El Cuerpo Dramatúrgico
El Cuerpo Dramatúrgico
El Cuerpo Dramatúrgico
El cuerpo dramatúrgico
M. Verónica Manzone1
Recibido: 09/12/2016
Aceptado: 04/02/2017
Resumen
El presente trabajo tiene como propósito pensar el término dramaturgia, comúnmente
asociado al texto escrito (y por ende, a la literatura), con una mirada desde la escena. Se
indagará en la construcción de textos alejados cada vez más de la figura de un autor
tradicional, a los que se llama, entre muchos nombres, dramaturgias de la escena. Dentro de
este concepto de dramaturgia ampliada, interesa particularmente investigar la dramaturgia
de actor, la cual se aborda como una dramaturgia del cuerpo. Se observará cómo se han ido
modificando los acuerdos, las miradas y las técnicas en relación al cuerpo del actor en
escena, para llegar a la actual situación de un cuerpo emancipado que cuenta con autonomía
para generar textos-escénicos, y en el cual el actor, en tanto cuerpo fenoménico, se presenta
sin enmascaramiento desafiando los límites de la representación.
Palabras claves
Cuerpo – dramaturgia – actor – escena – texto.
Abstract
The present work has the purpose of thinking about the term dramaturgy which is
commonly associated to the written text (and, therefore to literature), from a scene view.
We shall study the text constructions that are farther and farther away from the figure of
traditional authors that are called, among lots of names, Dramaturgies of the scene. Inside
of this concept of expanded dramaturgy, the interest is particulary set on the investigation
of the dramaturgy of the actor, which is tackled as the dramaturgy of the body. It will be
observed how the agreements, the approaches and the techniques have been modified in
relation to the body of the actor in scene, to arrive at the present situation of an emancipated
body which has the autonomy to generate scenic text, and in which the actor, as a
phenomenal body present himself without any masking challenging the limits of the
representation.
Keywords
Body – dramaturgic – actor – scene – text.
1
Profesora y Licenciada en Arte Dramático. Doctoranda CONICET. Facultad de Artes y Diseño de la
Universidad Nacional de Cuyo. Contacto: [email protected]
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Introducción
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Se sostiene que el problema está aún vigente en tanto que, si bien es evidente
que hasta la fecha el material teórico producido podría considerarse suficiente para la
justificación del uso de estos términos, no obstante resulta una realidad que, en el
ámbito académico de congresos, cursos de posgrado y clases universitarias, existe aún,
si no un evidente rechazo, al menos ciertas sospechas ante el uso de términos tales como
dramaturgias múltiples, o de la escena, Dramaturgia(s), dramaturgias híbridas. Realidad
que se hace extensiva a los diferentes tipos de dramaturgias: de actor, de dirección y de
grupo. Todo esto da lugar a la segunda preocupación: y es que, si bien existen las
categorías de análisis, escasean definiciones claras que resulten orgánicas para ser
adoptadas sin reticencias por la academia y por la praxis teatral. El hecho de que aún
hoy las instituciones que homologan el canon teatral exijan para la participación en
concursos, el texto en su soporte escrito es suficiente como muestra de la actualidad del
problema.
Los casos son diversos y se presentan desafiantes: por el simple hecho de surgir
y consolidarse como nuevas formas de escrituras, requieren replanteamientos ante la
heredada escritura de autor teatral tradicional, generando nuevos interrogantes y
reclamando nuevas metodologías para ser abordadas como texto escénico. Desafiantes,
en tanto se constituyen como objetos donde escena, cuerpo y texto están completamente
imbricados.
Deslinde terminológico
A modo de refrescar algunos conceptos de los cuales se parte para el desarrollo del
trabajo, tomaremos los estudios de Joseph Danan (2012), que ha resultado ser un
material esclarecedor ante la ampliación del concepto de dramaturgia. El autor
comienza un ensayo teórico con un gran interrogante: ¿Qué es la dramaturgia?, para
exponer luego que la escritura del teatro actual linda entre una dramaturgia debilitada y
su ausencia, y responde a una clara emancipación de la representación. Lo que se
quiebra en primer momento, o al menos se coloca en discusión, es lo que Danan llama
el arte en dos tiempos. El primero de estos tiempos, constituido por un texto escrito a
priori por un autor; y el segundo tiempo, establecido por un director que se apropia de
ese texto y crea la puesta en escena. Dicha idea corresponde, según el autor, al sentido 1
(texto tradicional), en tanto el texto aparece sobre la puesta en escena. En la actualidad
las formas de escritura reformulan este sentido, colocándose en general dentro del
sentido 2. Para el investigador, este segundo sentido está del lado del tránsito, del
proceso creativo, en el cual no se sabe a ciencia cierta el orden de aparición de
elementos en la creación, este sentido permite un lugar a la escritura desde la escena.
Entre el sentido 1 y 2 de la dramaturgia es donde se desarrolla nuestro teatro actual tanto
en Mendoza como en gran parte del país.
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En Argentina, en la década del ‘90, Jorge Dubatti comienza a teorizar sobre estas
nuevas prácticas teatrales proponiendo términos nuevos, tales como teatrista, y
diferencia los distintos tipos de dramaturgia: de actor, de director, de grupo y de autor,
sumando además, en sus investigaciones, la necesidad de contar con una nueva
formulación de una noción teórica que amplíe el concepto de dramaturgia. Esta
necesidad responde a las prácticas teatrales de la posdictadura, que por sus modos de
construcción reclaman un nuevo concepto que las reúna para permitirles un estatuto de
texto dramático, ya que, bajo el paradigma del sistema tradicional de escritura dramática
de autor, se dejarían fuera de dicho concepto incluso a teatristas de la talla de Rafael
Spregeldburd, Alejandro Tantanian, Daniel Veronesse, Emilio García Webbi, Ricardo
Bartís, Pompeyo Audivert, entre tantos otros. “El reconocimiento de prácticas de
escritura teatral muy diversas ha conducido a la necesidad de construir una categoría
que englobe en su totalidad dichas prácticas (…). En el teatro, ¿sólo escribe el autor?
Por supuesto que no” (Dubatti 2002: 89).
Se propone, además de lo planteado con anterioridad, tomar las reflexiones de
Eugenio Barba. El legado de este autor es de gran importancia porque es resultado de la
necesidad de reflexión teórica a partir de una praxis teatral consagrada a nivel
internacional. El director de Odin Teatret se propone pensar la dramaturgia desde una
mirada profunda, que escapa a lo estrictamente literario:
Sus ideas instalan no solamente una nueva noción de dramaturgia, sino que
además permiten ampliar el concepto de puesta en escena, en la cual la tarea del hacedor
está más relacionada con la composición y al montaje. Para Barba hacer dramaturgia es
componer una red o un hilo de perlas que es en definitiva el espectáculo.
Dentro de este marco teórico es necesario mencionar, por un lado, a la autora
Erika Fischer-Lichte con su obra Estética de lo performativo (2014), material del cual se
desprenden muchas reflexiones posteriores de diversos pensadores del teatro y de la
performance, y del cual se sirve este artículo para pensar el cuerpo del actor a partir de
conceptos como embodied mind, corporización y cuerpo fenoménico. Y por otro lado, el
libro Dramaturgia de la dirección escénica (2015) de Cipriano Argüello Pitt, el cual
aborda la problemática de estas nuevas nociones que atraviesan el presente trabajo, y
propone el término dramaturgias de la escena, del cual dice: “el adjetivo escénica es el
señalamiento de una materialidad compleja que toma lo literario como un elemento
más, pero no jerárquico. Al mismo tiempo, sostener la palabra dramaturgia es pensar la
escena como un tejido complejo de sentido” (2015: 88). El investigador y director
cordobés invita también a pensar específicamente la dramaturgia de actor, y las páginas
que le dedica a esta categoría son de gran relevancia para la totalidad del presente
trabajo.
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Para ampliar las reflexiones del maestro, director y dramaturgo argentino se recomienda leer el breve
artículo, que es parte de varios escritos del autor, compilado por Jorge Dubatti en el año 2015. En el
artículo mencionado, El teatro teatra, propone que ese saber que tiene el teatro no es comparable a otros
saberes de otras disciplinas, para dar cuenta de esa especificidad expone que eso que solo el teatro sabe
hacer es teatrar.
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del actor es parte constitutiva de la obra, y por lo tanto resultaría complejo, sino
imposible, concebir ese espectáculo sin esos determinados actores.
En términos barbeanos el trabajo del actor se puede entender como dramaturgia
orgánica, compuesta de movimientos, gestos, miradas, etc. Para Barba la dramaturgia,
entonces, no tiene que ver únicamente con la relación del actor y texto teatral, sino que
se trata de un entramado de acciones, las cuales están ejecutadas por un cuerpo con
autonomía:
La dramaturgia de actor plantea, como dice Argüello Pitt, una dramaturgia del
cuerpo. Esta afirmación que puede verse como obviedad es, sin embargo, producto de
un devenir histórico, un proceso de re-descubrimiento del cuerpo en la creación
escénica. El resultado de este devenir permite actualmente pensar en el hacer del cuerpo
como dramaturgia específica, con reglas propias, y con un valor en sí mismo tal como
se lee en la cita de Barba.
realizaciones escénicas que poco tienen que ver con la necesidad de composición de
personajes y en muchas de ellas hasta perdemos la noción del mismo. De modo opuesto
a la idea de encarnación, nace con la performance y las realizaciones escénicas desde
los años sesenta la presentación del cuerpo en escena como cuerpo fenoménico
desprendido de la obligación de generar un cuerpo-signo. Las nuevas tendencias
escénicas piensan la tensión entre ser y tener de modo tal que el tener-cuerpo no
significa dejar de ser-cuerpo. El actor no puede abandonar su instrumento, como lo
denominan muchas escuelas de actuación, justamente esta imposibilidad coloca en un
lugar de contradicción la utilización del término instrumento para designar al cuerpo, ya
que, en tanto tal, pasa a ser objeto del actor, y puede ser moldeado a partir del control
racional. Esta visión niega la posibilidad de ver al sujeto-actor como cuerpo-pensante.
El cambio de paradigma radica en que no hay separación entre mente y cuerpo del actor,
éste no puede desprenderse de su propio cuerpo tal como lo indica la cita de Sánchez al
inicio de este apartado.
Corporizar significa en este caso hacer que con el cuerpo, o en el cuerpo, venga
algo a presencia que sólo existe en virtud de él. Es decir, cuando un personaje-
Fernando en El príncipe constante- aparece en y a través del cuerpo de Ryszard
Cieslak solo puede hacerlo una sola vez e indisolublemente unido a ese cuerpo en
particular. El personaje encuentra en el físico-estar-en–el-mundo del actor su
fundamento y la condición de posibilidad de su existencia. Únicamente existe,
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Tiempo compartido obra estrenada en agosto de 2016 en Mendoza, Argentina. Dirección: Víctor Arrojo.
Actores: Marcela Montero y Guillermo Troncoso.
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Singularidad y reescritura
Las creaciones a partir de procesos de dramaturgia actor y/o de grupo, son ejemplos
indiscutibles de singularidad y reescritura: en ellos aparecen datos biográficos de los
actores mezclados con elementos de la ficción. Algunos grupos teatrales están
autodenominando estas prácticas como biodramas, sin embargo, desde una mirada
rigurosa, resulta necesario ser cautelosos con el uso de ciertos términos que engloban
características que no tienen que ver en su totalidad con las prácticas a las que se desea
designar bajo el nombre de biodrama.4 Dentro de estos procesos se observa que una
parte de la escritura escénica y su esencia orgánica se perdería si se montara con otros
actores, y que en tal caso se ocasionaría una situación de reescritura con los nuevos
cuerpos, una resignificación del modelo anterior.
Para profundizar en esta idea y relacionarla con el ejemplo de El príncipe
constante expuesto en la cita de Erika Fischer-Lichte, se toma como ejemplo una
producción mendocina Pam, pam, pam. Ensayo sobre la violencia (Seminario final de
Carrera de Licenciatura en Arte Dramático, bajo la dirección de Cipriano Argüello Pitt,
4
Biodrama es un proyecto creado por la directora Vivi Tella dentro de un marco de experimentación en
el Teatro Sarmiento, es un formato de creación teatral donde los artistas tomaban la biografía de un sujeto
como material para crear ficción teatral. Si bien se ha expandido este término para nombrar otras prácticas
por fuera de la experiencia de la directora argentina no siempre responden a lo que ella denominó como
biodrama. Aún no se encuentran términos más acordes para designar casos escénicos autobiográficos, sin
embargo se propone tomar el concepto de autoficción de Manuel Alberca, proveniente de la teoría
literaria, para pensar rasgos comparables con dichas realizaciones escénicas: el autor (actor) en primera
persona, datos biográficos reales, mezcla de realidad y ficción. Y en relación a la recepción se observa un
procedimiento similar: el espectador no puede distinguir lo real de la ficción, y debe responder
activamente, cerrando los espacios de indeterminación, o bien, asumir la ambigüedad.
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actor mantiene ese texto interno como secreto, muchas veces la partitura es inconsciente
y ponerla en palabras es difícil, no es un texto transferible a otros. De ahí que sea tan
complejo el reemplazo de actores en procesos de creación ligados a dramaturgias
escénicas, no se podrán repetir los sucesos de modo exacto, ya para los mismos actores
las funciones y ensayos son irrepetibles, porque el cuerpo nunca es el mismo.
A lo anteriormente dicho, puede servir como ejemplo una anécdota del montaje
del director teatral mendocino David Maya, que a poco tiempo de estrenar la obra Punto
ciego,5 tuvo que enfrentarse con la decisión de una de las actrices de abandonar el
proyecto. El proceso había sido una construcción grupal de dramaturgia múltiple, cada
una de las actrices había ido organizando su devenir escénico colectivamente, cada
personaje (si se puede hablar de personaje en esta obra) estaba ligado a la singularidad
del cuerpo de cada actriz, por lo tanto al irse una de ellas no hubo modo de buscar un
reemplazo, la decisión de quitar el personaje parecía ser la opción más adecuada. Sin
embargo al quitar una parte de la red todo debió, indefectiblemente, sufrir
modificaciones: la puesta en escena que se estrena finalmente difirió significativamente
de los ensayos que habían tenido lugar cuando la actriz todavía era parte del proceso.
Otro caso interesante es la producción Me pegan las luces,6 bajo la dirección de
Ivana Catanese estrenada en el año 2015, y luego en el año 2016 re-estrenada con
cambios en el reparto (dos de los actores fueron reemplazados). Lo que aquí ocurrió
también permite pensar en la singularidad del cuerpo, en primer lugar los rasgos
corporales entre los primeros y los segundos actores no eran semejantes. Por ejemplo: el
cuerpo (en tanto cuerpo físico real) de Valentina Aparicio, actriz del estreno, daba la
sensación de un cuerpo de joven-adolescente más que de mujer, y en la ficción de la
obra las tensiones generadas por los juegos de roles jerárquicos con su maestra
(interpretada por Celeste Álvarez) se percibían de modo diferente en relación con el
cuerpo que presenta en el 2016 Gabriela Psenda. Dado que la edad que aparentan
físicamente Psenda y Álvarez es similar, allí en donde antes se percibía una clara
relación jerárquica, ahora se vislumbra una incipiente rivalidad. Desde la puesta en
escena la directora permitió que los cuerpos de las actrices se muestren sin
enmascaramiento, por lo que el personaje toma otra presencia física re-
corporalizándose. Esta modificación también se percibía en cuanto a lo vocal ya que es
evidente la marca identitaria que contiene un timbre de voz.
Por otro lado, el rol ocupado por el actor da lugar a pensar en un segundo punto.
Neftalí Villalba (actor del estreno) es músico, por lo que intervenía la escena tocando un
saxo en vivo. El actor del año 2016, Oscar Pizarro, no es músico, y por lo tanto la obra
tuvo que sufrir modificaciones, interesantes modificaciones que dieron lugar a la
creación de una nueva acción escénica: el actor estaba en el espacio haciendo pan.
Cuando se le pregunta a la directora el porqué de esta decisión, ella responde que
porque Óscar sabe hacer pan. Ese saber-hacer del actor, ese talento del cual se sirve la
directora es un saber singular, es un rasgo identitario del actor, que se pone en juego en
5
Punto ciego. Carla por el camino del mono, obra estrenada en el año 2011. Dirección David Maya.
Dramaturgia grupal. Reparto: Agustina Tornello, Verónica Pérez, Romina Fisela, Laura Zavalla,
Magdalena Lucero, Verónica Manzone.
6
Me pegan las luces, estreno 2015. Dirección Ivana Catanese. Dramaturgia Rubén Scattareggi. Reparto:
Celeste Álvarez, Valentina Aparicio, Neftalí Villalba y Constanza Lucero.
Reestreno 2016. Reparto: Celeste Álvarez, Gabriela Psenda, Óscar Pizarro y Constanza Lucero.
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Referencias bibliográficas
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