El Cielo y El Infierno
El Cielo y El Infierno
El Cielo y El Infierno
El CIELO Y EL INFIERNO
Brian R. Keller
EDITORIAL NORTHWESTERN
Milwaukee, Wisconsin
Segunda edición, 2003
Este libro fue traducido por el ingeniero Alfonso Corzo de Bogotá, Colombia;
y fue revisado por el pastor Andrew C. Schorer, de Edna, Texas, EE UU.
Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, son tomadas de la
SANTA BIBLIA, REINA VALERA 1995, EDICIÓN DE ESTUDIO.
Copyright © 1995, por Sociedades Bíblicas Unidas. Usada con permiso de las
SBU. Todos los derechos reservados.
PBT: Heaven and Hell by Brian R. Keller (NPH #15N0620; ISBN 978 0
8100 1978 2) Acknowledgment: 2007 Northwestern Publishing House. All
rights reserved. Translated and reprinted with permission.
EBP: El cielo y el infierno por Brian R. Keller (NPH #15N0620; ISBN 978
0 8100 1978 2) Reconocimiento: 2007 Northwestern Publishing House. Todos
los derechos reservados. Traducido y reimpreso con permiso.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser
reproducida, guardada en algún sistema de recuperación, o transmitida de
cualquier forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopiado,
grabado, o de otro modo excepto para una breve cita, sin permiso previo del
publicador.
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1. Definición de la muerte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
3. El momento de la muerte y
experiencias cercanas a ella . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
6. El castigo eterno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
7. El infierno es real . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Curtis A. Jahn
Editor de la serie
5
Introducción
La muerte no es el tema más placentero para considerar.
Mucha gente tiene miedo de morir porque le teme a lo
desconocido y al juicio de Dios. Sin embargo, en el fondo,
sabe que vendrá. Hay un conocido refrán que dice: Hay dos
cosas que no se pueden evitar: la muerte y tener que pagar los
impuestos. De hecho, uno puede evadir los impuestos, pero no
la muerte.
¿Qué sucede al morir? La pregunta es bastante amplia y
requiere respuestas en muchos niveles. Dios conoce todas las
respuestas, pero no las ha revelado todas. Sin embargo, él ha
revelado todo lo que necesitamos saber. “Las cosas secretas
pertenecen a Jehová, nuestro Dios, pero las reveladas son para
nosotros y para nuestros hijos para siempre” (Deuteronomio
29:29). Podemos estar seguros de las respuestas que Dios ha
revelado en la Escritura. Todo lo que la Biblia enseña sobre la
muerte es absolutamente cierto.
Algunos de nosotros podemos tener alguna experiencia con
la muerte. Quizá hemos estado al lado de la cama de amigos
o familiares que han muerto. En un instante estábamos
hablando con ellos, y luego se fueron. Nosotros no vemos lo
que experimentan después. Lo único que podemos ver es un
cuerpo sin vida y la reacción de la gente. Podría haber un
intento desesperado por resucitar a la persona. Podría haber
una gran tristeza o paz y calma. Podría haber una reacción
combinada mientras el creyente lucha con el dolor causado
por la separación de su ser querido y, sin embargo, goza por fe
de la certeza que el alma de esta persona descansa segura y
confortablemente con Jesús.
7
8 EL CIELO Y EL INFIERNO
¿Quién muere?
Todos estamos sujetos a la muerte física. Romanos 5:12
explica: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un
hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos
los hombres, por cuanto todos pecaron”. Adán y Eva pasaron
el pecado a sus descendientes. Puesto que todos somos
descendientes de Adán y Eva, todos hemos heredado el
pecado. El pecado trae consecuencias, entre las cuales está la
muerte: “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos
6:23).
Tanto Adán y Eva, como sus descendientes murieron. Es
triste leer estas palabras de la Escritura: “Así que Adán vivió
novecientos treinta años, y murió…. los días de Set fueron
912 años, y murió…. los días de Enós fueron 905 años, y
murió” (Génesis 5:5-11). Este estribillo continúa: “Y murió…
y murió…” Y así ha continuado hasta el día de hoy. Si el
mundo no se acaba pronto, usted y yo también moriremos.
14 EL CIELO Y EL INFIERNO
¿Qué es el alma?
Puede ser difícil tratar de explicar y definir qué es el alma.
Un estudio cuidadoso de muchos pasajes de la Biblia revela
que el alma es una parte invisible de nosotros que Dios creó.
El alma es la contraparte del cuerpo. Cuando estamos
físicamente vivos, estamos compuestos de un cuerpo y un
espíritu. Nosotros podemos ver el cuerpo, pero no podemos
ver el alma. El alma le da vida al cuerpo. Es el centro de
nuestra inteligencia (intelecto), nuestros deseos (voluntad), y
nuestros sentimientos (emociones). A medida que estudiemos
sobre la muerte aprenderemos más acerca del alma. El alma
no muere, es decir, que es inmortal. Cuando usted muere,
usted es su alma. Usted sale de su cuerpo. Por lo tanto
DEFINICIÓN DE LA MUERTE 15
condenado al infierno.
En el siglo primero, los creyentes fueron perseguidos.
Algunos sufrieron muertes terribles como mártires. Podría
parecer que el cristianismo era una causa perdida. Sin
embargo, el apóstol Juan recibió una visión sorprendente del
Señor. Él escribió: “Y vi las almas de los decapitados por
causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios”
(Apocalipsis 20:4). ¡Él vio las almas de los mártires en el
cielo! Las almas no mueren, viven para siempre.
Muerte = Separación
muerte física la separación del alma del cuerpo
muerte espiritual la separación del incrédulo de las
bendiciones espirituales de Dios
muerte eterna la separación del incrédulo de las
bendiciones eternas de Dios
(reencarnación).”11
Fundamentos bíblicos
1. Sólo Dios tiene el derecho de terminar la vida de los
seres humanos.*
2. No tenemos el derecho de decidir cuándo nosotros u
otros deben morir.
(*Él sí autoriza a un gobierno a hacer guerras justas y a
ejercer la pena capital. Vea la explicación bíblica de los
Cuarto y Quinto Mandamientos en el Catecismo de Lutero)
Gehenna
El término griego gehenna aparece 12 veces en el Nuevo
Testamento. Cada vez, tanto la Reina Valera como la NVI lo
traducen como infierno. Cuando usted lee el término infierno
en la Reina-Valera, puede estar seguro que proviene del
término griego gehenna, con una sola excepción (2 Pedro
2:4). Esa excepción parece describir el infierno antes del día
del juicio. Gehenna parece ser el término para infierno
después del día del juicio.
Gehenna viene de los términos del Antiguo Testamento
para “valle de ben hinón”, un valle al sur de Jerusalén. En este
valle, la gente malvada sacrificaba a sus hijos (2 Reyes 23:10;
2 Crónicas 28:3). Con el paso del tiempo este valle llegó a ser
conocido como el lugar donde Dios castigaría a los malvados
(Jeremías 7:32; 19:6,7).
Jesús habló sobre el infierno más que cualquier otro en la
Escritura. Dado que él es el Hijo eterno de Dios, puede hablar
sobre el infierno con la máxima autoridad. En amor, él
advierte a la gente sobre el terrible castigo del infierno. Jesús
usó comúnmente el término gehenna para referirse al infierno.
El dijo:
Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y
échalo de ti, pues mejor te es que se pierda uno de tus
miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno
[gehenna]. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala
EL INFIERNO: DEFINICIÓN Y TÉRMINOS BÍBLICOS 59
y échala de ti, pues mejor te es que se pierda uno de tus
miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
[gehenna]. (Mateo 5:29,30)
Hades/Seol
El término griego hades aparece diez veces en el Nuevo
Testamento. Aunque la Reina-Valera simplemente translitera
la palabra griega como hades, la NVI la traduce en diferentes
formas. Cinco veces la traduce con la palabra infierno. Una de
esas ocasiones es Lucas 16:23, donde es usada como el lugar
donde el alma del hombre rico estaba atormentada. Nosotros
sabemos que el hombre rico sólo tenía el alma en ese
momento, porque su cuerpo había sido enterrado y sus
hermanos aún estaban vivos.
También murió el rico, y lo sepultaron. En el infierno [hades],
en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de
lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. . . . “Entonces te ruego,
padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre, para que
60 EL CIELO Y EL INFIERNO
advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a
este lugar de tormento.” (Lucas 16:22,23,27,28 NVI)
Tartarus
El último término griego para infierno, tartarus, sólo
aparece una vez en el Nuevo Testamento. Realmente el Nuevo
Testamento usa el verbo que significa lanzar en el tartarus.
Tartarus es un término de la mitología griega para un abismo
oscuro o profundo. Por inspiración, el apóstol Pedro adoptó
este término y lo usó para referirse al infierno en 2 Pedro 2:4:
“Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los
arrojó al infierno [tartarus] y los entregó a prisiones de
oscuridad, donde están reservados para el juicio.” Tartarus, o
el infierno, es el lugar a donde Dios envió a los ángeles
malvados después de haber caído en pecado, para ser
retenidos hasta el día del juicio.
Condenación
El infierno es la condenación de Dios, para aquellos que
hacen lo malo. Jesús muy claramente revela quién será
condenado: “El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el
que no crea, será condenado” (Marcos 16:16). Dios condenará
a los incrédulos al castigo eterno. Ellos recibirán el juicio
divino por su pecado e incredulidad. Jesús dice: “Pero los que
hicieron lo malo, a resurrección de condenación” en el día
64 EL CIELO Y EL INFIERNO
Castigo
El infierno es castigo, no disciplina. Dios disciplina a
aquellos que ama, dándoles una lección que podría ser
dolorosa temporalmente. Sin embargo, Dios castiga a los
incrédulos. En el día final: “irán estos al castigo eterno”
(Mateo 25:46). El infierno no es un castigo temporal, como
una pena en prisión, después de la cual el criminal podría ser
liberado. El infierno es castigo eterno. La Escritura lo describe
como: “el castigo del fuego eterno” (Judas 7).
Tormento
Si el hombre rico hubiera podido regresar del infierno para
dar una conferencia sobre los sufrimientos en el infierno,
¡habría tenido mucho que decir! Desdichadamente para él, no
pudo escapar. Sin embargo, la Palabra de Dios revela todo lo
que necesitamos saber acerca del sufrimiento del infierno.
Ahora consideremos lo que es realmente estar en el infierno.
Empecemos con el relato de nuestro Salvador sobre hombre
rico y Lázaro (Lucas 16:19-31):
Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino
y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un
mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de
aquel, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que
caían de la mesa del rico; y aún los perros venían y le lamían
las llagas.
Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles
al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.
En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos
a Abraham y a Lázaro en su seno. Entonces, gritando, dijo:
“Padre Abraham, ten misericordia de mí y envía a Lázaro para
que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua,
porque estoy atormentado en esta llama”.
Pero Abraham le dijo: “Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes
en tu vida, y Lázaro, males; pero ahora este es consolado aquí,
y tu atormentado. Además de todo esto, una gran sima está
puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que
72 EL CIELO Y EL INFIERNO
quieran pasar de aquí a vosotros no pueden, ni de allá pasar
acá”.
Entonces le dijo: “Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la
casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les
testifique a fin de que no vengan ellos también a este lugar de
tormento”.
Abraham le dijo: “A Moisés y a los Profetas tienen; ¡que los
oigan a ellos!”.
Él entonces dijo: “No, padre Abraham; pero si alguno de los
muertos va a ellos, se arrepentirán”.
Pero Abraham le dijo: “Si no oyen a Moisés y a los Profetas,
tampoco se persuadirán aunque alguno se levante de los
muertos”.
Privación
El infierno es un lugar de privación. Allí, los condenados
están privados de todo lo bueno. Deténgase a pensar en todas
las cosas buenas de la vida. Ahora, considere que los
ocupantes del infierno no tienen nada bueno. No hay bebida
fría, ni una silla cómoda, ni un lugar confortable. No hay
vacaciones. Ni siquiera hay un receso para un pequeño
descanso. No hay nada bueno allí. Los residentes del infierno
DESCRIPCIÓN BÍBLICA DEL SUFRIMIENTO EN EL INFIERNO 73
La ira y el enojo
El infierno es la expresión final del justo castigo de Dios
por el pecado. Puede ser que los pecadores egoístas no se dan
cuenta de lo que les espera. La gente podría pensar que no es
un gran problema rechazar el evangelio. Romanos 2:8,9
revela el futuro de los incrédulos: “Ira y enojo a los que son
contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a
la injusticia. Tribulación y angustia sobre todo ser humano
que hace lo malo.” No es nada fácil sufrir la ira de Dios. Ni
siquiera podemos comprender cómo será esto realmente. Sin
duda significará “tribulación y angustia”. Por una buena
razón, la Escritura dice: “¡Horrenda cosa es caer en manos del
Dios vivo!” (Hebreos 10:31).
La gente querrá que termine, pero no será así. Ellos
desearán “morir” y que todo termine, pero no podrán. No hay
escapatoria, ni salida, ni esperanza. Apocalipsis 14:11 dice:
“El humo de su tormento sube por los siglos de los siglos.
[Los incrédulos] no tienen reposo de día ni de noche.”
Abominación
Hoy algunas personas viven de la fama y la fortuna.
Algunos renunciarían a todo por ser bellos. Pero la fama y la
belleza, son pasajeras. Entonces, ¿qué le sucede a la gente que
74 EL CIELO Y EL INFIERNO
Oscuridad
La Biblia describe el infierno como un lugar de intensa
oscuridad (Mateo 8:12; 22:13; 25:30). Esto es lo opuesto de la
luz celestial. Dios condenará a los espíritus malos y a todos
los incrédulos a permanecer fuera del tan iluminado salón del
banquete del cielo. Estarán afuera, alejados del gozo de las
bendiciones celestiales de Dios. Los falsos maestros irán a “la
oscuridad de las tinieblas”, el lugar más sombrío imaginable
(2 Pedro 2:17; Judas 13). El infierno ya está preparado para
DESCRIPCIÓN BÍBLICA DEL SUFRIMIENTO EN EL INFIERNO 75
La segunda muerte
En el libro de Apocalipsis, Jesús habla de una segunda
muerte. El dice: “El vencedor no sufrirá daño de la segunda
muerte” (Apocalipsis 2:11). Los creyentes no experimentarán
la segunda muerte. Esto no se refiere a la muerte física o
temporal (cuando el alma se separa del cuerpo). Jesús enseña
que los creyentes que guardan su Palabra “nunca verán
muerte” (Juan 8:51). Él está hablando de la muerte eterna.
Los judíos lo malinterpretaron, pensando que él estaba
hablando de la muerte temporal. Ellos dijeron: “Ahora nos
convencemos de que tienes demonio. Abraham murió, y los
profetas; y tú dices: ‘El que guarda mi palabra nunca sufrirá
muerte’” (versículo 52). Pero Jesús estaba hablando de la
segunda muerte.
Apocalipsis 20:6 revela que la segunda muerte no tiene
poder sobre los creyentes. Luego el versículo 14 indica que
“el lago de fuego es la muerte segunda”. En otras palabras, la
segunda muerte es la muerte eterna (la separación de Dios) en
el infierno. Recuerde que la palabra muerte significa
separación, no dejar de existir. Los incrédulos sufren esta
segunda muerte. “Pero los cobardes e incrédulos, los
abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los
idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que
arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”
(Apocalipsis 21:8). Por lo tanto, la segunda muerte es el
tormento eterno en el infierno. Es la separación eterna de las
bendiciones eternas de Dios.
Perdición
Jesús dice: “Entrad por la puerta angosta, porque ancha es
la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
DESCRIPCIÓN BÍBLICA DEL SUFRIMIENTO EN EL INFIERNO 77
muchos son los que entran por ella” (Mateo 7:13). Aquí,
nuestro Salvador describe el infierno como perdición, es decir,
destrucción. Pero, ¿qué significa eso? Cuando la Biblia
describe el infierno como perdición o destrucción, no está
hablando de aniquilación.
Segunda de Tesalonicenses 1:9 dice: “Estos sufrirán pena
de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de
la gloria de su poder.” La perdición eterna es perdición que
permanece para siempre. Nunca termina. Aunque esto es
difícil de entender, la perdición del infierno es un proceso sin
fin que continúa por toda la eternidad. Es como un proceso
eterno de decadencia. Jesús estaba citando Isaías 66:24
cuando describió al infierno como un lugar donde “el gusano
de ellos no muere y el fuego nunca se apaga” (Marcos 9:48).
El infierno es un lugar donde la destrucción y la decadencia
no se detienen.
Grados de castigo
¿Habrá diferentes grados de castigo en el infierno o todos
sufrirán el mismo castigo? Desde luego, todo sufrimiento en
el infierno es terrible. Nosotros no quisiéramos tener ninguna
parte de él, ni siquiera por un corto tiempo. Sin embargo, la
Escritura enseña que habrá diferentes grados de castigo.
Sodoma y Gomorra fueron extremadamente malvadas (ver
Génesis 18:20 19:26). Nosotros no tenemos que preguntarnos
acerca de lo que Dios pensó sobre ellos. “Fueron puestas por
ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno” (Judas 7). Pero
considere estas palabras que Jesús habló a sus doce discípulos
antes de enviarlos a cumplir la misión entre las ovejas
perdidas de Israel: “Si alguien no os recibe ni oye vuestras
palabras, salid de aquella casa o ciudad y sacudid el polvo de
vuestros pies. De cierto os digo que en el día del juicio será
más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra
que para aquella ciudad” (Mateo 10:14,15).
78 EL CIELO Y EL INFIERNO
Vida eterna
Los creyentes del Antiguo Testamento esperaban la vida
interminable con Dios en el cielo. Daniel esperaba el día del
juicio y dijo: “Muchos de los que duermen en el polvo de la
tierra serán despertados: unos para vida eterna, otros para
vergüenza y confusión perpetua” (12:2). Nosotros vivimos en
la época del Nuevo Testamento. Tenemos la misma esperanza.
Juan 3:16 dice: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree
no se pierda, sino que tenga vida eterna”.
No todos reciben esta vida. Jesús dice: “Angosta es la
puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los
que la hallan” (Mateo 7:14). El problema es el pecado.
Romanos 6:23 nos dice: “La paga del pecado es muerte, pero
la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor
nuestro”. Nosotros los pecadores merecemos la muerte, es
decir, la separación de Dios. Sin embargo, Dios nos da vida
eterna a través de Jesucristo, quien llevó vida perfecta por
nosotros y murió en la cruz en nuestro lugar. Él se levantó de
la muerte porque había conseguido el perdón para los
pecadores. Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que
cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25). El cielo
es vida eterna después de la muerte temporal. Es la vida que
los creyentes tendremos por siempre después de que esta vida
haya terminado.
Salvación
La Palabra de Dios describe el cielo en términos de
salvación, de ser salvos de la condenación eterna en el juicio
final. Jesús dice: “El que crea y sea bautizado, será salvo; pero
el que no crea, será condenado” (Marcos 16:16). Luego, el
apóstol Pablo, siendo inspirado por Dios, escribió: “Dios no
nos ha puesto para ira, sino para alcanzar salvación por medio
de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:9).
DEFINICIÓN BÍBLICA DEL GOZO ETERNO DEL CIELO 109
Herencia
Puesto que nosotros los creyentes somos los herederos del
cielo, la Escritura lo describe como nuestra herencia. En el día
final, Jesús dirá a los creyentes: “Venid, benditos de mi Padre,
heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación
del mundo” (Mateo 25:34). Después, el inspirado apóstol
Pedro describió el cielo como “una herencia incorruptible,
incontaminada, e inmarchitable” (1 Pedro 1:4). Ya que la
sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado y nos hace
posible entrar al cielo, Hebreos 9:15 agrega: “Por eso, Cristo
es mediador de un nuevo pacto, para que, interviniendo
muerte para la remisión de los pecados cometidos bajo el
primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia
eterna”.
En el último libro de la Biblia, el Señor Dios ofrece la
siguiente promesa clara a los creyentes: “El vencedor
heredará todas las cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo”
(Apocalipsis 21:7). ¡Si sólo pudiéramos ver lo que
heredaremos! Sin duda, mientras esperamos valdrá la pena
esperar el cielo así como valdrá la pena cualquier sufrimiento
que debamos soportar o superar.
Gloria
En Romanos 8:17,18, la Escritura hace la siguiente
comparación entre nuestro sufrimiento y la gran gloria del
cielo: “Y si [somos] hijos, también [somos] herederos;
110 EL CIELO Y EL INFIERNO
Descanso
La Escritura también describe el cielo como un lugar de
descanso eterno. Apocalipsis 14:13 dice: “Bienaventurados de
aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí…
descansarán de sus trabajos.” Esta imagen placentera ofrece
esperanza a los creyentes que están cansados y fatigados, de
las luchas de esta vida. El apóstol Pablo sabía lo que era
sentirse fatigado. Muchos ministros llamados y laicos en la
iglesia, también se sienten cansados, sirviendo a Dios bajo
condiciones difíciles. En ocasiones pueden sentirse
desanimados y deprimidos, no queridos, muy tensionados y
sobrecargados. ¡Hay esperanza! Nosotros descansaremos por
siempre en el cielo. Mientras más sufra, mientras más cansado
y fatigado se sienta, la descripción del cielo se vuelve más
atractiva.
DEFINICIÓN BÍBLICA DEL GOZO ETERNO DEL CIELO 111
Banquete de bodas/fiesta
Una de las formas más comunes en las que la Biblia
describe el cielo es con la ilustración de una gran fiesta. En
Mateo 25:10, Jesús describe la fiesta celestial como un
banquete de boda: “Pero mientras ellas [las vírgenes
insensatas] iban a comprar, llegó el novio; y las que estaban
preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta”.
Apocalipsis 19:9 dice: “Bienaventurados los que son llamados
a la cena de las bodas del Cordero”. Aquellos que están
incluidos en el banquete celestial realmente serán bendecidos
y estarán felices por siempre.
En las parábolas, las imágenes del banquete celestial
describen la unión, el placer, y el gozo, que tendremos en la
presencia de nuestro Salvador en el cielo. Dado que nuestras
mentes humanas no pueden captar que tan bueno será el cielo,
el Señor lo describe en imágenes. No debemos insistir en
interpretar literalmente los detalles de estas imágenes. Son
imágenes para enseñar un punto más importante. Tendremos
una comunión gozosa con nuestro Salvador en el cielo.
Algunos de los pasajes de la Biblia que hablan del cielo
como una fiesta, aparecen en secciones de la Escritura que no
son figuradas. Jesús estaba hablando de la gran fe del
centurión cuando dijo: “Vendrán del oriente y del occidente, y
participará en el banquete con Abraham, Isaac, y Jacob, en el
reino de los cielos” (Mateo 8:11 NVI). Jesús claramente
estaba hablando a sus discípulos acerca del reino celestial
cuando dijo: “Para que comáis y bebáis a mi mesa en mi
Reino” (Lucas 22:30). Cuando Jesús instituyó el sacramento
de la Santa Cena, el Jueves Santo, dijo: “Os digo que desde
ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día en
que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”
(Mateo 26:29). El “fruto de la vid” era el vino. ¿Beberemos
vino en el cielo en comunión con Jesús?
DEFINICIÓN BÍBLICA DEL GOZO ETERNO DEL CIELO 113
La morada de Dios
“¡Nuestro Dios está en los cielos!” (Salmo 115:3). El cielo
es el hogar, o sea, la morada de Dios. No obstante, él no se
limita a un cierto lugar. “Jehová es Dios arriba en el cielo y
abajo en la tierra” (Deuteronomio 4:39). Dios es
omnipresente, es decir, que está presente en todas partes. El
rey David se dio cuenta de esto y preguntó: “¿A dónde me iré
de tu espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiera a
los cielos, allí estás tú; y si en el seol hiciera mi estrado, allí
tú estás” (Salmo 139:7,8). Por lo tanto debemos enseñar que
Dios está en todas partes y que está en los cielos. David,
siendo inspirado por el Espíritu Santo, escribió en otra parte:
“Jehová estableció en los cielos su trono y su reino domina
sobre todos” (Salmo 103:19). Y nuevamente, leemos en el
Salmo 115:3: “¡Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que
quiso ha hecho!”
Esto lleva a los pecadores a una gran humildad. Eclesiastés
5:2 dice: “No te des prisa a abrir tu boca, ni tu corazón se
apresure a proferir palabra delante de Dios, porque Dios está
en el cielo, y tú sobre la tierra. Sean, por tanto, pocas tus
palabras.” Dios sí escucha todo y tiene el poder para juzgar y
castigar. Según la ley de Dios, hay una buena razón para temer
a Dios. Él es santo y nosotros somos pecadores.
Sin embargo, el evangelio cuenta otra historia. Dios
amorosamente envió a nuestro Salvador Jesús. A través de la
fe en él, Dios es nuestro Padre amoroso. Por lo tanto podemos
orar: “Padre nuestro que estás en los cielos” tan clara y
confiadamente como los niños queridos hablan con sus
queridos padres (Mateo 6:9). Y nuestro Padre amoroso
contestará nuestras oraciones. Jesús dice: “Pues si vosotros,
siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a
los que se lo pidan?” (Lucas 11:13).
¿Se dio cuenta de las tres personas del Dios trino en esa
DEFINICIÓN BÍBLICA DEL GOZO ETERNO DEL CIELO 117
El camino al cielo
¿Cómo nos podemos unir con los patriarcas y los profetas?
¿Cómo podemos ser incluidos en el número de los que van al
cielo? Usted ya debe haber encontrado la respuesta en estas
páginas, pero por si acaso no, repasemos. Jesús dijo: “De tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga
vida eterna” (Juan 3:16). Jesús es el Hijo de Dios quien por
nosotros vivió de manera perfecta. En nuestro lugar murió en
la cruz para pagar nuestro rescate. Y luego se levantó de la
muerte. Jesús obtuvo el perdón para todas las personas, y por
consecuencia, quien sea creyente en Jesús recibirá vida eterna.
En otro lugar, Jesús dice: “El que crea y sea bautizado, será
salvo” (Marcos 16:16). ¡Que Dios nos conceda eso a todos
nosotros! ¡Que todos nosotros seamos hechos creyentes en
Jesús y alcancemos la grandiosa morada eterna que Dios nos
ha preparado en el cielo!
Dios ya está allá. Los ángeles ya están allá. Los creyentes
que ya partieron están allá. ¡Que nosotros también lleguemos
seguros allá!
Nosotros comenzamos este capítulo con la pregunta de un
niño: “¿Qué es el cielo?” Ahora, ¿qué le diría usted al niño
que le hizo esa pregunta? Usted puede responder así: “El cielo
es donde los creyentes en Jesús vamos a gozar la vida con
Dios por siempre.”
122 EL CIELO Y EL INFIERNO
sobre usted cuando mira hacia arriba. Esta frase “los cielos y
la tierra” aparece diez veces en el Antiguo Testamento. Parece
ser un término para universo, que incluye una variedad de
cosas. Éxodo 20:11 tiene una expresión ligeramente diferente
cuando dice: “En seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el
mar, y todas las cosas que en ellos hay”. El término cielos
parece ser usado para todo lo que está sobre nosotros desde
nuestra perspectiva en la tierra.
En Génesis 1:20, la NVI traduce el término hebreo para los
cielos con la palabra firmamento. “Y dijo Dios: . . . ‘Que
vuelen las aves sobre la tierra a lo largo del firmamento
[cielos]’”. Aquí, el cielo es el lugar donde las aves vuelan,
sobre la tierra.
El Salmo 19:1 revela por medio de frases paralelas en
poesía hebrea que el cielo puede, en efecto, significar
“firmamento.” “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el
firmamento anuncia la obra de sus manos.” Los cielos y el
firmamento significan lo mismo en este pasaje.
Cuando yo era un niño pequeño, entendí mal la intención
de aquellos que construyeron la torre de Babel. Yo pensé que
estaban tratando de construir un edificio que llegara al cielo
mismo, pero ahora sé que estaban intentando construir un
rascacielos, un edificio que llegara hasta el firmamento. Su
maldad fue que desobedecieron el mandato de Dios de
esparcirse por todo el mundo. Los constructores de la torre
dijeron: “Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya
cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si
fuéramos esparcidos sobre la faz de toda la tierra” (Génesis
11:4).
El espacio
Algunas veces el término cielo(s) puede significar el
espacio exterior o intergaláctico. En Génesis 1:14-16 Dios
dice:
EL CIELO: ANTES Y DESPUÉS DEL DÍA DEL JUICIO 123
“Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para separar el
día de la noche, que sirvan de señales para las estaciones, los
días y los años, y sean por lumbreras en el firmamento celeste
para alumbrar sobre la tierra.” Y fue así. E hizo Dios las dos
grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que señoreara en
el día, y la lumbrera menor para que señoreara en la noche; e
hizo también las estrellas.
Una vez más, los cielos son lo que ve sobre usted cuando
mira hacia arriba desde la tierra. Cuando levanta la vista
durante el día, ve el sol. Cuando levanta la vista en la noche,
ve la luna y las estrellas. El sol, la luna, y las estrellas, se
encuentran en el firmamento de los cielos. Están en lo que hoy
en día llamamos espacio exterior, o simplemente, el espacio.
Cuando Dios le estaba dando su grande y amorosa promesa
a Abraham, él llevó afuera al hombre de fe y le dijo: “Mira
ahora los cielos y cuenta las estrellas, si es que las puedes
contar”. Luego Dios le dijo a Abraham: “Así será tu
descendencia” (Génesis 15:5). Cuando Dios dijo: “Mira ahora
los cielos”, él estaba invitando a Abraham a mirar hacia el
espacio exterior en donde están las estrellas. Quizá esto nos
ayude a entender Deuteronomio 10:14: “De Jehová, tu Dios,
son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todas las
cosas que hay en ella”. El cielo puede ser el firmamento;
puede ser el espacio exterior; o puede ser el paraíso, la morada
de Dios y sus ángeles.
El acielo/El paraíso
Estrictamente hablando, el cielo es la morada de Dios. El
Salmo 115:3 dice: “¡Nuestro Dios está en los cielos; todo lo
que quiso ha hecho!” Eclesiastés 5:2 aplica esta verdad: “No
te des prisa a abrir tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir
palabra delante de Dios, porque Dios está en el cielo, y tú
sobre la tierra. Sean, por tanto, pocas tus palabras”.
Por lo tanto, el primer cielo es el firmamento; el segundo,
124 EL CIELO Y EL INFIERNO
Los cielos
primer cielo firmamento
segundo cielo espacio
tercer cielo cielo o paraíso
ángeles les explicaron que Jesús había sido llevado “al cielo”
(versículo 11).
Allí Jesús está sentado “a la diestra de Dios” (Marcos
16:19; Colosenses 3:1). Cuando Esteban el mártir estaba
muriendo, él, “puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de
Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios” (Hechos 7:55).
Según Hebreos 10:12, Jesús “se ha sentado a la diestra de
Dios” después de haber “ofrecido una vez para siempre un
solo sacrificio por los pecados”. Como nuestro gran Sumo
Sacerdote, Jesús es exaltado y glorificado en el cielo.
Nos preguntamos: “¿Qué es la diestra de Dios? ¿Dónde
está?” Efesios capítulo 1 explica que, dado que Jesús está
sentado a la diestra de Dios en el cielo, él está “sobre todo
principado y autoridad, poder y señorío, y sobre todo nombre
que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el
venidero” (versículo 21). La diestra de Dios es el puesto
máximo de autoridad. Jesús está sobre todos. Dios “sometió
todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre
todas las cosas a la iglesia” (versículo 22). Jesús reina sobre el
universo entero, cuidando de la iglesia invisible de todos los
verdaderos creyentes y gobernando para su bien. Por lo tanto,
la diestra de Dios es un puesto de autoridad.
No debemos pensar en la diestra de Dios como un sitio en
algún lugar “allá afuera”, porque Efesios capítulo 4 nos dice
que Jesús “subió por encima de todos los cielos para llenarlo
todo” (versículo 10). Jesús ascendió a la diestra de Dios para
llenarlo todo. No debemos pensar que Dios está localmente
limitado a un trono al lado derecha de Dios Padre. El Dios
trino es omnipresente, es decir, que está presente en todas
partes. Aun si Dios estuviera ubicado al lado derecha de Dios
Padre, eso todavía lo ubicaría en todas partes.
Jesucristo explica lo que significa estar sentado a la diestra
de Dios Padre, cuando dice: “Toda potestad me es dada en el
126 EL CIELO Y EL INFIERNO
Jesús enseña que en el día final: “todos los que están en los
sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno saldrán a
resurrección de vida” (Juan 5:28,29). Jesús levantará a todos
los muertos. Marta, la hermana de Lázaro, sabía esto. Cuando
su hermano murió, Marta tuvo consuelo en este hecho. Ella
dijo: “Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final”
(11:24).
El cuerpo resucitado
Los cuerpos de los creyentes se levantarán de la muerte.
Ellos serán glorificados y por eso nunca más parecerán
descompuestos y podridos. Serán perfectos, como el cuerpo
de nuestro Señor resucitado. Filipenses 3:20,21 dice: “[El
Señor Jesucristo] transformará nuestro cuerpo mortal en un
cuerpo glorioso semejante al suyo.” El Señor reveló a los
creyentes del Antiguo Testamento que “los entendidos
resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que
enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas, a perpetua
eternidad” (Daniel 12:3). Esto suena maravilloso, pero es
difícil para nosotros entenderlo o explicarlo. ¿Cómo serán
realmente nuestros cuerpos?
Un lugar para estudiar y encontrar más información es el
gran capítulo sobre la resurrección: 1 Corintios capítulo 15.
Allí leemos: “Así también sucede con la resurrección de los
muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en
incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se
siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo
animal, resucitará cuerpo espiritual” (versículos 42-44).
Cuando los creyentes se levanten de la muerte, ellos
tendrán cuerpos inmortales, es decir, que nunca morirán de
nuevo. Ellos serán levantados en gloria y poder. Cada
creyente tendrá un cuerpo espiritual.
Es difícil saber exactamente qué se entiende por “cuerpo
espiritual”. Por lo general los espíritus son invisibles. Sin
132 EL CIELO Y EL INFIERNO
Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Pero como
todavía ellos, de gozo, no lo creían y estaban maravillados, les
dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron un trozo
de pescado asado y un panal de miel. Él lo tomó y comió
delante de ellos. (Lucas 24: 39-43)
¿Aniquilación o renovación?
Cuando el universo sea destruido en el día del juicio, ¿toda
la materia y lo material será aniquilado o destruido de tal
forma que no pueda ser renovado? La mayoría de los
cristianos simplemente da por sentado que, cuando la Biblia
dice que el mundo será destruido, esto significa aniquilación,
es decir, que no quedará nada. A primera vista, la siguiente
selección de 2 Pedro 3:6-13 parece dar esa idea. Sin embargo,
al estudiar estas palabras, tenga en cuenta cuidadosamente los
términos que describen esa destrucción.
Por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua.
Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados
por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del
juicio y de la perdición de los hombres impíos.
Pero, amados, no ignoréis que, para el Señor, un día es como
mil años y mil años como un día. El Señor no retarda su
promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche.
Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella
hay serán quemadas.
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no
debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en
el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los
elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros
EL CIELO: ANTES Y DESPUÉS DEL DÍA DEL JUICIO 135
esperamos, según sus promesas, nuevos cielos y nueva tierra,
en los cuales mora la justicia.
No más lágrimas
Años atrás, cierto comercial afirmaba que comprar un
determinado champú significaba “no más lágrimas”. Aunque
el champú podría haber sido un poco menos irritante para los
142 EL CIELO Y EL INFIERNO
Vendrán gentes del oriente y del occidente, del norte y del sur,
y se sentarán a la mesa en el reino de Dios” (Lucas 13:28,29).
Los incrédulos llorarán y crujirán sus dientes ante esta
escena. Los patriarcas del Antiguo Testamento estarán en el
cielo. ¡Todos los profetas también estarán allá! Los mismos
profetas que fueron despreciados y maltratados. Estos fieles
predicadores de la palabra pura de Dios, estarán en el cielo por
siempre. ¡Hoy esto es alentador para los siervos de Dios! Los
incrédulos serán expulsados, los fieles profetas estarán en el
reino de Dios por siempre.
¡No se den por vencidos, predicadores y maestros fieles!
¡No se den por vencidos cristianos fieles! Los creyentes
entrarán al cielo del oriente y del occidente, del norte y del sur.
El evangelio será predicado en el mundo entero antes del fin.
Por el poder de Dios en su Palabra, la fe vendrá “por el oír” el
evangelio (Romanos 10:17), y habrá creyentes de todo el
mundo. Estos creyentes de diferentes nacionalidades, lenguas,
y trasfondos culturales, entrarán al mismo cielo como
Abraham, Isaac, Jacob, y todos los profetas. Cuando Jesús
derramó su sangre y murió en la cruz, él redimió “para Dios,
de todo linaje, lengua, pueblo, y nación” (Apocalipsis 5:9).
La gran multitud
Nosotros no sabemos realmente cuántos creyentes estén
vivos hoy, ni mucho menos cuántos hayan vivido en el
pasado. Pero cuando finalmente veamos a todos estos
creyentes con Jesús, ¡en verdad será una escena muy
impresionante! En otra visión, más temprano en el libro de
Apocalipsis, Juan vio la gran multitud de creyentes en el cielo.
DESCRIPCIÓN BÍBLICA DEL CIELO 149
La imagen de Dios—renovada
Aunque la imagen santa de Dios se perdió por la caída en
el pecado, nosotros nuevamente viviremos perfectamente a
DESCRIPCIÓN BÍBLICA DEL CIELO 151
Conocimiento pleno
A medida que hemos estudiado el cielo, ocasionalmente
hemos mencionado qué tan poco sabemos acerca de él. Una
vez lleguemos allá, sabremos por experiencia propia cómo es.
Allá sabremos mucho más de lo que sabemos aquí. En 1
Corintios 13:12, el apóstol inspirado escribió: “Ahora vemos
por espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui
conocido.” En el cielo entenderemos completamente lo que
ahora sólo conocemos en parte.
No necesitaremos estudiar la Biblia en el cielo aunque aquí
sí necesitamos saber lo que dice. Nosotros no nos
graduaremos de estudiar la Biblia hasta cuando Dios nos
llame a nuestro hogar celestial. Cuando estemos allí, no
necesitaremos que la Biblia nos hable acerca de Dios, porque
nosotros lo sabremos. La imagen de Dios será perfectamente
renovada en nosotros. Como Adán y Eva, en el huerto del
Edén, tendremos perfecto conocimiento de la voluntad de
Dios y tendremos la habilidad de hacer su voluntad sin
pecado. Y nunca más caeremos en pecado.
152 EL CIELO Y EL INFIERNO
Santidad
Jesús quitó nuestros pecados a fin de que cuando lleguemos
al cielo, nosotros los creyentes seamos “la iglesia gloriosa,
que no tuviera mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que
fuera santa y sin mancha” (Efesios 5:27). Ninguno de nuestros
pecados pasados será recordado. Romanos 8:1 dice: “Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús”. Cuando nos levantemos de la muerte, seremos
perfectos, santos, y rectos. El Salmo 17:15 dice: “En cuanto a
mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando
despierte a tu semejanza”. Nos levantaremos ante Dios en
justicia. Vamos a estar completamente satisfechos al ver a
Dios. Vamos a querer que esto dure por siempre.
Grados de gloria
Cada creyente gozará del cielo. No habrá grados de gozo
(felicidad) en el cielo. Pero, ¿habrá grados de gloria en el
cielo? Algunos han encontrado la respuesta en Daniel 12:3:
“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del
firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como
las estrellas, a perpetua eternidad”. ¿Algunos creyentes
brillarán más resplandecientemente en gloria, en el cielo?
¿Podría ser que los que enseñan la justicia a la multitud
tendrán una gloria especial allí?
En la parábola de las diez minas, el rey premia a sus fieles
servidores con diferentes cantidades. Al siervo que ganó diez
minas más, se le dieron diez ciudades, mientras que al siervo
que ganó cinco minas más, se le fueron dadas cinco ciudades
(Lucas 19:17,19). ¿Esto podría indicar que nuestro Rey dará
diferentes grados de gloria en el cielo?
Primera de Corintios 15:40-42 describe la diferencia en
gloria, entre cuerpos terrenales y cuerpos celestiales:
Hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales; pero una es la
hermosura de los celestiales y otra la de los terrenales. Uno es
el resplandor del sol, otro el de la luna, y otro el de las
estrellas, pues una estrella es diferente de otra en resplandor.
Así también sucede con la resurrección de los muertos. Se
siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.
Gozo confirmado
Una vez que lleguemos al cielo, no hay ninguna posibilidad
que volvamos a apartarnos de Dios. Para siempre vamos a ser
confirmados en santidad y gozo. Seremos como los santos
ángeles, quienes nunca se apartarán de Dios. Nuestro amado
Salvador dijo en Lucas 20:35,36: “Los que son tenidos por
dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los
muertos, ni se casan ni se dan en casamiento, porque ya no
pueden morir, pues son iguales a los ángeles”. En el cielo,
siempre se hace la voluntad de Dios, así como Jesús lo reveló
en la forma que nos enseñó a orar: “Hágase tu voluntad, como
en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10). Nosotros
haremos siempre la voluntad de Dios en el cielo, tal como lo
hacen siempre los santos ángeles.
En el día del juicio, Jesús llevará a los creyentes a la “vida
eterna” (Mateo 25:46). Nuestra vida en el cielo con Jesús
nunca terminará. Nunca nos volveremos a apartar de Dios. Así
como los ángeles son llamados “ángeles escogidos”, en 1
Timoteo 5:21, Dios también nos señalará como sus elegidos.
Como los santos ángeles, nosotros seremos confirmados en
gozo y seremos santos por siempre.
Nunca saldremos del cielo. Apocalipsis 3:12 revela esta
verdad consoladora: “Al vencedor yo lo haré columna en el
templo de mi Dios y nunca más saldrá de allí”. Una vez que
lleguemos seguros al cielo, nunca querremos salir. Y nunca
saldremos. Seremos confirmados en gozo y nunca nos
apartaremos de Dios.
Visto que es posible apartarnos de Dios antes de llegar
seguros al cielo, cantamos:
174 EL CIELO Y EL INFIERNO
201
202 EL CIELO Y EL INFIERNO
14 Maurice S. Rawlings, M.D., Beyond Death’s Door (Nashville:
Thomas Nelson Publishers, 1978), p. 45. (Traducción libre del
inglés.)
15 Raymond A. Moody Jr., M.D., Life after Life (New York: Bantam
Books, 1975), pp. 21-23. (Traducción libre del inglés.)
16 Raymond A. Moody Jr., M.D., Reflections on Life after Life (New
York: Bantam Books, 1977), p. 36. (Traducción libre del
inglés.)
17 Rawlings, Beyond Death’s Door, p.11. (Traducción libre del
inglés.)
18 Rawlings, Beyond Death’s Door, pp. 24,25. (Traducción libre del
inglés.)
19 Rawlings, Beyond Death’s Door, pp. 17-19. (Traducción libre del
inglés.)
20 Rawlings, Beyond Death’s Door, pp. 20,21. (Traducción libre del
inglés.)
21 Rawlings, Beyond Death’s Door, pp. 62,63. (Traducción libre del
inglés.)
22 Rawlings, Beyond Death’s Door, p. 110. (Traducción libre del
inglés.)
23 Rawlings, Beyond Death’s Door, p. 27. (Traducción libre del
inglés.)
24 Rawlings, Beyond Death’s Door, p. 14. (Traducción libre del
inglés.)
25 Quest for the Unknown, p. 26. (Traducción libre del inglés.)
26 Rawlings, Beyond Death’s Door, p. 61. (Traducción libre del
inglés.)
27 Quest for the Unknown, p. 29. (Traducción libre del inglés.)
28 Quest for the Unknown, p. 32. (Traducción libre del inglés.)
29 Siegbert W. Becker, Wizards That Peep (Milwaukee: Northwestern
Publishing House, 1978), p. 5. (Traducción libre del inglés.)
30 Quest for the Unknown, p. 29. (Traducción libre del inglés.)
31 Quest for the Unknown, p. 21. (Traducción libre del inglés.)
32 Quest for the Unknown, p. 29. (Traducción libre del inglés.)
33 Rawlings, Beyond Death’s Door, p. 75. (Traducción libre del
inglés.)
NOTAS FINALES 203
34 Quest for the Unknown, p. 20. (Traducción libre del inglés.)
35 Siegbert W. Becker, Apocalipsis: Un cántico triunfal (Saint Louis:
Editorial Concordia, 2005), p. 377.
36 Dante Alighieri, La divina comedia, Canto 3:9
(http://www.servisur.com/cultural/dante/comediainf/index.htm)
37 J. Schoneberg Setzer, What’s Left to Believe? (Nashville:
Abingdon, 1968), p.141, quoted in Eschatological Prophecies
and Current Misinterpretations by Wilbert R. Gawrisch
(Milwaukee: Northwestern Publishing House, 1989), p. 90.
(Traducción libre del inglés.)
38 Clark Pinnock, “Fire, Then Nothing,” Christianity Today, March
20, 1987, p. 40, quoted in Eschatological Prophecies, Gawrisch,
p. 89. (Traducción libre del inglés.)
39 Confesión de Augsburgo, Artículo XVII, Libro de Concordia, p.
33.
40 Setzer, What’s Left to Believe? p.137, quoted in Eschatological
Prophecies, Gawrisch, p. 90. (Traducción libre del inglés.)
41 Apología de la Confesión de Augsburgo, Artículo XVII, Libro de
Concordia, p 218.
42 Becker, “Heaven and Hell,” p. 667. (Traducción libre del inglés.)
43 Becker, Apocalipsis, pp. 358,359.
44 This We Believe, p. 35. (Traducción libre del inglés.)
45 Martín Lutero, Luther’s Works, editado por Jaroslav Pelikan y
Helmut T. Lehmann, American Edition, Vol. 49 (St. Louis:
Concordia Publishing House; Philadelphia: Fortress Press,
1955–1986), p. 323. (Traducción libre del inglés.)
46 Luther’s Works, Vol. 28, p. 185. (Traducción libre del inglés.)
47 Luther’s Works, Vol. 28, p. 173. (Traducción libre del inglés.)
48 Becker, “Heaven and Hell,” p. 676. (Traducción libre del inglés.)
49 Herman W. Gockel, Answer to Anxiety (St. Louis: Concordia
Publishing House, 1961), p. 38. (Traducción libre del inglés.)
50 Martín Lutero, What Luther Says: An Anthology, compilado por
Ewald M. Plass, Vol. 2 (St. Louis: Concordia Publishing House,
1959), p. 781. (Traducción libre del inglés.)
51 Becker, Wizards That Peep, pp. 94-96. (Traducción libre del
inglés.)
52 John A. Braun, Isaías 40–66 de la serie La Biblia Popular
204 EL CIELO Y EL INFIERNO
(Milwaukee: Northwestern Publishing House, 2003), p. 346.
53 Luther’s Works, Vol. 17, p. 360. (Traducción libre del inglés.)
54 Becker, Apocalipsis, p. 137.
Para lectura adicional
205
Índice de textos bíblicos
Génesis 20:13—42
1:1—121 34:6,7—96
1:14-16—122
1:20—122 Números
1:20-22,24,25—195 23:19—86,96
2:15—196
2:16,17—12 Deuteronomio
3:15—13 4:2—99
3:19—12,14 4:39—116
5:5-11—13 10:14—123
5:24—128 29:29—7
11:4—122 32:4—97
15:5—123 32:22—60
18:20–19:26—78 32:39—42
25:8—128
28:17—183 Josué
47:30—184 7:25—185
49:29-31—183
1 Samuel
Éxodo 15:29—86
20:11—122 31:11,12—185
207
208 EL CIELO Y EL INFIERNO
2 Reyes 12:7—13,24,47,128,186
2:11—128
6:17—24 Isaías
9:10,36,37—184 8:19,20—190
23:10—58 25:8—142
34:10—89
2 Crónicas 38:11—190
28:3—58 49:10—143
53:6—65,165
Job 57:1,2—29,111
19:25-27—17,131,191 63:16—189
19:26,27—113,132 64:6—167
19:27—146 65:17—133
38:2-4—95 66:22—133
66:24—69,74,77,89
Salmos
14:1—102 Jeremías
17:15—113,152 4:28—86
19:1—122 7:32—58
23—180 19:6,7—58
23:4—8 22:19—184
31:14,15—43,45,46 23:28—99
49:8—88
90:3—14 Ezequiel
91:11,12—127 33:6-8—100
95:11—86,111
98:1—180 Daniel
100:2,4—181 12:2—17,36,85,108
103:19—116 12:3—131,153
110:4—86
115:3—116,123 Malaquías
139:7,8—116 3:6—86
139:8—60
Mateo
Eclesiastés 3:7-12—90
5:1—183 3:12—69
5:2—116,123 4:17—101
6:3—184 5:8—113
ÍNDICE DE TEXTOS BÍBLICO 209
5:26—88 24:14—21
5:29,30—59 24:36—117
6:9—116 24:42—101
6:10—173,197 24:51—75
7:13—77 25:1-13—102
7:14—108 25:10—112
7:15—99 25:23—115
7:23—62 25:30—75
8:11—112,144,146,190 25:34—109,118
8:12—19,62,75 25:35,36—181
8:16—187 25:41—19,62,66,70,85
9:24—133 25:46—8,9,32,65,86,96,
10:14,15—78 153,173
10:28—16,59 26:29—112,144
11:11—156 27:46—65
11:20-24—78 27:52—53
11:23—60 27:59,60—184
13:42—70 28:18—126
13:42,50—75 28:20—126
13:43—133
16:18—61 Marcos
17:3—194 1:27—187
17:3,4—190 5:39—9
17:4—150 5:41,42—53
18:8—85 8:36—16
18:10—115,117,127 9:43—70,85
18:20—183 9:43,48—88
19—156 9:43-48—101
19:18—42 9:48—74,77
19:27-30—158 10:15—31,86
20:1-16—155,156 10:19—42
20:12—157 12:25—117,192
20:16—156 12:41-44—159
22:13—75 16:15,16—25,199
22:30—150 16:16—27,31,34,36,56,63,
23:33—59 66,96,108,119,176
23:33-35—90 16:19—125
23:37—91
210 EL CIELO Y EL INFIERNO
Lucas 3:16-18—25
2:9-14—24 3:16-18,36—66
7:14,15—53 3:18—25
10:38-42—87,183 3:36—36,88
11:13—116 4:38—154
12:20—15 5:28,29—17,130,131,185
12:47,48—79 5:29—64
13:28—63,75,118 8:51—76
13:28,29—147 8:52—76
16:19-26—84 11:11—9,133
16:19-31—25,71 11:24—131,179,185
16:22—25,29 11:25—108
16:22,23—26 11:35—142
16:22,23,27,28—60 11:38-44—41
16:22,25—128 11:43,44—53
16:23—58,59,66 14:1-3,6—172
16:24—71 14:1-6—134
16:24-26—89 14:3—145
16:25—29 14:6—37
16:26—19,32,88 16:22—115,152
16:27,28—102 16:33—140
16:28—67 17:24—145
18:20—42 19:30—21
19:17,19—153,197 19:40—184
20:35,36—151,173 20:20—191
21:28—141 21:12—191
22:30—112,144
23:42—29 Hechos
23:43—29,128,179 1:9—125
23:46—30,128 1:11—125
24:31—191 3:21—136
24:39,40—191 4:12—37
24:39-43—132 7:55—125
7:55,56—54
Juan 7:59—22,30,128
3:13—53,126 7:60—128
3:16—10,34,104,108, 8:2—184
119,152,165,179, 13:36—9
198
ÍNDICE DE TEXTOS BÍBLICO 211
16:31—87,179 7:39—192
19:11-16—188 10:12—169
10:31—181
Romanos 13:12—113,114,151
1:20—102 15:3,4—41
2:1—80 15:26—140
2:8,9—73 15:40-42—153
2:12—79 15:42-44—132,185
3:10-12,19,23—103 15:44—133
3:20—34 15:54-57—140
3:23,24—166,181 15:58—154
3:28—34
5:1,2—167 2 Corintios
5:6-9—104 1:3,4—179
5:12—13 3:12—162
5:16,18—64 4:17—110,141
5:20—168 5:2—30
6:23—13,98,104,108,166, 5:8—15,30,129,146
182 5:10—186
7:2,3—192 5:15—165,197
8:1—64,152,170 6:2—21,102
8:13—170 11:14—53
8:17,18—109 12:1-4—55,124
8:18—141
8:18-23—135 Gálatas
8:21—195 2:16—34,177
8:24,25—162 3:11—34,177
8:26-30—171 4:26—148
8:35-39—171 6:2—179
10:17—87,147,183,198
11:33-36—95 Efesios
11:36—181 1:6—181
12:1—197 1:21—125
13:9—42 1:22—125
2:1,4,5—18
1 Corintios 2:8—25
3:8—154 2:8,9—34,182
6:9,10—67 3:15—118
212 EL CIELO Y EL INFIERNO
4:10—125 1 Timoteo
4:24—151 2:4—89,91
5:6—67 5:17—154
5:25-27—166 5:21—173
5:27—152 6:16—95
6:17—163
Filipenses
1:23—22,30,129,146 2 Timoteo
2:10—67 1:12—166
2:16—154 2:10—110
3:20,21—131 4:18—140,172
3:21—130,132,193
Tito
Colosenses 1:2—86,162
1:29—154 3:7—162
2:9—126
2:13—18 Hebreos
2:15—27 1:3—117
3:1—125 1:14—24,109
3:10—151 3:11-19—86
4:1-7—87
1 Tesalonicenses 4:9-11—111
2:19,20—191 6:18,19—163
4:13—133,162,180 9:15—109
4:13-15—9 9:27—8,20,24,31,35,84,
4:14—148 186
4:14-17—130 9:28—109
4:17—136,144,152,192 10:12—125
4:17,18—179 10:23—163
5:9—108 10:25-27—172
10:31—73
2 Tesalonicenses 11—155
1:6,7—140 11:1—24
1:6-9—63 11:5—128
1:9—16,77,85 11:10—184
12:14—114
12:22—148,150
12:22,23—191
ÍNDICE DE TEXTOS BÍBLICO 213
Santiago Apocalipsis
2:19—103 1:7—115
2:26—15,16,47 1:18—61
3:6—59 2:10—141
2:11—76
1 Pedro 3:12—173
1:3—164 3:21—197
1:4—109 5:9—147,196
1:13—162 5:10—197
1:21—162 5:11—150
3:15—107,164,177 6—117
3:18-20—27 6:8—61
3:19—67 6:10—129,192
4:11—182 7:9—149
4:13—115 7:9-17—56
7:11—150
2 Pedro 7:14—141,149
2:3—64 7:16—143
2:4—28,58,62,66 7:17—30,142
2:17—75 10:6—192
3:6-13—134 11:18—194
3:9—21,89,91,101 14:3—196
3:10,12—70 14:11—74,89
3:13—133 14:13—30,110,154,156
15:3—196
1 Juan 19:5—194
2:2—165,198 19:5-7—197
3:2—114,146,151 19:9—112
3:20—172 20:4—17,23,118,129,156,
191,194
Judas 20:6—76
4—64 20:10—89
6—28,75 20:13,14—61
7—28,65,78,85 20:14—19,76
13—75,85 21:1—134
24—115 21:2—148
24,25—169 21:3—146
21:4—30,140,142,143
214 EL CIELO Y EL INFIERNO
21:7—109
21:8—20,70,77
22:1-5—114
22:3-5—145
22:5—197
22:15—67
Índice temático
abominación 74 banquete de boda 112,113
Abraham 128 Becker, Dr. Siegbert
actividad en el cielo 196,197 18,26,51,61,127,129,156,192,1
Adán 11-13,18 93
adiáfora 185 Blackmore, Dr. Susan 50-52
adventistas del séptimo día 83
alma 14-17,23-25 camino al cielo 119
almas de los creyentes van casas embrujadas 186-189
inmediatamente al cielo 29-31 castigo 65,85,86
almas de los incrédulos van castigo eterno 9,83-91
inmediatamente al infierno 26- certeza de la vida eterna 161-174
29,67 cielo 29-31,107-160
ángeles 24,114,115,150,151 cielo después del día del juicio
animales en el cielo 195 131
aniquilación 84,134-136 cielo antes del día del juicio 128-
ataúd 182,183 130
ateo 83,103 cielos 121-124
ayuda artificial 41-47 conciencia de la tierra después
de la muerte 189,190
215
216 EL CIELO Y EL INFIERNO
confirmado en gloria (santidad) eutanasia activa 43-46
173 eutanasia pasiva 43-46
conocimiento en el cielo 151,152 Eva 11-13,18
condenación 63-65 experiencias cercanas a la
creación después del día del muerte 47-55
juicio 136 experiencias fuera del cuerpo
cremación 185,186 51,55
Popular
vLOS ÁNGELES Y LOS DEMONIOS vLA PROVIDENCIA DE DIOS
vEL BAUTISMO vEL CIELO Y EL INFIERNO
vLA BIBLIA vEL ESPÍRITU SANTO
vCRISTO vLA JUSTIFICACIÓN
vLA LIBERTAD CRISTIANA vLA LEY Y EL EVANGELIO
vLA ADORACIÓN CRISTIANA vLA SANTA CENA
vEL COMPAÑERISMO
vEL HOMBRE
ECLESIÁSTICO
vEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
vIGLESIA—MISIÓN—MINISTERIO
vLA ORACIÓN
vEL GOBIERNO CIVIL
vLA CONVERSIÓN vLA PREDESTINACIÓN
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