Kazuya Sakai - Japón: Hacia Una Nueva Literatura

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Kazuya Sakai JAPON: HACIA UNA NUEVA LITERATURA EL COLEGIO DE MEXICO Primera edivién, 1968 A Suntiko Kawano Derechos resenadas conforme a la Tey ‘© 1968, El Colegio de México Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico por Grdfica Panamericana, S. de RL. Parroquia 911 Méxioo 12, D. F. 1, ANTECEDENTES: EL MUNDO FLOTANTE DE LA NOVELA JAPONESA DEL SIGLO XVII Iwrnopucci6x dle la época de los hermanos Goncourt los oc familiarizados_ con las estampas stan en el desconocimiento de s japonests, Saikaku, que repre se movimiento pictdrico conocido del mundo flotant también asombroso que entre la mayorla de los ovci- s estampas del “mundo flotante” sigan siendo conside- radas como las obras mas caracteristicas del arte japonés, al tiempo aque identfican a la literatura japonesa, como dice Howard Hib- Bett, dnicamente con algunas de sus formas tradicionales, como B Es cunoso que " LA LITERATURA JAPONESA MODERNA Jos romances de la corte de los siglos x y x1, las misteriosas piczas medievales del teatro Noh, o los delicados poemas haiku del si- glo xv La imagen fija que atesora Occidente del colorido Japén se produce, primero, por la difndida ereencia de que las estampas reflejan a tuna sociedad refinada y aristocritica, y segundo, por su profnda ignorancia de la literatura japonesa o, para decirlo de ‘otro modo, por su afin de aceptarla a través de esas inmgenes invariablemente envueltas en una atmésfera roméntica, sentimen- tal, de delicadeza imperceptible, con su descripcién de actitudes yy sentimientos refinados 0 de un anhelante mundo melancélico; ‘en consecuencia, no han tenido ni tienen muchos deseos de modi- ficar su idea del Japén tradicional, ya que quedarian despojados de la Hinguida caida de los cerezos en flor o Ia fuga susurrante de las hojas de otoio. Desde luego, no es justo culpar la ignorancia ocultando las de- ficiencias de divulgacién, asi como no siempre es valido atacar Ia ‘reencia generalizada de que es posible producit la imagen tipica de un pueblo basindose en informaciones historicas o culturales de reciente data, Era Nietzsche quien decia que no podiamos juzgar el pensamiento de un pueblo o el Volksgeist, apoyindonos tinica- mente en la historia de sus tiltimos tres o cuatro siglos. A su vez, el conocido pensador japonés lizuka Koji ataca con cierta viralencia 4 sus compatriotas cuando éstos tratan de manejarse con férmulas ‘miigicas para definir la cultura occidental, como cuando afirman que Alemania ha sido y es el pais de la ciencia y la tecnologia, fomitiendo que hace apenas 120 afios los alemanes Tlamaban em: bustero a Daguerte 0 insultaban a Haeckel haciéndolo discipaio del diablo.! ‘Mutatis mutandis, seria (seria?) entonces chocante y de mal gusto enterar al occidental de que en determinado —aunque cor to— momento de la historia japonesa, tan cercano como Moiitre y Defoe, la mujer japonesa no fue el ser stumiso, obediente y casto {ue todos ellos imaginan, 0 que los escritores parodiaban irteveren- temente a los clisicos sagrados, no lejos de los dadafstas que pu sieron bigotes a Mona Lisa; de que se burlaban de la virtud y de los valores establecidos, no siempre ereian en el triunfo del bien 1 Tizuka, Kei, Tay0 no shiaku to sei ¢ no shitaku (Puntos de vista hacia Oriente y hacia Occidente), p. 47 ANTECEDENTES: LA NOVELA DEL SIGLO XVII 15 y vivian en un hedonismo lindante con el delirio; de que, en fin no sélo la perseeuicién de la felicidad era identificada con los pla- ceres Injuriosos, sino que el derroche del dinero, si bien podia tener consecuencias no muy deseables, no era de ninguna mancra considerado pecado, pese 2 la legistacién neo-confuciana y a la in- finencia del austero cédigo del samurai, aun cuando estos cédigos y reglas morales eran més benevolentes que la ética calvinista que tanto pes6 en el desarrollo econémico de Europa. La novela del “mundo flotante” (wkiyo-zdshi) y las estampas japonesas (ukivo-e) pertenccen a esta

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