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Educar en Pensamiento Crítico

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ACTIVIDADES para realizar un resumen académico

1. LOCALIZAR LAS PARTES DEL RESUMEN A LOS DOS TEXTOS DE RESUMEN ENVIADOS
2. REALIZAR UN RESUMEN AL TEXTO ABAJO PRESENTADO DE 200 PALABRAS

PARTES DEL RESUMEN (200 palabras)

1. PRESENTA EL ASUNTO
2. HABLA DE LA IMPORTANCIA DEL ASUNTO
3. DETERMINA LA PERTINENCIA DEL ASUNTO (justificación del asunto tratado en el texto)
4. ENUNCIA EL PROPÓSITO U OBJETIVO DEL TEXTO
5. DA UNA PANORÁMICA TEÓRICA (AUTORES QUE ABORDARÁ EN EL TEXTO)
6. ENUNCIA 5 A 6 PALABRAS CLAVE QUE SE DESARROLLAN EL TEXTO

Resúmenes para detallar


1.
Pocos elementos de la filosofía práctica de Aristóteles han sido más discutidos
que el llamado “silogismo práctico”. Pero también hay pocos tan sugestivos para los
comentadores como éste. En este artículo pretendo definir en qué consistiría la teoría
del silogismo práctico como un elemento diferenciado dentro de la teoría ética
(o más concretamente, de la teoría de la acción) aristotélica. No es propiamente una
Demostración de la existencia de dicha teoría, sino más bien de que puede ocupar
un lugar, incluso necesario, en la teoría general de la acción del Estagirita, a pesar
de las dificultades, que se tratan de resolver. A esta conclusión se llega por medio
de un análisis de los elementos principales de la teoría.

Palabras clave: Silogismo práctico, Aristóteles, Filosofía de la acción,


Racionalidad práctica.

2.

Resumen
Este artículo de revisión presenta el estado de la cuestión de las investigaciones
sobre representaciones y prácticas de escritura en el contexto latinoamericano. Se
recogen diez investigaciones sobre representaciones sociales de la escritura y
catorce investigaciones sobre prácticas de escritura, adelantadas en diversos
contextos socioculturales. La información fue recabada de los repositorios Redalyc,
Dialnet y Scielo y de revistas especializadas; solo se tuvieron en cuenta artículos de
investigación que tuvieran explícitamente la estructura introducción, marco
teórico, metodología, resultados y conclusión. Para organizar la información, se
diseñó una matriz analítica de contenido. Esta matriz sirvió para extraer la
información relevante y organizarla en las categorías analíticas definidas a priori:
objetivos, teorías, métodos y resultados. Este documento comprende tres
apartados. Primero, se explica la metodología utilizada para sistematizar la
información de los artículos. Después, se presentan las categorías
analíticas en que se organizó el estado del tema. Y por último, se expone una
discusión sobre las tendencias generales de los trabajos reseñados y se ofrecen
algunas reflexiones sobre alternativas y proyecciones investigativas en el campo de
las representaciones sociales y prácticas de escritura.
Palabras clave: representaciones sociales de escritura, prácticas de escritura,
estado del tema, América Latina.

Educar en pensamiento crítico, una urgencia


para Colombia
Nuestros colegios y universidades deben educar para argumentación basada en las mejores
evidencias
Por: Carlos Vélez Gutiérrez - Razón Pública

04 de noviembre 2018 , 09:25 p.m.


La expresión ‘pensamiento crítico’ tiene diversos significados que se han construido a lo
largo de, por lo menos, 25 siglos de historia de la humanidad, aunque su uso especializado
se haya consolidado en el siglo XX.
Su origen se remonta, quizá, a una de las épocas más fructíferas de los encuentros
culturales entre Oriente y Occidente. Los tres representantes antiguos más importantes para
su significación son Siddharta Gautama, Sócrates y Confucio. En ellos se ve con claridad
la transición del pensamiento mágico-religioso al pensamiento filosófico, fundamento
de lo que hoy denominamos pensamiento científico.

Aquí se presentan algunas propuestas derivadas de la revisión de este concepto, una


reflexión sobre los principales obstáculos para la emergencia de una cultura crítica en
Colombia y algunas propuestas sobre lo que podrían hacer los maestros para contribuir a
fortalecerla en el aula de clase.
Calidad de vida
Uno de los autores más representativos de este campo de estudio es Richard Paul, quien
afirma que “la calidad de nuestra vida y lo que producimos, hacemos o construimos
depende precisamente de la calidad de nuestro pensamiento. Un pensamiento de mala
calidad, pobre, es costoso, tanto en términos de dinero como de calidad de vida. La
excelencia en el pensamiento, sin embargo, debe ser cultivada de manera sistemática”.

La enseñanza y el aprendizaje del pensamiento crítico son entonces objetivos importantes


para la educación en todos los niveles. Por eso, nuestros estudiantesnecesitan preguntar,
explorar y compartir lo que saben, imaginan e ignoran, así como aprender a aplicar
su conocimiento y sus sentimientos sin temor al ridículo o a que los matoneen sus
compañeros y profesores. Sin estas formas de interacción en el aula, en la casa y en la calle,
no tendrán herramientas para evaluar su propio pensamiento y, en consecuencia, no podrán
cambiar sus ideas, emociones y prácticas.

Además de estas condiciones básicas, el aprendizaje del pensamiento crítico requiere el


análisis objetivo, persistente y preciso de cualquier afirmación, fuente o creencia para
juzgar su alcance, la validez de sus fundamentos y la veracidad frente a los hechos. Una
toma de postura como esta es deseable cuando se trata de resolver problemas o tomar
decisiones; exponer evidencias, hechos y argumentos que sustenten nuestros pensamientos
y valoraciones; evaluar los argumentos y la información que recibimos de otras personas,
medios e instituciones; usar nuestro conocimiento en diferentes contextos y explorar otros
problemas y hechos desde múltiples perspectivas.

Estudiantes necesitan preguntar y compartir lo que saben, imaginan e ignoran, así como

aprender a aplicar su conocimiento y sus sentimientos sin temor al ridículo o a que los

matoneen sus compañeros

En consecuencia, el pensamiento crítico articula la teoría de los argumentos con el


contexto donde ocurren. Un estudiante que piensa críticamente tiene habilidades para
diferenciar argumentos, elaborar conclusiones con estos argumentos y construir los propios.

Estas características nos permiten afirmar que el pensamiento crítico es un tamiz contra la
información excesiva que circula en el mundo actual y contra un sinnúmero de personas y
organizaciones que buscan persuadirnos. Esto ocurre mediante diversos modos de
publicidad y circulación del conocimiento, los valores y las emociones en los medios,
las redes y los espacios público y privado.

El pensamiento crítico exige analizar toda esa información, valorarla y tomar postura
frente a su veracidad y la calidad de los argumentos que la soportan o, por el contrario,
contradecirla con argumentos coherentes con los hechos, dejando a un lado, en lo posible,
las meras opiniones y el capricho.

Los especialistas proponen dos dimensiones básicas en el desarrollo del pensamiento


crítico: la cognitiva, que incluye habilidades fundamentales como interpretación, análisis,
evaluación, inferencia, explicación y autorregulación; y las disposiciones o actitudes
personales, emotivas y afectivas, que consisten en ser una persona inquisitiva,
sistemática, juiciosa, buscadora de la verdad, analítica, de mente abierta y confiada en
el razonamiento.

Pero no basta con tener habilidades y disposiciones si no tenemos las oportunidades para
desarrollarlas; los roles sociales que desempeñamos son fundamentales para crearlas o
limitarlas. En otras palabras, el desarrollo del pensamiento crítico no es un asunto personal;
exige formas de interacción social que potencien las relaciones intergeneracionales y el
trabajo en equipo.

Sin estas condiciones, no se resolverán muchos de los problemas sociales, económicos


y ambientales que amenazan el bienestar de todos y el futuro de la vida en nuestro planeta.
Qué falta en Colombia
Una sociedad no podrá ser crítica o autocrítica mientras no se aleje de los extremos,
pues en los extremos predominan las ideologías y los prejuicios, no las razones o los
argumentos.

Pero ¿qué valor podemos dar a los argumentos cuando la interacción entre escuela, familia
y sociedad no enseña a inferir, a sacar conclusiones propias, a diferenciar entre las
opiniones y los hechos; cuando no enseña a pensar autónomamente?
En una sociedad de caudillos extremistas y dogmáticos se necesitan espectadores, borregos
y seguidores, no personas independientes de criterio y capacidad de análisis. Esto significa
que el principal proyecto político de quienes defienden las ideologías de derecha –
hegemónicas en la historia de Colombia– es mantener el sistema educativo como está o
simular que promueven cambios, pero haciendo que las cosas sigan igual. Los resultados
de las pruebas nacionales e internacionales, como Saber o Pisa, sustentan esta
afirmación.
En norte del Cesar, escolares exponen sus vidas para poder estudiar
Colombia, a la cola de los países con mejor nivel de inglés
En época de matrículas, alternativas para pagar la universidad
Se requieren más colegios con título extra: respeto a la igualdad

Por la misma razón, una escuela basada en las ideologías de izquierda tampoco es la salida;
su objetivo es convertir a los estudiantes en seguidores irracionales de sus propios dogmas.
Como ejemplo están los casos de Venezuela, Cuba, Nicaragua, China, Corea del Norte o la
antigua Unión Soviética.

¿Hace cuánto sabemos que el justo medio es el mejor camino para alcanzar el
equilibrio? En un país multiétnico y pluricultural, la negociación y el respeto a los pactos
entre diferentes tendría que ser la mejor estrategia para lograr la convivencia y el
desarrollo, para construir un proyecto de nación como nunca lo hemos tenido.
El rol de los maestros
Si el sistema educativo no es crítico con él mismo, difícilmente podrá formar
pensadores críticos en sus aulas. Por eso son pertinentes las siguientes propuestas para los
maestros:

La primera es conocer las formas de pensamiento que están en la base de los contenidos
conceptuales o procedimentales que enseñan y darles prioridad a las ideas
fundamentales, básicas y generalizables sin perder de vista sus vínculos contextuales. Si los
estudiantes no entienden estas formas de pensamiento, no podrán aprender los contenidos
de sus planes de enseñanza.

Segundo, definir las actividades de enseñanza y aprendizaje de tal manera que los
estudiantes tengan que pensar autónomamente cómo enfrentarlas y resolverlas. En
este sentido es importante promover actividades individuales y colectivas de lectura,
escritura, habla y escucha críticas donde se involucre a todos los estudiantes, especialmente
a los más vulnerables. También, garantizar que los estudiantes entiendan claramente qué
sucederá en todas las clases y cómo ocurrirá esta interacción. En lo posible, mediante
diversas formas de negociación, involucrar a los estudiantes en la definición de los
contenidos, las metodologías, las expectativas de aprendizaje y los estándares que
orientarán el trabajo, así como en las formas de evaluar y calificar que serán utilizadas. En
pocas palabras, construir un contrato didáctico que establezca el ambiente de enseñanza y
aprendizaje con los estudiantes.

Hablar menos para que los estudiantes piensen más. Utilizar muchas preguntas para que
los estudiantes tengan oportunidades de reflexionar y producir su propio pensamiento, ojalá
presionándolos un poco para que vayan más allá de las opiniones y los planteamientos
superficiales. Además, exponer su propio pensamiento y no solo recitar lo que otros
pensaron. Una situación como esta es muy propicia para solicitar y dar ejemplos concretos
que ilustren los contenidos más abstractos y distantes del contexto donde se encuentran.

Solicitar a los estudiantes que resuman con sus propias palabras lo que el maestro o los
compañeros expusieron; que relacionen los contenidos de la clase con sus saberes
previos y sus experiencias personales, que ejemplifiquen, que expliquen individual o
colectivamente lo que deben hacer y cómo lo harán; que pregunten lo que no entienden;
que escriban lo que piensan y que discutan cotidianamente sobre lo que afirman y lo que
niegan hasta, en lo posible, construir un consenso o aceptar pacíficamente el disenso.

Estas son propuestas para que los maestros autónomos las piensen, las evalúen críticamente
y, ojalá, las mejoren, las apliquen en su trabajo diario y las compartan con sus pares. Sin
una excelente interacción social, cognitiva y afectiva entre maestros, estudiantes, familias y
contextos, no podremos construir una educación de alta calidad; y sin ella, no podremos ser
la excelente sociedad que soñamos para todos los colombianos.

En una sociedad de caudillos extremistas y dogmáticos se necesitan espectadores, borregos

y seguidores, no personas independientes de criterio y capacidad de análisis


Habilidades para el siglo XXI
El pensamiento crítico está considerado en la actualidad como una de las principales
competencias que debe desarrollar el ser humano de cara a su futuro laboral y éxito
profesional. Se incluye dentro de las llamadas habilidades blandas y, a diferencia de las
duras, como pueden ser las matemáticas y, en general, todo conocimiento adquirido durante
la educación formal, se identifican con la puesta en práctica de aptitudes, conocimientos y
valores adquiridos, como el liderazgo o la capacidad de emprendimiento.

CARLOS VÉLEZ GUTIÉRREZ*


Razón Pública
* Coordinador pedagógico del programa Ondas de Colciencias en Caldas, arquitecto de la
Universidad Nacional, magíster en Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de
Manizales y el Cinde, estudiante del doctorado en Ciencias de la Educación de la
Universidad de Caldas y docente e investigador del Departamento de Educación de la
Universidad Autónoma de Manizales.

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