Autogratificación y Apego I
Autogratificación y Apego I
Autogratificación y Apego I
Y
APEGO
(I PARTE)
La palabra apego no aparece literalmente en la Biblia, sin embargo en las escrituras se pueden
encontrar términos equivalentes. El apego constituye una realidad inherente a la experiencia
humana y se relaciona con la capacidad trascendental de la persona para conectarse (sentir)
con el medio y consigo mismo.
En el imaginario social, algunos sinónimos del término apego son: “unión, afecto, estimación,
inclinación o atracción…”. También se le juzga negativo cuando limita la autonomía del sujeto
y genera una dependencia patológica hacia “algo”. Ej: Las adicciones.
En el vocabulario Bíblico, tal vez el equivalente más acertado para el término apego sea la
palabra inclinación. Un ejemplo de ello puede ser encontrado en el Salmo 141. 4: “No dejes
que se incline mi corazón a cosa mala, a hacer obras impías con los que hacen iniquidad, y
no coma yo de sus deleites”.
Se escogió dicho versículo porque el mismo encierra una revelación profunda, más adelante
en el estudio se explicitará como la palabra Mal (Ra en Hebreo), es una referencia al Ego (Yo),
cuya esencia es la auto-gratificación. Se comprenderá entonces como la inclinación o apego
hacia uno mismo es la razón que nos mantiene separados de Dios. Una interpretación más
profunda del versículo compartido sería la siguiente:
“No dejes que yo me apegue a mí mismo, no permitas que todas mis acciones sean para mi
propio deleite, ni que comparta el placer de aquellos que viven para sí”.
Sobre esta base se pueden plantear otros discernimientos, ¿Qué es hacer obras impías con
los que hacen iniquidad?
Las obras impías son todas las acciones (mentales y conductuales) orientadas hacia el
beneficio personal. Esto es el corazón de piedra (Ez 11:19; 36:26), la capacidad de
experimentarnos exclusivamente a nosotros mismos y a la realidad dentro de nosotros
mismos. Es la percepción limitada por los sentidos físicos. La guematría de la palabra corazón
(Lev) es cinco, lo cual alude a los cinco sentidos naturales.
Los deleites representan los objetos naturales que satisfacen el deseo de auto-gratificación,
pero ¿Cuál es la connotación de…”y no coma”? No comer es abstenerse de experimentar
placer para el beneficio personal ¿Por qué? para no dar vitalidad al deseo de recibir más allá
de lo permitido, y esto es una analogía con el mandamiento dado a Adán…”Más del árbol de
la ciencia del bien y del mal no comerás” (Gn 2: 17).
Sin embargo ¿Resulta sensato que el hombre se abstenga de recibir placer? ¿Acaso no estoy
diseñado para disfrutar de todo lo bueno que fue puesto debajo del sol? ¿No es recibir la
abundancia del Creador el propósito de la creación? Dios no le prohibió a Adán la
experimentación de placer, de hecho la primera parte del mandamiento dado fue “…de todo
árbol podrás comer…” (Gn 2:16).
En este punto del análisis se considera oportuno profundizar en el relato de la caída de Adam,
no obstante, se hará uso de un lenguaje simbólico, el cual estimule la mente para penetrar en
el Espíritu interior de la Palabra, y en consecuencia recibir por el mismo Espíritu revelación
para la corrección práctica de nuestro nivel actual de deseo (Ego). ¿En qué consistió entonces
la prohibición dada por Dios a su creación Adam? Una reinterpretación de los versículos 16 y
17 del segundo capítulo de génesis sería:
“No experimentarás placer de una fuente ajena (que no proviene de Él), porque el día que lo
hagas ya no podrás sentir la plenitud, ni la permanencia de la satisfacción que hoy te doy
(espiritualidad), en todo caso conocerás el estado de carencia (la desnudez) y su apetito será
tal que te someterá a la búsqueda de pequeños placeres (materialidad), pero cuando los
encuentres te los arrebatará y conocerás la muerte sin poderla saciar”.
Por otra parte… ¿Cuál fue el discurso de la serpiente para con la varona (Ishshah)? Gn 3:4-5
“Este deseo que ves de lejos y que yo estoy sintiendo no viene de parte de Dios, en eso el
Creador dijo verdad, pero lo que no esclareció es que esa fuente ajena, -que por demás es
buena para recibir una cantidad inmensa de placer- si no le pertenece a Él, entonces ¿A quién
le pertenece?, anda y pide a la cabeza (Adán) que razone sobre este asunto, entonces
entenderán que ese deseo viene de ustedes mismos, y si lo prueban serán como Dios, porque
no solo alcanzarán la plenitud del deseo de recibir (inclinación al Mal), sino que gracias a eso
podrán darle de todo corazón (inclinación al Bien) al Eterno ¿Acaso no es eso una ofrenda
agradable? ¿Acaso la naturaleza de tu creador no es otorgar? Si le dan a Dios la plenitud de
lo que reciben, entonces serán como Él, sabiendo el bien (dar) y el mal (recibir).
Entendamos… ¿Cómo es posible que la serpiente haya dicho serán como el Creador
conociendo el bien y el mal? ¿Acaso en la esencia del Creador reside el mal (recepción)? Lo
que sucede es que el sentido gramatical en el que se tradujo la expresión del hebreo puede
traer confusiones, una interpretación más adecuada sería:
“No moriréis, sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y
sabiendo el bien y el mal, seréis como Dios”.
La serpiente les dijo al hombre y a la mujer que conociendo el Bien (grado máximo
de otorgamiento) y el Mal (grado máximo de recepción) alcanzarían la equivalencia
de forma con el Creador.
Y en esto la serpiente no mintió, pues la misma les describió el mecanismo por el cual serían
igual al altísimo, esto es el significado del versículo contenido en Isaías 14:14 “…y seré
semejante al Altísimo” (Adamé la Elion), solo que no era el tiempo de su cumplimiento, ya que
la capacidad de recepción de Adán aún no estaba en su cenit (cumbre, plenitud).
En la corporalidad, nos sucede lo mismo que a Adán y a Eva cuando reconocieron un grado
superior del Mal (deseo de recibir) dentro de sí mismos, pues, cuando la persona siente un
deseo lo realiza para su propia satisfacción, porque el deseo no le pertenece a nadie, sino al
que lo porta, para él ese deseo no es ajeno, por tanto se siente con el derecho de usarlo bajo
el principio de la auto-gratificación.
Por lo general antes de los 13 años los niños no experimentan el impulso sexual, en ese
período los adultos los nutren con todo tipo de argumentos moralistas con el propósito de
colocar ese deseo fuera de sus mentes (hacerlo ajeno), pero cuando esa fuerza natural se
activa, muchos adolescentes entran en contradicción con los argumentos aprendidos y se
sienten con la potestad de materializar el deseo. Sin embargo los adultos prefieren que los
adolescentes maduren a la juventud (mayor autonomía) para su uso apropiado.
Mientras Adán fuese un niño espiritual no podía comer del árbol (deseo de recibir por recibir),
incluso aunque alcanzara la madurez el mandamiento iba a permanecer firme:” Aunque lo
sientas como tuyo, no lo tomes para ti mismo, trátalo como a un extraño, porque su verdadera
intención es robarte”.
Este mandamiento es aplicable también para la generación de los hijos de Adam (nosotros),
sin embargo poco a poco deberá ser comprendido y practicado según el grado de revelación
y corrección del Espíritu. La cuestión no es dejar de disfrutar, porque el propósito de la creación
es recibir el deleite que emana del Creador. El punto es para quien disfrutamos (Para el Ego o
para el Señor):
Si lo hacemos para el Ego (corazón de piedra) nos limitamos, pues todo el placer que
recibimos queda restringido a la percepción subjetiva por medio de los cinco sentidos,
y a esto se le llama placer natural. Se dice que todo el placer natural no puede ser
comparado con una chispa del placer espiritual.
Si lo hacemos para el Creador (corazón de carne) nos expandimos. Aquí ocurre un
cambio en la naturaleza humana, porque si nuestra intención se dirige hacia el Creador,
su mano nos saca del mundo subjetivo (Egoísmo) y alcanzamos la espiritualidad.
Adam y Eva cuando se sintieron tentados a comer del fruto del árbol prohibido no percibieron
que estaban desobedeciendo al Creador, sino que entendieron que ya era el momento correcto
para tomarlo ¿Por qué? Porque se sintieron fuertes, pues lo que en un momento vivenciaron
como una realidad lejana (no sentida) ahora lo comenzaron a percibir como una realidad
cercana (sentida), comprendieron que ese deseo no solo les pertenecía, sino que los elevaba
al nivel de considerarse como una verdadera creación auto-consciente y diferenciada de su
hacedor. Porque cuando el niño se encuentra en el vientre de la madre se considera una parte
de ella, pero cuando ocurre el alumbramiento pasa a ser una criatura independiente.
Fue esa sensación de independencia la que los sedujo y los impulsó a comer dando lugar a la
separación. Por eso el hombre cuando trabaja para satisfacer su deseo de recibir, no siente
que está en pecado delante del Creador, sino que está usando simplemente lo que le
pertenece. Este nivel de conciencia rota (separada), que no percibe al Eterno, es referida en
las escrituras como: “Hombre necio” (Sal 14.1: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios…”).
El hombre necio es el que solo se siente a sí mismo y a toda la realidad inmediata dentro de
sí mismo.
Llegado el punto se puede compartir una interpretación difícil de comprender, y por tanto de
aceptar. La estructura espiritual del primer hombre (Adam Harishon) está conformada por tres
dimensiones que determinan su cualidad fundamental: El deseo por la Luz. El hombre, la mujer
y la Serpiente constituyen en la espiritualidad un ser único, pero cada uno está dotado de un
atributo particular. Tras realizar una analogía con el psiquismo humano se puede plantear que:
Ambas serpientes simbolizan una misma realidad, pero en planos diferentes de la creación.
Leviatán serpiente veloz sugiere desplazamiento en tiempo y espacio, es la entrada del mal en
el mundo físico, múltiple e individualizado. Leviatán serpiente tortuosa sugiere densidad,
pesadez, pues no ha sido debilitada por la realidad de tiempo y espacio, por tanto es la
manifestación del Mal antes de la caída.
El Señor es fuerte porque tiene a las diferentes facetas de su enemigo (Deseo de recibir por el
fin de recibir) bajo el estrado de sus pies (Hch 2:34-35). Pero su Amor desborda su fortaleza
porque ÉL no solo somete al enemigo, sino que lo convierte en su amigo, y esto es:
“…cambiaré el corazón de Piedra, por un corazón de carne”. ÉL hace que el Ego se plazca en
el deseo de otorgar.
Ese es el sentido profundo de amarás al Señor tu Dios con toda tu mente y con todo tu corazón,
es decir con todo tu deseo de otorgar (mente) y con todo tu deseo de recibir (corazón).
Mente y corazón son los dos tipos de deseos contenidos en el árbol de la Ciencia
del Bien y del Mal. He ahí la naturaleza de Adam. Él fue creado con el deseo de
recepción y con el deseo de otorgar.
Es voluntad del Creador que el ser humano nazca como una bestia con el deseo de recibir, y
es también su voluntad que se convierta en un Hombre (espiritual) cuando coloque en su
interior el deseo de otorgar. ¿Acaso no es ese el sentido de Isaías 45.7 y de Rom 9.21? Él
es quien forma la Luz y crea las tinieblas, quien hace la paz y crea la adversidad, quien hace
de la misma masa un vaso de honra y un vaso de deshonra. Él Jehová es quien hace todo
esto.
Sin embargo desde esta forma arquetípica o primaria de subjetividad -porque la misma tiene
muchos niveles de manifestación aún imperceptibles para el hombre natural- la percepción del
deseo de recibir era aún muy fuerte, entonces Dios para aliviar la influencia de la carencia
(deseo insatisfecho), tuvo que propiciar una nueva corrección, pero esta vez por mano propia
¿En qué consistió?
Dice la escritura que los vistió con túnicas de piel, esto es que les dio un lugar inferior para
sentir una pequeña dosis de su placer y de este modo suavizar el efecto de la carencia, ese
lugar es la corporalidad (sensación, materialidad) ¿Acaso el placer no es sentido a través de
los sentidos físicos? Las túnicas de piel como se afirmó constituyen una corrección realizada
por el Eterno, y su función es la ocultación, por eso esta corrección no es perfecta, porque si
bien por una parte, esconde las llamas de fuego provenientes del estado de carencia, por la
otra también oculta la abundancia que viene del Creador, ¿Qué le queda entonces a la
humanidad sino apegarse a la materialidad? El universo físico funge como su salvador. Por
eso la subjetividad como tendencia no mira directamente hacia la interioridad, sino hacia la
materialidad, y ese es el verdadero origen del pecado: El apego a la materialidad y no al
Creador.
Tierra maldita significa materialidad, mientras que con dolor comerás de ella, alude a que la
motivación de la búsqueda de placer es una condición obligatoria para escapar del estado de
carencia, cuando verdaderamente el deseo de placer debería estar motivado por el Amor al
Creador, pero… ¿Para quién trabajamos? Trabajamos para nuestra tierra (Deseo de recibir)
porque de lo contrario nos enfrentamos al dolor de la carencia.
La recepción de placer no debe estar fundamentada en la necesidad de cubrir un estado de
carencia, porque este no nos dejará de molestar y nos esclavizará, sin embargo esa es la
razón por la cual el hombre es compulsado a ser un gran egoísta, porque si no trabaja
arduamente (con dolor) para satisfacer su deseo de recibir, entonces muere, pero es que a la
larga el deseo de recibir mata ¿Por qué? Porque la túnica de piel (materialidad) y los delantales
de higuera (subjetividad) no son suficientes para satisfacer su apetito. Aquí tenemos la causa
última del envejecimiento, desgaste o corrosión de la corporalidad, pues la fuerza del Gran
Dragón -que es Universal- succiona toda su vitalidad.
Resulta conveniente plantear una pregunta ¿Cómo la Serpiente veloz alimenta al Gran
Dragón? La serpiente, también conocida como leviatán, tiene dos cabezas (Sal 74:14:
“Magullaste las cabezas del leviatán…”)...y… ¿Cuáles son esas cabezas? Esta revelación es
muy fuerte… Los delantales de higuera (Fuerzas sutiles) y las túnicas de piel (Fuerzas
condensadas). Ambas realidades forman parte del mundo físico, y ambas son la fuente de
sustento del deseo de recibir, he aquí el significado completo del Salmo referido…porque ¿Qué
es…”Y lo diste por comida a los moradores del desierto”? ¿Acaso el significado de la palabra
desierto no es necesidad extrema? Los moradores del desierto aluden a la realidad del Deseo
de recibir en sus diferentes formas y variantes.
El hombre no nacido mora en la piel de la serpiente. El cuerpo físico es una realidad densa
(túnica de piel) y la subjetividad es una realidad sutil (Delantal de higuera). ¿Por qué
experimentamos la muerte natural? Porque la corporalidad es el alimento del Gran dragón.
Ahora entendemos un poquito mejor lo dicho por el Creador: “…porque del día que de él
comieres morirás”.
Temible y misericordioso es nuestro Dios, porque de conjunto con la tentación nos da la salida
(ICo 10.13), y de conjunto con la muerte ya había trazado una gran victoria: “La revelación del
Mashía”. (ICo 15: 54-57)
Otro simbolismo del deseo de recibir es el Mar, por eso el Salmo 74.14 se refiere al Gran
Dragón que está en el Mar. En hebreo se conoce como Mar de la Sitra Ajra, esta expresión
significa el “Otro lado”. Por eso en el día del Juicio se dice: “Y el mar entregó sus muertos…”.
Los sabios hebreos de la Torah, relacionan también este acontecimiento en lo expresado en
el libro de Job 20:15: “Devoró riquezas, pero las vomitará; De su vientre las sacará Dios”. Las
riquezas robadas son las luces contenidas en las almas perdidas.
El nivel humano trabaja afanosamente para recibir placer, pero todo el fruto de su trabajo en
vida y al final de sus días es para satisfacer a la muerte (Sitra Ajra) (Ec 1:3: “¿Qué provecho
tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?”). El único trabajo que
permanece para siempre es el que se hace para el Creador…pero ¿Cómo estableció Dios que
un alma no se pierda? ¿Cómo sale el hombre de las dos capas de piel de la serpiente?
Cada hombre es una pequeña pizca del Ego Universal contenido en Adam Harishon. Esto
sorprendentemente constituye una corrección del Creador, pues para el hombre es mucho más
fácil corregir su pizca de auto-gratificación llamada serpiente veloz, y no corregir todo el Mar
de la Sitra Ajra (Adam en todo el esplendor de su gloria no pudo mantenerse firme).
Por eso Moisés levantó la serpiente en el desierto (Jn 3:14), como un símbolo de la corrección
del Ego individual. Pero la corrección del Ego Universal (serpiente tortuosa) es una obra del
Mashía, por eso se dice que ÉL cargó con todos nuestros pecados (Ego Colectivo).
Las dos cabezas de la serpiente (las cuales tienen múltiples niveles de manifestación)
constituyen vasijas caídas de recepción de placer, denominadas en hebreo Klipoth (cáscaras).
La Luz que llega a las Klipoth es muy atenuada, porque su naturaleza es muy densa (Egoísta),
por lo que resisten el paso de la Luz, pero esto también es una corrección del Creador para
que la abundancia de su resplandor, no sobrepase sus capacidades limitadas de recepción.
Además se dice que son vasijas caídas, impuras o de deshonra, porque se oponen
fehacientemente al acto de otorgar, y solo trabajan para el beneficio del otro lado (Sitra Ajra).
El Creador para dar su Luz de vida al Hombre necesita formar una vasija (Kli) cuya intención
esté virada hacia él y no hacia el Mal. Cuando el Ruaj Hakodesh comienza a derribar las Klipoth
(cáscaras), se le concede al hombre un alma, esto es lo expresado en génesis: “… y fue hecho
el hombre un Alma viviente”. Esa alma, vasija o Kli recibe el primer grado de la Luz llamado
Nefesh, por eso la traducción de Alma viviente en hebreo es “Nefesh chaim”, pero existen otros
cuatro grados de la Luz (Ruaj, neshamá, Jaiá y Yechidá), pero es prudente realizar dos
observaciones:
La Luz es una, pero el ser creado la percibe en cinco fases según la dimensión espiritual
en la que se encuentre.
La Luz Nefesh recibida por Adam, no es la misma que la luz Nefesh recibida por el
hombre natural. Adam Harishon nació en Olam ha Briah (Mundo de la Creación) y el
hombre natural tiene su génesis en la dimensión más baja de Olam Assiah (mundo de
la acción o nuestro mundo).
¿Por qué la Luz es percibida en cinco fases? Porque la creación fue realizada jerárquicamente
en cinco etapas, es decir en cinco mundos o vasijas capaces de recibir y devolver la Luz según
el grado de deseo. Las cinco fases conforman un ser único, que a su vez en su interior da lugar
a otras formas de vida, de modo que una fase superior contiene a las fases inferiores, y a esto
se le llama: “El mayor servirá al Menor”.
Ahora bien, de mayor a menor las etapas son: Adam Kadmón (mundo Primordial), Atziluth
(mundo de la emanación), Briah (mundo de la creación), Yetzirah (mundo de la formación) y
Assiyah (mundo de la acción).
Explicar una realidad espiritual siempre es complejo y confuso ¿Qué es Adam Kadmón
(Hombre Primordial)? Adam Kadmón es una realidad espiritual aún no emanada a la
existencia, por tanto pertenece al Creador mismo, solo que constituye su parte más externa,
pero es que la parte más externa del Creador es el Hijo (Mashía), entonces…¿Qué es Adam
Kadmón? Es la faceta más externa del propio Hijo de Dios (verbo).
Adam Kadmón es la dimensión del Hijo que tiene una cara que mira hacia la eternidad y la otra
que mira hacia Lo existencial. Él es el resplandor de la Gloria del Padre, la imagen misma de
su sustancia (Heb 1:3) y la cabeza de todo lo creado.
Adam Kadmón también es la entrada del Hijo de Dios o Verbo (Mashía) a la realidad
existencial, entonces es llamado “Hijo de Hombre”, con razón Jesús durante su ministerio
terrenal frecuentemente se autodenominaba a sí mismo con ese término (Mt 12:8, 40; 16:27-
28; 18:11; 19:28; 24:27; Mr 14:62).
El escritor Zev ben Shimón Halevi en su libro Adán y el árbol de la Kabbalah expresó la relación
entre los cinco mundos o Adanes de la manera siguiente:
“En el principio”, es decir, después de que Adam Kadmón fuera emanado a la existencia,
Dios creó el cielo y la tierra, el tiempo, el firmamento y los elementos. También creó las
plantas y las criaturas vivas. En el sexto día de la Creación, Dios dijo: “Hagamos (un)
hombre a nuestra imagen” y así llegó a la existencia un segundo Adán, quien era la
perfección de Briah y su caporal o mayordomo. Más tarde en Génesis 2:7, “Dios formó
al hombre” y este tercer Adán se convirtió en la síntesis del Mundo de las Formaciones.
Cuando ocurrió la caída del Adán yezirático con Eva, este descendió a Assiyah, el
mundo en que vivimos. Estos cuatro Adanes son una expresión de los cuatro niveles
en el Árbol azilútico de Adam Kadmón.
Resulta ahora más fácil entender por qué La Luz Nefesh recibida por Adam, no es la misma
luz Nefesh recibida por el hombre natural, pero recordemos que la Luz -el placer que emana
del propio Creador- es única, los cambios ocurren en el ser creado.
La Luz Nefesh (Medida del Ruaj Hakodesh según el nivel de deseo de la vasija) se manifiesta
en nuestro mundo como el primer contacto con la espiritualidad, el nacimiento del hombre en
el Reino de los cielos, esta realidad por pequeña que sea no puede ser robada por la Sitra
Ajra, y aunque su influencia se sigue sintiendo -de hecho con el trabajo espiritual aumenta-,
también logramos sentir el placer que viene de parte de Dios. La alternancia entre los dos
estados constituye la esencia del trabajo, es decir debe haber revelación del Mal para que este
sea corregido, y en consecuencia se experimenta una mayor comunión con el Creador.
Hay otra cuestión a dilucidar ¿Por qué la primera corrección (Hojas de Higuera) fue hecha, en
apariencia, directamente por Adán y Eva, mientras que la segunda (Túnicas de Piel) fue
ejecutada directamente por el Creador? Porque Él tiene que ver la necesidad del hombre para
poder actuar, el Creador tiene que provocar en el hombre un deseo desesperado por salir de
su condición de polvo, en dicho sentido cuando el hombre realiza una acción en aras de salir
de su propio deseo de recibir, el Creador completa el movimiento, ya que solos nada podremos
lograr, esta es la verdad escondida detrás del versículo: “La Fe sin obras es muerta” (Santiago
2:26)… ¿Cuáles son las obras? Son acciones sostenidas de negación, y… ¿Qué es la Fe?
Primero puede ser comprendida como la espera del socorro por parte del Creador
mientras estamos en una condición de auto-negación, pues este esfuerzo revela
nuestra necesidad de Él, el poder de la oración se nutre precisamente de la necesidad
revelada, luego orar no es pedir desde el deseo personal de recibir, sino todo lo
contrario, la oración genuina es escuchada cuando nace del deseo continuo de auto-
negación, de ahí el sentido de lo dicho por Jesús: “Piden y no reciben porque piden
Mal”, la negación, o su equivalente, la lucha continua contra la inclinación al Mal es un
estado del corazón, y no algo que puede ser expresado en palabras por mediación del
rezo, la boca puede decir: “Pasa de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad”, sin
embargo el corazón no se ha movido ni un centímetro de su deseo de recibir.
La Fe en una fase superior también puede ser valorada como la revelación (visión) de
los movimientos del Creador con el único propósito de repetirlos, por eso Joshua dijo:
“Lo que yo he visto y oído del Padre, eso hago”. Eso es Fe en perfecto grado de
obediencia.
A Abraham le fue dicho: “Sal de tu tierra y de tu parentela” y esta acción de Fe le fue contada
por justicia ¿Por qué acción de Fe? Porque el camino de la Fe comienza cuando el hombre
recibe la revelación de que debe salir del dominio del su propio Ego, esto es cuando decidimos
no comer del árbol del conocimiento, esto también es el sentido del Salmo 141.4: “…y no
participes de sus deleites”. Según la historia, Abraham antes de su llamamiento era junto a su
padre un fabricador y un vendedor de ídolos, creía, pero no sentía a su Creador, su Fe
comenzó cuando recibió la revelación de salir fuera de su tierra y parentela. En hebreo la tierra
(Eretz) simboliza el deseo, y Eretz viene de la palabra Ratzón cuya traducción literal es deseo.
Shalom