Los Padres de David

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Los Padres de David

1 Samuel 10:9-12: Aconteció luego, que al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó
Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día. Y cuando llegaron allá al collado,
he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre
él con poder, y profetizó entre ellos. Y aconteció que cuando todos los que le conocían antes
vieron que profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué le ha sucedido al hijo
de Cis? ¿Saúl también entre los profetas? Y alguno de allí respondió diciendo: ¿Y quién es el padre
de ellos? Por esta causa se hizo proverbio: ¿También Saúl entre los profetas?

En el relato que acabamos de leer se menciona que Dios le cambió el corazón a Saúl, y esto fue
necesario para que sucediera el cumplimiento de las señales que Dios le dio por boca del profeta
Samuel, de manera tal que se introdujo en la esfera profética de la compañía de profetas y
comenzó a profetizar.
Es importante comprender que esta era una compañía de profetas, no era un profeta que andaba
suelto de un lado a otro sin responder a ninguna cobertura, había un compromiso entre ellos, de
modo tal que la misma expresión hebrea lo corrobora:

Gracias a estas definiciones es que podemos "medir" la estatura espiritual de un ministro de altar,
profeta de oficio.
Una compañía, es decir la unión entre sí como con un lazo de ministros afines que fluyen en un
mismo don, nos habla no solamente de unidad, sino de sujeción y fortaleza, puesto que escrito
está:
Eclesiastés 4:12: Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces
no se rompe pronto.
También nos habla de dolores de parto, esta es la naturaleza del profeta en su ministerio de
intercesor, hasta que Cristo sea formado en los creyentes:

Galatas 4:19: Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea
formado en vosotros...

Vale aclarar que no todos los que profetizan son profetas de oficio, puesto que el oficio de profeta
es una cosa, el don de profecía es otra cosa y el hecho de profetizar en un ambiente profético es
muy diferente. Saúl experimentó esto último y empezó a profetizar. Por esta razón es que
surgieron preguntas muy interesantes, preguntas que hoy día debemos formular:

¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis?

Esto nos habla de conocer su testimonio

¿Saúl también entre los profetas?

Esto podría traducirse de la siguiente manera: ¿Saúl también asiste a la asamblea (‫" ּגַם‬gam") de
los profetas? Es decir que es necesario el congregarnos, el sujetarnos a una autoridad y permitir
ser regulados cuando sea necesario.

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Y alguno de allí respondió diciendo: ¿Y quién es el padre de ellos?

Esta tal vez sea una de las preguntas más importantes: ¿Quién es tu padre? ¿Quién te engendró?
Es decir, ¿de dónde saliste?

En base a esta pregunta vamos a desarrollar el tema de hoy.

Estas preguntas son extremadamente profundas, y cada una de ellas tendrían que analizarse
minuciosamente, pero vamos a ponerle la lupa a esta última, la importancia de la paternidad.

La Importancia de la Paternidad

En el ámbito natural, nuestros padres no solamente nos heredaron el color de ojos, el tipo de
cabello, gestos o ademanes, aún la forma de caminar, hablar o reir; sino también existen herencias
que van más hallá de un parecido físico; sino que existen herencias espirituales y herencias propias
de asuntos del alma:

1 Pedro 1:17-19: Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra
de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis
rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas
corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación...

En la actualidad se ha hecho un especial hincapié en el tema de la PATERNIDAD ESPIRITUAL, y esta


es una verdad eterna. Pero esta bendición tan hermosa puede convertirse en un severo conflicto si
elegimos una paternidad equivocada. Siempre se creyó que el padre de uno es quien lo trajo al
camino del Señor, quien un día compartió su testimonio y por el cual uno llegó a reconocer a
Jesucristo como Señor y suficiente Salvador. Pero paternidad no es esto, no es padre quien te trae
a Jesús; sino que padre es quien te acompaña en el camino, instruye, alienta, alimenta, quien
cuida y vela en todo sentido por tu vida espiritual e incluso material.

Esto lo confirma la misma Palabra:

1 Corintios 4:15: Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues
en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.

La palabra que se emplea para "ayo" es παιδαγωγός paidagogós; siervo cuyo oficio era llevar a los
niños a la escuela.

Aquél que un día te trajo a los pies del MAESTRO de maestros, Jesús, es solamente un ayo; pero el
apóstol Pablo se pone en el papel de padre, porque justamente este era el rol que desempeñó
durante su ministerio.

Más arriba leímos que de nuestros padres heredamos cosas vanas (μάταιος mátaios; vacías,
inútiles); pero de los padres espirituales también podemos heredar cosas que no nos beneficien en
lo absoluto.

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Por esto mismo insisto en la importancia de no recibir la paternidad de cualquiera que anda por
ahí; porque hay muchos que andan teniendo hijos y tal como se hacía en el pasado, los dejan
abandonados en la puerta de alguna iglesia. Hoy ocurre lo mismo. Pero algo similar le ocurrió
también a David, el dulce cantor de Israel.

Los Padres de David

David, de acuerdo a la Biblia, tuvo al menos tres padres: Isaí, Saúl y, aunque parezca increíble,
Nabal.

Isaí:

1 Samuel 16:19: Y Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a David tu hijo, el que está con
las ovejas.

A lo largo de las Escrituras notamos que David nunca tuvo buenos padres, su padre biológico Isaí
era una persona que nunca se interesó por David, solo ahí estaba (este es el significado de Isaí:
"Ahí está", quien existe).
Para Isaí David nunca fue importante, siempre lo menospreció; de manera tal que cuando llega
Samuel a la casa de Isaí para ungir como rey a uno de sus hijos; Isaí ni se percató que David no
estaba presente:

1 Samuel 16:10-13: E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí:
Jehová no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él
respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque
no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era
rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste
es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en
adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.

Saúl:

1 Samuel 24:9-22: Y dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David
procura tu mal? He aquí han visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la
cueva; y me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra
mi señor, porque es el ungido de Jehová. Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano;
porque yo corté la orilla de tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición
en mi mano, ni he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela.
Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti. Como dice
el proverbio de los antiguos: De los impíos saldrá la impiedad; así que mi mano no será contra ti.
¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga?
Jehová, pues, será juez, y él juzgará entre tú y yo. El vea y sustente mi causa, y me defienda de tu
mano. Y aconteció que cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la
voz tuya, hijo mío David? Y alzó Saúl su voz y lloró, y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me
has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal. Tú has mostrado hoy que has hecho
conmigo bien; pues no me has dado muerte, habiéndome entregado Jehová en tu mano. Porque
¿quién hallará a su enemigo, y lo dejará ir sano y salvo? Jehová te pague con bien por lo que en
este día has hecho conmigo. Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de

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Israel ha de ser en tu mano firme y estable, júrame, pues, ahora por Jehová, que no destruirás mi
descendencia después de mí, ni borrarás mi nombre de la casa de mi padre. Entonces David juró a
Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte.

Si el padre biológico menospreció a David, debemos considerar que también su padre del alma
(ministro) Saúl lo menospreció en muchas oportunidades. Basta recordar cómo lo menospreció
cuando iba a pelear contra Goliat, diciéndole que no podía contra aquél paladín guerrero de los
filisteos. Pero cuando David hubo derrotado al gigante, al hombre de guerra; y las doncellas
comenzaron a cantar atribuyéndole más victorias a David que al mismo Saúl; Saúl comenzó a
tenerle celos, envidia y llegó a odiarlo.

Hay ministros que no soportan ver crecer a los demás. Si alguien se destaca en alguna actividad
dentro o fuera de la iglesia, se sienten amenazados, sienten que todas las miradas y elogios van
hacia su flamante "opositor", y comienzan a buscar la ruina del tal. De alguna manera lo van a
asesinar... así estaba Saúl, con una lanza en su mano esperando la oportunidad de clavarlo en la
pared, es decir; dejarlo clavado, inmóvil en un límite, en el encierro ministerial, le colocan cuanto
obstáculo puedan con tal de seguir siendo ellos quienes reciban los elogios y las felicitaciones.

En su nombre está escondida su naturaleza: Saúl (‫ ׁשָ אּול‬Shaúl; pedido; requerido, solicitado): "Solo
a mí me quiere la gente", "todos preguntan por mí" ... "Yo soy el principal y no hay ningún otro"...
¡Esto no debe ser así!

Un verdadero padre no hace esto, el padre anhela que sus hijos se desarrollen, que lleguen más
lejos que lo que ellos mismos han llegado, busca el bien para sus hijos, porque los ama.

Nabal:

1 Samuel 25:4-12: Y oyó David en el desierto que Nabal esquilaba sus ovejas. Entonces envió David
diez jóvenes y les dijo: Subid a Carmel e id a Nabal, y saludadle en mi nombre, y decidle así: Sea
paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes. He sabido que tienes esquiladores. Ahora,
tus pastores han estado con nosotros; no les tratamos mal, ni les faltó nada en todo el tiempo que
han estado en Carmel. Pregunta a tus criados, y ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes
gracia en tus ojos, porque hemos venido en buen día; te ruego que des lo que tuvieres a mano a
tus siervos, y a tu hijo David. Cuando llegaron los jóvenes enviados por David, dijeron a Nabal
todas estas palabras en nombre de David, y callaron. Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por
David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus
señores. ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis
esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son? Y los jóvenes que había enviado David se
volvieron por su camino, y vinieron y dijeron a David todas estas palabras.

Acá vemos por último a Nabal (‫ נָבָל‬Nabál; insensato; perverso). Este fue un hombre que no quería
dar; pero sí quería recibir. "Pervirtiendo el orden bíblico".

Es figura de los ministros que solo están interesados en recibir "hijos" (ministros bajo cobertura)
para hacerse grandes, estos ministros son únicamente un número más en sus extensas listas
"curriculares", ni los conocen; pero quieren recibir sus diezmos y ofrendas; pero no están
dispuestos a dar ni un centavo por la vida de ninguno de ellos. Necesito aclarar un punto para no
ser mal entendido. CREO EN LOS DIEZMOS Y OFRENDAS, es el mecanismo que el Señor dejó

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estipulado para que se realice este servicio con AMOR. Es una llave para acceder a ricas
bendiciones. Pero esto no debe ser el motor que nos impulse a cobijar ministros del Señor.

Esto contradice la Escritura misma, viendo la actitud de un verdadero apostol:

2 Corintios 12:14: He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré
gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los
padres, sino los padres para los hijos.

En conclusión, David cuando vio a estos "padres" que tuvo no se desconsoló totalmente; porque él
sabía muy bien que en los cielos él tenía un PADRE MARAVILLOSO, cómo vos y como yo.

Salmo 27:10: Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.

Si fuiste abandonado por padres bilógicos o espirituales, si incluso te enteraste que te quisieron
abortar,incluso si al día de hoy sentís que tus padres espirituales te rechazan y buscan ocultarte o
amedrentarte... yo quiero recordarte que tienes un PADRE EN LOS CIELOS, Él nunca te
desamparará!!

Apóstol Duilio Vetere Casco


Rhema Ministerios Central

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