunda clase, mejores que humanos o ghouls, pero no
Tzimisce del todo y que sólo viven por la gracia del clan.

Naturalmente el sujeto que recibe el desprecio no le


gusta. Estos, en vez de renegar del clan se reúnen entre ellos.
En el proceso crean su propia subcultura. Muchos
"indeseables" retienen su Humanidad en vez de abrazar una
Senda de Iluminación. Después de que todos los vampiros son
unos bastardos, una filosofía de "supremacía vampírica" es
difícil de tragar. Estos Tzimisce desafían abiertamente a sus
antiguos e interaccionan con los mortales. Algunos mantienen
una visión utópica similar a los de los Idealistas Brujah de
que vampiros y mortales pueden coexistir armoniosamente. A
través del uso de la Vicisitud, mantienen, el mundo y todo en
él, puede ser literalmente reformado en un paraíso carnal.

LAS GRANDES NOCHES IMPÍAS.


Ciertas noches son sagradas o importantes para el clan.
La más notable es la noche del 24 de Junio, conocido en el
folklore eslavo como la noche de Kupala. En esta noche, se
dice que los Tzimisce fundadores del Sabbat encontraron la
legendaria flor que les permitió romper el Vínculo.

En esa noche, el Vaivoda llama al clan a un sitio


predeterminado y se lleva a cabo un salvaje y terrible Ritus.
Torrentes de sangre de centenares de sacrificios y los
Tzimisce tomando cien formas alrededor de grandes
hogueras. Las acusaciones de la Inquisición del Sabbat de que
en esta noche se invocan y atan demonios son
vehementemente denegadas por el clan.

El clan también mantiene una reunión anual,


generalmente en el atardecer del equinoccio de otoño. Esta
fecha simboliza el paso del verano al invierno y la transición
entre la mortalidad y el vampirismo. Esta reunión sirve más
con una función secular que religiosa. En ella, los Tzimisce
demuestran sus avances en las búsquedas del clan y maduran
planes para las Partidas de Guerra de Halloween y los asedios.
Los más grandes planes militares del clan se llevan a cabo, al
menos en Norte América, en Halloween. En esa noche,
cuando todos los mortales se disfrazan de la forma más
grotesca y fantástica, incluso los más deformes szlachta
pueden andar por la calle. Un grupo entero de Sabbat y sus
ghouls pueden unirse en una ciudad sin que los mortales y la
Camarilla vean nada anormal.

HORRIBLES POSTULACIONES DE
UN VAMPYR TEMIBLE.
Desde el principio, los Tzimisce han sido un clan de
estudiosos. Así como los Ventrue o Lasombra han liderado a
los Vástagos y los Toreador han creado diversiones para hacer
la no-vida más llevadera, los Tzimisce han buscado respuestas
a los enigmas fundamentales de la existencia vampírica, por
eso los Tzimisce son, entre los Cainitas, los mejores
científicos, alquimistas, historiadores y metafísicos.

Pero no se contentan con sentarse a pensar. Son más


experimentadores que filósofos y el mundo, en particular el
mortal, es su laboratorio. Para purificar sus pensamientos y
separarlos de la subjetividad humana, han fundado varias
Sendas de Iluminación del Sabbat. También varios Auctoritas
e Ignoblis Ritae. Estas creencias y rituales sirven a distintos
propósitos: engendrar solidaridad entre los vampiros, proveer
nuevos hábitos que sustituyan a los humanos y fomentar un
entendimiento de lo que significa ser vampiro.

Algunos Lasombra susurran que quizás los gestos y


palabras de los Ritae sirven para otras funciones más
siniestras: adorar a seres prohibidos, por ejemplo, o distraer
de los verdaderos objetivos del clan. Los Tzimisce, por
supuesto, rechazan esas alegaciones. Algunas creencias del
clan se han sumido en la maquinaria del Sabbat, pero otras
permanecen únicas para el clan.

Metamorfosistas.
Muchos adoptan este concepto. Creen que la humanidad
es la precursión del vampirismo y que el ser vampiro es un
preludio a otro estado de existencia. Los Tzimisce, a través de
la Vicisitud tienen la capacidad de superar las limitaciones
innatas y convertirse en cuasidivino, lo único que hay que
encontrar son los medios.

Muchos Metamorfosistas poseen una inclinación


científica, buscando la iluminación a través de una serie de
experimentos sobre humanos y vampiros. Trabajando con la
vida, pueden comprender la no-vida; investigando la no-vida
comprenderán lo suficiente como para trascender al siguiente
estado. Los aliados magos de los Metamorfosistas remarcan
su parecido entre estos y su visión de la Ascensión.

Algunos magos han teorizado sobre que el


Antediluviano Tzimisce era un mago que fue Abrazado y que
su progenie continúa instintivamente la búsqueda de la
Ascensión, aunque por unos caminos adulterados.

Neofeudalistas.
Este movimiento atrae a los más viejos y conservadores
del clan. Recordando los días en los que dominaban la Europa
del Este, desean subyugar a la raza humana y reestablecer sus
dominios. Desde su punto de vista, los vampiros deben
gobernar abiertamente, apoyados por los ghouls y Aparecidos
y en la base de la pirámide, los humanos.

Ven la disolución de la URSS, Yugoslavia y


Checoslovaquia, como una clara llamada de que el clan debe
reconquistar sus tierras ancestrales. Algunos mantienen
grandes estados en zonas desoladas, participando en las
actividades de la secta sólo cuando están obligados. Ejércitos
privados de szlachta, Aparecidos y Chiquillos patrullan por
sus tierras. En estos estados, los bosques preservan a los
ghouls alterados por la Vicisitud que sirven para ser cazados
por su amo y sus sabuesos infernales. Otros Sabbat cuestionan
la lealtad de este grupo a la secta. La confianza en la soledad
de los Neofeudalistas en oposición a las manadas, disturba a
los Lealistas. Aunque presentan a sus Chiquillos para la
Vaulderie, algunos dicen que después en secreto rompen el
Vinculum y lo sustituyen por Vínculos privados.

Reclamacionistas.
Incluso los otros Tzimisce temen a los fanáticos de este
credo. Llevando los dogmas de esta Senda de Caín un paso
más allá, buscando la apoteosis del modo más directo posible.
Mantienen que a través de la diablerie, los vampiros pueden
gobernar su propia evolución, avanzando al siguiente estado
de ser en menos tiempo al beber sangre de un vampiro más
poderoso. Ven la diablerie, no sólo como un placer, sino
como un deber para con la especie, así "reclaman" el legado
de Caín de los vampiros indignos de poseerlo.

Devoran ávidamente a todos los demás vampiros, a los


menores (para usar su vitæ), a los iguales (porque son una
amenaza) y a los superiores (para aumentar el propio
potencial). Incluso los otros Reclamacionistas valen.
Raramente se relacionan, pero todos entienden que al final
sólo debe quedar uno, el último superviviente de la Yihad,
que encontrará y se beberá al mismo Caín. Este nuevo
semidios podrá repoblar la estéril tierra de acuerdo con los
mandamientos de la sabiduría Reclamacionista y sus
caprichos. Ellos prefieren beber sangre vampírica
exclusivamente, así van en las vanguardias de las Partidas de
Guerra y proponen con insistencia el genocidio humano (al
matar el alimento de los vampiros, tendrán que beberse unos a
otros). Raramente Abrazan a alguien, pasan la mayor parte del
tiempo en forma zulo y los otros Tzimisce les consideran fríos
y monstruosos.
Diversificadores.
La secta subersiva de los Diversificadores mantiene que
todos los vampiros descienden de un único Antediluviano y
que están corrompidos por los pecados de él. Sólo
apartándose de ese árbol genealógico, puede uno librarse de
las cuerdas del Antediluviano. Por esto, raramente fraternizan
con otros vampiros salvo con sus propios compañeros de clan,
Lasombra y Caitiff.

El resto son peones del Antediluviano. Exhortan a sus


hermanos del Sabbat que desarrollen nuevas formas de
autoexpresión (poderes, Disciplinas, líneas de sangre), porque
sólo de este modo irán más allá del autodestructivo estado de
ceguera que Caín les impuso. Son los más activos de los
investigadores Tzimisce. Los más poderosos a veces muestras
nuevas Disciplinas extrañas de su invención. Son los
responsables de algunas líneas de sangre únicas en el Sabbat,
como los Hermanos de Sangre. Tales investigaciones
normalmente requieren ingredientes exóticos y sujetos.

Exsanguinistas.
Una bizarra variación de los Metamorfosistas, proselitiza
que la sangre, lejos de ser la "vida", es la prisión que
encadena a los vampiros en este estado menor de ser. Dicen
que los vampiros se han divorciado de las primitivas
reacciones biológicas que gobiernan los ciclos de la vida de
todas las otras criaturas.

Purgándose a sí mismos de la necesidad de vitae pueden


alcanzar un estado puro de existencia auto-conducida. Los
devotos de este culto practican Ritae esotéricos combinados
con la meditación y la anorexia. Muchos de ellos suelen
alejarse de la vida típica Sabbat, manteniéndose siempre
ocupados para olvidar lo hambrientos que están. Tristemente,
ninguno ha conseguido trascender y otros Tzimisce pueden
encontrarlos esporádicamente en unos "divertidos" y
espasmódicos Frenesíes.

EL CUERPO ECLÉCTICO.
La actitud del clan hacia la humanidad se manifiesta en
su actitud hacia la forma humana. Rutinariamente se alteran
sus cuerpos de acuerdo con los deseos y necesidades,
ocasionalmente, independientemente de los deseos del
vampiro, el cuerpo se altera espontáneamente. Después de
décadas, pocos recuerdan su aspecto original en vida. Muchos
Tzimisce del Sabbat, particularmente jóvenes, sienten placer
en deformarse en una variedad de formas inhumanas. Cráneos
alargados, dedos estirados, etc son mostrados por Tzimisce
deseosos de demostrar su extraña superioridad.

Los rumores de los "Comealmas" controlando estos


procesos son consideradas historias lanzadas por los enemigos
del clan para debilitarlo. Los jóvenes han ritualizado estas
deformaciones autoinducidas. Tatuajes, cicatrices, cuernos,
bultos y similares demuestran la afilación a una manada,
lealtad a una facción, vampiros de la Camarilla asesinados,
Tremere exterminados, etc... en un código extraño,
incomprensible para los ancianos Tzimisce y los enemigos de
la Camarilla. Más aún, suele concederse estatus dentro del
clan basándose en la habilidad para asumir una específica
forma inhumana. Esta forma es asumida cuando van a la
guerra. En esta forma se aumentan enormemente los atributos
físicos, casi como los de un Lupino en Crinos. Muchos otros
Sabbat se refieren a esto como Forma Horrenda, los Tzimisce
lo llaman zulo.

OPINIONES TZIMISCE SOBRE EL


MUNDO DE LAS TINIEBLAS.
Brujah. Hablé con uno hace dos noches. ¡Cómo
fanfarroneaba de su valiente corazón!¡Cómo desahogaba su
resentimiento! Levantando el puño. Rápidamente me irritó
con sus bravuconadas así que arranqué su corazón, uní su
bazo con su culo, retorcí su columna como una pajarita de
papel y uní su puño a su boca. Demasiado para el clan Brujah.

Gangrel. Al menos no están tan estancados como los


otros de nuestra especie. En vez de querer trascender han
vuelto al estado bestial. Ayúdalos en su maldición cuando te
convenga. En pocos siglos un escarabajo pelotero puede
convertirse en un buen Gangrel.

Malkavian. El proceso cerebral de un Malkavian es


fascinante y potencialmente útil. Es interesante apuntar que el
cerebro de los Malkavian son diferentes de los de los demás
vampiros. Una vez vi sobrevivir el lóbulo frontal de uno de
ellos en un tanque de formol durante 23 minutos tras extraerlo
del cuerpo. Quizás tenga que ver con su charlatanería sobre la
disociación cuerpo/mente.

Nosferatu. Todos estos siglos y siguen obsesionados con


ese frívolo handicap que les infligimos en el amanecer de los
tiempos. Los más bajos de nuestro clan pueden mejorarlos
con mover un poco los dedos. Y quitarlo definitivamente, en
las noches finales, a cambio de su lealtad sin fin. Templados
por eones de dureza y persecución, ¡qué soldados haríamos!

Toreador. Los hijos de la noche ¿qué música hacen? ¿Y


qué uso tienen sus poemas y pinturas? Su jactancioso
"talento" es el palo con el que remueven su estupidez. Caín
habría pensado dos veces antes de darles el don de la
eternidad si supiera que iban a gastarlo en una masturbación
narcisista.

Tremere. Presuntuosas larvas humanas. Extírpales de


sus capillas, desóllalos y muéstralos como las garrapatas que
son.

Ventrue. Por fin, un clan digno de ser llamado enemigo.


Aunque son unos pobres incautos de los Antediluvianos,
respeto su dignidad y pose. El último con el que jugué se
tomo cuatro noches para gritar y doce para morir. Admirable
verdaderamente.

Caitiff. Es mejor tratarlos con respeto ya que hacerlo


refuerza los prejuicios contra ellos. Así cuando tomes a uno
para un experimento los demás no se pondrán pesados.

Pander. Criaturas inferiores. Desafían el orden


establecido en nuestra secta. Eso no está muy mal, siempre
que no se nos escapen de las manos.

Assamitas. Estos chacales otomanos son maestros en el


arte de matar. Si se tomaran la misma molestia con el resto de
la existencia, serían realmente peligrosos. Mientras sigan así,
son herramientas, útiles, pero predecibles.
Giovanni. Otra línea bastarda, pero más formidable. Los
Tremere son perversos y carroñeros, mientras que estos son el
producto de un impío y deliberado desove. Y sus poderes... Si
yo pudiera llamar a un alma de vuelta a su arruinado cuerpo
una y otra vez para 1001 noches de placer... Si, hay mucho
que aprender de estos híbridos.

Ravnos. Sabandijas irritantes que no respetan la


privacidad de los demás. Cuando te molesten, recuérdales una
verdad muy simple, que es muy difícil robar cuando no se
tienen dedos.

Setitas. Hábil, hábil clan. Autoconscientemente


malvados. Cayendo más y más bajo. Nosotros creemos que la
maldad es un juguete, no una pira donde autoinmolarse.

Serpientes de la Luz. De todas maneras son Setitas.


Sólo quieren que creamos que son leales.

Antitribu Assamita. Es mejor que luchen a nuestro lado


que contra nosotros.

Antitribu Brujah. Representan la imagen del Sabbat.


Demasiado desordenados para conseguir nada como clan.

Antitribu Gangrel. Disfrutan de la libertad por la que


luchamos y no podemos reprochárselo. A veces pueden ser
difíciles de controlar.

Antitribu Malkavian. Aumentan nuestro número y


provocan miedo en muchos. Son hijos de Caín. Tienen tanto
derecho a salvar nuestra raza como el siguiente vampiro.
Antitribu Nosferatu. Son los espías más hábiles que
tenemos.

Antitribu Ravnos. Uno nunca sabe como se lleva con


un Ravnos, aunque ese Ravnos sea del Sabbat.

Antitribu Toreador. Sicofantes de los Lasombra. No


consiguen nada y más convendría exterminarlos.

Antitribu Tremere. Comparten nuestro interés por las


artes mágicas. Si bien superiores a nosotros en su práctica,
son inferiores en convicciones. Les agrada ser perros falderos
de los Lasombra.

Antitribu Ventrue. Algunos de los vampiros más


interesantes son de este clan. Prosperan gracias a la anarquía
total que proporciona el Sabbat.

Lasombra. No son más que sombras vacías que


revolotean alrededor de lo que han construido. Permíteles
dirigir nuestros juegos de sombras, pero si es necesario, no
dudes en retirar la cortina y disípalos con la luz de la realidad.

Inconnu. Las faros de guía de los Antediluvianos. Si


descubres uno, no escatimes en esfuerzos para destruirlo, pero
ten cuidado con el que maneja las cuerdas que lo mueven.

Camarilla. Tan transparentemente ridículos que me


espantan. Esta secta es o una pantalla de los Antediluvianos o
una intrincada caja china que va más allá de nuestra capacidad
de descerrajar. Pantalla, caja, no importa. Sólo necesitamos
encontrar la herramienta adecuada, un cuchillo para
desmenuzarlos o un martillo para machacarlos.

Sabbat. En todo experimento hay grupos de control y


grupos de test. La Camarilla y el Inconnu son nuestros grupos
de control; el Sabbat es nuestro grupo de test.

Mano Negra. Son poderosos, y sabiamente, nuestros


enemigos les temen. Pero su eterno estoicismo y su
incuestionable lealtad me preocupa. Estaría más tranquilo si
intentaran traicionarnos o usurparnos, al menos,
ocasionalmente. Estoy seguro que planean algo
verdaderamente malvado.

Lupinos. Brutales, bestias bárbaras que pierden su


tiempo ladrando a la luna y quitándose los parásitos en vez de
explorar las posibilidades inherentes de sus asombrosa
multiplicidad de formas. Pero, a pesar de que puedo aceptar, e
incluso apreciar, el hecho de que nos odien mortalmente,
prefiero que simplemente lo hicieran porque les gusta matar
en vez de perfumarlo con bazofia de derechos y
autojustificación. Su letanía sobre "defender a los humanos de
las depredadores vampiros" es tan hipócrita como
nauseabunda. Recuerdo a más de un Señor de las Sombras
con la piel sospechosamente suave durante un durísimo
invierno balcánico.

Magos. Algunos dicen que nuestro fundador fue un


Despertado. En todo evento, nos unimos con ellos en nuestro
desprecio común por los Tremere. Tenemos largas alianzas
con algunas de sus órdenes, alianzas que mantenemos
clandestinamente. Esos tratos nos han traído prosperidad al
clan, ya que ellos poseen un poder formidable y sutil. La
orden conocida como "Progenitores" son intrigantes.
Podríamos aprender mucho de ellos. Pero nada de esto nos
detendrá de beberlos y desecarlos cuando su utilidad haya
finalizado.

Faéricos. Hay poderes en el mundo más antiguos que


nosotros. El ocaso celta y la trapería Victoriana oculta una
espantosa realidad. Después de todo los humanos
aparentemente son capaces de vivir con el horror de vampiros
merodeando y rabiosos hombres lobo, por que las leyendas
nos retratan en todo nuestro oscuro esplendor. ¿Qué
atrocidades habrán cometido para forzar a los mortales a
ocultarles tras alegres duendecillos y haditas bondadosas
antes que aceptar la realidad?

Golconda. No aspiramos a una salvación mortal. En


cambio transubtanciaremos a través de los cuerpos y sangre
de los mortales

La Tradición de la Mascarada.No puedo imaginar una


estructura más odiosa. ¿Te escondes de una cucaracha cuando
entra en tu casa, dejas que un insecto manosee todas tus
posesiones?. No, ¡lo aplastas! Mi Sire me habló de los
antiguos días, cuando nuestro clan caminaba por la noche
como dioses y tomaban lo que querían de los humanos. Me
dijo como contemplaba desde sus almenas el valle,
alcanzando a ver a toda la plebe, con pálidas antorchas
iluminando las villas. Y sabía que los hombres deliberaban
cual de sus siete hijos darían en tributo al Señor para no sufrir
su ira ellos mismos. ¿Y sugieres que yo, su Vástago, cambie
mi descaro por miedo a este rebaño? Deja que vengan los
Inquisidores, prefiero arder hasta ser cenizas que rechazar mi
derecho sobre la muerte. Por esta razón, y no otra, no
descansaré hasta clavar mis garras en el cuello de la
Camarilla.

TÉCNICAS DE TORTURA
TZIMISCE.
Es un hecho desagradable que gran parte de la cultura
Tzimisce revoloteara alrededor de los modos de herir a otros
seres. Muchos prefieren ignorar este aspecto del clan. No son
llamados Demonios sin motivo, y el Narrador que quiera
retratar la maldad del clan, particularmente desde el punto de
vista de la Camarilla, debe tenerlo muy en cuenta.

La preparación psicológica es vital para una sesión de


tortura. Las Disciplinas del clan son adecuadísimas para esto.
La Vicisitud permite al torturador asumir la forma adecuada:
algo deseable para la víctima o algo que le horrorice. El
Auspex permite descubrir los temores de la víctima y las áreas
del cuerpo más sensitivas. Además la Vicisitud permite
convertir el propio cuerpo en las herramientas apropiadas, o
bien deformando el cuerpo de la víctima, nada desconcierta
más que ver los huesos salir a través de la piel en formas
imposibles. El Animalismo puede ser utilizado para convocar
a criaturas nocivas.

Por supuesto la tortura física tiene sus límites,


especialmente con vampiros que pueden regenerar sus
heridas. ¿Cómo amenazar a un Nosferatu con la
desfiguración? Además a veces los humanos son
sorprendentemente resistentes. Desafortunadamente para tales
víctimas, los Tzimisce también son maestros en torturas
psicológicas. Siglos de no-vida les han dado a los Tzimisce
un extraño grado de percepción psicológica. Además, su
control sobre los Vínculos les proporciona gran variedad de
modos de torturar. Dos vampiros pueden ser forzosamente
autovinculados y uno de ellos desfigurado cuidadosamente
ante el otro. También uno puede ser desvinculado y
Vinculado al torturador que le obligará a dañar al otro.
Algunos Tzimisce evitan actualmente los métodos
sobrenaturales de tortura, considerándolos estéril.

TZIMISCE Y EL VÍNCULO DE
SANGRE.
De acuerdo con la leyenda el Antediluviano Tzimisce fue
el primero en descubrir el Vínculo y es un hecho que fueron
los primeros en romperlo. En cualquier evento son los más
adeptos a la creación, mantenimiento y disolución de los
Vínculos.

Muchos Vínculos crean algo más fuerte que un


sentimiento nebuloso por parte del Esclavo. Los Tzimisce han
descubierto rituales y técnicas alquímicas que incrementan el
control de los Vínculos. Pueden evocar emociones
específicas, como amor, codicia, lealtad y otras menos
positivas, como terror. También han creado Vínculos con
otros seres que no son vampiros. Algunos vampiros de la
Camarilla comentan que los Tzimisce más poderosos han
creado Vínculos que no se activan hasta un determinado
momento (una frase, un gesto, una condición...). Estos
mismos vampiros dicen que estos Vínculos, combinados con
Dominación pueden olvidarse, lo que crea bombas
ambulantes que pueden explotar en ciudades de la Camarilla
en el peor modo del Sabbat. Muchos Justicar dicen que estos
rumores son paranoias anarcas.

HORRIBLES PREDILECCIONES DE
UN VAMPYR TEMIBLE.
Uno de los rasgos Tzimisce más notorio es su atracción
por el dolor. Mientras que otros vampiros cometen actos de
crueldad por el hambre, odio o simple sadismo, la obsesión
Tzimisce es más una necesidad que un deseo.

Frecuentemente estudian y practican los artes de la


tortura y algunos son torturadores a tiempo completo. En este
rol son muy temidos, por eso se les ha dado el mote de
"Demonios". Los Tzimisce difieren, dicen, de los Toreador
Antitribu en su acercamiento a la tortura. Se ven más como
científicos que como artistas, sus técnicas además de
divertirles tienen un fin. Sólo con un estudio meticuloso del
dolor, físico, mental y emocional, pueden descubrir sus
límites y superar a los Antediluvianos en el Gehena.

Así, muchas de sus torturas son en realidad


experimentos, con hipótesis, condiciones específicas y
propósitos, aunque parezcan ilógicos para mortales y
no-muertos. Un aspecto menos conocido es su inclinación por
el masoquismo. Rutinariamente se someten a abusos, si no
mayores, al menos iguales que a los de sus víctimas. Sólo
conociendo sus capacidades y limitaciones pueden superar su
forma vampírica. Algunos se han pasado semanas o meses en
artefactos infernales creados por si mismos.
SERVIDORES DE LOS TZIMISCE.
Aunque ellos mismos son criaturas formidables,
sus servidores son quizás los más temidos por sus
enemigos. Con la Vicisitud desfiguran a sus creaciones
en máquinas de guerra de pesadilla y a través de su
Vínculo de Sangre se aseguran su lealtad.

Aparecidos.
Han creado especies que les autoreplican, seres
ghoulescos. Estas criaturas que no son humanos, ni ghoul, ni
vampiros son conocidos como Aparecidos. Sus poderes se
han convertido en hereditarios y existen varias familias con
sus características distintivas.

Aunque hubo muchas más, han sido exterminadas y


ahora quedan solo cuatro: Obertus, Zantosa, Grimaldi y
Bratovitch. Todas son leales al clan, pero este es el único
denominador común entre ellos. Actualmente están obsoletos
ya que su utilidad como espías es limitada ya que con el
tiempo se han hecho tan extraños que no pueden interactuar
con los humanos. Es mejor usar un neonato para eso en los
tiempos que corren. Muchos Lasombra y Assamitas antitribu
claman por la erradicación de los Aparecidos. Pero los
Aparecidos aún pueden proporcionar para Sabbat que huyen
de Arcontes o Lupinos. Como otros ghouls, son diurnos.
Como tienen posibilidad de reproducirse el clan ha creado
distintas clases de Aparecidos con específicos rasgos
hereditarios. Algunos Neonatos Tzimisce fueron primero
Aparecidos.
Ghouls.
Los Sabbat por entero rechazan a los ghouls, pero los
Tzimisce son una excepción. El clan hace un uso extenso de
ellos, reformándolos para sus funciones. La creatividad en
este campo es tan asombrosa como terrible. Algunos son
reformados para cumplir funciones decorativas (cortinas de
piel viva, muros de músculo...).

La existencia de un ghoul Tzimisce está lejos de ser


fácil, incluso un ghoul que no necesita ser deformado lo es
para satisfacer el deseo del vampiro o la curiosidad.
Excesivamente crueles castigos esperan al que cometa el más
mínimo error. Los Tzimisce raramente sienten o demuestran
afecto por sus ghouls. También es raro que tengan que
llamarlos, suelen estar esperando para cumplir sus deseos.
Una práctica común es desfigurarles toda la cara y prometer
restaurar un rasgo por cada década de servicio perfecto. Un
servicio perfecto es difícil de dar así que están condenados a
existir como monstruos.

Algunos pocos ghouls han escapado. Horriblemente


deformados, son cazados por el Sabbat, ya que les es
imposible volver con los humanos. Normalmente suelen
habitar lugares abandonados y son depredadores monstruosos.

Ghouls guardianes (Szlachta).


Algunos ghouls son usados como soldados,
guardaespaldas y centinelas. Los llaman szlachta o gente
acomodada, por el mejor trato que reciben sobre otros ghouls,
pero nunca como a un vampiro. Pueden ser humanos o
animales. Son guerreros, y el clan usa la Vicisitud para
fortalecerles. Los huesos son hechos espinas o placas, la piel
y la grasa son quitados de un sitio y puesto en otro más
adecuado y la cara deformada en una máscara horrorosa para
intimidar.

Un Tzimisce, tomando lecciones de Vlad Tepes, creo a


un szlachta con dos personas pegadas por la espalda,
controlando 360 grados e incapaces de retirarse. Algunos son
usados como exploradores, hipertrofiándolos o alterando sus
órganos sensoriales. Estos experimentos tienen éxitos pocas
veces lo que ha dejado a varios szlachta enfermos o
permanentemente tullidos.

Ghouls de guerra (Vozhd).


El último y más raro de los ghoul es el vozdh o el ghoul
de guerra. Estas aborrecibles criaturas son generalmente
usadas para asedios en puestos avanzados enemigos.
Actualmente son creados de 15 o más ghouls individuales
(humanos, animales o ambos). Son obligados a beber unos de
otros en una Vaulderiesca ceremonia. Después un equipo de
Tzimisce (y ocasionalmente algún Tremere antitribu) emplean
Vicisitud y Taumaturgia para crear una entidad enorme
(algunos ambiciosos han creado ghouls del tamaño de
dinosaurios) con múltiples órganos y extremidades, capaz de
crear un torbellino de destrucción. El cartílago, tejido y hueso
excedente es moldeado para hacer caparazones, espinas,
garras, colmillos y mandíbulas. El proceso enloquece
inevitablemente al vozhd, para evitarlo en parte es
lobotomizado vía Vicisitud (lo que le hace inmune a la
Presencia, Dominación y Animalismo). El final es el
equivalente biológico de un tanque: inmenso, tonto, lento,
pero devastador.

El ritual vincula al vozhd a su creador, que es el único


que le puede dar órdenes, aunque no suelen comprender
órdenes de más de dos o tres palabras. Antes de la batalla
suelen ser matados de hambre y cuando es la hora son puestos
en dirección a los crujientes Vástagos de la Camarilla. Es raro
verlos en la actualidad. Crear uno lleva mucho tiempo,
material y trabajo y el resultado no siempre es digno del
esfuerzo sobre todo en tiempos de los cohetes LAW.

Además a veces son tan peligrosos para sus creadores


como para sus enemigos. El tamaño y ferocidad del monstruo
actúa en detrimento del Sabbat: pocas cosas pueden
convencer a lo antiguos de la Camarilla, Anarcas, Inconnu y
los clanes neutrales de unirse contra un enemigo común, pero
un desenfrenado vozhd es una de ellas. Por otro lado, pocas
cosas pueden convencer a los ancianos de la Camarilla,
Anarcas, Inconnu y clanes neutrales de rendirse al Sabbat
cuando ven al Príncipe de la ciudad hecho pedazos a manos
de un vozhd.

ENTRA BAJO TU PROPIA


RESPONSABILIDAD.
Los Tzimisce, incluso los más salvajes, tienden a pasar
periodos de soledad contemplativa. Su innata territorialidad se
manifiesta como una extraordinaria sensitividad con lo que le
rodea. Algo en lo más profundo de su psique demanda
privacidad y espacio personal. Por eso mantienen sus refugios
con especial cuidado.
Muchos vampiros, sabedores de la inclinación Tzimisce
por la tortura, se los imaginan como vastos mataderos donde
las paredes chorrean la sangre de inocentes y en los
corredores reverberan los gritos de los emparedados. Esto es
raro, al menos en el refugio principal. Un ambiente de muerte
y dolor es placentero, pero no permite descansar.

Los Tzimisce se refieren a su refugio principal como


presbiterio, eso si grande y opulento. Aquí es donde mantiene
sus recuerdos de mortal y de su no-vida. Decoran sus
mansiones reflejando su actitud hacia la no-vida. Suelen
dormir en ataúdes, para separarse claramente del mundo de
los mortales. Para engañar su debilidad de clan, muchos
mantienen varios refugios y en ellos tienen la tierra y otras
cosas necesarias para dormir. Son usados cuando sospechan
que su refugio principal va a ser atacado.

En estos refugios secundarios es donde suele torturar a


sus víctimas, permitiéndole mantener la serenidad en su
principal morada. Son extremadamente sensitivos sobre a
quien admitir en sus refugios. Nadie puede entrar sin el
expreso permiso del vampiro, que generalmente es extendido
como una elaborada invitación formal (irónicamente esto dio
la base para las 2ª y 5ª Tradición de la Camarilla). También
ellos son reacios a entrar en otros refugios si no se les da
permiso, lo que ha permitido a veces, descubrir a espías del
Sabbat.

Algunos Tzimisce modernos, habiendo crecido inmersos


en la ciencia ficción y el horror usan víctimas y Vicisitud para
crear mansiones cuasi-orgánicas. Muros que respiran,
corredores con venas que laten, puertas con membranas
viscosas y bajo-relieves ghoul.
LOS DEMONIOS MÁS INFAMES.

Vlad Tepes.
En vida fue un tirano señor de la guerra y en muerte su
poder y notoriedad sobrepasa la de vampiros 10 veces más
antiguos. Los Tzimisce tienen sentimientos mezclados hacia
el. Algunos susurran que quizás su vasto poder sea la
culminación de los esfuerzos Tzimisce y la solución para el
estancamiento vampírico. Otros piensan que es una aberración
y debe ser destruido expeditivamente.

Velya (el viviseccionista).


Los Tzimisce hablan de Velya con veneración, por sus
numerosas contribuciones a la ciencia Tzimisce. Es uno de los
fundadores del Sabbat y actúa ahora como Cardenal. Nunca
ha aceptado el título de Vaivoda, aunque todos los Vaivodas
tienen su opinión en gran estima. Hay rumores que dicen que
es Chiquillo del Antediluviano Tzimisce, él no se pronuncia.
Está casado de algún modo. En el siglo XIX, durante una
estancia en Nueva Inglaterra se encontró con Elaine Cassidy,
de 10 años. Enamorado de su exquisita belleza y su exquisita
maldad, la Abrazó y se unieron en un mutuo Vínculo. Para
asegurarse que no huyera de su lado, le amputó las piernas y
la injertó en su espalda, donde permanece desde entonces,
aunque ella pudiera separarse con Vicisitud).

Righteous Endeavor.
Righteous Endeavor Clay fue una de las voces más
estridentes en la histérica caza de brujas de New England.
Desde su púlpito Congregacionalista dirigió la ira del pueblo
desarraigando el mismo las raíces de Satán del interior de las
Colonias. Las denuncias de los acusados de que el mismo
Clay participaba en las orgías demoníacas fueron rechazadas
como mentiras engendradas por el mismo Belcebú. A pesar de
esas acusaciones, siguió incansable exorcizando a las brujas
en sus subterráneos, buscando su redención por medios
físicos y orando. En un acto, tras enterrar a una bruja bajo
tierra impía, Righteous cayó enfermo con un extraño mal y
pasó a manos del Supremo Hacedor. Pronto llegó a New
England el primer Sabbat. Sus acciones se creyeron que
fueron ataques indios. Ahora es un priscus y controla muchos
de los Ritus de Norteamérica. Su figura descarnada, tocada
por su sombrero Puritano, suele ser vista en los principales
festivales Sabbat. Odia profundamente a la Nosferatu
Prudence Stone, es uno de los pocos que se ha escapado a sus
castigos.

Corine Marcón.
Entre los diseñadores de moda del mundo, pocos son tan
reverenciados como Corine Marcón. Desde su ático de
Manhattan, marca las tendencias mundiales. Los ricos y
famosos, incluidos muchos Toreador, pagan cifras
astronómicas por un original de Marcón. Lo que no
sospechan es que están hechos de carne de criaturas. Ha
logrado tal control con la Vicisitud que puede extraer la piel,
nervios y huesos de una víctima y hacer una especie de fibra.
Con la preparación alquímica adecuada, la víctima puede
sobrevivir al proceso (ella prefiere trabajar con vagabundos
secuestrados). Usa estos "trajes" para servir al Sabbat, ya que
sabe en cada momento donde están los trajes, sobre sus
clientes de la Camarilla.

Doktor Tötentanz.
Aunque hay vampiros más poderosos en la Mano Negra,
pocos son tan temidos como la Dominio alemán que se
autollama Doktor Tötentanz. Conocida, incluso dentro de la
Mano, por la brutalidad, audacia y magnitud de sus matanzas,
Tötentanz esparce frecuentemente las Partidas de Guerra
europeas del Sabbat dentro de los feudos de la Camarilla. Se
rumorea que se lamenta que Pol Pot batiera su record de
matanzas. Se cree que en vida era el Dr. Heinrich Lundt, un
SS biólogo, cuyo entusiasmo por el trabajo llamó la atención
de los Tzimisce. Se cambió de nombre y sexo. Ahora sirve al
Sabbat tan fanáticamente como lo hizo con el Tercer Reich,
pero las viejas lealtades mueren mal y su manada, los
Sonderkommando (escuadrón de muertos vivientes) utilizan
mucha parafernalia nazi en sus Ignoblis Ritae.

Ha fundado un derivado de la Senda de Caín, los dogmas


de esta auto-senda dice que Caín fue el primer ario, pero que
su sangre fue robada por los traidores Antediluvianos de
Mesopotamia, ancestros de los Judíos. Es una auténtico
vampiro del Sabbat. Ha matado personalmente a dos
Príncipes italianos y su potente vitae le da más poder del que
su edad podría indicar. No oculta su ansia de ser Serafín y ha
atraído a muchos de los bajos rangos de la Mano que desean
emularle en celo y ferocidad.

Kartarirya.
Uno de los más poderosos y enigmáticos Tzimisce es la
Antediluviana india. Llamada la Muchos-Brazos por su
peculiar extrapolación de la Vicisitud, emigró al
subcontinente en busca de soledad, adoración y caza fácil. La
lucha por el feudo con Nosferatu que buscaba lo mismo
inspiró mitos entre los habitantes de la región. Ella, la
vencedora, habita ahora en el santuario de su enemigo en Sri
Lanka. Kartarirya considera la India su territorio. Los
vampiros que no son Tzimisce o están Vinculados a ella no
son bienvenidos. Traspasarla significa ser atacados por
poderosos ghouls modelados en forma de enormes monos o
gorilas.

TZIMISCE DEL VIEJO CLAN.


Son más ancianos que lo que dicen la leyendas. Son los
auténticos Tzimisce y los del Sabbat y la Camarilla los
traidores. Sus chiquillos abandonaron el clan y abrazaron el
poder de la Vicisitud y su rebelión trajo la muerte y ruina para
culpables e inocentes del clan. Son pocos y con poca
Progenie. Todos siguen los viejos caminos del clan y esperan
el día que retorne su Sire. Esperan la noche en que se
vengarán de los traidores a su sangre y todos los que tengan
Vicisitud. Los más jóvenes suelen ser líderes de la guerra
contra la Vicisitud. Es una vana esperanza de recuperar el
honor del clan y eliminar la enfermedad que su clan trajeron a
la Tierra. Aunque los odien se parecen a los Tzimisce
normales. Son los más macabros y malvados seres del mundo.
Apenas valoran la vida de otros y mantienen sus votos de
salvar al mundo de la amenaza de la Vicisitud y otros
Vástagos. Tiene ansia de conocimientos, sólo superada por
los Verdaderos Brujah, y un buen entendimiento de la
Taumaturgia y la ciencia. Valoran mucho su privacidad.

Apodo:Demonios.

Apariencia: Visten como los otros Tzimisce. Incluso los


más jóvenes llevan ropa de hace 100 años. El negro sólido,
contrastado con blanco les encanta, dando el aspecto de los
vampiros de leyenda.

Refugio: Los más viejos habitan sus gigantescos


dominios en la Europa del Este. Normalmente en oscuros y
ancestrales castillos maldecidos por los espíritus de sus
antepasados. Los más jóvenes mantienen sus refugios en
mansiones, como la mayoría de los Tzimisce. Todos son muy
particulares con sus refugios. Ser invitado a ellos es un honor
que sólo suelen recibir sus camaradas más cercanos. Si
alguien entra sin ser invitado, caerá sobre el toda la ira del
vampiro, será tratado como un enemigo, aunque sea de la
secta. Si se es invitado el Tzimisce se considera responsable
de alimentarlo y protegerlo. Si alguien anuncia su presencia y
recibe permiso para entrar, nunca será dañado por el
Tzimisce.

Trasfondo: Suelen escoger gente entre 30 y 40 años,


inteligentes y bien educados. Se toman mucho tiempo en
vigilar y comprobar que serán buenos acompañantes durante
siglos antes de Abrazarlos.

Creación: Los más viejos son nobles. Su progenie


normalmente es diletante, profesional o soldado. Su Conducta
y Naturaleza son similares pero no idénticas y suelen ser
autosatisfactorias, honorables, malvadas y fidedignas.
Mentales y Físicos suelen ser primarios y secundarios
Atributos. Técnicas o Conocimientos y de Trasfondos
Influencia, Recursos y Criados.

Disciplinas: Animalismo, Auspex, Dominación.

Debilidad: Como otros Tzimisce deben dormir en dos


puñados de tierra importante para ellos, lo que demuestra que
no es una debilidad causada por la Vicisitud.

Sendas Preferidas: La de la Muerte y el Alma o la de


Caín. Algunos conocen la del Corazón Ardiente o la de Lilith.

Organización: Sólo se encuentran en caso de


emergencia. Son independientes y sólo son llamados si no hay
otro remedio pero acuden hasta con sus sirvientes.

Obtención de Prestigio: Respetan el poder e


independencia de los otros. Gana poder a través de la
acumulación del poder, destruyendo enemigos o ayudando a
la Mano Negra. Si invaden el territorio de otro pierden
prestigio ante todos los demás.

Cita: Miles de vidas humanas han sido tomadas por mis


manos. Soy el protector de la humanidad, pero mi vigilancia
tiene un precio.

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