Literatura, Ensayo
Literatura, Ensayo
Literatura, Ensayo
C on el paso de los años, la literatura ha pasado por una gran serie de cambios
respecto a su redacción, vocabulario y extensión. El hábito de la lectura se ha ido
perdiendo por la tecnología, y por lo mismo, los temas que se tratan en los libros
son más variados y fantasiosos de lo que eran hace un siglo.
Es bastante común ver libros que entran en la rama de fantasía y ciencia ficción
(mayormente distópica), pues a la comunidad lectora actual le atraen más y, por ende, cada
vez se escriben más historias de este tipo. Otra categoría que se podría mencionar como las
más cambiantes es el romance, la cual se ha ido adaptando a los estándares del amor y al
agrado del público.
La intención del escrito es hacer una comparación entre la literatura universal (que
engloba a los libros considerados como clásicos), y la literatura actual, haciendo énfasis en
la forma en cómo se ha evolucionado de una a otra.
Cuando hablamos de “clásicos” en el mundo de los libros solemos referirnos a los
libros que han existido a lo largo de décadas, o incluso siglos, impactando a muchas
generaciones de lectores, y que pueden leerse con el mismo entusiasmo e interés hoy en día
que cuando fueron escritos.
Por otro lado, al hablar de literatura actual, se podría referir a los libros que han sido
escritos en los últimos años, y por lo mismo siendo bastante recientes. Especialmente,
hablamos de libros que se apegan a historias ambientadas en lugares, ya sea del día a día, o
ya sea en lugares inventados o futuristas.
La evolución de uno a otro está marcada principalmente por la forma de expresarse
que tienen los autores, seguido de la forma en la que tratan los temas cotidianos. Los libros
se basan fundamentalmente en cosas que pasan en el momento en el que son escritos y, por
lo tanto, la vida de cada autor y su época tiene mucho que ver en cómo desarrolla a los
personajes, su personalidad y su actitud, así como las relaciones que construyen entre ellos.
Hoy en día, los libros que menos abundan son los que tratan de temas serios, y los
que existen son vilmente ignorados. Hay que admitirlo, no es la prioridad para la mayoría,
que ve como la lectura su distracción. Los libros complicados son agobiantes para el lector,
y estos optan por seguir con sus ejemplares sencillos. Por ello, los libros que abundan son
los fantásticos que te llevan a mundos imaginarios, o los románticos apasionados que te
hacen soñar con una historia de amor que nunca podrás tener.
Y no es que en el pasado no existieran libros futuristas o de romance, sino que la
manera de plantear las cosas y la perspectiva de ello era diferente. Sobre todo, estaba el
hecho de que los avances tecnológicos aún no hacían acto de presencia, y eso limitaba la
imaginación. En nuestros días, la tecnología hace de las suyas y nos ha facilitado la vida de
gran manera, haciendo que la imaginación del escritor vuele mucho más allá de lo que antes
podría haber sido capaz.
El tema de todo lo tecnológico es algo controversial, pues aquella persona que usa
para casi toda acción la tecnología, es tomada por vago y superficial.
Algo así sucede con la literatura actual (ya que, como fue mencionado, éstas dos
están relacionadas entre sí). Hay personas que sólo leen clásicos, y todo aquello que no
entre en la rama es basura, lo cual, en opinión propia, no es verdad. Hay libros casi tan
buenos (o incluso, me atrevo a decir que mejores) como un clásico, que provienen de
escritores de ésta época.
Y es obvio que no van a ser iguales, pues cada uno se adapta a sus distintos años de
auge y a su audiencia. Es absurdo querer comparar éstos libros por su cantidad de años en
el mercado y no por su calidad en coherencia, redacción y lírica.
Podemos poner el ejemplo de dos libros bastante buenos entre sí. Frankenstein (o el
moderno Prometeo) de Mary Shelley, y iBoy de Kevin Brooks.
Por un lado, está Frankenstein, contando las desdichas de la vida de éste hombre
llamado Victor Frankenstein. Gracias a la muerte de su madre, bastante joven, decide salir
de su ciudad natal, Ginebra, en busca de mayores conocimientos científicos. Y después de
varios años de investigaciones, logró engendrar a su propio ser con restos de humanos y
electricidad. Algo que para él todo el tiempo que pasó creando y anhelando, iba a ser
esplendido, terminó siendo su monstruo. Al ver que las cosas nunca fueron como debían
haber salido, huyó, dejando a la deriva a un nuevo ser que, sin expectativas y sin saber nada
del mundo, necesitaba de alguien que lo guiara. Cada uno con sus penas vivió un tiempo.
Uno cobró venganza por su abandono inmediato. El otro, temeroso de lo que pudiera pasar,
intentó seguir normal con su vida en vano. Terminó como una persona desgraciada, siendo
víctima de las consecuencias de sus decisiones del pasado. El monstruo le dice, en su
última escena… ¡Creador insensible y despiadado…! Me otorgaste sensaciones y
pasiones, y luego me arrojaste al mundo para desprecio y horror de la humanidad.
Por el otro lado está iBoy, que también cuenta las desgracias de un chico de 16 años
llamado Tom Harvey, que vive solo con su abuela en uno de los barrios más peligrosos de
Londres. Un día normal, caminando por su edificio residencial, alguien llamó su nombre, se
volvió para saber quién era y después todo se esfumó. Despertó con las sensaciones más
extrañas que hubiera podido tener, como la interacción de mil millones de abejas, que
realmente no lo son, sino información. Unos y ceros; el sistema binario, en su cabeza. Un
iPhone fue lo que lo golpeó mientras que su amiga de toda la vida, Lucy, era violada desde
el mismo lugar donde fue arrojado el objeto del cual empezó a formar parte de su cerebro.
El iPhone que casi acaba con su vida se volvió parte de él, se fusionó, y lo llenó de
información valiosa. Su amiga, no quiso denunciar los nombres de sus agresores, puesto
que después tomarían venganza. De manera incógnita, Tommy investigó, descubrió,
amenazó e hirió a los intermediarios, hasta que llegó con el jefe del plan. Lo asesinó de
manera brutal, dando fin al reinado de la mafia en Crow Lane, y al miedo e incertidumbre
de Lucy. Probó la venganza, y supo que era dulce.
Ambas, historias de ciencia ficción, hablando de los cambios entre las dos personas
gracias a la ciencia/tecnología. Ambas, sintiendo el desprecio del mundo. En ellas la
venganza es clave, y la muerte su amiga. Los años de diferencia de publicación son
bastantes, y eso no le quita el mérito a ninguna de las dos; son dignas de ser llamadas obras
de calidad.
Ahora, un ejemplo del cambio trascendental de temas en los libros de épocas
distintas, está bastante claro entre Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, y After, de Anna
Todd.
Orgullo y prejuicio se desarrolla a inicio de 1800; nos relata la historia de los
Bennet, una familia de la clase media, conformada por el padre, la madre y 5 jóvenes hijas
que deben buscar marido para no quedar a la deriva, pues la herencia de su padre a su
muerte, pasaría a manos de su sobrino, el señor Collins. La historia de amor entre las
mayores de las Bennet es trágica y hermosa a la vez, siendo alejada una de su amor, el
señor Bingley, y la otra rechazando al que más la anhelaba, el señor Darcy. La huida de la
menor de las Bennet trajo consigo un reencuentro e intervención del señor Darcy en el
juego. La aceptación del amor, dejando de lado el orgullo de Elizabeth Bennet, y
eliminando los prejuicios del señor Darcy, dio como fruto un amor digno de admirar.
After, cuenta como una chica universitaria, Tessa, se aventura en su nueva vida,
descubriendo un lado del mundo al que nunca se hubiera imaginado capaz de entrar.
Descubre el dolor y la incertidumbre que implican los amores tóxicos.
Ambas, siendo tomadas como historias de amor, muestran como el cambio de ha
hecho presente en la vida de las personas y como llevan sus relaciones personales.
Personalmente, pienso que todo buen lector debe saber apreciar lo bello de los
libros, sea cual sea el siglo, década o año del cual provenga. Sin importar si es poesía,
misterio, suspenso, ficción, fantasía o romance. Sin tomar en cuenta si el escritor es de
España, Tailandia, México, Canadá, Cuba o Croacia. Sin importar nada. La literatura es
hermosa sean cuales sean sus características.
Lo importante de un libro son las emociones que busca transmitir, el empeño y la
dedicación que fueron puestos en él.
Todo libro es bueno, si sabemos discernir entre lo que nos beneficia y perjudica.
Sea cual sea la lectura actual, al momento de pasar la vista por sus páginas y captar
la información plasmada, debemos evitar ser como esponjas y absorber cada una de las
palabras, y en ese momento tenemos que volvernos filtros, dejando sólo las cosas que nos
favorecen y que son buenas, y desechar aquello que está mal. Siempre hay que ver lo
positivo de las cosas, y lo negativo eliminarlo rotundamente.