Naparstek, F.Toxicomanía y El Diagnóstico Actual
Naparstek, F.Toxicomanía y El Diagnóstico Actual
Naparstek, F.Toxicomanía y El Diagnóstico Actual
Introducción
Tres razones han fundamentado la investigación de nuestro grupo y sobre la cual el presente trabajo
no es mas que una síntesis. Nuestra temática está enmarcada en la clínica actual con sujetos
toxicómanos y los diferentes usos del psicoanálisis, para lo cual nos hemos centrado en la relación
entre toxicomanía y psicosis siguiendo – como anticipábamos recién - tres antecedentes. El primero
de ellos, es una constatación clínica sobre la cual nos hemos detenido a partir de la jornada del TyA
en el último Encuentro del Campo Freudiano en París – año 2002 -. Allí se ha verificado la asiduidad
con que se presentan a nuestra consulta – en diferentes lugares del mundo y cada vez mas – pacientes
llamados toxicómanos a los que se los puede diagnosticar como psicosis. Hemos comprobado a partir
de allí – aunque sin hacer de ello estadísticas – un incremento en nuestra práctica clínica de esta
relación entre el recurso a la droga y la psicosis. De aquí surge una primera pregunta: ¿hay mas
toxicómanos psicóticos en la actualidad o es que nosotros – los practicantes - estamos mas advertidos
para diagnosticar una psicosis? El segundo antecedente, que se enlaza claramente con el anterior, se
refiere a una elaboración muy precisa realizada por Eric Laurent en un texto de 1994 [1] . Allí él deja
relucir que la tesis de la ruptura con el falo, indicada por J. Lacan, es una tesis muy adecuada para la
neurosis. Indicando que en esta podría haber una "ruptura con el goce fálico, sin que haya por lo
mismo forclusión del nombre del padre" [2] . Sin embargo, no lo es tanto para la psicosis. Siguiendo
una lógica impecable se lee allí que la ruptura con el falo permite, en el campo de la neurosis, dar
cuenta de la manía propia en la práctica del consumo de drogas para algunos sujetos. Empero, se
extrae del texto que para la psicosis la ruptura se encuentra de antemano y no sería adecuado hablar
allí de una "formación de ruptura" [3] – como él la denomina -. La forclusión del nombre del padre
indica un dato de estructura que antecede a la posible formación de ruptura. En este sentido E. Laurent
remarca que en la psicosis este efecto de ruptura con el falo está escrito como Fo haciendo dupla con
Po [4] . En todo caso, la formación de ruptura se opone muy bien a la "formación de compromiso"
[5] en el mas amplio sentido freudiano. Haciendo de esto último una oposición central para pensar
los diferentes usos del tóxico en el sujeto neurótico. Por otro lado, nuestro trabajo en el TyA por mas
de 15 años estuvo centrado – con idas y vueltas, con desviaciones, ampliaciones, etc. – en la tesis
lacaniana de la ruptura con el falo. Se entiende el problema en el cual nos hayamos en la actualidad:
si la tesis de la formación de ruptura ha sido central para nuestra orientación en la clínica y ella queda
cuestionada para la psicosis y, a su vez, cada vez mas nos topamos con sujetos denominados
toxicómanos que son diagnósticados como psicóticos, tenemos un amplio espectro de nuestra clínica
que debemos revisar. El tercer antecedente para nuestra investigación lo encontramos en el trabajo
clínico que se ha realizado – y ciertamente hoy continúa – en las conversaciones clínicas, llamadas
en español Los inclasificables [6] y La psicosis ordinarias [7] . Allí se retoma el punto que situábamos
anteriormente ubicando las dificultades de plantear los problemas de los fenómenos clínicos en
términos de Fo y Po [8] . Llegando a plantear una clínica de los "enganches, reenganches y
desenganches" [9] que resitúa a la clínica de la ruptura. En este punto, nuestra pregunta nos remite a
las consecuencias que pueda tener dicha elaboración en el campo específico de las toxicomanías.
I) Psicosis y toxicomanía:
Hasta el momento hemos podido situar algunas coordenadas sobre las cuales se ha asentado cierta
elaboración en la relación entre ambas cuestiones. En este sentido Daniel Sillitti plantea que en
algunos casos "suelen desencadenarse clínicamente las psicosis, si la definición del sujeto como
toxicómano es conmovida por alguna intervención. Al parecer encontramos aquí una forma de
estabilización en la identificación al significante ´soy toxicómano´, identificación a partir de un rasgo
de goce común a un conjunto, a partir del cual logra establecerse un punto de enganche al Otro, que
es quien proporciona el significante" [10] . Agrega mas adelante que "sin embargo, es difícil imputar
este tipo de estabilización al trabajo de la psicosis tal como lo vemos en el delirio de Schreber, o la
escritura de Joyce, donde se nota el trabajo del sujeto para lograr el aplacamiento del goce" [11] . Por
otro lado, hay casos donde "el consumo del tóxico se opone a un goce que amenaza al sujeto y lo real
de este goce es tratado por lo real del efecto del tóxico sobre el cuerpo" [12] . Ya en otra oportunidad
hemos verificado como en un caso preciso el consumo de cocaína estaba al servicio de aplacar una
irrupción de goce sobre el órgano peneano en donde el sujeto decía querer "reducir esa cosa hasta
hacerla desaparecer" [13] ; cosa sobre el cual no tenía manera simbólica de transformarlo en
instrumento. En este sentido "el tóxico y el significante toxicómano son modos de estabilización que
no alcanzan a producir una verdadera sutura en la estructura, en tanto produce también un desborde
de goce, y por el lado de lo simbólico, el nombre dado por el Otro es un índice del "poco trabajo" del
sujeto" [14] . Siguiendo este camino Viviana Fanés coincide cuando plantea claramente que "la droga
permite al sujeto establecer un enganche particular con el Otro, donde se puede pensar cierta
limitación al goce" [15] . He aquí, que en todas las viñetas tomadas de las publicaciones que hemos
revisado, inferimos que el objeto droga en los casos de psicosis no produce un exceso de goce sino,
por al contrario, viene a limitar este goce en el cuerpo produciendo cierta estabilización y un precario
enganche al Otro. No se deja de resaltar que dicha precariedad en la solución buscada deja al sujeto
en el límite del pasaje al acto. Como Freud ya lo advertía en su Malestar en la Cultura, es un remedio
peligroso, ya que el tratamiento de lo real por la vía de lo real puede llevar rápidamente al sujeto a un
verdadero desenganche, o incluso a una ruptura del lazo con el Otro. En este punto E. Laurent avanza
un paso mas y plantea la posibilidad de hablar de "monomanías" [16] – en el sentido de Esquirol -,
en vez de toxicomanías. Son casos donde el consumo está perfectamente dirigido hacia una sola droga
y no responden a la característica del "darse con todo", del querer cualquier cosa; propia del
toxicómano. Se trata entonces de casos donde hay manía, aunque limitada y anudada en la estructura
con una identificación o por un efecto real de la sustancia sobre el cuerpo o por un delirio, etc. Esta
indicación dada por E. Laurent la entendemos como un dato clínico muy preciso a poner a prueba
cada vez, pero que hemos podido corroborar en numerosos casos. Llegado a este punto nos
planteamos dos cuestiones. En primer lugar, nos interrogamos si estos modos de suplencia o
estabilización con su precariedad, no dan cuenta de ciertas psicosis débiles – en contraposición a las
llamadas "psicosis extraordinarias" [17] por J.-A. Miller -. En segundo lugar no dejamos de lado la
cuestión de la dirección de la cura en tanto suponemos que, en algunos casos, apuntalar la monomanía
es lo que permite mantener una suplencia estabilizadora para el sujeto.
Notas
1- E. Laurent: "Tres observaciones sobre la toxicomanía", en Sujeto, goce y modernidad II, Ed.
Atuel – TyA, 1994, Bs. As., Argentina, pags. 15 – 21.
2- Idem, pag. 17.
3- Idem, pag. 16.
4- Idem, pag. 17. Este tema ya había sido ampliamente desarrollado por J.- A. Miller y otros en
1987 en "Clínica diferencial de la psicosis", Ed. Sociedad Psicoanalítica Simposio del Campo
Freudiano, Bs. As., Argentina, 1991.
5- Idem, pag. 16.
6- J.-A. Miller y otros: "Los inclasificables", Ed. Paidós, ICBA, Bs. As., Argentina, 1999.
7- J.-A. Miller y otros: "La psicosis ordinaria", Ed. Paidós, ICBA, Bs. As., Argentina, 2003.
8- Idem 7. Pags. 207-208-209-216.
9- Idem 7. Pag. 227.
10- Daniel Sillitti: "Toxicomanía y Síntoma", en Pharmakon 4/5, Ed, Amatista, Buenos Aires,
Argentina, 1995-6, pag. 50-51.
11- idem, pag. 51.
12- idem, pag. 51.
13- F. Naparstek: "Usos de la droga en la actualidad", en Las toxicomanías, un malestar de la
época que interroga al psicoanálisis y a las instituciones; Edita Casa del Joven, Dirección de Salud
Mental – Ministerio de Salud Gobierno de la Provincia de Córdoba con Movimiento hacia el TyA
Córdoba, Córdoba, Argentina, 2001, pag. 18.
14- idem 10, pag. 51.
15- Viviana Fanes: "Los muros del lenguaje un caso de psicosis", en Sujeto, Goce y Modernidad
I, Ed. Atuel - TyA, Buenos Aires, Argentina, 1993, pag. 112.
16- Idem 1, pag 18.
19- Idem 7, pag. 201 y 238.
18- Idem 7, pag. 201.